www.derecho.unam.mx C U R I A FILIPICA Y DERECHO SIEXICANO V I G E N T E 51 todos ellos la previa autorización judicial para iniciar válidamente el proceso. En caso de que se formulara solicitud ante algún Juez para obtener autorización de litigar, cuando se sufría la incapacidad de que se hace mérito, la resolución del Juez requerido recaía de plano en la solicitud correspondiente, sin que a este procedimiento sumarísimo fuera citada la persona presunta demandada. La segunda de las dos partes de que consta el Capítulo "Litigantes", se refiere a l a representación mandataria en juicio. Dentro del propio apartado. invadiendo campos privativos del Derecho Civil, se clasifican las f o m s en que debían otorgarse los mandatos relativos. La representación mandataria podía serlo en f o m tácita o explícita. Aquélla se producia cuando eran demandados un Cabildo, Capítulo, Comunidad, Universidad eclesiástica o secular, pues, en tal caso, comparecía en representación de la parte reo, su Síndico o Procurador. El mandato explícito consistía en la expresión escrita de la voluntad de extender el mandato y su otorgamiento podía ocurrir de alguna de las dos maneras siguientes: O bien el mandante comparecía en autos manifestando su deseo de otorgar el mandato y haciendo la designación de la persona en cuyo favor recaía, o bien, el mandato se extendía en forma solemne, tirindose ante Escribano "6 sellado con sello del Rey ó de otro Gran Señor, Obispo, Arzobispo Ú otro Prelado u Maestre de alguna Orden u de Concejo". Respecto a la persona sobre quien podía recaer el mandato, había diversas limitaciones. No podían tener el carácter apuntado "los menores de veinticinco años, el mudo, el sordo, el que no tiene juicio, la muger, si no es por sus parientes o ascendientes, o descendientes, legitimamente impedidos y no habiendo otro que lo haga, ó para librar a sus parientes de servidumbre, Y apelar, y seguir la apelacion de la sentencia de müerte que contra alguno de ellos se hubiere dado; ni el siervo, ni el Religioso, sino en los casos de su Religión y con licencia de su Prelado; ni el Clérigo de Orden Sacro, sino en pleyto de su Iglesia, ó Prelado". Tampoco podía ser Procurador en Juicio, "ningún poderoso por razón de algún oficio, respecto de que por serlo no puede fatigar, ni molestar a su adversario por ser natural de los potentes oprimir a los pobres, y los Jueces -algunas veces- favorecer más a los poderosos, que a los demás que piden justicia, oponiendo estos excepción antes de la contestación, y no después". 52 FRANCISCO GARCZA IIMENO Los mandatos podían serlo de dos maneras: especiales y generales. El mandato terminaba por muerte del mandante ocurrida en iecha anterior a la contestación de la demanda, por revocación del poder, o bien, por la designación de un mandatario especial para la misma causa. La actuado en juicio por persona amparada por un mandato ineficaz en derecho, tenia validez sólo si con posterioridad era ratificado tácita o expresamente por el mandante. Una breve ojeada por las instituciones descritas basta para comprobar que, si bien es cierto que algunas de ellas han desaparecido de la snperficie actualista del Derecho, otras mantienen sus líneas generales dentro de él. Así, hoy no se establecen limitaciones especificas y casuistas sobre la persona del mandatario judicial, sino que, concordancias entre diversos preceptos examinados a la luz de una hermenéutica ortodoxa, configuran muchos de los impedimentos que la Curia señalaba como tacha para el mandatario. Por ejemplo, el artículo 46 del Código Procesal Civil, establece que todo interesado puede comparecer a juicio por si, o por medio de Procurador con poder bastante para ello. Por otra parte, el articulo 2546 del Código Civil, estatuye que el mandato es un contrato por medio del cual el mandatario se obliga a ejecutar por cuenta del mandante, los actos jurídicos que éste le encargue. El contrato de mandato, agrega el articulo 2547, del propio Ordenamiento, se perfecciona con la aceptación del mandatario. Ahora bien, los artículos 1792 y 1793 de nuestra Ley Substantiva Civil, dicen, el primero, que el convenio es un acuerdo de dos o más personas, para crear, transferir, modificar o extinguir obligaciones. Agrega el segundo de ambos preceptos, que los convenios que producen o transfieren obligaciones y derechos, toman el nombre de contratos. En concordancia con las disposiciones relacionadas en este mismo párrafo, se halla el artículo 450 del Código Civil, que señala los casos de incapacidad natural y legal que la ley reconoce, y todo esto conduce a los siguientes corolarios: a ) E l mandato es un contrato; b) para que pueda existir el contrato, se requiere el acuerdo de dos o más personas; c) tienen incapacidad legal y natural para actuar, las personas que se hallan en los casos previstos por el artículo 450 del Código Civil: Luego, los sujetos que satisfagan el presupuesto de este precepto, están incapacitados para ser mandatarios. El contrato de mandato es correctamente considerado en la actualidad, como materia perteneciente al campo del Derecho substantivo, y Hevia le atribuye un carácter procesal del cual carece.