Liturgia “El Perdón de Dios”

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Liturgia
“El Perdón de Dios”
Se ponen todos en círculo y se coloca la al centro la maceta con algodón con alcohol
Todas:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Monitora:
Hemos sido creados por el inmenso amor de Dios. Creados para vivir el encuentro
plenificador con Aquel que es la Vida misma, y con nuestros hermanos. Llevamos
impreso en nuestro corazón la huella de Dios, su Amor que se enciende en nuestros
corazones y nos impulsa a buscarlo constantemente.
(Se enciende el fuego y se contempla el fuego un momento)
Monitora:
Sin embargo. Muchas veces optamos por negar este amor hasta el punto de ocultarlo
con nuestro pecado.
(Se apaga el fuego con tierra)
Monitora:
Nos ponemos de rodillas. Y cantamos todos después de cada invocación: “Señor ten
Piedad”.
Porque muchas veces optamos por la mentira y las ilusiones del mundo.
SEÑOR, TEN PIEDAD (Cantado)
Porque muchas veces preferimos darle la espalda al Señor y nos buscamos a
nosotros mismos.
CRISTO, TEN PIEDAD (Cantado)
Porque cerrándonos al Amor de Dios, nos cerramos al amor de nuestros
hermanos.
SEÑOR, TEN PIEDAD (Cantado)
Nos ponemos de pie.
Lectora:
“Yo los tomaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los llevaré
a su propio suelo. Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados. Los
purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos.
Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su
cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en
ustedes y haré que sigan mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes”1.
Monitora:
La misericordia del Señor es infinita. No se cansa de llamarnos, no se cansa de
invitarnos a vivir para lo cual hemos nacido. Él mismo ha venido a la tierra y se
entregado en la Cruz para purificar nuestros corazones. Dejemos que con su amor nos
limpie, nos purifique y nos muestre quienes somos y como es nuestro corazón.
(Se lleva un cirio encendido y se coloca sobre la maceta)
Dejemos que el Señor con su gracia convierta nuestro corazón, dejémonos
transformar por su amor, y acojámonos a su misericordia.
Cantamos “Levanta la cabeza hermano”
Todas:
LEVANTA LA CABEZA, HERMANO, ACÉRCATE AL SEÑOR.
ÉL TOCA CADA VEZ MÁS FUERTE EN TU CORAZÓN.
1. “Si el don de Dios tú conocieras
-le dijo Jesús a la samaritana-,
el agua que da vida tomarías tú
y no sufrirías sed nunca jamás”.
2. “Se te ha perdonado mucho
porque mucho amor mostraste al Señor”.
A los pies de Jesús, renació la esperanza,
un nuevo corazón, amante del Señor.
Todas: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
1
Ez 36, 24-27
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