AÑO VIH. MADRID 1.° DE JULIO DE DIRECTOR dOSS de EIAKIZHGUI Profilaxis del tifus exantemático^'^ Modos de t r a n s m i s i ó n l,a historia del tifus, decía Kirsch en 1893, está escrita en aquellas obscuras páginas de la historia del mundo que refieren tristemente las dolorosas visitas hechas al género humano por las guerras, las hambres y las miserias de tod&s clases. En efecto; el conocimiento que nosotros poseemos hoy de la etiología de este padecimiento nos da clara cuenta del profundo sentido de estas palabras elocuentes de Kirsch, La persistencia con que se presenta el tifus, allí donde se dan las malas condiciones higiénicas engendradas por la miseria, el desaseo y el hacinamiento de las gentes, excusan además muy bien el viejo pensamiento de Murchison que creía en la generación espontánea de las causas generadoras de este padecimiento en las aludidas circunstancias . Ha habido sin duda desde hace mucho tiempo, la intuición del papel importante que los vestidos de los enfermos desempeñaban en la propagación de las epidemias de tifus exantemático. Muchas veces he pensado yo que esta intuición fué tenida antes que por nadie por los médicps españoles, como se desprende del sentido de la palabra «tabardillo», con que se denominó en España desde tiempo immemorial al tifus. Tabardillo viene de la palabra tabardo, que es, según el Diccionario, un abrigo ancho y largo, de paño tosco, con las mangas bobas, que usaban antes las gentes del campo. ¿Paede darse mayor relación intuitiva que la que se deduce del origen del nombre de tabardillo, desprendido seguramente de una prenda antigua de vestido que entre las gentes pobres debió ser asiento frecuente de abundantes parásitos transmisores de este padecimiento? Este hecho denota el profundo sentido de observación que los médicos españoles han revelado siempre. Esta intuición sobre el papel de los vestidos como medio de transmisión del virus exantemático, contribuyó positivamente a que al pensar en los parásitos que podrían con más facilidad ser los portadores del mal, se fijara la atención de los observadores en el piojo, por ser éste un parásito del cuerpo que se adhiere a los vestidos, y que se da con preferencia en las condiciones que la observación secular había demostrado se engendra siempre el tifus exantemático. Esto fué, seguramente, lo que condujo al Dr. Cortezo en 1903 a establecer por primera vez la profilaxis pública del tifus sobre estas bases, en la llamada epidemia del Cerro del Pimiento en Madrid. Claro está que tal intuición no pasó de mera sospecha hasta que el estudio biológico de esta enfermedad infecciosa entró en el dominio del laboratorio. En 190Q fué demostrada experimentalmente por Nicolle y Conseil la transmisión del tifus exantemático de mono a mono, y además del hombre al mono, por las picaduras de piojos infectados, y en los años siguientes estos mismos autores (1) Véase el número de ESPAÑA MÉDICA del 10 del pasado. 1918 Se publica el \, 10 y 20 de cada mes. completaron sus observaciones, fijando bien las condiciones preferentes de dicha transmisión. Este descubrimiento fué bien pronto confirmado por las investigaciones de Ricker y Wilde, Gaviño y Girad en Méjico, por Anderson y Goldberger en los Estados Unidos, y por Sergent, Joley y Vialatte en Argelia, los cuales comprobaron la transmisión de la enfermedad del hombre a los animales susceptibles por medio de piojos previamente alimentados con sangre de los enfermos de tifus. También se han recogido observaciones de transmisiones de hombre a hombre por medio de los piojos infectados, unas debidas a la casualidad, y dtras provocadas voluntariamente, que no dejan la menor duda en el ánimo. Recientemente han publicado Nicolle y Conseil dos casos muy curiosos y terminantes. Un mozo del laboratorio del Instituto Pasteur, de Túnez, que no pertenecía al departamento donde se estudiaban precisamente estos asuntos, pero que ayudó un día accidentalmente a un compañero suyo encargado de hacer áUmentar los piojos sobre monos infectados, fué picado por uno de aquellos insectos y contrajo, después de diez días de incubación, un tifus muy grave. El otro hecho que refieren los citados autores es todavía más interesante: un guardián de las prisiones de la Regencia de Túnez, donde a la sazón existía una epidemia de tifus exantemático, después de haber oído explicar a Nicolle y Conseil el mecanismo de la transmisión de la enfermedad y los medios seguros de precaverla concibió la idea de comprobarlos en secreto por sí mismo; y aprovechando la llegada a la cárcel de dos obreros de nacionalidad extranjera, que no iban como presos sino a trabajar en la penitenciaría sin ponerse en contacto con los enfermos, depositó alevosamente sobre el cuello de uno de ellos algunos piojos infectados recogidos de un enfermo afecto de tifus exantemático. NUMERO 268 GERENTE misión de la enfermedad por el piojo"' de los vestidos «pediculus vestimenti», demostraron los autores americanos Anderson y Goldberger el mismo poder en los de la cabeza «pediculus capitis», observación digna de notar y de cierta transcendencia sanitaria, porque el piojo de la cabeza es un huésped mucho más común del hombre que el de los vestidos, y se encuentra a menudo entre personas pertenecientes a clases menos miserables que las de ordinario llevan este parásito entre sus ropas. Bien conocida es, por ejemplo, la facilidad con que los niños de las escuelas son infestados por los piojos de la cabeza, y la frecuencia con que estos parásitos se transmiten de unos a otros y a las personas que los cuidan o tratan. Se ha estudiado con interés si es posible la transmisión hereditaria del germen exantemático en el propio piojo por sus huevos, sin que hasta el presente los parásitos nacidos de las liendres procedentes de piojos anteriormente infectados de tifus, hayan podido transmitir la enfermedad por picadura a los animales susceptibles. Sólo Ricketts y Wilder han podido observar el hecho de que los animales que fueron objeto por su parte de esas experiencias, aunque no contrajeron el mal, ofrecieron, sin embargo, cierto grado de inmunidad a ulteriores inoculaciones directas, lo que hace pensar en la posibilidad de la herencia del virus en el piojo y la conveniencia de proceder a la destrucción de las liendres siempre que se establezcan rigurosas reglas de profilaxis práctica en casos de epidemia. Un fenómeno muy singular observado desde el principio de estos estudios por los médicos franceses del Instituto de Túnez es que los piojos alimentados sobre hombres o monos atacados de tifus exantemático se muestran constantemente desprovistos de virulencia del primero al séptimo día de Nueve días después este pobre obrero fué vícti- la succión de la sangre, y, al contrario, se hacen ma de la experiencia del guardián y contrajo la siempre virulentos del noveno al décimo día. T a m bién resultan virulentos en estos mismos días los enfermedad. £1 referido guardián de la cárcel ocultó su se- excrementos de los piojos infectados-, de tal suerte, creto durante largo tiempo, hasta que, contagiado que si con la uña impregnada de deyecciones de él mismo, confesó a los médicos lo que había he- piojos se hacen pequeños arañazos en la piel de cho. Por lo demás, los casos de individuos conta- los animales susceptibles, se puede transmitir la engiados de tifus después de haberse expuesto a las fermedad con la misma facilidad que por la picapicaduras de piojos infectados procedentes de en- dura del insecto. fermos son ya tan numerosos que no puede quedar Por cierto, que este hecho viene a establecer alduda respecto al papel interesantísimo que este pa- guna analogía con la forma de transmisión de la rásito juega en la transmisión del contagio y en la peste por las pulgas, que, como es sabido, transmipropagación de esta clase de epidemias. Y si en ten también la enfermedad por picadura, siendo los primeros rnomentos de estos estudios pudo h a - además virulentos sus propios excrementos. ber algunas vacilaciones respecto al valor y y trasLa circunstancia de que la picadura del piojo incendencia sanitaria de este conocimiento, el re- fectado no sea virulenta hasta pasados cuando mesultado obtenido con la nueva profilaxis, fundada nos cinco o siete días de la succión de la sangre sobre esa base científica, y aplicada en gran esca- del enfermo, ha hecho suponer a algunos autores la durante la guerra actual en todos los ejércitos que el germen microbiano causal del tifus necesita beligerantes para combatir el desarrollo del tifus pasar en el organismo del piojo una fase de su naexantemático entre las tropas, ha venido a confir- tural evolución ontogénica, como sucede con el mar para siempre que la higiene moderna cuenta microbio desconocido de la fiebre amarilla, el heen este sentido con una orientación nueva y me- matozoario del paludismo y otros muchos microdios poderosos para poder luchar con éxito contra zoarios. una de las plagas que durante siglos y siglos ha Esto ha conducido a Nicolle, y en general a la esdiezmado a la humanidad más cruelmente. cuela francesa, a creer que el germen desconocido Después de los estudios de Nicolle sobre la trans- del tifus exantemático debe ser de naturaleza mf- ESPAÑA MEDICA turados, han resultado absolutamente negativos. Además, los hábitos y condiciones especiales eu que se da preferentemente la vida de aquellos insectos con relación al hombre, no convienen con la epidemiología del padecimiento; asi, por ejemplo, mientras las pulgas y chinches se dan más en el verano, el tifus se presenta de preferencia en invierne, y estas razones, unidas al resultado negativo de los experimentos, han conducido a la conclusión rotunda de que entre los parásitos humano?, sólo el piojo es capaz de transmitir por picadura el tifus exantemático al hotnbre. Desde hace mucho tiempo veníape advirtiendo en la historia de las epidemias de tifus exantemático la extraña coincidencia de que se presentaran simultáneamente otras de fiebre recurrente, sin que se alcanzase a nadie fácilmente la razón de esa rara simultaneidad de entrambas dolencias. En la actual campaña balkánica ha habido un ejemplo muy elocuente de esto. En el primer semestre de 1915 ocurrió en Servia, como es sabido, una grave epidemia de tifus exantemático, que sólo en el ejército servio produjo en los primeros meses 3.000 casos; pues bien, ella fué acompañada de otra fiebre recurrente que llegó a la cifra de 8.000 soldados atacados en el mismo tiempo. Lo singular del caso fué, que las mismas medidas profilácticas fueron adoptadas por la misión Esta doctrina dé la generación alternante o de sanitaria inglesa mandada por el coronel médico la evolución polimórfica de ciertas bacterias tal y Hunter y el teniente coronel Slammers, para comcomo la han presentado por primera vez en 1Q14, batir las dos epidemias y el resultado favorable fué los autores ingleses antes citados, en el tifus.exan- igualmente rápido y sorprendente para entrambas. temático, y la han generalizado después al germen ¡Qué difíciles de explicar eran en otro tiempo de la escarlatina y al m,eningococo de Weichsel- estos hechos epidemiológicos, y qué fáciles hoy baum, podría abrir, de ser confirmada definitiva- después de saber que, no obstante tratarse de dos mente, nuevos y muy amplios horizor tes a la in- enfermedades de naturaleza absolutamente diferenvestigación de las causas microbianas todavía ocul- te, tienen de común al piojo como medio transmitas de muchas enfermedades infecciosas, y explicar sor único df hombre a hombre! Son curiosas las fenómenos tan interesantes como éste del período analogías que existen entre la evolución del espiride incubación del virus exanteniático en el orga- lo de la fiebre recurrente en el organismo delpiojo nismo de! piojo antes de convertirse en peligroso y la del germen supuesto de Hort en el tifus exanpara el hombre. temático. Aquellos de nuestros lectores que conozcan las Ingeridos por succión los espirilos con la sargre ideas de Ferrán sobre el origen soprofftico de la de los enfermos en el tubo digestivo del piojo, los tuberculosis, y la transformación de sus gérmenes espirilos sufren en el organismo de estos insectos a y ¿> en el bacilo ácidorresisténte de Koch, verán alteraciones tan rápidas que pronto desaparecen ea nuestro ilustre compatriota el verdadero precur- aquellos visiblemente, hasta el punto que después sor de esta doctrina novísima de la generación al- de algunas horas no se puede demostrar su presenternante de las bacterias. cia por medio del ultramicroscopio. Un punto muy importante de averiguar era el Esta desaparición, sin embargo, no es más que lapso dé tiempo en que el hombre o el animal enaparente; pues al cabo de una semana próximafermos de tfus eran capaces de infectar el parásito mente, se les ve reaparecer en forma de espirilos transmisor del padecimiento. Los experimentos finos, muy móviles, que pronto alcanzan las d i realizados por muchos investigadores en este sen- mensiones ordinarias de los espirilos de la sangre. tido, están conformes en que la sangre del hombre Al cabo de otro período de días, al que hace diez enfermo es virulenta en todos los períodos de la y nueve, casi siempre desaparecen los espirilos de enfermedad, desde los primeros días aun antes de nuevo para no volverse a presentar más. la aparición de la fiebre hasta el principio mismo Lo más curioso de esta evolución, como la han de la convalecencia-, lo que prueba que el piojo demostrado Nicolle, Blanc, Conseil, Sergent y J o puede infectarse sobre el hombre en todo el curso ley, es que la virulencia de los piojos nutridos de del padecimiento; y si a esto se agrega que, cun-_ sangre de enfermo recurrente, no está en relación trariamente a un prejuicio vulgar que existe toda con la presencia en el insecto de los espirilos visivía, los piojos no viven de detritus orgánicos de bles al microscopioo al ultramicroscopio; sino que ninguna clase sino que se alimentan exclusivamen- precisamente la mayor virulencia de los parásitos te de la sangre del hombre, se comprenderá bien infectados se da en los momentos en que los espila voracidad con que el parásito hambriento pica a rilos no han aparecido todavía en el organismo de su huésped, la facilidad con que se infecta y el es- los insectos, y decrece cuando la presencia de aqu'ícaso tiempo que necesita estaren contacto con el llos se hace clara y permanente. Es, pues, sobre enfermo para que su picadura sea extremadamente todo en la fase de evolución.preespirilar, o en otros peligrosa para el hombre sano. términos, en el momento de hacerse ésta visible, El conocimiento de los días que el parásito in- cuando el microbio de la fiebre recurrente presenta fectado tarda en hacerse virulento es un dato que en el piojo su más alta virulencia para infectar al importa mucho a la epidemiología del tifus; porque hombre. explica de qué modo los piojos que conservados Al contrario de Jo que pasa en el tifus exantemáen las ropas que sirvieron a los enfermos de tifus o tico, el virus recurrente es conservador por herenen otros objetos distintos, y que en los primeros cia en las liendres de los piojos infectados, y esto días de infectados nu produjeron acaso el contagio explica la mayor dificultad que ofrecen a ser exdel padecimiento, pueden ocasionarlo después de tinguidas las etiidemias de fiebre recurrente compasado ese período de evolución del microbio en paradas con las de tifus exantemático, aun cuando el organismo del piojo; lo que además conduce a para combatir unas y otras se usan los mismos meciertas previsiones de tiempo y lugar referentes a dios destructores de los piojos. Parece desprenderla desinfección de los vestidos, que han de consi- se de todo esto que el espirilo de Obermeyer tiene derarse siempre, como ya se ha dicho, el principal en el organismo del piojo una evolución multiformedio de extensión del contagio de un sitio a otro. me que corresponde a una fase visible y a otra inLos trabajos experimentales realizados por mu- visible; y hay fundados motivos para pensar que lo chos investigadores para averiguar si otra clase de mismo sucede.en el organismo humano; puesto que ya se trate del hombre o del piojo, la sola forma insectos, como las pulgas, chinches, mosquitos, etcétera, eran capaces como el piojo de ser transmi- activa virulenta y capaz de división del germen de sores del tifus exantemático después de picar a los la fiebre recurrente es la que escapa a ser vista por enfermos, empleando la picadura a los individuos el microscopio, que es lo mismo que, según la hipótesis de Hort, pasa con la evolución en el piojo sanos o la inyección de los parásitos mismos tri crozoárica, y en este sentido han orientado muchas de sus investigaciones, sin que hasta el presente hayan podido lograr nada positivo y formal. Si las nuevas ideas d é l o s ingleses Hort e Ingram sobre el pleomorfismo bacteriano del germen exantemático, ya expuestas extensamente en el capítulo anterior, fueran confirmadas por otros autores y se admitiera en definitiva que este germen tiene dos fases diferentes: una forma primitiva, ultravisible, filtrable, virulenta, y, por tanto, la única patogénica, que es la que se adapta al pequeño micrococo incultivable en los medios artificiales encontrado y descrito por Hort; y otra forma secundaria, de evolución fácilmente perceptible al microscopio, inofensiva no filtrable, que se encuentra de ordinario en la sangre, en la orina y en el líquido cefalorraquídeo de los enfermos, y que es el cocobacilo, frecuentemente hallado por la mayor parte de los investigadores, entonces cabría pensar, enfrente de la hipótesis microzoárica, que acaso la transformación de la segunda fase inofensiva en la primera fase verdaderamente virulenta del germen exantemático, se realizará precisamente en el organismo del piojo en esos días qve pasan desde el momento en que el parásito se alimenta con la sangre de los enfermos tíñeos, hasta.que su picadura se hace virulenta y capaz de transmitir la enfermedad a los individuos sanos. del microbio descubierto por él en el tifus exante" mático; lo que muestra cierta rara analogía entre estás dos entidades patológicas que con tanta frecuencia caminan juntas y se desarrollan simultáneamente en forma epidémica. Y al llegar aquí conviene formular una pregunta que tiene una alta significación para la profilaxis del tifus exantemático: ¿Es el piojo el único medio de transmisión al hombre de este padecimiento? Para Nicolle y la escuela francesa en general, la contestación es rotunda y afirmativa. Sólo el piojo es capaz de transmitir esta dolencia, y en la destrucción de este parásito del hombre está la base racional única de toda lucha contra las epidemias de tifus exantemático. Para estos autores las experiencias de Túnez y el éxito alcanzado en la casi total extinción de la endemia que existía antes en aquella residencia francesa no dejan lUgar a dudas. A l a s experiencias de los médicos franceses y americanos antes de comenzar la guerra, se ha sumado el éxito obtenido durante la campaña actual ea la prevención y extinción de los diferentes focos epidémicos de tifus exantemático, que se han presentado en los distintos ejércitos beligerantes. Acaso no haya ningún país de los que están en guerra que no haya puesto en vigor con excelente resultado la lucha contra el piojo en la profilaxis de sus tropas para prevenirlas del tifus. En las grandes epidemias, como en la de Servia, de principios de 1QI5, el resultado obtenido por la Sanidad mihtar inglesa, que tomó sobre sus hombros la honrosa tarea de combatir la terrible plaga que diezmó el ejército y la población civil servios; fué verdaderamente sorprendente, sin que en el régimen impuesto en los hospitales, así como a las tropas y al elemento civil, presidiera más principio científico que el despiojamiento de las cosas y personas. Cuenta el malogrado Gochmann, muerto, por cierto, contagiado del tifus exantemático, en su célebre obra Lehrbuch des Infektionskran kheiten, que un médico servio, amigo suyo, refiriéndose a la eficacia del despiojamiento en la prevención del tifus exantemático, le dijo que durante la anterior guerra balkánica, en el hospital de Kumanowo, dedicado a la asistencia de enfermos de tifus, se hizo la experiencia de acostar en la propia cama de algunos de ellos estando completamente libres de piojos, a otros individuos sanos, y jamás se dio el caso de contagiarse ninguno de éstos. Aunque el experimento, desde el punto de vista moral, deba ser censurado, no se puede menos de convenir en que es harto convincente y demostrativo. De todo lo anteriormente dicho se han desprendido los siguientes postulados: i.°, la profilaxis del tifus consiste en Ja destrucción de los piojos en personas y cosas, singularmente en los vestidos; 2.", una población que no tenga piojos, está al abrigo del tifus exantemático; 3.°, después del despiojamiento, el enfermo atacado de tifus no es dañoso; y 4.°, un enfermo sin piojos no es contagioso. Dr. n . JVIartín Salazar Inspector general de Sanidad {Continuar d) CRÓNICA (ñLQUN05 <ñPUNTE5 de morbopsicologla social, respecto al trágico suceso de Rosales Quizá se halle en el espíritu de nuestra raza, o en la incultura y deficiente educación del pueblo español; pero es el caso que los comentarios de plazuela, casino y café, y, sobre todo, las informacio- \-^ nes criticas que algunos órganos de la prensa diaria vienen haciendo estos días referentes al suceso trágico de Rosales, están causando y constituyendo para la opinión sensata una verdadera vergüenza, por no decir repugnancia. Como consecuencia de todos estos relatos y discusiones, que han traído apasionado durante la tiltima semana al público madrileño, cualquier espíritu medianamente culto y observador habrá sacado el doloroso convencimiento de lo cobarde e injusta que en esta como en otras muchas ocasiones ha sido la sociedad presente al j uátipreciar y escarnecer, sin el menor asomo de piedad y misericordia y después de muerta, a esa pobre mujer ESPAÑA MEDIÚA encarnadora de un deshonor, y crimen cuyo gefffieií quizás radique en las injusticias, lacras y, abandono educativo de esa misma sociedad que lioy injuria y condena la memoria de aquella mujer. Porque, ¡oh!, si ella volviese a despertar, Dios sabe cuánta porquería moral descubriríamos quizá en muchos de lo'que por su rango, fortuna o condición social alternaron con ella en vida, y que quizá hayan sido probablemente hoy los que más hayan escarnecido su recuerdo. La sociedad en estos casos, repito, es injusta, cobarde y egoísta, y conste que no Voy yo aquí a convertirme en defensor de esa desgraciada ni a criticar la conducta moral de los dos protagonistas supervivientes: jueces y peritos tendrá la justicia en su día que aquilaten bien los hechos y las responsabilidades de cada uno de ellos. Los que riada profundizan, los que juzgan los hechos por las apariencias, novedad, egoísmos, curiosidad y circunstancias del momento, quizá tachen de ridiculas las notas de psicosociología morbosa que, pertinentes a este suceso, a continuación voy a exponer. Toda la carne putrefacta del asador parece ser que en este caso ha caído sobre la pobre muerta, sin tener en cuenta que, en buen código, para sentenciar un pleito hay que oir siempre a las dos partes. Y puesto que la una no puede hablar, y ya que ninguno de nuestros inodernos psiaquiatras y sociólogos han dicho nada respecto a la eximente que el psieologismo patológico de esta tristemente célebre mujer puede alegar en su favor, voy yo a pergeñar unas líneas respecto a este asunto. No voy a hacer una historia clínica detallada de la difunta, porque carezco de datos suficientes para ello; pero sí voy a emitir un juicio psiquiátrico sobre la misma, basándome en los relatos de estos días y en algunos datos anamnósicos que hasta nií llegaron, procedentes de amigos de su familia y de su adolescencia. Por ellos he deducido que los, actos delictivos cometidos por la que fué en vida doña María de Lourdes caen de lleno dentro del campo de la patología mental, y que, por tanto, si ella no hubiese muerto, al ser juzgada hubiese sido más acreedora a ocupar la celda de un frenocomio que la de un presidio. ¿Que por qué?... Porque los rasgos más esenciales y característicos de la persorialidad de la protagonista principal de este trágico suceso caen de lleno dentro del estado mental de la llamada psíconeurosis histérica. Y creo no necesitaré recordarlos; la prensa diaria, a su raodo, los ha descrito a la perfección, pero sin interpretarlos científica y misericordioasimente. Bastan algunos datos; su madre murió incapacitada y loca, su educación, por lo que se ve, fué viciosü y deficiente, y todos los actos de su vida, hasta el mismo que originó su muerte, corresponden a los de una p srsona que carece en absoluto del llamado paladar moral, que dice la gente, o lo que es igual, a ese conjunto de síntomas que, cual la emotividad exagerada, las reacciones bruscas y exaltadas, el mimetismo, la brillantez, vivacidad y movilidad psíquicas, el predominio de lo subconsciente, las perversiones morales y la sugestividad, tan característica y determinante, son del morbopsicologismo de los llamados degenerados superiores, y a los que desde luego pertenecen los sujetos histéricos, Y ahora bien, ¿qué de particular tiene que un sujeto afecto de ¿erencia y mala educación, de estos vicios, lagunas e imperfecciones del espíritu, pueda ser en un momento dado juguete inconsciente de los mil estimulantes nocivos que a diario nos acechan en esta podrida sociedad actual? ¿Que puede, pues, extrañarnos tampoco que en esta pobre mujer, en quien anidó desde su cuna el germen psicopático hereditario, pudiesen alternar durante el curso de su vida, por el motivo más baladí, el amor y el odio, la verdad y la mentira, la cólera y la calma y hasta la virtud y el crimen, como las cosas más naturales dentro de su psieologismo morboso? Después de esto habría que preguntar: ¿fué ella la culpable de la tragedia o lo fueron la herencia mórbida y la f ilta de educación que desde su nacimiento y tiernos años la sociedad y la familia arrojaron so^re ej.i§,? lim apilofleAiii mtiii Aplicación a un caso de resección de la cadera, cabeza, cuello, parte superior del gran trocánter seguido de neartrosis, por madamoiselle Chabannas, externa del Hospital Necker. Posición de la pierna flexionada a 45" '}X\¡if.vS'rf •. ' - ^ ^ S ' í í ' 1 '.'iíj^í^ ' * • • *• - . * : \ - .. • •:- íy^í'^fífe ^ ^ ^ ^ ^^^^^g ^^^£ .. • r-,^; i ^ ^ ^ ^ i í ^ ^ ^ ^ ^ -Ai^f^s: ^ ^ ^ ^ ^ m1u^AÍÍSáLinsk ^^^^m ^ ^^^^ ^^S •::^M^^^ ^ ^ '•i:=ürT'-^-Ji isjM ee^S&j^JjH ^^H - • • ^ ^ ^ ^ ^ • * ^ ^ * - ^ ' ^-!^^--'.o ^ ir "K' . K ^ • • : • " ' . ""••*••í^*i-^.m... >•:•i'•r^^•';^ • ;^:-•;'.;.H*''*-- • .,-,.; V J - Í ; . ••..'^T*^"í%f'... • Radiografía antes de colocar^el aparato. Radiografía después de la colocación del aparato. Aparato colocado. Y quién sabe, por otra parte, si su estado manifiesto de inferioridad mental y de sugestividad sirviera de base para que otros más equilibrados o vivos supieran explotar un terreno que lo mismo que fué propenso para el crimen y el deshonor. Esquema del aparato. pudo haberlo sido, en manos de un honrado psicoterapeuta o sociólogo, para la realización de los actos más meritisimos y dé los sacrificios más sublimes. Necesario será, pues, que los hombres que va- ESPAÑA MEDICA f- día se ven enriquecidas por nuevas conquistas, por cuerpo extraño, debajo de la piel, aislamos la venal , cuyo motivo llegará momento en que no puedan por encima de la compresión de goma y antes doji ser ejecutadas por un módico solicitado por clien- retirar ésta, practicamos la ligadura de aquélla. 1 tela regularmente numerosa, ni en buena moral Agotadas con ello las posibilidades de ascenso • científica puedan confiarse a practicantes o enfer- endovenoso, no ya de la aguja, sino de los trommeros. bus, que alrededor de la misma pudieran formarse, Quiere todo esto significar la importancia que desistimos por aquel día de más exploraciones, por tiene en terapéutica la que pudiéramos llamar par- no disponer en el momento de anestesia local ni te material del tratamiento. Nadie hay, en efecto, consentir nuevas manipulaciones dolorosas, el esque no haya luchado con la falta de venas al tra- tado de depresión del enfermo y aun el nuestro 1 tar de poner una inyección intravenosa, o con la propio. falta de camino expedito al pretender una punción Hospitalizado el sujeto en la clínica de nuestro j lambar; pues bien, estas dificultades materiales, cargo en la Facultad de Medicina, atendimos a trason las únicas que alcanzan al mundo profano, que tar la flebitis consecutiva que fué menos intensa I juzga por ellas de la pericia y quizá también de la de lo que esperábamos, y cuyo tratamiento hicimos v^ categoría científica de su módico. compatible con el de la doble lesión sífllovenérea, * Pero aparte de estas consideraciones, que única- para el que empleamos, como es natural, el brazo mente en nuestra reputación pueden influir, es sano. que los actos más corrientes del tratamiento traen Curada la flebitis, se procedió a la busca de la a veces consecuencias que comprometen seriamen- aguja perdida en la masa muscular del supinador te a nuestros enfermos y que nos obligan a adop- largo y cuya extracción, que fué laboriosa, tenemos I tar rápidas resoluciones en armonía con la grave- que agradecer el enfermo y yo, a los prestigiosos dad de las circuntancias. y hábiles cirujanos, doctores Olivares y Vallcor-i A tales incidencias se refiere el cirujano inglés ba (hijo). Santiago Paget, cuando en sus «Lecciones sobre El caso es interesante por tratarse de un accilos accidentes quirúrgicos», dice «No hay cirujano dente difícil de prevenir y cuya repetición es posia quien no le haya ocurrido, una o varias veces en ble, especialmente mientras la guerra mundial nos Dr. Julio Camino. el curso de su práctica, abreviar la vida de sus en- condene al deficiente material con que actualmenMédico de Sanidad Militar y jefe de !a clínica fermos precisamente al empeñarse en alargarla. te trabajamos. de psiconeuralogía del cuarto dispensario de la Cruz Roja, de esta corte. Y tales contratiempos no ocurren sólo en operacioAhora bien; ¿cuáles pudieron ser las consecuennes importantes. Si se pudiera recorrer la lista de cias del mismo, y cuál debe de ser nuestra conMadrid, Junio 1918, las operaciones consideradas insignificantes, se ducta ante un caso semejante? vería que cada cirujano hábil ha sido testigo en La primera pregunta es difícil de contestar en •••su propia clientela y en la de sus colegas, de va- toda su amplitud. Desde luego no creemos posible rios resultados fatales, a consecuencia de esas ope- que la corriente venosa tenga la suficiente fuerza raciones sencillas». para arrastrar consigo el peso de una aguja, y que Buen modelo de cuanto llevamos dicho es el si- lo probable es que ésta se hubiera enclavado en un guiente caso de mi práctica personal, cuya publi- punto próximo de la pared del vaso, pero aun en cación considero útil, no solamente para los der- este caso, que es en apariencia el más favorable, matólogos, sino para los médicos en general, ya es seguro que el cuerpo extraño, obrando como tal, que el tratamiento endovenoso ha invadido los lí- hubiera originado una tromboflebitis, con el riesgo" mites de todas las especialidades. Dicho accidente, continuo del desprendimiento de un trombus y li El progreso incesante de la Terapéutica no se que vino a ocurrimos cuando llevábamos puestos posible producción de una embolia, con todas sus ha limitado a la adquisición de medicamentos, más varios millares de inyecciones intravenosas, fué consecuencias. o menos específicos para el tratamiento de las di- como sigue: Por otra parte, no creo que nadie se quede tran-1 versas enfermedades, sino que mejorando las vías El 14 de Marzo último, se presentó en mi con- quilo, dejando en el interior del aparato circulato• de administración de los remedios, ha hecho más sulta benéfica de policlínica Francisco Aguado, de rio de un enfermo una aguja cuyo paradero exacto fácil para ellos el acceso a las zonas enfermas y la veintidós años de edad y de profesión mozo de se desconoce. difusión y utilización medicamentosa en el total tren. Respecto a la conducta a seguir, varía, como es organismo. Dicho sujeto exhibe dos chancros mixtos, para natural, con las circunstancias. En el caso mío, no En una ojeada de conjunto y al pensar, por los que disponemos cura local de venéreos y trata- creo que se pueda hacer otra cosa que la que yo ejemplo, en los enfermos de sífilis nerviosa, sor- miento general específico. hice, a menos que en vez de hacer la ligadura deprende la diferencia que lógicamente debe existir Dos días más tarde, y al intentar ponerle la pri- finitiva de la vena, nos contentemos con la provientre el empleo de pildoras yoduradas o yodohi- mera inyección de novarsenobenzol, ocurrió el ac- sional mediante compresión con tubo de goma, drargíricas, que en nombre de una efectividad te- cidente a que nos referimos. Con objeto de evitar Cuando podamos proceder inmediatamente a la rapéutica muy discutible, terminaban con la inte- que refluyan gotas fuera de la vena dando origen captura de la aguja y la logremos o tengamos la gridad del estómago mejor constituido, y los mo- a las reacciones inflamatorias que producen los certeza de que ha salido de la vena, pídrá ser redernos sueros salvarsanizados por vía intrarraquí- salvarsanes en el tejido celular, tenemos la costum- comendable el segundo procedimiento, pero en el dea que curan mejor o peor, en armonía con la bre de no contentarnos con pinchar el vaso, sino caso de que no podamos buscar o no logremos enresistencia lesional, pero que se emplean en can- que, una vez introducida en él la punta de la agu- contrar la aguja y tengamos que perder de vista tidad j usta para tratar la zona enferma, y signifi- ja, hacemos penetrar por su luz una porción de al enfermo, siquiera sea por algunas horas, creo can, de un lado, directa acción sobre el freo mor- aquélla, practicando un verdadero cateterismo ve- preferible el primero, por menos molesto, por mái boso, y de otro, economía de órgano que absorba y noso, que asegura el ingreso total de la masa in- seguro y por absolutamente desprovisto de consc cuencias. órgano que elimine, que a menor cantidad de zona yectada en la corriente sanguínea. a tratar, menor cantidad de medicamento a introCuando se trabaja con agujas cortas, puede ocuEn el caso más desgraciado de que la aguja des ducir y menor, por tanto, a eliminarse. rrir que la totalidad de ellas quede enterrada deba- aparezca de nuestra vista antes de que tengamoi A tales ventajas van unidos algunos inconve- jo de la piel, no asomando por fuera de ella sino el tiempo de comprimir la vena, creo que debe d nientes. pabellón que se une a la jeringa. todos modos comprimirse el brazo por su raíz co Hasta hace una veintena de años, todos los móEn estas condiciones inyectábamos a nuestro tubo o venda de goma y someterle después a un; dicos disponían de la total terapéutica, a excep- enfermo cuando al tratar, con mínimo esfuerzo, de inmovilidad absoluta hasta reconocer por endosa ción de la quirúrgica; pero actualmente existen vencer una pequeña resistencia que nos ofrecía el pia. Si la aguja, como yo creo que ocurrirá, no h muchas limitaciones, y de seguir las cosas por el émbolo al adherirse a las paredes de la jeringa, se ascendido, aparecerá en el interior del vaso y se camino que van, quizá conduzcan a.una nueva di- desprendió la aguja de su pabellón, o se rompió en ñaiando aproximadamente su localización, bastar visión del trabajo en el tiempo y aun dentro de las su unión con el mismo, y absorbida por la corrien- con resecar entre dos ligaduras el trozo de veiii mismas especialidades existan módicos clínicos y te, penetró sin que pudiéramos evitarlo, en el in- alejando con él la posibilidad de trombus a que W médicos terapeutas, sin que sea menor la categoría terior del vaso. mos aludido. Claro está que la intervención ofrí de los unos y de los otros, porque si bien cimentaSin tiempo de meditar nuestra resolución colo- cera mayores garantías cuanto más próxima est da ha de ser la personalidad científica de quien en camos el dedo comprimiendo la vena por encima al momento del accidente, del que, como heme piel y sífilis diagnostique y siga las incidencias del punto de penetración de la aguja y en la segu- dicho, debe separarla un reposo absoluto del mieK morbosas de los enfermos, no lo ha de estar menos ridad de que ésta no tenía tiempo de haber ascen- bro afecto. la de quien maneje en armónica unidad científico- dido, e inmediatamente ordenamos que se colocara El caso es que la aguja ascienda y no sea demo; práctica, la radioterapia y radiumterapia, la fotote- una fuerte ligadura con tubo de goma, abarcando trable por radioscopia, repito que no lo creo po^ rapia, la diatermia, las inyecciones intravenosas, la totalidad del miembro por encima del dedo que ble, pero si tal fuere, habrían resultado estéril intrarfaquídeas y epidurale's. la aplicación directa comprimía. Dicha ligadura fué suficiente para sus- nuestros esfuerzos y tendríamos que limitarni sobro las lesiones de las substancias cáusticas, las pender ambas circulaciones arterial y venosa, y por el pronto a la espectación armada. cauterizaciones galvánicas, las dilataciones y lava- tranquilos ya respecto a posibles contingencias cirLa profilaxis del hecho alcanza al-material c( dos del aparato urinario, la parte quirúrgica de la culatorias, intentamos por presión descendente de que se opera y al mismo operador. Respecto al pr dermatología y la venereología, las totales mani- la vena hacer salir de ella a la aguja por el mismo mero, yo acepto por ahora las agujas de niqué pulaciones terapéuticas de la especialidad que cada camino que había entrado. Conseguimos lo que que me parecen menos quebradizas que las de pl| nos proponíamos, como después se demostró; pero tino y acero, y procuro que sean lo bastante larg no estando seguros de ello por haberse perdido el para que aun teniendo la certeza de estar en pleíj (1) De la consulta pública del Dr. Fernández de la Portilla. len y pueden, y especialmente la justicia, paren un poco más su atención en ese nuevo germen psicopático, que, cual los de la tuberculosis, sífilis y alcoholismo, ha empezado a echar hondas raíces en el seno de la sociedad presente, originando de paso, con más frecuencia de lo que vulgarmente se cree, esta clase de crímenes y tragedias pasionales, y cuya responsabilidad alcanza, más que al desgraciado que las cometió, a aquellos otros que por capacidad, humanidad y justicia están obligados a corregirlos y evitarlos a tiempo. ínterin esto no llegue, y mientras medio pueblo español siga siendo ineducado e inculto, estoy seguro que continuaremos felicitando a Fulano y a Mengano porque van a casarse o se casaron con una mujer joven, rica, elegante y bonita, sin tener en cuenta ni adivinar que muchas veces la mujer, al llegar a la intimidad y a la convivencia obligadas por el Santo Sacramento, sacará prontamente a relucir sus imperfecciones morales hereditarias de clorótica, histérica, ineducada, disipadora, imperiosa, romántica, coqueta, mentirosa, excéntrica, embaucadora, celosa, erotomana, soñadora, pervertida,.sexual y hasta prostituta. c^52_cu_mco« ACClDeniE de tratamiento endovenoso ESPAÑA MÉDWA 'vena, siempre quede alguna parte de aguja fuera parece qué abominamos, lo llevamos todos en el bolsillo, y menos mal si no lo empleamos más que de la piel (1). Respecto al "operador, debe tenerse en cuenta como medio para lograr propósitos honrados y que el que practica una inyección intravenosa, por útiles. mucha que sea la popularidad actual de las misLo que sucede es que el Sr. De Diego, como la mas, realiza una operación delicada y arriesgada generalidad de las santones del medicato rural, no y en la que está, por tanto, obligado a concentrar puede disimular su antipatía hacia los compafieros toda su atención y todo su esmero, así deben saber- que ejercen en las capitales, cuyo concurso se relo los médicos para tratar bien a sus enfermos y chaza y cuyas iniciativas son calificadas siempre de así deben saberlo los enfermos para valorar la pe- interesadas y perjudiciales a nuestra clase. Y este enconado antagonismo se cultiva entre nosotros y ricia de sus médicos. • Tal ha sido el accidente de que h e sido actor, se predica descaradamente en nuestros periódicos, aunque no responsable, y tales las consideraciones con lo cual se ha hecho un vacío tan grande en que el mismo me sugiere. Con las precauciones de derredor nuestro, que resulta imposible pensar por que he hablado, estimo difícil que se repita, pero ahora en solidarizar las fuerzas médicas nacionales. ¿Me negaréis que este exclusivismo partidista, •^si alguno tuviera esta desgracia, especialmente en consulta particular donde se trabaja solo, yo me este criterio monopolizante, inspirado por el odio consideraré satisfecho, si en la lectura de estas lí- mordaz y la repulsa sistemática, no tiene todas las neas encuentra una orientación que a mí me faltó. apariencias de una procaz tiranía? No queremos tutelas; rechazamos, desconfiados, El enfermo fué dado de alta, y en perfecto estado aguarda el tiempo oportuno para repetir el tra- tuda intervención extraña, y, sin embargo, nuestra impotencia es tan grande que no hemos sabido tamiento. constituir, después desvarios lustros de titánicos esDr. José Fernández de l a Portilla fuerzos, una Asociación verdad, seria, autónoma, Profesor clínico de la Facultad de Medicina con los atributos de una fuerza societaria bien organizada. Dispersos, y en pugna muchas veces con nuestras convicciones, intentamos, en vano, avivar el rescoldo de la antigua hoguera societaria, sin Tribuna libre acordarnos que el peor de los enemigos está en nosotros mismos, en nuestra pobreza espiritual, en nuestra carencia de virtudes cívicas y, sobre todo, en el esquiroleo profesional,motivado por el sobran- , te de, brazos, que trae, como consecuencia, la comContestando al 5r. de Diego petencia ruin y descarada, el hambre y la muerte En el número 85 de Unión Médica _ publica, don de todo intento organizador. En estas condiciones Ángel de Diego un artículo criticando los concep- viene la colegiación obligatoria, y la rechazamos tos que tuve el honor de exponer en un modesto también con inaudito desprecio. Se nos da con ella una organización societaria estable y poderosa, y trabajo que vio la luz pública en ESPAÑÍ MÉDICA, y que reprodujeron varias revistas profesionales, entre la combatimos con fiera rudeza, reputándola tiráellas el Boletín del Colegio de Médicos de Gerona, de nica por el hecho de que nos obliga a vivir estredonde lo ha tomado el comentarista, á propósito chamente unidos, pensando en la defensa colectiva *de mi modo de pensar sobre la fcolegiación médica de los intereses médicos y en el porvenir de nuestros hijos. (Puede darse mayor insensatez? obligatoria. Me importa muy mucho no dejar sin contestaSi la colegiación obligatoria tiene alguna defición los comentarios hechos por el Sr. De Diego ciencia o vicio de constitución, deberá subsanarse 'rr sobre mi violento o virulento artículo, como él lo con el concurso de todos, poniendo a contribución califica, porque mi silencio en esta ocasión equi- cada cual la parte de buena voluntad que posea; valdría a declarar y reconocer como acertado y pero de esto a pedir a rajatabla la. derogación de justo el equivocado juicio crítico sostenido por el aquélla por nociva y tiránica, hay un abismo inabordable por la más rudimentaria lógica. ilustrado titular de Valdemoro. La enjundia o el meollo satirizante del Sr. De ¿No les parece a ustedes que con todas estas Diego consiste, en síntesis, en suponer que yo de- cosas será cada día más triste y pobre el concepto fiendo la tiranta, que lanzo injurias sobre los que, que de nosotros tengan en las alturas? ateniéndose a los dictados de su conciencia, consideran J a i m e Illanes. lesiva a la clase la~ colegiación obligatoria, y, por ultimo, que soy de los médicos que gritan: ¡ Vivan las cadenasl Soy enemigo de sostener polémicas en nuestra prensa profesional y, por lo mismo, he de limitarme a decir muy pocas palabras como contestación a lo afirmado por el Sr. De Diego. Fórmulas antipruriginosas. Todas las tiranías y todas las imposiciones me son odiosas; y si admito como obligatoria la cole- 1.°- Tumenola mónico 5 gramos. giación es porque la considero como un mal neceBromocol 10 — sario, de la misma manera que el Sr. De Diego y * Mentol I — otroá muchos compafieros admiten y aceptan las Oxido de cinc 7)5© — imposiciones de nuestra Junta de Gobierno y PaTalco a. a. 7,50— tronato. ¿No resulta una vergonzosa imposición el Glicerina p u r a . . . . 50 — hecho de obligar a los médicos recién salidos de las Alcohol a. a 50 — aulas a soltar unas cuantas pesetas por la fórmula 2.* Tumenol amónico 5 — ridicula de inscribirlos como individuos del nonnato Bromocol 10 — Cuerpo de Médicos titulares si quier en desempeMentol I — ñar en propiedad una de estas plazas? ¿No tiene Pasta de cinc. 100 — noticias el Sr. De Diego de las amenazas que se 3.' Alquitrán . \ lanzan y de las dificultades y obstáculos que se Bromocol (aa 10 —• levantan por la mentada Junta en contra de aqueTigenol ) llos que se niegan a cumplir este pueril requisito? Oxido de cinc. 10 — ¿Y cuál es la finalidad práctica de esta maniobra de Talco...... 10 — la Junta? No necesito decirlo, porque está en la Glicerina pura c. s. p a r a . . . . 50 — conciencia de todos. Alcohol de 50° c. s. p a r a . . . . 50 — ¿No tuvo el carácter de obligatorio nuestro in- 4.» Hidrato de doral. j greso en el desdichado Montepío? (No advierte Alcanfor f también el Sr. De Diego imposiciones escandalosas Acido fénico í ^* S en algunos de los reglamentos de nuestros atrépsiMentol.... .,) cos grupos societarios, sobre todo en lo que conVaselina líquida. 50 — cierne a nuestras relaciones con los clientes? No S.^Timol I _ sigamos, porque el látigo tiranizante, del que tanto Acido fénico i — Mentol. I — Acido salicílico i (1) No conviene tampoco que la aguja sea muy Glicerina pura" 5a 10 — larga, por aumentar el riesgo de atravesar la vena Alcohol de 80°, c. s. p a r a . . . . 200 —y hacer la inyección extravenosa. jYa e r a hora] Los capitanes de los buques se identifican por tan extremada manera con las naves que rigen, cuando el mando lo ejercen durante mucho tiempo que frecuentemente se atribuyen lo que al barco corresponde. De ello deriva un lenguaje pintoresco, que e x trañan las personas no acostumbradas a la vida de mar. Un capitán de un barco no dice frecuentemente que lo fondea, sino que se fondea; no dice que mandó a los maquinistas ir avante, sino que él se se fué adelante, ni que encalló el barco, sino que rocé o tropecé con el fondo, cuando es el buque o, mejor dicho, la quilla lo que ha rozado o quedado La colegiación obligatoria FORMULARIO MODERNO prisionera del fondo o de los arrecifes y escollos. Tal modo y frecuencia de hacer reflexivos verbos activos dio ocasión y motivo a una graciosa equivocación de cierto médico que, como tal, terminaba su primer viaje en un trasatlántico. Su capitán era uno de los hombres que, si bien son excelentes personas en el fondo, tienen un g e nio insufrible por lo autoritario y violento. Las torpezas y el poco ánimo del facultativo durante los primeros días de navegación le habían hecho poco simpático al capitán, y éste no disimulaba el escaso aprecio en que tenía al médico de a bordo. Por tal razón, la víctima renegaba con frecuencia de la hora en que se había metido en el mar, y, sobre todo, en un barco regido por capitán de genio tan endiablado. Pero como todos los males tienen término, más o menos dichoso, al fin regresaron al punto de salida, y una vez fondeado el barco se metió el médico con el capitán y el primer oficial en el bote que los debía dejar en tierra, comenzando en tal punto el descanso del médico. Partió el bote, y viendo el capitán que la virazón podía llevar la popa de su barco, fondeado sobre el ancla, demasiado cerca del muelle, volvióse a su primero y le dijo: — Me parece que tendré que enmendarme. ¿Qué le parece a usted? —Así lo creo—respondió éste. Transcurrieron unos minutos; volvió la cabeza por segunda vez para mirar a su barco el capitán y añadió de nuevo: —Decididamente, en cuanto vuelva al barco me enmiendo. Entonces el médico no pudo contenerse, y terciando en la conversación y dirigiéndose al jefe le dijo con gran suavidad y complacencia. —Mire usted, capitán. Esa promesa de usted revela un corazón' grande. Efectivamente, yo no se lo hubiera dicho a usted nunca; pero su genio se hacía insoportable, y me parece muy bien que se enmiende usted... El primer oficial fingió que iban a atracar mal e interrumpió la perorata, increpando a los marineros ESPAÑA MEDICA 9 y evitando asi que el capitán tirara al agua al inexperto y Cándido facultativo. Rigel. cuerpos explica las recidivas y nuevas infecciones. El suero de especies animales, naturalmente resistente, no destruye el virus (Doerr y Russ.) Epidemiología eSTUDIO sobre la fiebre de los tres días o pappataci^^) (Continuación) Las regiones del cuerpo de piel más fina son preferidas por.el insecto. El vuelo del pappatacis es fuerte y ondulado, de pocos decímetros de extensión y dirigido hacia un lado, da la impresión de salto y es muy difícil de capturar, se espanta hasta de la más pequeña corriente de aire; Mareit y Franz observaron que aparecen en el mes de Mayo, aumentando en Junio y Julio, y, al aparecer la lluvia y el viento hacia Noviembre, desaparecían completamente. 1,08 huevos los pone la hembra aisladamente haciendo un orificio en los detritus sueltos, y, una vez hecho, introduce la cavidad abdominal; la puesta dura unas doce horas y el número de huevos es de 30 a 35; la longitud del huevo es de 36 mieras y la anchura de 12 mieras; son cilindricos, redondeados por ambos extremos; primero son blancos opalescentes, y, rápidamente, se vuelven moreno claros y tienen en la cascara dos líneas longitudinales, c o municando con otras confusas o transversales. Las larvas salen del huevo a los seis o nueve días y poseen 0,9 milímetros de longitud a los dos días, llegando a 3,3 milímetros a los cuarenta-y siete días (Marett); al aparecer las larvas son blancos transparentes, apareciendo muy pronto en la cabeza y cola un color negro y el resto del cuerpo gris; las larvas crecidas tienen la cabeza negra, la forma de una Y sobre el lado dorsal, aparato masticador complicado, cuerpo cilindrico dividido en 13 segmentos con rayas circulares y posee en el extremo final cuatro cerdas negruzcas de 1 a 2 milímetros de largo; carece de piel, posee un disco chupador impar que le sirve para diferentes objetos; respira por la tráquea, que se abre por dos pares de estigmas en varios anillos; se nutren de substancias orgánicas; la vida del estadio de larva alcanza, según Marett, hasta cincuenta y tres días; según Grassi, muda la piel, en este estado, tres veces. En la formación de crisálida se fija la larva en su lecho con ayuda de la última piel mudada. La crisálida es de 3 a 5 milímetros de larga; blanco amarillenta hasta morenuzca; la cabeza es pequeña, escondida bajo el tórax; ojos negros y gruesos; el tórax está dividido en tres segmentos, el abdomen dorsal en diez y en el ventral sólo se ven siete; los tres primeros están cubiertos por las alas y patas; la crisálida está inmóvil en la superficie inferior de piedras, ladrillos, y, particularmente, en las hendeduras; aprovecha asimismo las vallas de los campos; el estado de crisálida dura de once a diez y seis días; la salida se verifica, generalmente, durante la noche y se facilita por la humedad de la atmósfera; Grassi encontró larvas y crisálidas en lugares obscuros y húmedos; en piedras, árboles, montones de basura: en sótanos, retretes, pozos, etc. Marett, haciendo la cría artificial, pudo observar que, poniendo en condiciones adecuadas de humedad y temperatura, era de menor duración el estadio de larva. Inmunidad El haber pasado una vez la fiebre pappataci, confiere inmunidad absoluta; se puede demostrar esta inmunidad (además de las muchas observaciones verificadas en individuos) in vitro, con el suero del que ha pasado la enfermedad, mezclando 0,5 centímetros cúbicos de sangre muy virulenta, con I centímetro cúbico de suero de un individuo que^ dos afios antes, haya padecido la fiebre; la mezcla después de cuatro horas de contacto, no pudo producir la fiebre experimental; la inmunidad necesita cierto tiempo para su desarrollo; así, si este mismo experimento se hace en suero de individuo que ha pasado la fiebre hace siete días, produce la inyección de su mezcla una elevación de temperatura seguida de larga incubación, por no poder destruir totalmente el virus; esta larga producción de an ll) Véase el número anterior. La fiebre pappataci es una enfermedad denominada de estación, pues aparece en los' meses más calurosos; comienza, por lo general, hacia la mitad de Junio; alcanza su punto más elevado en Julio y Agosto y desaparece de Septiembre a Octubre; en invierno y primavera no se han encontrado, con seguridad, casos esporádicos; esto ocurre en todos los países donde existe la enfermedad. En los sitios de condiciones climáticas más crudas, comienza la enfermedad algo más tarde. Todas las epidemias ofrecen, en cuanto al curso, condiciones iguales, las cuales también se comprueban en el dengue, fiebre amarilla y al principio los casos son abortivos, temperaturas pequeñas, y cuanto más nos acercamos al puntó culminante de la epidemia, ésta se hace más grave; así, en últimos de Julio y Agosto, las fiebres son más elevadas, las molestias generales mayores, dolores más intensos, etc., pudiendo buscar la causa de esto, como ya dijimos más arriba, en la exaltación del virus al paso por el hombre, el mayor número de flebotomas y el de individuos picados, Por lo general, son atacadas las costas y regiones fluviales, disminuye con la creciente altura del lugar, según Jabel, Taussig, Birt, Marett y Mene11a-, Se encuentra rara vez sobre 400 metros de altura, y sobre 600, por lo general, no se encuentra; es introducida la enfermedad de los valles a los sitios inmunes, no divulgándose por contacto mediato o intnédiato del enfermo. En las ciudades epidemiadas, las partes más altas son menos atacadas que las bajas; en los edificios húmedos son más atacados los pisos bajos que los altos (Taussig). En las embarcaciones que cruzan o están ancladas lejos de las costas atacadas, falta la fiebre pappataci (Sielem), en condiciones contrarias son posibles las epidemias, como se demostró por la observación de Glastell en el torpedero ruso «Khivinets». Todas las característas epidemiológicas están en íntima conexión con las condiciones de vida del flebotoma. Sintomatología La incubación, según las observaciones en los enfermos atacados naturalmente, y según las observaciones hechas en las experimentaciones, dura entre tres días y medio y ocho y días y medio, término medio de cinco a siete dias. (Taussig, Doerr, Birt, Tedeschi, Napolitani y Jabel), ordinariamenie faltan los pcóáromos o a lo más se sienten algunas horas antes del comienzo de la enfermedad síntomas vagos, de malestar (Franz); en el mayor número de casos aparece de repente la enfermedad, produciéndose un escalofrío seguido de un ascenso rápido, de temperatura a 39° 40° y 41°, produciendo la sensación de una enfermedad grave, una fuerte cefalea, y, a veces, hasta Síncopes, dolores musculares vivos, principalmente en la región orbitaria y globos oculares, región lumbar y en los miembros inferiores, las conjuntivas fuertemente inyectadas o con sangre extravasada, y, particularmente, en la hendidura de los párpados (síntoma de Pick), la mucosa bucal y de la garganta aparecen enrojecidas, y, a veces, con pequeñas petequias, lengua saburrosa; los síntomas, por parte del aparato respiratorio, son los signos catarrales de las vías respiratorias superiores, y por parte del aparato digestivo, además del estado saburral de la lengua, anorexia, tendencia al vómito, constipación o bien la diarrea (a veces sanguinolenta), por parte del sistema nervioso hay postración profunda, indiferencia, vértigos, y, etí Ocasiones, delirio, a veces se presentan calambres dolorosos en las extremidades, sensación de frió o de calor intenso en las manos, y dolores de huesos insoportables. El pulso es lento. La fiebre tiene tendencia a bajar pronto, la mayor parte de las Veces desaparece a los dos o tres días, aunque también han sido observados casos en los que la temperatura alta sigue de una manera continua tres ó cuatro dias (Franz) y hasta cinco a siete días (Birt). Por lo general, el descanso de la fiebre se hace llsis, rara vez es critico; por lo general, existe brálicardia, y la disminución del pulso, de 49 o 52 pulsaciones, no es, según Franz y Birt, ninguna rareza. Generalmente, existe desde el primer día hasta la defervescencia una creciente leucbpeiiia, manifestándose por una reducción de leucocitos polinucleares, neutrófilos y eosinófilos, mientras que los linfocitos, mononucleares grandes y formas de transición pueden aumentar en un tanto por ciento hasta la convalecencia (Franz, Philips, Gabbi y Escalón!), En casos de supuraciones con infecciones secundaria, producidas por arañazos en los sitios de las picaduras, según Franz y Kolar, pueden producir un aumento de glóbulos blancos. Una vez que ha descendido la fiebre, retroceden los demás síntomas, aunque frecuentemente queden restos, como anoresia, miastenia, perturbaciones digestivas, diarreas, depresión psíquica, etc. Existen síntomas inconstantes que ofrecen aquí gran interés, como tenemos el exantema, qué aparece como exantema maculoso o eritema multiforme, y que se aproxima a las formas clínicas del dengue. También pueden presentarse síntomas sanguíneos -y gastrointestinales, que le aproximan a la fiebre amarilla. Birt, Franz, Taussig y Birt observaron casos con violento hematoma conjuntiva!, epistaxis, vómitos biliosos y diarreas. Los casos abortivos son frecuentes al principio de la enfermedad, en estos casos la fiebre es muy pequeña o falta, encontrándose, a veces, en ellos, síntomas intestinales violentos; estos casos pueden reproducir la fiebre pappataci. Las recaldas y recidivas no son raras, según Franz, Jabel y Hale; en las recidivas pueden quedar intervalos libres de veinticuatro a cuarenta y ocho horas, pero también las ha habido de una a tres semanas, y en tales casos, según Taussig, no se trataba de una nueva infección, por cuanto que las personas que padecieron recaídas estaban hacia tiempo en una comarca inmune. Las de dos o más meses de intervalo son desconocidas. El pronóstico (fuera de la postración de la convalescencia) es favorable; la mortalidad casi nula. Dorr, Franz y Taussig observaron algunos casos terminados por muerte, en los cuales aparecía después de la apirexia una especie de cólera (sin encontrar vibriones); en un caso mortal apareció una sepsis estafilocócica como infección secundaria. El padecimiento de la enfermedad lega una inmunidad vitalicia; hay individuos naturalmente resistentes. Taussig estima su número en un 10 por 100. Diagnóstico El diagnóstico es difícil en los primeros casos abortivos de comienzo de la epidemia, haciéndose ya fácil en la época de máxima morbilidad en. que aparecen los casos con los síntomas característicos; se ha confundido con la malaria, tifus, paratifus influenza, fiebre de Malta, en sus casos abortivos, haciéndose en estos casos el diagnóstico diferencial por la investigación etiológica de dichas enfermedades. Una de las enfermedades con la que más se ha confundido ha sido con el dengue, de la cual se diferencia, además del curso, por la no existencia de exantema. La pftalmo y cutireacción coií sangre virulenta de enfermo pappatácico es negativa; tampoco produce precipitación el suero de convaleciente con suero de paciente. El tratamiento es puramente sintomático, no conociéndose ningún fármaco que ejerza influencia sobre la enfermedad. Según Franz y Kolex, en una epidemia observada por ellos en el Hospital Militar de Mosiar, en Mayo de 1909, donde vieroa 550 atacados, observaron que el tratamiento a base de aspirina o piramidón dio excelentes resultados; las sales de quinina, ni administrsdas por la boca ni en inyecciones dieron resultado; fué empleada la policarpina para combatir la leucopenia, síntoma característico de la enfermedad, la que hizo subir rápidamente al número de leucocitos sin cambiar, en nada, la marcha de la enfermedad. El arsénico fué asimismo empleado sin un resultado grande, aunque parece obrar en cierta medida, disminuyendo la gravedad de los síntomas. El electrargol se mostró completamente ineficaz. Profllaxis Las medidas profilácticas se pueden dirigir: contra el insecto, se deben hacer lavado de paredes, techos y rincones, con trapos mojados, deLinfec ción de la habitación con vapores de morfalina- Bf^PAÑA MEDICA que destruye los flebotomas e impide su vuelta por largo tiempo, también se pueden verificar riegos, sobre todo en las habitaciones obscuras, con una solución de formalina al centesimo; Neuztead recomienda los vapores de amoníaco. Todos los sitios donde pueda anidar el mosquito deben de ser atacados, así los muros de casas destruidos, piedras, etc., que subsistan, deben de ser alisadas con cemento, para evitar que haya comunicación entre el interior y el exterior; los sitios plantados con tomillo alejan por su olor al mosquito, según Marett; en las cuevas, espacios subterráneos, pozos, etc., se debe evitar el acumuló de escombros, basuras, piedras, etc., así también como en los alrededores de las casas; los retretes deben estar provistos de sifones pata evitar la entrada del flebotoma, los tubos de ventilación de minas, pozos y abertura de ventilación de canales deben estar provistos de telas metálicas dobles y de mallas estrechas. Las telas metálicas colocadas en las ventanas y huecos en las comarcas epidemiadas cree Neuzted que son insuficientes, pues son atravesadas por el mosquito; además de dificultar la ventilación de las habitaciones y propone el riego de los mosquiteros con una solución de formol al centesimo, que aleja al pappataci sin perjudicar gran cosa á la ventilación; Marret y Cranford recomiendan una fricción al ir a la cama, compuesta con aceite de parbfina o ungüento que posee un fuerte olor etéreo, conteniendo ácido bórico, óxido de i.inc, eucaliptol y calomelanos o lanolina, aceite de olivas, aceite de verbena, y agua de cal; pero esto tiene el inconveniepte de que el pappataci puede penetrar dentro de las ropas de las camas y picar partes no friccionadas o picar en los orificios nasales o el oído si no son ungidos por el preparado. Halle recomienda mantener de día y de noche trozos de alcanfor en el lecho. Las paredes de la habitación deben estar blanqueadas para notar la presencia del insecto. Doerr recomienda poner la cama en sitios donde haya corrientes de aire, o según Newstead, debajo de un ventilador eléctrico, pues el pappataci huye de las corrientes de aire. Asimismo debe procurarse la mayor iluminación posible de las habitaciones. Doerr, y luego Birt recomiendan que en los sitios donde vivan muchas personas, como en cuarteles, etc., deben aislarse los enfermos, por lo menos durante las primeras veinticuatro horas de enfermedad, y en sitios protegidos de flebotomas. Bibliografía Taussig: Wiener Klin Wochensch, 1905. Doerr y Russ: Archt Schiffs und Tropeu-Glig, Bd, 13, núm. 22, por 1909. ^ C. Birt: Joura of the Roy, Army Med. Corps, números 2 y 3, Julio, Marzo 1910. C. Birt: Indian Medical Gazeite, J-nio 1910. Winderley: Indian Medical Corps, Agosto 1910. Llewellyíi Philips: Brit Med.Journ, Octubre 1910. Oarbi: Átti della Reale Accademla del Lincei, 22 Febrero 1911. C J. Craig: New York Med.Journ, 25 Febrero 1911 González del Valle; Revista de Medicina y Cirugía prácticas, 28 junio 1911. Ebstein y Schwaibe: Tratado de Medicina Clínica y Terapéutica, tomo IV, última edición. R. Newstead:yourn of the Roy Army Med. Corps, vol. XVIII y vol. XLV. R. Doerr: Haudbuch der Pathogeneu Mikroorganismeu, Bd. Vlll, 1913. P . j . Marett: Journ of Roy Army Med. Corps, volumen XX; núm. 2, 1913. C. Qin: Journal of the Royal Armb Med. Corps, Octubre 1913. Langeron: Balletin de la Societépathologique exotique, Octubre 1916. A. Saraiihé: Bulletln de la Societé pathologique exotique seance du; 13 Octubre 1916. J u a n Fraile Director Médico de la Estación Sanitaria delPuerto de Garrucha. La Terapéutica del Glínloo REVISTA MENSUAL Precio, diez pesetas al año S u s c r i p c i o n e s : Colegiata, 6, 1." KRANCOS Y VIL.IvA.MIL L O S JVlfeDICOS E N E L C O N G R E S O Sesión del 18. El señor presidente: El Sr. Francos Rodríguez tiene la palabra. El Sr. Francos Rodríguez: Permítame el señor ministro de la Gobernación que le haga dos ruegos, uno d e carácter local y. otro de carácter general... El ruego de carácter general se refiere a la presentación de un proyecto de ley que tiene anunciado el; señor ministro de la Gobernación contra las enfermedades evitables. Los médicos y farmacéuticos que teneinos asiento en esta Cámara, por espíritu de clase y además por amor al país, aspira-^ mos a que no pasen estas Cortes sin remediarse la verdadera necesidad que siente España de una le. gislación sanitaiia en consonanciacon - los tiempos. "^: T e n e m o s una gran esperanza de que se logre esta aspiración que sienp . » te el país entero, y tenemos esperanza por las condiciones del actual ministro de la Gobernación, por su amor decidido y probado a la sanidad pública, y .!^^ además, p o r q u e 3 !;-<-- . - i A hasta el momento -' waKa_. presente hubo siempre dificultad para Francos Rodríguez una nueva ley de Sanidad, para que no prospere el intento legislativo, de herirse una porción de intereses que se oponen a. resoluciones definitivas en este problema. Pero ahora, con un Gobierno de condición extraordinaria, justo es aguardar, con el deseo de que se satisfaga, la solución de esta necesidad que exige todo el país. El señor ministro de la Gobernación tiene anunciado un proyecto de ley que no abarca por completo él problema, pero que importa mucho a una parte esenciallsima de él. Nosotros esperamos que el señor ministro de la Gobernación, con la mayor diligencia posible, plantee este asunto en las Cámaras para que desaparezca la actual situación, porque en Sanidad, como en Instrucción pública, vivimos en el estado vergonzoso de tener como leyes dos armatostes inútiles, envejecidos, que en vano se ha procurado aliviar con remedios transitorios, como el que representa la instrucción vigente eii materia sanitaria; pero además, cuando pasen estos períodos excepcionales díe la guerra y llegue la hora de la paz, se encontrará España en una situación de inferioridad con respecto a todos los demás países. ^W^ Yo no sé si será exacto, pero se dice, que algunos países han acordado no permitir que las tripulaciones de sus barcos tomen tierra en los puertos de España, por la situación sanitaria en que se hallan nuestras grandes poblaciones, debido a la propagación de enfermedades de cierto género que se sufren con mayor intensidad que nunca, gracias a nuestro descuido sanitario. Yo, allá en tiempos un poco lejanos, tuve el honor de combatir ardientemente una disposición de carácter ministerial que nos ha traído a la situación en que estamos. Pero no se trata de este solo asunto; se trata de asuntos de carácter general. La legislación sanitaria, en Espafia se encuentra en una situación verdaderamente lamentable; esperamos que las disposiciones del proyecto de ley del señor ministró vendrán a satisfacer estas necesidades del país; pero en ellas queremos que, de una manera muy especial, el señor ministro se acuerde de los médicos y de los farmacéuticos titulares. Sm una buena inspección será totalmente imposible que haya ana Sanidad en España como corresponde a los tiempos actuales, y los médicos y los farmacéuticos titulares no podran desempeñar esas funciones de la inspección, ni tendrán la independencia necesaria, mientras estén, como están a la sazón, bajo la d e ' pendencia de los Ayuntamientos. Yo llamo la atención del señor ministro acerca del estado en que se encuentran actualmente los médicos y los farmacéuticos municipales, no solamente en lo que se refiere a las funciones de tales médicos titulares, porque ya tuve el honor de manifestar al señor ministro de Gracia y Justicia que los médicos que ejercen funciones de forenses, es decir, que son auxiliares de la justicia, se encuentran en total abandono; casi ningún Ayuntamiento satisface las obligaciones que le ha prescrito de un modo transitorio la ley. En suma: yo pido al señor ministro de la Gobernación que a la vez que presenta, con la mayor premura, el provecto de ley contra las enfermedades evitables se acuerde de incorporar al Estado las funciones de los médicos y farmacéuticos titulares. Este es un problema de gran transcendencia. Los médicos titulares son hombres sufridos, hombres que tienen conciencia del cumplimiento de su deber, y que no procurarán ninguna perturbación ni se apartarán nunca de atender aquellas obligaciones que les imponen su profesión y su categoría de hombres intelectuales; pero quien sabe si, agotados, rendidos por una acción cada vez más opresora del caciquismo local y por un abandono cada vez más notorio de su modo de ser, estos médicos se encontrarán algún día en la aflictiva situación de tener que aparecer como cansados de sufrir tantos vejámenes. Yo espero que el señor ministro de la Gobernación, que, como antes dije, es hombre muy atento a estos interesantísimos problemas nacionales, verá el modo de que en este proyecto de ley que presenta, oíreciendo solución, aunque sea de un modo transitorio, a los grandes problemas de la Sanidad, atenderá a esta clase tan sufrida de los facultativos titulares y responderá así a un clamor público que viene de lo hondo y con espíritu de verdadera reclamación de justicia. Nada más. El señor ministro de la Gobernación (marqués de de Alhucemas): Pido la palabra. El señor presidente: La tiene S. S. El señor ministro de la Gobernación (marqués de Alliucemas): Tengo mucho gusto en contestar a los dos ruegos que se ha servido hacerme mi querido amigo el Sr, Francos Rodríguez. Respecto al otro ruego de carácter general que su señoría se ha servido formular en segundo término, he de manifestarle concretamente que, según tuve el honor de indicar en la Cámara tardes pasadas, creo que para resolver el problema hay que procurar abordarlo de frente, pero fragmentariamente. Por haberse empeñado algunos ilustres antecesores míos en resolver en sus líneas generales el problema de la sanidad pública trayendo las bases a una ley general de Sanidad, es lo cierto que no hemos hecho absolutamente nada en este camino; y convencido yo de ello, asesorado conAlvarez Villamii venientemente por las personas ilustradísimas encargadas de la sanidad en el ministerio de la Gobernación, me he decidido a plantear el asunto parcialmente y a traer a la consideración de la Cámara Ja ley de Enfermedades evitables. Este proyecto está casi ultimado, y no digo que mañana, aunque celebraremos Consejo, pero sí en el pióximo que celebraremos después, tendré el honor de someterlo at examen de mis compañeros. Si, como espero, merece su aprobación, inmediatamente daré lectura de él a las Cámaras. Claro es que para cuando este caso llegue habrán de ser ESPAÑA MEDIOA muy titiles estas llamadas de atención hechas por persona tan conocedora del problema y a la vez tan elocuente como el Sr. Francos Rodríguez. En cuanto a la situación que atraviesan los médicos y farmacéuticos titulares, ya comprenderá S. S . , y lo ha indicado en una exclamación que salía de su alma, que son víctimas del caciquismo rural, que la cuestión es de gran transcendencia, enormemente honda y complicada, como que realmente se relaciona, señores diputados—bien lo sabéis—, con la más íntima entraña de la Administración local. Yo creo, sin embargo, que sea cualquiera la orientación que se tome en este magno REAL ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA problena, en el cual seguramente habría de haber Sesión del 8 y i¿ de Junio de igi8. controversias y contradicciones entre los actuales ministros, porque no digo nada nuevo a la Cámara Doctor Maestre: Me voy a permitir exponer algo cuando le recuerdo las opiniones completamente de los trabajos que se están ¡levando a cabo en el distintas que hemos tenido sobre la materia; creo, Laboratorio de Medicina Legal de Madrid. repito, que de una manera provisional puede busDe todos son coiiocidas las discusiones que han carse alguna solución por virtud de la cual se dé a motivado la constitución histológica del glóbulo esos facultrtivos condiciones que les garanticen es- rojo humano. tabilidad e independencia, sin las cuales evidenteNosotros, en este momento, sirviéndonos del mente fracasará desde el principio este mismo pro- aparato de proyecciones y de la cinematografía, yecto de ley de Enfermedades evitables, toda vez vamos a presentar lo que creemos y hemos hallado que a su inspección habrá que encomendar la fun- sobre este interesante punto. ción de vigilar su cumplimiento. He de hacer presente que, por vez primera, va a Contesto, pues, concretamente a S. S. diciendo ser usada la cinematografía en estos asuntos, pues que al próximo Consejo de Ministros, no contando según creo no ha sido empleada en ninguna parte el de mañana, llevaré este proyecto de Enfermeda- del mundo y con seguridad en España: me refiero des evitables; y que respecto al problema provi- a la cinematografía aplicada al ultramicroscopio. sional de la Situación de los médicos y farmacéutiSirviéndonos de varios artificios de técnica micos titulares, en mí encuentra S. S. un convencido crográfica, podemos decir que el glóbulo rojo hude que quizás debiera el Estado hacerse cargo de mano posee un éstroma protoplasmático en forma los haberes de estos funcionarios, a reserva de co- de panal, es decir, de forma alveolar, y que consbrarlos después de los Ayuntamientos, en forma tituye el armazón del glóbulo rojo. En el centro análoga a como hizo el señor conde de Romanones del misino vemos una especie de endosoma central, con los maestros de primera enseñanza. que muy bien puede ser considerado como el n ú Respecto de ello no puedo decir más que mi im- cleo del globo rojo, afirmación que todavía no me presión personal, que, naturalmente, ha de quedar permito hacer categóricamente. sometida al mejor acuerdo del Consejo de Ministros. De este endosoma central parten líneas hacia la Creo que estas palabras serán satisfactorias para periferia; estas líneas, investigaciones ulteriores me el S i . Francos Rodríguez. Yo celebraré mucho que han demostrado que son conductivos o micropilos, no quede todo en palabras, sino que en estas mispor los cuales el endosoma del glúbulo rojo se pone mas Cortes podamos dar un paso, a mi juicio de en relación con el exterior. gran importancia, un paso verdaderamente giganAlrededor del glóbulo rojo se aprecia una espetesco en cuestión tan urgente y tan vital. cie de membrana envolvente, especie de condensaEl Sr. Francos Rodríguez: Pido la palabra. ción particular del tejido albuminoideo del estroma El señor presidente: La tiene S. S. ' celular, lo que hace que el glóbulo rojo esté recuEl Sr. Francos Rodríguez: Para congratularme bÍ€!rto de una condensación. de las manifestaciones hechas poi el señor ministro Por manipulaciones especiales hemos conseguide la Gobernación, tomar acta de ellas y esperar do quitar la hemoglobina al glóbulo rojo humano, que se resuelvan en hechos altamente satisfacto- pudiéndose apreciar entonces de manera muy clara rios. A pesar de las diferencias que S. S. dice, y su estroma alveolar; además, por esté estudio, casi que todos observamos, en el criterio de los distin- me permito manifestar que la hemoglobina sé entos ministros de este Gobierno, yo tengo la segu- cuentra en el glóbulo rojo humano en forma pulveridad de que no habrá ninguna objeción que opo- rulenta, llenando los alvéolos protoplasmáticos; esner al carácter absolutamente nacional de este pro- tos alvéolos protoplasmáticos hay que decir que no blema de la sanidad pública, imposible de discutir, están en comunicación con el endosoma central, el porque aunque la sanidad ha de ser tratada con el cual a su vez goza de otras funciones. carácter internacional, sin un carácter nacional para Hemos visto que el glóbulo rojo humano posee una debida representación de todos los pueblos dos clases de movimientos: uno de reptación, y cultos, España no podría presentarse en las reunio- otro en virtud del cual el hematíe toma una forma nes periódicas que entre ellos se celebran. de cúpula. Sesión del ig Todos estos caracteres histológicos del glóbulo El señor Presidente: Tiene la palabra el Sr. Al- rojo humano se ven en preparacioneg teñidas por varez Villamil. métodos especiales, que en un trabajo de conjunto Ei Sr. Alvarez Villamil: Hace días me permití pronto a aparecer irán transcritos vistas al ultramisolici ar la palabra de la Presidencia con el propó- croscopio, estructura que también se ve en prepasito de formular varios ruegos. Afortunadamente raciones sin teñir vistas al ultramicroscopio. para la Cámara y para mí, ayer mi c o m p a ñ e r o Nuestras investigaciones sobre sangre de paralídos veces compañero, como diputado a Cortes y ticos generales, por medio del ultramicroscopio nos como médico—el Sr. Francos Eodríguez, formuló permiten afirmar que el espirochete se encuentra dos de los ruegos que yo me proponía dirigir al saprofíticamente en el glóbulo rojo, penetrando y Gobierno, y, por lo tanto, de esos casi no tengo saliendo de él a través de los micropilos que posee. más que adherirme a lo manifestado por el señor Estos datos nos hace dividir las manifestaciones siFrancos Rodríguez. Sin embargo, a uno y a otro filíticas en dos formas clínicas: una linfática u orgáruego quiero poner un apéndice, porque creo que nica que produce distintas alteraciones y lesiones, el Sr. Francos se comportó como ministerial. y contra la cual son eficaces el mercurio, el yoduRespecto a la solicitud que hizo para que se pre- ro potásico, el arsénico y los salvarsanes; la segunsentara en la actual etapa parlamentaria un pro- da forma es la hemática, de manifestaciones gravíyecto de codificación sanitaria, y conjuntamente simas, y contra la cual fracasa toda la medicación que el Estado se encargue, como lo hizo con los antisifilítica. ' maestros, del pago de los farmacéuticos y de los Sin embargo, nosotros parece que estamos en el médicos titulares, yo quiero advertir al Gobierno camino de poseer una substancia que ataque al esque salvo que él esté agradecido a la conducta ob- pirochete en el interior del glóbulo rojo, sin detriservada por las Juntas de defensa—si este problemento de éste. ma no se resuelve con urgencia, probablemente la En estas investigaciones ultramicroscópicas h e clase médica actuará en la forma respetuosa que lo mos obtenido películas cinematográficas empleanhan hecho los empleados civiles y las clases mili- do un objetivo apocromático con inmersión. tares, puesto que será la única manera de hacerse Durante el estudio de estos asuntos, un día estaoir por el Gobierno, ba observando sangre de un individuo y vi al ultra- microscopio unas cosas especiales que me llamaron la atención; esta sangre procedía de un canceroso. Investigadas más sangres, ya en este sentido determinado, hallé siempre la misma visión ultramicroscópica. Pensé si esto mismo se encontraría en cortes de tumores cancerosos; tomados varios cortes más c o loreados y otros sin colorear, vimos él campo microscópico con idénticos caracteres. Se veía claramente que los diferentes elementos del tumor tenían distinta apetencia cromática; sobre todo se veían, además de las células del tumor,, unos elementos polimorfos, alargados, con una p r o longación muy larga; estos elementos yo no me creo autorizado a decir que sean los agentes del cáncer, sino que lo dejo a la comprobación, determinación, fijación y designación del mundo científico. Doctor Grinda: Es merecedor de plácemes la labor realizada por el Dr. Maestre; tales trabajos creo deben ser comprobados y dictaminados por las distintas personaUdades científicas que se dedican a estos asuntos y tienen asiento en esta Real Academia. Doctor Pittaluga: Ante los hallazgos expuestos por el Dr, Maestre, por su importancia y trascendencia científica, han de ser comprobados por los demás investigadores del mundo científico. Creo que en esta Real Academia, salvando toda clase de susceptibilidades personales, sólo una persona tiene el derecho de recoger las alusiones que el Dr. Grinda ha expuesto; esta persona es D. Santiago Ramón y Cajal, el único que lo puede hacer, pues pocas palabras suyas serían suficientes para dejar satisfecha a la Academia la ansiedad con que espera sean confirmados o rechazados con razón los trabajos aquí expuestos por el Dr. Maestre. Pero me creo obligado a exponer con claridad las impresiones que hemos recibido de la comunicación del Dr. Maestre, y que son en el fondo el sentir general de muchos de los señores académicos y también del Dr. Cajal. Dicha comunicación creo peca de tres puntos: la ausencia de que no se ha expuesto y estudiado comparativamente la enorme bibliografía que sobre los tres asuntos expuestos se posee, sobre todo desde los últimos cincuenta años, falta inexcusable en un hombre de ciencia y, sobre todo, de la altura que goza el Dr. Maestre en el mundo científico. Como segundo punto, también es la ausencia de la exposición de las técnicas seguidas para llegar a tales resultados, así como de la diferencia que existe entre ellas y las ya existentes, y el por qué con ellas se ha llegado a tales resultados. Este punto es de gran interés, sobre todo si se tiene en cuenta las afirmaciones tan categóricas que el Dr. Maestre ha lanzado sobre el asunto de la e s tructura de los glóbulos rojos humanos, y lo que corresponde a la sífilis, y lo que se refiere al del cáncer, ya ha dicho que lo presentado; todavía se puede decir, está en camino de ulteriores investiga cienes. En lo que se refiere a la prueba cinematográfiy a su valor científico, hay que decir que no es un documento de rectitud y que exprese fielmente la preparación microscópica con que se ha preparado; es decir, de la justa correspondencia con la realidad que exista en la plantilla del microscopio. Como tercera falta, y ya en lo que hace sobre la etiología del cáncer, se refiere a que estas investigaciones se han verificado con frotis, procedimiento que en técnica micrográfica, sobre todo en lo referente a tumores, está completamente desechada, ya que se destruye la topografía y relaciones anatómicas del tejido o producto sometido a examen. Epidemia catarral reinante Doctor Pittaluga: En la sesión pasada hicimos el diagnóstico diferencial de la epidemia gripal actual con el dengue y la fiebre de tres días. ÉSPAÉA MÉPÍÚA ÉgBattBaiaiTirfrti-ííTitri. ya que considero las demás técnicas como inútiles, sobre todo perjudiciales; pues sus resultados son siempre erróneos y el que da un dictamen basado en tales resultados, miente desde el punto de vista científico al emitir un juicio sobre la existencia o ACADEniA HEDICO QUIRÚRGICA ESPAÑOLA no de quiste hidatldico. Los errores posibles siguiendo la técnica de Wasserman o de Stern, evitan Sesión, del j de Junio de igiS. por la previa valoración de los elementos que entran en la reacción o con la colocación de tubos Caso clínico adicionales en la práctica de la reacción, que nos Doctor Basterra: Se refiere a una señora de sesen- indiquen si están bien o mal dichos elementos. ta-y siete años sin antecedentes, sufre un traumatisMi experiencia se refiere a 36 observaciones, de mo ocular poco intenso del que cura y sin quedar re- las cuales 29 un resultados positivos y siete negatisiduos; al cabo de un mes empieza a experimentar vos; de los positivos en 27 se comprobó la exispesadez palpebral y prurito, pero sin dolores ocu- tencia del quiste hidátidico, en los dos restantes lares; la exploración permitió ver dos tumorcitos en en uno; también se comprobó dicha existencia por el ojo derecho y uno en el izquierdo situados en el la exploración radiográfica, y en otro por la eosinopárpado inferior dertamaño de uno o dos milíme- filia de un 10 por 100, ya que no fué positros; practicada su extirpación con anestesia local, ble la práctica de la intervención quirúrgica. P e curó completamente; el examen anatomopatológi- los siete negativos, en dos se demostró la existencia co de la tumoración demostró se trataba de un pro- de otra clase da tumores ceso tuberculoso. La lesión del ojo izquierdo se reDoctor Mayoral: Los malos resultados de la produjo, pero volvió a curar por medio de toques reacción de Weinberg se explican por las malas técde ácido láctico al 50 por loo. nicas que se siguen, los resultados serían siempre Este caso es interesante por haberse presentado ciertos si fuera costumbre la práctica simultánea de en edad muy avanzada, ya que esta ciase de afec- la técnica de Wassermann y de la de Stern; de esta ciones se suelen presentar entre diez y treinta años manera se podría decir que siempre que la reacpor su bilateralidad, creyendo que la lesión primi- ción fuera positiva la existencia de quiste hidatlditiva radica en el ojo derecho, sobre todo teniendo co sería indudable. en cuenta que las lesiones van más avanzadas en su Doctor Hernando: La infalibilidad de la reacción evolución; por último, el creer que estas lesiones de Weinberg no es posible admitirla, ya que la eran primitivas ya que no hay historia de otras le- esencia dé la reacción de inmunidad no se sabe lo siones tuberbulosas, y además no existe én la que es. actualidad proceso tuberculoso. Doctores Mayoral y Landete: El caso que vamos SOCIEDAD DERMATOLOaiCA ESPAÑOLA a exponer se refiere a uiía mujer que hace doce Sesión del 7 de Junio de igi8. años presentaba un adantoma, no fué operado por no permitirlo la enferma; en la actualidad la misma Casos clínicos enferma ha pedido la intervención solamente por Doctor Gimeno: Presenta un enfermo de cuarenel tamaño de la tumoración, igual al de una cabe- ta y cinco años con un proceso tumoral ganglionar, za de feto a término. En esta enferma hay que ha- ha empezado hace dos años por la pléyade gangliocer notar que antes de la intervención presentaba una nal derecha invadiendo después la ingle izquierda, gran infección bucal, que ha sido combatida por la axilas, región submaxilar y resto del organismo, vacunoterapia previa, con lo que hemos consegui- tanto externos como internos. El diagnóstico de do también oponernos a la infección séptica post- este proceso, atendiendo a la evolución y caracteoperatoria, que es la regla en intervenciones bucales res clínicos del proceso, parece se trata de una enen estas condiciones. La incisión operatoria en vez fermedad Hock's, aunque no se puede afirmar en de ir desde mentón a ángulo de maxilar, con lo concreto hasta tanto el examen anatomopatológico que el resultado estético es deficientísirao, ha sido de la biópsiá dé el dictamen. Tales son los trasmás pequeña en forma de arco de convexidad in- tornos mecánicos en la circulación linfática que ha ferior con unos seis centímetros de cuerda y con su producido el proceso qiíe hay un apasarca. punto de origen en el mentón; el resultado estético Doctor Sicilia: El apasarca se puede muy bien ha sido excelente y mejorado aún más por la sutu • explicar admitiendo la posibilidad de la existencia ra intradérmica. La práctica de esta incisión ope- de una nefritis; aunque no exista albúmina en la , ratoria en las emiresecciones del maxilar inferior, y orina, se puede muy bien admitir la posibilidad de por no llegar al ángulo de la mandíbula, evita la la existencia de una albumosuria o enfermedad de sección del conducto de Stenón y del facial. *• Bence Jones. Doctor Hernando: Se trata de un hombre de cinDoctor Azud: El gran «montón» de procesos tucuenta años, con antecedentes de inapetencia, adel- morales gangUonares que se conocen bajo el nomgazamiento, rápido e intenso, sensación de peso bre de pseudoleucemias se puede dividir en tres epiogástrico después de las comidas, con una tumo- grupos: ración al parecer gástrica con prolongación por de1 ° Enfermedad de Hockins caracterizada por bajo del hígado, había anaclorhídriá y ácido láctico hipertrofia de bazo, alteraciones hepáticas y de la en el contenido gástrico, pero sin sangre ni caque- fórmula leucocítica. xia Cancerosa. La exploración sistemática (análisis 2.° Lirífogranulomatosis caracterizada por aude orina, forma citológica y examen radiológico) sencia de alteraciones (íel síndrome globular o a lo que acostumbramos practicar en casi todos los e n - más está por bajo de lo normal o con presencia de fermos, nos dio una imagen clara de quistes hidá- monuncleosis y presencia de alteraciones cutáneas, ticos múltiples del pulmón con el estómago normal, caracterizadas por intenso prurito y una erupción aunque curvadura menor algo rechazada hacia la eritematosa con presencia de fiebre, por accesos izquierda y existencia de un quiste hidático de cara febriles de tiempo en tiempo. superior del hígado. Podíamos, pues, afirmar que 3.° Caracterizada esta pseudoleucemia por que estábamos frente a un caso de equinococos disemi- no suele haber alteraciones de la fórmula leucocitanados, encontramos eosinofilia marcada y reacción ria, hay presencia de edemas por alteraciones mede Weinberg positiva con leucocitosis acentuada. cánicas de la circulación linfática y a veces presenComo el tratamiento quirúrgico sería ineficaz, le cia en la piel de tumores leucémicos, especie de he sometido a la tintura de Kámala a dosis gran- tumorcitos subcutáneos incluidos en la misma piel, des, que se dice es de algún efecto beneficioso so- y, por último, aspecto leucémico de la piel, es debre estos casos, pues por lo menos parece: que no cir, que está áspera, seca y granulosa. Hay que permite un desarrollo, rápido del proceso. concluir diciendo que estos tipos no se presentan Este caso es importante por la gran tolerancia a en la clínica tan sistematizados e individualizados. las múltiples localizaciones del equinococo, y sobre Respecto al tratamiento sólo dos medicaciones todo de la localización pulmonar; además la exis- están indicadas: el arsénico a altas dosis y los ratencia de anaclorhídriá coincidente con un proceso yos X, los cuales mejoran el prurito y disminuyen hepático, cosa ya muy vista por nosotros. el tamaño de las tumoraciones ganglionares; aun a pesar de ello el proceso sigue su evolución proValor de la reacción de Weinberg en el gresiva. diagnóstico de ios quistes ttidatídicos A continuación el Dr. Fernández Criado presenDoctor Coca: Sólo voy a referir experiencia per- ta un hombre con «várices> generalizadas, muy sonal; todos los puntos se refieren a la técnica pri- marcadas en las partes laterales del abdomen y mitiva de Wassermann y a la del método de Stern, tronco. Nosotros hemos encontrado el bacilo de Pfeiffer, pero además las distintas formas microbianas que se encuerltrán habitualmente en las vías respiratorias de las personas sanas. tíUíÉmmmiihmmM DE ACTUALIDAD La mortalidad en la Inclusa Un comunicado enviado por los médicos de la Beneficencia provincial de Madrid a la prensa diaria denunciando la enorme mortalidad de la Inclusa, trajo su natural revuelo desde las clases sociales, que se horrorizaron con el relato de las cifras de defunción aterradoras, hasta las esferas del Gobierno, que parecen ahora dispuestas a poner coto a un e s tado de cosas lamentabilísimo. No somos nosotros los llamados a puntualizar y exigir responsabilidades; allá las busque y castigue quien de ello tenga obligación. Pero habremos de decir, con lá franqueza que nos caracteriza, que la culpa, en más o menos grado, alcanza á todos, así, en absoluto a todos cuanto corporativa o individualmente venían actuando en el funcionamiento de la Inclusa; unos, directamente; otros, llamaríamos por oraisióii, es el caso que han dejado sucederse los años sin poner coto a las causas múltiples que sostenían una mortalidad sencillamente horrorosa. Porque lo denunciado no es de ahora; no se trata de algo anormal que haya venido a suceder de un tiempo a esta parte, no; tiene fecha de existencia, los niños mueren a montones en la Inclusa desde no sabemos cuántos años atrás; alguna sala de aquel establecimiento tiene de antiguo un nombre macabro, revelador de que allí acababa la vida d a l a c-iatura que a ella fuera llevada. Y este estado de cosas lo iban soportando pacientemente la Diputación, los visitadores, la Junta de Damas, las monjas, la jefatura administrativa y (tenemos que decirlo, aunque nos duela) el personal técnico. A todos alcanzaría una revisión de procederes y responsabilidades. Lo sucedido en la Inclusa es un episodio de tantos como nos ofrece la Administración, por lo que a la Sanidad se refiere; es un caso más, como el hacinamiento de enfermos en el hospital, la carencia de hospital de infecciosos, la falta de material sanitario, la escasez de asilos, etc., etc. Y todo ello no se resuelve sólo con consignaciones en el presupuesto y partidas de gastos, sino que hay que asomarse al extranjero y ver a qué medios han acudido las naciones que quisieron resolver sus problemas de sanidad y enterarse así de que uno de los factores positivos y eficaces es el seguro. De él no han hablado todos estos prohombres que nos dejan escuchar su voz con motivo de lo sucedido eii la Inclusa. Tratan los asuntos a flor de epidermis sin llegar al tuétano de la cuestión. Y precisamente en el problema de la Inclusa entran, como factores de gran trascendencia, el seguro de maternidad y el seguro de enfermedad. No es nada lo que ellos podrían dar de sí para acabar con la vergüenza^que supone el estado actual de cosa?. Pero bien comprendemos que ello no es cuestión de momento y que se necesiía labor constante y tenaz para encarrilar por este camino a una sociedad tan poco preparada para este asunto de aseguración; por eso, lo urgente ahora son: Nuevo local para Inclusa. Organización de la lactancia externa. Organización del servicio interior. Autoridad e independencia absoluta del personal facultativo. Esperamos que todo ello se consiga en breve plazo, y nuestra confianza se basa en que habiendo iniciado y hecho publicar la protesta el Cuerpo Médico de )a Beneficencia Provincial, y estando al frente de él persona de las energías y altruismos que adornan al doctor Isla, no habrá de dar por terminada su campaña hasta que sea coronada por un éxito completo. Así logramos que se solucione lo de la Inclusa. Pero ¿es esto todo, por lo que hace referencia alas ineludibles y múltiples jcuestiones de la Beneficencia? No; mucho, todo queda por hacer, y el buscar las modernas orientaciones sería aproximarnos a una solución que, de otro modo, ¡ayl, la vemos completamente irrealizable. En el número pfeximo publicaremos una interesante interviú con el Dr. González Mvarez, acerca del problema de la Inclusa, ESPAÑA MBÜWA 10 la existencia de la importante sacudida nerviosa. Esta fórmula raquidiana, por su carácter citoquímico y su evolución póstraumática, permite afirmar a la vez la realidad de la conmoción y su orEn otro lugar de este número podrán ver núes- - ganicidad. Puede ser; tros lectores el anuncio al concurso-oposición para : I .** Raramente e incompletamente simulada por las plazas del personal facultativo afecto al servi- la hiperalbuminosis de ciertas afecciones crónicas o cio de Proftlaxis de las enfermedades venereo- subagudas de los reotos. sifilíticas. 2." Frecuentemente disimulada por lesiones meNo hemos de entrar en este momento en un exa- ningoencefálicas, por las alteraciones meníngeas de men á fondo de esta nueva organización que quie- origen auricular y más aun por la sífilis del néurore darse a tan importantes servicios sanitarios, tii eje (Wassermann) sistemático sobre todo en caso tampoco comentaremos eso del concurso-oposición, de linfocitosis aun muy ligera. que está poniéndose de moda entre nosotros, y que quizá por nuestra poquedad mental no acabamos TRATAMIENTO de comj)render; sólo queremos hoy llamar la atenLa blenorragla'en la mujerción de la superioridad acerca de algún detalle en las condiciones que debe exigirse al personal faCheiíalíief publica bajo este epígrafe un estudio cultativo y de las que nada habla la real orden a en La PrMse Medícale áe\ 16 de Mayo de 1918, que venimos refiriéndonos. cuyo extracto es el siguiente: Hay, en primer lugar, algunos compañeros que i . ° Blenorragia con inflamació?i íwa.—Reposo han desempeñado estas plazas antes de la modifi- en el lecho contra iasvulvitis edematosas, compresas cación del Sr. La Cierva, los cuales tienen un de- empapadas en una solución calmante y renovadas recho moral indiscutible para volver a ocupar los cada dos horas. Casi siempre las inyecciones son puestos que por lamentable equivocación suprimió posibles: cuatro o cinco por día con las precaucioun ministro. Cabe perfectamente en la convocato- nes conocidas. ria, puesto que además de oposición se habla de La uretrids se mejora rápidamente por las tisaconcurso, y en éste debe apreciarse el mérito de nas refrescantes. aquellos que durante algunos años hayan desem2.° Blenorragia aguda (vulvovaginitis). -^ El peñado aquellas plazas a satisfación de sus supe- mismo tratamiento. riores. 3.0 Blenorragia subaguda o precrónica.—Aun También es un detalle que no debe olvidarse el cuando la mujer haya taponado y lavado los órgade la edad. Es especialísimo el servicio y requiere, nos, la vulvitis se reconoce por la areola inflamatono por su misión científica, sino por su aspecto so^ ria de los orificios glandulares. Las inyecciones décial, cierta respetabilidad que sólo dan los años. No biles de permanganato deben ser frecuentes. Pos o es esto pedir l&s plazas para viejos, sino solicitar- tres veces por semana se introduce en el canal cerlas para hombres maduros, pues hay muchas opo- vical de la pomada de óxido amarillo para impedir siciones donde existen limitaciones de edad aten- su contaminación, y se embadurna vagina y vulva diendo siempre a la índole del servicio que se ha- en una solución débil de nitrato de plata. brá de prestar. 4.° Blenorragia crónica.—La vaginitis crónica El que sea médico de hospital o de clínica cede a los ocho o diez toques de nitrato. Mañana oficial de enfermedades venéreo sifilíticas, nos y tarde deben darse inyecciones prolongadas de parece dato a aportar para la preferencia en los permanganato y colocar antes de acostarse un óvulo puestos. de ictiol. La ulceración del cuello cura rápidamenComo siempre, no nos guía en estas líneas te por los toques de tintura de yodo o de nitrato. La otra finalidad que cooperar al mayor acierto de tintura de yodo asociada, si hay necesidad, a las una obraliuena. Allá van sinceramente espresadas escarificacines del cuello con el bisturí, contra los estas reflexiones por lo que valieren y pudieran encharcamientos congestivos. La endocervicitis es ser tomadas en cuenta. más rebelde. Si el canal puede ser limpiado'sin líquido que se trastorne en las glándulas (igual de débil tensión superficial), se practica en un líquido alcoholizado. CARNET DEL CLÍNICO Si los fondos de saco aparecen dilatados en la superficie deL cuello, los toques interiores y exteriores serán pírecedidos por escarificaciones. UN CQNCÜf^SO OPOSICIÓN DIAQNOSTICQ La fórmula cefalorraquídea. Mestrezat, Boutier y Logre, tn la última sesión de la Academia de Medicina de París, han puntualizado la fórmula cefalorraquídea en.las conmociones nerviosas. I.» Percentaje elevado de líquidos raquídeos anormales = 50 por 100. 2.° Existencia habitual de una /cV»*»/» ír¿)«»í<?cional típica caracterizada por hiperalbuminosis (0,35 gramos a Un gramo por litro), aislado de toda otra modificación citoquímica importante. Se nota la ausencia de participación meníngea (cloruros y permeabilidad normales; nada de leucocitosis); la ausencia de infección (nada de fibrina ni de hipoglicosis); una tendencia marcada a la hipersecreción (hipertensión, hiperglicosis frecuente, hiperleucocitosis habitual, 0,3 a 0,7 elemento por milímetro cúbico, puede ser por dilución de líquido. El contraste entre la hiperalbuminosis y el trazo leucocitario normal o disminuido mucho a la disociación albúminouralógica o muchas veces a la inversión albúminoatológica. La fórmula coñmocional se caracteriza también por su evolución: aparición ordinaria de la albúmina después de dos o tres días; desaparición habitual en el curso de algunas semanas a algunos meses; lo más raro, persistencia indefinida o regresión muy lenta del síndrome. Esta fórmula cfealorraquídea de ponmocionés puras sin herida exterior, se vuelve a encontrar con todos sus caracteres en gran numero de conmociones asociadas a heridas de cuero cabelludo, en donde el hallar una herida local pudiera hacer desconocer BADAJOZ.—iVbgaZes.—Partido judicial de Almendralejo. Habitantes, 1.446; distante 27 kilómetros de Almendralejo y 30 de Villafrancá de los Barros, la estación más próxima. Dotación anual: 1.000 pesetas por la asistencia a las familias pobres y las igualas. Las solicitudes hasta el 27 de Junio, CIUDAD REAL.—Cafeada de. Calatram.— Partido judicial de Almagro (por defunción). Habitantes, 6.695; distante 23 kilómetros de Almagro . Estacián en el ferrocarril a Valdepeñas. Dotación anual: 1.500 pesetas por la asistencia a 300 familias pobres y las igualas. Las solicitudes, documentadas, hasta el 28 de Junio. GUADALÁJARA. — Valdeavellano. — Partido judicial de Bribuega. Habitantes, 380; distante 14 kilómetros deBrihucga y 21 de Guadalajara, la estación más próxima. Dotación anual: 750 pesetas por la asistencia a las familias pobres, y en concepto de igaalas 200 fanegas de trigo. CUENCA.-—í'wettíeZes^jmo de iZaro.—Partido judicial de Manzanares (por renuncia). Habitantes, 699; distante 20 kilómetros de Belmente y 28 de Socuéllamos, la estación más próxima.. Dotación anual: 750 pesetas por la asistencia a las familias pobres y 1.750 en concepto de igualas. CIUDAD REAL.—San Garlos del ya7fe.-Partido judicial de Manzanares (por renuncia). Habíbantes, 835; distante 19 kilómetros de Manzanares, la estación más próxima. Dotación anual: 750 pesetas por la asistencia a 40 familias pobres y las igualas. CUENCA.—Casasimarro.—Partido judicial de Motilla del Palancar (por renuncia). Habitantes, 2.426; distante 23 kilómetros de Motilla y 22 de La Roda, la estación más próxima. Dotación anual: 1.495 pesetas por la asistencia a 50 familias pobres y las igualas. ZARAGOZA.—TorraZfta de Bí&oto. — Partido judicial de Calatayud (por renuncia). Habitantes, 654; distante ocho kilómetros de Calatayud, la estación más próxima. Dotación anual: 750 pesetas por la asistencia a las familias pobres y las igualas. BADAJOZ.—ííomacftos.—Partido judicial de Almendralejo (por defunción). Habitantes, 4.492, distante 27 kilómetros de Almendralejo y 25 de Villafrancá de los Barros, la estación más próxima. Dotación anual: 1.000 pesetas por la asistencia a 150 familias pobres y las igualas, ZARAGOZA.—Brea.-Partido judicial de Cala tayud (por renuncia). Habitantes, 1.467; distante 20 kilómetros de Calatayud y siete de Mores, la estación más próxima. Dotación anual: l.OOO pesetas por la asistencia a las familias pobres y las igualas. GRANADA. — TretJé/ez. — Partido judicial de Orgiva. Habitantes, 1.249; distante 27 kilómetros de Orgiva y 56 de Granada, la estación más próxima. Dotación anual: l.OOO pesetas por la asistencia a las familias pobres y las igualas. ZARAGOZA.—Nonaspe,— Vaxiiáo judicial de Caspe (por renuncia). Habitantes, 1.681; distante 32 kilómetros de Caspe. Estación en el ferrocarril de Zaragoza a Barcelona. Dotación anual: 1.000 pesetas por la asistencia a 30 familias pobres, y 3 000 en concepto de igualas. GUIPÚZCOA.—^í/a.—Partido judicial de Azpeitia (por renuncia). Habitantes, 2.287; distante 24 kilómetros de Azpeitia. Estación en el ferrocarril de Bilbao a San Sebastián. Dotación anual1.000 pesetas por la asistencia a las familias po." bres y las igualas. VALENCIA. —Fuenterrobles.— Partido judicial do Requena (por renuncia). Habitantes, 1.107distante 22 kilómetros de Requena y 11 de Uiiel, la estación más próxima. Dotación anual: 1.000 pesetas por la asistencia a las familias pobres y las igualas. TOLEDO.—BMra;ow.—Partido judicial de Torrijos (por renuncia). Habitantes, 218; distante ocho kilómetros de Torrijos, la estación más próxima. Dotación anual, 1.000 pesetas por la asistencia a 32 famihas pobres y 2.250 en concepto de igualas, más 100 de gratificación por los serví cios sanitarios. Las solicitudes hasta el 3 de Julio. BURGOS.—Cawto&j-ana y sus anejos Bentrita, Pino y Terminan.—Partido judicial de Briviesca. Habitantes de los cuatro pueblos, 944; Cantabrana dista 27 kilómetros de Briviesca, la estación más próxima. Dotación anual: 750 pesetas por la asistencia a las familias pobres y las igualas. muís PDiiliilii! ÉaDle (I a i Wl Dres. Vioent Muratel. «Fiebre tifoidea y fiebres paratifoideas>. Prólogo del Dr. Martin Salazar. Precio, 5 pesetas. Noguer Molins. «Exploración clínica práctica». Un tomo encuadernado, 5 pesetas. Dr. Fapgas. «Tratado de ginecología». Acaba de publicarse, ampliada por el Dr. Fargas (hijo). Tres volúmenes, 40 pesetas. Recasens y Conill. «Radiumterapia profunda y radiumterapia en ginecologí»». Un tomo, 20 pesetas. Flugga. «Higiene y bacteriología sanitaria». Dos tomos encuadernados, 40 pesetas. Velasco Pajares. «Tratado de radiumterapia». Un tomo encuadernado, 12 pesetas. Pueden peiliise a la AiIniiniÉatüiD de MU MEDiil ESPAÑA 11 MEDICA LA5 CHICA5 DE BAT¿1 por Colomfaine Capítulo de. la novela La Rampa, que acaba de publicar la ilustre escritora Carmen de Burgos «Sin darse cuenta, Isabel sentía pesar sobre ella todo aquel ambiente desolado; esquivó pasar frente al torno de la Inclusa, aquella especie de hornacina siniestra, alumbrada en la noche por un farol que parecía guiar los pasos de las desdichadas que por librarse de los hijos, que constituían para ellas un símbolo de dolor o de vergüenza, y a veces una carga demasiado pesada, estaban en el camino de la delincuencia. L A CARIDAD LOS RECOGE, deletreó en una parte de la inscripción sobriamente colocada sobre el torno, invitando a entregar a la caridad aquellos pequeñuelos qué sin ella hubieran sido víctimas de un infanticidio. Le faltaban las fuerzas, sentía como si hubiese crecido la carga de su vientre, que de empinado y puntiagudo, levantando el estómago hacia arriba, se desgajaba y caía poi su plenitud y su madurez. Ya le faltaban pocos pasos para llegar al gran portalón abierto que parecía ofrecerle asilo. Se detuvo y lo miró con miedo. Al entrar allí iba a desaparecer, iba a perderse, a separarse del concierto de la vida libre, a convertirse en un número, una especie de prisionera sometida a un reglamento tiránico que no podría desobedecer. Frente a ella los cristales empañadcs de un escaparate reproducían su imagen, con contornos vagos pero precisos. Al pronto no se reconoció. ¿Era aquella mujer flácida, de facciones abultadas, hinchadas, en medio de su demacración, con el rostro cansado, caído; cubiertas las mejillas por el paño amarillento que parecía también velarle los ojos, dándole esa expresión peculiar de las embarazadas; esa mirada opaca que parece convertir sus pupilas en los cristales de unos lentes a través de los cuáles quisieran ver otros ojos? Su cuerpo era sólo un enorme vientre sostenido por las piernas, que parecían más cortas y débiles; los hombros achatados y deprimidos marcaban un ángulo como de goznes para incrustar el brazo flaco, casi perdido bajo el seno que se desparramabamarcando en la tela parda de la blusa y la levita raída un*redondel húmedo por el rezumar de los calostros. Se acentuó su miedo. ¿Iría a morir allí? Tuvo impulsos de arrojarse al suelo, como se arrojan los niños rebeldes qué no quieren entrar en la escuela; pero hizo un esfuerzo, cruzó la calle y puso el pie en el escalón d é l a puerta. Su corazón se oprimía, la calle miserable se enfloraba cotiio un bello paseo. A pesar de la miseria y la suciedad habla en ella vida, exceso dé vida; el ruido de gentes que iban y venían, las voces libres, en contraste con el silencio que adivinaba dentro, la atraía, la retenía, parecía impedirle entrar. Pero era necesario aquel sacrificio. Era imposible resistir ya más. Desde que su enfermedad \& habla hecho dejar aquel cargo del Bazar, que era su ÚQÍCO medió de subsistencia, habla ido a vivir con Águeda en casa de su tía. Dormía en la misma cama que su amiga y compartía con ella su modesta c o mida. Isabel guisaba para las dos y la joven hacía el sacrificio de andar y desandar a pie todos los días el largo camino para ir a comer a su casa.. Con gran delicadeza las dos mujeres la animaban. Ya buscarían entre todas el medio de vivir. Lo importante era salir del mal paso. Pero los meses pasaban, Isabel veía llegar el día de su alumbramiento, elcual reclatoaba gastos que no podía costear. Se informó de lo que era necesario para ir a la Casa de Maternidad; pero Águeda se había opuesto a su designio diciendo que trabajaría para las dos. Isabel no podía consentir aquel sacrificio y se había escapado de casa de su amiga para ir a aquel refugio y no arrastrarla en su miseria. Era preciso entrar. Un hombre con uniforme galoneado le habló. —¿Qué desea? Apenas pudo balbucir unas palabras. • Ya sabía el hombre lo que significaban. —Llame usted ahí. Una monja, con toca blanca, manto de un negro ala de mosca, manguitos y delantal de lienzo azul, algo deslucido y de dudosa limpieza, la cual debía estar alerta a las llamadas, abrió instantáneamente, y casi sin darle tiempo a que se explicara; después de una ojeada a su figura, le señaló: —Por este lado. La guió hacia la secretaría, a la izquierda de la puerta, donde en unasalita había otras dos monjas.' —¿Trae dolores?^preguntó una. Ella se sentía amedrentada. —No..., aun no; pero me han dicho que hoy es día de entrada... Estoy fuera de cuenta... esperando la hora de' Dios... —Sí... sí...; eso dicen todas.,.; si fuéramos a hacer caso... —^Madre, le aseguro... Carmi.n Je LUirsus, COLOMBINC —En fin, venga...; la reconocerá el médico... No sé si habrá cama...-¡Cuánta desdicha! Se dirigieron otra vez hacia la puerta de salida y le hizo entrar en el enorme ascensor que ocupaba el hueco de la escalera, especie de habitación donde podían colocar una camilla en caso necesario. Subieron a la clínica donde estaban el médico y los internos. Avanzó tínjida y vergonzosa, y tuvo que sufrir el reconocimiento, hecho de un modo mecánico, sin mirarla más que como un caso cuyo historial apuntaba el doctor, con las observaciones que le habían de servir en caso de un garto difícil. Hubo un momento de vacilación. No cabía duda de que estaba de nueve meses; pero, a no sentir dolores era difícil ser admitida sin una buena recomendación. A veces los partos se retardaban y pasaban un mes en la casa. —Si quiere usted estar en distinguidas—iasinuó la monja. —Dios mío..., no...; yo necesito la caridad... Había tal angustia en su voz, que el médico, aun acostumbrado a aquella atmósfera de dolor y de continuas peticiones, se conmovió. Abrió un libro, y después de consultar dijo a ' a monja: —Hermana, llévela a la cama número 16—y volvió la espalda bruscamente, dando el asunto por terminado. La hermana no se atrevió a desobedecer; tenían un respeto mezclado de temor a los médicos, que las hacían responsables de todos los descuidos y de todas k s faltas. Era curioso aquello de que los buenos señores fuesen siempre más amables con las asiladas que con ellas; cada vez cundía más la herejía; hasta el punto de que muchos de los internos jóvenes decían que no bastaba la caridad para saber asistir a un enfermo y poner un vendaje, y preferían a las enfermeras y las practicantes, que estudiaban con ellos, aunque éstas vivían en el mundo y no podían tener por las enfermas la dedicación de las que por el amor de Dios les consagraban toda su existencia. Los asistían sin pensar más que en aliviar los males físicos y sin curarse del alma, que era lo esencial. ^-¿Trae ropa?—preguntó la monja. —Dos camisas, madre. —^Hermana, hija, hermana... B u e n o . . . , démelas...; le daré una bata para que se mude... No tenemos para todas. Esto de los niños es cómo las cosechas...: hay meses de recolección. Noviembre es de los que dan más trabajo...: las locuras de Carnaval. Le dio una de aquellas batas de cuadros, holgadas y lisas, con grandes bolsillos, que servían de uniforme a las embarazadas y que hacía que denominaran 7aj chicas de bata a las asiladas de caridad para diferenciarlas de Xz^ distinguidas. Cuando entró en el costurero todas la rniraban de ese modo especial, hostil, con que se miran los viajeros que han de ir juntos en un tranvía o en el vagón de un tren. Otra más. Hubo un cuchicheo, unas risas, frases en voz baja que nO se oían, pero cuyo dejo sonábala burla. Ella cogió una silla de asiento ancho y fué a sentarse donde pudo; pues las cercanías de las dos ventanas altas, de vidrios empañados, estaban ocupadas por otras mujeres que cosían o hacían encajes de bolillos y crochet o tejían medias a punto de aguja. Las conversaciones, interrumpidas un momento a su llegada, ss volvieron a reanudar. Algunas estaban silenciosas; pero las más hablaban y reían, entremezclándose las voces de los diversos grupos en un guirigay ensordecedor. —-A ver si vas a ser tú de las damas que no hacen más que suspirar y parece que tienen a menos bablar con nosotras—dijo una embarazada ya de edad, cuya boca grande, rajada, con las comisuras llenas de grietas dejaba ver la encía desguarnecida, y que se ponía los brazos alrededor de la panza como si quisiera mostrar bien su volumen y lucir de un modo triunfal la. maternidad que la rejuvenecía. , Mientras hablaba dirigía los ojos, iluminados de una-luz de malicia malévola, haqia una jovenzuela pálida y rubia que, algo aparte de las demás hacía crochet de un modo fervoroso sin pronunciar ,una palabra. Se vela que la alusión iba dirigida a ella, ^ E s que será primeriza—dijo otra, gorda y desenvuelta—. Esto la primera vez espanta...; después, ya se va una acostumbrando. La Nati y yo venirnos aquí a veranear casi todos los años. ^ Y , la verdad—afirmó la Nati, una jovenzuela amarillenta, flaca, de grandes ojos negros, más agrandados en sus ojeras de vicio, que se unían a los pliegues de las mejilla?, dándole un aspecto procaz y deshecho—, que cuando estamos aquí es cuando más se descansa...; a lo menos dormimos solas. Patrocinio no sabía qué contestar; pero sonrió con tanta dulzura que desarmó a la mayoría de aquellas mujeres. —Sí... primeriza. —¿Eres de aquí? —No. —¿Tienes oficio?... —¿Oficio?... Antes de que acabasen de hablar otras le preguntaban: —¿De dónde eres? '' —¿Tienes familia? —No estás casada, ¿verdad? La entrada de la rnonja, que no dejaba pasar mucho tiempo sin asomarse para velar por el orden, la dejó respirar. Volvieron todas a su labor deseosas de congra-, tularse con la hermana; sólo algunas relapsas con-^ inuatqn hablando en voz alta sin hacer caso de 1 visita. n BSPAÑA MSMOA mmííimiieáamiM Isabel paseó la mirada por aquel grupo, formado jovencita—, que menos tenemos. Además, la que por medio ciento de mujeres marchitas, macilentas, quiera y tenga dinero puede mandar traer loque se que parecían cansadas de tirar de sus vientres de le antoje, que nadie se opone a ello. hidrópicas, y la miseria que contemplaba le dio la —Me río yo de que nadie malpara por deseos— idea cabal de su propia miseria. Algunas de aque- dijo otra—. Aquí saldrían todos los crios con la llas mujeres eran casadas, que no contando con boca abierta si eso fuera verdad. medios de asistencia iban allí; pero la mayoría eran —Pues no hay que reírse—añadió una—, Yo he las madres solteras, las engañadas, las abandona- visto casos en mi pueblo. Un chico salió con la das. Habla mujeres viejas, reincidentes, que ya ha- boca abierta porque su madre deseó comer fritada bían dejado allí varios crios, y veían sólo en su de hígado, y no la cerró hasta que le pusieron somaternidad un accidente físico desagradable, pura- bre la lengua un pedazo de hígado mascado. mente mecánico, del que era preciso salir como de —Ya lo creo—dijo otra—. Una hermana mía un tifus o una pulmonía, sin sentimentalismos de tiene una rosa morada, grande como la palma de ningún género. la mano, en la mejilla izquierda, porque mi madre Muchas eran criadas engañadas por los novios o deseó ufl cesto de higos. por los señoritos y cruelmente abandonadas des—Y algunas hasta abortan—afiadió^la que había pués, quedándoles sólo aquella maternidad como hablado primero. un estigma de sus amores, más o menos sentimenLa chulona, que estaba como rumiando en su intales . terior los argumentos de la defensora de aquel réOtras eran paletas, que pagaban con aquel dolor gimen, exclamó de pronto: el engaño y el deslumbramiento de Ja llegada a = M e río yo de qu? menos tenemos y de que nos la corte, la cena en el merendero, el baile de Car- lo dan todo de caridad. ¿Pues quién sostiene todo naval o la cita secreta de la tarde del domingo. esto? ¿Lo sacan las monjas y los médicos de su bolNo faltaban modistas sufriendo la pena del des- sillo? Buenas almas que por hacer un bien de cariengaño de los idilios estudiantiles o de su confian- dad'ponen su dinero; pero para nosotras, para las za en algún señorón que les ofreciera mejor suerte. necesitadas, no para que se aprovechen otras. Entre todas se mezclaban las mujeres de vida —Tienes razón—exclamó otra escuálida y alta, alegre, las mozcorras, que habían tenido un descui- que blasonaba de librepensadora y revolucionado y aguantaban las consecuencias del percance, r i a ^ . Lo que hacen es robárnoslo que es nuestro; recriminándose un entusiasmo o una traición de la nos dan las cosas como de limosna, como se le Naturaleza, que iba a hacerles conocer los tormen- echan a los perros; a las chicas de bata se las trata tos de la maternidad. Ni ellas mismas podían con- de cualquier modo..., no son como las que pagan... jeturar quién sería el padre de aquella criatura que ¡Valiente candad! iban a poner en el mundo con la calificación de Aquella idea de c/eerse con derecho a los socomcincer, como un hijo de mancilla." rros, que entrañaba un principio tan hondo, y al ¡Cuánta tragedia en todo aquello! Se perdía la que ellas llegaban por una especie de intuición que idea del amor para quedar sólo la idea de la bru- suplía al conocimiento, estaba en la mente de totalidad, la bestialidad. La Madre, tan líricamente das. Se las socorría con lo suyo, con lo que la socantada, aparecía envuelta en toda la realidad de ciedad les debía, y todo lo que se mermara a sus su miseria física y repugnante. Pobres mujeres venecesidades era un robo que se les hacía, como si jadas, atropelladas, víctimas de deseos innobles, de metieran la mano en la caja para quitarles sus hala brutalidad de los hombres, que las arrojaban le- beres. jos de ellos después de la saciedad. Habían llegado Del comedor pasaron al patio de recreo. Un paa la maternidad sin amor, engañadas con un espe- tio desmantelado, de tapias altas, en el que aquella jismo falso, y se amparaban allí llenas de vergüen- tarde otoñal se dejaba sentir un frescor húmedo, za, de miedo, de desengaño. No se veía nada alto, bastante desagradable. levantado y conmovedor, sino toda la abyección, Las mujeres formaron grupos, y sin saber cómo, toda la vulgaridad, todo lo de brutal y bajo de las se encontró en medio de uno de ellos. Se fijó en uniones sexuales. Era allí donde estaba toda la mi- *sus compañeras. Casi todas estaban alegres; eran seria de la hembra, triunfadora aun hasta en el luescasas las que conservaban aire de tristeza; parepanar, con el prestigio de su feminilidad codiciada cía que el pedazo de cielo que se extendía como un y miserable, pisoteada, abandonada, con su aspecto repugnante de opilación. Desencajadas y caídas toldo sobre los paredones del patio, con apariencia las facciones, abotagadas, cubiertas de manchas de espacio y de aire libre, les comunicaba mayor de paño y de manchas delatoras de repugnantes optimismo. Unas reían y jugaban con una alegría de chiquillas, dando saltos y cabriolas grotescas, enfermedades; con las bocas rajadas, los ojos opacos, las ojeras hondas, violáceas, y los cuerpos de- qUe causaban gran complacencia en sus compañeformados por la plenitud de los vientres. Eran ras, como si quisieran hacer ver que sus tripas no como despojos miseros de caprichos, arrojadas y les pesaban. La que más se distinguía por su agilidespreciadas; piltrafas de mujer. ¿Qué había con- dad era una pequeñuja y negrilla que parecía una ducido allí a todas aquellas infelices? ¿Era el amor? bola de goma botando y rebotando del suelo. —Esa pare esta noche—comentó una. Sentía repugnancia, un asco profundo de toda aque—Y según el tambor que tiene pare dos—dijo lla íniseria. otra. Silenciosamente las acompañó al comedor, donLa monja las llamó al orden; no había que agide dos monjas les servían la comida; apenas podía tarse de ese modo para luego tener que sentir. pasar la ración de carne con patatas, ayudándose —Hemos tenido hasta la desgracia de que se lledel vasito de vino que les servían. ven a sor Josefa—dijo la chulona—.Era mejor que —No hay que ser señorita—le dijo una rubia, de ésta. aspecto bonachón, que se había colocado a su —¿Dónde se ha ido?—preguntó ella por decir l a d o ^ . No hay más que esto..., y gracias que no es algo. de lo peor...; otras noches son judías o lentejas... y La otra la miró extrañada, pero contenta de traun filetito como una oblea. bar conversación y enseñar a una novata. Algunas habían rebañado rápidamente sus pla—^De ejercicios espirituales, sin duda, hija—ditos y se quejaban dé la escasez de la ración. Lla- jo—; se cambian de oficio cada tres meses..., y figúmaban a la monja pidiéndole que les diese otra rate cuando nos toca una que no sabe guisar. Hay porción u otro pedazo de pan, que devoraban con para morirse. ansia. —No creas ^ u e se matan—dijo la revoluciona—[Sor Catalinal ria-^; ellas hacen como que hacen; nosotras tene—¡Sor Catalinal mos que hacerlo todo... y servirlas. El mundo al —Hermana más rezongona—dijo una morenaza, revés. chula, con tono de enfado — . Si fuera para \a.s dis—¿Y hay muchas monjas? tinguidas, ya sería otra cosa. —¡Anda! Un diluvio... No ves que lo pasan bien. —Según—comentó otra—; las que pagan una El tiempo del recreo había terminado. cincuenta están sobre poco más o menos como nos—A la capilla. otras. Los mismos son para las que pagan diez —¿Otra vez?—protestaron algunas. reales; a esas bien les regalan... platitos de miel y —Yo no voy—dijeron varias voces. todo lo que se les antoja. Nosotras no vemos posLa revolucionaria gritó: tre más que los domingos, y para eso una naranja —Nos pasamos la vida rezando..., es como si nos agria o un puñado de galletas rotas, que son las fuéramos a morir y tuviéramos que estar bien con más baratas. Dios... Y estamos mejor que ellas... No le hemos —Pues gracias que nos lo dan—intervino otra hecho mal a nadie... Hemos sido generosas y no tenemos las entrañas secas... Al menos ya sabemos lo que es mundo. —Vamos, vamos, hija—dijo la monja poniendo un tono de mando en sus palabras de ruego—. Hay que pedir a Dios Nuestro Señor que les dé una hora cortita. Todas parecieron convencerse menos la revolucionaria. —Es que las distinguidas no vienen a la capilla más que una vez, y nosotras llevamos ya otras dos hoy. Pero la monja, sin responder, la acariciaba sonriente, dándole golpecitos en !a espalda y repitiendo: —Vamos, hijita,' vamos. Todo aquel rebaño miserable entró y se arrodilló a un lado de la nave, detrás de otro grupo formado por una docena de mujeres encinta también. Las monjas, arrodilladas al otro lado, permanecían silenciosas, inmóviles, con la cabeza baja, como sumergidas en la oración. Empezó el rosario, que dirigía el capellán y coreaban pecadoras y religiosas de un modo lento y mecánico. En la media luz de la capilla, entre el olor de cera requemada y de incienso de que estaba impregnado todo, las embarazadas dejaban volar sus pensamientos, presa de pánico por lo porvenir y de tristeza por lo pasado. Algunas que no podían soportar aquel olor se tenían que marchar presas de vahídos o de vómitos, y otras que no se podían arrodillar con sus enormes barrigas, trataban de permanecer de pie o se sentaban en los bancos. Las monjas tenían que conformarse y darles aquella libertad ordenada por los médicos, no sin murmurar: —El demonio que las tienta y las aleja de las cosas santas. Notó que al salir las chicas de bata trataban de acercarse a las distinguidas, parte por curiosidad de conocer aquella aristocracia de sus compañeras, parte porque muchas de ellas les encargaban recados y servicios remunerados. Una de las distinguidas llevaba toda la cabeza envuelta en una espesa mantilla. —A esa no le hemos visto la cara desde que vino—comentó la chulona—. Se tapa para que no la conozcamos...; por lo menos es una duquesa. —Pues yo te aseguro—exclamó la saltarina— que no se v a d e aquí sin que la veamos la facha. —Será picada de viruelas. —Alguna vieja adefesio. —Dejarlo de mi cuenta, que ya se sabrá,—¡A la camal Con la rara obediencia que todas desplegaban a pesar de sus protestas, las chicas de bata se dirigieron a los dormitorios, y las distinguidas de primera y segunda se encerraron en sus habitaciones. La tapada penetró en una de ellas. —Esa está sola—comentó aún la saltarina—; paga las dos camas que hay en cada cuarto, para estar sólita, y nunca sale ni habla con ninguna. Eso es darse tono. ^ •^'^ \?alor de la fototerapia en los acnés Nos interesa volver sobre este asunto, en el que las opiniones andan extraviadas por falta de quien haya querido encauzarlas; vamos a procurarlo ahora, ya que nuestra práctica en el empleo de los rayos ultraviolados es lo bastante amplia para permitírnoslo. Ya en nuestras primeras impresiones, y hablando de los resultados de los rayos ultravioleta, en dermatología, y, en especial, en el acné vulgar, decíamos lo siguiente: «He tratado un acné pustuloso del mentón y orbicular de los labios, otro rosáceo, otro poliformp vulgar, otro pustuloso sencillo de ambas mejillas y otro de gigantescas papulopústulas, con quistes sebáceos reblandecidos y supurados. Los resultados han sido los siguientes: Los brotes se curan próximamente lo mismo que con pomadas, lociones y fricciones, sólo que sin la suciedad e incomodidades de éstas. Pero la fototerapia no evita los rebrotes que nuevamente se suceden unos a otros. ESPAÑA MEDICA IS Por lo tanto, encontramos la fototerapia excelenprimaria el atender a corregir los trastornos visce- cura el factor seborrea en el acné, forma, por tanto, te y cómoda para combatir el fondo seborreico de rales dominantes; no precisamos estos remedios una parte, la tercera parte en el tratamiento del mismo. Sirva esto de norma para los que no están muchos acnés, y hasta para curar las lesiones ya por la gran variedad de ellos. al tanto de ella, a los que no posean experiencia de brotadas, ya desarrolladas. Como los enfermos n o se preocupan del acné Pero, en cambio, no evita el desarrollo de nuevos más que en su aspecto social, en su localización en este asunto y a todos, en general, para que no exielementos y de nuevas pústulas y foliculitis. Y así partes descubiertas (cara), no hemos tratado un solo jan a los rayos ultravioleta más de lo que pueden tiene que ser, porque la causa fundamental de mucaso de localización en hombros y espalda. Y dada dar de sí en esta enfermedad, y también a los que chos acnés no reside en la piel, sino en trastornos la mayor finura y delicadeza de la piel del rostro, toda acción le nieguen, pues tampoco están en lo cierto. digestivos o menstruales, que en nada son modifi- conviene que las sesiones sean semanales, de tres, cados por la luz violada. cinco y hasta diez minutos dé duración (en casos En resumen; si consideramos los factores que in- excepcionales, -quince minutos) y a distancia de Acné necrótico.—Hacemos párrafo aparte de esta tervienen en el desarrollo del acné, vemos que son: 20 centímetros del arco de cuarzo y mercurio. (Dai.° Un fondo orgánico de intoxicación por tras- tos para la lámpara de Nagelschmidt, que es con )a forma de acné, porque en ella hace excepción la fototerapia, y por sí sola se basta a curarla de modo tornos gastrointestinales o de perturbaciones geni- que nosotros trabajamos.) tales que precisa combatir con el régimen alimentiNos ha parecido menos activa la radiación a ma- brillante, radical, casi específico. cio u opoterápico y medicamentosos apropiados, y yores distancias, y, por tanto, menos útil. Por dos veces hemos podido comprobarlo, y casi que no es del caso detallar. La sesión a 20 centímetros molesta, en verano, sin exageración podríamos decir que con una sola sesión, si es de doce a quince minutos, se cura el 2° Un fondo seborreico de piel, que se corabapor el calor; pero no me ha parecido que la sudate muy bien con la fototerapia. ción sea factor perjudicial, ni siquiera desfavorable. brote de esta clase de acné. No contradice esto cuanto anteriormente hemos 3.° Un factor infectivo local, origen directo de También es absolutamente preciso proteger siempústulas, foliculitis y supuración de las formaciones pre las orejas, y, sobre todo, los párpados; en cam- indicado, pues quizá el necrótico es la forma verdaquísticas subáceas, que tiene su más eficaz remedio bio consideramos útil y más práctico que la sesión deramente local, idiopática del acné, no necesitánen las vacunas mixtas contra el acné. actúe sobre la totalidad de la piel restante de la dose, para curarle, medicaciones internas ni generaPor tanto, hay que asociar estas distintas medi- frente y cara, a no ser que se trate de formas muy les, y pudiendo también prescindir de la vacunoterapia, como mis dos casos lo demuestran. caciones y prjcídim'entos de dieta, físicos y biolócircunscritas (acné mentagra). Conclusión (todavía provisional, pues dos casos gicos, para alcanzar la mayor sama posible de gaSiempre es necesario ordenar alguna crema o lorantías de curación del acné. ción refrescante para los días siguientes a la sesión son pocos): la fototerapia es el tratamiento especíLa fjtotírapia sola, la vacunoterapia sola, el réy durante la exfoliación de la piel. Finalmente, el fico más cómodo, sencillo y rápido de los brotes de gimen y opoterapia solas fraqasan sin dejar de ser tratamiento con la lámpara de luz ultravioleta es acné necrótico, por extensos y abundantes que ellos útiles y aun necesarios, por su acción parcial, in- compatible con las medicaciones tópicas o clásicas. sean. completa e insegura. En resumen; la fototerapia, los rayos ultravioleE . A l v a r e z 5 a l n d e Aja. Actualmente, habiendo transcurrido más tiempo, ta, lámpara de cuarzo y mercurio de Nagelschmidt, Del Hospital de San Juan de Dios de iViadrid mayor número de enfermos tratados y mayor plazo de observación ulterior de los primeros, citados en el artículo anterior, me ratifico en el fondo de cuanto transcrito queda. Es el acné un complejo sindrómico, cuyo punto de partida suele ser una dispepsia, un estreñimiento, un catarro intestiftal, una desminorrea, endocervicitis, etc., que por acción tóxica o mecanismo reEl buen camino que emprende la Sociedad vegetariana española flejo es el primum movens de la aparición de las lesiones y de sus rebrotes; para convenir en la estrecha relación del acné con las funciones genitales, Pocas personas saben lo que quiere decir vege- siasmo por ello (a pesar de que son bastante nubaste recordar que en la pubertad, al comienzo de tariano (¡Quizá la palabra vegetariano se les merosas sus sociedades vegetarianas). Bn Espala función genital, y en la menopausia, al cese de hace sospechosa a muchos). Vegetariano quiere ña, el Vegetarismo marcha tórpidamente por dos la misma, es cuando se presentan de preferencia los decir (del latín vegetus, adj., vigoroso, activo); razones: porque sería un asombro que en algo acnés que luego pueden ser mantenidos por condi- en el sentido práctico, eZ que tiende a la perfección marcchásemos en primera línea, y por culpa indiciones locales de piel, que son las siguientes: haciendo una vida con arreglo a las leyes natu- recta de los propios vegetarianos. Un estado seborreico, acentuado en más o en me- rales y, por tanto, con la máxima salud; que, Hay vegetarianos que, con gran audacia, se po nos, con comedones o no, de frecuente existencia por otra parte, es el único modo con que creemos nen a hablar de lo que no saben con tal de llevar en la piel de la cabeza, frente, cara y dorso, es el que se puede llegar a la perfección. De las socieadelante sus ideas, con lo cual no consiguen sino segundo factor de gran importancia en la existencia dades vegetarianas hay mucho que saber, pero perjudicar al sistema y sus ideales. Esto, por otro del acné; es, quizá, la seborrea quien determina la yo poco voy a decir: lado, es muy lógico. Los primeros vegetarianos modalidad clínica del mismo, la abundancia de coEn Norteamérica es donde Q\ vegetarismo ha no han sido médicos; ellos están convencidos de la medones, quistes sebáceos, etc., y quien, en último llegado a la mayor extensión y fuerza (¿cómo no?). perfección del sistema, y se han visto obligados término, influye decisivamente en que entre en jue- Alemania la sigue. En Francia apenas hay entu- para defenderle a hablar de medicina, fisiología, go el tercer factor, que es el infectivo, las bacterias de la piel, los cocos de la supuración que, ante un terreno excelentemente preparado por ella (seborrea), evoluciona a placer y dan lugar a foliculitis superñeiales y profundas, sencillas y forunculadas, y a la supuración de las grandes formaciones quís'.<'. tico sebáceas existentes en las formas graves. De esta triple asociación deriva el que no baste a curar el acné la fototerapia sola, que sólo combate la seborrea y nada más. No desconocemos la acción antiséptica poderosa de los rayos ultraviolados; pero en el caso presente es poco importante, como también fracasan las vacunas solas, que sólo actúan sobre el factor infectivo local, como tampoco conducen a éxito completo el régimen alimenticio y las distintas medicaciones que actúan sobre ios trastor nos genitales y digestivos, causa primera de que el acné se inicie. Por tanto, es preciso que toda terapéutica racional contra el acné, ataqué en este triple sentido; y hoy por hoy creemos que el ideal posible, se logra con el uso simultáneo de vacunoterapia, fototerapia y medicación interna adecuada. Cualquier tratamiento en el que no se atienda a este triple efecto, será incompleto. Naturalmente, que la ponderación de los factores estará en consonancia con el caso; el que tenga predominio de lesiones pustulosas y forunculosas, necesitará en lugar preferente del uso d e vacunas, aquel en que la seborrea y quistes sebáceos dominen la escena, requerirá las sesiones de fototerapia antes de nada; y en las que se vea un influjo muy directo de la esfera genital (considerable agravación durante los períodos menstruales) o digestiva (empeoramiento durante las fases de digestión o en la crisis de estreñimiento), será obligación Jira a orillas del Manzanares. —A la hora del baño. KL NATURISMO TRIUNFA ^j^- ESPAÑA u MEDICA m- ;-iiiiiiMiMm<jfi|ii-iHini-|tiiíf||<iKBnii,r)iTHi| i . . . « - 1 '\- ^ r- ' t'.V &•• i • .-flí 1 ^ • " # ^ fif* ( í '-• 9 • :^''1 -^•* ) Naturistas jugando en el agua del Manzanares. letcétera, sin saber, p o r n o tener qüiérihíablase en ¡pro de sus creencias científlcamente. Ellos tienen |la verdad, pero.no,sabeii razonarla. Por esta cau^ isa se han dicho tal cantidad de disparates, que no ¡han hecho sino desacreditar la palabra vegetariano j el modo de vida. k_ Hoy día, la cosa cambia. El vegetarismo es una doctrina cientiflcoótica, que cuenta con sólidos pilares en los países que van a la cabeza de la evolución. Todo módico y todo naturalista, en él fondo, es vegetariano. Uno de los medios de que se vale el vegetariano para lograr sus fines es la alimentación vegetariana; pero este solo hecho no es ni mucho monos el que da nombre al sistema, por ser sólo una de sus partes. La, Sociedad Vegetariana Española ha hecho una útilísima, pero escasa labor, debido a que ha tenido la oposición de la mayoría, tanto científica como vulgar. En estos últimos años el apoyo de los doctores Porns ( D . Rafael) y López de Regó la ha dado un pequeño impulso. El Dr. Tplosa Latour también la ha dado el apoyo de su valer en alguas ocasiones. A pesar de todo, el avance ha sido poco. La lucha es fuerte. Últimamente forman parte de la Junta directiva tres módicos. El número de módicos adeptos alsistema de la medicina n a t u r a l e s mayor de lo que se cree; pero se inhiben o no lo hacen francamente por miedo a la ignorancia del público. Algunos han confesado que están convencidos del sistema, pero que el dejar los antiguos moldes equivale a perder la clientela, y... hay hijos que mantener. ¡Ah, el problema!... Pero el resumen de todo es que hay quien ejerce la medicina alopática sin ideales y sin convencimiento i Pobre profesión módica!... Nos da una infantil alegría, en medio de la pena que nos causa, la vista de la sociedad actual, que tan magistralmente retrató el gran Max Nordau, saber que algunas grandes figuras de la medicina española han realizado buenas curas por el sistema médicoflsiatra. Palta hace que los módicos seamos los que, todos juntos, combatamos los razonamientos anticiéniificos de los vegetarianos empíricos, puesto que en la ^siótogí/a y en la química biológica y la patología (especialmente en la de Letamendi, que dio las bases de la medicina natural) y en la biología, hallamos la clave y la expücación de todo lo que los otros no saben explicar. Las sociedades vegetarianas de Barcelona y Valencia son más importantes que la de Madrid, porque en aquellas regiones han encontrado un a m biente mucho más propicio para el desarrolto de sus ideas. Realmente, en Madrid existe mucha más canti-^ dad de prejuicios que en las citadas poblaciones, a más de que aquí la masa popular propia, el pueblo madrileño, es más pequeño que en cualquier otra ciudad; y, precisamente, esa masa popular, unificada por un mismo sentir, es aquella donde más arraigan los ideales vegetarianos. Es curioso y, por otra parte, natural, que los pobres son náás aptos para aceptar estas ideas y sistemas de vida y curación que los ricos; debido a que, por razón de su menor fortuna y su menor cantidad de prejuicios intelectuales, hallan más fácilmente la verdad en la sencillez y economía de estos procedimientos que predican los vegetarianos. Los ricos, en cambio, aceptan la farsa de la vida con tal que ésta vaya rebozada en lujo y portada en automóvil. La Sociedad Vegetariana Española, entre sus actividades actuales, cuenta la publicación de folletos de propaganda, la venta de libros vegetarianos, la celebración de reuniones y conferencias y las excursiones y jiras campestres; además, tiene un órgano oficial común con la de Barcelona: la revista Naturismo. Las presentes fotografías muestran algunos momentos de una de estas jiras, verificada a orillas del Manzanares, donde la Sociedad pretende que la permitan hacer una especie de «balneario madrileño» y unas pequeñas casitas de madera donde puedan vivir los socios que deseen pasar unos días allí. En estos cfócftés se ven personas de todas las' edades, muchas de ellas curadas por el sistema natural. Termino estos renglones invitando a los compañeros de profesión a que presten su atención a esta Sociedad de higiene, moralidad y cultura, que es la única íntegra, porque abarca en su ideal todos los factores de perfección y no creo que sean otros, sino los médicos, los llamados a difundir por el haz de la sociedad estas ideas, por las cuales hay que pasar si queremos conseguir el hombre-dios con que sueña lá evolución de la humanidad. Dr E . Alfonso. • • • »- C0N5IDEf^(flCI0Ne5 sobre el prostaíismo con próstata pequeña Hemos tenido ocasión de observar entre los enfermos prostáticos operados por nosotros varios casos de prostatismo sin aumento de volumen de la w — w — g próstata. Desde la introducción de la operación de prostatectomía hipogástrica se ha reanudado el estudio de estos enfermos que ya inició Guyón, pero que actualmente, y gracias a la enseñanza que proporcionan las operaciones practicadas, se va cono^ ciendo mejor su anatornía patológica. En nuestros enfermos (cinco casos) aparecen todos los síntomas subjetivos de la hipertrofia prostática (diuria, polaquiuria nocturna, debilidad del chorro y retención, en algunos completa). Por tacto rectal, no se aprecia aumento de la glándula. En dos de ellos la cistoscopia demuestra un relieve marcado en el borde inferior del cuello y en uno de éstos había un verdadero lóbulo pediculado que obturaba el orificio cervical, que fué enucleado fácilmente; en el otro fué enucleado un adenoma de 15 gramos de peso. En otros dos casos se trataba de pequeños adenomas anulares, situados alrededor de la uretra prostática y cerca del cuello. Uno de ellos tenía el peso de lo gramos, y el otro, más pequeño, era un caso en el que el enfermo presentaba también un divertículo vesical. No exponemos la historia de estos casos por ser sus síntomas idénticos a los casos de hipertrofia ordinaria. Lá quinta observación que vamos a referir fué ya publicada por nosotros en unión de otros dos de estos casos en la revista Higia (Febrero 1917), en un trabajo sobre «El prostatismo sin próstata hipertrofiada» y cuya historia reproducimos por considerarla de interés. Se refiere a un hombre de cincuenta y nueve años, de Montilla (Córdoba),, que admitimos en nuestra sala del Hospital en Noviembre de 1916, enviado por mi amigo y compañero Dr. Salas. No tiene antecedentes venéreos desde hace un año que la micción se repite por la noche; pero desde hace seis meses sufre dificultad de orinar y la frecuencia es más acentuada. Durante la noche tiene también incontinencia, orinando por rebosamiento: La próstata es pequeña, apreciada por tacto r e c tal; el calibre uretral, 22, y después de orinar el enfermo extraemos de la vejiga un residuo de 570 gramos de orina turbia. No se encuentran síntomas de sistema nervioso que expliquen esa retención. La cistoscopia nos muestra una vejiga con columnas y celdas muy desarrolladas y un relieve prostático normal. ' La cantidad de orina en veinticuatro horas es de 3.270 centímetros cúbicos; urea, 8 , I Q ; cloruros, 4,40; albúmina, indicios, y nada de glucosa. En el sedimento, alguna cantidad de pus y algún cilindro. El estado general es mediano; y considerando que el enfermo se encuentra en estado de retención con distensión y. lesiones pielorrenales ascedentes, decidimos, pensando en que se trata de un prostático sin próstata, con algún pequeño adenoma, practicarle, primero, una cistostomía, para una vez mejorado el estado general y modificadas las lesiones de distensión, hacer en un segundo tiempo la operación prostática. Hacemos el primer tiempo operatorio (cistosto- . mía) a mediados de Noviembr3, empleando la raquianestesia con novocaína,que nos da buen resultado . Quince días después, y también con raquianestesia, hacemos una segunda operación tratando de buscar un adenoma periuretral. La próstata es muy reducida, dura, como atrofiada; no encontramos adenoma alguno ni plano de deslizamiento que nos permitiese enuclear parte de la glándula. La región del cuello está como esclerosada; con la misma maniobra bidigital, análoga a la empleada en la prostatectomía, conseguimos extirpar un trozo de dos o tres gramos de la circunferencia del cuello en su parte inferior, y terminamos la operación colocando un tubo de desagüe de Marión. Retirado éste a los seis días, se fué reduciendo la herida vesical', y a los veinticinco días terminó de cerrar con ayuda de una sonda uretral permanente. Dudábamos del resultado práctico que en este enfermo se obtendría, pero con gran satisfacción vimos que, retirada la sonda, el enfermo orinaba más fácilmente que antes de la operación. Algunos días después, al explorarle, comprobamos este r e sultado, viendo que si antes retenía entre 700 y 800 centímetros cúbicos, después de la operación vaciaba mejor la vejiga, pues sólo retenía 80 centímetros cúbicos y la cantidad de orina había desceddido a i . 800 centímetros cúbicos. En todos estos casos la intervención ha sido beneficiosa, restableciéndose la normalidad de la rnic- ESPAÑA MEDICA ción. En el último caso citado quedaba retención, pero menor que antes de la operación. * * * Es antigua la observación de la desproporción que puede existir entre los fenómenos de retención y el tamaño de la próstata. En efecto, se encuentran t n clínica retenciones grandes de orina con próstatas pequeñas y Casos de próstatas muy desarrolladas con poco residuo vesical. Ya Guyón calificó de prostatismo vesical a esos casos de retención completa o incompleta sin aumento de volumen prostático, y lo creía ocasionado por una insuficiencia vesical, denominando a estos enfermos con el calificativo de prostáticos sin próstata. Mucho discutieron los autores sobre la patogenia de estos hechos, y dos han sido los campos en que puede considerarse divididas las opiniones. Para unos todo depende de una alteración del músculo vesical, un predominio del tejido conjuntivo sobre el muscular, favorecido por la edad, determinando una insuficiencia de la musculatura vesical. Para otros es siempre un obstáculo el que determina la retención, ya sea un pequeño adenoma (Marión), ya una esclerosis del cuello vesical(Chetwood), ya una contractura del mismo (Keyes). Young ha encontrado en algunos casos una barra retrocervical, que cree productora de estos trastornos, y casos análogos han sido citados por Pasquereau. Aibarrán y Nogués (Asociación internacional de Urología, iQo8) admiten que en pequeñas lesiones prostáticas, la retención puede tener por causa una inhibición vesical por reflejo que parte de la próstata. Estas observaciones demuestran que, con igualdad de trastornos de retención, es preciso admitir varias lesiones en su etiología. Por un lado, la hipertrofia prostática con considerable aumento de volumen, y por otro los adenomas pequeños y esas otras varias lesiones que asientan en la misma próstata o inmediaciones del cuello. Estas lesiones conocidas, aparte del adenoma, son la barra ínteruretral, deformaciones del cuello por celdas vesicales, papilomas uretroprostáticos, atrofia prostática; pero especialmente la esclerosis o transformación fibrosa del cuello y parte de la uretra prostática, consecutiva o no a contractura crónica del mismo, como pretenden algunos autores (Chetwood, Choltzow, Keyes). Wade, en 134 casos de prostatismo, encontró 110 de hipertrofia de próstata, 14 casos de carcinoma y lo de prostatitis fibrosa, produciendo retención. Admite que esa prostatitis fibrosa puede invadir el lóbulo mediano y producir una barra de tejido escleroso. No he de extenderme en hacer una completa exposición de este estudio en esta breve comunicación. De ello nos ocupamos ya en otro trabajo por nosotros publicado. Aunque nosotros consideramos como principal y más frecuente causa de la retención en el prostatismo la existencia de grandes o pequeños adenomas prostáticos, creemos que hay que reconocer alguna influencia en ciertos casos a la alteración de la pared vesical, defendida por Ciechanowski, Hallé y Casper. Casper afirma que la pared vesical está engrosada por aumento del tejido conjuntivo, aunque existe hiperplasia muscular; admite tres tipos: en el primero existe un aumento de tejido conjuntivo perifascicular; en el segundo está aumentado el tejido conjuntivo interfascicular; en el tercero el tejido conjuntivo con fibras elásticas separa los fascículos musculares, que terminan también por degenerar en tejido conjuntivo, y todo esto perturba la contractilidad muscular. La inhibición de la musculatura vesical por r e flejo que parte de lesiones prostáticas O del cuello es un hecho evidente. Asi lo demuestran algunos casos, entre ellos nuestra observación 5.*, en que después de actuar quirúrgicamente sobre un cuello vesical en el que no habla ohstáculo, la tonicidad muscular de la vejiga aumenta mejorando la mic-, ción. Como complemento de este estudio, y en apoyo de este eclecticismo, deben ser dignos de tenerse en cuenta los siguientes hechos: i.° Retenciones observadas en mujeres de edad avanzada en las que no hay obstáculo ala micción. U 2." Resultado de algunas prostatectomlas en las que después de enucleádp él adénonña sigue una retención parcial aun suprimido el obstáculo. 3.° La retención-qué se observa én algunas cistitis crónicas, que para algunos autores es debida a espasmos del cuello, y para otros (Hallé y Motz) a alteraciones degenerativas de la pared vesical. Ahora bien; como con paredes vesicales absolutamente sanas y con poco o nada de obstáculo a la micción de la orina se pueden observar fenómenos de retención análogos al prostatismo, está justificado el admitir cierto papel en ésos efectos á la /tó/¿ío'¡í« del músculo vesical. Esta inhibición tiene como punto de partida: a) Pequeños adenomas prostáticos. b) Barras cetrocervicales. c) Esclerosis prostáticas (llamada pOr algunos atrofia proFtática). a) Divertículos por detrás del cuello vesical, etcétera. Esta inhibición de causa prostática está obseirvada por todos en variadísimos casos, entre los que citaremos la producida accidentalmente en algunas prostatitis sin gran tumefacción de la glándula; la producida pasajeramente después de utiáinstilación de nitrato en la uretra prostática y la que se observa muy marcada después de un masaje de la próstata, en que el enfermo no puede orinar inmediamente después de practicado, aun teniendo llena la vejiga. En resumen, la patogenia del llamado prostatismo es, pues, muy compleja, y puede considerarse constituida por tres grandes grupos de hechos: i.° Retenciones por obstáculo (adenomas), por hipertrofia. 2.° Retenciones sin obstáculos, inhibición por reflejo de lesiones vesicales prostáticas o del cuello vesical. 3.° Retenciones por insuficiencia o alteración de la pared vesical. •Dr. Cifuentes. Cirujano del Hospital de U Princesa Nuestro querido amigo el sabio profesor da Zaragoza, Dr. Borobio, pasa por el trance amargo de haber perdido una de sus hijas. De corazón acompañárnosle en su dolor. Por el señor" ministro de Instrucción pública ha sido puesto a la firma regia un decreto concediendo la cruz de Alfonso XII a nuestro querido compañero y amigo él ilustrado médico de Valladolid doctor D . Plorentín Bobo Diez, como justa recompensa a los relevantes servicios. Eeciba nuestra sincera felicitación por tan merecida recompensa. De los servicios que el Dr. Achúcarro tenia en el Hospital General se ha encargado él Y>x. Valle y Aldabalde. Ha fallecido en taragoza el ilustre catedrático de aquella Facultad de Medicina, Dr. Iranzo, Era él ilustre protesor un prestigio, no sólo en la cátedra y en el ejercicio de la Medicina, en el que había alcanzado un envidiable puesto, sino también en la esfera social, rodeándole una aureola de prestigio y consideración que le llevaron a altos puestos políticos en la capital aragonesa. La muerte fué, sin duda, duelo para Zaragoza, pues perdió un ilustre patricio, y la ciencia médica española un prestigioso maestro. Para D . José Sánchez Albornoz, hijo del senador por Avila D. Nicolás, ha sido pedida la mano de la señorita María Luisa Montoya, hija del médico primero del Hospital del Buen Suceso, D. José. La boda se celebrará en el mes de Octubre. Ha sido pedida la mano de la señorita María Ortiz de la Torre, hija del cirujano D. José, para don Carlos'Ángulo. Se ha celebrado con gran entusiasmo en Cáceres una Asamblea provincial de módicos de importancia gt-andísima, no sólo por el número de compañeros que a ella han asistido, sino por las ponencias' presentadas y discutidas. Volveremos a ocuparnos de ella con más detenimiento. Los médicos forenses substitutos de la pi"ovincia de Orense, nombrados por real orden posterior al Decreto de 12 de Abril de 1915, dirigieron un telegrama al Gobierno, interesándolo la reserva de 50 de cada 100 vacantes de rnédicos propietarios, cubriéndolas por antigüedad, por ser insuficientes las oposiciones para seleccionar el personal. Interesan también igualdad de derechos a los nombrados por real orden anterior al decreto aludido. El Colegio Medico de Orense también telegrafió al Gobierno apoyándoles. A causa de la renuncia de los doctores Francos Rodríguez, Cavengt, Fernández Sanz, Ortega Morejón y Sánchez Herrero, el Tribunal encargado de juzgar las oposiciones a las plazas de médicos EL FAMOSO LETRERO DEL TORNO DE LA INCLUSA 1 Abandonado p >r mis padres y por la Diputación provincial, la eternidad me recoge! (Del A B C) ' f ' ESPAÑA 16 de la Benefleencia municipal ha quedado constituido en la forma siguiente: Presidente, D . José Cortés Muñera; vocales: don Mariano Herrera, D. Saturnino García Hurtado, D. Julián de la Villa y D Mariano Carrasco. Las oposiciones principiarán el 20 de Septiembre próximo. El número de los opositores excede de 300. Análisis de leche. Laboratorio propio a cargo del reputado Dr. Urquiola. Al efectuar el pedido (por correo o telégrafo) exprésense los meses del niño y remítase por giro postal telegráfico eí importe del viaje, más 40 pesetas de nuestros honorarios a nombre de: Director del Mercantil Pálace, Jacometrezo, 62, Madrid. En las oposiciones efectuadas recientemente en Valladolid para médicos forenses, han obtenido las plazas que se expresan a continuación los señores siguientes: Don Benigno Velázquez Amézaga, Nava del Rey (Valladolid); D. Ramón Velasco, Puebla de Trivis (Orense); D. Aurelio Escribano, Nájerá (Logroño); D. Francisco Fernández Vigil, Inflesto (Asturias); D. Donato Várela, Sequeros (Salamanca); D . Armando Peñamaría, Ponsagrada (Lugo); D . Eloy Herrero García, Roa (Burgos); D. Jesús Beamud, Riaño (León); D. Victorio Cocho López, Potes (Santander); D. Fernando Pérez Rodríguez, Marquina (Vizcaya). Nuestra enhorabuena a tan queridos compañeros. Nota bibliográfica Cralado elemental de Filosofía para uso de las clases Publicado por profesores del Instituto Superior de Filosofía de la Universidad de Lovaina: D. Mercier, D. Nys, M. De Wulf, A.- Arendt, J. Halleux y G. Simons. Traducido de la 4.» edición francesa, notablemente aumentada (1913), por el R. P.'Fray José de Besalú, O. M. Cap. Segunda edición, revisada. — Tres tomos de 12 y medio por 20 centímetros, de 1.324 páginas en total. En rústica, 11 pesetas; elegantemente encuadernadas en tela inglesa, ,14 pesetas. (Por correo, certificado, 0,80 pesetas más.)—Luis Gili, editor, Claris, 82, Barcelona, Apartado 415. tratados que contiene. Concurso de premios del Instituto Médico valenclfino Está prestigiosa Sociedad ha publicado el programa de premios extraordinarios para el concurso de 1919. Los premios ofrecidos (título de socio honorario) son los siguientes: Sección de medicina. Tema: «Estudio clínico y patológico de las ictericias». Sección de cirugía. Tema: «Los elementos quirúrgicos (diéresis, exéresis y síntesis) en cirugía de guerra». Sección de oftalmología. Tema: «Estudio crítico de los procederes de extracción total del cristalino». Sección de historia y literatura médicas. Tema: «¿Existieron afecciones en la antigüedad que pudieran atribuirse a la sífilis?». Sección de higiene. Tema: «Estudio de las reacciones biológicas en la lepra valenciana, con aplicaéión a la profilaxis de dicha enfermedad». Sección de farmacia. Tema: «Técnica de preparación de algún producto químico-farmacéutico que pudiera obtenerse en la región valenciana». Y un asunto libre sobre cualquier tema referente a las ciencias médicas o a sus auxiliares. Fundación Roel. Premio de 2.000 pesetas y accésit de 500 en metálico, título de socio honorario de primera categoría y subvención para la impresión de la Memoria premiada. Tema: «Topografía médica de uno de los municipios de las provincias de Valencia, Castellón de la Plana o Alicante, con exclusión de Alicante, Rótova, Manuel, Meliana, Ribarroja. Biar, Villávjeja de Nules, Utiel, Castellón de la Plana y Sax, cuyas monografías han sido ya premiadas por la fundación Roel». Premio de 3.000 pesetas y accésit de 1.000 pesetas en metálico, título de socio de primera categoría y subvención para la impresión del trabajo premiado. Tema: Asunto libre de investigación personal referente a las ciencias módicas o a sus auxiliares directas. A los premios ofrecidos por la fundación Roel sólo pueden optar los médicos españoles y los alumnos de medicina de cualquier Universidad de España. Los trabajos que se presenten podrán estar escritos en latín, español, alemán, inglés, francés, italiano o portugués; deben ser originales o inéditos y han de ser dirigidos, francos de porte, al Instituto Módico valenciano, callo del Mar, 21, hasta las doce horas del 31 do Enero de 1919. NODRSZ'^S Facilitamos en el acto y enviamos a provincias cuantos pedidos se nos hagan. Certificado médico. Reconstituyente enérgico. Poderoso aníianémico. Tu-. berculosis, raquitismo, en:, fermedades consultivas,convalecencias. Un sello antes de las comidas Tomo I.—«Introdución y Nociones propedéuticas», por D . Mercier; «Cosmología», por D. Nys; «Psicología» (ilustrada con cuatro láminas) y «Criteriología», por D. Mercier. Tomo II.7—«Metafísica, Teodicea y I,ógica», por D. Mercier. Tomo III.—«Filosofía Moral», por A. Arendt; «Derecho natural», por J. Halleux; «Historia de la Filosofía», por M. de Wulf, ampliada con apéndices sobre «Historia de la Filosofía en España; Vocabulario»; por G. Simons; «Tesis». Pocas obras del género de la que hoy anunciamos al público habrán alcanzado en nuestra patria un éxito tan completo y tan justamente merecido como el Tratado Elemental de Filosofía de los eximios profesores del célebre Instituto de Lovaina. El mérito intrínseco de la obra, unánimemente reconocido por los más reputados críticos que, al salir la primera edición, de ella se ocuparon en las revistas científicas y en las publicaciones religiosas de España y de América latina; la universal celebridad de los autores, sobre todo del más eminente entre ellos, fundador del benemérito Instituto y hoy Cardenal-Arzobispo de Malinas, D. Mercier, y la falta intensamente sentida en los países de lengua española de un Tratado Elemental de Filosofía neoescolásticá para nuestros Seminarios e Institutos que, como el presente, uniera a la solidez fundamental de los principios aristotélicotomistas la más atractiva modernidad en la exposición filosófica de los problemas, estudiándolos siempre y resolviéndolos con transparente claridad y de completo acuerdo con el estado actual de las ciencias contemporáneas, fueron otrac- tantas causas que explican el universal aplauso con que recibió el público la primera edición de esta obra, agotada en poco tiempo. Se han introducido en la 2.* edición castellana las importantes mejor.is que lleva la última edición francesa. Se ha procurado dar al curso entero mayor unidad, evitar las repeticiones, multiplicar las concordancias. Han §ido revisadas \2Í Cosmología y la Psicología; la Metafísica ha sido condensada. La mejora más importante consiste en un tratado muy claro, sólido y profundo de Derecho Natural, añadido al estudio de Filosofía Mordí, que la completa. El nuevo tratado de Derecho Natural es un resumen de las cuestiones más interesantes y fundamentales que en nuestros tiempos se han suscitado y que afectan directamente a las bases más sólidas que sostienen la organización de nuestra sociedad civilizada. En tres grandes capítulos, titulados El CUIlEil MEDICA Derecho Individual., El Derecho Familiar y El Derecho Público, nos da el autor sabiamente resumida toda la doctrina racional y cristiana en que descansa el Derecho público y privado, y refuta con gran solidez de argumentos las utópicas teorías de los modernos sistemas atentatorios al régimen tradicional y natural. Por último, la Historia de la Filosofía aparece notablemente amgliada, siendo de notar que la completan en cierto modo los apéndices qué lleva sobre Historia de la Filosofía en España, muy discretamente escritos siguiendo el mismo plan y método del autor. Es libro que quisiéramos ver en manos de profesores y alumnos como su libro favorito, y que recomendamos con el mayor empeño a toda persona ilustrada. TERAPÉUTICA PRñCTICA HEIIIA6EIIE TAILLEUR C o m p u e s t o d e P e t r o s e l i n a y Mentol. E m e n a g o g o - a n a l g é s i c o p o d e r o s o r e g u l a d o r del flujo m e n s t r u a l . C o m b a t e con g r a n eficacia las dismenorreas, amenorreas y menopausias. D a e m p l e o útil e n p a r t o s difíciles. T o l e r a n c i a a b s o l u t a . No e s a b o r t i v o . P r e p a r a d o p o r Monsieur P . T a i l l e u r , en Fontainebleau (Francia) JabOn de sales de LO TOJA A d o p t a d o e n t o d o e l m u n d o , p u e s e s el único q u e a su eficacia p a r a c u r a r y e v i t a r las a f e c c i o n e s d e la piel, u n e la c o n d i c i ó n d é s e r un p r o d u c t o exquisito d e t o c a d o r , p o r su fino p e r f u m e y !a a b u n d a n c i a y a u t o s l d a d d e d e su e s p u m a P o r su s i n g u l a r i d a d d e d i s o l v e r s e e n c u a l quiera a g u a , p o r s a l i t r o s a q u e s e s , s e h a c e ii-idispensable a los s e ñ o r e s c i r u j a n o s q u e p u e d e n utilizar el J a b ó n d a LA T O J A , c o n soluciones d e sublimado, cloruro sódico y t o d a s las s a l i n a s S A L E S NATURALES DE «LA TOJA> P a c a la p r e p a r a c i ó n d e b a ñ o s e n el domicifio del enfer?Tio • SAüTALinO eUViSO C á p s u l a s d e s á n d a l o y salol a l c a n f o r a d o p a r a la c u r a c i ó n d e la B l e n o r r a g i a , Cistitis, C a t a r r o s d e la vejiga y t o d o s los flujos d e los ó r g a n o s g e n i t a l e s sin n e c e s i d a d d e I n y e c c i o n e s . E s t a n u e v a f ó r m u l a r e a l i z a la t r i p l e indicación balsiámica d e la e s e n c i a d e s á n dalo, a n t i s é p t i c a d e l salol y s e d a n t e del a l c a n f o r ; son d e a c o i ó n m u c h o m á s r á p i d a y s e g u r a q u e t o d a s las u s a d a s d e S á n d a l o , Copaiba, C u b e b a , ' e t c , y t i e n e n s o b r e l a s s á n dalo solo la ventaja de no p r o d u c i r l i m e n o r c o n g e s t i ó n s o b r e los r í ñ o n e s S e v e n d e a 4 p e s e t a s f r a s c o (4,B0 p o r c o r r e o ) e n las p r i n c i p a l e s f a r m a c i a s d e E s p a fia y A m é r i c a . F . G a y o s o , Arenal, 2 , Madrid; P é r e z Aguirre, C a r r e t a s , 22, y Barcelona, Rambla d e las Flores, 4 Pena Gastillo (Santander) Sanatorio médico destinado a enfermos del aparato digestivo, nutrición y neurosis. Director, Dr. Morales Imprenta de Antonio Marxo, San Hermenegildo, 33 daplloado. earbonato y fosfato trlteáslco de cal, hemoBtoDIna y arseniato de sosa en su mayor arado de pureza y aso^ ciado Intimamente e s for' ma que hace aprovecbanie el máximum de sus virtU' des terapéuticas EMATOOENO Y RECALCIFICANTE Pí tase en los centros de especialidades, farmacias y en la del autor, Alcalá, 88, Madrid