SALESIANAS, CON EL SÍ EN LOS LABIOS Una de las grandes fechas de la Familia Salesiana es el 24 de enero, fiesta litúrgica del inspirador del estilo educativo-pastoral de Don Bosco: San Francisco de Sales. Este año, además, las FMA de Uruguay sumaron otros motivos para festejar su vocación contra viento y marea, en la casa de Villa Colón. Bajo el cuadro de la Auxiliadora regalado por Don Bosco a la primera expedición, Vanessa Dávila realizó su primera profesión religiosa, ante la mirada de su abuela, de su familia, y de las hermanas. Y entre éstas, dos celebraban los 60 años de su primer Sí y otras alcanzaban sus Bodas de Oro. Estos son los testimonios de las Hnas. Marta Pastorino y Eva Razzetti (60) y de Juanita Borsoni y Rosetta Pagliuca (50). colocar foto de Marta Pastorino Hna. Marta “Mi alma canta las maravillas del Señor”. Sí: es lo que mi Dios fue haciendo en mi historia. Nací en una familia rica de Dios, salesiana cien por ciento; en ella aprendí a amar a Jesús Sacramentado, a María Auxiliadora y al Papa. A los 14 años sentí muy fuerte el llamado de Dios, y mi respuesta no se hizo esperar. Entré a la casa de formación y, si bien renovaba mis votos por año, ya desde el comienzo los pensé para siempre. Nunca pasó por mi cabeza y menos por el corazón el volver los ojos atrás. Una entrega total implica la respuesta generosa y normal a lo que Dios nos va pidiendo cada día, viviendo siempre con la luz de la esperanza para transmitirla a quienes Dios pone en nuestro camino. Por eso, siempre busqué dejarme encontrar por el Señor para dejarme amar por Él y así lograr que Cristo fuera el centro de mi vida, para poder entregarlo a quienes encontrara en mi camino. Viví estos 60 años en alegría y entrega confiada a Dios Padre, sin otro propósito que servirlo en mis hermanos, haciendo la razón de mi vida a los niños y jóvenes, descubriendo cuánto también los adultos nos necesitan. Agradezco a Dios su fidelidad y a todas las personas que puso en mi camino y que tanto me han ayudado, enseñado. Amo a Don Bosco y Madre Mazzarello y busqué siempre ser como ellos, fiel al Carisma. Si volviera a nacer, volvería a ser salesiana. colocar foto de Eva Razzetti Hna. Eva Me llamo Eva Razzetti Nabón. Nací en Las Piedras; la mayor de cuatro hermanos, hija y nieta de exalumnos. Desde que abrí los ojos, conocí a Don Bosco y a María Auxiliadora. Mis abuelos paternos, que habían vivido en Pío Torinese, una colina cercana a Turín, en 1897 vinieron a trabajar en los viñedos de los salesianos en el Colegio Pío. De ahí pasaron a la Granja “San Pedro” y al San Isidro de Las Piedras. Mi hemana y yo vivimos la infancia en el colegio San José, y desde allí fuimos como pupilas a la Escuela Taller para seguir estudiando. El espíritu de familia y el ambiente sacramental me encantaron, y en plena adolescencia sentí claramente que Dios me llamaba a ser toda suya y a servirlo en los niños y jóvenes. Yo estaba impactada por la alegría que reinaba, por el canto, el teatro, los paseos, el estímulo para el estudio y, sobre todo, por el trato bondadoso y maternal de las hermanas. Con la ayuda de Dios, me quedé con Madre Mazzarello y sus hijas. Luego de la Profesión, fui destinada a varios colegios donde trabajé con entusiasmo y amor, dando lo mejor de mí a los demás, para que conocieran a Jesús y a su Madre, lo cual me ha hecho muy feliz. Hoy agradezco a Dios y a todos aquellos que en el camino me ayudaron a vivir la vocación cristina y salesiana. colocar foto de Juanita Borsoni Hna. Juanita Dios llama a quien quiere...y por tanto, elige. ¡Nunca pensé que Dios podía fijarse en mí! “Vengan y vean”... No es dar un libro, ni contar una historia; es vivir, es compartir una experiencia de vida. Para mí, ser pupila en el colegio María Auxiliadora de Paysandú fue una ventaja, porque allí se daba el clima del "vengan y vean” de Jesús a sus discípulos. Yo conocía a Don Bosco por el Boletín Salesiano que recibía mi padre, pero descubrí a María Mazzarello en el Colegio. Al compartir con las Hermanas, conocí la vida religiosa... pero lo que me movió a seguir a Jesús, fue la experiencia de ser catequista de niños de campaña; jugar con ellos, compartir sus vivencias y prepararlos para recibir sacramentalmente a Jesús. En la vida, siempre hay dificultades, luchas y altibajos; y en mi vida religiosa los hubo. Me entregué a Dios tratando de dar siempre lo mejor a los adolescentes y niños, acompañándolos en su búsqueda de felicidad. Gracias a Dios Padre, por la vida y el bautismo, que me hizo su hija, y por el llamado a la vida religiosa, como Hija de María Auxiliadora. Gracias, también, por mi familia, y por quienes me ayudaron a crecer en la fe. Gracias a la Virgen Auxiliadora, que nos acompaña desde que mis padres formaron su hogar. Si volviera a elegir mi camino, ¡volvería a ser: Hija de María Auxiliadora!. Por eso invito a las jóvenes en búsqueda de su vocación, que “vengan y vean”… Hna. Juana Teresa Borsoni colocar foto de Rosetta Pagliucca Hna. Rosetta Pagliuca Nací en Muro Lucano (Potenza, Italia), el 26 de febrero de 1937. A los tres años nos trasladamos a Bella, donde crecí en un ambiente de familia, alegre y feliz. Allí en el colegio de las Salesianas, hice el jardín y la primaria mientras crecía mi amor a Jesús y lo recibía por primera vez a los 7 años. En 1949, durante la postguerra, papá vino a Uruguay. Y mamá, mi hermana Alma y yo lo seguimos en 1952. Con 15 recién cumplidos encontré aquí a las FMA, en la Escuela Taller (hoy IMA). Me recibieron con mucho cariño y la Hna. Cándida vino prontamente a mi encuentro, al toque de una campana. Un saludo y su mirada alegre bastaron… No era posible seguir estudiando y comencé a trabajar en pequeños talleres y luego en el London Paris, hasta que entré al Aspirantado el 29 de junio de 1959 donde pasé dos años. Luego del Noviciado, hice la Primera Profesión el 24 de enero de 1963 en Villa Colón. “Veni Sponsa Christi…”, cantamos con entusiasmo… Mi primera casa fue San José – Colón, experiencia hermosa de comunidad alegre, oratorio, jóvenes, y escuela secundaria, donde me sentí madre y amiga de las jóvenes. Luego, fui pasando por varias casas: Villa Muñoz, Juan Lacaze, Villa Colón, Pastorino, Paysandú, IMA, Treinta y Tres, Las Piedras, Luján y Canelones, donde estoy actualmente. 50 años han pasado con la alegría siempre nueva de lo vivido y con la fuerza de Aquel, que me eligió: ¡Jesús! La Auxiliadora me cubre con su manto.