1 Tema 4: La Península Ibérica en la Edad Media: los reinos cristianos 4.1. Los primeros núcleos de resistencia Tras la rápida conquista musulmana de la mayor parte de la Península, en las montañas del norte se comenzaron a organizar núcleos de resistencia cristianos. Hasta el siglo X, estos núcleos simplemente resisten u ocupan zonas despobladas como el norte de la cuenca del Duero. La hegemonía en ese período está en manos de Al-Andalus. A) El núcleo asturiano En el 722, un noble visigodo, Pelayo, y los indígenas astures derrotan en Covadonga a un ejército musulmán. A partir de ese momento comienza a organizarse el reino de Asturias. Alfonso I (739-757) asume la herencia visigoda. Establece el "Fuero Juzgo" y otros elementos políticos. La emigración hacia el norte de población visigoda e hispanorromana refuerza esta continuidad. Alfonso II (791-842) establece la capital en Oviedo. Durante su reinado se descubre la tumba de Santiago, origen de la gran peregrinación. Alfonso III (866-910) lleva la frontera hasta la línea del río Duero, ocupando la cuenca norte ("tierra de nadie"). Se escriben varias crónicas que refuerzan la idea de la continuidad del reino astur-leonés y el reino visigodo. A su muerte se traslada la capital a León. B) El núcleo navarro La zona pirenaica occidental se hallaba entre el reino franco y Al-Andalus. Tras diversos acontecimientos (Batalla de Roncesvalles contra los francos en el 778) se impuso en el que se denominó reino de Pamplona la dinastía Íñiga. El núcleo navarro se afianzó con Sancho III el Mayor (1000-1035), que extendió su poder a Aragón y Castilla y fue el monarca más poderoso de los reinos cristianos peninsulares en el s. XI. C) El núcleo aragonés Zona de débil poblamiento en el Pirineo central, estuvo bajo la influencia primero de los carolingios, después de los navarros y realizó escasos avances en la reconquista ante el potente núcleo musulmán en torno al valle del Ebro. 2 D) El núcleo catalán En la zona norte de la actual Cataluña, el reino franco carolingio estableció la Marca Hispánica, organizada en condados, entre los que destacó pronto el de Barcelona. Vifredo el Velloso reconquistó algunos territorios e inició un proceso de independencia respecto al debilitado reino franco, al que ya en el siglo X sus sucesores dejaron de prestar homenaje feudal. 4.2. Principales etapas de la reconquista Se suele denominar “Reconquista” al período de la historia de la Península Ibérica comprendido entre los años 718 (fecha probable de la rebelión de Pelayo) y 1492 (final del reino nazarita de Granada), durante el que reinos cristianos y musulmanes coexistieron y lucharon. El término es muy discutible. Pese a los esfuerzos de algunos de los reinos cristianos por presentarse como "sucesores" de los visigodos, los reinos que "reconquistaron" la Península nacieron con posterioridad a la invasión islámica. No obstante, la expresión se utiliza ampliamente entre los historiadores, tanto en España como en el extranjero. Podemos distinguir diversas fases: A) Primera etapa (siglos VIII-­‐X) Después de las primeras escaramuzas de importancia, como la victoria cristiana en Covadonga (722), se abre un largo período en el que los núcleos cristianos del norte consolidan su territorio y avanzan tímidamente hacia el sur. El reino asturiano alcanzó la línea del Duero en el año 910. Esto llevó a que Ordoño II (914-924) trasladara a León la capital. A partir de entonces se comienza a hablar de reino astur-leonés y después de reino de León. B) Segunda etapa (siglo XI y primera mitad del XII) Aprovechando la debilidad musulmana tras el fin del Califato y la disgregación de los taifas, León y Castilla rebasan el Sistema Central y ocupan la cuenca del Tajo después de la conquista de Toledo en 1085. Tras el freno impuesto a la reconquista por la invasión almohade, el avance hacia el sur se reactivó en los reinos orientales cuando Alfonso I de Aragón reconquistó Zaragoza en 1118 y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó Tortosa (1148) y Lérida (1149). Mientras, Portugal conquistaba Lisboa en 1147. C) Tercera etapa (fines del siglo XII y principios del XIII) Poco a poco Castilla consiguió dominar el valle del Guadiana y los pasos de Sierra Morena, proceso que culminó en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), con la que se abrió definitivamente el avance cristiano hacia el valle del Guadalquivir y Valencia. 3 D) Cuarta etapa (siglo XIII) Rápida ocupación del valle del Guadalquivir (Córdoba, Sevilla) por Fernando III el Santo (1252) y de Valencia y las Baleares por Jaime I el Conquistador (1276). Al-Ándalus queda reducido al reino nazarita de Granada hasta 1492. Evolución política de los reinos cristianos Al avanzar la reconquista, Castilla se independizó de León (siglo X, con el conde Fernán González), Portugal de Galicia y Aragón se expandió hacia el sur. Posteriormente Castilla absorbería a Asturias, a León, a Galicia y parte del Reino de Navarra. Aragón absorbió al condado de Barcelona y al Reino de Valencia, formando todo el conjunto la Corona de Aragón. Portugal se constituyó como reino independiente en el siglo XII. Al final del siglo XIII, había en la Península cinco unidades políticas: cuatro reinos cristianos (Castilla, Aragón, Navarra y Portugal) y el reino musulmán de Granada. 4.3. Las formas de ocupación del territorio y su influencia en la estructura de la propiedad. Modelos de repoblación y organización social Posteriormente a la conquista, tiene lugar el proceso de repoblación: la ocupación efectiva y el comienzo de la explotación económica de los territorios conquistados. 4.3.1. Modelos de repoblación: A) “Presura” o “Aprisio”: en la repoblación del valle del Duero o de la plana de Vic (zonas casi desérticas). Los campesinos dirigidos por un noble o un clérigo (a veces, pero no siempre) ocupan de forma libre la tierra y el rey sanciona posteriormente la legalidad de la propiedad. Esta repoblación genera una sociedad basada en la pequeña propiedad de campesinos libres, que se hallan comprometidos en la defensa militar de la tierra conquistada (campesinos-villanos castellanos). B)Repoblación concejil: en los valles del Ebro y el Tajo. La repoblación se basa en la creación de concejos y ciudades con su alfoz, a las que se dota de Fueros o Cartas Pueblas que otorgan libertades y privilegios a sus habitantes para atraer a la población a una zona peligrosa de frontera. La caballería villana queda encargada de la defensa y se configura como el grupo social hegemónico. Esta repoblación fue dirigida por el rey y configura una sociedad basada en la mediana propiedad. En zonas como Toledo o Zaragoza, la 4 abundante población musulmana fue expulsada al campo o a los arrabales de las ciudades. C) Repoblación de los valles altos del Júcar-­‐Turia y el Guadiana: La repoblación se basó en repartimientos a las grandes Órdenes Militares (Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa), originándose grandes latifundios ganaderos jalonados de fortalezas para la defensa del territorio de frontera. D) Repoblación de Extremadura, valle del Guadalquivir y fachada levantina: Los reyes otorgaron grandes territorios a los nobles y soldados que participaron en la conquista militar: “donadíos” (grandes latifundios en manos de la gran nobleza) o “heredamientos” (propiedades más pequeñas).El nuevo tipo de estructura agraria se basó en la gran propiedad y en las ciudades se organizaron concejos. La mayor parte de los musulmanes tendieron a huir al Reino de Granada; en los regadíos levantinos, sin embargo, muchos permanecieron trabajando para la nobleza cristiana. En Baleares, hubo repartimientos entre la nobleza, siendo la población musulmana diezmada o expulsada. 4.3.2. Organización social Pese a estos diferentes modelos de repoblación, el modelo de sociedad feudal se consolidó a lo largo de toda la Península con sus instituciones típicas como el vasallaje, el señorío territorial y el jurisdiccional. Se formaron tres estamentos: Nobleza (“bellatores”). Grandes propietarios de la tierra (señorío territorial y señoría jurisdiccional). Grupo privilegiado pero heterogéneo (alta nobleza, hidalgos, caballeros villanos). Clero (“oratores”). También poseen grandes latifundios y señoríos; es un estamento heterogéneo (alto y bajo clero). Campesinado (“laboratores”). Generalmente no son propietarios y están sujetos a la dependencia de sus señores (derechos señoriales). Desde el siglo XI, el crecimiento económico facilitó el desarrollo de las ciudades y de un nuevo grupo social: la burguesía. Aunque perteneciente al grupo no privilegiado (pagan impuestos), consiguieron una cierta autonomía en el gobierno de las urbes (concejos) y participación en Cortes. También nos encontramos con minorías religiosas y étnicas marginadas: los judíos, mayoritariamente urbanos, y los mudéjares, que viven preferentemente en el campo. 5 4.4. Diversidad cultural: cristianos, musulmanes y judíos Durante la Edad Media, a la vez que la guerra y el enfrentamiento, tuvo lugar la coexistencia y la fusión entre las tres culturas y religiones presentes en la península: la cristiana, la musulmana y la judía. Hasta el siglo X, Al-Ándalus fue culturalmente muy superior a los reinos cristianos. Sólo los monasterios, como el de Ripoll o Sahagún, preservaron y trasmitieron la cultura mediante la copia y conservación de libros. En el siglo IX tuvo lugar un hecho clave: el “descubrimiento” de los restos del apóstol Santiago. Nació así el Camino de Santiago, ruta de peregrinación que se convirtió en una vía de difusión cultural a través de la cual llegaron modelos literarios, como los cantares de gesta, y estilos artísticos, como el románico y el gótico. La influencia cultural también tuvo lugar en sentido contrario y las aportaciones culturales de los reinos cristianos hispanos y la influencia de la cultura hispanomusulmana llegaron al resto de Europa. A partir del siglo XI se inicia un fuerte desarrollo cultural paralelo a la formación de las lenguas romances: castellano (Cantar del Mío Cid, 1207), gallego, portugués y catalán. En el s. XIII aparecieron las Universidades (Salamanca, 1218). El puente cultural entre mundo islámico y cristiandad fue la prestigiosa Escuela de Traductores de Toledo, que alcanzó su apogeo con Alfonso X el Sabio (s. XIII). Allí colaboraron cristianos, musulmanes y judíos, que traducían del árabe al latín y, luego, directamente al castellano. La Escuela fue muy importante en la difusión en la Península y Europa de las obras científicas, filosóficas y literarias de griegos, romanos y orientales.