24.07.16 - Parroquia de Cristo Rey

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PARROQUIA
DE
CRISTO REY
DOMINGO
DOMINGO DE
XVIIº
RAMOS:
TIEMPO
Is 50,
ORDINARIO:
4-7; Sal 21; Flp
Gn2,18,
620-32; Sal 137;
11; Mt
Col26,14-27,66
2, 12-14; Lc 11, 1-13
WEB: http://www.parroquiacristorey.
net
PÁGINA
WEB: www.parroquiacristorey.net
Plaza
Plaza
Barrio
Barrio
Vidal
Vidal
10-11,
10-11,
1º B
1º–BTfno.:
– Tfno.:
923923
22 22
19 19
46 46
– -17
– 24dedeAbril
Juliode
2016
2011-
JESÚS: MAESTRO Y MODELO
DE ORACIÓN
"Pues así os digo a
vosotros: Pedid y se os
dará, buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá;
porque quien pide recibe,
quien busca halla, y al que
se le llama se le abre (...).
¿Cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu
Santo a los que se lo
piden? ".
El evangelista Lucas nos
dice cómo hemos de orar los cristianos siguiendo el
modelo de Jesús. Ante la pregunta de uno de sus
discípulos: "Enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus
discípulos", Jesús nos regala la oración por excelencia
del cristiano: el Padrenuestro. La oración del Señor o
dominical es, en verdad el resumen de todo el
Evangelio (Tertuliano). Cuando el Señor hubo legado
esta fórmula de oración, añadió: “Pedid y se os dará”
(Lc 11, 9). Por tanto, cada uno puede dirigir al cielo
diversas oraciones según sus necesidades, pero
comenzando siempre por la oración del Señor que sigue
siendo la oración fundamental. La expresión tradicional
“Oración dominical” (es decir, “Oración del Señor”)
significa que la oración al Padre nos la enseñó y nos la
dio el Señor Jesús. Esta oración que nos viene de Jesús
es verdaderamente única: ella es “del Señor”. Por una
parte, en efecto, por las palabras de esta oración el Hijo
único nos da las palabras que el Padre le ha dado
(cf Jn 17, 7): él es el Maestro de nuestra oración. Por
otra parte, como Verbo encarnado, conoce en su
corazón de hombre las necesidades de sus hermanos y
hermanas los hombres, y nos las revela: es el Modelo
de nuestra oración.
Pero Jesús no nos deja una fórmula para
repetirla de modo mecánico (cf Mt 6, 7; 1 R18, 26-29).
Como en toda oración vocal, el Espíritu Santo, a través
de la Palabra de Dios, enseña a los hijos de Dios a
hablar con su Padre. Jesús no sólo nos enseña las
palabras de la oración filial, sino que nos da también el
Espíritu por el que estas se hacen en nosotros “espíritu
[...] y vida” (Jn 6, 63). Más todavía: la prueba y la
posibilidad de nuestra oración filial es que el Padre «ha
enviado [...] a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo
que clama: “¡Abbá, Padre!'”» (Ga 4, 6). Ya que nuestra
oración interpreta nuestros deseos ante Dios, es
también “el que escruta los corazones”, el Padre, quien
“conoce cuál es la aspiración del Espíritu, y que su
intercesión en favor de los santos es según Dios” (Rm 8,
27). La oración al Padre se inserta en la misión
misteriosa del Hijo y del Espíritu. De ahí que Jesús nos
invite a que pidamos al Padre el Don del Espíritu Santo:
"Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas
buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?
Este don indisociable de las palabras del Señor
y del Espíritu Santo que les da vida en el corazón de los
creyentes ha sido recibido y vivido por la Iglesia desde
los comienzos. Las primeras comunidades recitaban la
Oración del Señor “tres veces al día” (Didaché 8, 3), en
lugar de las “Dieciocho bendiciones” de la piedad judía.
Según la Tradición apostólica, la Oración del Señor está
arraigada esencialmente en la oración litúrgica: "El
Señor nos enseña a orar en común por todos nuestros
hermanos. Porque Él no dice Padre mío que estás en el
cielo, sino Padre nuestro, a fin de que nuestra oración
sea de una sola alma para todo el Cuerpo de la Iglesia"
(San Juan Crisóstomo). En la Liturgia eucarística, la
Oración del Señor aparece como la oración de toda la
Iglesia. Allí se revela su sentido pleno y su eficacia.
Situada entre la Anáfora (Oración eucarística) y la
liturgia de la Comunión, recapitula por una parte todas
las peticiones e intercesiones expresadas en el
movimiento de la epíclesis, y, por otra parte, llama a la
puerta del Festín del Reino que la comunión
sacramental va a anticipar. Rezar el Padrenuestro con
las manos extendidas en forma de cruz es un signo
corporal visible de nuestro abandono en las manos del
Padre para hacer su voluntad. Fieles a la
recomendación del Señor y siguiendo... nos atrevemos...
EL CAMPANARIO
CRACOVIA - GIL
GARCÍA - COUSO
Con esta vista
panorámica del mes de
Agosto
dejamos
descansar
la
HOJA
PARROQUIAL hasta el
próximo
4
de
Septiembre deseándoos
a todos/as los que vais a disfrutar de unas
merecidas vacaciones que realmente podías
descansar y volver a la vida ordinaria con
renovadas energías y deseos de seguir haciendo
el bien y a todos los que permanecéis por
diversas razones en vuestros hogares que el
Señor os permita contemplarle cada día "entre
las tareas ordinarias de cada jornada".
Cuando leáis esta
columna, un buen grupo de
feligreses
de
nuestra
Parroquia
estaremos
peregrinando
hacia
Cracovia (Polonia) para
participar en la XXXI
Jornada Mundial de la Juventud junto al
Papa Francisco. ¡Rezad por los frutos
espirituales de este evento eclesial!
Si Dios quiere, el 4 de Agosto por la
tarde llegaremos a Salamanca y tras cambiar
la maleta por la mochila nos embarcaremos en
la aventura, ¡siempre creativa
y
motivadora!
del
Campamento
con
121
muchachos y muchachas en
Gil García (Ávila) para vivir 9
días en contacto con la naturaleza
y descubrir la belleza de ser creaturas de Dios
llamados a cuidar y cultivar el inmenso jardín de
la creación como nuestra propia casa. Ayudados
por la diligencia y el servicio -a fondo perdido- de
cerca de veinte monitores, responsables y
ayudantes en tareas diversas, afrontamos
este nuevo Campamento con ilusión y deseos de
ayudar a nuestros hijos e hijas a descubrir el
Evangelio del servicio en un marco apropiado
para aprender a crecer en valores, compartir
juegos, dinámicas, diversiones... y compartir la
alegría de la fe en Jesús el Peregrino de Dios que
puso su tienda en medio de nosotros para
regalarnos el Amor
del
Padre
y
hacernos partícipes
de su misma Vida,
Alegría y Paz por
medio
de
su
Espíritu
Santo
derramado
en
nuestros corazones
que nos moviliza
para pasar haciendo siempre el bien.
Tras finalizar el Campamento, si Dios
quiere, del 18 al 25 de Agosto, me retiraré al
Monasterio de Nossa Senhora do Rosário que las
Hermanitas de Belén y
de la Asunción de la
Virgen tienen en un
páramo solitario dentro
de
la
demarcación
geográfica
de
un
pequeño
pueblo
portugués que se llama
Vila do Couso. Allí, en un ambiente de silencio y
oración, me espera el Señor para "tratar de
amistad con Él y dejar que me sane el corazón".
Serán unos días para zambullirme en el mar
de la oración en la que, sin duda alguna,
estará presente de una forma muy viva toda
la Comunidad Parroquial con nombres y
rostros... ¡ante el Señor os tendré presente
a todos! El Papa Francisco nos invita buscar y
favorecer estos espacios para el encuentro
personal
con
Jesús:
"¡Qué dulce es estar
frente a un crucifijo, o de
rodillas
delante
del
Santísimo,
y
simplemente ser ante
sus ojos! ¡Cuánto bien
nos hace dejar que Él
vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a
comunicar su vida nueva! Para eso urge
recobrar un espíritu contemplativo, que nos
permita redescubrir cada día que somos
depositarios de un bien que humaniza, que ayuda
a llevar una vida nueva" (cf. Evangelii gaudium,
n. 264). Con esta motivación me retiro al silencio
del Monasterio: estar ante el Señor, contemplar
su Rostro de Misericordia y poner los ojos fijos
"sólo en Él". ¡Rezad por mí para que me deje
transformar por Él!
NOTICIAS DE NUESTRA
PARROQUIA
* Durante el tiempo en que transcurre la
peregrinación a Cracovia, quedarán al frente de la
Parroquia Don José Adolfo (tfno.: 696-939384)
quien presidirá la Misa de las 12h y Don Gerardo
(tfno: 602-405829) que presidirá la Misa de las
20h. Las Misas de los domingos 24 y 31 las
presidirán el Padre Arbizu (trinitario) la Misa de
las 9h y Don Alonso las Misas de 11 y 12.
* A partir del 4 de Agosto, estará al frente
de la Parroquia Don Mikel (Tfnos.: 923 221946 628-583915), él me sustituirá al frente de las
tareas y servicios parroquiales.
¡Demos gracias a Dios por la disponibilidad de
todos estos sacerdotes! Recemos por ellos y
ayudémosles en todo lo que necesiten.
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