- 3 - Do pronlo nolaroii (11 la atmósfera dos fetos, que dando tumbos y vueltas vinieron á caer en las columnas de «La Paz«, y allí, arrojados como al acaso, se exhibieron al público con el nombre de comunicados. Así se resolvió una nube. Pero aun habla rum-rum en la atmósfera. La noche se cerró en agua; y nLa Paz do Murcia» en banda. Los retazos de luibe que aun murmuraba en la atmósfera no podian resolverse en el espacio limpia de las esplicaclones. Parecía quebsucaban el terreno rojizo de las auroras sanguinolentas. Iban como Inijendo; y en realidad se iban buscando. Se oyen dos garrotazos en la Glorieta: la última nube que se resuelve. Y el garrotazo sonó por muy terca de donde paseaban Pedro Diaz y Juan López. jQué poesía tiene un garrotazo bien dado! Sí en líernpo de Homero se hubiera conocido esta clase de desahogos dí seguro que hubiera cantado á x\quíles haciendo práctica su ira á garrotazo limpio. La poesía de este golpe de mano entusiasmó de uq manera al señor Gobernador, que como fuera de sí y buscando el garrotazo^ quitó la gorra de la cabeza á un dependiente del municipio por ver si se hahia escondido debajo de ella; dio órdenes de que lodn el mundo siguiera paseando como si tal cosa; arrestó lí dos ciudadanos en la casa Ayuntamiento y siguió triunfalmente paseando. Así, así me gusta! Otra tormenta se resolvió de la misma manera en la puerta del antiguo café de- Trifon. Dos garrotazos rnagnílicos: pregunta y respuesta. Dicen que los que mejor se enteraron de lo que allí paMÍ l'ueroir. el.