LA POLÍTICA COMO CIENCIA INTRODUCCIÓN: Entendiendo como ciencia el conjunto de conocimientos metódicamente elaborados sobre el aspecto de la realidad; y como política el estudio de la conducta social, del gobierno y las relaciones de poder. La problemática se centra en la pregunta: ¿la política es una ciencia?, todo dependerá de las herramientas que ha utilizado la política en sus estudios, por ejemplo la cuantificación o sondeos; y del concepto claro que involucra al campo de la ciencia. FRASE PLÁN: Para estudiar la política como una ciencia, es necesario saber que se entiende por ciencia. Después observar cómo mediante diferentes métodos de estudio: sistemáticos, de simplificación, de cuantificaciones o sondeos, recursos utilizados por la política, que por ende han servido de base para afirmar que es una ciencia. Sin embargo, en la política no hay verdades reveladas, pero si incertidumbres, inexactitudes y teorías que no son siempre verídicas, lo que pone en polémica el rango de cientificidad de la política. I. La política como una ciencia apoyada en diferentes métodos de estudio, y comparada con la evolución de la ciencia económica. A. La respuesta a la pregunta: ¿la política es una ciencia? Dependerá de lo que se entienda por ciencia. Si ésta se concibe en un sentido físico−natural, se encontrarán dudas respecto a que la política pueda llegar a ser verdaderamente científica. Sin embargo, la ciencia desde la antigüedad ha sufrido ciertos cambios. En la edad media el desprendimiento del pensamiento científico del filosófico: en el tracto que va de Bacon a Galileo hasta llegar a Newton, se afirmará que no hay ciencia sin método científico1. Aquella cambió rotundamente al triunfar el evolucionismo Darwinista, la ciencia se liberará de las prenociones para pasar de la descripción a la explicación2. Hoy en día, la ciencia moderna ha evolucionado, por ejemplo: se ha demostrado que el comportamiento de un electrón está perturbado por el acto de observarlo y que tal es la razón de que no pueda ser descrito con precisión.3 Con toda esta evolución del concepto de ciencia, se llega la interpretación de la ciencia según acepciones donde el término no hace referencia a una ciencia exacta, sino a una ciencia que signifique solo un conjunto de conocimientos razonablemente coherentes. La política y otras ciencias sociales pueden ser una ciencia siempre y cuando trabajen con métodos de investigación que produzcan información sistematizada y corroborada sobre aspectos concretos de la vida social. −−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−− B. Si se observa la evolución y desarrollo de la economía, en el momento en que ésta abandona su vinculación directa con las cuestiones sociales y políticas, obtiene un gran acopio de información social y económica con la ayuda de estudios estadísticos. Es decir, la economía como ciencia moderna sería virtualmente inconcebible sin los fundamentos estadísticos que le ayudaron a la recopilación de datos concretos. Ahora bien, ¿qué se puede esperar de la política? Uno de los caminos que puede tomar es que ésta trabaje hasta ser una ciencia cuantitativa, basada en la abstracción a partir de la realidad, es decir, un modelo perfecto de ciencia abstracta de la conducta social y gubernamental, enfatizada no en el poder, sino en las relaciones del poder y con la capacidad de formular teorías respecto a un objeto y que en un futuro sean verídicas. Si se mira la conducta del hombre desde un punto de vista económico o político, esta visión resulta ser en cierto grado similar. Sobre esta base se pueden establecer una cadena de razonamientos deductivos; incluso pudiera ocurrir que las condiciones que normalmente se le atribuyen a la vida política se expresen entonces matemáticamente, como si se tratara de ecuaciones y teoremas formales. La economía se ha apoyado en Teorías económicas, o también en la econometría; la política podría hacerlo mediante teorías políticaso la 1 invención de una ciencia denominada polimetría (entendida imaginariamente como una ciencia de cuantificación política dedicada a la verificación de determinados modelos). Por otra parte, la división del trabajo o la especialización en los estudios de la sociedad es una estrategia para lograr mayores resultados para una investigación política eficiente. La simplificación y la cuantificación son las palabras claves en la indagación empírico−social. La simplificación indicará la posibilidad de poder manipular una problemática, descomponiendo los fenómenos sociales y facilitando la tarea de observarlos y medirlos. El estudio estará siempre dirigido a la conducta social, y la política se enfoca en hacer un análisis científico al comportamiento del ser humano dentro de la sociedad con respecto a las relaciones de poder. Por otra parte, es relevante el desarrollo que han alcanzado las técnicas de sondeos de opinión para el apoyo a los estudios sobre las elecciones, proporcionando la evidencia capaz de esclarecer las dudas sobre las intenciones o preferencias de voto, de ésta forma, llegar a conclusiones sobre lo que suele denominarse conducta electoral. Éste tipo de comportamiento políticos tiene también la ventaja de resolver de forma rápida y sin complicaciones el problema de la adición de los resultados.4 Uno de los métodos empleados consiste en preparar un informe sobre una elección dada, que casi siempre suelen ser las elecciones generales o parlamentarias. En tal caso la atención se centra en los políticos, y cómo llevan los temas en sus campañas, cómo los presentan a sus electores y el resultado de la votación y los escaños obtenidos.5 El propósito de la política es el de informar acerca de lo que se dijo y se hizo en una elección determinada, y de los efectos o consecuencias aparentes que surgieron a una elección. La evidencia de la encuesta tiene por objeto conseguir esclarecer lo que ha motivado a los encuestados a elegir a ciertos candidatos. −−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−− Como ya se ha dicho, el intento de recoger evidencia formalizada, bajo el formato de informes sobre las decisiones, preferencias o actitudes, se ha perseguida en muchas esferas de la experiencia política muy distintas de las de la conducta electoral. Es posible encontrar múltiples ejemplos, sobre todo en la ciencia política norteamericana, descritos a la conducta de los legisladores en diversas funciones y contextos; a la actuación de los jueces y tribunales a la participación ciudadana en la vida pública, incluida la conducta de los miembros activistas de un partido; a las actitudes frente a las tareas; etc. II. No hay verdades aún reveladas en la política. De ésta manera, pese a sus inexactitudes e incertidumbres entra en discusión considerar a la política como una ciencia. A. Desde un punto de vista filosófico, los escépticos y críticos de la política como ciencia han estado en búsqueda para hallar las explicaciones y esclarecer los presupuestos que les sirvan de base valiéndose de diferentes mecanismos sin utilizar herramientas científicas. Mientras la economía crecía a grandes escalas en su estudio científico, la política continuaba enfocada dentro de las categorías de las explicaciones y criterios sociales. A pesar de que todas las ramas del conocimiento social siguen despertando constantes dudas por lo que respecta a su rango científico, la política con su pretensión de ser científica en el sentido que caracteriza a las ciencias exactas y el alcanzar resultados de precisión y fiabilidad, choca con la realidad. Existe un contraste el cual subraya las serias dificultades que se pueden encontrar en cualquier intento de construir una ciencia política: Primero, el individuo que optimiza los beneficios y utilidades derivados de los bines y servicios que se obtienen en las transacciones comerciales compone un constructo abstracto, si bien plausible y relativamente fácil de comprender. Por otra parte, el individuo que optimiza el poder en transacciones de intercambio de un tipo difícil de especificar con precisión dista mucho de ser un constructo satisfactoriamente abstracto, su definición es ambigua y escasamente plausible.6 B. Muchas veces el objetivo explícito de la ciencia política es desarrollar y comprobar la teoría. En la práctica, 2 suele significar la elaboración de determinadas hipótesis abstractas referentes a la acción que, a continuación, con el objeto que hay que comprobar a la luz de la evidencia. Obviamente dicha comprobación debería seguir los pasos del modelo utilizado en las ciencias naturales, pero, claro está, ello es imposible, ya que las ciencias humanas son experimentales en contextos muy especiales y restringidos, lo cual explica por qué la comprobación de las reglas o conexiones causales tiene que ser de tipo muy flexible, incluso impresionista, y por qué el empleo de −−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−− correlaciones es, consecuentemente, tan atractivo como elemento de apoyo para la prueba.7 Ahora bien, si las actividades políticas ofrecen planes de encuestas con óptimos resultados estadísticos, el hecho de depositar plena confianza en las encuestas que son la opinión de un pueblo constantemente cambiante, no son suficientes argumentos para afirmar un hecho en un futuro, por que en un último momento puede surgir un cambio de opinión y las encuestas no tendrían validez alguna. Por otra parte, todo estudio de las ciencias sociales implica que el hombre es quien sea el objeto de estudio, el intento de que un hombre sea objeto de su mismo estudio resultará ser muy complejo para cualquier disciplina social y el formular teorías a través de estudios científicos no siempre resultan verídicas ya que el hombre es un ser cambiante, en constante evolución y esencialmente inconcluso. CONCLUSIÓN: La política empieza a revelarse como ciencia con la aparición de las denominadas ciencias humanas (sociología, economía, psicología entre otras), es a partir de ese momento que hay un esfuerzo por definir el objeto de su estudio y de buscar las leyes más generales de los fenómenos políticos. Max Weber recalca en su obra el científico y el político como la comparación de los análisis hechos por los políticos constituyen una acicate para el desarrollo del conocimiento de la política y la crítica como filtro de aquello que es verdadero. En el siglo pasado la política sigue de cerca los avances y altibajos de las ciencias sociales, se destaca en especial los esfuerzos por acercarse al objeto de estudio que llega a ser considerado más como el comportamiento de los individuos y de los grupos que actúan políticamente. Paralelamente se da un cambio en la metodología en donde los estudios de archivos o documentos ceden su importancia a los estudios que utilizan técnicas sociológicas como las encuestas, o métodos de sondeo. En las últimas décadas los desarrollos de la información y de la comunicación han permitido en manejo de grandes volúmenes de datos y la transferencia de estos entre investigadores. Este fenómeno ha venido siendo acompañado por una amplitud de los temas investigados, un ejemplo es el objeto de los estudios que compararon las instituciones políticas entre los países o las que determinan los cambios históricos en un sistema político de un mismo país. Las modificaciones en el modo tradicional de investigación han resaltado el valor de las teorías en especial aquellas que introducen formulaciones matemáticas. Antes se observaba, se clasificaba y se especulaba. En la actualidad los métodos incluyen la elaboración de los sistemas hipotético deductivos y se busca contrastarlos empíricamente8. En la actualidad es fácil disponer de estudios sobre los partidos políticos, sobre el liderazgo, sobre participación electoral, sobre actitudes y creencias conservadoras y liberales que hacen referencia al −−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−− comportamiento individual, pero también hay estudios sobre la validez del estado sobre la democracia y de la equidad que representan consideraciones teóricas. Con todos estos estudios se ha determinado que la política si es una ciencia. 3 BIBLIOGRAFÍA. BUNGE MARIO, Teoría de la realidad. Editorial Umbrela, 1999. JERES MIR, MIGUEL, Ciencia política, un balance de fin de siglo. Colección de estudios políticos. JOHNSON, NEVIL, Los límites de la ciencia política. Editorial Tecnos, S.A., 1991. STOKER, GERRY. TEORIA Y MÉTODOS DE LA CIENCIA POLÍTICA. Editorial Alianza, 1995. 4