ORGANIZACIÓN ACTUAL DEL COMERCIO EXTERIOR DE GRANOS Y DERIVADOS EN ARGENTINA: NOTAS PARA LA NACIONALIZACIÓN Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto de investigación “La post convertibilidad y un nuevo modelo de desarrollo. Desafíos y perspectivas” de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Equipo de investigación: Dr. Germán Diego Pinazo Mag. Juan Pablo Fal Lic. Sonia Marina Filipetto Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales Mayo de 2015 1 INDICE I. El significado del comercio exterior de granos y la renta de la tierra en Argentina: comentarios introductorios ......................................................................................... 4 II. Cambios de la política económica: un breve recorrido histórico por las principales medidas de política económica que afectaron al sector agropecuario, 1980-2002 ..... 8 III. Cuánto producimos de los principales cultivos ......................................................... 11 IV. Evolución de las exportaciones de los cuatros principales cultivos........................... 19 V. Quiénes controlan el mercado de exportación de granos y derivados en la Argentina ................................................................................................................. 21 VI. Infraestructura de la exportación granaria en Argentina ........................................... 23 VII. Comentarios finales ................................................................................................. 34 VIII. Bibliografía ............................................................................................................... 36 2 ORGANIZACIÓN ACTUAL DEL COMERCIO EXTERIOR DE GRANOS Y DERIVADOS EN ARGENTINA: NOTAS PARA LA NACIONALIZACIÓN I. El significado del comercio exterior de granos y la renta de la tierra en Argentina: comentarios introductorios. El comercio exterior de granos en la Argentina tiene una larga historia marcada por los diferentes intereses en pugna. A lo largo del Siglo XX, el excedente del sector agropecuario y su captura ha sido uno de los centros de disputa más importantes, en tanto ha servido para defender diferentes proyectos políticos. Desde aquellos liberales con un fuerte sesgo oligárquico, a uno que podríamos denominar nacional popular pasando por los de matriz desarrollistas. No caben dudas que el excedente agrícola ha jugado un papel central en el desarrollo histórico argentino. La génesis de ese papel, su efecto sobre la magnitud y el proceso de acumulación de capital, han sido objeto de numerosas discusiones. Todas ellas han puesto el acento, de una u otra manera, en la tierra como eje central de la generación y apropiación del excedente. Así, mientras la tradición liberal (Cortés Conde, 2002; Díaz Alejandro, 2002) enfatizó en lo que podríamos denominar la teoría de las ventajas comparativas, donde la dotación relativa de factores (tierra en nuestro país) es lo que explicaría, para principios del siglo XX, el sendero sostenible de desarrollo económico que atravesó nuestro país, en las antípodas, y desde una teoría clásica de la renta diferencial, trabajos como los de Laclau (1969), Flichman (1977) y Sábato (1988) colocaron el acento en la naturaleza del ingreso agropecuario (renta y no ganancia)1 y el comportamiento que éste generó sobre las élites locales como la razón última que explica los vaivenes económicos de nuestro país previos 1 Para Laclau (1969), como la magnitud de la renta diferencial depende de la posibilidad de colocar las materias primas en el mercado mundial, y puesto que dicha posibilidad deriva de la acumulación capitalista de los países industrializados, toda la expansión económica terminaba por depender de una variable que escapa a su control. 3 a la crisis del ´30 y los bajos niveles de inversión que posibilitaron el estancamiento posterior.2 Otros trabajos, que, como los anteriores, pueden ser englobados en una denominada tradición crítica de pensamiento3, han colocado el eje en el vínculo de la renta diferencial y la cuestión de la gran propiedad agropecuaria para comprender el por qué del estancamiento económico (Giberti, 1964; Ferrer, 1999). Nochteff (1994 y 1996) en línea con lo anterior, señala que las ventajas comparativas de la producción pampeana y las rentas “ricardianas” de ellas derivadas habrían sido de tal magnitud, que existían pocos estímulos para que los productores realizaran esfuerzos sistemáticos en materia de inversión y búsqueda de eficiencia. Así, en lugar de monopolios basados en la innovación, la elite local habría podido obtener rentas basadas en la explotación simple de los recursos naturales. En esta misma dirección, aunque con una menor importancia, se desarrollaron los estudios que intentaron, desde las diferentes doctrinas teóricas, explicar la naturaleza del excedente agrícola para el período de sustitución de importaciones como para el subsiguiente, caracterizado por la desregulación comercial y financiera (hasta la década de los noventa). Todos ellos siguieron insistiendo en la tierra y sus características diferenciales como la fuente última de la riqueza del sector. La diferencia con los estudios que intentaron explicar lo acontecido hasta la década de los ´40 se encuentra en que el sector ya no pasa a ser sólo importante para explicar el crecimiento del país por su falta o no de dinamismo, sino por la incidencia que tuvo sobre el desarrollo de la industria, la cual pasa a depender en forma casi exclusiva del aporte de divisas generadas a partir de las exportaciones de los productos agrícolas (Ferrer, 1963; Diamand; 1972; Teubal, 1975; Braun y Joy, 1981; Barsky y Djenderedjian, 2003). Los estudios elaborados para el análisis de la década de los noventa y, fundamentalmente, para el período abierto con la devaluación de 2002 transitaron una senda no demasiado diferente que la comentada hasta aquí (Ingaramo, 2004; Rodríguez, 2004; Arbolave, 2005; Rodríguez y Arceo, 2006). Las condiciones naturales de la tierra 2 El argumento que se encuentra detrás de lo comentado es que la renta diferencial permitió la obtención de grandes sumas de dinero desincentivando todo tipo de mejora en el sector agrícola. 3 El término es utilizado, a falta de uno más preciso, para englobar aquellos trabajos que cuestionan la visión liberal. 4 siguieron siendo el eje central a partir de los cuales todos estos análisis han fundamentado el excedente del sector agrícola argentino. Al respecto, Rodríguez (2004), señala que independientemente de las diferentes discusiones que se han dado entorno al concepto de renta, no se puede dejar de soslayar las condiciones naturales excepcionales que reúne la región pampeana; condiciones que marcaron el aumento de la renta. Bajo este marco, el autor señala que las posibilidades de crecimiento y desarrollo de la economía local están determinados, en parte, por el aumento y utilización de dicha renta. Los trabajos mencionados en este sub-apartado, toman como cuestión relevante las condiciones naturales de la tierra; dato observable en la definición que se toma sobre el concepto de renta, donde la misma es definida, fundamentalmente, por las diferencias internacionales de costos, originadas en la calidad de nuestros suelos (Rodríguez y Arceo, 2006). Cabe señalar, que pese a que en dichos trabajos la tecnología aparece, no lo hace como determinante del ingreso agrícola: se continúa poniendo el acento en las condiciones naturales de la tierra como el elemento central del nuevo ingreso del sector. Sin embargo, estas condiciones comienzan a verse modificadas durante los últimos treinta años, fundamentalmente a partir de una serie de transformaciones superpuestas que se dan en plano internacional, con gran impacto en las esferas nacionales, las cuales se profundizan durante la década de los noventa (Arrighi, 1997; Hobsbawn, 1995; Saxe Fernández, et al, 2001; Dabat y Rivera, 2005; Arceo, 2005, entre otros). Entre los principales cambios a las cuales nos interesa hacer mención se encuentran: i) la modificación en la organización social de la producción a escala internacional, donde el impulso fundamental está dado por el desarrollo de un nuevo paradigma técnico económico basado en las tecnologías de la información y la comunicación; ii) los desarrollos biotecnológicos y, iii) los cambios en la demanda mundial de alimentos. El fenomenal desarrollo biotecnológico4 (Reboratti, 2003; Barsky y Dávila, 2008; Rodríguez, 2008, Anlló, Bisang y Campi, 2008, entre otros) y la implementación extendida de la siembra directa, se retroalimenta con una nueva dinámica productiva a nivel mundial, que parece no reconocer barreras nacionales. Esto ha dado lugar en Argentina a numerosos cambios organizacionales y productivos que, entre otras cosas, han 4 Nos referimos a la proliferación del uso de semillas genéticamente modificadas y a la masificación en el uso de agroquímicos y herbicidas. 5 modificado la generación y apropiación del excedente del sector agrícola, a partir del cambio en los costos, rentabilidades relativas, y escalas óptimas de producción. Al mismo tiempo, y de manera central, la demanda mundial de productos de origen agropecuario se ha reconfigurado a partir de tres causas: i) un incremento en la demanda mundial de alimentos con mayor valor proteico (la incorporación de un número mayor de habitantes provenientes de China e India al mercado como consumidores importantes); ii) una tendencia en aumento al uso de fuentes vegetales para la producción de energía; iii) la potencialidad de la producción agropecuaria en la industria, tanto como proveedora de insumos industriales (biomasa), como reemplazante eficiente de ciertos eslabones del proceso de productivo industrial por procesos biológicos (uso creciente de plantas y animales como biorreactores) (OECD, 2008). De esta manera y a diferencia de lo que ocurrió durante el siglo XIX y gran parte del siglo XX, en la actualidad, la productividad del sector agrícola tiende a depender más del sistema industrial que fabrica las semillas, fertilizantes, herbicidas y maquinarias necesarias para poner en marcha el articulado conjunto de elementos que hacen posible la producción, que de la abundancia de tierra y de las especiales condiciones de su fertilidad. Todas estas grandes transformaciones tecnológicas5 que acontecen en el agro, las cuales se materializan a través de la biotecnología, obligan a repensar al sector agrícola argentino y las formas de captación del excedente. Estos cambios, en tanto modifican las escalas óptimas de producción, provocan modificaciones que impactan en la generación y apropiación de la renta agrícola y, con ellas, en toda la estructura organizativa de la producción, lo que nos lleva a afirmar que lo que existe en el sector agrícola argentino es un nuevo capitalismo, a partir del cual, la especificidad del proceso de generación y apropiación de la renta agrícola del país tiene que ser repensado, en tanto el eje de todo el proceso no puede ubicarse sólo en el productor (propietario) y las características diferenciales de la tierra. 5 Según Claudio Katz (2007), existen diferentes formas de analizar el capitalismo. Una de ellas consiste en estudiar el proceso productivo, a partir del cual se modifican las relaciones sociales de producción. Al respecto, el autor señala: “Poner en el primer plano del análisis al proceso productivo significa estudiar atentamente el cambio tecnológico. Ningún fenómeno tiene tanta gravitación en la dinámica del capital como la innovación. En función de la introducción de los nuevos productos y las nuevas formas de producción se modifican los tiempos de trabajo y los valores relativos de todas las mercancías. De estos cambios surgen los beneficios extraordinarios, que desplazan la inversión de una rama a otra y las pérdidas acumulativas que desembocan en la crisis” (Katz, C., 2007: 2-3). 6 A la luz de los cambios mencionados, caracterizados por los adelantos de la química y la genética6, los cuales han sido atravesados por la integración mundial de la producción, la centralización de la gestión y los cambios en la demanda mundial de productos de origen agropecuario, se plantea el problema sobre cómo impactan estas transformaciones en el sector agrícola nacional. En particular, ¿cuáles son sus implicancias sobre la naturaleza y apropiación de la renta agrícola argentina? No hay que olvidar que los granos en Argentina significan la posibilidad de distribuir ingresos, vía retenciones; industrialización a través del financiamiento con divisas provenientes del agro; también puede significar inflación, vía suba de precios internacionales, pero también a través del no financiamiento de la oferta industrial. En fin, distribución de ingresos, inflación e industrialización, entre otras aristas, cuestiones demasiado importantes como para que sean controladas por un grupo de actores muy pequeños que concentran en sus manos la toma de decisiones centrales para el desarrollo del país. En arreglo a lo planteado, en el presente informe daremos nuestros primeros pasos para intentar dilucidar un aspecto central en este camino para poder comprender las razones del por qué nacionalizar el comercio exterior de granos. En este sentido, nuestro primer paso consistirá en señalar qué y cuánto producimos de los principales cultivos: soja, maíz, girasol y trigo. En segundo lugar, describiremos las exportaciones y sus principales destinos. Luego, nos concentraremos en la identificación de los principales actores exportadores de granos y sus derivados. En cuarto lugar, estudiaremos el transporte y la molienda, incluyendo la localización de puertos y la importancia de los diferentes complejos junto a su localización espacial. II. Cambios de la política económica: un breve recorrido histórico por las principales medidas de política económica que afectaron al sector agropecuario, 1980-2002 6 Cabe aclarar, que estos cambios encontraron sus inicios a partir de la segunda mitad del siglo XX, pero será recién a mediados de la década de los noventa que lograrán un gran desarrollo. 7 La dictadura militar que usurpó el gobierno en 1976 ayudó a transformar las bases sobre las que se sustentaba la industrialización por sustitución de importaciones, colaborando7 en la instauración de un nuevo modo de acumulación caracterizado como aperturista con hegemonía financiera (Basualdo, E., 2006; Rapoport, M., 2000). En lo que refiere al campo, los objetivos del Ministro de Economía del gobierno de facto, Alfredo Martínez De Hoz, se concentraron en incrementar la producción y la productividad, extender la frontera agropecuaria y en modernizar el sector por medio de la incorporación de tecnología (Martínez De Hoz, A., 1981). En el diagnóstico del Ministro, la principal causa de estancamiento del sector agropecuario se encontraba en la falta de inversión producto de los desfavorables precios relativos que imponían la batería de medidas proteccionistas que el país tenía por aquellos años (Martínez de Hoz, A., 1981). Bajo este marco, la solución del gobierno fue eliminar las retenciones a las exportaciones agropecuarias y dejar de intervenir en la comercialización, quedando la actividad de la Junta Nacional de Granos reducida a la fijación de un precio sostén para el caso en que los precios internacionales descendieran por debajo de determinados niveles. La reforma financiera del año 1977 conjuntamente con la caída de los precios internacionales de bienes primarios, determinaron que los ingresos en concepto de exportaciones se vieran fuertemente disminuidos. No obstante esto, la actividad agropecuaria fue una de las ramas productivas que más se benefició con las políticas implementadas por la dictadura. El primer gobierno constitucional que asume en 1983, encuentra un país inmerso en graves problemas económicos con niveles de desempleo, inflación y endeudamiento externo hasta ese momento inéditos para el país. Los fuertes desequilibrios en las cuentas públicas y en los precios internacionales (suba moderada del precio del ganado), impulsaron al gobierno a lanzar sucesivos planes de estabilización, en conjunto con políticas de congelamiento de precios, y donde se establecieron, entre otros, precios máximos para los bienes primarios. Sin embargo, a pesar de estos diferentes planes, el 7 Decimos que ayudó a la instauración de un nuevo modo de acumulación con la idea de plantear, cuestión que no es motivo de este trabajo, que el modo de acumulación instaurado en la Argentina no es solo fruto de la aplicación de medidas económicas por parte de la dictadura militar, sino que encuentra también anclaje en los cambios que por aquellos años ocurrieron en el capitalismo mundial. Es decir, lo que intentamos señalar es que la perspectiva que asumimos considera a la Argentina como una parte del todo. 8 gobierno de Alfonsín trazó un eje en materia económica que no modificó en forma sustancial la política monetaria instaurada por el gobierno militar, conservando, de esa manera, uno de los pilares centrales del modo de acumulación instaurado en 1976. Hacia fines de los años ochenta, el país se caracterizaba por un avanzado proceso inflacionario, una alarmante reestructuración capitalista y un importante incremento de las inversiones especulativas y fuga de capitales8. Como resultado de esto, el país estuvo sumergido en una severa estanflación económica, que derivó en un rápido incremento de los indicadores de pobreza e indigencia. En este marco y con el objetivo de frenar el proceso hiperinflacionario, el nuevo gobierno asumido por Carlos Menem en 1989, instrumenta una serie de medidas que profundizan las políticas económicas implementadas desde la dictadura militar (Basualdo, E., 2006., Rapoport, M., 2000). A la liberalización comercial y financiera y la apertura económica indiscriminada, se sumó la sanción de la ley de convertibilidad donde se fija la paridad cambiaria que obliga al Banco Central a mantener reservas en proporción no inferior al 80% de la base monetaria. La nueva paridad establecida significó la apreciación de la moneda nacional, estableciendo un conjunto de precios relativos desfavorables al sector agropecuario. Un tipo de cambio sobrevaluado, en un marco de apertura total de los mercados sin control alguno de la producción agropecuaria, resultó ser negativo para el sector, fundamentalmente, para los pequeños y medianos productores. Asimismo, diferentes organismos encargados de llevar acabo el control y la articulación de las diferentes actividades agropecuarias fueron eliminados con la ley Nº 2248 en 1991. Entre los principales órganos excluidos se encuentran la Junta Nacional de Granos y Carnes, el Instituto Nacional de Vitivinicultura, y la Dirección Nacional de Azúcar. La desaparición de estos organismos significó un duro golpe para los pequeños y medianos productores, ya que dejaron de aplicarse cuotas de producción y precios mínimos. Como resultado de estas medidas, entre 1988 y fines de siglo XX desaparecieran 56.330 productores agropecuarios de ganado bovino, todos ellos pequeños y medianos productores. Muchas de sus tierras fueron ocupados por grandes terratenientes y / o capitales externos que continuaron con la producción bovina o transformaron la actividad originaria de esos sectores y se volcaron al sector agrícola. 8 Para mayor detalle sobre las características del período previo a los años noventa véase Basualdo, E., 2006; Azpiazu, D., y Nochteff, N., (1994), entre otros. 9 Transformadas las condiciones estructurales del mercado real y financiero, en un marco de profunda recesión económica y social, asume el gobierno de la Alianza que no hizo otra cosa que profundizar algunas de las medidas económicas aplicadas durante el menemismo. Como resultado de esto, el país sufrió en diciembre de 2001 la peor crisis económico-social de su historia (el país tuvo cinco presidentes en once días). El último de ellos fue Eduardo Duhalde que duró en el cargo un poco más de un año y donde las políticas económicas aplicadas combinaron el abandono de una tasa de cambio fija junto al default de gran parte de la deuda pública. La derogación de la ley de convertibilidad supuso un cambio de precios relativos favorable a los sectores productores de bienes, que en un marco de bajas tasas de interés, permitieron comenzar a desarmar el andamiaje económico introducido por el gobierno de Videla. Con la salida de la convertibilidad se sumó al desarrollo tecnológico un tipo de cambio favorable a la exportación y una sostenida demanda internacional de soja, que transformó a este cultivo en una alternativa altamente atractiva para los sectores concentrados. El bajo precio relativo de las tierras del Chaco semiárido completó la ecuación para empujar el avance de las frontera agraria sobre esta región, lo cual provocó una doble presión sobre su ambiente: el avance de los desmontes para agricultura en las zonas con registros hídricos y suelos más favorables y la ganadería empresarial sobre las zonas aún consideradas marginales para la agricultura (Colina, S., et. al: 107). III. Cuánto producimos de los principales cultivos Para este primer informe hemos tomado los cuatro principales cultivos de la estructura productiva agrícola argentina: maíz, soja, trigo y girasol. Lo que primero podemos observar es como el maíz y la soja concentran el 89% de la producción total, considerando estos cuatros cultivos: 53 millones de toneladas de soja se produjeron en la campaña 2012/13, 33 millones de maíz, 9 millones de trigo y 2 millones de girasol. La importancia de la soja y el maíz es superlativa. Estamos hablando que más del 50% de lo producido está representado por la soja, tal como puede observarse en el cuadro N° 1. 10 Cuadro N° 1: Producción en toneladas, 1990/1991-2013/14 Fuente: SIIA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2015 Un análisis más detallado de lo acontecido durante el período bajo análisis, se encuentra en los cuadros N° 2 y N° 3, en los cuales se puede observar lo sembrado y cosechado durante el período bajo estudio. Notemos, que el momento de mayor crecimiento comienza a la campaña 1996-1997, que es justo la campaña en la cual se comienza a sembrar soja transgénica, lo que provoca un aumento de rindes, pero fundamentalmente, permite avanzar sobre ambientes sobre los cuales anteriormente había sido casi imposible trabajar con este tipo de agricultura, en particular, nos referimos al norte argentino y a las regiones de la pampa húmeda en las cuales habitualmente se ha tendido a hacer ganadería, como lo fue la zona deprimida del salado en la provincia de Buenos Aires. Decimos que permitió avanzar en tanto la resistencia del cultivo a otras condiciones climáticas y edáficas, pero además porque en esos lugares modificó la ecuación económica. El crecimiento, desde aquel año hasta la fecha, ha sido constante. Resulto oportuno aclara en está línea, que los vaivenes de la producción tuvieron que ver con cuestiones climáticas y cambios en los precios internacionales, fundamentalmente. En el 2008/09 alguna relación también existió con el conflicto mantenido entre el gobierno y alguna de las principales entidades agropecuarias por la resolución 125. 11 Cuadro N° 2: Sembrado y cosechado de Soja, 1990/91-2013/14 Fuente: SIIA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2015 Es importante destacar, que la estructura productiva de la soja en el país no es homogénea. Por el contrario, está concentrada en un grupo reducido de agentes productivos. El 6% de los productores son grandes (más de 1.500 toneladas / campaña), representando el 54% del total producido. El 94% restante son pequeños (menos de 1.500 toneladas/campaña), dando cuenta del 46% de la producción restante (Mecon, 2011). Es decir que un poco más de 25 millones de toneladas de soja lo maneja tan sólo el 6% de los productores de soja. 12 Cuadro N° 3: Producción de soja en toneladas, 1990/91-2013/14 Fuente: SIIA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2015 Con la producción de maíz pasa algo similar, con aumentos desde el ´96, con algunos altibajos a principios de los 2000. La razón del estancamiento de la producción entre la campaña del ´99 y la del 2003/4, se debe a la enorme diferencia de rentabilidad entre el maíz y la soja, lo cual incentivó a los productores a inclinarse por esta última. Cuadro N° 4: Sembrado y Cosechado de Maíz Fuente: SIIA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2015 13 Cuadro N° 5: Producción de maíz, 1990/91 2013/14 Fuente: SIIA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2015 En relación de la producción de girasol, el comportamiento fue el opuesto. Importante hasta la campaña del año 1999/2000 y luego pasó a hacer un cultivo menor, llegando a producirse 2 millones de toneladas en la campaña 2013/14. A nivel mundial, Argentina ocupa el 4° lugar como productor de girasol, detrás de Rusia, Ucrania y UE‐27 (USDA). Luego de la caída evidenciada por el área sembrada y la producción de hacia finales de los años ’90 y principios del 2000, ambas variables se mantuvieron relativamente estables en torno a un determinado nivel: en el caso de la superficie sembrada en las 2 millones de hectáreas en tanto que en la producción en las 3,5 millones de toneladas. La estabilidad relativa de los últimos años se explica, en gran medida, por: i) sustitución en el mercado interno por aceites más baratos (soja), especialmente a partir de la crisis económica del 2001; ii) mayores facilidades y menores costos en el cultivo de la soja frente a los problemas técnicos asociados al girasol (Mecon, 2011). 14 Cuadro N° 6: Sembrado y cosechado de Girasol, 1990/91-2013/14 Fuente: SIIA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2015 Cuadro N° 7: Producción de Girasol, 1990/91-2013/14 Fuente: SIIA, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2015 Los datos de los cuatros cultivos más importantes, tomados como ejemplos aquí, muestran claramente la importancia que tienen en el plano productivo y económico. Lo interesante a destacar, es que el crecimiento vertiginoso de la agricultura argentina, la 15 cual llega a casi 100 millones de toneladas en los últimos años, se da a partir de mediados de la década los noventa como consecuencia del incremento exponencial de la soja transgénica. En los cuadros Nº 1 y Nº 2 se puede observar una imagen muy clara sobre el fuerte crecimiento que se dio entre 1988/89 y 2006/7. Mapa N° 1 y 2: Hectáreas sembradas 1988/89 y 2006/07, total cultivos Fuente: Cruzate, G., et al., (2009) Dicha expansión se dio sobre el territorio de la pampa húmeda (dedicado a la cría de ganado) y sobre el norte argentino. El avance fue considerable, fundamentalmente, sobre esta última región, en la cual se da la expansión de la frontera agropecuaria, modificando profundamente el uso del suelo. Un análisis más detallado de la distribución territorial de la soja y del girasol se puede observar en mapas N° 3 y N° 4, en los cuales se nota que la expansión de la soja avanza sobre el territorio que presenta peores condiciones para la agricultura. 16 Mapa N° 3: Distribución territorial de la soja, 2009 Mapa N° 4: Distribución territorial del girasol, 2009 17 IV. Evolución de las exportaciones de los cuatros principales cultivos El análisis de las exportaciones muestra nuevamente la importancia de los cultivos de soja y maíz. Igualmente, notemos como el porcentaje más alto se utiliza en la molienda, muchas veces para luego ser exportado en aceites y otros subproductos, tal como puede observarse en el flujograma Nº 1. Cuadro N° 8: Evolución de la producción, molienda y exportación de soja, maíz, trigo y girasol en Argentina, 2012-2015. Campaña Stock Inicial Producción 2012-2013 2013-2014 2014-2015 1,5 0,8 1,8 8 9,2 13,9 2012-2013 2013-2014 2014-2015 0,26 0,58 0,3 3,1 2 3,2 2012-2013 2013-2014 2014-2015 4,43 5,53 8,73 49,3 53,4 59 2012-2013 2013-2014 2014-2015 0,65 1,8 3,8 32,1 33 30 Molienda Exportación Stock Final Trigo 5,5 3,1 0,5 5,8 1,6 1,5 6 7,2 2 Girasol 2,7 0,08 0,58 2,21 0,07 0,3 2,9 0,07 0,53 Soja 40,3 8,1 5,33 41 9 8,73 46 13,5 8,23 Maíz 1,85 19,4 1,8 2,5 18 3,8 2,7 17 3,3 Fuente: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Abril 2015 El negocio de la molienda tiene dos grandes destinos, o bien va a la fabricación de harinas, o bien el destino puede ser la fabricación de aceites crudos. Por eso resulta importante poder comprender y tener en claro qué es la molienda, para qué sirve y quién la controla. Indudablemente que si se quiere controlar todo el negocio de la exportación de granos, se debería tener presente que es lo que ocurre con la molienda, en tanto que una parte importante, al menos del complejo oleaginoso, pasa por esta actividad, que luego se exporta y a partir de allí se obtienen divisas. 18 Flujograma N° 1: Desagregado del negocio de la soja y el girasol, 2010. 19 V. Quiénes controlan el mercado de exportación de granos y derivados en la Argentina. El control de las exportaciones argentinas se encuentra dominado por un grupo muy pequeño de empresas. Tan sólo 10 empresas controlaban en el 2014 el 70 % de las exportaciones totales, incluyendo granos, subproductos y aceites. Si consideramos las primeras 15, controlaban el 80%, tal como puede observarse en el cuadro Nº 9. Cuadro N° 9: Exportaciones totales 2014, granos, subproductos y aceites. Rubro Total exportaciones nacionales en tn. Total principales 10 exportadores en tn. Total principales 15 exportadores en tn. Participación relativa 10 principales exportadores Participación relativa 15 principales exportadores total Granos Subproductos Aceites 65.625.399 31.349.449 29.312.358 4.963.592 46.134.490 20.318.486 25.409.220 3.968.873 52.086.105 23.547.942 27.074.236 4.420.529 70% 65% 87% 80% 79% 75% 92% 89% Fuente: BCR, 2014. El análisis desagregado de los actores muestra entre los primeros lugares a Cargill, Bunge, A.G.D., Dreyfus, Vicentín, Nidera, entre otros. Sin duda, piezas centrales del entramado local y mundial en la exportación de granos, aceites y subproductos. Hay que notar, que además de la concentración, lo que se observa es que son grupos transnacionales los que dominan los tres grandes rubros de la exportación. El origen del capital, profundiza la dependencia y la debilidad que tiene el país a la hora de garantizar el manejo de los precios internos, fundamentalmente de los alimentos, pero también el financiamiento de la industria, la redistribución del ingreso, la política monetaria, entre otras variables centrales para el desarrollo local. 20 VI. Molinos Río de la Plata TOEPFER A.D.M A.F.A CAGSA AMAGGI Dreyfus Paraguay Y.P.F Cabol 10 11 12 13 14 15 16 17 18 645.739 648.742 736.094 778.557 819.820 826.133 1.268.287 1.278.792 1.758.583 2.547.958 3.224.676 65.625.399 Noble 9 3.539.728 Total A.C.A 8 3.569.880 10.091.877 Oleaginosa Moreno 7 4.068.249 Otros exportadores Nidera 6 4.263.322 638.285 Vicentin 5 4.555.511 Merco Dreyfus 4 5.829.936 20 A.G.D 3 6.488.897 Bunge Paraguay Bunge 2 8.046.333 Total 19 Cargill Infraestructura de la exportación granaria en Argentina 1 Fuente: BCR, 2014 Exportador La producción de granos en Argentina durante la campaña 2010/11 se distribuyó de acuerdo a lo planteado en el flujograma N° 2 21 60.443.101 6.762.225 585.581 0 629.583 736.094 460 819.820 801.133 1.268.287 1.278.792 1.758.583 2.547.958 3.224.676 3.539.728 3.569.880 4.068.249 4.263.322 4.554.448 5.829.936 6.488.897 7.715.449 5.182.298 3.329.652 52.704 645.739 19.159 0 778.097 0 25.000 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1.063 0 0 330.884 31.349.449 6.882.320 244.818 241.338 629.583 155.552 664.611 819.820 470.021 958.687 1.267.992 1.758.583 183.935 1.519.318 3.371.627 677.143 1.675.635 61.822 2.173.073 979.636 2.935.207 3.678.728 Total otros Total Granos orígenes 28.344.796 5.133.956 204.198 0 629.583 155.552 0 819.820 445.021 958.687 1.267.992 1.758.583 183.935 1.519.318 3.371.627 677.143 1.675.635 61.822 2.172.010 979.636 2.935.207 3.395.071 3.004.653 1.748.364 40.620 241.338 0 0 664.611 0 25.000 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1.063 0 0 283.657 Granos Granos otros Nacional orígenes 29.312.358 2.495.456 325.664 325.138 14.990 500.714 85.118 0 286.771 232.900 0 0 2.085.018 1.439.580 137.101 2.400.941 1.990.589 3.567.985 2.227.802 4.356.619 3.113.172 3.726.800 Subprod. 27.681.793 1.349.448 313.580 0 0 500.714 0 0 286.771 232.900 0 0 2.085.018 1.439.580 137.101 2.400.941 1.990.589 3.567.985 2.227.802 4.356.619 3.113.172 3.679.573 Subprod. nacional 1.630.565 1.146.008 12.084 325.138 14.990 0 85.118 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 47.227 Subprod. otros origenes 4.963.592 714.101 67.803 79.263 4.169 79.828 28.828 0 69.341 76.700 10.800 0 279.005 265.778 31.000 491.796 402.025 633.515 154.636 493.681 440.518 640.805 Aceites 4.416.512 278.821 67.803 0 0 79.828 460 0 69.341 76.700 10.800 0 279.005 265.778 31.000 491.796 402.025 633.515 154.636 493.681 440.518 640.805 Acietes nacional derivados. Ranking Total Nacional 547.080 435.280 0 79.263 4.169 0 28.368 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 Aceites otros orígenes Cuadro N° 10: Empresas que controlan el mercado de exportación de granos y Flujograma N° 2: desagregado general de la producción granaria argentina, campaña 2010-2011. Fuente: BCR, 2010 De la producción total de granos, 10 millones de toneladas se consumen en chacras o quedan en stock. Los 88 millones restantes se transportan a los puertos para la exportación o a las Industria para su procesamiento, de acuerdo a lo observado en el cuadro N° 11. Cuadro N° 11: Transporte en el cual se trasladan los granos, campaña 2010/2011 Transporte Ton. Granos Transportadas % Distancia media U$S / Tm / Km Valor fletes Camión 84,1% 74 330 0,08 2,002 FF.CC 14,8% 13 450 0,04 222 1,1% 1 650 0,02 13 100,0% 88 351 0,07 2.200,0 Baracaza Total Fuente: BCR, 2010 De los 88 millones, se exportan 77 millones de toneladas en concepto de granos, aceites y subproductos. Entre los principales puertos tenemos: 22 Mapa N° 5: Exportaciones de granos por puertos Fuente: BCR, 2010 Mapa N° 6: Exportación de subproductos por puerto 23 Fuente: BCR, 2010 Mapa N° 7: Exportación de aceites por puerto Fuente: BCR, 2010 En materia de granos los puertos se reparten entre el Gran Rosario y la provincia de Buenos Aires, sin embargo, en lo que hace a la exportación de subproductos y aceites, el 24 Gran Rosario domina ampliamente por sobre los puertos bonaerenses, tal como se puede observar en los mapa N°5, N° 6 y N° 7. Cuadro Nº 12: Capacidad teórica de molienda de semillas oleaginosas por planta. Segundo semestre 2013. En Tn /día. Empres a s Loca l i da d Provi nci a Di c. 2013 Subtotal Pa rt. Termi na l 6 S.A Pto Sa n Ma rtín Sa nta Fe 20.000 Mol i nos Río (ex Pecom-Agra SA) Sa n Lorenzo Sa nta Fe 20.000 Vi centín SAIC Pto. Sa n Lorenzo Sa nta Fe 16.000 Ca rgi l l SACI Va . Gob. Gá l vez Sa nta Fe 13.000 Loui s Dreyfus SACEIF Gra l . La gos Sa nta Fe 12.000 Ca rgi l l SACI Pto. Sa n Ma rtín Sa nta Fe 9.000 Bunge Arg. S.A (ex La Pl a ta) Pto. Sa n Ma rtín Sa nta Fe 8.000 Loui s Dreyfus SACEIF Ti mbúes Sa nta Fe 8.000 Vi centín SAIC Ri ca rdone Sa nta Fe 5.000 Acei tera Cha bá s S.A (gra l Deheza ) Cha bá s Sa nta Fe 4.000 Buya tti SAICA (a fa con Ca rgi l l ) Pto. Sa n Ma rtín Sa nta Fe 3.350 Ni dera S.A Pto. Sa n Ma rtín Sa nta Fe 6.500 Bunge Arg. S.A (ex Bunge ceva l ) Sa n Jeróni mo Sur Sa nta Fe 2.200 Mol i nos Río (Fa b. Acei tes s ta Cl a ra SAIC) Ros a ri o Sa nta Fe 1.500 AFA Los Ca rdos Sa nta Fe 600 Ta noni Hnos . SA Bomba l Sa nta Fe 500 Acei tera Ri ceda l Cha bá s Sa nta Fe 350 Nobl e Argentina SA Ti mbúes Sa nta Fe 9.500 Ol ea gi nos a Sa n Lorenzo SA Pto Sa n Ma rtín Sa nta Fe 10.000 Renova (Ol ea gi nos a Moreno-Vi centín) Ti mbúes Sa nta Fe 20.000 Subgrupo Zona de Infl uenci a de Ros a ri o (a ctua l ) Buya tti SAICA (a fa con Ca rgi l l ) Reconqui s ta Sa nta Fe 1.456 Ol eos Sa ntafes i nos SA Sa nto Tomé Sa nta Fe 200 Fco. Hes s el e hi jos SRL Es pera nza Sa nta Fe 100 Provi nci a de Sa nta Fe (s i n i na ctiva s y proyectos ) Acei tera Gra l . Deheza SAICA Gra l . Deheza Córdoba 17.000 Bunge Arg. SA Ta nca cha Córdoba 1.000 Ol ea g. Gra l Ca brera OLCA SA Gra l . Ca brera Córdoba 270 Ol eos del centro SA (ex ACA) Río Tercero Córdoba 350 Bi o-Com SA Pi l a r Córdoba 130 Na t Nueva Acei tera Ti ci no Ti ci no Córdoba 200 169.500 78% 171.256 79% Fuente: BCR, 2014 25 Cuadro Nº 12 (cont.): Capacidad teórica de molienda de semillas oleaginosas por planta. Segundo semestre 2013. En Tn /día. Provi nci a de Córdoba Bunge Arg. S.A Ra ma l l o Buenos Ai res 3.000 Ni dera S.A Sa forca da Buenos Ai res 4.500 Ol ea gi nos a Moreno Hnos . S.A Gra l . Vi l l ega s Buenos Ai res 2.000 Ca rgi l l SACI Ing. Whi te Buenos Ai res 2.200 Ol ea gi nos a Moreno Hnos . S.A Da i rea ux Buenos Ai res 1.800 Ca rgi l l SACI Necochea Buenos Ai res 2.000 Ol ea gi nos a Moreno Hnos . S.A Necochea Buenos Ai res 1.350 Mol i no Ca ñuel a s SACIFIA Ca ñuel a s Buenos Ai res 1.200 Productos de Ma íz S.A (Ex IMASA) Cha ca buco Buenos Ai res 150 Kruguer S.A (des de 11/98) Ma nuel Oca mpo Buenos Ai res 750 Gen-Si r Oi l S.A (Si ra cus a ) (Ex Gerl i ) Ba hía Bl a nca Buenos Ai res 500 Germa íz S.A Ba ra dero Buenos Ai res 300 S.E.D.A S.A Leza ma Buenos Ai res 300 Arcor SAIC (des de 1/93) Sa n Pedro Buenos Ai res 100 Supra S.R.L La nús Buenos Ai res 75 Ol ea gi nos a de Hua nguel én S.A Bol íva r Buenos Ai res 300 Si ete Sol es S.A Sa l to Buenos Ai res 50 Mol i no Nva rro S.R.L (ex FACA) Vi l l a Ma dero CABA Gren La ke SA Luca s Gonzá l ez Entre Ríos 250 Acei tera del Li tora l SA Pa ra ná Entre Ríos 600 Entre Ríos Crus i n SA Gua l egua ychú Entre Ríos 1.000 Gente de l a Pa mpa SA Ca tri l ó La Pa mpa 300 Coop Agr. Ltda de Pi ca da Li bertad L.N. Al em Mi s i ones 140 CIDA Cía Ind. De a cei tes SCA Nogoyá Entre Ríos 120 Cía Acei tera del Ta rtaga l S.R.L Ta rtaga l Sa l ta Vi l uco SA (Grupo Lucci ) Fría s Sgo. Es tero Total Na ci ona l con pl a ntas a ctiva s Fuente: BCR, 2014 9% 21.275 10% 5.450 3% 700 Provi nci a de Buenos Ai res (s i n i na ctiva s ) Otra s provi nci a s (s i n i na ctiva s ) 18.950 40 3.000 216.931 100% Una mirada que abarque la región permite poner en perspectiva la importancia Argentina en el mercado de las oleaginosas y como ha sido su evolución en los últimos años (Cuadro N° 13). 26 Cuadro N° 13: Capacidad teórica de molienda de semillas oleaginosas de cada país (plantas activas) País 2º smestre del 2003 2º semestre del 2013 Incremento en Tn / día entre 2003 y 2013 Incremento en % (2003 vs 2013) Complejo Industrial Oleaginosas Argentina 97.546 216.931 119.385 122% Complejo Industrial Oleaginosas Brasil 128.835 138.055 9.220 7% Complejo Industrial Oleaginosas Paraguay 6.200 16.100 9.900 160% Complejo Industrial Oleaginosas Bolivia 6.203 9.310 3.107 50% Complejo Industrial Oleaginosas Uruguay 600 690 90 15% 239.384 381.086 141.702 59% Total complejos industriales oleaginosos del Mercosur ampliado Fuente: BCR, 2014. Con el objetivo de identificar las empresas que comercializan los principales productos de exportación y su poder de logística y grado de concentración, presentamos a continuación un ranking sobre la participación que cada firma tiene por embarques de granos, en el periodo seleccionado. Así, en 2002 cinco firmas representaban el 70% del total de embarques, mientras que en 2012, esta cifra desciende a 55%. Cargill, ADM y Bunge encabezan el ranking, siendo tres firmas que poseen fábricas aceiteras en las zonas portuarias en las que operan (Burgos, M., et. al., 2014). Cuadro N° 14: Ranking de embarques de granos por firma en % sobre el total Empresa Año 2002 2005 2007 2008 2010 2012 Cargill SACI 22,55 21,82 19,93 16,818 19,411 14,637 ADM. Argentina SA 10,04 10,03 13,9 12,107 12,471 11,245 Bunge Argentina SA 10,56 16,09 13,42 13,488 13,72 9,4932 Alfred C Toepfer Intl SA 17,49 12,97 8,68 10,595 11,567 9,9263 9,48 11,62 9,45 11,107 11,424 10,183 70,12 72,53 65,38 64,115 68,593 55,4845 SACEIF Louis Dreyfus Total Fuente: Brugos, M., Mattos, E., Medina, A., 2014 Cuando la mirada se dirige hacia los embarques de subproductos, lo que se observa es que la situación no cambia demasiado respecto a los embarques de granos. En el año 2002 solo cinco empresas controlaban el 75% de la comercialización de los subproductos mientras que en el año 2012 la concentración alcanzó el 67%, reduciéndose ocho puntos porcentuales. En este caso, Cargill y Bunge lideraron el segmento de subproductos, ubicándose en tercer lugar Aceitera General Deheza (Burgos, M., et. al., 2014). 27 Cuadro N° 15: Ranking de embarques de subproductos por firma en % sobre el total Empresa Año 2002 2005 2007 2008 2010 2012 Cargill SACI 18,71 18,17 22,03 22,37 19,67 19,29 Bunge Argentina SA 17,45 18,75 14,42 16,27 15,3 13,07 Aceitera Gral. Deheza 15,86 17,38 14,36 15,29 14,55 14,4 13,1 11,33 12,41 13,35 11,52 10,94 10,14 13,23 12,53 9,6 10,96 9,67 Total 75,26 78,86 Fuente: Brugos, M., Mattos, E., Medina, A., 2014 75,75 76,88 72 67,37 SACEIF Louis Dreyfus Vincentín SAIC En aceites se repite la situación. Cinco firmas concentran más del 70 % de los embarques, tal como puede observarse en el cuadro N° 16. Cuadro N° 16: Ranking de embarques de aceites por firma en % sobre el total Empresa Año 2002 2005 2007 2008 2010 2012 Cargill SACI 21,69 20,01 23,18 24,54 25,25 20,87 Bunge Argentina SA 13,66 16,39 14,71 13,38 15,41 15,48 Aceitera Gral. Deheza 11,81 13,41 11,69 12,4 11,74 11,89 SACEIF Louis Dreyfus 12,94 10,74 12,11 12,57 11,44 5,94 10,4 13,25 11,1 8,62 6,89 7,02 Total 70,5 73,8 Fuente: Brugos, M., Mattos, E., Medina, A., 2014 72,79 71,51 70,73 61,2 Vincentín SAIC Es importante notar, cuando se analiza la ubicación geográfica de los puertos, la importancia del Gran Rosario sobre el resto de los puertos del país (cuadro N° 17). Toda la cuenca del Paraná es central en la exportación de granos. Esta es la razón por la cual la gran mayoría de las aceiteras y empresas exportadoras se ubican en esta región, tal como puede observarse en el mapa N° 8. Notemos, que el 90% de los embarques de subproductos parten del Gran Rosario, situación que se profundiza al 2014. En contraposición, los puertos bonaerenses sólo representan entre el 7% y 5% de los embarques. Un cifra menor si consideramos la importancia de la provincia de Buenos Aires en la producción agrícola argentina. Una de las razones más importantes se encuentra en las condiciones naturales que presenta la cuenta del Paraná para poder entrar y sacar la carga con barcos de gran calado, cuestión que en los puertos bonaerenses suele no cumplirse. 28 Cuadro N° 17: Total de embarques subproductos por puerto, 2012-2014 Nodo portuario Total Embarque Repùblica Argentina Embarques Gran Rosario Subproductos Subproductos Subproductos Año 2012 Año 2013 Año 2014 Variación 2013 vs 2014 26.418.880 25.998.895 29.312.358 3.313.463 3.101.250 23.788.526 24.694.129 27.795.379 Embarques Bahía Blanca (1) 930.324 764.180 772.441 Embarques Necochea (2) 448.934 99.936 0 -99.936 Embarques Ramallo (3) 378.891 333.281 715.732 382.451 8.261 Embarques puertos de la provincia de Buenos Aires (1) + (2) + (3) 1.758.149 1.197.397 1.488.173 290.776 % Gran Rosario / Argentina 90% 95% 95% 94% % Puertos Bonaerenses / Argentina 7% 5% 5% 9% Fuente: BCR, 2014 Cabe señalar, que el sector industrial tiene, al igual que el primario, un elevadísimo nivel de concentración: el 11% de las empresas con capacidad de procesamiento de granos de más de 20 mil tn. / día explican el 51 % de la molienda. En el otro extremo, el 61% de las empresas con capacidad para procesar hasta mil toneladas día, representan el 4% de la molienda (Mecon, 2011). 29 Mapa N° 8: Aceiteras y puertos de las principales empresas exportadoras. 30 Mapa: N° 9: Distribución geográfica de puertos. 31 Cuadro N° 18: Principales indicadores, valores 2010. Fuente: Mecon, 2011. 32 VII. Comentarios finales El sector granario argentino y sus derivados son de una importancia superlativa para la Argentina. El aporte de alimentos en el plano nacional e internacional genera una enorme cantidad de divisas. De esta manera, la Argentina se ha convertido en los últimos años en uno de los principales abastecedores de alimentos para el mundo. Está ubicado entre los tres principales proveedores de cereales y oleaginosas. Es el primer exportador mundial de harina y aceite de soja. Es el segundo exportador mundial de aceites y harina de girasol. Argentina es el tercer exportador mundial de poroto de soja. (1º USA y 2º Brasil), el segundo exportador mundial de Maíz (muy por debajo de Estados Unidos). Quinto (5º) exportador mundial de trigo. Es el cuarto productor mundial de biodiesel y principal exportador mundial. Es el octavo (8º) productor mundial de alimentos según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Séptimo exportador (7º) de alimentos según la Organización Mundial de Comercio (OMC). La mayor parte de estos alimentos se cultivan, producen o industrializan en el ámbito geográfico de la región centro, integrada por las provincias de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe (BCR, 2010). Todas las divisas aportadas por el sector conforman un núcleo central para el desarrollo del país, tal como fue señalado brevemente en las primeras páginas de este informe. Ahora bien, en tanto que esto es así, resulta central quién controla dichas divisas. En la actual etapa histórica, y luego del proceso de desguace del Estado argentino, resulta primordial volver a retomar el control de dichas divisas, en tanto representan la posibilidad o no de inflación, la de distribuir ingresos, la posibilidad o no de tener política industrial, entre otras aristas importantes. En el actual contexto, sólo un pequeño grupo de actores privados extranjeros, son los que tiene para sí el control de las variables antes señaladas. Así, el poder que detentan es muy grande, ya que pueden vetar directamente proyectos económicos - políticos que no les favorezcan. Son estas las razones por las cuales entendemos que es necesario avanzar en la nacionalización del comercio exterior de granos y derivados. Para ello, dadas las transformaciones del negocio, entre otras cuestiones por avances tecnológicos, es necesario poder comprender la forma de funcionamiento de la cadena de valor de los granos y derivados y cuál es el poder que tienen los actuales actores. Es importante 33 visualizar claramente el accionar de estos grupos para poder saber hasta dónde el Estado argentino puede avanzar en forma individual o bien necesita asociarse con otros actores para poder lograr el control total o parcial de las divisas provenientes del sector granario y de sus derivados en Argentina. 34 VIII. Bibliografía - Anlló, G., Bisang, R. y Campi, M., (2008), “Una revolución (no tan) silenciosa. Claves para repensar el agro en Argentina.”, Desarrollo Económico, N° 189-190, Vol. 48, julio – septiembre, Buenos Aires, IDES. - Arbolave, M., (2005), “La renta de la tierra”, Márgenes agropecuarios, Buenos Aires. - Arceo, E. (2005), “El impacto de la globalización en la periferia y las nuevas y viejas formas de la dependencia en América Latina, Cuadernos del Cendes N° 60, septiembre – diciembre, Venezuela. - Arceo, E. (2003), Argentina en la periferia próspera. 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