NUMERO SUELTO ENCÍA DE ESPAÑA 10 •KNTiMOS Redacción y talleres. Factor, 7. AÑO LXXV. —NUM. MADRID.—MARTES 7 DE NOVIEMBRE DE 1922 10 Atatadstridóo, Ainoal, i, pnL FUNDADOR: D. MANUEL M.' DE SANTA ANA 23.438 UBLTO iTABIAS EDICIONES PlAl^US ilK' AL D Í A LA LEY DE SUBSISTENCIAS E n el Consejo de ministros de ayer se acordó prorrogar la vigencia d e a l g u n o s artículos utilizados en la actualidad d e la ley d e Subsistencias. E s t a ley, c o m o s e recordará, fué votada por las Cortes a ñ o s ha para hacer frente a los múltiples ¡problemas que planteara la guerra europea, y el plazo d e expiración d e s u vigencia caducaba en este mes, si n o e s t a m o s mal informados. El Gobierno, implantando la prórroga, obra cuerdamente. H a n variado ciertamente las circunstancias; pero acaso los problemas s e hallan m á s a g r a v a d o s en la postguerra. L a perturbación económica del M u n d o persiste con caracteres a n g u s tiosos, y en cada país, el retorno a la normalidad e s un esfuerzo desesperado que están haciendo los pueblos, a u n q u e con poca eficiencia. En España, en vez de mejorar la situa^ ción, tal vez haya empeorado en estos últimos tiempos. P o r diversas causas o u e n o son de! caso enumerar, lo cierto e s que continúa la e n o r m e carestía d e la vida. D e un lado, los impuestos para afrontar eJ a u m e n t o de g a s t o s ; de otra parte, los conflictos sociales, que han perturbado la producción con las huelgas y la jornada d e o c h o horas, y la han encarecido por el alza considerable d e los jornales, hao hecho que la vida en España sea p o c o m e n o s que imposible. Ignoramos qué artículos d e la ley d e Subsistencias sean los q u e el Gobierno ha considerado necesarios y ha prorrogado s u vigencia. S u p o n e m o s que sean aquellos que le autorizan para continuar anticipand o a las Compañías de ferrocarriles cantid a d e s importantes para atender a la renovación del material y a la diferencia d e sueldos al personal. É s a medida era indispensable, para no crear grandes males desorganizando d e n u e v o los transportes, e n tanto q u e las Cortes s e muestren remis a s « n aprobar el proyecto en discusión de ordenación ferroviaria. E s d e esperar también q u e continúe vigente el artículo del cual se ha derivado el real decreto d e Gracia y Justicia limitando el alza d e los alquileres, condicionando los desahucios y remediando en parte el problema d e la vivienda, que se ha agravado ahora, especialmente en Madrid, por la paralizacióin d e las edificaciones a causa del «lock-out» en el ramo d e la construcción, que, desgraciada'mcnte, no tiene término. Si un dia, en sus primeros años de lucha política, inspirado en un amor sincero a las ideas de libertad y de patria, llevado de un nobüisimo impulso de renovación social, siguió a aquellos grandes hombres del 68, románticos de la República, más tarde, cuando un cambio ideológico en el gobierno del Estado podía volver a España la tranquilidad perdida, ingresó en las filas del partido liberal, de las que no se ha separado desde entonces. Como una hermosa página de sus primeros años de diputado republicano, recordaremos aquel episodio de la proclamación de la República. Entraba el Sr. Aura Boronat en el Congreso, y, en la calle, las turbas protestaban violentamente contra los representantes de la nación, intentaban tomar por asalto el edificio, pues desconfiaban de que se proclamara la República; no tenían fe en los diputados. En vista de que la situación se agravaba por momentos, el Sr. Aura Boronat previno a Castelar explicándole el por qué de aquellas insistentes protestas de los madrileños. Y fué entonces cuando Castelar, acompañado del hoy decano de las Cortes, pronunció desde los balcones del Congreso uno de sus más bellos discursos, aconsejando pao a los inquietos, y prometiéndoles que aquella misma tarde se proclamaría la República. El Sr. Aura Boronat no batalló solamente con las ideas; batalló también con las armas. Xjn día, por aquellos de la revolución, hubo de batirse con un fusil tras de una barricada, hasta que, vencedor, pudo regresar a su casa. Muy agitada ha sido la vida política de este hombre bueno, caballero intachable, de una extraordinaria simpatía, que le conquistó el afecto de cuantos le trataron y le tratan. El hoy diputado por Barbastro es un hombre de bien cimentada cultura; nosotros le hemos visto, durante horas y horas, a- diario, en la biblioteca del Congreso, hojeando revistas extranjeras, estudiando libros de Administración pública y de Sociología. Y este hombre, trabajador y culto como pocos; este político de gran valer, que celebra sus bodas de oro parlamentarias—este hecho solamente es garantía de su talento—, no ha sido ministro. 1 4 ' > O L m C A EN ITALIi^ Tropas inglesas tienen que defen^' der el palacio del Sultán Los kemalistas ya se olvidan de los acuerdos de Mnaam» tir el rumor, sagúo el cual está d í i ^ e s t o « La revolución turca abdicar. EJ general Díar y ti .^fmírauto Tahon d» R«vel, dos de los catorcD ministros.qo* fonnan el Gabinete fascista. AUTOCRÍTICA "El señorito Ladislao,, El señorito Ladislao e s un drama en tros breves y sobrios actos, escritos segiin una técnica rectilínea y clara. Se pinta eo él aJ señorito matón, hijo de un cíicique casteOano, y trata de levantar el espíritu de hi regvím opresa y darle un aliento de pediTO U N A VIDA EJEMPLAR Crespo al español contemporáneo. Aura Boronat nació en Alcoy (Alicante). La obra, estrenada en Cuenca, Aranjuez y Etiucado en Inglaterra, conUnuó í>us estudios Zaragoza, y acaso a estas horas en VjgO, ba en la Facultad de Filosofía y Letras de la tenido suerte. Castellanos y a r a ^ n é s e * la Uíiiiversjdad Central. Ilustre pefiodista, reti- aplaudieron con clamor, clamo', que, dicho rado a medias áe la f.atigosa labor, porque no hace ya su articulo diario, aurtqije escribe alg-unos destinados a periódicos y revistas. Espíritu cu'itKado en Jos labros y en las revistas de las capitates de Europa, tiene concepto de] movijniento de las ideas, y lector asiduo de !a Prensa inglesa y francesa, conoce como pocos las sinuosidades y engranajes de la fKiiítica infernacioniLl. En los comienzos de su r^irrera política S e trata de la defensa del interés públi- fué colaborador de «La Reforma» y redactor co contra los asaJfos egoístas del interés del periódico «La Constitución», inspirado privado, y e s 'laudable que el Go!)ierno, por Rivero. Más tarde fue redactor, durante n o sólo n o la abandona;, s i n o que, antes doce años, de «EJ Globo», irwefitras estuvo 'por el contrario, la mantenga con energía afyiado al partido de Castelar. En e.se periódico, él, Celleruelo, Troyano y Vioenti, bajo y con c e l o . la inspiración d<i inoomjxirable tribuno y gran estadista, sostuvieron las rudas y brillantes campañas que aún se recuerdan, abogando por Jas reformas políticas esenciales de la Revolución de septiembre, que han perdurado y constituyen nuestro estado definiti- sea lealmente, no tenía c í ' o valor—y era vo de Derecho. muy grande—que el pro<!ucido "por la idea Los-partamentarios tributan hoy un homeHombre muy libre, muy de su tiempo, y racial y no por la forma deleznable. naje de respeto y de cariño a su ilustre com- muy penetrado de la eficacia de la política El señorito Ladislao, solicitado por la Empañero D. Antonio Aura Boronat, con mo- coionial inglesa, trabajó primero en «La presa de la Zarzuela, tenía que ser estrenado tivo de sus bodas de oro con el Parlamento. Constitución,), de Rivero, y después en «El alli. José M. Monteacíudo, primer actor y diPocos homenajes tan justos como éste, y Globo», de Castciar, por llevar a las Anti- rector de la compañía, ha sido quien» en el pocas figuras también de nuestra poHtica, tan ILas españolas t*il régimen de la autonomía. teatro Cervantes, de Sevilla, puso «n escena interesantes como el decano de la Cámara En sus conversaciones dice que le enorgu- por primera vez Santa Isabel de Ceres y popular. llece haber sido periodista, porque le dio oca- Mala madre, sendas obras a las que debemos Hombre de sanas, idea^ y ch-vuJos senti- sión de dedicar lo mejor dte su vida a la re- lo poco que somos ante el público. Un deber de cordialísima amistad, de leal gratitud y instauración de las leyes democráticas. Ha colaborado ein « I ^ Revista de España» de no rpí^ateada admiración artística, han y la «Revista Contemporánea», escribiendo llevado EZ señorito Ladislao a la Zarzuela. artículos sobre materias literarias y filosófi- Allí lo juzgará Madrid. Allí acataremos, mocas. Ha publicado la traducoión de Shakes- destamente, su fallo.—^Z/onso Vidal y Pla^ pfe'úre, de Víctor Hugo, y un discurso sobre ñas.—Luis Anión del Olmet. Cervantes. La traducción es singularmente LA HUELGA DE CORREOS sobresaliente, no sólo por el dominio que revela en los dos idiomas, sino por e! prólogo, en que hace g a k de un ta'Jento crítico de primer orden. Está en posesión, por méritos de guerra, adquiridos en la campaña contra los cantoEn una real orden que ha diclaco e! miniales, <le la placa de tercera clase de la cruz nistro, de la Gobernación se dispone, con resroja del Mérito Militar y del dipdOma de ca- pecto a las gratificaciones a los funcionarios ballero de la Legión de Honor. qu^e suplieron a los de Correos en la última En las postrimerías ád último periodo li- huelga, lo siguiente: beral, presidiendo el conde de Romanones, i.° El personal que haya sustituido al de Aura indicado más de una vez para Correos en las estafetas subalternas podrá i-estuvo ministro de Estado, no roaJ.izándose la indi- solicitar de la Administración principal rescación quizá por las dificultades que en aque- pe<*ia-a, por mediación y con iraformc del allla situación presentaba para cualquier inten- calde, el abono de los haberes que le corresto toda combinación poíítica; pero fué s«isi- pondan por los días que hayan prestado serble que el partido no utilizara la autoridad vicio entre el 19 y 29 del referido mes de del Sr. Aura para esa cartera. N o es aven- agosto. turado predecir q u e e s e día Ik^fará. a." Las principales, y según datos que caí ella obren respecto al día en que cesaron los agentes extraño.? a Correos, formularán su nómina con el vistobueno deJ gobematior ciEl teniente coronel del Terdo ha llega- vil en provincias y d e f jefe de Correos en do o-sta niíiñana a' Madrid, y sin descansar funciones de administrador en la Central de de su viajo cumpUmemó al ministro de la Madrid, por los dias comprendidos entre el "'i^ntot. el Sy. Aura Bnronat, durante sus Guerra. 18 de agosto y aquel en que se reanudó el '^^^uer.lii ti!'::'s Je rx/ír, VÍH/ÍJ'-,''"; parlamerpEl Sr. Millán Astray viene a Madrid con servicio por el personal del Cuerpo. ."•'"'O, ¡ijchi'i .sJi:-i¡t>rc pn " los humildes me- una licencia por enferoKX 3.* Los administradores principales umqw nquelli-is distri. Su viaje-haihrádií s«r.segUTiantente tema nán a su nomina las que reciban de las estaOs '}!/-• U' hnhi.iu dado su confiauQa prospe d« las ootwersacioáea en estos días, priiici- fetas, debiendo todas remitirse a este centro ''-sen y tuví.:ran vida propia. paimente en los circule» multares. antes del 30 de noviembre actual.. DON ANTONIO AURA BORONAT Los haberes de los que les sustituyeron ÜliMn Astray en Madrid MOHAMED VI NO QUIERE ABDICAR "Piara expUicarse bien l o que está ocurrieiulo en estos mooientos en la antigua cafñtal d d Imperio otomano conviene reaoráar que en Tiurquía existen desde haoe tiempo dos Gobiernos opuestos y el doWe pape) asignado al Soberano turco. EJ jefe de la familia de Osman era, «por derecWo diviiiio», como dicen los musuhnanc» ¡ncMos que protestan ahora p o r ^ destitu<á<5fi, Sultán, e s decir, jefe temporal del Imperio y Califa, o sea jefe religioso de todos los n»ahometanos, lo mismo de los que ludían coa nuestros soldados en África que áo k » musulmanes de la Indfia. En nuestra lenguaje católico le llamaríamos ei Soberano Pontífice de todo d miundo islámioo. Como jeíe de Estado, oomb Sobenano político, Mohamod VI había dejado de tener la J'Dofianza de sus subditos, que le oonsideraban como un servidcr de los intereaes de Inglaterra, en el Próximo Oriente. En efecto, puede dedrsie que sn actual calda viene preparándose desde marzo de 1920, cuando los ingfeses sentaron sus reales en Coa$tantmopla. En anjuella feobtt, los turcos patriotas, capitaneados por Kemal paobá, se rtíugi&roa en AnatoSa y dieix» el primer paso revolucionario, oonstituyendb, frente al Gobierno mediaitizado de la capital, otro Gc^iemo, o sea la Gran Asamblea de Angora, y votando más tarde, en m a n o del a/Vo pasado, la Oaxta constitucicnail, en virtud de la cual toda la Soberanía perteneoe directamente al pueblo, oon derecho a ejerccsrla por medio de un^ AsaipUea clq^ida p w iKlfíWgia mlvK*9l y & U qae «ineéittan atHbuidos el Poder l ^ s l a t i v o y el Poder «rjo. cutivo. Esta mezcla de poderes es asimismo una revolución: ur« revolución dentro del régimen constitucional. Vencedores ahora los nacionalistas, han querido completar su obra. Máxime cuando la invitación dirigida por los aliados al Gobierno del Sultán para tomar parte en la Conferencia de Lausana equiparaba a Constaotinopla y a Angora. oTuTX}uía está representada solamente por la Gran Asamblea desdte marzo de 1920, y todo lo realizado después de esta fecha por el Gobierno de Constantinopla e s nulo y n o existe»—dicen los nacionalistas. Recuérdese que entre las cosas realizadas cuya caducidad se declara figura el Tratado de Scvres de agosto de dicho año. Por lo que toca a la personalidad religiosa ^el Sultán, pnetenden los turcos imponer a todo el mundo musulmán—que no acaba ciertamente en Turquía—una solución arbitraría. El Califa sería elegido, según esta «6luci<5n, por la Gran Asamblea etitre los principes o»manlfes, segiln sus condiciones morales e intelectuales. Con este acto se rompe una tra'dicién con" sagrada y venerada pon los fieles musulmanes, cuyo amor a la tradición no e s para olvidado. Lo,han olvidado los hombres de Angora, y debemos celebrar tal olvido, si ha de servir—como parece por los síntomas—para provocar una reacción contrar» entre los centenares dé millones de musulmanes de todo el Mur>do, que después de las recientes victorias sentían la fuerza de atracción de la espada de Kemal pacha como centro del movimiento panislamista. Pero no se trata sólo de la revolución interna de Turquía y de cómo se derrumba a golpes de la piqueta de turcos modernizados la Sublime Puerta. Los nacionalistas turcos se olvidan ya de los compromisos de Mudania. Quieren ser amos de los Estrechos y únicos señores de Constantinopla. Los aliados se niegafl • estas pretensiones, naturalmente. Inglaterra, a pesar de la sustitución de Lloyd George por Bonat* Law, afirma e s tar dispuesta a no evacuar la bella capital, pase lo que pase. En fin, que el grano que tiene Europa en el Próximo Oriente va tomando nuevamente, a ojos vistas, las apariencias de un ántrax muy peligroso. , Londres, respecto a. qaÍB.; pero sas toman oa y a sus • 7,—No se tiene ttx^yía notidx la abdicadán del Sultin de t V se croe que las ^uutoridade^ mgfe. medidas para pmtogtí ai i^gaaiv berederos. E L SULTÁN PIENSA ID A ÜA I N D U Constanthiopla, 7.—Se afinraa en fos otnculos diploniátbos qof el Sultán tiesn» intoa' ción de <tiriglrse a a, India. EL PUEBLO t E IMPIDE ABANDONAR LA CIUDAD Berna, 7.—So acaban de moibtr Q^ticias de Consiantinopia diciendo que d Sultán intentó abandonar la ciudad; pera que di {Hieb4o se lo impidió. U N RUMOR.—¿EL SULTÁN PRISIONERO? Londres, 7.—'Los extremistas turcos, que no reconocen ya la autoridad de Mua*afá Kemal^ han provocado violentos disturt>ÍM ea Constan t i n o f ^ Se dirigieron en masa al palacáo d d Sultán, y frente a este edtfioío hubo vitikBabam ocrii^ones entre dk>s y las tropas IngtesaSu Corne d rumor de que d Sultán te sddo hecho prisionero. ANGORA NO INSPIRA LA AGITACIÓN ACTUAL Constantinopla, 7.—Se asegum en loa círculos turóos que los cttsturbbs de que e» teatro Constantinopla no son en modo algo» no dirigidos por Angora, de donde salta continuamente consejos de medemaxñón. La agitación, actual es obra dé los extiro< mistas, y sobre todo, de intrigantoa. La situación es muy gmve, porque kif dementos de desor4en van infiltrandose leiv tamento en la población, que e» netamlenta LÍM uiütliiiMfts que ten oOntindiík tm %IÉTÍM barrios de Constantinofrfa son Indkío de v» movkaiaáo revchic^oooicio. LOS MINISTROS S E RETIRAN Londres, 7.—Al terminar ayer d ConsKJQ de ministros, d Gabinete turco 3 c Constantinopla ha presentado la dimisión. Parece que los ministros fueron prevenidos por d Gobierno de Angera de que si pemuñedlatt en d ejercicio d e sus funciones, serían considerados culpables del delito de alta traición. En vista de ello, Raffet bajá aaunolS « k a generales aliados qtie, oon motivo de la \-uuntad manifiesta de las principales administraciones de Constantinopla, de n o continuar sus servicios más oue bajo la autocjdad de Angora, se v d a obligado a asumir k » funciones de gidbemador d e la dudad, conti- . nuando administrando a ¿«ta, bajo su dirección, el antiguo prefecto, Zta b ^ . S e asegura que va a suprimir el Senado. f LOS M I N I S T E R I O S , D I S U E L T O S París, 7.—Comunican al Petit Parisién desde Constantin<^]ia que los tnh^steríos pue* den considerarse ya como disudtos. La justicia se administrará en nombre d d Gobierno de Angora. En ia carta suscrita por los generales aliados se dice que el nuevo régimen político d d pais debe ser considerado sólo cpou> 1stg*tDtí^ mteríor. VA A SUPRIMIRSE TAMBIÉN EL SENADO Constantinopla, 7.—Informaciones de origen inglés dicen que Kaffet bajá va a suprl^ mir el Senado y que los generales aliados coirferenciarán hoy con R a o e t bajá. EL CALIFATO Londres, 7.—^Td^raíian d e Constantino pía a los periódicos que las Cerpmaciones' musulmanas de equdla capital pareoe que han participado al Gobierno 6c Angora que se adhieren a la decisión tontada por la Grai| Asamblea Nacional de suprimir d Sultanato. AAade el despadio que puede que sea el hijo de Abdul Hamid el elegido por ta Amsa^ blea de Angora para desempeñar d califato.¡ ANGORA QUIERE EL CONTROLE D B LOS ESTRECHOS.—LOS ALIADOS 8 £ NIEGAN Coraitantinapla, 7.—La noia d d Oobierf» de Angxx^ renñüda a ios altos ooniiaariM aSadce a propósito d d paso por los Estrf chos de los navios pertenecientes a las naciones con las cuales Turquía e s t i en «atado de armlstido, especifica que la enNrada d e nanrlos no podrá efectuarse sin una tf/éatka.áóa especial. Además, los navios no tendían denpcfao a desembarcar contingentes en los poerúts turce», y la tripuladón no podrá bajar • i t e r a sino por peqiwAos grupos. Por otra parte, tos representanites del Oobiemo Uttfaáfet» v a n a ser adyertikks éo <me d ' t r a s k d ó a*Con^itantinopia de k A d m i m tradón de Aiig<jir» no podrá ntodiflcar e o Constántinopía, 7.-^En uoa proclama dirá- naida d n^imen de ocupación ¡ntot^Háda^ tal gada al puetío turco, d Sultán haoe desmen- como ciisfee actuiaknentek