Lunes 25 de febrero de 2008 Comunidad Valenciana JUAN GRIMÁ,SOCIO DIRECTOR DE CUATRECASAS CONSEJOS DEL JURISTA “Es difícil salir de un concurso cuando se entra sin gasolina” El bufete que lleva procesos como Llanera y Segarra advierte que vender“a prisa y corriendo”puede llevar a anulaciones de esas operaciones po parte de los jueces. El Tribunal de Luxemburgo prima la libertad de establecimiento y de prestación de servicios. El derecho de huelga en la UE A.C.A.Valencia Las oficinas de Cuatrecasas en la tercera planta del Edificio Europa de Valencia han sido uno de los escenarios donde se han gestado algunos de los hitos empresariales de los últimos meses en la región. La auditoría para la finalmente frustrada venta de Pamesa a un fondo de capital riesgo de BBVA se realizó en ese despacho, que también representa a Llanera y a la firma castellonense de calzado Segarra en sus concursos de acreedores. Para abordar cómo afrontar estas situaciones y sus consecuencias legales, Cuatrecasas y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) organizan mañana una jornada en Valencia. Pregunta: ¿Acuden más empresas a solicitar asesoramiento sobre los procesos concursales ahora? Respuesta: Los problemas los tienen las empresas con un elevado endeudamiento y un nivel de apalancamiento muy grande, porque todos los temas de renegociación de deuda están siendo muy difíciles. Éstas son las que están viniendo a buscar soluciones. Un concurso no es un capricho ni un plato de buen gusto, es una obligación legal. Las empresas están obligadas a presentarlo en dos meses desde que son conscientes de su situación de insolvencia y si no lo hacen se pueden desencadenar acciones muy graves contra los administradores. P.: Hasta ahora parece que no han prosperado ese tipo de acciones contra empresarios. R.: Hay que distinguir dos cuestiones en la responsabilidad de los administradores. Hay una situación que no es en el concurso, la pérdida patrimonial grave, que supone acumular pérdidas año tras año aunque se sigue haciendo frente a los pagos. En el caso de que el patrimonio neto de una sociedad sea inferior a la mitad del capital social y no se tomen medidas para restablecerlo, cualquier acreedor puede pedir a la empresa y al administrador que paguen su crédito. Y aquí sí que hay sentencias firmes. En el caso del concurso, puede ser fortuito o culpable. Si el juez lo declara culpable, los Un análisis de Patricia García Madrona Juan Grima, socio de Cuatrecasas Abogados, en su despacho en Valencia. administradores tienen que responder con sus bienes. Es verdad que apenas hay jurisprudencia aún en este sentido, pero la ley también da la potestad al juez para que, si tiene razones para presumir que el concurso será culpable, pueda embargar el patrimonio personal con carácter preventivo. En Barcelona ha habido un caso en que se embargaron bienes por 50 millones de euros. Esta medida tiene mucha trascendencia aquí, donde la mayoría del tejido son pymes con un capital social mínimo en proporción al riesgo que asumen. P.: ¿Con la Ley Concursal crece el porcentaje de empresas que sobreviven frente a la suspensión de pagos? R.: El concurso sigue siendo el último recurso. Hay que ser realista, al día siguiente de “Con la crisis financiera va a haber procesos de empresas solventes pero sin liquidez” “Empieza a haber casos de embargos preventivos de bienes personales por concursos” presentarlo tienes que pagar al contado. El que entra sin gasolina lo tiene muy difícil. La ley está pensada para dar continuidad, pero lamentablemente la mayoría siguen abocadas a la liquidación. Con la crisis financiera va a haber procesos de empresas con problemas de liquidez pero solventes porque tienen un patrimonio muy superior a sus deudas y tienen que ser capaces de salir adelante. La equivocación con la que muchas veces nos encontramos es hacer operaciones a prisa y corriendo para tratar de evitar el concurso o hacerlo antes, cuando después cualquier operación hecha dentro de los dos años anteriores al concurso que no sean propias de la actividad ordinaria puede ser rescindida por el juez y dejarse sin validez. Un negocio de diez millones de euros en la región El despacho Cuatrecasas lleva once años implantado en Valencia,donde cuenta con un consejero,siete socios y cuarenta abogados. El año pasado su facturación se situó cerca de los siete millones de euros,con un incremento del 25% .De sus cinco áreas de actividad –derecho mercantil,laboral,fiscal,público y contencioso–, el mercantil y financiero supone el 30% del negocio,ligeramente por encima del de litigios, aunque según Grima estos segmentos suelen ser cíclicos y se complementan.En tiempos de expansión económica el area financiera y de operaciones pesa más,mientras que cuando llegan las crisis es la actividad de litigios la que gana peso.Para este ejercicio,el despacho espera crecer un 15%.“Hay un desplazamiento de la actividad hacia todo la parte de litigios y concursos,pero eso no significa que no se sigan haciendo operaciones corporativas.Hace poco ha venido un fondo interesado en invertir”. Además,el bufete considera que el área pública es una de las que más recorrido tiene,tras incorporar como socio a Mariano Ayuso,ex magistrado de la Sala de lo Contencioso que ha participado en proyectos de la administración como la nueva Ley de Ciudadanía. El despacho también tiene una oficina en Alicante,que funciona independientemente de Valencia y tiene un negocio de unos tres millones de euros.Además,Cuatrecasas se plantea la posibilidad de crear una“especie de satélite en Castellón,de la mano de alquien que ya estuviera trabajando allí”, añade Grimá. El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas acaba de dar un giro de 180 grados a la interpretación altamente proteccionista que la mayoría de los estados miembros de la Unión Europea otorgan al derecho de huelga. El cambio se ha producido tras dos sentencias, de 11 y 18 de diciembre, que, por primera vez, examinan este derecho desde el punto de vista de un mercantilista. Ambas sentencias plantean supuestos en los que una empresa de un estado miembro se ampara en las libertades de establecimiento y de prestación de servicios, a los efectos de pagar a sus trabajadores salarios de acuerdo con las leyes del país en el que están establecidos, independientemente del lugar dónde presten los servicios. En la primera sentencia, una empresa finlandesa que opera un buque con una ruta marítima entre Estonia y Finlandia decide cambiar a pabellón estonio, porque mientras enarbole el finlandés se encuentra obligada a pagar a la tripulación los mismos salarios que se abonan en Finlandia, mientras que los habituales de las tripulaciones estonias son inferiores. En un supuesto similar, en la sentencia de 18 de diciembre, una empresa letona ha sido contratada para la construcción de un centro escolar en Suecia, para lo cual va a emplear a trabajadores letones, retribuyéndoles con salarios inferiores a los que se vería obligada a pagar si los trabajadores fueran suecos. En cada caso, los sindicatos finlandés y sueco promueven una huelga a los efectos de que a los trabajadores, tanto del buque como de la empresa constructora, se les garanticen los salarios mínimos del estado en el que tienen establecido su pabellón (Finlandia) o en el que van a prestar sus servicios (Suecia). El Tribunal de Luxemburgo falla que el ejercicio del derecho de huelga, pese a ser un derecho fundamental, no es absoluto. En concreto, establece que cuando mediante una huelga se pretenda atacar la libertad de establecimiento de las empresas en la UE o la libre prestación de servicios, al tratarse de principios fundamentales consagrados en el texto del Tratado CE, la huelga puede ser declarada ilegal. El Tribunal, además, afirma que sólo cabe el ejercicio del derecho de huelga cuando ésta sea razonable, atendiendo a si se han agotado otros medios antes de emprender dicha medida. Asimismo, establece que, ante la falta de una norma que garantice mínimos salariales para todos los trabajadores que presten servicios en el estado de destino, el empresario podrá pagar los salarios conforme a las leyes del estado de origen, aunque éstos sean inferiores a los de donde se desarrolle el trabajo. Circunstancia que no podría aplicarse en España, debido a que sí existe una regulación que obliga a garantizar a los trabajadores desplazados las condiciones salariales aplicables al sector o rama de actividad de que se trate. Así pues, si bien es cierto que la huelga tiene como finalidad garantizar a los trabajadores una mayor protección social que la que tendrían en otro estado, el Tribunal de Luxemburgo ha primado sobre dicho derecho fundamental las libertades de establecimiento y de prestación de servicios, brindando a las empresas la posibilidad de hacer valer las disposiciones recogidas en el Tratado CE a los efectos de declarar una huelga ilegal.