Expectativas Análisis de tendencias socioeconómicas 5. El bálsamo de Fierabrás Durante los últimos meses, el Banco Central Europeo se ha visto obligado a hacerse cargo de la crisis de deuda de los países periféricos comprando sus emisiones. Ahora que su apalancamiento está en niveles récord perfila otra solución: los eurobonos Ilustración: iStockphoto®, © pagadesign G recia, Irlanda y Portugal ya han caído bajo el pesos de sus deudas; las economías estancadas de España e Italia se mantienen con un ligero apoyo; y la prima de riesgo francesa alcanza los mismos niveles que tenía las española poco antes de que se desencadenara la crisis de deuda que hizo evidente la necesidad del recortazo de mayo de 2010. Muchos exper- 22 tos advierten de que, mientras no se dé carpetazo al problema de Grecia, las dudas se terminarán contagiando al resto de las economías europeas, pero los alemanes no están dispuestos a hacerse cargo de las deudas de sus vecinos del sur. Esto serviría para salvar a los bancos y especuladores que peor han gestionado sus inversiones, lo que Expectativas sería contraproducente a largo plazo porque crearía un problema de riesgo moral. De momento, el Banco Central Europeo ha tratado de poner el cortafuegos en España e Italia, ambos países demasiado grandes para caer sin tumbar al resto de Europa pero también demasiado grandes como para ser rescatados. Algunos economistas Análisis de tendencias socioeconómicas abogaban porque el BCE comprara deuda de Italia y España, pero ésta es una opción que, por suerte o por desgracia, está prohibida por sus propias normas. La razón es que esto podría generar un grave 23 Expectativas problema de riesgo moral, ya que si los Estados se sienten respaldados no se verían obligados a rebajar el déficit; y si los inversores saben que van a cobrar en cualquier caso, no exigirán los intereses correspondientes, por lo que gran parte de la liquidez disponible iría directamente a los Estados peor gestionados. A pesar de no ser muy laxo en su política económica, Trichet buscó un hueco en la regulación y consiguió encontrarlo. Efectivamente, el BCE no puede comprar deuda a los Estados, pero no tiene explícitamente prohibido comprar deuda de los Estados. Este resquicio le permite actuar en el mercado secundario como hizo durante el verano: comprando cinco mil millones de deuda española y otros tantos en bonos italianos que estaban en manos de particulares. El objetivo de esta actuación es que, al haber más demanda, disminuya la rentabilidad que los Estados tienen que ofrecer. Como resultado, la prima de riesgo en ambos países bajó de cuatrocientos a doscientos setenta puntos en apenas unos días. La reacción fue vigorosa, mucho más fuerte que la que se produjo frente a un ajuste presupuestario del triple de volumen en mayo (apenas treinta puntos). La razón la encontramos, en primer lugar, en que gran parte de los movimientos de la rentabilidad se deben al análisis técnico. Es decir, quienes compran y venden no lo hacen pensando en el valor in- 24 Análisis de tendencias socioeconómicas trínseco de los bonos, sino en lo que alguien les pagará mañana. Por eso, los mercados responden con virulencia por la amenaza de que se vuelva a inyectar dinero y los bonos se encarezcan. Libres de estímulos, el precio de los títulos responde también al análisis fundamental: al riesgo real que supone invertir en determinados activos. Esto se puede observar en que la rentabilidad de los bonos españoles a italianos bajó por igual, pero luego ambos volvieron a subir y los italianos se pusieron más de cuarenta puntos por encima. Por fin, una respuesta La solución que estuvo planeando durante el verano fueron los eurobonos: emisiones de deuda conjunta y respaldada por la Unión Europea a las que la canciller Angela Merkel y Jean-Claude Trichet mostraron sus reticencias. Después de ver que los problemas de deuda se contagiaban a bancos como Dexia, la Comisión Europea ha lanzado un proyecto piloto que podría servir para introducir los El alto volumen de ahorradores que huyen de la renta variable sugiere que la Unión Europea no tendría problema en captar liquidez Expectativas eurobonos definitivamente más adelante. Esta iniciativa quedará limitada a financiar grandes infraestructuras por valor de un billón de euros (equivalente al PIB español) hasta 2020. De ellos, 700.000 millones se destinarán a transporte y energía y otros 330.000 millones a tecnología. Con el fin de estimular el crédito en plena sequía, la Comisión Europea ha planteado una solución intermedia que, en principio, no debería agravar el endeudamiento, ya que contaría con los límites que fijara Europa. Sin embargo, esa misma UE es la que recomienda a los Estados saneados (Suecia, Luxemburgo, Noruega) que apliquen la receta de los estímulos y sólo ha reaccionado muy por detrás de los mercados, por lo que no se espera que sea absolutamente rigurosa. Esta propuesta aliviaría el déficit de infraestructuras que, según Bruselas, sufre la Unión Europea. De acuerdo con sus estimaciones más recientes, el desarrollo de la agenda digital de banda ancha y ultrarrápida requiere unas inversiones estimadas entre 180.000 y 273.000 millones de euros. Bruselas subraya que los Estados gastan de media el 1% del PIB en inversiones en infraestructuras y la incorporación del sector privado en esas operaciones puede facilitar su desarrollo dentro de un marco de operaciones de “colaboración público-privada”. Se trata siempre del desarrollo de proyectos con una perspectiva de rentabilidad a largo plazo. Análisis de tendencias socioeconómicas De acuerdo con el análisis técnicos, quienes compran y venden valores no lo harían pensando en su valor intrínseco, si no en lo que alguien les pagará por ellos mañana Este instrumento servirá para que las entidades privadas puedan promover el desarrollo de esas infraestructuras. La operación estará avalada por el presupuesto comunitario, con un techo en su participación. Entre otras ventajas, esta iniciativa mejorará la calificación de la deuda de las empresas que participan en esos proyectos y facilitará la participación de los inversores institucionales. Desde los países centroeuropeos se ha criticado, aduciendo la deuda común haría provocaría que el coste de la financiación para sus Estados se incrementara. No tiene por qué. Quienes invierten en bonos no lo hacen buscando la rentabilidad más elevada, sino el depósito más sólido para sus ahorros. Cuando Estados Unidos vio rebajada su calificación por parte de la agencia Standard & Poor’s, el coste de sus emisiones bajó; también Reino Unido mantiene una prima de riesgo muy baja aunque su déficit es muy similar al español y su deuda supera los niveles del país, porque su banco central puede cortar la especu- 25 Expectativas lación de raíz; y el rendimiento de los bonos estadounidenses a diez años descontando la inflación es negativo. En resumen, los inversores prefieren los países con moneda propia, donde saben que van a recibir al menos el montante inicial, que arriesgarse a sufrir una quita. El alto volumen de ahorradores que huyen de la renta variable sugiere que la Unión Europea no tendría problema en captar liquidez, igual que la gigantesca economía de Estados Unidos es capaz de absorber la renta disponible sin que eso afecte a los precios. El debate debería estar en si eso nos conviene. ¿Necesidad o virtud? Economistas como Nouriel Roubini advierten de que los mercados occidentales están abocados a dejar de crecer, por lo que paralizar los estímulos puede ser muy contraproducente en momentos de incertidumbre como el actual. En ese mismo sentido, Roubini apunta que los bancos centrales tienen que recurrir a las facilidades de crédito, “por ejemplo, los bancos pueden adquirir reclamos privados, que se sitúan a un nivel superior a los bonos del Estado en la cadena crediticia” y apunta que es necesario proporcionar liquidez a gobiernos y entidades del sector privado que sean solventes. Su objetivo es dar tiempo para que recobren la credibilidad, pero no rescatar a estas economías. “La situación es crí- 26 Análisis de tendencias socioeconómicas tica para España e Italia, demasiado grandes para caer, pero también demasiado grandes para ser salvadas”, explica, algo que va muy en la línea de los eurobonos. Además, el coste de nuestras emisiones de deuda sale caro (desde el BBVA alertan de que cada cien puntos básicos más suponen un coste de 12.400 millones de euros y 160.000 empleos), pero no es lo único que hay que mirar. La prima de riesgo es como la fiebre, un indicador que advierte a sobre los males que atenazan quien lo padece. En este caso, las enfermedades son un crecimiento endeble y un déficit crónico y enmascarar los síntomas sólo puede servir para retrasar más el tratamiento. El problema de los eurobonos es que camuflan la causa real mientras generan desincentivos a reducir los niveles de deuda. Esto crea todavía más riesgos ya que, siguiendo a los economistas del FMI Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, “todas las crisis son crisis se originan por problemas de deuda”, por lo que al tratar los síntomas podríamos estar condenándonos a prolongar la enfermedad. Y al mirar a la eurozona saltan todas las alarmas: nunca el BCE había estado tan apalancado, pues sólo tiene 81.187 millones de euros de capital y reservas frente a los 1,89 billones de activos (23,4 veces más). En este sentido, el periodista financiero de The Sunday Times Matthew Lynn señala que este endeudamiento es crónico. Expectativas Análisis de tendencias socioeconómicas De acuerdo con datos de la consultora Mc Kinsey, la deuda global (préstamos estatales, corporativos y personales) ha alcanzado la “descomunal” cifra de 158 billones de dólares, cuando en 2000 era de 77 billones. “Estamos contrayendo más y más y más deudas hasta que nos ahoguemos en ellas”, sentencia. Un poco más drástico, James Grant, editor del Grant’s Interest Rate Observer, apunta que los sistemas monetarios (incluido el patrón oro victoriano) han durado en torno ha cuarenta años. En 1971, Nixon entregó el control del dinero a los bancos centrales, quizá este sistema ya tenga los días contados. 27