Ministerio Internacional del Salvador - MIS Primera Iglesia Bautista de Periperi – Iglesia Bautista Comunidad de la Playa Nuestra misión: Restaurar vidas y familias para conquistar ciudades y naciones para el Señor Jesús! Estudio para las Células de multiplicación y evangelismo! ESTUDIO 23/2007 – Se Yo no pido, Yo peco! “Vino una mujer de Samaria á sacar agua: y Jesús le dice: Dame de beber. 8 (Porque sus discípulos habían ido á la ciudad á comprar de comer.) 9 Y la mujer Samaritana le dice: Cómo tú, siendo Judío, me pides á mí de beber, que soy mujer Samaritana? porque los Judíos no se tratan con los Samaritanos. 10 Respondió Jesús y dijo le: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva”(Jo 4.7-10). Este es un de los encuentros mas famosos de toda la Biblia. El encuentro de Jesús con la “mujer samaritana”. Fue un encuentro lleno de respeto y santidad, en un lugar publico, a la luz del medio día, ambiente en que, de un momento para el otro, una multitud poderla llegar, como realmente, mas tarde, llego, En ese encuentro, nada fue sospechoso o vergonzoso! No fue un encuentro marcado. No fue programado, mas marcó la historia de la humanidad, pues no hay en el mundo cristiano quien, siendo conocedor de la Palabra, no tenga sido impactado, o ministrado, por ese encuentro. El encuentro con Dios es así, el impacta la vida de quien participa, y impacta también la vida que quien aun no participo, pero escucho el testimonio de alguien que ya se encontró con Él. Vale la pena notar que la “mujer samaritana” si quien habla, el texto era una mujer sin nombre revelado, sin estatus social, y sin generación conocida, pues era samaritana (un pueblo en crisis de identidad). La vida de quien no se encontró con Dios aun, es así: sin revelación, sin identidad, sin generación y en crisis espiritual, para decir lo mínimo. En verdad el Espíritu Santo desea que Tú y Yo nos veamos, cada un en su experiencia, un poco como esta mujer samaritana. 1 – Dios interacciona pidiendo. Alguna personas son extremamente orgullosas, presuntuosas, y arrogantes, y acostumbran decir: Yo no dependo de nadie; Yo no necesito de nadie; Yo no acepto ayuda de nadie; o, Yo no pido ayuda de nadie! Mismo que usted no tenga se encuadrado en alguna de estas tristes clasificaciones, diga en voz alta, diga en su corazón: Yo necesito ser como Jesús! Jesús: el Autor de mi vida, el Hijo de Dios, el Dios con nosotros, dice: Dame! Es eso mismo Jesús pidió! Una cosa simple: Dame de beber! Una cosa es necesaria para la salud de Él, hace muy bien beber agua. El agua que Jesús pidió era para su propio bien estar, para su propia vida mas, era también, una cosa mucho mas necesaria para quien estaba teniendo el privilegio de dar el agua para Jesús! La vida de Dios en nosotros es así: no reaccionamos apenas por nuestros intereses o necesidades. Mismo delante de las circunstancias en que aparentemente, estamos en desventaja social, material o emocional, debemos, y podemos, con toda autoridad espiritual, darle a las personas el privilegio de dar lo que ellas tienen, para el noble propósito de la visión de Dios, generando en ellas el saludable censo de ser útil y de participar de la rica historia de ser suplidor de la vida! Sí Jesús, nuestro ejemplo mayor, Señor y Maestro, pidió: Sí Yo no pido, Yo peco! 2 – La cura del auto-estima! Cuando Dios nos pide algo, cuando el Espíritu Santo nos incomoda a donar algo nuestro, para su trabajo, para su cuerpo, la iglesia, el Ministerio, o para alguien, inmediatamente no asalta el sentimiento de baja auto-estima, que es una baja evaluación de nuestro concepto. Nuestra primera reacción, generalmente, es decir algo del tipo: ¿Para qué Dios necesita de mi?; ¿Para qué la iglesia necesita de mi?, hay tanta gente allá, que es mejor que Yo. Hay tanta gente allá que tiene mas que Yo! Esa fue la reacción de la mujer samaritana: ¿Cómo Tú siendo Judío (poseyendo la promesa, la herencia, la identidad) me pides algo, mujer (el genero femenino sin credibilidad en aquella época) samaritana (pueblo sin ningún prestigio)? Esa reacción es de tantos que dicen: ¿Para qué necesito ir al culto o a la reunión se ya va tanta gente mejor que Yo? ¿Para qué ganar vidas, o llevar visitantes para la reunión o para el culto, si no conozco a nadie importante, y seré apenas uno mas en la multitud? Al final, tanta gente va estar Allá… ¿Para qué dar mis ofrendas de primicias, los diezmos y las ofrendas, si son tan pequeñas, delante de tanta gente que da altas cuantidades? ¿Para qué ser voluntario si no hago nada bien?¿Y si alguien me observa? En fin, ¿Por qué Jesús no le pide a otro, por qué Él no le pide a un Judío importante? ¿Por qué Él me pide a mí? Yo soy como aquella mujer samaritana, no hago nada bien, no soy tan bueno como debería,¿Por qué Él necesita de mí? Si yo no sirvo, si no doy, yo peco! 3 – Él nos pide para darnos! La respuesta de Jesús fue simple. Él quería dar le a aquella mujer la oportunidad de entrar para la historia eterna. La historia de la nueva vida eterna con Dios! Vida con un sentido noble, vida de multiplicación de la bendición recibida. ¡Cuando Dios nos pide, Él nos quiere dar! ¡Cuando Dios nos pide, Él nos quiere curar! ¡Cuando Dios nos pide, Él nos quiere servir! Sí sabríamos quien nos pide, sí tendríamos conocidos la profunda revelación de quien Dios es; sí sabríamos el favor que Él nos hace en pedirnos, Nosotros seríamos quien pediríamos para darle a Él lo que somos, lo que hacemos, o lo que tenemos. No podemos perder la oportunidad de entrar en el proyecto de Dios, que está revelando en Jesús! No podemos dejar que nuestra enfermedad del alma nos impida de hacer parte de la visión de Dios. La visión de Dios, en Jesucristo, sacia nuestra sed física, emocional, social y espiritual! Dé y reciba el Agua de la Vida! Con Amor, sus Apóstoles Sóstenes y Lílian. Haga su oración de entrega y consolide. © Copyright Primera Iglesia Bautista de Periperi www.mis.org.br