Montserrat - Europamundo

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GUÍA DE MONTSERRAT
MONTSERRAT
El monasterio de Santa María de Montserrat es un monasterio benedictino situado en
España. Se encuentra en la montaña de Montserrat, perteneciente a la comarca catalana
del Bages, provincia de Barcelona, a una altura de 720 metros sobre el nivel del mar. Es
un símbolo para Cataluña y se ha convertido en un punto de peregrinaje para creyentes
y de visita obligada para los turistas.
Dentro de las diferentes acciones que se desarrollan en Montserrat destaca la escolanía,
que es uno de los coros de niños cantores más antiguos de Europa.
ACCESOS
El complejo monacal de Montserrat esta ubicado en plena montaña. Para acceder a él
hay diferentes medios de transporte. Por carretera se puede acceder por la BP-1121
desde la localidad de Monistrol de Montserrat donde se une a la C-55 o por la BP-1103
que atraviesa el Parque Natural de la Montaña de Montserrat y enlaza con la N-II y A-2
en la localidad de Sant Pau de la Guardia.
Hay una línea de tren de cremallera de la compañía de Ferrocarriles de la Generalidad
de Cataluña que parte de la población de Monistrol de Montserrat y un [teleférico]
desde unos kilómetros antes.
HISTORIA
El origen del monasterio es incierto. Se sabe que sobre el 1011 un monje procedente del
monasterio de Santa María de Ripoll llegó a la montaña para encargarse del monasterio
de Santa Cecilia, quedando así el cenobio bajo las órdenes del abad Oliva de Ripoll.
Santa Cecilia no aceptó esta nueva situación por lo que Oliva decidió fundar el
monasterio de Santa María en el lugar en el que se encontraba una antigua ermita del
mismo nombre. A partir del 1082, Santa María pasó a tener abad propio y dejó de
depender del abad de Ripoll.
Esta ermita se había convertido en la más importante de todas las que existían en la
montaña gracias a la imagen de la Virgen que en ella se veneraba desde el 880. El
monasterio pronto se convirtió en santuario lo que le benefició, ya que los donativos y
las limosnas recibidas le permitieron ir creciendo de forma constante. A finales del siglo
XII, el abad regente solicitó que se permitiera ampliar la comunidad de monjes a 12,
mínimo requerido para que se considerara abadía. El siguiente siglo fue el del inicio de
la lucha de Montserrat para conseguir su independencia del monasterio de Ripoll. Esta
independencia no llegó hasta el 10 de marzo de 1410 y fue concedida por el Papa
Benedicto XIII.
En 1493 el Rey Fernando el Católico envió al monasterio 14 monjes procedentes de
Valladolid y Montserrat pasó a depender de la congregación de esta ciudad castellana.
Durante los siglos siguientes se sucedieron los abades tanto de la corona de Aragón
como de otras zonas de España. Ese mismo año de 1493, el fraile mínimo Bernat Boil,
antes ermitaño de Montserrat, acompañó a Cristóbal Colón en uno de sus viajes a
América, lo que propició la expansión del culto a la virgen de Montserrat en ese
continente.
El siglo XIX fue especialmente trágico para Montserrat: fue incendiado dos veces por
las tropas napoleónicas, en 1811 y en 1812; y en 1835 sufrió la exclaustración debido a
la desamortización de Mendizábal. El monasterio fue saqueado e incendiado y se
perdieron muchos de sus tesoros.
La exclaustración duró poco y en 1844 se restableció la vida en el monasterio. La
congregación de Valladolid había desaparecido por lo que Montserrat se convirtió de
nuevo en independiente. El monasterio entero se tuvo que restaurar ya que no habían
quedado más que las paredes. Desde entonces el monasterio de Santa María de
Montserrat no ha dejado de crecer, contiene una de las mejores bibliotecas de España.
La congregación actual está formada por unos 80 de monjes. Además, en el monasterio
residen los niños que componen la Escolanía de Montserrat, considerada la escuela de
canto de más antigüedad en Occidente ya que fue fundada en el siglo XIII.
Durante la guerra civil el monasterio volvió a ser cerrado y pasó a depender de la
Generalitat de Companys. Entre hermanos y sacerdotes un total de 23 religiosos de la
Abadía serían martirizados en los 3 años que duró la persecución religiosa en Cataluña.
Algunos de ellos sufrieron terribles vejaciones tanto vivos, como ya cadáveres. Es la
mayor matanza sufrida en los diez siglos de historia del Monasterio. El Abad Marcet
consiguió huir y refugiarse en la España nacional hasta la liberación del Monasterio en
1939. Es un dato curioso que la única unidad catalanoparlante en la guerra civil llevase
el nombre de Tercio de Nuestra Señora de Montserrat. La unidad, carlista, estaba
formada por catalanes de orientación tradicionalista que habían conseguido huir del
terror contra los católicos y pasarse al bando nacional. Una capilla en el monasterio
recuerda a los monjes martirizados y una emotiva escultura en los riscos se erige en
memoria de aquellos catalanes del citado tercio carlista. La Bandera original del tercio,
una vez disuelto éste, fue ofrecida a la Virgen y los visitantes pueden contemplarla en el
acceso a la misma.
EL MONASTERIO
El conjunto del monasterio está formado por dos bloques de edificios con funciones
distintas: por un lado la basílica con las dependencias monacales; y por otro los
edificios destinados a atender a peregrinos y visitantes. Estos últimos incluyen diversos
restaurantes, tiendas y una zona de alojamiento.
Vida monástica
El monasterio de Santa María de Montserrat, como cualquier otro conjunto religioso,
consta de dos partes diferenciadas que se complementan. La parte arquitectónica y
artística y la parte espiritual y religiosa. En Montserrat esta última parte está definida
por la orden de monjes que rige el monasterio, la Orden Benedictina, con una
comunidad de unos 80 monjes que se mantiene al frente del monasterio por más de
1.000 años, que se basa su práctica en la Regla de San Benito y en la oración litúrgica, y
cuyo lema es «Ora et Labora». Para San Benito, como bien lo define en prólogo de su
Regla, un monasterio es «una escuela al servicio del Señor». Esto hace que el
monasterio sea la base fundamental de la existencia de la comunidad cuyos vínculos
deben llegar a ser afectivos al grado de familiares. El monasterio debe hacer fácil,
natural y flexible la relación con Dios.
Los benedictinos practican la vida contemplativa, que es la que da prioridad y
preferencia al ejercicio de la oración y se establece como un ideal puro de vida cristiana.
La relación del hombre con Cristo, la que busca el monje de Montserrat, viene señalada
en tres ocasiones en la Regla de San Benito;
Nada anteponer al amor de Cristo (Reg. cap. IV).
Los que nada estiman tanto como Cristo (cap. V).
Nada absolutamente prefiera a Cristo (cap. LXXII).
La relación debe ser muy personal, muy directa llegando a la intimidad. Los monjes
benedictinos han de ser hombres de fe, disfrutando del gozo de la misma y hombres de
oración, que se opongan al activismo y a la agitación, haciendo de la oración el más alto
valor religioso. Se cultiva la caridad entendida como el amor a Dios y la convivencia
fraternal.
Los monasterios benedictinos solo mantienen lo principal;
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Estabilidad, contra el peregrinar de los monjes andariegos.
Vida en común, contra el egoísmo del aislamiento.
Un Abad, como principio activo de autoridad.
Un orden en la vida.
Junto a la caridad, la disciplina es una de las directrices importantes. La caridad,
propiciada por la vida en común, es el amor al prójimo y lucha contra el egoísmo. La
disciplina se eleva contra el protagonismo y la originalidad, concretándose en la
obediencia y el cumplimiento de la Regla. De estas directrices nacen los tres votos que
profesan los monjes benedictinos:
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Estabilidad: Permanencia y perseverancia en un monasterio.
Conversión de costumbres: Que la entrega a Dios sea real y no una pura fantasía.
Obediencia según la Regla: Sometiéndose a la autoridad de un jefe.
El voto de Obediencia según la Regla solo puede llevarse a cabo con la figura del abad.
El abad debe ser «la representación de Cristo en el monasterio». Gobierna el mismo en
sus tres vertientes, la espiritual, la docente y la de gestión.
Para que estos objetivos que se persiguen en la vida monástica puedan llevarse a cabo es
imprescindible el silencio. El silencio es el que permite, en la oración, oír a Dios.
La oración culmina con el Oficio Divino y la Sagrada Liturgia, donde el Sacrificio
Eucarístico es el centro. La oración es el centro de la vida benedictina.
La vida de un monje está basada en la caridad fraterna, sin caridad no se pude mantener
la relación fraternal de la vida monástica ni la entrega a Dios. La Regla dice:
Este es el celo que con ferventísimo amor ejercitarán los monjes, es
decir: que se prevengan unos a otros con honores; súfranse
pacientísimamente los defectos del alma y cuerpo; préstense a
porfía obediencia mutua; ninguno busque su propia utilidad, sino
más bien la del otro; tribútense una casta caridad fraterna.
La búsqueda de Dios por medio de Cristo pasa por la Pasión, por la mortificación que el
monje debe seguir. Mortificación espiritual que significa «la renuncia voluntaria a la
propia voluntad».
El rechazo de la riqueza, de los bienes materiales que estorban el camino de hacia Dios
da como resultado la pobreza. La consecuencia de esta pobreza es el trabajo necesario
para el mantenimiento de la vida. El trabajo es el elemento más contribuyente al
equilibrio de la vida benedictina.
La dirección espiritual y la instrucción litúrgica son las formas de apostolado que una
comunidad benedictina ejerce. Esto se concreta en la apertura de la iglesia monástica a
quien quiera integrase en la oración colectiva y el monasterio a quien busque un
ambiente de paz y serenidad.
La basílica de Montserrat
La basílica de Montserrat es de una sola nave. Se comenzó a construir en el siglo XVI y
fue reconstruida por completo en el siglo XIX (año 1811) después de la destrucción en
la guerra de la Independencia. La fachada se realizó en 1901.
Alrededor de la única nave se sitúan diversas capillas. La nave está sostenida por unas
columnas centrales, con tallas realizadas en madera por Josep Llimona. En la cabecera
está situado el altar mayor y la zona del coro. En 1881 el papa León XIII le otorgó la
condición de «basílica».
Justo encima del altar mayor se sitúa el camarín de la Virgen al que se accede después
de atravesar una portalada de alabastro en la que aparecen representadas diversas
escenas bíblicas.
El órgano
El órgano de la iglesia de Montserrat data de 1896 y en 1957 se trasladó al presbiterio.
Este órgano esta muy deteriorado. El órgano nuevo que esta previsto inaugurar en el año
2007 es una obra importante que busca situar a Montserrat a un nivel musical
internacional.
Este órgano esta proyectado por Albert Blancafort, construido por Blancafort, orgueners
de Montserrat y financiado por suscripción popular y la obra social de la Caixa de
Penedes.
El órgano va ubicado en el lateral de la nave, como es tradicional en Cataluña,
ofreciendo una muy buena sonoridad en todo el templo.
Las características del instrumento son:
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63 registros.
4.230 tubos.
4 teclados manuales de 58 notas.
1 teclado de pedal de 32 notas.
Transmisión mecánica.
12,5 m de altura, 5,5 de anchura y 4 de fondo.
12.000 kg de peso.
El claustro
El claustro del monasterio es obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch. Es de dos pisos
sostenidos por columnas de piedra. El piso inferior se comunica con el jardín y dispone
de una fuente en su zona central. En las paredes del claustro se pueden ver piezas
antiguas, algunas del siglo X.
El refectorio
El refectorio es del siglo XVII y fue reformado en 1925 por Puig i Cadafalch. La parte
central cuenta con un mosaico que representa a Cristo mientras que en la zona opuesta
se puede ver un tríptico con escenas de la vida de San Benedicto.
El museo
El monasterio dispone de un importante museo dividido en tres secciones distintas:
•
Pintura moderna, con obras de artistas de Cataluña como Rusiñol, Casas, Nonell,
Mir, Picasso y Dalí; así como una representación del impresionismo] francés
con autores como Renoir, Monet, Sisley y Degas.
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Arqueología del Oriente bíblico, donde se muestran objetos de Egipto, Chipre,
Mesopotamia y Tierra Santa.
•
Pintura antigua, donde se muestran obras de autores como el Greco, Caravaggio
(de este autor se exhibe un importante San Jerónimo) y Berruguete.
Además se pueden ver otras colecciones como iconografía de Montserrat, orfrebrería
religiosa, etc.
Espacio audiovisual
Espacio audiovisual con el título de Montserrat portes endins se expone mediante una
serie de audiovisuales las actividades diarias de los monjes así como un paseo virtual
por los espacios más representativos del complejo monacal.
El exterior
En la parte exterior se distribuyen diversas plazas que sirven para ordenar el conjunto de
edificios en la orografía escarpada de la montaña. Este espacio exterior, al que se han
añadido diversas obras escultóricas, conforma un «museo al aire libre». Destaca
especialmente el Rosario Monumental de Montserrat.
La plaza de Santa María es la plaza principal y la que da acceso al monasterio y es obra
también de Puig i Cadafalch. Desde la plaza se puede observar la nueva fachada del
monasterio, construida por Francesc Folguera con piedra de la propia montaña. A la
izquierda se pueden ver los restos del antiguo claustro gótico.
En la plaza del abad Oliva se encuentran los edificios que dan albergue a los peregrinos.
La plaza está presidida por una estatua dedicada al fundador del monasterio, realizada
en 1933 en bronce por el escultor Manuel Xuclà.
La última de las plazas de Montserrat es la de la Santa Cruz, dedicada a San Miguel. La
plaza recibe su nombre de la cruz que la preside, obra del escultor Josep Maria
Subirachs.
La Santa Cueva de Montserrat es el lugar en el que apareció la Virgen. Para acceder a
él, y al vía crucis que existe cerca se puede usar un funicular. También hay servicio de
funicular para subir hasta Sant Joan desde donde se puede obtener una de las mejores
vistas de lugar.
LA VIRGEN DE MONTSERRAT
Según la leyenda, la primera imagen de la Virgen de Montserrat la encontraron unos
niños pastores en el 880. Tras ver una luz en la montaña, los niños encontraron la
imagen de la Virgen en el interior de una cueva. Al enterarse de la noticia el obispo,
intentó trasladar la imagen hasta la ciudad de Manresa pero el traslado fue imposible ya
que la estatua pesaba demasiado. El obispo lo interpretó como el deseo de la Virgen de
permanecer en el lugar en el que se la había encontrado y ordenó la construcción de la
ermita de Santa María, origen del actual monasterio.
La imagen que en la actualidad se venera es una talla románica del siglo XII realizada
en madera de álamo. Representa a la Virgen con el niño sentado en su regazo y mide
unos 95 centímetros de altura. En su mano derecha sostiene una esfera que simboliza el
universo; el niño tiene la mano derecha levantada en señal de bendición mientras que en
la mano izquierda sostiene una piña.
Con excepción de la cara y de las manos de María y el niño, la imagen es dorada. La
Virgen, sin embargo, es de color negro, lo que le ha dado el apelativo popular de «la
Moreneta» ('la Morenita'). Aunque se ha afirmado en ocasiones que el origen de este
ennegrecimiento está en el humo de las velas que durante siglos se han colocado a sus
pies para venerarla, lo cierto es que en toda Europa se veneran vírgenes que no son
blancas y de distintos orígenes raciales (por ejemplo, la Virgen de la Peña de Francia, en
Salamanca o la Virgen de la Candelaria en Tenerife, y en México la Virgen de
Guadalupe), que habría derivado de la cristianización del culto a las antiguas diosas de
la tierra (Isis, Cibeles, Artemisa...)
El 11 de septiembre de 1884, el Papa León XIII declaró oficialmente a la Virgen de
Montserrat como patrona de Cataluña. Se le concedió también el privilegio de tener
misa y oficios propios. Su festividad se celebra el 27 de abril.
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