Universidad Surcolombiana Programa de Comunicación Social y Periodismo Seminario de Teoría de la Comunicación II Prof.: Carlos Arturo Monje Álvarez De MORAGAS Spà, Miguel. Teorías de la comunicación. Investigación sobre medios en América y Europa. 4 Ed. España, Gustavo Gili, 1990, pp. 61-70. 1.7. Wilbur Schramm y la «Mass communication Research» En los años cincuenta se consolidan las grandes líneas de lo que hasta nuestros días constituirá la ciencia de la comunicación norteamericana. Los estudios sobre comportamiento electoral, con trabajos empíricos como los ya citados de Berelson, Gaudet, Lazarsfeld y McPhee, los adelantos en el campo de la psicología social con experimentos como los realizados por Kurt Lewin (1947) y los trabajos de Hovland, han puesto ya claramente de manifiesto que los efectos de la comunicación de masas no pueden considerarse efectos puntuales, sino que dependen de diversos factores. El receptor deja ya de ser considerado como un ser «pasivo», a la expectativa de la presión influyente de los medios de comunicación. A este estadio del desarrollo teórico corresponde una importante alza en la demanda social de la producción teórica. Es la época en la que se consolidan los grandes centros de estudio norteamericanos, en la que aparecen los famosos readers sobre la materia (Berelson y Janowitz 1955), en la que se inicia un planteamiento internacional de la política investigadora. Para estudiar este contexto podemos destacar, como figura representativa, como prototipo de «especialista», como uno de los más importantes divulgadores, a Wilbur Schramm. Mientras los grandes fundadores de la ciencia de la comunicación de masas norteamericana, procedentes principalmente de la sociología y la psicología, aportaban estudios a distintos campos y objetos de estudio, Schramm representa ya al teórico, conocido también en la Europa de los últimos veinte años, que se identifica, sociocientíficamente, como experto en, comunicación de masas. Schramm ha tenido una activa participación en la política editorial de divulgación de los principales trabajos de la historia de la investigación norteamericana. Podemos destacar, por ejemplo, tres importantes readers: el primero, publicado en 1949, con el título Mass Communications (Schramm 1949), que recoge aportaciones de economistas, antropólogos, historiadores, psicólogos sociales, etc. En 1954, en colaboración con D. F. Roberts, reedita y amplía Mass Communications con el título The Process and Effects of Mass Communication (Schramm 1954a), libro de consulta obligada para cualquier aproximación a la historia de la investigación sobre la comunicación de masas. En este reader se incluyen, entre otros, algunos de los trabajos más destacados de M. D. Fleur, H. D. Lasswell, W. Lippman, P. H. Tannenbaum, C. 1. Hovland, P. F. Lazarsfeld, R. K. Merton, H. Cantril, E. Katz, etc. Al margen de las sucesivas reediciones de este reader, Schramm publica en 1963 un tercer reader titulado The Science of Communication (Schramm 1973a); se trata de una serie de conferencias divulgadas por «The Voice of the America» que incluye un interesante ensayo de Schramm titulado «Communication Research in the United States» (Schramm 1973b). A partir de los años sesenta se dispone ya de estadísticas fiables y de numerosos datos sobre la circulación y estructura de la información mundial. A partir de estos datos, y por comparación, Schramm puede establecer unas primeras hipótesis sobre la interrelación entre estructuras sociales, desarrollo tecnológico industrial, estructura agraria, regímenes políticos, etc., y la circulación y funciones de la comunicación de masas. Sobre la base de datos fiables puede ya ensayarse una teoría global de los mass-media. El estudio de sus funciones llevará a Schramm a una conclusión Universidad Surcolombiana Programa de Comunicación Social y Periodismo Seminario de Teoría de la Comunicación II Prof.: Carlos Arturo Monje Álvarez «integrada». Para Schramm, los efectos de las comunicaciones masivas son positivos para el mantenimiento de la paz internacional y el desarrollo económico y cultural de los pueblos. Schramm, que reconoce numerosos casos de «abusos» en la utilización de la comunicación de masas, busca para cada uno de ellos una explicación coyuntural, que no entre en colisión directa con la justificación del sistema. El trabajo teórico de Schrámm se confunde, en definitiva, con un gran esfuerzo por demostrar el carácter excepcional de los abusos de unos sistemas de comunicación controlados por la iniciativa privada. Estos extremos pueden identificarse, por ejemplo, con la lectura de su libro Responsability in Mass Communication, escrito en colaboración con William L. Rivers (1957), en el que se pone de manifiesto una sorprendente simplicidad de planteamientos entrecruzando continuamente hechos comunicativos con elementales consideraciones éticas. La justificación social de la actual estructura de control de los medios se transfiere a la noción ambigua y descontextualizada de «responsabilidad social» de los profesionales y gestores de la información. Se aceptan y se describen las continuas interferencias por parte del poder político y económico a la libertad de expresión, frente a la cual y para neutralizarla se propone, simplemente, la utópica responsabilidad de los informadores, a su vez, como se sabe, contratados por los supuestos responsables de la intromisión. En este contexto debe explicarse el interés de Schramm por las teorías de base que definen el funcionamiénto de la comunicación en los diversos modelos de sociedad. Analiza, entonces, hasta cuatro modelos: autoritario, liberal, comunista y el de la responsabilidad social (Siebert, Peterson y Schramm 1956). Sobre la teoría autoritaria -haciendo referencia expresa a la situación de la información en la España franquista- se dice, en resumen, que los medios de comunicación no son sino instrumentos del poder político establecido. Para Schramm, y en cuanto a lo censurable, las teorías comunista y autoritaria apenas se diferencian; en ambos casos, la información es un instrumento del Gobierno, sin dar cabida, en ningún caso, a diferencias de función entre ambos modelos de utilización de los medios. Para la teoría liberal, que se basa en la aceptación del libre mercado, es la propia razón del hombre, que puede diferenciar lo bueno de lo malo, quien debe establecer el control de los medios de comunicación por encima de las decisiones del poder político. La teoría de la responsabilidad social definida por Schramm, se presenta como superadora de las limitaciones de la teoría liberal ante la creciente influencia del poder económico sobre la libertad de expresión. La teoría de la responsabilidad social se basará en el hecho de que el «rasgo característico de la responsabilidad social consiste, precisamente, en que la definen los periodistas y no se la hace cumplir en absoluto. Si fuera decidida y llevada a la práctica por el Gobierno, no sería más que un sistema autoritario disfrazado» (Schramm 1964). Un trabajo representativo de la ciencia de la comunicación norteamericana de los años sesenta, y de su influencia internacional, lo constituye su libro Mass-Media and National Development (Schramm 1964). Al margen, ahora, de los específicos intereses norteamericanos en esta materia, lo cierto es que, en 1958, las Naciones Unidas lanzaron la idea de promocionar el estudio de la comunicación de masas, la mass communication research, como un proyecto de alto interés político internacional. Se reconoce que los medios de comunicación juegan un papel decisivo en el desarrollo de los pueblos y en el mantenimiento del equilibrio internacional, que tienen un importante papel en los procesos sociales, económicos y educativos, que las nuevas técnicas ofrecen especiales oportunidades para la aceleración de los procesos de desarrollo. 2 Universidad Surcolombiana Programa de Comunicación Social y Periodismo Seminario de Teoría de la Comunicación II Prof.: Carlos Arturo Monje Álvarez Entre 1960 y 1962 se realizan distintas reuniones y estudios para determinar el rol de la comunicación masiva en los países del Tercer Mundo. Esta actividad cristaliza en 1966 con la recomendación formal de la Asamblea General de las Naciones Unidas para que los gobiernos potencien sus sistemas de comunicación masiva y que, en consecuencia, y para una mayor eficacia, se refuercen los trabajos de investigación en esta materia. Wilbur Schramm tendrá un papel destacado en esta operación. Su actividad divulgadora y organizadora, en tanto que asesor del organismo internacional, determinará que los planteamientos de Mass-Media and National Development sean tomados como propios por la política comunicativa de la UNESCO. El trabajo de Schramm hace hincapié en los resultados positivos que representa el uso amplio de los medios técnicos de comunicación, destacando en ellos, naturalmente, la televisión como medio de importancia decisiva para la sociedad industrial moderna. La comunicación social, entre sus diversas funciones, permite una amplia divulgación de conocimientos; esta divulgación se presenta como un instrumento de eficacia decisiva en los procesos de desarrollo, de tránsito a la industrialización de las sociedades subdesarrolladas. La comunicación de masas, sobre todo la comunicación audiovisual, permite a los pueblos subdesarrollados contemplar, y posteriormente imitar, los modelos de vida, las costumbres de las sociedades desarrolladas. Este aspecto es, a mí entender, un aspecto central que admite una doble consideración: por una parte debe advertirse que esta influencia, en tanto que transmite unos determinados modelos de comportamiento, es una influencia de dominio, lo que significa, de hecho, unos determinados modelos de consumo. La comunicación de masas se convierte, y ello sin entrar en la influencia concreta de los mensajes publicitarios, en una inmensa maquinaria semántica de publicidad de los productos... norteamericanos, así como de sus índices y modalidades de consumo y caducidad. De hecho estos estudios sobre desarrollo y medios de comunicación de masas experimentan una importante expansión en los años sesenta. Con Wilbur Schramm, otros autores, como Hyman (1967), Frey Lerner (1967, 1978), Pye (1963), etc., ponen su investigación al servicio de esta política. El libro de Lerner y Schramm (1967), Communication and Change in the Developping Countries, es un ejemplo de esta interrelación. Mereció incluso un prefacio de Lyndon B. Johnson. Jeremy Tunstall, en su libro sobre el poder de los medios de comunicación anglo-americanos en el mundo, tiene unas durísimas palabras para esta escuela de investigadores: «En los años sesenta, Daniel Lerner, Ithiel De Sola Pool y Wilbur Schramm se convierten en una especie de circo ambulante [...] aconsejando primero a un Gobierno asiático y después a una agencia federal estadounidense. Lerner fue el líder intelectual del circo, Ithiel De Sola Pool fue el comisario del grupo, uno de los más vigorosos charlatanes académicos y anticomunistas 1...] El tercer miembro del circo era Wilbur Schramm, que fue el verdadero viajero, con base en Standford. Schramm llegó a ser en los años sesenta el experto en mass-media favorito de la UNESCO» (Tunstall 1977: 208). Estos problemas, tratados pioneramente por Schramm en Norteamérica, experimentarán, ya entrados los años setenta, un importante descenso en su influencia. Los programas de estudio sobre las políticas de comunicación serán, definitivamente, institucionalizados por la UNESCO para los países en vías de desarrollo. Los países del Tercer Mundo no aceptarán los puntos de vista de los expertos norteamericanos para interpretar las relaciones entre medios de comunicación y desarrollo. La misma noción de desarrollo será revisada. 3 Universidad Surcolombiana Programa de Comunicación Social y Periodismo Seminario de Teoría de la Comunicación II Prof.: Carlos Arturo Monje Álvarez Los esquemas de Schramm El trabajo sociológico-descriptivo de Schramm se completa con sus intentos de establecer algunos esquemas sobre la naturaleza y los elementos que intervienen en los procesos comunicativos y que pretenden interpretar el fenómeno comunicativo en su totalidad. En la historia de la investigación de los medios de comunicación existen dos grandes e importantes propuestas de las que Schramm, que no constituye una excepción, es deudor: los esquemas de Lasswell (1948) y Shannon (1949). Existe una clara diferencia en la razón teórica de esquemas como el de Lasswell, diríamos de carácter sociológico, y esquemas como el de Shannon, de carácter físico-matemático. El esquema de Shannon, en tanto que fórmula, pretende una aplicabilidad universal repetible. Los esquemas sociológicos no pretenden tanto la aplicabilidad, su utilización como fórmulas matemático-lógicas, como la posibilidad de sintetizar, resumir, en unos trazos pertinentes y universales, la complejidad de elementos y de estructuras de relación de estos elementos en los procesos de comunicación humanos. Schramm, y una vez más debemos citarle como experto representativo, utiliza de hecho la primera fórmula, la extraída del universo de la cibernética, para elaborar una síntesis gráfica de la complejidad de la comunicación humana. Este intento de aplicación quedará suficientemente claro en la comparación del gráfico de la página siguiente. 4 Universidad Surcolombiana Programa de Comunicación Social y Periodismo Seminario de Teoría de la Comunicación II Prof.: Carlos Arturo Monje Álvarez Aunque ambas fórmulas sean prácticamente intercambiables, pueden observarse algunas variaciones concretas en el ámbito de las referencias al transmisor, determinado por Schramm como cifradorcomunicador, y en el de las referencias al receptor, determinado como descifrador-perceptor. La comunicación humana, a diferencia de la transmisión de información que contempla Shannon, obliga a una consideración específica de la complejidad inherente a la naturaleza humana de los extremos receptor y transmisor, circunstancia que se complica en el caso de la comunicación de masas dada su dualidad técnico-humana. La presencia del factor social en la determinación de los polos emisor y receptor explicará la gran variedad de correcciones a que los expertos en comunicación de masas han sometido el esquema de Shannon aceptado por todos en su estructura básica. El propio Schramm evolucionará en esta línea en busca de nuevos esquemas que le permitan una mejor síntesis y adecuación a la complejidad social de los procesos de comunicación: 5 Universidad Surcolombiana Programa de Comunicación Social y Periodismo Seminario de Teoría de la Comunicación II Prof.: Carlos Arturo Monje Álvarez Adviértase que el modelo cibernético no se ve alterado por una mayor o menor complejidad técnica en los polos emisor y receptor. Pero el esquema de la comunicación masiva exige, para una correcta síntesis y resumen, la plasmación de esta complejidad. En la comunicación de masas y en la ya citada diferencia entre circunstancias técnicas de los aparatos receptor y emisor y uso humano de los mismos, deberán introducirse las correspondientes diferencias sociales en el interior de las estructuras emisoras -empresas periodísticas o informativas en general- y, más ampliamente, la participación o vinculaciones de los emisores en los grupos receptores y viceversa. Existe aún una segunda dificultad para la adecuación de los esquemas de la comunicación de masas a la realidad que intentan sintetizar: la experiencia social nos muestra que la comunicación de masas es distinta cuando lo son los medios de comunicación que se utilizan. La utilización de uno u otro medio afecta la estructura que se establece entre los distintos elementos que intervienen en el conjunto del proceso. Los esquemas que conocemos, los de Schramm entre ellos, no establecen diferenciaciones para los distintos medios de comunicación. En una palabra, los esquemas no alcanzan a introducir, en su lugar adecuado, el papel específico de cada uno de los medios de comunicación. Estos esquemas, en consecuencia, acaban por presentar el mensaje como una entidad aislada de su propia estructura expresiva, limitando su contextualización a una referencia a los campos de participación de los polos emisor y receptor. En otro grado de su evolución teórica, Wilbur Schramm irá introduciendo variantes en sus planteamientos esquemáticos, intentando incorporar a los mismos las distintas conquistas de la mass communication research. En este sentido es interesante considerar el siguiente esquema: 6 Universidad Surcolombiana Programa de Comunicación Social y Periodismo Seminario de Teoría de la Comunicación II Prof.: Carlos Arturo Monje Álvarez Debe destacarse en primer lugar que una vez asimilados los distintos descubrimientos científicos en la materia, deja ya de considerarse al receptor como un individuo aislado, descartándose la idea de que es posible el estudio de una relación unívoca entre emisor, mensaje y receptor. El receptor, y así intenta esquematizarse en el dibujo, se encuentra sometido a una gran variedad de influencias comunicativas. Éste podría constituir un ejemplo de las dificultades de aplicar a los procesos de la comunicación de masas los esquemas elementales de la cibernética. Ésta puede aislar fácilmente sus procesos limitándose a consideraciones internas -caso del ruido- del proceso concreto que se estudia. La ciencia de la comunicación de masas, que en definitiva se interesa por los efectos sociales, está interesada en la influencia sobre la mente y la conducta del individuo de distintos procesos de comunicación. En consecuencia, el esquema deberá recoger las posibles interinfluencias entre procesos distintos y no simultáneos. Por otra parte, se hace necesario recoger en el esquema una de las conquistas más importantes de la ciencia norteamericana de la comunicación, la que hace referencia a las interrelaciones sociales que los individuos establecen con independencia de su situación como receptores de la comunicación de masas y que ya se conocen como decisivas en relación con los posibles efectos de los mensajes de aquella comunicación. Queda, finalmente, una última consideración en relación con la importancia que, incluso en el campo de la comunicación masiva, se atribuye a la noción de respuesta, de feed-back. La participación, siquiera indirecta, en las decisiones de los emisores de la comunicación de masas, contribuye a romper con la idea tradicional del aislamiento y pasividad del receptor. La obra de Schramm es una obra extensa, sintetizadora, que define el campo de estudio pero que también marca el límite de las posibilidades teóricas y de la continuidad científica de nuestra disciplina cuando pretende establecer una ciencia autónoma cuya ocupación central sería la de repetir ensayos sobre fórmulas de interpretación, nuevos esquemas y paradigmas de un proceso comunicativo injustificadamente descontextualizado y extraído de su inevitable marco social. 7