FRANKFURT Fráncfort del Meno, la internacional y dinámica ciudad financiera y ferial con la silueta de rascacielos más imponente de Alemania. Esta es la imagen que muchos visitantes relacionan con la metrópoli del Meno. Sin embargo, la ciudad en el corazón de Alemania y de Europa tiene otras muchas facetas y múltiples contrastes que ofrecer. No muy lejos de los rascacielos, encontrará acogedoras tabernas de sidra (ebbelwoi) y en medio del transitado centro de la ciudad, una y otra atracción histórica. Fráncfort no sólo se siente orgullosa del hijo más famoso de la ciudad, Johann Wolfgang von Goethe. También se encuentran aquí la Catedral imperial y la Iglesia de San Pablo, cuna de la democracia alemana. Interesantes recorridos por Fráncfort y sus alrededores convertirán su estancia en una gran experiencia y harán que desee volver. ¡Bienvenido a la metrópoli del Meno! 1. Catedral Incluso los turistas y recién llegados a Fráncfort no podrán pasar por alto el punto de partida de nuestro recorrido histórico por la ciudad. Visible desde lejos, la catedral (Dom) se eleva con su torre de 95 metros de altura sobre el centro de la ciudad de Fráncfort. Sus inicios se retraen hasta el año 852. Diez emperadores fueron coronados aquí entre los años 1562 y 1792. Lo que hace que la denominación de “Dom” sea en verdad una pequeña exageración, ya que nunca llegó a ser una iglesia episcopal. Se puede subir a su torre desde abril a octubre. El Museo de la Catedral alberga tesoros como una casulla gótica de 1350 o una custodia dorada del año 1720. 2. Jardín arqueológico. Desde la Catedral, emprendemos el camino, el mismo que recorrían los emperadores, a pie, después de la coronación: en dirección Römerberg. Justo al lado de la Catedral hay historias que abordar: el jardín arqueológico con excavaciones de un asentamiento romano y un palacio real carolingio. 3. El Puente de Hierro El puente de hierro (Eiserner Steg) tiene ya bastante más de cien años sobre sus espaldas. Por las marcas de agua grabadas puede verse, hasta qué altura llegaba antaño el agua a los habitantes de Fráncfort. 4.Antigua Iglesia de San Nicolás Una vez en Römerberg, en el lado sur de la gran plaza, se levanta la antigua Iglesia de San Nicolás, (Alte Nikolaikirche). Desde 1290 hasta el siglo XIV fue capilla imperial. Merece la pena escuchar las campanadas diarias a las 9h y a las 12h. 5.La Fuente de la Justicia En medio del Römerberg se encuentra la fuente de la Justicia (Gerechtigkeitsbrunnen). Cuando un emperador era coronado, a los habitantes de Fráncfort les era permitido venir aquí. No sólo fluía agua de la fuente, también salía vino a borbotones y el aroma de las “brochetas de buey” se metía en la nariz de los habitantes de Fráncfort. 6. La Casa de Piedra Un poco más allá, se llega a la estrecha callejuela entre la nueva urbanización de Römerberg y la Casa de piedra (Steinernes Haus). En 1464 se levantó la construcción defensiva de piedras y muros, “steynen und muwren”, como apuntan aprobatorios los contemporáneos. La antigua casa de comercio es uno de los pocos edificios góticos profanos que se conservan, construidos a modo de castillo o fortaleza. 7. Iglesia de San Pablo Más allá del Römerberg, pasando el Römer, llegamos a la Paulsplatz, dominada por la Iglesia de arenisca roja de San Pablo (Paulskirche). Como sede de la Asamblea Nacional alemana (1848/49) es el símbolo de la democracia alemana. Las placas conmemorativas de la fachada recuerdan a conocidos políticos y ciudadanos de honor de la ciudad, en el lateral norte encontramos un monumento a las víctimas del Nacionalsocialismo. Regresamos al lateral sur de la iglesia y contemplamos el monumento a la unidad (Einheitsdenkmal) situado en la plaza. Siguiendo el camino, se llega a la Bethmannstraße. Nuestro camino nos lleva ahora a través del Regierungsviertel de Fráncfort, el barrio del gobierno. A derecha e izquierda vemos los anexos del ayuntamiento de finales del 8.Monasterio Carmelita Al lado izquierdo puede ver el monasterio carmelita (Karmeliterkloster); famoso sobre todo por los frescos del claustro de Jörg Ratgebs. En la parte sur del monasterio se encuentra el museo de la Prey Protohistoria/Museo Arqueológico. La parte norte presenta mucha historia en estanterías kilométricas: el archivo de la ciudad es uno de los más extensos de su género. 9. La Casa de Goethe Cruzando el puente peatonal, atravesamos la rampa del túnel de vehículos, recorremos un tramo hacia la derecha por la Berliner Straße y llegamos enseguida a la Großer Hirschgraben (izquierda). Aquí podemos contemplar a Goethe y a su madre, “Frau Aja” tranquilamente en la cocina - en la casa de Goethe (Goethe-Haus) todo está como antaño. 10. Cenador de Nebbien Ahora continuamos por la derecha, dejando atrás la vieja Ópera y pronto giramos de nuevo a la derecha por el paseo de Bockenheim. Pasamos por un estanque y enseguida nos encontramos con el cenador de Nebbien (Nebbiensches Gartenhaus), situado en el extremo del estanque, que hizo construir el editor de Fráncfort Marcus Johann Nebbien en 1810 con motivo de su tercer matrimonio. 11. Cementerio de San Pedro Atravesamos ahora el paso inferior peatonal hacia la Stiftstraße y continuamos hacia la Stephanstraße. A la izquierda en la propia calle, encontramos unas lápidas. Hemos llegado al cementerio de San Pedro (Peterskirchhof), una parte de la zona de enterramiento utilizada por la ciudad entre 1503-1828. Se encuentran aquí algunos nombres conocidos y al lado, en el patio de una escuela, la tumba de “Frau Aja”, la madre de Goethe. 12. Cementerio judío Continuamos por la Fahrgasse, tomamos la Berliner Straße a la izquierda y recorremos unos pocos metros más hasta la Battonstraße: a la derecha vemos el largo muro continuo del cementerio. Rodea el cementerio judío (Jüdischer Friedhof) utilizado de 1462 a 1828. Es único en su género y en el mundo. Una pequeña verja de hierro permite echar un vistazo a través de los muros del cementerio. Damos la vuelta hacia la Börneplatz. Atravesando la Berliner Straße y la Braubachstraße, regresamos a la Catedral. Nuestro pequeño “viaje en el tiempo” ha llegado a su fin. De manera relajada, hemos hecho escala en unos cuantos siglos. ¿Había pensado alguna vez que la historia podría llegar a ser tan entretenida?