Internacional EL CONTENCIOSO ATÓMICO // LAS RAZONES DE LA CRISIS >> INFORME Irán en la encrucijada • El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, amenaza con retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear • El director de la AIEA presentará un informe de la situación de este conflicto en marzo MARC MARGINEDAS BARCELONA Cuando queda menos de un mes para arreglar por la vía diplomática el contencioso atómico entre Occidente e Irán, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, amenazó ayer con retirarse del Tratado de No Proliferación. En marzo, el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed el Baradei, presentará un informe que puede abrir otra crisis internacional. A ¿Cuál es el objetivo del programa nuclear iraní? La central de Bushehr, la planta de conversión de uranio en Isfahán, la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz y la planta de agua pesada de Arak son los principales centros donde se desarrolla el programa nuclear iraní. De la existencia de algunos se supo sólo por satélites. Irán quiere enriquecer uranio, según dice, para sus reactores civiles. Ayhan Evrensel, portavoz de la AIEA, recuerda que ninguna provisión en el Tratado de No Proliferación lo impide, pero, parafraseando a El Baradei, evoca la "falta de confianza" de la agencia en las intenciones de Teherán. B ¿Enriquecer uranio lleva a una bomba atómica? "Casi", viene a responder Occidente. Enriquecer uranio es "nuestro derecho", replica Irán. "Lo que está claro es que cuando se domina la tecnología del enriquecimiento, se domina tanto para usos pacíficos como para llegar a la fabricación de combustible para armas atómicas", sentencia Cristina Gallach, portavoz del alto representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana. Desde Teherán, se insiste en que su programa nuclear es "para fines pacíficos". Pero tal afirmación no despeja los interrogantes que surgen a continuación. ¿Para qué necesita un país rico en petróleo desarrollar tecnologías peligrosas para producir fuentes de energía?. "La tasa de crecimiento demográfico en Irán es del 1,5% anual; en los próximos años, Irán tendrá 100 millones de habitantes", apunta el embajador iraní en España, Morteza Alviri. "Somos conscientes de que las reservas de hidrocarburos son agotables y hay que pensar en tener energía en el futuro", subraya. Experiencias pasadas en embargos internacionales no ayudan a crear confianza. "No nos facilitaron piezas para la aviación civil; con la energía nuclear, no queremos invertir para que luego las instalaciones se paralicen por falta de combustible", argumenta Alviri. C ¿Apoyan los iranís la política de su Gobierno? "Las elecciones presidenciales fueron un enfrentamiento de clases, más que de reformistas contra conservadores; eran los pobres contra los ricos". Un analista que prefiere mantenerse en el anonimato describe así el triunfo electoral del conservador Ahmadineyad en las presidenciales del 2005. En la primera vuelta, los candidatos reformistas fueron eliminados. Uno de ellos, el clérigo Mehdu Karrubi, obtuvo un buen resultado, y tan sólo una diferencia del 2,2% de los votos emitidos le separaron de pasar a la segunda ronda en lugar de Ahmadineyad. Al quedar los reformistas apeados, en la segunda ronda las opciones se limitaron a Ahmadineyad y Rafsanyani. "Cualquiera que hubiera competido con Rafsanyani hubiera ganado", sostienen las mismas fuentes, que evocan la reputación de corrupción del entorno de Rafsanyani. A pesar de que la ciudadanía apoya en líneas generales la aspiración de las autoridades de enriquecer uranio, resta por saber si los iranís se alinearían con el Gobierno en el caso de la imposición de sanciones. "Es la pregunta clave; los iranís son muy nacionalistas, pero ello no significa que apoyarán automáticamente a su Gobierno", sostiene Alí Ansari, experto en Irán de la universidad británica de Saint Andrews, quien recuerda la creencia de algunos analistas de que Ahmadineyad "busca una crisis para consolidar su posición". El embajador Alviri, que afirma pertenecer a la corriente reformista, insiste en que, en esta cuestión, "no hay ninguna diferencia entre los puntos de vista" de reformistas y conservadores. D ¿Qué puede suceder en las Naciones Unidas? En un ejercicio de malabarismo verbal, El Baradei, afirmó que el contencioso había entrado en una "fase crítica", pero que, por el momento, no había "crisis". En la resolución de de la AIEA aprobada el sábado en Viena se habla de "informar" y no de "enviar" el dosier al Consejo de Seguridad. Y es en estas precisiones terminológicas donde se perciben las diferencias entre los miembros permanentes del máximo organismo de la ONU. La UE afirma, según Gallach, que "técnicamente, no hay diferencias" entre ambos, opinión no compartida por rusos y chinos. Y ahora mismo, los ojos están puestos en lo que harían Pekín y Moscú en caso de que se debata la imposición de sanciones. Aleksei Malashenko, experto en temas orientales del centro Carnegie de Moscú, cree que en última instancia, "Rusia apoyará a Occidente". La posición de Rusia respecto a Irán depende de "intereses privados", más que de lo que piense la ciudadanía, y el antiamericanismo de los rusos se contrarresta con su actitud de sospecha hacia el islam. China duda. Jill McGivering escribió que, hace tres años, Irán suministraba el 13% de las necesidades de petróleo del país. Además, ambos gobiernos firmaron también "un gran acuerdo que concedía a China el desarrollo de campos de petróleo iranís". Por ahora, nadie quiere ni oír hablar de sanciones. "La postura europea es muy gradual; es totalmente prematuro e inapropiado hablar de sanciones", afirma Gallach. Por si acaso, el embajador de Irán advierte sobre "el impacto sobre el mercado mundial" que tendría un embargo petrolífero iraní. E ¿Por qué no se presiona a Israel y Pakistán? Para Teherán, Occidente tiene dos varas de medir, puesto que tanto Israel como Pakistán disponen de arsenales atómicos. "En el otro lado de la balanza está Israel, que no permite ningún tipo de inspección sobre sus instalaciones, que dispone de cabezas nucleares, y la comunidad internacional sigue en silencio", se lamenta Alviri. Gallach responde que la UE ha condenado "la proliferación nuclear de Pakistán y de la India" y que defiende "un Oriente Próximo libre de armas atómicas".