Charles W. Johnson Español 430, 11:50 a 13:05 (Revisado) 22 de mayo 2000 Palabras: 308 La Pena de muerte es castigo cruel e insólito Cada sociedad necesita una sistema penal para impedir crímines y castigar a los que todavía los cometen. Sin embargo, en los Estados Unidos hemos reconocido que no podemos usar cualquier modo de castigarlos: hay que señalar un castigo de acuerdo con el crimen. Para la seguridad, necesitamos castigar a los criminales, pero para la humanidad es necesario que no los torturemos. Aunque sea muy popular, la pena de muerte es una manera de castigo inhumana. No nos sirve de nada y hay que abolirla. Muchas personas prefieren la pena de muerte porque es un castigo fuerte e irreversible. Es verdad que es fuerte – en realidad, es brutal – e irreversible, pero por eso no debemos usarla. Nuestro sistema de justicia no es perfecto: de vez en cuando los tribunales se equivocan y castigan a personas inocentes. Si encarcelamos a una persona, podemos devolverle la libertad. Si le multamos, podemos devolverle el dinero. No podemos devolverle a nadie la vida después de matarle. Según el escritor Tom Tomorrow, si ejecutamos a solamente una persona inocente somos cómplices de asesinato. La pena de muerte es también una manera de opresión racial. Aunque sea acusado del mismo crimen, siempre es más probable que una persona negra, chicana o de cualquiera otra minoridad sea declarada culpable que una persona blanca. Si es declarada culpable, es muchísimo más probable que la persona de otra raza sea condenada a muerte. Los tribunales son un sistema brutal para encarcelar y ejecutar otras razas, y la pena de muerte es su instrumento más fuerte y cruel. Algunas personas dicen que necesitamos la pena de muerte porque cuesta demasiado vigilar a los criminales de año en año por sus propias vidas. Sin embargo, ha sido demostrado que cuesta más ejecutarlas. Incluso si costara menos en dinero, aún costaría demasiado: nos cuesta demasiada igualdad, demasiada justicia y demasiada sangre.