Juez Ponente: Dr. Álvaro Ojeda Hidalgo CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.- Quito a, 12 de junio de 2012, las 09h30.VISTOS (21-2011-ER): En virtud de que los jueces abajo firmantes, hemos sido debidamente designados por el Consejo de la Judicatura de Transición, mediante Resolución No. 4-2012 de 25 de enero de 2012; y, el pleno de la Corte Nacional de Justicia, mediante Resolución No. 1-2012 de 30 de enero de 2012, nos designó para integrar esta Sala especializada; y conforme el acta de sorteo electrónico de 21 de marzo de 2012, que consta en el expediente, somos competentes y avocamos conocimiento de la presente causa, conforme el Art. 190, numeral 1, del Código Orgánico de la Función Judicial, y Art. 1 de la Ley de Casación. Analizado el expediente No. 21-2011, se desprende que: 1.- El Juez Quinto de Inquilinato de Guayaquil, con fecha 8 de junio de 2009, las 16H30; expide sentencia en la cual: “declara CON LUGAR la demanda, consecuentemente con la desocupación y entrega del departamento arrendado ha quedado terminado el contrato de arrendamiento existente entre las partes, ordenándose que el demandado inquilino Ing. Víctor Hugo Herrera Hurtado pague con sus garantes solidarios señores Víctor Hugo Herrera Franco y Miriam Herrera Hurtado, las pensiones de arrendamiento adeudadas, esto es, desde el 20 de marzo del 2008 hasta el 21 de agosto del 2008, fecha en que la actora manifiesta haber recibido el departamento arrendado, a razón de Trescientos Sesenta Dólares mensuales, así como también paguen a la parte actora las facturas o planillas por consumo de agua potable, energía eléctrica y teléfono, conforme a lo estipulado en la cláusula tercera del contrato de arrendamiento…”. 2.- La Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, en sentencia dictada el 15 de abril de 2010, a las 10H05, confirma la sentencia de primera instancia. 3.- El 1 de septiembre de 2010, a las 14h50, el Ing. Víctor Hugo Herrera Hurtado, Miriam Herrera Hurtado y Ab. Víctor Herrera Franco, interponen recurso de casación en contra la sentencia de instancia antes referida, por las causales primera y segunda del Art. 3 de la Ley de Casación. 3.1.- Mediante auto de 31 de mayo de 2011, 09h25, la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia aceptó el recurso de casación interpuesto. Por tanto, este Tribunal analizará primeramente la causal segunda, y de no prosperar ésta pasará a analizar la primera. Para resolver se considera: PRIMERO.- 1.1.- La segunda causal del artículo 3 de la Ley de Casación hace referencia a la “Aplicación indebida, falta de aplicación o errónea interpretación de normas procesales, cuando hayan viciado el proceso de nulidad insanable o provocado indefensión, 6 siempre que hubieren influido en la decisión de la causa y que la respectiva nulidad no hubiere quedado convalidada legalmente”. Para la procedencia de esta causal el recurrente debe al menos identificar en su memorial: a) Si reclama ora la aplicación indebida, ora la falta de aplicación ora la errónea interpretación de normas procesales; b) Determinar cómo la violación escogida ha viciado el proceso de nulidad insanable o ha provocado indefensión; c) Determinar cómo la violación ha influido en la decisión de los Jueces; y, d) Finalmente denotar que la nulidad no ha quedado convalidada. Dos son los principios, que de manera principal, regulan la causal segunda de casación: el principio de especificidad, es decir que las solemnidades sustanciales al proceso, cuya omisión ocasiona la nulidad, deben estar específica y puntualmente determinadas en la ley; y, el de trascendencia, por el cual se denote que tal omisión influyó, o pudo haber influido en la decisión de la causa, de una manera cierta e irreparable, afectándose la estructura del proceso de manera trascendente, siendo la única solución viable la declaratoria de nulidad de una actuación, de parte o de todo el proceso; por lo que no basta entonces una alegación genérica del perjuicio o su planteamiento abstracto, debiendo acreditarse en forma indubitable el perjuicio que la irregularidad procesal ha ocasionado, y su transcendencia dentro del proceso; pues las nulidades no existen en el mero interés de la ley, no siendo dable admitir la declaración de nulidad por la nulidad misma o para satisfacer pruritos formales, pues la declaración de nulidad por razones meramente formales constituiría un formulismo inaceptable que obstaría la recta administración de justicia. Los principios antes mencionados, están consagrados de manera general para los procesos e instancias, fundamentalmente en los artículos 344, 346, 349, 352 y 1014 del Código de Procedimiento Civil. 1.2.- En el presente caso, y con respecto a la causal segunda de casación, el recurrente argumenta que el Tribunal de instancia incurrió en la errónea interpretación del artículo 236 del Código de Procedimiento Civil, arguyendo que “se interpretó erróneamente lo dispuesto en el artículo 336 del Código de Procedimiento Civil, pues siendo una obligación solidaria, no puede ser dividida.”. 1.3.Preciso es entonces analizar los fundamentos expuestos respecto de la causal segunda. Los recurrentes manifiestan que se interpretó erróneamente el artículo 336 del Código Procedimiento Civil que dispone: “Art.- 336.- Cuando son varias las personas interesadas en el juicio sobre un derecho común divisible, la apelación interpuesta por cualquiera de ellas no aprovecha ni perjudica a las demás.”. Precisa este Tribunal determinar que el vicio de errónea interpretación se presenta cuando la norma es la pertinente para el caso, pero el juzgador le ha dado un sentido y alcance que no tiene, contrario al espíritu de la ley. La errónea interpretación no contradice la aplicación de una determinada norma en el caso sujeto a juzgamiento, sino que parte de una 6 aceptación tácita del recurrente de que la norma es la correcta para el caso sub lite, no obstante, el juzgador erró al interpretarla, otorgándole un alcance que ella no tiene o restringiéndole el que realmente ostenta, lo cual comprende error en cuanto al verdadero sentido de la norma. Partiendo de la aceptación del recurrente de ser la norma la apropiada al caso, este Tribunal hace las siguientes estimaciones 1.3.1.- No se encuentra que el Art. 336 del Código Procedimiento Civil haya sido aplicado en la sentencia impugnada, y no había motivo para emplearlo ya que el derecho a apelar de una obligación solidaria por voluntad expresa de los demandados, conforme consta del contrato que obra a fs. 4 a 7 del cuaderno de primera instancia, en el que aceptan ser responsables de los pagos de las pensiones locativas y de otras obligaciones, involucra a todas las personas que componen la parte demandada. No existe errónea interpretación del Art. 336 del Código Procedimiento Civil, dado que la individualidad del recurso de apelación procede únicamente cuando la obligación es divisible, en el caso subjudíce la obligación es solidaria, por lo que bien ha hecho el Tribunal de instancia en ignorar y no aplicar la norma contenida en el artículo tantas veces referido. 1.3.2.- Los demandados recurrentes tampoco han justificado cuál es la nulidad que se ha ocasionado a consecuencia de la supuesta errónea interpretación del Art. 336 del Código de Procedimiento Civil, las cuales se hallan taxativamente señaladas en el Art. 346 del Código Procedimiento Civil, por lo que inclusive, la supuesta “errónea interpretación” no provocaría la nulidad reclamada, ya que no existe nulidad sin texto legal expreso. Tampoco existe indefensión, pues esta solamente ocurre cuando se ha limitado o despojado a las partes de los medios de defensa en el proceso, de manera tal que, los recurrentes no hubiesen tenido la posibilidad de hacer valer sus derechos, hubieren alterado la igualdad de las partes, o en fin, impedido hacer una adecuada defensa de sus intereses que ocasione daño reparable únicamente con la declaración de nulidad, en tanto en cuanto el derecho de defensa es transversal y obligatorio en todas las etapas del proceso, constituyendo una garantía de seguridad para las partes, que no es el caso puesto a juzgamiento; por lo que, se desecha la causal y vicio intentado. CUARTO.- 4.1.- Doctrinariamente la causal primera del artículo 3 de la Ley de Casación se refiere, ante todo, a una infracción sustancial del ordenamiento jurídico: el error in iudicando in jure, cuando a causa de no haberse entendido apropiadamente el sentido jurídico del caso sometido a decisión, se aplica a éste una norma diferente a la que debió en realidad aplicarse, ya sea por "falta de aplicación" (se deja de aplicar normas que necesariamente debían ser consideradas para la decisión) o por "aplicación indebida" de las normas (ésta ha sido entendida rectamente en su alcance y significado, pero se la ha utilizado para un caso que no es el que ella contempla); o se le concede a la norma aplicable un alcance equivocado por "errónea 6 interpretación" (la norma aplicada es la adecuada para el caso, y no obstante se la ha entendido equivocadamente, dándole un alcance que no tiene). Se da pues, por parte del juzgador de instancia, un falso juicio de derecho sobre la norma y por tanto la sentencia debe ser casada, porque ésta declara una falsa voluntad de la normativa estatal. 4.2.- Por regla general, la falta de aplicación de unas normas entraña la aplicación indebida de otras, y cuando se aduce errónea interpretación, ésta excluye la falta de aplicación indebida. La falta de aplicación consiste, por tanto, en "un error de existencia"; la aplicación indebida entraña "un error de selección"; y, la errónea interpretación equivale a "error del verdadero sentido de la norma". Las tres circunstancias de la causal primera de la Ley de Casación, evidentemente, no podrían producirse simultáneamente respecto a una misma norma legal. 4.3.- Respecto de la causal primera del Art. 3 de le Ley de Casación, los recurrentes señalan que “En la disposición establecida en el Art. 3, causal 1era. que consiste en la falta de aplicación de la norma Constitucional, pues se nos privó de nuestro Juez natural mencionado en el Art. 76, numeral 3ro. De la Carta Magna, que establece que solo se podrá juzgar a una persona ante el juez competente”; el Tribunal debe señalar que la Constitución de la República es el marco dentro del cual el ámbito jurídico debe desenvolverse, y por ello da unas premisas que deben ejecutarse a través de las diferentes estructuras legales, en el caso el Código Civil en el Art. 55 dice: “Se podrá en un contrato establecer, de común acuerdo, un domicilio civil especial para los actos judiciales o extrajudiciales a que diere lugar el mismo contrato.”; norma a la cual se acogen las partes en el contrato de arrendamiento en la cláusula décima séptima del mismo, incorporado a fs. 4 a 6 y vta. de los autos, lo que autoriza a ser demandados ante los jueces de Guayaquil, por lo que la imputación de la falta de aplicación del Art. 76, numeral 3, de la Constitución de la República no procede; tanto más que el tema de la incompetencia del juez de primera instancia fue resuelto en la sentencia recurrida. Por las consideraciones que anteceden el Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES DE LA REPÚBLICA, no casa la sentencia dictada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Superior Justicia del Guayas. Notifíquese.- Devuélvase.- f) Drs. Álvaro Ojeda Hidalgo, Paúl Iñiguez Ríos y Eduardo Bermúdez Coronel, JUECES NACIONALES y Ab. Boris Trujillo Rodríguez, SECRETARIO RELATOR ( E) que certifica.- Lo que comunico para los fines de Ley.- 6 EL SECRETARIO ( E) En Quito, a trece de junio de dos mil doce, a partir de las ocho horas con cuarenta minutos, notifico con la vista en relación y resolución que antecede a: CIA. LTDA. FERRIVAL por boleta en la casilla judicial No. 697; y no se notifica a VICTOR HERRERA RANCO Y OTROS por cuanto no han designado domicilio judicial en esta ciudad para sus notificaciones.- certifico.- Ab. Boris Trujillo Rodríguez SECRETARIO RELATOR ( E) 6