VIDA, SUEÑOS Y MUERTE Existen maneras variadas de interpretar un cuadro. Vamos a escoger cuatro pinturas, de variados artistas, y analizaremos la intención del artista, de acuerdo a la época en que fue realizado cada uno, y así intentaremos descifrar el mensaje que deseaban transmitirnos. En la figura 1 James Ensor pinta esqueletos vacios, alrededor de una chimenea, vestidos o rodeados de elementos, propios del oficio de artista, en un escenario sombrío; la acción principal se desarrolla por tres esqueletos, dispuestos alrededor de la chimenea, formando un triangulo. Con ello quería representar el vacio, la muerte en vida del artista, la deshumanización del ser, la pérdida del sentido de una sociedad, hundida en la guerra y la desolación. Representa a la muerte, que se puede encontrar en cualquier sitio, el vacío existencial del artista ocultado tras una máscara; es la clara representación de una sociedad grotesca y deshumanizada. Esta obra se ha reconocido en su época como arte grotesco, por ser una voz de protesta, que llamaba a los artistas a cuestionarse, en un ambiente destruido por la primera guerra mundial, en que las personas comienzan a cuestionar el verdadero sentido de sus vidas, y de una sociedad sometida por el afán de dinero. San Antonio era un monje ermitaño del desierto del Egipto, que sufría de visiones, en que el demonio le tentaba con los placeres de la carne; Dalí que compartía experiencias de delirios eróticos, se identificó con San Figura 1. James Ensor (Bélgica, 1860-1949). Skeletons Trying to Warm Themselves. Antonio y pinto esta obra (Figura 2) titulada “Las tentaciones de San Antonio”. Dalí era un pintor completamente simbólico, por tanto, cada figura que se encuentra en la obra tiene un significado encriptado, encontramos también contradicciones de origen visual y de significado. La acción se desarrolla en un desierto, en donde se encuentra San Antonio, desnudo y sucio, postrado en el antiguo gesto de exorcismo, con una cruz de palo en su mano derecha, mientras se soporta con su mano izquierda, en una piedra situada detrás del personaje; está enfrentado a un cráneo, que resume su miedo a la muerte y la terminación del deseo. Esto representa la indecisión entre estos dos principios, en que constantemente se debate el pintor. Se encuentran también en el cuadro, la figura de un caballo, representando la potencia y deseo sexual, que al ser blanco representa la muerte; adhiriendo a esta figura un doble significado: muerte-deseo. A su vez este caballo está acompañado por cuatro elefantes, símbolo de la pureza, la sabiduría y la fuerza, cada uno de patas largas y deformadas, que elevan los cuerpos de los elefantes al cielo, representando la sublimación; esto aporta un nuevo doble significado: pesado-liviano. El caballo y los elefantes forman entonces otra dualidad: pureza-sexualidad. Cada elefante lleva en su lomo un icono con un significado implícito: El primero lleva la copa de la lujuria, de la que emerge una mujer desnuda y sin sexo, que representa la apatía que sentía este artista hacia los genitales femeninos. En el segundo se levanta un obelisco, inspirado en una escultura de Gian Lorenzo Bernini, simbolizando un falo, y de manera contradictoria, la elevación espiritual. En el tercer elefante encontramos Figura 2. Salvador Dalí (España, 1904-1989). Las tentaciones de San Antonio (1947). una construcción, inspirada en la obra de Andrea Palladio, en la que se encierra un torso desnudo de mujer, representando los placeres del mundo y de la carne. Y por último en el cuarto y más alejado de los elefantes, se encuentra una torre, que representa un falo, que indica la idealización del deseo sexual. Las nubes grises en el cuadro, muestran las características cambiantes, los contratiempos que hay que cruzar, para alcanzar la espiritualidad. La construcción asida sobre estas, es el monasterio de El Escorial (España), que está construido a base de triángulos y círculos, y que adicionalmente contiene la proporción sagrada: phi (Φ). Las nubes, están en contradicción con la piedra en la que se sostiene San Antonio. El ángel representa la superación de la dualidad masculino-femenino, las alas lo unen al concepto de elevación que está en todo el cuadro. En la Figura 3 tenemos un cuadro de Francisco de Goya, representando el aquelarre, una reunión de brujas, en la que se adoraba al demonio, en esta pintura, representado como un cabrón, que se encuentra rodeado de brujas, tanto ancianas, como jóvenes, que le ofrecen niños, unos desnutridos y otros sanos, con los que se creía, se alimentaba; la acción se desarrolla en una noche de media luna, nubes obscuras y murciélagos. Esta obra se realizó en un periodo de transición, del barroco al romanticismo, por eso cuenta con un escenario sombrío, que trata igualmente temas negros, como lo es la brujería. Se relaciona constantemente con la superstición, el miedo y las pesadillas, temores que surgen tras la caída de la noche, con la oscuridad, por ello, utilizo una paleta de colores obscuros, resaltando la falta de luz, o conocimiento; las obras de Goya son la pesadilla de la sin razón. Esta obra ya comienza a acercarse a la belleza de la fealdad, pertenece a la estética de “lo sublime terrible”, que es tan frecuentemente utilizado en el romanticismo. Figura 3. Francisco de Goya (España, 1746-1828). El aquelarre (1798). Por último tenemos una obra de Henry Fuseli, con una de sus obras negras: la pesadilla, esta es causada por la presencia de un demonio, que alude a las leyendas germanas del incubo (demonio masculino) y el súcubo (demonio femenino); que acudía en las noches, a los durmientes y se sentaba en sus pechos, para causarles sofocación, parálisis, sueños terroríficos o de contenido sexual, o incluso llegaban a mantener relaciones sexuales con ellos. En el caso de la obra, el incubo sentado en el pecho de la mujer vestida de blanco, produce en ella sueño de contenido sexual, que se asume por la postura de abandono al placer en que se encuentra; mientras voltea a ver al espectador, hecho que hace la escena inquietante, y que nos hace ser parte del cuadro. Resulta intrigante el ambiente pintado de rojo y negro, que hace alusión directa al deseo sexual, así como la presencia de una yegua que parece observarlos, pero que tiene la mirada apagada; se suma a este ambiente misterioso la proyección de la sombra del incubo. Esta obra fue pintada por Fuseli, después de una relación sin frutos con Anna Landont, la sobrina de su mejor amigo Johann Lavater, que se encontraba comprometida y le rechazo. En 1779, cuando se enteró de la boda de Anna, le escribió a su amigo confesándole haber soñado que hacía el amor con su sobrina, en la cama de ella, fundiendo sus almas y cuerpos en uno. Tiempo después pinto este cuadro, y en su reverso plasmo un retrato de Anna. Fuseli dijo: “una de las regiones más inexploradas del arte son los sueños y lo que puede denominarse la personificación de los sentimientos”, la pesadilla se volvió un icono del horror, muestra una inquietante sexualidad, llena de fantasías y perversiones. Con esto concluimos que los sueños, tal como lo dijo Fuseli son “la personificación de los sentimientos”, hoy y siempre lo desconocido, recibirá una denominación, una explicación, que pueda aplacar nuestra razón, pero en nuestro inconsciente seguiremos temiéndole al impulso de Figura 4. Jhon Henry Fuseli (Suiza, 1741-1825). The Nightmare (1781). muerte o seguirá tentándonos el impulso de vida. Por ello cada artista, con su forma particular de sentir y aceptar la vida, criticará a la sociedad por no aceptar que también ellos se encuentran vivos.