Economic analysis of floods in Western Buenos Aires Province

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La ciencia y la educación del IAI deben ser vistas y oídas. Por eso, desde 2006, participa en el Órgano Subsidiario
de Asesoramiento Científico y Tecnológico de la CMNUCC y organiza eventos para mostrar su ciencia en
diferentes ámbitos, como la recepción con representantes diplomáticos que se realizó en Buenos Aires junto con
el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina y que es tema de un artículo en la página 26-27.
Les deseamos una agradable lectura.
Paula Ric hter
Coordinadora de publicaciones del IAI
Economic analysis of floods in Western
Buenos Aires Province (Argentina)
Tamara von Bernard*
In the flat landscapes of the Pampas, soils store excess
rainfall from wet years as groundwater. This raises
groundwater levels, which may reach the surface and
cause floods that last several years. The most recent
flood lasted from 1997 to 2005 and was caused by
a groundwater level rise of 2.3 meters. At the worst
moment the flooded area covered 27% of the region.
Usually such flooding has been attributed to increased
rainfall but there is now evidence that landuse changes
have increased the water retention in the landscapes
and thus contribute to the vulnerability of agricultural
production. Rural municipalities incurred major economic
loss as a result of the reduction of land available for
seeding. We here estimate the magnitude of economic
losses for the region and try to help defining regional
policies and business decisions on the management of
agricultural landscapes.
Figure 1: Municipalities in the study area. Municipality selection
was based on the availability of relevant information // Figura 1:
Municipios que forman la región bajo estudio. Su elección se basó
en la disponibilidad de información relevante.
We examined the decline in production in the region (figure 1) during the periods of increased flooding and
waterlogging of soils. The seeded area reached a minimum near 40% of normal in 2001/02, and then recovered by
2005 (figure 2). The range of values shows that the situation in some municipalities was much more serious than
in others. In 2001/02 seeded land was reduced by 20% in some municipalities, while others suffered over 80% loss.
Potential income in the region is determined by the productive capacity and available technology. Calculating
production reduction is crucial to understanding how much was at stake. To estimate economic loss, we
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compared the potential production of the area if there had been no flood (potential income, blue line in figure
3) with the actual production on the land that had remained unflooded (red line in figure 3). Income loss is the
difference between those curves. While in some municipalities income only dropped 10% below the potential,
others experienced average losses of above 40% over the 8 cropping years between 1997 and 2005. For the
region, total income reduction was close to 1,200 million dollars - about as much as the average annual income
from agriculture in the area during the period 2007/08 to 2009/10.
Figure 3: Potential and actual total income in the region for agricultural years 1997/98 to 2004/05. Own
analysis. // Figura 3: Ingreso total potencial y real de la región para las campañas 1997/98 a 2004/05 en MUS$.
Elaboración propia.
If a new flood cycle were to occur, the vulnerability of these municipalities would be even greater than in 1997
because factors affecting the water budget have changed: more perennial crops (e.g. alfalfa pastures) have been
replaced with annuals such as soybean, maize and wheat. In addition, innovative agricultural practices adopted
in recent years, such as no-tillage and mulching which contribute to soil conservation, are also more efficient in
conserving soil water. In dry years, this is beneficial, but in wet years it aggravates waterlogging and flooding.
This comparison provides an opportunity for designing landscape management policies in the context of
hydrology management. Such policies have to consider the great variation in the proportion of flood-affected
areas across the region. A multidisciplinary analysis is needed to assess other losses such as infrastructure
damage or the resulting out-migration of family farmers. Identifying such additional risks from changes in land use
and management may provide a perspective beyond the purely productive aspect. The need for continued and
improved production will need to be balanced with environmental needs. The challenge will be to design policies
that provide viable solutions to the region as a whole while promoting commitment and individual collaboration
towards the common good across agricultural landscapes.
* "Landuse change, biofuels and rural development" Project , funded by IDRC and led by the IAI
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Análisis económico de la inundación en la Zona
Oeste de la Provincia de Buenos Aires (Argentina)
Tamara von Bernard*
En la llanura pampeana, los suelos almacenan el
exceso de precipitación de los años húmedos
en forma de agua subterránea. Esto resulta en el
aumento del nivel de las napas, que llegan a inundar
la superficie por varios años. La inundación más
reciente, que comprendió el período 1997- 2005, se
caracterizó por un ascenso de 2,3 metros del nivel
freático. La expansión del área inundada, en su peor
momento, alcanzó el 27% de la superficie de la región.
Solía atribuirse estas inundaciones al aumento de las
lluvias, sin embargo, hay indicativos de que el cambio
en el uso de la tierra acentuó la retención de agua
en los paisajes, contribuyendo a la vulnerabilidad
de la producción agrícola. Los municipios rurales
tuvieron importantes pérdidas económicas debido
a la disminución del área disponible para la siembra.
Hemos estimado la magnitud de esas pérdidas y con
esto buscamos contribuir a la definición de políticas
regionales y la toma de decisiones empresariales en el
manejo de paisajes agrícolas.
Hicimos un examen de las mermas productivas que
ocurrieron en la región (figura 1) en los períodos de
aumento del agua en superficie y de suelos saturados.
El área agrícola relativa alcanzó su mínimo de algo más
del 40% en 2001/02 para luego volver a recuperarse
hacia el año 2005 (figura 2). El rango de valores
muestra que la situación de algunos partidos resultó
más comprometida que la de otros. En 2001/02 hubo
partidos que vieron reducida el área agrícola un 20%
mientras que otros, más de un 80%.
Las ganancias potenciales de la región son
determinadas por su capacidad productiva y la
tecnología disponible. Calcular su reducción es
fundamental para entender cuánto había en juego.
Para cuantificar la pérdida económica se comparó el
valor de la producción potencial del área de no haber
habido inundación (ingreso potencial, curva azul en la
figura 3) con el valor de la producción del área que
efectivamente se sembró (curva roja en la figura 3).
La pérdida de ingresos equivale a la diferencia entre
Figure 2: Average relative decrease of usable agricultural land and
range of variation (1997/98 – 2004/05) for the 14 municipalities in
the study region. Analysis based on data from the Argentine Ministry of
Agriculture, Livestock and Fishing.The blue line indicates the mean loss
of agricultural land to flooding while the vertical bars indicate variability
across municipalities // Figura 2: Disminución relativa promedio y rango
de variación de la superficie agrícola (1997/98 – 2004/05) de los 14
partidos de la región bajo estudio. Elaboración propia a partir de datos
del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. La curva
azul muestra la media de la pérdida del área agrícola, mientras las
barras verticales indican la variación entre los municipios
las curvas de la figura 3. Mientras que en algunos
partidos de la región los ingresos cayeron solo el
10% respecto del potencial, otros experimentaron
reducciones de más del 40% en promedio para las
8 campañas de producción entre 1997 y 2005 La
disminución del ingreso en la zona fue de casi 1.200
millones de dólares, comparable con el promedio del
ingreso anual que tuvo por la producción agrícola en
las últimas tres campañas (2007/08 a 2009/10).
De ocurrir un nuevo ciclo de inundaciones, la
vulnerabilidad de estos partidos será mayor que en
1997 debido a que los componentes del balance
de agua fueron modificados: más cultivos perennes
(ej. pasturas de alfalfa) fueron reemplazados por
anuales (ej., soja, maíz, trigo), pero además, las
innovadoras prácticas agrícolas adoptadas en los
últimos años, como la labranza mínima que ayudan
a la conservación del suelo son más eficientes en la
conservación del agua. Esto resulta beneficioso en
años secos, pero el anegamiento de las tierras y la
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merma de superficie agrícola serían más severos en un
futuro ciclo húmedo.
Esta comparación ofrece la oportunidad de diseñar
políticas de gestión del territorio que contemplen el
contexto hidrológico. Dichas políticas deben tomar en
cuenta la fuerte variabilidad en las áreas afectadas por
inundaciones en la región. Es necesario contar con un
estudio multidisciplinario que evalúe otras pérdidas
como daños en la infraestructura o la emigración de
los pequeños productores. La identificación de riesgos
adicionales resultantes de los cambios en el uso y
manejo de la tierra puede poner perspectiva a lo
puramente productivo. También habrá que balancear
la necesidad de seguir y mejorar la producción de
alimento con las necesidades del medio ambiente.
El desafío será pensar en políticas que traigan una
solución viable para la región en su conjunto a la
vez que fomenten el compromiso y la cooperación
individual en pos del bien común en los paisajes
agrícolas.
* Proyecto "Cambios en el uso de la tierra, biocombustibles y desarrollo rural", financiado por IDRC-Canadá y dirigido por el IAI
Land use change effects on soil carbon stocks
in the La Plata River Basin
Heitor L. C. Coutinho1, Elke Noellemeyer2, Fabiano Balieiro1,
Gervasio Piñero3 and Esteban Jobaggy4
Effective and sustainable management of land use in the LPB depends on the ability of managers and policy
makers to predict the impacts of land use changes (LUC) on nature and society. Modeling efforts to predict
environmental impacts can benefit from the knowledge acquired from impact assessments of past LUC processes.
The soil system is responsible for regulating several ecosystem services. Soil organic matter is directly associated
with some of these services, and soil carbon should therefore be assessed and monitored under different land use
options. Here, we synthesize research results and analyze LUC impacts on soil carbon stocks from two different
collaborative projects: Land Use Change in the Rio de La Plata Basin: Linking Biophysical and Human Factors, led
by the University of Buenos Aires, and funded by the NSF-IAI research networks program; and Landuse, Biofuels
and Rural Development in the La Plata Basin; led by the IAI and funded by the IDRC, Canada.
Conversion of the native vegetation to agricultural systems has caused reductions in the soil carbon stocks
of both the Brazilian Cerrado and the grasslands in Argentina and Uruguay. Such carbon losses may mainly be
the result of lower carbon inputs to the soil under crop production, and to a lesser extent to higher carbon
respiration losses from the soil. IAI researchers are trying to increase understanding of the dynamics of soil
carbon under different land use transitions in the LPB to provide advice on effective and sustainable land use and
landscape management.
Similar land use changes in different regions of the basin can have opposite effects. While conversion of nondegraded natural pasture lands in the Pampas to annual crops caused large soil carbon losses, well-managed
annual crops might increase soil carbon in degraded Cerrado pastures, particularly if no-tillage and rotations with
nitrogen fixing legumes are used. Afforestation of degraded agricultural soils showed positive soil organic matter
balance in dry ecosystems, particularly under the presence of beneficial plant root fungi associations (mycorrhiza).
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