Investigaciones arqueológicas en los Llanos de Moxos (Amazonía boliviana). Una aproximación al estudio de los sistemas de producción precolombinos M. J. VILLALBA, A. ALESÁN, M. COMAS, J. JUAN TRESSERRAS, J. A. LÓPEZ SÁEZ, A. MALGOSA, M. MICHEL Y R. PLAYÀ Universitat Autònoma de Barcelona; Fundación Bosch i Gimpera; Instituto de Historia del CSIC; Universitat Autònoma de Barcelona; Universidad Mayor de San Andrés, La Paz; Museo de Badalona Introducción La arqueología en muchos países juega un papel fundamental en proyectos de desarrollo territorial, especialmente como recurso turístico. En el caso que nos ocupa la arqueología está directamente vinculada con la recuperación de técnicas productivas precolombinas, en el marco de un proyecto de futuro de alternativas de uso sostenible del medio. El proyecto «Arqueología de los sistemas de producción precolombinos (agrícolas y acuícolas) de los llanos de Moxos (Hoya amazónica boliviana)» se enmarca en el convenio suscrito para el período 20002002 entre la Dirección Nacional de Arqueología del Viceministerio de Patrimonio del Ministerio de Cultura de Bolivia, y las ONG para el desarrollo HOYAM (Centro de Estudios Hoya Amazónica), de Santa Cruz de la Sierra, y CEAM (Centro de Estudios Amazónicos), de Barcelona. Su desarrollo ha sido posible por el esfuerzo de investigadores de la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia) y varias instituciones españolas: Universidad de Barcelona, Universidad de Girona, Museo de Badalona y Centro de Estudios Amazónicos, contando con el apoyo de la Dirección Nacional de Arqueología del Gobierno de Bo- livia y con la ayuda del Ministerio de Educación y Ciencia del Gobierno español. El proyecto forma parte del Programa Hoya Amazónica, coordinado por CEAM-HOYAM y el objetivo principal del mismo es «promover el desarrollo sostenible de los pueblos indígenas de la Amazonia a partir de la recuperación integral de los elementos culturales desarrollados por los pueblos de los Llanos de Moxos de la Amazonia Boliviana en época precolombina, experimentado y adecuando sus estrategias adaptativas en el entorno global actual». El Programa Hoya Amazónica ha recibido la concesión del certificado de calidad del Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural de la UNESCO. En 1994, el equipo de CEAM-HOYAM formuló, a partir del análisis de los restos precolombinos existentes en Moxos, un modelo de producción agro-acuícola que permitía explicar una contradicción aparentemente sin resolución: la evidencia de restos de una rica agricultura intensiva en época precolombina, en suelos prácticamente hoy improductivos. El sistema utilizado se basaba en la captura de nutrientes del medio acuático para incorporarlos a los suelos. La experimentación de este modelo en campos de cultivo elevados (camellones) a lo largo de las investigaciones ha podido demostrar que su apli- 201 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS LLANOS DE MOXOS (AMAZONÍA BOLIVIANA). UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN PRECOLOMBINOS Riberalta 202 BRASIL Llanos de Moxos Trinidad San Ignacio de Moxos PERÚ La Paz BOLÍVIA Santa Cruz Figura 1. Mapa de localización geográfica, en el que se indican los límites de los Llanos de Moxos y la zona en la que se sitúan los tres yacimientos presentados. PARAGUAY 0 CHILE 500 km ARGENTINA cación permite incrementar la producción de los cultivos de más calidad como el maíz, en un 430% y el cultivo de plantas perennes sensibles a la inundación. El sistema, que constituye un paradigma de una agricultura sostenible, no precisa del uso de fertilizantes, posibilita la creación de un suelo fértil con efectos acumulativos, y su producción permite la obtención de excedentes significativos a una explotación familiar. Su extensión social es viable, a partir de dos factores principales: la disponibilidad de tierra a un coste bajo, y la escasa inversión que se requiere. En esta perspectiva, los objetivos de la intervención arqueológica se han centrado en conocer cuáles fueron los sistemas de producción agrícola y acuícola de los pobladores de los Llanos de Moxos antes de la llegada de los españoles, con la finalidad de su posible recuperación. A la vez que contribuir en el estudio de la secuencia crono-cultural de la zona, y obtener datos para la reconstrucción paleoambiental del área y su interrelación con las secuencias de ocupación humana del territorio. Los Llanos de Moxos, el país del agua La zona de estudio se encuentra situada en los llanos de inundación de la cabecera del río Madera, principal afluente del Amazonas, que ocupan la denominada Hoya Amazónica boliviana. Este territorio, conocido como los Llanos de Moxos forma parte del departamento del Beni y constituye una de las mayores áreas de sabana de inundación en las tierras bajas americanas, cubriendo unos 145.000 km2. Los Llanos de Moxos están conformados principalmente por sabanas y por bosques de galería. Unos 55.000 km2 lo integran parches de denso bosque tropical, ríos con meandros, lagunas y zonas permanentemente inundadas. La región es una gran cubeta sedimentaria entre la Cordillera Oriental y las afloraciones del Escudo Brasilero, en la frontera con Brasil. El Beni tiene un clima tropical húmedo con una precipitación media anual muy variable (de 1.000 a 4.000 l.). La temperatura media anual se sitúa alrededor de los 24 °C. En época de lluvias, generalmente de noviembre a mayo, se producen inundaciones, causadas por el desbordamiento de los ríos que rebasan sus cauces por las fuertes precipitaciones pluviales. De igual manera, la estación seca puede ser extrema y durar varios meses, iniciándose en el mes de junio. Los ríos que descienden de la Cordillera Oriental a la sabana aportan ricos sedimentos a los suelos pobres formados por arcillas compactas e impermeables (Denevan, 1966). Actualmente, la mayor parte del territorio está destinada a explotaciones de ganadería extensiva con unos rendimientos muy bajos por hectárea. La agricultura practicada en la región es de subsistencia y se basa en pequeñas explotaciones en las lomas (terreno con mayor elevación) o en chacos ganados al monte que se abandonan cuando la tierra se agota. Estas circunstancias obligan a los indígenas a realizar trabajos temporales de estación en los grandes latifundios (estancias), permaneciendo las mujeres en las comunidades y haciéndose cargo de la unidad familiar y de los trabajos agrícolas. Las capacidades de carga del medio mediante este sistema han llegado al límite, por lo que la región está en una situación de estancamiento y pobreza. La gran extensión de tierras necesaria para poder realizar la ganadería extensiva, única actividad rentable, es un factor limitativo para la población indígena que no dispone del capital mínimo necesario para crear una explotación, consolidándose así el latifundismo como el sistema predominante de propiedad de la tierra. La población indígena actual de la zona se compone fundamentalmente de mojeños (ignacianos y trinitarios), de la familia Arawak. Las otras etnias las forman yuracarés y canichanas, del grupo chapacura; chimanes, del grupo tacana; sirionó, del grupo tupíguaraní e itomamas, cuya lengua no tiene parentesco conocido. Se han llegado a clasificar 16 grupos lingüísticos. En los últimos cien años, el número de etnias indígenas se ha ido reduciendo hasta un 50%. Actualmente, la población blanca representa sólo el 15% de los habitantes y se concentra en la ciudad de San Ignacio de Moxos. Acerca del estado de las investigaciones Las primeras noticias sobre la existencia de construcciones u «obras de tierra» precolombinas, como citan las crónicas a los campos de cultivo y plataformas elevadas, canales, diques, sistemas de drenaje y reservas de agua de los llanos benianos, fueron proporcionadas por los conquistadores españoles que llegaron a la zona y por los jesuitas que se asentaron después. Según relata el cronista J. Eder, cuando los religiosos establecieron las misiones de Moxos en el siglo XVIII encontraron los grandes sistemas de cultivo en proceso de abandono, muy probablemente por la importante diezma de la población indígena debido a las enfermedades que se introdujeron en la época de la Conquista (Eder, 1772). Hacia finales del siglo XVIII los Llanos de Moxos habían atraído ya la atención de viajeros y naturalistas de renombre como Thadesus Hanke, 1794; Alcides D’Orbigny, 1832; Agustín Palacios, 1845; Guibbon, 1854 y George Church, 1870. Los primeros trabajos arqueológicos se sitúan al inicio del siglo XX y esos pioneros de la arqueología beniana destacan por las difíciles condiciones que tuvieron que afrontar para poder desarrollar su labor en las selvas del oriente boliviano. A comienzos del siglo no existían caminos sino sendas y vías de herradura que tenían que ser transitadas a pie y en mula, a lo largo de los varios meses que duraban las expediciones. La navegación de ríos de gran caudal como el Beni jugó un papel fundamental en ese tipo de empresa: los viajes en barcazas facilitaban la accesibilidad a las márgenes y terrazas altas, lugares donde se hallaban la mayoría de los yacimientos arqueológicos. El barón Erland von Nordenskiöld, notable investigador sueco, se conoce como el padre de la antropología y arqueología de las Tierras Bajas de Bolivia. En 1909, efectuó una de las mayores expediciones bolivianas: viajó desde el Chaco por el río Pilcomayo, llegando a los ríos Mamoré e Itenez. El resultado de ese recorrido queda recogido en su dilatada bibliografía (Nordenakiöld, 1910, 1911, 1913, 1924). En 1932, murió aquejado de malaria. Otro destacado investigador fue el uruguayo Marius del Castillo que, entre 1925 y 1929, exploró el río Beni, desde sus cabeceras hasta la desembocadura, atravesando las pampas de Moxos y visitando las misiones jesuíticas. A él se debe una descripción geográfica, etnográfica y arqueológica del río Beni (Castillo, 1929). Posteriormente, el humanista y americanista suizo Alfred Metraux estudió la compleja situación de 203 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS LLANOS DE MOXOS (AMAZONÍA BOLIVIANA). UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN PRECOLOMBINOS 204 los grupos étnicos autóctonos del territorio de Moxos y definió a la Amazonia boliviana como el verdadero Dorado de los antropólogos (Metraux, 1942). Pero el verdadero impulsor de las actuaciones arqueológicas en Moxos fue el ingeniero petrolífero norteamericano Kenneth Lee, figura mítica del Beni, quien en 1957, sobrevolando la zona para trabajos de la Shell Oil Co, reconoció las extensas y elevadas superficies de terreno sembradas de las grandes «obras de tierra» artificiales. Este tejano enamorado del Beni exploró todo el oriente boliviano, llegando a conocer, palmo a palmo, los Llanos de Moxos. Postuló la importancia de los canales adyacentes a los camellones como generadores de vida acuática y lodos orgánicos, aptos para la agricultura y piscicultura; planteó la importancia de la planta acuática tarope (jacinto de agua), para fertilizar los camellones. Y supo transmitir su curiosidad y entusiasmo, considerándosele hoy el mayor promotor de las investigaciones arqueológicas posteriores, desde su posición de responsable del Centro de Investigaciones Arqueológicas del Beni, hasta su fallecimiento en 1999. Las intervenciones de los investigadores bolivianos deben ser también resaltadas. Las primeras responden más a exploraciones, con un impulso de curiosidad personal, un tanto exótica, que a proyectos de investigación organizados. Resalta el trabajo de Gregorio Cordero Miranda que fue miembro del Instituto Nacional de Arqueología. De formación autodidáctica, Cordero realizó una incansable labor arqueológica. Sus exploraciones en el río Beni constituyen un trabajo clásico y de suma importancia por las detalladas descripciones de los yacimientos y contextos arqueológicos de San Buena Ventura y Vacua Trau (Cordero, 1984). Max Portugal Ortiz fue otro interesado en el pasado precolombi- no del Beni. De su obra resaltan una serie de artículos publicados en la revista Pumapunku, dedicados a la arqueología del Beni (Portugal, 1972, 1975). Su tesis de licenciatura, Arqueología de la región del Beni (1978), es la primera síntesis analítica sobre las cerámicas encontradas en el río Beni. El trabajo de misiones científicas extranjeras en territorio beniano recibió un impulso creciente a partir de la década de los años sesenta. Las notables obras o construcciones artificiales que se habían descubierto cuestionaban profundamente la creencia común, cultivada desde la época de los incas, que las tierras bajas fueron habitadas por tribus salvajes. Uno de los investigadores de los Llanos de Moxos más significativo de esta época es el geógrafo norteamericano William Denevan, vinculado a la Universidad de Wisconsin. Su trabajo geográfico, en el que describe las características generales de las obras artificiales de tierra y campos elevados de cultivo, supuso una apertura e iniciativas considerables para el desarrollo de estudios similares sobre las llanuras inundables en América, además de constituir uno de los trabajos más completos sobre Moxos. Denevan propuso que esas obras de tierra habían sido originadas por unas sociedades que denominó «cacicazgos de sabana» (Denevan, 1966). En la década de los ochenta, Bernardo Dougherty dirigió las investigaciones de la Misión Argentina de la Universidad de La Plata. Sus trabajos estuvieron fuertemente influenciados por la corriente determinista ecológica que niega el desarrollo cultural y civilización en la Amazonia. Esta teoría del determinismo ecológico fue planteada por la antropóloga norteamericana Betty Meggers (1971), creando una corriente de pensamiento muy defendida por los investigadores de la Smithsonian Institution, a la que ella pertenecía. Sin embargo, esta teoría está actualmente muy cuestionada. Otro de los investigadores que iniciaron sus trabajos en esos años en territorio mojeño, es Clarck Erikson cuyas prospecciones y sondeos se orientan más hacia el estudio específico de terraplenes y camellones. A todo ello, recientemente se ha sumado la participación de la misión arqueológica alemana con el proyecto «Lomas de Casabare», en su fase actual de excavaciones en Loma Mendoza (Trinidad), a cargo del arqueólogo Heiko Prümers, del Instituto Alemán de Arqueología (KAVA). La intervención arqueológica: 2000-2002 Los trabajos de campo se han desarrollado durante las estaciones secas, generalmente entre los meses de julio y agosto, por un equipo formado por los arqueólogos que suscriben, un ingeniero agrónomo especialista en suelos, y peones y chófer para facilitar los desplazamientos. Los estudios de materiales arqueológicos se han realizado en la zona, mientras que los otros análisis de laboratorio se han hecho desde Barcelona y Madrid. Para ello se ha contado con las instalaciones y equipos de diferentes universidades y laboratorios, así como otros centros de investigación que han colaborado en el proyecto: Servicios Científicos Técnicos de la UB, Facultad de Física y Química de la UB, Laboratorio de Antropología y Biología de la UAB, Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya; Laboratorio de Arqueobotánica del CSIC de Madrid y la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid. En primer lugar se practicaron amplias prospecciones de campo, tanto terrestres como aéreas, para localizar el máximo de es- 0 5 km N LAGUNA MAPUNANI LAGUNA CACERES a c ya ra MOXITANIA u at yo rro Loma 1 M A 160 160 Camellones (campos elevados) LAGUNA ISERERE 160 San Ignacio de Moxos Terraplén 0 Moxitania 2 km Yacimiento arqueológico tructuras en tierra e integrarlas en el Sistema de Información Geográfica de Moxos, elaborado por CEAM y el Institut Cartogràfic de la Generalitat de Catalunya, con imágenes del satélite LANDSAT. Una vez reconocido el terreno se seleccionó las zonas aptas para practicar los sondeos de suelos para el estudio y recogida de muestras, tanto en los campos elevados de cultivo (camellones), canales asociados, terraplenes y lomas de ocupación, mediante análisis polínicos de fitolitos y almidones y de compuestos orgánicos. Por otro lado se realizaron intervenciones en tres yacimientos funerarios distintos, ubicados en los alrededores de las lagunas Mausa e Iserere, en el término de San Ignacio de Moxos, y en la cuenca del río Apere. Estos yacimientos son: 1) Estancia Moxitania Se trata de una explotación ganadera situada a 15 km al nordeste de San Ignacio de Moxos. Se accede por el camino del antiguo matadero, atravesando la pista grande de aterrizaje aéreo de San Ignacio. El camino es una amplia pista de tierra abierta al bosque, de fácil y seguro acceso, especialmente en temporada seca. Las coordenadas geográficas, según la cartografía del Instituto Geo- Figura 2. Localización del yacimiento arqueológico de Moxitania. 205 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS LLANOS DE MOXOS (AMAZONÍA BOLIVIANA). UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN PRECOLOMBINOS 206 gráfico Militar (IGM, 1977) son 65° 36’ oeste. 14° 56’ sur, con una altitud sobre el nivel del mar de unos 200 m. Es una gran extensión de terreno, distribuido entre bosque o pampa alta y sabana o pampa baja. La actividad económica principal es la ganadería, a la que se le van agregando cada vez más tierras de pampa, ganadas al bosque mediante la quema, para pasto. La agricultura se suma como una actividad menor, con cultivos de yuca, maíz, arroz y plátanos. El conjunto arqueológico de la Moxitania es de singular importancia por la calidad de sus «obras de tierra». El yacimiento abarca una extensa superficie de terreno de pampa y bosque de varios kilómetros. Una primera prospección ha permitido reconocer un gran terraplén, que a lo largo de unos 4 km de trazado conduce a la laguna Mapunani, asegurando así el suministro de agua, especialmente en época seca. Amplias extensiones de campos elevados de cultivo que alternan series de camellones y canales que discurren de forma perpendicular a ambos lados del terraplén. Pequeñas elevaciones de terreno, lomas o islas de monte, más o menos circulares y de dimensiones variables, con cursos de agua cercanos (arroyos y riachuelos) que supusieron fuentes de alimentación garantizada, salpican el territorio. Estas lomas suelen ser lugares de vivienda y/o de enterramiento. La intervención en la Moxitania se ha centrado en tres enclaves: terraplén, campos elevados (camellones) y loma. En el terraplén y campos de cultivo las actuaciones han consistido en diversos sondeos de suelos, practicando catas de 3 x 2 m de lado y 3 de profundidad, con la finalidad de evaluar la formación e índices de fertilidad y el estudio de microrrestos, que pudieran aportar el tipo de cultivo practicado por los agricultores precolombinos. En la loma 1 se llevó a cabo una intervención arqueo- lógica para la recuperación de un conjunto funerario, puesto al descubierto al abrir la cata de estudio del suelo. La loma 1 es una pequeña extensión de terreno, de 16 m de diámetro, con una ligera elevación respecto al resto, y se halla a corta distancia del campo de camellones y del terraplén. El análisis de los perfiles de la cata mostraron un suelo totalmente alterado que no conservaba ninguna estructura edafológica, a causa de la actividad de un termitero que ha destruido la formación del suelo en este sector, sustituyéndolo por una «arquitectura subterránea» de cámaras y túneles que ocupan los espacios libres que dejan los materiales arqueológicos depositados. A una profundidad entre 240 y 300 cm, se localizó una gran urna cerámica de forma ovoide (100 x 80 cm) que contenía un esqueleto en conexión anatómica. La urna estaba provista de una gran tapadera que protegía su contenido. Una serie de pequeños recipientes y otra urna de inferiores dimensiones formaban el ajuar funerario. 2) Carretera de Santa Ana El yacimiento lo formaba una loma cortada en su mayor parte al construir la carretera del Perú hasta Santa Ana de Yacuma. El lugar encuentra a unos 40 km al noroeste de San Ignacio de Moxos, próximo a la comunidad las Mercedes y a poca distancia de la localidad de San Pedro del Apere, entre los ríos Matire y Apere. Las coordenadas geográficas son: 14° 59’ 59’’ S y 65° 45’ 11’’ oeste. La intervención en este yacimiento consistió en la evaluación del hallazgo, registro en la máxima información. Coincidiendo con nuestra estancia de trabajo de campo en San Ignacio, el Departamento de Arqueología de la Prefectura de Trinidad, nos informaron de este enterramiento destruido por las obras, requi- riéndonos para una actuación de rescate. La zona del Perú es muy rica en estructuras arqueológicas. Los alrededores del río Apere constituyen uno de los lugares más densos de camellones, terraplenes, lomas y masas de agua, lo que justifica la densidad y concentración de las construcciones precolombinas. El yacimiento lo forman tres grandes urnas de cerámica de gran tamaño, similares a la de la Moxitania. Dos contenían esqueletos humanos que fueron saqueados y la tercera que permaneció casi intacta, sólo fragmentos de recipientes cerámicos indiscriminados. Una gran variedad de pequeños y medianos recipientes, la mayoría con decoración incisa y de buena factura, formaba lo que sería el ajuar funerario que nos llegó destruido. El análisis de la información permite decir que se trata de una loma funeraria de superior tamaño a la de la Moxitania, igualmente con enterramientos realizados en urna. 3) Cata Internado Este yacimiento está dentro de la estancia ganadera conocida como la Quinta o Lechería de Tito Abularac. Está situada al sur de San Ignacio, en el camino viejo que va a la localidad de Libertad y a escasa distancia del Centro Experimental Mausa. La estancia además de a la explotación ganadera, se dedica también al cultivo de especies agrícolas, maíz, yuca, plátanos, papaya, etc. Las coordenadas geográficas son 15° 1’ 21’’ sur y 65° 40’ 16’’ oeste. Se trata de una estancia que tiene, igualmente, en sus terrenos numerosos vestigios arqueológicos precolombinos. En este caso, la pampa viene explotándose como pasto desde hace mucho tiempo, por lo que las estructuras antiguas están muy deterioradas y poco reconocibles desde el nivel del suelo. Las lomas se conservan bien al estar a salvo de la gran erosión que ocasiona el ganado. La Cata Internado corresponde a una actuación realizada una loma el año 1996, por un grupo de alumnos del Internado Arajuruana de San Ignacio de Moxos, dirigidos y alentados por un profesor del centro docente. Se abrió un pequeño pozo de aproximadamente 1 m de diámetro por 1,5 de profundidad, hallando dos grandes urnas con un esqueleto dentro y pequeños recipientes dispuestos alrededor que formarían el ajuar. Los materiales bien conservados y toda la información de campo fueron depositados en la Parroquia de San Ignacio. Con motivo de la futura adecuación del fondo-museo de la Parroquia en un centro de interpretación de la Ruta de las Misiones Jesuíticas y Franciscanas del oriente boliviano, se nos pidió el estudio de estos materiales y de ese modo disponer de tres colecciones arqueológicas de la zona, cuya puesta en valor se integraría al futuro centro de interpretación. Del estudio obtenido, se desprende igualmente que se trata de otro hallazgo funerario en loma, de características similares a los anteriores. Estudios específicos: 1) Los restos humanos de la Estancia Moxitania El esqueleto hallado en la urna funeraria de la loma 1 ha sido analizado en el departamento de Antropología y Biología de la Universidad Autónoma de Barcelona, por Alicía Alesan y Assumpció Malgosa Los restos corresponden a una mujer adulta de entre 30 y 35 años, de talla mediana (158 cm de estatura) y esqueleto medianamente grácil. La preservación del esqueleto es buena, con un índice de representación del 100%. Los huesos están en muy buen estado 207 2 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS LLANOS DE MOXOS (AMAZONÍA BOLIVIANA). UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN PRECOLOMBINOS 1 208 Vértebras Cráneo Fémur 0 Frag. de cráneo 50 cm Figura 3. Moxitania. Loma 1. 1: Visión en planta de la tapadera y del esqueleto encontrado en la base de la urna y 2: Esqueleto del individuo femenino en conexión anatómica. Tibia y peroné Costillas 0 de conservación. Poseen una gran dureza y su superficie muestra una pátina peculiar que, en un principio, parece indicar una asociación con algún agente térmico. Entre los restos de la mujer se localizaron escasos huesos de otro individuo, muy poco representado. Se trata de un feto de 34-36 semanas de gestación. El sexo no ha podido ser determinado por falta de elementos diagnósticos y la talla se estima entre 44 y 72 cm. La edad del feto y las circunstancias del hallazgo permiten proponer que los esqueletos corresponderían a una madre y un hijo, muertos por complicaciones de parto prematuro, con muerte perinatal, o bien que se tratase de una muerte asociada a la de la gestante, con o sin expulsión post mortem del feto. 2) Los microrrestos vegetales y compuestos orgánicos Estos análisis han sido realizados por Jordi Juan-Tresserras, uno de los codirectores del proyecto, en el laboratorio de Arqueología de la Universidad de Barcelona. Para la realización del estudio arqueométrico de los residuos recuperados en las zonas de intervención, se aplicó un procedimiento de extracción que permitiera la rea- 20 cm lización de un análisis de indicadores macroscópicos, microscópicos, químicos y bioquímicos (Juan-Tresserras, 1997). Las muestras se depositaron en contenedores estériles y se trasladaron al Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Barcelona para la identificación de los residuos mediante la observación microscópica combinada en lupa binocular, microscopía óptica de contraste de fase de Zernike y microscopía electrónica de barrido con microanalizador de rayos X (EDS) incorporado, y la técnica combinada de cromatografía de gases y espectrometría de masas. La aplicación de este enfoque metodológico innovador en la arqueología amazónica está permitiendo la obtención de un gran número de indicadores. En el sondeo practicado en la Loma 1 se tomaron muestras de sedimento, de los contenidos de los recipientes del ajuar y del cálculo dental del esqueleto femenino localizado en la urna. Los resultados preliminares han permitido detectar la presencia de fitolitos de maíz (Zea mays) en uno de los recipientes del ajuar, concretamente en la vasija decorada (99MX-L1-2) que podría corresponder a residuos de chicha. Del resto de recipientes los análisis no revelan la presencia de ningún microrresto ni compuesto orgánico alguno. En relación al cálculo dental del esqueleto se han identificado restos de almidones y fitolitos del mismo tipo de maíz localizado en la vasija, así como esclereidas y traqueidas características de frutos carnosos de angiospermas dicotiledóneas (destacando las Annonaceae), que asociaríamos como residuos de elementos vegetales consumidos por el individuo femenino. Los análisis de las muestras procedentes de los perfiles de campos elevados, próximos a la loma 1, han permitido identificar restos característicos de jacinto de agua o tarope (Eichornia sp.), maíz (Zea mays), urucú (Bixa orellana), entre otras especies. La presencia del tarope en ambos perfiles contribuye a confirmar las hipótesis iniciales formuladas, del empleo de esta planta como fertilizante. El análisis de los microrrestos analizados en alguno de los platos-rallador de la Carretera de Santa Ana, han permitido detectar la presencia de fitolitos de maíz (Zea mays) y de yuca (Manihot sp.). Por otro lado, el estudio de suelos ha permitido conocer la estructura de los campos elevados (camellones). Los análisis han sido realizados por Jaume Boixadera, del Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya. Esos suelos muestran dos procesos de formación con sedimentos muy similares. Son suelos con una fertilidad media: – Una fase de formación sedimentaria donde se desarrolla la constitución de la pampa; son suelos de limos arcillosos y mal drenados. – Una fase superpuesta, de intervención humana sobre la que se desarrolló el cultivo. Presenta una morfología diferenciada al construirse en ellos los camellones y canales. La fertilidad es superior ya que los camello- nes facilitan así la aireación, mejorando las condiciones de cultivo. Son suelos con mayor componente de arena, posiblemente por la formación de dunas eólicas. Con posterioridad, se instaló el bosque actual con varios centenares de años de desarrollo, probablemente a partir de que la actividad agrícola precolombina dejara de practicarse. 3) Análisis palinológicos El estudio palinológico ha sido realizado por José Antonio López del Laboratorio de Arqueobotánica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid. Se estudiaron palinológicamente 10 muestras, procedentes de dos estancias distintas: La Víbora, próxima al Centro Experimental Mausa y al entorno de la Cata Internado y La Moxitania Se identificaron pólenes y esporas fosilizadas en sedimentos de los campos de cultivo elevados siguientes: – Estancia La Víbora: canal 2/cara 2 y camellón cara 1. – Estancia Moxitania: camellón cercano a la loma 1. Los datos obtenidos parecen constatar el paisaje existente, relativamente abierto, de tipo pampa o sabana, dominada fundamentalmente por herbáceas, sobre todo por gramíneas. Reflejan asimismo el ambiente de suelos húmedos, por la abundancia de microfósiles no polínicos indicativos de aguas meso-eutróficas, fundamentalmente de algas zygnematáceas tales como Spirogyra y Zygnema tipo. Por lo que respecta a la existencia de los posibles cultivos, los resultados más significativos de las diez muestras de camellones analizadas muestran: La presencia de Xanthosoma sagittifolium tipo, una especie de la familia Araceae. Es 209 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS LLANOS DE MOXOS (AMAZONÍA BOLIVIANA). UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN PRECOLOMBINOS 210 una planta típica de América Tropical, donde se la conoce como gualusa, con una gran importancia como cultivo alimenticio. Sus pequeños bulbos subterráneos proporcionan un alto contenido en carbohidratos, fundamental en ciertos ambientes tropicales. Éstos pueden consumirse asados, fritos, en puré o sopas, hervidos, etc. Igualmente, las hojas o retoños jóvenes pueden consumirse hervidas. Un segundo palinomorfo que ha podido ser identificado es Ilex, posiblemente Ilex guayusa, de la familia Aquifoliaceae. Esta especie es conocida vernáculamente como guayusa. Se trata de un árbol cultivado por muchas tribus, reconocido por su alto contenido cafeíco, del cual se elabora una bebida llamada mate, que es estomática, tónica, calmante, y que así mismo previene la resaca y elimina el sabor amargo proveniente del consumo de ayahuasca (Schultes & Raffaud, 1990). Su porcentaje no es demasiado elevado (3-6%), lo cual podría deberse a su escasa capacidad dispersiva o a su presencia residual como especie cultivada en la zona de estudio. Aunque los estudios preliminares realizados por Debora Pearsall (Universidad de Missouri) no pudieron poner de manifiesto la presencia de polen de maíz (Zea), en nuestro caso ha sido identificado en cinco de las muestras, en porcentajes tales (ca. 10%) como para poder admitir su cultivo local, suponiendo además que tuvo que ser uno de los principales y mayoritarios en la zona de estudio, dentro del contexto de zonas cultivadas de los campos elevados. Algo semejante puede comentarse para la yuca (Manihot sp.), la cual hemos identificado en los espectros polínicos en valores porcentuales del 3-7%, indicando con toda probabilidad su cultivo local. Como cultivos menores deberíamos citar la identificación de polen de Bixa (urucú) y Gossypium (algodón), pues ambos aparecen en nuestras muestras aunque en porcentajes bajos (inferiores al 3%). 4) Los testimonios de actividades textiles Estos análisis han sido realizados por Jordi Juan-Tresserras, en los Servicios Científico Técnicos de la Universidad de Barcelona. Durante la excavación y el muestreo de la urna funeraria de la Loma 1 de la estancia Moxitania, se identificaron improntas en el sedimento, de fibras hiladas y entretejidas que tras su observación por microscopía electrónica de barrido podrían pertenecer a un tejido. En este sentido, el estudio del sedimento nos permitió caracterizar una especial concentración de granos de polen de algodón (Gossypium sp.), a la vez que fragmentos de plumas de tamaño microscópico, cuya caracterización específica desconocemos. El análisis de manchas rojizo-anaranjadas por cromatografía líquida de alta eficiencia que impregnaban el sedimento interior de la urna funeraria, permitió caracterizar la presencia de bixina, un carotenoide insoluble en agua característico del urucú (Bixa orellana L.). 5) La cronología absoluta En ninguno de los tres yacimientos se ha podido obtener material orgánico que permitiera realizar análisis de C14. La datación absoluta se ha establecido por termoluminiscencia de cerámicas. Los análisis se han realizado en el Laboratorio de datación radioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid, a cargo de Asunción Millán, Pedro Beneitez y Tomás Calderón. Los análisis realizados sobre el material cerámico permiten precisar el tiempo trans- currido desde el último proceso térmico importante, entendiendo como tal el momento de cocción de la cerámica. Los resultados obtenidos de las muestras estudiadas indican que el último proceso de calentamiento energético fue el siguiente, en años: – Muestra 98MX-L-U-132. Fragmento de urna funeraria de la loma de la estancia Moxitania: 1075 ± 156 años B. P. que traducido en fecha de calendario se sitúa entre los siglos VIII y XI d. C. – Muestra 98CSA-SE-Tl. Fragmento cerámico de tapadera-cuenco con decoración incisa en el borde. Carretera de Santa Ana: 933 ± 91 años B. P. que traducido en fecha de calendario se sitúa entre los siglos X y XII d. C. – Muestra 96INT-SE-6. Fragmento de recipiente con decoración roja pintada. Cata Internado: 938 ± 80 años B. P. que traducido en fecha de calendario se sitúa entre los siglos X y XII d. C. Estos datos nos muestran unas fechas de fabricación de la cerámica muy próximas unas de otras. Los yacimientos Carretera de Santa Ana y Cata Internado parecen ser claramente contemporáneos, mientras que la cronología de la Loma 1 de la estancia Moxitania se situaría algo más atrás en el tiempo. 6) Los materiales cerámicos Se han dibujado todos aquellos fragmentos de los que se ha podido restituir la forma y se han fotografiado todos los que son diagnósticos. Para la presentación final de los dibujos se ha aplicado un tratamiento digital. Los recipientes hallados en los tres yacimientos estudiados presentan características morfológicas y técnicas muy similares. Aunque podrían realizarse algunas matizaciones, al tratarse éste de un estudio preliminar, nos limitaremos sólo a comentar los rasgos más generales. 0 10 cm 0 10 cm Las formas que se presentan se clasifican en varios grupos. Consisten en escudillas con perfil carenado, generalmente con decoración incisa; platos-tapaderas, mayoritariamente decoradas con motivos incisos en la cara interna; vasijas de cuerpo globular con cuello de paredes ligeramente convexas; vasijas de cuerpo globular sin cuello; platos y otros recipientes con pie anular. Dentro de las decoraciones observamos dos tipos: incisa y pintada. La incisa suele presentarse, en la mayoría de los casos, sobre superficies bien depuradas, bruñidas y oscuras (cocción reductora). Los motivos son geométricos. En unos casos forman conjuntos de simples líneas y en otros desarrollos muy complejos de tipo serpentiforme. Carretera de Santa Ana y Moxitana han proporcionado los mejores ejemplos. La decoración pintada se ha mostrado más escasa. Suele tratarse de pintura roja-vino sobre superficies claras, blanco o naranja. El prototipo más singular se ha localizado en Cata Internado que es, a su vez, sobre el que se ha obte- Figura 4. Moxitania. Loma 1. Urna funeraria y tapadera. 211 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS LLANOS DE MOXOS (AMAZONÍA BOLIVIANA). UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN PRECOLOMBINOS 212 Figura 5. Moxitania. Loma 1. Recipientes del ajuar funerario con decoración incisa. Figura 6. Cata internado. Recipientes decorados con pintura roja y cuenco con decoración incisa en su superficie interna. nido la datación cronológica. También se documentan recipientes con bandas de pintura gris, como es el caso de Carretera de Santa Ana. Destaca una tartera hermosamente decorada que nos confirma la actividad textil que ya habíamos detectado en el proceso de análisis de sedimentos. Destaca también la diversidad de platosrallador que se han localizado y sus varias tipologías de surcos o estrías. En uno de ellos, el análisis de sedimentos, como ya hemos señalado, ha revelado restos de yuca y maíz. Respecto a establecer correlaciones con otros hallazgos del Beni, no podemos formular todavía alguna propuesta de clasificación. En este sentido, hemos de tener en cuenta que los diferentes estudios realizados no se acompañan siempre de una cronología fiable de los materiales, por lo que tenemos que trabajar con muchas reservas. De más ayuda nos podrá ser los resultados de las excavaciones actuales, como la de la Misión Alemana en Loma Mendoza (Trinidad). Sin embargo, en un intento de aproximación y atendiendo a la información publicada, observamos las siguientes reflexiones: Estos estilos cerámicos podrían relacionarse con lo que señalan, en términos gene- rales (Dougherty y Calandra, 1981), con el Horizonte Estilístico Inciso y Punteado de Amazonia de Meggers y Evans (1978) que, según Dougherty y Calandra, en Bolivia correspondería al estilo Masicito de Nordenskold (1913). Una configuración tardía en la secuencia amazónica (sobre el año 1000, y posterior, d. C.). También con la Fase Terminal de Bustos Santelices, que sitúa entre 400 y 1100 d. C. O bien la fase Mamoré Dougherty (1984) que enmarca en una horquilla cronológica también excesivamente muy, entre 345 y 1200 d. C. Keneth Lee (1975), por su lado, sugiere que la cerámica pintada podría venir del norte, remontando los canales hasta el Amazonas. Por otro lado, la convivencia de ambos estilos en términos cronológicos como muestran las dataciones de termoluminiscencia en los tres yacimientos, invalidaría la tesis de Ponce Sanginés (1978) sobre una mayor antigüedad de la decoración incisa respecto a la pintada. En cualquier caso, queremos que quede bien claro que estas anotaciones no son más que meras reflexiones hechas al cotejo de otros datos en un marco de referencia que necesita ser contrastado. El aporte de nue98-INT-5 98-INT-6 99-MX-L1-1 99-MX-L1-3 99-MX-L1-4 98-INT-3 99-MX-L1-2 0 5 cm 0 0 5 cm 98-INT-15 5 cm 0 5 cm vas excavaciones que proporcione secuencias estilísticas con cronología absoluta y fiabilidad estratigráfica ha de ser el único referente válido y fiable. Valoración general La definición del proyecto, Arqueología de los sistemas de producción precolombinos de los Llanos de Moxos en la Hoya amazónica boliviana, tenía como objetivo fundamental la recuperación de elementos culturales desarrollados por los pueblos de la Amazonia boliviana en época precolombina. En los tres años de duración de esta primera fase del proyecto, los resultados obtenidos han aportado datos cualitativamente significativos y pioneros en el registro hasta ahora conocido sobre las ocupaciones prehispánicas en los Llanos de Moxos. La aplicación de técnicas analíticas en el campo del estudio arqueométrico de los residuos recuperados en las zonas de intervención, ha supuesto un enfoque metodológico innovador en la arqueología amazónica, a la vez que ha permitido la obtención de un gran número de indicadores desconocidos con anterioridad. La caracterización del mismo tipo de maíz en el cálculo dental del esqueleto, en los restos de almidones y fitolitos en una vasija del ajuar y en las muestras de polen en los campos elevados, permite proponer el cultivo local de esta especie, además de suponer que tuvo que ser uno de las principales y mayoritarios cultivos en la zona de estudio. Lo mismo se propone para la yuca, identificada tanto en los espectros polínicos como en platosrallador. Junto a estas especies, las otras variedades documentadas como la gualusa, con gran valor alimenticio, y otros cultivos menores como el urucú, están evidenciando una actividad agrícola diversificada y más com- 98-CSA-SE-1 98-CSA-SE-2 98-CSA-SE-59 98-CSA-SE-60 98-CSA-SE-58 98-CSA-SE-61 0 98-CSA-SE-6 5 cm 98-CSA-SE-3 pleja de lo que se ha venido suponiendo. Por otro lado, la presencia del tarope (jacinto de agua) confirma la hipótesis inicial formulada del empleo de esta planta capturada del medio acuático para incorporarla como nutriente a los cultivos precolombinos. También la identificación de polen de algodón en los campos elevados y la concentración de granos de polen en el sedimento de la urna funeraria, muestra el cultivo de esta especie y refuerza el resultado obtenido de improntas de tejido en el contexto sepulcral. Los testimonios polínicos de guayusa en los campos elevados, cultivada aún hoy por muchas tribus por su alto valor estimulante, puede ponerse en relación con los residuos de posible chicha hallados en el contenido de un recipiente del ajuar funerario. La ingesta de chicha y de otras bebidas igualmente estimulantes en celebraciones y ceremonias, es una costumbre ancestral aún hoy muy arraigada en las poblaciones indígenas actuales. Otra interesante aportación por su novedad supone la identificación de urucú utilizado como colorante en contextos funerarios. Ya hemos mencionado antes la reciente identifi- Figura 7. Carretera de Santa Ana. Cuencos de perfil globular, cuencos carenados abiertos y cerrados. Decoraciones incisas. 213 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LOS LLANOS DE MOXOS (AMAZONÍA BOLIVIANA). UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN PRECOLOMBINOS 214 cación de esta misma especie también en los enterramientos de Loma Mendoza (Trinidad). En el registro de los tres yacimientos sepulcrales puede observarse una cierta coherencia y paralelos. Los tres enterramientos son de tipo primario colocados en el interior de una urna y acompañados de recipientes cerámicos. Los platos-rallador que indican el procesado de la yuca, entre otros géneros cultivados, están bien representados. Carretera de Santa Ana muestra además una variada tipología de los mismos. Las técnicas decorativas establecen igualmente paralelos, tanto en los morfotipos pintados como incisos. Y finalmente, las cronologías están bien relacionadas, situando estos enterramientos en una fase tardía que se corresponde con el momento de expansión hacia las tierras bajas del sur. Agradecimientos En primer lugar queremos agradecer la colaboración de la población de San Ignacio de Moxos (Dep. Beni, Bolivia) durante nuestra estancia, y con especial atención al P.J. Enric Jordà de la Parroquia de San Ignacio de Moxos, así como al personal del Centro de Estudios Hoya Amazónica de San Ignacio de Moxos. Villalba M. J. (Fundación Bosch i Gimpera / Universidad de Barcelona). Correo-e: pvillalba@eic.ictnet.es, Alesán A. (Universitat Autònoma de Barcelona). Correo-e: Alicia.Alesan@uab.es, Comas M. (Museo de Badalona). Correo-e: mcomas@museubdn.es, Juan Tresserras J. (Fundación Bosch i Gimpera / Universidad de Barcelona). Correo-e: juan@trivium.ub.es, López Sáez J.A. (Centro de Estudios Históricos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid). Correo-e: cehl149@ceh.csic.es, Malgosa A. (Universitat Autònoma de Barcelona). Correo-e: assumpcio.malgosa@uab.es, Michel M. (Universidad Mayor de San Andrés, La Paz). Correo-e: Marcos.Michel@arkeologi.uu.se, Playà R. (Fundación Bosch i Gimpera / Universidad de Barcelona). Correo-e: rosa@fusic.org Bibliografía BUSTOS SANTELICES, V.: «La arqueología de los llanos del Beni», INAR, LaPaz, Bolivia, 1978. 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