COMPARACION DE TABLAS DE CRECIMIENTO INFANTIL NACIONALES/OMS EN NIÑOS MENORES DE 5 AÑOS DEL CENTRO DE SALUD N° 15 DE LA CIUDAD DE ROSARIO AUTORES: BOCCI ANDREA M. RESIDENTE 2° AÑO ESPECIALIDAD MEDICINA GENERAL Y FAMILIAR DE LAS NAVAS NATALIA A. RESIDENTE 1° AÑO MEDICINA GENERAL Y FAMILIAR ESPECIALIDAD LEMOS LUCIANA L. RESIDENTE 3° AÑO ESPECIALIDAD MEDICINA GENERAL Y FAMILIAR RIVARROSA PABLO. RESIDENTE 3° AÑO ESPECIALIDAD MEDICINA GENERAL Y FAMILIAR ZABALZA ANALIA. TUTORA DE RESIDENCIA MEDICINA GENERAL Y FAMILIAR Y MEDICA DE PLANTA CAPS N°15 LUGAR DE REALIZACION: CAPS N°15 “JUAN DOMINGO PERON” FECHA DE REALIZACION: 21 JUNIO DE 2011 A 25 AGOSTO DE 2011 TRABAJO INEDITO CATEGORIA TEMATICA: CLINICA TIPO DE TRABAJO: TRABAJO DE INVESTIGACION CON ABORDAJECUANTITATIVO 1 COMPARACION DE TABLAS DE CRECIMIENTO INFANTIL NACIONALES/OMS EN NIÑOS MENORES DE 5 AÑOS DEL CENTRO DE SALUD N° 15 DE LA CIUDAD DE ROSARIO INTRODUCCION Construcción del problema El crecimiento y el desarrollo del niño son los ejes conceptuales alrededor de los cuales se va vertebrando la atención de su salud. El monitoreo del crecimiento se destaca como una de las estrategias básicas para la supervivencia infantil [1]. Teniendo en cuenta lo antes dicho en el manual utilizado por los Equipos de Salud de efectores de Atención Primaria: “Evaluación del estado nutricional de niñas, niños y embarazadas mediante antropometría” y coincidiendo con ello, los residentes de la especialidad de Medicina General y Familiar del Centro de Salud Nº 15 “Juan D. Perón” nos “cuestionamos” la utilización de las nuevas tablas de patrón de crecimiento de la OMS, teniendo en cuenta que nuestra población a cargo puede ser definida como una población vulnerable [2], enmarcada en un contexto socio económico desfavorable, carente de recurso sobre todo del índole económico, no presentándose de esta manera las condiciones de crianza y alimentación según los lineamientos de la OMS y UNICEF, bajo los cuales fueron creadas las actuales curvas de medida. Sabiendo que en Argentina, la desnutrición crónica, afecta al 8% de los niños y niñas menores de 5 años [3], y que el sobrepeso constituye un hallazgo cada vez más frecuente en nuestros niños y no suele ser activamente buscado por la mayoría de los Equipos de Salud, que están muchas veces focalizados en la detección de la desnutrición [1], surge la necesidad en este grupo de trabajo de investigar mediante un análisis descriptivo y comparativo entre las tablas utilizadas históricamente por este equipo (tablas de referencias locales, elaboradas por Lejarraga y Fustiniani) y las nuevas tablas de patrón de crecimiento infantil OMS, la historia de crecimiento de nuestros pacientes de 0 a 5 años, para poder de esta manera evaluar y analizar las posibles diferencias entre ambas, teniendo en cuanta lo comentado con anterioridad y de esta manera planificar intervenciones oportunas en momentos particulares de su crecimiento y desarrollo. Palabras claves: niños 0 a 5 años, historia de crecimiento, comparación tablas. Contexto del Estudio Este trabajo se llevo a cabo en el Centro de Salud Nº 15, “Juan Domingo Perón”, barrio “Las Flores” perteneciente a la red de salud provincial, nodo Rosario, subregión Rosario Sudoeste. En los últimos tres años el Ministerio de Salud de la Provincia comienza a reforzar en los equipos el trabajo enmarcado en la estrategia de Atención Primaria, fortaleciendo el proceso de adscripción de pacientes. “….Se trata de alcanzar un modelo singularizado, personalizado, en el que cada equipo tenga una población adscripta de 2 forma más o menos fija, de manera de potenciar el papel terapéutico del vínculo, trabajado en función de producir autonomía y responsabilidad tanto en los terapeutas como en el sujeto asistido, facilitando el seguimiento del proceso por el equipo profesional y el compromiso de ambos con los resultados”.[4] Existen diferentes elementos que propician el trabajo desde esta perspectiva, como la Historia clínica familiar por problemas, el fichero calendario y los equipos de referencia. Contamos con el registro de Historias Clínicas Familiares, agrupando bajo la misma varios integrantes de una familia que viven en un lugar en común. Mediante un padrón único de pacientes que se actualiza anualmente a cargo del personal administrativo, conocemos que a la fecha contamos con 7994 HC familiares que agrupan un total de 10542 pacientes. En este mismo padrón general constan 13707 pacientes, deduciendo que la diferencia no cuenta con HC asignada al momento por distintas circunstancias. En el área de responsabilidad podemos reconocer una región más antigua “zona de adelante” donde las viviendas son de material, cuentan con servicios básicos como agua, conexión de luz y cloacas; las calles son asfaltadas y existe alumbrado público y recolección de residuos. “La parte de atrás” que surge aproximadamente hace 5 años se constituye a partir de asentamientos irregulares; las viviendas son predominantemente de chapa y cartón, las conexiones de luz son ilegales y hay canillas comunitarias de donde obtienen agua varias familias. Esta zona se encuentra rodeada de basurales. OBJETIVOS General: Comparar los resultados de evaluación del crecimiento de niños de 0 a 5 años a través de las curvas construidas con los nuevos estándares de crecimiento de la OMS y las utilizadas anteriormente confeccionadas a nivel nacional. Específicos: Conocer la población de 0 a 5 años atendida en el Centro de Salud. Evaluar las características del seguimiento en relación a la historia del crecimiento de los niños realizado en los últimos cinco años. Establecer la cantidad de niños que tuvieron diagnóstico de trastornos del crecimiento (desnutrición, sobrepeso y baja talla) durante el periodo estudiado. MARCO TEORICO Vigilancia del crecimiento en los primeros años de vida [1] Los primeros años de vida son un momento de vulnerabilidad, por eso la importancia de su seguimiento. Durante esta fase se realizan una serie de evaluaciones en los controles del niño sano cuyo objetivo es detectar si existe alguna alteración tempranamente. Entre estas prácticas se encuentra la evaluación del crecimiento; para 3 esto las mediciones básicas que consideramos son el peso, la talla y el perímetro cefálico. Los índices antropométricos son combinaciones de medidas, que pueden relacionarse con estándares de normalidad según edad y sexo. Así a partir de gráficos y tablas de referencia, se obtienen los índices básicos en niños que son: Peso/edad: refleja la masa corporal alcanzada en relación con la edad cronológica. Talla / edad: refleja el crecimiento lineal alcanzado en relación a la edad cronológica, y sus déficits se relacionan con alteraciones acumulativas de largo plazo en el estado de salud y nutrición. Peso/talla: refleja el peso relativo para una talla dada y define la proporcionalidad de masa corporal. Un bajo peso/ talla es indicador de emaciación o desnutrición aguda. Un alto peso/ talla es indicador de sobrepeso. Índice masa corporal/ edad: es el peso relativo al cuadrado de la talla; éste, en el caso de niños y adolescentes debe ser relacionado con la edad. Unidades de medida Los índices antropométricos se expresan en tres sistemas principales: Percentiles: son puntos estimativos de una distribución de frecuencias (de individuos ordenados de mayor a menor) que ubican a un porcentaje dado de individuos por debajo o por encima de ellos. Puntaje z o puntaje de desvíos estándar: de fin la distancia que se encuentra un punto (un individuo) determinado, respecto del centro de la distribución normal en unidades estandarizadas llamadas z. En su aplicación a la antropometría; es la distancia a la que se ubica la medición de un individuo con respecto a la mediana o percentil 50 de la población de referencia para su edad y sexo, en unidades de desvió estándares. Por tanto puede adquirir valores positivos o negativos según sea mayor o menor a la mediana. Porcentaje de adecuación a la mediana: es el cociente entre una medición individual (por ejemplo, peso) y el valor de la mediana de la población de referencia para ese índice, expresado en porcentaje. ¿Cómo se comparan los sistemas? Si la referencia sigue una distribución normal o gaussiana los percentilos y los puntajes z están relacionados matemáticamente: los valores de equivalencia para algunos puntos usualmente usados son: 4 Puntaje z -3 DE -2 DE -1 DE 0 DE percentil 0,13 2, 28 15,8 50 percentil 1° 3° 10° 50° Puntaje z -2,33 -1,88 -1,29 0 Podemos ver en el cuadros que el percentil 3° y el -2 desvió estándar se encuentran muy cerca uno del otro. El límite de -2 desvió estándar corresponde aproximadamente a 90% de adecuación a la mediana del peso/talla y al 80% de adecuación a la mediana de la talla/ edad. Cuando se analizan poblaciones, se acostumbra a definir como normales a todos los sujetos ubicados en el intervalo entre -2 y 2 desvió estándar, lo que en la curva normal o de gauss incluye al 95,4 % de la población sana. A nivel poblacional si el propósito de la evaluación es detectar un niño de riesgo para su seguimiento y eventual apoyo nutricional, se recomienda utilizar como limite el percentil 10 de peso/edad y el percentil 10 de IMC en los niños mayores de un año. Para la evaluación individual, hay dos formas básicas de evaluar el crecimiento y la nutrición: una es la transversal y otra longitudinal. El tamaño alcanzado es la comparación de una medición tomada a una edad determinada con la variación normal en la población esa edad. Si se encuentra dentro de la variación normal, el peso o la talla son normales; si se está por debajo el peso o la talla son bajos. Se utilizan criterios de tamizaje considerando un límite prefijado, por ejemplo talla/edad inferior al percentil 3. La evaluación longitudinal o de velocidades ofrece su mayor utilidad para el diagnóstico antropométrico en el seguimiento del niño a lo largo de controles sucesivos sobre su curva de crecimiento. Si esta curva es paralela a las de la gráfica, el crecimiento del niño es normal. El uso de tablas de crecimiento Las tablas de crecimiento no son una definición de normalidad sino que representan lo que le sucede o cómo son la mayoría de las personas. Los estándares de referencia se utilizan como instrumentos para la acción; en el ámbito individual su monitoreo sirve para la identificación oportuna de desviaciones del crecimiento; en el ámbito local sirven para el tamizaje e implementación de acciones; y en el ámbito poblacional, es uso de la antropometría se utiliza en la selección de poblaciones para la intervención. [5] La Argentina es uno de los pocos países, junto con EEUU, Francia, Reino Unido, Suecia, Venezuela y algunos más que contó con un consenso para el uso de referencias locales para la evaluación del crecimiento en niños, desde el nacimiento hasta la madurez. Las tablas nacionales se confeccionaron con varias muestras de niños de distintas provincias del país, que representan todos los sectores sociales de 5 niños sanos que viven bajo condiciones razonables de salud; tienen un carácter descriptivo. Incluyen también valores de peso, estatura y perímetro cefálico normales para niños nacidos pretérmino, desde las 24 semanas de EG. Desde 1978, la OMS promovió el uso de un estándar internacional para el monitoreo del crecimiento de los niños, sobre todo, en países sin curvas propias; éste estándar fue construido con diversas curvas principalmente de origen estadounidense. En 1993 un comité de OMS llamó la atención sobre problemas biológicos y técnicos que se habían encontrado en la referencia internacional; y ante la evidencia de que los patrones de crecimiento no son independientes de los modelos de alimentación y crianza, se pidió en 1994 la realización de un nuevo patrón internacional, para evaluar el crecimiento de niños criados según recomendaciones de alimentación y salud hechas por esa institución. El estudio de la OMS de crecimiento MGRS (Multicenter Growth Reference Study) combinó un seguimiento longitudinal desde el nacimiento hasta los 24 meses de 882 niños y un estudio transversal entre los 18 y 71 meses de 6.669 niños. Los países elegidos fueron Brasil, Ghana, India, Noruega, Omán y EEUU. Los criterios de inclusión de los niños se basaron en condiciones socioeconómicas favorables para el crecimiento, siendo estas: educación de los padres y niveles de ingresos, recién nacido a término, niños sanos y que no presentaran enfermedades de importancia, mamás que cumplieran con las recomendaciones para la alimentación, lactancia materna exclusiva o predominante hasta al menos los 4 meses de edad e introducción de semisólidos a los 6 meses con continuación de la lactancia materna hasta al menos los 12 meses y que las mismas no fueran fumadoras; los niños con bajo peso no fueron excluidos. Para el estudio transversal se siguieron los mismos criterios de inclusión, con excepción de la alimentación, en el cuál los niños deberían recibir lactancia materna hasta por lo menos los 3 primeros meses. [6] [9] En abril de 2006 la OMS difundió las nuevas curvas internacionales de crecimiento para niñas y niños de 0-5 años. Existen importantes diferencias conceptuales, metodológicas y operativas entre ambos grupos de curvas. La primera gran diferencia entre ambas poblaciones de estudio es que los datos locales son descriptivos; es decir, fueron seleccionados como representativos de la población de la cual provienen, mientras que la población de la OMS es prescriptiva; la selección de los individuos respondió a los criterios predefinidos de niño sano, alimentado de acuerdo las pautas de crianza de OMS y en ambientes saludables favorecedores del crecimiento. En el año 2007 el Dr. Lejarraga publica en Archivos argentinos de pediatría propuestas sobre el uso de tablas en Argentina: - Para el período de 24 semanas de edad gestacional al término recomienda continuar con el uso de las tablas nacionales. Peso y longitud corporal. - Período desde el nacimiento hasta los dos años: reemplazo de las tablas nacionales por las tablas de la OMS para peso y longitud corporal. Para la relación peso-talla recomienda continuar con el empleo de las tablas peso/talla nacionales. 6 - Desde los 2 años hasta la madurez: recomienda continuar con el uso de las tablas nacionales. [7] En el año 2010 en Chile se realizó un estudio comparativo entre las curvas de crecimiento NCHS/OMS y los nuevos estándares de la OMS del año 2006, éste concluyó que con las nuevas curvas OMS la proporción de niños desnutridos aumenta, al igual que el sobrepeso, obesidad y talla baja, y disminuye el porcentaje de niños en riesgo de desnutrir. [8] Lo que se quiere pesquisar en el primer nivel de atención son aquellos niños que crecen en forma diferente a la de los niños sanos de ese país, y no aquellos que crecen de un modo distinto a un modelo óptimo mundial perfilado a partir de una población altamente seleccionada. Los niños de clases medias e inferiores no están representados en las tablas de la OMS. Todos los niños del mundo tienen derecho a disfrutar de las condiciones medioambientales bajo las que creció el grupo OMS de estandarización. Sin embargo, esto no ocurre en la mayoría de los países del mundo, sean o no desarrollados. [7] En los dos primeros años de vida, las características descriptas para el período 2-6 años son fuertemente compensadas por los beneficios que el uso de tablas OMS va a producir, ya que el crecimiento en ese período depende en alto grado de la nutrición, y el medio ambiente no ha alcanzado, a esta edad, a producir las diferencias importantes en el crecimiento entre distintos países y grupos sociales. El control del crecimiento como práctica preventiva Pensar nuestro trabajo diario en el contexto de la medicina preventiva plantea constantemente la posibilidad de reconocer cuales son las prácticas efectivas que generan impacto sobre la salud de los sujetos. Existe por ejemplo una dificultad en establecer el número “ideal” de consultas que permitan hacer un seguimiento adecuado y en general no hay consenso sobre este tema. Muchos autores cuestionan la inversión excesiva de tiempo, en la monitorización sistemática del crecimiento de los niños saludables, transformándose esto en un ritual clínico que tendrá poco impacto efectivo en su salud. La construcción de curvas a través de antropometría fue consagrada como un indicador sensible del estado de salud de los niños, sin embargo el apoyo científico al valor de la monitorización del crecimiento como método de screening es pobre. Aun así hay evidencias de que es útil en la educación y en transmitir tranquilidad a los padres. [10] De acuerdo a G. Rose “En la medicina preventiva deseamos reducir el número de personas enfermas, que forman una minoría claramente definible; eso implica que la mayoría de la población es normal y, que por lo tanto, habría que dejarla en paz”. [11] Por lo tanto pensar al control del crecimiento como estrategia de rastreo o screening genera cuestionamientos a nivel de evidencia, sin embargo es indiscutible que constituye un espacio valioso en la construcción del vínculo con las familias. 7 METODOLOGIA Se realizo un estudio de corte cuantitativo, descriptivo y comparativo. Población en estudio Se seleccionó para el estudio la población de 0 a 5 años atendida en el Centro de Salud, reconocida como “adscripta” por cada uno de los médicos que realizan el seguimiento, excluyéndose los nacidos pre término, obteniéndose un total de 95 niños. De este total, 13 niños solo presentaron 1 o 2 controles y en 7 casos no fue hallada la historia clínica, por lo cual en ambos casos no fueron incluidos en el estudio. La información se extrajo de la lista de adscriptos o fichero calendario de acuerdo al modo elegido por cada médico. Estos datos fueron volcados a un registro electrónico de población atendida realizado en el año 2007, y actualizado anualmente, donde se obtuvieron datos como numero de Historia Clínica, sexo y edad de acuerdo a la fecha de nacimiento. Material y método Se realizó una revisión de la totalidad de las Historias clínicas buscando datos personales y antropométricos (edad, sexo, peso, talla) registrados desde el nacimiento hasta la actualidad. Con ellos se construyeron las curvas de Peso/edad, Talla/edad y Peso/Talla que fueron utilizadas por los trabajadores del Centro de Salud (Gráficos preparados por Lejarraga H y Fustiñana C. publicados en Arch.argent.pediatr 1986; 84:210-214.) y las recomendadas actualmente por el Ministerio de Salud de la Nación y la Provincia según los nuevos estándares de la OMS. (Anexo 1) Se revisó luego cada curva trazada volcando los datos obtenidos a una planilla de Excel que permitió contabilizar los hallazgos. Categorías analizadas Trastornos del crecimiento: Desnutrición, sobrepeso y baja talla. En cada curva trazada fueron buscados los trastornos del crecimiento de acuerdo a criterios definidos: Clasificación nutricional según los nuevos estándares de la OMS [18] 8 Relación peso/talla Severamente emaciado severamente acortado Severamente emaciado pero acortado Severamente acortado pero emaciado Emaciado acortado Emaciado pero acortado Acortado pero emaciado Normal Relación talla/edad Relación peso/edad Por debajo de Por debajo de -3 y -3 DE DE Por debajo de Entre -2 y +2 DE no -3 DE Entre -2 y +2 Por debajo de -3 no DE DE y Entre DE no Entre DE no Entre DE Entre DE -3 y -2 Entre -3 y –2 DE -3 y -2 Entre -2 y +2 DE -2 y +2 Entre -3 y –2 DE -2 y +2 Entre -2 y +2 DE Entre -2 y +2 DE Bajo peso Entre -3 y -2 DE Muy bajo peso Por debajo de -3 DE Sobrepeso Entre +2 y +3 DE Obeso Por arriba de +3 DE Para las curvas nacionales, los patrones considerados dentro de los límites normales se encuentran entre los percentiles 3 y 97, tanto para las curvas de Peso/edad como para aquellas de Talla/edad. También aquí es tenida en cuenta la velocidad del crecimiento, siendo que el descenso de 2 centilos mayores en las curvas de crecimiento pondo-estatural es suficiente para el diagnóstico de deterioro nutricional. [16] Presencia de registro de antecedentes perinatales: Edad gestacional, Peso y Talla al nacer. Cantidad de controles (CC): Fueron considerados “adecuados” de acuerdo a la bibliografía consultada, los controles antropométricos realizados de la siguiente forma: 1 entre los siete a diez días de vida, 1 mensual hasta los seis meses, 1 bimestral desde los seis meses hasta los 12 meses, 1 9 trimestral desde los 12 hasta los 24 meses, 1 semestral desde los 24 hasta los 36 meses, y 1 anual para los 4 y 5 años. “Oportunidades perdidas” (OP): Fueron consideradas en aquellos casos en que existieron consultas por otros motivos sin ser aprovechadas para realizar controles de antropometría en los casos en que era necesario. “Pacientes perdidos” (PP): Aquí se tuvieron en cuenta todos aquellos niños que no poseían registros de consultas en el último año. RESULTADOS Se revisaron un total de 75 historias clínicas individuales, de los cuales 34 son niñas (45% de nuestra población estudiada) y 41 niños (55%). De estos, encontramos que 14 presentaron sobrepeso (18,6%, 13 niños ,1 niña) y todos fueron diagnosticados por ambas tablas. Dos pacientes fueron diagnosticados al mismo tiempo tanto por las tablas de la OMS y por las nacionales, ambos son mayores de dos años. Diez fueron detectados antes por las curvas nacionales, y 2 por las de la OMS. Hay 11 desnutridos (8,25%, 4 mujeres, 7 varones). Cinco de ellos fueron detectados por ambas curvas en el mismo momento, con edades variables. 3 no detecta la OMS pero si las tablas nacionales, todos mayores de 1 año; y 3 detectados previamente por las nacionales. Existe un caso de un niño de 38 semanas de edad gestacional cuya desnutrición fue detectada por las tablas de las OMS y no por las tablas nacionales. Hay 11 pacientes con baja talla que representan el 8, 25% 6 mujeres 5 varones. 6 de estos son detectados por las curvas de la OMS y no son detectados en ningún momento por las tablas nacionales. 4 son detectados tanto por las tablas de las OMS como por las tablas nacionales al mismo momento, y 1 paciente es detectado previamente con las tablas de nacionales. Se encuentran tres pacientes con discordancias en las medidas registradas para la talla. Al intentar construir las curvas nacionales, en las cuales se requiere como dato la edad gestacional, nos dimos cuenta que solo estaba registrada en la historia clínica individual de 44 pacientes, al mismo tiempo 40 de ellos no contaban con otros datos perinatales (peso, talla al nacer). Evaluando la cantidad de controles encontramos que solo 12 niños (9%) presentaban controles adecuados. Ocho pacientes de los que tienen controles inadecuados (5%), tenían registradas consultas por otras causas sin evaluación antropométrica y de estos hay 2 con sobrepeso y 1 con desnutrición. De la totalidad revisada encontramos 13 10 niños (9,75%) que no presentaban ningún registro de consulta en un tiempo prolongado, de estos tres son desnutridos y dos con sobrepeso. DISCUSION En relación al sobrepeso, la totalidad de niños detectados con anterioridad por las curvas nacionales eran menores de 6 meses. En estos casos no existen curvas que evalúen IMC o P/T para esta edad, por lo que no fueron construidas por los profesionales ni existió intervención en relación a ello. Aparece entonces el interrogante sobre la necesidad de generar intervenciones en menores de 6 meses, sabiendo que la indicación en cuanto a la alimentación en éste grupo es la lactancia materna exclusiva. En cuanto a la detección de niños con desnutrición la mitad fueron detectados como tal por ambas tablas al mismo momento; esto se podría deber a que la disminución de peso fue de tal cuantía que entra en clasificación de bajo peso para ambas curvas. La otra mitad fue detectada en primer lugar por las curvas nacionales, siendo que el 50% de ellos no entraba directamente como bajo peso para las nuevas curvas. De esta forma la cantidad de niños considerados como desnutridos seria mayor con el uso de las tablas nacionales. En relación a las edades, fueron variables, sin posibilidad de definir patrón alguno. Para la detección de niños con baja talla, más de la mitad fueron detectados solamente por las tablas de la OMS y el resto por ambas al mismo tiempo. Esto es coincidente con el estudio realizado para la validación de las curvas en la ciudad de Rosario. En el intento de evaluar la construcción de curvas aparecieron en el camino datos que nos llevaron a cuestionar las formas de trabajo. En primer lugar la dificultad para definir la cantidad de niños adscriptos a profesionales del equipo. Estos registros eran irregulares (ausencia de los mismos, diferencias en su construcción) lo que nos llevó a intentar una unificación a través del padrón electrónico, actividad que se encuentra en proceso. La cantidad total de los mismos fue de 95 personas, pero en 7 de estos casos no se pudo hallar la Historia clínica, lo cual plantea una dificultad en la organización. Trece niños presentaban solo uno o 2 controles, lo que imposibilito la construcción de las curvas y planteó en el equipo la discusión sobre el significado del proceso de adscripción. En esta línea de discusión encontramos que un 10% de estas historias clínicas no presentaban registros de consultas por más de un año, es decir, fueron considerados retrospectivamente pacientes “perdidos”. Cinco de ellos tenían diagnóstico de trastorno del crecimiento. Esta dificultad podría abordarse a través del uso de herramientas simples como el fichero calendario, las cuales no están siendo empleadas por algunos miembros del equipo de referencia. Encontrarnos con este registro total de población de 0 a 5 años generó diferentes análisis. Uno de ellos hace referencia al inmediato traslado de la médica pediatra que desarrollaba actividades en la institución, sin dejar referencia de los niños adscriptos. 11 Por otro lado comparamos esta lista con una generada por el servicio de farmacia para la entrega de leche, que se realiza mensualmente a los niños menores de 2 años eutróficos y menores de 5 años desnutridos, que realizan sus controles en el Centro de salud. La misma arroja un valor total de 150 niños, por lo que muestra que una parte importante de los niños que se atienden en el centro no están referenciados. Aparece también que solo el 9% presento “controles adecuados” según los parámetros seleccionados. Esto cuestiona en un principio la organización de la atención y la importancia que se le da a la evaluación del crecimiento y desarrollo principalmente durante los primeros años de vida. También surge evaluar la posibilidad de que ciertos números de controles se hallan realizado en el efector de la red municipal ubicado a escasas cuadras del centro de salud donde realizamos éste trabajo, ya que un importante número de pacientes asisten a ambas instituciones. En contraposición a esto, aparecieron algunos niños que tenían registradas consultas por otros motivos sin aprovechar estas situaciones para evaluar el crecimiento. En relación a los registros, hallamos que muchas historias clínicas no contaban con datos perinatales, lo que en este trabajo dificulto la construcción de las curvas nacionales, pero extrapolándolo al trabajo diario podría deberse a distintos significantes que tienen miembros del equipo de salud a su respecto. CONCLUSION Y PROPUESTAS El problema que nos planteamos en primer lugar, fue el motor de nuestro trabajo y el hilo conductor que nos permitió comenzar con el análisis. Pero hoy, una vez terminado, nos arroja resultados que generan la formulación de nuevos problemas, tal vez más importantes que el hecho de determinar que curvas usar, y es el replantearnos metodologías de trabajo y posicionamientos frente a la atención. En relación al diagnóstico de trastornos en el crecimiento, los hallazgos muestran algunas diferencias con lo evaluado en el estudio de validación de curvas realizado en Rosario. La desnutrición con una pérdida de peso poco significativa podría no ser detectada en las tablas nuevas. En todos los casos con las curvas nacionales, los pacientes fueron clasificados como desnutridos más precozmente (promedio de 4 meses). En cuanto al sobrepeso, el análisis mostro que en mayores de 2 años, ambas tablas diagnostican dicho trastorno a edades aproximadas. En todos los casos, el diagnóstico se realiza en ambas tablas. Con respecto a la baja talla, ambas tablas lo detectan siendo más precoz en las curvas OMS. Teniendo en cuenta el concepto de controles adecuados y el bajo porcentaje hallado en este trabajo, nos urge la necesidad de plantear al interior del equipo la posibilidad de poner en discusión dicho concepto, y poder trabajar de ésta manera su importancia, para no perder la oportunidad de llevar a cabo una correcta evaluación del crecimiento, abordando conjuntamente los problemas que aparecen como prevalentes y generando así intervenciones oportunas. En esta línea encontramos interesante retrabajar el significado del proceso de adscripción de pacientes y su registro, utilizando herramientas útiles para lograr un 12 mejor seguimiento y haciendo hincapié en la construcción del vínculo como recurso terapéutico. Creemos importante también impulsar un constante análisis de la realidad de salud que existe en el área de responsabilidad, que genere herramientas para abordar situaciones singulares como también estrategias a nivel particular. Por último y teniendo en cuenta la cercanía geográfica pensamos la posibilidad de trabajar con el Centro de Salud dependiente de la Municipalidad sobre aquellos pacientes que realizan controles en ambos lugares del barrio, invitando a los compañeros de aquella institución a analizar los determinantes por los que se produce dicha situación y así poder generar propuestas. 13 BIBLIOGRAFIA 1. Evaluación del estado nutricional de niñas, niños y embarazadas mediante antropometría. Ministerio de Salud, presidencia de la nación. 2009 2. Grupos vulnerables. Becerra Millan, A. [online]. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/cesop/Comisiones/d_gvulnerables.htm 3. ENNyS Ministerio de Salud 2006 4. Salud y nutrición para mujeres, niños, niñas y adolescentes. [online] Disponible en: http://www.unicef.org/argentina/spanish/health_nutrition_childhood.html 5. Ferrandini D. Proyecto: Adscripción de ciudadanos al sistema de salud pública municipal a través de equipos de referencia. Dirección General de Servicios de salud. Secretaria de Salud Pública Municipalidad de Rosario.2004. 6. Las tablas de crecimiento como patrón de referencia. Una reflexión. Archivos argentinos de pediatría 2003. 7. La Sociedad Argentina de Pediatría actualiza las curvas de crecimiento de niñas y niños menores de 5 años. Archivos argentinos de pediatría 2008[7] Consideraciones sobre el uso de tablas de crecimiento en la Argentina. Archivos argentinos de pediatría 2007. 8. Consideraciones sobre el uso de tablas de crecimiento en la Argentina. Archivos argentinos de pediatría 2007. 9. Estudio comparativo de las curvas de crecimiento NCHS/OMS: evaluación del estado nutricional e implicancias en un centro de salud familiar. Rev Chil Nutr Vol 37, N°2, Junio 2010. 10. Blank D. A puericultura hoje: um enfoque apoiado em evidencias. J Pediatr (Rio J) 2003;79 (Supl.1):S13-S22. 11. G. Rose. La estrategia de la medicina preventiva. Ediciones Científicas y Técnicas. 1994. 12. Referencias y estándares de crecimiento en la Argentina. Consideraciones del grupo ad Hoc para el análisis de las tablas de la Organización Mundial de la Salud y su uso en la Argentina. Archivos argentinos de pediatría 2007. 13. Nuevas curvas de crecimiento de la OMS. Dra Miriam Tonietti. Sección nutrición y diabetes. Htal de Niños Ricardo Gutierrez. 14. Nuevos estándares de crecimiento de la OMS para niños de 0 a 5 años: su validación clínica en centros de salud de Rosario, Argentina. 15. Referencias de peso, estatura desde el nacimiento hasta la madurez para niños y niñas argentinos. Incorporación de datos de la OMS de 0 a 2 años, recalculo de percentilos para obtención de valores LMS 16. Guías para la evaluación del crecimiento. 2° edición. Sociedad Argentina de Pediatría. 2004 17. Patrones de crecimiento infantil de la OMS. Longitud/estatura para la edad, peso para la edad, peso para la longitud, peso para la estatura e índice de masa corporal para la edad. 18. Patrones de Crecimiento del Niño la OMS: Curso de Capacitación sobre la evaluación del crecimiento del niño”. OMS; Ginebra: 2008. 14 ANEXO 1 Niñas 0-1 año: 15 16 Niños 0-1 año: 17 Niñas 0-5 años: 18 19 20 Niños 0-5 años: 21 22