La resolución del contrato y sus efectos - SelectedWorks

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Magister
From the SelectedWorks of Rómulo Martín Morales Hervias
2013
La resolución del contrato y sus efectos
Rómulo Morales, Pontificia Universidad Católica del Perú
Available at: http://works.bepress.com/romulo_morales/29/
La resolución del contrato y sus efectos
Rómulo Morales Hervias(*)
Introducción
Los efectos de la resolución del contrato están regulados en el segundo, tercer y cuarto párrafos del artículo 1372(1) del Código Civil peruano de 1984 y tiene un antecedente importante en el artículo 1458 del
Código Civil italiano de 1942:
“Artículo 1458. Efectos de la resolución.- La resolución del contrato por incumplimiento tiene efecto retroactivo entre las partes,
salvo en el caso de contratos de ejecución continuada o periódica,
con respecto a los cuales el efecto de la resolución no se extiende
a las prestaciones ya efectuadas.
(*)
Abogado por la Universidad de Lima. Magíster por la Universidad di Roma “Tor Vergata”.
Diplomado en Derecho Romano; y en Derecho de los Consumidores y de la Responsabilidad
Civil por la Universidad di Roma “La Sapienza”. Doctor por la Pontificia Universidad Católica
del Perú (PUCP). Profesor de Derecho Civil en la PUCP, en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos y en la Universidad de San Martín de Porres.
Segundo, tercer y cuarto párrafos del artículo 1372 del Código Civil peruano de 1984.
La resolución se invoca judicial o extrajudicialmente. En ambos casos, los efectos de la
sentencia se retrotraen al momento en que se produce la causa que la motiva.
Por razón de la resolución, las partes deben restituirse las prestaciones en el estado en
que se encontraran al momento indicado en el párrafo anterior, y si ello no fuera posible
deben reembolsarse en dinero el valor que tenían en dicho momento.
En los casos previstos en los dos primeros párrafos de este artículo, cabe pacto en contrario.
No se perjudican los derechos adquiridos de buena fe.
(1)
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La resolución, aunque hubiere sido pactada expresamente, no perjudica los derechos adquiridos por los terceros, sin perjuicio de los
efectos de la inscripción de la demanda de resolución”.
Los efectos de la resolución del contrato en el Código Civil italiano
de 1942 se aplican tanto en aquella declarada a través de una sentencia
o laudo arbitral como la declarada por la sola declaración voluntad del
acreedor. En este último caso, estamos propiamente en un desistimiento del contrato por incumplimiento de obligaciones y en concreto en las
denominadas indebidamente “resolución por intimación o por autoridad del acreedor” y “cláusula resolutoria expresa” por incumplimientos
graves de las obligaciones. Se ha declarado con certeza que existen dos
modelos de resolución del contrato(2):
“El modelo judicial, que impone al acreedor de la prestación incumplida dirigirse al juez para obtener una sentencia constitutiva, que produzca la extinción de las respectivas obligaciones de las partes, y;
El modelo sustancial, en el cual la resolución se produce por efecto
de una declaración unilateral del contratante insatisfecho, cuya legitimidad podrá ser sucesivamente evaluada por el juez con una mera
verificación de la subsistencia de los requisitos previstos por la ley”.
Los proyectos de armonización en materia de contratos y la Convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías de 1980 (en adelante, Convención de Viena) se
inclinan por regular el desistimiento por incumplimiento de obligaciones
o la denominada por la praxis forense “resolución unilateral” del contrato
o simplemente “resolución” del contrato [denominación utilizada por estos proyectos y la Convención de Viena].
El numeral 3 del artículo 7.3.2 de los Principios sobre los contratos
comerciales internacionales de 2004 del Instituto Internacional para la
Unificación del Derecho Privado (en adelante, Principios de Unidroit):
(2)
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PALADINI, Mauro. “Nuevas perspectivas en materia de resolución de contrato por incumplimiento”. En: Advocatus. Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho
de la Universidad de Lima, Nº 19, Lima, 2008, p. 76.
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“El derecho de una parte a resolver el contrato se ejercita mediante una notificación a la otra parte”.
El numeral 1 del artículo 114 del anteproyecto del Código europeo
de Contratos de la Academia de Iusprivatistas Europeos de Pavía (en
adelante, Proyecto Gandolfi):
“Si se produce un incumplimiento grave, (…), el acreedor tendrá
derecho a exigir la resolución del contrato, requiriendo al deudor
el cumplimiento en un plazo razonable que no sea inferior a quince días, y notificándole que, transcurrido inútilmente el plazo, el
contrato se considerará resuelto”.
El numeral 1 del artículo 8: 106 de los Principios del derecho europeo de los contratos (en adelante, Proyecto Lando):
“En todos los casos de incumplimiento, el perjudicado puede conceder a la otra parte una prórroga para proceder al cumplimiento,
comunicándole dicha decisión”.
De ahí que el “ejercicio del derecho de resolución del contrato requiere una comunicación al respecto a la otra parte” (numeral 1 del artículo 9: 303 del Proyecto Lando).
El artículo 26 de la Convención de Viena:
“La declaración de resolución del contrato surtirá efecto solo si se
comunica a la otra parte”.
Como se ha descrito acertadamente, la “declaración del acreedor que
produce la resolución del contrato, tiene diversas denominaciones en los
varios ordenamientos jurídicos” pero el término que debería considerarse apropiado es el de “desistimiento”(3). El Código Civil peruano de 1984
regula distintos tipos de desistimientos pero no usa dicha denominación
sino usa otras muy diferentes como los siguientes ejemplos: derecho de
poner fin al contrato (artículos 1365 y 1769), derecho de dejar sin efecto el contrato (artículo 1478), derecho de retractación (artículo 1481),
derecho de rescisión (artículos 1539, 1575 y 1579), derecho de resolución unilateral (artículo 1586) y derecho de separación (artículos 1613
(3)
PALADINI. Ob. cit., p. 76.
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y 1786). Salvo el derecho de dejar sin efecto el contrato, los demás derechos de desistimiento no son semejantes a la comúnmente conocida
como “resolución unilateral” del contrato o derecho de desistimiento por
incumplimiento de obligaciones.
Seguidamente nos ocuparemos de los efectos producidos cuando se
declara judicial o arbitralmente la resolución del contrato o cuando se
ejerce el derecho de desistimiento por incumplimiento de obligaciones.
I.
Efecto liberatorio
La resolución de contrato “extingue las obligaciones no cumplidas”(4).
El efecto liberatorio es el efecto característico como lo prevén los proyectos de armonización en materia de contratos.
Así lo indica el numeral 1 del artículo 7.3.5 de los Principios de Unidroit: “La resolución del contrato releva a ambas partes de la obligación
de efectuar y recibir prestaciones futuras”. Del mismo modo lo señala
el numeral 1 del artículo 9: 305 del Proyecto Lando: “La resolución del
contrato libera a ambas partes de la obligación de cumplir y de recibir
futuras prestaciones, pero (...), no afecta a los derechos y obligaciones
que se hubieran generado hasta el momento de la resolución”.
Por otro lado, el numeral 1 del artículo 81 de la Convención de Viena sigue la tendencia de los proyectos de armonización en materia de contratos: “La resolución del contrato liberará a las dos partes de sus obligaciones (...)”.
II. Irretroactividad de la resolución
En doctrina nacional se ha dicho que si “la resolución deja sin efecto un contrato válido por causal sobreviniente a su celebración, este contrato ha generado una relación jurídica patrimonial legalmente sana, por
no adolecer de defecto alguno” y por eso “no es consecuente que se pretenda desconocer los efectos producidos por dicha relación jurídica durante todo el tiempo en que ella se desarrolló normalmente dentro de los
(4)
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BIANCA, Massimo. Diritto civile. La responsabilità. V, Ristampa, Giuffrè, Milán, 1999,
p. 290.
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cauces contractuales”. Así, las prestaciones “no tienen que verse afectadas por el posterior incumplimiento o imposibilidad de las respectivas
contraprestaciones”(5).
Por otro lado, otra doctrina nacional ha expresado que el Derecho
“recurre a una ficción jurídica que consiste en considerar que la relación
jurídica no solo deja de tener existencia desde la fecha en que, según
la modalidad resolutoria utilizada, se produce la resolución misma sino
que se entiende que también desaparece hacia atrás como si nunca hubiese existido. De esta forma, desaparecen también todas aquellas consecuencias jurídicas que encontraban apoyo en la relación jurídica extinguida, entre ellas la justificación jurídica (o causa, dirán algunos) de
los desplazamientos patrimoniales (pagos) realizados como actuación
de esa relación, aunque hayan tenido lugar durante el tiempo en que la
relación estuvo vigente”(6).
El segundo párrafo del artículo 1372 del Código Civil peruano señala erróneamente que los efectos de la sentencia se retrotraen al momento en que se produce la causa que la motiva porque la regla general debe
ser que los efectos de un contrato deben retrotraerse hasta el momento
de la celebración del contrato. En efecto, en “los contratos de ejecución
instantánea, la resolución tiene necesariamente carácter retroactivo que
se proyecta hasta el momento mismo en que surgió la relación jurídica,
porque ninguna etapa de ella encuentra justificada su subsistencia”(7). No
obstante en los contratos de duración, el “funcionamiento de la resolución en este tipo de contratos sí constituye en general una verdadera excepción pues no se afectan las prestaciones recíprocamente ejecutadas,
las que permanecen firmes, es decir, no rige el principio de retroactividad y como lógica consecuencia tampoco el efecto restitutorio”(8).
(5)
(6)
(7)
(8)
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Comentarios a la Sección Primera del Libro VII del Código Civil. Segunda reimpresión de la segunda edición
actualizada. Tomo I, Palestra, Lima, 2007, p. 463.
FORNO FLÓREZ, Hugo. “La retroactividad de la resolución en la jurisprudencia”.
En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 57, junio, Año 9, Gaceta Jurídica, Lima, 2003, p. 61.
FORNO FLÓREZ. “El principio de la retroactividad de la resolución contractual”. Ob.cit.,
p. 190.
Ibídem, p. 193.
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En consecuencia, compartimos la propuesta legislativa formulada
por un sector de la doctrina nacional:
“La resolución del contrato opera judicial o extrajudicialmente y sus
efectos se retrotraen al momento de su celebración, salvo el caso
de los contratos de ejecución continuada o periódica en los que los
efectos de la resolución se retrotraen al momento en que se produce la causal que la motiva. Lo dispuesto en este párrafo admite pacto en contrario”(9).
Esta propuesta es compatible con el numeral 5 del artículo 114 del
Proyecto Gandolfi: “Si el incumplimiento se produce durante la ejecución de un contrato de cumplimiento continuo o periódico, el efecto de
la resolución no afecta a las prestaciones cumplidas con anterioridad”.
Así, “por lo tanto, las prestaciones ejecutadas no deben ser restituidas
quedando extinguida la obligación del correspectivo”(10).
III. Obligaciones de restitución y de reembolso
La resolución genera que “las prestaciones ya ejecutadas deben ser
restituidas”(11). El efecto restitutorio –o reintegrativo– (esto es, aquel en
virtud del cual las partes deben restituir las prestaciones ejecutadas) “no
es otra cosa que la consecuencia más importante del principio de retroactividad de la resolución pues determina que, como consecuencia de la
resolución operada en fecha posterior, un contratante deba devolver un
bien que recibió cuando se encontraba vigente la relación jurídica y que
tuvo como causa de justificación jurídica dicha relación”(12).
Los proyectos de armonización en materia de contratos regulan la
obligación de restitución:
(9)Ibídem, p. 195.
(10) BIANCA. Ob. cit., p. 302.
(11) Ibídem, p. 290.
(12) FORNO FLÓREZ, Hugo. “El principio de la retroactividad de la resolución contractual”.
En: Themis. Revista de Derecho, Edición de Aniversario, Editada por los alumnos de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Nº 30, Lima, 1994. p. 188.
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El artículo 7.3.6 de los Principios de Unidroit:
“(1) Al resolver el contrato, cada parte puede reclamar a la otra la
restitución de lo que haya entregado en virtud de dicho contrato,
siempre que tal parte restituya a la vez lo que haya recibido. Si no
es posible o apropiada la restitución en especie, deberá hacerse una
compensación en dinero, siempre que sea razonable.
(2) No obstante, si el contrato es divisible y su cumplimiento se extendió durante algún tiempo, la restitución solo podrá reclamarse
para el periodo posterior al efecto de la resolución”.
El Artículo 115 del Proyecto Gandolfi:
“(…) el acreedor, como consecuencia de la resolución del contrato, tiene derecho a exigir al deudor que ha incumplido la restitución
de lo que le ha dado para realizar la prestación que le es debida o,
en todo caso, cualquier prestación a causa del contrato, sin perjuicio del derecho a obtener daños y perjuicios y del deber de restitución (…)”.
El artículo 9: 308 del Proyecto Lando:
“Al resolver el contrato, aquella parte que hubiera suministrado o entregado bienes cuya devolución sea posible y por los que
no haya recibido pago u otra contraprestación, puede recuperar su
propiedad”.
El artículo 9: 309 del Proyecto Lando:
“Al resolver el contrato, si una parte hubiera llevado a cabo una
prestación que no puede devolverse y por la que no hubiera recibido pago u otra contraprestación, tiene derecho a recibir un importe razonable acorde con el valor que la prestación haya tenido para
la otra parte”.
El numeral 2 del artículo 81 de la Convención de Viena:
“La parte que haya cumplido total o parcialmente el contrato podrá reclamar de la otra parte la restitución de lo que haya suministrado o pagado conforme al contrato. Si las dos partes están obligadas a restituir, la restitución deberá realizarse simultáneamente”.
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Pero la “parte que restituye una cosa específica tiene derecho de ser
reembolsada por los gastos realizados por ella. El derecho de reembolso de la parte incumplidora tiene naturaleza restitutoria y se regula por
el pago indebido”(13). El derecho de reembolso “de los gastos se refiere
en los términos más amplios para la parte incumplidora. En efecto, ella
tiene derecho de reembolso de todos los gastos necesarios y útiles hechos por la cosa además del límite del aumento del valor de la cosa”(14).
Este derecho de reembolso no ha sido regulado expresamente en el artículo 1372 del Código Civil peruano.
IV. Derechos de terceros
El cuarto párrafo del artículo 1372 del Código Civil peruano establece una protección de inmunidad a los terceros que se hayan comportado de buena fe respecto de la resolución del contrato. Se ha expresado
en sede nacional que los “mismos principios de seguridad en el tráfico
que imponen la protección de los terceros de buena fe determinan que la
retroactividad solo tenga efectos –llamados– obligatorios de modo que el
tercero de buena fe resultaría afectado y mantendría su adquisición”(15).
Y como regla general “debe en todo caso considerarse de mala fe al tercero a partir del momento en que toma conocimiento que se ha producido la causal de resolución”(16). Lo que cuenta “es sobre todo que la adquisición sea anterior a la resolución”(17). Sobre los derechos de terceros,
otra doctrina nacional se ha pronunciado que se “trata de una decisión de
política legislativa de acordar tutela jurídica a las personas que no conocen los hechos que han causado la rescisión o resolución. El elemento determinante de esta protección es la buena fe de los terceros, derivada de su
ignorancia de circunstancias existentes en cada caso”(18).
En tal sentido, los derechos adquiridos de los terceros “presupone
que ellos hayan conseguido la propiedad o un derecho real sobre el bien
(13) BIANCA. Ob. cit., p. 295.
(14)Ídem.
(15) FORNO FLÓREZ. “El principio de la retroactividad de la resolución contractual”.
Ob. cit., p. 192.
(16)Ibídem, pp. 192-193.
(17) BIANCA. Ob. cit., p. 301.
(18) DE LA PUENTE Y LAVALLE. Tomo I. Ob. cit., p. 465.
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o también un derecho real de disfrute, en la medida en que sea oponible
al tercero adquirente”(19).
En el mismo sentido se pronuncia el artículo 117 del Proyecto Gandolfi: “El ejercicio por parte del acreedor de los derechos previstos en los
artículos precedentes no perjudicará los derechos que los terceros hayan
adquirido de buena fe sobre cosas del acreedor o sobre las que le sean
debidas, antes de que él mismo, teniendo serios motivos para temer el
incumplimiento, les haya apercibido por escrito o antes de que, cuando
se trate de cosas inmuebles o muebles inscritas, se haya hecho constar
la demanda en los registros inmobiliarios públicos, según las reglas en
vigor en cada Estado (…)”.
Ahora bien, la resolución del contrato “hace oponible al tercero,
si él inscribe su adquisición después que haya sido inscrita la demanda
de resolución”(20). Si bien es cierto, el artículo 1372 del Código Civil
peruano no contempla esta hipótesis, es evidente que los terceros no
podrán alegar buena fe cuando exista una inscripción de una demanda
de resolución previamente a su adquisición.
V.La obligación de resarcimiento
La resolución del contrato “comporta la obligación de la parte incumplidora de resarcir el daño sufrido por la otra. Este daño está representado por la lesión del interés positivo, o sea de la lesión del interés a la ejecución del contrato”(21).
Los proyectos de Armonización en materia de contratos se pronuncian del mismo modo pero en referencia al derecho de desistimiento por
incumplimiento de obligaciones con la denominación “resolución”:
El numeral 2 del artículo 7.3.5 de los Principios de Unidroit indica
lo siguiente:
(19) BIANCA. Ob. cit., pp. 301-302.
(20) ROPPO, Vincenzo. El contrato. Traducción de Eugenia Ariano Deho, Gaceta Jurídica,
Lima, 2009, p. 867.
(21) BIANCA. Ob. cit., p. 296.
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“La resolución no excluye el derecho a reclamar una indemnización de los daños y perjuicios causados por el incumplimiento”.
El numeral 1 del artículo 116 del Proyecto Gandolfi señala que en
caso de incumplimiento y cualquiera que sea la gravedad, el acreedor
tiene derecho a obtener del deudor la indemnización de los daños causados. Y el numeral 1 del artículo 81 de la Convención de Viena regula
a la indemnización de daños y perjuicios que pueda ser debida.
En doctrina se discute si cabe o no ejercer el derecho de resarcimiento a pesar de que se hizo uso de una cláusula resolutoria expresa.
Existen dos posiciones bien definidas.
Una primera posición admite que utilizada la cláusula resolutoria
expresa, igualmente se puede ejercitar posteriormente el derecho a un
resarcimiento del daño. Así lo explica una doctrina italiana:
“En verdad, ni el artículo 1454 [Intimación al cumplimiento o la llamada Resolución por intimación o por autoridad del acreedor] ni
el artículo 1456 [Cláusula resolutoria expresa] hablan del resarcimiento del daño, en tanto que, como se ha visto, habla de él el primer inciso del artículo 1453 [Resolución judicial]; pero tal silencio no obsta, ya que también en las dos hipótesis antes recordadas
se trata de un incumplimiento que desemboca en la resolución por
culpa del incumpliente [sic]; tales hipótesis no son sino variantes
de la principal prevista por el artículo 1453; también respecto de
ellas debe considerarse impuesta la obligación de resarcimiento del
daño”(22).
Una doctrina nacional se adhiere a esta primera posición:
“Coincido con este parecer del maestro italiano [Francesco Messineo], desde que, también en el régimen peruano, debe considerarse que la regla general está contenida en el artículo 1428 del
Código Civil, siendo los artículos 1429 y 1430 del mismo Código,
variantes de casos de resolución, con modalidades propias, pero
(22) MESSINEO, Francesco. Doctrina general del contrato. Traducción de R. O. Fontanarrosa,
S. Sentís Melendo y M. Volterra. Tomo II, Ejea, Buenos Aires, 1986, pp. 352-353.
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que conservan el principio que informa el artículo 1428 en lo relativo a que el incumplimiento imputable al deudor lleva consigo la
obligación de indemnizar los daños y perjuicios causados con ese
incumplimiento.
La acción de daños y perjuicios debe seguir su propia vía judicial, independientemente de los efectos de la resolución de pleno de derecho”(23).
Existe una segunda posición doctrinaria que enfatiza la extinción
del contrato –incluyendo el derecho de resarcimiento– si se declaró querer valerse de la cláusula resolutoria expresa:
“Una cláusula que otorga al acreedor la facultad de resolver el contrato con efecto inmediato incluso cuando el incumplimiento por
ella previsto no sea imputable al deudor coloca el remedio en el siguiente inconveniente. El contratante que sufre el incumplimiento
no obtiene el resarcimiento del daño pero al menos puede liberarse de la relación contractual, volviéndose libre de operar sobre el
mercado, antes que sus intereses económicos estén irremediablemente comprometidos”(24).
Si el acreedor utiliza todo el procedimiento del artículo 1430 del
Código Civil peruano, es lógico que el acreedor se libere del contrato
porque el incumplimiento de la obligación del deudor lesionó su interés
y generó una alteración importante en la economía del contrato. También es lógico que el contrato se considere como extinguido –incluyendo el derecho al resarcimiento– porque el incumplimiento del contrato
frustró las expectativas del acreedor en el sentido que no se pudo lograr que la finalidad del contrato se realice tal como se programó contractualmente. No obstante, el acreedor está legitimado a preservar el
derecho de resarcimiento haciendo reserva en la misma comunicación
que haga uso de la cláusula resolutoria para ejercerlo ulteriormente. Si
el acreedor no hubiera hecho reserva en la misma comunicación, ahí sí
(23)
(24)
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Comentarios a la
Sección Primera del Libro VII del Código Civil. Tomo II, Palestra Editores, Lima,
2001, p. 456.
DELLACASA, Matteo. “La clausola risolutiva espressa”. En: AA.VV. Trattato del
contratto. Bajo la dirección de Vincenzo Roppo, V, Rimedi-2, Giuffré Editore, Milán,
2006, p. 307.
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estaríamos en un caso de extinción del contrato incluyendo la extinción
del derecho al resarcimiento.
VI. Inmutabilidad de la cláusula de solución de
controversias y de otras cláusulas por pacto
expreso
El numeral 3 del artículo 7.3.5 de los Principios de Unidroit propone la siguiente norma: “La resolución no afecta cualquier término del
contrato relativo al arreglo de controversias o cualquier otra cláusula
del contrato destinada a operar aun después de haber sido resuelto”. En
el mismo el numeral 2 del artículo 9: 305 del Proyecto Lando: “La resolución no afecta para nada a las estipulaciones previstas en el contrato para la solución de conflictos, ni a cualesquiera otras cláusulas que
deban surtir efecto incluso tras la resolución”. Igualmente el numeral 1
del artículo 81 de la Convención de Viena indica que la “resolución no
afectará a las estipulaciones del contrato relativas a la solución de controversias ni a ninguna otra estipulación del contrato que regule los derechos y obligaciones de las partes en caso de resolución”.
Estas normas colocan a la cláusula de solución de controversias en
una situación de inmutabilidad o de vigencia obligatoria a pesar que el
contrato se haya extinguido.
Además, las partes mismas podrán otorgar –en el momento de la
celebración del contrato– la calidad de inmutabilidad a otras cláusulas
que ellas seleccionen a pesar de la extinción del contrato.
Conclusión
Es claro que el artículo 1372 del Código Civil peruano tiene una
regulación deficiente porque no solo no considera todos los efectos que
produce la extinción del contrato por resolución o por desistimiento por
incumplimiento de las obligaciones, sino porque no tomó en cuenta la
diferente naturaleza jurídica de ambos modos contractuales extintivos.
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