27-99 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las diez horas con cincuenta y dos minutos del día catorce de mayo de dos mil diez. El presente proceso de amparo constitucional ha sido promovido por el señor Ciro Arturo Ruiz Torres, por medio de sus apoderados Enrique Hayem Moreno y Rodolfo Antonio Revelo Vaquero, contra actuaciones de la Junta Directiva del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA), por considerar que se le han vulnerado sus supuestos derechos a la justicia, a la seguridad jurídica, al debido proceso, a la protección de la propiedad y posesión, a que se cumplan las resoluciones judiciales, a una justa indemnización, a que el Estado no se enriquezca ilícitamente y a que no se le confisquen sus bienes. Han intervenido en la tramitación del proceso de amparo, además de la parte actora, la autoridad demandada y el Fiscal de la Corte. Leídos los Autos y Considerando: I. 1. Manifestó la parte actora en su demanda y escrito de interposición de recurso de revocatoria –el cual fue resuelto de manera estimatoria mediante auto de fecha 24-I-2001– que reclama en contra del Acuerdo número XXXI, de la Sesión Ordinaria de Junta Directiva del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria número 39-98, mediante el cual se fija la indemnización respectiva por la expropiación del inmueble denominado San Benito Porción III, ubicado en la jurisdicción de San Francisco Menéndez, departamento de Ahuachapán, la cual, argumenta, no se ha hecho efectiva, confiscándose tácitamente sus bienes, lo que conlleva –en su opinión– vulneración a su derecho a la justicia, a la seguridad jurídica, al debido proceso, a la protección de la propiedad y posesión, a que se cumplan las resoluciones judiciales, a una justa indemnización, a que el Estado no se enriquezca ilícitamente y a que no se le confisquen sus bienes. 2. Mediante interlocutoria de las quince horas del día 24-I-2001, se admitió la demanda de amparo en contra del ISTA, por presunta violación a los derechos fundamentales alegados por la parte actora, a quien se tuvo por parte. En el mismo auto se declaró sin lugar la inmediata y provisional suspensión del acto reclamado, por haberse ya ejecutado, y se pidió informe a la autoridad demandada. 3. Por interlocutoria de las once horas con tres minutos del día 12-II-2001, se modificó la resolución de las quince horas del día 24-I-2001 y se tuvo como parte pasiva de la pretensión de amparo a la Junta Directiva del ISTA; asimismo, se mandó a oír al Fiscal de la Corte, quien no contestó. 1 4. Mediante interlocutoria de las nueve horas con un minuto del día 27-II-2001, se confirmó la resolución de las quince horas del día 24-I-2001, en virtud de la cual se negó la suspensión de los efectos del acto reclamado, y se pidió nuevo informe a la autoridad demandada. 5. La autoridad demandada manifestó, en lo esencial, que “… al [emitirse] el Punto XXXI de la Sesión Ordinaria No. 39-98 de fecha [29-X-1998], adoptó los criterios de la Honorable Sala de lo Contencioso Administrativo, específicamente los vertidos en la sentencia de las quince horas y treinta minutos del día [11-IX-1998], del juicio marcado bajo el número 26-I-96, en el sentido de considerar que el punto XXXI de la sesión ordinaria No. 22-96 […] era ilegal…”. Asimismo, alegó que “… [la Sala de lo Contencioso Administrativo] consideró que la oferta de venta del inmueble, Hacienda San Benito, porción III, suscrita por el señor Ciro Arturo Ruiz Torres, en el carácter personal y como Apoderado del señor Carlos Justiniano Rengifo Orellana, de fecha [13-XII-1982], era completamente válida…” (resaltado suplido en el texto original). También manifestó que “… la fundamentación constitucional y legal del acto adversado (sic) se basa en el cumplimiento de la sentencia proveída a las quince horas con treinta minutos del día [11-IX-1998], de conformidad a lo dispuesto en el Articulo (sic) 34 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativo y Artículo 13 de la Ley Básica de la Reforma Agraria…”. 6. De conformidad a los artículos 27 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se efectuaron los traslados correspondientes al Fiscal de la Corte y a la parte actora. a) El primero de ellos manifestó que “… [esta Sala ya dictó] un fallo definitivo en el Juicio de amparo Constitucional No. 98-R-91 cuyo cumplimiento se pretende evadir…” Asimismo, expresó que “…como bien lo sostiene el tratadista Marienhoff, „una expropiación sin indemnización no es otra cosa que una confiscación‟…” resaltado suplido en el texto original). Finalmente, argumentó que “… considerando la prueba preconstituída (sic) presentada por el actor, y la presentada por la autoridad demandada, con la que no justifica la constitucionalidad del acto reclamado, ni se excepciona del mismo, carece de objeto recabar más pruebas, debiéndose tener con la aportada en autos, por establecidas las pretensiones del actor…”. b) El segundo de ellos reiteró su pretensión en el presente proceso y alegó que en el presente caso no era necesaria la apertura a prueba, por lo que solicitó se dictara sentencia definitiva. 2 7. Mediante auto de las once horas con cinco minutos del día 22-V-2001, se omitió el plazo probatorio y el presente proceso quedó en estado para pronunciar sentencia. 8. Sin embargo, por auto de las diez horas con cincuenta y un minutos del día 03-II2010, esta Sala advirtió que en los archivos de los procesos instados en esta Sala, no constaban las diligencias originales correspondientes al presente proceso de Amparo; sin embargo, dado que en los archivos en mención se encontraban las copias correspondientes a este proceso y el cual aparecía activo, de conformidad al Art. 160 inciso 2º de la Ley Orgánica Judicial, se le otorgó igual valor que los originales a dichas copias. 9. Asimismo, en virtud que se encontraban indefinidos elementos relacionados con el objeto del presente proceso, determinantes para la resolución final, se le requirió a la autoridad demandada que remitiera la documentación pertinente mediante la cual se estableciera el estado del proceso de indemnización de la parte actora, o el pago de la misma. Dicho requerimiento fue cumplido mediante escrito de fecha 07-IV-2010. II. Esta Sala estima indispensable hacer algunas consideraciones relativas al objeto de la presente controversia. En el presente caso, de acuerdo a la admisión de la demanda y a los alegatos expresados por las partes, el control constitucional se circunscribirá al Acuerdo número XXXI, de la Sesión Ordinaria de Junta Directiva del ISTA número 39-98, mediante el cual se fija la indemnización respectiva por la expropiación del inmueble denominado San Benito Porción III, ubicado en la jurisdicción de San Francisco Menéndez, departamento de Ahuachapán, con supuesta violación a los derechos de propiedad, seguridad jurídica y debido proceso. III. 1. Trasladando las anteriores consideraciones al caso en estudio, este tribunal observa que el abogado de los peticionarios ha argumentado que “… [demanda] a la Junta Directiva del ISTA […] por violación a los derechos constitucionales de [su] Poderdante, al expropiarle desde [1980], prácticamente confiscarle, la mitad del inmueble denominado San Benito Porción III…”. En ese sentido, el peticionario ha considerado que le han vulnerado su derecho a la justicia, a la seguridad jurídica, al debido proceso, a la protección de la propiedad y posesión, a que se cumplan las resoluciones judiciales, a una justa indemnización, a que el Estado no se enriquezca ilícitamente y a que no se le confisquen sus bienes, porque la autoridad demandada no ha pagado la indemnización que corresponde por la expropiación o pretende pagar un monto menor al que corresponde. 2. Conforme a ello, es importante señalar que esta Sala ha sostenido –Sentencia de Amparo 583-2005, Considerando II a 2– que “… en el artículo 106 de la Constitución se establece claramente la procedencia de la expropiación por causa de utilidad pública o de 3 interés social legalmente comprobados. Entre los caracteres de la expropiación, se dice que ésta es un acto de poder de la autoridad expropiante, de carácter unilateral, en virtud del cual adquiere la propiedad del bien afectado sin el concurso de la voluntad del expropiado y sin otros presupuestos legales que el pago de la indemnización. Además, la expropiación comporta siempre el conflicto de un derecho individual y de un interés público y se resuelve mediante el sacrificio del primero „in dubio pro societate‟…”. Asimismo, ha establecido “…que un elemento esencial de la expropiación es la indemnización, la cual siempre debe estar presente en dicha figura pues de lo contrario se estaría en presencia de instituciones esencialmente diferentes, tales como comisos, socializaciones generalizadas, o confiscaciones, entre otras. En este punto, es oportuno destacar que según la Ley Básica de la Reforma Agraria, el Estado además de poseer la obligación, tiene la facultad de tasar la justa indemnización que procede en caso de expropiación, lo cual evidentemente queda sujeto al principio de razonabilidad y proporcionalidad”. En virtud de ello, y en relación al caso concreto, resulta fundamental aclarar que la confiscación –como opuesto a la expropiación y su consecuente indemnización– constituye el apoderamiento de todos los bienes de una persona, o de una parte sustancial o importante de ellos, los que en virtud del acto confiscatorio pasan a poder de quien los realiza, por lo general del Estado, sin ningún tipo de comprensión o indemnización; dichos actos, en todos los casos, constituyen un apoderamiento inconstitucional, ya que se encuentran prohibidos en el inciso último del artículo 106 de nuestra Constitución que establece: “Se prohíbe la confiscación ya sea como pena o en cualquier otro concepto…”. Por ello, la jurisprudencia antes citada, ha establecido que existe una “… distinción entre la confiscación y la expropiación, marcando como diferencias las siguientes: (i) la confiscación se aplica como sanción al comportamiento o conducta del titular de los bienes confiscados, pero que en realidad se realiza a título de represalia o venganza de tipo político, mientras que la expropiación es un mecanismo utilizado para equilibrar el choque entre los intereses generales y un interés particular; (ii) la confiscación es el apoderamiento de todos los bienes de una persona o de una parte sustancial de su capital o renta [por lo general, por parte del Estado], mientras que la expropiación se refiere a la transferencia de uno o varios bienes a favor del expropiante [o de un particular]; (iii) la confiscación no constituye una limitación a la propiedad pues carece de juridicidad al estar prohibida por la Constitución; por su parte, la expropiación tiene carácter de limitación al dominio en beneficio de la colectividad, la cual se encuentra reconocida y legitimada en la Constitución; y (iv) la confiscación no apareja indemnización o resarcimiento, mientras que la expropiación tiene como elemento esencial el pago de una indemnización, generalmente previa, y justa…”. 4 IV. Corresponde ahora verificar si, en el procedimiento de expropiación llevado a cabo, la autoridad demandada violentó el derecho del impetrante a recibir una justa indemnización por el inmueble que le fue expropiado. 1. Según consta en el expediente del presente proceso, el inmueble denominado San Benito Porción III, ubicado en la jurisdicción de San Francisco Menéndez, departamento de Ahuachapán, fue expropiado a los señores Ciro Arturo Ruiz Torres y Carlos Justiniano Rengifo Orellana; no obstante ello, no fueron indemnizados por la autoridad demandada pues consideraba que dicha propiedad se encontraba comprendida en otra, también expropiada y debidamente indemnizada. En virtud de lo anterior, se inició proceso de amparo –98-R-91–, en el cual se estimó la pretensión de la parte actora y, consecuentemente, se consideró que debía hacerse efectiva la indemnización que legalmente les correspondía a los peticionarios. Así las cosas, y producto del amparo promovido, la autoridad demandada emitió diversos acuerdos, entre ellos el Acuerdo número XXXI, de la Sesión Ordinaria de Junta Directiva del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria número 39-98, impugnado en el presente amparo, con el fin de hacer efectiva la indemnización correspondiente; dichos acuerdos fijaron diversas cantidades a pagar, por lo cual fueron impugnados ante la Sala de lo Contencioso Administrativo. Dicha Sala, ordenó en varias ocasiones la emisión de nuevos acuerdos, pues consideró que algunos de ellos eran ilegales ya que la indemnización no cumplía los parámetros de justicia, actualidad e integralidad –entre ellos, el acuerdo impugnado en el presente amparo–. Por ello, finalmente, la autoridad demandada emitió –en cumplimiento de las resoluciones de la Sala de lo Constitucional y de la Sala de lo Contencioso Administrativo– el Acuerdo XXXIII de la Sesión Ordinaria número 23-2005, de fecha 23-VI-2005, mediante el cual aprobó pagar la suma de ¢16,622,569.71 colones, equivalentes a $1,899,722.26 dólares, en concepto de indemnización complementaria por la expropiación del inmueble denominado San Benito Porción III, ubicado en la jurisdicción de San Francisco Menéndez, departamento de Ahuachapán. 2. En relación con lo anterior, se encuentra agregada al expediente judicial la siguiente documentación: a) Certificación de acta de depósito del pago de la indemnización, de fecha 04-IX-2006; b) Certificación de Comprobante de Egreso Fiscal No. 35916, de fecha 26-III-2006, a favor del peticionario y del señor Carlos Justiniano Rengifo Orellana, por la cantidad mencionada en la párrafo que antecede; c) Certificación de Certificado Provisional de Bonos de Reforma Agraria del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria No. 1262/2006 R.A., de fecha 05-IV-2006, por la cantidad de ¢16,622,500.00 5 colones; d) Certificación de Cheque de Caja serie STV No. 0909, de fecha 05-IV-2006, por la cantidad de $7.97 dólares, equivalentes a ¢69.71 colones; y, e) Certificación de auto proveído por la Sala de lo Contencioso Administrativo, en el cual se tiene por cumplida la sentencia definitiva del proceso 103-R-99. Por todo lo antes mencionado, se concluye que, a pesar de la irrazonabilidad del tiempo transcurrido para la fijación del monto de la indemnización que correspondía por parte de la autoridad demandada, no es posible determinar que dicha autoridad pretendía confiscar el inmueble propiedad del peticionario o sustraerse de la obligación de pago de la indemnización. Ello, en virtud de que, debido a las resoluciones proveídas por este tribunal y la Sala de lo Contencioso Administrativo, se emitieron diversos actos tendientes a garantizar el pago de la indemnización. 3. Sin embargo, se ha comprobado también que en el presente caso existieron desacuerdos en cuanto al monto de la indemnización, lo que ocasionó la impugnación de los actos emitidos por la autoridad demanda. Dichas impugnaciones ocasionaron dilaciones en la materialización del pago de la indemnización por el inmueble expropiado, de las cuales no es posible inferir que la autoridad demandada pretendiera omitir el pago de la misma, ya que –como se mencionó– emitió los actos administrativos tendientes a efectivizarla. En ese sentido, la autoridad demanda formuló el Acuerdo XXXIII de la Sesión Ordinaria número 23-2005, de fecha 23-VI-2005, mediante el cual se aprobó pagar la cantidad de ¢16,622,569.71 colones, equivalentes a $1,899,722.26 dólares, en concepto de indemnización por el inmueble expropiado al peticionario y al señor Carlos Justiniano Rengifo Orellana; dicha indemnización se materializó en el año 2006, y la Sala de lo Contencioso Administrativo declaró el cumplimiento de la sentencia emitida en el proceso 103-R-99, por haber acatado los requisitos de justicia, actualidad e integralidad. Lo anterior implica que la supuesta omisión de la autoridad demandada, consistente en pretender no indemnizar al actor por la expropiación sufrida, es inexistente, ya que se emitieron varios acuerdos indemnizatorios y el retraso en su pago fue producto de las constantes impugnaciones y desacuerdos respecto a la cantidad a pagar, de lo cual no es posible inferir una intención de no pago o confiscación; y, además, debe tenerse en cuenta que la autoridad demandada indemnizó en el año 2006 al peticionario y al señor Carlos Justiniano Rengifo Orellana. De lo antes expuesto se concluye que no existe vulneración a los derechos fundamentales de propiedad, seguridad jurídica y debido proceso, por lo cual debe declararse sin lugar el amparo solicitado. POR TANTO: Con base en las razones expuestas y en aplicación de los artículos 32, 33, 34 y 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, a nombre de la República, 6 esta Sala FALLA: (a) Declarase que no ha lugar el amparo solicitado por el señor Ciro Arturo Ruiz Torres, por medio de sus apoderados Enrique Hayem Moreno y Rodolfo Antonio Revelo Vaquero, contra actuaciones de la Junta Directiva del Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA), por no existir las violaciones constitucionales alegadas; y (b) Notifíquese.---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ--- E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS. 7