OLAS DEL CORAZÓN El otro día estaba viendo una película

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02 – ENERO – 2014
POR: ELISABET G.
OLAS DEL CORAZÓN
El otro día estaba viendo una película titulada “Soul Surfer” o en español “Olas del Corazón”,
esta película trata sobre la vida de una joven la cual vive apasionada por el surf, tanto es su
gusto por ello que decide adentrarse en una competencia previa a la competencia más
importante del surf. En dicha competencia previa a ella le va muy bien puesto que es una de las
mejores en el deporte. Por otro lado ella asiste a una iglesia cristiana en dónde está por
realizarse un viaje misionero al que ella se había comprometido a ir sin embargo el mismo día
que debe realizarse dicho viaje misionero ella tiene que asistir a la competencia preliminar, en la
que por cierto gana, por lo que finalmente no asiste al viaje; a consecuencia de ello su líder de
jóvenes se decepciona de ella por haber roto su promesa por una competencia de surf.
Posteriormente, en un día cualquiera, cuando ella y sus amigos van a surfear, lo inesperado
sucede, un tiburón le destroza un brazo y lo grave no es solamente la pérdida de dicho miembro
sino que además pierde el 60% de su sangre. Cuando ella milagrosamente sobrevive al terrible
accidente se decide a retomar sus actividades por lo que toma su tabla de surf y comienza a
tratar de montar las olas. Intento tras intento y ella se da cuenta de que puede lograrlo así que
decide ir a la competencia más importante, aquella competencia a la cual todos hubieran creído
que sería impensable que ella participara, no obstante durante la competencia las cosas no
salen como ella quiere y eso le hace retirarse de la competencia; decepcionada ella decide
abandonar su sueño, su meta de volver a surfear. Durante esos momentos en los que ella
piensa en su desgracia y mientras se cuestiona cómo pudo haber sido el propósito de Dios que
ella perdiera un brazo, se encuentra con una noticia en la televisión sobre un tsunami ocurrido en
el oriente, en cuanto ella ve dicho evento se siente motivada a incluirse en otro viaje misionero
de su iglesia. Cuando ella llega al lugar del desastre comienza a escuchar personas hablando de
lo que habían perdido a causa del tsunami, por ejemplo una señora que había perdido a toda la
familia que tenía. Al escuchar este tipo de historias, la joven reflexiona en que lo que ella había
perdido, un brazo, no se comparaba con lo que otras personas perdían, su sufrimiento en ese
instante era algo mínimo comparado con otros; así que a partir de ahí comenzó a entender
realmente cuál era el propósito de Dios para su vida y de hecho fue ejemplo de muchos porque
tiempo después retomó el surf pero ahora dando el 100% de su esfuerzo.
A través de esta película podemos ver un caso que comúnmente nos pasa a todos. Dios nos
crea, nacemos para su plan, pero a lo largo de nuestra vida nosotros decidimos darle
importancia a otras cosas, por decir un ejemplo, hay personas que nacen con un talento para la
música y les apasiona realmente cantar, pero luego comienzan a entrar al coro de la escuela, a
la orquesta del estado, competencias, musicales, etc., pero nuca tienen tiempo de dedicar ese
talento a Dios, no lo usan para el plan de Dios. En el caso de la película, la joven sólo se
preocupó de mejorar su habilidad en el surf y ganar competencias, su visión era realmente muy
corta a comparación con lo que Dios realmente quería de ella, y en su caso algo muy
confrontante tuvo que pasar en su vida para que abriera los ojos.
Todos tenemos una habilidad, un talento, un don que Dios nos dio, algo que tenemos incluso
desde antes de nacer, pero no lo tenemos para provecho personal sino para enfocarlo en los
planes de Dios.
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02 – ENERO – 2014
POR: ELISABET G.
Otro punto es que a veces pensamos, “bueno pues ahora sí, Dios ha sido bueno conmigo e
intentaré comenzar de nuevo, las cosas malas que me han pasado las puedo superar” y en
cuanto vemos que es difícil avanzar tiramos la toalla y nos hundimos en nuestros malos
momentos, pero de verdad, hay gente mucho más necesitada que tú, si tú te crees destrozado
mira a tu alrededor y date cuenta de que tus problemas no son nada en comparación con los de
otros. En vez de auto compadecernos debemos reaccionar y utilizar aquello para lo que somos
buenos para ser de bendición para otros, para cumplir el propósito que Dios tiene para nuestras
vidas.
Te invito a que veas esa película, ya que no es sólo una historia de televisión, sino es algo que
realmente sucedió; Bethany Hamilton, es el nombre de la joven y su autobiografía de titula “Soul
Surfer: A True Story of Faith, Family, and Fighting to Get Back on the Board (Alma de surfista:
Una verdadera historia de fe, familia y lucha para regresar a la tabla)”.
“También el reino del cielo puede ilustrarse mediante la historia de un hombre que tenía que
emprender un largo viaje. Reunió a sus siervos y les confió su dinero mientras estuviera ausente.
Lo dividió en proporción a las capacidades de cada uno. Al primero le dio cinco bolsas de plata;
al segundo, dos bolsas de plata; al último, una bolsa de plata. Luego se fue de viaje. El siervo
que recibió las cinco bolsas de plata comenzó a invertir el dinero y ganó cinco más. El que tenía
las dos bolsas de plata también salió a trabajar y ganó dos más. Pero el siervo que recibió una
sola bolsa de plata cavó un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su amo. Después de
mucho tiempo, el amo regresó de su viaje y los llamó para que rindieran cuentas de cómo habían
usado su dinero. El siervo al cual le había confiado las cinco bolsas de plata se presentó con
cinco más y dijo: “Amo, usted me dio cinco bolsas de plata para invertir, y he ganado cinco más”.
El amo lo llenó de elogios. “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta
pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar
conmigo!”. Se presentó el siervo que había recibido las dos bolsas de plata y dijo: “Amo, usted
me dio dos bolsas de plata para invertir, y he ganado dos más”. El amo dijo: “Bien hecho, mi
buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré
muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”. Por último se presentó el siervo que
tenía una sola bolsa de plata y dijo: “Amo, yo sabía que usted era un hombre severo, que
cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó. Tenía miedo de perder su
dinero, así que lo escondí en la tierra. Mire, aquí está su dinero de vuelta”. Pero el amo le
respondió: “¡Siervo perverso y perezoso! Si sabías que cosechaba lo que no sembré y recogía lo
que no cultivé, ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera podido obtener
algún interés de él”. Entonces ordenó: “Quítenle el dinero a este siervo y dénselo al que tiene las
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POR: ELISABET G.
diez bolsas de plata. A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán en
abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen. Ahora bien,
arrojen a este siervo inútil a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.
Mateo 25:14-30 (NTV)
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