Prodavinci

Anuncio
1
Prodavinci
Venezuela: ¿Qué son los linchamientos y por qué ocurren?
// #MonitorProDaVinci
#MonitorProDaVinci · Wednesday, April 6th, 2016
Durante los últimos meses, a través de las redes sociales se han difundido imágenes y
videos que registran y testimonian linchamientos a presuntos delincuentes en distintas
partes de Venezuela. En virtud de este fenómeno, queremos ofrecer a los lectores de
Prodavinci algunos estudios que explican el origen del linchamiento y los aspectos que
lo motivan, mediante los trabajos y análisis de distintos especialistas de la violencia
social.
1. ¿Qué es un linchamiento y de dónde viene el nombre? De acuerdo con la
definición del Diccionario de la Real Academia Española, linchar es un verbo transitivo
que significa “Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo”.
Según su etimología, “linchamiento” proviene del vocablo inglés “lynching”,
probablemente originado del apellido irlandés Lynch. Los vínculos con ese apellido se
han establecido a partir de dos posibles hechos. El primero involucra a James Lynch
Fitzstephen, alcalde de Galway (Irlanda) en el siglo XV, quien en 1943 mandó a
ahorcar a su propio hijo acusado del asesinato de un visitante español. El segundo
vínculo se establece con Charles Lynch, un juez de Virginia, Estados Unidos, quien en
1780 ordenó que se ejecutara a un grupo de lealistas sin previo juicio.
Prodavinci
-1/5-
13.04.2016
2
En una explicación más ámplia, el sociólogo Carlos Vilas (autor del texto (In)Justicia
por mano propia: Linchamientos en el México contemporáneo) califica el linchamiento
como:
“una acción colectiva de carácter privado e ilegal, que puede provocar la
muerte de la víctima en respuesta a actos o conductas de ésta, quien se
encuentra en inferioridad numérica abrumadora frente a los linchadores. Esto
significa que se deja de lado fenómenos de violencia simbólica a los que por
extensión también suele asignarse este nombre —por ejemplo, ataques a
través de medios de comunicación u otra vía pública contra personalidades a
fin de dañar su prestigio, obstaculizar cursos de acción, y similares”
Vilas también explica que:
“el linchamiento es ejecutado por una muchedumbre: el grupo borra las
identidades particulares de sus integrantes. El linchamiento puede apoyarse
en una organización previa permanente (aldea, comunidad…) pero como
modalidad específica de acción implica una organización puntual de baja
organicidad, orientada al hecho específico del linchamiento y que usualmente
desaparece tras él”.
Y esta singularidad impide que la justicia pueda penalizar el hecho.
En palabras de Roberto Briceño-León, director del Observatorio Venezolano de la
Violencia, el linchamiento:
“Es la pena de muerte, sólo que sin el proceso judicial legal y sin el tercero
que la ejecute. La acción se esconde en la actuación colectiva; en este caso el
anonimato no se logra con la acción del verdugo de rostro cubierto, no se
esconde tras la máscara, sino tras el anonimato que proporciona la
colectividad”
2. ¿Por qué ocurren los linchamientos? De acuerdo con el sociólogo Alfredo
Santillán, en Linchamientos urbanos. Ajusticiamiento popular en tiempos de la
seguridad ciudadana (2008), apunta a que el fenómeno responde a deficiencias del
Estado:
“Las interpretaciones más significativas sobre los linchamientos enfatizan la
ausencia-deficiencia del aparato estatal para imponer el orden jurídicoadministrativo en zonas y/o poblaciones específicas. En este sentido, los
linchamientos son entendidos como formas de mantener o reapropiarse del
recurso de la violencia por parte de las poblaciones marginadas”.
El ya citado Carlos Vilas considera que las profundas diferencias sociales que no
pueden ser canalizadas por el Estado dan pie a este fenómeno:
Prodavinci
-2/5-
13.04.2016
3
“El autoritarismo y la brutalidad de las clases dominantes y del Estado hacia
las clases populares proyectan un efecto de pedagogía perversa sobre éstas,
sobre sus estrategias de movilización y de resistencia, y sobre las
organizaciones que canalizan el descontento popular. El coeficiente de
brutalidad en sociedades fragmentadas por agudas diferenciaciones de clase,
étnicas o raciales, de género, u otras, aceptado como ‘norma’ por sus propias
víctimas, tiende a ser considerablemente más elevado que en sociedades más
integradas y homogéneas, y esa aceptación es reforzada por la percepción
cotidiana de actos de violencia como modo de resolver conflictos, imponer
voluntades, acceder a recursos o defender el prestigio. Cuando las
instituciones del Estado no llegan, o llegan tarde o mal en la percepción de
los actores, y esta situación persiste en el tiempo, la delegación del poder
coactivo en el estado pierde sentido y reaparece el ejercicio de la violencia
por parte de los actores”
En esta misma línea, Verónica Zubillaga, socióloga y profesora de la Universidad
Simón Bolívar, explica en una entrevista publicada en Contrapunto que el
linchamiento en Venezuela está relacionado:
“con el intenso sentido de desamparo, la acumulación de humillaciones y el
sentido de impotencia, que produce que la rabia colectiva ajusticiadora se
exprese de esa manera explosiva. Tienen que ver con un intenso estado de
exasperación y con la acumulación de un sufrimiento que llega al límite de lo
insoportable. Representa, pues, el exceso de la venganza colectiva. Pero esta
venganza tiene que ver, justamente, con contextos de desinstitucionalización
muy profundos; es decir, de sentirse la gente completamente desguarnecida
de instituciones que provean de protección y justicia; de sentir,
concretamente, que no se cuenta para nada con un sistema de justicia y una
policía confiable. El sistema de justicia, en el seno del Estado moderno, existe
justamente para detener la escalada de la venganza. La visibilización del
linchamiento es un síntoma del fracaso del Estado en uno de sus ámbitos más
fundamentales, como lo es la pacificación de las relaciones sociales y el
establecimiento de justicia”
El padre Alejandro Moreno, quien tiene años estudiando los temas de la violencia y la
delincuencia en Venezuela, consideró en una entrevista de Álex Vásquez para
Prodavinci que los linchamientos en Venezuela:
“son un síntoma de algo muy grave que está sucediendo en la sociedad, pero
la gente no encuentra otra salida. Yo no lo justifico, por supuesto, pero
quienes participan en el linchamiento lo justifican porque no hay más nadie
que pueda controlar la delincuencia”
Zubillaga, en la entrevista referida, apunta que el fenómeno en Venezuela no es
reciente:
“… hay que destacar que en el pasado cercano tuvimos períodos donde
también se hicieron muy visibles. Recuerdo que a mediados de los años 90
comenzaron a hacerse tan evidentes que Provea, en sus anuarios, los tenía
Prodavinci
-3/5-
13.04.2016
4
registrados. Recuerdo que en el año 2000 se registraron al menos 100
personas heridas y 20 muertas en linchamientos”.
3. Entre la legalidad y moralidad. Un estudio del sociólogo venezolano Roberto
Briceño-León, titulado Sociología de la violencia en América Latina (2007), analiza las
diferencias existentes entre las leyes, Ley formal, y la norma societal con respecto a la
violencia. Para ello explica que
“es posible encontrar un comportamiento y un sentimiento ciudadano que se
aleja de la ley sin que corresponda al patrón típico del accionar criminal.
Estas conductas o sentimientos pueden ser calificados como ilegales, pero
algunas personas los pueden considerar correctos, a pesar de no ser legales”.
A la generalización de estos comportamientos los llama una norma ilegal y lo
asocia con la legitimidad y vigencia del Estado de Derecho”.
Los linchamientos y las denominadas “limpiezas sociales” son dos de los supuestos de
violencia estudiados por Briceño-León en los cuales los latinoamericanos creen que
debería aplicarse la pena de muerte ante determinados delitos, a pesar de que no
exista la pena de muerte.
Esa noción de linchamiento, que ya hemos dicho es entendida como “la pena de
muerte sólo que sin el proceso judicial legal y sin el tercero que la ejecute”, es
aplicada “a quien aterroriza a la comunidad”, cuando la acción recae sobre “un
individuo que sistemáticamente agravia a la comunidad”. En segundo lugar las
“limpiezas sociales” son las acciones “de los grupos que deciden matar a quienes
consideren indeseables”.
Los datos de aprobación y rechazo a estas medidas en América Latina y España
muestran que Caracas es una de las ciudades que más apoya las medidas de
ajusticiamiento en comparación con otras grandes ciudades.
En 1996, según el estudio de Briceño León, un 32,6% de los caraqueños apoyaba el
linchamiento de quienes “aterrorizan a la comunidad”, quedando sólo por detrás de
Bahía (34,9%). Caracas superó a Bahía en otro renglón del mismo estudio: la capital
de Venezuela fue la que más apoyó el derecho de matar como limpieza social con
20,5%. En aquella muestra también se recogieron datos de Cali, Madrid, Río de
Janeiro, San José, San Salvador y Santiago. Como explicación de estos resultados, el
estudio afirma que:
“el apoyo al derecho a matar en Caracas es producto de la victimización y del
temor existente entre la población, el cual es muy alto, pero de cualquier
modo la experiencia con la violencia había sido hasta el momento de la
encuesta muy limitada. Por lo tanto, las personas pueden tender a apoyar
respuestas violentas de una manera ligera, sin saber bien de lo que se trata ni
las consecuencias que podría tener”
Prodavinci
-4/5-
13.04.2016
5
This entry was posted
on Wednesday, April 6th, 2016 at 6:30 am and is filed under Actualidad
You can follow any responses to this entry through the Comments (RSS) feed. You can
leave a response, or trackback from your own site.
Prodavinci
-5/5-
13.04.2016
Descargar