Unas lecturas enmendatorias del Libro de Apolonio La base de cualquier enmienda al manuscrito del Libro de Apolonio debe estar constituida, por supuesto, por las reglas métricas del mester de clerecía que la crítica ha reconstruido y definido a lo largo de los años1 y afinado recientemente2. Con las correcciones que aquí propongo, quiero sin embargo insistir, aun quedándome dentro del marco de las reglas mentadas, sobre todo en errores que atañen más bien a la lógica narrativa y discursiva y a la semántica3. Unos pasajes del Libro de Apolonio no se han comprendido o se han comprendido mal, otros nunca se han discutido porque no se ha reconocido su carácter problemático, otros más se han juzgado en efecto como comprensibles aunque han sido calificados asimismo de ilógicos o incongruentes. Aunque la incongruencia del autor medieval no se pueda excluir, creo que estos problemas son imputables principalmente al copista del único manuscrito de que disponemos o a los copistas que, como es lícito suponer, anteriormente han conformado la sumergida tradición manuscrita de esta obra maestra de la literatura medieval. En este trabajo formulo trece propuestas de enmienda, presentadas simplemente según el orden progresivo de las estrofas y no priorizando los problemas según una apreciación cualitativa. Este modo de proceder permite contextualizar cada pasaje enmendado en el desarrollo del relato.4 Cf. el resumen de Hilty 1989 (en particular 187-89). Cf. Uría 2001, con una importante matización desde el punto de vista prosódico que en el futuro llevará a resolver unos casos dudosos ya que se dispone de un elemento más, el concepto de figura rítmica, para decidir en favor de una u otra hipótesis. 3 En unos casos, la corrección da por sentada la regla según la cual los cuatro versos de las estrofas del mester de clerecía tienen rima consonante. Sin embargo, en la introducción a su edición del Libro de Fernán Gonçález, López Guil 2001: 29-35 admite «rimas equivalentes y moduladas» y afirma: «A la vista de estos datos, me parece, pues, necesario insistir de nuevo en la gran importancia del estudio de la rima, especialmente en sus variedades modulada y equivalente, a la hora de editar un texto del mester de clerecía, hasta el punto de resultar imprescindible, en mi opinión, cuando menos, la total revisión de aquellas ediciones que no contemplen la existencia de tales licencias compositivas.» (34-35). Si se tratase efectivamente de licencias, y no de errores de copia, una parte de mis enmiendas podría resultar innecesaria. 4 Agradezco a Isabel Molina Vidal la corrección de este trabajo. Las hipótesis formuladas, y cualquier error o descuido, son de mi exclusiva responsabilidad. 1 2 Vox Romanica 70 (2011): 253-265 254 Giovanni Bruno 1. Libro de Apolonio 240d Las bodas de Apolonio y Luciana se celebran con grandes fiestas y duran muchos días: Fueron las bodas fechas ricas e abondadas, fueron muchas de yentes a ellas conbidadas; duraron muchos días que non eran pasadas; por esos grandes tienpos non fueron olvidadas5. (240) Para Monedero 1987, esos del verso d es un «demostrativo con significación atenuada, casi expletivo» (en la nota respectiva). Sin embargo, creo que hay un error de transcripción por parte del copista y que la lectura correcta es la siguiente: por eso grandes tienpos non fueron olvidadas. El sintagma por eso, con el sentido de ‘por ese motivo’, se refiere a lo que se dice en los tres versos precedentes. Está documentado, por ejemplo, en el Libro de Apolonio 72a, 85d y 424c. 2. Libro de Apolonio 248c Un marinero que encuentra a Apolonio en Pentápolis le pide, ya que no conoce su identidad, que diga al rey Apolonio que Antíoco y su hija han muerto y que ahora el reino de Antioquía es suyo: Dil’ que es Antioco muerto e soterrado. Con él murió la fija quel’ dio el pecado, destruyólos ha amos un rayo del diablo. A él esperan todos por darle el reynado. (248) El verso c plantea dos problemas: por un lado, la rima tiene que ser en -ado; por el otro, el rayo que destruye a padre e hija no es del diablo, sino de Dios. En este pasaje, la Historia Apollonii Regis Tyri, fuente directa de nuestra obra, dice: rex saeuissimus Antiochus cum filia sua concubens dei fulmine percussus est (XXIV). Se trata en efecto de un acto de justicia divina, no diabólica: es Dios quien castiga a los dos pecadores, no el diablo. La rima de esta estrofa es en -ado. Constatamos un hecho muy singular dentro del marco de las obras del mester de clerecía: en el Libro de Fernán González, en 5 Cito por la edición de Monedero 1987. A lo largo de este artículo, con la cursiva indico las enmiendas que propongo y en las notas explico otras enmiendas necesarias (sin ponerlas en cursiva en el texto enmendado). Unas lecturas enmendatorias del Libro de Apolonio 255 dos ocasiones (40b y 392b) la rima en -ado también ha sido perjudicada por la presencia de la palabra diablo. Sin embargo, en estos dos casos el error del copista se puede explicar6 por el hecho de que la palabra sustituida por diablo es pecado, que es sinónimo de ‘diablo’7. En nuestro caso, el texto no se puede corregir poniendo pecado, por dos motivos: en primer lugar, porque el rayo no es del diablo (pecado), como hemos dicho; en segundo lugar, porque la palabra pecado ya está en la cláusula del verso precedente. A mi parecer, esta situación se puede resolver con la enmienda siguiente: destruyólos un rayo, de Dios fue envïado. La semejanza gráfico-fónica entre envïado y del diablo pudo inducir al copista a equivocarse en la transcripción. Además, pudo haberse producido en el amanuense una confusión debida a la cercanía, en posición de rima en el verso precedente, de pecado, provocando el mismo mecanismo que le llevó al copista del Libro de Fernán González a escribir dos veces diablo en lugar de pecado. Esta enmienda se basa también en una característica esencial de los versos del mester de clerecía: la diéresis (en envïado), que deja regular el verso8. Encontramos hemistiquios idénticos a éste (con la variante fo) en Gonzalo De Berceo, Vida de Santo Domingo de Silos 630a: Asmaron un consejo, de Dios fo embïado, y en Gonzalo De Berceo, Duelo de la Virgen 119d: de Dios fo envïado, era su messagero. La forma pasiva construida con de en lugar de por, con referencia a Dios, se encuentra en otros pasajes del Libro de Apolonio: mas bien veo que fuy de Dios desemparada; (12c) buena fue la tempesta, de Dios fue prometida, (547c). 3. Libro de Apolonio 372d Después de la muerte (aparente) de Luciana, Apolonio entrega a la hija recién nacida a Dionisa y Estrángilo, una pareja de Tarso, para que la críen mientras él se Como lo hace López Guil 2001, en las notas respectivas. Cf. Libro de Apolonio 6a, 55b, 445b y 493b. Otros sinónimos en nuestra obra son enemigo mortal (13a) y bestión mascoriento (14d). Nótese, además, que diablo es una variante del manuscrito P del Libro de Alexandre (427d), mientras que el manuscrito O tiene la variante peccado. 8 Que por cierto también lo era con diablo, errata que de todas formas se hubiera debido leer como trisílabo, con diéresis. 6 7 256 Giovanni Bruno va a Egipto trece años (328-48). La niña Tarsiana crece y se hace tan hermosa que Dionisa, envidiosa porque su hija natural es escarnecida en la calle (367-68), y queriendo apropiarse de los vestidos de Tarsiana para que su hija pueda casarse (370), decide ordenar a Teófilo, un siervo suyo, ávol omne (371b) y de raýz mala (371c), que la mate. Dionisa elabora un plan para el asesinato: Comidiendo la falsa en esta trayçión (371a) Asmó la mala fembra lo que bien entendredes: que éste era ducho de texer tales redes. (372cd) Dionisa es la mente, Teófilo el brazo ejecutor. El sujeto del verso 372d no es el asesino, sino la que tiene la experiencia y la destreza necesarias como para idear un plan criminal. Es decir que el sujeto es el mismo del verso c de esta estrofa, Dionisa, y no el de los versos a y b, que es Teófilo. Por consecuencia, la lectura correcta tiene que ser la siguiente, con desinencia femenina: que ésta era ducha de texer tales redes. 4. Libro de Apolonio 448c Teófilo no consigue matar a Tarsiana, ya que la niña es robada por unos piratas y llevada a Mitilene. Sin embargo, el sicario cuenta a Dionisa que ha cumplido su encargo. Cuando Apolonio regresa a Tarso para ver a su hija, Dionisa le dice, creyendo que Tarsiana está muerta pero mintiendo sobre la causa del fallecimiento, que a la niña «al coraçon le priso mortal enfermedad» (438c). Después del supuesto asesinato, la malvada mujer había hecho construir un falso monumento en el cementerio. El rey de Tiro va al cementerio para llorar sobre la tumba de su hija, pero no consigue echar ni una lágrima, lo que le deja sospechar que Tarsiana no ha muerto y que todo es una mentira: Quando en el sepulcro cayó el buen varón, quiso façer su duelo como havié razón; abaxósele el duelo e el mal del coraçón, non pudo echar lágrima por nenguna misión. (448) Creo que el verso c está corrompido y que en el original debió de decir así: abaxósele luego el mal del coraçón, En este verso se cuenta lo que sigue cronológicamente a lo dicho en los versos a y b. El adverbio que propongo, luego, que tiene el sentido de ‘en seguida’ (como en Libro de Apolonio 54d, 102c, 129b, 139a etc.), proporciona una cronología y una Unas lecturas enmendatorias del Libro de Apolonio 257 dramaticidad a la situación. La palabra duelo, muy semejante a luego, es una repetición del verso b y, con su artículo, hace el hemistiquio hipermétrico: sustituyendo el sintagma el duelo por luego, la métrica queda regular. El segundo hemistiquio se regulariza simplemente omitiendo la conjunción e, que con la estructura enmendada del primer hemistiquio ya no es necesaria. 5. Libro de Apolonio 463a Llegado a Mitilene después de haber dejado Tarso, Apolonio ordena a los suyos que organicen una fiesta en el puerto ya que es su cumpleaños: El rey Apolonyo, lazdrado cavallero, naçiera en tal día e era disantero9, mandóles que comprassen conducho muy llenero, e fiziessen rica fiesta e ochavario plenero. (459) Él, sin embargo, se quedaría triste en la cama de su nave: En cabo de la nave en un rencón destaiado, echósse en un lecho el rey tan deserrado; (460ab) La fiesta, a la que está invitado todo el mundo, empieza y el autor, dirigiendo la atención hacia Antinágoras, señor de Mitilene, cambia de escenario: En esto Antinágora, por la fiesta passar, salló contra el puerto, queríasse deportar. (463ab) Los comentadores del Libro de Apolonio han señalado una incongruencia en el texto: el autor sustituyó la fiesta de Neptuno de la fuente, la Historia Apollonii Regis Tyri, por la fiesta de cumpleaños de Apolonio, pero en el verso 463a habla de la fiesta como si fuera una fiesta popular o religiosa, o sea la de la fuente. Cito, como ejemplos, a tres críticos que han subrayado esta incongruencia: el autor, en su afán por cristianizar el texto pagano, cambia la fiesta de Neptuno (Historia, XXXIX: «Ibi Neptunalia festa celebrabantur») por el cumpleaños de Apolonio, pero en 463a lo olvida y Antinágoras sale hacia el puerto por la fiesta passar. (Monedero 1987, nota a 459b) . . . hay una pequeña contradicción en el poema español, ya que de este sintagma se desprende que la fiesta era general y no sólo para la mesnada de Apolonio. Ha habido un cruce entre la fiesta pagana de Neptuno y la cristianización de su celebración en el cumpleaños de Apolonio. (Corbella 1992, nota a 463a) 9 Cf. Libro de Alexandre 89b: «en tal día naçiera: era día santero». 258 Giovanni Bruno La festividad pública y pagana se transforma en el LApol (c. 459) en el día del cumpleaños del protagonista. Esto . . . genera una pequeña contradicción en el poema castellano, pues en éste, como en la HART, se indica que Antinágora, príncipe de Mitilene, salió ese día a pasear por el puerto «por la fiesta passar» (v. 463a). En efecto, esta afirmación sólo tiene sentido si se trata de un día de celebración pública, pero no si lo que se celebra es el cumpleaños privado de Apolonio, pues Antinágora todavía no tiene noticias ni siquiera de la presencia en su ciudad del rey de Tiro. (Ancos 2003: 48) A mi modo de ver, la incongruencia se resuelve si aceptamos que el copista cometió un error al transcribir el verso 463a. No cabe duda: Antinágoras no sabe que hay una fiesta en el puerto, ya que se trata de una fiesta de cumpleaños organizada espontáneamente por Apolonio y su mesnada (459 y 461). Ahora bien, cuando encuentra a Apolonio, Antinágoras le explica el motivo por el que llegó a su nave: Cavalgué de la villa e sallíme a deportar, las naves que yaçién por el puerto a mirar. (473cd) Quando toda la hove la ribera andada, paguéme desta tu nave, vila bien adobada; (474ab) La explicación de Antinágoras nos asegura que no salió para participar en una fiesta – ni siquiera sabía que había una. Además, sería algo raro que se detuviese todo el tiempo necesario como para recorrer toda la ribera (como se dice en 474a) si tenía la intención de ir a una fiesta. Creo que hay que corregir el verso 463a de esta manera: En esto Antinágora, por la siesta passar, Antinágoras no quiere en absoluto ir de fiestas, sino que quiere «dar un paseo» (deportar10) durante la siesta, es decir la «hora sexta, entre las 12h. y las 15h.»11. Con esta enmienda, la lógica narrativa está garantizada y no hay ninguna incongruencia en el texto: en el puerto se celebra espontáneamente la fiesta de cumpleaños de Apolonio, y Antinágoras, tal como otros ciudadanos de Mitilene, participa casualmente. 10 Para deportar en el sentido de ‘solazarse, holgarse’, cf. Libro de Apolonio 144b, 147b, 149d, 201d, 215a, 463b y Libro de Alexandre 2036b y 2548c. 11 Casas Rigall 2007, Glosario, s.v. Otros ejemplos de siesta en obras del mester de clerecía: Gonzalo De Berceo, Duelo de la Virgen 23d; Gonzalo De Berceo, Vida de San Millán de la Cogolla 28d; Libro de Alexandre 1953b, 2171a y 2537c. Unas lecturas enmendatorias del Libro de Apolonio 259 6. Libro de Apolonio 524d La juglaresa Tarsiana, llamada por Antinágoras para que le dé solaz al triste forastero, propone a Apolonio unas adivinanzas (sin saber que es su padre). Después de las seis primeras, viendo que podría tener éxito, Tarsiana quiere plantearle tres más. Apolonio acepta, pero precisa: Si más de tres dixeres, tenert[e] é por mintrosa, non te esperaría más por ninguna cosa. (517cd) Sin embargo, después de la novena adivinanza, Tarsiana: Quísol’ aún otra pregunta demandar, assaz lo quiso ella de qüenta enganyar; mas ssopo quántos eran Apolonyo contar, díxol’ que sse dexasse e que estoviés’ en paz. (524) El segundo hemistiquio del verso d no corresponde a las reglas del mester de clerecía, ya que rompe la rima en -ar de la estrofa y, además, es hipermétrico (siendo agudo, no puede tener siete sílabas). Propongo que se corrija de esta manera: díxol’ que le12 dexasse e que querié folgar. El verbo folgar, con el sentido de ‘holgar’, ‘descansar’, está documentado, por ejemplo, en el Libro de Apolonio 63d y 648d. 7. Libro de Apolonio 537b No habiendo logrado quitarle la tristeza al extranjero, Tarsiana no sabe qué hacer y, en una última tentativa, le echa los brazos al cuello (527). Apolonio reacciona con una bofetada y Tarsiana, con la nariz sangrante, llora y cuenta su historia. En cierto punto de su narración, la muchacha apostrofa a su padre quejándose, sin saber que es él quien está delante de ella: ¡Ay, rey Apolonyo, de ventura pesada, si ssopieses de tu fija tan mal es aontada pesar avriés e duelo, e sería bien vengada; mas cuydo que non bives, onde non ssó yo buscada! (537) El verso b presenta una estructura sintáctica anómala que Monedero 1987 explica de la manera siguiente: «Elipsis del que subordinativo, ‘si de tu hija supieses que sufría tan grave afrenta’.» (en la nota respectiva). En su edición, De Cesare 1974 12 Cambio sse en le, de acuerdo con Marden 1937 y De Cesare 1974. 260 Giovanni Bruno omite la preposición de cambiando la sintaxis y regularizando el hemistiquio. Creo que estos dos editores no aciertan, respectivamente, ni en la explicación del verso tal como lo leemos en el manuscrito ni introduciendo la enmienda propuesta. El verso original, que el copista debió de escribir mal sustituyendo el que subordinativo por de, probablemente presentaba el siguiente tenor sintácticamente lineal: si sopies’13 que tu fija tan mal es aontada. 8. Libro de Apolonio 546b Después de la anagnórisis entre el rey de Tiro y su hija (539-44, en particular 543ab), Apolonio llama a los suyos y ordena que se haga una fiesta para celebrar el reencuentro: Començó a llamar: – «Venit los míos vasallos; sano es Apolonyo, ferit palmas e cantos; echat las coberturas, corret vuestros cavallos, alçat tablados muchos, penssat de quebrantarlos! (546) El segundo hemistiquio del verso b es problemático. Monedero («aplaudid y entonad canciones») y Corbella («dad palmadas y cantos») han proporcionado, en sus notas respectivas, dos interpretaciones inaceptables, ya que en el manuscrito la palabra cantos queda aislada, no está regida por un verbo; por lo que me consta, la locución «ferir cantos» no está documentada. Pero hay también otro problema: la rima del verso b debe ser en -allos, en consonancia con los otros versos de la cuarteta14. Ahora bien, creo que el copista, al escribir el hemistiquio, se dejó guiar por lo que conocía, es decir la locución «ferir palmas», común en el castellano antiguo15. Sin embargo, lo que había escrito el autor era otra cosa, es decir que empleó una locución utilizada en su época pero probablemente ya no en la del copista, o por lo menos no era tan frecuente, que es la que propongo como enmienda: sano es Apolonyo, ferit las alas, gallos; La locución «ferir las alas los gallos» está documentada en el Libro de Fernán González 478b: començaron las alas los gallos a feryr 13 Con la forma apocopada, no sólo queda regularizado el primer hemistiquio, sino que también la oración condicional, que abarca este verso y el siguiente, presenta un paralelismo morfológico y retórico perfecto («si sopiés’ . . ., . . . avriés . . .»). 14 Por supuesto, en el verso d hay que leer quebrantallos, con asimilación. 15 La encontramos, por ejemplo, en el Libro de Alexandre 274c y 710c. Unas lecturas enmendatorias del Libro de Apolonio 261 En su edición, López Guil 2001 glosa: «comenzaron a despertarse, a cantar; amanecer» (s. feryr). En nuestro texto, cabe leer el imperativo de esta manera: «¡que todos se despierten, se muevan!». El copista escribió lo que le era familiar, ferit palmas en lugar de ferit las alas, y luego, no explicándose la presencia de gallos, sustituyó esta palabra por cantos, en sintonía con el contexto festivo. Con esta enmienda, el carácter monorrimo esencial de las estrofas del mester de clerecía está asegurado y el hemistiquio tiene ahora un sentido plausible. 9. Libro de Apolonio 554c Una vez reunidos padre e hija, Antinágoras le pide a Apolonio la mano de Tarsiana. El rey de Tiro acepta y justifica su decisión de la manera siguiente: As contra amos estado muy leyal amigo, della fuste maestro e a mí as guarido. (554cd) El verso 554c plantea varios problemas métricos: contrariamente a las reglas del mester de clerecía, el primer hemistiquio, llano, lleva 8 sílabas, el segundo, también llano, tiene 6 sílabas (en ambos casos, los hemistiquios tienen que ser heptasílabos) y la palabra final amigo no rima en consonancia con las de los versos a, b y d de esta estrofa (la rima tiene que ser en -ido). También en el nivel lingüístico hay un problema: la forma as estado, que Monedero 1987 (en la nota respectiva) explica como catalanismo por «has sido». Ahora bien, creo que este verso ha sufrido una reformulación desde el punto de vista (morfo)sintáctico, debida a que el copista quiso corregir una disposición de los elementos del discurso que le parecía incorrecta. Probablemente el verso fue compuesto de esta manera por el poeta castellano: Amigo muy leyal as contra amos sido, Con la reconstitución del hipérbaton y la sustitución de estado por sido, los dos hemistiquios corresponden a los cánones métricos del mester de clerecía y la cuarteta recobra su correcta forma monorrima. 10. Libro de Apolonio 578a Después de las bodas de Tarsiana y Antinágoras, y de haberse castigado al proxeneta en Mitilene, Apolonio decide regresar a Tiro (575b). Sin embargo, durante el viaje cambia de idea y hace rumbo a Tarso, donde quiere saludar a sus amigos y castigar a los traidores Dionisa y Estrángilo: 262 Giovanni Bruno Iendo por la carrera asmaron de torçer, de requerir a Tarsso, sus amigos veyer, cremar ha Dionisa, su marido prender16, que atan mal ssopieron el amiztat tener. (576) En el sueño, un homne blanqueado (577b)17 le explica luego a Apolonio: – Apolonyo, non as ha Tiro que buscar, primero ve a Efesio, allá manda guiar; (578ab) El problema es que, como hemos visto, la meta de Apolonio ya no es Tiro, sino Tarso. Y ésto lo confirma el mismo «ángel» después de haber explicado a Apolonio lo que tiene que hacer primero en Éfeso (donde se producirá el reencuentro con su mujer): después hirás a Tarsso con mejor alabança, (583c). El copista se equivocó al escribir el verso 578a, que hay que leer de la manera siguiente: – Apolonyo, non as ha Tarso qué18 buscar. 11. Libro de Apolonio 606c Llegado al puerto de Tarso, Apolonio dice a los vecinos que han salido de la ciudad para saludarle que no va a entrar en Tarso si antes no se castiga a los traidores Dionisa y Estrángilo. El conçejo entra de nuevo en la ciudad, apresa a la pareja mentada y sale otra vez hacia el puerto para llevarla delante de Apolonio: Fue presa Dionisa e preso el marido, metidos en cadenas, ell aver destruydo; fueron ant’ éll con ellos, al conçejo venido; fue en poco de rato esto todo bolvido. (606) El verso c plantea un problema gramatical: tal como ha sido copiado, el verso se lee: «fueron . . . venido», sin concordancia de número. Como venido está en rima, Marden 1937 (II, 64) aceptó este error como «licencia poética». Monedero 1987, dejando el verso intacto, sugiere la siguiente lectura problemática: «fueron con En Bruno 1993: 232s, había propuesto sustituir prender por pender. El mismo sintagma en Gonzalo De Berceo, Vida de Santo Domingo de Silos 237a y 654a (cf. también 665b barón blanqueado y 685b forma blanqueada). 18 Además de la enmienda Tarso por Tiro, en Bruno 1995 (156 N2) ya había propuesto marginalmente escribir qué con tilde, análogamente al verso d de la misma estrofa. 16 17 Unas lecturas enmendatorias del Libro de Apolonio 263 ellos ante Apolonio que estaba en el concejo» (en la nota respectiva). Sin embargo, el término conçejo (repetido, en este episodio, en los versos 596b, 599a, 605a, 608a, 609b y 610a) indica el conjunto de ciudadanos (el pueblo, 598b) que primero sale de la ciudad, luego entra para coger a Dionisa y Estrángilo y sale otra vez con ellos hacia el puerto. Entonces, Apolonio no estaba en el concejo, como afirma Monedero. Creo que hay que descartar la hipótesis de la licencia poética y que el texto fue transcrito de manera incorrecta. El verso, que describe la situación en que el conçejo llega ante Apolonio con los dos traidores, hay que leerlo así: fue ante19 él, con ellos, el conçejo venido; Es decir: «el concejo vino con Dionisa y Estrángilo delante de Apolonio». 12. Libro de Apolonio 610c El sicario Teófilo, el siervo asoldado por la malvada Dionisa para matar a Tarsiana – y que no lo hace –, es llamado ante el concejo para testimoniar contra su dueña. Teófilo cuenta toda la historia: Fue ant’ el conçejo la verdat mesturada, cómo la mandó matar e sobre quál ssoldada, cómo le dieron por ella cosa destaiada. (610a-c) El sintagma cosa destaiada del verso c significa ‘lo convenido’ (Alvar 1976/2: 502 en su traducción parafrástica, Monedero 1987 en la nota respectiva)20. Dionisa había prometido a Teófilo mucho dinero y la libertad: si gelo acabasse, prometiól’ su verdat que le daría gran preçio e toda e[n]guedat. (373cd) El problema es que Dionisa no le dio nada, como se desprende de las estrofas 38790, así que Teófilo, que dice la verdad, no puede haber afirmado que recibió lo convenido. Además, tal como está escrito este verso, no se entiende a qué se refiere por ella (¿a Tarsiana?, ¿a su asesinato?). A mi entender, el sujeto del verso c es el mismo del verso b, es decir Dionisa, y la lectura original podría ser la siguiente: 19 Para dejar regular el primer hemistiquio, hay que poner la forma completa ante, y no la apocopada del manuscrito. 20 Cf. Libro de Alexandre 1612ab: 20 Salleron consejarse la compaña lazrada, 20 por prender su acuerdo de cosa destajada, 264 Giovanni Bruno cóm’21 non le dio por ello la cosa destaiada. De esta manera, Teófilo cuenta el hecho verdadero: Dionisa no le dio lo que le había prometido por matar a Tarsiana (por ello). La razón por la que Teófilo no recibió lo convenido no es que no cumpliera su encargo, cosa que Dionisa no sabía, sino la maldad de su dueña. 13. Libro de Apolonio 651b En las últimas estrofas de la obra (651-55), el autor formula unas consideraciones sobre la caducidad de las cosas terrenales y, con respecto a la muerte y a lo que hay después, proyecta la experiencia de Apolonio a los lectores, o al auditorio, y a toda la humanidad: Muerto es Apolonyo, nós a morir avemos; por quanto nós amamos la fin non olvidemos. Qual aquí fiziéremos, allá tal recibremos; allá hiremos todos, nunq〈u〉a aq〈u〉á saldremos. (651) En este contexto escatológico, la mención del verbo «amar» en relación con la necesidad de cobrar conciencia de la muerte (v. b) parece algo extraña. Así como queda escrito, el verso dice: «está bien amar (a su prójimo), pero no hay que olvidar que un día todo se acabará». El contraste resulta algo forzado: ¿por qué «amar»? Supongo que hay un error de copia y que en el original el verbo no era amar sino asmar ‘pensar’, por lo cual hay que corregir el verso de esta manera: por quanto nós asmamos22, la fin non olvidemos. El contraste asmar – olvidar, con dos operaciones intelectuales, es más convincente: «con todas las cosas en las que pensamos, no olvidemos el final inevitable». Análogamente, en las coplas finales del Libro de Alexandre, en las que se desarrolla el mismo asunto de la vanidad del mundo, se emplea precisamente este verbo: La gloria d’esti mundo, quien bien quisier’ asmar, más que la flor del campo non la deve preçiar (2671ab). Cugnasco-Gerra Giovanni Bruno 21 Por razones métricas hay que emplear la forma apocopada, lo mismo que en cóm’ del verso b, de manera que el paralelismo anafórico entre los dos versos se guarda también en el nivel morfológico. 22 Hay que introducir la coma. Unas lecturas enmendatorias del Libro de Apolonio 265 Bibliografía Alvar, M. 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