REAL ACADEMIA DE CULTURA VALENCIANA AULA DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SERIE HISTÓRICA NÚM. 33 TEMAS DEL XXXII CURSO DE HISTORIA Y V CURSO DE CIENCIAS VV.AA UNIVERSIDAD VALENCIANA DE VERANO AYUNTAMIENTO DE GANDIA Concejalía de Educación UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA VALENCIA 2013 Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su incorporación a un sistema informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin la autorización escrita de los titulares del “copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes. © Los autores De esta edición: REAL ACADEMIA DE CULTURA VALENCIANA, 2011 Edita: REAL ACADEMIA DE CULTURA VALENCIANA ISSN: 0214-025X Depósito Legal: V-1917-1990 Imprime: Gràfiques MARAL® - Tel. 96 224 01 45 - 46650 CANALS (Valencia) PORTADA: 2012. Inauguración del Curso en el Palau Ducal. Gandia CONTRAPORTADA: Curso de Historia en Fomento. Gandia 2012 SERIE HISTÓRICA Número 33 AULA DE HUMANIDADES Y CIENCIAS “FELIPE PERLES MARTÍ” Director fundador: Prof. Dr. José Aparicio Pérez Colaboradores: Dr. Javier Cremades de Adaro. Académico de Honor de la R.A.C.V. Patrono de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados D. Manuel Sanz Jofré de Villegas Fomento de Gandía Dña. María Antonia Mantecón Fomento de Gandía Agregados-colaboradores: D. Xaverio Ballester Catedrático de Filología Latina. Universidad de Valencia D. Nemesio Jiménez Jiménez Licenciado en Historia del Arte D. Luis Silgo Gauche Dr. en Historia D. Miguel Herrero Cortell Licenciado en Historia del Arte y en Bellas Artes Dña. Laura Egido Alcaide Licenciado en Historia del Arte SERIE HISTÓRICA DEL AULA DE HUMANIDADES Dirección y coordinación: José Aparicio Pérez La SERIE HISTÓRICA se intercambia con publicaciones de su misma especialidad PEDIDOS E INTERCAMBIOS: AULA DE HUMANIDADES Y CIENCIAS VALENCIANAS APDO. CORREOS (P.O. BOX) 2.260 46080 - VALENCIA REAL ACADEMIA DE CULTURA VALENCIANA AULA DE HUMANIDADES Y CIENCIAS VALENCIANAS Serie Histórica Número 33 Temas del XXXII Curso de Historia y del V Curso de Ciencias VV.AA. UNIVERSIDAD VALENCIANA DE VERANO AYUNTAMIENTO DE GANDIA Concejalía de Educación UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA Valencia 2013 J. V. GOMEZ BAYARRI Académico de Número de la RACV EL REINO DE VALENCIA EN EL COMPROMISO DE CASPE Español Resumen: A la muerte sin descendencia de Martín el Humano, rey de la Corona de Aragón, se plantea la cuestión sucesoria. Después de establecer en la Concordia de Alcañiz las condiciones de la elección, se reunirán en la villa de Caspe nueve representantes; tres designados por Aragón, tres por Cataluña y tres por Valencia para proclamar a quien en justicia correspondiera. El protagonismo del dominico valenciano Vicente Ferrer fue determinante para acabar con el problema planteado. En el castillo de Caspe, hizo una defensa clara de los derechos sucesorios del infante Fernando de Castilla, que por ser nieto del rey don Pedro el Ceremonioso, padre del fallecido Martín I el Humano, era el pariente más próximo de legítimo matrimonio. Fernando de Antequera obtuvo en Caspe, la unanimidad aragonesa, la mayoría valenciana y la minoría catalana. Palabras clave: Reino Valencia. Problema sucesorio Martín el Humano. Compromiso de Caspe. English Abstract: When Martin the Humane, King of Aragon Crown, died leaving no children, the problem of inheritance is set out. After establishing in the agreement of Alcañiz the conditions of the election, nine representatives will meet in the city of Caspe; three representing Aragón, three representing Catalonia and three representing Valencia to proclaim who rightly deserves. The importance of the Valencian Dominican Vicente Ferrer was the deciding factor to settle the problem. In the castle of Caspe, he made a strong defense of the inheritance rights of the Prince Ferdinand of Castille, who being the grandson of the king “Don Pedro El Ceremonioso”, father of the deceased Martin I the Humane, was the closest relative by legitimate marriage. Ferdinand of Antequera had in Caspe, the unanimity of Aragón, the majority of Valencia and the minority of Catalonia. 7 J. V. GÓMEZ BAYARRI Key words: Kingdom of Valencia. Problem of inheritance. Martin the Humane. Commitment of Caspe. Martin I el Humano. Palau de la Generalitat Valenciana 8 I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA SUCESORIO DE MARTÍN I EL HUMANO Una serie de acontecimientos históricos van a determinar el problema sucesorio de rey Martín I el Humano en el casal de la Corona de Aragón al ir extinguiéndose paulatinamente su dinastía y plantearse un vacío de poder legal. El monarca Martín el Humano (1356-1410) era hijo de Pedro el Ceremonioso y de su tercera mujer Leonor de Sicilia. Heredó el trono al fallecer su hermano el rey Juan I sin descendientes varones. Casó en primeras nupcias con María de Luna, que había nacido en Segorbe, con la que tuvo cuatro hijos: Martín el Joven, Jaime, Juan y Margarita; todos murieron antes que el propio monarca. Solamente don Martín, el primogénito, sobrevivió a la infancia. La muerte de su primera esposa, la reina María de Luna, el 28 de diciembre de 1406 en Villarreal cuando se dirigía a la Cartuja de Vall de Cristi aconsejaron al “Consell de prohoms” a solicitar al Monarca, a pesar de su delicada salud, que contrajera un nuevo matrimonio con Margarita de Prades, dama de la corte de la difunta María de Luna, hecho que aconteció el 17 de septiembre de 1409, sin que esta reina le proporcionara hijos. La ceremonia la ofició el dominico valenciano Vicente Ferrer y fue bendecida por el papa aragonés Benedicto XIII. El monarca Martín el Humano faltaría el 31 de mayo de 1410, a la edad de cincuenta y cuatro años, tras quince de reinado. La única esperanza de que perseverase la dinastía se la podía haber proporcionado su hijo Martín el Joven que contrajo matrimonio en 1390 con María de Sicilia. De este enlace nació un hijo llamado Pedro, pero falleció a temprana edad. En 1400 murió su esposa. Martín el Joven tuvo un hijo natural con la noble siciliana Tarsia Rizzari que nació en 1407, y consecuentemente era nieto del Rey. Su nombre era Fadrique o Federico de Luna y fue trasladado a la Corona de Aragón para ser educado, pero no encontró apoyo político ni jurídico suficiente para ser elegido Soberano de la Corona de Aragón, por ser hijo ilegítimo. Se quedó solamente en candidato. El mismo monarca Martín I el Humano había intentado legitimar a su nieto, pero no lo consiguió. 9 J. V. GÓMEZ BAYARRI Tumba de Martín I el Humano en el Monasterio de Poblet Claustro gótico de la Catedral de Segorbe. La reina María de Luna, primera esposa de Martín el Humano había nacido en Segorbe (fotografía año 2012) 10 COMPROMISO DE CASPE Escultura de María de Luna en Segorbe. La inscripción recoge el siguiente texto: “Yo María de Luna, Señora de Segorbe y Reina de Aragón, en este año de 1401 otorgo a mi ciudad y a perpetuidad los derechos del agua del río Palancia en la cantidad que pueda pasar por una barchilla” (2012) 11 J. V. GÓMEZ BAYARRI Restos arquitectónicos de la Cartuja de Vall de Christi en Altura. Capilla de San Martín (2012) Con fecha de 24 de enero de 1410 el monarca Martín I el Humano dirigió una carta “a los nobles, amados y fieles vasallos, los diputados del General del Reino de Valencia” expresando su preocupación por el temor de fallecer sin descendencia, y dispuso que una Junta constituida por representantes de la Corona de Aragón decidiera, en tal supuesto, la sucesión de la Monarquía. Después de bastantes vicisitudes e intentos de convocatoria de los estamentos del Reino de Valencia, la muerte le llegó sin dejar resuelta la cuestión sucesoria, legando la Corona “a quien correspondiese en justicia”. El rey Martín I había pretendido elegir por sí sucesor, pero después de escuchar los dictámenes elaborados por los jurisconsultos nombrados por las Cortes, y estimaran que era un contrafuero y mostraran su oposición, atendió las consideraciones planteadas, desistiendo de su propósito. El óbito hizo que se originase el período denominado “Interregno” que abarca desde el año 1410 al 1412, fecha en que se proclamó la elección del nuevo Monarca en la Corona de Aragón. 12 COMPROMISO DE CASPE Catedral de Huesca, diócesis de donde era obispo el morellano Domingo Ram, representante por Aragón en el Compromiso de Caspe (2007) 13 J. V. GÓMEZ BAYARRI Efigie de Martín I el Humano en los Privilegios de la Cartuja de Vall de Christi, localizada en la población de Altura (Castellón). Primer tercio del siglo XV. Ilustración de la familia valenciana de los Crespí. Biblioteca de Cataluña, manuscrito 947 14 COMPROMISO DE CASPE Ya en el lecho mortuorio una comisión presidida por el “conseller” de Barcelona Ferrer de Gualbes se presentó ante el Monarca y, después de solicitarle que exhortara a la paz entre sus territorios, le formuló la siguiente pregunta: “¿Senyor, plau-vos que la successió dels dits vostres regnes e terres, après obte vostre, pervinga a aquell que, per justícia, deurà prevenir, e que’n sia feta carta pública?”1 A dicha pregunta el Monarca respondió “Hoc”, es decir, sí. La muerte en el verano de 1409 de su hijo Martín el Joven en Sicilia y la del rey Martín el Humano el 31 de mayo de 1410, sin descendencia, plantean el problema de su sucesión en la Corona de Aragón al dejar un vacío del poder legal2. El Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim anota la noticia de la muerte del rey Martín en los siguientes términos. E en l’any de M. CCCC. X., lo darrer dia de mag, a XI hores del dia, mori lo rey don Marti, pare del rey en Marti de Cecilia; e mori en Barcelona, en lo monestir de Valdonzela. E la terra e regnes romangueren sens primogenit e sens hereter, e totes les terres e regnes e gens restaren ab molt gran[s] congoxes e tribulacions e grans bandositats3. El 3 de junio de 1410 el Manual de Consells de la ciudad de Valencia constata una manifestación de duelo por la triste noticia de la muerte del señor rey don Martín. Com los honorables jurats haguessen reebuda letra d’en Johan Trullols, sindich de la Ciutat de Valencia en la Cort Reyal, de nova molt cruel de la mort del molt alt senyor rey en Marti, el qual havia finat sos dies en Barchinona, de la qual mort ells e tota la Ciutat foren provocats a dolor, plors e gemechs, e no sens rao, veents-se privats de tal rey e senyor, morint sens fills e hereter (…)4. El 4 de junio de 1410 el Manual de Consells de la villa de Villarreal registra que se compren vestidos de luto por la muerte del monarca don Martín. Fon acordat per lo dit honrat Consell que, com lo molt alt e molt victorios senyor en Marti rey d’Arago fos passat de aquesta vida present e finis sos dies, que per dol de la mort del dit senyor fossen vestits de draps de manegues, segons es acostumat vestir per les morts dels altres reys e senyors passats (…) 15 J. V. GÓMEZ BAYARRI e que lo dit drap de manegues del que seran vestits los damunt dits fos comprat e pagat de diners de la universitat de la dita Villa5. Códice de vitela conservado en la Catedral de Segorbe. Fechado en 1405. En él se constatan confirmados los privilegios que tenía la Cartuja de Vall de Christi, siendo Martín el Joven rey de Sicilia. El códice presenta una miniatura inicial con la figura del rey Martín. Aparece vestido con una túnica y ataviado con corona, cetro y bola del mundo Códice fechado en 1404. Carece de miniaturas, aunque presenta algunas iniciales decoradas en rojo, azul y violeta. Conservado en la Catedral de Segorbe 16 II EL PERÍODO DE “INTERREGNO” (1410-1412). LA CUESTIÓN DINÁSTICA Con la muerte de Martín el Humano sin designar a su sucesor se inicia el período de “Interregno” y se celebran la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe6. A. LA CONCORDIA DE ALCANIZ Desde el castillo de Peñíscola el papa Benedicto XIII remitió una carta a los parlamentos de los Estados de la Corona de Aragón instándoles a que buscaran una solución al problema suscitado y propuso que en vez de celebrar un Parlamento General se reunieran solamente unos cuantos hombres entendidos en leyes para que decidieran por todos. A la misiva se le adjuntó una bula papal que recogía el nombramiento de un procurador suyo con facultades ejecutivas que era Francisco de Aranda. El 15 de febrero de 1412 los representantes de Aragón y Cataluña firman la Concordia de Alcañiz. En ella se reguló en 28 capítulos el procedimiento a seguir en la elección del nuevo monarca. Los notables allí convocados deliberaron sobre la personalidad y derechos de los candidatos, se establecieron los plazos de elección que no debían pasar de los dos meses a contar del 29 de marzo y la posibilidad de conceder una prorroga. También decidieron que el lugar de reunión del Compromiso debía ser la villa aragonesa de Caspe. El mismo día 15 de febrero llegaban a la villa de Alcañiz los representantes valencianos enviados del parlamento reunido en Vinaròs con las credenciales correspondientes para ratificar los acuerdos que habían tomados. Un día después, los embajadores Pedro Puyol, Juan Gascó y Pedro Catalá se adhirieron a lo establecido, sin que los valencianos hubiesen colaborado en la redacción de las condiciones dispuestas en la Concordia. También sintieron que no estuvieran presentes los embajadores del parlamento de Traiguera que se había desplazado para reunirse en Morella. Los representantes catalanes asumieron la representación de los mallorquines. La Concordia de Alcañiz constituye un jalón e hito singular en el proceso del desarrollo de Caspe. Marcó las pautas de las acciones que consideraban eran necesarias para escuchar los razonamientos de los aspirantes al trono de la Corona de Aragón, se analizaron los argumentos que argüían cada uno de ellos y se siguieron los pasos del desarrollo del proceso7. 17 J. V. GÓMEZ BAYARRI La voluntad de la unidad de la Corona de Aragón se plasmó en dos documentos esenciales que determinaron el proceso de la solución de la cuestión sucesoria: la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe. Ambos documentos plasman las meditadas negociaciones y la voluntad de entendimiento, y se firmaron sin votos particulares. El consenso, la concordia y el compromiso de los intervinientes permitieron alcanzar la mejor solución para el Interregno y definen la voluntad de los compromisarios para cerrar el problema de la sucesión de Martín el Humano8. Folios del facsímil de la Concordia de Alcañiz ADZ (Archivo de la Diputación de Zaragoza). Archivo del Reino de Aragón, ms.669 ff. 316vº 326vº. Este folio es el 316 vº.9 18 COMPROMISO DE CASPE ADZ. Archivo del Reino de Aragón, ms.669 ff. 316vº 326vº. Este folio es el 321 rº. 19 J. V. GÓMEZ BAYARRI ADZ. Archivo del Reino de Aragón, ms.669 ff. 316vº 326vº. Este folio es el 326 vº. Gimeno Blay en El Compromiso de Caspe. Diario de un Proceso comenta los 28 capítulos de la Concordia de Alcañiz. Concretamente en el I se recoge lo siguiente: Los síndicos y procurados de los Parlamentos dan comienzo a la exposición del articulado de la Concordia con la declaración institucional que con esta o con cualesquiera otras actuaciones futuras, no se proponen perjudicar o derogar los fueros, 20 COMPROMISO DE CASPE constituciones, usos, costumbres, observancias, “usatges”, privilegios, libertades y otros derechos competentes al Reino de Aragón y al Principado de Cataluña, a los estados, a los brazos y a las personas que lo integran. Consienten, además, por los acuerdos alcanzados, que ninguna de las partes pueda adquirir derecho alguno en perjuicio para la otra parte; se comprometen, asimismo, a que cada una de las partes se mantenga en sus fueros y costumbres, los mismos de los que disponía con anterioridad a la firma de los acuerdos; la elección de una vía procedimental no supone la renuncia expresa a otra, a la cual podrán volver libremente. Proclaman, finalmente, que el cumplimiento de los capítulos y lo que en ellos se contiene se regirá según lo acordado en la estipulación quinta de la Concordia10. En el capítulo V, entre otras cuestiones, se señala: Los acuerdos alcanzados en la capitulación quinta resultan de sumo interés y relieve. Los procuradores representantes de los Parlamentos del Reino de Aragón y del Principado de Cataluña otorgan, confieren a las Nueve Personas –cuyos números y nombres acordaron los Parlamentos durante los 20 días siguientes (de quibus dicta Parlamenta concordabunt infra XX dies a die firme presentium capitulorum in ante continue computandos) la responsabilidad y potestad para investigar y publicar el nombre del rey, según justicia y sus conciencias al que los súbditos reconocerán como tal y prestarán fidelidad. Se regula también el régimen de votación. Y se determina que el resultado alcanzado, fuese por unanimidad o por mayoría, se presentará y se tendrá por “justo, válido y firme”11. Los acuerdos tomados y reflejados en la Concordia constituyeron la base esencial del proceso de elección. En ella se concreta el procedimiento y poderes otorgados a la comisión de nueve miembros que debían resolver la cuestión jurídica y política de la cuestión sucesoria, bien por unanimidad - in concordia - o en su defecto por mayoría cualificada, en tal supuesto se puntualiza: - in quibus sex (…) sit unus de dictis tribus primis, et alter de dictis tribus secundis, et alter de dictis tribus ultimis -. Lo que suponía que el monarca electo debía tener al menos un voto de cada uno de los tres territorios representados en Caspe. Por su importancia, ya en 1947, mereció un erudito estudio de M. Dualde Serrano, en el que se pasa revista a la historiografía sobre el Compromiso de Caspe, desde el siglo XVI al XX12. 21 J. V. GÓMEZ BAYARRI B. EL COMPROMISO DE CASPE El Interregno de dos años y la celebración del Compromiso de Caspe brindaron al aragonés Papa Luna- Benedicto XIII- la ocasión de volcarse en intentar solucionar las divisiones entre los partidarios de los aspirantes a ocupar el trono y los problemas jurídicos que originaron la cuestión sucesoria, sin que su intervención fuera directa y personal, pero sí pudo ser influyente. A. Selma y C. Laliena han señalado que “es fácil ser cínico retrospectivamente y sugerir que la elección estuvo condicionada desde el principio por el bando finalmente vencedor, que estaba detrás del candidato más fuerte; o por la soterrada apoyatura de Benedicto XIII, que colocó a varios de sus hombres de confianza entre los compromisarios”13. El criterio que se siguió para la elección de los compromisarios fue que cumplieran unos requisitos: expertos en leyes, hombres de sentimiento religioso, y que estuvieran alejados de ambiciones sociales. Estas condiciones jurídicas, morales y sociales indujeron a los designados a pensar en elegir al más idóneo aspirante que preservara la unidad de la Corona de Aragón y que fuera un monarca responsable. Árbol genealógico de los pretendientes a la corona 22 COMPROMISO DE CASPE Árbol genealógico de los aspirantes al trono a la muerte de Martín I el Humano Recogido en unas Actas de 1848 La Corona de Aragón, expresamente, carecía de ley de sucesión. Al Monarca, ya en las últimas horas de su vida, le pareció acertada la sugerencia del “conceller” catalán Ferrer Gualbes, proponiendo que la sucesión de la Corona recayese en el pariente más próximo que corresponda en derecho14. Los siete pretendientes que podrían tener alguna aspiración para optar al trono de la Corona de Aragón, dado el grado de parentesco, pronto se reducirían a cinco: Luis, duque de Calabria; Fadrique o Federico, conde de Luna; Fernando, infante de Castilla; Jaime, conde de Urgell; y Alfonso, duque de Gandía. Ante estas alternativas se dilucida que opción se elige para solucionar el problema: la entronización de Fadrique, nieto bastardo de don Martín, una vez legitimado; o la solución política, que optaba por la elección del candidato de mayor derecho. Las discusiones se centraron en la posibilidad de aceptar o no 23 J. V. GÓMEZ BAYARRI aceptar que la línea femenina de la dinastía podía trasmitir los derechos sucesorios. En el primer supuesto, y teniendo en cuenta el derecho aragonés y de acuerdo con el testamento de Jaime I, Fernando de Antequera y Luis de Anjou eran candidatos legales. En caso negativo, los aspirantes mejor posicionados eran Jaime de Urgell y Alfonso duque de Gandía. Los derechos de Fadrique quedaban descartados por ser hijo ilegítimo. Mientras se planteaba y resolvía el problema sucesorio el temor a una guerra civil estaba justificado. La sociedad de los diversos territorios de la Corona de Aragón estaba dividida en bandos que apoyaban a Fernando de Trastámara o bien al conde de Urgell, llegando a reunirse en parlamentos opuestos. Los aragoneses, partidarios de los Trastámara, se reunieron en Alcañiz, mientras que los urgelistas lo hicieron en Mequinenza; los catalanes se reunieron en Momblach y después en Barcelona, y a fines de 1411 se trasladaron a Tortosa en busca de la cercanía de los parlamentos de Aragón y de Valencia15. La iniciativa del obispo Hugo de Lupia y Bagés en Valencia para reunir a los bandos enemistados resultó infructuosa. Los valencianos no llegaron a un acuerdo en principio, desdoblándose el Parlamento: el “Parlament de dins” se reunió en el Palacio del Real, y representaba la autoridad y la justicia; y el “Parlament de fora”, en Paterna, que tenía la consideración de una junta rebelde, trasladándose posteriormente, el primero, que agrupó a los Vilaragut, a Vinaròs y el segundo, que reunió a los Centelles, a Traiguera y posteriormente a Morella16. Habían renacido los poderosos bandos de los Luna y los Urrea en Aragón; los Centelles y los Vilaragut en Valencia17. Los sicilianos pretendían proclamar Rey al nieto bastardo de Martín el Humano, Fadrique de Luna. Mallorca y Cataluña gozaban de una tranquilidad relativa. En el Reino de Valencia, los Centelles tenían el apoyo de la nobleza y preferían la opción del Trastámara, Fernando de Antequera; los Vilaragut, que se sentían respaldados por la clase popular, mayoritariamente, preferían al conde de Urgell. Ambos bandos representaban el antagonismo, “grosso modo”, del elemento aristocrático y popular respectivamente y pretendían proclamar a su pretendiente a cualquier precio18. Es un tópico historiográfico mantener que en el Reino de Valencia el pueblo llano, capitaneado por el bando de los Vilaragut y por el gobernador Arnaldo de Bellera, era plenamente urgelista. 24 COMPROMISO DE CASPE En el verano de 1411 la guerra entre los dos bandos nobiliarios estaba servida y dificultaba la elección del rey, vía parlamentaria. El papa Benedicto XIII, el dominico valenciano Vicente Ferrer y el primer obispo de la diócesis de Valencia en el siglo XV Hugo de Lupiá y Bagés intervendrán para pacificar a los Centelles y a los Vilaragut y frenar los enfrentamientos, sin conseguirlo. El antagonismo originó un enfrentamiento civil, en el que, aparte de los bandos existentes en la ciudad, intervendrán don Jaime de Urgell y don Fernando de Antequera. Una batalla decidió la contienda a favor del infante de Antequera. Muerto el gobernador Arnaldo de Bellera, nombrado por el rey don Martín, que apoyaba la causa del conde de Urgell, el elemento aristocrático valenciano preparó el terreno para que la fórmula del derecho confirmase en Caspe la victoria obtenida en los campos de Morvedre el 27 de febrero de 1412. En lo dit any MCCCCXII disapte, apres mig jorn, a XXVII de febrer, fonch vençuda la host de Valencia per mossen Bernat de Centelles e cavalls de Castella e de Valencia e gent de Morvedre, hon mori en Guillem de Bellera, visrey de Valencia, e foren morts mes de M homens de Valencia e molts presos qui s’agueren a rescatar, la batalla fonch prop la mar, entre Morvedre e Puçol, al Codolar19. Tras la derrota de Codolar y la muerte de Guillem de Bellera, gobernador de Valencia, el bando de los Vilaragut quedó diezmado, y limitada la capacidad de los seguidores del conde de Urgell en esta confrontación sangrienta. La noticia de la derrota y muerte del Gobernador cubrió de luto y desánimo la ciudad de Valencia por el número de víctimas que perecieron en el combate y por el desenlace que se preveía en la vida política del Reino. Los Centelles entraron en la ciudad y dominaron en poco tiempo diversos pueblos, no sin vencer la resistencias de los partidarios de los Vilaragut que lograron vencer a los Centelles el 24 de abril de 1412, en las cercanías de Castellón, y tomarse cierta revancha. Después de la batalla de Morvedre los Centelles convocaron en la ciudad de Valencia una asamblea que tuvo carácter de Parlamento, al que asistieron vencedores y vencidos, y representantes de las clases privilegiadas y del estado llano. Allí se dispuso que en el Reino de Valencia no hubiera dificultades para la declaración de la proclamación del nuevo rey de la Corona de Aragón. 25 J. V. GÓMEZ BAYARRI Descartada la solución política, se limitaron las alternativas a dos pretendientes: Fernando de Antequera y Jaime de Urgell. Ante el mal cariz que tomaba la situación, tuvo lugar la Concordia de Alcañiz, con el acuerdo de los parlamentos aragonés y catalán, y la adhesión del de Valencia. Posteriormente se adoptó el compromiso de reunirse en la villa de Caspe para elegir el candidato a la Corona. Cada uno de los territorios representados de la Corona de Aragón debía designar a tres compromisarios plenipotenciarios. El Reino de Mallorca, el Rosellón y las posesiones feudatarias de Córcega, Cerdeña y Sicilia, por motivos diferentes, no tuvieron delegación personal en el Compromiso de Caspe. Los designados fueron: por Aragón, el obispo de Huesca, Domingo Ram, natural de Morella; Francisco Aranda, religioso de la Cartuja de Porta-Coeli y natural de Teruel y el jurisconsulto Berenguer de Bardají; por Cataluña, el arzobispo de Tarragona, Pedro de Sagarriga, el jurista Guillem de Vallseca y el consejero de Barcelona, Bernat de Gualbes, y por Valencia, el prior de la Cartuja de Porta-Coeli Bonifacio Ferrer, su hermano el dominico fray Vicente Ferrer y el jurista Giner de Rabasa, que posteriormente sería sustituido por micer Pedro Beltrán, todos naturales de la ciudad de Valencia. Las negociaciones para elegir a los compromisarios de Caspe no fueron fáciles. Algunos pretendientes estimaron que ciertos jueces podían ser parciales. El día 13 de marzo se produjo la votación para designar a los nueve jueces que tenían que proclamar al nuevo Monarca. Fueron aceptados por unanimidad los valencianos Vicente Ferrer y Giner de Rabasa; los catalanes Pedro Sagarriga y Guillem de Villaseca, y el aragonés Pedro de Aranda. Los otros electos fueron por mayoría, a excepción de Bonifacio Ferrer, pero el embajador aragonés hizo una defensa de su persona y terminó siendo aceptado. Se había llegado al acuerdo que los Parlamentos de Aragón, Cataluña y Valencia nombrasen a las nueve personas que tenían que ser nominadas, con la condición de que “todas ellas fuesen elegidas por todos los Parlamentos; y cada una por todos”. A los compromisarios les fueron trasferidos plenos poderes y facultades para obrar en consecuencia. Los Parlamentos de los tres territorios representados continuaban reuniéndose mientras los compromisarios electos celebraban sesiones en la villa de Caspe 26 COMPROMISO DE CASPE Los nueve miembros electores del Compromiso de Caspe. De izquierda a derecha: 1. Bonifacio Ferrer, 2. Vicente Ferrer, 3. Francisco de Aranda, 4. Pedro Beltrán, 5. Berenguer de Bardají, 6. Pedro Sagarriga, 7. Bernat de Gualbes, 8. Domingo Ram, 9. Guillem de Vallseca En la Concordia de Alcañiz se puso la condición que para que la sentencia tuviera validez era necesario reunir un mínimo de seis votos a favor y que procediera al menos uno de cada uno de los tres territorios representados. El Dietari documenta la permanencia durante 60 días en la villa aragonesa de Caspe de los nueve compromisarios y el día de la elección del nuevo Monarca. En lo dit de M. CCCC. XII., foren aquestes dits VIIII diputats e[n] la villa de Casp, e estagueren LX diez en la eleccio; e digous, a XXVIIII de juny, dia de sent Pere e de sent Pau, fonch declarat l’infant don Ferrando per rey e per senyor, lo qual hera (sic) germa del rey de Castella, mort, e honcle del rey regnant de Castella20. 27 J. V. GÓMEZ BAYARRI Retablo cerámico que representa la figura de Vicente Ferrer intentado pacificar los enfrentamientos entre los bandos de los Vilaragut y los Centelles. Obra de Jaime de Scals (2012) 28 COMPROMISO DE CASPE Durante dos meses se celebraron reuniones para buscar solución al problema sucesorio. Las sesiones eran prácticamente diarias, comenzaban al amanecer con asistencia a misa e invocando la intercesión del Espíritu Santo. Se escuchaban los argumentos expuestos por los representantes de cada candidato21, se debatían o deliberaban ideas, los compromisarios preguntaban a los embajadores las dudas suscitadas sobre la justificación exhibida para defender a su aspirante. Las sesiones eran secretas. Posteriormente se pasó a una segunda fase, cuyo objetivo era conocer la opinión y argumentos de cada uno de los propios compromisarios propuestos para elegir Monarca. El 24 de junio de 1412, reunidos en sesión secreta en Caspe, tomó la palabra, en primer lugar, el dominico valenciano Vicente Ferrer. Su protagonismo fue determinante para acabar con el problema planteado. Su sensatez de juicio y su persona suscitaban un gran respeto. En el castillo de Caspe hizo una defensa clara de los derechos sucesorios del infante Fernando de Castilla, que por ser nieto del rey don Pedro el Ceremonioso, padre del fallecido Martín I el Humano, era el pariente más próximo de matrimonio legítimo. Y declaró que en justicia y en conciencia, los parlamentos, súbditos y vasallos de la Corona de Aragón debían prestarle fidelidad. Su razonamiento a favor del candidato castellano de la dinastía Trastámara fue compartido por los tres representantes aragoneses, por su hermano, Bonifacio Ferrer y por el catalán Bernat de Gualbes, que durante el interregno había pertenecido al brazo real del parlamento, como síndico de la ciudad de Barcelona. Es decir, seis votos a favor de Fernando de Antequera, pues los otros dos representantes catalanes no se inclinaron por esta opción, y el representante valenciano Pedro de Bertrán, que hubo de sustituir a Giner Rabasa, alegó que carecía de suficiente información para emitir juicio. Como afirmó Joan Reglá, Fernando de Antequera obtuvo en Caspe, la unanimidad aragonesa, la mayoría valenciana y la minoría catalana. Al apoyar la causa del Trastámara, la burguesía catalana hizo triunfar con la nueva dinastía la formula pactista como derecho constitucional de la Corona de Aragón, independientemente de los intereses económicos que vinculaba a los burgueses catalanes con Fernando de Antequera por el negocio de las lanas castellanas de la Mesta. Al conde de Urgell le faltaron condiciones políticas y fue perdiendo el apoyo que, en un principio, le habían ofrecido un gran sector de la sociedad civil de los Estados de la Corona de Aragón22. Con esta decisión se da fin al interregno y se zanjaron las inquie- 29 J. V. GÓMEZ BAYARRI tudes que suscitaba legal y políticamente el problema de la designación del rey de la Corona de Aragón. La causa defendida por Vicente Ferrer había triunfado. El 25 de junio del año 1412 se expuso el acta ante los seis notarios del conclave. En el códice del Compromiso de Caspe se declaraba, según la traducción de la Sentencia: (…) Vistos por tanto, el modo y forma de nuestra elección y los poderes que se nos han otorgado, y los antedichos votos y juramento, y llevadas a cabo la investigación, instrucción, información, conocimiento y reconocimiento a que estamos obligados, y dados y comunicados nuestros criterios por justicia según Dios y nuestras conciencias, y todo lo dicho examinado y considerado, teniendo sólo a Dios ante los ojos, y a tenor de los poderes, voto y juramento predichos, decimos y publicamos: (…) Que los mencionados parlamentos y súbditos y vasallos de la Corona de Aragón deben y están obligados a prestar tributo de fidelidad al ilustrísimo y excelentísimo y poderosísimo príncipe y señor don Fernando, infante de Castilla. Y que deben y vienen obligados a reconocer al propio don Fernando como a su verdadero rey y señor”23. Acta notarial de la elección de Fernando de Antequera como rey de la Corona de Aragón el 25 de junio de 1412. En la parte inferior del documento se reflejan las firmas de los infraescritos seis notarios 30 COMPROMISO DE CASPE Cartuja de Vall de Christi (XIV-XV) Altura (Castellón) Ruinas. A la izquierda, la iglesia; a la derecha, capilla de San Martín. El compromisario por Valencia fray Bonifacio Ferrer se retiró a esta cartuja en los últimos años de su vida. La idea de la fundación fue del infante don Martín, futuro Martín I el Humano, señor de Segorbe Cartuja de Porta-Coeli en la actualidad. Fundada en el año 1272 por el dominico fray Andrés Albalat, confesor de Jaime I y obispo de Valencia. Fue la primera cartuja construida en el Reino de Valencia. En ella ingresó Bonifacio Ferrer el 21 de marzo de 1392. El año 1401 fue nombrado Superior General de la Orden 31 J. V. GÓMEZ BAYARRI El texto del códice del Compromiso de Caspe recoge la visita de los embajadores de Aragón, Valencia y Cataluña a los nueve compromisarios de Caspe y les agradecen la labor realizada y hacen votos para que Dios les conceda una condigna recompensa. (…) Estando todavía reunidos los compromisarios en el Aula Magna hicieron acto de presencia ante ellos en primer lugar los embajadores de los reinos de Aragón y de Valencia, y a continuación los del Parlamento del Principado de Cataluña, todos los cuales, manifestando su satisfacción por el trascendental hecho de la proclamación, expresaron a los nueve su profundo agradecimiento por los trabajos llevados a cabo y por las grandes fatigas soportadas. Y, en nombre propio y de todos los Parlamentos, ofreciéronles grandes obsequios; haciendo votos para que al Dador de todas las gracias les concediera en el presente y en el futuro una congrua y condigna recompensa24. También los diputados se congratularon del trabajo realizado y les obsequiaron con toda clase de presentes.25. El dominico valenciano fray Vicente Ferrer fue designado para dar a conocer públicamente el fallo de la sentencia. El día 28 de junio se dirigieron los compromisarios desde el castillo de la población a la plaza de la villa. El obispo de Huesca, el morellano Domingo Ram, celebró la misa y Vicente Ferrer predicó el sermón. Finalmente se leyó la sentencia y se entonó el “Te Deum”. Después ante la puerta de la iglesia de Santa María, izada la bandera real y “coram populo”, el Santo valenciano proclamaba solemnemente el veredicto. Sentencia que causó alegría entre la mayoría, no en todos, pues ciertos sectores acérrimos al conde de Urgell no la aceptaron de buena gana. El dominico valenciano defendió su apuesta política y refutó los argumentos de los que discrepaban de ella, y en uno de sus sermones expresó: “En aquell punt que yo pronuncii la sentencia de Casp totes les bandositats cessaren”. Un clamor de campanas sonaron en todas las iglesias de Caspe, unido a toque de tambores, trompetas y disparos de bombardas que crearon una atmósfera de fiesta y regocijo. Los reinos y ciudades celebraron con públicos regocijos tan aceptada sentencia. En particular Valencia, donde, como indica J. Teixi- 32 COMPROMISO DE CASPE dor, hubo tan grande alboroto y fiestas que fue preciso mandar a los oficiales y labradores que volviesen al trabajo y cultivo de las tierras para que no se perdiesen26. El carisma personal de Vicente Ferrer y su fácil verbo, expresado en valenciano y en latín, hizo que triunfara su propuesta, erigiéndose en valedor de la concordia y la paz. Entrada triunfal del pare Vicent Ferrer en Valencia el año 1412. Retablo cerámico en el exterior de la iglesia de San Salvador y Santa Mónica. Plaza Santa Mónica. Pocas decisiones han sido tan determinantes para el devenir de la historia de la Corona de Aragón. El interregno de dos años originado con la muerte de Martín el Humano había concluido27. El Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim registra la elección del rey don Fernando en los siguientes términos. En lo dit any de M. CCCC. XII., lo regne de Arago e de Valencia e principat de Catalunya, vehent tants mals e dans, e terres e regnes sens rey e senyor ni primogenit, de que totes les terres concordant, foren helets VIIII homens molt notables e bons, diputats, ab poder bastant de helegir rey d’Arago e dar lo [regne] a qui pertenya per verissima justicia28. 33 J. V. GÓMEZ BAYARRI El 28 de junio de 1412, Vicente Ferrer proclama en la puerta de Santa María, “coram populo”, solemnemente la sentencia del Compromiso de Caspe, acabando con el problema sucesorio suscitado a la muerte de Martín I el Humano en 1410. Compromiso de Caspe. Oleo pintado en 1867 por Dióscoro Teófilo Puebla Tolín, conservado en la Cámara del Congreso de Diputados de España 34 III ¿SENTENCIA AJUSTADA A DERECHO O PREVALECIERON OTROS INTERESES Y CIRCUNSTANCIAS? Por el carácter patrimonial de la Monarquía la única ley sucesoria son los testamentos reales. En su defecto, a la muerte de Martín el Humano hubo que reunir el Compromiso de Caspe. Dos argumentos se arguyen esencialmente para defender la tesis de la elección del aspirante Fernando de Antequera de la dinastía bastarda de los Trastámara: la legitimidad sucesoria del Príncipe fundamentada en la solución jurídica aragonesa29y la reconocida valía y experiencia política del candidato. Nos preguntamos ¿fue una sentencia ajustada a derecho o primaron intereses políticos y económicos? Cabe recordar que dos compromisarios catalanes que no dieron su voto a don Fernando de Antequera, Pedro de Sagarriga que era arzobispo de Tarragona y el jurista Guillem de Vallseca coincidieron en diferenciar entre justicia y utilidad, y aunque llegaron a considerar que el candidato más idóneo para la acción de gobierno posiblemente fuera el candidato castellano de la dinastía de los Trastámara no le dieron su apoyo. Pedro de Sagarriga reflexionó sobre el sentido de su voto, y decidió que no podía otorgárselo a don Fernando ya que el sistema jurídico catalán excluía la sucesión por línea materna; consecuentemente la cuestión sucesoria para él se planteaba en elegir entre el duque de Gandía o el conde de Urgell. Planteamiento al que se adhirió el jurista Guillem de Vallseca, añadiendo que según su entender debía primar el derecho del conde de Urgell sobre el del duque de Gandía. Algunos historiadores argumentan que se votó más desde una óptica política que quizás jurídica. En este plano, la fuerza la tenía el de Antequera. Además, en estos años, Cataluña se veía afectada por una profunda crisis y dividida por enfrentamientos, mostrándose débil e irresoluta ante una decisión tan determinante. Estando reunido el parlamento en Alcañiz el jurista aragonés Berenguer de Bardají aseveró que si no se ponían de acuerdo para elegir la persona con más derecho, los aragoneses usarían “de su preeminencia y libertad, como aquellos que eran cabeza” y elegirán rey. Esta declaración fue hecha el 4 de enero de 141230. 35 J. V. GÓMEZ BAYARRI La complejidad de derechos dinásticos de los candidatos y la inclinación porque prevaleciera la cuestión jurídica aragonesa o la catalana imposibilitaron llegar a un acuerdo y que se diera un veredicto unánime31. 36 IV LECTURAS E INTERPRETACIONES DE LA SENTENCIA DEL COMPROMISO DE CASPE La cuestión del Compromiso de Caspe ha apasionado, especialmente, a los historiadores de la Corona de Aragón. La mayoría han insistido en el análisis jurídico e incidido en los conceptos de justicia y legitimidad para defender la causa de su candidato y minusvalorar los derechos de los otros pretendientes. La interpretación de la sentencia del Compromiso de Caspe ha dividido a la historiografía32. Unos historiadores han alabado y mantenido que fue una sentencia ajustada a derecho y la más apropiada para la Corona de Aragón; otros consideran que fue un veredicto injusto y han criticado el fallo, llegando a sospechar sobre la elección partidista de los compromisarios. Ya el cronista J. Zurita consideró que fue un gran acierto y el padre Mariana la calificó de “semejante a milagro”. El vizconde de Rocaberti afirmó que “aquest fet molt loable et digne de grand memòria no sens ahó resplandirà et illuminarà per tot lo món universal”. Torras y Bages no dudó en vindicar la posición del dominico valenciano Vicente Ferrer, indicando el criterio jurídico adoptado por los compromisarios. Otros historiadores como los catalanes Antonio Bofarull en su Historia Crítica y Víctor Balaguer en su Historia de Cataluña llegan a tildar el fallo de “criminal injusticia”. Y aún más, el decimonónico historiador catalán Antonio Bofarull acusó al santo valenciano Vicente Ferrer de “ser el más culpable de los sucesos que lamentamos como instrumento que fue de Benedicto XIII”33. Numerosos estudiosos más actuales han valorado en otros términos el veredicto del Compromiso de Caspe. El historiador M. Dualde que analizó La Concordia de Alcañiz y El Compromiso de Caspe. Continuidad y legitimidad en la crisis de una Monarquía considera que la sentencia constituyó una clara muestra de la madurez política de la Corona de Aragón, y junto con J. Camarena en la obra El Compromiso de Caspe analiza su bibliografía y documentación y las opiniones favorables o no a la solución del Compromiso, atribuyendo un peso decisivo en el desenlace a la figura de Vicente Ferrer. E. Taulet Rodríguez-Lueso, en “EL laudo del Compromiso de Caspe” indica que nada que pudiera perturbar en el futuro la pacífica y jurídica designación del Monarca escapó a la clarividencia de los redactores de la Concordia de Alcañiz de 1412. Por su parte, P. Vilar ve en 37 J. V. GÓMEZ BAYARRI el fallo de Caspe la réplica aragonesa al anterior triunfo del Ceremonioso sobre la Unión; J. Vicens Vives, el desplazamiento de la oligarquía feudal catalana, representada por Jaime de Urgell, por la burguesía barcelonesa en la dirección de la vida política de Cataluña y afirmó que Fernando no fue elegido por poseer más derechos jurídicos que otros pretendientes, sino porque se le presentó como el candidato más útil y el único que tenía fuerza, habilidad y aceptación suficientes para resolver las tensiones sociales y espirituales que se desencadenaron tras la muerte de Martín I, y A. Ubieto Arteta subraya que la solución jurídica se impuso en Caspe, ya que lo tratado era exactamente elegir un “rey de Aragón”, no de la “Corona de Aragón” y señala que en Aragón podían heredar las mujeres. Personalmente, considero que el veredicto de la sentencia de Caspe dio una solución pacífica a un intricado problema jurídico sucesorio, y supuso un impulso a una inercia que favorecerá la preponderancia del Reino de Valencia en el seno de la Corona de Aragón a lo largo del siglo XV34. Posicionamientos como los expresados han dado origen a la clasificación de los historiadores entre castellanistas y catalanistas. Subraya J. L. Martín que los catalanistas nostálgicos hacen responsables del declive nacional catalán a los compromisarios y a cuanto rodeó las decisiones de Caspe. Los castellanistas ven en la sentencia de Caspe el inicio de la integración de Cataluña en España y consideran legitimada la actuación de los que posibilitaron el nombramiento de Fernando de Antequera. Desde una óptica bien distinta, F. Soldevila señaló que “lo que para R. Menéndez Pidal constituía un argumento favorable a la sucesión de Caspe y a sus consecuencias, constituía para mí- Soldevila- un argumento sustancialmente adverso”35. Ambos historiadores olvidan que lo que decidió el veredicto dado en Caspe fue la elección de un rey para Aragón, Valencia y Cataluña y recayó en un castellano de la dinastía de los Trastámara que tenía derechos sucesorios, pero en ningún momento se planteó la posibilidad en 1412 de unir las coronas de Castilla y Aragón. J. Hinojosa asevera al respecto que en la historiografía valenciana, que no destaca por su nacionalismo, lo que ha predominado siempre ha sido una apología del Compromiso de Caspe y de la figura de ese gran valenciano que fue San Vicente Ferrer, cuya vida y obra estaban siempre por encima de cualquier crítica o intento de comprensión desapasionado36. J. L. Corral apuntó que en el Compromiso de Caspe reinó la sensatez. Fue elegido el candidato más poderoso y el que más recursos 38 COMPROMISO DE CASPE invirtió. Los compromisarios debieron de estar presionados para que se inclinaran por el castellano, pero una vez tomada la decisión, todos los parlamentos obedecieron al monarca Fernando de Antequera y pocos pusieron en duda su legitimidad como nuevo rey de la Corona de Aragón37. Atribuir a la sentencia de Caspe y a la dinastía castellana instaurada en la Corona de Aragón la guerra civil catalana es ignorar los enfrentamientos entre los catalanes, entre la Busca y la Viga, entre los payeses y los señores, entre los prohombres catalanes y el Monarca, oposición que se remonta, al menos, a mediados del siglo XIII38. No se debe interpretar Caspe desde una óptica política del siglo XXI. 39 V MANIFESTACIONES DE JÚBILO EN EL REINO DE VALENCIA AL TENER NOTICIA DE LA PROCLAMACIÓN Y POSTERIOR VISITA DEL MONARCA FERNANDO I AL REINO DE VALENCIA La elección de Fernando I como rey de la Corona de Aragón suscitó manifestaciones de júbilo y algunas peticiones por parte de los jurats y súbditos. Las Actas del Manual de Consells dels jurats de la ciudad de Valencia y de la villa real de Alzira testimonian actos de júbilo por la elección y proclamación del nuevo Monarca, prestándole juramento de fidelidad y prometiéndole serle fieles. Notificada la sentencia de la proclamación de don Fernando I de Antequera, el Consell General de la ciudad de Valencia, según recoge el Manual de Consells del Archivo Municipal de Valencia, acordó patrocinar grandes fiestas e hizo una “crida reyal” en la que se anunció a los valencianos “la loable e tan desijada declaracio feta del alt senyor En Ferrando, rey e senyor nostre, de que es stada feta festa de professo e grans balls, goigs e alegries en la dita ciutat e terra e senyoria de dit senyor Rey”. Y se formó una comitiva en la que figuraba el Justicia, jurados, nobles y prohombres que acompañaron a la Señera, la cual fue sacada de la casa de la ciudad y la comitiva iba precedida “de molts juglars qui ab anaffils, tabals, caramelles, comamuses e altres struments de boqua e de corda anaven ballant pels carrers”39. Posteriormente se publicó la sentencia con todos los honores en la Catedral de Valencia. La ciudad de Valencia invitó a Vicente Ferrer a que viniera a predicar a la población para sofocar los ánimos de los descontentos y avalar la elección del nuevo Monarca. En Alzira, “els jurats” de la villa solicitaron al Consell de la ciu- 40 COMPROMISO DE CASPE dad de Valencia los certificados de la declaración de nuestro príncipe Rey y Señor. “Els jurats” de la ciudad de Valencia remitieron a los de la villa de Alzira un escrito fechado en Valencia el día 1 de julio de 1412 y una copia del acta de la declaración o sentencia dada por los compromisarios de Caspe. Als molt honorables e savis senyors los justicia, jurats e prohomens de la villa de Algezira. (…) Pues señores, para vuestro consuelo con cordial alegría os hacemos saber que en el día de ayer, antes del alba, tuvimos noticias ciertas de las nueve personas que son en Caspe, de la declaración que han hecho del vuestro príncipe, Rey y señor, esto es, el muy alto y muy excelente príncipe y poderoso señor, el señor don Ferrando, por la gracia de Dios rey de Aragón, etc.40 También les trasladan la información que el Parlamento General de este Reino se reunió en la Seo, donde había sido convocado. Allí el señor obispo, asistiéndoles los presidentes de dicho general parlamento, en presencia y audiencia de aquel y de gran muchedumbre, leyó y publicó en el púlpito la dicha declaración. Se entonó el cántico angelical con gran volteo de campanas “Te Deum laudamus” y después alzada la bandera Real con gran estallido de trompas y sonidos de toda clase de instrumentos, y fue llevada por toda la Ciudad, con grandes bailes y danzas, con presencia de barones, nobles, caballeros, gentiles hombres, ciudadanos y las mujeres de aquellos, y todos los oficios de la dicha Ciudad, manifestando grandes y corporales y cordiales alegrías41. Y para que estuvieran más tranquilos los jurados de la villa de Alzira les remitieron copia de la declaración de sucesión hecha en Caspe por las nueve personas allí reunidas y les dicen que si alguna cosa más pueden hacer por ellos que les sea grato, que les escriban confiadamente. Unos días después, en un acta del honorable Consell de la villa de Alzira se recoge el acuerdo de que se celebre, de manera festiva, el nombramiento de rey don Fernando y ordenó que se haga procesión y fiesta. En apres lo dit honorable consell (…) ordena que solempne 41 J. V. GÓMEZ BAYARRI processo e festa sia feta de la dita declaracio de nostre Rey e senyor, faent a Nostre Senyor Deu humils e devotes oracions e gracies quens ha dat rey e senyor dotat de moltes virtuts, e qui aura justicia, e posara los pobles en bon e pacifich regimen, pau e tranquilitat, la gracia de nostre senyor Deu mijançant. E que de continent, partint del dit consell tots justats anassen a la ecclesia, e lo justicia prengues e portas la bandera reyal a la ecclesia maior de la dita vila ab sons de trompes e prompetes, on fos cantat Te Deum laudamus, en señal de gran goig e alegría, e de aqui percesta (organizada) devota proceso dels clergues e frares de la dita vila, a la ecclesia de nostra dona Sancta Maria, e feta festa de quatre dies, en los quals continuament homens e dones ballen per la vila, e cascum dia sien acanyiçats (acañavereados) bous, e les homens a cavall bornen ( hagan torneos) e juguen a les canyes42. Un acta de días después constata que la procesión y fiesta ha sido celebrada por todos los habitantes de la villa y de los lugares de su general contribución con gran gozo y alegría en forma antes declarada. El Consell de la villa de Alzira muestra el reconocimiento del nuevo monarca en los siguientes términos. Item lo dit honorable consell ab humil e subiecta reverencia acepta lo dit molt alt e excellent senyor don Ferrando, infant de Castella, en rey Darago, e volgue la dita acceptacio esser ordenada a tota submissio de la vila segons que de humils e feels vassalls envers son natural rey, princep e senyor se pertany43. Asimismo, los miembros del Consell municipal proclamaron el juramento de fidelidad ofreciéndose ellos y la villa a dicho Príncipe, prometiéndole serle piadosos vasallos y súbditos, como deben ser los vasallos buenos y fieles. No pareciéndoles suficiente la declaración de juramento proclamado para con su realeza que consideran que es menester patentizarla ante la real persona con solemnidad y prosapia como corresponde a un villa que se tenía “per la perla pus fina de la sua corona”. Las Actas dels Consells de la villa de Alzira registran que Lo dit honorable consell concordant ordena que solempne missatgeria (embajada) sia feta a nostre senyor lo rey, per fer a 42 COMPROMISO DE CASPE aquell aquella humil e subiecta reverencia que de feels e humils vassalls a son natural Rey, princep e senyor se pertany, offerinli aquesta vila44. Y le expliquen al Monarca que esta villa se mostró leal e interesada en guardarla a nuestro Rey y señor, por lo que ha sostenido grandes dispendios e infinitos trabajos, habiendo sido amenazada, y los vecinos damnificados en sus personas y bienes. A continuación solicitaron al Monarca protección y que le preserve de daños y peligros. En correspondencia a estas atenciones, ofrendas y suplicaciones de la villa, el Consell recibió una carta Real, dada en el monasterio de Santa María de la Huerta a 20 de julio del año 1412, dirigida Als feels nostres lo justicia, jurats e prohomens de la vila de Algezira. En la que les dice que sabida la publicación de nuestra sucesión habéis hecho lo que vuestra fidelidad y naturaleza os pertenecía. Y que escribiré al lugarteniente de gobernador para que provea la forma de custodiar la villa. La firma el rey Fernando. La villa de Morvedre se apresuró a enviarle representantes a la ciudad de Cuenca, donde se encontraba el monarca Fernando I, para implorarle una reposición al desacato, que ellos consideraban, que les infirió el rey don Pedro el Ceremonioso a sus preciados privilegios y libertades de la villa, y solicitaban la anulación del privilegio otorgado a la ciudad de Valencia en 1364 que suponía la pérdida de la autonomía municipal de Morvedre. Justifican la solicitud de la abolición del mencionado privilegio y la recuperación de su autonomía por el incondicional apoyo que habían prestado a su causa en el Compromiso de Caspe. Reconocimiento concedido a la villa de Morvedre el 5 de julio de 1412. El Consell Municipal de Valencia protestó al Monarca por tal decisión y le dijeron que no podía revocarlo sin faltar a las prerrogativas y mercedes que sus progenitores habían concedido a la ciudad de Valencia45. El rey Fernando I de la Corona de Aragón celebró cortes aragonesas en 1412, catalanas en 1413 y después de recibir embajadas para que las celebrara en Valencia accedió a convocarlas, desde Barcelona, el 19 de abril de 1413. Los jurados de la ciudad de Valencia y los estamentos eclesiástico, militar y las ciudades y villas reales reprobaron esta convocatoria arguyendo que las convocaba desde fuera del Reino y que no era habitual la jura del primogénito por mandato, 43 J. V. GÓMEZ BAYARRI sino por mera voluntad, hechos que constituían un contrafuero. Esto originó protestas ante el Lugarteniente del Gobernador General y aplazamientos de la celebración. En lo present Consell fon deduit per los honorables Jurats dessus dits (…) explicant que com lo molt alt senyor Rey se speras fort proximament venir en aquesta Ciutat e Regne, specialment per rebre sagradament de lealtat e fer jurament de furs e privilegis e celebrar Corts als regnicoles e com entre los tres estaments, ço es, ecclesiastich, militar e de Ciutats e Viles reyals hagues alguns debats, questions, plets e controverses entrecambiadament, los quals porien dar turbacio, dilacio o dificultar al benefici del dit Regne (…) Mes avant lo dit Consell ratifica e conferma totes les contradiccions e protestacions fetes per los dits honrats jurats e sindichs contra la letra de convocatoria de corts fetes per lo senyor Rey, estant absent del Regne46. En noviembre de 1413, desde Lérida, el rey Fernando I envió carta a los “jurats” valencianos instándoles a designar una representación que asista a los solemnes actos de su coronación en la ciudad de Zaragoza que se celebrará en enero de 1414. Com donchs nos en nom de Nostre Senyor Deu e de la sua gloriosa mare hajam deliberat axi com ha ordenat sanctament la antiga saviesa coronar-nos e pendre gloriosament les sanctes uncio e insignes de nostra beneventurada coronacio en la Ciutat de Saragoça, axi com se deu fer e han acostumat postres predecessors de gloriosa memoria lo primer digmenge que comptara lo VII jorn del mes de janer seguent apres festa de Epifania47. El 13 de diciembre de 1414 el Llibre de Consells de Castellón constata las fiestas que celebra la villa de Castellón con motivo de la visita y entrada del rey Fernando I a dicha población. Primerament ordenaren que sie feta gran e solemne festa la ora que.l dit senyor entrara en la dita Vila e l’endema apres, e aquestes festes sien solempnialment tengudes e totes ab tota vagacio de cort48. El 23 de diciembre de 1414 el monarca Fernando I de la Corona de Aragón visita Valencia con el propósito de jurar, preceptivamente, 44 COMPROMISO DE CASPE “els furs” y los privilegios del Reino. El Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim registra la fecha de entrada del nuevo monarca, acompañado de la reina, hijos e hijas, en la noble ciudad de Valencia y relata el recibimiento que se le dispensó. En l’any de M. CCCC. XIIII., a XXIII de deembre, entra lo senyor rey don Ferrando e senyora reyna, fills e filles, en la noble ciutat de Valencia, hon li fon feta molt insigne e instimable honor de molts entramesses, e molts bels e soptils, e tots los hofficis de la ciutat, cascu fent ses maneres de festes en la manera que pus belament e honorosa podien; e aço durant continuament huit dies, e d’aqui avant durant e continuant moltes maneres de festes e solaços, en honor del senyor rey e de sa noble companyia. ¡Oh, Valencia prospera en trihumfe de instimable honor, esser ennoblida del sant pare, papa Benet, e de cardenals, bisbes e prelats, de tal e insigne rey, reyna, princeps, duchs, comptes e barons, e de tanta manera de cavaleria, e de tantes maneres de gens! Be pots dir per cert que est alt en lo sobiran grau de la prospera honor de la roda mundana, segons has fet en tos entramesses, en la festa de la entrada del senyo[r] rey49. Fernando de Antequera. Detalle de un retablo. Museo del Prado 45 J. V. GÓMEZ BAYARRI El 1 de enero de 1415 se realizan pregones públicos para que al día siguiente acudiesen a la Catedral todos los que tenían derechos a concurrir en Cortes. El 9 de enero de 1415 se presentó el Rey en las Cortes pronunciando un discurso en el que exponía el motivo primordial de la convocatoria que era jurar los fueros como lo habían hecho sus antecesores y era preceptivo para ser reconocido como Soberano de los valencianos50. 46 VI REACCIÓN DEL CONDE DE URGELL Y DE SUS PARTIDARIOS El cronista aragonés Jerónimo Zurita sintetizó el sentir de la sentencia dada por los compromisarios de la Corona de Aragón reunidos en Caspe en el siguiente aserto: “Fue muy celebrada generalmente en Aragón la fiesta desta declaración, y en Valencia no tanto y mucho menos en Cataluña”51 La elección de Fernando de Antequera fue mayoritariamente aceptada y produjo una sensación de alivio político en el seno de la Corona de Aragón. Apuntan A. Selma y C. Laliena que salvo algunos nostálgicos del pasado, nadie en Aragón, Cataluña y Valencia se sintió frustrado con el resultado. Los escasos apoyos del conde de Urgell en su rebelión apuntan a que la sentencia de Caspe gozó de una aprobación general en virtud de la legitimidad derivada de los procedimientos legales y representativos adoptados52. Según E. Sarasa el Reino de Aragón, en conjunto, se congratuló y aplaudió la designación del infante Fernando de Antequera, aunque suscitó también evidentes recelos “por lo que podía ser la nueva política del recién elegido soberano que al fin y al cabo era extranjero en el país y en la Corona”. Dictada la sentencia la oposición urgelista “quedó contrarrestada por el acatamiento general de la nobleza aragonesa, salvo el conocido caso de Antón de Luna”53. El dominio político y militar de las oligarquías antiurgelistas llegó a extenderse por todo el Reino de Valencia, y durante algún tiempo fue mayoritario en la ciudad. Cuando comenzó el reinado de Fernando, los valencianos, conscientes de que su papel había sido crucial en la entronización, tenían más motivos que otras elites territoriales para esperar del Monarca un trato particularmente favorable. Y deseaban, al menos, que se materializara una de sus viejas aspiraciones políticas: conseguir mayor presencia en las instituciones centrales de gobierno de la Monarquía54. Aspiración que no se cumplió como se deduce de las reiteradas peticiones al Rey por parte de los “jurats” de la ciudad de Valencia55. Proclamado el veredicto, la reacción por parte de don Jaime, con- 47 J. V. GÓMEZ BAYARRI de de Urgell, fue de indecisión. No aceptó, que la solución contrariase lo que él consideraba sus legítimos derechos. El parlamento catalán le envió embajadas que le recomendaron que pensara bien la decisión que iba a tomar y le aseguraron que el Parlamento había aconsejado a Fernando I que tuviera toda clase de consideraciones para con su linaje y su persona. Fernando como rey de Aragón convocó en Zaragoza a los señores aragoneses para que lo reconozcan como rey y le juran fidelidad. Jaime de Urgell, que poseía feudos y posesiones en Aragón, fue convocado y no se presentó. Más tarde, fue invitado a las Cortes a celebrar en Barcelona y tampoco asistió. Había tomado la decisión de no reconocer al Rey. A finales de 1412 ciertas escaramuzas presagiaban que una guerra estaba declarada. Jaime intenta apoderarse de Lérida, pero no lo consigue, y entonces se encierra en Balaguer,56 esperando que los gastos y molestias que suponía una guerra provocaran el levantamiento de los ciudadanos en armas contra el Monarca. Después de negociaciones y ante la situación desesperada y sin apoyos suficientes se entrega a ruegos de la princesa Isabel57 y del duque de Gandía, prometiéndole el Rey respetarle la vida y no sacarle fuera de sus Estados. La condesa Margarita, todavía, no había perdido la esperanza de ver proclamado rey a su hijo Jaime de Urgell. Pretendía, vanamente, entablar contactos con Francia, Inglaterra, Portugal y Castilla para lograr su propósito. Su rebeldía provocó que se le incoara un proceso y la sentencia fue de condena, siendo conducido al castillo de Lérida acompañado del duque de Gandía. Los bienes de la familia condal fueron confiscados, los honores perdidos y la prisión perpetua58. Posteriormente fue desterrado; sacado de la prisión de Lérida y conducido a Castilla, en primer lugar al castillo de Ciudad Rodrigo. Ante las revueltas políticas internas de Castilla, don Jaime fue llevado al castillo de Mora, cerca de Toledo, trasladado al castillo de Madrid, para pasar después al de Castro Torafe de la Orden de Santiago, próximo a Zamora. En 1426, Alfonso el Magnánimo consiguió que se le entregara y lo condujo al castillo de Xàtiva. Fue conducido por Berenguer Mercader, caballero valenciano, “baile” de Valencia y alcaide del castillo de Xàtiva. En la prisión del castillo de esta ciudad pasó siete años. El conde Jaime de Urgell murió el 1 de junio de 143359. 48 COMPROMISO DE CASPE Prisión de don Jaime de Urgell en el castillo de Xàtiva (2012) Tumba de Jaime de Urgell en el castillo de Xàtiva (2012) 49 VII BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) (11) (12) (13) (14) A.C.A. Cavallers. Procesos de Corts, 18, fols. 1057vº-1059rº. O bien, Colección de documentos inéditos del Archivo de la Corona de Aragón, ts. I-III. Cuad, LXI. Documento de 30 de mayo de 1410. Para una semblanza biográfica del monarca Martín I el Humano, cfr. GÓMEZ BAYARRI, J. V., “Martín I el Humano”. Reyes forales del Reino de Valencia. Valencia, 2000, pp. 223-239 y GARCÍA HERRERO, Mª C., “Martín I”. Los Reyes de Aragón. Zaragoza. 1993, pp. 135-141. Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim. Textos Medievales, 85. Edición e índices de Mª D. CABANES PECOURT. Zaragoza, 1991. “De la mor[t] del rey en Marti”, p. 110. A.M.V. Manual de Consells, t.A-24, fol.238. Documento recogido por ROCA TRAVER, F., y FERRER NAVARRO, R., Historia de la Cultura Valenciana (1401-1499). Documentos para su estudio. Vol. II. Real Academia de Cultura Valenciana. Valencia, 2004, doc. 1257, p. 475. A.M. de Villareal. Manual de Consells, 6, fol. 9. Documento recogido por ROCA TRAVER, F., y FERRER NAVARRO, R., op.cit, doc. 1258, p. 475. Cfr. La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Congreso celebrado en Zaragoza y Alcañiz, los días 24,25 y 26 de noviembre de 2010. Director científico Ángel Selma Muñoz. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011. SELMA MUÑOZ, A., La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011, pp. 146-158. LALIENA CORBERA, C., y MONTERDE ALBIAC C., En el sexto centenario de la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe. Coordinador J. A. SESMA MUÑOZ. Gobierno de Aragón. Zaragoza, 2012, p. 6. ALIENA CORBERA, C., y MONTERDE ALBIAC C., En el sexto centenario de la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe. Coordinador J. A. SESMA MUÑOZ. Gobierno de Aragón. Zaragoza, 2012. La publicación recoge una Introducción donde se exponen las “Razones para una conmemoración”. El bloque 1 lo dedica a la Concordia de Alcañiz. Tiene tres apartados: I. El acuerdo de Alcañiz, II. El documento y su transcripción y III. Traducción. El bloque 2. Acta del Compromiso de Caspe. También tiene 3 apartados: I. La unanimidad de una decisión, II. Transcripción del documento y III. Traducción. El bloque tres. Recoge el Epílogo “Fernando I y el restablecimiento de la línea dinástica de la Casa Real de Aragón”. El bloque cuatro es una Homenaje a la familia Ram Viu que facilitó el acta original del Compromiso de Caspe para su trascripción y edición. GIMENO BLAY, F. M., El Compromiso de Caspe (1412). Diario del Proceso. Fuentes Históricas aragonesas, 63. Institución “Fernando el Católico” (CSIC). Diputación de Zaragoza, 2012, p. 52. GIMENO BLAY, F. M. op. cit. pp. 53-54. La Concordia de Alcañiz estipula en latín “per justiciam secumdum Deum et eorum consciencias habere debeant et teneantur”. DUALDE SERRANO, M., La Concordia de Alcañiz. Instituto Nacional de Estudios Jurídicos, Madrid, 1947, pp. 270-284. SELMA MUÑOZ, A., y LALIENA CORBERA, C., Las elites políticas de Aragón durante el Interregno y el Compromiso de Caspe”. La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011, p. 190. En un principio los pretendientes con derecho al trono fueron: 1. Luis, duque de Calabria, hijo de Violante, que a su vez fue hija de Juan I y esposa del duque de Anjou, rey titular de Nápoles. 50 COMPROMISO DE CASPE (15) (16) (17) (18) (19) 2. Federico o Frederic de Luna, nieto bastardo del rey Martín I el Humano, por ser hijo natural de su hijo Martín el Joven de Sicilia. 3. Fernando de Antequera, hijo de Leonor y nieto del rey Pedro IV el Ceremonioso de la Corona de Aragón. 4. Jaime, conde de Urgell, hijo de Pedro de Urgell, casado con Isabel de Aragón y Fortiá, que era hija del rey Pedro el Ceremonioso. 5. Alfonso, duque de Gandía y conde de Ribagorza y Denia, nieto del rey Jaime II, hijo del infante don Pedro, conde de Ribagorza y hermano del rey Pedro el Ceremonioso. El duque de Gandía ya había fallecido el 6 de marzo, y por ello, la carta por la que se le convocaba a Caspe como parte interesada en la sucesión fue entregada a su hijo Alfonso “el joven”. El testimonio de la entrega de la carta en A.C.A, Cancillería, Procesos de Cortes, 23, folio 2087r-v. El nuevo duque de Gandía escribe el 18 de marzo a los nueve compromisarios de Caspe informando haber recibido la carta de convocatoria y presentando a los cinco mensajeros que envía para defender su candidatura, y que estos mensajeros entregan en Caspe el 18 de abril (Ibid. folios 2112r-2113r). Consecuentemente, el nuevo duque de Gandía, Alfonso, hijo del anterior duque de Gandía, sustituyó a su padre y presentó candidatura. 6. Juan, conde de Prades y hermano del primer Alfonso duque de Gandía. Nieto del rey Jaime II, hijo del infante don Pedro, conde de Ribagorza. 7. Isabel de Aragón y de Fortiá, hermana (de padre) del rey Martín I e hija de Pedro IV el Ceremonioso y de su cuarta esposa Sibila de Fortiá. Su condición femenina hizo que se le desechara como candidata al trono. Estaba casada con otro aspirante, el conde de Urgel, y presentó sus derechos independientemente de su cónyuge. CANELLAS ANOZ, B., “Actas de los parlamentos de Cataluña y Aragón tras la muerte de Martín el Humano y del Compromiso de Caspe y elección de Fernando de Antequera”. La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Congreso celebrado en Zaragoza y Alcañiz, los días 24,25 y 26 de noviembre de 2010. Director científico Ángel Selma Muñoz. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011, pp. 11-40. Las Cortes se reunían por convocatoria del Monarca o, en su caso, del Lugarteniente. Cuando no se procedía así y los representantes de los estamentos celebraban asamblea por motivos extraordinarios recibía el nombre de “Parlamento”. Los conflictos entre familias nobiliarias eran frecuentes en la sociedad medieval. Las rivalidades acaban, en ocasiones, en enfrentamientos urbanos. En Valencia, las disputas entre los Centelles y los Soler en el reinado de Martín I el Humano nació de unas diferencias entre Jaime Soler y Gonzalo Díaz, amigo del linaje de los Centelles. En el año 1403 Gilabert de Centelles hirió de muerte a Jaime Soler. Este hecho hizo que el bando de los Vilaragut apoyara la causa de los Soler. En el combate de Llombay fue muerto Eimeric de Centelles. Unos años más tarde, en 1405 el enfrentamiento se produjo en la calle del “Palau” de la ciudad de Valencia. En 1407 fue muerto el Gobernador Boïl. Estos enfrentamientos obligaron al Monarca y al dominico Vicente Ferrer a intervenir para apaciguar los ánimos y frenar las “bandositats”. El linaje de los Vilaragut ganará fuerza y protagonismo, y sustituirá a los Soler en el período de Interregno en las rivalidades nobiliarias del Reino de Valencia. Para un análisis de las rivalidades y enfrentamientos de los bandos en el Reino de Valencia, cfr. CARRERES I ZACARÉS, S., Notes per a la historia dels bandos de Valencia. 2. Vols. Valencia, 1930, y el artículo de NARBONA VIZCAINO, R., “Las elites políticas valencianas en el Interregno y el Compromiso de Caspe” La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011, pp. 191-232. Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim. Textos Medievales, 85. Edición e índices de Mª D. CABANES PECOURT. Zaragoza, 1991. “Camp de Morvedre”, p. 112. A. Chabret Fraga describe como se desarrolló la batalla. “Resentidos los Centelles de que el conde de 51 J. V. GÓMEZ BAYARRI Urgell se había echado en brazos de los Vilaragut, se declararon abiertamente por don Fernando de Castilla, y pidiéronle un refuerzo de tropas (…) Unidos los Centelles con las tropas aragonesas y castellanas, cuyo número ascendía a trescientos cincuenta caballos, situáronse en los campos de Burriana para impedir el paso de las tropas del de Urgell, a las que trataba de unirse el gobernador Bellera(…) Trabada la pelea, ambos partidos lucharon con extraordinario valor, pero las huestes de Valencia fueron arrolladas en toda la línea y muerto el gobernador Bellera con grandes pérdidas (…) Tal fue la batalla que el 27 de febrero de 1412 llenó de consternación y de espanto a Valencia, y decidió la victoria del bando que favorecía al infante don Fernando de Antequera”. CHABRET FRAGA, A., Sagunto. Su Historia y sus monumentos. Tomo. I. Barcelona, 1888, pp. 307-309. (20) Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim. Textos Medievales, 85. Edición e índices de Mª D. CABANES PECOURT. Zaragoza, 1991. “Vila de Casp”, p. 113. (21) Un ejemplo de la labor que hacían los representantes de los candidatos nos lo ofrece la designación del obispo de Segorbe don Fray Juan de Tahust para defender los derechos sucesorios de don Fadrique o Federico de Luna. Este obispo rigió el obispado entre 1410 y1427. Poco después de tomar posesión se desplazó al monasterio de Valdoncellas y ante el monarca don Martín I ya en estado agonizante hace una solemne promesa, la de constituirse en curador y protector del huérfano y desvalido don Fadrique o Federico de Luna, nieto del rey don Martín. Fallecido el Monarca el 31 de mayo de 1410, don Federico fue trasladado al castillo de Segorbe, bajo la tutela de los tres procuradores que había nombrado el mismo Rey: Fray Juan de Tahust, Vidal de Blanes y mosén Antonio de Torrelles, tres personajes que habrían de desempeñar un papel destacado durante el período de interregno. Había conciencia generalizada que de todos los pretendientes al trono uno de los que menos posibilidades tenía era el nuevo señor de Segorbe, Fadrique o Federico de Luna. Firmada en Alcañiz la Concordia por los representantes de Aragón y Cataluña el 15 de febrero de 1412 - el Reino de Valencia se adheriría a ella - por la que se acordaba el nombramientos de nueve compromisarios para que reunidos en Caspe escucharan durante dos meses los alegatos de los distintos pretendientes, el propio Parlamento de Cataluña envía una misiva el 24 de febrero de 1412 a don Fr. Juan de Tahust notificándole los acuerdos adoptados y exhortándole a que defendiese los derechos del regio infante mediante el nombramiento de abogados y procuradores. (…) per ço nosaltres exortam vostra reverend paternitat, en custodia de la qual lo egregi don Frederich, comte de Luna, es o esta, que lo pretes dret del dit don Frederich en la sucessio dels regnes e terres de la dita real Corona d’Arago prosseguiscats e prosseguir façats per sufficients procuradors e advocats. LLORENS RAGA, P.L., Episcopologío de la diócesis de Segorbe-Castellón. Tomo II. C.S.I.C. Madrid, 1973. Parte Documental. Núm. 46, p. 696. (Archivo de la Corona de Aragón, Proc. de Cort., V. XIX). El 30 de marzo de 1412 el Manual de Consells de la ciudad de Valencia recoge que Fadrique de Aragón, nieto bastardo de don Martín, pretendiente a ocupar el trono de la Corona de Aragón, encarece al Consell de Valencia que le preste ayuda para la defensa de sus derechos sucesorios en el Compromiso de Caspe. Mes avant, a ço que demana per letra tramesa a la Ciutat e Consell per don Frederich d’Arago que li sien administrats advocats e procuradors per demanar lo dret de la successio de la Corana Reyal (…) e vol, que sobre aço sia scrit a tots los Parlaments dels Regnes e terres de la Corona. A.M. de Valencia. Manual de Consells, t. A-25, fol. 10. Documento recogido por ROCA TRAVER, F., y FERRER NAVARRO, R., Historia de la Cultura Valenciana (1401-1499). Documentos para su estudio. Vol. II. Real Academia de Cultura Valenciana. Valencia, 2004, doc. 1281, p. 481. De mayo de 1412 es una carta misiva del obispo segobricense don Juan de Tahust a don Bonifacio Ferrer, prior de la gran Cartuja de Porta-Coeli y uno de los compromisarios en Caspe por el Reino de Valencia, en la que se alude al egregio señor don Frederich. Reverendo patri et domino domino Boniffacio, magno priori ordinis Cartusie. Reverende pater domine et amice carissime, quondam vestram literam recipi per Raymundum Car- 52 COMPROMISO DE CASPE (22) (23) (24) (25) (26) (27) (28) (29) 30) (31) ( (32) (33) (34) dona ad quam respondeo quod licet sit verum quod vos novem insignes persones feceritis juxta requisita per Egregium Dominum Fredericum quod honeste potuistis (…) LLORENS RAGA, P.L., Episcopologio de la diócesis de Segorbe-Castellón. Tomo II. C.S.I.C. Madrid, 1973. Parte Documental. Núm. 47, p. 697. (Del Códice original. Archivo Capitular de Segorbe, Reg. I, 6). REGLÁ CAMPISTOL, J., Historia de la Edad Media. Tomo II. Barcelona, 1971, pp. 323324. LLORENS RAGA, P.L., El códice del compromiso de Caspe, existente en el Archivo de la Catedral de Segorbe. Segorbe, 1968, pp. 115-117. Esta última declaración va subrayada en el códice. J. Zurita señaló que se redactaron tres ejemplares jurídicos, uno se entregó al Arzobispo de Zaragoza, otro al obispo de Huesca y otro a don Bonifacio Ferrer, para que cada uno lo guardase en nombre de su “Provincia”. El día siguiente se notificó a los tres alcaydes del Castillo, pero se conservó en cerrado silencio hasta el día 28 de junio en que se debía publicar. ZURITA, J., Anales de la Corona de Aragón. Zaragoza, 1562. Libro II, c. 787, fol. 71, col.1. El ejemplar del Archivo de la Catedral de Segorbe procede de la Cartuja de Vall de Christi, donde Bonifacio Ferrer vivió retirado los últimos años de su vida. El Códice del Compromiso de Caspe y apéndices conservado en el A.C.A fueron trascritos para su estudio por el medievalista M. DUALDE SERRANO. LLORENS RAGA, P.L., El códice del compromiso de Caspe, existente en el Archivo de la Catedral de Segorbe. Segorbe, 1968, p. 125. LLORENS RAGA, P.L., op.cit., p.125. TEIXIDOR, J., (Dominico de la Orden de Predicadores) Vida de San Vicente Ferrer, apóstol de Europa. Edición preparada por Alfonso Esponera Cerdán. O. P. Valencia, 1999. Tomo I, p. 366. La documentación del proceso de los actos desarrollados en el Cónclave de Caspe se halla en la serie de procesos generales de Cortes del Archivo Real de la Corona de Aragón en Barcelona. (A.C.A). Proceso de Cortes, 22. Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim. Textos Medievales, 85. Edición e índices de Mª D. CABANES PECOURT. Zaragoza, 1991. “Eleccio de rey”, p. 112. UBIETO ARTETA, A., El Compromiso de Caspe. “Alcorces”. Tema aragonés, 11. Zaragoza, 1980, pp. 20-22. UBIETO ARTETA, A., El Compromiso de Caspe, op. cit, p. 9. Desde un principio se intuyó que la confrontación la generaba dos cuestiones: una, la procedencia del candidato – uno castellano; otro, catalán- y, otra, la prioridad de la legitimidad. Mientras que los partidarios del Jaime conde de Urgell querían imponer la legislación de los “Usatges” que daban prioridad a la línea masculina; los defensores de la solución jurídica aragonesa argüían la legitimidad del vástago de las mujeres, como tradicionalmente se había implantado en la búsqueda de herederos para rey de Aragón, y en tal supuesto la preferencia del derecho sucesorio la tenía Fernando de Antequera. NAVARRO ESPINACH, G., “La historiografía moderna del Compromiso de Caspe”. La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el compromiso de Caspe. Congreso celebrado en Zaragoza y Alcañiz, los días 24,25 y 26 de noviembre de 2010. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011, pp. 41-59. Cfr. LLORENS RAGA, P.L., El códice del compromiso de Caspe, Segorbe, 1968, pp. 8-9. O bien, CORREDERA GUTIÉRREZ, E., Noticia de los condes de Urgell. Lérida, 1973. Cfr. DUALDE SERRANO, M., La Concordia de Alcañiz. Instituto Nacional de Estudios Jurídicos, Madrid, 1947 “El Compromiso de Caspe”, Arbor, números 30 a 32. Madrid, 1948. Del mismo autor, “La elección de los compromisarios de Caspe”. Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón. III. Zaragoza, 1949, pp. 355-395. DUALDE SERRANO, M. y CAMARENA J., El Compromiso de Caspe. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 1971. CANELLAS, A., “La instauración de los Trastámara en Aragón”. Cuadernos de Historia Jerónimo Zurita, 4-5 (1956). SOLDEVILA, F., El Compromiso de Caspe. Barce- 53 J. V. GÓMEZ BAYARRI (35) (36) (37) (38) (39) (40) (41) (42) (43) (44) (45) (46) (47) (48) (49) (50) (51) (52) lona, 1965. LLORENS RAGA, P.L., El códice del Compromiso de Caspe, existente en el Archivo de la Catedral de Segorbe. Segorbe, 1968. UBIETO ARTETA, A., El Compromiso de Caspe. “Alcorces”. Tema aragonés, 11. Zaragoza, 1980. SARASA SÁNCHEZ, E., Aragón y el Compromiso de Caspe. Zaragoza, 1981. ADLERT NOGUEROL, M., El Compromis de Casp, qüestio juridica. Valencia, 1984. TAULET RODRÍGUEZ-LUESO. E., “El laudo del Compromiso de Caspe”. Anales de la Real Academia de Cultura Valenciana. Tomos XLVI-LIII. Año XXXIX-XLVI, 1978-1985, núm. 63. Valencia, 1986. VV.AA. La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Congreso celebrado en Zaragoza y Alcañiz, los días 24,25 y 26 de noviembre de 2010. Director científico Ángel Selma Muñoz. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011. GIMENO BLAY, F. M., El Compromiso de Caspe (1412). Diario del Proceso. Estudio introductorio, edición crítica y notas. Fuentes Históricas Aragonesas 63. Institución “Fernando el Católico” (C.S.I.C). Diputación de Zaragoza. 2012. Cfr. SOLDEVILA, F., El Compromís de Casp (resposta al Sr. Menéndez Pidal). Barcelona, 1965. HINOJOSA MONTALVO, J., “Compromiso de Caspe”. Diccionario de historia medieval del Reino de Valencia. Tomo I. Valencia, 2002, p. 629. CORRAL LAFUENTE, J.L., Historia contada de Aragón. Zaragoza, Leyere, 2000, p. 177. MARTÍN J. L., “Fernando de Antequera y el Compromiso de Caspe. ¿Una incorporación a España?” Espacio, Tiempo y Forma. Serie III, Historia Medieval, t. 13. 2000, p. 175. CARRERES ZACARÉS, S., Ensayo de una bibliografía de libros de Fiestas celebradas en Valencia y su Reino. 2 tomos. Valencia, 1926, pp. 58-76. PARRA, J. Mª. , Lo Compromis de Casp e la Vila de Algezira. Alzira 1972, p. 107. La obra recoge el texto del documento redactado en valenciano y su traducción hecha en castellano. PARRA, J. Mª. , op.cit, pp. 107- 108. PARRA, J. Mª. , op. cit, pp. 111- 112. PARRA, J. Mª. , op.cit, p. 113. PARRA, J. Mª. , op.cit, p. 120. CHABRET FRAGA, A., Sagunto. Su Historia y sus monumentos. Tomo. I. Barcelona, 1888. pp. 310-312. Doc. Archivo Municipal de Sagunto. Libro de privilegios, núm. 20. Archivo Municipal de Valencia (A.M.V). Manuals de Consells, t..A, fols. 181vº-182r. Documento recogido por ROCA TRAVER, F., Fernando I, Rey de Valencia. Texto inédito. Esta carta fue dada en la ciutat de Leyda sots nostre sagell menor a XXIIII dies de noembre del any de la Nativitat de Nostre Senyor MCCCCXIII. (A.M.V) Manuals de Consells, t. A-25, fols 305 vº y 306 rº. Documento copilado por ROCA TRAVER, F., Fernando I, Rey de Valencia. Texto inédito. Archivo Municipal de Castellón. Llibre de Consells, 7, acort de 13-XII-1414. Documento recogido por ROCA TRAVER, F., y FERRER NAVARRO, R., Historia de la Cultura Valenciana (1401-1499). Documentos para su estudio. Vol. II. Real Academia de Cultura Valenciana. Valencia, 2004, doc. 1322, p. 493. Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim. Textos Medievales, 85. Edición e índices de Mª D. CABANES PECOURT. Zaragoza, 1991. “Rey en Ferrando entra en Valencia”, p. 115. SIMÓ SANTOJA, V. L., Les Corts Valencianes 1240-1645. Valencia, 1997, pp. 269-276. El Archivo Municipal de Valencia conserva el proceso de estas Cortes en las que no se promulgó ninguna nueva ley. ZURITA, J., Anales de la Corona de Aragón, XII, cap. I, vol. V, p. 286. Edición de Á. Canellas, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 9 vols., 1967-1985. SELMA MUÑOZ, A., y LALIENA CORBERA, C., Las elites políticas de Aragón durante el Interregno y el Compromiso de Caspe”. La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011, p. 190. 54 COMPROMISO DE CASPE (53) SARASA SÁNCHEZ, E., Aragón en el reinado de Fernando I (1312-1416). Gobierno y Administración. Constitución Política. Hacienda Real, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1986, pp. 9-10 y 17-18. (54) RUBIO VELA, A., “Después de Caspe. El urgelismo y las oligarquías”. La Corona de Aragón en el centro de su Historia 1410-1412. El Interregno y el Compromiso de Caspe. Colección Actas, 75. Zaragoza, 2011, p.276. (55) El 12 de agosto de 1412, esto es, apenas un mes y medio después de la declaración de los compromisarios, los jurats de Valencia escribían a sus embajadores en la corte una carta reveladora al respecto. En ella mostraban su disconformidad con los nombramientos realizados por el rey como oficiales de su casa: “E, primerament, a açò que·ns escrivits de la promoció que·l dit senyor ha feta de officials seus, nos entrenyoram molt, e per que, per peccats e opprobri nostre, Déu ho permeta: que en tota la nominació de officials creats no y conexem pus de aquesta ciutat e regne sinó mossén Guillem Pujada, qui lo dit senyor rey ha fet alguatzir; tot l’als e demés habunda e redunda en cathalans, qui tots temps han vel·lat e obtengut occupar-se e absorbir la casa dels senyors reys. Sobre aquest punt o article deliberam, e us pregam e so[p]licam ab gran instància e humilitat suppliquets lo dit senyor rey que sia mercé sua vocar e acollir en los officis domèstichs e curials de casa e cort sua hòmens de aquest regne, car creem que, si bé és escodrinyat, en tota facultat e qualitat de officials que s’haja fornir ne trobarà en aquesta ciutat e regne; no·ns vulla abjectar o metre en oblit e vergonya” Archivo Municipal de Valencia (A.M.V). Lletres Missives, 11, ff. 77vº-78vº. Recogido por A. Rubio Vela, op. cit, p.277. (56) En l’any M.CCCC.XIII., a III de nohembre, vench coreu en Valencia com lo senyor rey don Ferando avia presonat don Jaume, compte de Urgell, a Balaguer. Dietari del capellà d’Anfos V el Magnànim. Textos Medievales, 85. Edición e índices de Mª D. CABANES PECOURT. Zaragoza, 1991. “Preso del compte de Urgell”, p. 114. (57) La princesa Isabel de Aragón y Fortiá era hija de Pedro IV el Ceremonioso, hermana del rey Martín el Humano y esposa de Jaime de Urgell. (58) Para profundizar en la Guerra de Urgell, proceso y condena, destierro y muerte del conde don Jaime en el castillo de Xàtiva, cfr. CORREDERA GUTIÉRREZ, E., Noticia de los Condes de Urgell. Lérida, 1973. pp. 217-227. (59) La tumba de Jaime de Urgell en el castillo de Xàtiva registra una inscripción donde se puede leer: “Hic yacet el molt alt senyor en Jaume d’Aragó, dissortat darrer Compte d’Urgell, fracassat hereu de la Corona del Reialme aragonés, fallit en la presó d’Estat d’aquest castell de Xàtiva, 1 de juny de l’any MCDXXXIII”. 55 J. RENART MOLTO EL ARTÍCULO 1º DE LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ: LOS ESPAÑOLES DE AMBOS HEMISFERIOS I INTRODUCCIÓN Antes de comenzar, quisiera agradecer la amable invitación para participar en el ciclo de conferencias del Aula de Humanidades y Ciencias Valencianas de 2012, que ha venido celebrándose sin interrupción desde 1980 y cumple con el actual 33 años. Sus organizadores han superado dificultades económicas, administrativas y, en alguna ocasión, aquello que puede afectar más, la falta de comprensión de su necesidad. Han demostrado que poseen un singular ánimo y convicción,.y completado su tarea al publicar las ponencias de todos los intervinientes. Este año, se han visto recompensados al incluir su programación en las actividades de la Universidad Valenciana de Verano, que inicia su andadura. Su tenacidad recuerda la de los españoles de los siglos XVI, XVII y XVIII que fueron los primeros en dar la vuelta al mundo, en 1522 y se enfrentaron con tremendas fuerzas de la naturaleza cuyo alcance desconocían, atravesaron selvas impracticables, como las del río Amazonas, se adentraron en desiertos como los de Arizona o Nuevo Méjico y navegaron durante meses por la mar océana del Atlántico y del Pacífico. Sin vacilar levantaron catedrales, construyeron conventos y enseñaron a los indios a leer y escribir e incluso a tocar el violín como en las misiones de los jesuitas en el Paraguay, cuyos descendientes aún practican este instrumento y conservan las enseñanzas musicales que recibieron. (1) Debe subrayarse que; para los españoles que vivieron en los siglos XVI, XVII y XVIII, España no era la península y los dos archipiélagos, como hoy Su realidad era España y las Indias, sin que pudieran imaginar otras que depararía el futuro. España y las Indias o Las Españas estaba formada por los territorios de Nueva España y del Perú. 57 J. RENART Nueva España comprendía Méjico y las Islas Filipinas, Cuba, las dos Floridas (la península de Florida y la Florida que lindaba con el mar), las zonas colindantes al río Misisipí, la península de California, el oeste de los Estados Unidos y toda América Central. El Perú comprendía América del Sur, desde Venezuela y Colombia hasta el estrecho de Magallanes y durante el tiempo de la unificación con Portugal incluyó también Brasil. El gobierno de estos territorios estaba organizado en Virreinatos, dos en principio, Nueva España y Perú. Dada su inabarcable extensión el territorio inicial hubo de dividirse. Así, a partir del Virreinato del Perú se creó el de Nueva Granada (Colombia, Panamá y Venezuela) y el del Río de la Plata (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay). (2) Por todo lo anterior, en 1812, el artículo 1º de la primera Constitución española, que hoy nos llama la atención, afirma con naturalidad: “La nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”.(3) Este artículo se cita poco, pero ello no quiere decir que no sea uno de los de mayor relevancia político-ideológica del texto constitucional. La Constitución de Cádiz cumple la misma función de instrumento jurídico que cualquier otra constitución; en su condición de norma de las normas, pretende dar respuesta a las cuestiones sociales, económicas y políticas que el momento histórico plantea. Y, como en cualquier otra, el artículo primero resume los valores superiores desarrollados en el resto del articulado y es la clave de bóveda que da coherencia del texto constitucional y a la estructura del estado que prefigura. Así, nuestra Constitución de 1978, establece en su artículo 1º los valores superiores del ordenamiento jurídico que rigen la actual sociedad española y los principios que configuran el estado que la constitución establece (4): “1.España se constituye en un estado social y democrático de derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la igualdad y el pluralismo político. 2.º La soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado 58 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ 3.º La forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria”. Los constituyentes de Cádiz en su artículo 1º utilizaron dos conceptos fundamentales: el de nación y el de ambos hemisferios. El concepto de nación es esencial para la ideología liberal. La nación representa la unión o el conjunto de todos los nacidos en un territorio pero no sólo como hombres o individuos sino principalmente como portadores de derechos que ejercen activamente, como ciudadanos. La principal característica de la nación es ser soberana y, por lo tanto, ejercer su poder constituyente y establecer las leyes fundamentales de la sociedad y del Estado, sin ser patrimonio de ninguna familia ni persona. La nación, finalmente, no puede privar de sus derechos naturales (la libertad civil, la propiedad, la igualdad y la seguridad) a quienes la componen sino que ha de protegerlos mediante leyes sabias y justas .(5). Los constituyentes de Cádiz pretendieron aplicar las nuevas ideas liberales para mejorar el país. Pero encontraron una primera dificultad: encajar la idea liberal de nación con la nación más extensa de la tierra: las Españas. Por ello, ante la enorme extensión de los territorios que constituían su ámbito objetivo de aplicación la Constitución de Cádiz estableció que la nación española abarcaba todo el globo terráqueo y el artículo primero ha de referirse a “la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios. (6). Esta singularidad de la Constitución de Cádiz respecto a cualquier otra de la historia del constitucionalismo no siempre ha pasado desapercibida. Así, Karl Marx, cuya influencia en los análisis sociales es poco discutible, en unos artículos que sobre España escribió, en 1851, para el diario New York Tribune, decía: “Las circunstancias en que se reunió este Congreso no tienen precedentes en la historia. Ninguna asamblea legislativa había reunido hasta entonces a miembros procedentes de partes tan diversas del orbe, ni pretendido regir territorios tan vastos de Europa, América y Asia, con tal diversidad de razas y tal complejidad de intereses.” (7). Esta asamblea legislativa promulgó la primera constitución propiamente española. La Constitución de Cádiz estuvo vigente desde el 19 de marzo de 1812 hasta el 4 de mayo de 1814, en que fue derogada por Fernando VII. Rigió durante el trienio liberal, desde el 10 de marzo de 1820 hasta el 23 de septiembre 1823, en que Cádiz se 59 J. RENART rindió a las fuerzas de la Santa Alianza (batalla del Trocadero). Finalmente, estuvo vigente desde agosto de 1836, fecha en que se produjo el motín de los sargentos de la Granja, hasta la Constitución de 18 de junio de 1837 que la sustituyó.(8). 60 II EXCURSUS SOBRE METODOLOGÍA Antes de proseguir conviene señalar los principios metodológicos que guían el presente trabajo, cuya exposición no puede soslayarse ya que debería ser requisito obligatorio, a juicio de quien suscribe, en cualquier estudio o ensayo en ciencias sociales. Señalaremos los siguientes principios: 1. La modestia es el primer principio para filósofos y estadistas . Al respecto conviene citar las palabras con que Alexis de Tocqueville inicia su obra sobre la Revolución Francesa “El Antiguo Régimen y la Revolución” : Nada más apropiado que la historia de nuestra revolución para mantener a los filósofos y a los estadistas en la modestia, pues nunca hubo acontecimiento más grande, de antecedentes más remotos, mejor preparado y menos previsto.(1 ) Este principio sigue tan vigente como cuando lo formuló Alexis de Tocqueville, con referencia al gran acontecimiento revolucionario que inauguró la Edad Contemporánea. Piénsese hoy en la sorpresa de la caída del muro de Berlín, o en las inesperadas revoluciones del norte de África iniciadas con la primavera árabe de la plaza del Cairo, la caída de Gadafi, la guerra civil en Siria etc. Frente a pretensiones cientificistas de pronosticar el futuro, la regla sociológica debe ser que los hechos determinantes en la vida de las sociedades (graves crisis económicas, cambios políticos trascendentes etc.) nunca son anunciados ni previstos con antelación y que, incluso durante su transcurso, se desconoce el alcance de lo que sucede. 2. Hay que distinguir entre Ciencia Política y actividad política. Los fundamentos de la distinción entre la actividad política y la Ciencia política se encuentran en el nacimiento de la filosofía. Sócrates o Platón no pretendían ser sabios o sofos sino filósofos o amantes de la sabiduría, y partían de la distinción entre el conocimiento común o convencional, el conocimiento práctico que no conoce las causas y el conocimiento que pretende conocer las causas y la verdadera naturaleza de las cosas, el conocimiento científico. 61 J. RENART Es decir, aunque la ciencia y la actividad política se complementan, deben mantenerse separadas porque responden a planteamientos distintos. La Ciencia Política se rige por criterios de razón, de libertad de pensamiento, de investigación y de búsqueda de la veracidad, sin importar si obtendrá el favor de quien detenta el poder o será un arma contra los poderes establecidos. Las ciencias ha de practicar el método del ensayo/ error y poner permanentemente en cuestión sus propias hipótesis. La actividad política gusta de practicar el culto irracional a la personalidad del líder, apela al sentimiento, a los agravios, a las deudas históricas, a la distinción entre los míos y los tuyos y, aunque a veces pretenda revestirse con ropaje científico, evita reconocer errores para no dar muestras de debilidad . Su objeto es que el dirigente y su grupo o partido político obtengan y se mantengan en el poder el mayor tiempo posible utilizando los medios necesarios, sean o no.confesables. Esta distinción es explícita en autores como Max Weber en el Político y el cientifico (2) o en Herman Heller en la Teoría del Estado (3) y es similar a otras, como la existente entre ciencia y religión ( la ciencia se fundamenta en el método científico que deriva de la observación y la experimentación, la religión se fundamenta en la fe) o entre ciencia e ideología (la ideología es una falsa representación de la realidad). 3. Para analizar la historia debe utilizarse la sincronía y la diacronía La sincronía supone comparar los hechos objeto de estudio con otros que han sucedido en el mismo periodo de tiempo. Esta cuestión se destaca magistralmente en la obra de Alexis de Tocqueville El Antiguo Régimen y la Revolución cuando señala: “ Me atrevo a afirmar que quién no haya estudiado ni visto más que a Francia nunca comprenderá nada de la Revolución Francesa”.(4) Es decir, que para estudiar la Revolución francesa de 1789 hay que conocer lo que sucedía al mismo tiempo en Inglaterra, Alemania y en el resto de países de Europa. Porque para Tocqueville la cuestión principal que debería plantearse es: ¿Por qué esta revolución estalló en Francia y no en algún otro país 62 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ si se incubaba por doquier y amenazaba en todas partes? ¿ Por qué tuvo entre nosotros ciertas características que no se han vuelto a encontrar en ningún otro sitio o que sólo han surgido a medias? Sin lugar a dudas vale la pena plantearse esta pregunta: su examen será el objeto de los libros siguientes.”(5). La historia ha de explicarse a partir de los hechos de los hombres, desde sí misma. Ha de estudiarse el modo en que se ha producido la evolución desde lo anterior en el tiempo hacia lo posterior y no, por el contrario, partir de la situación actual y recrear el pasado para justificar el presente. La diacronía supone comparar tiempos históricos distintos para apreciar las diferencias existentes. Pero la diacronía puede conducir a graves falsificaciones que impidan comprender lo acaecido. La dificultad de entender el pasado utilizando conceptos actuales la expresa Herman Heller en la Teoría del Estado: “Para comprender las relaciones jurídicas del pasado no hay, en último término, otro recurso que medirlas con los conceptos del pensar actual. Pero este medio, si se quiere evitar tener imágenes totalmente falsas del pasado, hay que usarlo con la máxima cautela y en la inteligencia de que nuestros conceptos políticos son inadecuados, en principio, para un pasado muy lejano”. ( 6) Los motivos que impulsan a los individuos a obrar provienen de sus experiencias vitales, sin que se les pueda atribuir pensamientos o deseos que no corresponden a su tiempo. Así, por ejemplo, al conde de Castilla Fernán González (929-970), que independizó su condado del reino de León logrando que fuera hereditario, no cabrá atribuirle intenciones que anuncien reivindicaciones nacionalistas que sólo aparecerán ocho siglos después, cuando el deterioro progresivo del Antiguo Régimen en el siglo XIX permita la identidad de los pueblos y aparezca en la ideología política la idea de nación. El horizonte mental de Fernán González no pudo alcanzar mas allá de sus intenciones de reafirmar como noble su poder frente al rey y de la necesidad que tenía defenderse permanentemente de las razzias de los musulmanes, que aún alcanzarían su momento álgido con Almanzor en el año 1000. (7) Del mismo modo, la independencia del condado catalán de Wifredo I el Velloso (874-898) del Imperio Carolingio o la de los reinos taifas musulmanes respecto al Califato son hechos equiparables cuya explicación hay que buscarla en causas geográficas, en una econo- 63 J. RENART mía de subsistencia o en las condiciones especiales que requería el ejercicio de un poder político en la Alta Edad Media (8) Por estos motivos, la búsqueda de la objetividad ante situaciones diacrónicas es una constante entre los grandes autores de la ciencia política. Y, en este sentido, Alexis de Tocqueville en su obra citada afirma: “Hoy estamos en el punto preciso desde donde se puede percibir y juzgar mejor este gran hecho. Suficientemente lejos de la Revolución, como para no sentir sino débilmente las pasiones que ofuscaron a quienes la hicieron, nos encontramos lo bastante cerca, como para poder penetrar en el espíritu que la produjo y comprenderla. Pronto será difícil lograrlo, pues las grandes revoluciones triunfantes, al hacer desaparecer las causas que las produjeron, se tornan así incomprensibles por sus propios éxitos.”((9)) 4. No se puede rechazar el pensamiento de los autores en su totalidad, hay que valorar sus diferentes elementos y aprovechar sus aportaciones. Aun cuando pueda pensarse lo contrario, aprovechar las aportaciones de otros autores, sin descalificar la totalidad de su pensamiento, ha sido la práctica habitual en la evolución de la Ciencia Política. Si bien hay quien separe tajantemente, de modo maniqueo, lo bueno de lo malo. Así, de los amplios argumentos que desarrolla Jean Bodin en sus Seis libros de la República, su aportación esencial a la Ciencia Política es el concepto de soberanía. Montesquieu con su obra El Espíritu de las Leyes, escrita con gran erudición y múltiples ejemplos empíricos, sólo ha aportado a la Ciencia Política la claridad de la teoría de la separación de poderes, principio que fue ampliamente desarrollado por su antecesor John Locke. Thomas Hobbes escribió al servicio del absolutismo de los Estuardo y es considerado como el fundador de la Ciencia Política moderna al rechazar cualquier explicación que no fuera inmanente a la sociedad. y utilizar el concepto del pacto social. John Locke utiliza los presupuestos de la obra de Hobbes para configurar la doctrina liberal Locke formaba parte del partido Wight y prestó el soporte doctrinal a la Revolución Gloriosa de 1688 que derribó definitivamente el absolutismo monárquico en Inglaterra. 64 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ El mismo Karl Marx rindió constante homenaje a Hegel, aunque éste idealizara al estado prusiano de su época, considerándolo como la culminación del desarrollo de la idea absoluta que se manifiesta en la historia. Marx se apropió del método dialéctico de Hegel y lo convirtió en uno de los elementos esenciales del materialismo histórico y filosófico que pretende no consagrar situaciones establecidas sino conocer las causas del cambio social para poder transformar la sociedad. 5. No se pueden establecer primero las conclusiones y posteriormente elegir los hechos para justificarlas.Por el contrario hemos de llegar al resultado al que la investigación nos lleve. La investigación tiene como objetivo ampliar el conocimiento, aportar nuevos puntos de vista y hacer avanzar la ciencia en lo posible, sometiéndola a la prueba de la experiencia de su puesta en práctica. No puede aceptarse el hecho que expresa la siguiente frase: “porque te busco te he encontrado”.Más bien se trata de lo contrario, determinar cuáles son los hechos, descubrir sus causas y concluir o descubrir el resultado. 65 III LA SITUACIÓN GENERAL Para entender por qué la Constitución de Cádiz se refirió a los españoles de ambos hemisferios hay que remontarse al año 1492, en que se produce un cambio cualitativo en la historia de España. En 1492 terminó la conquista de Granada. Cristóbal Colón descubrió América. El papado fue ocupado por un español de la familia Borja, que llevaba cerca de 30 años actuando en Roma como primer Canciller de la Iglesia: se trata del papa Alejandro VI. Que el papa fuera español facilitó la firma del tratado de Tordesillas, para dividir la influencia sobre el planeta entre las dos potencias marítimas dominantes en aquellos momentos: España y Portugal. La tradicional alianza de Castilla con Francia se rompió por el matrimonio (propiciado por la Iglesia) entre la heredera de la Corona de Castilla y el heredero de la Corona de Aragón. Las aguerridas tropas castellanas pasaron a Italia para apoyar a las aragonesas en su lucha contra los intereses franceses en esta península. De este modo, Fernando II de Aragón, pronto se vió libre de la amenaza francesa. Los reyes de España, por una bula de Alejandro VI, el papa valenciano, fueron denominados reyes católicos, es decir, reyes universales (1). Un nuevo matrimonio, esta vez entre Dª. Juana, hija de los Reyes Católicos, y Felipe el Hermoso, nieto del emperador Maximiliano de Austria, trajo como consecuencia que su hijo, el príncipe Carlos, heredara los dominios tanto de su padre como los de su madre y fuera, a la vez, emperador de Alemania (Carlos V) y rey de España (Carlos I). Antes de su muerte Carlos V abdicó y dividió sus dominios en dos partes: a su hermano Fernando, con el título de emperador, le dejó sus posesiones en Alemania y a su hijo Felipe II, a título de rey, sus dominios en Flandes, España y las Indias,. Con las riquezas de América, España se convirtió gradualmente en el sostén del dominio de la Casa de Austria en Europa. La unión entre los dos lados del atlántico, España y América, hará que los siglos XVI, XVII Y XVIII sean los de predominio del imperio español en el mundo. 66 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ En 1521 Hernán Cortés sustituyó a Moctezuma en el imperio azteca y en 1533 Francisco Pizarro sustituyó a Atahualpa en el imperio inca. Los soldados iban acompañados de los religiosos. Las órdenes de los dominicos, agustinos, franciscanos, carmelitas y jesuitas se extendieron por todo el continente, realizando incansablemente su la labor apostólica. La flota española con base en los puertos de Portobelo en Panamá y Veracruz en Méjico, iba y venía anualmente a Sevilla, hasta 1821, año en que se interrumpe definitivamente esta línea de navegación. Los virreinatos de Nueva España y del Perú.abarcaban territorios con extensiones ingobernables. Piénsese que sólo el actual estado de Méjico tiene una superficie cuatro veces la de España y que la Audiencia de Quito, en algún periodo, se extendió desde el Pacífico hasta el Atlántico, en el actual Brasil. La máxima expansión de España en América tuvo lugar en la época de Carlos III, ya que se extenderá en América del Norte por el rio Misisipí, la Luisiana, las dos Floridas, California del Norte, San Francisco, Los Ángeles etc. (2). No obstante, el momento de máximo esplendor del dominio español, el primer imperio global de la historia, se produjo con el matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois pues, como consecuencia de este matrimonio, España se unifica con Portugal en 1580. Hay quienes consideran que el Imperio español siempre estuvo en bancarrota y en constante declive, porque España se empobreció y el oro y la plata de América se malgastaron en guerras que finalmente se perdieron y apuntan como dato significativo la derrota de la Armada Invencible destinada a invadir Inglaterra y derrocar a la reina Isabel I. Por el contrario, hay que mantener que el inicio del declive del Imperio español tuvo lugar con la independencia de Portugal en 1640. Por otra parte, como el Imperio Español se fundamentaba en la relación entre los dos lados del Atlántico, su fin se produjo cuando se interrumpió la navegación entre ellos por la debilidad de la flota. Para definir este periodo de máximo predominio español en el mundo acudiremos a Henry Kamen cuando afirma: 67 J. RENART “Muchos individuos y naciones, a lo largo del tiempo crearon, favorecieron y padecieron la primera empresa globalizadora de la época moderna, el imperio español. Este asombroso imperio se basó en la cooperación ( voluntaria o no) de gentes de muy distinta procedencia: portugueses, aztecas, genoveses, napolitanos, flamencos, chinos, incas o alemanes. Fue precisamente la conjunción de esta increíble diversidad de recursos y pueblos lo que permitió la supremacía española durante tres siglos.”(3) España mantuvo durante los siglos XVI, XVII y XVIII una constante pugna con Holanda e Inglaterra por el dominio del mar. Después del intento de la Gran o Felicísima Armada en 1588 (denominada invencible por los ingleses), en tres ocasiones mas se invadieron las islas pero, al contrario de la Gran Armada que no llegó a desembarcar, en éstas si hubo ocupación de plazas fuertes, enfrentamientos en tierra contra las tropas de defensa inglesas y se contó con el apoyo de disidentes. El último intento se enmarca en los planes para derrocar al rey de religión protestante Jorge I de Hannover que llevó a cabo el cardenal Alberoni, ministro de Felipe V.(4). La rivalidad con Inglaterra provocó que España y Francia declararan la guerra a Inglaterra, para desquitarse de la guerra de los siete años que les había sido desfavorable y favorecer la independencia de las trece colonias americanas. Posteriormente Inglaterra actuó hábilmente, como contrapartida, para contribuir a la pérdida por España de sus posesiones en el continente, en la segunda década del siglo XIX. Las trece colonias, convertidas en 1787 en los Estados Unidos, olvidaron rápidamente el decisivo apoyo español recibido y el Presidente Monroe declaró en 1820 la no interferencia de las naciones europeas en los asuntos americanos. Todo este proceso fue profetizado, con sorprendente visión de futuro, en 1783, por el ministro ilustrado español, el conde de Aranda: “Esta república federal nació pigmea, por decirlo así y ha necesitado del apoyo y fuerza de dos Estados tan poderosos como España y Francia para conseguir su independencia. Llegará un día en que crezca y se torne gigante, y aun coloso temible en aquellas regiones. Entonces olvidará los beneficios que ha recibido de las dos potencias, y sólo pensará en su engrandecimiento. El primer paso de esta potencia será apoderarse de las dos Floridas a fin de dominar el golfo de Méjico. Después de molestarnos así y nuestras relaciones con la Nue- 68 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ va España, aspirará a la conquista de este vasto imperio, que no podremos defender contra una potencia formidable establecida en el mismo continente y vecina suya”. El Conde Aranda propuso unas medidas que podrían haber sido una solución eficaz, si se hubieran llevado a la práctica, para evitar la independencia del otro lado del atlántico: “Que V.M. se desprenda de todas las posesiones del continente de América, quedándose únicamente con las islas de Cuba y Puerto Rico en la parte septentrional y algunas que más convengan en la meridional, con el fin de que ellas sirvan de escala o depósito para el comercio español. Para verificar este vasto pensamiento de un modo conveniente a la España se deben colocar tres infantes en América: el uno de Rey de México, el otro de Perú y el otro de lo restante de Tierra Firme, tomando V. M. el título de Emperador…”.(5) La invasión de Napoleón truncó el proceso evolutivo del reformismo ilustrado español, impidiendo que la sociedad española encontrara su propio camino para transitar del antiguo al nuevo régimen manteniendo la cohesión social, y empobreció el país tras seis años de guerra despiadada Inglaterra, las naciones europeas y los Estados Unidos estaban interesadas en que España se convirtiese en una potencia de segundo orden y en ampliar progresivamente su propio imperio. Después de la independencia de los países americanos en la década de 1820 España solo conservó Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que perdería tras la guerra con los Estados Unidos en 1889. 69 IV CONTEXTO SOCIAL Y POLÍTICO INMEDIATO Para situar adecuadamente en la historia a la Constitución de Cádiz nos referiremos, en primer lugar al contexto social y, después, a las circunstancias histórico-políticas. El contexto social es el del final del Antiguo Régimen extendido por toda Europa. Nada más pedagógico para conocer como era el Antiguo Régimen que acudir a la descripción que hace del mismo Alexis de Tocqueville, siguiendo el Código Civil Prusiano de 1792, en su obra citada de El Antiguo Régimen y la Revolución (Cap I del Libro II) (1): “En 1788, en la mayor parte de los estados alemanes, el campesino no puede abandonar el señorío, y de hacerlo, se le puede perseguir doquiera se encuentre para reintegrarlo a él a por la fuerza. En él se castiga su intemperancia y su pereza. El campesino no puede ascender de su posición, ni cambiar de oficio, como tampoco casarse sin la complacencia de su señor. Debe consagrar gran parte de su tiempo al servicio de este. Como doméstico de la casa principal transcurrirán varios años de su juventud. La carga señorial existe en toda su plenitud, y en ciertas partes puede comprender incluso tres días a la semana. El campesino reconstruye y da mantenimiento a las edificaciones del señor, transporta sus productos al mercado, los conduce el mismo, y se encarga de llevar sus mensajes. Sin embargo, el siervo puede ser propietario de bienes raíces, aunque su propiedad siempre continúe siendo muy imperfecta. Está obligado a cultivar su campo de cierta manera, bajo la vigilancia del señor; no puede ni enajenarlo ni hipotecarlo a voluntad. En ciertos casos, se le obliga a vender los productos; en otros, se le impide venderlos; para él, el cultivo es obligatorio siempre. Ni siquiera su herencia pasa por entero a sus hijos: en general, una parte es retenida por el señorío”. La cita se refiere a los estados alemanes, pero puede hacerse extensiva a toda Europa, incluido, evidentemente, nuestro país. Para Tocqueville las instituciones feudales eran menos rigurosas en Francia que en los demás países “su yugo parecía menos insoportable donde en realidad era menos pesado” y esta fue paradójicamente una de las causas de la Revolución. Así dirá: 70 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ “Los vestigios de la prestación personal se han semidesvanecido casi en todas partes. La mayor parte de los derechos de peaje en los caminos se ha moderado o destruido; no obstante, son pocas las provincias donde no se encuentran algunos” El sistema señorial aunque fuera menos gravoso en Francia seguía manteniendo los privilegios: “Sin excepción, los señores cobran derechos por ferias y mercados. Sabido es que en toda Francia los nobles gozaban del derecho exclusivo de caza. En general, sólo ellos poseen palomares y palomas; casi en todas partes obligan al campesino a moler en su molino y a vendimiar en su lagar. Un derecho universal sumamente oneroso es el del laudemio; se trata de un impuesto que se paga al señor cada vez que se compran o venden tierras dentro de los límites del señorío. En fin, por toda la superficie de la nación la tierra soporta cargas de censo, de rentas de suelo y de cánones de dinero o en especie que el propietario ha de pagar al señor, y de los cuales no puede eximirse. Entre tanta diversidad se presenta un rasgo común: todos estos derechos están vinculados al suelo o a sus productos, afectan a quien lo cultiva”. Para completar la descripción del antiguo régimen debe mencionarse que los señores eclesiásticos gozaban de los mismos derechos feudales: “Obispos, canónigos y abades poseían entonces feudos o censos en virtud de sus funciones eclesiásticas; por lo general el convento tenía el señorío de la población en cuyo territorio se hallaba situado. Contaba con siervos, cobraba derechos por ferias y mercados, tenía su horno, su molino, su lagar y su toro semental. Además, el clero gozaba en Francia como en todo el mundo cristiano, del derecho al diezmo.” La Constitución de Cádiz se enmarca en un ambiente social de crítica generalizada a los privilegios sociales y económicos de los estamentos de la nobleza y el clero. Para la ideología liberal, arraigada en amplias capas de la población, cada individuo puede libremente producir y llevar sus productos al mercado, sin restricciones de los privilegiados y cada hombre tiene unos derechos naturales inviolables que, se traducen en su vertiente política, en que todos, como ciudadanos, tienen derecho a elegir los representantes que elaboren las leyes y a los que en los consejos administrativos de los municipios y provincias, tomen las decisiones que resuelvan las necesidades comunes de la sociedad. El instrumento necesario para que los 71 J. RENART hombres mantengan una convivencia política es una constitución, expresión del pacto del que nace la sociedad La Constitución de Cádiz tenía como fin reformar la antigua sociedad, basada en la arbitrariedad y el privilegio, y crear otra sustancialmente mejor partiendo de la igualdad y el respeto a la ley (2) En segundo lugar, nos referiremos a las circunstancias históricopolíticas. La Constitución de Cádiz nace en el seno de las guerras napoleónicas, que se enmarcan en el contexto más amplio de las coaliciones formadas por las naciones europeas (Inglaterra, Austria, Rusia, Prusia y España) contra el predominio francés. La primera guerra contra Francia estuvo motivada por la ejecución del rey Luis XVI en enero de 1793 y los intentos de difundir el ideario revolucionario a los demás países . Tras fracasar en 1806 en su intento de invasión de Gran Bretaña, Napoleón (3) decretó el bloqueo continental, que prohibía el comercio de productos británicos en el continente europeo. Portugal, tradicional aliada de Inglaterra, se negó a acatarlo y Napoleón decidió su invasión. Para ello necesitaba transportar allí sus tropas terrestres y el 27 de octubre de 1807, Manuel Godoy, valido de Carlos IV, representado por su plenipotenciario, el Consejero de Estado y Guerra, Eugenio Izquierdo, firmó con Gérard Duroc, representante de Napoleón, el Tratado de Fontaineblau, en el que se estipulaba la invasión militar conjunta franco-española de Portugal, para lo que se permitía el paso de tropas francesas por el territorio español. (4) La entrada de las tropas no se limitó al mero paso hacia a Portugal. Napoleón ocupó el territorio en forma de triángulo, lo que prueba el intento de ocupación de España, con tres cuerpos de ejército: un cuerpo de ejército en Vitoria-Burgos, otro en Barcelona para controlar las dos líneas de comunicaciones que atraviesan los Pirineos y un tercer cuerpo de ejército, que actuó, como cuña avanzada, en Madrid. Para la conquista de Portugal no se explica la necesidad de un ejército en Cataluña. Pero la verdadera causa de todo este despliegue fue puesta de manifiesto en el Tratado de Tilsit, concluido el 7 de julio de 1807 y completado por un pacto secreto que suscribieron el príncipe Kurakin y Talleyrand. Este pacto se insertó en la Gaceta de Madrid del 25 de agostó de 1812, y estipulaba, entre otras cuestiones, lo siguiente: Art. 1 Rusia tomará posesión de la Turquía europea y extenderá sus posesiones en Asia, tanto como crea conveniente. 72 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ Art. 2 La dinastía de Borbón en España y la Casa de Braganza en Portugal dejarán de reinar. Príncipes de la Casa Bonaparte recibirán ambas coronas. (5) Godoy, que esperaba recibir un reino al sur de Portugal, se apercibió del engaño y llevó a los Reyes a Aranjuez con el propósito de seguir hasta América, como habían hecho los reyes portugueses meses antes. Pero el 18 de marzo de 1808 le sorprendió el motín de Aranjuez, en el que salvó la vida a cambio de que su protector Carlos IV abdicara en su hijo Fernando VII. Napoleón atrajo a los Borbones con falsas promesas de ejercer como mediador en el conflicto dinástico entre padre e hijo, pero el 2 de mayo se produjeron los sucesos del enfrentamiento del pueblo de Madrid con los franceses y una insurrección generalizada en Asturias, Galicia, Andalucía y Valencia etc. Todas las autoridades constituidas -militares, eclesiásticas, judiciales y administrativas- exhortaron al pueblo en aquellos primeros momentos a someterse al rey intruso impuesto por Napoleón, con ello perdieron toda influencia sobre las clases medias, que consideraba que habían desertado en los primeros días de la lucha. Y de este modo, se inició un movimiento social que fue al mismo tiempo nacional, dinástico, tradicional y religioso. Nacional, por proclamar la independencia de España respecto de Francia; dinástico, por oponer al deseado Fernando VII a José Bonaparte; tradicional, por defender las viejas leyes y costumbres a las racionales innovaciones que traía Napoleón como último exponente de la revolución francesa; religioso, por oponer la “santa religión” a lo que se denominaba ateísmo francés, o sea, a la destrucción de los privilegios estamentales de la Iglesia romana. Tras el dos de mayo desapareció la Junta de Gobierno que había dejado Fernando VII, antes de su marcha a Bayona. Al no existir ningún gobierno central, cada ciudad sublevada formó una junta, subordinada a la de la capital de provincia. Estas juntas provinciales constituyeron, en cierto modo, gobiernos independientes, cada uno de los cuales puso en pie de guerra un ejército propio. Las Juntas Provinciales, que habían surgido a la vida tan de repente y con absoluta independencia unas de otras, concedían cierta ascendencia, aunque muy leve e indefinida, a la Junta Suprema de Sevilla, por considerarse esta ciudad capital de España mientras Madrid permaneciera manos de los franceses. Pero, finalmente, se constituyó una Junta Central formada por 34 miembros representantes de las Juntas Provinciales y uno de las Islas Canarias, que se reunió en Aranjuez el 25 de septiembre de 1808. La Junta Central, presidida por el 73 J. RENART conde de Floridablanca y Jovellanos efectuó una consulta al país y convocó Cortes. Luego, acusada de repetidos fracasos militares, fue sustituida por una Regencia, el 31 de enero de 1810 El 20 de julio de 1808, cuando José Bonaparte entraba en Madrid, 14.000 franceses, a las órdenes de los generales Dupont y Vidal, fueron derrotados por Castaños en Bailén y el Rey José Bonaparte tuvo que abandonar la capital para retirarse a Burgos. Palafox hizo levantar a Lefevbre el sitio de Zaragoza y a la Coruña llegó un ejército español de 7000 hombres que, sin que Napoleón pudiera evitarlo, había embarcado en la isla de Funen para acudir en auxilio de su país. Si los españoles hubieran aprovechado estas victorias podrían haber expulsado a los franceses al otro lado de los Pirineos. Napoleón decidió hacerse cargo personalmente de la guerra de España y llegó hasta Chamartín aunque sin entrar en la capital. Tuvo que regresar apresuradamente a París para hacer frente a una conspiración contra él y a una nueva coalición de los países europeos contra Francia. La derrota de Bailén, la humillación de la retirada de Madrid, Zaragoza, etc. y el desgaste de la guerra en España constituyeron una de las causas de su progresiva debilidad y de su derrota final tal como reconocerá el propio Napoleón, años después durante su destierro, en las memorias que dictó El Memorial de Santa Helena. 74 V CARACTERÍSTICAS DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812 Las características que distinguen la Constitución de Cádiz del resto de las constituciones promulgadas en nuestro país se pueden resumir en las siguientes: 1. Es la primera constitución española. Contiene los elementos jurídico-políticos esenciales que aparecerán en las posteriores de 1837, 1845, 1869, 1876, 1931 y en la actual de 1978, a la que se asemeja especialmente. Debe rechazarse que la Constitución de Bayona de 7 de julio de 1808 sea española. Fue impuesta por un poder extranjero después de una sublevación popular generalizada por todo el país (Bando de los Alcaldes de Móstoles declarando la guerra a Napoleón). La pretensión de Napoleón era extender la frontera sur de Francia hasta el río Ebro y hacer realidad el viejo sueño del emperador Carlomagno. La consecución de este objetivo habría producido la fragmentación de la unidad política de la península. La Constitución de Bayona es por su contenido, más que una constitución, es un Estatuto o Carta otorgada. Sigue el modelo de la Constitución francesa del año VIII, y del Senado-Consulto de 18 de mayo de 1804 que dió a Napoleón el título imperial. Puede considerarse como precedente de las Cartas otorgadas que concederán los monarcas europeos en el siglo XIX tras la Restauración. Al imponer un modelo-tipo de constituciones a los pueblos sometidos a la hegemonía de Francia, Napoleón ofrecía las ventajas de la Revolución Francesa: fin de los privilegios, avances sociales, accesibilidad a los empleos públicos, unidad de códigos, prosperidad en la agricultura, la industria y el comercio, buena administración pública, etc. es decir, el progreso y la felicidad para toda la sociedad, sin sufrir los rigores revolucionarios. La principal objeción que puede hacerse a la constitución de Bayona es que los representantes son elegidos por los tres estamentos del clero, la nobleza y el estado llano, no por los ciudadanos que forman la nación Esta fórmula no se impondrá en las constituciones sucesivas y significaba retroceder a la situación anterior al inicio de la Revolución Francesa, cuando se planteó, por primera vez ( mayo-ju- 75 J. RENART nio de 1789) si cada estamento deliberaba y votaba por separado o se deliberaba conjuntamente en una sola asamblea y si se votaba por cabezas. La representación por estamentos fue defendida también por algunos ilustrados como Jovellanos, con la finalidad de impedir por todos los medios los excesos revolucionarios, al tiempo que ofrecía como alternativa la existencia de dos Cámaras, una Cámara Alta que integrara la nobleza y el clero y otra Cámara Baja formada por el pueblo, siguiendo el modelo de la Constitución inglesa. En la Constitución de Cádiz se impondrá, finalmente, la igualdad en el derecho al voto y un sistema unicameral siguiendo el modelo de la Constitución francesa de 1791. La Constitución de Bayona reconoce derechos individuales a lo largo de su articulado, pero no reconoce la división de poderes. Los cuerpos colegiados –Senado, Cortes, Consejo de Estado- son simples Cámaras de registro de los proyectos que la Corona les presenta. El proceso legislativo se inicia en el Gabinete, pasa por el Consejo de Estado y se somete a la aprobación de las Cortes a las que no se les reconoce iniciativa legal, del mismo modo que no se prevé la posibilidad de presentar enmiendas. Los miembros del Senado y el Consejo de Estado son designados por la Corona. Los diputados de las provincias son elegidos por un cuerpo electoral formado los decanos de los regidores y de los curas de los pueblos más importantes. Tras lo expuesto podemos concluir que, tras la apariencia liberal, se configura un régimen claramente autoritario. La Constitución de Cádiz, por el contrario, sí contiene los elementos políticos esenciales que posteriormente se considerarán necesarios en la elaboración de cualquier texto constitucional y responde plenamente a los postulados de lo que hoy conocemos como Estado de Derecho.(1) En primer lugar, parte del principio de soberanía nacional:“La soberanía reside esencialmente en la Nación y, por lo mismo, pertenece a esta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.( artículo 3.” En segundo lugar, organiza el Estado según el principio de la división de los tres poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Así en el Título III : De las Cortes se regula el poder legislativo, en el Título IV: Del Rey el poder ejecutivo y en el Título V: De los Tri- 76 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ bunales de Justicia y de la Administración de Justicia en lo civil y criminal el poder judicial. En tercer lugar, aunque no dispone de una declaración de derechos, éstos vienen reconocidos a lo largo de su articulado.(2) Y, finalmente, el principio de legalidad de la Administración aparece como el inspirador del nuevo modelo de Administración Pública, que se regula en el Título VI: Del Gobierno interior de las provincias y de los pueblos, dividido dos Capítulos: Capítulo I De los Ayuntamientos y Capítulo II: Del Gobierno político de las provincias y de las diputaciones provinciales. 2. Ninguna Constitución en la historia del constitucionalismo ha tenido un ámbito territorial tan extenso: El artículo 10, único del Capítulo I: Del territorio de las Españas, establece el ámbito territorial al que se aplica la Constitución y que es el siguiente: “El territorio español comprende en la Península con sus posesiones e islas adyacentes: Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaen, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las Islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones en África. En la América Septentrional : Nueva España con la Nueva Galicia y península de Yucatán, Guatemala, provincias internas de Oriente, provincias internas de Occidente, isla de Cuba con las dos Floridas, la parte española de la isla de Santo Domingo y la isla de puerto Rico con las demás adyacentes a éstas y al continente en uno y otro mar. En la América meridional Nueva Granada, Venezuela, el Perú, Chile, provincias del Rio de la Plata, y todas las islas adyacentes en el mar Pacífico y en el Atlántico. En el Asia las islas Filipinas y las que dependen de su gobierno.” Sorprende la inclusión de Molina como territorio. Lo fue a petición del diputado de esta localidad, aceptándola Agustín Arguelles con el argumento de que citar unos u otros territorios no era cuestión decisiva y podía transigirse para contentar peticiones de este tipo. El argumento utilizado responde también a la mentalidad de la época que consideraba que palabras tales como libertad, soberanía del pueblo, igualdad de los hombres y otras similares, propias del discurso liberal, constituían verdades evidentes con cierto valor taumatúrgico o sagrado y que terminarían imponiéndose por sí mismas. 77 J. RENART Pero, aunque el diputado Arguelles intentara relativizar la importancia del territorio para transigir y contentar la petición, lo cierto es que el ámbito territorial de una constitución determina las normas que se aplican en el mismo y la de 1812 estaba destinada a aplicarse en los que figuran en el artículo 10. 3. La religión fue esencial para vertebrar la sociedad y forjar la cohesión de la nación española. La intervención de los religiosos fue determinante en la elaboración Constitución de 1812. El grupo de los diputados eclesiásticos era el mas numeroso, y no es necesario insistir en que sus integrantes poseían una formación esmerada, ya que la enseñanza en el Antiguo Régimen estaba en manos de la Iglesia.(3) Es aleccionador el dato del recuento de los diputados: 97eclesiásticos; 60 abogados, 55 funcionarios públicos, 37 militares, 16 catedráticos y los 43 restantes son propietarios, comerciantes, escritores, médicos y títulos del Reino. (4) El grupo eclesiástico no era homogéneo, pues en él figuraba todo el espectro político. Algunos eran perfectos conocedores y defensores de las ideas liberales. Así Muñoz Torrero (obispo de Cáceres y rector de la Universidad de Salamanca) pronunció el discurso inaugural de apertura de las Cortes en el que exaltó la soberanía nacional, la división de poderes y la inviolabilidad de los diputados. Otros defendían las regalías del monarca y mantuvieron el apoyo a los reyes tras la expulsión de los jesuitas, con las ideas propias de la Ilustración. Un tercer grupo, más conservador, era partidario de que la Iglesia dependiera exclusivamente del Papado y del papel tradicional Rey como defensor de la Iglesia A partir del siglo XIX la cuestión religiosa se convirtió en origen de conflictos constantes. El 17 de julio de 1834 se produjo la primera matanza de frailes en Madrid, durante una epidemia de cólera, debido al rumor de que habían envenenado las fuentes Al año siguiente, en 1835, se produjo una generalizada quema de conventos en toda España. Basta con leer los capítulos que Tocqueville dedica a la relación entre la religión y la revolución francesa y sus comentarios sobre el papel de la religión en las sociedades democráticas, para comprender el desacierto que en España se ha tenido en el modo de tratar esta cuestión en relación con otros países Así, en su obra. citada afirma: “Si detengo al primer estadouni- 78 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ dense que encuentro, ya sea en su país o en cualquier otra parte, y le pregunto si considera que la religión de útil para la estabilidad de las leyes y el buen orden de la sociedad sin vacilar responderá que una sociedad civilizada no puede subsistir sin religión. A sus ojos el respeto a la religión es la mejor garantía de la estabilidad del Estado y de la seguridad del os particulares. Los menos versados en la ciencia del gobierno conocen por lo menos tal hecho. Sin embargo, no hay país en el mundo en que las doctrinas más audaces de los filósofos del siglo XVIII, en materia política, se apliquen más que en América; sólo sus doctrinas antirreligiosas no han podido abrirse paso, ni siquiera gracias a la libertad de prensa ilimitada”. En 1812 el Preámbulo de la Constitución solo podía iniciarse del siguiente modo,: “En el nombre de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, autor y supremo legislador de la sociedad.” Conviene recordar que en la “Declaración de Derechos del buen pueblo de Virginia” de 1776, en su artículo 16 se alude a la religión o a las obligaciones que tenemos con nuestro Creador. La alusión a una entidad superior también figura en el Preámbulo de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 que se hizo bajo los auspicios del Ser Supremo. Es conocido, además, que en la moneda de papel de un dólar de los Estados Unidos de América aun figura la inscripción: “Confiamos en Dios”.(5) El artículo 12 de la Constitución de Cádiz refleja la influencia determinante que el grupo eclesiástico podía ejercer cuando actuaba sin fisuras.Así dispone: “La religión de la nación española es y será perpetuamente la católica apostólica y romana, única y verdadera. La nación la protege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquier otra.” En el mismo sentido, el artículo 173 obliga al rey a prestar el siguiente juramento al subir al trono: “Yo (aquí su nombre) por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía española , Rey de las Españas, juro por Dios y por los santos evangelios que defenderé la religión católica, apostólica, romana sin permitir otra alguna en el reino”. La religiosidad se manifiesta también, y de modo singular, en el proceso electoral Así resulta de los artículos. 46, 47 y 48, que regulan las juntas electorales de parroquia, de los artículos 70 y 71 que regulan las juntas electorales de distrito y de los artículos. 86 y 87 para las juntas electorales de provincia. Constituida cada una de las juntas electorales y previamente a la elección de los representantes 79 J. RENART había de de celebrarse una misa solemne de Espíritu Santo por el cura párroco, por el eclesiástico de mayor dignidad o por el obispo, según el tipo de Junta. En la misma se hacía un discurso propio de las circunstancias y, concluido este acto, se procedía a efectuar la elección, según el procedimiento legalmente establecido.(6) Los diputados eclesiásticos no mantuvieron, en cuanto a su actuación en las Cortes, su cohesión como estamento ni formaron un grupo propio, sino que se integraron en las corrientes políticas del momento. Así, la mayoría formó parte destacada del partido servil, aunque otros se alinearon en el partido liberal. En general, los diputados eclesiásticos se mostraban siempre dispuestos a sacrificar la prerrogativas regias (en parte porque recordaban el antagonismo entre la Iglesia y el Estado y, en parte, porque buscaban la popularidad de cierto progresismo. Así, en los debates sobre el sufragio universal, el sistema de cámara única, la supresión del derecho de propiedad para gozar del derecho electoral y el veto suspensivo del monarca, los diputados eclesiásticos se pusieron siempre al lado del sector mas democrático contra los partidarios de una Constitución inglesa que otorgaba al monarca amplias prerrogativas que llegaban a situarlo como jefe de la iglesia anglicana Durante los debates, el canónigo Cañedo, después arzobispo de Burgos se dirigió a Muñoz Torrero en los siguientes términos: “ Estais de acuerdo con reservar al rey un poder enorme; pero como clérigo estáis obligado ante todo a luchar por los intereses de la Iglesia y no por los del Rey” La influencia de los religiosos siempre matizaba los acuerdos, porque los liberales, aún los más radicales, no podían permitirse perder el apoyo de la Iglesia en plena guerra. Así, al discutirse el Decreto de las Cortes de 10 de noviembre de 1810 sobre la libertad de imprenta, que iba a marcar un hito en la difusión de los pensamientos y en la divulgación de las ideas políticas, los sacerdotes la combatieron por ser contraria a la religión. Tras unos debates sumamente borrascosos y haber declarado que todos eran libres de escribir y publicar sus ideas, sin necesidad de licencia especial, las Cortes aprobaron unánimemente una enmienda que, al introducir el vocablo “políticas”, redujo dicha libertad a la política y dejó todos los escritos sobre cuestiones religiosas sometidos a la censura de las autoridades religiosas, de acuerdo con las decisiones del Concilio de Trento. 80 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ El 18 de agosto de 1813, después de aprobado un Decreto penalizador de cuantos conspirasen contra la Constitución, se aprobó otro que establecía la persecución por traidor y la pena de muerte contra todo el que conspirase con objeto de que la nación española dejara de ser católica, apostólica y romana. Al ser abolido el voto de Santiago, que era un tributo que se pagaba a la Iglesia de Santiago de Compostela en honor al Apóstol se aprobó una resolución compensadora, proclamando a Santa Teresa de Jesús patrona de España. (7) Así mismo los liberales tuvieron buen cuidado de no proponer la abolición de la Inquisición, de los diezmos, de los monasterios etc. hasta después de promulgada la Constitución . Pero, a partir de este instante, la oposición de los serviles dentro de las Cortes y del clero fuera de ellas se hizo muy acusada. Las Cortes Constituyentes (Cortes Generales y Extraordinarias) se vieron reemplazadas el 20 de septiembre de 1813 por las Cortes Ordinarias que se trasladaron el 15 de enero de 1814 de Cádiz a Madrid. En las elecciones generales celebradas en 1813 habían obtenido una victoria decisiva los serviles. Finalmente, Fernando VII entró en Valencia el 16 de abril de 1814, en medio del júbilo exaltado del pueblo y mediante el Decreto de 4 de mayo siguiente, abolió todo lo anterior (los procesos revolucionarios sólo se habían producido en Francia y en España) como si no hubiera pasado en el tiempo, y restableció en su plenitud el Antiguo Régimen. 4. Recoge el desencanto ilustrado por los excesos de la Revolución Francesa (durante el terror y el periodo republicano) y opta por una monarquía parlamentaria. (8). La Constitución de Cádiz no es equiparable con otras anteriores, como la Constitución francesa de 24 de junio de 1793 (Constitución del año I), ni con la Constitución de 22 de agosto de 1795 (Constitución del año III), ni con la Constitución napoleónica de 15 de diciembre de 1799 (Constitución del año VIII) Las dos primeras pertenecen a periodos de la revolución francesa poco aceptables desde el punto de vista de las luces. Es asimilable, sin embargo, por su carácter moderado y por el intento de limitar el poder rey a la Constitución monárquica de 13 de septiembre de 1791, en los inicios de la Revolución, que rigió hasta que cayó la monarquía con el asalto a las Tullerías el 10 de agosto de 1792, la convocatoria de la convención y la 81 J. RENART abolición de la monarquía el 21 de septiembre de 1792 que inicia el calendario republicano. Luis XVI fue ejecutado en la guillotina el 21 de enero de 1793. Tanto en la Constitución de Cádiz como en la francesa de 1791, el Rey gobierna por la ley, es el primer servidor del Estado y, en este sentido, la Constitución de 1812 es semejante a la actual de 1978, aunque ésta ha ido mucho más allá al reducir el papel del rey a mero árbitro o moderador el sistema político. Por otra parte, si es cierto que la Constitución de 1812 es liberal también puede ser considerada como una reproducción de los fueros antiguos, pero leídos a la luz de los nuevos principios liberales y adaptados a las exigencias de la nueva sociedad. El derecho a la insurrección se suele considerar como una de las innovaciones mas osadas de la Constitución jacobina de 1793. Sin embargo este mismo derecho se encuentra en los antiguos fueros como el de Sobrarbe, donde es llamado “ Privilegio de la Unión”, en cuya virtud el rey no puede hacer la paz, ni declarar la guerra sin el previo consentimiento de las Cortes. La Diputación permanente de las Cortes, para velar por observancia de la Constitución durante la suspensión de las sesiones del cuerpo legislativo, se hallaba establecida de antiguo en Aragón y mas tarde fue introducida en Castilla. El Consejo de Estado es una creación singular de la Constitución de 1812, sugerida por la fatal influencia de las camarillas en la historia de la Monarquía española. No obstante, hay que señalar que en los antiguos fueros el rey debía estar rodeado siempre de doce comuneros y se prohibió que los diputados aceptaran honores o empleos del Rey. El pueblo, en determinadas ocasiones, se sublevó y dio muerte a los diputados que habían aceptado honores y distinciones de la Corona. Las Cortes de Cádiz privaron al Rey del derecho, que siempre había ejercido, de convocar, disolver o prorrogar las Cortes .Al respecto, puede recordarse el antecedente de la negativa a disolverse de los estamentos convocados por el Rey en 1789, que provocó la ruptura revolucionaria de los representantes elegidos ya que juraron en el Jeu de Paume de Versalles no disolverse hasta dotar a Francia de una constitución 82 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ En cuanto a la elección de los diputados por sufragio universal, no debe olvidarse que las mismas Cortes, así como todas las Juntas Provinciales, ya fueron elegidas por sufragio universal. Toda restricción de este derecho, basada en votaciones separadas para cada estamento o en el requisito de la propiedad, hubiera sido desconocer un derecho reconocido socialmente. La separación entre el poder judicial y el ejecutivo decretada por las Cortes de Cádiz, era reclamada en el siglo XVIII por los estadistas más esclarecidos de España. Además el odio general que había concitado el Consejo Real hizo que se sintiera unánimemente la necesidad de reducir los Tribunales a su esfera peculiar de acción. Si se examina detenidamente la Constitución de 1812, puede afirmarse que, lejos de ser una copia amorfa de la Constitución de 1791, es un producto original de la vida española que resucitaba antiguas instituciones nacionales, introducía las reformas reclamadas abiertamente por los escritores y estadistas mas eminentes del siglo XVIII y hacía inevitables concesiones a los prejuicios tradicionales del pueblo. (9) 5. Por primera vez, en nuestro derecho, un texto legal recoge la doctrina de los derechos del hombre y del ciudadano y organiza el estado siguiendo el principio de la división de poderes. La Declaración de derechos del Hombre y del Ciudadano de 26 de agosto de 1789 proclamó la necesidad de que los derechos naturales, inalienables e imprescriptibles de los hombres figurasen en una declaración solemne y afirmó que el fin de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. En su artículo 2 establece que “Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión”. Y en su artículo 16 dictaminó que : “Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni la separación de poderes determinada, no tiene Constitución”. En la Constitución de Cádiz la declaración de derechos aparece diseminada a lo largo de su texto El artículo 4 hace referencia a la libertad civil, la propiedad y demás derechos legítimos. En el artículo 13 se regula la libertad de imprenta. En el artículo. 248 se regula la igualdad ante la ley y en el artículo 373 el derecho de petición Partiendo del principio de que:” La soberanía reside esencialmente 83 J. RENART en la nación y por lo mismo pertenece a esta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales” ( artículo 3), la Constitución proclama la división de poderes, con arreglo a la cual “La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey”, (artículo.15). “La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey” (artículo 16) y “La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los Tribunales establecidos por la ley” (artículo.17) 6. Inicia la transformación del ejecutivo en Administración siguiendo el modelo francés. Crea dos instituciones fundamentales para la gestión del Estado: Las Diputaciones, órgano consultivo del Jefe político de la provincia y los Ayuntamientos donde haya núcleos de población de más de 1000 habitantes. El Título IV de la constitución se titula: “El Rey” y contiene una amplia regulación de esta institución en los artículos. 168 a 241. El rey personifica al poder ejecutivo y el texto regula sus potestades y sus funciones. El Título VI está dedicado al “Gobierno interior de las provincias y de los pueblos” y dará nacimiento a la Administración. La Constitución de Cádiz adopta el sistema continental del derecho administrativo pero con rasgos del modelo anglosajón, sin el privilegio de exención jurisdiccional de los Tribunales ordinarios. Sin embargo, a lo largo del siglo XIX se irán implantando los Tribunales contencioso- administrativos, alejándose del esquema inicial previsto en 1812 La función de mantener y hacer cumplir la ley que corresponde al poder ejecutivo, según el esquema de división de poderes que habían concebido Locke y Montesquieu, se transmuta en la Administración. La organización administrativa constituye una persona singular, un sujeto de derecho que realiza no sólo de la función ejecutiva, sino otras múltiples, generales y particulares, de hecho y de derecho, formales y materiales, cuya finalidad es bienestar y la felicidad de los pueblos. Para organizar política y administrativamente a los ciudadanos y gestionar sus intereses locales la Constitución de Cádiz crea dos instrumentos, que son los Ayuntamientos y las Diputaciones Provinciales. El Jefe Político de la Provincia, la Diputación y el Ayuntamiento 84 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (el Alcalde y los regidores) son propiamente la Administración, antes de que el crecimiento de los departamentos ministeriales, durante el siglo XIX, desarrolle la administración central y cree, además, una administración periférica mediante las delegaciones provinciales. El artículo 310 de la Constitución de Cádiz dirá: “Se pondrá un Ayuntamiento en los pueblos que no lo tengan, y en que convenga que lo haya, no pudiendo dejar de haberle en los que por sí o con su comarca lleguen a mil almas, y también se les señalará término correspondiente”. Por su parte el artículo 325 establece: “En cada provincia habrá una Diputación llamada provincial para promover su prosperidad, presidida por el Jefe superior.” Entre las funciones de las Diputaciones (aparte de realizar las obras públicas de común utilidad para los municipios de la provincia) destacan las de “cuidar que se establezcan Ayuntamientos donde corresponda los haya ( sin que pueda dejar de haberlos donde el núcleo de población llegue a mil almas)”. Las Diputaciones y los Ayuntamientos constitucionales son las instituciones que creó ex novo la Constitución de Cádiz, basadas en los principios de uniformidad e igualdad, con la finalidad de impedir cualquier veleidad de retornar al antiguo régimen que suponía el sistema del privilegio, los señoríos feudales y la confusión de poderes. Desde su creación por la Constitución de Cádiz estas instituciones han tenido rango constitucional siendo reguladas en los textos constitucionales. Sólo fueron suprimidas dos veces por el rey Fernando VII, la primera vez en 1814 y la segunda en 1823. 85 VI DESDE CÁDIZ HASTA HOY La invasión napoleónica no sólo precipitó la transición del antiguo al nuevo régimen en España sino que produjo las mismas consecuencias en América. La noticia de que se había constituido en España una Junta Central contra los franceses favoreció la consolidación de los agentes de la Corona española en América, pero muy pronto se reprodujeron los intentos para crear poderes locales y aparecieron juntas revolucionarias que adoptaron una serie de disposiciones y ejercieron un poder soberano, ya que los junteros consideraban que la soberanía había pasado a sus manos por la extinción material del poder de la metrópoli. Las nuevas autoridades que iban surgiendo permitieron, por una parte, la llegada al poder de grupos de criollos, que afirmaron su independencia mediante actos como la apertura de relaciones diplomáticas directas con Inglaterra y otros países y la proclamación de un régimen universal de libre comercio, que venía a satisfacer una de sus mas enraizadas ambiciones. Por otra parte, se produjo un proceso de convocatoria de reuniones o congresos, siguiendo el ejemplo de España con las Juntas, del que saldrían las declaraciones formales de independencia y los correspondientes textos constitucionales. Los constituyentes de Cádiz creían que el triunfo del sistema constitucional y el establecimiento de un régimen representativo serían suficientes para para colmar las demandas de los insurgentes del otro lado del Atlántico, con el resultado de poner término a la lucha. Se ordenó, en consecuencia, la inmediata jura de la constitución en los territorios americanos y la suspensión de hostilidades, así como la elección de los diputados americanos para que concurriesen a las nuevas Cortes. Hay que señalar que la Constitución no produjo los efectos taumatúrgicos esperados y, aunque afirmaba que todos eran igualmente españoles y que “El amor a la patria es una de las obligaciones de todos los españoles y, asimismo el de ser justos y benéficos ( art. 6), así como que: “Todo español está obligado a ser fiel a la Constitución, obedecer las leyes y respetar las autoridades establecidas y que “ El objeto de gobierno es la felicidad de la nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen( art 13), los españoles del otro lado del 86 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ Atlántico optaron por seguir su propio camino y romper los vínculos de dependencia con la metrópoli. (1) La lucha por la independencia de las colonias fue esencialmente un conflicto entre grupos americanos enemigos. En términos generales se produjo un enfrentamiento entre la burguesía criolla, que inició el movimiento, y la población indígena que, contra lo que pudiera pensarse y salvo en Méjico y el Alto Perú; se mantuvieron fieles a España y con frecuencia combatió, incluso encarnizadamente, a los independentistas. El primer movimiento secesionista pudo ser sofocado sin necesidad de la ayuda de España, de modo que en 1815, con la restauración fernandina, la primera fase de la revolución quedaba simultáneamente vencida en la Península y en ultramar. Para apagar los últimos rescoldos independentistas se organizó una expedición de unos 10.000 hombres mandada por Morillo que, destinada inicialmente a acudir a Buenos Aires, se desvió hacia Venezuela que cayó en su totalidad bajo el control español. Como reacción, Simón Bolívar creó un centro de resistencia en el norte del continente desde el que ocupó el territorio de la Gran Colombia, que el libertador trató inútilmente de institucionalizar. En el sur del continente, a la proclamación de independencia de Argentina siguió la invasión de Chile por San Martín quien, sin grandes dificultades, pudo poner fin al dominio español en la zona. Así, al final de la primera etapa absolutista de Fernando VII, se perdieron para España los territorios de Argentina, Chile, Nueva Granada y parte de Venezuela sin que se plantease siquiera la posibilidad de una negociación y sin que existiesen tampoco planes y medios para una acción militar capaz de reducir a los secesionistas. El monarca trató de conseguir el apoyo de Inglaterra y, cuando el gobierno británico se negó a ir más allá de una mediación pacífica partiendo del reconocimiento de la libertad de comercio, buscó el apoyo de la Santa Alianza . Al reunirse el Congreso de la Santa Alianza en Aquisgrán en octubre de 1818 la posición española, formulada en la Nota pasada a las potencias sobre la necesidad de una intervención en América, encontró la hostilidad de Inglaterra, que se opuso a toda colaboración militar, por lo que únicamente se ofreció a España una mediación colectiva bajo la forma de buenos oficios de las potencias legitimistas. La mediación fue descartada por Fernando VII que puso todas sus esperanzas en la expedición militar que preparaba y para cuyo transporte adquirió la famosa escuadra rusa (2). 87 J. RENART El pronunciamiento de Riego en 1820 en Cabezas de San Juan, al eliminar del tablero militar la fuerza expedicionaria penosamente reunida por el rey, dejaba la decisión a las fuerzas enfrentadas en América, lo que constituyó el golpe definitivo para el imperio español en América y, en consecuencia, la primacía absoluta e indiscutible de Inglaterra en el dominio de los mares. El imperio inglés, no ha sido un imperio sobre la tierra y sus habitantes sino sobre el mar y el comercio, con colonias en la costa ( Hong-Kong, Gibraltar, Las Malvinas). La pérdida de las últimas posesiones de Cuba y Filipinas causó un profundo impacto en la sociedad española (crisis de 1898), dando lugar a las corrientes regeneracionistas que intentaron detener y remontar el declive de nuestro país. Hegel dijo que la lechuza de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo y así ha sucedido en muchas ocasiones a lo largo de la historia (3). Cabe preguntarse si en la situación crepuscular de España por la pérdida de su posición hegemónica alguna lechuza de Minerva ha iniciado algún vuelo. En este sentido, se echa en falta una reflexión que, con rigor y objetividad, analice los puntos fuertes y las virtudes, los puntos débiles y los defectos de las decisiones y actuaciones, acertadas o equivocadas que adoptaron los protagonistas de este periodo de la historia de España enmarcado en la transición del Antiguo Régimen a la Edad Contemporánea. Afortunadamente, España se mantuvo al margen de la Primera y de la Segunda Guerras Mundiales, producidas, entre otras razones, por el enfrentamiento entre los intereses económicos coloniales de las grandes potencias ( el imperialismo fase superior del capitalismo) entre las que ya no figuraba España. Después de la Segunda Guerra Mundial se produjo la descolonización y la distribución del mapa político del planeta entre unos 200 estados. Hay que señalar, curiosamente, que en el caso de Portugal la pérdida definitiva de las colonias (Angola, Guinea y Mozambique, Timor y Macao) se produjo mucho mas tarde, ya que no tuvo lugar hasta 1975 con la revolución de los claveles 88 VII CONCLUSIÓN La Junta Central (21de septiembre de 1808- 31 de enero de 1810), creada en ausencia y cautividad del monarca antes de la reunión a Cortes, estaba presidida por el conde de Floridablanca y contaba entre sus miembros con Jovellanos y el poeta Quintana, que redactaba con excelente calidad literaria sus decretos y manifiestos.(1) La siguiente cita muestra la imagen que se tuvo de la Junta Central en el exterior del país y el gusto por la pompa que se nos atribuye, sobretodo en la cultura anglosajona, incluso a los personajes históricos de primera relevancia: “El Presidente recibió el título de Alteza, los demás miembros el de Excelencia y a la Junta en Pleno le fue reservada el nombre de Majestad. Sus componentes adoptaron un vistoso uniforme parecido al de un general. adornaron su pechos con insignias que representaban ambos mundos y se asignaron emolumentos anuales de 120.000 reales (2 )” La Junta Central, en el ejercicio de su tarea de Gobierno, decía en uno de sus manifiestos: “Existe una unión entre los dos hemisferios entre los españoles de Europa y de América, una unión que nunca podrá ser destruida, porque se apoya en las bases mas sólidas que unen a los hombres: un origen común, la misma lengua, las mismas leyes, las mismas costumbres, la misma religión, honor, sentimientos, relaciones e intereses. Estos son los lazos que nos unen ”.( 3) A las Cortes de Cádiz asistieron 3 diputados por Filipinas y 24 por los dominios americanos, que se consideraban a si mismos españoles que luchaban, junto a otros españoles, contra los franceses. No es posible resistir la tentación de transcribir las palabras de uno de los diputados americanos, designado por Quito y Nueva Granada: José Mejía Lecquerica que fue, además, uno de los mas grandes y respetados oradores en las Cortes: “Todos los españoles de ambos hemisferios componemos un solo cuerpo, formando una misma nación; es preciso que, así como somos 89 J. RENART iguales en derechos, lo seamos también en las obligaciones, cualquiera que sea el punto de la monarquía que sufra el peligro que motive los sacrificios. Al pronunciarlo me lisonjeo de ser el intérprete fiel de los sentimientos de América; pues esta se halla tan lejos de ceder a las maquinaciones del tirano de Francia ( como se ha tenido la temeridad de suponerlo respecto a los países en conmoción) que ni un solo hombre, entre muchos millones que la componen detesta menos la atroz barbarie de estos feroces vándalos, que los desgraciados pueblos de la península han sido lastimosa víctima de sus sacrilegios, de su brutalidad y de su carnicería… Todos los americanos anhelan permanecer españoles…Por lo que a mi toca creo que el mejor modo de manifestarse españolas nuestras provincias ultramarinas es permanecer unidas con la libre patria común que a manera de un árbol frondoso extendió sus ramas por esas dilatadas regiones. Y, a decir verdad la nación española no es mas que una gran familia, que viniéndole estrecho el antiguo mundo, se dilató por los inmensos espacios del nuevo: esto es, que no cabiendo en su primitiva casa la aumentó con nuevas habitaciones, pero siempre bajo un mismo techo, es decir, al amparo de la sombra de una misma soberanía. Con que, siendo todos nosotros una sola nación, una misma familia y una indivisa fraternidad, no encuentro el menor inconveniente, antes sí justos motivos, para que nuestros hermanos lleven en las Américas iguales cargas que en la península.” En Cádiz los españoles necesitaron y reclamaron el apoyo del otro lado del atlántico. Cuando se perdieron los territorios de América en la segunda década del siglo XIX se tuvo la dolorosa sensación de haber perdido parte de la identidad de España. Cuando se perdió Cuba 80 años después también se tuvo la sensación de necesitar a Cuba. Necesitaban la parte de más allá del Atlántico porque formaba parte de las Españas. Hoy los españoles tratan su propia historia con resignación y exceso de culpabilidad. No se consideran capaces de asumir las consecuencias que un análisis objetivo puede tener para nuestra colectividad eludiendo ciertas lecturas interesadas de la Historia de España que racionalmente no se mantienen. Conmemoraciones como la del presente año 2012 pueden iniciar el camino de un redescubrimiento. El planeta es hoy una aldea global y los españoles de ambos hemisferios mantienen una cultura común de origen hispánico basada en el mestizaje. 90 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ Algunos imperios (el Imperio napoleónico o el Imperio alemánDeutsches Reich-) han tenido una existencia política efímera y una extensión que no va mucho mas allá de sus propios pueblos. La Monarquía Universal Española ha dejado una huella profunda en la lengua, la religión y la cultura, de todos los territorios a los que se extendió y que hoy necesitan la referencia de las Españas para explicar su identidad. España puede estar presente en el concierto de los pueblos que forman la humanidad a partir de las ideas de dignidad y mestizaje. El mensaje que escribió para la historia la Constitución de Cádiz en su artículo 1º es el recuerdo permanente de esta realidad, todavía hoy, insoslayable. 91 VIII NOTAS I INTRODUCCIÓN (1) La primera vuelta al mundo partió de la idea de Fernando Magallanes, un marino portugués nacido en 1480, experto en las artes de navegar e intrépido aventurero. Había realizado unos primeros viajes por la India y Malaca entre 1505 y 1511 y, al regresar a Portugal, sabía la enorme riqueza que generaba la importación a Europa de las especias asiáticas. Ante el fracaso que obtuvo al exponer sus proyectos al rey de Portugal, Magallanes decidió ir a España y exponer al joven rey Carlos I su audaz proyecto. Las capitulaciones para el viaje se firmaron el 22 de marzo de 1519 en Valladolid, en las cuales se le otorgaba el título de Gobernador y Adelantado de todas las tierras que descubriese. La expedición partió del puerto de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Estaba formada por cinco naves (La Trinidad, San Antonio, Victoria, Santiago y La Concepción) y 234 hombres. Después de tres años menos catorce días el 6 de septiembre de 1521 la expedición, al mando de Juan Sebastián Elcano, entraba en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda. con sólo 18 tripulantes. Magallanes había muerto en un enfrentamiento con los indígenas en las Islas Filipinas, el 21 de abril de 1521. La nave San Antonio había desertado de la expedición con 60 tripulantes y volvió a Sevilla, antes de descubrir el paso meridional del continente americano y cruzar el estrecho que permitía entrar en el Océano Pacífico y seguir hacia la China y la India.(el estrecho hoy lleva el nombre de Magallanes, pero este lo bautizó con el de Todos Los Santos) La nave Santiago naufragó en el estuario del río Santa Cruz en 1520. La Trinidad terminó en manos de los portugueses en las Molucas. La nave Concepción fue abandonada y quemada cerca de Cebú por falta de tripulación para navegar El cargamento traído en la única nao que regresó: la Victoria era de 381 sacos de especias, con un peso de 524 quintales. Su venta en el mercado español y europeo cubrió los gastos de la expedición y arrojó un beneficio de 346.220 maravedíes. Juan Sebastián Elcano, y la tripulación superviviente marcharon a Valladolid, ante la Corte del Emperador Carlos V. Allí presentaron a los indios que traían de aquellas remotas islas, los regalos de sus reyes, pájaros raros, productos exquisitos y las preciosas especerías adquiridas. El emperador llenó de honores a los héroes de la hazaña, recibió personalmente a todos los supervivientes y además se preocupó de que fueran liberados los marineros apresados por los portugueses, tanto en Filipinas como en Cabo Verde. Elcano recibió una cuantiosa renta anual y un escudo de armas cuya cimera, un globo terráqueo, lleva la leyenda PRIMUS CIRCUMDEDISTI ME (El primero que me diste la vuelta). (2) Producidas las conquistas del imperio azteca y del imperio inca, en la América española existieron dos grandes divisiones administrativas: el Virreinato de Nueva España y el Virreinato del Perú. El Virreinato de Nueva España o México fue creado oficialmente en 1535 y su primer Virrey fue Antonio de Mendoza que sustituyó a Hernán Cortés. Sus límites abarcaron los del imperio Azteca. Estuvo conformado por las Reales Audiencias de Santo Domingo, México, Panamá que alternó con el Virreinato del Perú, Guatemala, Guadalajara y Manila. El Virreinato del Perú tuvo como límites los del imperio Inca, salvo el límite sur que fue ampliado hasta la Tierra del Fuego y el límite este que incorporó los territorios de la Amazonia hasta el límite con Brasil fijado en el Tratado de Tordesillas y las Capitulaciones de Toledo de 1529. Estuvo integrado por las Reales Audiencias de Lima, Santa Fe de Bogotá Charcas, Quito, Concepción, Buenos Aires, Santiago y Cuzco En el siglo XVIII se 92 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (3) (4) (5) (6) creó el Virreinato de Nueva Granada que originó los actuales países de Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador .y el Virreinato del Río de la Plata que dió origen a las actuales repúblicas de Argentina, Paraguay y Uruguay Sobre el alcance social de un precepto jurídico, García de Enterría en su libro La lengua de los derechos. La formación del Derecho público europeo tras la Revolución Francesa, afirma lo siguiente: “ La lengua del Derecho es ya una lengua preceptiva, que no se conforma con reflejar especularmente la situación tal como existe, sino que aspira a conformarla en moldes prefigurados con ánimo de instalarla duraderamente a través de instituciones nuevas. Esto supone pasar, normalmente, al tono preformativo, según el tecnicismo propuesto por J.L. Austin y que ha pasado como un instrumento de referencia al vocabulario de los lingüistas. Como es sabido, el enunciado performativo, por diferencia del constatativo, no intenta describir ni una cosa existente, ni una idea, o un deseo; es el que por su sola enunciación hace advenir o existir lo que dice. El enunciado que contiene no puede por ello ser calificado de verdadero o falso, sino que es en sí mismo la realización de un acto. Pero cuando la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano proclama un determinado derecho, lo está extrayendo del mundo de las ideas para instalarlo como existente en el orden social; en el orden lingüístico, no son enunciados denotativos, ni siquiera deontológicos, sino performativos en su intención y en su efecto. Cuando la Declaración dice que los hombres son libres e iguales quiere decir que convengamos que, a partir de ahora el momento en que la frase se pronuncia se produce el efecto de su propio contenido, haciendo acceder a la realidad la libertad y la igualdad.” La constitución de la República de 1931, acorde con sus circunstancias históricas, también establece en su artículo 1º los valores esenciales del ordenamiento jurídico que propugna y prefigura un modelo de Estado. Los valores esenciales son los de República democrática de trabajadores en régimen de libertad y justicia y constituye un Estado integral compatible con la autonomía de municipios y regiones.: “España es una República democrática de trabajadores de todas clases, que se organiza en régimen de libertad y de justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. La bandera de la república española es roja, amarilla y morada.” En los artículos 1 a 4 del Capítulo I del Titulo I recoge la Constitución de 1812 la definición de Nación propia del pensamiento liberal. Así el art. 2 afirma “ La nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona. El art. 3 “ La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales. Finalmente el art. 4 dispone: “ La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen. Como antecedentes directos de la Constitución de Cádiz se encuentran las constituciones americanas y las francesas. Las americanas se promulgan primero en las 13 colonias (Declaración de Derechos de Virginia de 12 de junio de 1776, en septiembre la Declaración de Derechos de Pensilvania y la de Delaware, en noviembre la de Maryland, en diciembre la de Carolina del Norte, en 1780 la de Massachusetts) para terminar con la Constitución Federal de los Estados Unidos de 17 de de septiembre de 1787 que sustituye a la Confederación.. En Francia se promulgan la de 1791, 1793 (Constitución del año I), 1795(Constitución del año III), 1799 (Constitución del año VIII) y de 1804. Los textos constitucionales contienen con variantes los mismos principios: los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes. Tienen ciertos derechos naturales como el gozo de la vida y la libertad, la propiedad y la búsqueda y obtención de la felicidad. El gobierno está instituido para el bien común y la protección y seguridad del pueblo, nación o comunidad. Nadie tiene derecho a emolumentos privilegiados de la comuni- 93 J. RENART (7) (8) dad. Los poderes legislativo y ejecutivo del estado deben estar separados y ser distintos del judicial. Sin embargo en la constitución de 1812 muchas de las instituciones que regula cuentan con antecedentes directos en nuestro derecho histórico y pueden interpretarse como una evolución a partir de los mismos. Karl Marx fue corresponsal del New York Daily Tribune y escribió dos series de artículos, una desde julio a septiembre de 1854, con motivo de la Revolución en España (1854-1856) protagonizada por O Donell, y Espartero contra el gobierno moderado, durante el reinado de Isabel II. La otra serie de artículos se publicó de septiembre a diciembre de 1954 y se refieren en general a la historia de España desde una perspectiva revolucionaria, es decir, valorando las características peculiares que presentan las revoluciones en nuestro país. Friedrich Engels publicó en el mismo periódico unos artículos que siguen con detalle la campaña militar española en la guerra de África de 1860. Por el Decreto dado en Valencia el 4 de mayo de 1814, Fernando VII abolió la Constitución de 1812, diciendo lo siguiente. “Habiendo oído lo que unánimemente me han informado personas respetables por su celo y conocimientos, y los que de acerca de cuanto aquí se contiene me han expuesto en representaciones que de varias partes del Reino se me han dirigido, en las cuales se expresa la repugnancia y disgusto con que así la Constitución formada por las Cortes Generales y Extraordinarias , como los demás establecimientos políticos de nuevo introducidos, son mirados en las provincias; los perjuicios y males que han venido de ellos y se aumentarían si yo autorizase con mi consentimiento, y jurase aquella Constitución; conformándome con tan decididas y generales demostraciones de la voluntad de mis pueblos, y por ser ellas justas y fundadas, DECLARO que mi real ánimo es no solamente no jurar ni acceder a dicha constitución ni a decreto alguno de las Cortes Generales y Extraordinarias, a saber, los que sean depresivos de los derechos y prerrogativas de mi soberanía establecidas por aquella Constitución y las leyes en que de largo tiempo la nación ha vivido sino el de declara aquella constitución y tales decretos nulos y de ningún valor y efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubieran pasado jamás tales actos , y se quitasen de en medio del tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos, de cualquiera clase y condición, a cumplirlos ni guardarlos”. En 1820 Fernando VII dirá “ Cuando vuestros heroicos esfuerzos lograron poner término al cautiverio en que me retuvo la mas inaudita perfidia, cuanto ví y escuché se reunió para persuadirme que la nación deseaba ver resucitada su anterior forma de Gobierno… No se me ocultaba el progreso de la civilización europea…la difusión universal de las luces…que era indispensable amoldar tales elementos a las instituciones…a fin de obtener armonía entre hombres y leyes en que radica la estabilidad y el reposo de las sociedades. Pero mientras Yo meditaba maduramente me habéis hecho entender vuestro anhelo de que restableciese aquella Constitución que entre el estruendo de armas hostiles fue promulgada en Cádiz en 1812…Españoles: vuestra gloria es la única que mi corazón ambiciona…guardaos de falaces apariencias de un bien ideal…evitad la exaltación de las pasiones…repeled las perfidias : Marchemos francamente y yo el primero por la senda constitucional y mostrando a la Europa un modelo de sabiduría, orden y perfecta moderación en una crisis que en otras naciones ha sido acompañada de lágrimas y desgracias , hagamos admirar y reverenciar el nombre de lo español., al mismo tiempo que labramos para siglos nuestra felicidad y nuestra gloria.”. II EXCURSUS SOBRE METODOLOGÍA (1) Alexis de Tocqueville (1805-1859), escribió dos obras clásicas de sociología política La democracia en América y El Antiguo Régimen y la Revolución. Ambas han tenido una profunda influencia y han sido objeto de admiración en muchos países, sobre todo en los anglosajones, desde su aparición la primera en 1835 y la segunda en 1856 . Raymond Aron, en el mismo sentido que hablaba Tocqueville de no conocimiento del futuro y de la necesidad de modestia, señala que los hombres hacen la historia pero no 94 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (2) (3) (4) (5) (6) (7) saben lo que hacen (Introducción a la obra de Weber: “El Político y el Científico publicada en Alianza Editorial): “Max Weber no se cansaba de subrayar la distancia entre los proyectos de los hombres y las consecuencias de sus acciones. Lo que una generación quiso libremente se transforma para la generación siguiente en un destino inexorable. Los puritanos elegían libremente la especialización profesional, los hombres de hoy se ven obligados a ella. Ciertamente, no nos asalta la tentación de poner en duda la perpetua diferencia entre lo que los hombres desean y lo que soportan cuando pensamos en las esperanzas de Lenin y observamos la realidad del estalinismo, cuando observamos la fe que inflamaba a tantos jóvenes alemanes en 1932-1933 y traemos a la memoria alguno de los horrores del nazismo. La historia es la tragedia de una humanidad que hace su historia, pero no sabe la historia que hace. La acción política es pura nada, cuando no es un esfuerzo inagotable para obrar con claridad y no verse traicionado por las consecuencias de las iniciativas adoptadas.” Max Weber en su obra citada El Político y el Científico analiza con detalle la profesión de político y la profesión de científico. Destacaremos, no obstante, por su concreción, unos párrafos de la Introducción de Raymond Aron respecto a la distinción entre ciencia política y actividad política: “La moral del hombre de acción excluye la sumisión a las reglas de la ética formal al estilo kantiano o a los imperativos sublimes del Sermón de la Montaña…Entrar en política es participar en los conflictos en los que se lucha por el poder: el poder de influir en el Estado y, a través de él, sobre la colectividad. Al mismo tiempo, queda uno obligado a someterse a las leyes de la acción, aunque sean contrarias a nuestras íntimas preferencias y a los diez mandamientos; se concluye un pacto con los poderes infernales y se queda condenado a la lógica de la eficacia.” Para el profesor que quiere entrar en política, la dificultad proviene de la disciplina y de la doctrina de los partidos. En ningún país del mundo y en ninguna época existe un solo sociólogo ni economista que sea capaz de tomar al pie de la letra el programa de ningún partido político. En el mejor de los casos, sólo podrá adherirse a ellos haciendo un amplio uso de lo que en materia religiosa se llamaba interpretación simbólica. No existe ni un solo ejemplo de oposición que no utilice frente al Gobierno argumentos injustos o mendaces que consiste en reprocharle no haber logrado éxitos que nadie hubiera podido lograr o haber hecho concesiones que nadie hubiera podido evitar. Para el profesor de ciencias sociales que quiere entrar en política esto representa una permanente tensión…La vocación de la ciencia es incondicionalmente la verdad. El oficio del político no siempre permite decirla”. Herman Heller en su obra Teoría del Estado señala: “Cualquier conocimiento o saber sólo tendrá valor para el político práctico si puede ser utilizado como arma, de manera inmediata , en la lucha política del día, por esta razón hace sobre todo apelación al sentimiento y a la voluntad del hombre. En cambio el teórico de la política estima a cada idea por su valor para el conocimiento y no, como el práctico por el influjo que, a modo de propaganda pueda ejercer en la conducta humana. No le está permitido al investigador de la política utilizar el conocimiento como instrumento actual de dominación política, sino que, para él ha de significar siempre una formación espiritual de sentido que debe conservar su autonomía relativa a través de las cambiantes situaciones políticas de poder…” Alexis Tocqueville op. cit. Alexis Tocqueville op. cit. Herman Heller op.. cit.. Fernán González ( 929-970) consiguió hacer un condado hereditario, evitando así que los condes castellanos fueran puestos y quitados según la voluntad de los reyes leoneses. En los tiempos de Fernán González las frontera de Castilla estaban marcados por el mar de los cántabros en el norte. El pueblo cántabro era la base de Castilla. Si la reacción cordobesa era insostenible, quedaba la base de la Montaña, la tierra en que se habían estrellado, romanos, godos y árabes. Por eso el pasar los montes hacia el sur significaba ser foramontano, conquistador. Las actuales provincias de Santander o Cantabria y Vizcaya 95 J. RENART (8) (9) eran el norte, por el sur llegaba hasta Roa, Aranda de Duero y Osma y por el este desde el puerto de Piedras Luengas siguiendo el Pisuerga hasta Roa Después de un periodo en que hubo un protectorado de Navarra el primer rey de Castilla fue Fernando I el Magno ( 1037- 1065). Heredó de su madre ( D.ª Mayor o D.ª Elvira) el condado de Castilla y al morir el Rey de León sin descendencia y ser Fernando I cuñado del rey leonés, el obispo Servando coronó rey de León a Fernando I De esta manera llegaba la primera unión de los reinos de Castilla y León. No obstante Fernando I actuó como su padre, Sancho Garcés y repartió sus territorios entre sus hijos dejó Castilla a Sancho, León a Alfonso, Galicia a Garcia, Zamora a Urraca y Toro a Elvira. El hijo de Carlomagno, Ludovico Pio, nombró a Borell conde de Vic en el año 798 . En el año 800 se celebró en Tolosa una asamblea para formar unas liga entre francos y aquitanos para la conquista de Barcelona que fué tomada por Ludovico Pio, siendo el conductor de las huestes cristianas Guillermo de Tolosa. Este acontecimiento es el verdadero fundamento de la Marca Hispánica y el principio del condado de Barcelona, asignado a Bera, que tanta importancia iba a tener en el desarrollo de la España cristiana. En el año 874 Wifredo I el Velloso consiguió hacer hereditario el condado de Barcelona y, con la ayuda de los catalanes (la palabra proviene de chateaux.: castillo y de chatalán el que vive en el castillo), consiguió expulsar a los árabes de Ausona, Montserrat y gran parte de la actual Tarragona. Al desaparecer la dinastía carolingia, en el año 987, se empieza a considerar la independencia del condado de Barcelona. Alexis Tocqueville op.cit.. III. LA SITUACION GENERAL. (1) El matrimonio de los Reyes Católicos se celebró en secreto en Valladolid el 18 de octubre de 1769, sin que la entonces princesa de Castilla pidiera la obligada dispensa pontificia para casarse con su primo Fernando de Aragón (sus abuelos eran hermanos). El arzobispo de Toledo falsificó la bula de dispensa (dijo que ya había sido expedida por el papa Pio II y que los contrayentes ya estaban dispensados de todos sus grados de consanguinidad), pero el matrimonio no sería canónico hasta tres años después. El papa Sixto IV extendió la bula (el I-XII-1472) y mandó desde Roma a Castilla como legado pontificio al Cardenal Rodrigo Borja, para que se la entregara en mano a los Reyes El cardenal Borgia que había aconsejado al Papa para que firmara la bula esperaba como recompensa el feudo de Gandía que añadiría a sus dominios como cardenal de Valencia, para su hijo Pedro Luís Y así fue. Cuando en 1485 Fernando se convirtió en Rey de Aragón, Pedro Luis pasó a ser Duque de Gandía. Del mismo modo cuando Rodrigo Borja en 1492 salió del cónclave convertido en el Papa Alejandro VI, los reyes de España por un bula expedida por él recibieron el título de Católicos. Los reyes de Francia tienen el título de Cristianísimos. La denominación de Católicos podría parecer inocente en el campo de la diplomacia, un título más, sin embargo es el signo de toda una época en la historia que marca los rumbos futuros de la Península Ibérica y América. Reyes Católicos significa Reyes Universales. (2) La Luisiana es un territorio de aproximadamente 2 millones de kilómetros cuadrados, que pertenecía a la España borbónica desde 1765 por cesión de Francia. .Fue vendida por Carlos IV a Napoleón. Posteriormente éste la vendió a las 13 colonias independientes de Inglaterra dispuestas a pagar lo que fuera por duplicar su territorio y controlar el Misisipí. El precio de venta de Napoleón fue mucho mayor al de adquisición, a 7.40 $ por km2 lo que le permitió sufragar holgadamente sus campañas militares. La compraventa de La Luisiana fue uno de los eventos más significativos que tuvieron lugar durante este periodo, aun cuando sus consecuencias pasaran relativamente inadvertidas en su momento. Otro exponente de la extensión del dominio español en lo que hoy son los Estados Unidos es California. Debe su nombre a la reina Calafia de las amazonas En el siglo XV. Garci 96 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ Ordoñez de Montalvo escribió en Medina del Campo una novela de caballería que leían con avidez los descubridores españoles que partiendo de Nueva España (Méjico) se adentraban en la parte oeste de los Estados Unidos. La protagonista de la novela, la reina Calafia, dirigía un ejército de mujeres guerreras, las amazonas. Para conocer los pormenores del nombre de California y la fundación de San Francisco y Los Ángeles por la orden de los franciscanos es recomendable la novela de Blasco Ibañez titulada: “La reina Calafia.”. El río más caudaloso del mundo, el Amazonas también debe su nombre a lo que acabamos de referir. (3). Curiosamente quienes mejor han estudiado el imperio español son los tratadistas ingleses. Los españoles culpabilizados excesivamente por ideologías partidistas han sido incapaces de asumir con objetividad su propia historia. Han negado incluso la realidad de su imperio al afirmar que ya estaba en declive con Carlos V y Felipe II. De este modo se han visto incapaces para conocer y valorar sus virtudes y sus defectos, sus puntos fuertes y sus puntos débiles como han tenido todos imperios que han existido La cita del texto es del libro de Henry Kamen: Imperio: la forja de España como potencia mundial. Destacamos de este libro un párrafo que nos parece poético y digno de una epopeya, la navegación del galeón de Manila: “En 1939, el historiador William L. Schurz se ocupaba de un suceso que resulta muy apropiado para describir el imperio español : las riquezas del galeón de Manila. Durante más de dos siglos este solitario bajel surcó las aguas del Pacífico entre Asia y Acapulco llevando en sus bodegas las fortunas y esperanzas de españoles, mexicanos, chinos, japoneses y portugueses. Es el auténtico símbolo del alcance internacional de los intereses ibéricos. El imperio como el incansable galeón, sobrevivió durante siglos y sirvió a muchos pueblos. Muchos de ellos eran inevitablemente españoles, pero otros provenían de todos los rincones del globo”. (4) Las relaciones entre España e Inglaterra , determinantes en la historia de ambos países y en que dejara de existir el concepto de una sóla nación formada por los españoles de ambos hemisferios, deberían de ser objeto de un estudio detallado que las explicara en su totalidad. Es poco conocido, pero no por ello menos significativo que Felipe II fué rey consorte de Inglaterra desde 1554 a 1558. y que preparó no una sino dos armadas para invadir Inglaterra y destronar a la reina protestante: la primera en 1588 y la segunda en 1596. Tampoco es conocido que la Invencible Inglesa o Contraarmada al mando de Sir Francis Drake fue un duro fracaso para los ingleses. La guerra entre España e Inglaterra continuo con Felipe III quien en 1601 invadió Irlanda y durante 4 meses los españoles al mando de Juan de Águila dispusieron de los castillos y apoyo de los nobles irlandeses necesarios para proseguir la conquista a la espera de nuevos desembarcos. Con la llegada de la dinastía católica de los Estuardo al trono de Inglaterra, tanto la guerra como la invasión de la isla dejó de tener objeto.Relataremos algunos de estos hechos: El 25 de julio de 1554 Felipe II se casó con la reina de Inglaterra María de Tudor.. Felipe II reinó en Inglaterra hasta que murió su esposa la reina María sin descendencia el 17 de noviembre de 1558. Las cláusulas del matrimonio eran muy rígidas, equiparables a las que en su día se establecieron entre los Reyes Católicos, para garantizar la total independencia del Reino de Inglaterra. Así, si el matrimonio tenía un hijo se convertiría en heredero de Inglaterra, los Países Bajos y Borgoña. Si María muriese siendo el heredero menor de edad, la educación correría a cargo de los ingleses. Si Felipe moría, María recibiría una pensión de 60.000 libras al año, pero si fuera María la primera en morir Felipe debía abandonar Inglaterra renunciando a todos los derechos sobre el trono. Felipe actuó conforme a lo estipulado en el contrato matrimonial y no se entrometió en el gobierno de su esposa. Durante gran parte de su reinado estuvo ausente, especialmente a partir de 1556 cuando su padre abdicó en 97 J. RENART él la Corona de España. Que Felipe II por intereses de su padre Carlos V se casara con una reina inglesa no debe sorprender. La alianza entre España e Inglaterra contra Francia se inició con el matrimonio en 1501 entre Catalina de Aragón, la hija menor de los Reyes Católicos, de 15 años de edad, con Arturo el príncipe de Gales primogénito de Enrique VII. Como el heredero a la corona murió prematuramente se celebró un un nuevo matrimonio de Catalina, con su hermano, que en 1509 asumió el reinado como Enrique VIII ( Catalina tenía 23 años y Enrique VIII 18 años). El matrimonio fue feliz durante 18 años hasta que el Rey empezó a preocuparse seriamente por tener un heredero varón y se enamoró de Ana Bolena casándose con ella, ya embarazada de la futura reina Isabel I (el 25 de enero de 1533). Enrique VIII había solicitado la nulidad de su matrimonio con Catalina de Aragón al Papa, pero a la nulidad se opuso además el emperador Carlos V poco dispuesto a ver comprometida su estrategia contra Francia y defensor de su tía Catalina de Aragón . Enrique VIII consiguió que el Parlamento y luego el arzobispo de Canterbury anularan su matrimonio (23 de mayo de 1533). Se separó de la obediencia a la Iglesia Católica de Roma en 1534 e hizo que se le reconociera como Jefe Supremo de la nueva Iglesia de Inglaterra.(actual iglesia anglicana). Enrique VIII había establecido en su testamento la línea de sucesión a la corona. A su muerte le heredaría su hijo varón Eduardo VI hijo de Ana. Si moría sin descendencia le sucedería en el trono María Tudor hija de su primera mujer Catalina de Aragón y nieta, por tanto de los Reyes Católicos. Y en tercer lugar, heredaría la Corona Isabel hija de Ana Bolena. Las previsiones del testamento se cumplieron íntegramente. Eduardo VI murió a los 15 años de edad y le sucedió su hermanastra María Tudor. A la muerte de María Tudor sin descendencia subió al trono de Inglaterra su hermanastra Isabel I Tudor, hija de Enrique VIII y Ana Bolena. Isabel dictó el Acta de Supremacía que exigía a todos un juramento de reconocer a la reina la suprema autoridad en asuntos religiosos y el Acta de Uniformidad que fijaba el dogma y la liturgia. En principio se aceptó porque no existían demasiadas diferencias entre las ceremonias litúrgicas anglicana y católicas. Los protestantes que se negaban a aceptar los 39 artículos de la iglesia anglicana por encontrar demasiados elementos católicos y papistas fueron perseguidos al igual que los católicos disconformes. En 1568 la reina María de Escocia perseguida por sus propios súbditos buscó refugio en la Corte de su prima la reina Isabel. Pero en vez de tratarla como huésped la apresó y la metió en la cárcel pues sabía que los católicos ingleses veían en María a su legítima reina haciéndola ejecutar en 1587, dieciocho años después. En 1571 el Papa Pio V excomulgó a la reina Isabel. El fracasado intento de la conspiración de Ridolfi para destronarla en la que intervino el duque de Norfolk ( ejecutado en 1572) terminó de exasperar a la reina Isabel contra los católicos. Felipe II como paladín de la causa católica no veía con buenos ojos el curso de los acontecimientos en Inglaterra. Isabel protegía a los rebeldes de los Países Bajos pero no le interesaba que se convirtieran en un protectorado francés, prefería unos Países Bajos divididos entre los adictos a Felipe II y los partidarios de Guillermo de Orange. Sin embargo había otro objetivo que ofrecía a Inglaterra perspectivas mucho mejores: romper el monopolio comercial de España con las Indias. El monopolio se basaba en la bula del Papa valenciano Alejandro VI que delimitó las zonas de influencia entre España y Portugal. La rebelión protestante al poner en cuestión la autoridad del Papa rechazaba las bases jurídicas del Tratado. Pero de nada servía que el Rey francés Franciso I se quejara de que el Rey de España detentaba el dominio de América como si lo hubiese recibido de Adán. España dominaba América por derecho de conquista y poblamiento y, en virtud de su mayor poder, las otras naciones tendrían que luchar para abrirse paso, para lo cual tardaron aproximadamente tres siglos. El intento de destronar a Isabel provocó una corriente de indignación que tuvo como con- 98 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ trapartida los numerosos ataques del pirata inglés Drake contra el poderío español en América. En 1572 Drake inició sus ataques en el istmo de Panamá por donde pasaba la plata peruana, pero aunque con la sorpresa en esta ocasión tuvo éxito y volvió con un inmenso botín los españoles reaccionaron y desbarataron sus planes. Drake intentó la ruta de Magallanes, consiguió otro botín y volvió a Inglaterra dando la vuelta al mundo, donde fue recibido como un héroe. en 1580. Para los españoles esto no constituía ninguna catástrofe, pero Felipe II no esperó para tomar medidas y apoyó a los voluntarios del Papa a efectuar un desembarco en Irlanda. En 1585 la reina Isabel como respuesta autorizó una nueva expedición contra las Indias españolas y portuguesas primero atacó Vigo, luego los ingleses se dirigieron a Cabo Verde donde atacaron los puertos de Santiago y Porto Playa, atacaron Santo Domingo, Cartagena de Indias y La Florida, en 1586 estaban de vuelta otra vez. Felipe II no lo dudó mas y encargó a D. Álvaro de Bazán, Marques de Santa Cruz, y Alejandro Farnesio los planes para invadir Inglaterra y destronar a la mujer hereje . En líneas generales su idea era la siguiente: Alrededor de 60.000 soldados deberían ser desembarcados en Inglaterra, adonde llegarían transportados por 150 naves, además de las de carga: La campaña duraría ocho meses y costaría 4 millones de ducados. El secreto era indispensable y en la costa de los Países Bajos se concentrarían 35.000 soldados. La escuadra de guerra escoltaría la travesía del canal hasta un punto situado entre Dover y Margate. La flota mantendría el dominio del mar mientras las tropas de Farnesio atravesaban el canal. La mayor dificultad estribaba en poner pié en territorio inglés, la belicosidad de los tercios españoles se daba por descontada así como el levantamiento de parte de la población inglesa contra un gobierno de herejes. Como puntos vulnerables del plan español estaba el mando doble de la expedición y que en los Países Bajos no había ningún puerto para el fondeadero de los barcos españoles. No obstante los responsables de las operaciones bélicas no albergaban ninguna duda sobre el éxito de la empresa. No obstante, los barcos españoles respondían a técnicas de guerra ya superadas y buscaban el abordaje y la lucha cuerpo a cuerpo, no destruir barcos enteros como pretendían los ingleses que ante el temor a los barcos españoles tenían navíos más rápidos y ligeros y sus cañones de mayor alcance. Alejandro de Farnesio ocupó el puerto de Sluys e hizo construir canales para poder llevar las barcazas desde el Escalda hasta Dunkerke. Aún así Sluys no tenía calado suficiente para permitir fondear a los grandes galeones, En febrero de 1588 murió el Marqués de Santa Cruz y fue sustituido por el Duque de Medina Sidonia que aunque no era marino reunió un magnífico grupo de colaboradores comandantes de las escuadras. Felipe II hizo un intento firmar la paz con Inglaterra para disuadirla de sus actos de piratería y publicó los datos de la armada , pero no consiguió la paz. En mayo de 1588 Lisboa pudo contemplar la concentración de 130 grandes barcos, que transportaban 2431 piezas de artillería y 22.000 soldados A pesar de estar en las cercanías del verano la flota estuvo anclada cerca de un mes en Belem esperando que el mar se clamara. Después de detenerse otro mes en la Coruña el 21 de julio aparecieron por primera vez las naves inglesas. Desde los primeros encuentros las naves inglesas consiguieron desorganizar la flota que buscó refugio en Calais. Medina- Sidonia ordenó a Farnesio que iniciase el embarque y este respondió que lo haría cuando regarantizase la inactividad de la flotilla holandesa y de la escuadra inglesa. Calais se convirtió en una trampa, los disparos de la artillería española que daban cortos y los intentos de abordaje inútiles. La flota recibió la orden de internarse en el Mar del Norte, lo que era en realidad una orden de retirada pero por el más peligroso de los rumbos, quizá con la esperanza de poder desembarcar. Navegaron hacia el norte, dando la vuelta a Gran Bretaña y descendiendo hacia el sur por Irlanda. Durante el periplo sufrió horrorosas tempestades que acabaron por destrozar la desgraciada expedición. El resto unos 10.000 hombres y 66 buques llega- 99 J. RENART ron como pudieron a los puertos de España. La noticia era que Dios les había abandonado. La frase que se atribuye a Felipe II fue: “Yo envié mis naves a luchar con los hombre, no contra los vientos y las olas de Dios” El fracaso de invasión de Inglaterra por la Gran o Felicísima Armada para los españoles, denominada Invencible por los ingleses tuvo efectos morales (no dieron fruto los esfuerzos realizados) pero no fue una pérdida real de capacidad económica o militar Lo que supuso el intento de invadir Inglaterra y destronar a Isabel I lo expresa esta frase también atribuída a Felipe II “ Doy gracias a Dios de que me haya dejado recursos para soportar tal pérdida, y no creo importe mucho que nos hayan cortado las ramas, con tal que quede el árbol de donde han salido y de donde pueden salir otras”. La reacción del rey fue la propia de un buen gobernante. Comenzó a preparar una nueva flota con barcos mejores y más modernos. Envió a América los mejores técnicos en fortificaciones y al poco tiempo los mayores puertos estaban perfectamente defendidos. Al no poder asegurar la ruta de las indias hizo inexpugnables los convoyes que transportaban a España el oro y la plata de las Indias, con fragatas rápidas encargadas de poner a la fuga a cualquier asaltante. Una epidemia diezmó la flota inglesa pocos meses después del fracaso de la Gran Armada con pérdidas humanas comparables a las españolas. Drake organizó en 1589 La invencible Inglesa o Contrarmada. Sacó su escuadra de Plymouth en 1589 y desembarcó en la Coruña, consiguió saquear una parte de la ciudad pero finalmente fue rechazado, destacando la figura de Maria Pita en la heroica defensa y sufriendo la pérdida de unos 1.300 muertos y 4 naves hundidas. En el desembarco que hizo después cerca de Lisboa. las tropas del Regente de Portugal D. Alberto exterminaron sin piedad a los desembarcados. Los intentos de atacar la flota de Indias ahora sin fisuras resultaron infructuosos y regresaron de vacío con pérdidas de 12.000 hombres y 20 barcos. En 1592 la captura del barco inglés “Revengue” sirvió de modelo a los ingenieros navales españoles para diseñar nuevos buques. En la segunda expedición a las Indias Drake y Hawkins (1595-1596) fueron derrotados en Canarias..Fracasaron en Portobelo( Panamá) ante fuerzas muy inferiores en número y finalmente en Puerto Rico. Ambos murieron durante la expedición( Drake el 28 de enero de 1596 y John Hawkins el 12 de noviembre del mismo año). El resultado fue de tres buques capturados por los españoles, 17 buques hundidos o abandonados, 2500 muertos y 500 prisioneros, de las 30 naves que salieron de Inglaterra sólo 5 regresaron a la metrópoli. Como contrapartida a los ataques ingleses, el 26 de julio de 1595, tres compañías de arcabuceros al mando del capitán Carlos Amézquita en cuatro galeras desembarcaron en al Bahía de Mounts en Cornualles al sur de Inglaterra . Las milicias inglesas que se les enfrentaron arrojaron las armas y huyeron presas de pánico. Los españoles tomaron lo que necesitaban, quemaron varias localidades, desmontaron la artillería de los fuertes ingleses y celebraron una misa católica en suelo inglés prometiendo construir una iglesia cuando Inglaterra fuera derrotada, hundieron el barco la Royal Navy que les había dado alcance y esquivaron una flota que les persiguió . El éxito rotundo animó para la siguiente invasión Dos años después del ensayo anterior en 1596 Felipe II planeó una nueva invasión de Inglaterra tras un ataque de Charles Howard a Cádiz sin éxito. Calais había caído en manos españolas y por tanto ya tenía el puerto que necesitaba par la invasión de Inglaterra. La nueva flota, casi del mismo volumen que la primera constituía la mas convincente demostración de la recuperación naval española. Tras avanzar hacia las costas inglesas sin encontrar oposición un fuerte temporal dispersó la flota si bien en esta ocasión no se produjeron los resultados catastróficos de 1588. Aún así siete barcos llegaron a tierra en las proximidades de Falmouth, desembarcando 400 soldados de élite que se atrincheraron esperando refuerzos para marchar sobre Londres. Tras dos días de espera en los que las milicias inglesas no se atrevieron a hostigarlos, recibieron la orden de reembarcar, pues 100 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ la flota española se había dispersado irremediablemente volviendo a España. En el reinado de Felipe III, el 2 de septiembre de 1601, zarparon de Lisboa hacia Irlanda, 33 barcos, con 4.432 hombres al mando de Juan de Águila. Su objetivo era tomar el puerto de Cok al sur de la isla, perfecto para un desembarco. Una fuerte galerna dispersó los barcos, pero el 1 de octubre desembarcaron en la bahia de Kinsale. La flota volvió a España en busca de refuerzos y Juan de Águila construyó dos fuertes en la bahía: Castle Park y Ringcurran. Los ingleses atacaron los fuertes pero fueron rechazados. Después de otra victoria sobre los ingleses y tras un nuevo desembarco de los españoles en Catlehaven, los nobles escoceses juraron fidelidad a Felipe III y además le entregaron sus castillos para futuros desembarcos. El 13 de enero de 1602, los ingleses vencieron a un ejército escocés, (batalla de Kinsale), que se salvó de ser aniquilado por la intervención de la infantería española.. Aislado Juan de Äguila al no recibir refuerzos acordó su retirada regresando a España con su ejército intacto y los irlandeses que quisieron seguirle, a la espera de otra invasión. Su conducta fue censurada por el Consejo de Guerra de Madrid.que en estos tiempos de dominio español invencible no veía con buenos ojos las retiradas estratégicas aunque fueran, prácticamente, con los mismos efectivos del desembarco. Con la dinastía de los Estuardo, reyes católicos en el trono de Inglaterra, se inicia un periodo de entendimiento y pierde su objeto la invasión de la isla Como resumen de este periodo hay que afirmar que la principal aliada de Inglaterra, que evitó la derrota, fueron los temporales y galernas del Atlántico y del Cantábrico, cuya predicción en aquel tiempo se desconocía y que impidieron en cada ocasión un desembarco efectivo. La superioridad terrestre de los españoles y el apoyo de la población católica habrían asegurado el triunfo en caso de haber desembarcado con fuerzas suficientes.. Es distinto que las naves partan de la isla inglesa con mal tiempo con destino hacia zonas calmadas, que desde un mar apacible se adentren en grupo hacia el mal tiempo, que dispersa los barcos, sin saber cuando tiempo tardará el mar en calmarse. Cuando murió Felipe II en 1598 dejó un país tranquilo, en la cima de su poder y con la sucesión asegurada, mientras que cuando murió en 1603 Isabel I, que se había negado a casarse, murió rodeada de intrigas y aterrorizada, con un reino que estaba lejos de ser la potencia en que luego se convertiría. La dinastía de los Austrias de Felipe II seguiría en España un siglo más, pero la de los Tudor de Isabel I se extinguió con ella. Después de Felipe II y en los primeros años del reinado de Felipe III se inició un periodo de paz que se llamó “ Pax Hispánica”, por el Tratado de Verbins (1598) se firmó la paz con Francia, por el Tratado de Londres( 1604) con Inglaterra y por el Tratado de Amberes (1609) la paz con las Provincias Unidas. Cuando se firmó el Tratado de Londres que puso fin a la guerra con Inglaterra,en agosto de 1604. El rey Jacobo I lo ratificó al día siguiente, sin embargo Felipe III esperó hasta junio de 1605. Por el tratado el rey ingles se comprometía a que ni él ni ninguno de sus súbditos ayudaría a los rebeldes holandeses mediante ningún medio. Se prohibía la venta de armas, municiones y aparejos a los holandeses. Por otro lado, se abrían los puertos ingleses a los barcos de guerra españoles, que podían entrar en ellos sin necesidad de permiso si iban en escuadras de menos de ocho unidades, también podían abastecerse en esos puertos y hacer reparaciones. Se permitía el comercio libre entre ambos reinos e Inglaterra reconocía a la infanta Isabel Clara Eugenia y a su marido como soberanos de los Países Bajos. Ambas potencias renunciaban al corso y,en consecuencia, castigarían los actos de piratería. As,í cuando en 1617 el inglés Walter Raleigh atacó Venezuela a su regreso a Inglaterra en 1618 fue detenido y ejecutado. Como fruto de la paz entre el Imperio Español y la Corona de Inglaterra en 1621, reinando FelipeIV el príncipe de Gales viajó a Madrid para negociar su matrimonio con la hermana del rey Ana de Austria permaneciendo en España seis meses. La princesa española finalmente se desposó con Luis XIII de Francia. 101 J. RENART (5) Como resumen de este periodo que finaliza con la firma de la paz entre Londres y Madrid Garret Mattingly, en su obra La armada invencible Edt. Grijalbo, afirma: “En 1603 España no había abandonado a Inglaterra ninguno de sus dominios de ultramar, mientras que la colonización inglesa de Virginia tuvo que ser aplazada de momento. La campaña de la Invencible tampoco transfirió el dominio de los mares de España a Inglaterra. La derrota de la Invencible no significó el fin de la marina española sino su comienzo. Loa ingleses podían invadir la costa española pero no bloquearla. Drake u Hawkins soñaban con someter a Felipe II impidiendo la llegada de riqueza del Nuevo Mundo, pero el caso es que llegaron mas tesoros de América a España desde el 1588 al 1603 que en ningún otro período de quince años de la historia española. Agustín Ramón Rodriguez en su obra Victorias por mar de los españoles Biblioteca de historia 2006 escribe: “ La pretendida victoria inglesa de 1603 brilla totalmente por su ausencia…una reelaboración de la historiografía victoriana del siglo XIX quiso adelantar nada menos que al siglo XVI la evidente hegemonía británica en los mares conseguida a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX…es cierto que los ingleses pudieron sentirse orgullosos de que una potencia considerada mediana pudiera hacer frente y hasta ocasionar graves contratiempos a una potencia mundial como era la monarquía de Felipe II. Pero una cosa es haber sobrevivido, que no era poco ciertamente, y otra muy diferente el haber ganado la guerra y con ella el Tridente de Neptuno La última de las tentativas españolas de intervenir directamente en territorio inglés tuvo lugar en el reinado de Felipe V, cien años después en 1719. Pero, posteriormente, durante la guerra de España y Francia contra Inglaterra,1779 a 1783, con motivo de la independencia de las colonias americanas, durante el reinado de Carlos III, también se pensó en intervenir militarmente en la isla sin que estos planes se llevaran a efecto. El Cardenal Alberoni, favorito de la reina Isabel de Farnesio y ministro de Felipe V, cuyo objetivo era devolver a España su papel de potencia Europea proyectó la invasión de Inglaterra. El objetivo del Cardenal Alberoni era la destitución del rey protestante Jorge I de Hannover y el apoyo al depuesto Jacobo II Estuardo, último rey católico, y para ello apoyarse en las constantes revueltas nacionalistas de Escocia. El 13 de abril de 1719 George Keit simpatizante del rey Jacobo con 300 infantes se infiltró en Escocia . El plan era que una flota de 27 naves y 7000 hombres al mando de James Buttler( capitán general del ejército británico exiliado en España) desembarcaría en el sur de Inglaterra.. La flota salió de Cádiz pero fue dispersada a las tres semanas a la altura del cabo Finisterre por un temporal averiando los barcos. Como en 1588 el mal tiempo protegió a la isla de la invasión sin que James Buttler pudiera coordinarse según el plan con los que consiguieron desembarcar en Escocia al mando de George Keit.. Tras un mes de movimientos en el norte de Escocia los españoles se enteraron de que los refuerzos no llegarían. .El enfrentamiento con el ejército inglés se produjo en las cañadas de Glenshiel, llamadas desde entonces: El desfiladero de los españoles. El ejército, partidario del rey católico Jacobo II, que en sus dos terceras partes compuesto por escoceses, fue derrotado en el momento que el héroe escocés Bob Roy fue herido. Los clanes abandonaron el combate para salvarle la vida.. Los 274 españoles capturados, tras las negociaciones con España, fueron devueltos a su país natal. George Keit se salvó de la horca escabulléndose junto con los escoceses en su retirada Se exilió a Prusia donde fue nombrado embajador en Francia. Su hermano Francis Keit escribió un libro sobre la batalla. El Conde Aranda ( 1719-1798).después del motín de Esquilache pasó a ocupar la presidencia del Consejo de Castilla. Consecuencia casi inmediata de este motín fue la expulsión de los jesuitas. El marqués de la Ensenada, el abate Gándara y el abate Hermos fueron desterrados o encarcelados. El Rey dictó el decreto de expulsión en febrero de 1767, con la aprobación de las cinco sextas partes de los prelados. españoles. El Decreto decía “He venido a mandar se extrañen de todos mis dominios de España e Indias, Islas 102 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ Filipinas y demás adyacente, a los religiosos de la Compañía, así sacerdotes, como coadjutores y legos que hayan hecho la primera profesión, y a los novicios que quisieran seguirles y que se ocupen todas las temporalidades de la Compañía en mis dominios” Por las tensiones con el primer ministro Grimaldi, debidas a la ocupación por los ingleses de las Malvinas, ya que era partidario de una intervención armada, el Conde Aranda se vió obligado a abandonar la presidencia del Consejo de Castilla y aceptó el cargo de embajador en París. Tras la g la independencia de los Estados Unidos en que España declaró la guerra a Inglaterra consiguió la devolución de Menorca, la Florida oriental y occidental y la costa de Honduras y Nicaragua., aunque no la devolución de las Bahamas y Gibraltar. Con la Revolución Francesa se produjo el ascenso y al caída definitiva de Aranda. Destituido Floridablanca que había intentado crear un cordón sanitario Aranda fue nombrado de nuevo primer ministro e intentó llevar una política de conciliación con Francia, pero el encarcelamiento de la familia real francesa y la abolición de la monarquía dio pié a que se le acusara de reformista y enciclopedista. Fue sustituido por Godoy. IV EL CONTEXTO SOCIAL Y POLÍTICO INMEDIATO (1) Las dos obras del Abate Emmanuel Sieyes: Ensayo sobre los privilegios y ¿Qué es el tercer Estado? desentrañan la esencia del Antiguo Régimen, basado en la desigualdad del nacimiento. Sieyes dirá : “El privilegio es una dispensa para el que lo obtiene y un desaliento para los demás. Si ello es así, habrá que reconocer que los privilegios son una triste invenció. Imaginemos una sociedad construida y feliz.¿ No es evidente que para trastornarla por completo bastará con dispensar a unos y desalentar a los demás?. El Código civil prusiano fue promulgado por Federico II de Prusia en 1792. Parte de los derechos naturales de los hombres pero mantiene el régimen estamental por lo que se considera al Código de Napoleón de 1804 como el primer Código moderno que elimina los estamentos y parte de la aplicación de la Declaración de Derechos del hombre y del ciudadano de 26 de agosto1789.El artículo 1 de la Declaración de Derechos señala “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundamentarse en la utilidad común.” (2) Para los ilustrados era necesario que la sociedad explicitara en un texto constitucional el pacto social. Así,en 1775, cuando Turgot presentó a Luis XVI su Memoria sobre las municipalidades, que constituye el antecedente inmediato del municipio actual, escribió la famosa frase que tantas implicaciones posteriores tendría: “ La causa del mal, Señor, es que vuestra nación no tiene constitución” Promulgadas las constituciones de las colonias americanas cualquier intento de reforma social y política ha de partir de la definición previa de las reglas del juego. En este sentido los estados generales en 1789 en pugna con el Rey que les había convocado y después de haber fijado la votación por cabezas al encontrar la sala de reuniones cerrada, que indicaba que el rey prescindía de ellos, se reunieron en el Juego de pelota y jurarón no disolverse hasta dotar a Francia de una constitución. En España la Junta Central Suprema ante la ausencia de Fernando VII realiza pidió la opinión al país e inició los preparativos para que la nación tuviera una constitución. La necesidad de un texto que regule el proceso político y la sociedad no ha perdido desde entonces un ápice de su importancia, la Constitución actual de 1978 es un ejemplo claro del papel que desempeña para la convivencia social el texto normativo de la Constitución. Como ejemplo del modo de elaboración de una Constitución podemos citar la Constituyente francesa de 1789. En el mes de julio se plantearon los problemas en torno a si la Constitución debería ir precedida o no de una declaración de derechos naturales de alcance universal, ya que, si adoptaba esta fórmula, se resolvería el problema de la falta de legitimidad de la Asamblea que había sido convocada por el Rey con otro carácter, reunión de los representantes de los tres estamentos en Estados Generales . El 4 de agosto se decidió casi por unanimidad que una Declaración de Derechos debía se el Preámbulo del nuevo texto constitucio- 103 J. RENART nal, apoyándose en la teoría del poder constituyente, según la cual Francia era una gran nación, con una larga historia tras ella, pero no había establecido su constitución. Ésta sólo podía fundamentarse en el poder político soberano de la nación, que delegaba su soberanía en la Asamblea para que sus representantes la elaborasen y promulgasen las leyes como expresión de la voluntad general. Pero como la constituyente no había sido elegida como tal, y quería conciliar la soberanía nacional con la existencia de la Monarquía, la solución finalmente adoptada fue la de declarar la primacía del derecho natural y los derechos naturales e inalienables de los hombres sobre la tradición monárquica, rechazando todo lo que no fuera soberanía compartida entre el Rey y la Nación. La Constitución era, además, para los constituyentes franceses el instrumento para regenerar la sociedad Así Thourez, se dirigía en septiembre de 1789 a la Asamblea Nacional con estas palabras: “Establecer la Constitución es para nosotros reconstruir y regenerar el Estado. No es necesario pues que una pusilanimidad rutinaria nos tenga esclavizados al antiguo orden de las cosas, cuando es posible establecer las mejores base y necesario disponer los resortes del Gobierno par los nuevos efectos que se trata de obtener. Como no habría regeneración si no se cambia nada, sólo habría una superficial y pasajera si los cambios se limitaran a simples paliativos, dejando subsistir las causa de los antiguos defectos. No tratemos de hacer la Constitución, si no queremos regenerar a fondo.” (3) (4) Las opiniones sobre Napoleón Bonaparte están divididas. En sentido favorable se le presenta como un héroe de la gloria de Francia en la magnificencia de su tumba bajo la cúpula de Los Inválidos y se le reconoce su labor legislativa al promulgar los códigos civil y penal que garantizan los derechos del hombre y del ciudadano y los principios de libertad, igualdad y fraternidad. En sentido mucho menos amable con los logros del corso está por ejemplo la opinión de Thomas Jefferson: “[un] miserable que (…) provocó mas dolor y sufrimiento en el mundo que cualquier otro ser humano que hubiera vivido anteriormente. Después de destruir las libertades de su patria, ha agotado todos sus recursos, físicos y morales, para regodearse en su maniática ambición, su espíritu tiránico y arrollador (…) ¿ Qué sufrimientos pueden expiar (…) las desdichas que ya ha afligido a su propia generación, y a las venideras, alas cuales ya ha agobiado con las cadenas del despotismo.(…) El Atila de nuestro tiempo ha causado la muerte de cinco o diez millones de seres humanos, la devastación de otros países, la despoblación del mío, el agobiamiento de todos sus recursos, la destrucción de sus libertades (…) ha hecho todo esto para hacer más ilustres las atrocidades perpetradas, para engalanarse así mismo y a su familia con diademas y cetros robados”. Beethoven se decepcionó con la coronación de Napoleón en 1804 y le retiró la dedicatoria de su Tercera Sinfonía colocando como subtítulo <Sinfonia eroica, composta per festeggiare il sovvenire d un grand uomo. ( Sinfonía heroica compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre.). Para el historiador francés Taine toda la obra de Napoleón es “ la obra del egoísmo servido por el genio; en su edificación europea como en su edificación francesa el egoísmo soberano ha introducido un vicio de construcción”. Según el tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), una vez invadido Portugal sería dividido en tres zonas. El norte ( Oporto y Entre-Minho-Douro) sería entregado, con el nombre de Lusitania Septentrional, al antiguo rey de Etruria, Carlos Luis I de Borbón, sobrino de Fernando VII, en compensación por los territorios italianos entregados a Napoleón. La zona centro ( Beiras, Tras-os- Montes y Estremadura portuguesa) se reservaría para un posible cambio por Gibraltar y la isla de Trinidad, también en manos de Gran Bretaña. La zona sur ( Alentejo y Algarve) pasaría a Godoy y su familia como Principado de los Algarves. En cuanto a las colonias portuguesas, su división entre Francia y España se dejaba para un acuerdo posterior. 104 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (5) A los pocos días, las tropas españolas del norte, tras entrar por la villa portuguesa de Valença habían tomado Oporto y las del sur, desde Badajoz habían llegado a Setúbal. Por su parte, el ejército expedicionario francés del general Andouche Junot atravesaba España y cruzaba la frontera por Alcántara el 20 de noviembre y entraba en Lisboa el 30 de noviembre de 1807. El día anterior, la familia real portuguesa encabezada por el Príncipe Regente, futuro JuanVI, y otras quince mil personas, habían salido hacia Brasil, donde quedaría fijada la Corte hasta 1821. La presencia de tropas francesas en España fue aumentando, pues en lugar de transitar hacia Portugal fueron ocupando, sin ningún respaldo del Tratado, diversas localidades como Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastian, Barcelona o Figueras. El 17 de marzo de 1808 se produjo el motín de Aranjuez que provocó la caída de Godoy y el 23 de marzo Madrid es ocupada por las tropas francesas del mariscal Murat, que es recibido por Fernando VII como aliado, confiando que Napoleón cumpliría el Tratado de Fontainebleau. Napoleón había advertido que en España existía un vacío de poder por el conflicto dinástico entre Carlos IV, dominado por su mujer María Luisa de Parma, con su hijo Fernando VII y que tenía una ventaja militar por la ocupación de numerosas plazas españolas y la salida de las tropas hacia Portugal. Convocó a padre e hijo a Bayona: Fernando VII llegó el 20 de abril, dejando en Madrid una Junta de Gobierno. Carlos IV y María Luisa de Parma llegaron el 30 de abril y obtuvo de ellos la abdicación a su favor el 5 de mayo de 1808. El 6 de junio un Decreto imperial pone fin formalmente a la crisis dinámica y proclama a su hermano José I, Bonaparte Rey de las Españas y de las Indias. Nueve días después se reunían en sesión inaugural los 65 diputados españoles que fue posible juntar, después de laboriosas gestiones en que se llegó a repartir credenciales entre los españoles presentes en Bayona. En las siguientes tres semanas celebraron doce sesiones sobre la base de un proyecto preparado por el emperador. Las enmiendas fueron sometidas a la rectificación del emperador quién finalmente decidió sobre su inclusión en el texto constitucional promulgado el 6 de julio .de 1808. Dos días después se presentó José I Bonaparte para jurar la Constitución y recibir el primer testimonio de la fidelidad de sus súbditos.A continuación procedió al nombramiento de su primer gabinete. Pero el 2 de mayo de 1808 se había producido un levantamiento en Madrid por el traslado a Francia del infante Francisco de Paula y contra la ocupación francesa (enfrentamientos con el pueblo en la Puerta del Sol, con los militares del Parque de Monteleón: en que perdieron la vida Daoíz y Velarde y el teniente Ruíz,, fusilamientos del 3 de mayo) De este modo dio comienzo lo que se conocería como la Guerra de la Independencia. Artículos de Karl Marx para el New York Daily Tribune V. CARACTERÍSITICAS DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812 (1) La Constitución de Bayona establece la representación por estamentos en los artículos siguientes: art 61: “ Habrá Cortes o Juntas de la Nación compuestas de 172 individuos, divididos en tres estamentos, a saber: el estamento del clero. El de la nobleza. El del pueblo. El estamento del clero se colocará a la derecha del Trono, el de la nobleza a la izquierda y en frente el estamento del pueblo. Art. 62. El estamento del clero se compondrá de 25 arzobispos. Art.63. El estamento de la nobleza se compondrá de 25 nobles, que se titularán Grandes de Cortes. Art. 64. El estamento del pueblo se compondrá : 1º De 62 diputados de las provincias de España e Indias. 2º. De 30 diputados de las ciudades principales de España e islas adyacentes.·3º. De 15 de negociantes o comerciantes. 4º. De 15 diputados de las Universidades, personas sabias o distinguidas por su mérito personal en las ciencias o en las artes. (2) La Constitución de 1812, al no ir precedida de una Declaración de Derechos, éstos se encuentran repartidos a lo largo del articulado. La propiedad y los demás derechos legítimos en el art 4: “La nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de los individuos que la componen”. 105 J. RENART (3) (4) (5) (6) La libertad de imprenta en el art. 131: Las facultades de las Cortes son…Proteger la libertad política de imprenta”. La igualdad ante la ley en el art. 248 “En los negocios comunes no habrá mas que un solo fuero para toda clase de personas”. El derecho de petición el art 373: “Todo español tiene el derecho a representar a las Cortes o al Rey para reclamar la observancia de la Constitución”. Por lo que se refiere a la intervención de los religiosos en la política, que hoy puede resultar extraña, debemos considerar la influencia determinante que tuvo, por ejemplo, Emmanuel Sieyes, abate de la catedral de Reims, durante el periodo revolucionario francés desde 1789 a 1899. El abate Sieyes inició la revolución, al lograr que el clero y la nobleza se unieran al tercer estado y se constituyeran en Asamblea Nacional para dotar a Francia de una constitución; puso fin a la misma, al preparar el golpe de estado que llevó a Napoleón Bonaparte al poder, para terminar con los excesos del Directorio republicano En Valencia, reino-provincia, se eligieron 17 diputados por la población, 2 por ciudades en Cortes (Valencia y Peñíscola) y uno por la Junta Superior. Las elecciones debían celebrarse por estamentos, pero las únicas que finamente se hicieron, los días 27 de enero y 2 de febrero de 1810, fueron las del brazo popular La Junta provincial se reunió en la ciudad de Valencia los días 13, 14 y 15 de febrero. En el acta que se conserva figuran 17 elegidos y 5 suplentes. Los elegidos eran 5 religiosos, 5 abogados, 1 catedrático de derecho civil y secretario del santo oficio, 3 militares 2 nobles y 1 intendente. Entre los suplentes había tres abogados, 1 comerciante y 1 noble. Entre los diputados valencianos, destaca Joaquín Lorenzo Villanueva y Astengo (Xátiva 1757-Dublín 1837) por sus numerosas obras, entre ellas un diario de su estancia en Cádiz Mi viaje a las Cortes de tendencia política liberal. Es el diputado mejor estudiado. De él se ha dicho que : “Era como si Santo Tomás de Aquino se sentase en los escaños del oratorio de San Felipe Neri y hablara por boca de Villanueva” Representa la interpretación jansenista de la revolución liberal, que el setabense encabeza. En contra de lo que sostuvieron los absolutistas y la historiografía reaccionaria, la política religiosa de las Cortes de Cádiz fue mucho mas jansenista que liberal y en eso tuvo muchísimo que ver la acción de Joaquín Lorenzo Villanueva y de otros diputados que pensaban como él y que proporcionaron base teológica, canónica y doctrinal para esa política. Ha de señalarse que durante la Constitución de Cádiz los jesuitas estaban expulsados de España. Los jesuitas fueron expulsados de España en la primavera de 1767, En 1773 el Papa Clemente XIV suprimió la Compañía. En el largo periodo de mas de treinta años que van desde 1767 hasta 1798 la ausencia física de los jesuitas en España fue absoluta. En 1798 retornaron hasta 1801 en que se produjo una nueva expulsión.. Pio VII restauró la Compañía universalmente en 1814 Destaca también entre los diputados valencianos, Francisco Javier Borrull y Vilanova ( Valencia 1745-1837) alineado con el partido absolutista o servil, uno de los sesenta y nueve diputados de las Cortes ordinarias firmantes del “Manifiesto de los Persas” que solicitaba a Fernando VII el retorno al Antiguo Régimen y la abolición de la Constitución, a la que consideraba como obra de la Revolución Francesa. Lo que entendían por Ser Supremo los ilustrados puede verse en José Cadalso en sus Cartas marruecas, Carta XLII de Nuño a Ben Beley : “ El Ser supremo que nosotros llamamos Dios y vosotros Alá, y es quien hizo África y Asia, Europa y América, te guarde los años, y con las felicidades que deseo a ti y a todos los americanos, africanos asiáticos y europeos.” El artículo 1 de la Constitución de Bayona de 1808 declara casi en los mismos términos, pero sin decir que es única y verdadera, que “ La religión católica, apostólica y romana en España y en todas las posesiones españolas será la religión del Rey y de la Nación y no se permitirá ninguna otra. La preocupación por congraciarse con la religión de los españoles al iniciar de este modo la Constitución de Bayona es evidente. El artículo 47 de la Constitución establece que: “Llegada la hora de la reunión para elegir los electores parroquiales…hallándose reunidos los ciudadanos que hayan concurrido, 106 CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (7) (8) pasarán a la parroquia con su presidente y en ella se celebrará una misa solemne de Espíritu Santo por el cura párroco quien hará un discurso correspondiente a las circunstancias”.Con los mismos requisitos de misa solemne y discurso del oficiante se celebran las elecciones en las Juntas de Partido y Juntas de Provincia para los diputados a las Diputaciones Provinciales y a las Cortes Generales El voto de Santiago consistía en una medida de trigo( una fanega, media fanega u otra medida menor) por cada pareja de bueyes, vacas o cualquier ganado de valor. De esa oblación, un tercio era para el cabildo, otro para la fábrica de la iglesia y otro para el hospital de Santiago. El voto tuvo en principio una jurisdicción muy limitada, pero los Reyes Católicos lo extendieron al reino nazarí y , a partir de aquí se puso al cobro este tributo prácticamente en toda España. La abolición se acordó por el Decreto CC III de 14 de octubre de 1812., que hay que situar entre las medidas para implantar un nuevo sistema de contribuciones. La Revolución Francesa provocó, en un primer momento, la admiración de los ilustrados, pero su periodo sangriento de terror indiscriminado incluso contra los propios revolucionarios y su expansión imperialista a Europa, generalizó su rechazo y la puesta en cuestión de los presupuestos doctrinales en que se basaba.. La revolución francesa con diferentes etapas, puede considerarse concluida en 1814 con la derrota de Napoleón. Es un acontecimiento que ha ejercido una influencia determinante durante el siglo XIX, que se mantiene hasta nuestros días. Tocqueville dirá: “ Unos piensan que esa fuerza desconocida, a la que nada parece alimentar y abatir, que nadie podría detener y no puede detenerse a sí misma, ha de llevar a las sociedades humanas a su disolución completa y final. Algunos la consideran la acción visible del demonio en la Tierra... En cambio, otros descubren en ella un designio bienhechor de Dios, quien quiere renovar no sólo la faz de Francia, sino también la del mundo, y que de cierto modo habrá de crear una nueva humanidad.” Para describirla puede citarse el famoso pasaje de Hegel : “ La idea, el concepto del Derecho, se hizo valer de golpe, sin que pudiese oponerle ninguna resistencia la vieja armazón de la injusticia. Sobre la idea del Derecho se ha basado ahora, por tanto, una Constitución, y sobre ese fundamento debe basarse en adelante todo. Desde que el Sol alumbra en el firmamento y los planetas giran alrededor de él, nadie había visto que el hombre se alzase sobre la cabeza, es decir, sobre la idea, construyendo con arreglo a ésta la realidad. Anaxágoras fue el primero que dijo que el nús, la razón, gobierna el mundo: pero sólo ahora el hombre ha acabado de comprender que el pensamiento debe gobernar la realidad espiritual. Era, pues, una espléndida aurora. Todos los seres pensantes celebraron esta nueva época. Una sublime emoción reinaba en aquella época, un entusiasmo del espíritu estremecía el mundo, como si por vez primera se lograse la reconciliación del mundo con la divinidad.” Para comprender su modo de actuar hay que acudir a Tocqueville cuando, en el Capítulo III del Libro I de el Antiguo Régimen y la Revolución, afirma : “ La Revolución francesa ha sido una revolución política que ha procedido a la manera de las revoluciones religiosas…porque …consideró al ciudadano en abstracto, al margen de sociedades particulares, tal como las religiones consideran al hombre en general, independientemente del país y del tiempo. No sólo buscó cuál era el derecho particular del ciudadano francés, sino también cuáles eran los deberes y los derechos generales de los hombres en materia política. Remontándose así a lo que había de particular, y por así decirlo, de más natural en cuestión del estado social y de gobierno, pudo ser comprensible para todos e imitable en cien lugares a la vez. Como parecía orientarse a la regeneración del género humano, más aún que a la reforma de Francia, provocó una pasión que nunca antes habían podido producirlas las más violentas revoluciones políticas. Inspiró el proselitismo y engendró la propaganda. En fin, por ello llegó a cobrar ese aspecto de revolución religiosa que tanto aterró a sus contempo- 107 J. RENART (9) ráneos; o más bien ella misma reconvirtió en una especie de nueva religión, religión imperfecta con toda certeza, sin Dios, sin culto ni vida eterna, pero que, sin embargo, como el islamismo, inundó la Tierra con sus soldados, sus apóstoles y sus mártires. Como ejemplo de la originalidad de pensamiento que se plasma en la Constitución, puede alegarse la actitud decidida de rechazo de un “gobierno republicano”, que los constituyentes de Cádiz denominaban “democracia” y que vinculaban a los excesos revolucionarios. En una sesión de las Cortes que se celebró el 28 de octubre de 1810 “el divino Arguelles” afirmaba:: “ni la Nación ni las Cortes propenden a la democracia”… se ha determinado que nuestra Constitución siempre ha de ser monárquica… se ha declarado la inviolabilidad del Rey… los ejemplos que hemos visto en la oprimida Francia nos retraen para siempre del pensamiento de establecer la democracia.”. VI DESPUES DE CÁDIZ HASTA HOY (1) El teniente coronel Riego sublevó a los soldados de su batallón, en Cabezas de San Juan, con la promesa de que la proclamación de la Constitución de Cádiz apaciguaría la insurrección de América y haría innecesaria la guerra, de la que así se liberarían los soldados, diciendo “ A vosotros os arrebatan al paterno seno, para que en lejanos y opuestos climas vayáis a sostener una guerra inútil, que podría fácilmente terminarse con sólo reintegrar en sus derechos a la nación española. La Constitución, sí sólo la Constitución basta para apaciguar a nuestros hermanos de América.” (La insurrección de Riego estuvo instigada por las logias masónicas inglesas de Gibraltar y por la logia Lautaro de los insurrectos americanos independentistas) (2) La política de buenas relaciones entre el zar Alejandro I y Fernando VII permitió la firma de un acuerdo en 1817 entre ambas naciones por el cual España adquiriría una flota de guerra a los rusos.. El encargo se componía de cinco navíos de línea y tres fragatas que serían entregadas en Cádiz y su coste se cifró en 13.600.000 rublos, es decir 68 millones de reales. Los barcos que llegaron a Cádiz durante el viaje habían sufrido desperfectos e hicieron escala en Inglaterra par efectuar reparaciones. Eran de madera de pino y no resistían las aguas cálidas con mayor salinidad, pudriéndose fácilmente, por lo que se declararon inservibles. El zar prometió el regalo de tres fragatas más que cuando llegaron estaba incluso en peores condiciones que las primeras. Fernando VII logró una renegociación de los pagos disminuyendo su cuantía y cuando pudo dejó de pagar desoyendo las reclamaciones de los rusos. (3) Hegel, en el Prefacio a su obra Fundamentos de la filosofía del Derecho, escribe: “:La filosofía, por lo demás llega siempre demasiado tarde… cuando la filosofía pinta el claroscuro , ya un aspecto de la vida ha envejecido y en la penumbra no se puede rejuvenecer, sino sólo reconocer: el Buho de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo.” CONCLUSIÓN (1) La Junta Central actuó desde septiembre de 1808 a septiembre de 1810, en que fue sustituida por una Regencia. Estuvo presidida en ausencia y cautividad del monarca por el conde de Floridablanca (ministro de Carlos III que expulsó a los jesuitas de España y las Indias) y contó entre sus miembros con Jovellanos, escritor, jurista y político ilustrado, ministro de Gracia y Justicia que intentó reformar la justicia y disminuir la influencia de la Inquisición; entre sus obras destaca el “Informe sobre la ley agraria” . Tras la instauración de la Regencia escribió una Memoria en defensa de la Junta Central. (2) Op. cit. , artículos periodísticos de Karl Marx. No hay que olvidar que los artículos se publicaron en Nueva York para un público de cultura inglesa que tiene una imagen sobre España similar a la de Turquía, un imperio venido a menos por la inoperancia, el lujo insustancial y la pomposidad de sus gobernantes. (3) Op cit.de Henry Kamen. 108 J. PEÑA GONZÁLEZ Catedrático Emerito de Derecho Constitucional Director Instituto de Humanidades CADIZ: RESPUESTA ESPAÑOLA A LA CRISIS EUROPEA1 I INTRODUCCION LA “REVOLUCIÓN” GADITANA Se ha puesto de manifiesto que los hombres de Cádiz contaban ya con una formación ideológica de cuño francés lo que llevaba consigo la nueva formulación de conceptos tradicionales como Patria y Nación, ahora revestidos de nuevos planteamientos. Como ha recordado el profesor Artola están influidos por la cultura francesa pero no son afrancesados.2 Esta revolución tiene, como casi todas, de protagonista primero al pueblo español que reacciona, de forma más o menos inducida, ante el abandonismo de que hacen gala los reyes y la corte. La pasividad de la Corona solo se rompe en su entusiasmo hacia Napoleón. Las Instituciones del viejo régimen se limitan a ver pasar los acontecimientos. Por ello empiezan a surgir nuevas instituciones que evitan el vacío de poder. Ello explica el fenómeno del “juntismo”. Pronto el ideal revolucionario será reconducido por la incipiente burguesía y el sector de la intelectualidad que apuesta por el futuro. De ahí que en Cádiz se haga realidad un doble planteamiento: un pueblo que hace la guerra por razones más “vividas” que pensadas y una burguesía que reclama para si la revolución política que les permita pocos años más tarde hacer la revolución económica que iba a suponer la empresa desamortizadora. 3 Por eso la revolución gaditana se lleva a cabo sin solución de continuidad. En horas veinticuatro se pasa del Antiguo Régimen al moderno Régimen Constitucional. Quemábamos etapas conscientes de carecer del proceso de maduración social, cultural y política que habían estado presentes en la Revolución inglesa primero y la francesa después. Los conceptos de Patria y Nación van a tener una lectura distinta entre los guerrilleros que hostigan las 109 J. PEÑA GONZÁLEZ tropas francesas y los oradores de Cádiz. Cuando el poeta Quintana redacta el decreto de convocatoria de Cortes para el día uno de marzo en la isla de León, su lectura se prestaba al equivoco. “Los absolutistas la consienten pensando en las Cortes tradicionales de España, mientras los convocantes ocultan que se trata de unas cortes nuevas y revolucionarias. Detrás de su acción estaba, ni más ni menos, que las tesis del poder constituyente del Abate Sieyes. Ello explica la gran controversia histórica y doctrinal que ha rodeado el tema de la convocatoria”.4 Lo anterior nos sitúa ante uno de los temas mas debatidos de Cádiz: el de su posible originalidad. Para un sector importante de la historiografía hispánica, la Constitución del 12 es un puro calco del extranjero. Es la tesis que abre Menéndez Pelayo en su “Historia de los Heterodoxos”5 y que mantienen intelectuales del prestigio de Adolfo Posada 6, Mirkine-Guetzevich 7, Fernández Almagro 8, Suárez Verdaguer 9y toda su escuela y Diem10.La aceptación de esta tesis implica la negación de la originalidad del liberalismo español que le sirve de base. El tema es de gran trascendencia dado el papel icónico que desde siempre ha representado Cádiz tanto en la historia del constitucionalismo como en nuestro pensamiento político, al presentar por primera vez, negro sobre blanco, los grandes temas de la modernidad constitucional, aunque el Divino Arguelles tuviera que presentarla como mera adaptación de las teorías sustentadas por la viejas cortes castellanas. Frente a esta tesis un grupo de historiadores, tomando como punto de partida los estudios de Artola sobre el reinado de Fernando VII 11 y “Los orígenes de la España Contemporánea”, reiteran una y otra vez el españolismo de nuestro liberalismo, sin desconocer por ello la impronta francesa de la Ilustración, presente también en la versión española de la misma, aunque asumiendo los ingredientes españoles de este movimiento en nuestra patria12 . Como he señalado “ello no implica desconocer la importantísima aportación de la Ilustración a la hora de ir formando el cuerpo de una nueva doctrina básicamente inspirada en una nueva visión de los problemas y en la aparición de una opinión publica”.13 Efectivamente en las calles gaditanas, va tomando cuerpo una especie de opinión publica que sigue con pasión los debates de las Cortes y que incluso llegan a aprender de memoria los discursos de Arguelles, Muñoz Torrero o Mejia Lequerica. Surge el “galeriante”, el ciudadano desocupado que pasa el día en las galerías altas del teatro de las Cortes y que mas tarde comenta en las tertulias, muchas de ellas a pie de calle. Llevan a cabo una importante labor de difusión de lo que hacen los diputados y van acu- 110 CÁDIZ: RESPUESTA A LA CRISIS ñando términos sobre la actuación de los mismos como es el caso de los llamados “culiparlantes” referidos a los diputados pasivos de la cámara y sobre todas las cuestiones que tienen lugar en la misma. Hoy gracias a los trabajos de Fernández Almagro14 que nos describe lo que llama el sector de “gentes diversas” mayoritariamente de ideología liberal frente a la actuación de los serviles, así llamado, según el Conde de Toreno, desde que Eugenio Tapia, jugando del vocablo con intención epigramática, lo puso de actualidad en unos versos en lo que se refería a los “ser- viles”. A Ramón Solís debemos el conocimiento exacto de la composición sociológica de los diputados y una perfecta descripción de la ciudad y los habitantes de los distintos barrios15. Anteriormente y en la misma línea hay que situar la obra de Ramón María de Labra y Belda 16 Desde el punto de vista del análisis ideológico los trabajos mas interesante son los de Federico Suárez, asumidos por Comellas, en las que distinguía entre <conservadores>, <innovadores> y <renovadores>.17 Posiblemente la rápida expansión y aceptación por amplios sectores sociales de las tesis contenidas en Cádiz, tenga mucho que ver con el sustrato españolisimo de nuestra Ilustración. Esta es la tesis mantenida por Esther Martínez Quinteiro 18 . Carlos Marx también rebaja la influencia francesa en Cádiz y defiende los rasgos españoles en el texto constitucional19, al igual que Diego Sevilla Andrés, quien sin desconocer alguna posible influencia extranjera proclama la originalidad gaditana frente a la Constitución francesa de 179120.Manuel Moreno Alonso 21destaca la originalidad de Cádiz en la autoria de la misma por parte de un sector del clero que ve en la Constitución la mejor arma en defensa del dogma católico22. También Solé Tura o Jover Zamora quienes señalan los rasgos autóctonos de nuestro liberalismo frente al de raíz anglosajona. 111 II NACIÓN, CIUDADANÍA Y PATRIA “Pero Cádiz es también la expresión del nacionalismo español. Un nacionalismo sui generis que forma un triangulo con el liberalismo y el constitucionalismo. Quizá nadie como Florez Estrada haya sabido expresar esta idea: < sin constitución no hay libertad y sin libertad no hay Patria>. Es difícil resumir con menos palabras una concepción de la vida tan grande”.23 La idea de España como Nación única y soberana nace en Cádiz y tenia que venir inevitablemente unida al concepto de representación, tal como ha puesto de relieve Varela Suárez Carpegna.24 Frente a la vieja tesis tradicional que equiparaba nación con comunidad política o incluso <republica> a la usanza de Bodino o el P. Mariana, en Cádiz al unir los conceptos de Nación y soberanía se sorteaba el concepto de soberanía real unido a la monarquía absoluta y se daba paso a un nuevo sujeto político encarnado en el conjunto de los españoles de ambos hemisferios que mantenían una conducta mucho mas digna frente al invasor que el titular de la corona. Sin embargo, aun en la actualidad se mantiene la discusión entre modernistas y contemporaneistas sobre el origen exacto del termino, si en el siglo XVI o en el XIX.25 Cuando regresa Fernando y retorna al antiguo régimen era lógico que los americanos se apoyaran en el nuevo concepto de nación y soberanía para justificar sus deseos de independencia. En este sentido puede afirmarse que a partir de 1814 se plantea una especie de dualidad española: la España de Fernando y la alumbrada en Cádiz. Frente a la crisis de legitimidad real se erige la de la nueva soberanía nacional. En esta última se apoyaran los hombres que dirigen la independencia26, alguno de los cuales como Mejia Lequerica jugaron un papel decisivo en el debate constitucional. Este ultimo, Presidente de la llamada Diputación Americana, lamenta el tono despectivo con que algunos diputados peninsulares califican al pueblo español cuando tratan del mismo en conversaciones privadas, aunque en sus intervenciones publicas guarden el merecido respeto. La obsesión de los constituyentes por la inclusión de la soberanía nacional guarda relación con esta visión del pueblo como sujeto de derechos. Frente al concepto roussoniano de soberanía popular en la que el pueblo se transforma en una comunidad moral que ostenta todo el poder, en la Nación, en teoría aparecen difuminadas todas las 112 CÁDIZ: RESPUESTA A LA CRISIS clases sociales. Puede afirmarse que no hay clases y que a estar todas ellas inmersas en el concepto jurídico político de nación, ninguna puede aspirar a detentar el poder. Ello no pasaba de ser una falacia y una contradicción. Porque las clases seguían subsistiendo y mantenían sus diferencias por razones sociales, económicas y culturales, aunque en teoría todas fueren iguales ante la Ley y como tales destinatarias del poder depositado en la Nación. El siguiente paso tiene que ser forzosamente la puesta en marcha de mecanismos representativos que impidan el paso de las clases sociales populares al depósito de la soberanía nacional, es decir la nación. En cuanto a la aristocracia, la eliminación de una Cámara Alta en que pudieran establecerse al estilo de la entonces Cámara inglesa de los Lores y llegar a detentar el poder político, justifica sobradamente el empeño de la burguesía en pro de una cámara única. En cuanto a los mecanismos representativos es muy clarificadora la distinción de Muñoz Torrero entre <españoles> y <ciudadanos>. Los primeros eran los poseedores de los derechos llamados civiles y afectaban a toda la población. En cambio los ciudadanos solo podían ser aquellos que además de los derechos civiles que le correspondían por su condición de españoles, ostentaban derechos de naturaleza política. Es decir podían participar en el cuerpo de la Nación a través del sufragio, teniendo capacidad electoral tanto activa como pasiva. Este derecho se presenta en ocasiones unido al concepto de propiedad.27 No puede olvidarse que el diputado Muñoz Torrero va a marcar el rumbo de los constituyentes con una actuación previa que equivalía a una autentica revolución incruenta. La divulgación del nuevo concepto de nación es posible por el desarrollo que adquieren en este momento los medios de comunicación. Al calor de los debates parlamentarios y con anterioridad a ellos Cádiz ve nacer un régimen de autentica libertad de prensa amparado por el Decreto de 14 de noviembre de 1810,28 mas tarde elevado al rango de Ley por las propias Cortes y constitucionalizado en el Art. 371 de la Constitución. 29 Vicente Llorens ha puesto de relieve la importancia de la prensa como creadora de opinión publica, hecho que tiene lugar por primera vez, en su opinión, en las calles y cafés gaditanos. Manuel Gómez Díaz30 y Maricruz Seoane participan de la misma opinión.31Grandes prohombres del momento como Quintana32 o Blanco White33 fundan y dirigen periódicos para divulgar y defender sus ideas. Junto a estos medios de prensa son incontables los libros y folletos que circulan por la ciudad comentando las noticias de las Cortes.34 113 J. PEÑA GONZÁLEZ El concepto de Nación acuñado en Cádiz presenta rasgos típicamente españoles y sirve, en opinión de Vicens Vives y Ferrando Badia, de elemento diferenciador de esta Constitución frente a sus contemporáneas europeas e incluso frente a la misma sociedad española de su tiempo. A partir de Cádiz los conceptos de Nación y soberanía nacional “van a servir de frontera delimitadora de las dos grandes corrientes ideológicas del siglo XIX español. Primero entre serviles y liberales y mas tarde entre moderados y progresistas”. 35 Nación, libertad y constitución según el diseño de Florez Estrada son conceptos nuevos pero que tiene bastante que ver con lo viejos odres donde envejecen los rasgos pregaditanos de nuestro liberalismo, de raíz claramente ilustrada cuanto excesivamente minoritaria. Maravall y Elorza lo han destacado en su obra, y eminentes historiadores de nuestra centuria decimonónica han destacado la influencia del escolasticismo y el utilitarismo en la obra de Cádiz.36 Ello explica lo que Sevilla Andrés denomina como “la tradicionalidad revolucionaria de Cádiz”. A su vez y por medio de la llamada Escuela de Salamanca, el influjo del utilitarismo, especialmente de la mano de Bentham, va a estar presente en la obra de Cádiz. 37 En cuanto al concepto de libertad, defendida con ardor tanto por los Iluministas de la Escuela de Salamanca38 como por los militantes de la llamada Escuela de Sevilla 39, todos ellos destacados ilustrados y en algún caso afrancesados en su primera época, el problema era su falta de una tradición liberal autentica en la que poder incardinarla. Por ello conceptos que en las sociedades europeas empezaba a adquirir un tinte conservador, en la española aparecían como revolucionarias por mucha moderación con las que fueran presentadas por sus protagonistas. En España, como en gran parte del mundo, se vivía la confusión, ya denunciada por Montesquieu y Abraham Lincoln entre otros, sobre el autentico significado de la palabra “libertad”, consecuencia directa del sentido polisemico de la misma. En Cádiz ya se puede vislumbrar la diferencia, subrayada por Hayek de forma magistral 40, entre una especie de libertad política y otra libertad interior de carácter mas individual, reservándose la primera para justificar la participación de los hombres en la elección de su propio gobierno y definiendo la segunda como la propia de todos los seres humanos precisamente por su condición de tales y consistente en la ausencia de toda coacción exterior, equivalente a lo que los escolásticos llamaban la “libertas a necesítate” o la “libertas a coaccione”. Naturalmente la distinción podía trasladarse al dualismo entre “españoles” y “ciudadanos” enunciada por el mismísimo Muñoz Torrero. 114 CÁDIZ: RESPUESTA A LA CRISIS Pero había otra razón de peso para entender el concepto de libertad proclamado por los hombres de Cádiz. Conocían bien la tradición francesa de libertad, muy diferente de la británica, porque con motivo de la Ilustración habían bebido en las fuentes francesas adoptando los principios racionalistas y cartesianos propios de la cultura de este país y las obras de sus principales epígonos: Rousseau, Condorcet y los fisiócratas. En cambio la tradición británica inspirada en gran parte por Hume, y los economistas ingleses y escoceses era mas difícil de asimilar por los españoles, ya que no bastaba con importar a Locke, Smith o Fergusson, si al mismo tiempo no se hacia lo mismo con Hooker y la tradición medieval inglesa.41 Ello explica que teorías que en el continente podían pasar por moderadas, adquirieran entre nosotros un aire revolucionario y disolvente. Las doctrinas eran las mismas pero el contexto social y cultural resultaba muy distinto. De ahí que aparecieran como radicales en sus posiciones políticas frente al reformismo preconizado por Jovellanos. Cuando años mas tarde se vean obligados a marchar al exilio británico tras el fracaso del trienio liberal, nuestros liberales vivirán de cerca el concepto anglicano de la libertad y ello provocara su transito desde el progresismo radical de Cádiz al moderantismo42. 115 III EL DESAFÍO GADITANO: CADIZ VERSUS VIENA Cádiz aporta al constitucionalismo español una serie de lo que podemos llamar “ideas fuerza” que van a estar presentes en todos los momentos de progreso en nuestros textos constitucionales. En primer lugar la existencia de una tradición liberal de conductas y posiciones políticas que se hace patente, de modo especial, en los momentos de crisis política y social. Esa tradición de la que hacen gala los hombres de Cádiz, es en muchos casos un invento y una reconstrucción imaginada que sirviera de soporte y justificación a las nuevas ideas. Era, desde el punto de vista historiográfico, la resurrección de las tesis historicistas frente a las adanistas, como justificación de los acontecimientos históricos que tienen lugar en ese momento que el profesor Donezar ha calificado como “el incierto cambio de siglo”.43 Destaca la concepción de la soberanía nacional, más que como un dogma político, como un instrumento de identificación de los españoles en su lucha por la defensa de la integridad e independencia de la patria. La soberanía nacional, como receptáculo único del poder al margen de la familia reinante y los grupos sociales a ella vinculados, venia a ser la justificación ultima en su lucha contra los invasores.44 También la presencia del concepto Patria como solar común y ámbito de convivencia cuya defensa e integridad justificaba una guerra “nacional” que perseguía la “independencia” frente al invasor. El romanticismo servia de soporte a esta interpretación patriótica de la guerra que ya no era solo una aventura bélica sino también un proceso revolucionario que hiciera posible la sustitución de unas elites de poder por otras surgidas al calor de la contienda, todo ello aderezado por una interpretación religiosa que hace de la lucha contra el “impío” invasor, una “guerra santa”. “La Nación indomable” como la define García Cárcel que ha protagonizado la llamada por Frasser “guerra maldita”, vería hundirse todos sus sueños con el regreso del Deseado. El paréntesis del Trienio solo sirve para apuntalar el triunfo de la burguesía y dar paso, años mas tarde, a la Década Moderada.45 En este sentido se da en Cádiz lo que podemos llamar un nuevo tipo de patriotismo, muy diferente del que representa el pueblo. Se trata del que habían defendido los afrancesados, que entienden la llegada de una nueva dinastía como una oportunidad para salvar a España, por las vías de la modernidad. Eran más patriotas que afec- 116 CÁDIZ: RESPUESTA A LA CRISIS tos a la dinastía Bonaparte, pero nunca seria justo calificarlos de traidores a la patria como hace Menéndez Pelayo. 46 La aceptación e introducción en nuestro leguaje político del concepto de soberanía nacional lleva consigo un proceso de racionalizacion de la vida política que supera la circunstancia personal del Monarca. A partir de este momento dicho concepto va estar presente en todos los momentos constitucionales de España, aunque con algunas matizaciones.47En el orden puramente instrumental, Cádiz aporta nuevas instituciones, como es el caso de la Diputación Permanente de las Cortes48, las bases electorales para hacer factible la representación nacional 49, el Consejo de Estado50e incluso el establecimiento de una especie de democracia municipal cuyos alcaldes, regidores y procuradores síndicos se nombraran por elección en los pueblos 51, como mas destacables. La defensa de la igualdad entre los españoles esta íntimamente ligada al concepto de libertad de origen francés asumido en Cádiz, en el sentido expuesto anteriormente. Es la defensa de las tesis francesas, incluidas en la revolución y utilizadas por Napoleón para imponer el nuevo imperialismo francés en toda Europa, frente al conservadurismo de cuño ingles aliado en Viena con el absolutismo cuasi místico del Zar de todas las Rusias. Escribió el maestro Sánchez Agesta que “Cádiz es el principio antagónico de la doctrina sentada por el zar Alejandro y el canciller Metternich en Viena, Aquisgran y Verona, quien atribuye a los monarcas unidos por la Santa Alianza, como poderes delegados de la Providencia, el derecho a gobernar Europa…”52.He aquí uno de los rasgos singulares de esta Constitución. Como he señalado en otro lugar “se atrevió a ir contracorriente en un mundo donde primaban ideas radicalmente distintas de las que ella defendía. De ahí quizá el carácter simbólico de signo de esperanza que tuvo el texto en muchos pueblos oprimidos, y que explica la gran difusión que alcanzó en el mundo de la época. No hay constitución alguna en nuestra historia que haya tenido la repercusión internacional del texto de 1812”.53 Esta repercusión esta visible en la misma Rusia que la reconoce el 20 de julio de 1812, recién aprobada en Cádiz. El año 1814 es aceptada por Prusia y ese mismo año traducida en Roma, Milán y Paris. Carlos Luis de Haller la da a conocer en Suiza y por las mismas fechas en Portugal y el reino de las Dos Sicilias. Tras el triunfo de 1820 se difunde por toda Europa, como ha puesto de relieve el profesor Ferrando.54 117 J. PEÑA GONZÁLEZ En cuanto a su influencia en America hay unanimidad en la doctrina. El profesor Seco Serrano afirma que “la revolución que se inicia en España tiene su reflejo y mimetismo al otro lado del atlántico. Las Juntas Provinciales españolas de 1808 se tradujeron en las Juntas Americanas de 1810”. Desde el punto de vista sociológico el incipiente burgués español peninsular dará paso al criollo americano y ambos estarán imbuidos de los principios proclamados en la Revolución Francesa. Estamos ante lo que el citado profesor Seco llama muy acertadamente “el doble frente de una misma revolución”.55 Jover dice que “la segregación del mundo americano respecto del europeo es el hecho de mayor relieve histórico mundial que tiene lugar durante esta época”. Cádiz había definido la Nación española como la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios, según el Art. 1º de la Constitución, y a tenor de ello, las consecuencias no se iban a hacer esperar. La Diputación Americana, presente en Cádiz, iba a ser el profeta que anuncia la independencia de 16 nuevas Republicas en la antigua America Española. Esta repercusión innegable en el proceso independentista apoyándose en la Carta Magna gaditana ha sido destacada por todos los americanistas tanto españoles como extranjeros, destacando en este aspecto las aportaciones de Demetrio Ramos 56 y Otto Carlos Stoetzer57.El internacionalismo de Cádiz esta mas que acreditado. Posiblemente en el ámbito constitucional la repercusión de esta Ley de Leyes en el mundo, tanto europeo como americano, solo pueda ser comparada con la influencia que despertó la de 1931, tal y como señalaba Mirkine-Guetzevitch.58 118 IV CONCLUSIÓN Cádiz es una especie de redoma histórica donde se mezclan los más dispares elementos. Por ello, para una correcta interpretación de la constitución elaborada entre sus muros, posiblemente tengamos que ayudarnos del instrumental propuesto por el profesor Maravall en su teoría de los “conjuntos históricos”, es decir una construcción metodologica, muy apta y eficaz en el terreno historiográfico que permite establecer múltiples e interdependientes relaciones, analizarlas detenidamente y proyectarlas sobre el conjunto final. Solo así podemos entender lo que Cádiz significó. El constitucionalista necesita el apoyo de la historia descriptiva y al mismo tiempo la especulación del pensamiento ideológico para comprender lo que el texto de 1812 encerraba en si mismo. El mero estudio jurídico de su articulado se nos muestra insuficiente. Sin Goya es posible que no podamos interpretar adecuadamente la reacción popular en un país que llevaba un siglo sin sufrir una guerra en su propio territorio. Necesitamos el apoyo de los escritores románticos para calibrar el sentimiento de Nación y Patria que Cádiz suscita. Porque la historia que empieza en Cádiz es un episodio más de la lucha por el poder. Había que trazar un nuevo marco de referencia, es decir crear un nuevo estado que en base a un nuevo derecho estableciera las nuevas pautas para el comportamiento colectivo. Solo así entendido, Cádiz se puede presentar como una revolución que habla en nombre de la nación, aunque sectores muy importantes de la misma se manifestaran en contra desde el primer momento. Como advertía Brunner, tenemos que tener en cuenta “la realidad jurídica global” para entender lo que pasó en España entre 1810 y 1812. Ver el entramado social, histórico, político, cultural, religioso y económico que latía bajo cada norma aprobada primero en la isla de León y finalmente en San Felipe Neri. Cádiz es modernidad y tradición a un tiempo. Secularización y confesionalidad religiosa unidas de la mano. Mezcla de elementos fundamentales y al mismo tiempo dispares entre si. Por eso Cádiz necesitó para nacer un alumbramiento por fórceps como señaló Pérez Garzón. No bastaba un parto normal porque la criatura que venia al mundo tenía la intención de acabar con viejas teorías e implantar otras nuevas. “Fórceps de guerra y libertad. Fórceps contradictorios entre si pero cuya pinza actuó para dar vida a la criatura de la nación liberal”59. Y esa nueva criatura viene con un afán peda- 119 J. PEÑA GONZÁLEZ gógico necesario para su subsistencia. Por eso constitucionaliza la obligatoriedad de explicar la Constitución de la Monarquía en todas las Universidades y establecimientos literarios donde se enseñen las ciencias civiles y eclesiásticas.60 120 V NOTAS 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) 13) 14) 15) 16) 17) 18) 19) 20) 21) 22) El presente texto recoge casi literalmente la conferencia pronunciada en la sede de Fomento de Agricultura, Industria y Comercfio en la ciudad de Gandia el viernes 20 de julio de 2012, dentro de los cursos de Historia y Cultura organizados por la Universidad Valencuiana de Verano.Ha sido revisado por el autor que ha incorporado notas a pie de pagina para una mejor comprensión del texto. Esta idea esta presente tanto en “Los orígenes de la España Contemporánea” como en “La España de Fernando VII” y mejor sistematizadas que en las anteriores en “Antiguo Régimen y revolución liberal”. Ello puede explicar la posición de la Iglesia frente a las nuevas corrientes que podían poner en peligro su posición económica. De ahí la reacción frente a Cádiz en tanto en cuanto lo ven como la traducción española de las tesis de la impía Francia. Pero a sensu contrario también explican la posición innovadora de la incipiente burguesía en pro de una revolución política que a la larga les permitiera completar la toma del poder con la adquisición a precio de saldo de los bienes eclesiásticos. Tomas y Valiente consideraba inaplazables las tesis desamortizadoras para hacer posible el establecimiento del Estado de Derecho en España Véase Peña González, José: “Historia Política…”. Op. Cit. Págs. 69-70 Vol. VI. Madrid, 1948 “Derecho Político”. Madrid, 1935 “La Constitutión de Cádiz” en Rev. D Histoire Politique et Constitutionelle. “Orígenes del régimen constitucional en España”. Barcelona, 1976 “La crisis política del Antiguo régimen en España: 1800-1840”. Madrid, 1958 “Las fuentes de la Constitución de Cádiz” en “Estudios sobre las Cortes de Cádiz”. Pamplona, 1967 De modo especial en “La España de Fernando VII” de la Historia de España de Menéndez Pidal. Añade que la Consulta y sus respuestas fueron un importantísimo termómetro para saber lo que quería el país. Fueron el equivalente a los Cahiers de Doleances que se presentaron en los Estados Generales Franceses. Así lo ha visto Elorza en el Estudio Preliminar a “Las Cartas de León de Arroyal”. Madrid, 1968. En línea similar Sánchez Agesta en “Continuidad y contradicción en la Ilustración Española (Las cartas de León de Arroyal), en Revista de Estudios Políticos nº 162. Madrid, 1973. Págs. 9 y ss. Peña González: Op. Cit. Pág. 80 Véase “Orígenes del régimen constitucional en España”. Op. Cit. Pág. 78 Véase “El Cádiz de las Cortes”. Madrid, 1958. “Las Cortes de Cádiz en el oratorio de San Felipe”. Madrid, 1912 Véase “Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812”. En Revista de Estudios Políticos, nº 126. Pág. 81 Véase “Los grupos liberales ante las Cortes de Cádiz”. Madrid, 1977 así como “En torno al primer constitucionalismo hispano” en Revista Estudios Políticos, n.e., nº 28. Madrid, 1982. Págs. 227-243 Véase: “Revolución en España”. Barcelona, 1970. Pág. 109. En Saitabi. 1949. Vol. VII Ha dedicado gran parte de su tarea investigadora al intento de demostrar las raíces hispánicas del liberalismo español, que ha estudiado tanto en sus protagonistas españoles como en la relación de estos con autores extranjeros, especialmente británicos. Posiblemente el caso mas paradigmático es de de Posse, párroco gallego que en sus homi- 121 J. PEÑA GONZÁLEZ 23) 24) 25) 26) 27) 28) 29) 30) 31) 32) 33) 34) 35) 36) 37) 38) 39) 40) 41) 42) 43) 44) 45) 46) lías explicaba la Constitución del 12. Véase José Antonio Portero en “Pulpito e Ideología en la España del siglo XIX”. Zaragoza, 1978. Peña González. José: Op. Cit. Pág. 82 Véase “Teoría del estado en los orígenes del constitucionalismo hispánico”. Madrid, 1983 Veanse al respecto las tesis de Albadalejo o García Cárcel frente a las de Santos Julia o Álvarez Junco. Sobre el papel de los diputados provenientes de America véase la obra de María Teresa Berruezo León: “La participación americana en las Cortes de Cádiz (1810-1814)” .Madrid, 1986. Muñoz Torrero, ex Rector de Salamanca ha pedido a los diputados reunidos el 24 de septiembre de 1810 en la Isla de León que antes de iniciar las deliberaciones asuman dos conceptos previos: el principio de la soberanía nacional y el de la división de poderes. El Decreto de 4 de mayo de 1814 se lleva por delante además de la Constitución la legislación de libertad de prensa que seria restablecida por ley de 22 de octubre de 1820 al amparo del Trienio Liberal. Art. 371: “Todos los españoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas sin necesidad de licencia, revisión o aprobación alguna anterior a la publicación, bajo las restricciones y responsabilidad que establezcan las leyes”. Véase “Los periódicos durante la Guerra de la Independencia (1808-1814)”. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, 1910. Véase “Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX”.Madrid, 1977. Funda “El Semanario Patriótico” donde se identifican desde el primer momento los conceptos de guerra y revolución. Seudónimo de José María Blanco y Crespo, figura clave del liberalismo ilustrado sevillano quien en principio trabajo junto a Quintana en el Semanario Patriótico y mas tarde , ya en su exilio londinense, edita un periódico llamado “El Español” que se publica en la capital inglesa de 1810 a 1814. En muchos de ellos se hace una exaltación del pueblo como sujeto político e incluso llevan esta denominación a su mancheta. Es el caso de “El Amigo del Pueblo”, “El Tribuno del Pueblo Español”, “El Defensor acérrimo del Pueblo”, etc. Peña González, José: Op. Cit. Pág. 84. Diez del Corral, Sánchez Agesta, Sevilla Andrés y Sospedra, entre otros, mantienen que el escolasticismo es el rasgo fundamental de nuestro liberalismo y afirman que esta particularmente presente en la declaración de soberanía nacional que lleva a cabo Muñoz Torrero en Cádiz. Véase Pendas García, Benigno: “J. Bentham. Política y Derecho en los orígenes del estado Constitucional”. Madrid, 1988. (Especialmente Págs. 72-87). Quintana, Cienfuegos, Somoza y Muñoz Torrero Manuel María de Arjona y Cubas, Félix José Reinoso, Alberto Lista y Blanco White. Sus precedentes inmediatos son Olavide, Jovellanos y Forner Véase “Los fundamentos de la libertad”. Madrid, 1991. Especialmente Cap. I Es el dualismo entre la llamada “libertad anglicana” y la “libertad galicana” desarrollado ya por Francis Lieber en 1834. De hecho la mayoría de los progresistas de Cádiz vivieron en el Reino Unido, tras la llegada de los Cien mil hijos de San Luis en 1823, gracias a la munificencia de destacados políticos ingleses como Lord Holland y Lord Wellesley. Antonio Alcalá Galiano ha dejado fiel constancia de ello en su obra “Recuerdos de un anciano”. (B.A.E. Madrid, 1955) Véase: “España. 1808-1814. De súbditos a ciudadanos”. Op. Cit. Vol. I. Págs.50-73. Ciertamente esta justificación era “vivida” por las capas populares y asumida reflexivamente por los intelectuales e ilustrados. Desde el punto de vista intelectual vendrá dado por el transito del espíritu revolucionario de Cádiz , al liberalismo doctrinario a lo Constant Los antecedentes de los afrancesados, o “josefinos” como prefiere llamarlos José Luis 122 CÁDIZ: RESPUESTA A LA CRISIS 47) 48) 49) 50) 51) 52) 53) 54) 55) 56) 57) 58) 59) 60) Abellán, a quien seguimos, hay que buscarlos en la presencia de algunos españoles en las jornadas revolucionarias francesas. Es el caso de Andrés María Santa Cruz, Martínez Pascual, fundador de los <martinezistas>, el famoso Abate Marchena, Félix José Reinoso, Cabarrus, Juan Meléndez Valdés, Leandro Fernández de Moratin, Mariano Luis de Urquijo, Sempere y Guarinos, Amorós, Azanza, Alberto Lista, Norberto Pérez del Camino y Juan Antonio Llorente. Véase Abellán, José Luis: “Historia critica del pensamiento español”. Madrid, 1984. Vol. IV. Págs. 120-144. Por ejemplo poniendo en marcha el de “soberanía compartida” entre el Rey y las Cortes como depositarios del poder. Capitulo X. Titulo III. Arts. 157-160, ambos inclusive Juntas electorales de parroquia, partido y provincia. Capítulos III, IV y V del Titulo III. Arts. 35-103. Capitulo VII del Titulo IV. Arts. 231-238. Capitulo I del Titulo VI. Arts.309-323 Revista Española de Derecho Constitucional nº 30. Pág. 26. Véase Peña González: Op. Cit. Pág. 79 Ferrando Badia, Juan: “Vicisitudes e influencias de la Constitución de 1812”, en REP. Nº 126. Madrid, 1962. Págs. 169-229. Seco Serrano, Carlos: “Introducción a la Historia de España de Fernando VII” de Artola. Tomo XXVI de la Historia de España de Menéndez Pidal. Pág. XVII. Veáse: “Las Cortes de Cádiz y America”. En REP. Nº 126, Madrid, 1962. Veáse: “La Constitución de Cádiz en la America Española”. En REP. Nº 126. Madrid, 1962. Veáse: “Modernas tendencias del Derecho Constitucional”. Madrid, 1934 Pérez Garzón, Juan Sisinio: “De súbditos a ciudadanos” en “España 1808-1814”. Op. Cit. Vol. I. Pág. 27 Art. 368 de la Constitución 123 F. MARTÍNEZ RODA Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad CEU San Pablo y Académico de la RACV EL CONTEXTO HISTÓRICO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812 Siempre causa impresión la reseña de la tesis de Fernand Braudel que hizo Lucien Febvre en 1950. La tercera parte de El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, trata de la política, los hombres y otros acontecimientos a los que Febvre califica de “espuma”, de algo que está en la superficie, y el autor se mostraba de acuerdo. Como dice François Dosse en relación con la Escuela de Annales:“Subyacente al rechazo de lo político se inscribe ya la decisión de minimizar lo factual en beneficio de largos periodos que se corresponden mejor con el ritmo evolutivo de la materialidad histórica”1. Sesenta y dos años después, y tras fructíferas polémicas, aunque no siempre respetuosas, probablemente estemos en un momento en que la aportación del estructuralismo de Levi-Strauss, las objeciones de Foucault a las concepciones de la Escuela de Annales por la devaluación del acontecimiento concreto, y el individualismo metodológico de Popper y Hayek han llevado a un punto en que, tal vez estuviera de acuerdo Braudel en el sentido de que llamamos contexto histórico a la suma del tiempo largo, el medio y el corto. Es decir, la explicación del pasado necesita de un análisis de la larga duración (la estructura), de la coyuntura y del tiempo corto, incluso del acontecimiento puntual. La deuda que la historiografía tiene con la Escuela de Annales es impagable, pero los maestros de verdad no desean discípulos que les sigan, sino otros maestros que les superen. De ahí que lo fáctico y lo coyuntural deben ser analizados tanto como lo estructural, y no es mera espuma, porque la comprensión del pasado sólo es posible si se analiza tanto la larga duración, gran aportación de Braudel, como el tiempo intermedio o coyuntural, y el acontecimiento singular. Y aunque estos conceptos surgieron al estudiar procesos económicos de series de precios y salarios, se puedan trasladar a la Historia general y la referencia a la Constitución de 1812 puede ser un buen ejemplo. La aprobación de la Constitución de 1812, con 125 F. MARTÍNEZ RODA su contenido concreto, que sería el acto singular, no se entiende sin un análisis de las estructuras, la larga duración, y de las coyunturas, de duración intermedia. 126 I LAS NUEVAS MANERAS DE PENSAR COMO CAMBIO ESTRUCTURAL El cambio que se produce en el pensamiento durante el siglo XVIII se va a abordar desde el punto de vista de lo que ocurre en Francia, en Italia y en España. A. EL PENSAMIENTO ILUSTRADO FRANCÉS En Francia tenemos a Montesquieu, Rousseau y Sieyès que influirán de manera indirecta en la Constitución de Cádiz. Y lo hacen de manera indirecta porque los preceptos constitucionales que podrían deberse a sus ideas llegan a través de la reinterpretación realizada por los constituyentes franceses en 1791. De Montesquieu todo el mundo comenta su aportación de la separación de poderes, que tomó de Locke y que modificó. Pero, en ocasiones, se olvida que la separación de estos poderes es fruto de su idea previa de libertad política a la que se refiere en el libro XI del Espíritu de las Leyes. Se puede decir que Montesquieu presenta la libertad de tal manera que los constituyentes franceses de 1791 entendieron a su manera, como ocurrió con Rousseau. Para Montesquieu la esencia del poder político legítimo es el gobierno a través de las leyes que delimitan el marco en que los individuos pueden actuar y hacer efectiva esa libertad política. Por tanto, no habla de la libertad para participar en la vida pública como recogieron las constituciones, sino para dar seguridad jurídica al ciudadano en su actuación frente a los demás, en primer lugar, y frente al poder, en segundo lugar. Fruto del desarrollo de su idea de gobierno moderado como culminación de la libertad política, presenta Montesquieu su teoría de la separación de poderes que recogerá el artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, si bien, como afirma García Fraile: “Es necesario advertir previamente que frente a interpretaciones posteriores de la teoría que hablan de “división de poderes”, Montesquieu lo entiende en su obra como “separación-colaboración” entre ellos”2 En cualquier caso el cambio estructural que supone esta aportación se aprecia claramente en la Constitución de 1812, aunque es cierto que si bien el poder judicial se articula como tal a partir del 127 F. MARTÍNEZ RODA artículo 242 hasta el 308, del Título V “ De los Tribunales y de la Administración de Justicia en lo civil y en lo criminal”, y se otorga a jueces y magistrados independientes; el poder legislativo adquiere la fórmula del artículo 15: “La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey”, a pesar de las grandes proclamaciones de soberanía. Tal vez el artículo 243 expresa mejor que ningún otro la separación de poderes formulada por Montesquieu: “Ni las Cortes ni el Rey podrán ejercer en ningún caso funciones judiciales, avocar causas pendientes, ni mandar abrir juicios fenecidos”. Por su parte, Rousseau dejó muy claro en El Contrato Social que la “voluntad general” no es la “voluntad de todos”, detalle que les pasó desapercibido a los contribuyentes franceses en 1791 y que no debió preocupar a los españoles de 1812. Para mayor contundencia constitucional una vez desviado el concepto de voluntad general (convertido en voluntad de todos) se mezcla con el concepto de soberanía formulado por Bodino en sus Seis Libros de la República (1576), al que se añade las tesis del opúsculo ¿Qué es el Tercer Estado? (1789) de Sieyès cuya conclusión consiste en que “el Tercer Estado engloba todo lo que pertenece a la nación y todo lo que está fuera de él no puede reclamarse como de la nación”, y así tenemos la nación, cuya soberanía es, según los intérpretes franceses, inalienable, indivisible, absoluta e infalible. Y así lo recogieron también los españoles: la Nación española es libre e independiente y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona (art. 2), y la soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho a establecer Leyes Fundamentales (art. 3). B. EL GALICANISMO También de procedencia francesa, el Galicanismo lo constituyó un heterogéneo abanico de opiniones religiosas sobre la Iglesia Católica que proponían restringir la autoridad del Papa en favor del Rey de Francia. La máxima expresión de este movimiento la constituyó la Declaración del Clero de Francia en 1682 en la que el Galicanismo se formulaba con carácter oficial. La realidad es que bajo la fórmula de “Libertades de la Iglesia Galicana” que fueron enumeradas y alcanzaban las 83, según la redacción de Guy Coquille y Pierre Pithou, se pretendía que los reyes de Francia tuvieran derecho a reunir concilios en sus dominios e incluso a legislar en asuntos eclesiásticos, y las bulas y cartas papales no pudieran ser ejecutadas sin el visto bueno del Rey. El artículo 171,15 de la Constitución de 1812 recoge este punto casi textualmente. Es potestad del Rey de España, dice, “conceder el pase, o retener los decretos conciliares y las bulas ponti128 CONTEXTO DE LA CONSTITUCIÓN ficias con el consentimiento de las Cortes, si contienen disposiciones generales, oyendo al Consejo de Estado, si versan sobre negocios particulares y gubernativos, y si contienen puntos contenciosos, pasando su conocimiento y decisión al Supremo Tribunal de Justicia para que resuelva con arreglo a las leyes”. Si a esto añadimos, el punto 6 del mismo artículo 171, que atribute el derecho de “presentar para todos los obispos y para todas las dignidades y beneficios eclesiásticos”, se entiende la actitud del que luego fue llamado partido progresista en las relaciones Iglesia-Estado. Si bien es cierto que el Patronato regio que recoge el art. 171.6 de la Constitución de 1812, aunque ahora derivado a las Cortes, procedía de los Reyes Católicos, no es menos cierto que con el artículo 171.15 adquiría una dimensión diferente y un significado muy distinto que el que tenían las relaciones Iglesia-Estado en el siglo XV. C. LA FUENTE ITALIANA: CESARE BECCARIA En 1764 Cesare Bonesana, Marqués de Beccaria publicó la obra De los delitos y las penas, en ella se defendía un cambio de óptica en el tratamiento del Derecho penal que acabó por instaurar el principio de la presunción de inocencia. Derivado de este principio, frente al derecho penal del Antiguo Régimen en el que había que probar la inocencia, fue la abolición del tormento, lo que resultaba de una lógica aplastante. Si hay presunción de culpabilidad cabe el tormento puesto que el presunto culpable debe ser sometido a un método que le haga autoinculparse, pero si hay presunción de inocencia el tormento no cabe en ningún supuesto. El artículo 303 de la Constitución de 1812 recoge el principio de Beccaria sin paliativos “no se usará nunca del tormento ni de los apremios”. Resulta curioso que el apremio, es decir el cobro de una deuda tributaria ejecutiva, se ponga al mismo nivel que el tormento. Recuerda Miguel Primo que “apenas hubo discusión sobre estos artículos, ya que la misma se adelantó al tratar el proyecto de reglamento sobre y tramitación de las causas criminales”3 que había sido aprobado el 13 de diciembre de 1811, en el que se plasman las principales ideas aparecidas en De los delitos y las penas que conformaron el Derecho penal contemporáneo: principio de legalidad, proporcionalidad entre delitos y penas y garantías procesales. D. LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Los grandes temas de la Ilustración española en materia económica fueron la adecuación jurídica para la reforma económica, el fomento de 129 F. MARTÍNEZ RODA la enseñanza, la reforma agraria, el deseo del incremento de la producción industrial y, tal vez el tema estrella, la reforma de la Hacienda. Estos cinco temas fueron recogidos por las Cortes de Cádiz. Tres (enseñanza, industria y Hacienda) en la propia Constitución y los otros dos (la adecuación jurídica para la reforma económica y la reforma agraria) en el Decreto LXXXII de 6 de agosto de 1811 de abolición del régimen señorial. Basta citar cuatro obras que propugnaban cambios legislativos: la de Pablo de Mora y Jaraba titulada Tratado crítico. Los errores del derecho civil y abusos de los justiperitos para la utilidad pública (1748); la de Vicente Branchat, Tratado de los derechos y regalías que corresponden al Real Patrimonio en el Reino de Valencia (1784-85, la de Juan Sempere y Guarinos, Historia de los Vínculos y Mayorazgos (1780) y la de Pedro Rodríguez Campomanes, Tratado de la regalía de amortización (1765), y Campomanes no era un ilustrado más, era el único que había sido nombrado miembro de dos consejos, el de Hacienda y el de Castilla, en los que estuvo más de 20 años. De ahí que los reiterados informes sobre leyes agrarias, el de Manuel Sisternes y Feliu de 1786 y el de Jovellanos, de 1795 que fueron un ataque frontal a las manos muertas, es decir a la amortización eclesiástica y a los mayorazgos civiles, prepararan el ambiente para que se produjera el mencionado Decreto de 6 de agosto de 1811 de abolición del régimen señorial que finalmente en su artículo 4 distinguía entre señorío jurisdiccional que desaparecía y señorío territorial que se convertía en propiedad particular, lo que permitió a los nobles mantener sus propiedades, salvo en el Reino de Valencia donde al no existir la distinción los arrendatarios y enfiteutas dejaron de pagar a los señores4 El fomento de la enseñanza tuvo en los ilustrados sus grandes defensores; desde José Climent, obispo de Barcelona, a Jovellanos y Campomanes estaban de acuerdo en que “la principal fuente de prosperidad pública se debe buscar en la instrucción”, de ahí que una de las funciones de las Cortes, dispuesta en el artículo 131,22 era “establecer el plan de enseñanza pública en toda la Monarquía”, que se completa con lo regulado en los artículos 366: “En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de primeras letras”, y en el 367: “Asimismo se arreglará y creará el número correspondiente de Universidades ….” En cuanto a la producción industrial que fue objeto de reflexión durante todo el siglo XVIII con Uztáriz y con Ulloa (Restablecimiento de las políticas y comercio español, (1740) y, de nuevo, Jovellanos con su Informe sobre el libre ejercicio de las artes (1785) o Campomanes con su Discurso sobre el fomento de la industria popular (1774). También el artículo 131, el de la función de las Cortes, en su punto 130 CONTEXTO DE LA CONSTITUCIÓN 21 recoge lo dicho por los ilustrados españoles pero más lacónicamente. Las Cortes deben “promover y fomentar toda especie de industria y remover los obstáculos que la entorpezcan”. Y, como se ha dicho, el tema estelar fue la reforma de la Hacienda. Prácticamente la totalidad de los ilustrados españoles trataron este tema de manera directa o indirecta. Esta preocupación se traslada a la Constitución de 1812 que dedica siete puntos del artículo 131, el de la facultad de las Cortes, a los temas hacendísticos. Pero todavía más, como ya se ha dicho en otro lugar el artículo 11 de la Constitución de 1812 que anuncia la “división más conveniente del territorio español por una ley constitucional”5, en relación con el art. 325 que dispone que “en cada provincia habrá una Diputación llamada provincial para promover su prosperidad, presidida por el Jefe Superior”, no se entiende si no es en clave de reforma de la Hacienda que deja de ser “real” para convertirse en “pública”. E. LA TRADICIÓN COMO EXPRESIÓN DE LA LARGA DURACIÓN. No es correcta la interpretación que hace Martínez Marina de la Constitución de 1812, se hizo de la necesidad virtud en ese momento histórico y se incrementaron los consensos. Lo que es sorprendente es que todavía haya politólogos, incluso juristas, que afirman que la Constitución de 1812 entronca con la tradición española, en el sentido de como si se tratara de una evolución de las Cortes estamentales a esas nuevas Cortes que fundamentarían en la tradición la nueva Constitución6. Esto es un error y la documentación y la mejor historiografía (Artola, Carr, Fusi, Seco, F. Suárez y Sánchez Agesta entre otros) así nos lo indica. A las Cortes de Cádiz se convocaron a diputados, no a procuradores, por provincias y no por estamentos. Este simple hecho demuestra que se produce una ruptura con el Antiguo Régimen y la Constitución nueva consagraría un poder originario, soberano, distinto del establecido en el Antiguo Régimen: el poder de la Nación española que se plasma en el Capítulo I, artículos 1 al 4 con afirmaciones muy contundentes. Pero esto no quiere decir que no se hicieran concesiones a la tradición, probablemente tanto por halagar a los elementos más tradicionalistas, como por la propia mentalidad de la mayoría de los diputados lo que no quita contenido revolucionario porque el resultado pretendido era el establecimiento de un régimen liberal. En dos tipos de artículos destaca la influencia de la tradición, es decir de la larga duración: los relativos a la Iglesia Católica y a la 131 F. MARTÍNEZ RODA sucesión al Trono. El propio frontispicio de la Constitución al comenzar “En el nombre de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, autor y supremo legislador de la sociedad”, recoge una mención expresa de la Santísima Trinidad. Podrían haber comenzado con una referencia a Dios sin más explicaciones, con lo que hubieran tenido cabida los conceptos de los ilustrados deístas, pero no. Se quiso expresar en clara definición dogmática católica. Además, los artículos 71 y 169 demuestran que las primeras palabras de la Constitución no eran retóricas. Dice el artículo 71: “Se pasarán los electores parroquiales con su presidente a la Iglesia mayor, en donde se cantará una misa solemne de Espíritu Santo por el eclesiástico de mayor dignidad, el que hará un discurso propio de las circunstancias”. Y el artículo 169 establece que “El Rey tendrá tratamiento de Majestad Católica”. En la sucesión al trono también se entronca con la tradición. Se obvia cualquier referencia a la llamada Ley Sálica y se recupera, en el artículo 176, la prelación sucesoria establecida en Las Partidas: “En el mismo grado y línea los varones prefieren a las hembras, y siempre el mayor al menor, pero las hembras de mejor línea o de mejor grado en la misma línea prefieren a los varones de línea o grado posterior”. Se podría decir en feliz expresión de Faustino Martínez que “lo antiguo tomó la forma de lo nuevo”, es decir, la “Monarquía aparece como lo pretérito y lo predeterminado, como condicionante, que pasa a englobarse dentro de la órbita constitucional”7 132 II EL ESTÍMULO COYUNTURAL: EL ESTATUTO DE BAYONA Si en el proceso de larga duración encontramos las influencias diversas que se han mencionado sobre la Constitución de 1812, en el de duración media, es decir, en la coyuntura no cabe duda que el Estatuto de Bayona espoleó a los patriotas para que se convocaran las Cortes y se elaborara una Constitución. Este revulsivo se concretó más en la división provincial pues la propuesta por José I Bonaparte, inspirada en el modelo revolucionario francés que dividía España en 38 prefecturas o departamentos y aplicaba a cada uno de ellos nombres de accidentes geográficos, en perjuicio de los tradicionales, fue rápidamente contestada con el encargo que la Regencia hizo a Felipe Bauzá de que preparara un proyecto de división provincial8. En la Constitución de 1812, la provincia se convertiría en el marco fiscal y la acción de gobierno debía ser “uniforme, expedito y fácil en todas ellas”. Los artículos 344 y 346 de la Constitución establecen que las Cortes asignarán un cupo a cada provincia proporcional a su riqueza que deberá ser recaudado por la Tesorería provincial. Si bien es cierto que el Estatuto de Bayona provocó que los patriotas incrementaran sus deseos de responder con una Constitución, según Fernández Sarasola: “Positivamente, la influencia del Estatuto de Bayona en el célebre texto de Cádiz es inapreciable (…). Nada más errado que las interesadas palabras del afrancesado Marchena, quien decía que la Constitución de Cádiz sólo tenía de bueno lo que había copiado al texto de Bayona”9. Analizado el contexto histórico en su larga duración, que necesariamente tiene que ver con el mundo de las ideas que tuvieron su concreción en artículos constitucionales; vista la coyuntura que de manera clara se nos presenta la Constitución de 1812 como un contrapunto al Estatuto de Bayona, nos queda la corta duración, es decir, qué tuvo que ver la situación de guerra y su el desarrollo en la Constitución de 1812 o, si se quiere, en Cádiz como centro estratégico. 133 III LA GUERRA Y EL MOMENTO HISTÓRICO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812 El nombre “Guerra de la Independencia” se lo debemos a José Muñoz Maldonado que, en 1833, escribió una Historia Política y Militar de la Guerra de la Independencia (con 26 años). Sin embargo si nos acercamos con detenimiento al periodo 1808-1814 tenemos que lo que hubo en la península ibérica en realidad fue en 1807 y 1808 una guerra de Portugal, proseguida desde mayo 1808 a enero 1809 por una guerra de España, que convirtió en una guerra de España y Portugal en 1809 y que duró hasta 1813. Desde los acuerdos de Bayona, del 5 de mayo de 1808, lo que hay es una guerra peninsular, que es como la llaman tanto la historiografía portuguesa como la británica. La nueva situación provocada por la caída de Godoy y Carlos IV ponía a los españoles en la encrucijada: o bien seguían apoyando la política bonapartista de arruinar Portugal o bien alzarse en armas, lo que significaba en el ámbito internacional ponerse a merced de Inglaterra. A partir de este momento, habrá para los españoles rebeldes –y sólo para ellos- una Guerra de la Independencia. Esta guerra, en palabras de Miguel Alonso Baquer: “Estará marcada por dos tendencias difíciles de conciliar, la INTERNACIONAL, que los reducía a ser elementos de una coalición frente al designio estratégico de Napoleón, y la INTRANACIONAL, que les calificaba de lidiadores por su independencia”10 Y ya se ha introducido otro concepto: DESIGNIO ESTRATÉGICO. Según Alonso Baquer, para entender y luego poder explicar cualquier guerra a través de sus operaciones militares es preciso conocer tres aspectos: el propósito político, el designio estratégico y las resoluciones tácticas. El propósito político que no es otro que el establecimiento del Sistema Napoleónico. En 1944 Jesús Pabón escribió Las ideas y el sistema napoleónico que ha sido reeditada en 2003 con prólogo de Carlos Seco. Pabón comienza con la dialéctica jacobina-girondina de la Revolución Francesa y dentro de ella Napoleón será jacobino en el interior y girondino hacia el exterior. Bonaparte piensa en un sistema europeo piramidal en el que la cúspide es Francia, de ahí que la República la transforme en Imperio. A pesar de que en un primer momento piensa en un orden mundial basado en dos Imperios, el occi- 134 CONTEXTO DE LA CONSTITUCIÓN dental o francés y el oriental o ruso. Finalmente invadirá Rusia. En cualquier caso en el ámbito occidental chocará con el Reino Unido. Ahora bien, las propias incoherencias de Bonaparte serán las que le conduzcan a la derrota: los dos errores del interior, el imperial y el eclesiástico; y los dos del exterior: España y Rusia. El propósito político estaba claro, pero el establecimiento del sistema napoleónico en España tropezó con las Juntas que se habían declarado en rebeldía frente a José I Bonaparte, por lo que las operaciones militares que se produjeron las podemos clasificar por su naturaleza política: Operaciones del Ejército Regular, que habitualmente precisaron del refuerzo de voluntarios, en forma de Regimientos. Operaciones propias del viejo sistema defensivo de milicias provinciales a base de batallones y compañías, que en realidad asumieron la defensa de las ciudades que se sabía que, tarde o temprano, serían atacadas por el Ejército Francés. Y finalmente, operaciones de guerrillas, es decir ataque por sorpresa y sin continuidad. Ejército, milicias y guerrillas expresan tres realidades políticas distintas, cuya síntesis fue posible porque les animaba el mismo propósito político: LA INDEPENDENCIA. Y el propósito político se plasma en una Constitución. Propósito político que no era el mismo que el de Inglaterra, que sólo buscaba la resistencia peninsular prolongada, motivo principal por el que se oponía a la conquista francesa. Como ha dicho Esdaile: “Que nadie entienda que la intervención en España no tenía importancia en sí misma, pero es evidente que no se pueden olvidar otros factores determinantes”11, como lo fueron los designios estratégicos. A. LOS DESIGNIOS ESTRATÉGICOS Las decisiones de contenido estratégico se tomaron en París, Londres, Madrid y Cádiz. En París el designio estratégico era derrotar a Inglaterra y esta misión se encomendó en la península ibérica sucesivamente a Junot (1808), Massena (1810), y Marmont (1811) (luego fue jefe del Ejército francés durante la Restauración). En Londres el designio estratégico era la invulnerabilidad de Portugal, que garantizaba un boquete en el bloqueo napoleónico gracias a Oporto y Lisboa por lo que para mantener libres esos puertos era necesario ampliar el espacio peninsular hostil a Francia, misión que se encomendó primero al general Moore y luego al general Wellesley que salió de España cargado de gloria y de honores (Duque de Ciudad Rodrigo y de Wellington). 135 F. MARTÍNEZ RODA Madrid, donde el Estado Mayor de José I, con el mariscal Jourdan al frente, veía reducirse su función a una nueva administración civil allí donde la influencia de las Juntas y luego de las Cortes de Cádiz, con las Regencia no llegaba. No hay que olvidar que Napoleón despachaba directamente con sus principales mariscales, sin pasar por José I. En Cádiz, el designio estratégico era expulsar al rey José del trono de España. Pero junto a ello, establecer un nuevo orden político en España, del que la Constitución de 1812 era su máxima expresión y, para entender su génesis, era necesario conocer las influencias que confluyeron en ella en la larga duración , en la coyuntura del periodo, única manera de entender el designio estratégico y los actos concretos que, probablemente, no sólo eran espuma. B. LA CONCRECIÓN DE OBJETIVOS Y LAS RESOLUCIONES TÁCTICAS La colisión entre los designios estratégicos de París, Londres, Madrid y Cádiz condujo al enfrentamiento mencionado que, a lo largo de seis años, pasó por distintas fases lo que significaba el establecimiento de objetivos militares concretos a corto plazo y las correspondientes resoluciones tácticas. Durante la primera fase de la guerra adquiere especial relieve la conquista de Cádiz y su bahía porque es vista desde Madrid, en el momento de mayor influencia de José I, como el foco principal del enemigo, que además puede recibir ayuda inglesa a través de Gibraltar. El cierre del estrecho daría supremacía estratégica a los franceses en el Mediterráneo occidental. Finalmente Londres consigue aligerar la presión sobre Cádiz y Gibraltar y sin prisa por la caída o abdicación de José I Bonaparte prefiere que los franceses permanezcan en la península ibérica para que los soldados imperiales no sean utilizados en otros frentes. De momento se logra que los mariscales Jourdan y Soult presionen sobre Cádiz, a pesar de la presencia del mismísimo Emperador en la península. Como consecuencia de la retirada de los soldados franceses del sitio de Valencia y, sobre todo, por la derrota de Bailén, el 29 de octubre de 1808, Napoleón atraviesa el río Bidasoa y el dos de diciembre logra la capitulación de Madrid que había sido recuperada por el Ejército español. Además logra que las tropas inglesas se batan en retirada hasta Astorga. Allí pasa el Emperador la Nochevieja pero debe volver a París para afrontar el reto de la nueva coalición, la quinta, contra su sistema europeo. El 17 de enero de 1809 al salir de Valladolid recibe la noticia de la muerte del general británico Moore en la batalla de Elviña, pero con su sacrificio ha logrado reembarcar 136 CONTEXTO DE LA CONSTITUCIÓN la mayor parte de su expedición. Al vencedor, el veterano mariscal Soult, le ordena que conquiste Oporto y procure entrar en Lisboa. En seis meses parece que se le ha dado la vuelta a la guerra. Las tropas francesas vencen en todos los frentes: Belchite, Medellín, Talavera de la Reina y Ocaña. Sin embargo, la Junta Central Suprema, ya sin Floridablanca, deja paso a la primera Regencia que estudia la convocatoria a Cortes. Se puede afirmar, con hechos como éste, que si bien no hay una correlación exacta entre el ritmo político y la evolución de la guerra, sí se puede asegurar que se mantuvo una especie de conciencia inquebrantable de que la guerra no estaba perdida. De ahí que en los momentos en que el bando patriótico español se encontraba en peores circunstancias, se aceleraba el ritmo político con medidas como la convocatoria a Cortes. El 27 de noviembre de 1809 se publica el Decreto de la Junta Central Suprema en que se convoca a Cortes, que completará el Consejo de Regencia al extender la convocatoria a los territorios de ultramar (América y Filipinas) y a las provincias ocupadas. En 1810 parecía que la guerra estaba perdida porque todas las batallas se perdían con graves daños personales y materiales y la resistencia en las ciudades sitiadas flaqueaba, pues este año se alzan nuevas partidas de guerrilleros que llegar a ser unas 600 con unos 55.000 hombres, que logran que la marcha de los convoyes del Ejército francés se “incierta y a menudo interrumpida”12 Guerrillas que tienen mucho de espontáneo, pero que aceptan a Cádiz como centro de decisión estratégica, más aún en Cádiz-más concretamente en la Isla del León, San Fernando, el 24 de septiembre de 1810 se realiza la apertura de las Cortes Extraordinarias aunque es cierto que muchos de sus 305 diputados no habían podido ser elegidos en sus correspondientes provincias por hallarse ocupadas. Los diputados en su conjunto formaban una amalgama de lo que podríamos denominar clases medias profesionales, más que burguesía en sentido estricto: la mayoría de ellos eran universitarios y eclesiásticos y más de la mitad juristas y funcionarios. Una de las primeras medidas de las nuevas Cortes fue declarar la igualdad entre los españoles, fueran peninsulares o americanos, esto ocurría el 15 de octubre de 1810, lo que no fue obstáculo para que se iniciara alguno de los procesos de independencia en la entonces América española. El diez de noviembre se estableció la libertad de imprenta y el 23 de diciembre se creó una comisión para la elaboración de la futura Constitución. Todo esto en un año en que el Imperio Napoleónico al- 137 F. MARTÍNEZ RODA canza su máxima extensión y el Emperador francés se casa con una Habsburgo, lo que parecía indicar mayor estabilidad imperial lo que significaba mayor riesgo para la independencia de España. Al final del año 1810 hay en la península ibérica unos 270.000 soldados franceses y de sus aliados, especialmente polacos; frente a los 150.000 del Ejército español, los 81.000 bajo el mando de Wellington, a los que hay que añadir los 55.000 guerrilleros. Es decir más de medio millón de hombres en armas. En 1811 Cádiz está más tranquila porque el avance francés se dirige al Mediterráneo y la guerra de Portugal de resuelve a favor de lo coligados (Reino Unido, Portugal y España). Precisamente el uno de enero de este año, se declaran nulos todos los actos del rey Fernando VII para que no quede duda alguna de la legalidad de la labor gaditana, donde el debate constitucional comienza el 20 de marzo de 1811. Mientras el debate sigue su curso, se aprueba el seis de agosto de 1811, el Decreto de supresión de los señoríos, a la vez que comienzan los rumores de que se están formando movimientos de oposición a la labor legislativa. Sin embargo sigue y, el 21 de diciembre de 1811, se declara abolida la Ley Sálica, de ahí que en la Constitución el orden de sucesión a la Corona sea el tradicional que ya venía recogido en Las Partidas. Sin conocerse todavía que Napoleón iba a invadir y fracasar en Rusia, el 23 de marzo de 1812, las Cortes que eran extraordinarias, una vez aprobada la Constitución convocaron elecciones a Cortes Ordinarias para 1813. Pero en junio de 1813 sí había cambiado el signo de la guerra y la viabilidad del sistema napoleónico. La pérdida de casi medio millón de soldados imperiales en Rusia desequilibró el estado de las fuerzas. Los coligados avanzaban en todos los frentes. El 21 de junio de 1813 las tropas francesas son derrotadas en la decisiva batalla de Vitoria, sin embargo en estas circunstancias tan favorables ni se celebran las elecciones previstas ni se pone en marcha la nueva división provincial promovida por las propias Cortes en Cádiz. 138 IV CONCLUSIÓN Ya se ha dicho que no se tiene constancia de una correlación directa entre los acontecimientos bélicos y los actos de las Cortes de Cádiz, salvo la voluntad inquebrantable de no someterse y considerar que la guerra no estaba perdida, de ahí los gestos en determinadas ocasiones que llegaron a ser simbólicas, como el emblemático día de promulgación de la Constitución que llevó a que fuera conocida como la “Pepa”. El 23 de enero de 1812 las Cortes finalizaron el debate constitucional, sin embargo se esperó al 19 de marzo, festividad de san José, santo patrón del rey intruso, para su promulgación. Pero no se debe perder de vista la estructura-el tiempo largo- y la coyuntura-el tiempo medio-y una y otra indican claramente que la Constitución de 1812 fue un intento renovador para establecer un nuevo orden político en España en el que la influencia del pensamiento ilustrado francés y del galicanismo es indudable. No deja de ser paradójico que se luchara contra franceses con ideas procedentes de Francia, aunque también es cierto que en materia socio-económica la influencia de la ilustración española está muy presente y que, incluso, se mantienen elementos tradicionales. El análisis de la coyuntura lleva a poder afirmar que la Constitución de 1812 fue una reacción contra el Estatuto de Bayona y que, además, también en clave reactiva por la división provincial bonapartista, favoreció la reorganización del territorio español mediante otra propuesta de división provincial que tardó más de treinta años en concretarse, pero su germen está también en la Constitución de 1812. Finalmente, como compendio de todo lo dicho, aparece en la mente del abajo firmante como un flash el comentario que hace cincuenta años escribió Julián Marías: “La estructura personal del español se parece a la de los melocotones. Es éste una fruta delicada, que se corrompe fácilmente; pero tiene un grueso y duro hueso central, a prueba de todo, inquebrantable e incorruptible. El español puede corromperse, desmoralizarse, envilecerse, pero sabe que tiene siempre, como un hueso, un núcleo sano e intacto. Sabe que un día, cuando llegue la hora, echará mano de este último núcleo y se portará como un hombre, se jugará la vida limpiamente”13 El sexenio 1808-1814, en su mezcla de guerra y Constitución es una expresión clara de este comentario generalizador que no se puede tildar de generalización abusiva. 139 V NOTAS 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) 13) DOSSE, F.: La Historia en migajas. De “Annales” a la “nueva Historia”. Ed. Institución Alfonso el Magnánimo, Valencia, 1988, página 58 SAENZ-DIEZ, I. y otros: Síntesis de Historia del Pensamiento Político, Actas, Madrid, 1994, pág. 138 PINO ABAD, M.: “Apuntes sobre las garantías del proceso penal en las Cortes de Cádiz”, Anuario de Historia del Derecho español (AHDE), 81, 2011, pág. 411 MARTÍNEZ RODA,F.: Valencia y las Valencias. Su historia contemporánea. CEU San Pablo, Valencia, 1998, pág. 252 Vid. MARTÍNEZ RODA, f.: La división provincial y el final del reino de Valencia (18101833), RACV, Valencia, 2011 GARRIGA ACOSTA, C.: “Cabeza moderna, cuerpo gótico. La Constitución de Cádiz y el orden jurídico”, AHDE, 81, 2011, pág.115 MARTINEZ MARTÍNEZ, F.:”Un poder nuevo en el escenario constitucional: notas sobre el ejecutivo gaditano”. AHDE, 81, 2011, pág. 333 SUÁREZ, F.: Las Cortes de Cádiz, Rialp, Madrid, 1982, pág. 112 FERNÁNDEZ SARASOLA, I.: “La primera Constitución española: el estatuto de Bayona”, en http:// www.cervantesvirtual.com/serlet/sirveObras/4860519115138617422202/p00 ALONSO BAQUER, M.:”La conducción de las operaciones en la Guerra de la Independencia”. Actas del Congreso Internacional sobre la Guerra de la Independencia y los cambios institucionales, Diputación de Valencia, 2009, pág. 31 ESDAILE, Ch.:”España en el ajedrez europeo: la intervención napoleónica revisada” en Actas del Congreso Internacional sobre la Guerra de la independencia y los cambios institucionales, Diputación de Valencia, Valencia, 2009, pág. 184 JUHEL, P.:”Napoléon et la logistique de les armées françaises d Espagne” en Actas del Congreso Internacional sobre la Guerra de la Independencia y los cambios institucionales, Diputación de Valencia, Valencia, 2009, pág. 117 MARÍAS, J.: Los españoles, Madrid, 1963, Pág. 17 140 J. V. GOMEZ BAYARRI Académico de Número de la RACV DIPUTADOS VALENCIANOS EN LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ DE 1812 Español Resumen: El texto constitucional de las Cortes de Cádiz constituye la primera Carta Magna moderna de nuestra Historia. En 1808 las tropas napoleónicas invadieron España y ocuparon gran parte del territorio peninsular. Ciudades y pueblos se alzaron en armas ante la ocupación extranjera. El dominio de un poder externo propició la suma de voluntades de los distintos territorios hispánicos para redactar y aprobar la Constitución de 1812 que tiene 10 títulos y 384 artículos. Al territorio del Reino de Valencia le correspondieron en el cómputo total 25 diputados: 17 titulares, 5 suplentes, 2 por ciudades con voto en Cortes y 1 por la Junta Superior de Valencia. Por su actividad profesional o extracción social destaca la mayor presencia de juristas, seguidos de eclesiásticos, nobles y militares. Entre los diputados valencianos, los hubo de tendencia conservadora y de liberales progresistas. Entre los primeros destacamos a Francisco Javier Borrul y Vilanova y entre los progresistas a Joaquín Lorenzo Villanueva y Astengo. Palabras clave: Intervención valenciana Cortes Cádiz 1812. English Abstract: The Constitutional text of the Cádiz Parliament represents the first modern Magna Carta (constitution) of our time. In 1808 Napoleon troops invaded Spain and occupied great part of the Iberian Peninsula. Cities and towns rose up against the foreign invasion. The control of a foreign power allowed the agreement of all the different territories of Spain to write and pass the Constitution of 1812 which has 10 titles and 384 articles. 25 deputies went to The Kingdom of Valencia: 17 holders, 5 substitutes, 2 for cities with a vote in Parliament and 1 by the “Junta Superior” of Valencia. Regarding their professional and social status, most were lawyers, followed by clergymen, nobles and military men. Among the Valencian 141 J. V. GÓMEZ BAYARRI deputies, there were Conservative and Liberal. Among the Conservative deputies, Francisco Javier Borrull y Vilanova was one of the most important and among the Liberal, Joaquin Lorenzo Villanueva y Astengo. Key words: Valencian participation Cádiz Parliament 1812. 142 I LAS CORTES DE CÁDIZ En el año 2012 se conmemora el 2º Centenario de la aprobación de la primera Carta Magna moderna de nuestra Historia, la llamada “Constitución de Cádiz de 1812”. Para comprender el porqué de la decisión de elegir y convocar diputados del territorio nacional para elaborar una constitución en plena Guerra de Independencia debemos tener en consideración el contexto histórico previo de la Constitución española de 1812. Las ideas de los ilustrados españoles se iban extendiendo, el gobierno de Carlos IV y Godoy no complacía a los españoles, el primer gobierno de Fernando VII y la renuncia en Bayona había favorecido la invasión francesa, la organización política nacional antes de las Cortes de Cádiz concentraba el poder político en una Junta Central. Ante esta situación la reacción nacional no se hizo esperar y la opción patriótica fue celebrar una Cortes y elaborar la Constitución de Cádiz de 1812. En 1808 las tropas napoleónicas invadieron España y ocuparon gran parte del territorio peninsular. Ciudades y pueblos se alzaron en armas ante la ocupación extranjera. Los asedios a la ciudad de Valencia del 28 de junio de 1808 y los producidos en marzo de 1810 precedieron a la batalla de Sagunto de octubre de 1811, dando paso a la capitulación de la capital del Reino el 9 de enero de 1812. En la defensa de Valencia, enarbolando la bandera de la libertad, se alzó la figura de Vicente Doménech, conocido por el sobrenombre del “Palleter”, personaje popular que se opuso a la invasión. La rendición de Valencia propició la ocupación de gran parte del territorio valenciano. Exceptuamos la ciudad de Alicante que se mantuvo libre de la ocupación del ejército napoleónico, merced a su situación estratégica y a las fuertes defensas naturales de la ciudad. El 14 de enero de 1812 el mariscal francés Louis Gabriel Suchet toma la ciudad de Valencia y gobernó el antiguo reino de Valencia hasta el 15 de julio de 1813 fecha en que las tropas galas abandonaron la ocupación de la ciudad de Valencia. Durante este periodo de ocupación llevó a cabo una represión selectiva, introdujo algunas reformas y estableció cordiales relaciones con algunas personalidades y grupos sociales influyentes. 143 J. V. GÓMEZ BAYARRI El dominio de un poder externo propició la suma de esfuerzos y voluntades de distintos territorios de hispánicos para redactar y aprobar una Constitución en una coyuntura en que la situación político-militar era complicada. La idea de la convocatoria de unas Cortes propició durante los años 1809 y 1810 una eclosión de publicidad de este acontecimiento en folletos, pasquines y obras de mayor envergadura. Las ideas neoforalistas tuvieron una difusión amplia en círculos intelectuales valencianos y se reflejó en las obras de Vicente Blanchat y de José Villarroya. El jurista Antonio Pascual y Pujalte consideró que era una ocasión propicia para que los antiguos territorios de la Corona de Aragón solicitasen el restablecimiento del Consejo de Aragón y de sus abolidos fueros “que tantos siglos de observancia fue el fruto de su buen gobierno, y de tantas libertades, franquezas y prerrogativas que eran la emulación y embidia (sic) de los demás reynos, que no las tenían”. Ahora bien, no reivindicaban una restauración de los fueros perdidos, sino una actualización, dentro de una estructura política no estamental. La Junta Suprema propuso el octubre de 1808 convocar Cortes, pero fue el Consejo de Regencia quien realizó la convocatoria a principios de 1810. El 22 de mayo de 1809 el Presidente de la Junta Central promulgaba el Decreto que anunciaba la inminente convocatoria de Cortes Generales y Extraordinarias. Unos meses más tarde, en una Carta Orden del Consejo de fecha 28 de octubre de 1809 la Suprema Junta Gubernativa del Reino de España ordenaba que se realizase la convocatoria el 1 de enero de 1810, las cuales se habrían de reunir el 1 de mayo de ese mismo año. Normas posteriores concretaron el sistema electoral para elegir a los diputados representantes del territorio nacional que configuraron las Cortes Constituyentes. La elección territorial de los diputados que debían asistir a Cortes se hizo sin premura de tiempo. Provincias del centro de España al estar ocupadas por las tropas francesas no pudieron elegir a sus diputados y se eligieron suplentes provisionales entre personalidades que residían en Cádiz, lo que contribuyó a que se configurara una mayoría de liberales progresistas. De otras demarcaciones territoriales tanto peninsulares como de las provincias de Ultramar, no sin dificultades, fueron llegando con retraso a la Isla de León1. Según recoge el diario de Sesiones el Acta de la sesión de apertu- 144 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 El Juramento de las Cortes de Cádiz en 1810, (1862). Óleo sobre lienzo. Representa el acto de juramento que en la Misa del Espíritu Santo prestaron los Diputados el día de la instalación de las Cortes de Cádiz. Éste es uno de los dos grandes cuadros que fueron encargados por el Congreso de los Diputados para decorar el testero del Salón de Sesiones. Colección Congreso de los diputados. Madrid. Autor José Casado Alisal. ra de las Cortes Generales se celebró el 24 de septiembre de 1810 en el Teatro Cómico de la Isla de León -actual población de san Fernando-, con la elección del Presidente y el Secretario2. El 20 de febrero de 1811, ante el avance y la amenaza que suponía el ejército napoleónico, las Cortes tomaron la decisión de trasladarse a la ciudad de Cádiz, reuniéndose en el Oratorio de la Iglesia de San Felipe Neri. Su composición, en cámara única, formada por diputados elegidos por los nuevos ciudadanos y por las Juntas provinciales, constituía un único cuerpo que representaba a la nación soberana. Su proceso histórico e ideológico queda patente en el preámbulo de la 145 J. V. GÓMEZ BAYARRI Constitución de 1812, que rememora la legalidad fundamental española, desde la monarquía goda y medieval al absolutismo borbónico, para enlazar el nuevo régimen liberal con el que se abandonaba, en un último intento de compaginar la razón y la Historia. Son clásicas las palabras del discurso preliminar a la primera Constitución española atribuidas a Agustín de Argüelles: «Nada ofrece la Comisión en su proyecto que no se halle consignado del modo más auténtico y solemne en los diferentes cuerpos de la legislación española, sino que se mire como nuevo el método con que ha distribuido las materias, ordenándolas y clasificándolas para que formasen un sistema de ley fundamental y constitutiva, en el que estuviese contenido con enlace, armonía y concordancia cuanto tienen dispuesto las leyes fundamentales de Aragón, de Navarra y de Castilla»3. Una de las primeras decisiones que tomaron las Cortes fue establecer su organización y lo hicieron mediante el Decreto I, de 24 de septiembre de 1810. En él se declaraba que la soberanía nacional residía en las Cortes, el carácter unitario de la representación nacional y la división de poderes, ahora bien, la Constitución recoge que “la potestad de hacer leyes reside en las Cortes con el Rey”4 y “la potestad de haced ejecutar las leyes reside en el Rey”5. Las Cortes de Cádiz se prolongaron durante tres años y celebraron unas 1800 sesiones. Para la redacción del proyecto constitucional se nombró una comisión formada por trece diputados y un asesor. La Constitución de 1812 tiene 10 títulos y 384 artículos. La Constitución fue aprobada el 19 de marzo de 1812, día de San José, de ahí, que sea conocida popularmente por el nombre de la “Pepa”. En el encabezamiento de la Constitución se hace constar: DON FERNANDO SÉPTIMO, por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía Española, rey de las Españas, y en su ausencia y cautividad la Regencia del Reino, nombrada por las Cortes generales y extraordinarias, a todos los que las presentes vieren y entendieren, SABED: que las mismas Cortes han decretado y sancionado la siguiente CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA. En el Reino de Valencia la Constitución se publicó en Alicante el 16 de julio de 1812. Durante los días que prosiguieron las autoridades civiles, militares y eclesiásticos y funcionarios provinciales y locales juraron la Constitución. Paulatinamente, confirme se libera- 146 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 Portadas de la Constitución de las Cortes de Cádiz ban de la ocupación francesa los ayuntamientos iban jurando los nuevos principios constitucionales. Esta Constitución de Cádiz ha adquirido un valor casi mítico que perdura hasta nuestros días. Un símbolo de libertad que se proyectó dentro de España y del mundo hispánico, porque con el texto gaditano, en plena Guerra de Independencia, surgió la primera de las constituciones españolas que contempla la soberanía nacional, la división de poderes, derecho de representación, libertad de expresión, garantías procesal y penal, etc. En general, prescribe consolidar los derechos y limitar el poder estatal. Ninguna constitución española ha tenido el alcance, la repercusión y la difusión de la Constitución de 1812. El contenido legislativo de las Cortes de Cádiz pretendía esencialmente lograr dos objetivos básicos: constituir un nuevo régimen y promover la transformación de la sociedad. La Constitución de 1812 define un sistema político fundamentado en los principios que conformen un régimen liberal de una monarquía parlamentaria en la que se limitan las competencias de la Monarca6. 147 J. V. GÓMEZ BAYARRI Fue traducida en su época al inglés, francés, portugués, alemán, italiano y ruso. La obra de los liberales de Cádiz no dejó indiferente a una Europa decimonónica que le dedicó especial atención, ya fuera para admirar la sabiduría de su articulado, ya para criticar algunas de sus progresistas disposiciones. A ella dedicaron algunas de sus más célebres páginas desde Bentham o Lord Byron en Inglaterra, a Guizot o Chateaubriand en Francia. Cabe recordar que las primeras de las constituciones de la época Moderna son la de EE.UU de 1787 y la constitución francesa de 1791. Pero la proyección de la Constitución de Cádiz no se limita al espacio, sino también al tiempo, pues, nacida de la ideología liberal de comienzos del XIX, gran parte de sus artículos y, sobre todo, de su impronta progresista se ha perpetuado en las sucesivas constituciones españolas de los siglos XIX y XX, incluida la de 1978 7. La Constitución de Cádiz se convirtió en el “código sagrado” que definía el liberalismo español como un credo político. “Código” que se erigió en la constitución liberal clásica de la Europa latina a principios del siglo XIX8. El jurista valenciano Tomás y Valiente atribuyó a la Carta Magna de Cádiz “la triple dimensión de origen, modelo y mito”. Como consecuencia de la Constitución de Cádiz, la división territorial del Reino de Valencia se estructuró, provisionalmente, en tres instituciones provinciales. La división en partidos o gobernaciones se postergará su aprobación hasta el 1 de mayo de 1814, estructurando el territorio valenciano en 29 partidos. Finalizada la Guerra de la Independencia el rey Fernando VII regresó a España y entró en la ciudad de Valencia el 13 de abril, permaneciendo en ella hasta el 5 de mayo. El monarca se alojó en el Palacio de Cervelló y la ciudad se erigió durante ese intervalo de tiempo en un centro de representantes absolutistas. Un Decreto de 4 de mayo de 1814 firmado en dicho Palacio de Valencia recogía la derogación del “corpus” constitucional de Cádiz y establecía, nuevamente, la monarquía absoluta. Nuevos decretos, en los meses siguientes, fueron restableciendo las instituciones del Antiguo Régimen, al menos durante 6 años. A principios de 1820 un pronunciamiento de los militares Riego y Quiroga obligaron a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812 y se inaugura el Trienio Liberal -1820-1823-, período en el que se recupera la obra jurídica de Cádiz, hasta que de nuevo el Rey en octubre de 1823 declaraba nulo todo lo aprobado por el gobierno del Trienio Constitucional. 148 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 Fachada actual del Palacio de Cervelló (Valencia). 2012 Sala interior del Palacio de Cervelló. 2012 149 II DIPUTADOS VALENCIANOS EN CÁDIZ De la reunión de la Junta Provincial celebrada en el Salón de la Casa Consistorial de la ciudad de Valencia durante los días 13, 14 y 15 de febrero de 1810, salieron elegidos, mediante un sistema de sufragio censitario indirecto, los representantes valencianos, según se recoge en las Actas y Diario de sesiones. El Acta de 17 de febrero de 1810 registra la reunión de la Junta de electores de los once partidos del Reino de Valencia para la elección de los diputados a Cortes9. El acto se realizó con solemnidad y tuvo connotaciones de acontecimiento festivo, pues la víspera se celebró un “Te Deum” en la Catedral y se colocaron luminarias en la Plaza la Virgen de los Desamparados. Unas semanas antes de que fuera asediada la ciudad de Valencia por las tropas napoleónicas los diputados electos a Cortes se embarcaron rumbo a Cádiz para emprender su singladura parlamentaria. Su viaje fue accidentado. Su primera escala fue Cartagena, ciudad que sufría la epidemia de la fiebre amarilla. Esta circunstancia los retuvo varias semanas para guardar la cuarentena pertinente. Posteriormente se embarcaron hacía Cádiz en dos navíos, de nombre Héroe y la Venganza. En el acta de la sesión de 25 de octubre de 1810 de la isla de León se da cuenta de la llegada de los primeros diputados valencianos a las Cortes Generales. Estos diputados juraron sus cargos, cuando hacía un mes que las sesiones de Cortes se habían iniciado10. Las contradicciones que precedieron a la convocatoria de Cortes y la forma de elección explican, en parte, la extracción social de la representación de diputados valencianos. Se respetó la escrupulosa “Instrucción” redactada para la elección de diputados que establecía un sistema de sufragio censitario e indirecto. El número de diputados elegidos era 1 por cada 50.000 habitantes, según el censo de 1797. Al territorio del Reino de Valencia le correspondieron en el cómputo total 25 diputados: 17 titulares, 5 suplentes, 2 por ciudades con voto en Cortes que fueron Valencia y Peñíscola y 1 nombrado por la Junta Superior de Valencia. Por su actividad profesional o extracción social destaca la mayor presencia de juristas, seguidos de ecle- 150 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 siásticos, nobles y militares. Respecto a su origen de procedencia observamos, que aunque una mayoría residían de manera permanente o parcialmente en la ciudad de Valencia por su profesión u oficio o por haber trasladado su residencia a la capital del Reino, otros habían nacido y procedían de distintas localidades valencianas11. No todos los diputados electos llegaron a Cádiz. Julián Piquer por motivos desconocidos, y José Bru, José Lledó, Salvador Gozálvez y Juan Bautista Cerdá por haber sido capturados por las tropas franceses no llegaron a dicha ciudad. Los diputados electos Julián Piquer, José Bru y José Lledó no se presentaron en Cádiz y fueron sustituidos por Pedro Aparici, José Torres y José Antonio Sombiela. La mayoría de diputados se desplazaron a Cádiz sin idea preconcebida de la gran tarea que les esperaba. Una vez allí, se incorporaron en las comisiones que se constituyeron para deliberar y redactar el corpus constitucional durante varios años. Numerosos adoptaron posiciones eclécticas. Conforme se iban debatiendo los temas se decantaban hacía una posición u otra según los cambios o reformas que se proponían. Entre los diputados valencianos los hubo de tendencia conservadora y liberales progresistas. Entre los primeros destacamos a Francisco Javier Borrull y Vilanova (Valencia, 1745 – 1837) que fue catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Valencia y entre los liberales progresistas a Joaquín Lorenzo Villanueva y Astengo (Xàtiva, 1757–Dublín, 1837) académico y bibliotecario de la Real Academia de la Lengua y de la Historia, calificador del Santo Oficio, capellán de honor del Rey, catedrático de Teología en el seminario de Salamanca, entre otros cargos. Los diputados liberales se relacionaron en Cádiz con otros correligionarios del campo político y del económico que residían en dicha ciudad. Cabe citar entre ellos a José Canga Argüelles, ministro de hacienda, a Vicente Beltrán de Lis, comerciante, y a activistas como el eclesiástico Juan Rico, Narciso Rubio y Manuel Cortés, además un hermano de J. L. Villanueva, Jaime, le acompañó en el desplazamiento a la ciudad gaditana y el diputado valenciano consiguió que fuera nombrado responsable de la oficina de la redacción del Diario de Sesiones, según recoge J. L. Villanueva en su libro de memorias Viaje a las Cortes. Se reunían en sus casas, en diversos cafés y en Alameda de la ciudad para comentar y preparar las sesiones de Cortes12. 151 J. V. GÓMEZ BAYARRI José Canga Argüelles, asturiano de nacimiento, pero enraizado en Valencia por casamiento y estancia, fue un intendente, de pensamiento jacobino y centralista, que rechazaba la reunión de las Cortes por estamentos. Dicho político liberal era partidario de un régimen constitucional de nueva planta. Se oponía al retorno a las instituciones forales, y propugnaba la división de poderes, la soberanía nacional, la reforma fiscal, la libertad religiosa; todo bajo los principios de Libertad, Igualdad y la Propiedad, ideas reflejadas en su obra Reflexiones sociales, o idea para la Constitución española. El también liberal J. Lorenzo Villanueva, clérigo ilustrado y diputado valenciano en su obra Las angélicas fuentes, redactada a modo de diálogo, intentó defender la ideología liberal fundamentando sus afirmaciones en las doctrinas de Aristóteles y del escolástico Santo Tomás de Aquino. Algunos diputados valencianos fueron portavoces del liberalismo más progresista y participaron en los debates sobre la abolición de la Santa Inquisición y de los señoríos, la desamortización de los bienes propios y baldíos, y en debates sobre competencias de los municipios y las diputaciones. La figura más destacada del sector conservador fue Francisco Javier Borrull que hizo causa común con otros diputados de la Corona de Aragón para defender posiciones de autonomismo neoforalista de las administraciones locales representadas por los ayuntamientos y las diputaciones. No todos los diputados valencianos elegidos para asistir a las Cortes de Cádiz tuvieron el mismo protagonismo. En conjunto, la representación territorial valenciana fue la más activa de todas, acumulando 515 intervenciones. El más participativo de los diputados valencianos fue el liberal Joaquín Lorenzo Villanueva que pronunció 173 discursos y trabajó en diversas comisiones parlamentarias. Le siguió el conservador o neoforalista F. J. Borrull con 141 discursos y que se adscribió a varias comisiones. Otros diputados activos fueron José Martínez García con 117 discursos, Manuel Villafañe con 84 y Vicente Tomás Traver con 56 actuaciones. Otros diputados valencianos permanecieron prácticamente mudos, sin actuación parlamentaria. Entre estos miembros pasivos del Congreso debemos señalar a Manuel Albelda, Carlos Andrés y Francisco Antonio Sirera. 152 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 Sin embargo, debemos reconocer que la actividad legislativa no solo está en función de la cantidad de discursos, pues en el Diario de Sesiones no se han computado las intervenciones cortas que pueden ser influyentes y decisivas para perfilar el corpus legislativo. Son los casos de los diputados Antonio Lloret y Martí y Pedro Aparici y Ortiz cuyas intervenciones fueron fundamentales en el debate y aprobación de la supresión de los Señoríos. La implicación valenciana en los debates parlamentarios les llevó a tener que redactar textos propios y otros textos de intelectuales expertos implicados en el proceso, doctrina legal que tuvo repercusión en la política cultural del Reino de Valencia y del resto de España. Los diputados elegidos por la demarcación del Reino de Valencia no funcionaron como grupo valenciano por varias razones fundamentalmente. Primera, porque constituían un grupo poco compacto; segunda, porque tenían ideologías diferentes; tercera, porque defendían principios e intereses a veces contrapuestos; cuarta, porque los liberales profesaban un ofuscado jacobinismo de corte francés, fuertemente centralizador y uniformista, y los conservadores un neoforalismo. Sólo en muy pocas ocasiones coincidieron sus posturas y adoptaron un frente común. Verdaderamente, no hubo un grupo compacto que se interesara por los intereses valencianos, pero sí que en ocasiones mostraron interés e inquietudes por temas que afectaban a su tierra. Los particularismos tuvieron menor cabina que las discusiones generales, pues primó el ejercicio de la Soberanía Nacional. Se han clasificado a los diputados en Cádiz en dos grupos: liberales y conservadores. Aunque la mayoría tuvo claro en qué grupo ideológico estaba encasillado, hubo diputados valencianos que adoptaron posturas eclécticas, inclinándose por unos postulados u otros, según los temas que se debatían. Las cuestiones que suscitaron mayor interés entre los diputados valencianos fueron abolición de los señoríos, la Santa Inquisición, las decisiones y medidas de carácter agrario y las deliberaciones que afectaban a la regulación de las milicias. Joaquín Lorenzo Villanueva y Francisco Javier Borrull, dos grandes ilustrados, dada su completa formación humanística, fueron los más capacitados para intervenir en asuntos muy variados. 153 J. V. GÓMEZ BAYARRI El debate sobre la cuestión de la abolición de los señoríos la iniciaron los diputados valencianos Antonio Lloret y Joaquín Lorenzo Villanueva. El Diario de sesiones de 4 de junio de 1811 registra la intervención de Villanueva defendiendo la incorporación de los señoríos a la Corona13. También tuvo una activa participación en este tema Pedro Aparici que expuso una visión histórica de los señoríos valencianos y propuso que se quitasen, rebajasen o transformarse algunos derechos hasta que se incorporasen por vía judicial a la Corona. Francisco Javier Borrull se opuso a las tesis de Aparici y consecuentemente a la abolición de esta jurisdicción señorial. Este jurista neoforalista adujo que el señorío era completamente legal, fundamentándose en los fueros del antiguo reino de Valencia, ya que fue enajenado por los monarcas y aprobado en Cortes valencianas. A pesar de la oposición argumentada de Borrull el decreto se aprobó y promulgó el 6 de agosto de 1811, pero encontró muchas dificultades para su aplicación, dada la casuística y las diversas interpretaciones del texto. Se redactó un proyecto de decreto aclaratorio que no se llegó a promulgarse. Según registra el Diario de sesiones el 27 de mayo de 1811 Francisco Javier Borrull pronunció un argumentado discurso para evitar la destrucción del teatro romano de Sagunto, tal como querían los militares encargados de la fortificación del castillo14. F. J. Borrull escribió y pronunció un discurso para impugnar en las Cortes el dictamen de la comisión de Guerra sobre admitir en los colegios y academias militares a españoles de familias honradas15. El Acta del Diario de sesiones de 26 de septiembre de 1811 recoge la propuesta de Joaquín Lorenzo Villanueva solicitando que se reintegre a la ciudad de San Felipe el nombre de Xàtiva16. El 30 de septiembre de 1811 intervino Antonio Lloret para proponer que se reintegren a la Corona todas las jurisdicciones civiles y criminales17. En el Diario de sesiones de de 14 de julio de 1812 se recoge la intervención de José Antonio Sombiela Mestre sobre el proyecto Ley para la organización de la administración de Justicia18. Este diputado también tuvo destacadas actuaciones en cuestiones eclesiásticas. 154 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 Los diputados José Joaquín Castelló y José Antonio Sombiela intervinieron en los debates sobre la figura y competencias del Rey en la Constitución de Cádiz19. Vicente Tomás Traver defendió la primacía de las Cortes frente a la Regencia, y la mayoría cualificada de 2/3 en el debate sobre el sistema de votación. El 4 de febrero de 1812 Vicente Tomás Traver expuso su propuesta sobre el restablecimiento de los conventos20. Desde su cargo de Secretario de las Cortes entre enero y marzo de 1811 fue un muñidor de asuntos que afectaban a intereses valencianos. Antonio Samper intervino en asuntos relativos a la milicia. Centró su actividad parlamentaria en la defensa del Reino y asuntos de disciplina militar. La discusión sobre supresión del Santo Oficio fue otra de las cuestiones que suscitó una encendida intervención del liberal Joaquín Lorenzo Villanueva, favorable a la abolición de la Santa Inquisición, propuesta defendida los días 20 y 21 de enero de 1813. F.J. Borrull defendió el sistema de acequias de la Huerta valenciana regada por el Turia en su intervención en las Cortes el 31 de julio de 1813 y logró la pervivencia del Tribunal de las Aguas, pues un nuevo Decreto de Derecho Civil recogía la desaparición de las instituciones particulares, como era este tribunal. El territorio valenciano fue de los primeros que entró en vigencia la Constitución aprobada en Cádiz en 1812. Con la toma de posesión del absolutismo borbónico con Fernando VI en el 1814 los diputados valencianos en Cádiz corrieron suerte diversa. Unos firmaron el Manifiesto de los Persas - Sombiela y Borrull-, algunos liberales sufrieron persecución y cárcel hasta que llegó el Trienio Liberal en 1820. La relación de diputados valencianos firmantes de la Constitución de Cádiz por orden de aparición en el texto constitucional es la siguiente: – Antonio Samper – Carlos Andrés – Francisco Xavier Borrull y Vilanova – Joaquín Lorenzo Villanueva 155 J. V. GÓMEZ BAYARRI – Vicente Traver – Baltasar Esteller – Antonio Lloret y Martí – José de Torres y Machy – José Martínez – Luis Martí, Baron de Casa-Blanca, diputado por la ciudad de Peñíscola – José Antonio Sombiela – Manuel de Villafañe – José Joaquín Castelló – Francisco Serra – Francisco Ciscar – Pedro Aparici y Ortiz – Joaquín Martínez En el cómputo total firmaron la Constitución de Cádiz 17 diputados valencianos. 156 III BREVES SEMBLANZAS BIOGRÁFICAS A. DIPUTADOS TITULARES ELECTOS Y QUE ASISTIERON A LAS SESIONES DE LAS CORTES EXTRAORDINARIAS Y CONSTITUYENTES DE CADIZ DE 1812 1. José Martínez y García Ignoramos la fecha de nacimiento y de defunción. Diputado por el reino de Valencia. Prestó el juramento el 24 de octubre de 1810. Fue vecino de la ciudad de Valencia y desempeño diversos cargos. Entre los que cabe reseñar los de Auditor general honorario del Departamento marítimo de Valencia y Asesor de alzadas y súplicas del Consulado de Comercio de la ciudad de Valencia y su Reino. Fue elegido diputado a las Cortes de Cádiz y participó en las comisiones de Poderes, estado del Ejército, examen del Manifiesto de la Junta Central, Hacienda, Honor; e intervino en casi todas las discusiones de las Cortes. Fue uno de los diputados valencianos más activos. Pronunció 117 discursos. Fue partidario de un poder ejecutivo dividido, con pocas atribuciones y, desde luego, controlado por las Cortes. Sus intervenciones fueron decisivas en la comisión parlamentaria que dictaminó sobre la concesión del mando de las tropas aliadas a Wellington. Diputado considerado conservador moderado. Fue elegido Secretario de las Cortes por 78 votos. En la sesión del 20 de enero de 1813 se aprobó una propuesta suya para que, por fallecimiento de Antonio Samper, se mandara venir al diputado suplente, Francisco Antonio Sirera. Entre los firmantes de la Constitución aparece su nombre. Renovó en el cargo de diputado en las Cortes Ordinarias de 1813. Durante el período del Trienio Liberal (1821-1823) fue nombrado Magistrado honorario de la Audiencia de Castilla la Nueva. 2. Francisco Serra y Jiménez (Xilxes, Castellón ¿1744? – Madrid, 1814) Fue eclesiástico. Estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Valencia, donde obtuvo el grado de doctor en Teología Ejerció de maestro de Retórica en el colegio de Nobles de San Pablo de la ciudad de Valencia, regentado por los jesuitas – actual Instituto Luis Vives de Valencia-. Ejerció de presbítero y fue agraciado con un beneficio en la parroquia del Salvador de Valencia y se hizo cargo de la biblioteca del arzobispado de dicha ciudad. Era vecino de Valencia y fue 157 J. V. GÓMEZ BAYARRI elegido diputado para las Cortes de Cádiz. Tuvo una destacada actuación en el debate sobre los tribunales protectores de la Fe, defendiendo la supresión del Santo Oficio de la Inquisición. Su exposición sobre esta cuestión se publicó con el título Dictamen leído en las Cortes extraordinarias sobre los tribunales protectores de la fe (1813). Fue un fecundo escritor. Otros escritos fueron Carta de D. Francisco Serra a D.J. M -iniciales de D. Joaquín Más- en contestación a las reflexiones sobre su dictamen relativo a la Inquisición (1813) y Defensa oriolana sobre la división de las Asesorías de Gobernación y bayle de Orihuela. Considerado un liberal, fue amigo de Joaquín Lorenzo Villanueva, quien en su obra Mi viaje a las Cortes recoge algunos datos sobre la actividad del diputado Serra. 3. Francisco Javier Borrull y Vilanova (Valencia, 1745 – 1838) Francisco Javier Borrull y Vilanova nació en el seno de una familia de prestigiosos juristas. Su padre, José Borrull, fue catedrático de Derecho en la Universidad de de Salamanca, profesor del ilustrado Gregorio Mayans y Ciscar, Fiscal del Consejo de Indias y autor de tratados jurídicos. Francisco Javier Borrull realizó los primeros estudios en el Seminario de Nobles Educandos de Valencia, regido por los jesuitas. - sede actual del Instituto Luis Vives-. Estudió leyes en la Universidad de Valencia, de cuya Universidad fue catedrático de Derecho Civil entre 1774 y 1779. Fue Secretario de la Inquisición en Valencia; Juez de diezmos, tercios y primicias y representante de la Gobernación de Diputado valenciano en las Cortes de Cádiz Francisco Xavier Borrull Valencia en su Junta de Defensa nay Vilanova da más producirse el estallido de la Guerra de Independencia. Buen orador y mejor experto en leyes, fue uno de los diputados más activos y que más veces intervino en las Cortes. Considerado tradicionalmente como un claro exponente del ideario conservador, en los últimos años el debate historiográfico está generando nuevas consideraciones en torno a su obra. Una de sus obras más conocida la tituló 158 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 Fidelidad a la Ciudad y Reyno de Valencia en tiempos de las guerras civiles que empezaron en otoño de 1705 y Discurso sobre la Constitución, que dio al Reino de Valencia su invicto conquistador el Señor D. Jayme Primero, en la que expone su firme defensa de la integridad territorial del antiguo reino de Valencia, sus instituciones y la tradición foral valenciana. El jurista Borrull juró el cargo de diputado el 25 de octubre de 1810 y lo desempeñó hasta el mes de septiembre de 1813, cuando las Cortes estaban finiquitando su función y a punto de disolverse al haber finalizado la Guerra de la Independencia. La llegada al trono del rey Fernando VII, representante de la nueva monarquía defensora de la tradición y beligerante con los postulados liberales satisfizo a Borrull, siendo nombrado en 1815 visitador de la Universidad, oidor de la Audiencia de Valencia, académico de honor de la Academia de San Carlos, archivero del Archivo del Reino de la ciudad de Valencia, miembro de la Real Sociedad de Amigos del País, juez titular del Hospital. Como miembro electo de la Audiencia de Valencia en 1819, llevó a cabo, junto con José Antonio Sombiela, una intensa campaña en contra de los postulados liberales. En 1820, con la instauración del Trienio Liberal en 1820 fue expulsado de Valencia, y se dedicó a escribir algunas de sus obras hasta que falleció en 1837. Legó su rica biblioteca a la Universidad de Valencia, en la que ejerció el cargo de visitador, así como una valiosa colección numismática. El jurista F. J. Borrull fue un admirador de la Constitución inglesa y del pensamiento del ilustrado francés Montesquieu. El foralista Borrull mantenía que los fueros valencianos tenían una gran virtud “la juiciosa distribución que hizo el monarca conquistador del Reino de Valencia, Jaime I, de los poderes que constituyen la soberanía”. Sin embargo, veía en la Asamblea Nacional Francesa de 1789 “la confusión de clases para oprimir al clero y a la nobleza”. Francisco Javier Borrull, en el debate de redacción del artículo 11 de la Constitución, defendió la división provincial y que se tuviera en consideración las peculiaridades de los antiguos territorios de la Corona de Aragón, “conservando cada reyno su nombre, y los pueblos que le pertenecen”. Gracias a la apasionada defensa que el diputado Borrull hizo del sistema de acequias de la Huerta valenciana regada por las aguas del Turia en su intervención en las Cortes el 31 de julio de 1813 se 159 J. V. GÓMEZ BAYARRI logró la pervivencia del Tribunal de las Aguas, pues un nuevo Decreto de Derecho Civil recogía la desaparición de las instituciones particulares, como era este secular tribunal que se rige por derecho consuetudinario. Fue el diputado valenciano más activo de los que defendían postulados conservadores o foralistas. Pronunció 141 discursos y se encuadró en diversas comisiones parlamentarias. Como apunta Emilio La Parra en su introducción a la obra de F. J. Borrull Tratado de la distribución de las aguas del río Turia y el Tribunal de los Acequieros de la Huerta de Valencia, este catedrático y jurista valenciano fue defensor de las instituciones valencianas y de los Fueros que consideraba no sólo compatibles con la Monarquía española, sino convenientes. Gran erudito y autor de numerosa bibliografía, mantuvo estrecha amistad con los ilustrados Gregorio Mayans y con Francisco Pérez Bayer. Francisco Javier Borrull y Vilanova fue uno de los diputados valencianos en las Cortes de Cádiz que aparece como firmante del texto constitucional de 1812. 4. José Caro y Sureda-Valero y Togonés (Palma de Mallorca, 1764 – 1813) Militar de profesión. Fue mariscal de Campo y vecino de Valencia. Ingresó muy joven en la marina de Guerra. En 1808 se trasladó a Valencia a producirse el alzamiento nacional el 2 de mayo en Madrid. En Valencia fue nombrado jefe de las fuerzas expedicionarias. En calidad de Capitán General de los Reinos de Valencia y Murcia, se destacó como uno de los más activos defensores de la ciudad ante el ataque de 1808. Sustituyó al Conde de la Conquista en el puesto de Capitán General del Reino. En 1809 fue nombrado por la Junta General segundo comandante general de las fuerzas. Fue depuesto de este cargo en 1810 año en que se exilió a Palma de Mallorca donde permaneció hasta su fallecimiento. Desarrolló una activa e influyente trayectoria política hasta 1810. Era hermano de Pedro Caro y Sureda, Marqués de la Romana, uno de los señores con más posesiones en el sur del Reino, tal circunstancia condicionó notablemente su posterior carrera tanto militar como política. Aunque fue elegido como diputado por la demarcación territorial de Valencia, José Caro no fue admitido en las Cortes de Cádiz por ser natural de Mallorca. Francisco Sirera lo tenía que haber sustituido, pero no ejerció su de- 160 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 recho y no se presentó en las Cortes. Su puesto fue ocupado finalmente por Carlos Andrés. 5. Antonio Lloret y Martí (Alberique 1854-1820) Era vecino de Alberique, partido de Alzira y elegido diputado en las Cortes de Cádiz por la provincia de Valencia. Juró el cargo el 26 de octubre de 1810. Fue abogado de los Reales Consejos. Formó parte de tres comisiones: Supresión de empleos, Poderes y Examen de Memoriales; y actuó en nueve ocasiones, destacando en los debates sobre la organización de las provincias, plan de Hacienda, señoríos, agricultura. Liberal extremista y algo intransigente, llegó a pedir la abolición de los señoríos valencianos, apelando al antiguo concepto de la libertad foral legada y legitimada por Jaime I frente a las ambiciones de la nobleza que le acompañaba. Fue uno de los letrados que promovió el pleito por el cual la villa de Alberique pasó de la Casa del Infantado a incorporarse a los dominios de la Corona. Tal proceso, de hondo calado simbólico por cuanto suponía contestar el poder y los privilegios de la aristocracia terrateniente, le hizo convertirse en un referente para los liberales. En las Cortes ordinarias de 1813 fue diputado suplente. 6. Manuel Albelda Solís (Xàtiva, hacia 1778- ¿-?) Natural y vecino de Xàtiva. Ignoramos la fecha de su defunción. Abogado de los Reales Concejos y representante de la gobernación de San Felipe (Xàtiva). Se alineó en el grupo conservador de los diputados valencianos. Juró y tomó posesión como diputado el 25 de octubre de 1810. Ostentó la Presidencia de la cámara el 24 de marzo de 1812. Volvió a ser diputado en las cortes de 1813. Siempre tuvo un juicio sereno, aunque defendiendo las propuestas que defendían a la Iglesia. Su nombre no aparece entre los diputados valencianos firmantes del texto aprobado en las Cortes de Cádiz. 7. Francisco Ciscar y Ciscar (Oliva, 1766 – Madrid, 1833) Francisco Ciscar y Ciscar nació en Oliva en1766. Diputado provincial por Valencia en las Cortes de Cádiz. Capitán de navío y matemático, hermano del también marino Gabriel Ciscar y sobrino del gran referente de la Ilustración valenciana, Gregorio Mayans y Ciscar. En las sesiones de las Cortes, este vecino de Oliva, participó ac- 161 J. V. GÓMEZ BAYARRI tivamente desde las filas liberales. Fue uno de los firmantes de la Carta Magna de 1812. Formó parte de la comisión de nueve diputados que, a iniciativa del diputado asturiano Vega Infanzón, propuso la conveniencia de nombrar a Wellington general en jefe de las tropas peninsulares contra Napoleón. Su condición de marino le hizo adoptar una conciliadora entre los diputados peninsulares y los de las colonias americanas. El 24 de diciembre de 1812 fue elegido Presidente de las Cortes. Fue diputado también en las Cortes de 1813 y de nuevo entre los años 1820 y 1822 en el Trienio Liberal. Con la represión absolutista de 1814, apareció vagamente inculpado en el informe de Caballero del Pozo a la policía, en el que se denunciaba un posible intento de asesinato del Rey y una proclamación de la República. Murió en Madrid el 9 de marzo de 1833. 8. Antonio Samper y Samper (Alcoy, 1744 – Cádiz, 1812) Militar y político alcoyano. En 1802 era Mariscal de Campo y Director Subinspector del Real Cuerpo. En 1803 era el Jefe de Estado Mayor de Ingenieros con Godoy. Tras el motín de Aranjuez y la destitución de Godoy, el Marqués de la Romana fue nombrado Ingeniero General el 21 de marzo. Tras la marcha del marqués al frente de la expedición de Dinamarca, el mariscal Antonio Samper fue nombrado Comandante General interino del Real Cuerpo. Fue miembro del Consejo Supremo de Guerra. Ascendió a Teniente General en 1810. Estuvo adscrito al grupo de ideología conservadora. Su participación en las sesiones fue poco relevante debido, muy probablemente, a su delicado estado de salud, pues falleció en la ciudad de Cádiz el mismo año de aprobarse la Constitución. Por su formación militar y la propia coyuntura bélica se incorporó a la comisión que deliberaba sobre temas militares. Sus intervenciones giraron casi exclusivamente en asuntos relacionados con la necesidad de efectuar profundos cambios en el Ejército, dotarlo mejor y más eficazmente y proponer un ambicioso plan de remodelación y mejoras en las infraestructuras e instalaciones militares. Intervino en la propuesta de creación de la Orden de la Espada de San Fernando para premiar el valor militar sin prodigar grados y ascensos. El 25 de junio de 1811 comenzaron las deliberaciones sobre los artículos que debían componer el reglamento. Entre los treinta diputados que intervinieron en la discusión sólo tres eran militares, entre ellos el valenciano Antonio Samper. Este diputado mantuvo siempre que el Ejército debía ser el garante de la legitimidad del Rey y del propio sistema constitucional. 162 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 En la relación de diputados valencianos firmantes de la Constitución de Cádiz por orden de aparición en el texto constitucional Antonio Samper aparece el primero. Falleció el 21 de mayo de 1812, siendo sustituido por el diputado Francisco Antonio Sirera. 9. Manuel de Villafañe y Andreu (Castellón de la Plana, 1768 – Madrid, ¿?) El diputado Manuel de Villafañe y Andreu fue natural Castellón y vecino de Valencia. Fue elegido diputado por Valencia el día 14 de febrero de 1810 en el Ayuntamiento de esta misma ciudad. Se le otorgó su poder el día 16 de febrero, siendo aprobado por las Cortes en la sesión pública del 24 de octubre de 1810, jurando y tomando posesión ese mismo día. Ocupó el cargo de Oidor y gobernador de la Sala del Crimen de la Audiencia de Valencia desde 1794, oficial de la Secretaría de Estado en 1795 a las órdenes del Duque de Alcudia, caballero de la Orden de Carlos III y antiguo juez del tribunal de Seguridad Pública. Formó parte de cinco comisiones; Justicia, Arreglo de Provincias, Hacienda, Honor y Tribunales de Cortes. Fue uno de los diputados valencianos más activo. Se le han cuantificado 84 actuaciones parlamentarias. Manuel Villafañe fue elegido Vicepresidente de las Cortes. Apoyó a Argüelles en la propuesta de traslado desde la isla de León – población de San Fernando- a la ciudad de Cádiz. El 11 de noviembre de 1811, por renuncia de sus anteriores componentes, se le nombró para formar parte del Tribunal Supremo de las Cortes. Elegido Presidente de las Cortes, en el debate sobre la ley de señoríos, pidió que se redactara un decreto más explícito sobre los territoriales que, a su juicio, no se habían abordado debidamente. Se mostró, en la sesión del 1 de enero de 1812, contrario al rechazo de una Regencia compuesta por tres miembros. Fue uno de los firmantes de la Constitución de 1812. Volvió a ser elegido diputado en las Cortes Ordinarias de 1813. Adscrito a los postulados liberales, sufrió la represión absolutista tras el regreso de Fernando VII desde 1814.1820. Durante el Trienio Liberal, desempeñó la Magistratura de la Audiencia de Castilla la Nueva, siendo además Magistrado honorario del Tribunal Supremo. 10. Baltasar Esteller Ferrán (Vinaròs 1755 - 1819) Natural de Vinaròs. Fue miembro del estado nobiliario y Co- 163 J. V. GÓMEZ BAYARRI mandante de la Milicia Honrada de esta ciudad. Fue elegido diputado por el Reino de Valencia, aunque primeramente fue declinado para este cargo, por conducta sospechosa, al no haber huido de su casa cuando los franceses ocuparon la población de Vinaròs. Nombrado miembro de la comisión de Hacienda en sustitución del entonces Secretario de las Cortes, Polo y Catalina, fue a su vez, sustituido en la misma por Maniau. También formó parte de la comisión de Agricultura. Diputado Liberal moderado, fue uno de los diputados valencianos firmantes de la Constitución de Cádiz. Volvió a ser diputado suplente por Valencia en las Cortes Ordinarias de 1813. Falleció en 1819. 11. Vicente Tomás Traver Lloria ( Murió en Valencia 1835) Desconocemos datos sobre la fecha y lugar concreto del nacimiento del diputado valenciano en las Cortes de Cádiz Vicente Tomás Traver. Vecino de Valencia, murió en dicha ciudad en 1835. Estudio en la Universidad Literaria de Valencia, de la que fue catedrático de Derecho Canónico. Fue abogado de Reales Consejos. Gran hacendado de fincas rústicas. Destacado bibliófilo, contó con una valorada biblioteca compuesta por más de 1000 obras, publicadas en español, latín, francés, valenciano, italiano, inglés. Libros preferentemente de derechos, historia y literatura clásica. En 1808 y 1809 fue vocal de la Junta Central para gestionar los negocios que afectaban a la Junta de Valencia. Liberal convencido, fue moderando su compromiso ideológico en el transcurso del tiempo. En 1810 fue elegido diputado por Valencia por 51 electores en la asamblea electoral que tuvo lugar en la ciudad los días 13,14, 15, de febrero de dicho año. Prestó juramento en Cádiz el 24 de octubre de 1810. De nuevo fue elegido el 13 de septiembre de 1813 como diputado suplente. Se le expidió certificado, a modo de poder. Participó en los trabajos de la cámara durante un mes, pero con la instalación de las Cortes a Madrid en febrero de 1814 no se trasladó a dicha ciudad. También fue elegido diputado en 1820 al obtener 17 votos de un total de 36 en la Junta electoral celebrada en Valencia en mayo de 1820. Perteneció a organismos de las Cámaras y a varias comisiones, entre otras la de hacienda. Tuvo diversas participaciones destaca- 164 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 das, como su intervención como motivo de la derrota de Castalla en la que pidió la dimisión del hermano del general vencido Enrique O’Donnell que era regente del reino. En el debate sobre la Ley de los Señoríos no se opuso a que se les exigiese a los señores la presentación de títulos de propiedad, pero consideró injusto que se tuviera que esperar a una sentencia firma para poder reclamar las prestaciones señoriales. Fue un meticuloso orador y gran erudito. El patriotismo español fue el núcleo de su compromiso político. Fue exigente con la Regencia cuando consideraba que ésta actuaba extralimitándose en sus funciones y a espaldas de las Cortes. De ideología liberal, fue uno de los diputados valencianos más activos con 56 actuaciones parlamentarias. Aparece como firmante del texto constitucional de 1812. Con la restauración del monarca Fernando VII en 1814 fue encarcelado y enviado a Mallorca por un breve período de tiempo, pues la sentencia definitiva, de diciembre de 1815, dictaminó que sólo debía ser confinado en Valencia. En 1820 fue elegido para una de las dos alcaldías del Ayuntamiento constitucional de Valencia, cargo que ocupó efímeramente al ser elegido diputado el 15 de mayo de 1820. En 1825 Vicente Tomás Traver sufrió depuración en la Universidad de Valencia, junto con otros dos catedráticos -Francisco Estruch y José Falcó- por sus ideas constitucionales. 12. Joaquín Lorenzo Villanueva y Astengo (Xàtiva, 1757 – Dublín, 1837) Nació el 10 de agosto de 1757 en la ciudad de Xàtiva. Hermano del historiador ilustrado Jaime Villanueva. Estudió en el seminario de Orihuela. Se formó en la tradición humanista de la Ilustración valenciana. Se doctoró en Teología en el año 1777. Fue profesor del Seminario de Orihuela y Catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca. Hombre de ideario jansenista. Instalado en Madrid, fue calificador del Santo Oficio, académico-bibliotecario de la Academia Española de la Lengua y de la de Historia y capellán de honor y predicador del Rey. Al estallar la Guerra de la Independencia y producirse las primeras algaradas madrileñas se retiró al convento de los agustinos de Alcalá de Henares. De allí pasó a Sevilla donde se le 165 J. V. GÓMEZ BAYARRI nombró en 1809 canónigo prebendado de la Santa Iglesia Catedral de Cuenca. Después se refugió en su tierra natal, donde colaboró con la Junta Central y fue nombrado diputado en 1810 por la circunscripción de Valencia. Fue, sin lugar a duda, el más activo diputado valenciano en Cádiz y uno de los exponentes y defensores más preclaros del ideario liberal, posición política que los expertos atribuyen al gran poso que la Ilustración valenciana dejó en su formación y carácter. En las discusiones parlamentarias de las Cortes Constituyentes se mostró partidario de la Soberanía Joaquín Lorenzo Villanueva y Nacional. Intervino activamente en Astengo aquellas sesiones en las que planteaban cuestiones religiosas, especialmente en el debate sobre el Santo Oficio de la Inquisición y sobre los señoríos. En 1813 fue de nuevo nombrado diputado suplente en las Cortes y con la reacción absolutista fue duramente perseguido, siendo detenido y recluido en el convento de La Salceda en Guadalajara, hasta que con la revolución liberal de 1820 fue de nuevo diputado por Valencia, volviendo a destacar en las Cortes, sobre todo en lo concerniente a asuntos eclesiásticos. En 1820, con la vuelta del sistema constitucional, volvió a ser diputado por Valencia, si bien en 1822, con la invasión de España por parte de las tropas de la Santa Alianza —los célebres Cien Mil Hijos de San Luis—, optó por exiliarse a Londres donde su profunda formación eclesiástica le permitió participar en el debate doctrinal que mantenían la comunión anglicana y la católica, y hasta llegó a publicar varios tratados en inglés. En Londres, los dos hermanos Villanueva frecuentan la tertulia de su paisano el librero e impresor valenciano Vicente Salvá, y junto al político José Canga Argüelles fundarán y redactarán la principal revista de los liberales españoles emigrados, Ocios de españoles emigrados (Londres, 1824-1827), donde Joaquín Lorenzo Villanueva publicará sus Cartas hibérnicas. 166 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 Posteriormente, emigró a Dublín, donde moriría el 25 de marzo de 1837, pasando a convertirse en un símbolo para cierta línea política situada más a la izquierda de lo que nunca llegó a estar el propio Villanueva. Su amplia y considerable obra literaria abarca todo tipo de géneros: el pensamiento político, el periodismo, la historia, la poesía, la autobiografía –Mi viaje a las Cortes- tratados de carácter religioso, etc. Villanueva totalizó 173 discursos parlamentarios, participó en numerosas comisiones de debates y de elaboración del texto constitucional y fue uno de los diputados valencianos que firmó la Constitución de Cádiz de 1812. El eclesiástico Joaquín Lorenzo Villanueva fue el prototipo de liberal afrancesado, defensor de las libertades y de la supresión de las órdenes religiosas, de los señoríos y del Tribunal de la Inquisición. Fue nombrado ministro plenipotenciario ante la Santa Sede, cargo que no tuvo ocasión de desempeñar ya que en su viaje a Roma fue detenido en Génova al prohibir el Papado el acceso a los Estados Pontificios al negar la infalibilidad del Papa. Este ilustrado valenciano es autor de numerosos tratados, entre los que destacamos la obra El viaje literario a las Iglesias de España, (1803 y ss.), planificada con su hermano Jaime Villanueva, en la que recoge un inventario del patrimonio artístico de iglesias y monasterios; Mi viaje a las Cortes (Madrid, 1860, obra póstuma) en la que describe el interminable viaje realizado en 1810 desde su ciudad natal, Xàtiva, a la ciudad de Cádiz para tomar posesión de su escaño y en la que compila las actas de las sesiones secretas de las Cortes; Las angélicas fuentes o el tomista en las Cortes (Cádiz, 1811-1813); Dictamen sobre la segunda proposición preliminar del proyecto de decreto sobre los Tribunales protectores de la religión (Cádiz, 1813), Memoria crítica de una parte del Dictamen y Voto por escrito sobre la Inquisición (Cádiz, 1813), Exposición (Cádiz, 1813), Conciliación político cristiana del Sí y el No (Valencia, 1813), etc. 13. José Joaquín Castelló (Bocairent, (1746 o 1748 – Cádiz, 1813) Político y escritor. Diputado liberal moderado, ocupó este cargo en las Cortes de Cádiz desde 1810 a 1813. Fue hijo de José Castelló y de Magdalena Ferre según publicó el Diario Valencia. Estudio en la 167 J. V. GÓMEZ BAYARRI ciudad de Valencia, siendo colegial de la Purificación, según se desprende de los libros de Grados existentes en el Archivo de la Universidad de Valencia. En 1767 obtuvo el grado de Doctor en Teología. En 1774 fue nombrado Catedrático de Filosofía, cátedra que ocupó hasta 1777. En el año 1782, como miembro del Consejo del Real solicitó ser admitido como académico correspondiente en Madrid de la Real Academia de la Historia, siendo en ese momento su presidente don Pedro Rodríguez de Campomanes. Su petición fue aprobada y realizó una “Oración gratulatoria” ante los académicos de la Historia el 18 de octubre de 1872. En ella se da a conocer Retrato de José Joaquín Castelló. su ideología y su planteamiento perLienzo. Anónimo sonal ante los acontecimientos políticos. En 1787 era secretario de la Embajada de España en París. Una intervención suya de fecha 4 de septiembre de 1812 denostaba a los afrancesados o traidores que habían colaborado con el Gobierno intruso. Fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País. Colaboró en elaboración de un mapa y descripción de los reinos de España. Para esta obra escribió la obra titulada Descripción geográfica del Reyno de Valencia (1783). En 1793 pasó a ser miembro Correspondiente en Valencia, por residir en esta ciudad, de la Real Academia de la Historia. En 1809 fue nombrado Intendente del ejército de Extremadura, permaneciendo poco tiempo en el cargo. De su actuación como Intendente nos ofrece una referencia en un discurso pronunciado en las Cortes de Cádiz el 28 de diciembre de 1810 en el que denuncia los embudos y picardías que se cometían en prejuicio de la Real Hacienda. El 7 de noviembre de 1810 juró y tomó posesión como diputado por el Reino de Valencia. José Joaquín Castelló fue un diputado de difícil clasificación. Intervino en 17 ocasiones en las Cortes de Cádiz. Fue un defensor de las atribuciones de las Cortes frente a la Regencia. Se opuso a la soberanía compartida. Su actuación en el debate de los señoríos territoriales, aunque se trasluce una posición vagamente filonobiliaria, fue decisiva en favor de su abolición. J. J. Castelló expuso: 168 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 “Una de las causas que más ha influido en la decadencia y miseria de los pueblos de estos reinos es el privilegio que han gozado los señoríos territoriales, algunas corporaciones eclesiásticas, seculares y regulares, y otros particulares, de nombrar sujetos que administrasen en su nombre la justicias a los tales pueblos (…) en la elección (…) los nombraban que fuesen adictos a sus interés (…) -y éstos- estrujaban y desollaban despiadadamente los pueblos (...) En el debate sobre la Constitución José J. Castelló se reafirmó en la estricta concepción del principio de división de poderes y se mostró en desacuerdo con el artículo 15 de la Constitución. Afirmó: “Sin confundir los poderes, el ejecutivo no puede tener parte en el legislativo. Las Cortes y el Rey son dos personas: una física y otra moral: si la potestad de hacer las leyes reside en ambas, confundieronse los poderes (…) Residan separados los poderes de esta forma: el legislativo en las Cortes, en el Rey el ejecutivo, y en los tribunales de justicia el judicial (…)” También intervino en debates sobre la composición del Consejo de Estado. Participó también en otras cuestiones consideradas no baladís como son la defensa que hizo de los productos nacionales, el sentir común de la nación de que se derrama mucho dinero en un tiempo que necesitamos la más estrecha economía, sobre los premios y castigos en el ejército. En la convocatoria a Cortes de 1813 José J. Castelló no salió elegido diputado. El pensamiento político de este diputado en las Cortes de Cádiz corresponde al de un ilustrado de su época. Fue uno de los diputados valencianos firmantes del texto constitucional de Cádiz. Los diputados elegidos Salvador Gozálvez, párroco de Sant Joan d’Alacant; Julián Piquer, del estado noble, abogado, vecino de Canet lo Roig; José Lledó, canónigo lectoral de la catedral de Orihuela, y José Bru, cura párroco de Almoradí no se presentaron en las Cortes de Cádiz de 1812. Julián Piquer, José Lledó y José Bru fueron sustituidos por los diputados suplentes Pedro Aparici, José Torres y José Antonio Sombiela. 169 J. V. GÓMEZ BAYARRI B. DIPUTADOS VALENCIANOS ELEGIDOS SUPLENTES PARA LAS CORTES EXTRAORDINARIAS Y CONSTITUYENTES DE CADIZ 1. Pedro Aparici y Ortiz (Ayelo de Malferit, 1761 - Valencia, 1829) Nació en Ayelo de Malferit (localidad de la provincia de Valencia). Vecino de la ciudad de Valencia. Desempeñó el cargo de abogado de los Reales Consejos del Colegio de Valencia y Relator en lo civil de su Audiencia. Fue nombrado diputado suplente por Valencia, pero tras cancelarse el nombramiento de José Caro como diputado propietario, pasó a ocupar su lugar. Su elección tuvo lugar entre los días 14 y 15 de febrero de 1810 en las casas consistoriales de Valencia por los cincuenta y uno electores, aprobando las Cortes su nombramiento, en sesión pública, el día 6 de febrero de 1811. Se mostró partidario de la Santa Inquisición como puntal de la fe y como ejemplo de la autoridad de los obispos. Participó en la comisión de Poderes, en la comisión de Supresión de empleos, y en la comisión encargada de extender el decreto sobre señorío. Fue uno de los diputados valencianos firmantes de la Constitución del 1812. Fue el impulsor del pleito contra los marqueses de Malferit, y al igual que Antonio Lloret era muy popular entre los círculos liberales de más señalado carácter antifeudal. Elegido Secretario de las Cortes, se le concedió licencia en 1813 para ausentarse del Congreso. Fallecería el 25 de julio de 1829 en Valencia. 2. José Torres y Machí (¿Valencia?- ¿?-1813 ) Se desconoce el año de su nacimiento y el de su defunción. Vecino de Valencia, fue elegido diputado por esta ciudad sustituyendo a Julián Piquer. Vocal de la Junta particular de Comercio y capitán de Voluntarios Honrados. Abogado de los Reales Consejos. Pidió la exoneración de su cargo por motivos de salud, y cuya renuncia se había aprobado por las Cortes. Fue nombrado, junto con Morales de los Ríos y Alonso López, para formar parte de la comisión encargada de examinar el expediente relativo a las mejoras y reformas de la Imprenta Real. Perteneció también a la comisión de Comercio y Marina, compuesta de cinco diputados y a la comisión ordinaria de Hacienda, compuesta también por cinco diputados. Asimismo, perteneció a la comisión de Negocios Ultramarinos, siendo sustituido por Fernández Munilla en la sesión del día 26 de agosto de 1811. No fue un diputado que se mostrara especialmente activo aunque aparezca como uno de los firmantes de la Carta Constitucional. Fue elegido Secretario de las Cortes por sesenta y nueve votos. Volvió a ser diputado en las Cortes Ordinarias de 1813. 170 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 3. José Antonio Sombiela y Mestre (Valencia, 1765 Valencia, 1826) Ignoramos la fecha concreta de su nacimiento. Este jurista y político ejerció la abogacía y fue catedrático de Jurisprudencia de la Universidad de Valencia. Junto con el también jurista y catedrático F. J. Borrull, fue el diputado más activo defensor de las propuestas conservadoras. El 24 de junio de 1813 ocupó la presidencia de las Cortes. Junto con Borrull se opuso a las tesis de los liberales que propusieron la Soberanía nacional, la supresión del Santo Oficio y de los Señoríos. Durante el Trienio Liberal estuvo implicado en la conspiración absolutista destinado a la liberación del encarcelado General Elío, que resultó un fracaso. J. A. Sombiela participó en la defensa del general Francisco Javier Elío durante el proceso que se le incoó en 1822. Publicó diversos tratados, entre los que se cuentan Discursos sobre los Tribunales protectores de la Fe (1813) y Manifiesto que escribió en un calabozo el general D. Francisco Xavier Elío con el objeto de vindicar su honor y persona, ampliado con un apéndice y notas. El catedrático José Antonio Sombiela fue uno de los diputados valencianos firmantes del texto de la Constitución de Cádiz. 4. Francisco Antonio Sirera Sierra (Novelda, - 1748 ¿?- ) Pertenecía al estado noble de los hidalgos. Vecino de Novelda. Fue abogado de profesión y elegido como diputado suplente en el proceso electoral celebrado entre los días 13 y 15 de febrero de 1810 para asistir a las Cortes Extraordinarias y Constituyente de 1812. El 21 de mayo de 1812 falleció el diputado titular Antonio Samper, sustituyéndole en las Cortes de Cádiz, F. A. Sirera Sierra, que entró a formar parte de las mismas el 28 de junio de 1813. El diputado valenciano José Martínez García fue quien defendió la inclusión como parlamentario de este político de Novelda. Anteriormente, como se extrae del contenido de las Actas de las Cortes de Cádiz- volumen 7-8-, se propuso el ingreso de Francisco Antonio Sirera en sustitución del apresado por las tropas francesas, Salvador Gosálvez, aunque no entró hasta que fue designando tras la muerte de Antonio Samper. Permaneció escaso tiempo en Cádiz y no tuvo actuaciones relevantes. 171 J. V. GÓMEZ BAYARRI 5. Carlos Andrés y Morell (Planes, 1753 – 1820) Abogado de los Reales Consejos. Pertenecía la nobleza valenciana. Fue nombrado diputado suplente el día 14 de febrero de 1810 en el Ayuntamiento, siendo aprobado su poder por las Cortes el 12 de junio de 1811, al sustituir al diputado electo José Lledó que no pudo asistir a Cádiz a ser apresado por las tropas francesas. Era hermano del jesuita Juan Andrés y Morell, exiliado en Italia desde la expulsión de la orden decretada por Carlos III en 1767. Su pensamiento se adscribe al conservadurismo y neoforalismo que postulaba Francisco Xavier Borrull. Fue reacio al centralismo y a las medidas jacobinas que impulsaba el ideario liberal. Curiosamente, y pese a llegar a ocupar su escaño, no aparece su nombre entre los registrados en el Diario de Valencia. Formó parte de la comisión encargada de examinar las proposiciones y expedientes presentados por el diputado Garcés sobre la Serranía de Ronda, compuesta de tres diputados. Se mostró favorable de la pervivencia del tributo llamado Voto de Santiago. Fue un culto jurista, escritor, traductor y miembro de la Academia de Florencia. En el año 1817 rehusó el cargo de Oidor de la Audiencia de Mallorca. Falleció en 1820. Fue uno de los diputados valencianos firmantes del texto constitucional de Cádiz. C. EN REPRESENTACION DE LAS CIUDADES CON VOTO EN LAS CORTES FUERON ELEGIDOS DOS DIPUTADOS PARA LAS EXTRAORDINARIAS Y CONSTITUYENTES DE 1812. 1. Joaquín Martínez (Valencia, 1750 – Cádiz, 1814) Nació en Valencia y fue diputado por la circunscripción de la ciudad de Valencia en las Cortes extraordinarias convocadas en 1810. Finalizado este período legislativo quedó como diputado suplente en las Cortes de 1813. Fallecería en la ciudad de Cádiz. Militar de carrera, fue Comandante del cuerpo de zapadores, Arquitecto y Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y presidió, como miembro de esta Institución, la sección de Arquitectura de la misma. No fue un activo parlamentario. A pesar de su preparación intelectual, participó en escasas ocasiones en las sesiones de debates, probablemente fuera por su precaria salud. Fue uno de los diputados valencianos firmante del texto constitucional de las Cortes de Cádiz. 172 DIPUTADOS VALENCIANOS EN 1812 2. Luis Martí y Mulet (Peñíscola,1747-1822) Desconocemos la fecha y lugar de nacimiento y de defunción. De extracción nobiliaria, fue Barón de Casablanca y diputado por el distrito de Peñíscola en las elecciones celebradas a Cortes extraordinarias y constituyentes de 1810. Fue el diputado sustituto del elegido en primera instancia Juan Bautista Cerdá, que no llegó a la ciudad de Cádiz al ser capturado por las tropas invasoras francesas en 1811. Cuando se produjo la elección de Luis Martí, era regidor de la población de Peñiscola. Su permanencia en la ciudad de Cádiz fue muy breve. Fue uno de los diputados valencianos que estampó su firma en el texto constitucional de Cádiz. Después de jurar la Constitución, las Cortes le autorizaron a regresar a su ciudad. D. ELEGIDO POR LA JUNTA SUPERIOR DE VALENCIA 1. Vicente Noguera y Climent (Valencia, 1759 – c. 1836) Natural de Valencia. Fue Barón de Antella y Vocal de la Junta Superior y Oidor decano de la Real Audiencia de Valencia. Se le eligió diputado para representar a la Junta Superior de Valencia el día 29 de enero de 1810 y aprobaron sus poderes el día 24 de septiembre de 1810, jurando y tomando posesión ese mismo día. Pese a su extracción nobiliaria, se mostró como un activo impulsor de las medidas liberales, participando y colaborando con Joaquín Lorenzo Villanueva y con otros destacados representantes de las posiciones más avanzadas. Formó parte de la comisión de empleos y pensiones, compuesta de cinco diputados y de la de Inspección del Diario de Cortes, compuesta de tres diputados, siendo sustituido posteriormente por Francisco Xavier Borrull. Fue elegido Presidente por ochenta y ocho votos, el 17 de julio de 1811 se le concedió una licencia de cuatro meses para regresar a Valencia. Solicitó de nuevo otra vez licencia y se le concedió, también de cuatro meses, para ausentarse por motivos de salud y tomar las aguas minerales en la localidad alicantina de Busot. En 1813 se le concedió el título de marqués de Cáceres. 173 J. V. GÓMEZ BAYARRI Cuadro de la relación de diputados valencianos en las Cortes de Cádiz, elaborado por Germán Ramírez Aledón. Catálogo de la exposición Valencianos 1812. Constitución y Libertades 174 IV CONSIDERACIONES 1. La Carta Magna de la Constitución de Cádiz de 1812 representó para los españoles de los dos hemisferios el inicio del constitucionalismo moderno al consagrar la soberanía nacional, la división de los tres poderes, el reconocimiento de los derechos fundamentales y el sometimiento del Estado a la Ley. 2. La Constitución de Cádiz certifica la decisión de transferir el poder del Monarca a la Nación implantando la Monarquía parlamentaria. 3. La Carta Magna de Cádiz supuso el inicio del fin del Antiguo Régimen, recogía el principio de la unidad de España, decretaba la abolición de la Santa Inquisición y de los Señoríos, sentaba las bases del sufragio universal y promulgaba la libertad de prensa e imprenta. 4. Los constitucionalistas de 1812 demostraron dignidad, heroísmo y deseos de modernidad en defensa de la Patria en circunstancias excepcionales. 5. La vigencia de “La Pepa” fue de dos años, pero su espíritu está presente actualmente y representa uno de los episodios más positivos de la Historia de España. 6. La participación de los diputados valencianos en las deliberaciones y elaboración del texto constitucional fue activa, brillante y decisiva en la redacción de numerosos artículos. 175 J. V. GÓMEZ BAYARRI Ilustraciones de los diputados valencianos Joaquín Lorenzo Villanueva y Astengo y de Francisco Javier Borrull y Vilanova 176 V BIBLIOGRAFÍA GENERAL AGUILÓ LÚCIA, L. “Joaquín Lorenzo Villanueva y la Constitución de 1812”. En P. García Trobat y R. Sánchez Ferriz, El Legado de las Cortes de Cádiz. Valencia. Tirant lo Blanch 2011. ARDIT LUCAS, M. El valencians de les Corts de Cadis. Barcelona, 1968. ARGÜELLES, Agustín. Examen histórico de la reforma constitucional que hicieron las Cortes generales y extraordinarias desde que se instalaron en la Isla de León el día 24 de setiembre de 1810, hasta que cerraron en Cádiz sus sesiones en 14 del propio mes de 1813. 1835 BELDA, J., y DE LABRA, R. Las Cortes de Cádiz en el oratorio de San Felipe. Notas históricas. Madrid, 1912. Centenario. Real Sociedad Económica de Amigos del País en Valencia. BORRULL Y VILANOVA, F. X. Tratado de la distribución de las aguas del río Turia y el Tribunal de los Acequieros de la Huerta de Valencia. Introducción al facsímil de Emilio La Parra. Diputación de Valencia, 1995. BORRULL Y VILANOVA, F. X. Discursos e intervenciones parlamentarias en las Cortes de Cádiz. Edición y estudio preliminar de Mª Luisa Castillo Bayo. Alfonso el Magnánimo. Valencia, 2007. BORRULL Y VILANOVA, F. X. Discurso sobre la Constitución, que dio al Reyno de Valencia su invicto conquistador el Señor D. Jayme Primero. Valencia, 1810, Edición facsímil Ayuntamiento de Valencia, 2000. Introducción de M. Bas Carbonell. CASES CASAÑ, A. La cuestión religiosa en las Cortes de Cádiz: conferencia pronunciada en el ateneo Científico de Valencia el 24 de Enero de 1912. 1913. CODINA BAS, J. B. “Noticia preliminar, comentarios, transcripción y notas a la obra Descripción geográfica del Reyno de Valencia, formada por corregimientos de Dn. Josef Castelló, de la Real Academia de la Historia (1783). Diputación de Valencia, edición de 2000. CHOFRÉ SIRVENT, J.F. Codificación de las normas aprobadas por las Cortes desde 1810 hasta 1837. Institución Gil-Albert. Alicante, 1991. GOBERNA ORTIZ, F. Alguns apunts biogràfics sobre el Diputat per València en les Corts de Cadis Pere Aparici i Ortiz (1761-1829). 1997. HERNANDO SERRA, Mª P. El Ayuntamiento constitucional de Valencia 1813-1814. Actas del Congreso Internacional sobre la Guerra de la Independencia y los cambios institucionales. Valencia, 2009. LA PARRA LÓPEZ, E. 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Diccionario bibliográfico de políticos valencianos 1808-2005. En http://www.alfonselmagnanim.com/MEDIA/dicci pol val.pdef. Diccionario Bibliográfico de parlamentarios españoles. Cortes Cádiz. 1808-1814. Cortes Generales. Congreso de los diputados 2010. Base de datos en soporte electrónico. Página web http://academiajurisprudenciapr.org/cadiz/coleccion-documental/documentos-constitucionales/cortes-de-cadiz-1810-1813/ 178 VI NOTAS 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) 13) 14) 15) 16) 17) 18) 19) 20) Túñón de Lara señala que entre los diputados había 90 eclesiásticos, 56 abogados, 30 militares, 9 marinos, 15 catedráticos de Universidad, 14 miembros de la nobleza, 8 comerciantes, 1 médico, 1 arquitecto, 1 bachiller, 2 escritores, 49 funcionarios o dignatarios del Antiguo Régimen y 20 sin profesión determinada. TUÑÓN DE LARA, M. La España del siglo XIX. Barcelona, 1982, p. 23. Se debe precisar en qué momento se produjo esta cuantificación, pues a lo largo del proceso. constitucional se produjeron muchas sustituciones y algunos diputados ejercieron profesiones y desarrollaron actividades diferentes a la vez. Diario de sesiones de las Cortes, vol. 1-2, pp. 4-5. PÉREZ GALDÓS, B. Cádiz. Y texto íntegro de la Constitución. Publicada la obra y el texto constitucional con el título de Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. Madrid, 2012, pp. 315-316. Capítulo III, art. 15. Capítulo III, art. 16. ARTOLA, M. La burguesía revolucionaria (1808-1869). Madrid, 1973, p. 32. Cfr. SANCHEZ AGESTA, L. La Historia política de España (1800-1967). Madrid, 1974. SEVILLA ANDRÉS, D. los trabajos monográficos “El poder constituyente en España 1800 a 1868” (1964. pp. 149-169) y “La función legislativa en España 1800-1868” (1965, pp. 107-128) en Revista del Instituto de Ciencias Sociales. Barcelona. CARR, Raymond. España 1808-1939. Barcelona, 1979, p.103. Los partidos eran las antiguas gobernaciones o corregimientos de época borbónica. El territorio del reino de Valencia estaba dividido en las siguientes demarcaciones territoriales: Castellón de la Plana, San Felipe -Xàtiva-, Alzira, Orihuela, Denia, Valencia, Morella, Alcoy, Peñíscola, Alicante y Jijona. Diario de sesiones de las Cortes, vol. 1-2, pp. 56-57. Así vemos que Francisco Serra y Jiménez (Xilxes, Castellón), Francisco Javier Borrull y Vilanova (Valencia), Antonio Lloret y Martí (Alberique), Manuel Albelda (Xàtiva), Francisco Ciscar y Ciscar (Oliva), Antonio Samper y Samper (Alcoy), Manuel de Villafañe y Andreu (Valencia), Baltasar Esteller Ferran (Vinaròs), Vicente Tomás Traver Lloria (Valencia), Joaquín Lorenzo Villanueva y Astengo (Xàtiva), José Castelló (Bocairent), Pedro Aparici y Ortiz (Ayelo de Malferit), José Antonio Sombiela y Mestre (Valencia), Francisco Antonio Sirera Sierra (Novelda), Carlos Andres y Morell (Planes), Joaquín Martínez (Valencia), Luis Martí (elegido por Peñiscola), Vicente Noguera y Climent (Valencia). Cfr. VILLANUEVA, J. L. Mi viaje a las Cortes. Madrid, 1860. Nueva edición con introducción de Germán Ramírez Aledón. Valencia, 1998. Intervención de Villanueva. Diario de sesiones de las Cortes, vol. 6, pp. 168-169. Recogido, también, en el libro Borrull, varias obras. Discurso publicado por Antonio de Murguía en Cádiz en 1811. Diario de Sesiones de las Cortes, vol. 8, p. 440. El Diario de Sesiones de 30 de septiembre de 1811 recoge la intervención de Antonio Lloret en favor que se reintegren todas las jurisdicciones civiles y criminales. Diario de sesiones de las Cortes, vol. 4, p. 426. Diario de Sesiones de las Cortes, vol. 14, pp. 184-185. J. J. Castelló defendió su postura en las sesiones de los días 11 y 12 de octubre de 1811 y J. A. Sombiela en las sesiones de los días 13 y 15 de octubre de 1811. Diario de Sesiones de las Cortes, vol. 17, p 123. 179 F. GONZÁLEZ DE POSADA Universidad Politécnica de Madrid EL PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO EN LA ACTUALIDAD Cuatro términos lingüísticos se utilizan en el título para esta reflexión, considerable como breve ensayo, acerca de uno de los temas cruciales de la Cosmología: Universo, origen, problema y actualidad. El desarrollo de esta extensa, compleja e histórica cuestión debe hacerse, en consecuencia, en síntesis extrema, y, por ello, se pretende utilizar un lenguaje directo y claro prescindiendo de numerosos matices convenientes y limitando las siempre de sumo interés referencias históricas. Sirva este minitratado general de marco referencial para futuros posibles desarrollos. 181 I INTRODUCCIÓN EN TORNO AL TÉRMINO PROBLEMA A. IDEA1 DE PROBLEMA FUNDAMENTAL A modo de introducción, considerada como estrictamente necesaria, se hacen unas breves consideraciones acerca de uno de los términos básicos de intersección intelectual de los ámbitos Filosofía, Ciencia y Religión: el término problema. Tres cuestiones al menos deben caracterizarse: problema, problema fundamental y catálogo de problemas fundamentales. Primera, la idea de problema. Idea ésta de fácil caracterización, problema es una cuestión que no tiene solución, es decir, que no tiene solución única, exacta, precisa, verdadera, correcta, general, absoluta, perfecta, completa, universal. Es de sumo interés no confundir esta idea de problema con el uso ordinario del término en los ámbitos docentes científicos y técnicos en los que debiera utilizarse usualmente el término ejercicio, en tanto que a todos, profesores y alumnos, debe, en general, dar el mismo y único resultado, dado que los ejercicios de física o matemática tienen de ordinario solución exacta y única de general resolución si se poseen los correspondientes conocimientos. Así que, cuestión primera y primordial, con maneras apodícticas: problema es aquello que no tiene solución. Segunda, la idea de problema fundamental. Veamos dos aspectos de esta expresión, problema fundamental, también de forma sintética. 1. En su naturaleza intrínseca, puede caracterizarse por las siguientes notas: a) a la luz del sustantivo, problema, problema fundamental es una cuestión que no tiene solución (única, exacta, verdadera, correcta); y b) a la luz del adjetivo, fundamental, problema que es, o se considera como, de suma importancia, es decir, que es básico, primordial, primicial, poseedor de carácter de ultimidad, independiente de otros, singular. 2. n su naturaleza extrínseca, se trata de un problema tal que (para cada persona en algún –os- momento –s- de su vida, grupo, civilización, ideología, religión) exige una respuesta. Pero lo 182 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO que exige es esto, respuesta, y debe quedar absolutamente claro, una respuesta no es la solución, utilizando estos términos –respuesta y solución- con las caracterizaciones indicadas. Tercero, el catálogo de los problemas fundamentales. [Aquí se hace uso de una perspectiva voluntariamente asumida de no profesional de Historia de la Filosofía, utilizando un lenguaje sencillo y de relación –intensa, fecunda, de frecuentes tensiones- de los ámbitos de la Ciencia, la Filosofía y la Religión]. Expuestos históricamente (según la historia del pensamiento científico-intelectual) serían los siguientes. 1. El problema de la Naturaleza, comenzado presupuestamente en el siglo VII a.C. por los “presocráticos” de Mileto: Tales (ca. 630-545 a.C.), Anaximandro (610-547 a.C.) y Anaxímenes (ca. 588-534). En su origen integraba dos subproblemas que posteriormente se ampliaron. En síntesis, los principales subproblemas del problema de la Naturaleza (puede repetirse, con objeto de fijar nuestro interés, que en la intersección de los ámbitos de Ciencia, Filosofía y Religión) serían los siguientes. a) Cosmología: El Universo b) La Materia c) La Tierra d) La vida Aún hay más, dentro del subproblema del Universo puede considerarse el subsubproblema objeto de estudio en esta ocasión que se denomina problema del origen del Universo. 2. El problema del Hombre, comenzado presupuestamente como problema de reflexión intelectual en el siglo V a.C. por Sócrates (469-399 a.C), Platón (427-347 a.C.) y Aristóteles (384-322 a.C.), aunque prácticamente de manera exclusiva en el territorio de la filosofía moral individual y social. 3. El problema de Dios, que ha integrado dos subproblemas fundamentales: a) El problema de la esencia de Dios único, Dios en sí, comenzado como tal en el siglo IV d.C. por San Agustín (354-430) y los concilios de Nicea (325), Constantinopla (381) y Calcedonia (451); y 183 F. GONZÁLEZ DE POSADA b) El problema de la existencia de Dios, que alcanza momento de excepción con Santo Tomás de Aquino (1225-1274) en el siglo XIII y hoy en torno a las consideraciones del denominado “principio antrópico”2.3 4. El problema del conocimiento, que puede considerarse como la gran contribución de la Modernidad a partir del s. XVII: Galileo (1564-1642), Descartes (1596-1650), Newton (1642-1727), Kant (1724-1804), la Ilustración. ¿Qué es cognoscible? ¿Cuánto de cognoscible es lo cognoscible? ¿Cómo puede conocerse lo cognoscible? Acerca de todos estos problemas puede afirmarse que, precisamente por ser problemas, ni han tenido ni tienen ni pueden tener solución. Pero todos ellos son fundamentales y por eso se les han dado diferentes respuestas a lo largo de la historia, en lo extenso de la geografía humana y por las diferentes sociedades y sus individuos. Y todos estos problemas, en consecuencia, continúan siendo problemas y algunos de suma actualidad.4 B. EL PROBLEMA DEL UNIVERSO O EL UNIVERSO COMO PROBLEMA: TRANSITO DE AMBITO INTELECTUAL Una segunda cuestión a tratar como introducción está asociada al ámbito disciplinar de pertenencia de lo designado con el término lingüístico Universo en su relación con el de problema. En cuanto a la relación lingüística entre ellos, tradicionalmente podía llamarse ‘problema del Universo’ pero hoy cuadraría mejor la denominación de ‘el Universo como problema’ dado que son numerosos los problemas que de modo especial en la actualidad se presentan en este campo. Pero de mayor interés resulta, a los efectos presentes, la dedicación de una fugaz mirada a la historia del pensamiento humano que sitúa el estudio de la Cosmología en las Facultades de Filosofía y de Teología hasta bien entrado el siglo XX cuando la física ha alcanzado tanto conocimiento y lo ha expresado con tanta matemática que su intelección es enormemente difícil si no imposible para los no especialistas. El problema del Universo ha huido de los foros humanistas, de la Filosofía y de la Teología. La ciencia vehiculaba por las Facultades universitarias científicas, los Institutos de investigación y los Observatorios astronómicos. Y, por otra parte, los estudiosos y hacedores de ciencia del Universo, en el entorno del año 1930, que 184 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO hasta entonces se venían denominando astrónomos, y no exentos de razón, comienzan a deleitarse con el de astrofísicos, en tanto que científicos y para sus instituciones (Véase la proliferación de centros con nombres similares al de Instituto de Astrofísica de –en España, por ejemplo: Canarias, Andalucía, etc.-). Pero desde la física, paralelamente, primero se sugiere, luego se introduce en el seno de sus ideas y finalmente se establece como hipótesis harto plausible el Big Bang, lo que conduce al estudio en, por y para la física del origen del Universo, y, así, los nuevos físicos de las últimas décadas del siglo XX que se dedican al Cosmos entienden, no exentos de razón, que deben denominarse cosmólogos. En esta perspectiva histórica, la Cosmología constituye hoy parte del territorio científico, y casi en exclusividad. La Física se ha apropiado del Cosmos tanto como lo han abandonado las otras disciplinas –Filosofía y Teología- que lo tenían por objeto fundamental tradicionalmente. Y la Cosmología Física, como podríamos denominarla, ha crecido tanto que habla en la actualidad del origen, de la evolución y del destino del Universo, problemas que hace cien años no los consideraba propiamente suyos. Y esta Cosmología Física se encuentra, lógicamente (en el amplio espectro de teorías, hipótesis, aconteceres observacionales, presupuestos filosóficos, insuficiente arsenal matemático, nuevos descubrimientos, etc.), con numerosos y excitantes problemas, subproblemas de diversos órdenes del tradicional problema del Universo. En este punto hemos de limitarnos a tomar como referencia (prescindiendo de las sucesivas respuestas históricas), y de modo escueto, con la consideración de ‘estado actual de la cuestión’, el denominado modelo estándar del Universo. Y hacerlo de forma clara, pero –conviene decir- sabiendo que no es solución definitiva, sino sólo o tanto como respuesta actual.5 Esta transición de ámbito disciplinar de la Cosmología, desde la Filosofía y la Teología a la Física, ha hecho que hoy, primariamente, y con carácter general (para –casi- todos los hombres), y en tanto que problema (humano), sea considerado como problema científico. Y en esta condición está en la base de la reflexión, y sobre él, y no al margen de él, y sólo así, además, continúa siendo problema filosófico y problema religioso. Esta transición hacia la ciencia del problema del origen del Universo había tenido claros antecedentes con los problemas del origen del Hombre, del origen de la Vida, y del origen de la Tierra, problemas que hoy, en su radicalidad y en su fundamentación, se debaten prioritariamente en el ámbito científico. 185 II PRIMERA PARTE LA CONCEPCIÓN FILOSÓFICO-MATEMÁTICA DEL UNIVERSO POR EINSTEIN (1905-1921) A. LA CONCEPCION TRADICIONAL DE UNIVERSO La primera cuestión problemática, que exige en la actualidad profunda y sensata reflexión6, sería la respuesta a las preguntas: ¿A qué se denomina Universo? y/o ¿qué es Universo? (Para mayor claridad, no se pregunta ¿qué es el Universo? -para un contexto prioritariamente filosófico-, ni tampoco ¿cómo es el Universo? -para un contexto prioritariamente físico-. Las preguntas iniciales son más radicales y anteriores lógicamente a estas otras. Nótese en estas últimas preguntas el uso del artículo determinado el escrito en cursivas). Tradicionalmente Universo significaba “TODO lo que existe”, de modo que constituía una definición nítida a lo largo de la historia del pensamiento. Y TODO era ‘todo’. Permanecían de manera problemática, si quiere verse así, los aspectos complementarios en torno al verbo existir. Pero a los efectos actuales, la existencia debiera ser real o física, considerando estas voces como términos sinónimos. (Pero, por otra parte, se hablaba y se sigue hablando, y muy bien, por ejemplo, de la existencia de Dios, del alma, de la espiritualidad, etc., y de la realidad de Dios, del alma, de los sueños, etc. Así se hablaba de ‘existencia real’ o ‘existencia física’ antes de que hoy se disparate con el uso tan frecuente de los pleonasmos físicamente real o realmente físico, sin acuerdos previos, en todo caso, para distinguir matices científicos de los filosóficos en estos compuestos. Y este “TODO lo que existe”, precisamente por ser ‘todo’, era además ÚNICO, no existía –no podía existir- ‘otro’, ni ‘lo otro’. La concepción tradicional de Universo para todos los ámbitos del pensamiento humano lo determinaba, en primer lugar y radicalmente, como EL TODO ÚNICO. Además, esta visión tradicional de Universo ÚNICO implícitamente supone que NADA existe fuera del Universo, pues éste integra todo lo que existe.7 Pero de manera complementaria, en esta perspectiva tradicional, el Universo estaba constituido, o integrado, por tres categorías fundamentales –espacio, tiempo, materia- y una idea –la de proceso o fenómeno- que expresa las modificaciones que puede sufrir una de 186 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO ellas y sólo ésta, la materia. El Universo, se dice que establecido así desde Aristóteles, en expresión conjuntista puede definirse de la manera siguiente: Así pues, el Universo ‘era’ (estaba constituido por) el conjunto de tres entidades o sustantividades –espacio, tiempo y materia8- radicalmente diferentes e independientes entre sí, de modo que quedaban constituidas en primicialidades (constituyentes básicos del Universo) y ultimidades (en el hipotético proceso de búsqueda de fundamentación del mismo). En síntesis, en el plano filosófico, estos integrantes del Universo pueden denominarse, por ser ciertamente fundamentales en esta concepción, categorías fundamentales. Y con una particularidad bastante singular: a la materia, y sólo a la materia, le ocurrían (o podrían ocurrirle) procesos (cambios, acaecimientos, fenómenos) que no podían tener lugar en el espacio ni en el tiempo (que eran en todas partes y siempre iguales, constantes, independientemente de lo que le ocurriera a la materia que se encontraba necesariamente en los referenciales de lugares, espacio, y de instantes, tiempo). En síntesis, la concepción tradicional de Universo, la respuesta a las preguntas ¿a qué se denomina Universo? y/o ¿qué es Universo?, el “TODO lo que existe”, queda caracterizado, nada menos que desde Aristóteles hasta la revolución de A. Einstein (1879-1955), como EL TODO ÚNICO TRINO. 1. “TODO lo que existe” (se repite, con existencia física o real) precisa de un EL (artículo determinado) y rechaza el un (que es, en tanto que artículo9, indeterminado). 2. Y ese “TODO lo que existe” lo integra todo, no existe nada fuera de él, es EL TODO. 3. Y, además, es ÚNICO, no hay, no existe, otro. Por tanto, es EL TODO ÚNICO. 4. Pero, más aún, es TRINO porque está integrado por tres sustantividades, categorías fundamentales, que se presentan como existires físicos distintos con caracteres de ultimidad, de primicialidad, de homogeneidad, de continuidad y siendo radicalmente independientes entre sí. La concepción tradicional del Universo puede expresarse, pues, como EL TODO ÚNICO TRINO. 187 F. GONZÁLEZ DE POSADA Esta concepción tradicional, paralelamente a las consideraciones tratadas, se presentó como FINITO hasta que Giordano Bruno (15481600) e Isaac Newton (1642-1727) lo concibieron INFINITO, filosóficamente el primero y física y matemáticamente el segundo. Así se ha perpetuado EL TODO ÚNICO TRINO como FINITO primero y como INFINITO después hasta Einstein. B. ¿UNIVERSO TRINITARIO O UNITARIO? LA REVOLUCION DE EINSTEIN Otra cuestión básica se refiere precisamente al tránsito en la historia del pensamiento de la concepción trinitaria tradicional referida en el parágrafo precedente a la hoy prioritariamente vigente concepción unitaria del mismo. Aquí, con el uso de las voces trinitaria y unitaria, se trata exclusivamente de utilizar términos descriptivos precisos y apropiados10. La concepción tradicional trinitaria del Universo permea toda la historia intelectual desde una aceptable expresión mediante ideas filosóficas por Aristóteles, pasando por Newton con loables construcciones físico-matemáticas que concluyeron en precisos conceptos físicos (bien matematizados) 11, hasta A. Einstein, quien alumbrará la concepción unitaria de momento sólo referida nominalmente. El tránsito, en la Física, de la concepción trinitaria a la unitaria tuvo lugar muy rápidamente como puede verse en el cuadro adjunto, de 1905 a 1915, considerándose ‘establecida’ desde 1919 tras la expedición científica organizada por Arthur Eddington (1882-1944) para una primera comprobación observacional de la Relatividad General de Einstein y su manifestación pública en la The Royal Society de que “Einstein tiene razón”. (“La luz pesa”, la luz se curva en las proximidades de una gran masa)12. NEWTON, 1687 EINSTEIN, 1905 MINKOWSKI, 1908 EINSTEIN, 1915 Tiempo Espacio- Espacio- Espacio tiempo tiempo- Materia Materia materia- Fenómeno Fenómeno fenómeno Cuadro en el que se historiza la rápida transición intelectual físico-matemática de la concepción de Universo trinitario a Universo unitario. 188 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO En su trabajo de 1905 “Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento”13 formula los dos primeros y famosos postulados (prioritariamente filosóficos en sí mismos, aunque de ellos deduciría unas extraordinarias consecuencias matemáticas para su contraste con la Naturaleza) de la Relatividad: primero, el postulado R (de relatividad; en este momento ‘restringida’ a los sistemas de referencia inerciales o galileanos); y segundo, el postulado L (sobre la constancia y la naturaleza de límite en el Universo de la velocidad de la luz, tal que su valor c codeterminaría junto a la constante de la gravitación newtoniana G el funcionamiento del Universo). Entre las consecuencias matemáticas de esta Relatividad restringida (denominada usualmente ‘especial’) pueden destacarse, en primer lugar, la necesaria interconexión de las medidas de longitudes (distancia espacial) y de duraciones (intervalo temporal) asociadas a un cuerpo en movimiento respecto a distintos sistemas de referencia, magnitudes que tanto en la tradición filosófica como en la científica eran absolutamente independientes. Aparecen, así, conjuntamente en escena las expresiones contracción de longitud, expresión ésta que ya había utilizado H.A. Lorentz (1853-1928), y dilatación del tiempo. Otra importante consecuencia en expresión matematizada de la relatividad restringida se manifiesta en la posibilidad de transformación, biyectiva, entre las magnitudes masa y energía mediante la que se hizo tristemente famosa ecuación . Pero en 1905, estas consideraciones teóricas –‘elucubraciones’- de un, por decir algo sustantivamente positivo sobre Einstein, joven pensador, carecían de sentido para la Física de la época, a pesar de que el pensador en el mismo año publicara otros dos históricos trabajos, uno sobre el efecto fotoeléctrico (por el que le otorgarían el premio Nobel en 1921) y otro sobre el movimiento browniano, que sí presentaban características propiamente científicas. Pero, sin embargo, no sólo Max Planck (1858-1947) accedió a su publicación en los Annalen der Physik, prestigiosa revista de la que era director, sino que al menos H. Minkowski (1864-1909) lo leyó, lo estudió y elevó de rango la respuesta dada entonces por Einstein al movimiento de las partículas cargadas. La conexión, la interdependencia entre medidas de longitudes y medidas de tiempo tenía un trasfondo básico: no eran independientes las categorías tradicionalmente supuestas fundamentales de espacio y tiempo perfectamente matematizadas tras las ideas newtonianas. Y desde su dominio geométrico, Minkowski conceptualiza (cualitativa y matemáticamente) el espacio te- 189 F. GONZÁLEZ DE POSADA tradimensional (espacio-tiempo de Minkowski, espacio euclidiano no propiamente euclídeo), también con las propiedades de absoluto, verdadero, matemático e infinito, como el espacio y el tiempo newtonianos. Así se construye la segunda columna del cuadro precedente en el que desaparece la frontera existente en la primera columna, la de Newton (tomado presupuestamente desde Aristóteles), entre espacio y tiempo. La realidad cósmica, el Universo tiene en la visión de Minkowski un solo referencial, el espacio-tiempo (concebido como geometría, pero existir físico) donde se sitúa la materia y tienen lugar los fenómenos en ésta. Esta concepción minkowskiana (1908) agrada a Einstein que la asume críticamente y dedica sus esfuerzos intelectuales durante los años 1909 a 1915 a la construcción de otra concepción harto más compleja, que se refleja en la tercera columna del cuadro y que publica Einstein a finales de 191514 y que ha pasado a la historia del pensamiento con el título de Relatividad General. Esta nueva teoría, definitiva, estará integrada por tres postulados: el postulado R (de relatividad, ahora no restringida sino general, para cualesquiera sistemas de referencia); el postulado L (relativo a la velocidad de la luz); y el postulado M (de equivalencia entre las masas de inercia y gravitatoria, que facilitaría la generalización del postulado R). Pero lo que aquí interesa de la Relatividad General es el modelo que ofrece de Universo en la línea histórica que se está construyendo en este ensayo. Cuatro serán las características implícitas en la teoría de la Relatividad que integrarán la revolución de Einstein. Primera. Las ya antiguas, tradicionales, categorías fundamentales, entidades o sustantividades en sí, por sí y desde sí mismas, dejan de ser fundamentales (es decir, primordiales, ultimidades y radicalmente independientes entre sí) y adquieren la condición de propiedades del que era EL TODO ÚNICO TRINO que ahora deja de ser TRINO y se presenta como UNO. Así, en este contexto y desde esta teoría (si no quiere decirse que “desde este momento de la historia científica”) hay que hablar, con propiedad, de que precisamente sólo existe como fundamental, como sustantividad, el Universo, que se presenta como EL TODO ÚNICO UNO. Segunda. Coherentemente con lo anterior, no existen propiamente el espacio, ni el tiempo ni la materia (en tanto que todo lo que existe no siendo espacio ni tiempo), sino que el Universo es espacioso, es tempóreo, es matérico y es dinámico. Abusando de la terminología de X. Zubiri (1898-1983) puede decirse que la unitariedad de la reali- 190 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO dad cósmica se expresa como estructura de propiedades-de la unitariedad: espaciosidad o espacialidad, temporeidad, materidad y dinamicidad (pero esta última propiedad, en el proceso histórico de la concepción de la cosmovisión actual, en este momento de 1915 aún no se ha establecido). En consecuencia, tras la Relatividad General el Universo queda concebido como EL TODO ÚNICO UNO dotado de ESTRUCTURA. Tercero. El Universo de la Relatividad General, en sus propiedades espacio-temporales, es una variedad real diferenciable tetradimensional de Riemann que implica una naturaleza curva y consecuentemente su finitud. El Universo de Eisntein es FINITO contra el carácter INFINITO del espacio y del tiempo newtonianos. Así, tras esta consideración la concepción hoy vigente se expresaría como EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA. Y cuarto. El Universo de Einstein consiste más bien en un ‘funcionar’ que en un ‘ser’; es un ‘siendo-funcionando’ o, quizás mejor, un ‘funcionando siendo’. Pero esta característica de dinamicidad intrínseca es una propiedad-de el Universo (que aunque integrada hoy en la concepción vigente tras el proceso histórico que se está describiendo) no se estable explícitamente en 1915, sino que habrá que esperar unos pocos años. De modo que, en resumen, puede decirse que, tras la publicación de la teoría general de la Relatividad de Eisntein, el Universo se presenta como EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA que ‘funciona-es’ o ‘es-funciona’15 de acuerdo con un sistema de diez ecuaciones diferenciales en derivadas parciales que se denominan ecuaciones de campo16 que lo rigen. 191 III SEGUNDA PARTE UN MODO DE CONFLUENCIA DE LA FÍSICA Y LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS EN TORNO AL ORIGEN DEL UNIVERSO: EL BIG BANG (1922-1965) A. EL PROBLEMA DE DIOS En la Introducción, en el catálogo de problemas fundamentales de confluencia de cuestiones en el ámbito de intersección Ciencia-Filosofía-Religión se ha situado el problema de Dios, y se han citado sólo dos problemas propiamente intrínsecos a la concepción de Dios: el problema de la existencia y el problema de la esencia. Ahora se ha de profundizar un poco teniendo en cuenta la respectividad de Dios y el Universo que se ha presentado problemática a lo largo de la historia humana en las diferentes cosmologías. La esencia de Dios, por lo que se refiere a su respectividad con el Universo, en tanto que éste fuera obra de Aquel, puede caracterizarse mediante unas notas estructurales que se integran en los denominables atributos cósmicos; y éstos propiamente son: creador, omnisciente y omnipotente, atributos que no generan nuevos problemas (más bien se ponen de manifiesto en la aceptación de la existencia del Ser Supremo, como probarían las consideraciones del principio antrópico17), y que cuadran perfectamente con la concepción cosmológica científica actualmente vigente18. El atributo de creador del Universo sitúa a éste con un origen en el tiempo, y plantea, desde la ciencia y a la luz de la ciencia, el radical problema del origen del Cosmos, objeto de tratamiento en este breve ensayo. Auténtico problema que la ciencia transfiere, desde su conocimiento (aunque de momento sea sólo hipotético) y como novedad radical, a la teología. Nunca, en ninguna cosmología, se había presentado con tanta propiedad la cuestión, aunque problemática, del origen del Universo. Pero permanece un aspecto primordial, relativo a otro posible atributo cósmico, y consecuente con el de omnipotente, ¿actúa o no actúa Dios en el Universo? Se trata de un subproblema del problema de la respectividad de Dios y el Cosmos, que se agrava, en tanto que cuestión problemática con la 192 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO aceptación del principio de matematicidad de la Naturaleza –la creencia básica de Galileo y tras él de toda la ciencia: la normatividad del Universo, el funcionar de éste conforme a leyes (“impuestas por el Creador”). De nuevo la pregunta: ¿ejerce Dios acciones en el Universo o éste funciona por sí? La respuesta de la ciencia es clara, incluso desde la perspectiva de los creyentes: Dios no actúa en el Universo, éste funciona de acuerdo con leyes precisas, matemáticas, que rigen el Cosmos sin necesidad de que Dios coyunturalmente esté ‘actuando’ en ni sobre él. El Génesis literariamente ofrece una expresión apodíctica nítida: “Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho […y…] descansó”19. No obstante, en las tradiciones de las religiones monoteístas (asumidas usualmente como creencias y no sólo como leyendas), Dios ha actuado en el Universo, y no sólo, por su omnipotencia, ‘puede (o podría) actuar’. En resumen, según la física, en el Universo se le presentan a la ciencia, presupuestamente, numerosos misterios pero ningún milagro20. B. LA RESPUESTA DE LOS AÑOS 20: LA EXPANSION DEL UNIVERSO Las ecuaciones primitivas de la Relatividad General21 de Albert Einstein (Ulm, Alemania, 1879- Princeton, USA, 1955), denominadas ecuaciones de campo, ofrecían un Universo en expansión que corrigió por su creencia en que el Universo debía ser estacionario (entre otros aspectos, finito y de volumen constante); por ello, las completó introduciendo la denominada constante cosmológica22. Estas ecuaciones, referidas al ‘siendo-funcionando’ del Universo como un EL TODO ÚNICO UNO, cambiarían radicalmente la cosmovisión y, complementariamente, numerosos fundamentos de la filosofía de la Naturaleza y de la filosofía toda, amén obviamente de la física, que casi paralelamente recibiría otra revolución de mayores consecuencias, la física cuántica, también lógicamente para la Filosofía de la Naturaleza y con ésta de manera natural para la filosofía toda. La consideración de la finitud como característica de la visión einsteiniana del Universo se presentaba como grata a los ojos de las religiones monoteístas aunque rompía, también, el paradigma newtoniano de espacio absoluto, verdadero, matemático e infinito. La expansión sería una manifestación definitiva de la dinamicidad intrínseca del Universo. Veamos sintéticamente una breve historia de los inicios de la res193 F. GONZÁLEZ DE POSADA puesta que se da en la actualidad al problema del origen del Universo, integrando los estudios teóricos físico-matemáticos y los descubrimientos observacionales, según se produjeron los aconteceres en los años 20 del pasado siglo. Por lo que respecta a los iniciales estudios matemáticos debe recordarse que las ecuaciones primitivas de Einstein las estudió el matemático ruso Alexander Alexandrovich Friedmann (1888, San Petersburgo; 1925, Leningrado), en la Rusia soviética, observando que del estudio de ese sistema de diez ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, con la consideración de diferentes condiciones de contorno espaciales y temporales, que el Universo tendría al menos un punto singular en un origen en el tiempo y que se presentaba en expansión23. En síntesis, en 1922 ‘descubrió matemáticamente’ la expansión del Universo como respuesta de la Relatividad General. Posteriormente, en 192424, en su artículo “Sobre la posibilidad de un mundo con una curvatura negativa constante del espacio”, también matemáticamente, demostró que las ecuaciones de campo sin el término cosmológico, permitían tres modelos, denominados posteriormente en su honor modelos de Friedmann, que describen, respectivamente, la caracterización del Universo con curvatura positiva, nula o negativa. En consecuencia se había obtenido, aunque no tuvieron difusión en ese momento, respuestas posibles al problema del Universo, soluciones matemáticas de las ecuaciones de campo de Einstein. Y por lo que respecta a los primitivos descubrimientos observacionales, Edwin Hubble (1889-1953), astrónomo americano de excepcional relieve, descubrió en 1923 que la hasta entonces nebulosa Andrómeda (supuestamente interior a la hoy denominada Vía Láctea, que en 1923 era el Universo entero) se presentaba como una estructura claramente distinta: una galaxia separada de la nuestra, y a considerable distancia. A partir de ese momento tanto él como otros astrónomos dedicaron importantes esfuerzos al descubrimiento de otras galaxias y a su catalogación. En 1927, V.M. Slipher (1875-1969) y C.W. Wirtz (1876-1939) observaron el ‘corrimiento hacia el rojo’ (desplazamiento hacia mayores longitudes de onda de las líneas espectrales) de la luz procedente de galaxias espirales. Slipher se considera también como el primero que midió (mejor ‘calculó’ tras algunas medidas) la velocidad radial de una galaxia. Edwin Hubble, midiendo (‘calculando’) distancias entre galaxias y 194 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO desplazamientos al rojo de la luz procedente de ellas que se recibe en la Tierra, dedujo en 1929 la denominada ley de Hubble, v = H d, cuya constante de presencia matemática, H, se denomina en su honor constante de Hubble, y representa en primera instancia la inversa del tiempo de vida del Universo. Quedó matematizada la expansión del Universo de manera elemental, mediante una ley con magnitudes exclusivamente cinemáticas y de estructura clásica: relación de proporcionalidad entre cantidades de longitud (distancia) y velocidad (longitud y tiempo). Las velocidades de recesión de las galaxias se calculaban por los desplazamientos hacia el rojo de las líneas espectrales. En este marco de perspectivas matemáticas y observacionales hay que situar a Georges Lemaître (1894-1966), sacerdote católico y astrónomo, que había estudiado un año en Cambridge (Inglaterra) con Arthur Eddington (1882-1944) y otro en Cambridge (Massachusetts) con Harlow Shapley (1885-1972) y se manifestó como conocedor profundo de las teorías de la Relatividad. Regresado a la Universidad de Lovaina, publicó en 1927, en francés, un artículo25 con respuestas de las ecuaciones de campo de Einstein (que habían sido resueltas por Friedmann sin que las conociera Lemaître) tales que según unas soluciones matemáticas, sugirió que el Universo se estaba expandiendo, lo que podía justificarse por la observación de Slipher y Wirtz del corrimiento al rojo de la luz procedente de las nebulosas espirales. En síntesis, a finales de los años 20 el Universo era concebido de manera aceptablemente difundida, al margen de controversias e inercias mentales, con las expresiones filosóficas que se están introduciendo constructivamente en este ensayo, a la luz del desarrollo histórico, como EL TODO ÚNICO UNO dotado de ESTRUCTURA e intrínsecamente DINÁMICO en expansión retardada. C. LA RESPUESTA DE LOS AÑOS 30. RECUERDO ESPECIAL DE GEORGES LEMAITRE COMO PIONERO DEL BIG BANG Constituido básicamente así, en este lenguaje prioritariamente filosófico, se establece progresivamente la idea de que el Universo está en EXPANSIÓN y se concibe complementariamente la idea de que esta expansión ha debido ser una característica de toda la historia del Universo, llegándose a la conclusión (hipótesis harto plausible, me gusta denominar) de que debió tener un origen, un instante inicial. 195 F. GONZÁLEZ DE POSADA En 1931, Georges Lemaître propuso la idea de que el Universo tuvo su origen en la explosión de un átomo primigenio26 (o primordial, donde estaba concentrada toda la materia del Universo, o ‘huevo cósmico’)27, acontecimiento que posteriormente recibiría el nombre que se utiliza en la actualidad: Big Bang. En los años siguientes desarrolló la teoría y participó en la nueva controversia entre ciencia y religión sobre el origen del Universo. El modelo cosmológico respuesta de las ecuaciones de campo de Einstein describiendo un Universo homogéneo e isótropo se considera en física como solución de “Friedmann-Lemaître-Robertson-Walker” o con acrónimo “modelo FLRW”. Baste decir en este punto que este modelo estándar del Universo produjo satisfacción generalizada en los ámbitos religiosos monoteístas: el Big Bang podía considerarse como magnífica metáfora del instante creacional por Dios del Universo, y con mucho más relieve cuando desde la propia ciencia se afirmaba, con generalidad, que desde la Física no podría nunca explicarse en qué consistió, en su caso, dado que las leyes de la ciencia dejarían de tener validez en el intento de aplicación a dicho momento histórico. El acuerdo entre la ciencia física (en su progresivo tránsito desde la autoconsideración de astronomía a la de astrofísica para concluir más recientemente en la de cosmología) y las religiones monoteístas alcanzaba la mayor aproximación de toda la historia humana. En especial, la teoría o modelo del Big Bang agradó al Vaticano que la acogió con gozo: el Universo tuvo un origen en el tiempo y fue obra de Dios. Las propuestas de Friedmann y de Lemaître fueron especialmente atendidas por el cosmólogo conocido con nombre ‘americanizado’ como George Gamow (Odesa, Rusia, 1904; Boulder, USA, 1968), discípulo de Friedmann, que asume el modelo por ellos concebido aceptando la explosión del ‘átomo primitivo’, acontecimiento que, con tono despectivo, designaría Fred Hoyle (1915-2001) como Big Bang. Gamow lo asume porque explicaba la formación del helio en el Universo primitivo y, sobre todo, formula la predicción de que, como consecuencia de la gran explosión, debería existir una radiación de fondo cósmico de frecuencia en el rango de las microondas, que descubrirían por casualidad en 1965 Arno Penzias (1933-) y Robert Wilson (1936-). El Universo se originó mediante un Big Bang, una gran explosión, constituyéndose así el denominado modelo estándar de la Cos- 196 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO mología del siglo XX: modelo del Big Bang en expansión, expansión tal que en todos los casos posibles, en función de la densidad de materia estimada (según tratamiento matemático de las ecuaciones de campo y según los datos observacionales) sería de expansión retardada (o desacelerada). Asì, definitivamente, a partir de los años 70 el Universo sería concebido como EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA e intrínsecamente DINÁMICO en expansión retardada que había tenido un ORIGEN singular en el tiempo, y procedería, presupuestamente, bien de la NADA física o bien de un ‘instante creacional’ por decisión de Dios. Por otra parte, como se ha dicho, los físicos que estudian, a partir de aquí, el origen del Universo, y no sólo ellos, desean ser conocidos como cosmólogos, denominación hoy al uso por numerosos astrofísicos. 197 IV TERCERA PARTE EL MODELO COSMOLÓGICO VIGENTE: FÍSICA Y FILOSOFÍA En la Primera Parte se ha caracterizado, en primer lugar, la concepción tradicional del Universo con raíces en Aristóteles y matematizada por Newton, que puede expresarse como EL TODO ÚNICO TRINO, finito hasta Galileo Galilei (1609)28 e infinito después de Newton (1687)29.; y en segundo lugar, la revolución implícita en las ecuaciones de campo de la Relatividad General de Einstein que hace transitar la cosmovisión hacia EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA (e intrínsecamente dinámico, aspecto que no adquiere relevancia en los años iniciales de la teoría). Y en la Segunda Parte, tras una breve referencia al problema de la esencia de Dios en su respectividad con el Universo, por medio de sus atributos cósmicos –creador, omnisciente y omnipotente-, se ha completado el proceso posteinsteiniano de construcción progresiva de la cosmovisión actual que se completa con las ideas explícitas de dinamismo (expansión, retardada hasta 1998; acelerada desde 1998) y de instante inicial, denominado Big Bang, proceso en el que desempeñó un papel relevante el sacerdote católico y astrónomo Georges Lemaître. La concepción vigente se completa de modo que puede considerarse como EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA e intrínsecamente DINÁMICO (en expansión) con ORIGEN singular. En esta Tercera Parte se estudia de nuevo la Cosmología física actualmente establecida, el modelo estándar del Big Bang, pero no como proceso histórico sino desde una perspectiva metafísica con claras raíces en la Estructura dinámica de la Realidad de Xavier Zubiri (1898-1983)30. A. VISION COSMOLOGICA ACTUAL: CARACTERIZACION METAFISICA DEL UNIVERSO La concepción actual que la Física, la Cosmología física, tiene del Cosmos lo caracteriza metafísicamente, siguiendo prioritariamente la senda sugerida por Zubiri, tras las revoluciones científicas de la Física y de la Biología (que integra en su Filosofía), mediante las 198 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO cuatro notas capitales siguientes: es la Realidad por antonomasia, emergente, estructural y dinámica.31 Primera. Realidad por antonomasia. El Universo en tanto que El TODO ÚNICO es la Realidad (con mayúsculas), ‘la realidad cósmica [la realidad física] total’. La Realidad está constituida por realidades (con minúsculas) integradas en ella en respectividad unas con otras. La Realidad -y toda realidadno responde a ninguna de las categorías filosóficas clásicas: no es propiamente sustancia, no es ente, no es ser, no es objeto, no es sujeto. La Realidad –y asímismo cada una de las realidades- es una determinada sustantividad de notas constitutivas que la codeterminan como estructura. Segunda. Producto de una emergencia. “Todo lo que existe”, el Cosmos –la Realidad-, surgió como emergente. Toda realidad –la Realidad y las realidades- ha sido y es emergente. El acto de emergencia de la Realidad se denomina en la actualidad Big-Bang o ‘gran explosión’. Heredado del lenguaje matemático se dice que ese ‘instante inicial’ fue una singularidad, un ‘momento’ (que puede entenderse en las dobles acepciones temporal y filosófica) en el que todo o EL TODO ÚNICO o nada o LA NADA (que desde la sabiduría/ignorancia presentes son prácticamente lo mismo en este territorio de la Física) era diferente. Lo substratual anterior, en el caso de existencia de ‘algo’, de lo que hubiera emergido el Universo -materia, energía, espacio, tiempo, leyes, constantes, etc.- constituye, al menos hasta el presente, un misterio. Emerge, ¡qué duda cabe!, y lo hace bien desde la nada bien desde otra realidad de naturaleza ignota e incognoscible, al menos por el momento. El Cosmos surge pues de forma emergente. Metafóricamente podría decirse que a partir de un punto y a modo de un puño de Dios que se abre. Y de ninguna manera es estático en sus grandes líneas, idéntico a sí mismo, creado de una vez por todas como algo cósmico al modo de la aristotélica (ordenamiento propio). Tercera. Estructuralidad. La realidad de suyo, por sí misma y en sí misma es estructural, no substancial, no objetual, no subjetual. El Cosmos, desde las Nuevas Físicas del siglo XX -Relatividad especial, Relatividad general, Física atómica, Física Nuclear, Física de partículas elementales o de altas energías, Física Cuántica- es una estructura. Utilizando los 199 F. GONZÁLEZ DE POSADA términos lingüísticos clásicos de la Física, las notas fundamentales de esta estructura se denominan espacio, tiempo y materia-energía; no son tres realidades independientes sino cuatro notas constitutivas del Cosmos -con otras concepciones distintas, agregadas en mutua respectividad-. Estas notas constitutivas del Cosmos constituyen las clásicas categorías fundamentales (tiempo, espacio, materia) de la Física de todos los tiempos. En la Física actual estas categorías forman una tétrada cada uno de cuyos polos puede entenderse por sus relaciones con los otros y de las relaciones entre estos otros. La Física puede considerarse también como ciencia de las relaciones espacio-tiempo-materia-energía. Cuarta. Dinamicidad intrínseca. La visión predominante de la Física del siglo XX establece que toda realidad es en sí misma y por sí misma dinámica. En síntesis dirá Zubiri que <<toda realidad ‘de suyo’ ‘da de sí’>>. La dinamicidad consiste en dar de sí, por sí y por su respectividad. El Cosmos por sí mismo y desde sí mismo es esencialmente dinámico, intrínseca y constitutivamente dinámico. El dinamismo no consiste sólo en movimiento; éste es sólo el más elemental o sencillo de los dinamismos. El dinamismo de la variación de lugar es sólo el dinamismo básico. La dinamicidad intrínseca supone también la transformación de la realidad y en ella la alteración. En su dinamicidad el Cosmos va produciendo otros alter, otras realidades, nuevas configuraciones. Todo lo existente, desde lo más efímero hasta lo considerado más estable, tiene una ‘vida media’, una duración, una vida; nada permanece indefinidamente. Hasta hace años se suponía que el protón era estable, hoy se sabe (se cree saber, con más precisión) que tiene una vida media muy larga, del orden del doble de la edad estimada de ‘nuestro Universo’; hoy nada es estable (estático) sino que todo es esencialmente dinámico en sí y por sí mismo y por su respectividad con las otras realidades. El Cosmos sobre todo, en tanto que la Realidad por antonomasia, es constitutivamente dinámico. Y esta dinamicidad le otorga el carácter más significativo de la visión cosmológica actual en contraste con todas las cosmovisiones precedentes. Como resumen, puede aplicarse al Universo lo que Zubiri afirma para la realidad. De este modo puede construirse por sustitución las siguientes densas afirmaciones. 200 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO Una. El Universo como esencia es una estructura. Una estructura constitutiva, pero cuyos momentos y cuyos ingredientes de constitución son activos y dinámicos por sí mismos. Dos. El Universo no es solamente lo que es actualmente; también está, en una o en otra forma, incurso en eso que de una manera más o menos vaga puede llamarse el devenir. Y tres. El Universo es una estructura que “de suyo da de sí”. B. LOS PROBLEMAS DEL UNIVERSO En el marco descrito hasta aquí, en perspectiva histórica sintética y en apretada expresión filosófica, respectivamente, conviene situar los problemas (subproblemas podrían denominarse) pendientes, objeto de estudios físico-matemáticos, de observación astrofísica y de reflexión filosófica. Los problemas son numerosos. Entre los más relevantes de naturaleza física en la actualidad podrían citarse: el problema de la materia oscura, el problema de la energía oscura, el problema de la detección de los neutrinos cósmicos que presupuestamente se originaron en los primeros instantes de la vida del Universo, el problema de la detección de las ondas gravitacionales que presupuestamente debieron generarse con el propio Big Bang, el problema de la continuidad o no de la espacialidad (¿existe el topón, como mínima cuantía de longitud?), el problema de la continuidad de la temporeidad (¿existe el cronón, como mínima cuantía de duración?), el problema de la naturaleza y procedencia de los rayos cósmicos, etc., etc. Todos ellos, como tantos otros, de singular importancia. Desde una perspectiva prioritariamente filosófica quizás el principal problema, el más peliagudo, digo yo, se refiera a la potencialidad impresa en el Universo de seguir “dando de sí”, en expresión zubiriana, en tanto que realidad abierta, con capacidad para generar novedad. Y, por supuesto, bastantes aspectos inherente a la extensa problemática anteriormente expuesta. Y desde la perspectiva común a las religiones (obviamente de modo singular las monoteístas), la filosofía y la física, los problemas fundamentales, al margen de las respuestas que se les den, pueden enunciarse así: el problema del origen, el problema del destino y específicamente para las religiones monoteístas si Dios actúa o no en el proceso evolutivo del Cosmos. 201 F. GONZÁLEZ DE POSADA Al comienzo de este artículo se reflexionó en torno al término problema, primero de los considerados en el título, estableciendo, a modo de introducción, unos conceptos de problema y de problema fundamental y un catálogo de problemas fundamentales como referencia. A continuación se ha reflexionado, en síntesis extrema, acerca de la visión actual del otro término sustantivo del título, el Universo. Y se acaba de exponer un breve catálogo de subproblemas relativos al estudio, observaciones y reflexiones sobre el Cosmos. ¡Bien! Pero en la ocasión presente se ha de tratar precisamente del problema del origen del Universo, y hacerlo a la luz de la actualidad, una vez que se caracterice la situación sobre la que ha incidido lo que se considera actualidad. C. EL PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO A LA LUZ DEL MODELO ESTANDAR VIGENTE El problema del origen del Universo era inexistente como tal en la tradición de la ciencia, ya que el Universo estaba ahí, presupuestamente siempre idéntico a sí mismo; no era problema de la física, lo era tan sólo, en su caso, de la filosofía y de las religiones monoteístas. El panorama cambiaba radicalmente tras los descubrimientos observacionales del astrónomo norteamericano Edwin Hubble: existencia de galaxias (1924), recesión generalizada de las galaxias (1928) y ley de desplazamiento de las galaxias o de la expansión del Universo (1929). En estos momentos, entorno del año 1930, un papel singular desempeñó el astrónomo y sacerdote católico Georges Lemaître para el establecimiento del considerado en la actualidad modelo estándar del Universo, que integra toda su historia dada su condición dinámica, su dinamismo intrínseco. Carecería de sentido la pretensión de realizar una descripción actual del mismo a la que no se tiene acceso posible dado que el conocimiento de lo supuestamente lejano (posición en el ‘espacio’, que hoy es espaciosidad o espacialidad) realmente es antiguo (instante del tiempo, que hoy es temporeidad o temporalidad) y que recibimos en la actualidad tras un desplazamiento desde allí (que hoy, en su caso, sería cuando menos otro allí) y desde entonces a la velocidad de la luz. La expansión del Universo en la etapa actual sugería la posibilidad de que hubiera sido continua desde un cierto instante inicial en el que lo primordial y principial de lo actualmente existente hubiera estado concentrado en “un punto gordo enormemente denso y caliente” que hubiera ‘explotado’: el Big Bang. Esta concepción del Univer202 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO so transfería el problema del origen hacia la física. La ciencia lo asumió como problema suyo. Y en esta tesitura estamos en la actualidad. En resumen, y a modo de reiteración e independientemente de que se haya dejado constancia de la existencia de numerosos problemas planteados pendientes de respuestas e insinuada la idea fácilmente asumible de que se presentarán numerosos nuevos problemas en los próximos años que exigirán nuevas respuestas, la concepción vigente del Universo, a los efectos del tema objeto de estudio, se expresa de manera idéntica a como se expresaba ya en 1970, tras la constatación de la radiación de fondo de microondas como mensajero cósmico de los primeros tiempos de la vida del Universo: EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA e intrínsecamente DINÁMICO con ORIGEN singular en el tiempo. Desde entonces hasta el presente se han realizado numerosas investigaciones teóricas (teorías de cuerdas y de supercuerdas, teorías de supersimetría, intentos de teorías cuántico-relativistas, teorías de gran unificación, etc.) y obtenidos grandes descubrimientos observacionales (agujeros negros, estrellas de neutrones, exoplanetas, neutrinos, etc.) pero ninguna de las novedades teóricas ni ninguno de los grandes descubrimientos han perturbado ninguna de las ideas básicas de la visión cosmológica vigente. Lo más sorprendente, en tanto que próximo a los intereses de este ensayo, fue la que denomino ‘revolución del 98’, año 1998 en el que se produjeron dos grandes acontecimientos observacionales32 -astrofísicos- que condujeron a la consideración del Universo en ‘expansión acelerada’. A nuestro problema –el del origen- no le afecta el adjetivo ‘acelerada’, le basta, al menos de momento, el sustantivo ‘expansión’, aunque el hecho ahora conocido impulsa a bastantes a dedicarse al estudio del destino del Universo, otro problema merecedor de estudios científicos, que se realizan, y, consecuentemente –pero, esto así, consecuentemente- de nuevas reflexiones filosóficas y tratamientos teológicos. 203 V CUARTA PARTE ACTUALIDAD. LAS NUEVAS IDEAS EXTRAORDINARIAS EXPUESTAS POR HAWKING Y PENROSE EN 2010 Como se acaba de indicar, a finales del siglo XX, en 1998, se producen unos acontecimientos observacionales que fijarán la idea de Universo en expansión acelerada. Estas novedades, más los sucesivos descubrimientos concretos acerca de la constitución y funcionamiento de distintos componentes, han hecho que pueda establecerse en estos primeros años del siglo XXI la expresión Nueva Cosmología. Todo el proceso de construcción de la cosmología estándar vigente, desde la asunción de la Teoría de la Relatividad General, se ha realizado, como trasfondo prioritariamente dominante, con una paz, excepcional en la historia moderna, entre la concepción científica y la concepción religiosa, paz sólo alterada puntual y marginalmente por algunas personas concretas en algunos momentos concretos, pero nunca en tanto que concepciones básicas de ambas perspectivas: la ciencia del siglo XX acerca del Universo (origen e historia) y las teologías de las religiones monoteístas. Sin embargo, esta paz física-teología ha recibido un fuerte ataque en el otoño del año 2010 por obra de dos físico-matemáticos de entre los que más contribuyeron en la segunda mitad del siglo XX al establecimiento del actual modelo estándar del Universo: Roger Penrose (Colchester, Inglaterra, 1931) y Stephen Hawking (Oxford, Inglaterra, 1942) mediante la publicación de sus recientes obras Cycles of Time33 y The Grand Design34. A continuación se estudian analítica y críticamente, aunque sea en forma sintética, estas novedades35. La obra The Grand Design tiene como coautores (en la portada del libro) a Hawking (en letras gigantes) y Mlodinow (en letras pequeñas), pero a nuestros efectos de análisis y crítica, en proyección histórica, la consideramos como de Hawking. 204 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO EN TORNO AL THE GRAND DESIGN DE HAWKING: ¿CREACIÓN ESPONTÁNEA? A. RECORDATORIO DE ALGUNAS IDEAS FILOSOFICAS Y CIENTIFICAS Para contextualizar conceptual e históricamente el contenido y la difundida como tesis central del libro de Hawking –la innecesariedad de Dios para originar el Universo-, aunque sea en síntesis muy apretada, como en tantas cuestiones de este ensayo, conviene recordar algunas de las ideas filosóficas y científicas del ambiente intelectual del tránsito del siglo XIX al XX y que refiere de alguna manera Hawking. Una. El antiguo principio “ex nihilo nihil fit” (“De la nada, nada se hace”). Dos. El problema radical expresado por Gottfried Leibniz (16461716) como cuestión fundamental: “¿Por qué hay algo y no más bien nada?”. Y rubricado por Martin Heidegger (1889-1976) en ¿Qué es la Metafísica? (1929): “¿Por qué hay en absoluto un ente y no más bien nada?”. Tres. Tras la teoría de la evolución biológica de Charles Darwin (1809-1882) expuesta en El origen de las especies (1859) y rubricada y singularizada en El origen del hombre (1871) quedan establecidas científicamente las siguientes ideas, expuestas de manera concisa. Primera. Las especies no han sido creadas. Segunda. La afinidad de las especies y la metamorfosis de éstas está constatada. Tercera. La lucha por la vida es un (¿el?) principio de vida de la Naturaleza. Cuarta. La historia evolutiva se ha desarrollado mediante leyes de causalidad, sin ninguna clase de fin u objetivo fijado previamente. Quinta. El hombre es también variable, y descendiente de formas de vida inferiores y más antiguas. Y por lo que respecta al contenido del presente ensayo, en la conexión del problema del origen del Universo con el problema de Dios, pueden señalarse algunas consecuencias de las ideas anteriores. 205 F. GONZÁLEZ DE POSADA 1. El dogma (científico-teológico) de la inmutabilidad de las especies está definitivamente arrumbado. 2. Se dispone de una nueva concepción evolutiva de la vida humana. 3. La hipótesis Dios no se necesita para la aparición de la Vida. 4. La hipótesis Dios no se necesita para la aparición del Hombre. El hombre, “imagen de Dios”, aparece como “imagen de animal”. Cuatro. Corría el año 1882. Nietzsche escribe: “Requiem aeternam Deo”. Con más precisión y en español: “¡Dios ha muerto! ¡Dios está muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!”. Pero, en todo caso, quedaría pendiente, al menos, el problema primicial relativo al origen del “TODO lo que existe”. El Universo, ¿es creación de Dios? B. LAS PREGUNTAS DE HAWKING A modo de introducción, de presentación y de justificación de su libro The Grand Design, Hawking plantea las siguientes preguntas que, colocándolas en párrafos separados y numerados, parece que cobran más fuerza. 1. ¿Cómo podemos comprender el mundo en que nos hallamos? 2. ¿Cómo se comporta el Universo? 3. ¿Cuál es la naturaleza de la realidad? 4. ¿De dónde viene todo lo que nos rodea? 5. ¿Necesitó el Universo un Creador?36 Un anticipo de juicio de Hawking a las respuestas que dará a estas preguntas, aunque no tenga nada de original e incluso se pueda estar parcialmente de acuerdo con él, le sirve como fundamentación extrínseca e intrínseca para su tesis: “Tradicionalmente eran cuestiones para la filosofía … pero la filosofía ha muerto”37. Suficientemente clara justificación para responder a las preguntas, según él, desde la física. Aquí será objeto por nuestra parte de un análisis crítico, de momento sólo relativo a los enunciados de las preguntas formuladas. 206 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO Parece obvio señalar, en primer lugar, que en ellas las voces mundo, universo y realidad son sinónimas. La primera pregunta -¿Cómo podemos comprender el mundo en que nos hallamos?- se refiere al problema del conocimiento, el considerado como 4º problema fundamental en la Introducción de este ensayo. Sin ninguna duda es problema de la filosofía, que ojalá lo siga abordando en la actualidad y en el futuro, tras los impresionantes conocimientos adquiridos en las ciencias, los nuevos métodos concebidos en las diversas ciencias y, como más radical novedad, el conocimiento científico del (órgano humano) ente sujetual-objetual que centramos de ordinario en los términos cerebro-mente-conciencia. Pero obviamente es también problema de la ciencia, prioritariamente de las ciencias física y química. La segunda y tercera preguntas -¿Cómo se comporta el Universo? y ¿Cuál es la naturaleza de la realidad?- se insertan de lleno en el problema del Universo, en dos de sus subproblemas no separables de ninguna manera en la actualidad: el del dinamismo –su evolución general y las evoluciones particulares- y el de su naturaleza (su constitución, sus propiedades, sus relaciones, etc., que también, y sobre todo, es dinámica). Estos temas, dinamismo y naturaleza del Universo, en sí mismos y en tanto que problemas, lo son, prioritaria, primordial y principalmente de la física, pero no está mal que la filosofía reflexione sobre ellos en tanto que filosofía, reflexión que a su vez revierta a la física para un mejor conocimiento y expresión de sentido de la propia física. Nosotros lo hemos hecho, tras Zubiri, en la Tercera Parte de este ensayo. Pero las preguntas claves a las que Hawking pretende dar respuesta desde la física, su tesis central, son la cuarta -¿De dónde viene todo lo que nos rodea?- y la quinta -¿Necesitó el Universo un Creador?-, relativas precisamente al problema del origen del Universo que nos ocupa. La pregunta cuarta relativa a la procedencia, en su caso, del Universo (“todo lo que nos rodea”). La pregunta quinta, última y principal objetivo del autor, se refiere directamente al problema de Dios en su hipotética relación problemática con el problema del origen del Universo. Aquí, a modo de crítica radical y de anticipo, puede afirmarse, sin ningún tipo de rubor, que no son preguntas para la física, y en todo caso afirmarse rotundamente que desde la física, al menos desde la física actual, no puede responderse en absoluto a ninguna de estas preguntas. Y así podría decirse, en la línea expuesta por Hawking: “Aunque la filosofía haya muerto … la ciencia humana que pudiera tratar de estos temas aún no ha nacido”. 207 F. GONZÁLEZ DE POSADA C. LA POSICION INTELECTUAL DE HAWKING La cuestión de la ‘posición intelectual’ que adopta Hawking, o bien del trasfondo filosófico en que se apoya, aunque no lo caracterice suficientemente y no lo eleve explícitamente a la condición de fundamento de un nuevo sistema, que en todo caso no desarrolla, es, no obstante, de sumo interés. Propiamente queda sólo enunciado y fugazmente tratado pero merecería una atención especial de profundización filosófica monográfica. Aunque sea en síntesis extrema, como tantos otros aspectos, merece destacarse, señalándola especialmente, la que se denomina aquí ‘posición intelectual’ de Hawking, que podría haberse denominado ‘posicionamiento filosófico’. Significa, por una parte, una especie de huida, pero, por otra, ésta no está exenta de superación de los tradicionales realismo e idealismo. La visión crítica histórica del físico inglés puede resumirse así. El conocimiento del mundo se obtenía mediante observación directa y las cosas eran lo que parecían, lo percibido por los sentidos. Esta ‘visión ingenua’ de la realidad no es compatible con la física moderna. La física moderna está basada en conceptos que chocan con la experiencia cotidiana, creando modelos. Si el modelo explica satisfactoriamente los acontecimientos, entonces le atribuimos –al modelo, a los elementos y a los conceptos- la calidad de realidad o verdad absoluta. Y si dos o más teorías o modelos de una misma situación física, cada una con conceptos y elementos diferentes, predicen los mismos acontecimientos con exactitud, entonces somos libres para utilizar el modelo más conveniente. Y a esta ‘posición intelectual’, ‘sistema de pensamiento’, ‘doctrina filosófica’ o como se quisiera denominar, él la llama, no exento de razón y de manera aceptablemente adecuada al hilo de la historia de la filosofía (tal como la realidad física –¡realidad real!- ha ido evolucionando a nuestros ojos): “Realismo dependiente del modelo”. Ésta es, a mi juicio, una idea filosóficamente relevante de Hawking que ofrece desde la física actual. D. LA TEORIA ULTIMA DE TODO: LA TEORIA M Una pretensión histórica, una esperanza, un objetivo tradicional de la Física ha sido disponer de una única teoría que explicara todo lo que existe, todo lo que sucede, todos los fenómenos. Siempre tras algún tipo de unificación38, en todo momento tras alguna forma de reducción39. En esta tesitura se encuentra también, ¡cómo no!, la física actual. Pero, se encuentra en esta tesitura, de búsqueda, de intenciones, de deseos, de esperanzas. 208 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO Y en el caso de Hawking, aunque pueda parecer mentira, ha renunciado teóricamente a la consecución de una teoría del Todo, a una teoría unificadora, y, sin embargo, anuncia, carente de sentido, inconsistente e incoherentemente que existe (¡ya!) una candidata, la teoría M. Pero, además, ésta no es propiamente ‘una’ (adjetivo numeral) teoría sino que está constituida por una familia de teorías distintas, tales que cada una proporciona una buena descripción de observaciones sólo en un cierto dominio de situaciones físicas y de tal manera que las diferentes ‘versiones’ –las distintas teorías parciales de la familia- integradoras de la teoría M, son aplicables, cada una de éstas, tan sólo en dominios limitados de situaciones físicas. Pero más sorprendente aún es su afirmación, sin sentido, de que las leyes de la Física, desde sí y por sí solas, son capaces de generar desde la NADA el “TODO lo que existe” caracterizado como “EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA e intrínsecamente DINÁMICO con ORIGEN singular en el tiempo”. E. LA TESIS CENTRAL: LA INNECESARIEDAD DE DIOS Y también muy brevemente, pues no merece más extensión este punto aunque constituya, como reza su título, la tesis central del libro. Basta reproducir algunos párrafos con significativas afirmaciones. “Así como Darwin y Wallace explicaron cómo el diseño aparentemente milagroso de las formas vivas podía aparecer sin la intervención de un Ser Supremo, el concepto de multiverso puede explicar el ajuste fino de las leyes físicas sin necesidad de un Creador benévolo que hiciera el universo para nuestro provecho”40. “Según las predicciones de la teoría M, nuestro universo no es el único, sino que muchísimos otros universos fueron creados de la nada. Su creación, sin embargo, no requiere la intervención de ningún Dios o Ser Sobrenatural, sino que dicha multitud de universos surge naturalmente de la ley física: son una predicción científica”41. “El inicio del universo fue regido por las leyes de la ciencia”42. “Nuestra imagen de la creación espontánea del universo”43. “Sabemos que el origen del universo fue un suceso cuántico”44. 209 F. GONZÁLEZ DE POSADA Obviamente, Hawking, como cualquier ser humano, puede creer, concebir, afirmar, pensar todo lo anterior y mucho más, tiene derecho a ello. Y también a escribirlo, y a publicarlo, y a difundirlo. Pero propiamente no se trata de algo que cree, concibe o piensa sino más bien de algo que presupuestamente concluye desde la física y como física, introduciendo este problema –o esta parte del problema- en el ámbito de la física. Y Hawking sabe, quizás como pocos, que “la física (al menos la actual) sabe que no puede saber acerca de esa cuestión”. Puede afirmar o creer todas esas cosas pero no puede hacerlo desde la física, en nombre de la física, como consecuencia de las leyes de la física. En resumen: 1) Se trata de un juicio no fundado, no fundamentado correctamente; 2) Se le concede, ¡cómo no!, la libertad y el derecho para creer, pensar, afirmar, publicar, difundir aquello que considere; y 3) No puede afirmarse, en nombre de la física y desde la física, lo que en nombre de ésta afirma Hawking en los párrafos reproducidos, aunque, en consonancia con el contenido de la frase anterior, pueda afirmarlo un físico. F. LA PRESENCIA HUMANA EN EL UNIVERSO: “SEÑORES DE LA CREACION” A modo de ‘nota’ se considera de interés señalar un aspecto relevante del libro de Hawking relativo al problema del Hombre. (Cuando uno se introduce en la temática presente surgen elementos de los cuatro grandes problemas fundamentales de la historia del pensamiento catalogados en la introducción: el problema del Universo, el problema del Hombre, el problema de Dios y el problema del conocimiento). Baste también, como en el apartado precedente, la reproducción de unos párrafos en línea con la tradicional argumentación antrópica que desarrolla45. “Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en instantes posteriores, es decir, en instantes como el actual, transcurrido mucho tiempo desde su creación. La mayoría de tales estados será muy diferente del universo que observamos y resultará inadecuada para la existencia de cualquier forma de vida. Sólo unos pocos de ellos permitirían la existencia de criaturas como nosotros. Así pues, nuestra presencia selecciona de este vasto conjunto sólo aquellos universos que son compatibles con nuestra existencia. Aunque somos pequeños e insignificantes a escala cósmica, ello nos hace en un cierto sentido señores de la creación”46. 210 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO G. Y SIN EMBARGO … DIOS PERMEA TODO EL LIBRO Desde la perspectiva de la ciencia física, Dios (en la hipótesis de su existencia con los atributos cósmicos propios del ‘Dios de los filósofos’: creador de “TODO lo que existe”, omnisciente y omnipotente) no interviene en el funcionamiento del Cosmos, funcionamiento que tiene lugar de acuerdo con unas leyes que lo rigen, puestas por Dios. En lo referente al Cosmos, en consecuencia, no existen en la ciencia problemas relacionados con la idea de milagro, pero sí existen muchos relacionados con las ideas de misterio (interpretados como desconocimiento presupuestamente ‘de momento’) y con las de límites del conocimiento. A pesar de esto llama la atención la tradicional obsesión de Hawking por el tema de Dios, que permea todos sus libros considerados de divulgación. No tiene propiamente pretensiones teológicas, sus referencias a Dios se centran en el problema de la existencia y no construye, por ejemplo al modo de Newton, una ‘teología cosmológica’ o un tratado de Dios a la luz de su obra, el Universo, mediador éste entre el hombre y Dios. Esta afirmación, como es obvio, no se refiere a El Gran Diseño cuya tesis central explícita consiste precisamente en (creerse) poner de manifiesto la innecesariedad de Dios como Creador del Universo porque éste ha surgido desde la nada como predicción de las leyes físicas. Las referencias a Dios son no sólo frecuentes sino permanentes en las obras de Hawking. Por no retrotraernos hasta, por ejemplo, la Historia del tiempo, sino que basta poner el límite en otra obra más reciente, de 2007, como La teoría del todo. El origen y el destino del Universo47, de la que pueden seleccionarse algunos párrafos harto claros y suficientemente expresivos, que se toman de la versión en español. “Se podría seguir creyendo que Dios creó el Universo en el instante del Big Bang. Incluso podía haberlo creado en un tiempo posterior de tal forma que pareciese que hubiera existido un Big Bang. Pero no tendría sentido suponer que fue creado antes del Big Bang”48. En síntesis, en el año 2007 aún manifiesta claramente la compatibilidad de las tesis del modelo cosmológico vigente y de las religiones monoteístas. Pero en 2010, en la obra que se somete a breve análisis crítico, rechaza categóricamente esa posibilidad transfiriendo a la física de manera exclusiva y precisa, la capacidad de creación del Universo desde la nada. “A muchas personas no les gusta la idea de que el tiempo tenga 211 F. GONZÁLEZ DE POSADA un comienzo, probablemente porque suena a intervención divina. (La Iglesia católica, por el contrario, ha aceptado el modelo del Big Bang, y en 1951 proclamó oficialmente que está de acuerdo con la Biblia.) Hubo varios intentos de evitar la conclusión de que había habido un Big Bang”49. “Si el modelo del Big Bang caliente fuera correcto hasta el comienzo del tiempo, el estado inicial del Universo debería haberse escogido con gran meticulosidad. Sería muy difícil explicar por qué el Universo debería haber empezado precisamente de esta manera, salvo como el acto de un Dios que pretendiera crear seres como nosotros”50. “Dios puede saber cómo empezó el Universo, pero nosotros no podemos dar ninguna razón concreta para pensar que empezó de una manera antes que de otra”51. “El tiempo es una propiedad solo del Universo que Dios creó. Presumiblemente, Él sabía lo que Él pretendía cuando Él lo creó”52 Pero quizás la reflexión más precisa de Hawking en torno al problema de Dios en su relación, en su caso, con el problema del origen del Universo, con no mucha extensión pero sí claridad, sea la condensada en los siguientes párrafos. “¿Y por qué la dirección del tiempo en la que aumenta el desorden es la misma en la que se expande el Universo? Una respuesta posible es que Dios simplemente decidió que el Universo debería estar en un estado suave y ordenado en el comienzo de la fase de expansión. No deberíamos tratar de entender por qué ni cuestionar sus razones porque el principio del Universo era la obra de Dios. Pero por la misma razón se puede decir que toda la historia del Universo es la obra de Dios. Parece que el Universo evoluciona de acuerdo con leyes bien definidas. Estas leyes pueden o no estar ordenadas por Dios, pero sí parece que podemos descubrirlas y entenderlas. Por eso es poco razonable esperar que las mismas leyes u otras similares puedan también ser válidas en el principio del Universo. En la teoría clásica de la relatividad general, el principio del Universo tiene que ser una singularidad de densidad infinita en la curvatura espacio-temporal. En tales condiciones, todas las leyes de la física conocidas deberían dejar de ser válidas, de modo que no podrían ser utilizadas para predecir cómo debería empezar el Universo”53. 212 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO En unas declaraciones del año 2008, Hawking parece que confiesa: “No soy religioso en el sentido normal de la palabra. Creo que el Universo está gobernado por las leyes de la ciencia. Esas leyes pueden haber sido creadas por Dios, pero Dios no interviene para romper las leyes”. A fin de cuentas, participa de la creencia científica de Galileo sobre el Principio de matematicidad de la Naturaleza54. ¿Qué le ha ocurrido a Hawking desde 2007 al 2010? Se había dejado abierta una puerta en 2007 para salir hacia otro camino: “Pero si el Universo es en realidad completamente autocontenido, si no tiene frontera o borde, no sería ni creado ni destruido. Simplemente sería. ¿Qué lugar habría, entonces, para un Creador?”55. Esta senda lo condujo hacia El Gran Diseño. Puede considerarse, con toda razón, que tantísimas referencias a Dios en libros de divulgación científica física, aunque se trate del Universo, se deben a la creencia editorial de que el uso del nombre de Dios “vende”, cuestión que en el caso de Hawking parece que se ha venido verificando. Pues bien, en El Gran Diseño, Dios también permea el libro, apareciendo por todas partes como en los precedentes de Hawking. Pero Dios no es el genial diseñador del exquisito y preciso Universo. Éste aquí se ha presentado sólo, desde la Nada, y por mediación de las leyes de la propia física que existieron por sí mismas, y actuaron desde sí mismas, es decir, que lo crearon y lo mantienen. El Universo aparece sin la intervención de Dios. EN TORNO AL CYCLES OF TIME DE PENROSE: RESIDUOS DE UNIVERSO PRECEDENTE Roger Penrose (1931, Colchester, Inglaterra) ha cumplido ochenta años. Su vida científica como físico teórico o físico-matemático ha sido extraordinaria por sus importantes contribuciones a la Relatividad General y a la Cosmología56 y la ha desarrollado en las principales universidades norteamericanas e inglesas. A mi juicio completó de manera excepcional su trayectoria intelectual con la obra The Road to Reality, compendio matemático, físico y filosófico de lo que indica su título: Camino a la Realidad. El comienzo de su nuevo libro, Ciclos del Tiempo. Una extraordinaria nueva visión del universo, en el Prefacio, ya es harto significa- 213 F. GONZÁLEZ DE POSADA tivo: “Uno de los misterios más profundos de nuestro universo es el enigma de su procedencia”57. Destacar dos palabras: ‘universo’ con minúsculas (que invita a la consideración de otros universos reales) y ‘procedencia’ (presupuestamente de otro ‘algo’, no como originado de la nada). Y tras esto la autoconsideración de la nueva obra: “cuerpo de especulación propia” y “aproximación heterodoxa”. Y a modo de justificación: “heterodoxo, pero está basado en ideas geométricas y físicas que están firmemente fundamentadas”. H. LA PRETENDIDA FUNDAMENTACION CIENTIFICA La nueva, extraordinaria y heterodoxa –términos aplicados por Penrose- concepción de “el Universo” convertido en ‘un universo’ tiene, según él, fundamentación científica física y geométrica. La pretendida fundamentación física se refiere, sobre todo y en primer lugar, a la “enigmática naturaleza del misterio auténticamente profundo que subyace en la segunda ley de la Termodinámica” que lo impulsa a la resolución [del misterio] lo que le llevará a áreas inexploradas de la cosmología que se resuelven con “una perspectiva nueva y muy radical sobre la historia de nuestro universo”. La que denomino ‘expresión entrópica’ del segundo principio de la Termodinámica58 dice: “la entropía de un sistema aislado (el Universo en tanto que EL TODO ÚNICO UNO es el sistema aislado por excelencia), en el que acaecen procesos, crece” (La ‘expresión energética’ dice: “la energía –que se mantiene constate-, se degrada”). Pues en esta ley encuentra Penrose, a sus ochenta años: a) cierta vaguedad o subjetividad en la definición del concepto de entropía, indicando que “la definición misma de entropía, para un sistema tan complicado, sigue siendo algo enigmática”59 y el “misterio central que subyace en la profunda utilidad de esta notable noción física”60; b) debilidad del enunciado de la segunda ley; y c) “hay momentos excepcionales u ocasionales en los que hay que considerar que la entropía realmente se reduce (aunque momentáneamente) con el tiempo (en una fluctuación) pese a que la tendencia general es hacia un aumento de la entropía”. Pero hay una segunda pretensión de naturaleza física: “la cuestión clave es el carácter especial del Big Bang”, “la naturaleza muy particular de este estado inicial”, “los profundos enigmas”, “aceptamos que un estado tan extraordinariamente especial dio origen al universo que conocemos”. Tras estas ‘reflexiones’ sobre el comienzo y la consideración de que desde éste en el Universo que conocemos la entropía ha crecido, no obstante, “en las etapas muy tardías encon214 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO traríamos que es válida una Segunda Ley invertida, y la entropía decrece finalmente en el tiempo”. Más aún: “aunque nuestra experiencia no ofrece ningún indicio de tal inversión final de la Segunda Ley, esta eventualidad no es intrínsecamente absurda”. “Se nos ha presentado el Big Bang de una naturaleza muy especial, donde la (relativamente) extrema pequeñez de la entropía se manifiesta en el hecho de que sus grados de libertad gravitatorios no estaban inicialmente activados”61. La pretendida fundamentación matemática se refiere a la que denomina “representación conforme del plano hiperbólico” en tanto que “representación conforme del infinito como una frontera finita suave” dado que. “quizá sea precisamente la estructura conforme del espacio-tiempo la que tiene relevancia física en las etapas finales de la expansión de nuestro universo”62. Este proceso, que denomina cosmología cíclica conforme, supone la propuesta de que “hay una región físicamente real del espacio-tiempo anterior a B- [‘nuestro’ Big Bang] que es el futuro remoto de alguna fase previa del universo, y que hay también una fase de universo físicamente real que se extiende más allá de nuestro F+ [final de ‘nuestro’ universo] para convertirse en un Big Bang para una nueva fase de universo”63. Así, cada fase de universo la considera bajo la denominación de eón, y “nuestro universo” es sólo el eón presente, que empezó en nuestro –ahora con minúsculas- big bang y que se extenderá progresivamente hasta otro colapso. I. EN TORNO A LAS CONSIDERACIONES CICLICAS La idea de una historia cíclica del Universo, o de las construcciones de cosmovisiones cíclicas, no es nueva, pero acerca de ellas pueden hacerse algunas observaciones. Primera. La concepción cíclica de Universo no se puede probar, es inverificable desde el punto de vista científico. (Penrose considera que, a la luz del mapa de la radiación de fondo de microondas, ‘detecta’ la existencia de regiones minúsculas que interpreta como residuos de universos precedentes presentes en “nuestro universo”). Segunda. Ciertamente la idea, históricamente, se ha pretendido basar en la existencia de procesos periódicos tales como los movimientos de astros, las estaciones, la continua variación día-noche. E incluso desde perspectivas filosóficas, míticas y/o religiosas se ha planteado reiteradamente (en diversas culturas) la manifestación de una fe en la destrucción y creación periódica del Universo. Así, por 215 F. GONZÁLEZ DE POSADA ejemplo, frente a la concepción judeo-cristiana de la historia como acontecer pleno de sentido, coherente, progresivo, orientado a un fin, Nietzsche (1844-1900) presentaba la idea del ‘eterno retorno’. Tercera. La irreversibilidad del devenir -la flecha del tiempo, en tanto que realidad orientada hacia el futuro (aunque se haya jugado con los principios y las ecuaciones de la relatividad para hablar de viajes ficcionales)- es un principio físico firmemente establecido. Cuarta. Esta irreversibilidad ha quedado establecida de manera análoga mediante el segundo principio de la Termodinámica: el crecimiento de la entropía. J. LA COSMOLOGIA CICLICA CONFORMAL En resumen, la nueva, extraordinaria y heterodoxa visión del Universo de Penrose, denominada por él Cosmología cíclica conformal, asume el modelo estándar de la cosmología actual desde el Big Bang hasta un instante final de la expansión acelerada en que colapsa hasta otro big bang, período intermedio que bautiza como eón. Esta concepción, previa al ensayo matemático que la justifica, la ha basado, según afirma, en el análisis de los datos de la sonda WMAP64, donde, según él, ciertos patrones circulares que aparecen en el fondo de microondas cósmico sugieren que el espacio y el tiempo no empezaron a existir en el Big Bang, sino que nuestro Universo existe en un ciclo continuo de “rebotes” que llama “eones”. “Nuestro Universo” es uno de esos “eones”. Hubo otros antes del Big Bang y habrá otros después. En consecuencia, el Universo –EL TODO ÚNICO- independientemente de su concepción trinitaria o unitaria, creado por un Ser Supremo o existiendo por sí mismo, finito o infinito, estacionario o dinámico, ha dejado de existir siendo sustituido por ‘nuestro universo’, un eón entre dos big bang. Desaparece así, en esta concepción, no explícitamente Dios sino el Universo, que de manera inmediata y única había sido creado por acción concreta de Dios, mediante intervención positiva; es decir, en esta concepción desaparece el objeto tradicionalmente propio de la creación: el Universo, “TODO lo que existe”. 216 VI CONSIDERACIONES FINALES 1. El problema del origen del Universo, que en la tradición intelectual había sido objeto de formulación y especulación en los ámbitos de la filosofía y de la teología, desde la década de los años 20 del siglo XX se convierte en un problema primordial de la Física, disciplina científica, que comienza a asumir la Cosmología como suya. El problema del origen del Universo es, en consecuencia y al menos, también, un problema de la Física. 2. El modelo estándar del Universo actualmente vigente, denominado modelo del Big Bang, describe la historia del Cosmos con un origen singular en el tiempo. Este “gran destello”, concebido inicialmente, 1927, por Georges Lemaître65, supuso un acuerdo perfecto entre la respuesta de la ciencia y la respuesta de las religiones monoteístas al problema básico del origen del Universo: el Big Bang de la Física se interpreta metafóricamente como el instante creador por Dios. (Las concepciones newtonianas de espacio y tiempo absolutos, verdaderos, matemáticos e infinito y eterno respectivamente, ofrecían un difícil lugar de encuentro a pesar de los esfuerzos de Newton en sus numerosos intentos teológicos por compaginar la ‘obra de Dios’ con sus teorías físicas Dinámica y Gravitación). El Universo es EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA, intrínsecamente DINÁMICO –en expansión acelerada- y con un ORIGEN singular en el tiempo. 3. Las obras de Hawking y Penrose que hemos situado en la actualidad asumen en su integridad el modelo estándar actual al que ambos han colaborado en su elaboración y en su establecimiento: Universo nacido en el Big Bang y hoy en expansión acelerada. Este modelo cada uno lo completa, de hecho en el origen, exponiendo dos tesis netamente diferentes: a) Hawking, como surgiendo desde la nada por sí mismo según las leyes de la propia física; y b) Penrose detectando, según afirma, residuos de universos predecesores. En común: “nuestro universo” –con minúscula en ambos casos- no ha precisado de un Creador, de Dios; el primero, de manera explícita e incisiva, y el segundo, implícita, aunque sin referencia expresa próxima alguna. 217 F. GONZÁLEZ DE POSADA 4. La novedad introducida por Stephen Hawking en su tesis central acerca de “la creación cuántica espontánea del Universo”, que hace, según este autor explícitamente, innecesaria la existencia de un Creador, no está fundamentada en la Física. No existe la supuesta teoría del Todo, la Física cuántica no explica ni puede explicar la aparición del Universo desde la Nada y, sobre todo, desde la Física actual, como él ha descrito y justificado tantas veces a lo largo de su vida, “se sabe que no puede saberse” nada del entorno temporal inmediato posterior al Big Bang (el anterior no existe ya que el tiempo en el modelo vigente nace con el Universo). En sus numerosas obras de divulgación científica, Hawking ha abusado del uso del término Dios, ha mostrado por Él un especial aprecio probablemente por considerar, tanto las editoriales como él, que ‘vende’. En todo caso conviene recordar que los principios negativos de la ciencia se consideran absolutos y no mera representación (naturaleza de los positivos): “se sabe que no puede saberse”, al menos por el momento, y Hawking no ha demostrado nada, sólo ha especulado y no científicamente, aunque pretendidamente lo haya hecho desde la ciencia. Puede, con todo derecho e incluso si se quiere con razón, negarse la existencia de Dios, pero no, hoy por hoy de ninguna manera, hacerlo en nombre de la Física. 5. La nueva y extraordinaria visión de “nuestro universo” de Roger Penrose es exactamente lo que él afirma: “cuerpo de especulación propia” y “aproximación heterodoxa”66 aunque esté, según él, “basado en ideas geométricas y físicas que están muy firmemente fundamentadas”. Acepta, como referencia, el modelo estándar vigente del Universo en expansión acelerada, pero lo convierte en un ‘eón’ (un ciclo) de la ‘totalidad temporal del Universo’ (conjunto ¿infinito? de ciclos), y hace que ‘el Universo’ (EL TODO ÚNICO UNO) pierda su sentido de totalidad única para convertirse en un estadio (un ‘eón’), constituyendo éste solamente “nuestro universo” (con minúsculas ya) que no precisaría, de ninguna manera, la existencia de un Creador, del que no habla en ningún caso. Sus interesantes y bellísimas elucubraciones científicas son tanto como, pero sólo eso: sustantivamente, elucubraciones; y adjetivamente, interesantes, bellísimas y con recursos científicos. 6. El modelo estándar del Universo, modelo del Big Bang, hoy en expansión acelerada, sigue vigente y es objeto de elaboración más precisa y más detallada a la espera de la información 218 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO que continúen aportando sobre los primeros instantes los mensajeros cósmicos: radiación electromagnética de fondo cósmico de microondas, radiación de neutrinos cósmicos primigenios, las supuestas (esperadas) ondas gravitacionales generadas en el Big Bang y los rayos cósmicos. Junto a esta información, esperada y esperable, la Cosmología y la Astrofísica continuarán resolviendo nuevos problemas de la historia y la constitución del Cosmos. Quedan muchos misterios, muchos problemas pendientes y otros muchos que aparecerán. Y quizás lo más importante (que desde la ciencia aún no se ha ni siquiera vislumbrado), es que el Universo es abierto y aún no ha dado de sí todo lo que potencialmente pudiera ‘dar de sí’. 7. El modelo del Big Bang, representación del conocimiento actual sobre el Universo, que presenta a éste como EL TODO ÚNICO UNO FINITO dotado de ESTRUCTURA, intrínsecamente DINÁMICO y con un ORIGEN singular en el tiempo, es no sólo perfectamente compatible con la existencia de un Dios (con los atributos cósmicos de) creador, omnipotente y omnisciente (principio teológico común a las religiones monoteístas) que tras la creación, en expresiones bíblicas67, “vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho” y “Así fueron acabados los cielos y la tierra … descansó Dios … de cuanto había creado y hecho”. 219 VII NOTAS 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) En los textos científicos suelo utilizar los términos siguientes con las acepciones que se especifican a continuación: noción, para contenidos vagos sean de naturaleza filosófica o científica; idea, para contenidos cualitativamente claros; concepto, para contenidos científicos –de ordinario, físicos- bien matematizados, en sus casos, topológica, algebraica, analítica y/o geométricamente. Puede verse: González de Posada, F. (2004): “El principio de los primeros principios: el principio antrópico” en Anales de la Real Academia Nacional de Medicina, 1-23. Estos tres problemas, que he considerado primeros (en su referencia conjunta a Ciencia, Filosofía y Religión y según su presencia histórica) tienen un correlato importante como trasfondo con la concepción zubiriana de la Realidad en sus tres dimensiones: la realidad cósmica, la realidad humana y la realidad divina, tanto como correlato pero sólo como correlato. Dado que aquí se trata con cierta extensión del subproblema del Universo, si se fija la atención, por ejemplo, en el subproblema de la Vida se observa que en el siglo XIX se presentan ya prioritariamente como problemas científicos por Darwin (1809-1882) los del origen y la evolución; en el siglo XX: a) como ‘sistemas’ filosóficos, por ejemplo, el existencialismo y el raciovitalismo; b) como problemas científicos biológicos, las nuevas disciplinas: genética, bioquímica, genómica, proteómica, etc.; y c) como problemas científico-técnicos, la existencia de vida extrasolar y las condiciones para la generación de vida, la vida artificial, etc. Puede verse con amplitud, en sus concepciones física y filosófica, en el Discurso de ingreso en la Real Academia Nacional de Medicina, González de Posada, F. (1998): Consideraciones de naturaleza física en torno a la protección y prevención de los riesgos de la vida de la especie humana en un contexto cosmológico: arquitectura e ingeniería sanitarias. Instituto de España. Real Academia Nacional de Medicina. Palabras motivadas por la proliferación actual de ‘elucubraciones’ de los más diversos tipos bajo las formas de: hipótesis presupuestamente científicas (o para la ciencia), libros y artículos de divulgación, de ciencia-ficción, etc. En lo expuesto hasta aquí se usan términos con acepciones tradicionales. Hoy, en Física, tanto TODO como NADA exigen consideraciones novedosas, pero no parece éste ni lugar ni momento para una extensión en ello. En esta concepción, cuando trato en Física el problema de la materia, la primera cuestión que se plantea consiste en determinar a qué se llama materia. La respuesta primera de la física, en su prehistoria aristotélica, es nítida y contundente: materia era todo lo existente que no era espacio ni tiempo. Luego, históricamente, se irían dando respuestas a otros numerosos subproblemas: el de la precedencia entre materia y fenómeno, el de la naturaleza atómica o continua, el de la tipología de la materia, los asociados a la caracterización intrínseca de la misma (masa inercial, masa gravitatoria, capacidad calorífica, calor específico, conductividad térmica, etc., etc.), los asociados a la caracterización respectiva (en tanto que función de la velocidad, en la transmutación en energía, etc.), y finalmente todos los relativos a materia oscura, antimateria, partículas elementales, etc., etc. La acepción de adjetivo numeral –uno- fortalecida está integrada en el ÚNICO. Obviamente se utilizan con radical independencia de su uso en las confesiones cristianas trinitarias. Véase nota 1. Einstein recibiría el Premio Nobel en 1921, pero por el “efecto fotoeléctrico” (trabajo también de 1905) y no por sus teorías de la Relatividad. 220 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO 13) 14) 15) 16) Título en español de la versión castellana de Einstein, A. (1905): “Zur Elektrodynamik bewegter Körper” en Annalen der Physik, 17, 891-921, en González de Posada, F. y Trujillo, D. (2005): En torno a Einstein: la Teoría de la Relatividad y el pensamiento español en 1923. En el Año Internacional de la Física. Écija (Sevilla): Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras “Luis Vélez de Guevara”. Europa se encuentra en esta fecha en plena Primera Guerra Mundial. Quizás lamentablemente no se haya concebido hasta el presente un término lingüístico adecuado para esta concepción verbal, infinitiva y gerundial, y en consecuencia, sustantiva. En expresión tensorial el sistema de ecuaciones se escribe mediante la ecuación Por lo que respecta al carácter intrínsecamente dinámico que pone de manifiesto este sistema de ecuaciones se considera como de sumo interés la convicción de Einstein acerca de que el Universo ‘tenía que ser’ estático, lo que significaba prioritariamente que debía mantener su condición de finito con tamaño constante. Así, para contrarrestar la acción gravitacional introdujo en su sistema de ecuaciones el término cosmológico o la constante cosmológica, completando su sistema de ecuaciones de la manera siguiente: En estas ecuaciones el término cosmológico es y la constante cosmológica 17) 18) 19) 20) González de Posada, F. (2004): “El principio de los primeros principios: el Principio antrópico” en Anales de la Real Academia Nacional de Medicina, 1-23. Estos atributos cósmicos –creador, omnisciente y omnipotente- constituyen parte principal de la intersección de las concepciones del “Dios de los filósofos” (la ‘construcción positiva’), del “Dios de los hebreos”, del “Dios de los cristianos” y del “Dios de los musulmanes”. Nácar, E. y Colunga, A. (1963): Sagrada Biblia. Madrid: BAC. Conviene precisar, con las expresiones zubirianas recordadas anteriormente, que aquí sólo se considera la realidad divina en su respectividad con la realidad cósmica, sin ninguna referencia a la realidad humana. 21) Las ya citadas 22) Las ecuaciones también citadas 23) Friedmann, A. (1922): “Über die Krümmung des Raumes”. Zeitschrift für Physik 10 (1): 377-386. Friedmann, A. (1924): “Über die Welt Möglichkeit einer MIT konstanter negativer Krümmung des Raumes”. Zeitschrift für Physik 21 (1): 326-332. Lemaître, G. (1927): “Un Univers homogène de masse constante et de rayon croissant rendant compte de la vitesse radiale des nébuleuses extragalactiques”, Anales de la Sociedad Científica de Bruselas, 47A, 41. Lemaître, G. (1931): Nature 128 suppl.: 704. En 1946 publicó L’hypothèse de l’atome primitif y en 1960 fue nombrado presidente de la Academia Pontificia de Ciencias. Hubble, aunque no recibiera el premio Nobel, ha venido ocupando el lugar más destacado en la historia de la astronomía-astrofísica-cosmología del siglo XX en tanto que físico observacional. En este año 2011, tras un estudio de M. Livio en Nature, comentando una carta de Lemaître de 1931, en los Archivos de la Royal Society of London, ha creído resolver: 1) Que la expansión del Universo fue descubierta por Lemaître en 1927, dos años antes que Hubble; y 2) Que éste no fue responsable de falta de ética, ya que la traducción inglesa del artículo de Lemaître, en 1931, tenía los párrafos y cálculos omitidos por decisión de Lemaître. ¿Controversia acabada? Año en el que con el uso del anteojo (hoy telescopio) describió –porque descubrió- un ‘nuevo’ Universo. Puede verse González de Posada, F. (2010): “El principio galileano de mate- 24) 25) 26) 27) 28) 221 F. GONZÁLEZ DE POSADA 29) 30) 31) 32) 33) 34) 35) 36) 37) 38) 39) 40) 41) 42) 43) 44) 45) 46) 47) 48) 49) maticidad de la Naturaleza” en Revista de la R. Acad. Cultura Valenciana, Serie Histórica, nº 31, 331-369. Fecha de publicación de Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, los denominados Principia, obra considerada cumbre del pensamiento científico. Para mayor extensión pueden verse: 1) Sobre todo, las siguientes obras de Zubiri: La estructura dinámica de la realidad; Sobre la esencia; y Espacio, tiempo y materia; y 2) González de Posada, F. (2001): La física del siglo XX en la metafísica de Zubiri. Madrid: Instituto de España. Para mayor extensión, y sobre todo como caracterización prioritariamente física, puede verse González de Posada, F. (1998): Consideraciones de naturaleza física en torno a la protección y prevención de los riesgos de la vida de la especie humana en un contexto cosmológico: arquitectura e ingeniería sanitarias. Instituto de España. Real Academia Nacional de Medicina. 1) Supernovas lejanas (antiguas) se separaban a velocidades muy superiores a las hasta entonces calculadas, indicación de que el Universo estaba en expansión acelerada; y 2) la naturaleza de planitud del Universo. R. Penrose (2010). Edición castellana Ciclos del Tiempo. Una extraordinaria nueva visión del Universo. Barcelona: Debate. S. Hawking y L. Mlodinow (2010). Edición castellana: El Gran Diseño. Barcelona: Crítica. Existen otras manifestaciones de actualidad sobre temas relacionados con el que aquí se trata, entre las que pueden citarse, en sus ediciones en español, las siguientes: Gates, E. (2011): El telescopio de Eisntein. Barcelona: Alba; Green, B. (2011): La realidad oculta. Barcelona: Crítica; y Randall, L. (2011): Universos ocultos. Barcelona: Acantilado. En general llama la atención el progresivo tránsito del territorio que sería propio de la divulgación científica –difusión fácil y comprensible para una mayoría culta del difícil y específico conocimiento científico adquirido- al de la especulación, de ordinario complementaria del conocimiento como sucede en los casos de Hawking y Penrose. Hawking, S. (2010): El Gran Diseño, pág. 11. Estas preguntas están tomadas de la versión española, de la que no soporto ver escrito ‘universo’ con minúsculas y no sé por qué he transigido con ‘mundo’ y ‘realidad’ en las acepciones implícitas en estas frases interrogativas. Ibid. p. 11. Ejemplos actuales de este objetivo permanente son, por ejemplo: la unificación de la Relatividad y la Cuántica, y la unificación de las fuerzas fundamentales de la Naturaleza. De especial relevancia histórica puede considerarse la intención de reducir todas las teorías físicas al movimiento que explicaba ‘perfectamente’ la Mecánica newtoniana en el siglo XIX. Todo debía expresarse en términos mecánicos, por ejemplo, la teoría cinética de la materia. Hawking, S. (2010), pág. 187. Ibid., págs. 15-16. El uso de negritas es del autor de este ensayo. Ibid., pág. 155. Ibid., pág. 156. Ibid., pág. 150. Ibid., principal y específicamente en las págs. 174-188. Ibid., pág. 16. Hawking, S. (2007): The Theory of Everything. Phoenix Books and Audio. Traducción española de Javier García Sanz. Barcelona: Random House Mondadori. [Por nuestra parte, escribimos Universo y Big Bang con mayúsculas, aunque en la traducción aparezcan con minúsculas]. Ibid., pág. 23. Ibid., pág. 39. Se refiere a científicos no creyentes ‘militantes’. Esta ‘información’ la expresa también, por ejemplo, en 1993, en Agujeros negros y pequeños universos y otros ensayos: “La ciencia podría afirmar que el Universo tenía que haber conocido un comienzo 222 PROBLEMA DEL ORIGEN DEL UNIVERSO 50) 51) 52) 53) 54) 55) 56) 57) 58) 59) 60) 61) 62) 63) 64) 65) 66) 67) … A muchos científicos no les agradó la idea de que el Universo hubiese tenido un principio, un momento de creación”. Ibid., pág. 94. Ibid., pág. 103. Ibid., pág. 135. Ibid., págs. 116-117. González de Posada, F. (2010): El principio galileano de matematicidad de la Naturaleza. Santander; Real Academia de Medicina de Cantabria. Hawking (2010), pág. 108. Publicaciones (de nuestro interés, en español): Cuestiones cuánticas y cosmológicas. Alianza, 1995, (con Hawking); La naturaleza del espacio y el tiempo. Debate, 1996, (con Hawking); El camino a la realidad: Una guía completa de las leyes del Universo. Debate, 2006; Lo grande, lo pequeño y la mente humana. Akal, 2006; Ciclos del tiempo. Una extraordinaria nueva visión del universo. Debate, 2010. Penrose (2010): Se utiliza la versión castellana de Javier García Sanz. Debate. pág. IX. González de Posada, F. et al. (2007): Teorías termológicas. Pearson. Penrose (2010), pág. 34. Ibid., pág. 41. Ibid., pág. 78. Ibid., pág. 147. Ibid., págs. 149-50. La misión Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) para determinar la geometría, el contenido y la evolución del Universo ofreció en 2003, entre otros (resultados suyos que son) datos para los estudios posteriores, un mapa del análisis de la temperatura de la radiación de fondo de microondas que mejoró considerablemente el obtenido por el satélite Cosmic Background Explorer (COBE), “Explorador del Fondo Cósmico”, primer satélite construido específicamente para estudios cosmológicos, con el objetivo primordial de investigar la radiación de fondo de microondas. Consecuencia de unos estudios sobre las ecuaciones de campo de la Relatividad General de Einstein y de los primeros indicios observacionales. Penrose (2010), pág. X. Nácar, E. y Colunga, A. (1063): Sagrada Bilbia. Madrid: BAC. Génesis, 1-31 y 2, 1-3. 223 A. HERRERO ALONSO LOS ORÍGENES DE GANDIA (MESA REDONDA) [MODERADOR] Apelar a los orígenes de Gandia es adentrarse en un mundo apasionante, con abundantes zonas de penumbra donde se entrecruzan –como en el túnel del tiempo– elementos reales, tangibles (restos arqueológicos), que llevan a las correspondientes deducciones científicas, y referentes que pueden también dar lugar a reconstrucciones virtuales sobre circunstancias aisladas de nuestro pasado. Unos y otros elementos se nos ofrecen entre sombras de dudas e incógnitas que se hacen presentes en el camino de búsqueda y que se constituyen en aguijón que pica la curiosidad de expertos y aficionados y puede espolear el interés general del pueblo. Apelar a los orígenes de Gandia es situarse –de entrada– en el inicio hipotético de un largo-larguísimo itinerario, de una andadura de siglos. El hecho es claro: Gandia se halla en una situación estratégica y privilegiada: tierra rica para el cultivo, río, posibilidad de riegos, mar cercano, promontorios con capacidad defensiva, rodeada de cuevas prehistóricas en su zona Suroeste. Desde el más remoto ayer de manifestación de vida humana; desde formas elementalísimas de cultura, como la obtención de objetos cortantes de piedra por el sistema de percusión dura, es decir de golpe seco; desde aquel lejano ayer en que el ser humano habitante de este ámbito geográfico comarcal abandona las cuevas –momento crucial aquél– y comienza a vivir al aire libre, que cultiva los campos y domestica animales, que construye nuevas estructuras de hábitat, que da utilidad ornamental a los metales (pulseras, brazaletes, pendientes, anillos, broches, fíbulas…); que entra en relación comercial y cultural primero con otras tribus y pueblos indígenas y después con pueblos foráneos que llegan principalmente por el mar; desde aquel remoto entonces hasta nuestro hoy el paso lento/rápido del tiempo ha ido dejando –en proceso probablemente ininterrumpido– inequívocas huellas, que es preciso conocer y recrear. Una mesa redonda no es el fórum ideal para un análisis en profundidad del pasado gandiense –que exigiría, cuando menos, un cur225 A. HERRERO ALONSO so entero– pero sí la tribuna para iniciar una aproximación al tema. Creemos que merecía la pena y más vale tarde que nunca… Para exponer secuencias –necesariamente aisladas, claro está– de ese proceso, están ante ustedes los expertos que componen esta mesa y a quienes tengo el gusto de presentar. El Doctor D. José Aparicio Pérez –muy conocido en estos medios–, Jefe de la SEAV (Sección de Estudios Arqueológicos de la Diputación Provincial de Valencia), Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia, Académico numerario de la Real Academia de Cultura Valenciana y Director de los 32 cursos del Aula de Humanidades y Ciencias en Gandia. D. Joan Cardona Escrivà. Arqueólogo. Director del Museo Arqueológico de Gandia –el MAGa–. D. Fernando Mut Oltra. Arquitecto Municipal del Ayuntamiento de Gandia D. Guillermo Vinson Palmer. Ingeniero Técnico en Topografía. (A un servidor le han encomendado el papel de Moderador). 1. Y empezamos nuestro recorrido. El Dr. D. José Aparicio va a tratar de recrear algunos momentos de la primera etapa del trayecto. D. José Aparicio tiene la palabra. [INTERV. de D. J. APARICIO] [MODERADOR] Damos las gracias a D. José Aparicio por su riquísima información. Hemos recorrido el primer tramo. Por cierto, el mejor conocido, puesto que la Ciencia, además de investigar, ha mostrado al público los frutos de su investigación con publicaciones oportunas. 2. Por razones metodológicas damos ahora un gran salto en el tiempo y nos situamos en la última etapa de lo que podíamos considerar como los orígenes: nos referimos a la Edad Media. Las estructuras urbanas tuvieron un primer momento… Una aproximación al entramado urbanístico de la Gandia medieval tal vez suscite conjeturas y controversias pero acaso permita remitirnos a sistemas que las precedieron… y acaso también sirvan de pretexto para acercarnos al pasado siguiendo un proceso inverso: desde tiempos nuevos a tiempos viejos. 226 LOS ORÍGENES DE GANDÍA D. Fernando Mut, desde la arquitectura, y D. Guillermo Vinson, desde la topografía y desde los datos del Llibre del Repartiment, van a intentar acercarnos a la estructura de la “Vila” medieval que fue Gandia. [INTERVENC. DE D. FERNANDO MUT y D. GUILLERMO VINSON] [MODERADOR] Agradecemos a D. Fernando y a D. Guillermo este esfuerzo por clarificar lo que hemos tenido siempre como punto algo confuso y que tantas dudas y discusiones ha suscitado. 3. Ocurre a veces que la Ciencia investiga y descubre, pero que –por razones que el pueblo desconoce– no llegan al pueblo los frutos de esos hallazgos. Durante muchos años se han producido excavaciones en el subsuelo de Gandia y su comarca. Pero rara vez esos descubrimientos ha sobrepasado la pura información general periodística, eso cuando ha llegado a ella. Los que formamos el gran pueblo estamos prácticamente in albis de la Gandia de otros tiempos, sobre todo de ese largo período que va desde el siglo V a.C. al siglo III d. C.; nos referimos al período íbero-romano. D. Joan Cardona intentará desvelar lo que hasta ahora ha constituido un paréntesis oscuro, poco conocido, rehuido por sistema. Los hallazgos arqueológicos ibero-romanos están ahí, son guiños inequívocos al pasado y –desde su aparente mutismo– se constituyen en realidades que nos hablan, que nos lanzan sus sugerencias, que nos interpelan e interrogan… El tema es complejísimo… La exposición de hoy puede constituir un primer paso… D. Joan Cardona tiene la palabra. [INTERV. de D. J.CARDONA] FINAL: El tema daría muchas horas… Gracias a D. Joan Cardona y por esta exposición escueta, sintética, que nos deja buen sabor de boca. Aunque nos sabe a poco, la vida es muy larga… 4. [D. JOSÉ APARICIO]: D. Abelardo Herrero Alonso, Doctor en Filología, Catedrático y Académico Correspondiente por Gandía de la RACV, se va a sumar a este intento de aproximación al pasado prerromano y romano y lo va a efectuar desde la filología. ¿Cuál es el origen y significado del topónimo Gandia? D. Abelardo Herrero tiene la palabra. [INTERV. DE D. ABELARDO HERRERO]. 227 A. HERRERO ALONSO EL TOPÓNIMO GANDIA Los restos arqueológicos vienen a confirmar –lo acabamos de ver– etapas del pasado y formas de cultura y vida de otros tiempos. Pero hay también otro tipo de restos, quizá menos llamativos, menos vistosos, menos sugerentes que los arqueológicos, de cara a una proyección de imágenes en power point, pero que están también ahí… Son los referentes toponomásticos, nombres de persona y nombres de lugar, que constituyen verdaderos fósiles del pasado y que contribuyen también a forjar la historia. La I-Shepham-im de los fenicios, la Iberia de los griegos, la Hispania de los romanos, una tierra habitada por vascones, iberos, celtas, desde tiempos inmemoriales, una tierra explorada por fenicios y conquistada luego por grandes potencias como Cartago y Roma, hubo de sufrir necesariamente la influencia onomástica de aquellos pueblos. Ya Marcial (mediados del s. I a principios del II d.C.) pregonaba: “Nos Celtis genitos, et ex Iberie…”“ (...) Nosotros, descendientes de celtas e iberos, no sintamos vergüenza de decir en agradable verso los nombres un tanto duros de nuestra tierra (...) [“Marcial, Epigrama 135, Ad Luciu]. Nuestra tierra –dice–; es decir aquella zona misteriosa donde se contemplaba el ocaso del sol (FINISTERRAE), o donde el legendario Hércules formó sus famosas columnas (estrecho de GIBRALTAR) y venció al también legendario y monstruoso rey Gerión, el de las manadas de toros, allí donde comenzaba el misterioso Océano y los monarcas de la mítica Tartessos reunían inmensas riquezas. Y de nuevo Marcial: “Rides nomina? Rideas licebit… /Haec tan rustica, delicate lector, / Haec tan rustica malo, quam Britannos” (¿Te ríes de estos nombres? Se te permitirá que te rías… Estos nombres tan rústicos, delicado lector, estos nombres tan rústicos prefiero yo antes que los nombres britanos”). Todavía perduran en la toponimia aquellos nombres duros y raros. Voces como Gandia, Bayrén, Xeresa, Xeraco, Elca, Mediona…, 229 A. HERRERO ALONSO en el marco geográfico de esta comarca, pueden sonarnos extraños, huecos y enigmáticos pero remiten a culturas anteriores a la llegada de Roma. ¿Qué significaron ayer y cómo pueden interpretarse hoy esos nombres? Las formas toponímicas llevan frecuentemente duende y hay que desconfiar, por sistema, de cualquier interpretación fácil. Como es un tema muy árido, por consideración al público me voy a centrar tan sólo en la voz Gandia y aliviaré el tratamiento filológico con algunas imágenes. Lo que está claro en el topónimo Gandia es que nos hallamos ante un nombre difícil para el que historiadores y filólogos han dado interpretaciones diversas (procedencia del árabe *cannia, ‘adaza’, ‘sorgo’; calco del nombre de la isla de Candia = Creta; derivación desde el nombre propio latino C á n d i d a; fundamentación en la raíz prerromana gand- (’montón de cantos rodados’, ‘pedregal’). ¿Dónde radica el problema de la diversidad de interpretaciones? Casi todas acusan un mismo error en el planteamiento o punto de partida debido a que el nombre aparece latinizado en la documentación más temprana (segunda mitad del s. XIII). Gandia fue siempre Gandía y se pronunció siempre [G a n d í a]. Pero la costumbre de latinizarlo en documentos escritos hizo que –siguiendo la norma etimológica- se recurriese a la C- (inicial) latina; como además el latín no tenía tildes, aparecía escrito Candia. Aquí está todo el secreto de este topónimo duende. “Candia” [Kandía], escrito sin acento, es mera latinización de Gandia: de hecho esta forma sólo aparece en la segunda mitad del s. XIII y en documentaos redactados totalmente en latín, tal como acontece como las numerosas menciones del Repartiment): [1244: ”turrim qui est in Candia”; 1249: “Datum Candie”; “domos in Candia”; “III iovatas in termino de Candia”; y así muchas otras…1 El proceso denominador es totalmente similar a otras latinizaciones de índole toponomástica en el propio Repartiment: nombres de persona, como Diego y Domènech/Domingo, se latinizan Didaco y Dominico, respectivamente; apellidos, como Seguí o Agulló, quedan latinizados Seguino y Aquilone. Las formas que constituyen el cognomen de oriundez de algunos pobladores, tales como “de Casius”, “de Claustro”, “de Montepessulani”, de Tirasona, de Turolio, de Vallibus, de Vico… están latinizando otros tantos apellidos de origen toponímico: ‘de Caix’, ‘de Clos’, ‘de Montpellier’, ‘de Tarazona’, ‘de Te- 230 EL TOPÓNIMO GANDÍA ruel’, ‘de Valls’, ‘de Vic’. Estamos, por tanto, ante un fenómeno de latinización, que no debe hacernos perder el norte. La primera referencia que menciona la forma toponímica con G(Gandia), y que –por tanto– no latiniza el nombre, data de 1252: [Jaime I dona a Carrocius2]: “…alqueria de Gandia quam habuimus…”,3 forma ésta que irá alternando con Candia en documentos de la segunda mitad del s. XIII4 y volverá a aparecer no latinizada en documentos redactados incluso en latín en el último tercio del mismo siglo: “In Gandia”(1275); ”Item a rectore de Gandia”(1279); “Gandia” (1283). Desde principios del s. XIV se generaliza ya la forma Gandia, así en documentos redactados en latín (“in loco de Gandia”, “in termino et horta ville Gandie”) como en los redactados en romance (“…los drets de la batlia de la vila de Gandia”5). En el Atlas de Cresques Abraham (1375) aparece como Gandia, aunque tal vez el geógrafo aluda tan sólo al embarcadero del poblado marítimo.6 Todo lo dicho viene a desmentir por completo la teoría de la supuesta sonorización: paso de C- (inicial latina), fonema linguo-velar oclusivo sordo, a G-, (inicial romance), fonema linguo-velar oclusivo sonoro. Aalizaremos una a una las diversas interpretaciones dadas. 1. Gandía (< árabe andalusí kannia) La más antigua de todas las teorías vincula la “Candia” de referencias latinas del s. XIII, con la voz común andalusí k a n n i a. No faltan quienes afirman –ingenuamente– que el rey conquistador D. Jaime mandó construir la ciudad de Gandía, y él mismo le puso este nombre. Justificaban tal denominación “porque en aquellos campos se plantaban y crecían las adaças7 muy hermosas, viciosas y grandes”,8 y a las adaças los agarenos les llaman en su lengua k a n n i a y también k a n t n î y a (‘escandia’, ‘panizo’) y de ahí, por evolución, Candía.9 [IMAGEN 1] A la aseveración de que el propio Conquistador le puesto un nombre a Gandía habría que replicar que lo normal era que se conservase el nombre del lugar, y que, si se modificaba, se pusiera un nombre natural y “significativo”, pero no Gandía, que no significaba nada conocido, o en todo caso procedería de una voz común relacionada con la cultura musulmana, lo que repugnaría a un rey cristiano, como observa –en esto acertadamente– Gaspar Escolano.10 231 A. HERRERO ALONSO A nivel fIlológico la explicación no pasa de conjetura infundada: la evolución que se pide kannia > Candia ni es lógica ni se ajusta a norma alguna. El proceso fonético opera justamente al revés: es el grupo -nd- el que puede evolucionar generando un fenómeno de asimilación (-nd- > -nn- > -n-), como ocurre con las voces comunes procedentes del latín: comanar/encomanar (< c o m a n d a r e / e n c o m a n d a r e), demanar (< d e- m a n d a r e), redona/rodona (< r o t u n d a), responia (< r e s p o n d e b a t), o con topónimos como Girona (< G e r u n d a).11 Una de dos: o bien el grupo -nd- evoluciona, como en los casos anteriores, o se conserva, normalmente por influencia arcaizante del árabe,12 como ocurre con los vocablos candela (< c a n d e l a), andana (< *a n d a g i n e), mundà (< m u n d a n u), fondo (< f u n d u)… o en topónimos del tipo de Onda, Ondara, Quatretonda, Gandesa, Gandia…, pero no puede responder a un fenómeno inverso. Y menos aceptable sería aún retrasar al s. XVI la sonorización de /k/) [transcrito c]13 y evolucionar Candia > Gandía, cuando hay ya casos documentados de Gandia en el s. XIII, como antes se dijo.14 2. Gandía desde Candia [Kándia](= Creta) La propuesta la formulaban Mares y el propio Escolano (que criticaba la opinión de Beuter, Viciana y otros defensores de la teoría arábigo-andalusí.15 La interpretación se basa en el nombre Candia que recibió en la Edad Media la isla de Creta, [IMAGEN 2] acaso por la producción de azúcar (Candia < desde c a n d d a = ‘blanca’). El cultivo y explotación de la canyamel pudo ser un factor determinante para que Creta o una parte de la isla (la zona del puerto Irakleio) recibiese ese nombre. Tras Escolano toda una caterva de historiadores16 consideraron que el nombre pudo ser importado en tiempos de expansión de la cultura bizantina, por pobladores que –como ocurre en períodos de repoblación– evocaban así su tierra de origen”. [IMAGEN 3] No hay documentación que avale esta teoría. Era quizás el camino más sencillo para explicar en los siglos XVI y XVII lo que a nivel filológico resultaba inexplicable… Estaríamos ante un calco geográfico, con aparente identidad de estructura fónica. Pero Candia [kándia] (Creta) y Candía [kandía] (Gandía) no constituían una identidad fónica ya que la segunda supondría una dislocación acentual severa que hacía totalmente diferentes ambas estructuras toponímicas. 232 EL TOPÓNIMO GANDÍA 3. Teoría desde el latín C á n d i d a, nombre propio de posesor, en este caso posesora: Cándida [‘blanca’]. Dos importantes objeciones presenta esta hipótesis: la primera es que en el mundo ibérico o en el romano difícilmente un lugar podía tomar nombre de mujer por razones de posesión, y menos tratándose de jurisdicciones con castillo, vinculadas normalmente al mundo de la guerra. La segunda, que no sería explicable la dislocación acentual. C á n d d a > Candía. O bien se mantiene la estructura latina C á n d d a como cultismo (compárese el topónimo Aguas Cándidas en Burgos –claro hiperurbanismo pues aparece ya como “Aguascandias” en doc. de 1245– o bien evoluciona, en cuyo caso daría cándia: (Compárese en la misma comarca burgalesa los topónimos Rucandio o Ríocandio (< r i v u c á n d i d u ‘río blanco’) en el Valle de Caderechas [< c a t t a r a c t a s,17], que explicaría el color blanquecino de las aguas por la espuma de las pequeñas cascadas [IMAGEN 4] El paso C á n d i d a > Gandía supone un proceso inadmisible en terreno filológico. 4. Raíz prerromana gandLa estructura toponímica de Gandia invita a retrotraer la voz geográfica a la lenguas prerromanas. Había sostenido el filólogo Vittorio Bertoldi18 que la voz indoeuropea ganda (‘montón de cantos rodados’, ‘pedregal’,19 quedaba vinculada geográficamente a un territorio comprendido entre los Alpes y los Pirineos y que en la Península quedaría asociada a la región cántabro-pirenaica, étnicamente céltica, frente a la unidad considerada ibérica. Fue R. Menéndez Pidal el formulador de la conexión de la raíz gand- con el mundo ibérico,20 pues, frente a la separación de los dos mundos, indoeuropeo e ibérico, que establecen los arqueólogos, considera que no es posible mantener un aislamiento estricto al menos en el campo toponímico, y señala voces geográficas como Gandesa (Tarragona), Gandia (Valencia)21 o Gandul (Sevilla) en territorio considerado como ibérico, a los que podíamos añadir el Gandullas (Madrid) –de territorio celtibérico– y otros como Ganduf (isla de Cabrera) o Gando (Las Palmas de Gran Canaria), que vienen a demostrar que no es posible aislar ambas zonas –céltica e ibérica– pues responden a un substrato común, anterior sin duda a los estratos ibérico y céltico.22 233 A. HERRERO ALONSO La geografía de la raíz *GAND-, con /g/ (linguovelar oclusiva sonora) y/d/ (linguodental oclusiva sonora) es bien concreta: Gándara, Gándaras, Gandarela, Gandariña, (Galicia) Río Gándara, Gandarillas (Cantabria), [territorio céltico] Gandullas [territ. celtibérico] Gandesa, Gandia, Gando, Gandul, Ganduf [territorio ibérico] Todos estos nombres responden a características topográficas relacionadas con el contenido semántico de *gand-, pariente de ganda, ‘montón de cantos rodados’, ‘morrena’, ‘pedregal’, ‘grijo’, ‘arena’…, como ilustran algunas imágenes. En Gandesa [IMAGEN 5] hay un riachuelo (Canaletes), que por su topografía parece ser el elemento motivador; en Gandullas [IMAGEN 6] el río Piñuécar-Gandullas cumple parecida función; Gando, en Las Palmas de Gran Canaria es un pronunciado promontorio)[IMAGEN 7]; en Gandul (despoblado en Alcalá de Guadaira-Sevilla), dólmenes calcolíticos junto a restos de una ciudad ibero-romana, que podrían explicar al topónimo; Ganduf, en la isla de Cabrera (Palma de Mallorca) es cala y arrecife; [IMAGEN 8] Gandia presenta un ancho cauce de cantos rodados, arrastrados por el ríu d’Alcoi, hoy denominado Serpis [IMÁGENES 9, 10 y 11]. Otro dato pudiera corroborar la teoría que se expone y es la existencia de la partida Els Pedregals en la zona costera entre el Grau de Gandia y Daimús,23 aunque sólo topográficamente pues desde el punto de vista filológico se trata de una voz tardía. Ésta parece ser la interpretación más sostenible y la menos refutable. Las circunstancias topográficas generarían, como ocurre en una mayoría de casos, un simple nombre común, con el significado de ‘los cantos rodados’, ‘donde los cantos rodados’ , ‘las piedras’,’el pedregal’, que el uso covertiría en nombre propio. No habría que dejar de lado, sin más, un fenómeno curioso, y es que gand- cuenta con la variante alomórfica *cant- (con /k/- linguovelar oclusiva sorda) y -/t/ (linguodental oclusiva sorda), con significado de ‘roca’, ‘piedra’, ‘canto’, ‘peña’) y que goza de abundante representación toponímica, principalmente en la zona considerada céltica, aunque con presencia también en la celtibérica y en la ibérica. 234 EL TOPÓNIMO GANDÍA Comenzando por el nombre más significativo, Cantabria24 (y su cuadro de derivados), hallamos toda una pléyade de nombres que designan elementos de relieve, con base en los vocablos comunes canto, cantal, cantón: Cantal (sierra en Murcia), Cantalejo (Segovia), Cantalojas (Guadalajara); Cantalapiedra (Salamanca), Canto del Pico25 (monte -1.010m.- Madrid), Cantohincado (monte 1.758 m.-Soria), Cantalgallo (Badajoz y Toledo), Cantallops (Barcelona), Cantalobos, (Huesca, Cáceres Y Anna (Valencia)), Cantavieja (Teruel), Cantillana (Sevilla), Cantiveros (Ávila), La Cantolla (Cantabria), El Cantón (punto limítrofe entre Murcia y Alicante), Cantoral (Palencia), Cantoria (Almería), Los Cantos (Castellón), Cantos Negros (monte -849 m- Badajoz), etcétera. La topografía de Gandía, tampoco contradeciría la interpretación desde la significación ‘piedra’, ‘peña’, ‘elevación rocosa’, partiendo de la base prerromana c a n t-. La imagen de la cortina pétrea que hay al fondo de la ciudad ducal [IMAGEN 12] podía ser motivo topográfico suficiente para justificar la presencia de tal formante. Pero no quisiéramos sembrar dudas respecto a la interpretación dada al topónimo Gandía, latinizado Candia, aunque partiendo de Gand-. P.D. Respecto a la teoría –que que hemos visto expuesta en alguna parte– de la fundación “ex novo” de Gandia, por el propio Jaime I, diremos que carece de fundamento. En escritura expedida desde Xàtiva, el 21 de marzo de 1253 y dirigida a la villa de Gandia, el Conquistador declaraba haber mandado edificar y levantar ésta: “Volentes utilitati ville de Candia, quam Nos ad cultum Dei et defensionem christianitatis hedificari fecimus et plantari”, et ómnium habitantium in ea praesentium et futurorum intendere ut ipsius plantatio…” Pero estamos ante una fórmula documental generalizada para a otras poblaciones que tampoco son fundación real. El valor del latín “h e d i f i c a r i” es ‘fortificar’, ‘amurallar’, frente al c ó n d e r e (propiamente ‘fundar’, ‘construir’ [e x n o v o]: “Ab urbe condita” ‘desde la fundación de la ciudad [de Roma]’). En cuanto a p l a n t a r i su sentido literal es el de ‘plantar’, es decir ‘poner en pie’, ‘levantar algo [que está caído]’ (como podía ocurrir muy bien con algunos muros del sistema defensivo anterior).Y, evidentemente, ha de rechazarse la idea de que fuera Jaime I quien le pusiese nombre, como ya se explicó anteriormente. Concluyendo, Gandia fue siempre Gandia y Candia [kandía], escrito sin acento, es mera latinización. 235 ILUSTRACIONES 1. Kannia, gramínea conocida como adaça [sorgo o zahína]. 2. La isla de Creta (“olim Candia”) recibió en la Edad Media el nombre de Candia. 236 EL TOPÓNIMO GANDÍA 3. Puerto de Irakleio (Creta), exportador del azúcar de la isla. 4. Convivencia de las formas derivada y culta: Rucandio y Aguas Cándidas. 237 A. HERRERO ALONSO 5. Gandesa: riachuelo Canaletes. 6. Gandullas: río Piñuécar-Gandullas (provincia de Madrid). 238 EL TOPÓNIMO GANDÍA 7. Cala de Ganduf (isla de Cabrera-Palma de Mallorca). 8. Promontorio de Gando (Las Palmas de Gran Canaria). 239 A. HERRERO ALONSO 9. Cauce del río Serpis, junto al puente de Oliva, con abundancia de cantos rodados. 10. Imagen moderna del ancho cauce del Serpis. 240 EL TOPÓNIMO GANDÍA 11. Inauguración de las obras de remodelación del cauce del Serpis. 12. Cortina de montañas rocosas como telón de fondo de la ciudad. 241 NOTAS 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) 13) 14) 15) 16) 17) 18) 19) 20) 21) 22) 23) 24) 25) Cfr. mi estudio Toponimia de la Conca de la Safor, Gandia, 1983, pp. 113-115. Franciscus Carroz , por quien toma cognomen denominador La Font d’en Carrós (Íd., p. 111). ACA, Cancillería Real, Reg. 14, fol. 10. Cfr. HUICI, Docs. Jaime I, II. Rentas de D. Alonso de Aragón, CAMARENA, Docs., (1373) pp. 1 y 5. Cfr. E.A. LLOBREGAT, “La toponimia litoral valenciana”, en Inst. Estud. Alicant., 24 (1978), 69. Adaça, planta gramínea conocida como sorgo y también zahína (que servía para hacer pan y pienso para aves. VICIANA (buscar cita) ESCOLANO, Décadas, II, 70. Íbid. El rey “Conqueridor” buscaba denominaciones más naturales y lógicas, a veces siguiendo la onomástica del santoral. Ningún sentido tendría crear nombres oscuros, enigmáticos y sin significado alguno para el pueblo. Gironella, aunque se latinizó G e r u n d e l l a, no es más que un derivado diminutivo de Girona. PEÑARROJA TORREJÓN, Leopoldo: El mozárabe de Valencia, Gredos, Madrid, 1990, pp.393-408 ARISTOGERONTE, Madrid, abril, 2007. J COROMINES no duda en explicar Gandia por influencia del mozárabe (Estudis, I, p. 254). ESCOLANO, Décadas, II, 70. A los que se suman algunos estudiosos en la actualidad. Cfr. Enciclopedia ALBAIGÈS. También en Cantabria hay topónimo Rucandio. Bulletin de la Société Linguistique de Paris, XXXII, 1931, pp. 93-184. Toma también el significado de ‘grijo’, ‘arena’, según zonas; en la topografía de algunos ríos gallegos es evidente. M. PIDAL, Topon. Prerrom., 170. El topónimo Gandia se repite en Orense-Porqueira y el Vizcaya-Gorliz. Por su parte Antonio LLORENTE, comentando el libro de J. HUBSCHMID Palabras pirenaicas de origen prerromano, no duda en afirmar que el substrato ibérico de los dialectos pirenaico y vascuence tiene relaciones muy estrechas con el substrato preindoeuropeo de los Alpes y que puede considerarse como cierto el parentesco entre el ibérico y gran parte del substrato mediterráneo y alpino de origen precéltico. (“Las <Palabras pirenaicas de origen prerromano>, de J. Ubschmid y su importancia para la lingüística peninsular”). Cfr. la Red. Que D. José Camarena gustaba de recordar. J. GARCÍA SÁNCHEZ en su Atlas toponímico de España, no duda en relacionar ambos radicales (Cant-/Gand-) y emparentar con el primero nombres como Gandía o Gandesa. Cantalapiedra (Salamanca), y Canto del Pico son verdaderos tautónimos, de naturaleza redundande, similares a Puente de Alcántara, Valle de Arán, Río Ura… 242 J.M. BLAZQUEZ LA POLEMICA SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA DAMA DE ELCHE El conocido hispanista J.F. Moffitt1, de la New Mexico State University, puso en duda en 1995 la autenticidad de la Dama de Elche. Recientemente (2005) ha publicado en español un trabajo en el que revisa la polémica que levantó su libro2. La tesis de J.F. Moffitt pronto fue rechazada en España. Nosotros le contestamos en un trabajo, que encuadraba la Dama de Elche en las corrientes artísticas mediterráneas, aparecido en una revista de gran difusión en España3, trabajo que J.M. Moffitt no cita recientemente. En 2004-2005, hemos vuelto4 al tema, recogiendo las principales opiniones de los investigadores españoles y extranjeros que se han ocupado de esta excepcional pieza, los paralelos que tiene en el Mediterráneo y el estilo al que pertenece. Pronto, la tesis de J.F. Moffitt fue contestada en España. Aparte del primer trabajo mío, R. Olmos5 enseguida refutó la tesis del hispanista norteamericano. Dos autores, en 1999, dieron opiniones sobre las de J.F. Moffitt: F. Quesada, negativa, y M. Coy, positiva6. En este trabajo nos proponemos contestar a los reparos presentados por J.F. Moffitt7, tal como sintetiza en 2005, siguiendo su orden: 1.- Circunstancias oscuras del descubrimiento de la Dama de Elche. Se conocen perfectamente las circunstancias de la aparición de la Dama de Elche y su compra por el hispanista francés P. Paris, que andaba visitando el Levante, estudiando el arte ibérico. El dueño del yacimiento, A. Ramos, con el que mantuvo una gran amistad toda la vida, nos dijo a mí y a mi maestro, el profesor A. García y Bellido, director del Instituto Español de Arqueología del CSIC, que el lugar de aparición había llegado intacto a él, que lo había excavado, y que se fechaba en el s. IV a.C. Publicó los resultados de la excavación arqueológica en la revista del CSIC. La cronología del lugar del hallazgo contradecía la opinión de A. García y Bellido, que la fechaba en época romana, y así se lo afirmó A. Ramos delante de mí. 243 J.M. BLAZQUEZ 2.- Frecuencias de las falsificaciones ibéricas en aquel tiempo. Es verdad que antes de la fecha de aparición de la Dama de Elche, se falsificaron varias esculturas del Cerro de los Santos, pero son tan burdas que no hay lugar a duda de que son falsificaciones. De ninguna escultura de las aparecidas en Elche se ha dudado alguna vez, por los diferentes investigadores que de ellas se han ocupado detenidamente, como A. Blanco, que sean falsas. 3.- Excelente estado de conservación, altamente sospechoso, de la Dama de Elche. Es verdad su excelente estado de conservación, pero en el Cerro de los Santos (Albacete), otras esculturas, como la llamada Dama oferente y otros varios bustos, se encuentran en excelente estado de conservación. El excelente estado de conservación de la Dama de Elche se debía a que, muy posiblemente, estaba enterrada al pie de la muralla, y las labores agrícolas del arado no la deterioraron, por no poder llegar arando hasta la muralla con arados romanos, que no profundizan, ni mucho menos, hasta un metro. 4.- Carácter único y además anacrónico de la pieza. El busto de la Dama de Elche no es único, puesto que apareció en la necrópolis de Cabezo Lucero un paralelo muy próximo, con rodetes, manto sobre la cabeza, tiara sobre la cabeza y collares con amuletos, del mismo tipo de los que lleva la Dama de Elche. Nosotros vimos esta pieza antes de su restauración y, aunque deteriorada, no se puede dudar de que es un paralelo exacto de la Dama de Elche8. Algunos bustos del Cerro de los Santos, de fecha posterior, pueden ser también paralelos para la Dama de Elche, al llevar rodetes a ambos lados de la cara, diadema sobre la frente y manto sobre la cabeza. 5.- Condescendencia a suponerla una imitación del arte griego. No es reparo de fondo pero sí de atribución. Por especialista de primera fila en el arte griego, como Langlotz, Blanco, Kukahn y Jacobsthal, se ha detectado un influjo griego muy fuerte en el rostro. Ya en 1932, P. Jacobsthal9, entonces catedrático de Arqueología de la Universidad de Marburg, señaló que los rodetes colocados a ambos lados de la cara tienen muchos paralelos en el arte griego, desde la época de los Pisistrátidas (561-510 a.C.), en korai, 244 POLEMICA exvotos del Partenón de Atenas, y también en terracotas de Capua, Némesis de Berlín y tres del Museo Nacional de Atenas. Todos estos prototipos se fechan en época arcaica, pero son frecuentes en el s. V a.C., fecha que conviene a la Dama de Elche, como en terracotas de Beocia y en Locris10. Este trabajo, que J.F: Moffitt no cita nunca y que en España sólo lo utilizan A. Blanco, P. León y J.M. Blázquez, es fundamental para el estudio de la Dama de Elche. En 1951, E. Langlotz, catedrático de Arqueología de la Universidad de Bonn, gran especialista en el arte griego y uno de los mejores del s. XX, gen conocedor del arte griego de Sicilia11, con motivo de estudiar las metopas del templo de Selinunte, catalogó todas las piezas, que acusaban influjos griegos de este templo, entre las que colocó a la Dama de Elche, que pertenece al arte griego del período severo, como otras muchas esculturas. No se puede hablar de la Dama de Elche sin manejar este trabajo del mejor especialista del arte griego en Sicilia. Este trabajo no lo cita J.F. Moffitt recientemente, y debía conocerlo, por lo menos a través de A. Blanco12, que sigue la opinión de E. Langlotz, o del trabajo mío aparecido en Historia 16. E. Kukahn13, hispanista y buen conocedor del arte ibero, docente de Arqueología de la Universidad de Bonn, publicó en 1957 una terracota rodia del Museo de Ibiza, fechada después del s. V a.C., cuyos pliegues son un paralelo para los pliegues del busto de la Dama de Elche. Este trabajo es fundamental para el estudio de los pliegues de la Dama de Elche. J.M. Moffitt no lo utiliza. Podría haberlo conocido a través de los trabajos de A. Blanco y mío, si lo hubiera manejado. E. Kukahn14, en 1967, escribió que el vestido de la Dama de Elche sigue la moda griega, y el estilo depende del arte de la Magna Grecia. G.A. Becatti15, buen conocedor del arte griego y romano, sobre el que redactó un excelente volumen, señala la gran calidad de la Dama de Elche debido a su proximidad al arte helenístico y a los modelos de estilo severo. La fecha en el s. IV a.C. Es imposible que un artesano de pueblo, a finales del s. XIX, hiciera un busto en el que se sigue muy de cerca el arte griego severo, y ponga rodetes a los lados del rostro y porte amuletos que se documentan por el Mediterráneo. Además, la Dama de Elche apareció pintada de rosa y de azul. A ningún artesano del s. XIX se le hubiera ocurrido pintar el busto. Lo hacían los artesanos griegos. Todavía, en la década de 1950, conservada la Dama de Elche en el Museo del Prado, se veía bien la pintura, que los análisis modernos han detec- 245 J.M. BLAZQUEZ tado perfectamente. Las Korai16 del Partenón estaban pintadas todas ellas de rosa, y las esculturas del frontón de Egina, descubiertas por Furtwängler, iban pintadas de azul y rojo, igual que el busto de la Dama de Elche17. La Dama de Elche responde a una corriente de arte griego, focense y de la Sicilia griega, que se detecta bien en la escultura ibérica, y que ha sido estudiada por E. Langlotz18, por A. Blanco y por J.M. Blázquez19 en Obulco, de la segunda mitad del s.V a.C. 6.- Exageración de su ibero. Es verdad que se ha dado, con mucha frecuencia, la Dama de Elche como la obra cumbre del arte ibero. Esto no es exacto. La cara acusa muy de cerca el arte griego del estilo severo. Los pliegues siguen modelos griegos. Los collares son los usados en el Mediterráneo, como se verá, al igual que los rodetes, que recibieron los iberos de los griegos. Está exagerado su carácter ibero. El arte ibero, como toda la cultura ibera, es un cruce de culturas diferentes. 7.- Se trata de un busto de tamaño natural. También la dama de Cabezo Lucero es un busto. Queda la duda, discutida por los investigadores, de si la Dama de Elche fue una escultura de cuerpo entero como la Dama oferente del Cerro de los Santos. Nunca lo sabremos con exactitud. Nos inclinamos por creer que era una escultura de cuerpo entero, por tener en la base huellas de hachazos. 8.- Parece ser un retrato y precisamente muy personal. Al seguir la Dama de Elche el estilo severo griego muy de cerca, no se puede hablar de auténtico retrato antes de Alejandro Magno20. No es retrato al ser muy parecido el rostro a la Hera de Selinunte y a la Atenea del Vaticano. 9.- No es fragmento de una escultura mayor. (Otros especialistas han opinado en sentido contrario). Nunca se sabrá lo que fue realmente, salvo que se encontrara la otra mitad. 10.- Falta de antecedente alguno de bustos en la escultura ibera. Por lo menos hay uno, el de Cabezo Lucero, en la costa ibera, que podría ser contemporáneo. Se conocen bustos en el arte griego, imá- 246 POLEMICA genes de bustos en el Mediterráneo. Pausanias (IX. 165) cita un busto de Deméter Thermophoros en Tebas. A partir del s. III a.C., en tumbas itálicas (Palestina, Pompeya, Capua, Teano, Roma), se depositaron bustos femeninos. 11.- Esta forma de busto con base cuadrada no se halla tampoco en ninguna de las esculturas del Mediterráneo durante el período clásico. Un paralelo muy próximo podría ser la base del busto de Cabezo Lucero. Piensa E. Kunkahn que la concepción del busto sólo puede ser introducida como forma religiosa a través del mundo griego o grequizado. Para nosotros es seguro que la Dama de Elche fue cortada. 12.- En su área de hallazgo no hay escultura figurativa que se aproxime al tamaño natural. Toda la escultura de Illici, con seguridad, ha aparecido desplazada de su primitivo emplazamiento. Apareció empedrando una calle delante de un templo. Posiblemente pertenecía a un heroon, pues aparecen guerreros y una posible imagen de Perséfone, a juzgar por el ramo de adormidera. El heroon sería del tipo de los de Obulco, Huelva, y Urso, con escenas de luchas entre soldados celebradas en honor del difunto21 como ritual fúnebre en todo el Mediterráneo, Etruria y la Magna Grecia. Algunas esculturas de Illici podrían ser de tamaño natural, pero han llegado muy mutiladas y no se puede afirmar con absoluta seguridad su tamaño. El lugar de su colocación sería, muy probablemente, la necrópolis. Se ha supuesto que el lugar de aparición de la Dama de Elche es una necrópolis junto a la antigua muralla. 13.- No hay retrato en Hispania hasta la época romana. Es verdad. El hecho de que la Dama de Elche se feche en el s. V o IV a.C. impide afirmar que sea un retrato. 14.- Excelente estado de conservación. Ya se ha indicado que, seguramente, se halló cerca de la muralla, y los aparejos de labor de bueyes, de mulas o de caballos, no podían llegar arando hasta la muralla. Hasta el uso de los modernos tractores, los arados romanos, salvo que fueran vertederas de gran tamaño tiradas por varias parejas de bueyes que se utilizaban escasa- 247 J.M. BLAZQUEZ mente, profundizaban poco. Las vertederas no se podían utilizar junto a la muralla. 15.- El cuidado o atención fisonómicos, también ajenos a la cultura y época. El rostro de la Dama de Elche es muy parecido al de la Hera de una de las metopas del templo de Selinunte, y a otras cabezas femeninas del mismo santuario. Un paralelo muy próximo para la Dama de Elche, como se acaba de indicar señalado por A. Blanco, es la cabeza de Atenea, hoy en el Museo Vaticano, seguramente procedente de la escuela de Siracusa, muy parecida a la Dama de Elche por la forma de la boca, de los ojos y por el semblante facial. Todas estas piezas demuestran un gran cuidado o atención fisonómicos. Otras muchas esculturas griegas del s. V lo tienen. Nosotros creemos que el artesano era griego, como son griegos los que trabajaron en varias esculturas de Obulco y en otras cabezas de arte ibérico, que acusan influjos focenses, según E. Langlotz y A. Blanco. Si artesanos griegos trabajaron en Etruria, por qué no pudieron algunos desplazarse al mundo ibérico. El trasiego de mercenarios en las guerras grecopúnicas de Sicilia, a partir de la batalla de Himera (480 a.C.) y en el último decenio del s. V a.C, es decir, la Segunda Guerra Grecopúnica, fue grande. P. Bosch Gimpera22, que fue un excelente prehistoriador de la Península Ibérica, defendió que el artesano que esculpió la Dama de Elche era griego, y A. Blanco, que la Dama de Elche se debe a un artesano griego o a un mercenario ibero que visitó Sicilia; ambas opiniones son posibles. 16.- Si se admitiera excepción a la objeción anterior, no hay sino retratos de héroes y estos no aparecen hasta Alejandro Magno. No hay retratos de héroes en la escultura ibérica, aunque los rostros están tratados con mucho cuidado, como en la escultura de Obulco, que puede ser contemporánea o ligeramente posterior a la fecha de la Dama de Elche. El estilo del rostro de la Dama de Elche lleva al s. V a.C., como ya señaló A. Blanco, fecha que se ha dado a las metopas del templo de Selinunte. Su ocultación sería en el s. IV a.C. pues está en un estrato del s. IV a.C. 17.- Eclecticismo: aspectos ibéricos, púnicos, etruscos, griegos y romanos (= un completo pastiche). 248 POLEMICA En la Dama de Elche no se detecta ningún elemento que lleve al mundo romano. La tesis de la romanidad de la Dama de Elche sólo la defendió A. García y Bellido, y nadie la ha seguido nunca. Este eclecticismo es el mismo del de la Dama de Baza, de la dama de Cabezo Lucero y de otras esculturas del Cerro de los Santos, que ningún investigador ha calificado de pastiche. Este eclecticismo es un rasgo típico de la escultura ibérica. La Península Ibérica estaba sometida a influjos diferentes, griegos, fenicios y etruscos, como ya se ha indicado. Nosotros, más bien la calificaríamos de un tanto barroca y de gusto recargado, como las esculturas del Cerro de los Santos. Algunos elementos de la Dama, como el pasador en T, los amuletos de lengüetas y ancoriformes, los elementos del collar, los pliegues del vestido, tienen paralelos en el arte antiguo y no aparecen en ilustraciones de damas levantinas del s. XIX. 18.- Los rasgos ibéricos de la Dama aparecen en ilustraciones sobre piezas publicadas antes de 1897. No negamos que las damas valencianas de algunas ilustraciones publicadas antes de 1897 o posteriores, pudieran presentar algunos rasgos parecidos a los de la Dama de Elche, pero los rasgos del rostro están muy próximos a los de la Hera de Selinunte y demás damas de este santuario, y a la Atenea del Museo Vaticano. El rostro de la Dama de Elche cae de plano en el arte severo griego, como han indicado Langlotz, Blanco, Beccati y Blázquez. L. Abad23 piensa que en origen la escultura ibera se debía a influjos orientalizantes, Pozo Moro, y griegos, Obulco y Elche. Propone este autor que la Dama de Elche se relaciona con originales griegos de clasicismo inicial, datados en la segunda mitad del s. V a.C., y menciona varias esculturas griegas, como el Efebo Rubio, la Atenea oriental del templo de Egina, el Apolo de Zeus en Olimpia, la diosa –tal vez Hera– del templo E de Selinunte, la diosa de Tarento, la Hera de la metopa de Zeus y Hera en Selinunte y el propio Auriga de Delfos. Según este autor, la Dama de Elche es la menos ibérica de todas las obras ibéricas, lo que es la pura verdad y nuestra opinión. La Dama de Elche tendría que ir a un manual de arte griego. Sólo repugna al arte griego el ir sobrecargada. El hispanista francés G. Nicolini24, especialista en el arte ibérico, sobre el que ha publicado varios libros y muchos trabajos, parte de la tesis de Rhys Carpenter, que sugirió que la Dama de Elche es una imitación del arte griego clásico, y señaló la comparación de su rostro con el Apolo Chatsworth, bronce descubierto en Chipre y contemporáneo de las primeras obras de Fidias. Para G. Nicolini, el artesa- 249 J.M. BLAZQUEZ no que esculpió la Dama de Elche, pudo tener delante una pieza de este tipo. Para R. Ramos25, el mejor conocedor del yacimiento de Elche, que ha publicado multitud de libros y artículos sobre la Dama, los modelos responden a tipos del área subitálica. 19.- Tales rasgos ¿copiados? Están exagerados o han sido mal comprendidos. Esta opinión es indefendible. Los rasgos son muy parecidos a los de las damas de Selinunte y de la Atenea del Museo Vaticano. Nadie los ha calificado de exagerados. 20.- Atribución ibérica automática (acrítica) por haber aparecido en La Alcudia. no es exacto; Langlotz, Blanco, Blázquez, L. Abad y los restantes investigadores citados, publican trabajos críticos sobre la Dama, sometiéndola a una crítica profunda. Otros investigadores han publicado estudios bien detallados sobre esta excepcional pieza, como H. Schubart26, gran hispanista y director durante muchos años del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, quien señala que la Dama de Elche y la cabeza de Alicante, pertenecían a una escuela que se desarrolló en la costa levantina, en las provincias de Murcia y Alicante, y que fuertes influjos griegos dieron el empuje y marcaron la dirección de esta escuela. Esta autor señala un dato importante, que los ojos de la Dama de Elche estaban incrustados, como en el arte griego. Esto no lo hubiera hecho un artesano de finales del s. XIX. M. Almagro-Gorbea27, excelente conocedor del arte ibero, excavador del fundamental yacimiento de Pozo Moro, considera a la Dama de Elche de claro influjo griego. A. Domínguez Monedero28, historiador de la España anterior a la llegada de los romanos, considera que en la Dama de Elche se detecta una más que evidente influencia griega, que era fuerte en la Contestania meridional desde mediados del s. V a mediados del s. IV a.C., a través del establecimiento de La Picola. P. León29, profundo conocedor del arte griego y romano, puntualiza que el pectoral del colgante es característico de diosas representadas en terracotas de Agrigento, en torno al 500 a.C., de donde pasó a la coroplastia púnica de Ibiza. Añade que el canon facial está inspirado en la severidad propia de la alta época clásica. No se puede hablar, pues, como hace J.F. Moffitt, de una atribución ibérica, automática, autocrítica. La Dama de Elche ha sido sometida a una crítica profunda que es fundamental, y que el hispa- 250 POLEMICA nista norteamericano no maneja, posiblemente, por desconocerla. Esta crítica coincide en señalar en la Dama de Elche su influjo griego intenso. 21.- Carácter romano de la mayor parte de dicho yacimiento y, particularmente de la estratigrafía donde se produjo el hallazgo. Esta afirmación es , sencillamente, falsa. El yacimiento de Elche comienza en el s. VI a.C. o antes. Fue una ciudad ibérica importante antes de la llegada de los romanos en 218 a.C., como lo prueba la escultura, de gran calidad, aunque muy machacada posiblemente por las luchas feroces y continuas de unas tribus contra otras, al igual que la escultura de los heroon de Obulco, Huelva y Urso30. Esta escultura se data en el s. VI a,C. o posiblemente antes. La estratigrafía del lugar del hallazgo la fechó el excavador en el s.IV a.C., R. Ramos Folqués31, a quien oí varias veces que el lugar del hallazgo había llegado en buenas condiciones a él. Se lo dijo a A. García y Bellido delante de mí, como se indicó, para demostrarle que no se podía dar una cronología romana a la pieza. Mi maestro hacía el yacimiento romano, apoyado en la peregrina razón de que Elche era colonia romana augustea. 22.- Eclecticismo del supuesto carácter ibérico. Podría atribuirse incluso a época postmedieval. El eclecticismo de la Dama de Elche no es mayor, como ya se ha indicado, que el de varias esculturas femeninas del Cerro de los Santos y de algunos bronces clásicos. La joyería de la Dama de Elche es desconocida en la época romana y más en la medieval o postmedieval. 23.- Nunca se ejecutó en el Mediterráneo occidental una obra comparable. Singularidad absoluta. Esto se puede lo mismo aplicar a algunas esculturas de damas del Cerro de los Santos. 24.- Acuerdo inexplicable respecto de la sensibilidad estética de tiempo de su hallazgo. La sensibilidad estética de la Dama responde a las corrientes estéticas del momento en que se esculpió: el rostro al estilo severo 251 J.M. BLAZQUEZ griego, y más concretamente, el de las esculturas femeninas del templo de Selinunte y a Atenea de la escuela de Siracusa. Los rodetes se documentan en el mundo griego arcaico y, por influjo, en el ibero (Cerro de los Santos y algunos exvotos de bronce). El vestido sigue modas de terracotas rodias de Ibiza, y los collares son de tipo fenicio, griego o etrusco, también bien atestiguados. No tiene ningún elemento que no sea perfectamente localizable dentro y fuera de España. 25.- El aparato que sostiene el tocado barroco es una invención: no hay precedentes. Esta afirmación es totalmente falsa. Este aparato, como lo llama J.F. Moffitt, está perfectamente documentado en la Dama de Baza, en la Dama de Cabezo Lucero, en algunas esculturas femeninas del Cerro de los Santos y en bronces ibéricos. Está mencionado por Estrabón (III. 4. 17), que obtuvo el dato de Artemidoro, que hacia el año 100 a.C. vivió en el sur de España y conoció bien sus cosas. 26.- El lugar del hallazgo, tierra removida y suelta, cuando el resto del campo la presenta prieta, parece dejar en evidencia que acababa de ser colocada allí la pieza. La tierra removida pudo deberse a la excavación somera en el momento del hallazgo, o a que hubiera vetas en el terreno, como suele suceder, de tierra más floja que otras. Nunca oí hablar de esto al excavador. 27.- Sospecha oportunidad del hallazgo, precisamente cuando hubo de producirse la visita del gran especialista francés Pierre Paris. Es una casualidad. El hecho es que no se sabía que iba a visitar el yacimiento con seguridad, y mal se pudo colocar la pieza de antemano en el lugar del hallazgo. Pierre Paris nunca dudó de su autenticidad, ni el Louvre. De haberse sospechado ligeramente su modernidad, ni P. Paris hubiera pagado lo que pagó por llevarla a París, ni el Louvre hubiera pedido los miles de pesetas, además de otros objetos franceses que España entregó al Louvre, ni España para su devolución hubiera pagado lo que pagó. 28.- Hallándose la pieza a una distancia de más o menos de un metro de la superficie del suelo de un predio cultivado, es sostenible que nadie, nadie, hubiera acertado a dar un golpe de azada en aquel punto durante 2000 años. 252 POLEMICA La experiencia que tengo yo durante muchos años en labores agrícolas, me inclina a pensar que, aunque la tierra fuera muy floja, con labores de azada no se llega nunca a una profundidad de un metro, mucho menos con los arados romanos que con los corrientes. 29.- Falta de oxidación de la pieza, pese a haber sido tierra regada habitualmente desde tiempo inmemorial. La oxidación depende de la composición de la tierra. Unas tierras oxidan y otras no. Hay esculturas que salieron de la tierra como si las hubieran enterrado ayer. No hay que olvidar que la Dama de Elche estaba toda pintada de rosa y de azul, pintura que pudo defender la escultura. Tampoco las numerosas esculturas de Obulco, de Huelva y de Osuna presentan huellas de oxidación, ni los relieves de Pozo Moro. Un cuello de grifo que cubría una tumba o las ciervas tumbadas sobre plinto de la necrópolis de Estacar de Robarinas, en Cástulo, que descubrí yo, a pesar de estar superficiales no estaban oxidadas. Las esculturas de Obulco aparecieron estando yo excavando en Cástulo, y las vi sin oxidar. 30.- El guerrero mutilado, hallado algo más tarde, a modo de apoyo arqueológico a la Dama, por el contrario, más bien confirma el carácter falso de la misma (y es, a su vez, otra falsificación más clara y no comentada, por cuanto se trata de una pureza sin eco ni relieve alguno). Esta pieza ha sido estudiada por A. Blanco, y señala sus paralelos. Es una fantasía de J.F. Muffitt que se trate de una falsificación. El tipo de falcata, estriado, y de forma perfecta, de este guerrero, era imposible de falsificar a finales del s. XIX. Se pueden aducir paralelos próximos desconocidos en el s. XIX y aparecidos después. Lo mismo se puede decir del vestido corto que cubre las caderas del guerrero, desconocido en el s. XIX y documentado ahora en los guerreros de Obulco y en Pozo Moro. 31.- El fin, el argumento arqueológico de la integridad de la pieza, que apenas presenta unos defectos mínimos, muy accidentales, se hace más firme, si cabe, cuando se tiene en cuenta que Illici fue toralmente destruida y todos sus restos aparecen, por ello, despedazados, como observa el arqueólogo Ramos Fernández. La Dama de Elche tiene desperfectos mínimos pero, como observa A. Domínguez Monedero, el corte inferior descuidado y los golpes de 253 J.M. BLAZQUEZ herramienta que presenta el busto en la parte inferior, parecen indicar que la estatua original era de mayor tamaño, lo que creemos es totalmente cierto. Se ha propuesto que fuera una dama sedente, como la Dama de Baza y las Damas de la necrópolis de Cabecico del Tesoro o del Llano de la Consolación, o de pie, como la Gran Dama oferente del Cerro de los Santos. Todo es posible. Para nosotros no hay duda de que fue cortada, y quedan claras las huellas de los hachazos. Toda la escultura ibérica ha llegado machacada: Obulco o Huelma. La escultura de Obulco produce la sensación de que se ocultó, troceada, poco después de levantarse el heroon o los dos heroones. Posiblemente, la destrucción de la escultura de Illici, como la de Obulco o de Huelma, se debe a las continuas luchas de unas tribus contra otras, de las que habla Estrabón (III. 4. 5) y no a que las ciudades fueran arrasadas32. La Dama de Elche se depositó con mucho cuidado, quizás porque fuera una imagen de culto, y se colocó después de sufrir los desperfectos de los que quedan huellas en la base del busto. Cuando se depositó, estaba ya mutilada. Al comentario a las objeciones de J.F. Moffitt sobre la autenticidad de la Dama de Elche, es necesario añadir alguna otra indicación sobre los collares. Cubren el cuello y el pecho tres collares. El inferior lleva porta amuletos de lengüetas, con paralelos exactos en los collares de La Aliseda, hacia el año 600 a.C. Es un tipo de porta amuletos de procedencia fenicia, que tuvo mucha aceptación en bronces ibéricos y en las esculturas del Cerro de los Santos. Los porta amuletos de los dos collares superiores son anforiformes, y son desconocidos en el arte ibérico hasta el descubrimiento de la Dama de Baza. El supuesto falsificador de la Dama de Elche no pudo colocarlos en el pecho, pues no tenía dónde inspirarse. En cambio, son frecuentes en el arte griego y etrusco33, al igual que los diversos elementos que forman el collar del que penden los porta amuletos, que no son lisos, sino cubiertos con filas paralelas de gránulos, al igual que en Grecia y en Etruria (fig. 1). Estas filas de gránulos recorren el borde y el centro de los porta amuletos anforiformes, como en Grecia y en Etruria. Es imposible que un artesano del s. XIX pusiera estos detalles tan concretos, que aparecen en la joyería griega y etrusca y nunca más. Otras joyas de la Dama son bien conocidas en el arte antiguo, como las diademas, que en la Península Ibérica han aparecido en La 254 POLEMICA Aliseda (dos), en San Juan de Barrameda, en Jávea, en Crevillente, en Almuñécar y en Villaricos. La llevan sobre la frente varias cabezas femeninas del Cerro de los Santos. El uso de las diademas tuvo una gran tradición en el Mediterráneo. Son numerosas en las tumbas micénicas del s. XVI a.C. Su uso llegó del Oriente a Grecia. Se usaban mucho en el mundo griego y etrusco. Se pusieron de moda en Rodas, en los siglos XII-XI a.C. También se conocen ejemplares del Caniro, s. VIII a.C.; de Atenas (tres); de Corinto; de Efestia y de Chipre. Los prototipos de las diademas griegas proceden seguramente de Asiria, relieves de Shanshi-Adad V (823-811 a.C.), de Asurbanipal (668-633 a.C.) con escenas de cacería, hallado en Nínive. De Sichen, Palestina, se conocen diademas datadas en el s. XII a.C., que también usaron los judíos (2 Sam. 1. 10; 2 Re 11. 12; Is. 62. 3). Es imposible, igualmente, que a un artesano del s. XIX se le ocurriera poner una diadema, joya tan usada en el mundo antiguo. Otros detalles del busto de la Dama de Elche llevan al arte ibero, como son el pasador en T, las dos túnicas debajo del manto, que se repiten en la Gran Dama oferente del Cerro de los Santos, y que no se le ocurriría a un artesano del s. XIX ponerlas en su obra, y menos el pasador en T, que con seguridad no conocía. La Dama de Elche tiene un sentido religioso, como toda la escultura ibérica, ya sea de carácter fúnebre, una imagen de culto o exvotos. Según A. Blanco, la Dama de Elche pertenece a un grupo de imágenes de diosas en piedra, integrado por la Perséfone de Elche, con ramos de adormidera en la mano, lo que le da un carácter de diosa fúnebre; las dos esculturas funerarias del Cabecico del Tesoro, en Verdolay, y del Llano de la Consolación. En todas ellas se acusa el arte griego traído por los focenses de Marsella. A estas esculturas, A. Blanco añade la dama estática de Obulco: la dama acompañada por uno o dos niños pequeños y la dama con serpiente echada al hombro. Todas ellas proceden del heroon de Obulco, y por lo tanto son de carácter funerario. A estas esculturas cabe añadir, con el mismo carácter, la Astarté sentada de Pozo Moro, el busto de Cabezo Lucero y la Astarté ante esfinge de Elche, también con sentido funerario. El hecho de que se depositara la Dama de Elche, en la Antigüedad, protegida por unas losas, indica que se trata de una diosa y no de una simple mortal, como son toda la escultura del Cerro de los Santos. Pudo pertenecer a un heroon, como las diosas de Obulco, que debió existir con seguridad en Illici34, pero no es una imagen para ser colocada en un templo, pues en los santuarios fenicios, como el Heracleion gaditano, no existía imagen de culto, ni en el templo de Jerusalem, al revés que en los templos griegos: Olimpia, Zeus, obra de 255 J.M. BLAZQUEZ Fidias; crisoelefantina, esculpida entre los años 468 y 460 a.C.; también de Fidias, igualmente crisoelefantina, dedicada en 438 a.C, Atenea Parthenos, en el Partenón, etc. Podría ser la Dama de Elche un exvoto, como la Atenea que los colonos atenienses de la isla de Lemnos dedicaron en torno al 450 a.C. en la acrópolis de su ciudad, obra también de Fidias, o la Atenea Prónachos, igualmente de Fidias, colocada en la acrópolis de Atenas, o el Apolo Parnopios, del mismo escultor ateniense, de fecha poco anterior al 450 a.C., y depositado en la acrópolis de Atenas. El templo de Illici era semita35. La diosa protectora de Illici era Tanit o Astarté, como lo prueba la moneda ilicitana con la fachada de un templo con el letrero Iunoni en el arquitrabe. Juno era la diosa equivalente de Tanit y ésta de Astarté, que es diosa muy venerada entre los iberos36. Recientemente, el MAN de Madrid ha publicado un libro sobre la Dama de Elche37 en el que se estudian aspectos muy interesantes y novedosos sobre esta excepcional pieza del arte ibérico, magníficamente ilustrado. Ningún autor duda de su autenticidad. 256 IMAGENES Fig. 1. Busto de la Dama de Elche. MAN. 257 J.M. BLAZQUEZ Fig. 2. Vista lateral de la Dama de Elche. MAN. 258 POLEMICA Fig. 3. Parte posterior de la Dama de Elche. MAN. Fig. 4. Kore del Museo Nacional de Atenas. Según P. Jacobsthal. 259 J.M. BLAZQUEZ Fig. 5. Kore del tejado de Capua. Según P. Jacobsthal. 260 POLEMICA Fig. 6. Metopa del santuario de Hera en Selinunte. 261 J.M. BLAZQUEZ Fig. 7. Terracota rodia. Museo de Ibiza. 262 POLEMICA Fig. 8. Busto de la Dama de Cabezo Lucero. Museo Arqueológico de Alicante. 263 J.M. BLAZQUEZ Fig. 9. Busto de la Dama ofrente del Cerro de los Santos. MAN. 264 NOTAS 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) 13) 14) 15) 16) 17) 18) 19) 20) 21) 22) 23) 24) 25) Art Forgery: The case of The Lady of Elche, Gainesville, 1995. También: El caso de la Dama de Elche. Historia de una falsificación, Barcelona, 1997, 2ª edición (la 1ª es de un año antes). Agradezco al prof. J.M. Uroz, de la Universidad de Alicante, las indicaciones sobre el tema de este trabajo, incorporadas al texto. “La Dama de Elche tras diez años polémicos”, Empiria 10, 2005, 185-209. J.M. Blázquez, “La Dama de Elche, una obra maestra del arte ibérico”, Historia 16, 1995, publicado en J.M. Blázquez, Los pueblos y el Mediterráneo en la Antigüedad, Madrid, 2002, 134-138. J.M. Blázquez, “Historiografía de la Dama de Elche. Sus prototipos de fuera de Hispania”, Lucentum, XXIII-XXIV, 2004-2005, 61.88. “El caso de la Dama de Elche: más de una divergencia”, AEspA 69, 1996, pp. 219-226; Id., Al otro lado del espejo: aproximación a la imagen ibérica, Madrid, 1996; R. Olmos, T. Tortosa, La Dama de Elche. Lecturas desde la diversidad, Madrid, 1997. F. Quesada, M. Coy, “La Dama de Elche, ensombrecida por una sospecha”, Misterios de la Arqueología 3, 1999, 52-59. “La Dama de Elche tras diez años polémicos”, 192-193. E. Llobregat, T. Jodin, “La Dama del Cabezo Lucero (Guardamar del Segura, Alicante)”, Saguntum 23, 1990, 109-122; J.M. Urioz, J.M. Blázquez, “Historia de la Dama de Elche”, 82, una buena descripción de la pieza. Zum “Kopfschmuek der Frauen kopfes von Elche”, AM, 1932, 67-75; J.M. Blázquez, “Historiografía de la Dama de Elche”, 83-106. “Ein Artemis-Kopf”, Studies presented to D.M. Robinson on this seventh Brithday, San Luis, 1951, 656. 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La conquista y ocupación supuso un hecho trascendental dentro de nuestro proceso histórico e influyó en la vida y pensamiento de la población autóctona, originado fundamentalmente dos interpretaciones diferentes de la historia de España y del Reino de Valencia que analizamos en este artículo. PALABRAS CLAVES: Interpretaciones históricas sobre la civilización hispanomusulmana English ABSTRACT: This year 2011 it is commemorated the 1300 years of the battle of Guadalete, which took place in the year 711 and would give way to the conquest and occupation of the Roman-Visigoth Hispania by the Arabs and Islamized Berber tribes. What did this historic event mean? Was it a development or a break-up in Hispania or in Medieval Valencia? The conquest and occupation was a significant event within our historical development and influenced the life and thought of the native population, creating two main different interpretations of the history of Spain and the Kingdom of Valencia which we analyse in this issue. KEY WORDS: Historic interpretations about the Hispanicmuslim civilisation. 267 I INTRODUCCIÓN Este año 2011 se conmemora los 1300 años de la batalla de Guadalete que aconteció en el año 711 y daría paso a la conquista y ocupación del territorio de la Hispania romana- visigoda por los árabes y tribus de bereberes islamizadas. La historiografía suele incluir la historia de la Valencia musulmana dentro del contexto del ámbito de Al-Andalus. La escasez documental de este período histórico del área de Valencia y los cambios e indefinición de fronteras del Sarq-al-Andalus o Balansiya durante los cinco siglos de dominación musulmana sobre las tierras de Valencia supone un problema para su estudio, y obliga a los historiadores medievalistas, arabistas y filólogos a valerse de fuentes históricas, toponímicas, arqueológicas y numismáticas para fundamentar los asertos sobre esta etapa de la historia de Valencia. Desde el punto de vista socio-político, muchas de las generalidades aplicadas a Al-Andalus son extensibles para el área de Valencia, matizadas en algunos casos. Para analizar el proceso histórico de la Valencia musulmana distinguiremos las etapas siguientes: 1º. Época de transición y efervescencia, que abarcaría desde el siglo VIII al X. 2º. Plenitud musulmana. El Califato, siglo X y primer tercio del siglo XI. 3º. Las primeras taifas valencianas. 4º. La trascendencia del episodio cidiano, los almorávides y las repercusiones de las expediciones de Alfonso I el Batallador. 5º. La transición de la Valencia musulmana a la cristiana. 268 II CONQUISTA Y OCUPACIÓN DEL TERRITORIO. (Siglos VIII-X) A. CONQUISTA MUSULMANA DE LA PENINSULA En el siglo VII se produce en el Norte de África un proceso islamizador que genera movimientos de pueblos semitas con el objetivo de difundir una nueva civilización. A principios de siglo VIII, aprovechando las luchas intestinas de los visigodos de Hispania y la llamada a estos grupos de árabes para que acudieran en apoyo de un sector de visigodos que aspiraba a gobernar, se van a convertir de simples aliados en los nuevos conquistadores peninsulares. La proximidad de Hispania, la fertilidad relativa de su suelo, la posibilidad de un buen botín y la facilidad de su intervención pudo alentar a los partidarios de Agila, destronado por don Rodrigo, a favorecer la invasión y conquista de las tierras peninsulares. La ocupación de Hispania fue rápida. En el 710, Musa Ibn Nusayr, según narra la crónica Bayán de Ibn Idarí, mandó a Tariq con un grupo de 100 hombres a caballo y 400 de infantería a una misión de reconocimiento y exploración, regresando con un cuantioso botín. Esto animó a Musa Ibn Nusayr a dejar que su lugarteniente Tariq prosiguiera la conquista, y éste con un ejército de 9.000 beréberes cruzó el estrecho y desembarcó en la Península.1 Tariq con un reducido ejército conquistó las ciudades de Toledo, Málaga, Elvira, Murcia, Córdoba. Plazas que una vez ocupadas, delegaba su administración mediante capitulaciones y pactos a hispano-visigodos que quedaban bajo el control del conquistador. El éxito de Tariq indujo a su jefe Musa Ibn Nusayr a aspirar a compartir la gloria de su lugarteniente y reunió un ejército de unos 18.000 hombres, árabes en su mayoría, y desembarcó en el 712 en la Península encaminándose hacia otra nueva ruta conquistadora que le llevó a ocupar las poblaciones de Algeciras, Sidonia, Carmona, Huelva, Beja, Mérida y otras localidades, confluyendo sus fuerzas con la de Tariq en la ciudad de Toledo.2 En el 713 prosiguieron su avance conquistando las plazas de Zaragoza, Lérida, Barcelona, y cruzando los Pirineos llegaron hasta Aviñón y Lyon en el valle del Ródano3, donde encontró oposición y 269 J. V. GÓMEZ BAYARRI fue frenado el ejército árabe, y decidieron dirigir sus conquistas hacia el área de León y Galicia, obligando a sus adversarios a refugiarse en Asturias bajo el mando de don Pelayo. Al regresar Tariq y Muza, éste último delega su poder en su hijo Abd al-Aziz Ibn Musa (714-716) e hizo de Sevilla su capital e impulsó la conquista hacia nuevas tierras, asegurándose la posesión de Évora, Santarem y Coimbra. Apaciguó la Andalucía oriental y el Levante Peninsular, se apoderó de Málaga y Elvira, prosiguiendo su avance hacia la región de Murcia, donde firmó un tratado con el noble visigodo Teodomiro (Tudmir).4 Después de morir Abd al-Aziz entramos en un período de convulsiones e intrigas durante cuarenta años (716-756). Durante estos años el país tuvo veintiún gobernadores. Estos gobernadores (wali) se enfrentaron, por una parte, a sus propios compatriotas árabes, divididos por la rivalidad de sus clanes y, por otra parte, a sus súbditos beréberes del norte de la Península, deseosos de deshacerse de la autoridad árabe. Además, de los problemas internos, tuvieron que hacer frente a los levantamientos producidos en Covadonga (721) y Tolosa (721). La última correría por tierras de Francia terminó con la derrota musulmana en Poitiers (734) a manos del noble Carlos Martel, cesando las incursiones contra la Galia. Generalmente la población conquistada aceptó a los nuevos dominadores con escasa resistencia y en algunos casos mejoró su situación en comparación con la que tenían bajo los hispano-visigodos. Se organizó el país, se implantó nuevas normas administrativas, se intentó borrar las diferencias entre las tribus contrincantes de árabes y beréberes, y se fomentó el matrimonio entre los conquistadores y las nativas cristianas. Durante el siglo VIII, los árabes no impusieron a la fuerza la religión musulmana a las poblaciones conquistadas. Tanto los cristianos como las pequeñas comunidades de judíos pudieron conservar su culto a cambio de estar sujetos a unos impuestos especiales. En cambio, numerosos hispano-visigodos optaron por la conversión al Islam lo que les confería de forma automática el disfrute del estatuto personal de los musulmanes de nacimiento.5 Estos “muwalladun” o “muladíes” van a constituir con el tiempo la mayoría poblacional, sobre todo en el Sur y Este peninsular. Los que conservaron sus creencias cristianas fueron llamados “musta’rib” o “mozárabes”. Las comunidades mozárabes más prósperas en esta centuria fueron las que habitaban las ciudades de Toledo, Córdoba, Sevilla y Mérida. 270 ETNIA ÁRABE Al no disponer los nuevos invasores de superioridad numérica se limitaron a difundir su religión y a intentar la arabización social de la población sometida a la autoridad. El reducido contingente de árabes que llegó a la Península se instaló, preferentemente, en el bajo valle del Guadalquivir, en el litoral del sur de la Península, en las vegas de los valles del Genil, Tajo y Ebro y en las ricas huertas del Levante peninsular. El grupo mayoritario de nuevos pobladores fueron los beréberes quienes se unieron en matrimonio con familias de neo-musulmanes o de árabes y se establecieron en zonas más al interior y montañosas de la Península, ocupando la Meseta Central y las laderas de las sierras. Se asentaron especialmente en el Algarve, Extremadura y serranías de Ronda y Málaga, entre otras regiones. B. LA CONQUISTA Y OCUPACION MUSULMANA DE LAS TIERRAS VALENCIANAS Dos de las características más significativas de la incorporación de las tierras peninsulares al dominio musulmán fueron la rapidez y la facilidad con que se produjo. El área geográfica de Valencia permaneció desde el 714 al 1238 bajo el dominio musulmán y en ella nacieron y vivieron generaciones de valenciano-musulmanes que la tuvieron como su patria, amaron y trabajaron sus tierras y jardines y contribuyeron a desarrollar y engrandecer sus ciudades y hacer florecer su cultura.6 Los acontecimientos militares y políticos del área de Valencia en los primeros años de dominación musulmana no se diferenciarían notablemente del resto de las tierras peninsulares conquistadas por Tariq y Musa. Los invasores llegaron a las tierras valencianas como aliados de los witizanos. Cuando los hijos de Witiza renuncian a su soberanía por pactar con los musulmanes se crea una situación favorable a la incorporación de estas tierras al Islam. Con la expedición victoriosa de Tariq en el 714 se inicia el período de dominación de Valencia durante cinco siglos. La incorporación de esta área peninsular al dominio islámico se produjo de forma pacífica, mediante actos de capitulaciones, perdurando ciertas instituciones jurídicas, el latín decadente y, en un sector de población, la religión. Un ejemplo de capitulación representativa en el Levante peninsular es la estipulada entre el noble Teodomiro (Tudmir) y Abd al-Aziz, hijo de Musa Ibn Nusary, ofreciéndonos una idea clara de las condiciones y términos en que se firmó.7 El noble Teodomiro, en virtud del tratado de paz, gobernará desde 271 J. V. GÓMEZ BAYARRI Orihuela la región y dirigirá la comarca que administraba, y los habitantes de la misma conservarán sus propiedades, sin otra obligación que la de satisfacer el tributo personal.8 No sólo pactaron con Teodomiro (Tudmir) esta capitulación sino que encantados de la noble confianza, valor y grandeza del conde godo le dejaron el mando y gobierno del área geográfica de Valencia y Murcia, bajo la única condición de un tributo anual en dinero y mercaderías. El resto de la circunscripción territorial del futuro reino cristiano de Valencia será conquistado por Tariq, quien descendiendo por el curso del río Ebro ocupó Tortosa, dirigiéndose hacia el Sur, incorporando de manera rápida las ciudades de Murviedro, Valencia, Xátiva y Denia entre otras, llegando a los confines septentrionales del Reino de Tudmir. En el 787, a instancias de Abd al-Rahman I se congregaron en Córdoba los walíes de las provincias de Toledo, Mérida, Zaragoza, Valencia, Granada y Murcia, los gobernadores de las doce ciudades principales y los veinticuatro wazires de éstos, para que prestasen juramento de fidelidad a su hijo Hixam como sucesor del Imperio.9 En el año 790-791, los hijos de Abd al-Rahman I, Sulayman y Abd Allah, se rebelaron contra su hermano Hixam I que ocupó el poder a la muerte de su padre. Vencidos y muerto ya Hixam I en el 796, su hermano Abd Allah al Balancí (el Valenciano) se instaló en la región de Valencia después de haber estado desterrado durante cerca siete años en el Norte de África y haber regresado para renovar sus pretensiones en la frontera superior, cuyos habitantes sabía que eran hostiles al nuevo soberano Al-Hakam I. Los esfuerzos realizados resultaron estériles.10 Solucionados los incidentes que originaron la sucesión de Abd alRahman I, la región de Valencia, durante los reinados de Hixam I, Al-Hakam I y Abd al-Rahman I, siguió pacífica y casi desconocida en el curso de la historia hispano- musulmana hasta que accidentalmente interviene en ella los Banu Di-l-Num, señores de Santiveria y más tarde de Toledo. Un miembro de dicha dinastía denominado Amir se apoderó transitoriamente de Xátiva y Alzira y se sometió a Abd al-Rahman III a quien acompañó en su expedición a Pamplona el año 924.11 272 III EVOLUCIÓN O RUPTURA EN LA VALENCIA MEDIEVAL. Interpretaciones históricas de la conquista y civilización hispanomusulmana El abigarramiento poblacional representaba un hándicap para lograr la unidad y pacificación del país. Las fuentes árabes emplearon el término de Al-Andalus para designar la Hispania musulmana, independientemente de su extensión geográfica, y pasó a ser una provincia más del imperio regido entonces por los Omeyas. La conquista y ocupación de la antigua Hispania supuso un hecho trascendental dentro de nuestro proceso histórico e influyó durante siglos en la vida y pensamiento de la población autóctona de este país, donde se amalgaman dos concepciones sociales distintas con caracteres étnicos, lingüísticos, religiosos y culturales que se van a interrelacionar o fusionar para forjar una nueva civilización, dando origen a dos interpretaciones diferentes de la historia de España y del Reino de Valencia. La primera interpretación propugna que ni la conquista musulmana del siglo VIII, ni las nuevas oleadas de nuevos invasores de siglos siguientes, ni la reconquista cristiana posterior cambiaron total y drásticamente las estructuras hispánicas, -a pesar de la evidente orientalización -, sino que permanecieron las realidades sociales y psicológicas autóctonas, dando como resultado la originalidad de la civilización andalusí. Sustentan esta tesis medievalistas y arabistas como F.J. Simonet que lo testimonia en sus obras Glosario de Voces Ibéricas y Latinas usadas entre mozárabes y en Historia de los mozárabes de España.12 L. Eguilaz y Yanguas, para quien la cultura hispano-muslina no fue obra de los árabes invasores, sino de muladíes, judíos y mozárabes.13 El historiador árabe Ibn Jaldún escribía en el siglo XV que la mayoría de sabios entre los musulmanes eran “agemíes”, palabra con la que designaba a los de origen extranjero, y que los árabes y berberiscos estaban envueltos en la más crasa ignorancia. El arabista valenciano Julián Ribera analizó la proporción del elemento raza en el mismo califa omeya Hixem II y concluyó que matemáticamente no tenía de árabe ni una milésima.14 C. Sánchez Albornoz defendió, con una gran profusión de datos, la idea de que “no se arabizó la contex273 J. V. GÓMEZ BAYARRI tura vital española”. El hecho hispánico preislámico se mantuvo en vigor en la España musulmana. Confeccionó un catálogo de las supervivencias preislámicas en la civilización hispanomusulmana cuyas raíces occidentales se manifestaron en las costumbres y características de la vida social. Según dicho historiador la herencia que AlAndalus recibió de la España hispano-visigoda fue muy diversa y multiforme. Se extendió a la lengua, las letras, la cultura, la vida cotidiana, las costumbres, las instituciones, la economía, la mentalidad, la religiosidad e incluso hasta lo más íntimo que poseen las grandes figuras de pensadores, escritores, poetas y hombres de acción.15 R. Menéndez Pidal subrayó que los escasos elementos raciales africanos fueron absorbidos por el elemento indígena. La mayoría de los hispanomusulmanes eran hispano-visigodos adaptados a la cultura islámica que había sido bastante hispanizada.16 Henri Pérès que afirmó que “el elemento árabe no entra más que en dosis infinitesimales en la química social de los musulmanes de España”.17 A. Ubieto Arteta señaló, refiriéndose a nuestro ámbito geográfico, que la región de Valencia no sufrió un cambio en sus estructuras humanas con la imposición de un nuevo orden político en el siglo VIII, sólo se alteraron los hechos políticos y religiosos, permaneciendo las estructuras y hechos culturales.18 La segunda interpretación postula una generalizada arabización e islamización de las instituciones, sistema sociopolítico, aspectos socioculturales y sociolingüísticos y una aniquilación o minimización del legado de origen hispano-visigodo o de las aportaciones de culturas ibéricas y mediterráneas en la formación y desarrollo de la civilización andalusí. Entre los que defienden esta postura están: R. Dozy que propugnó una hipervaloración de las fuerzas arrolladoras de la cultura árabe islámica.19 A. Castro que mantuvo que los andalusíes, ética y culturalmente, se consideraban árabes. Su tesis, expuesta en su obra La realidad histórica de España, se sintetiza en: a) No admitir la continuidad entre la historia visigoda y la que prosperó bajo los musulmanes, b) La fuerte influencia del Islam en las costumbres y la lengua y c) La historia de España es ante todo la historia de una creencia y de una sensibilidad religiosa, en donde lo lingüístico y lo literario tienen un valor primordial.20 Pierre Guichard sostuvo que la conquista musulmana tuvo una aportación étnica más importante de lo que se ha admitido, y estaba constituida, en su mayor parte, por elementos bereberes magrebíes. La berebización que se produjo en el siglo VIII a raíz de la conquista musulmana es el punto clave de su interpretación de la evolución social de la etapa islámica. P. Gui- 274 ETNIA ÁRABE chard es uno de los más conspicuos exponentes actuales de las dos rupturas trascendentales en la historia del reino de Valencia; la producida en el siglo VIII con la invasión islámica21 y la que originó la conquista cristiana en el siglo XIII.22 El ensayista J. Fuster sostuvo una total y radical arabización de las tierras valencianas. Señaló que la población indígena se islamizó hasta la médula. Los colonizadores africanos asentados en el área de Valencia no fueron tantos que pudieran desvirtuar el fondo racial de los nativos pero los autóctonos adoptaron la lengua, religión y formas de vida de los invasores musulmanes.23 Mientras los partidarios del evolucionismo sociocultural destacan las raíces latino-cristianas y la influencia que ejercieron en la civilización andalusí, los rupturistas postulan la negativa a cualquier nexo de continuidad entre la Hispania romano-visigoda y la que se fue configurando con la Reconquista, e insisten en la determinante intervención del Islam y de la “contextura semítica” en la mentalidad de Al-Andalus y se manifiesta en el exclusivismo religioso musulmán, arremetiendo contra los arabistas y medievalistas que propugnan cierta hispanización del Islam o influencia autóctona sobre el proceso de arabización. En cierta medida, la postura rupturista queda reflejada en la afirmación de A. Castro, al afirmar que “al ser mahometizada y arabizada lingüísticamente gran parte de la Península, Al-Andalus se convirtió en una prolongación del imperio espiritual y lingüístico del Islam”.24 Castro representa la línea opositora a la interpretación de la Historia del medievalista Sánchez Albornoz. Las diatribas de ambos han contribuido a enriquecer las concepciones culturalistas sobre la Edad Media peninsular, creando escuelas que conciben nuestra Historia desde postulados opuestos. Nosotros mantenemos que difícilmente un grupo relativamente reducido de invasores, compuesto mayoritariamente por bebereres norteafricanos, en la mayoría de los casos sin preocupaciones culturales fueran capaces de arabizar a los hispanos en un corto período de tiempo. Grupo étnico de relativa escasa formación, cuyos objetivos prioritarios fueron la Guerra Santa y el lucrarse, pues había cruzado el Estrecho como mercenarios o colonos y fácilmente pudieron ser diluidos, fagocitados y asimilados por la masa de población autóctona. Consecuentemente, en un principio, no pudieron desempeñar el papel de “agentes propagadores de la forma de pensamiento y de vida arábiga”. Es más lógico y viable admitir que fueran entron- 275 J. V. GÓMEZ BAYARRI cando con los indígenas o autóctonos, produciéndose una simbiosis de influencias recíprocas, donde lo hispano desempeñaría un papel esencial en todos los órdenes de la vida. Cabe tener presente que E. Terés al traducir y comentar la obra Yamhara del polígrafo y erudito genealogista Ibn Hazm, sólo registra 81 linajes de origen árabe en la España musulmana del siglo XI. 276 IV PUNTUALIZACIONES SOCIODEMOGRÁFICAS Calcular la población de Al-Andalus encierra grandes dificultades por la escasez de datos demográficos y por las inexactitudes de las fuentes. Partiendo de la premisa que “nunca los invasores llegaron a formar un contingente notable de población”25 no es aventurado señalar que se produjo un incremento sensible en los siglos IX y X; así lo atestigua el desarrollo urbanístico de las ciudades musulmanas26, las relaciones comerciales y el nivel cultural alcanzado en la mayoría de las ramas del saber. El historiador árabe contemporáneo Abu Daif Ahmad en su tesis doctoral Las tribus árabes en Al-Andalus, hasta la caída del califato Omeya, 710-103127 ha reunido las referencias a las tribus árabes que se encuentran en los textos de historia de Al-Andalus, ordenándolas por períodos para especificar el peso del vínculo tribal en cada época de la historia árabe peninsular. De hecho, la mayoría de estos textos eran ya conocidos y habían sido utilizados por los historiadores de Al-Andalus E. Lévi Provençal, A.A. Al-Hayyí, A.G. Chejne, R. Arié y estudiados específicamente por J. Ribera para la zona valenciana, por E. Terés para la Yamhara de Ibn Hazm, por J. Bosch Vilá para los beréberes y por P. Guichard para la antropología de Al-Andalus, entre otros. Abu Daif Ahmad hace un recuento de las tribus y familias árabes importantes de Al-Andalus y contabiliza 86 linajes o familias.28 La genealogía árabe, de la que presumían muchos muladíes, ofrece la idea de una fuerte arabización. Sin embargo, la consumación de matrimonios mixtos y entre muladíes ayudaba a consolidar el hispanismo étnico, lo que induce a que sea más real hablar de hispanomusulmanes que de árabes de España. Tanto Simonet como Ribera Tarragó, Asín Palacios, Lévi Provençal Sánchez Albornoz o Menéndez Pidal, entre otros, aluden a gran número de supervivencias preislámicas en la civilización hispano-musulmana, cuyas raíces eran más de corte occidental que árabes. Para el arabista valenciano J. Ribera el semitismo de raza en los musulmanes españoles es elemento que entró en dosis casi infinitesimales en la formación de la población musulmana de la Península y concretizó que el mismo califa “Hixam II, en cuya genealogía hay apellidos árabes a montones, apreciando matemáticamente el elemento raza, no tiene de árabe ni siquiera una milésima”.29 Asín 277 J. V. GÓMEZ BAYARRI Palacios destacó que el fenómeno de asimilación de la cultura oriental, que entre los musulmanes se realizaba, no quebrantó la ley eterna de la continuidad del pensamiento ibérico. Lévi Provençal mantuvo que la civilización árabe hispánica nació de la feliz combinación de los aportes del clasicismo oriental y de elementos nuevos tomados en el mismo país, entre los que reivindica un pasado y una tradición anterior al Islam. Sánchez Albornoz mantuvo que no se arabizó la contextura vital española y Menéndez Pidal subrayó que se había hispanizado su islamismo y que las influencias venidas de diversas civilizaciones se desarrollaron en el escenario histórico hispano sin modificar su constitución esencial. La política de conversión al Islam, hábilmente practicada, más por vía de atracción que por coacción, dio sus frutos y proporcionó al régimen omeya una importante masa de súbditos que, gracias a su lealtad, supieron neutralizar los fermentos de disociación política de los elementos alógenos, árabes o beréberes, y se mantuvieron en contacto con las comunidades de mozárabes. Interpretando como sinónimos los fenómenos de islamización y arabización en Al-Andalus, apreciación que consideramos incorrecta, R. W. Bulliet, a través de los diccionarios biográficos elaborados por F. Codera y J. Ribera, principalmente, extrae datos estadísticos sobre la evolución del proceso de islamización de la población autóctona, señalando que en el año 816, el contingente de población que habría abrazado la nueva religión alcanzaba el 20%, porcentaje que hacia el 961 se vio incrementado casi al 50%, sobrepasando en 1105 la cifra del 80%.30 Los procesos de islamización y arabización han sido analizados, también, por Henri Pérès y A. Chejne. Éste último arabista mantiene que aunque existe cierta interconexión entre ambos procesos, se reafirma en mantener que el árabe y el romance fueron usados indistintamente sin que la religión que profesaban determinara la práctica lingüística. Cabe tener presente que el concepto de islamización implica conversión religiosa y la arabización es un proceso étnico cultural. Los factores que contribuyeron a la islamización fueron económicos, políticos, sociales, culturales y religiosos. Los muladíes al islamizarse sintieron el deseo, en ocasiones, de ocultar su origen indígena y de introducirse en la gran familia de los árabes de raza. El cronista Ibn Hayyán narra el caso concreto de Ibn Hazm y afirmó que “una de las extravagancias de Ibn Hazm consistió en reivindicar que Persia era la cuna de su familia, cuando era de linaje muladí y pertenecía a una familia indígena de Niebla. Su abuelo fue el primero de los suyos que se convirtió al Islam”. 278 ETNIA ÁRABE También muchos muladíes conservaron los apodos o patronímicos romances que les servían de nombres de familia, cuando no los traducían simplemente al árabe. Con la ayuda de repertorios biográficos andaluces, podrían formarse largas listas de dichos patronímicos romances en el período hispano omeya. Citamos entre ellos, como recoge Lévi Provençal; los Banu Angelino y los Banu Savarico de Sevilla, los Banu Comes (Qumis), los Banu Carlomán (Qarluman), los Banu Martín, los Banu García (Garsiya), los Banu Barun, y tantos más. Había muladíes cuyo nombre era una simple transposición del latín al árabe.31 Carecemos de cómputos precisos para cifrar el aumento demográfico. De las fuentes islámicas se deduce que durante el esplendor del Califato de Córdoba (929-1008) la Hispania musulmana era de las áreas más densamente pobladas de Europa. La cantidad de habitantes que se atribuye a las grandes ciudades peninsulares así parece confirmarlo. El censo realizado en tiempos de Al-Hakam II induce a pensar que la población aumentaría desde la conquista musulmana a lo largo de los tres primeros siglos, alcanzando el nivel más alto en el reinado del califa Al-Hakam II y su sucesor Hixam II, aunque resulta difícil precisar el incremento numéricamente. Basándonos en el método de L. Torres Balbás que se fundamenta en el examen topográfico de los núcleos urbanos de poblamiento, en la cuantificación de la superficie urbana, en la superficie media de las casas musulmanas y en el número de personas por cada fuego cinco o seis - se ha evaluado la población de algunas ciudades de AlAndalus a partir del siglo XI, fijando la población de Almería en tiempos de Jayrán (muerto en 1008) en unos 27.000 habs; en torno al 1075 Granada tendría unos 26.000 habs., y Málaga alcanzaría, a finales del siglo XI, los 15.000 habs. A principio del siglo XI, habitarían la ciudad de Toledo unas 37.000 personas. Zaragoza, cuando la conquistó Alfonso I el Batallador, en 1118, la morarían unos 17.000 almas. En la primera mitad del siglo XII, Sevilla tendría unos 83.000 habs. En la segunda mitad del siglo XII, en tiempos de los almohades, la Valencia amurallada ocupaba un área de 44 hectáreas lo que presupone una población de unos 15.650 habs. Un caso aparte es la ciudad de Córdoba, a la que no se debe aplicar dicho método. El censo de inmuebles ordenado por Al-Munsur parece indicar que el número de ciudadanos de la capital del Califato, Córdoba, alcanzaba el millón de habitantes, cifra considerada ex- 279 J. V. GÓMEZ BAYARRI cesiva. Las estimaciones de Ramón Carande y de L. Torres Balbás varían entre el medio millón y las 100.000 almas. J. Vicens Vives propuso la cifra de 250.000 habs., para finales del siglo X.32 Estas cifras, comparadas con las que nos proporcionan los núcleos urbanos de la Europa medieval de la época, configuran un panorama urbanístico notablemente desarrollado en la España musulmana. Respeto a la emigración y al mozarabismo valenciano en estos tres primeros siglos de dominación árabe, las fuentes nos proporcionan escasas noticias. Éstas se verán incrementadas a partir de la caída del Califato y la institucionalización de las taifas valencianas. Según Ch. E. Dufourcq “de finales del siglo VIII o del siglo IX datan los comienzos de la prodigiosa expansión de Valencia, que hasta entonces no había gozado de mucho prestigio como ciudad”.33 La primera vez que se asentaron gentes nuevas en cantidades apreciables fue a principios del siglo IX, cuando fue repoblada por Al-Balancí - “el Valenciano” - quien trasladó consigo algunos berberiscos procedentes del norte de África.34 Los elementos beréberes aportarán savia nueva a la población autóctona de las tierras valencianas, poco conocida durante el período de la administración emiral, incluso bajo los Omeyas.35 Sin embargo, las tierras de Valencia continuaron estando poco pobladas y sin gran peso específico dentro de Al-Andalus. De hecho, el historiador Ibn al-Fadarí, que a principios del siglo XI (1008-1013) recopiló unas mil quinientas biografías de personajes, sólo menciona a nueve que se les pueda relacionar con las tierras valencianas y eso que tal autor era cadí de Valencia, lo que supone que conocería bien la región. Admitiendo que los invasores nunca constituyeron un grupo notable de población, se puede señalar que se produciría un sensible incremento demográfico a partir del siglo X como demuestra el desarrollo urbano de las ciudades hispano-musulmanas. Sólo desde el 929 se reseña en la Crónica anónima de Abd al-Rahman III y en las Muqtabas publicadas por el arabista contemporáneo P. Chalmeta, para los años 932 al 935, los nombres de los primeros gobernadores de la “kura” que se denomina en las fuentes de “Valencia y Xátiva”, lo que acreditaría el relativo peso demográfico, económico y cultural de esta área geográfica de Al-Andalus. Textos de Ibn al-Jatib y el Bayán de Ibn Idarí ponen de manifiesto que con la implantación de los reinos taifas a mediados del siglo 280 ETNIA ÁRABE XI se detecta que se instalan en la región de Valencia inmigrantes procedentes de Córdoba, coincidiendo con la crisis política califal. La mayoría de los estudiosos del tema coinciden en subrayar el escaso peso de los individuos de etnia árabe y de beréberes asentados en tierras de Valencia, al menos hasta el siglo XI. Solamente del texto de las Muqtabas del historiador Ibn Hayyán, que vivió en el siglo XI, se puede deducir que un colectivo de árabes procedentes de Egipto, en época tardía, se asentaron en esta región. Una serie de fuentes testimoniales nos aportan ciertos datos que nos proporcionan algo de luz para poder extraer ciertas conclusiones sobre aspectos demográficos de la Valencia de la época. a) La alusión del geógrafo oriental al-Ya’qubí recogida en un texto del siglo IX que describe “balad Balansiya” como una comarca extensa y hermosa, en la que se establecieron unas tribus beréberes que no reconocieron la autoridad de los omeyas. b) Las listas de distritos de Valencia que proporciona el geógrafo Al-Udrí en la que figuran las circunscripciones de los Zanatas y de los Masmuda. c) La obra de Ibn al-Abbar Takmila que relata la actuación entre los años 940 y 970 del ministro del califa Al-Hakam II, Utman al-Mushafí, que procedía de los beréberes de Valencia. d) Las aportaciones de los repertorios biobibliográficos por proporcionar, con frecuencia, los orígenes geográficos y tribales de los árabes musulmanes que se mencionan. e) La herencia toponímica que legaron los grupos de beréberes que se instalaron en la geografía valenciana. Herencia que se puede clasificar en dos grupos: los topónimos que reflejan alguna singularidad de lugar u oficio y la serie de topónimos gentilicios. Mayoritariamente se admite que la aportación étnica árabe-beréber a lo largo de los siglos VIII al X fue relativamente escasa, aunque constituían un grupo político y social dominante y con muchas posibilidades de control del poder local. La escasa importancia de Valencia en este período se refleja en: 281 J. V. GÓMEZ BAYARRI a) La misma denominación de “Balansiya”, topónimo que se empleaba para designar más a la región que a la ciudad, la cual recibía en los textos más antiguos el nombre de “Madinat elTurab” que significa ciudad de tierra o del polvo. b) En el reducido número de juristas y letrados valencianos que se constatan antes del siglo XI. Sabemos que entre los quinientos autores andalusíes incluidos en el diccionario biobliográfico elaborado en los últimos años del Califato por el cadí de Valencia Ibn al-Faradí se citan entre 50 y 100 para ciudades como Sevilla, Elvira, Toledo, Zaragoza, y sólo 9 para toda la región de Valencia, sin concretar los que habían residido en la ciudad. c) La constatación de que hasta mediados del siglo XI la región de Valencia ocupe el último puesto entre las provincias de Al-Andalus por el número de sabios fallecidos en este período. Frente a los 120 contabilizados para Córdoba, los 63 de Sevilla, los 6 de Baleares, Málaga o Granada, en las ciudades del área geográfica de Valencia, Xátiva, Alzira, Denia y Alpuente sólo aparecen 4 nombres; sin embargo, medio siglo más tarde, alcanzarán el número de 23, ocupando el segundo puesto, después de Córdoba. d) Las pobres y escasas informaciones o alusiones históricas de esta área, incluso en historiadores como Al-Udrí, que no proporciona datos históricos en el capítulo dedicado a la “kura” de Valencia, y muy pocos de la región valenciana al referirse a la “kura” de Tudmir. e) Todavía en el siglo X, la relevancia demográfica, socioeconómica y cultural de la ciudad de Valencia no había inducido a la creación de una entidad administrativa en torno a un núcleo urbano como existía en otras “kuras” o provincias. Se ha llegado a presentar a la sociedad de “Balad Balansiya” de los siglos IX y X como una sociedad “ahistórica” de tipo tribal o segmentaria que no tenía superestructuras administrativas o estatales. Tenemos que esperar hasta el siglo XI, momento en que se produce el desarrollo de los reinos de taifas implantados en esta área geográfica, para que la ciudad de Valencia se consolide como centro urbano en el Levante peninsular, coincidiendo con la llegada de juristas y letrados de Córdoba y la eclosión de una vida económica, social, política y cultural. 282 ETNIA ÁRABE Resulta aventurado evaluar la evolución poblacional y establecer porcentajes concretos según etnia, religión o lengua. Se produjeron pocos cambios étnicos. Las invasiones africanas no aportaron un contingente poblacional capaz de desvirtuar el fondo racial de los nativos. La proporción de árabes, beréberes y judíos respecto a la población autóctona era relativamente baja, aunque se observa una orientalización en las estructuras administrativas, costumbres y modales. El cambio lingüístico no fue tan inmediato, intenso y generalizado como afirmaron R. Dozy, F. Corriente y P. Chalmeta. Otros estudiosos del tema como F. J. Simonet, J. Ribera, Asín Palacios, Menéndez Pidal, y García Gómez han demostrado la pervivencia incuestionable del romance peninsular durante el Califato. Durante este período aunque avanzó la islamización, no se llegó a una imposición del monolingüismo arabófono. Paralelamente al proceso demográfico se genera un crecimiento económico. Los avances en la agricultura, el desarrollo de las fuentes de riqueza, la canalización de oro sahariano, la mejora en la estructuración de la sociedad favorecerán el relanzamiento económico y la tendencia hacia la recuperación del papel del Estado. Simultáneamente se produce una ampliación de las clases medias, una consolidación de la nobleza de servicios y un fortalecimiento del ejército, originando un absolutismo de base califal que controla gran poder y riquezas. La plenitud del poder político se refleja en el apogeo de Córdoba durante los gobiernos de Abd al-Rahman III y califas sucesores; es lo que se ha llamado “el imperialismo de Abd al-Rahman III”, de cuya persona emanaba todo el poder, erigiéndose en un soberano autócrata rodeado de un gran séquito que lo auxiliaba en el gobierno de Al-Andalus. 283 V ANOTACIONES SOBRE EL CALIFATO DE CÓRDOBA El siglo X, época de plenitud del Califato, se caracterizó por el predominio musulmán en todos los órdenes de la vida en la Península. ‘Abd al-Rahman III, hijo de una cristiana llamada María, adoptó el título de Califa y de príncipe de los creyentes. Impulsó la organización del califato en los diversos aspectos. Dotó a Córdoba de una serie de edificios civiles y religiosos, la convirtió en un centro cultural relevante y en una gran metrópoli que rivalizó con las grandes urbes del mundo.36 Gran parte del siglo X está centrado en el gobierno de ‘Abd alRahman III, de quien el abate Masdeu dijo que fue “político profundo y eminente guerrero”. Supo ganarse el aprecio de las distintas clases sociales, aligeró las cargas fiscales y asistió personalmente a las lecciones de los sabios cuyas academias y escuelas frecuentaba. El arabista R. P. Dozy resaltó que fue un hombre delicado y sagaz que centralizó la unidad de la nación y el poder, y estableció un equilibrio político con sus alianzas, llegando a sentar en los consejos a hombres de otra religión.37. ‘Abd al-Rahman III legó a su hijo y sucesor Al-Hakam II un estado pacífico, próspero y rico. Al-Hakam II fue un príncipe ilustrado y amante de la cultura que logró reunir una de las mejores bibliotecas del mundo. Reinó desde el 961 hasta el 976. Los cronistas árabes medievales resaltan el carácter pacificador y brillante del reinado de Al-Hakam II.38 Al califa Al-Hakam II le sucedió su hijo Hixam II, nacido de la unión del califa con una cautiva cristiana. Las intrigas palaciegas y su endeble carácter favoreció que asumiera el poder un político de gran talento, enérgico y ambicioso, llamado Muhammad Ibn Abi ‘Amir, o el Almanzor de las crónicas cristianas, quien estuvo al frente de los destinos del reino califal en calidad de “hayid”, primer ministro. Sembró el pánico entre los reinos cristianos por sus correrías o razias, -campañas de hostigamiento-. Al-Mansur murió en Medinaceli en 1002 al regresar de una campaña contra los cristianos del Norte. 284 ETNIA ÁRABE En el ámbito de las tierras valencianas, o región del Sarq al-Andalus, el vacío documental ha hecho que se tenga que recurrir al análisis de la genealogía de las principales familias pobladoras y a su relación con el área valenciana para que encontremos referencias de la época emiral y califal. Sabemos que ‘Abd al-Rahman III intervino en Valencia para sofocar la insurrección de Omar quien durante treinta años tuvo en jaque al poderío musulmán. En el 918, el Califa entró en tierras de Tudmir y visitó las ciudades de Murcia, Orihuela, Lorca y Cartagena. Posteriormente llegaría a Elche y Denia y pasó por Xátiva para descansar en Valencia, donde se detuvo algunos días. Cuentan las crónicas árabes que se produjeron manifestaciones de júbilo que se repitieron en Murviedro, Nules y Tortosa. Una pequeña parte de la gloria del califa Al-Hakam II se debió a Valencia, pues valenciano fue su maestro. Las lecciones de Ozmán al Moshafí hicieron de Al-Hakam II el más ilustrado y benéfico de los califas andalusíes. Este buen califa, como dicen sus justos y apasionados admiradores, “trocó en rejas de arado y en azadones las lanzas y espadas; y volvió los espíritus inquietos y guerreros de los muslines en pacíficos pastores y campesinos”.39 Al-Hakam II favoreció el florecimiento de una pléyade de hombres de letras que engrandecieron la cultura hispano-musulmana, que tendrá gran repercusión en el mundo cultural medieval europeo. El abigarramiento de la población de la región de Valencia, compuesta por árabes, sirios, egipcios, berberiscos, judíos y mayoría indígena, cada uno de estos colectivos con peculiares características, sujetos sólo institucionalmente a la autoridad califal de Córdoba, alejados del centro de decisiones y donde privaban la ambición y los intereses individuales favoreció el clima de inestabilidad política y las luchas intestinas y tribales que se incrementaron tras la muerte de Al-Mansur (1002) y con la debilidad de Hixam II (976-1009), originándose una gran anarquía en las tierras de Valencia, gobernadas por Mohamed, que se declaró independiente, actitud imitada por los “visires” de Denia, Xátiva y Morvedre que aprovecharon la coyuntura favorable para tomar dicha decisión. 285 VI LAS TAIFAS VALENCIANAS: ASPECTOS POLITICOS Y SOCIALES El principio del fin de la dominación árabe en Al-Andalus se ha fijado en 1008, con la desaparición de Abd-al-Malik, hijo y sucesor de Almanzor. Las insurrecciones populares en diversas ciudades del Califato y la consiguiente creación y proliferación de reinos de taifas significó la quiebra de ese poder omnímodo ejercido por los califas cordobeses y la ruptura de la unidad política. Una serie de factores geográficos, sociales y ansias de independencia y poder determinaron la atomización del Estado unitario califal, apareciendo multitud de fronteras no siempre bien delimitadas y cambiantes que configuraron los primeros reinos de taifas peninsulares. Los diferentes grupos étnicos: beréberes, eslavos y andalusíes pugnaban por asumir el poder en las distintas áreas geográficas, fraccionando Al-Andalus y surgiendo por doquier dinastías. Dos frentes centrarían la atención: uno interno, que tuvo su origen en las intrigas familiares y grupos de presión que detentaban el poder, y otro externo, que pretendía conservar íntegramente las fronteras que se habían marcado y la independencia absoluta del poder central. Cada jefe militar ansiaba afirmar su autonomía y autogobierno. En las taifas del área del Levante peninsular predominaron los dirigentes de origen eslavo -Tortosa, Valencia, Xátiva, Denia, Murcia-, etc. Según Huici Miranda era tal la desorganización política de los diversos reinos de taifas y la apatía con que los musulmanes del área de Valencia se sometieron a los nuevos regímenes que no encontraron la más leve resistencia para implantar su autoridad.40 Las taifas valencianas, probablemente, nacieron más como una necesidad de autogobierno local que por verdaderas rebeliones contra Córdoba. Vemos que los emires que gobernaron las taifas de Albarracín, Alpuente y Valencia eran los responsables de las acequias de la Huerta, lo que demuestra que son claros ejemplos de que autoridades anteriores habían asumido el poder en estos respectivos ámbitos porque no había otro poder superior ejercido desde Córdoba.41 286 ETNIA ÁRABE El Sarq Al-Andalus, o zona levantina del Califato de Córdoba, aparecía repartida en diversos reinos. Para Al-Udr , la ciudad de Valencia, debido a su esplendor y popularidad, se había convertido en la capital de la zona. Sin embargo, las tierras del futuro reino cristiano de Valencia estaban repartidas entre el reino de taifa de Tortosa, al cual pertenecían las comarcas más septentrionales de la actual provincia de Castellón; las tierras del litoral y centro correspondían al reino taifa de Valencia; la zona interior montañosa del sector central de la actual provincia de Valencia estaba incorporada a la taifa de Alpuente; y la zona del cabo de la Nao constituía el reino de Denia. El resto de la provincia de Alicante estaba incluida en el reino de Almería o de Murcia según los acontecimientos políticos. Estas fronteras variarán según las vicisitudes de las taifas valencianas a lo largo del siglo XI. Debemos resaltar que abundaron los reyezuelos eslavos. Muyahid (1010-1044), rey de Denia y Baleares fue seguramente un cordobés de origen cristiano que se instaló en Denia. El autor árabe Yacut afirmó que había sido esclavo rumí de los amiríes o familia de Almanzor. Sobre él, subraya Roque Chabás, “No falta autor arábigo que no diga que el primer rey de Denia, Mochehid, era de origen cristiano”. Actuó como un gran mecenas y se preocupó por las letras y las artes. Dispuso de una excelente biblioteca. Sus contemporáneos vierten encomiables elogios sobre su figura por su labor cultural. Su mujer era cristiana. Los primeros señores de la taifa independiente de Valencia fueron, igualmente, dos eslavos. Mubarak y Mudaffar, que han sido identificados con los nombres de los generales Anbar y Tahor y gobernaron Valencia hasta el año 1017.42 Las taifas valencianas gozaron de cierto atractivo para los doctos maestros andalusíes; algunos de ellos se trasladaron a las cortes de estas taifas. Destacados hombres de letras y poetas enriquecieron la cultura valenciana en el siglo XI. Muladíes, mozárabes y judíos junto con los escasos árabes y los beréberes compartirán las responsabilidades de la administración califal y taifal. Además de los colectivos citados, desempeñaron un papel fundamental los “mawali” -maulas -, libertos de origen extranjero, conocidos genéricamente con el nombre de eslavos y que fueron los principales protagonistas de los designios de las taifas 287 J. V. GÓMEZ BAYARRI valencianas. De ellos se ha dicho que se asimilaban fácilmente convirtiéndose al islamismo, aprendían rápidamente el árabe y se aficionaban a la cultura de los nuevos señores. A mediados del siglo XI se produjo una inmigración procedente principalmente del área de Córdoba. Este fenómeno no fue suficiente para cambiar sustancialmente la estructura vital y social valenciana. 288 VII CONCLUSIONES Después de analizar algunos aspectos políticos y socioculturales de esta etapa histórica podemos formular las siguientes conclusiones: - En este período de las primeras taifas valencianas, hasta la llegada de los almorávides, no se instalaron en estas tierras la suficiente masa poblacional como para originar cambios determinantes en la estructura social existente. - La inmensa mayoría de la población autóctona o indígena siguió el curso normal de la historia valenciana, condicionada por los propios avatares coyunturales. - La tolerancia entre los conciudadanos, independientemente de su credo religioso y de las diferencias étnicas y lingüísticas, debió ser un hecho normal. Si hubo sublevaciones contra los reyezuelos se debió en gran parte al sistema político caótico y al escaso tacto para ejercer la autoridad soberana. - Al desarrollo de las letras y las ciencias en los reinos de taifas colaboraron intelectuales judíos, mozárabes y muladíes. Se pretende exagerar el mérito de la etnia árabe-beréber y minimizar las aportaciones de las minorías cristiana, judaica e incluso de los hispano-musulmanes. Es notorio el conocimiento que ciertos sectores de estas minorías tenían del árabe, pero sin olvidar su ancestral propia lengua. - El proceso de arabización de los valencianos no fue total ni excluyente. - Estas consideraciones nos inducen a pensar que la lengua romance persistía y coexistía con el árabe. Incluso debió ser mayoritaria en las capas poblacionales menos favorecidas, aunque, indudablemente, el árabe era la lengua de la cultura. El “romanç valencià” constituyó el estrato o base esencial de la posterior configuración del idioma valenciano en la Baja Edad Media. Cabe recordar que las mujeres son las trasmisoras de hábitos lingüísticos y los árabes-beréberes entroncaron las hispanas a lo largo de los cinco siglos de la Valencia musulmana. 289 J. V. GÓMEZ BAYARRI - En la configuración demográfica social y cultural de la entidad política denominada Reino de Valencia no se produjo una ruptura sino una evolución. Solamente cambió la superestructura dominante con la implantación de la islámica a partir del VIII o de la cristiana en el XIII. 290 VIII NOTAS 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) 13) 14) 15) 16) 17) 18) IBN IDARI, Bayan, vol. 2, p. 4 y ss., o bien AJBAR MACHMU ‘AH, edición de LAFUENTE y ALCÁNTARA. Madrid, 1867. CHEJNE, Anwar G. Historia de España musulmana. Madrid, 1993, p. 20. Sobre la conquista de Musa, véase AJBAR MACHMU’AH, p. 15 y siguientes, edición de LAFUENTE y ALCÁNTARA. Madrid, 1867. Las fuentes árabes coinciden en subrayar que Musa castigó a Tariq pero posteriormente se reconciliaron y marcharon juntos sobre el norte peninsular. Sin embargo, al regresar a Damasco, Tariq aparentó haberse apropiado de la gloria de Musa a los ojos del Califa al presentarle la Tabla de Salomón como motín suyo. CHEJNE,Anwar G. op. cit. p. 20. ARIÉ, R. España musulmana (siglos VIII-XV). Tomo III de la Historia de España dirigida por Tuñón de Lara. Barcelona, 1993, p. 15. ARIÉ, R. Op. cit. p. 17. HUICI MIRANDA, A. Historia musulmana de Valencia y su región. Novedades y rectificaciones. Tomo I. Valencia, 1972. p. 19 y ss. Cod. Árabe Escurialense, núm. 1676 de la Biblioteca Árabe Escurialense de don Miguel CASIRI. Francisco CODERA, Bibl. Arab. Hisp. T. III. p. 259. SIMONET, F.J. Historia de los Mozárabes de España. Madrid, 1897-1903. Recoge en el apéndice de textos este fragmento del Diccionario Bibliográfico de DABBI en árabe con la consiguiente traducción castellana, y algunas indicaciones paleográficas de la transcripción y precisiones toponímicas. Acerca del pacto, véase, HUICI MIRANDA, A. Historia musulmana de Valencia y su región. Novedades y rectificaciones. Tomo I. Valencia, 1972, pp. 86 y ss. LÉVI PROVENÇAL, E. España musulmana hasta la caída del Califato (711- 1031 d. C.) en Historia de España que dirigió R. Menéndez Pidal. volumen 4. Madrid, 1957. LLOBREGAT, E. Teodomiro de Oriola. Su vida y su obra. Alicante, 1973. PEÑARROJA TORREJÓN, L. Cristianos bajo el Islam. Madrid, 1993, pp. 67-71. GARCÍA DE VALDEAVELLANO, L. Curso de Historia de las Instituciones Españolas desde los orígenes al final de la Edad Media. Madrid, 1973, p 223. PILES IBARS, A. Valencia Árabe. Tomo I. Valencia, 1901, p. 67. HUICI, A. Historia musulmana de Valencia y su región. Novedades y rectificaciones. Tomo I. Valencia, 1972, p. 119. HUICI, A. op. cit. Tomo I. p. 130. SIMONET, F.J. Glosario de Voces Ibéricas y Latinas usadas entre los mozárabes, precedido de un estudio sobre el dialecto hispano-mozárabe. Madrid, 1888. Cfr. EGUILAZ Y YANGUAS, L. de, Glosario etimológico de las palabras españolas de origen oriental. Granada, 1886, p. VIII. RIBERA Y TARRAGÓ, J. “Cancionero de Abencuzman”. Disertaciones y Opúsculos. Madrid, 1928, p. 16. SÁNCHEZ ALBORNOZ, C. España, un enigma histórico, I. Madrid, 1962, p. 189. Del mismo autor “Espagne pré-islamique et Espagne musulmane”. Revue Historique, T. CCXXXVII, 1967, p. 301. Cfr. MENÉNDEZ PIDAL, R. España eslabón entre la Cristiandad y el Islam. Madrid, 1968. PÉRES, H. “Les élèments ethniques de liEspagne musulmane et la langue arabe, au V/XI siècle”. Études d’Orientalisme, 2. 1962, pp. 717-731. Citado por P. GUICHARD, Estudios sobre historia medieval. Valencia, 1987, p. 39. UBIETO ARTETA, A. Orígenes del Reino de Valencia. Volumen. I. Valencia, 1976, p. 239. 291 J. V. GÓMEZ BAYARRI 19) 20) 21) 22) 23) 24) 25) 26) 27) 28) 29) 30) 31) 32) 33) 34) 35) 36) 37) 38) DOZY, R. Historia de los musulmanes de España. 4 vols. Reedición. Madrid, 1982. CASTRO, A. La realidad histórica de España. 1954, ed. renovada, 1962 y ediciones posteriores. Cfr. Asimismo, España en su Historia, 1948. GUICHARD, P. Al-Andalus, estructura antropológica de una sociedad islámica en Occidente. Barcelona, 1976. En la página 23, concretamente en cita, se recoge la historiografía de la hispanidad opuesta a la discontinuidad. Del mismo autor, “La Valencia musulmana”. Nuestra Historia, T. II. Valencia, 1980, pp. 201-280. GUICHARD, P. “València abans dels catalans” en Rev. Avenç núm. 16. Barcelona, 1979. FUSTER, J. “Poetes, Moriscos i Capellans”, en Obras Completas I. Barcelona, 1975. O bien, la misma obra editada en Valencia, 1962. CASTRO, A. La realidad histórica de España. México, 1954, p. 7. GARCÍA TOLSA, J. “Los musulmanes”. Historia de España y América, Social y Económica, dirigida por Vicens Vives. Tomo I. Barcelona, 1974, p. 201. TORRES BALBAS, L., analiza el tema en varios artículos publicados en la Rev. Al-Andalus, y sintetizados en el libro publicado en colaboración con Henri TERRASE, Ciudades hispanomusulmanas. Madrid, 1971. Especialmente para Valencia, vid. “La población musulmana de Valencia en 1238”. Al-Andalus, XVI, 1951. Igualmente resulta interesante el artículo “Extensión y demografía de las ciudades hispanomusulmanas”. Studia Islámica, III, 1955. ABU-DAIF AHMAD, M. Las tribus árabes en Al-Andalus, hasta la caída del califato Omeya, 710-1031. Casablanca, 1983. Tesis doctoral presentada en la Universidad de Rabat. M. de Epalza expone un comentario del libro en la colección Sharq Al-Andalus. Estudios Árabes. Núm. 1. 1984. Anales de la Universidad de Alicante, pp. 199-201. RIBERA Y TARRAGÓ, J. “El Cancionero de Abencuzmán”. Disertaciones y Opúsculos, Tomo I. Madrid, 1928, pp. 16 y ss. El arabista valenciano realiza un estudio genealógico sobre la proporción decreciente de sangre árabe en la familia de los Omeya. Debemos resaltar la aceptación de la mujer española entre los árabes como puso de manifiesto E. García Gómez en “Poemas arábigo-andaluces”.ABU-DAIF AHMAD, M. op. cit., pp. 399476. RIBERA Y TARRAGÓ, J. “El Cancionero de Abencuzmán”. Disertaciones y Opúsculos, Tomo I. Madrid, 1928, pp. 16 y ss. El arabista valenciano realiza un estudio genealógico sobre la proporción decreciente de sangre árabe en la familia de los Omeya. Debemos resaltar la aceptación de la mujer española entre los árabes como puso de manifiesto E. García Gómez en “Poemas arábigo-andaluces”. BULLIET, R. W. Conversion to Islam in the Medieval Period. An Essay in Quantitative History. Harvard University Press. Cambridge, Massachusets and London, 1979, p. 124. Los datos proporcionados deben ser considerados como aproximados y discutibles. La carencia de fuentes y las dificultades que conlleva el estudio de la demografía islámica en Al-Andalus así lo aconsejan LÉVI PROVENÇAL. E. España musulmana (711-1031). Instituciones. Sociedad. Cultura. Historia de España, dirigida por R. Menéndez Pidal. Tomo V. Madrid, 1973, pp.102103. ARIÉ, R. op. cit. p. 211. DUFOURCQ, Ch. E. La vida cotidiana de los árabes en la Europa medieval. Madrid, 1993, p. 267. GUICHARD, P. “La Valencia musulmana” Nuestra Historia. Tomo II. Valencia, 1980, pp. 213 y ss. CAGIGAS, I. de las, Los mozárabes. Tomo I. Madrid, 1947, p. 408. ARIÉ, R. España musulmana (Siglos VIII-XIV). Tomo III. Barcelona, 1993, p. 24. DOZY, R. P. Historia de los musulmanes de España. El Califato. Tomo. III. Madrid, 1982, p 88 LÉVI PROVENÇAL, E. Islam d’Occident. Etudes d’histoire médiévale. II. París, 1948, pp. 174-184, o bien, ARIÉ, R. Op. cit. p. 24. 292 ETNIA ÁRABE 39) 40) 41) 42) PILES IBARS, A. Valencia árabe. Valencia, 1901, p.124. HUICI MIRANDA, A. Historia musulmana de Valencia y su región: Novedades y rectificaciones. Tomo I. Valencia, 1969. p. 165. EPALZA, M. de “Estructura, evolució i esplendor de les taifes valencianes”. En torno al 750 Aniversario. Antecedentes y consecuencias de la Conquista de Valencia. Tomo I. Valencia, 1989, pp. 135-136. Cfr. RUBIERA, Mª J. y EPALZA, M. de. Xátiva musulmana. (Segles VIII-XIII). Xátiva, 1987. RUBIERA, Mª. J. La taifa de Denia. Alicante, 1985. DOZY, R. P. Historia de los musulmanes de España. Tomo IV. Los reyes de taifas. Madrid, 1982, pp. 257-258. ÍNDICE ÍNDICE GENERAL J. V. Gómez Bayarri. El Reino de Valencia en el Compromiso de Caspe ................................. 7 J. Renart Moltó. El Artículo 1º de la Constitución de Cádiz: los Españoles de ambos hemisferios ............................................................... 57 J. Peña González. Cadiz: respuesta española a la crisis europea. ..................................................................................................... 109 F. Martínez Roda. El contexto histórico de la Constitución de 1812 .................................... 125 J. V. Gómez Bayarri. Diputados Valencianos en la Constitución de Cádiz de 1812..................................................................... 141 F. González De Posada. El problema del origen del Universo en la actualidad ............................................................................ 181 A. Herrero Alonso. Los Orígenes de Gandia ........................................ 225 A. Herrero Alonso. El Topónimo Gandia ............................................... 229 J. M. Blazquez. La polémica sobre la autenticidad de la Dama de Elche ............................................................................................... 243 J. V. Gómez Bayarri. ¿Etnia Árabe o simplemente Valencianos Islamizados?..................... 267 SERIE HISTÓRICA DEL AULA DE HUMANIDADES Fundada en 1985 NÚMEROS PUBLICADOS Núm. 1.— Temas del VI Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Presentación”. Cabanes Catalá, Mª.L.: “Documentación del s. XIII en relación con la Conquista”. Ferrer Navarro, R: “El proceso de la Conquista”. Pérez-Prendes y Muñoz de Arracó, J.M.: “Consideraciones sobre las Cartas Pueblas y repoblación en el Reino de Valencia (s. XIII)”. San Valero Aparisi, J.: “Formación del Reino de Valencia”.Garrido Mayol, V.: “Origen y estructura política del Reino de Valencia”.Beltrán Martínez, A.: “Circulación monetaria en el Reino de Valencia y en los estados limítrofes durante los siglos XIII y XIV”. Camarena Mahiques, J.: “ Reconquista y repoblación en la comarca de Gandía”. Valencia, 1986.133 págs. I.S.S.N.: 84-600-431-5...........................P.V.P.= 800 ptas. Núm. 2.— Temas del VII Curso de Historia y Cultura Valenciana y del I Seminario “El Mediterráneo-Mare Nostrum”. Sumario: San Valero Aparisi, J.: “Consideraciones sobre el concepto de la cultura en la historia valenciana”. Aparicio Pérez, J.: “Cambio o persistencia de la población valenciana”. Beltrán Martínez, A.: “La población valenciana desde el Bronce final a la Romanización”. Reflexiones sobre el tema”. Vila Moreno, A.: “ La expulsión de los moriscos: problemática y estado actual de su investigación”. Fernández Izquierdo, A.: “El comercio marítimo en la Edad Antigua: aceite, vino, garum y otros productos”. Llop Catalá, M.: “Comercio marítimo valenciano del siglo XIII al XV”. Valencia, 1987, 143 págs. ...........................P.V.P= 800 ptas. Núm. 3.— “Les arrels del Poble Valencià y la seua cultura”. Aparicio Pérez, J.: Bilingüe, en Lengua Valenciana y Castellana. Valencia, 1988, 203 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X...........P.V.P= 800 ptas. Núm. 4.— Temas del VIII y IX Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Mestre Sanchis, A.: “El siglo XVIII valenciano”. Franch Benavent, R.: “La economía valenciana en el siglo XVIII”. Gascón Pelegrí, V.: “Introducción a la figura de Gabriel Ciscar y Ciscar, científico valenciano de la Ilustración”. Becerra de Becerra, E.: “Gabriel Ciscar y Ciscar, el político y el estadista ante la invasión napoleónica”. González Bueno, A.: “Gabriel Ciscar (17601829) en las mentalidades de su tiempo”. Valencia, 1989. 122 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X .......................P.V.P= 800 ptas. Núm. 5.— Temas del II Seminario sobre el Mediterráneo – El Mare Nostrum. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Yacimientos arqueológicos y evolución de la costa valenciana durante la Prehistoria”.Rubio Gomis, F.: “Las fuentes clásicas y la costa valenciana. Las ciudades litorales en la antigüedad”. Martínez Roda, F.: “Los puertos valencianos, evolución histórica y situación actual”. Valencia, 1990. 139 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X........................P.V.P= 800 ptas. Núm. 6.— Temas del X Curso de Historia y Cultura Valenciana y del III Seminario sobre Agricultura, Industria y Comercio. Sumario: Beltrán, A.: “Los orígenes de Sagunto”. Martínez Cabrera, F.: “Los orígenes de Llíria”. Ramos Fernández, R.: “Los orígenes de Elche”. Pérez Mínguez, R.: “Agricultura, ganadería, caza y pesca en época ibérica”. Beltrán Martínez, A.: “Agricultura, ganadería, alimentación y cocina en época romana”. Valencia, 1990. 111 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X........................P.V.P= 800 ptas. Núm. 7.— Temas del X Curso y del XI Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Los orígenes de Gandía y La Vall de Bayrén”. Ferrer Navarro, R.: “Conquista y repoblación de La Vall de Bayrén”. Uroz Sáez, J.: “Los orígenes de Alicante”. Valencia, 1991. 130 págs. I.S.S.N.:0214-025 X................................P.V.P= 800 ptas. Núm. 8.— “La transición del mundo musulmán al cristiano en el Reino de Valencia”. Vol.I.: “Aspectos socioculturales y sociolingüísticos”. Vol. II.: “Glosario”. Gómez Bayarri, J.V. Valencia, 1991. 183 págs. I.S.S.S.N.: 0214-025 X .....P.V.P= 800 ptas. Núm. 9.— Temas del XII Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Beltrán Martínez, A.: “Játiva en la antigüedad”. Meseguer Folch, V.: “Los orígenes de Benicarló”. Aparicio Pérez, J.: “Los orígenes de Oliva”. Valencia, 1992. 143 págs.I.S.S.N X..................................................P.V.P= 800 ptas. Núm. 10.— Temas del XIII Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Prehistoria del Maestrazgo (Mesolítico y Neolítico). Beltrán Martínez, A.: “Arte rupestre del Maestrazgo”. Gómez Sanjuán, J. A.: “El Maestrazgo” Orden Militar de Caballería de Santa María de Montesa y de San Jorge de Alfama”. Simó Castillo, J. B.: “El Papa Luna, Señor del Maestrazgo”. Meseguer Folch, V.: “Arte, etnología y cultura popular del Maestrazgo”. Valencia, 1993. 172 págs. I.S.S.N.: 0214-02 X........P.V.P= 800 ptas. Núm. 11.— “Estudios de Hidronimia y Toponimia antigua castellonense”. Pérez Vilatela, L.. Valencia, 1994. 102 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X ........................................P.V.P= 800 ptas. Núm. 12.— Temas del XIV Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Prehistoria de los Valles del Norte de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana. España)”. Beltrán Martínez, A.: “Arte rupestre prehistórico”. Lloréns Barber, R.: “Etnografía y folklore”. Valencia, 1994. 151 págs I.S.S.N.: 0214-025 X............P.V.P= 850 ptas. Núm. 13.— Varia de Historia Antigua y Medieval. Sumario: Pérez Vilatela, L.: “Figuras sanadoras de la mitología griega: Apolo, Quirón y Asklepio”. Pérez Vilatela, L.: “El torso ibérico con Clipeo de cabeza de lobo de la Alcudia de Elche: una interpretación”. Pérez Vilatela, L.: “La exégesis homérica y argonáutica del extremo occidente, según la escuela de Pérgamo”. Castell Mahiques, V.: “Las Bulas Alejandrinas”. Valencia, 1994. 145 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X .......................................................P.V.P= 850 ptas. Núm. 14.— Temas del XII Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Orígenes de Villena”. Aparicio Pérez, J. y Martínez Sansó, J.S.: “Orígenes de Cullera”. Valencia, 1995. 152 págs. I.S.S.N.: 0214-025 XP.V.P= 850 ptas. Núm. 15.— Temas del XV Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Prehistoria del Marquesat”. Beltrán, A.: “El arte rupestre prehistórico en el Marquesado de Denia y problemas de la etapa postpaleolítica en la zona”. Pérez Vilatela, L.: “De Hemeroscopio a Denia. Una propedéutica sobre las fuentes literarias.” Codina Bas, J.B.: “El Marquesado de Denia a finales del si- glo XVIII y comienzos del XX”. Valencia, 1995. 180 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X ........................................P.V.P= 850 ptas. Núm. 16.— Temas del XVII Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Guillem, J. J.: “Semblanza biográfica y humana de Jorge Juan”. Beltrán, A.: “Martín Cortés de Albacar, Cosmógrafo Aragonés precursor de Jorge Juan”. Becerra de Becerra, E.: “Jorge Juan, Modelo de Ilustrado”. Cerezo Martínez, R.: “Jorge Juan y Antonio de Ulloa, dos Científicos Españoles del siglo XVIII”. Villena, L.: “Jorge Juan y la Metrología”. Pérez Pujol, C.: “Jorge Juan: Marino y Embajador”. Ballesteros Gaibrois, M.: “La Asamblea Amistosa-Literaria, ayer y hoy”. Torregrosa Valero, M.: “Jorge Juan y la Orden de Malta”. Valencia, 1997, 272 págs. I.S.S.N. 0214-025 X ..............................................P.V.P= 850 ptas. Núm. 17.— Temas del XVIII Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: Becerra de Becerra, E.: “Los ilustrados Valencianos”. Villena Pardo, L.: “Las ciencias físico-matemáticas y la tecnología en el s. XVIII”. Ballesteros Gaibrois, M.: “Los botánicos españoles del s. XVIII en América”. Beltrán Martínez, A.: “La ciencia numismática y epigráfica en tiempo de Cavanilles”. Vila Moreno, A.: “La llengua valenciana en temps de Cavanilles”. Catalán Pérez-Urquiola, M.: “La astronomía en el siglo XVIII. Antecedentes. Su evolución hacía el presente”. Valencia, 1998.175 págs. I.S.S.N. 0214-025 X.........P.V.P= 850 ptas. Núm. 18.— Temas del XVI Curso de Historia y Cultura Valenciana. Historia General del Reyno de Valencia. Manual. Sumario: Aparicio, J.: Capítulo I, “La Prehistoria”. Pérez Vilatela, L.: Capítulo II, “Edad Antigua”. Gómez Bayarri, J.V.: Capítulo III, “Edad Media”. Ciscar Pallarés, E.: Capítulo IV, “Edad Moderna”. Martínez Roda, F.: Capítulo V, “Edad Contemporánea”. Valencia, 2002. 552 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X ...............................................P.V.P= 12 €. Núm. 19.— Historia General del Reyno de Valencia. Cinco volúmenes. Valencia, 2002. I.S.S.N.: 0214-025 X ...........P.V.P= 150 €. Núm. 20.— Temas del XIX Curso de Historia y Cultura Valenciana. “1898: Fin de una Epopeya. La participación valenciana”. Sumario: Catalán Pérez-Urquiola, M.: “La Armada Española entre la Ilustración y 1898”. Cerezo Martínez, R.: “La política naval ante la crisis “colonial” de España de 1898”. Aguilar Peris, J.: “La ciencia española en torno al 98”. Rodríguez González, A.R.: “Los Combates Navales de Manzanillo: La gesta de un Valenciano”. 132 págs. I.S.S.N.0214-025 X..........................P.V.P= 850 ptas. Núm. 21.— Temas del XX Curso de Historia y Cultura Valenciana.” El Cid”. Sumario: Martínez Díez, G.: “El otro Cid: El Cid de la historia en Valencia”. Becerra de Becerra, E.: “Otra visión del Cid”. Ferrer Navarro, R.: “¿Un nuevo autor del Poema del Mío Cid?”. Mena Calvo, A.: “El Cid en la música europea”. Gómez Bayarri, J. V.: “Valencia en la hazaña cidiana”. Ribera i Tarragó, J.: “El Cid en Benicadell”. Sala Giner, D.: “El Cid en Penya Cadiela”. Marrero, A.: “Cronología cidiana”. Valencia, 2000. 190 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X ........................................P.V.P= 850 ptas. Núm. 22.— Temas del XXI Curso de Historia y Cultura Valencianas. “ Els Borja” y Tema de Historia Valenciana. Sumario: Ballesteros Gaibrois, M.: “Un documento inédito: El complemento de la dote de la hija de Santángel, Luis”. Costa Catalá, J.: “Luis de Santángel”. Atienza Peñarrocha, A.: “Els Papes Borja, Valencians”. Navarro Sorní, M.: “De Calixto III a Alejandro VI: Los Borja de Xàtiva a Roma”. García Hernán, E.: “Francisco de Borja como diplomático y su proyección en el barroco”. Valencia, 2001. 208 págs. I.S.S.N. : 0214-025 X ......................P.V.P= 850 ptas. Núm. 23.— Temas del XXII Curso de Historia y Cultura Valenciana “Valencia y los Valencianos hace dos mil años”. Sumario: Pérez Vilatela, L.: “Las tierras valencianas hace dos mil años: colonias, ciudades, municipios, sociedad y economía”. Morote Barberá, G.: “Ciudades y sociedad indígena al final de la protohistoria y principios de la edad antigua”. Garcia Gelabert, M.P.: “Ciudades, municipios y colonias a partir de la época romana tardo-republicana en tierras de la Comunidad Valenciana”. Villena Pardo, L.: “Las fortificaciones ibero-romanas en la Comunidad Valenciana y sus antecedentes”. Montesinos Martínez, J.: “La cerámica internacional. La terra sigillata: fabricación y comercio”. Aguilar Peris, J.: “La tecnología en la hispania romana”.Valencia, 2002. 288 págs. I.S.S.N. 0214-025 X ..................................................P.V.P= 9 €. Núm. 24.— “El Campanario Barroco de la Iglesia de Santa Catalina Mártir de Valencia”. Pingarrón Esaín, F.. Valencia, 2002. 157 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X.......................P.V.P= 9 €. Núm. 25.— Temas del XXIII Curso de Historia y Cultura Valenciana. “Castillos valencianos”. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Presentación”. Cremades de Adaro, J.: “Castillos de la Comunidad Valenciana”. Quesada Gómez, A.: “El hombre y su necesidad de protección desde el principio de los tiempos”. Villena, L.: “España, país de castillos abandonados. La AEAC vino a protegerlos”. Villena L.: “Función de un castillo y de cada uno de sus elementos”. Aparici Navarro, M: - “Castillos de la provincia de Valencia”. Azuar Ruiz, R.: “Castillos de la provincia de Alicante”. Menéndez, J. L.: “Moros en la costa” y la red de torres para la defensa del litoral costero en el Reino de Valencia durante el siglo XVI: Propuesta tipológica y evolución”. Cabanes Catalá, M. Luisa: “Los castillos en los sellos”. Becerra de Becerra, E.: “La fortificación abaluartada. Sus huellas en el Reino de Valencia”. Valencia, 2003. 302 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X ................P.V.P= 9 €. Núm. 26.— In memoriam. D. Juan Beltrán Miralles. A Don Juan Beltrán Miralles (In memoriam). Presentación. I. Temas del XXIV Curso de Historia y Cultura Valenciana. “La Valencia del siglo XX”. Sumario: Sala, D.: “El arte en la Valencia del siglo XX”. García, E.: “La evolución de los contenidos de la prensa valenciana en el siglo XX: Secciones y organización de la información en el diario Las Provincias (1903-2003)”. Martínez, F.- Cardells, F.: “Cambios socio-económicos en la Valencia del siglo XX”. Lavilla, M J.: “Corrientes literarias en una sociedad en proceso de cambio: cien años de literatura valenciana”. II. Varia de arqueología e historia. Gómez, J. V.: “El juego de la pelota valenciana en tiempos de Juan Luis Vives”. Aparicio, J.: “Noticia del hallazgo de un grabado parietal de caballo en la Cova del Parpalló” (Gandía. Valencia) Valencia, 2004, 200 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X ................................................................P.V.P= 9 €. Núm. 27.— In Memoriam. Dn. José Camarena Mahiques 1921-2004, por Herrero Alonso, A.. I Temas del XXV Curso de Historia y Cultura Valenciana. Sumario: “Las Órdenes Militares en la Comunidad Valenciana”. Aguilar Peris, J.: “El Temple y la Alquimia”. Becerra de Becerra, E.: “El Freire: monje y guerrero”. Cabanes Pecourt A. : “La economía de algunas órdenes militares en el Reino de Valencia a mediados del siglo XV”. Navarro Benito, M.: “La herencia de los Templarios: los castillos de la Orden de Montesa en la Edad Media”. Sarasa Sánchez, E.: “Las órdenes militares en las crónicas de la Corona de Aragón (siglos XIII-XIV)”. Villena Pardo, L.: “Castillos de las Órdenes Militares, en particular la de Montesa”. II Varia de Arqueología e Historia. Sumario: Aparicio Pérez, J.: “Noticia sobre dos puentes singulares en Bocairente (Valencia)”. Gómez Bayarri, J. V.: “Conquista, repoblación y castellología de l Alcalatén”. Valencia, 2005, 215 págs. ..........................................................................P.V.P= 9 €. Núm. 28.— “Historia-Memoria de los veinticinco años de divulgación cultural y de investigación científica”. Aparicio Pérez, J. Valencia, 2005. 239 págs. I.S.S.N.: 0214-025 X............P.V.P= 9 €. Núm. 29.— Temas del XXVI Curso de Historia y Cultura Valenciana. “Temas de nuestro tiempo” Aguilar Peris, J.: “ El efecto invernadero y el cambio climático”. Blázquez Martínez, J.M.:” Los pueblos y las regiones de la Hispania Prerromana y Romana”. Giner Giner, F.: “ Passat, present i futur de la llengua valenciana”. Giner Giner, F.: “Pasado, presente y futuro de la lengua valenciana”. II. Aula de Humanidades y Ciencias 1980-2005. 25 años de actividad cultural y científica. conmemoración. Por Aparicio Pérez, J. ...............................................................P.V.P= 9 €. Núm. 30.— Temas del XXVII Curso de Historia y Cultura Valenciana. “Cova del Parpalló, 75 años después” Aparicio Pérez, J. y Morote Barberá, J. G. “La Cueva de El Parpalló vista por tres grandes arqueólogos españoles del siglo XX” Blázquez Martínez, J. M. “Comentarios sobre dos plaquetas decoradas de la cueva del Parpalló” Silgo Gauche, L. “Los cantos grabados de cova Matutano (Castellón) y sus relaciones con el arte mobiliar de la Cova del Parpalló (Valencia)” Olaria Puyoles, C. y Gusi Jener, F. II.T e mas del XXVIII Curso de Historia. “El Camino Valenciano del Cid”. Gandía, 2007. “El camino valenciano del Cid” Aparicio Pérez J. “Fortificaciones de los caminos del Cid en tierras valencianas” Gómez Bayarri, J.V. III. I Curso de Ciencias “La Ciencia Europea durante los siglos XVII y XVIII”. “La física: “Ciencia por excelencia”. Ortega ante la teoría de la relatividad” González de Posada, F. “Galileo Galilei: el universo está escrito en lenguaje matemático” Aguilar Peris, J. (✝). “Newton: “El mayor genio de la humanidad” Ferraz Fayos, A. “Jorge Juan: la marina, la tecnología y la ciencia” Villena Pardo, L. “Un científico de la Ilustración “D. Antonio de Ulloa” Martínez Prieto, M. A. Núm. 31.- Temas del XXIX y XXX Curso de Historia y Cultura Valenciana y IV Curso de Ciencias. Temas del XXIX Curso de Historia. Alfonso el Magnánimo 550 años después. J.V. Gómez Bayarri: “Alfonso el Magnánimo; Rey Político y Mecenas Humanista”. M. Aparici Navarro: “La Capilla de los Reyes, erigida por Alfonso V el Magnánimo”. A. Herrero Alonso: “Poetas de la corte de Alfonso, El Magnánimo”. Temas del XXX Curso de Historia. 1609-2009. La expulsión de los moriscos 400 años después. J. Aparicio Pérez: “1609-2009”. A. Herrero Alonso: “Los Moriscos del Señorío de los Borja y efectos de su expulsión”. Mª. J. Casaus Ballester: “La expulsión de los Moriscos Valencianos vista desde el siglo XIX”. E. Sarasa Sánchez: “De Mudéjares a Moriscos en la Corona de Aragón”. J. V. Gómez Bayarri: “Actuaciones de los Monarcas y Legislación Foral relativa a los Sarracenos Valencianos (1238-1285). IV Curso de Ciencias. Astronomía teórica y prácticas. M. Chueca Pazos; M. J. Jiménez Martínez: “Jorge Juan y la Geodésia de la Ilustración. Visión Técnica e Histórica desde el siglo XXI”. M. López Muñoz Pellicer: “Astronomía y Mecánica celeste en Muñoz, Zaragozá y Laplace”. F. González de Posada: “El Principio Galileano de Matematicidad de la Naturaleza”. ...........................................................P.V.P. 9 € Núm. 32.- I Temas del XXXI Curso de Historia. Los Borja: Poder Terrenal, Poder Celestial. A. Herrero Alonso: “Francisco de Borja, el esplendor de un Ducado”. J. V. Gómez Bayarri: “Genealogía de los Borja Valencianos. Desde Gonzalo Çapata de Borja (1315) A San Francisco de Borja (1510-1572)”. M. Navarro Sorní: “San Francisco de Borja y la Compañia de Jesús”. II Temas del XXXI Curso de Historia. El espacio y el tiempo en la historia y en la filosofía. D. Mara- vall Casesnoves: “El espacio y el tiempo en la Historia y en la Filosofía”. M. López Pellicer: “Las Matemáticas de Jorge Juan”. M. Chueca Pazos, M. Villar Cano: “Un apunte sobre la Historia de la Ingeniería Cartográfica en el Mundo Occidental. Páginas Valencianas”. G. Carnero Arbat: “La Herencia Vanguardista en el Primer Miguel Hernández: Purismo y Neogongorismo en Perito en Lunas”. E. Becerra de Becerra: “Don Gabriel Ciscar y Ciscar, Regente de España”. II Temas del XXXII Curso de Ciencias. E. González de Posada: “El Principio de los Primeros Principios: el Principio Antrópico”. .........................P.V.P. 9 € El, Núm. 33 de la Serie Histórica del Aula de Humanidades y Ciencias de la RACV se publicó el mes de Julio del Año del Señor de 2013 segundo año de funcionamiento de la Universidad Valenciana de Verano gracias a la colaboración con la Universidad Católica de Valencia y con el Ayuntamiento de Gandía DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA REAL ACADEMIA DE CULTURA VALENCIANA Fundación Pública Aula de Humanidades y Ciencias AJUNTAMENT DE VALENCIA Miembro de la C.E.C.E.L. del Consejo Superior de Investigaciones Científicas UNIVERSIDAD VALENCIANA DE VERANO