Las fórmulas de la Fe

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Las fórmulas de la Fe
En la teología de la Fe, la fe es una fuerza. Es, además, la materia prima de la cual fue
hecho el universo y es la fuerza que hace que funcionen las leyes del mundo espiritual.1
Así que ¿cómo hace usted para que las leyes del mundo espiritual funcionen para usted? De
acuerdo a los maestros de la Pe, es a través del uso de fórmulas. No tan solo consiguen estas
fórmulas de fe que las leyes del mundo espiritual funcionen, sino que consiguen, además, que el
Espíritu Santo trabaje en beneficio suyo. Dios queda disminuido al nivel de un mero sirviente
quien ciegamente tiene que responder al toque de la campana y al llamado de las fórmulas
expresadas por los fieles.
Fórmulas de la fe: ése es el nombre del juego. Esta es la razón por la cual también el
movimiento de la Fe ha sido conocido como el movimiento, de la Confesión Positiva. La
doctrina de la Fe enseña que las confesiones dan libre acceso a la fórmula de la fe y activan las
leyes espirituales. Las confesiones positivas activan el lado positivo de la fuerza; las confesiones
negativas activan el lado negativo. Desde una perspectiva práctica, la ley espiritual es la fuerza
final del universo. En un libro titulado Dos clases de Fe, E. W. Kenyon insiste en que "es
nuestra confesión la que nos rige".2
Kenneth Hagin se quejó en cierta oportunidad de que las personas no salvas estaban obteniendo
mejores resultados de sus fórmulas de fe que los miembros de las iglesias. Y amaneció entonces
en él un gran interés en lo que hacían los no salvos. Tal como nos cuenta la historia en su
pequeño libro, Teniendo fe en tú Fe, estos pecadores estaban "cooperando... con la ley de la
fe".3 Definitivamente, de acuerdo a la fórmula de la fe, la riqueza de este mundo está
estrechamente relacionada con la palabra en tu lengua.
Esta es la razón por la que Hagin enseña a la gente a tener fe en su fe en lugar de tener fe en
Dios. "Implica recibir fe dentro de tu propio espíritu el decir en voz alta: "Fe en mi fe" —dice
Hagin, quien añade—, "Mantente diciendo eso hasta que lo grabes en tu corazón. Yo sé que
puede sonarte extraño cuando lo digas por primera vez y hasta tal vez se te rebele tu propia
mente. Pero no estamos hablando de tu cabeza; estamos hablando sobre fe en tu corazón".4
Hagin apela entonces a Marcos 11:23, donde se lee:
"Porque de cierto os digo que cualquiera que DIJERE a este monte: quítate y échate en el mar, y
no dudare en su corazón, sino CREYERE que será hecho lo que DICE, lo que DIGA le será
hecho" (los énfasis son de él). Dice Hagin: "Fíjese en dos cosas adicionales sobre este verso 23:
(1) El cree en su corazón; (2) él cree en sus palabras. Otra manera de decir lo mismo es ésta: El
tiene fe en su propia fe... Tener fe en sus palabras es tener fe en la fe..."5
El más básico ingrediente en la fórmula de la fe es tu propia palabra. !Las palabras rigen! Es a
través de nuestras palabras que nosotros podemos aprender a activar la fuerza de nuestra fe. Esta
es precisamente la razón por la que la teología de la Fe ha sido identificada con las expresiones,
"Menciónalo y reclámalo" o "Repítelo y tómalo".
Preparando tu propia suerte
Hagin elabora sobre este tema en un pequeño libro, cuyo título lo hemos traducido de la
siguiente forma Cómo preparar tu propia suerte con Dios. (Este título es para asombrar a
cualquiera). Aquí Hagin insiste en que el mismo Jesucristo se le apareció personalmente y le dio
la fórmula para la fe En el capítulo inicial, titulado. Jesús se me apareció, Hagin reseña que
cuando él "estaba en el Espíritu" —exactamente igual que el apóstol Juan en la isla de Patmos—
una nube blanca le envolvió y empezó a hablar en lenguas.6
"Entonces el mismo Señor Jesús se me apareció —dice Hagin— estuvo como a tres pies de
mi".7 Después de lo que pareció una conversación casual sobre cosas tales como finanzas,
ministerio y aún asuntos de actualidad Jesús le dijo a Hagin que tomara una pluma un pedazo de
papel. Entonces le instruyó, diciéndole: "Escribe 1, 2, 3,4"8
Jesús, entonces, supuestamente, le dijo a Hagin que "si cualquier persona, donde sea, tomara
estos cuatro pasos o pusiera en operación estos cuatro principios esa persona recibiría todo
cuanto quisiese, de Mí o de Dios el Padre".9 Eso incluye, financieramente hablando, todo lo que
usted quiera.10 La fórmula es simple: "Dilo", "Hazlo" "Recíbelo" y "Cuéntalo".
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El paso número uno es. "Dilo", "positivo o negativo, eso depende del individuo. De
acuerdo a lo que el individuo quiera, eso habrá de recibir"11
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El paso número dos es: "Hazlo". "Tu acción puede derrotarte o elevarte. Deacuerdo a tu
acción, tú recibes o te quedas sin recibir",12
El paso número tres es: "Recíbelo".13 Nosotros tenemos que conectamos con "fuente de
poder en el cielo"14 La fe es el conectador. ¡Alabado sea Dios! Simplemente,
conéctate.15
El paso número cuatro es: "Cuéntale a otros lo que te ha pasado, para que puedan
creer".16 Este paso final puede ser considerado el programa de extensión del
movimiento de la Fe.
Ahí la tiene usted —la fórmula de la fe—, directamente de los labios del Jesús de Hagin. De
acuerdo con este Jesús, la fórmula habrá de ser usada por los cristianos, porque "sería una
pérdida de tiempo orar por Mí (entiéndase. Jesús) para que yo les dé la victoria. Ellos tienen que
preparar su propia suerte".17
"Prueba" Escritural
A pesar de que supuestamente recibió el dictado directamente del mismo Cristo, Hagin
aparentemente tuvo sus dudas sobre la veracidad de la fórmula. Por tanto, el retó a su Cristo
a que la "probara".18 Sin siquiera perder una pulsación, "Jesús" le refiere a Hagin la historia de
David y Goliat (I Samuel 17). "Ahora, espera un minuto —protesta Hagin—. ¿quieres Tú
decirme que eso fue lo que David hizo? —"Jesús" responde prestamente: "Exacto. Fueron esos
los cuatro pasos que él tomó".19
Después de ir sobre el relato de David y Goliat, Hagin está de acuerdo en que lo que "Jesús"
dice es verdad. Dice Hagin: "David sabía que usted puede tener lo que dice. El sabía que usted
puede preparar su propia suerte".20
Cualquier cristiano con una mente abierta que lea el librito de Hagin tiene que concluir que
Jesucristo de Nazaret no le apareció a Kenneth Hagin. Tampoco puede aceptar que El dijo las
cosas que afirma Hagin. O bien Hagin fue vilmente engañado, o él tuvo una conversación con
otro Jesús, quien le presentó otro evangelio (II Corintios 11:3,4).
Una cosa es cierta: el pequeño libro de Hagin sirve para cualquier cosa, menos para aclarar
conceptos de las Escrituras. Aunque a veces las cosas que Hagin escribe son risorias, todo el
humor se desvanece rápidamente cuando usted considera que un vasto número de personas que
están tragándose sus extrañas fórmulas están extraviadas de los caminos del Salvador.
En un inútil intento por hacer legítima su formula de la fe —especialmente el paso número uno,
"dilo"—, Hagin acude a Proverbios 6:2: "Te has ensalzado con las palabras de tu boca". Este
texto, de acuerdo con Hagin, demuestra que si usted habla positivamente, obtendrá resultados
positivos; pero si usted habla negativamente, recibirá resultados negativos.
Pero este verso nada tiene que ver con tipo alguno de "fórmulas de la fe". Ni remotamente
sugiere que las palabras tengan poder en sí mismas. Salomón en este pasaje (compare con el
versículo 1), estaba simplemente señalando que siempre que usted entre en un acuerdo con -una
persona, usted queda obligado por ese acuerdo. Constituirse en garante de otra persona lo
convierte a usted en responsable por las deudas de esa persona —lo cual puede llevarle a
lamentar lo que ha hecho. Usted, brevemente dicho, queda comprometido por sus propias
palabras. Eso es todo.
Charles Capps se sirve del mismo texto para llegar aún a una más ilógica conclusión. Con
el propósito de advertir á las personas que ellas reciben exactamente lo que dicen, Capps
explica que quienes usan expresiones tales como, "yo me muero por hacer eso", o "eso me
intriga hasta la muerte", están "haciéndose acompañar por la muerte". Y añade que "Adán fue
más inteligente que eso. Le tomó al diablo casi 900 años el poder matarlo, pero ahora el diablo
ha programado su. propio lenguaje para la raza humana, de tal forma que hoy día la gente vive
alrededor de 70 años o menos, por decir lo que el diablo quiere".21
Razonamientos tan irresponsables nos llevan a una interesante pregunta, ¿Cuándo Dios nos
dice que nos cubrirá con sus alas (Salmo 91:4), cree Capps que el Todopoderoso está en peligro
de convertirse en una gallina? Y en un tono más serio: ¿Cree Capps que Jesús estaba
"haciéndose acompañar por la muerte" en el huerto de Getsemaní cuando dijo: "Mi alma está
muy triste, hasta la muerte"? (Mateo 26:38).
Imitadores sectarios
Desafortunadamente, Capps no es el único maestro de la Fe que ha sido influenciado por
las fórmulas de Hagin. Papi Hagin (como algunas veces ha sido llamado), ha procreado un
ejército de imitadores. Uno de ellos es llamado Norvel Hay es. En una de las más irracionales
entrevistas que hasta la fecha yo he visto en la televisión cristiana, les dice Hayes a Paúl y Jan
Crouch algo acerca de una conversación que él tuvo con Jesucristo, mediante la cual, también
recibió él la fórmula de la fe.22
Hayes, al igual que Hagin, tuvo una experiencia extra-corporal y fue trasportado en una
blanca nube a la presencia de Jesús. Tan pronto como llegó. Jesús empezó a preguntarle acerca
de algunas protuberancias en el cuerpo de su hija. Jesús estaba molesto porque Hayes no había
sido capaz de percatarse de las raíces de esta anormalidad. Supuestamente, le dijo Jesús a Hayes:
"Tú me perteneces a mí exactamente igual que Hagin —y añadió—, cualquier cosa que haga
Kenneth Hagin en el nombre de Jesús, también puedes hacerlo tú". Después de esto, procedió a
darle la fórmula de la fe. Aunque la versión de Hayes es un poco más confusa que la de la de
Hagin, la trama es similar.
Primero, él tiene que dar órdenes a la enfermedad, o maldecirla. Tal como Hayes aprendió
en el cielo, usted no le habla a Jesús acerca de sus problemas; usted les habla directamente a las
montañas y las hace desaparecer de su vida. En segundo lugar. Jesús le dijo que creyera y jamás
dudara, viera lo que viera. Como dice Hayes en su historia, él creyó y ni un solo momento dudó,
durante cuarenta días y cuarenta noches. Después de su insólita experiencia, Hayes encontró la
salida al problema que estaba deteniéndole las protuberancias que habían plagado a su hija Zona
desaparecieron en un instante.
Los estudios TBN estallaron en aplausos y con exclamaciones de gozo cuando Hayes
concluyó su historia. Un poco después, en la misma entrevista, Hayes les dijo a Paul y Jan
Crouch una historia que Hagin había compartido con él. En esa historia, al Señor le dijo que
debía sanar a la hermana de Hagin cuando ésta tenía 50 años y sufría de cáncer terminal.
Entonces, el Señor, supuestamente le dijo a ella que le daría cinco años adicionales para que
construyera su fe, y en caso contrario, moriría. Pasaron los cinco años y la hermana de Hagin
había sido incapaz de fortalecer sus "músculos de la fe" suficientemente. Fue así que el cáncer
regresó y ella murió.
Fíjese en el dilema que esto crea. De una parte, se nos ha dicho que nosotros debemos reclamar
nuestra salud, aun cuando no se haya presentado todavía ningún tipo de manifestaciones físicas.
El otro aspecto es que cuando somos sanados, la enfermedad puede reaparecer si nuestra fe falla.
Esto nos coloca entre la espada y la pared, ¿no es así?
Yo pudiera añadir que esto deja al maestro de la Fe fuera del anzuelo en cada ocasión. Si usted
le dice: "Yo he probado su fórmula, y no funciona", él puede sonreír limpiamente y decirle: "Si
creyera y no dudara, usted podría tener lo que diga". Pero si usted queda supuestamente sanado
y más tarde vuelve a perder su salud, el culpable es usted, por ser víctima de su propia confesión
negativa. ¡Muy, pero muy conveniente!
¿Por qué ser tan áspero?
A estas alturas usted debe estar pensando: Bien, tal vez. Hagin, Hinn, Hickey, Hayes, y
otros maestros de la Fe estén completamente equivocados. ¿Pero por qué tiene usted que juzgar
sus palabras tan ásperamente? ¡Sí! Cuando lo esencial de la fe está en peligro, son muy
necesarias las más fuertes medidas.
El apóstol Pablo no escatimó palabras para llamar a Elimas, el mago, "hijo del diablo,
enemigo de toda justicia" (Hechos 13:10). Y no se detuvo ahí, sino que continuó describiéndolo
como "lleno de todo engaño y de toda maldad", y como uno que estaba "trastornando los
caminos rectos del Señor".23
Jesucristo mismo desenmascaró a los falsos maestros de su tiempo con esta severa
denuncia: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra
para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que
vosotros... !Serpientes, carnada de víboras, ¿cómo escaparéis del juicio del infierno? (Mateo
23:15, 33 BLA).24
Es oportuno ahora que nos afiancemos en las fuertes palabras del Señor, tal como han sido
registradas por el profeta Jeremías:
"Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os
profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca
de Jehová" (Jeremías 23:16).
Tiene que existir pocas dudas de que las visiones de Hagin, Hinn, Hayes y los otros
maestros de la Fe son resultado de sus propias imaginaciones y no representan las palabras del
Señor.
"Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé,
soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que
profetizan el engaño de su corazón? ... Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice
Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano" (Jeremías 23:25-26, 30).
Uno de los más inquietantes aspectos de mi investigación sobre la teología de la Fe, es que
una y otra vez he descubierto que los maestros de la Fe, quienes reclaman que reciben
revelación y sabiduría de Dios, al fin y al cabo no
hacen otra cosa que repetir historias que unos oyen de los otros.
"Dice Jehová: He aquí yo estoy en contra de los profetas que endulzan sus lenguas y dicen:
El ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los
cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les
mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová" (Jeremías 23:31-32).
Trágicamente, esto es precisamente lo que hacen estas fórmulas del movimiento de la Fe.
Ellos "hacen errar a mi pueblo" y "ningún provecho hicieron a este pueblo".
De las sectas al ocultismo
A pesar de lo dañinas que son estas fórmulas de la fe, las cosas pueden empeorar. Kenneth
Copeland lleva las fórmulas de Hagin del reino de las sectas al mundo de lo oculto.
En la versión de Copeland sobre la fórmula de la fe, las palabras de fe realmente penetran a lo
que el llama el Santo de Santos y entonces crean los objetos tangibles que representan. Todo lo
que hace falta es: 1) ver o visualizar cualquier cosa que usted necesite, ya sea física o financiera;
2) afianzar su reclamación en las Escrituras; y 3) hablar, para que existan.25
¿Le gustaría tener un yate? La teología de Copeland le dice al creyente que primero visualice su
yate de 82 pies y que después base su reclamación en las Escrituras; y que finalmente diga la
palabra de fe. Transportada en las alas de la esperanza (la que se explica como una "sustancia
eterna y viviente" que reside en cada creyente),26 la palabra místicamente penetra "en el velo
que está en el más santo lugar que existe en el cielo", y se mece allí en "el Santo de Santos". A
su tiempo, la palabra que ha penetrado el velo experimenta una metamorfosis y se convierte en
la misma realidad que representa".27
Esta, mi amigo, no es nada más que la técnica de lavisualización creativa de la Nueva Era. Dos
ejemplos adicionales confirman este análisis. Primero, Copeland discurre sobre una visión (de
una Biblia) que surgió "directamente de mí y fue al Santo de Santos", 28 y a partir de allí se
convirtió en un objeto físico. Segundo, Copeland habla sobre la aplicación del mismo método en
el caso de un parálisis física:
"Cuando usted llega al momento en que toma la Palabra de Dios y construye una imagen
en el interior de usted, en la que usted aparece no teniendo piernas inválidas ni ojos
ciegos, sino que cierra sus ojos y se ve a sí mismo saltando de su silla de ruedas, eso se
grabará en el Santo de Santos, y usted saldrá de sus limitaciones. usted se levantará!"29
Es curioso descubrir cuan cerca está la fórmula de Copeland de las tres creencias
principales en el punto de vista universal del ocultismo. Primero a la gente en el mundo de lo
oculto se les dice que el poder para crear su propia realidad está dentro de ellos mismos. Los
ocultistas mantienen que ellos tienen la capacidad inherente para de forma sobrenatural cambiar,
crear o dar forma al mundo que les rodea. Segundo, ellos también creen que las palabras están
imbuidas con un poder creativo que afecta directa y dramáticamente al mundo en el que ellos
viven. Y, finalmente, creen los ocultistas que ellos pueden usar su visualización creativa para
traer cosas a la existencia por medio de sus palabras.
Entre los otros grupos sectarios que abrazan estas prácticas están las ciencias de la mente
metafísica (por ejemplo, la Ciencia Religiosa, y la Ciencia de la Mente) del movimiento de la
Nueva Era,30 y otros grupos neopaganos, siendo entre estos, el más común, la hechicería .
Copeland es consciente, más allá de la duda, de que mucha gente cree que él está
promoviendo lo que, en sus mismas palabras, es "como la visualización que se hace en las
prácticas metafísicas y de meditación".31 El por lo tanto, inmediatamente le da vuelta a la mesa:
"Lo que ellos está haciendo tiene que ver con lo que voy a decirles. El diablo es un
falsificador. El nunca se aparece con nada que sea verdadero. El representa la forma
pervertida de la cosa verdadera. ¿De dónde creen ustedes que él obtuvo esto? Ese monigote
no sabe nada por sí mismo. Amén".32
En otra ocasión Copeland sencillamente afirma que tanto la confesión positiva como la
visualización creativa se basan en el mismo principio. "Las palabras crean imágenes, y las
imágenes en tu mente crean palabras. Y cuando las palabras vuelven a tu boca... Y cuando la
fuerza espiritual surge es para darle sustancia a la imagen que está dentro de ti. ¡Pues, eso es lo
que es visualización! ¡Y eso es lo que es la Nueva Era! No, la Nueva Era está tratando de
hacerlo y si consiguen algún resultado, se debe a la ley espiritual, mi hermano".33
Conexiones ocultistas más amplias
Las enseñanzas ocultistas de Copeland están estrechamente vinculadas con las enseñanzas de los
círculos de la Fe. Paúl Yonggi Cho, por ejemplo, un hombre que proclama, y se ha comprobado,
que es el pastor de la iglesia más grande del mundo (Iglesia del Evangelio Completo de Yoido,
Corea del Sur), ha codificado estas mismas fórmulas de fe bajo la etiqueta de "poder cuatridimensional". En su libro de excepcional venta. La Cuarta Dimensión,34 él revela su separación
de la teología cristiana histórica y su incursión en el mundo de lo oculto.
Cho está bien consciente de que las religiones paganas amplían su poder. El afirma que Dios le
dijo que los budistas y los adherentes del yoga obran milagros porque ellos, en contraposición a
los cristianos, han desarrollado plenamente sus poderes cuatri-dimensionales. Refiriéndose a la
versión budista de "nómbralo-y-reclámalo", en el culto llamado Soka Gakkai, Cho dice que
aunque ellos pertenezcan a Satanás, su perspicacia cuatri-dimensional les ha provisto con
dominio sobre sus cuerpos y sus circunstancias.35 "Repitiendo frases una y otra vez, y otra
vez... está gente termina creando algo, y realizan milagros —dice Cho—, pero si el diablo puede
hacer estas cosas, ¿por qué no han de poder hacer mucho más los que pertenecen a la Iglesia de
Jesucristo?" 37
¿Qué es el pensamiento cuatri-dimensional? Cho provee la respuesta por medio de una
ilustración. El pastor Cho en cierta ocasión ayudó a una mujer de 30 años de edad (la que
alegadamente estuvo orando por encontrar un esposo, por espacio de diez años), a "crear" al
hombre de sus sueños. Cuando Cho le preguntó qué clase de marido ella quería, respondió,
"Bueno, eso depende de Dios. Dios sabe todas las cosas".38 Cho inmediatamente argumentó
que Dios no contesta oraciones indefinidas, y que si ella quería conseguir un esposo, tenía que
ser mucho más específica.39 Rogándole que se sentara, le extendió un pedazo de papel y le dijo
a ella que escribiera los números del uno al diez.
—Número uno —pregunto Cho—, ¿tú quieres que tu esposo sea europeo, asiático o
africano?
—Europeo —contestó ella.40
—Número dos, ¿de qué estatura lo quieres?
—De seis pies —replicó ella.
—Número tres, ¿qué profesión?
—Maestro de escuela. (En la primera versión esta tercera pregunta se refería a la
apariencia física preferida).41
—Número cuatro, ¿aficionado a qué?
Y así fue transcurriendo, hasta que ella tenía las diez características del hombre de sus
sueños. Cho entonces le dijo que colgara el papel de su espejo y que frente al mismo repitiera en
alta voz los diez puntos cada mañana al despertarse. Cho, entonces, declara triunfalmente que
esta muchacha soltera, en un breve período de tiempo, encontró al marido que anhelaba.42
Cho sumariza esta "ley de incubación"43 como sigue:
"Primero, hazte una meta bien clara, entonces dibuja un cuadro mental, que sea vivido y
gráfico"44 y "visualiza el éxito".45 Entonces, "incuba" esa meta hasta su realización,
trayéndola finalmente a su existencia mediante "el poder creativo de la palabra hablada".46
Desafortunadamente, Copeland y Cho no son los únicos maestros de la Fe cuya teología,
puede ser vinculada con el mundo de lo oculto. Benny Hinn, durante una de sus aspiraciones en
el programa Praise the Lord (PTL— "Alaba al Señor"), por TBN, apeló directamente a la
historia de una bruja en su discusión sobre el "poder de la palabra hablada":
Una bruja me dijo esto: "Usted sabe que a nosotros se nos enseña en la hechicería cómo matar
pájaros con las palabras y como matar gentes con nuestra boca... Estamos entrenados con
nuestras palabras para traer enfermedades a los hombres... hablando con ciertas expresiones que
los aniquilan". Ella puede, en efecto, causar enfermedades que llegan hasta matar... Ella dijo,
"Con palabras, yo he matado pájaros. Yo he estado habituada a hacerlo". Dijo que podía hablarle
a un pájaro y que el ave caería muerta en un instante... Yo dije, "Dios mío, yo no sabía que el
diablo tenía tanto poder". Y el Señor me habló, diciéndome, "El diablo puede matar con
palabras, y tú, con palabras, puedes crear la vida". Y esa verdad saltó dentro de mí, mi
hermano... Y nosotros que somos cristianos no acabamos de damos cuenta del poder en nuestras
bocas...48
Precisamente, porque sus enseñanzas son antibíblicas, los maestros de la Fe se ven forzados
a apelar, tanto a la hechicería como a una técnica impropia de interpretación de las Escrituras.
Pervirtiendo los Proverbios
Una de las tácticas favoritas de los maestros de la Fe es la de abusar de Proverbios 18:21 ("La
muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama, comerá de sus frutos"), para probar
que en la Biblia se enseña la confesión positiva.49 Aunque en Las Escrituras se hace claro que
nuestra lengua puede tener un devastador impacto en otra persona, no existe apoyo bíblico a la
idea de que nuestras confesiones tengan poder para crear la realidad".50 Únicamente Dios es
capaz de tal hazaña.
Si Dios pudiera ser controlado por medio de la confesión positiva, El sería reducido al nivel de
un sirviente cósmico, sujeto a las fórmulas de la fe. Usted sería Dios y El sería su criado. Usted
se sentaría en el trono del universo, rodeado por su propio ego. Y usted tendría un concepto
diminuto de Dios y una concepción gigantezca del hombre.
Pero Charles Capps reclama que el mismo Dios le dijo a él: "Tú estás bajo el ataque del
diablo y Yo no puedo hacer nada por evitarlo. Tú me has atado con las palabras de tu propia
boca".51
Frederick Price pareció desenvolverse al mismo nivel en que lo hiciera Capps, cuando
empezó a martillar en su corazón con las falsas enseñanzas de que Dios es un títere cuyas
cuerdas están controladas por la humanidad:
"¡Ahora, esto es chocante! Pero Dios tiene que recibir permiso para trabajar en el reino de
este mundo a favor del hombre... ¡Sí! Tú estás en control! Así, que si el hombre tiene el
control, ¿quién no lo tiene ya? Dios... Cuando Dios le dio el dominio a Adán, eso significó
que ya El no tendría el dominio de nuevo. Así, que Dios no puede hacer nada en esta tierra,
a no ser que nosotros le dejemos. Y el camino para que le dejemos o le demos permiso es a
través de la oración".52
Yo espero que ahora esté bien claro que el dios del movimiento de la Fe no es de veras Dios. El
es solamente un ser de fe, atado por la fuerza impersonal de la fe. En este extraño universo, la
Fe es el rey y Dios es el siervo.
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