TEXTO 6 Se nos presenta un texto de fuente histórica primaria, naturaleza periodística, el autor es el diario ABC y el destinario público, es decir, todo el pueblo español. Se enmarca el 12 de enero de 1933, artículo publicado al día siguiente de lo sucedido en la localidad gaditana de Casas Viejas, durante el Bienio conservador de la Segunda República Española. En resumen, la noticia se centra en los días 10 y 11 de enero del año 1933, cuando un grupo de anarquistas entraron en Casas Viejas, depusieron a su alcalde y mataron a dos guardias civiles. El gobierno de Azaña, tras enterarse de lo sucedido, mandó a las fuerzas del estado a reprimir la revuelta. La guardia civil y la política nacional dispararon a los anarquistas dentro de sus casas y quemaron la choza donde se encontraba su cabecilla, Francisco Cruz apodado “el Seisdedos”. Tanto él, como los miembros de su familia que allí se encontraban fallecieron. A continuación me dispongo a explicar el advenimiento de la Segunda República Española (1930 a 1936), y sus tres etapas: El gobierno de Alfonso XIII estaba en crisis desde el desastre de Annual, en la guerra de Marruecos (1921), no obstante se mantuvo un ficticio régimen de gobiernos de transición hasta septiembre de 1923 en que el rey manda formar gobierno al General Primo de Rivera, el cual dio paso a una dictadura militar, inspirada en el fascismo italiano. Tras siete años de dictadura, falto de apoyos, Primo de Rivera dimitió y Alfonso XIII encargó el nuevo gobierno al general Berenguer, que debía instaurar la legalidad constitucional. Fue un intento de volver al 23 como si no hubiera pasado nada; pero eso ya no era posible. La izquierda republicana firma, en el verano de 1930, un pacto en San Sebastián para propiciar el cambio de régimen. Las elecciones municipales fueron convocadas el 12 de abril de 1931, y se presentaron como un plebiscito entre monarquía y república. Los resultados electorales otorgaron fueron similares para ambos, pero aunque los monárquicos mantuvieron su fuerza en gran parte de las zonas agrarias, la coalición republicana socialista triunfó en las grandes capitales y en las regiones industriales. El resultado evidenciaba un rechazo a la monarquía, de este modo Alfonso XIII abandonó el país inmediatamente y el 14 de abril de 1931 se proclamó la REPÚBLICA en medio del entusiasmo popular. La república se dividirá en tres etapas: el gobierno provisional (abril a junio de 1931), el bienio progresista (1931-33) y el bienio conservador (193336), y tras su fracaso, España vivirá una guerra civil. Gobierno provisional y constitución de 1931 (abril a junio de 1931) Entre abril y junio de 1931 el poder estuvo en manos de un gobierno provisional integrado por republicanos, socialistas y catalanistas de izquierdas. Entre sus medidas cabe destacar una amnistía política, leyes sociales para reducir la jornada laboral a 8 horas y la creación de la Generalitat provisional de Cataluña. Fue una etapa muy convulsa, pues se quemaron conventos como respuesta al apoyo de la Iglesia a la monarquía, y además estallaron importantes huelgas obreras. La necesidad de tener una Constitución era evidente, así pues en junio de 1931 se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, con la tarea de elaborar una constitución cuyos principios básicos fueron: sufragio universal masculino y femenino gracias a la labor de Clara Campoamor y Victoria Kent, aconfesionalidad del Estado, amplias libertades públicas y privadas: derecho a la propiedad privada, aunque el gobierno podía expropiar bienes que considerara de utilidad pública, división de poderes: legislativo (Corte unicameral); ejecutivo (Presidente de la República y Consejo de Ministros) y judicial y el reconocimiento de algunos gobiernos autónomos en algunas regiones. Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República y Manuel Azaña Presidente del Gobierno. Tras la elaboración de la Constitución comienza la etapa del Bienio Reformista (1931-1933): El bienio reformista emprendió, durante dos años, la tarea de reformar el país en un sentido democrático, laico y descentralizado: Reforma militar: se modernizó el ejército y se redujeron los oficiales (Ley de retiros: posibilitó la jubilación de casi la mitad de los oficiales). Se sustituyeron los mandos considerados contrarios a la República. Reforma religiosa y educativa: se intentó disminuir la influencia de la Iglesia y se promovió una educación pública laica. También se introdujeron el matrimonio y el entierro civiles y se elaboró una ley de divorcio. Reforma territorial: se inició la descentralización del Estados abriendo diversos procesos autonómicos. Tanto Cataluña como País Vasco consiguieron sus Estatutos de Autonomía en 1932 y 1936 respectivamente. Reforma agraria: la existencia de latifundios suponía que numerosos jornaleros no tuvieran opción de acceder a la propiedad de la tierra, lo que se intentó facilitar expropiando las fincas que no se cultivaban. El Instituto de Reforma Agraria (IRA) era el organismo encargado de indemnizar a los propietarios y de facilitar el asentamiento a las familias campesinas. Pero estas reformas no contentaron a casi nadie: los sectores conservadores se opusieron a ellas (CEDA, partido de derechas; monárquicos; falangistas y carlistas), e incluso promovieron el golpe de Estado del general Sanjurjo (1932), que fracasó, y los sectores obreros también se radicalizaron ante la lentitud de algunos cambios (UGT y anarquistas de la FAI). Pero fueron los anarquistas de la CNT los que protagonizaron los sucesos de Casas Viejas, a los cuales hace referencia el texto. Éstos, con la intención de hacer la revolución en el pueblo y organizarse sin gobierno, destituyeron al alcalde y tomaron el cuartel de la Guardia Civil, donde había un sargento, al cual mataron, y 3 guardias, a los que hirieron. El gobierno mandó al capitán Rojas y sus hombres, que tirotearon la choza de los anarquistas y la incendiaron. Murió el “Seisdedos”, su mujer, hijos, yerno y nuera. Estos hechos dieron la vuelta a España. El gobierno reconoció la dura represión llevada a cabo, con lo cual se granjearon la enemistad del pueblo. La represión del levantamiento hizo entrar en crisis al gobierno. Manuel Azaña presentó su dimisión, Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones. Las elecciones fueron ganadas por la derecha y el centro y Alejandro Lerroux fue elegido presidente. Con ello comenzaba el gobierno conservador (1933-1936). Gobierno conservador (1933-36): Esta nueva etapa se caracteriza por el estallido de revueltas en todo el país, aunque fue en Asturias y Cataluña donde alcanzaron mayor gravedad. Ante las dificultades para gobernar, se convocaron nuevas elecciones en febrero de 1936: mientras que la derecha se presentó desunida, la izquierda se agrupó en el Frente Popular, que triunfó y Azaña fue nombrado de nuevo presidente. La división entre derecha e izquierda, plasmada en el resultado electoral, se dejó sentir en la calle. Los sectores más radicales de la izquierda propugnaban la revolución social. Los extremistas de derechas, que contaban con el apoyo de un sector del ejército, defendían la necesidad de un golpe de Estado que pusiese fin a la República y al proceso de reformas. Tales tensiones culminaron en el asesinato del diputado de derechas Calvo Sotelo, en represalia por la muerte del teniente Castillo, militante de izquierdas. Este clima de violencia fue el pretexto a partir del cual las fuerzas conservadoras, contrarias a la República, decidieron que había llegado el momento de interrumpir por las armas el proceso reformista republicano. En conclusión, lo allí sucedido se tradujo en una enorme crisis política para el gobierno republicano socialista de Azaña, lo que le llevó, como hemos visto, a perder las elecciones, y, finalmente la falta de estabilidad política llevó al estallido de la guerra civil española (1936-1939).