Directrices del Ministerio de la Liturgia Arquidiócesis de Milwaukee

Anuncio
Directrices del Ministerio de la Liturgia
Arquidiócesis de Milwaukee, Wisconsin
1
Directrices del Ministerio de Liturgia
para la Arquidiócesis de Milwaukee
Indice de contenidos
I. El Ministerio de los Monaguillos o Acólitos
Páginas 1 – 3
II. Los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión
Páginas 4 – 6
III. El Ministerio de la Hospitalidad
Páginas 7 – 9
IV. Los Ministros de la Música Litúrgica
Páginas 10 – 12
V. El Ministerio del Lector
Páginas 13 - 15
Las Directrices del Ministerio de Liturgia para la Arquidiócesis de Milwaukee
han sido publicadas por la Oficina de la Oración, el Culto y la Evangelización
bajo la consulta de la Comisión Litúrgica Arquidiocesana de la Arquidiócesis de
Milwaukee
2
EL MINISTERIO DEL ACOLITO
DIRECTRICES
LA FUNCION DEL ACOLITO EN LA MISA (SIN DIACONO)
“En ausencia de un acólito instituido, los seglares pueden ser conferidos para
servir en el altar y asistir al sacerdote y al diácono; pueden llevar la cruz, las
velas, el incensario, las hostias, el vino, y el agua….” (Instrucción General del
Misal Romano # 100 ).
ANTES DE LA MISA
Los Acólitos deben estar presentes y revestidos por lo menos 15 minutos antes de
que la Misa empiece. Tienen que asegurar que:
 Las velas estén prendidas.
 Las hostias (incluyendo la grande) y el vino estén en la mesa de las
ofrendas.
 Los cálices, las patenas, el corporal, los purificadores, la vinagrera con
agua, el recipiente con el agua para el lavado de las manos y la toalla estén
en la mesita de las ofrendas.
 El Sacramentario debe estar apropiadamente señalado con los listones en
su lugar.
 El orden de los himnos y/o himnos deben estar disponibles.
 La llave del tabernáculo debe estar en el lugar que le corresponde.
 El incensario debe estar listo (se debe tener suficiente carbón listo e
incienso) en caso que se deba usar.
 El hisopo y recipiente con agua deben de estar preparados si se usa el rito
de aspersión.
Tenga por conocimiento de que todas estas funciones pueden ser llevadas a cabo a la vez,
por el sacristán.
RITOS INTRODUCTORIOS
Durante la entrada de la procesión los Acólitos pueden llevar la cruz, las velas el
incensario y el incienso. Si se usa el incensario, el acólito del incensario y del
incienso (a la vez conocido como el turiferario) hace punta en la entrada de la
procesión. El turiferario es seguido por quien lleva la cruz que puede ser
escoltado por los que llevan las velas encendidas. Al llegar al altar, se colocan las
velas y la cruz alta en sus respectivos lugares. Los ministros que no llevan nada
hacen una reverencia profunda al altar o, si se encuentra el tabernáculo en el
santuario, hacen una genuflexión. (IGMR #120,122, 188)
3
Si el sacerdote decide incensar el altar y la cruz, el acólito le ayuda en la
preparación del incensario después de que el sacerdote de ósculo al altar. (IGMR
#123)
Los Acólitos toman su lugar asignado. (IGMR # 188)
Tan pronto como el sacerdote tome su lugar en su silla un Acólito debe estar listo
para acercársele con el Sacramentario. El Acólito sostiene el libro mientras que se
mantiene de pie y un poco de lado del sacerdote. (IGMR #189).
Si se usa el Rito de La Aspersión del agua, el Acólito debe estar listo para ayudar
al sacerdote en lo que se necesite.
Si se usa incienso en la Liturgia el acólito tiene la responsabilidad de mantener
los carbones encendidos en el incensario.
LA LITURGIA DE LA PALABRA
Los Acólitos escuchan atentamente la proclamación de la Palabra de Dios y se
unen cantando el responsorio de los salmos.
Si se usa el incienso a la hora del Evangelio, el Acólito del incensario y del
incienso se acerca al sacerdote en cuanto inicie la aclamación del Evangelio. El
sacerdote pone incienso en el incensario. Si el Libro de los Evangelios está sobre
el altar, el sacerdote va en procesión con el libro desde el altar hasta el ambón. El
turiferario puede acompañarle hasta el ambón y permanecer a su lado. Después
de que el sacerdote diga Lectura del Santo Evangelio….y se santigüe, el Acólito le
pasa al sacerdote el incensario, quien en seguida inciensa el Libro del Evangelio.
(Vea IGMR #133,134)
Dos Acólitos con sus velas encendidas también pueden ser parte de la procesión
acompañando a quien lleva el Libro de los Evangelios del altar al ambón. En este
caso, los Acólitos llevando las velas acompañan al turiferario y se colocan a
ambos lados del ambón viéndose de cara. (Vea IGMR #133)
Después de la proclamación del Evangelio los Acólitos de las velas y del
incensario regresan a sus respectivos lugares.
LITURGIA DE LA EUCARISTIA
Preparación de las Ofrendas.
Los Acólitos colocan el corporal, los purificadores, el cáliz, y el Sacramentario
sobre el altar. (Vea IGMR #139,190). Si es necesario ayudan al sacerdote a recibir
4
las ofrendas del pueblo. También pueden traer las hostias y el vino al altar y
entregárselas al sacerdote. (Vea IGMR #140,190)
Si se usa incienso, el Acólito trae el incensario e incienso al sacerdote. Después de
que el sacerdote inciensa las ofrendas, la cruz, y el altar, el Acólito inciensa al
sacerdote y a la asamblea. El Acólito inciensa tres veces al sacerdote, al centro a
la derecha, y a la izquierda, y prosigue a incensar a la asamblea tres veces al
centro, tres veces a la derecha y tres veces a la izquierda. Antes y después de
incensar se hace una reverencia profunda a la persona u objeto que son
incensados con excepción de las ofrendas y del altar donde se está celebrando.
(Vea IGMR #144,190,277, Ceremonial de los Obispos)
Los Acólitos traen el agua, tazón y toalla para que el sacerdote pueda lavarse las
manos. (IGMR #145)
Los Acólitos están atentos a la Oración Eucarística por medio de su postura y
cantos de las aclamaciones Eucarísticas.
Comunión
Durante el Cordero de Dios los Acólitos traen platillos extras, cálices, y
purificadores al altar. (Vea las Normas para la distribución de la Sagrada Comunión
bajo las dos Especies en las Diócesis de los Estados Unidos de América # 37). Los
Acólitos reciben la Sagrada Comunión después de que el sacerdote la haya
recibido. (Normas #39)
Los Acólitos no deben distribuir la Sagrada Comunión a no ser que se le haya
otorgado esta facultad por el Obispo, tampoco pueden llevar o mover las
Sagradas Especies. (Vea IGMR # 162)
Después de la Comunión los Acólitos remueven del altar los vasos que ya estén
purificados (vea IGMR #163), los purificadores, el corporal y el Sacramentario.
Si los vasos son purificados en el altar, el Acólito trae agua al sacerdote. (Vea
IGMR # 163) El Acólito sostiene el Sacramentario enfrente de la silla del
sacerdote para hacer la Oración de después de la Comunión. (IGMR #189)
Ritos Finales
Si se usan bendiciones más solemnes u oraciones para la asamblea, el Acólito
continua sosteniendo el Sacramentario enfrente de la silla del sacerdote (IGMR #
189)
5
Después de la despedida, los Acólitos (con el incensario, la cruz y las velas si es
que se usan) se unen frente al altar con el sacerdote. Y si no están llevando algo,
hacen una reverencia profunda al altar juntamente con el sacerdote, pero si el
tabernáculo está en el santuario, hacen una genuflexión. (IGMR #169)
Al salir toman el mismo orden en que entraron.
Nota: Si hay únicamente dos Acólitos, se comparten entre los dos las funciones más
importantes descritas anteriormente.
DESPUES DE LA MISA
Después de la Misa, los Acólitos apagan las velas, y los carbones y los tiran en
recipientes apropiados, ayudan en la limpieza que sea necesaria, y cuelgan
cuidadosamente sus vestimentas.
REFLEXIONES ADICIONALES PARA LOS ACOLITOS
El ministerio del Acólito “por su naturaleza apoya o ayuda a otros ministerios…
Asistir a otra persona es un acto de nobleza.”(G. Thomas Ryan)
Los Acólitos que son excelentes son suficientemente conocedores del orden y
movimiento de la Liturgia para darse cuenta de cuales son las necesidades del
sacerdote o de otros ministros. A ellos no se les tiene que estar diciendo que es lo
que tienen que hacer para ejercer sus funciones.
Los Acólitos atentos son aquellos que siempre están alerta para resolver cosas
que resulten inesperadamente durante la Misa (por ej. Se olvidó el
Sacramentario, se apagó una vela, se tiró la gaveta del incienso, etc.,). Un Acólito
bien entrenado y con experiencia aprende a resolver incidentes con calma y
cuidadosamente.
Los Acólitos deben moverse de una manera deliberada y decorosa. Los
movimientos atropellados y ademanes distraen la atención de la acción central
del sacerdote o de otros ministros. Los Acólitos llevan y presentan con dignidad
objetos para el uso litúrgico tales como el Sacramentario, la cruz alta, o el
incensario; usualmente esto significa que deben llevar y sostener estos objetos
con las dos manos.
Para poder participar en la Misa plenamente y modelar un espíritu de oración
para los demás en la asamblea, es deseable que los Acólitos conozcan de
memoria las oraciones de la Misa tales como el Yo Pecador, el Gloria, La
Profesión de Fe, el Orate Frates, la Oración del Padre Nuestro, “Señor yo no soy
digno”. Los Acólitos también deben hacer con reverencia todos los gestos o
6
ademanes que se usen en la Misa (por ej. La señal de la Cruz, el canto triple antes
del Evangelio, y la inclinación profunda o reverencia).
La apariencia del cuidado personal es también algo muy importante para un
Acólito. Su cabello debe estar seco, limpio y peinado. Idealmente, debe vestir su
mejor ropa y zapatos de domingo, además de llevar las manos limpias y las uñas
recortadas.
MINISTROS EXTRAORDINARIOS PARA LA SAGRADA COMUNION
DIRECTRICES
Cuando comemos de este pan y bebemos de este vino, proclamamos tu muerte,
Señor Jesús, hasta tu venida gloriosa. Felices son todos los que han sido llamados
a participar de este banquete.
DATOS HISTORICOS
En el año 1963 los padres del Concilio Vaticano II autorizaron la extensión sobre
la facultad para la Sagrada Comunión bajo las dos especies en el decreto sobre la
Liturgia (#55). En 1973, los obispos diocesanos en los Estados Unidos fueron
autorizados para que comisionaran a los seglares católicos hombres y mujeres
para distribuir la Comunión durante la Misa y para llevar la Comunión a los
enfermos o moribundos. En el año 1984, el Vaticano aprobó una resolución
autorizando a la Conferencia Católica Nacional de los Obispos en los Estados
Unidos permitiéndole distribuir la Sagrada Comunión bajo las dos especies en la
Misa de todos los domingos y días festivos. “La Sagrada Comunión tiene una
forma plena como un signo cuando es distribuida bajo las dos especies. Porque
en esta forma el signo del banquete Eucarístico se hace más claramente
evidente”. (Instrucción General del Misal Romano, IGMR 281). Al regresar a la
práctica antigua de recibir la comunión del cáliz y a la vez al aumentar la escasez
de ministros ordenados da por consecuencia la necesidad para aumentar los
ministros para la distribución de la comunión. Los obispos, sacerdotes y
diáconos, por virtud de su ordenación son ministros ordinarios de la comunión.
Los seglares, hombres y mujeres que son entrenados y comisionados para
distribuir el Cuerpo y Sangre de Misa son nombrados “Ministros Extraordinarios
para la Comunión”.
PRINCIPIOS GENERALES
En la Arquidiócesis de Milwaukee el Arzobispo Dolan ha determinado que todos
los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión deben ser reconocidos e
iniciados como miembros de la Iglesia; esto es, deben haber recibido los
sacramentos del bautismo, confirmación y sagrada comunión.
7
Vestimenta: Los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión deben vestir
de tal manera que exprese la dignidad e importancia de lo que ellos han sido
llamados a servir. Nuestra vestimenta revela nuestro entendimiento y respeto
para Cristo presente en la Eucaristía y en la asamblea. Nada de lo que el ministro
haga y use deberá distraer o quitar la atención de la oración comunitaria.
Los Ministros Extraordinarios de la Comunión deben llegar por lo menos diez o
quince minutos antes de que empiece la Misa para que sepan cual es el lugar que
se les ha asignado y para determinar si se necesita hacer algún reajuste en el
formato usual para la distribución. La llegada temprano permite a los ministros
un tiempo para reflexión personal antes de que empiece la Misa y ayuda a la
persona encargada de los ministros de la liturgia a encontrar más ministros si es
necesario.
MINISTROS DE LA EUCARISTÍA DURANTE LA MISA
En el año 2002 los Obispos de los Estados Unidos pusieron en efecto las normas
para la distribución y recepción de la Sagrada Comunión bajo las dos especies en
las diócesis de los Estados Unidos de América. Este documento en combinación
con las Instrucciones Generales del Misal Romano, ofrece una visión con los
detalles específicos y necesarios para la distribución de la comunión de manera
apropiada y reverente.
Cuando los Ministros extraordinarios de la Comunión se necesitan, se acercan al
altar mientras el sacerdote toma la Comunión. Después de que el sacerdote ha
tomado la Comunión, se la distribuye a los Ministros Extraordinarios, ayudado
por el diácono, si está presente (Normas #38). Ni los diáconos, ni los ministros
seglares pueden recibir la Sagrada Comunión en la manera que lo hacen los
sacerdotes concelebrantes (Normas #39) o sea, no pueden tomar la hostia ni el
vino por sí mismos, ni pasar los vasos sagrados que contienen la Sangre y el
Cuerpo de Cristo de una persona a otra, ni pueden recibir la comunión al mismo
tiempo que el sacerdote la recibe. Después de que todos los Ministros
Extraordinarios hayan recibido la Comunión, el sacerdote celebrante les entrega
el Cuerpo y la Sangre de Cristo en los vasos sagrados a los Ministros
Extraordinarios. El diácono puede ayudar al sacerdote en este proceso. (Normas
#40).
Cuando se necesita un gran número de Ministros Extraordinarios el sacerdote
puede distribuir el Cuerpo y la Sangre a uno o dos ministros quienes pueden
asistirle en distribuírselos al resto de los Ministros Extraordinarios. Después de
que todos los ministros hayan recibido la Comunión, el sacerdote celebrante
regresa al altar para entregarle al resto de los ministros los vasos sagrados
conteniendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo para su distribución a la asamblea.
8
La práctica de esperar para recibir la comunión de parte de los Ministros
Extraordinarios de la Sagrada Comunión hasta después de que se haga la
distribución a la asamblea no está de acuerdo con las leyes litúrgicas (Normas
#39).
La fórmula que se pronuncia para distribuir la Sagrada Comunión es simple “el
Cuerpo de Cristo” o “la Sangre de Cristo” no se debe añadir u omitir palabras a
este texto. Esta fórmula se puede ampliar de la siguiente manera: “este es el
Cuerpo y la Sangre de Cristo”, por ejemplo, la cual sintetiza el enfoque del texto
sobre la presencia de Cristo en los elementos consagrados. Por lo tanto,
disminuye la presencia simbólica de Cristo en el ministro, en quien lo recibe, y en
el resto de la asamblea. No es recomendable que el ministro de la Comunión se
dirija a la persona diciendo su nombre (aunque puede haber una excepción si el
ministro conoce a todos por nombre en una asamblea pequeña) de lo contrario si
el ministro se dirige a algunos por nombre y a otros no, esto puede ser un signo
de desunión en el mismo momento que estamos supuestos a estar muy unidos
los unos con los otros. La brevedad en la repetición de esta fórmula en una
asamblea grande requiere un cierto nivel de destreza y disciplina espiritual para
todos los Ministros de la Comunión.
El Ministro de la Comunión debe sostener la hostia o el cáliz a un nivel tal que
pueda hacer contacto directo con sus ojos con la persona que recibe la comunión
de una manera natural. Teniendo este tipo de comunicación directa añade una
dimensión especial a quien recibe la comunión. La persona que va a comulgar
tiene siempre la opción de recibir el Cuerpo y Sangre de Cristo ya sea en la mano
o en la lengua.
Ya que se toma mucha tiempo para recibir la Comunión de la Copa, nuestra
experiencia nos ha dicho que es necesario tener dos ministro para la copa por
cada ministro que distribuye el Cuerpo de Cristo para permitir que la procesión
para recibir la comunión fluya de manera más ordenada. Después de que el
comulgante ha recibido la Comunión, el ministro de la copa cuidadosamente
limpia el borde de la copa con un purificador y le da la vuelta suavemente al
cáliz. Este es un acto tanto de reverencia como de higiene. (Normas #45).
Si sobra vino consagrado después de que termine la distribución de la comunión,
los ministros extraordinarios pueden consumir lo que haya sobrado en su propia
copa. (Normas #52) Esto pueden hacerlo en su lugar de distribución o junto al
altar. El vino consagrado debe consumirse en una manera reverente; no debe
consumirse mientras se esté caminando. La Sangre preciosa jamás debe tirarse en
el piso o vertirse en el sagrario. (Normas #55)
9
Los vasos sagrados vacíos que se usaron para la distribución pueden ponerse a
un lado en la mesa de las ofrendas. Los Ministros Extraordinarios pueden ayudar
con la purificación de estos vasos. (Decreto de marzo 28, 2002). Los elementos
consagrados no deben dejarse sobre la mesa hasta que la misa termine.
La arquitectura y diseño de cada espacio litúrgico afecta las costumbres de las
parroquias individualmente. Se necesita un entrenamiento continuo con atención
cuidadosa sobre todos los detalles en este ministerio. Sin embargo, los obispos
nos recuerdan que la formación litúrgica es sobre todo espiritual... “una liturgia
buena es el producto no tan solo de un buen conocimiento sobre rúbrica sino más
bien de un entrenamiento bueno espiritual” (Introducción del Ordinario de la
Misa).
CONSIDERACIONES ESPECIALES
Todos los Ministros de la Comunión deben estar atentos a la presencia de las
personas en la asamblea que tengan necesidades especiales. Los sordos, los
ciegos, puede ser que requieran ayudantes para que se adapten de acuerdo a sus
necesidades. Otras personas incapacitadas puede ser que no puedan venir al
frente a tomar la comunión de manera que los ministros necesitan ir a donde
éstos se encuentren. Ciertas personas en la asamblea puede ser que sufran de la
enfermedad celíaca, la cual es una enfermedad en la que la persona no puede
digerir ciertos alimentos que contienen glucosa, la cual es uno de los ingredientes
principales en la harina de trigo. Las personas con este tipo de enfermedades
puede ser que opten por recibir solamente la Sangre de Cristo, o recibir una
hostia especial que tenga baja cantidad de harina.
No se permite que los comulgantes tomen la hostia y la sumerjan en el cáliz.
(Solamente los ministros de la comunión pueden remojar la hostia en el cáliz
para enseguida colocarla en la lengua del comulgante). Sin embargo, si un
comulgante mete la hostia en el cáliz, el ministro de la copa se adaptará a ello. No
es un momento apropiado para enseñar sobre la ética de cómo recibir la
comunión. Los ministros pueden darle a saber a la persona que está encargada
de los Ministros de la Comunión sobre lo ocurrido de manera que puedan
catequizar a la asamblea.
Si el Pan Eucarístico o una pequeña partícula de este caen al suelo, debe ser
recogido de forma reverente por el ministro. El Pan Consagrado puede
consumirse por el ministro o disolverse por completo en agua, la cual después
puede ser vertida en el sagrario. En caso de que se derrame Vino Consagrado, se
debe lavar el área en donde se derramó y verter el agua en el sagrario. En
cualquiera de los casos, las acciones del Ministro de la Eucaristía deben ser
10
guiadas por una reverencia hacia las especies sagradas y el deseo de no
avergonzar al comulgante.
Un comulgante puede acercarse con un píxide (un recipiente pequeño de metal
para transportar la hostia) para llevar la comunión a alguien que esté enfermo o
confinado en casa. Los Ministros de la Comunión deben conocer cualquier
procedimiento especial en su parroquia cuando se den esos casos.
RITOS PARA COMISIONAR A LOS MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE
LA COMUNIÓN
Para poder enfatizar sobre la dignidad de su función y fortalecerles para el
servicio al cual se les está llamando, los ministros extraordinarios deberán ser
comisionados de acuerdo al rito encontrado en el Bendicional (Capítulo 63). Este
ritual debe ser dirigido por un sacerdote o diácono. La siguiente exhortación
tomada de ese rito presenta la visión de este ministerio:
“En este ministerio, deben ser ejemplos de la vida cristiana en fe y conducta;
deben esforzarse por crecer en santidad a través de este sacramento de unidad y
amor. Recuerden que, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo ya que
compartimos un sólo pan y una sola copa. Como Ministros de la Comunión sean,
por lo tanto, especialmente fieles al mandamiento de Dios de amar a su prójimo.
Ya que cuando el dio su cuerpo como alimento a sus discípulos él les dijo: “Este
es mi mandamiento, que se amen unos a los otros como yo los he amado”.
(Bendicional #1875).
MINISTERIO DE LA HOSPITALIDAD
DIRECTRICES
ORIGENES
Desde el Concilio del Vaticano Segundo, los hombres y mujeres laicos han sido
llamados a servir en una variedad de ministerios litúrgicos. Pero el ministerio de
la hospitalidad existe dentro de la iglesia desde hace muchos años atrás. Las
referencias bíblicas a los “guardianes de los umbrales”, quienes recogen el dinero
que las personas ofrecen, aparecen en varios lugares en las Escrituras Hebreas (2
Reyes 22:4; 1 Crónicas 9:19). Este rol de “guardián del umbral” se mantuvo
también en las primeras tradiciones cristianas, convirtiéndose en una orden
11
menor (p.ej. portero) en el paso hacia el sacerdocio durante el período medieval.
Durante generaciones, los acomodadores o Ministros de la Hospitalidad, como se
les llama ahora, han realzado el culto en las parroquias dando la bienvenida a las
personas, ayudándoles a encontrar asiento, llevando las ofrendas, asistiendo a los
que se enferman, y distribuyendo los boletines parroquiales. Debido a su larga
historia, no ha sido siempre fácil llegar a un nuevo entendimiento del rol de los
acomodadores en el culto de las parroquias después de las revisiones del
Vaticano II.
EL MINISTERIO DE LA HOSPITALIDAD EN LA LITURGIA
La hospitalidad cristiana está centrada en Cristo. Las personas llegan como
invitados especiales de Dios mismo (Introducción al Ordinario de la Misa, #23) La
hospitalidad es una expresión de reverencia ante la presencia de Cristo en cada
miembro de la asamblea. Esto es más que el simple hecho de ser “amistoso” o
“sociable”. La hospitalidad tiene que ver con el amor cristiano y está basada en el
sacramento del bautismo. La verdadera hospitalidad nos une y nos impulsa a
participar en la liturgia. Un antiguo dicho cristiano dice: “Cuando un invitado
llega, Cristo llega”.
El Ministro de la Hospitalidad es el primer representante oficial de la comunidad
que recibe a los feligreses al llegar a Misa, y como tal, debe hacer sentir que cada
persona es bienvenida e indispensable para la oración comunitaria. Es por eso
que una de las cualidades importantes en el Ministerio de la Hospitalidad es
tener a ministros que verdaderamente les guste servir a las personas y ser atentos
con ellas.
PARTICIPACION DURANTE LA MISA
Otra cualidad importante para los Ministros de la Hospitalidad es tener un
sentido de la oración litúrgica. Los Ministros de la Hospitalidad, al igual que los
otros ministros, son antes que nada miembros de la Asamblea, y como tales
deben unirse en oración de igual manera que el resto de la Asamblea. Aún
cuando estén realizando tareas específicas, (p.ej: llevar las ofrendas), estos deben
mantenerse unidos al resto de las asamblea a través de los cantos y oraciones de
una manera activa. Su rol no debe nunca separarlos del resto de la asamblea.
Ellos deben estar presentes y atentos durante toda la liturgia. Esto no es posible
si los acomodadores se congregan en la parte trasera de la Iglesia o en el
vestíbulo durante la Misa.
RESPONSABILIDADES GENERALES DE UN MINISTRO DE LA
HOSPITALIDAD
Las responsabilidades de un Ministro de la Hospitalidad empiezan mucho antes
de que empiece la Misa. Los ministros necesitan llegar mucho antes que los otros
feligreses (al menos veinte minutos antes de que empiece la Misa). Ellos deben
12
asegurarse de que el lugar de culto esté libre de cualquier tipo de desorden
dejado durante el último servicio. Pero sus tareas principales son dar la
bienvenida en la puerta principal (poniendo atención en particular a aquellas
personas que estén de visita o que necesiten un lugar especial para sentarse),
distribuir los materiales necesarios para la liturgia, y ayudar a las personas a
encontrar asiento. Al ofrecer una palabra de bienvenida, especialmente a los
visitantes o aquellas personas que puedan sentirse incómodas por cualquier
motivo, los Ministros de la Hospitalidad ayudan a crear un espíritu de
comunidad.
Los ministros deben estar informados si se darán celebraciones sacramentales
tales como bautizos, primeras comuniones, o ritos de iniciación durante la
liturgia; de esta manera, ellos pueden prestar más atención a los visitantes, a las
áreas reservadas especialmente para estas personas y cualquier cambio dado
fuera de lo común. Es de gran importancia prestar atención a las personas que
necesiten de asientos especiales. Normalmente hay un espacio designado para
las personas en silla de ruedas, así como aquellas que necesiten servicios de
interpretación o con problemas auditivos.
En algunas parroquias se les pide a los Acomodadores/Ministros de la
Hospitalidad que llenen el frente de la iglesia primero para dejar espacio para los
que llegan tarde en la parte posterior. Si hay personas que llegan después de que
ha empezado la liturgia, debe haber un método acordado de antemano para
ayudar a las personas a encontrar asiento. Por ejemplo, ellos pueden ser
ayudados después de la Oración de Entrada pero antes de la primera lectura, o
ellos pueden ser ayudados entre las lecturas, el salmo o el Evangelio, pero no
durante la lectura de ellos. En los días que haya una gran cantidad de personas
presentes, los ministros de la hospitalidad deben conocer las diferentes opciones
disponibles para cuando haya que sentar a un exceso de personas.
Un aspecto importante que a menudo se descuida en este ministerio tiene que
ver con los aspectos físicos del espacio en la iglesia. ¿Hace mucho calor o mucho
frío en la iglesia? ¿Se necesita abrir o cerrar las ventanas? ¿Se necesita echar sal en
las aceras o las áreas de parqueo? ¿Se necesita limpiar el vestíbulo por estar
lodoso o resbaloso? ¿Es adecuada la iluminación en la iglesia?
RESPONSABILIDADES PARA LA RECOLECCION DE LA COLECTA
Los Ministros de la Hospitalidad son responsables de recoger la colecta de la
asamblea. Esto debe hacerse sin prisa, con respecto y dignidad. Este dinero es
símbolo de la disponibilidad por parte de la asamblea de ofrecerse a sí mismos y
sus recursos a Cristo, e idealmente, se presenta como parte de la procesión con el
pan y el vino, y no después. Esta ofrenda, sin embargo, debe ser puesta en otro
lugar y no cerca del altar. Los Ministros de la Hospitalidad también pueden ser
13
responsables de seleccionar a las personas que van a llevar el pan y el vino al
altar. Esto debe hacerse tomando en cuenta la diversidad de la comunidad en su
totalidad.
PROCESIONES
Los Ministros de la Hospitalidad deben ayudar durante la procesión a la
comunión. Su rol es cuidar de que la procesión y recibimiento de este banquete
eucarístico se haga de manera reverente y sin apuros. Cuando sea necesario, el
Ministro de la Hospitalidad debe ayudar a las personas con movilidad limitada.
Durante las celebraciones que se dan una vez al año tales como el Domingo de
Resurrección y el Triduo, se necesita de ministros bien preparados para ayudar
en las procesiones ya sea fuera o dentro de la iglesia, durante el lavatorio de los
pies, la Veneración de la Cruz, y el servicio de la luz durante la Vigilia Pascual.
RESPONSABILIDADES AL FINAL DE LA MISA
Los Ministros de la Hospitalidad distribuyen los boletines a los feligreses cuando
la Misa ha terminado. Tómese en cuenta de que esto no debe de darse hasta que
la procesión de los ministros ha dejado el santuario. Cuando la liturgia ha
terminado, los Ministros de la Hospitalidad también son responsables de hacer
una limpieza general del espacio para el culto. Esto puede incluir recoger los
materiales para el culto, velas, palmas, etc.
COMUNICACIÓN SEMANAL
Es importante que los Ministros de la Hospitalidad sepan qué esperar durante la
liturgia a la cual han sido asignados servir. ¿Habrá una segunda colecta? ¿O
habrá un celebrante invitado que no conozca la rutina normal? ¿Habrá una
celebración de aniversario? Puede haber un “capitán” presente durante cada
liturgia para informar a los demás Ministros de la Hospitalidad sobre cualquier
protocolo especial. Otras parroquias fijan un aviso detallando cualquier
necesidad especial para cada misa de ese fin de semana en el lugar que se reúnen
los ministros.
EN CASO DE EMERGENCIAS
Las personas involucradas en este ministerio deben saber dónde se encuentran
los equipos de primeros auxilios, los extintores de fuego, los teléfonos, y los
productos de limpieza. También es de gran ayuda que los ministros estén
capacitados para dar primeros auxilios, como parte de su entrenamiento
ministerial en general. Cada Ministro de la Hospitalidad debe ser instruido de
llamar rápidamente al 911 en caso de una emergencia. También puede ser de
gran ayuda si los Ministros de la Hospitalidad conocen a los feligreses que
tengan entrenamiento médico (doctores, enfermeras) en caso de necesitar su
ayuda.
14
¿CUÁL ES LA VESTIMENTA APROPIADA PARA LOS MINISTROS DE LA
HOSPITALIDAD?
Debido a que todos los ministros de la liturgia, son ante todo miembros de la
asamblea, ellos deben vestir su “mejor ropa de domingo”. En algunas
parroquias, los ministros llevan una chaqueta de uniforme como visibilidad para
que puedan ser identificados inmediatamente en caso de una emergencia. En
todo caso, los ministros de hospitalidad pueden usar una etiqueta con su nombre
para poder ser identificados con facilidad.
VISION PARA EL MINISTERIO DE LA HOSPITALIDAD
“Piense en las diferentes personas que se reúnen en su parroquia cada domingo.
Muchos de ellos pueden estar en búsqueda de una parroquia a la cual puedan
considerar como su propia parroquia. Algunos de ellos son católicos pero son
nuevos en la vecindad y están tratando de decidir en cual parroquia van a
registrarse como miembros. Otros puede que no pertenezcan a ninguna
parroquia pero están visitando diferentes parroquias para encontrar una
comunidad de fe a la cual unirse. Otros puede que sean visitantes de vacaciones
o en viaje de negocios, ellos no andan buscando ser miembros de una parroquia,
pero esperan poder sentirse “en casa” en medio de sus hermanos y hermanas
católicos”.
“Dentro de quienes son miembros de la parroquia, algunos llegan después de
una hora frenética para vestir a los niños y salir de casa a tiempo. Otros puede
que lleguen a la iglesia inmediatamente después del trabajo, o irán al trabajo
después de misa. Otras personas que viven solas puede que no hayan tenido
ningún contacto con otro ser humano por varios días. Algunos vienen con un
gran sentido de agradecimiento a Dios, listos para darle gracias, mientras que
otros están allí simplemente porque sus padres les obligan o porque sus esposos
o la iglesia lo requieren. Y a menudo, otras personas llegan cargando la cruz
pesada de la pérdida o el desconsuelo”.
“A pesar de todas sus diferencias, sin embargo, todas estas personas llevan a
Cristo consigo, y todas ellas merecen ser recibidas en su nombre. Como Ministro
de la Hospitalidad, usted tiene la oportunidad de ofrecer un regalo a todas las
personas que usted recibe en la iglesia. Usted puede transmitirles un sentido de
dignidad e importancia, un sentido de bienvenida y una señal del amor de Cristo
que nos une en un solo cuerpo”. (Rev. Larry Mick)
15
LOS MINISTROS DE LA MÚSICA LITÚRGICA
DIRECTRICES
INTRODUCCIÓN GENERAL
Entre los muchos símbolos usados por la Iglesia para celebrar su fe, la música tiene una
importancia preeminente. La música como canto sagrado unido a las palabras compone
una parte integral y necesaria de la liturgia solemne. Sin embargo, la función de la
música es ministerial, debe servir y no dominar. La música debe ayudar a los creyentes
reunidos a expresar y compartir el don de la fe que llevan dentro de ellos y ayudarles a
nutrir y fortalecer su compromiso interior de fe. La música debe realzar los textos para
que éstos puedan transmitir su mensaje de manera más completa y efectiva. La calidad del
gozo y entusiasmo que la música proporciona al culto comunitario no puede ser obtenida
de ninguna otra forma.
La Música en el Culto Católico, #23
Los fieles cristianos que se reúnen como uno sólo para esperar la venida del Señor son
instruidos por el Apóstol Pablo a cantar juntos salmos, himnos y cantos de alabanza
(Colosenses 3:16). Por medio del canto se transmite el gozo del corazón. (Hechos 2:46)
Por eso, San Agustín dice correctamente: “Cantar es para el que ama”. También hay otro
proverbio antiguo que dice: “El que canta, ora dos veces”.
Instrucciones Generales del Misal Romano,(IGMR) #39
LA FUNCION DE LA MUSICA EN LA LITURGIA
La liturgia de la Iglesia es inherentemente musical; por lo tanto, la música es una
dimensión normal necesaria de cada experiencia de oración comunal. (La Música
Litúrgica de Hoy, #5). Sin embargo, en la liturgia, la música es un arte puesto al
servicio de la oración comunitaria. “La música debe ayudar a los creyentes
congregados a expresar y compartir el don de la fe que se encuentra dentro de
ellos y a nutrir y fortalecer su compromiso interior de fe. Debe realzar las lecturas
para que éstas puedan hablar a la asamblea de forma más efectiva y completa. La
calidad de gozo y entusiasmo que la música proporciona al culto comunitario no
puede ser obtenida de ninguna otra forma. Imparte un sentido de unidad a la
Asamblea y provee el tono apropiado para una celebración en particular”. (La
Música en el Culto Católico, # 23). Sin embargo, así como el Hermano Roger,
fundador de la Comunidad de Taizé, advirtió, “la música litúrgica debe ser como
Juan el Bautista: siempre apuntando hacia Cristo, y nunca llamando la atención a
uno mismo”.
LA ASAMBLEA COMO MUSICO PRINCIPAL
16
El músico principal para la liturgia es la Asamblea. Todos los demás músicos
están presentes en la liturgia para apoyar el canto de la asamblea. Todos los
músicos también son miembros de la Asamblea. “La asamblea en su totalidad
debe tomar parte en el ministerio de la música. Algunos miembros de la
comunidad, sin embargo, son reconocidos por los talentos especiales que ellos
proporcionan al dirigir la música como forma de alabanzas y agradecimiento en
las asambleas cristianas”.
Hablamos de la primacía de la Asamblea ya que en ella es que se encuentra
principalmente Cristo; la Asamblea es vista como el Cuerpo de Cristo encarnado
hoy en el mundo. “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo,
en medio de ellos.” (Mateo 18:20) “… Cristo se encuentra realmente presente en
la misma asamblea litúrgica reunida en su nombre, en la persona del ministro, en
su palabra, y en efecto, substancialmente y continuamente bajo las especies
Eucarísticas” (IGMR, #27). Ya que los músicos litúrgicos son ante todo miembros
de este Cuerpo de Cristo reunido en oración, es que ellos pueden servir a la
asamblea litúrgica.
EL DIRECTOR DEL MINISTERIO DE LA MUSICA
Al igual que los otros ministros, el Director de Música es ante todo un miembro
de la asamblea, un miembro llamado a ofrecer sus talentos individuales al
servicio de la comunidad bautizada. La función del Director de Música es única
dentro de las muchas formas de ministerio laical. A menudo, el director tiene un
entrenamiento académico formal en la música, proporcionándole con destrezas
formales tanto instrumentales como vocales en el área de la música. El director
debe también tener un entendimiento completo de los diferentes ritos litúrgicos,
especialmente de la Misa y el año litúrgico. Las Escrituras, en particular los
salmos, deben tener un rol central en la formación del músico. Finalmente, el
director debe ser capaz de tomar decisiones pastorales correctas, trabajar bien
con una amplia variedad de personas, y desarrollar su propia vida de oración
personal.
Aunque el Director de Música generalmente tiene una función bastante pública
en la liturgia, la mayor parte de su trabajo no es visto por la mayoría de los
miembros de la asamblea. La selección de música nueva para la asamblea o los
varios coros toma mucho tiempo. La preparación para las prácticas con los
coros, la planificación del calendario de los diferentes músicos, las prácticas con
los coros y los cantores, las prácticas personales, la elaboración de presupuestos,
las finanzas y la lectura de materiales en el ámbito de la música son todos ellos
de importancia vital, pero son aspectos que no notamos en este ministerio. La
persona encargada de escoger el repertorio para la Asamblea también debe estar
atento a otros aspectos tales como la calidad de los textos cantados, el balance de
los diversos estilos de música, las diferencias multiculturales, el lenguaje
17
inclusivo apropiado, las leyes de derecho del autor, los desafíos acústicos, las
necesidades de los niños y los jóvenes, y el rol del silencio en la liturgia.
El Director de Música debe tener una vocación para tratar con las tensiones
inherentes en este ministerio. Los aspectos relacionados a los pagos por servicio,
evaluaciones, necesidades de educación continua, opciones estilísticas y las
relaciones tanto con el personal clerical y profesional, así como los músicos
voluntarios pueden ser origen de mucha frustración. La tentación de entretener a
la asamblea, así como la naturaleza repetitiva de la oración también puede ser un
desafío sutil para el músico litúrgico. Es por eso que es muy importante que el
ministro tenga una espiritualidad personal sólida.
CANTORES
La función del cantor es dirigir y animar a la congregación a cantar. A menudo,
el cantor tiene la tarea especial de unir a todos los presentes en la proclamación
de la palabra de Dios a través del salmo. “La voz humana es el principal
instrumento musical en la oración litúrgica, y su repertorio fundamental es el
salmo” (Rev. A. Kavanaugh). El cantor también puede enseñar música nueva a
la congregación. Los cantores también sirven como líderes de la música litúrgica
en los funerales y otros rituales sacramentales. Los cantores necesitan ser
capaces de cantar bien los textos y con una voz agradable.
De todos los líderes musicales, el cantor es quien necesita tener un contacto
visual y auditivo directo con la Asamblea. En cada situación durante la cual el
líder musical tenga un contacto visual con la Asamblea, es importante evitar que
se transmita la impresión de estar frente a un escenario u otro lugar de
entretenimiento. (Reporte del Simposio de Milwaukee para los Compositores de
la Iglesia, #68)
EL CORO
La Constitución de la Sagrada Liturgia enfatiza que “los coros deben ser promovidos
diligentemente…” (#114) El coro permanece durante todo el tiempo como parte de la
asamblea reunida. Puede servir a la asamblea dirigiéndola en la música litúrgica y
fortaleciendo o realzando su canto. De vez en cuando, el coro puede cantar por sí solo un
tipo de música más compleja que sirva para ayudar a la reflexión de la congregación.
(Introducción al Ordinario de la Misa, #18). Debe prestarse atención a la altura, el tono
y la dicción ya que estos son esenciales en la excelencia y calidad de la música.
INSTRUMENTALISTAS
El órgano y otros instrumentos no sólo apoyan y animan a la participación a
través del canto, pero también, por sí solos, pueden ayudar de manera poderosa
a la contemplación y la expresión de alabanzas y una variedad de sentimientos
humanos ante Dios.(Introducción al Ordinario de la Misa, #18).
18
RECURSOS BASICOS
Es sumamente importante estar familiarizados con la Introducción General al Misal
Romano, con la Introducción al Leccionario, y con cada uno de los libros rituales
para los sacramentos. Algunos de los documentos oficiales universales a ser
estudiados incluyen la Constitución de la Sagrada Liturgia y Musicam Sacram
(Música Sagrada). Los principales escritos de los obispos en los Estados Unidos
son La Música en el Culto Católico (Music in Catholic Worship) y La Música
Litúrgica de Hoy (Liturgical Music Today).
Las suscripciones a revistas tales como Pastoral Music, Rite, Ministry and Liturgy,
GIA Quatery, AIM y Today’s Liturgy pueden ser de gran ayuda. También existen
organizaciones profesionales tales como la Asociación Pastoral de Músicos y su
capítulo en Milwaukee, las cuales ofrecen una educación y formación continua a
sus miembros. Los siguientes sitios web también proporcionan información de
gran ayuda:
www.npm.org
www.ocp.org
www.wlp.jspaluch
www.giamusic.com
www.choristersguild.org
VIDA Y MINISTERIO
Todos los ministros de la liturgia son ordenados o comisionados para atender
las necesidades de la Asamblea. Sin embargo, el servicio que el ministerio de la
liturgia ofrece a la Asamblea va más allá de la función específica que un ministro
realiza regularmente en la liturgia. Mientras el cantor, por ejemplo, tenga la
función de servir a la Asamblea a través de la proclamación del salmo, él o ella,
también sirve aún después del tiempo de oración siendo ejemplo vivo de alguien
que toma la Palabra de Dios seriamente y que se esfuerza por vivirla en su vida
diaria. Esta conexión entre la oración y la vida diaria se alcanza, de acuerdo al
Rev. Aidan Kavanaugh, “bajo la gracia de la oración constante, reflexión,
autodisciplina, y práctica continua por parte del ministro.”
En una parroquia grande, el músico principal puede que toque en un funeral,
una o dos bodas, y tres o cuatro liturgias eucarísticas durante un fin de semana.
Para poder estar preparado musicalmente y presente de manera devota en cada
una de estas celebraciones litúrgicas se necesita de un alto nivel de
profesionalismo y auto disciplina.
BENDICION PARA LOS MUSICOS LITURGICOS
Un ritual formal para comisionar es una manera para reconocer la centralidad e
importancia de la música en la liturgia. El capítulo 62 del Bendicional incluye un
Ordinario de Bendiciones para varios ministros, incluyendo los músicos.
19
MINISTERIO DE LOS LECTORES
DIRECTRICES
Las Sagradas Escrituras, sobre todo en la proclamación Litúrgica, son la fuente
de vida y fortaleza........ Amor a las Escrituras es pues una fuerza vigorizante y
renovadora para todo El Pueblo de Dios. (Introducción al leccionario, #47).
La celebración propia de la Liturgia de la Palabra incluye muchos elementos y
feligresía, pero se debe tener mucho cuidado, de manera que muchas palabras
humanas y elementos no opaquen la palabra divina en si misma. En este diálogo
con el Señor, el Pueblo escucha la palabra, la reflexiona en silencio, responde en
el canto, la asimila, y la aplica a sus vidas. Movidos por ello, profesan su fe e
interceden por las necesidades de la Iglesia y del mundo (Introducción del
Ordinario de la Misa # 80).
La asamblea Litúrgica requiere realmente de los lectores......por lo que deben
tomarse las medidas apropiadas para asegurar que los seglares tengan los
entrenamientos apropiados para llevar a cabo este ministerio con dignidad
(introducción del leccionario, # 52)
PRINCIPIOS GENERALES
Cristo está realmente presente en la Asamblea Litúrgica unida en su nombre, en
la persona del ministro de la Palabra, y en realidad substancialmente y
continuamente bajo las especies de la Eucaristía (IGMR # 27.
Cuando se leen las Escrituras en la Iglesia, El mismo Dios habla a su Pueblo, y
Cristo, presente en su propia Palabra, proclama el Evangelio. Por este motivo,
todos deben de escuchar con reverencia las lecturas de la Palabra de Dios, que es
el elemento más sublime en la importancia de la Liturgia (IGMR, # 29).
Por medio de las lecturas, así como se explicó en la homilía, Dios habla a su
Pueblo, obteniendo para ellos el misterio de la redención y salvación, y les ofrece
el alimento espiritual; y Cristo mismo está presente en medio de los feligreses a
través de su Palabra. (IGMR # 55 ).
Durante la Liturgia de la Palabra, es también apropiado incluir momentos de
silencio, que se acomoden a la asamblea reunida, en el cual, asistidos por el
Espíritu Santo, la Palabra de Dios pueda profundizar en el corazón como
respuesta a la oración que pudiera haber sido preparada. (IGMR # 56). Toda
20
precipitación que afecte la Liturgia debe evitarse (Introducción del Leccionario #
28).
El lector proclama la Palabra de Dios, y para hacerlo bien, el lector debe ser claro,
para que su lectura sea comprensible y debe tener conocimiento sobre las
Escrituras que está leyendo.
Por tradición, el acto de leer las Escrituras es una función ministerial, no es
presidencial. (IGMR # 59) Las lecturas antes del Evangelio deben ser
proclamadas por un lector que ha sido entrenado para ese ministerio.
LA FUNCION DEL LECTOR EN LA MISA
PROCESIÓN
En la procesión hacia al altar, el lector se forma con los otros ministros, en frente
del sacerdote y del diacono quien lleva el Libro de los Evangelios. Cuando llegan
al altar, el lector hace una reverencia juntamente con los otros ministros, de allí
procede a tomar el lugar que le corresponde (IGMR #49, 195, 120). El lector
puede sentarse en el santuario con los otros ministros o con los miembros de la
asamblea. (Vea Preguntas y Respuestas)
Cuando no hay un diácono presente, el lector pude llevar el libro de los
Evangelios, portándolo en alto, caminando enfrente del sacerdote. Si lleva el
libro, el lector se acerca hasta el altar y coloca el Libro a la derecha en el altar, de
manera que quede visible por la asamblea.
Hay que tener en cuenta que aunque el Libro de los Evangelios puede llevarse en
la procesión, nunca debe llevarse el leccionario. (IGMR #118b)
LITURGIA DE LA PALABRA
Después de la oración inicial, el lector va hacia el ambón y proclama la primera
lectura en el leccionario. El leccionario debe estar con las lecturas señaladas
desde antes de la Misa.
Al final de las lecturas, el lector pronuncia la aclamación “Palabra del Señor” y
todos responden “Te alabamos Señor”. En este breve dialogo, el lector debe
mantener contacto de la vista con la asamblea. Hay que tenerse en cuenta que ni
el leccionario ni el Libro de los Evangelios se debe levantar cuando se ha
proclamado la aclamación final. Esta conclusión final puede ser también cantada,
aún por alguien que no sea el lector. (Introducción al Ordinario de la Misa #85 ).
Si hay un segundo lector antes del Evangelio, el lector proclama desde el ambón
la lectura, pronuncia la aclamación al final y vuelve a su lugar. En algunas
21
Iglesias, el lector puede ser que necesite remover el leccionario del ambón en este
momento.
Cuando hay dos lecturas, es mejor designar dos lectores. Sin embargo, cuando
hay una sola lectura, ésta debe ser asignada a un solo lector. La única excepción
es cuando se proclama la lectura de la Pasión, la cual puede ser dividida entre
varios lectores. (Introducción al Leccionario #52, IGMR # 109).
El Evangelio es proclamado siempre por el diácono o por el sacerdote.
Después de la homilía (o despedida a los catecúmenos), el lector puede leer las
peticiones de los feligreses desde el ambón si no hay un diácono presente. Estas
peticiones son dirigidas a la asamblea. El lector deberá de estar ya en su lugar en
el ambón cuando el que preside invita a la gente a orar; el lector deberá
permanecer junto al ambón hasta que termine la oración final.
RECESION
Al terminar la Misa, el diácono o el lector no lleva el Libro de los Evangelios en la
procesión de salida. (Libro de los Evangelios #22) Ni el Leccionario ni el Libro de
los Evangelios debe llevarse en la procesión final. El lector puede unirse a la
procesión en el mismo orden que entró al principio de acuerdo a la costumbre
que tenga la parroquia, haciendo reverencia o genuflexión al altar juntamente
con los otros ministros.
EL LECTOR EN OTRAS CELEBRACIONES LITURGICAS
La función ministerial de los lectores debe ser respetada en todas las
celebraciones Litúrgicas, incluyendo Misas de bodas, funerales, bautismos,
celebraciones de las Horas de la Liturgia y la reconciliación comunitaria y el
servicio de unción de los enfermos.
La función del lector, como ya se ha especificado durante la celebración de la
Misa, es la misma en estas celebraciones Litúrgicas y no se debe realizar por el
diácono o el sacerdote si es posible.
En caso de bodas o Misa de funeral se permite que alguien que no sea miembro
de la Iglesia Católica proclame una de las lecturas de las Escrituras, si el párroco
local lo juzga apropiado. Se aplican las mismas normas para la Oración de los
fieles. Esto está basado en el Directorio Ecuménico (# 133, 25 de marzo del 1993)
el cual declara que, “Las lecturas de las Escrituras durante las celebraciones
Eucarísticas en la Iglesia Católica deben llevarse a cabo por los miembros de la
Iglesia. En ocasiones especiales y por causas justas, el Obispo de la diócesis
puede permitir a un miembro de alguna otra Iglesia o comunidad eclesial tomar
la tarea de lector. (Boletín de la Cancillería, del 28 de octubre
22
de 2002)
DIVERSIDAD DE PUNTOS
Cuando haya opciones consulte con el coordinador o con quien presida para
saber si se va ha usar la versión corta o larga de la lectura.
Si el lector va ha proclamar las peticiones, infórmele antes de que la Misa
empiece, para que las prepare, en caso de que haya palabras difíciles de
pronunciar.
En la Arquidiócesis de Milwaukee, los lectores con frecuencia usan ropa
ordinaria. Sobre todo, la ropa que usen no deberá de distraer a las personas de
ninguna manera.
Las cualidades en general para los lectores incluyen (1) un conocimiento de las
diferentes clases de lecturas (por ej. historias, leyes, profecías, y cartas; y (2) un
sentido general sobre las lecturas del día y de la sesión litúrgica particular.
En preparación para su proclamación, se recomienda a los lectores que lean todo
el capítulo en el cual se encuentra la lectura, y que lean la lectura seleccionada en
voz alta varias veces durante la semana. Y en el mismo día en que va ha ser
proclamada es aconsejable no comer azúcar y evitar cafeína. El calentamiento de
la voz ya sea usando vocales o cantando es de mucha ayuda.
Aunque se necesitan aptitudes técnicas y en realidad son necesarias, la
preparación del lector sobre todo “debe ser espiritual” (Introducción, #55). La
oración y la meditación sobre las lecturas permiten que la voz de Dios le hable y
se transmita a través de usted a los demás.
23
OFICINA DE ORACIÓN Y CULTO, Y EVANGELIZACION
La Oficina de oración y culto, y Evangelización es parte de las Oficinas Centrales
en el Departamento de Servicios Pastorales para las parroquias de la
Arquidiócesis de Milwaukee.
Esta Oficina es un recurso para la Liturgia, para la gente de la Arquidiócesis. El
equipo de esta Oficina ofrece a todos los miembros que están conectados con el
ministerio de la Liturgia, formación e información, iniciación y evangelización.
Por medio de servicios de consulta y una librería extensa, la Oficina ofrece acceso
a los recursos que las parroquias necesitan para sus celebraciones litúrgicas,
incluyendo recursos para los servicios de bienvenida y los ritos de iniciación. Los
miembros del equipo coordinan las celebraciones litúrgicas arquidiocesanas por
medio de las cuales los feligreses y parroquias de la Arquidiócesis de Milwaukee
pueden unir sus voces alabando a Dios y pueden hacerlo de la misma manera en
sus propias comunidades.
Descripción de los servicios
Quienes somos:
Dean Daniela
Director
(414)769-3349/danielsd@archmil.org
Val Keller
Directora de Evangelización
(414)769-3350/ kellerv@archmil.org
Deborah Haywood
Asistente Administrativa
(414)769-3349/haywoodd@archmil.org
Recursos:
 Biblioteca de prestamos
 Prestamos de libros y videos
 Música y revistas para consulta
 Sitios Web
Tipo de cosas para las cuales usted puede
contactarnos:
Formación de:
 Ministros litúrgicos
 Comités de Oración
 Planes para la Evangelización
 Músicos (Asociación de Músicos
Litúrgicos Arquidiocesanos (ALMA)
y la Asociación Nacional para
Músicos Pastorales (NPM)
 Maestros en las escuelas y
catequesis/Programa de Formación
en la fe
24
 Feligreses
Oficina:
3501S. Lake Dr.
P.O. Box 07 0912
Milwaukee, WI 53207-0912
1-800-769-9373 ext. 349
(dentro de los diez condados de la
Arquidiocesis)
oremus@archimil.org
http:/www.archmil.org/Dep./oremus
(414)769-3327 fax
Contactos para obtener recursos:
 Consultores de diseño
 Editoras
 Artesanos
 Presentadores
 Boletín de la Oficina de
Oración y Culto
 Calendario de Eventos
anuales
 Recursos de la Federación
de las Comisiones
Litúrgicas Diocesanas
Información Actualizada
 Instrucciones generales revisadas del Misal Romano
 Normas para la Distribución y Recepción de la Sagrada
Comunión (bajo las dos especies en las Diócesis de los
Estados Unidos de América)
Ayuda con el diseño litúrgico y recaudación de fondos
Liturgia Viviente: Evaluación de la vida litúrgica en la parroquia
Apoyo (por ej: Directrices para la Primera Comunión y para la
Confirmación de Adultos)
Cómo podemos ayudarle:
Por teléfono, correo electrónico, cartas, y consultas.
Podemos ir a las parroquias para ofrecer talleres de formación a los Consejos
Parroquiales, a los Equipos Pastorales y a los Comités de Evangelización y a todos
los feligreses en general.
25
Servicios Ofrecidos
Evangelización
por
la
Oficina
de
Oración,
Culto
y
Talleres/Sesiones de Entrenamiento
El personal de la oficina está siempre disponible para visitar a las parroquias
para ofrecer talleres, noches de reflexión para los ministros, sesiones de
entrenamiento para los ministros, seminarios para los catequistas y maestros que
trabajen con niños, etc. Las sesiones de entrenamiento a menudo son
programadas en conjunto con otras parroquias vecinas, o una agrupación de
parroquias. Llame a la oficina para programar un taller o sesión de
entrenamiento.
Consulta
Los miembros del personal de la oficina están disponibles para hacer consultas
sobre muchos aspectos de la vida litúrgica de la parroquia tales como:
ministerios, dirigentes, ambiente, espacio litúrgico, renovaciones, música y
empleo de músicos y otros temas. También se ofrece consulta sobre los esfuerzos
de la Evangelización, disponibles a través de la implementación del Rito de
Iniciación Cristiana para adultos. Llame a la oficina para obtener más detalles
respecto a cualquiera de estos servicios.
Evaluación Litúrgica
La oficina ofrece un proceso de evaluación para las liturgias de las parroquias
llamado "La Liturgia Viva”, el cual es facilitado por un miembro de nuestro
personal. Este proceso consiste de cuatro etapas, con el objetivo de identificar las
áreas de fortaleza así como las áreas que necesitan ser mejoradas. Llame a la
oficina para obtener más información o para programar un proceso de
evaluación.
Biblioteca para préstamos de música, libros y videos
La oficina tiene una pequeña biblioteca con muchos libros, revistas, y videos los
cuales puede prestar para su uso personal. La oficina está abierta de lunes a
viernes, 8:30 a.m. a 4:30 p.m.
Boletín de la Oficina de Oración, Culto y Evangelización
El boletín de nuestra oficina es publicado cuatro veces al año. Nuestra
publicación se concentra en la iniciación, la música, publicaciones recientes, y el
ambiente litúrgico. Los artículos lo mantienen al día sobre la teología litúrgica,
las prácticas pastorales, y las directrices litúrgicas recientes. Costo de la
26
suscripción: $8.00 para envío electrónico, $10 para envío de copias impresas. (una
vez al año, julio-junio)
Lista de Músicos Substitutos
Nuestra oficina proporciona una lista de músicos sustitutos disponibles para
diversos eventos en las parroquias, desde Misas Dominicales hasta Bodas y
Funerales. Si está interesado en recibir una copia actualizada o si quiere que
incluyamos su nombre en esta lista, favor de contactarnos en nuestra oficina.
Coro Arquidiocesano
Este grupo, formado por representantes de toda nuestra Arquidiócesis, está
abierto a todas las personas que son miembros de la Iglesia Católica y que
contribuyen con la vida de su parroquia. Nos reunimos dos veces al mes, los
lunes por la noche, para practicar y cantar en eventos arquidiocesanos. Si está
interesado en unirse al grupo llame al Director Jeffrey Honoré, (San Matías, 414321-0893 – jhonore@stmathias-milw.org)
www.wisconsinliturgy.org
Es un sitio web que proporciona información y eventos auspiciados por las
Diócesis Católicas Romanas de Wisconsin.
Información del Personal de la Oficina/Contactos
Dean Daniels, Director
Val Keller, Directora de Evangelización
Deborah Haywood, Asistente Administrativa
Página de la oficina en el sitio web arquidiocesano
www.archmil.org/dept/oremus
Dirección para correo electrónico
oremus@archmil.org
27
414.769.3349
414.769.3350
414.769.3349
28
Descargar