¿i quedar suficiente espacio entre ambas, para que en llegando el tiempo oportuno se puedan tender y aporcar sin perjudicarse. C o n las plantas sobrantes que se quitan se pueden reponer todas las f a l tas ó marras que se adviertan; pero en este caso se sacarán con t o das sus raizes. La operación de aporcar el cardo se hace con el fin de dulcificar y disminuir el sabor amargo que sobresale naturalmente en este vejetal, y hacer que sus hojas y pencas sean mas tiernas y delicadas. Para aporcar ó curar el cardo se hace una cama ó surco ancho, en el cual se tiende la planta después de haberla desprendido del terreno por medio de una azadonada, cortando asi las fibras de la raiz del lado opuesto; pero sin desprender enteramente la planta. Antes se han de haber atado todas las hojas con tres ó c u a tro ligaduras, de manera que queden todas recogidas y sujetas: en seguida se tiende ó coloca el cardo en la tierra, y se cubre con una capa de ocho á diez dedos de tierra bien apretada, para impedir que se levanten ó enderecen de nuevo las plantas, dejando tan solamente fuera de la tierra la estremidad de las hojas. Antes de aporcar las plantas se las limpiará de toda hoja dañada, para evitar que se comunique el mal al resto de la planta. Para hacer esta operación ha de estar bien suelta la tierra y sin mucha humedad. Desde fines de Octubre hasta mediados de Diciembre dura la temporada de aporcar los cardos. Entre las plantas de cardos mas sobresalientes se elijen las que se destinan para producir simiente; algunos hortelanos prefieren para este fin las plantas de dos y tres a ñ o s , y pretenden que son las que dan mejores simientes. Las pencas y hojas del c a r d o , después de c u r a d a s , se comen en ensalada cruda, y también guisadas de varios modos. El cardo sirve también para dar forraje á los caballos, que lo apetecen mucho. B. C A P I T U L O De XV. las coles. Las coles ó berzas son de muchas hechuras y maneras, como vemos, mas todas ellas quieren una labor: y aunque se hacen muy buenas en todo aire, muy mayores se hacen en las tierras frias, como las hay en Alemana; y aun en las tierras frías no crian tanto piojuelo como en las callentes, y aun quieren mas algo de cuesta que muy llana la tierra; y por eso dice Paladio en el mismo capítulo que las deben poner en los caballetes de las eras, y de las otras hortalizas, que allí TOMO I I I . I