Sábado Santo Hoy los ojos del mundo cristiano se centran en la tumba de Jesús. Por lo general, a la tumba se le llama la Tumba Vacía, pero hoy en día la tumba no está vacía. Hoy la Iglesia recuerda cómo el viernes, el cuerpo de Jesús, después de la crucifixión, fue colocado en una nueva tumba que san José de Arimatea había preparado. A esta tumba se le llama tumba de piedra rodante, excavada en la roca de la pared artificial que había sido creada por los canteros de la cantera llamada Calvario/ Gólgota. Hoy en la Iglesia del Santo Sepulcro solamente un pequeño fragmento de aquella singular tumba es aún visible en la capilla siria (propiedad de los armenios), llamada la Capilla de San José de Arimatea. Ayer, meditamos sobre la Piedra de la Unción, pero en el complejo de la tumba (kokh) de piedra rodante del primer siglo, había una sala de preparación en la ´tumba familiar´ donde se preparaba el cuerpo. En realidad, las personas que preparaban el cuerpo estaban en una zanja estrecha y el cuerpo en preparación estaba en la planta baja. Después de que el cuerpo había sido preparado, se colocaba el cuerpo en una de las tumbas donde el cuerpo permanecería durante un par de años antes de que fuera sacado de la tumba y los huesos fueran colocados en un osario para un segundo entierro. Hoy en el Santo Sepulcro se encuentra una tumba monumental, llamada edículo. El primer monumental edículo había sido construido por Constantino y su madre, Helena, en el siglo IV. El servicio principal del Fuego Santo se lleva a cabo a la 1 de la tarde del sábado en este edículo. De aquí es de donde procede la luz de Cristo cada año para estimular al mundo. Es el servicio más increíble que se pueda experimentar en la vida. Después que la procesión de los griegos ortodoxos hace su camino alrededor de la tumba tres veces, el patriarca y el archimandrita armenio son cacheados para asegurarse de que no tienen encendedores, fósforos o piedras con que puedan iniciar un fuego. A continuación, los dos van al edículo, que había sido anteriormente revisado para asegurarse de que no había nada en la tumba que pudiera iniciar un fuego. ¿Vendrá la Luz de Cristo? Cuando el primer destello de la nueva luz de Cristo se ve, un grito surge del Santo Sepulcro, ¡Aleluya, Aleluya, Cristo ha resucitado, Cristo ha resucitado. Aleluya! ¿Qué otra iglesia, qué otra catedral, qué otra basílica, alberga una tumba vacía? Sólo en Jerusalén y por la tumba vacía, todos somos ciudadanos de Jerusalén. Esta información le llega a usted como cortesía del Colegio de San Jorge, una de las más de treinta instituciones de educación, rehabilitación y asistencia sanitaria de la Diócesis Episcopal de Jerusalén, que abarca a Israel, Palestina, Jordania, Siria y el Líbano. (www.j-diocese.org). La universidad de San Jorge, un centro de educación continua de la Comunión Anglicana, ofrece peregrinaciones educativas. (www.sgcjerusalem.org)