Autopercepción, ejercicio y salud

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AUTOPERCEPCIÓN, EJERCICIO Y SALUD
Prof. Gerardo A. Araya Vargas, M.Sc. y 1Prof. Cinthya Campos Salazar, M.Sc.
1
Escuela de Educación Física y Deportes, Facultad de Educación, Universidad de Costa
Rica
2
Escuela de Ciencias del Deporte, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional
garavi@racsa.co.cr
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La ansiedad social y física, resulta de evaluaciones negativas reales o imaginarias sobre el
propio físico. Hay personas que tienen características o rasgos, que las predisponen a sufrir
más fácilmente de ansiedad ante su percepción de la forma en que otros opinan o evalúan
su físico. Pero, ¿por qué es importante estudiar esta variable? Quizá una de las
consideraciones más importantes al respecto sea que el bienestar físico se relaciona
fuertemente con el bienestar psicológico. Y muchas conductas que pueden afectar la salud,
como los trastornos en hábitos alimentarios o la práctica excesiva de ejercicio que podría
llevar a conductas adictivas o a sobreentrenamiento, se relacionan con la autopercepción.
La autopercepción tiene que ver con cómo me percibo y cómo percibo que otras personas
me ven. Con respecto al tema de la ansiedad física y social en el deporte y el ejercicio, se
han venido realizando muchas investigaciones principalmente en la última década. A
continuación se resumen algunas de las más actuales, las cuales se presentaron en el
congreso internacional de psicología del deporte de la Sociedad Norteamericana para la
Psicología del Deporte y la Actividad Física, celebrado en Baltimore, Estados Unidos, en el
2002. Crocker, Kowalski, Chad y Humbert, de las universidades de Columbia Británica y
de Saskatchewan, realizaron una investigación en 554 adolescentes que fueron estudiadas
durante tres años, para determinar si la práctica de dietas de privación de consumo de
alimentos se relacionaba con las percepciones de la apariencia física. Luego de los tres años
de seguimiento, se encontró que la apariencia física se relacionó negativamente con las
conductas de privación de consumo de alimentos. Es decir que, las adolescentes que tenían
puntajes de percepción física más bajos, tendían a tener un riesgo mayor de practicar ese
tipo de dietas. O sea que entre peor concepto de sí mismas tenían, más practicaban dietas de
no consumo de alimento. Así mismo, se encontró que la apariencia física es un mejor
predictor de esas conductas que el índice de masa corporal. Esto indica que, aunque la masa
corporal de las adolescentes fuera normal, estas podían pensar que estaban pasadas de peso
y debido a esa creencia, practicaban dieta o se privaban de alimentos. Por otro lado, se
demostró que los cambios en la apariencia física y en la autoestima global, eran predictores
significativos de cambios en las conductas de privación de consumo de alimentos.
Entonces, si una adolescente recibía críticas importantes sobre su apariencia y disminuía su
autoestima, eso la ponía en mayor riesgo de practicar las conductas de restricción de
alimento. Este estudio muestra que la construcción del autoconcepto físico y de las
conductas de dieta de privación del consumo de alimentos, ocurren desde muy temprana
edad en las adolescentes y permanecen relativamente estables durante el período de tres
años que fue evaluado en esta investigación. Por eso es importante estar alerta ante estas
situaciones, desde la edad escolar, incluso.
La actividad física se ha relacionado con diversos beneficios psicológicos incluyendo
mejoras en autoestima, estado anímico e imagen corporal. Un grupo en riesgo de sufrir
sedentarismo y disturbios en su imagen corporal son las mujeres con sobrepeso. Los
programas de ejercicio y dieta, no siempre podrían mejorar su imagen corporal y su
composición física. Por ejemplo, Gardner y Hausenblas, de la universidad de Florida,
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realizaron una investigación con 24 mujeres con sobrepeso, a las que les aplicaron un
programa de cuatro semanas de ejercicio en grupo y dieta de bajas calorías, para tratar de
disminuir su nivel de ansiedad social y física. Al final del estudio se encontró que las
participantes mejoraron sus niveles de peso, porcentaje de grasa corporal, índice de masa
corporal y en el diámetro de seis circunferencias de su cuerpo. Sin embargo, la ansiedad
social y física no disminuyó. Es posible que aunque existieron mejoras a nivel físico, las
expectativas de cambio de cada participante no se cumplieron y sus temores con respecto a
la forma en que los demás las evalúan, tampoco se modificaron. Muchas veces, las
personas que inician programas de ejercicio por salud, esperan lograr cambios rápidos y
exagerados y comparan sus resultados con otras personas. Pero cada organismo es distinto
y para algunos es más difícil perder peso o desarrollar hipertrofia muscular, por lo que
puede generarse gran frustración.
Otro estudio realizado por Focht y Hausenblas, de las universidades Wake Forest y de
Florida, respectivamente, con mujeres con altos niveles de ansiedad social y física,
encontró que los estados de ánimo de estas mujeres, durante el ejercicio son determinados
por una compleja interacción entre la intensidad de la actividad con las diferencias
individuales en cuanto al temor a la evaluación percibido por las mujeres y su estado
psicológico antes de realizar un programa de ejercicio. No obstante, este no es un problema
meramente femenino. Hay estudios que lo han analizado en varones, por ejemplo el
realizado por Little, Short, Short y Brinkert, de la universidad de Dakota del Norte.
En síntesis, la práctica de ejercicio físico puede ayudar en cualquier edad a tener una auto
percepción más positiva. Las personas que se preocupan excesivamente por su peso o por
su apariencia, podrían no hacer ejercicio por temor a lo que piensen los demás. Una persona
que se preocupa excesivamente por su peso y por su apariencia, podría desarrollar
trastornos en su alimentación, o puede llegar a practicar dietas donde casi no coma o del
todo no consuma alimentos. Además, las personas con preocupación exagerada por su peso
y figura, pueden llegar a hacer demasiado ejercicio, lo cual puede ocasionar lesiones. La
preocupación por el peso y la figura, son problemas cada vez más frecuentes en
poblaciones infantiles y juveniles. Por esto, padres, madres y educadores, deben cuidar los
mensajes que le dan a los y las jóvenes, para no generarles ideas erróneas sobre su
apariencia y deben promover un ambiente de respeto hacia la diversidad, donde no se ejerza
presión para mantener cierto modelo físico. Si usted va a iniciar un programa de ejercicio y
siente temor de que otros le vean ejercitarse o se frustra al hacer ejercicio con otras
personas que tienen mejor acondicionamiento, no se desanime. Recuerde que, la meta a
vencer es la propia meta. No debe enfocarse en tener un cuerpo similar al de otros o en
tener una condición física parecida a la de los demás. Lo más importante es vencerse a sí
mismo. Lo más importante es superar los propios límites, las propias barreras, los propios
temores. Al ejercitarse, piense primero que todo, en los beneficios que le aportará a su
organismo y disfrútelo. Perder peso no necesariamente es bueno. Lo importante es perder
tejido graso y ganar masa muscular y mayor resistencia para ejercitarse. Disfrute
plenamente su tiempo de ejercicio sin temores. El ejercicio es para liberar.
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