Tema 7

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Acción Colectiva y Cultura Popular en la Europa moderna y contemporánea
Tema 7
La existencia de una guerra como la de 1936 en España, con el protagonismo de los
ejércitos, las batallas y la táctica militar, no impide que la lucha también tuviera un
marcado carácter político, al entablarse competencia entre los diferentes contendientes
para legitimar sus posiciones y deslegitimar las contrarias; al buscar recursos –sobre
todo de naturaleza militar- con los que afrontar la/s contienda/s. En definitiva, la guerra
supuso un cambio enorme en el proceso político anterior, pero no su eliminación. Por lo
tanto, también en una guerra puede detectarse y analizarse la acción colectiva
desplegada por los protagonistas, que también utilizaron herramientas culturales.
Los contendientes buscaron y lucharon por (a partir de la improvisación de julio)
Obtener reconocimiento y legitimación de su poder
Deslegitimar a los adversarios
Competir con otros grupos por la adquisición de poder
Convertir una rebelión, militar en exclusiva, en un esfuerzo mucho más amplio
Justificar el sacrificio y el sufrimiento de la población
Lograr el alistamiento masivo y la formación o funcionamiento de un ejército
La rebelión militar del 17 de julio, las insurrecciones urbanas del 19-20 de julio y la
inmovilización de las posiciones de cada uno de los contendientes tras esas fechas, da
inicio a un enfrentamiento entendido por los protagonistas una semana después como
una guerra. El 28 de julio, fecha en la que se ponen de acuerdo tres gobiernos en
llamarle guerra a lo que está sucediendo.
En este tema se reflexiona sobre a) del protagonismo de la movilización como
herramienta cultural para proporcionar significados de los conflictos y de los
enfrentamientos: en este caso, una guerra; b) las interpretaciones sobre los enemigos
como base de las campañas de aniquilación realizadas en los primeros compases de la
guerra; c) los nombres de la guerra.
a) La movilización entre los rebeldes:
La movilización de la bandera de los rebeldes: De una rebelión “tricolor” a los rituales
“rojigualdas”
La construcción de la guerra como Cruzada, a golpe de movilizaciones en torno a la
reposición de crucifijos, procesiones, funerales católicos de los soldados muertos y
bendiciones de banderas
Entre los republicanos:
La construcción del Ejército “del pueblo”, entre desfile y desfile, hasta las primeras
derrotas.
b) La identificación de los enemigos:
Una guerra con los grupos enfrentados reunidos en el mismo territorio supuso que el
frente también alcanzara el “patio trasero”. La guerra se extendió a la retaguardia bajo la
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consideración de los vecinos como potenciales “aliados del enemigo”. Se activó así una
especie de síndrome de la “quinta columna”.
Además hay que intentar explicar la irregularidad de la extensión local de las
masacres.
A los enemigos de ambos lados se les identificó bajo una perspectiva orientada
al pasado, otorgando prioridad al “ajuste de cuentas” respecto de los enfrentamientos
anteriores.
Se les identificó, además, con una perspectiva orientada al presente, cuando se
recibieron rumores y noticias del comportamiento agresivo del enemigo, al organizar
columnas de civiles –milicianos- para participar en la guerra como soldados, al detener
y asesinar a sus camaradas en la otra zona, y al lanzar bombas sobre las ciudades
controladas por los enemigos. Esta orientación se completó con el convencimiento de la
existencia de un aliado exterior del enemigo muy poderoso: la Unión Soviética, incluso
con anterioridad a la entrega de ayuda armamentística por parte de ese país en octubre
de 1936; e Italia y Alemania desde agosto.
Se identificó a los enemigos con una perspectiva orientada al futuro,
entendiendo que con su actuación de limpieza se anticipaban e impedían la realización
de una revolución comunista futura o el fascismo si el enemigo triunfaba.
Al unirse las tres perspectivas entre numerosos grupos –pero no en todos, ni en
todos los lugares-, el enemigo identificado resultó ser demasiado culpable y peligroso
para dejarlo suelto por la calle; por el contrario, se apilaban muchos argumentos para su
aniquilación.
c) Nombrar la guerra
De la importancia política de nombrar, etiquetar... para imponer interpretaciones
Durante la contienda: incluso hasta el nombre de guerra fue motivo de disputa en los
primeros momentos. Y, luego, la disputa continuó con otros nombres.
De lucha, movimiento o alzamiento a guerra,
guerra civil (el significado anterior a la guerra), los británicos, desde fuera
guerra nacional, de independencia nacional –con la referencia de 1808 en los dos
bandos-, de liberación
guerra santa, cruzada
síntesis: cruzada de liberación –nacional.
Evolución después de 1939: hacia la guerra fraticida, guerra civil.
Conclusión: la guerra de 1936 ¿guerra interna o guerra civil? Guerra de los Tres Años.
Lectura:
Santos Juliá (2006): “Los nombres de la guerra”. Claves de razón práctica, 164.
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