LORETO Publicación de carácter trimestral Novembre 2005 AÑO VII D.L.T. 252/94 Nº 34 Palabras del Arzobispo, Dr. Jaume Pujol, en el funeral del P. Gerardo El P. Gerardo fue ordenado sacerdote en Asís el 29 de junio de 1953. Consagró su vida a la oración por las vocaciones según el carisma de S. Aníbal Mª di Francia, acompañando incansablemente a la comunidad de Tarragona con su ayuda y su servicio. Mucho le hemos encomendado en su larga enfermedad. A todos nos ha dado ejemplo de paciencia, de soportar sin quejas una dolorosa enfermedad, siempre con una sonrisa en los labios. Para mí, os puedo decir, ha sido un consuelo poderle conocer y las muchas veces que he podido venir al Loreto encontraba siempre en él una persona muy cariñosa y que me quería mucho. A él me encomiendo ahora que ofrecemos esta misa en sufragio por su alma, por si necesita purificarse para dar a Dios el abrazo definitivo. Pienso que podemos decir que el P. Gerardo fué un buen hijo de S. Aníbal. El P. Gerardo ha hecho con su vida ese enlace fecundo de oración y dedicación a los demás. Se puede decir también de él lo que decía San Aníbal Mª: a Dios rogando y con el mazo dando. O sea, vivir nuestro día a día, dándole sentido vocacional como si fuera una respuesta importante la llamada de Dios. Entendiendo a los que calificamos como obreros del Evangelio, es decir, a todas las personas que con su ejemplo e ilusión siguen dando esperanza a los hermanos como fruto de su oración incesante y coherente. A través de los santos y de personas que tratan de imitarles es como podemos seguir adelante. La muerte siempre nos sorprende, aunque la vida de esas personas haya sido larga y con un desenlace previsible después de una larga enfermedad. Sí, la muerte, especialmente si es la de un ser muy querido, nos sorprende. Pero sabemos que Dios elige las almas cuando están maduras para la eternidad. Las escoge en el mejor momento, aunque nosotros no lo entendamos. Dios, a las almas que le han sido fieles, les dice: Muy bien, siervo bueno y fiel. Ya que has sido fiel en lo poco yo te confiaré en lo mucho. Entra en el gozo de tu Señor. Es poco realmente lo que podemos dar por Dios en comparación con lo que Dios nos dará para toda la eternidad. Pero también es poco lo que nos pide en esta tierra en comparación con lo que Él concede ya en esta tierra a los que le aman. Las almas que son fieles a Dios son muy felices en esta vida y llenan de felicidad a las personas que tienen a su alrededor. Ese me parece que es el resumen de la vida del P. Gerardo. Para los que han querido vivir con Cristo a pesar de sus errores y deficiencias, de sus pecados, muchas veces perdonados, les espera una eternidad de amor. Digo que es poco lo que podemos dar a Dios. Pero ese poco es de alguna forma mucho. Porque es el amor, ese mismo amor que Dios pone en nuestros corazones, el amor del Padre al Hijo que es el Espíritu Santo ha sido derramado en nuestros corazones, dirá San Pablo. La vida cristiana es amar. Amar de verdad sin egoísmos. Amar a Dios en primer lugar y en Él y por Él a todos los hombres. Sacrificarse por los demás en las pequeñas cosas de cada día. Desvivirse por los que están a nuestro lado. Dar la vida por ellos. Amar a Dios con obras y las obras son el servicio a los demás, especialmente a los más próximos y los más necesitados. En esto está la grandeza de la vida cristiana. He querido que se leyera el Evangelio de las Bienaventuranzas que son como la carta magna del cristianismo o la ley fundamental de su Reino, es decir, una declaración de sus principios básicos. Bienaventurados significa dichosos, felices. Jesús proclama que son bienaventurados aquellos que disfrutan construyendo en la tierra el reino de Dios. Pero ese mensaje no es fácil de comprender, ya que Jesús pone la felicidad donde para muchos hombres no hay motivo. Pues dice que serán felices, dichosos o bienaventurados los pobres, los mansos, los que lloran y tienen hambre. En las bienaventuranzas Cristo indica el camino de la felicidad eterna. La felicidad que prometen las bienaventuranzas no es para esta vida sino para la otra. Los verdaderos bienaventurados son los que ya están en el cielo con Dios. Pero también son felices en esta tierra, los hombres y mujeres que acogen la buena noticia predicada por Jesús. Ahora bien, el estilo de vida que proponen las bienaventuranzas exige la fortaleza de espíritu y el seguimiento de Jesús. Me gusta leer las bienaventuranzas en el funeral de los sacerdotes, religiosos y personas consagradas porque es el ideal que han tratado de vivir a lo largo de su vida ... Sin duda, ese programa es el que el P. Gerardo procuró vivir toda su vida ... La Iglesia, que como madre ha llevado sacramentalmente en su seno al cristiano durante su peregrinación terrena, nos acompaña al término de su caminar para entregarlo en las manos del Padre. La Iglesia ofrece al Padre en Cristo al hijo de su gracia. Y deposita en la tierra con esperanza el germen del cuerpo que resucitará en la Gloria. Esta ofrenda es plenamente celebrada en el sacrificio eucarístico. Me gusta aplicar a las personas queridas que han fallecido estas palabras de San Jerónimo: no nos entristezcamos por haberle perdido, si no demos gracias a Dios por haberle tenido. De tenerlo todavía, porque en Dios todas las cosas viven y quien vuelve al Señor vuelve a formar parte de la familia. Aprovecho esta ocasión para agradecer a los Padres Rogacionistas toda la labor que realizan en la parroquia de Sant Cosme i Sant Damià, en este santuario del Loreto y en la casa de espiritualidad aneja, en su tarea de catequesis y en la ayuda a los más desfavorecidos y les animo a seguir por este camino. Que la Virgen, bajo la advocación de Loreto, nos conceda ser fieles hasta el final. A ella nos encomendamos ahora, en el hoy de nuestras vidas y en la hora de nuestra muerte. Le pedimos que esté presente en esa hora, como estuvo en la muerte en la cruz de su hijo y que en la hora de nuestro tránsito nos acoja como Madre nuestra para conducirnos a su hijo Jesús, al Paraíso. 1 PALABRAS DEL SUPERIOR PROVINCIAL, P. ADAMO El P. Adamo Calò, Superior Provincial de la provincia Italia Centro-Nord, tuvo unas breves, pero emocionadas palabras, al final del funeral por el alma del P. Gerardo. Lo definió sencillamente como "un hombre bueno". Como una persona llena siempre de "paciencia y disponibilidad". Más adelante, el padre Adamo pidió que "nunca falten sacerdotes como el P. Gerardo, ni a la congregación de Tarragona, ni a los Rogacionistas". El padre Adamo no quiso acabar sus palabras sin agradecer "vuestra participación en este acto", al mismo tiempo que dio las gracias "por todo lo bonito que le habéis dado a nuestro padre Gerardo". En la foto un instante del funeral por el alma del P. Gerardo, donde aparecen el P. Matteo, el P. Mario, el arzobispo de Tarragona, Dr. Jaume Pujol y el P. Adamo Calò. L'ADEU AL P. GERARDO ARGENTIERI Exm. i Rdm. Sr. Arquebisbe Rv. P. Provincial Estimada Comunitat Rogacioniste i Filles del Divi zel. Preveres Il·lm. Sr. Alcalde Dignissimes autoritats Benvolgudes amigues i benvolguts amics. Es difícil sostreure's a l'emoció, en moments com aquest, malauradament masses emocions a Tarragona en el decurs d'aquesta setmana, però ho intentarem. En primer lloc, agrair-vos la vostra presencia, avui aquí. En segon lloc, agrair, de tot cor, a les amigues i els amics que heu acompanyat i heu fet costat, de manera abnegada, al P. Gerardo, en el decurs de tot el procés i fins el final. Moltes gràcies en nom de la comunitat i dels Amics de Loreto. Finalment permeteu-me dir unes breus, molt breus però sentides paraules, nascudes i m'ho hau de permetre de vivencies personals, sobre el P. Gerardo: Fa anys que el conec, vint i vuit anys son molt de temps, i com tots a la vida, hem compartit estones bones, moltes i moltes, (no concibeixo, per exemple, un "sopar dels amics" sense el "Sta. Lucia" del P. Gerardo ni la seva critica a qui tallava amb ganivet els espaguetis en lloc d'enroscar-los), però tant mateix, hem compartit moments "molt amargs" jo diria que son d'aquells que deixen petja. D'aquests darrers guardo el record de les seves paraules de consol en moments de tràngols familiars, però-sobretot sobretot- guardo un record inesborrable de la seva resignació en moments, que van ser, (per a mi com a metge i com a tal prenent decisions doloroses i per a ell com a malalt), molt i molt durs, i que va voler, va saber i va pogué finalment superar. Desprès ja, en una fase molt mes reposada, el recordo a la clínica, plantat davant la porta del meu despatx, (sempre tenia pressa), amb la seva inefable i alhora inseparable cartera a la mà, desprès que a la planta les germanes (Sor M. Rosa i Sor Carmen) l'hi havien mesurat la pressió arterial. Aleshores comentàvem el tractament a seguir, m'explicava el que havia fet o el que encara havia de fer durant la resta del mati i sempre, en els darrers temps, acabava preguntant-me per la meva neta (ell, que fou mestre de mestres i forjador de forjadors, estimava i molt als infants). Aquella cartera, amigues i amics, que AGRADECIMIENTOS DEL P. MARIO 2 Daros las gracias, al señor arzobispo, a todos los sacerdotes y a todos vosotros que nos habéis acompañado a lo largo de todo este camino. Mi vida aquí en Tarragona ha ido unida intrínsecamente a la del padre Gerardo. Conocía antes de que hablara lo que estaba pensando y lo mismo creo yo que le pasaba a él conmigo. Sabía sempre i a molts de nosaltres ens semblaba que era buida, era plena. Ja ho crec que era plena ¡¡ Plena d'humilitat, de bonhomia, de desig i de voluntat de Servei i d'un cor gran, molt gran, tant i tant gran que finalment ha esclatat ple de joia, en retrobar-se a dalt del cel amb el qui fou per a ell model a seguir i constant inspiració, el sant fundador P. Anibal M. di Francia. Tinc el ple convenciment que avui al cel, hi ha un cor d'angelets dirigits per un nou mestre, menut i grosset, i que canten, com no podia ser d'altra manera: "Sta. Lucia". Chiao P. Gerardo, fins a sempre... Josep Mª Solé i Poblet President dels Amics de Loreto que no era necesario hablar. Por eso hoy, en nombre del padre Gerardo os doy las gracias. Hoy quisiera dar las gracias de una forma particular a todos los amigos y amigas que nos han ayudado muchísimo a lo largo de la enfermedad del padre Gerardo. Siempre nos hemos sentido acompañados y por eso quiero daros las gracias. Porque a través de él hemos podido comprobar el afecto y el cariño de todos vosotros. No digo nombres, porque puedo olvidarme de algunos. A todos, muchas gracias, en su nombre y en el de todos nosotros. Gracias al padre provincial que ha estado aquí con nosotros y también quisiera hacer presente el saludo que nuestro padre general nos hace llegar y que nos decía del padre Gerardo que "ha sido mi maestro en la bondad, la humildad y el amor". Gracias, padre Gerardo y gracias a vosotros que lo habéis acompañado.