Julio 2001, contra el G-8 en Génova. Un éxito masivo frente a extrema violencia policial Extraído de Viento Sur https://www.vientosur.info/spip.php?article5712 Memoria Julio 2001, contra el G-8 en Génova. Un éxito masivo frente a extrema violencia policial - solo en la web - Fecha de publicación en línea: Lunes 8 de agosto de 2011 Copyright © Viento Sur - Todos derechos reservados Copyright © Viento Sur Page 1/5 Julio 2001, contra el G-8 en Génova. Un éxito masivo frente a extrema violencia policial Génova, julio de 2001. La reunión del G-8 suscitó una de las más importantes movilizaciones anti/altermundialistas en el cambio de siglo -y también una de las más violentas represiones estatales en un país europeo: un muerto, Carlo Giuliani, centenares de heridos y detenciones. La 27ª cumbre del G7-G8 se reunió en Génova, Italia, los días 20 y 21 de julio de 2001. Los movimientos progresistas anunciaron la más importante movilización nunca antes organizada contra la "dirección" de las potencias y la mundialización liberal. Se esperaban más de 10.000 manifestantes procedentes de diversos países europeos, con importantes delegaciones alemana, británica, española, francesa y griega. El Foro Social de Génova (GSF, Genoa Social Forum) esperaba reunir a más de 100.000 personas el sábado, punto culminante de las manifestaciones. Las previsiones más optimistas fueron superadas. Durante cuatro días, del 19 al 22 de julio, se sucedieron las iniciativas en una especie de contra-cumbre plural in crescendo, como un mar de fondo: 50.000 manifestantes en defensa de los inmigrantes, después decenas de miles asediando la "zona roja" (donde se encontraban los Jefes de Estado bajo la máxima protección policial), y finalmente 300.000 contra la mundialización capitalista y la represión estatal. Como casi siempre, las razones de esta excepcional movilización eran múltiples. En el plano internacional, se inscribía en el ascenso potencial de las revueltas contra el orden neoliberal, la entrada en lucha de una nueva generación joven (la mayor parte de los manifestantes lo eran) y el despegue del movimiento anti- o alter-mundialista en el viejo continente. En Italia, se trataba también de una de las primeras respuestas de masas a la reciente victoria de Silvio Berlusconi que, tras las elecciones del 11 de junio de 2011, volvía a convertirse en presidente del Consejo. Frente a las medidas antisociales inmediatamente anunciadas por el nuevo gobierno (flexibilización incrementada del mercado de trabajo...), los sindicatos de metalúrgicos ya habían reunido en la calle, a final de mes, a unas 300.000 personas. Génova representaba para el movimiento anti- o alter-mundista un gran reto a nivel europeo. Se trataba de consolidar la coordinación de los movimientos a escala de la Unión y recuperar la iniciativa tras la violenta represión, un mes antes, de las manifestaciones (unas 20.000 personas) en Goteborg (Suecia), donde la policía había disparado balas de verdad, provocando un gran impacto político. El Foro Social de Génova Génova representaba también un gran reto en Italia, para construir en todo el país un movimiento opuesto a la mundialización liberal, probar nuevas formas de movilización y de convergencias militantes, ampliar la capacidad de respuesta unitaria a Berlusconi -y para afirmar la existencia de otra izquierda, viva, justo cuando la izquierda institucional acababa de ser rechazada en las elecciones. El centro izquierda y la izquierda institucional sintieron la presión del movimiento. Los Demócratas de Izquierda (DS, exPDS) intentaron recuperar la virginidad, anunciando a última hora su voluntad de unirse a las manifestaciones, antes de retractarse denunciando la violencia. ¡Pero fue el gobierno de centro izquierda, en el poder hasta mayo, quien había organizado la reunión del G8! El GSF era una estructura unitaria, abierta, que reunía a unas 800 organizaciones. Refundación Comunista (PRC) era el único partido en el movimiento, con su organización de juventud, los Giovani Comunisti (Jóvenes Comunistas). Las izquierdas sindicales estaban muy presentes: sindicatos extra-confederales como los Cobas y corrientes de izquierda de la CGIL, o incluso la federación de metalúrgicos (la Fiom). También el mundo asociativo Copyright © Viento Sur Page 2/5 Julio 2001, contra el G-8 en Génova. Un éxito masivo frente a extrema violencia policial (ManiTese, Lega Ambiante, ARCI -acababa de crearse Attac...) con redes importantes, como la de los centros sociales, así como grupos pacifistas, o los Invisibles -los Tute Bianche (Túnicas Blancas)-, partidarios de la desobediencia civil activa... El rasgo más notable del movimiento era su juventud y su diversidad. Al día siguiente de las movilizaciones, Flavia D'Angeli, en ese momento miembro de la dirección de los Giovani Comunisti y una de las animadoras del Foro Social de Génova, calibraba así el acontecimiento: "El balance es doble: nos ha sorprendido la violencia policial, pero también el éxito del GSF. Se está desarrollando un movimiento enorme. Una mani como la del 21, hace unos años sólo eran capaces de organizarla el PCI y la CGIL. El GSF se está transformando en Foro Social Italiano: va a organizar la movilización en otoño, así como el próximo Foro Social de Porto Alegre. La participación de jóvenes es uno de los rasgos fundamentales de este movimiento. Desde la Guerra del Golfo no se había visto a la juventud movilizarse de esta manera. En el estadio Carlini había, desde el jueves, 10.000 jóvenes. Todos estos jóvenes han sufrido las cargas de los policías, pero se han quedado allí, para manifestarse. Esta juventud expresa una gran revuelta frente a la mundialización, frente a la precariedad que sufre, en el trabajo, y también en su existencia. Su revuelta es muy espontánea, pero no siempre muy política. Un movimiento como los Tute Bianche, que dirige la movilización de los jóvenes, mezcla una crítica radical del capitalismo y discursos que a veces son bastante reformistas. La radicalidad se expresa más en las formas de lucha que en los contenidos. Pero en todo caso, y aunque se tenga una lectura diferente de la sociedad, hay que estar a fondo en este movimiento, que existe a causa de la condición social de la juventud"1. Cada mañana, las organizaciones que formaban parte del Foro Social de Génova se reunían para preparar las iniciativas, trabajando a partir de un principio: no hace falta ponerse de acuerdo en todo, sino reagruparse según afinidades, en función de lo que unos y otros quieran hacer, sobre todo el 20 de julio (asedio de la zona roja). Cada cual dice lo que tiene intención de hacer, y respeta las iniciativas de los demás. Las manifestaciones de Génova comenzaron sin violencia. El jueves, 50.000 jóvenes (sobre todo) desfilaron en defensa de los derechos de los inmigrantes, sin incidentes. El nuevo gobierno no sólo simbolizaba el poder del dinero (Berlusconi representaba la 14ª fortuna mundial) sino también la extrema derecha xenófoba, teniendo en su seno a algunos de los grupos más reaccionarios de Italia, como la Alianza Nacional, de origen fascista y primer aliado del partido de Berlusconi, Forza Italia, así como la Liga del Norte, populista racista. El viernes por la mañana, diversos reagrupamientos "de afinidad" se pusieron en marcha para asediar la zona roja, alrededor de varios polos: Attac y Globaliza Resistencia, los Cobas... La LCR y los JCR decidieron manifestarse con los Tute Bianche y los jóvenes de Refundación Comunista, siendo el objetivo de este cortejo el entrar de forma pacífica en la zona roja. Pero estos distintos polos, que formaban parte del GSF, no fueron los únicos en manifestarse. También estuvieron presentes grupos del "black bloc" que suscitaron los primeros enfrentamientos, intentando implicar en ellos a las diversas componentes del Foro Social. La policía utilizó esta situación como pretexto para desencadenar una represión de extrema violencia. Represión premeditada Aunque no haya que criminalizar a quienes se encontraban en los "black blocs" (en su mayoría jóvenes radicales), éstos alardeaban claramente de una orientación diferente a la del GDF, al que tachaban de "reformista". Más que asediar la zona roja e intentar penetrar en ella, pretendían sobre todo atacar los "símbolos" del capitalismo, de las fachadas de bancos a las vitrinas de comercios o coches de lujo. La acción de los "black pols", fácil de manipular por la policía, planteaba en ese momento problemas en muchos países europeos. En Italia fue utilizada para desencadenar una represión que ya estaba preparada de antemano por el Ministro del Interior, Scajola. La violencia de las fuerzas del orden no fue un derrape, sino una decisión política deliberada para criminalizar a un movimiento de contestación en pleno ascenso y usar el arma del miedo para desmovilizar a los manifestantes. Copyright © Viento Sur Page 3/5 Julio 2001, contra el G-8 en Génova. Un éxito masivo frente a extrema violencia policial Después de Seattle (1999), los gobernantes estaban preocupados al ver cómo cada reunión internacional (FMI, G8, cumbres europeas...) era sometida a verdaderos asedios militantes. Silvio Berlusconi, por su parte, entendió bien el reto italiano de Génova. No quería que empañase su todavía fresco triunfo, mientras recibía con grandes pompas a los Jefes de Estado de las potencias mundiales. Se ejerció una considerable presión ideológica para poner en guardia a la opinión pública contra el movimiento. Durante semanas, los medios de comunicación italianos, y después europeos, cubrieron la preparación de las manifestaciones. Al llegar el día, la ciudad de Génova estaba en estado de sitio, con altas barreras de cuatro metros bloqueando los accesos a la zona roja. La mayor parte de los comerciantes habían cerrado las tiendas. La policía se empleó con extrema violencia en las cargas: disparos de granadas lacrimógenas a bocajarro, utilización de balas de caucho, palizas masivas... Todos los cortejos, sin excepción, incluso los más pacíficos como el de los Liliput, resultaron golpeados por una represión que causó unos 600 heridos. Carlo Giuliani, 23 años, fue alcanzado en la cabeza por balas reales antes de ser aplastado por un vehículo blindado de los carabinieri. Frente a las violencias policiales del viernes, se lanzó un llamamiento para que la manifestación del sábado fuera lo más masiva posible: 300.000 personas se reunieron en la plaza Sturla para una manifestación a la vez seria y muy decidida. Las fuerzas del orden cargaron de nuevo, para romper el cortejo en varios lugares. En un clima de terror policial, el domingo 22 las fuerzas del orden sitiaron la escuela Diaz donde se encontraba el centro de convergencia de los medios de comunicación alternativos. Material destrozado, discos duros decomisados... Las 307 personas que dormían allí fueron en su mayoría detenidos y después secuestrados durante tres días en el cuartel de Bolzaneto. Sufrieron numerosos maltratos, violencias y humillaciones: insultados, conminados a cantar cantos fascistas, golpeados con porras, abofeteados, obligados a permanecer durante horas con las piernas separadas y los brazos contra la pared -chicas desnudadas y ridiculizadas, chicos golpeados en los testículos, atmósfera de linchamiento... La razón de esta intervención parece estar en la búsqueda de fotos y de un video que mostraba la infiltración de algunos grupos del "black bloc" por la policía, y no como se afirmó oficialmente en la búsqueda de armas. Para Claudio Sabattini, secretario de la Fiom, federación CGIL de metalúrgicos: "Fue un acto de terrorismo. Golpearon de forma salvaje y gratuita a gente sin defensa, al estilo sudamericano [...] En los años 80 quisieron establecer en la Fiat una ecuación entre conflicto social y terrorismo. Hoy vemos el mismo esquema, así es como el gobierno quiere enfrentarse a cada movimiento de oposición, para cortarlo de raiz". La Federación nacional de prensa (FNSI, sindicato unitario de periodistas italianos) denunció "la dramática agresión contra el centro de prensa y la sede legal del GSF por parte de las fuerzas del orden, en un blitz sin sentido, violento y desproporcionado respecto a su objetivo". La FNSI desea que "la magistratura aclare inmediatamente este asalto y que el Ministro del Interior explique las razones para tantas violencias. Las fuerzas del orden han destruido ordenadores y material de radios privadas, han golpeado y herido a periodistas y colaboradores de cabeceras nacionales y locales, han vuelto inutilizable una red informática. La NFSL muestra sy solidaridad a todos los periodistas, sin excluir a nadie, dedicados a garantizar la información en una de las situaciones más difíciles, y a quienes han resultado heridos". Fue una represión sin precedente en un país de Europa occidental desde hace un cuarto de siglo. Pero provocó en cambio una extensión de la movilización: el miedo no hace la ley. Lo contaba Flavia D'Angeli: "Después de Goteborg y como se anunciaba una cita masiva en Génova, esperábamos cierto nivel de represión, pero nunca habríamos podido imaginar algo tan violento y grave. Desde hace 25 años la policía no había matado a un manifestante en Italia. El gobierno y el Ministro del Interior defienden a la policía y al caberiniero que ha matado a Carlo Giuliani, recordando más a un régimen policial que a una democracia, así como el ataque a la sede del Genoa Social Forum (GSF), que tuvo lugar porque acababan de ser difundidas imágenes mostrando que el "black bloc" y la policía estaban coordinados. La respuesta fue increiblemente masiva. Como una gran parte de los actores de este movimiento son jóvenes que nunca han conocido semejantes enfrentamientos con la policía, se podía esperar una reacción de miedo. Pero ocurrió lo contrario. Pronto se realizaron manifestaciones, y la coordinación del GSF llamó Copyright © Viento Sur Page 4/5 Julio 2001, contra el G-8 en Génova. Un éxito masivo frente a extrema violencia policial a una jornada de movilización para el martes. La participación fue enorme, sobre todo para esta época del año. El lunes había 200.000 personas en Milán, 5.000 en Bolonia el domingo, y hubo millares de personas en pequeñas ciudades y pueblos..." Un punto de inflexión Génova representó un importante punto de inflexión en el desarrollo de las resistencias a la mundialización capitalista en Europa. La elección del nombre de Foro Social de Génova mostraba un hilo conductor con el Foro Social Mundial cuya primera sesión había tenido lugar en enero de ese mismo año en Porto Alegre (Brasil). El proceso se asentaba plenamente en la Unión Europea. Desde hace años, se habían reunido conferencias internacionales de todo tipo, muchas veces con dominante ONG, aunque de manera muy descosida. En esta ocasión las iniciativas se encadenaron, la precedente alimentaba a la siguiente, desencadenando una dinámica de acumulación de fuerzas militantes y de extensión de redes, Por ejemplo en diciembre de 2000 en Niza, en las movilizaciones contra la cumbre de la UE, movimientos franceses decidieron preparar la cumbre de Génova. Cada encuentro o movilización permitió reforzar lazos de confianza entre equipos militantes muy diversos, haciendo nacer una verdadera trama solidaria internacional; se generalizó el aprendizaje de nuevas prácticas unitarias. Al mismo tiempo, el centro de gravedad del proceso se desplazó hacia los movimientos sociales, y se reforzó la implicación de componentes sindicales. Génova se inscribe en un proceso transcontinental que comenzó mucho antes de Seattle, y se configuró en conferencias militantes como las de Bangkok y Ginebra, desde donde, en junio de 2000, se lanzó el llamamiento internacional para el Foro Social Mundial de Porto Alegre. Desde su comienzo, el FSM se constituyó como un "movimiento de movimientos", una característica sin la cual no puede comprenderse su extraordinario dinamismo, su inventiva inicial, su rapidísima extensión geográfica y su extraña capacidad para extenderse a la vez que se radicalizaba frente a la violencia de las políticas neoliberales. Después de Goteborg, la experiencia de Génova abrió en el seno del movimiento anti/altermundialista un debate a veces difícil sobre la violencia. Pero manifestó sobre todo la capacidad de las jóvenes generaciones militantes para resistir a la represión y a las amenazas gubernamentales. Una capacidad que se demostraría valiosa algunos meses más tarde, cuando tras los atentados del 11 de setiembre de 2001 en los Estados Unidos el movimiento iba a ser el blanco de una vasta ofensiva ideológica y política para su liquidación en nombre de la lucha antiterrorista. Pierre Rousset 1/07/ 2011 Traducción: VIENTO SUR NOTAS 1. Entrevista aparecida en Rouge, nº 1933, 26 de julio de 2001. Las citas están cogidas de este número. Flavia D'Angeli es hoy día una dirigente de Sinistra critica (Izquierda crítica) en Italia. Copyright © Viento Sur Page 5/5