FERRAN ADRIÀ Ferran Adrià (1962, L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona) abandonó sus estudios en Ciencias Empresariales en 1980. En junio de aquel año, comenzó a trabajar fregando platos en un hotel y se inició en la cocina clásica. En 1982 entró a formar parte del prestigioso restaurante Finisterre, pero tuvo que dejarlo a los pocos meses para cumplir con el servicio militar. Destinado en Cartagena (1982-1983) se integró en la cocina del Almirante y adquirió una valiosa experiencia como responsable de cocina. Durante el verano de 1983 tuvo la oportunidad de realizar un stage en el Restaurante elBulli, donde el jefe de sala le acaba ofreciendo un puesto como jefe de partida para cuando acabe el servicio militar. Tras un breve paso por el Restaurante San Marcos de Sevilla, se incorporó a elBulli. Ocho meses después le nombraron jefe de cocina junto a Christian Lutaud. Entre 1985 y 1986 realizó estancias en los Restaurantes Blanc de Vonnas y Pic. A finales de 1986 quedó como único jefe de cocina de elBulli y un año más tarde se hizo cargo del restaurante. En la actualidad, codirige el local junto a sus hermanos Juli y Albert, unidos en la búsqueda de una cocina propia que se renueva cada día. Ferran Adrià ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su carrera, entre los que destacan: Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Jefe de Cocina (1992), Grand Prix de L’Art de la Cuisine (1994), Restaurante del Año (1996), Premio Metrópolis a la Innovación (1998), Mejor Cocinero del Año (1999), Premi Humanitat de L’Hospitalet (2001) Premio FAD (2001), Corazón de Oro (2001), Creu de Sant Jordi (2002), doble Medalla de Oro al Mérito Turístico (Generalitat de Catalunya y Gobierno Español, 2002), Mejor Restaurante del Mundo (2002, 2006, 2007), Catalán del Año (2003), Premio Ciudad de Barcelona (2003), Cocinero Más Influyente del Mundo (2006), Premio Madrid Creatividad (2006), Medalla de Oro al Mérito Europeo (2007), Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes (2007), Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona (2007). En 2007 la revista Times lo incluyó entre los 100 personajes más influyentes del mundo y ha sido portada de numerosos periódicos, tanto nacionales como internacionales. Además, es Presidente del Comité Asesor de la Fundación Alicia (Alimentación y Ciencia) LA APORTACIÓN Hace 20 años, hablar de gastronomía molecular nos hubiera remitido a la ciencia ficción, tal vez a la exploración espacial. Sin embargo, hoy en día este término está vinculado a la cocina de vanguardia y a un nombre: Ferran Adrià. Este gran cocinero ha cambiado la forma con la que nos relacionamos con la gastronomía y la restauración. Dice de si mismo que fue “su propia universidad”. Su originalidad, singularidad y creatividad lo han situado como gran maestro de la cocina de todo el mundo. Le Monde le llamó “alquimista” y la Universidad de Barcelona le ha nombrado Doctor Honoris Causa. Su nombre está completamente ligado al Restaurante elBulli, que se ha convertido en uno de los referentes más importantes de la gastronomía mundial, toda una meca de cualquier gourmet. Las técnicas, elaboraciones y conceptos nacidos de su taller podrían llenar guías culinarias enteras y las personas que allí se han formado dirigen ahora algunos de los restaurantes que compiten con elBulli en prestigio y calidad. Su fama ha traspasado todas las fronteras, y se ha convertido en estandarte de un verdadero motor económico para España. Ferran Adrià es un chef que trabaja en un laboratorio. Sus platos son una explosión de creatividad e innovación, canalizada a través de una investigación meticulosa y un trabajo constante. De su mano, la cocina ha establecido su lugar entre las artes y una importante conexión con las ciencias. El nombre de Ferran Adrià está completamente ligado al Restaurante elBulli, que se ha convertido en uno de los referentes más importantes de la gastronomía mundial, toda una meca para cualquier gourmet. EL PERSONAJE Ferran Adrià nació en 1962 en el barrio de Santa Eulàlia de L’Hospitalet de Llobregat. En 1980 abandonó los estudios y comenzó a trabajar fregando platos en un pequeño hotel de Castelldefels, donde el chef del restaurante lo introdujo en los secretos y las delicias de la cocina clásica. Entre 1981 y 1982, desempeñó distintas tareas en varios establecimientos de restauración Barcelona e Ibiza, hasta que ingresó en el prestigioso restaurante Finisterre. Se vio obligado a abandonarlo para hacer el servicio militar. Destinado en la sede de la Armada en Cartagena, formó parte del equipo de cocina del Almirante, donde adquirió experiencia como jefe de cocina. En agosto de 1983, durante un permiso, llevó a cabo una estancia en elBulli: desde ese momento, su carrera ha estado vinculada al progreso de este restaurante de fama internacional. En 1984 le nombraron jefe de cocina, primero a medias con Christian Lutaud y, a partir de 1987, en solitario. Al frente de elBulli su carrera ha sido imparable. Ha sido incluido en la revista Times como los 100 personajes más influyentes del mundo y ha sido portada en Le Monde, The New York Times y El País. Entre los numerosos premios y distinciones que ha recibido se encuentran algunos como Restaurante del Año (1996), Mejor Cocinero del Año (1999), Creu de Sant Jordi (2002), doble Medalla de Oro al Mérito Turístico (Generalitat de Catalunya y Gobierno Español, 2002), Mejor Restaurante del Mundo (2002, 2006, 2007), Catalán del Año (2003), Cocinero Más Influyente del Mundo (2006), Medalla de Oro al Mérito Europeo (2007), Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes (2007) y el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona, otorgado por la Facultad de Químicas (2007). La cocina de Adrià está considerada el buque insignia de la nueva restauración y se ha convertido en un laboratorio donde juegan la ciencia y el arte para dar lugar a la cocina del futuro. El secreto: trabajo, creatividad e innovación constantes. Estos premios nos hablan de la vida de un hombre que ha pasado, en 30 años, de trabajar fregando platos en una cocina a ser incluido entre las personas más influyentes del mundo, de aprendiz a maestro, de alumno desencantado al primer Doctor Honoris Causa con tres Estrellas Michelín. Su cocina está considerada el buque insignia de la nueva restauración y se ha convertido en un laboratorio donde juegan la ciencia y el arte para dar lugar a la cocina del futuro. El secreto: trabajo, creatividad e innovación constantes. LAS IMPLICACIONES Ferran Adrià se ha convertido en un mito de nuestros días, donde la cocina entendida como arte se propaga a lo largo y ancho del globo. Su inteligencia y creatividad, plasmadas en sus platos y en su manera de dirigir un restaurante, han marcado la diferencia. Además, se ha convertido en un catalizador. Ha servido para entender de una nueva forma el mundo de la restauración, el turismo y la economía. Además, es el claro ejemplo de cómo la innovación puede convertirse en riqueza y de como la investigación es un motor que, mezclando libertad y método, puede mover el mundo. Ferran Adrià nos enseña a aprender y no a copiar a otros. Comprende el mundo globalizado y lo sintetiza en una minúscula cala de la Costa Brava. Se sumerge en la psicología del comensal y conversa de igual a igual con físicos, químicos y escritores. En 2008 firmó, bajo el título Diálogos entre Ciencia y Cocina, un convenio de investigación con la Universidad de Harvard. Su trayectoria es una muestra de cómo la imaginación y la pasión son la base de lo que a veces llamamos progreso. ación Alicia donde nd Fu la ipa rtic pa n bié tam rià Ad Ferran ar el modo en que nos jor me ra pa a cin co y ia nc cie a ion fus e la alimentación está alimentamos. En un mundo dond un futuro recordaremos estrechamente ligada a la salud, en s como el de alguien ero cin co de ro est ma e est de re el nomb cuya dedicación llegó a salvar vidas. Entre las actividades de Ferran Adrià destaca la asesoría de la Fundación Alicia, donde trabaja con personas como Valentí Fuster en una fusión de ciencia y cocina que aspira a mejorar el modo en que nos alimentamos. En un mundo donde la alimentación tiene tanto que ver con la salud, en el futuro tal vez recordemos el nombre de este cocinero de cocineros como el de alguien cuyo trabajo salvó vidas.