MI HISTORIA Decidí preparar mi Blog con el tema de Hostigamiento Laboral, ya que durante más de cinco años fui víctima del mismo. Fueron muchas las humillaciones y el discrimen que recibí y me quedé callada, pero luego tomé la decisión de no callar y hacer valer mis derecho como persona y sobre todo, como profesional, ya que no era la primera vez que surgía una situación de discrimen contra mi persona. La decisión de tomar acción contra mi patrono no fue nada fácil. Primero porque pensé que “esas eran mis habichuelas” y como madre soltera se me iba hacer difícil poder sostener mi hogar y a mi familia. Llegaron los pensamientos constantes a mi mente, porqué yo, porqué a mi? Una empleada como yo, que todas sus evaluaciones siempre fueron excelentes, laborando por muchos años en ese lugar, una empleada de quien nunca hubo una queja ni por problemas personales con mis otros compañeros ni por mi calidad de trabajo. Una empleada que siempre estuvo en la mayor disposición de ayudar a los demás, que siempre daba más del 100%, porqué? Pasaba el tiempo y más humillaciones y discrimen recibía y no de mis compañeros, sino de “los más que mandaban”. Aún así, seguí dando el máximo en mi trabajo y siempre con mis tareas al día porque nunca deje de hacer mi trabajo, nunca pudieron ellos decir que no realicé mis funciones debidamente. Lamentablemente, nada de eso valía para ellos, porque todos mis conocimientos y experiencias adquiridas me ayudaron a superarme y ponerlas en práctica para beneficio de ellos y el mío también, porque esa era mi mayor satisfacción. Durante todos los cinco días de la semana, siempre en mi hubo una sonrisa, alegría, una confraternización con mis compañeros, nunca hubo mal humor, malas actitudes, siempre me mantuve firme y fingiendo que todo estaba bien, cuando en realidad nadie sabía lo que estaba pasando. Pero muchas veces cuando llegaba a mi hogar, la situación era diferente, me deprimía, lloraba a escondidas, pero aún así mi familia e hijos se daban cuenta y sufrían conmigo. Muchas veces, injusta e inconscientemente, maltrataba a mis seres queridos, no físicamente, sino con mis actitudes, pues mi estado de ánimo no era el mejor, no era yo. Busqué, voluntariamente, ayuda psicológica en varias ocasiones, la cual me ayudó muchísimo, pues pude ver las cosas de otra manera y actuar de otra manera, enfrentando la situación con valentía y fortaleza. Llegó el momento en que dije BASTA YA! Ni mi familia, ni yo merecemos esto, no tenemos que estar pasando por esta situación. Yo sé que puedo hacer algo y tengo que hacerlo, por mi paz y tranquilidad, por mi misma, porque no me puedo dejar caer. Valgo mucho como persona y como profesional y pase lo que pase, siempre voy a mantener mi frente en alto porque no tengo de que avergonzarme y tengo que enseñarle a esas personas que tengo dignidad y que no me voy a dejar intimidar por el hecho de que son “los más que mandan”. Me dejé intimidar una vez, pero no habrá otra segunda, esta vez tengo que pensar en mis hijos, en mi familia y en mi. Tengo que dejar a un lado mis miedos y seguir hacia adelante y así lo hice. Al cabo de cinco años, y luego de someter una demanda por discrimen, gané la misma y prácticamente me obligaron a renunciar, esa fue una de sus condiciones. Y a pesar de eso, me hicieron un gran favor, porqué? Porque me sentí aliviada, contenta, que me había quitado un gran peso de encima. Contenta, porque no me rendí, di la batalla y luché por mis derechos. Le dejé la enseñanza a ellos de que las personas se respetan, no se humillan ni se pisotean y más cuando son gente humilde, trabajadora y luchadora. Esa fue mi mayor satisfacción, porque a pesar de perder mi empleo, gané más. A la larga lo veo de esta manera, quién ganó? Digo que yo porque gané mi tranquilidad, mi paz, el no tener que levantarme todas las mañanas con deseos de no llegar a mi oficina, a pesar de que me encantaba mi trabajo; pero era tanta la carga emocional que me drenaba, y ese era mi estado de ánimo hacia mi trabajo. Ellos perdieron a una profesional, a una que no supieron valorar tampoco como persona porque no les importó en lo más mínimo el sufrimiento de este ser humano. Me preguntaba, porqué a mi, porqué yo? Papito Dios con el tiempo me dio la respuesta. Siempre he dicho que todo tiene su propósito y su razón de ser. Cuando surge una situación difícil, no lo entendemos pero con el tiempo, lo comprendemos. A pesar de todo, no le guardo rencor ni odio a nadie, pero si creo que existe la Ley de la Karma, y todo lo que siembras, eso cosecharás. Mi gente, no se dejen intimidar, humillar o discriminar por nadie en su área laboral. No es nada fácil quedarse sin empleo, pero en realidad y con toda honestidad digo que prefiero que mi estado emocional sea uno de paz y tranquilidad que estar trabajando en un lugar donde reciba humillaciones y no se me valorice ni como profesional ni como persona. El que tiene Fe en Papito Dios, nada le falta. Él siempre nos provee y no nos abandona. NO TE QUEDES CALLADA(O), DEFIENDE TUS DERECHOS LABORALES, DILE NO AL ACOSO LABORAL!! Si alguna vez pasas por una situación similar, acuérdate de mi historia.