Los riesgos del poder dual

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CULTURA y POLÍTICA / Publicación del Instituto PRISMA y PLURAL editores / Nº 6 / 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 / Bs 5
El quebranto del Estado de derecho fractura territorial y políticamente al país
Los riesgos del poder dual
El Yatiri
Artista invitado: Arturo Borda.
Revocatorio y dirimidor
Para que el referéndum revocatorio sea a la vez
dirimidor –no del absurdo tema de la extensión
del latifundio, que podría corregirse modificando un artículo de la Ley inra, sino del llamado
empate catastrófico– tendría que preguntarse al soberano si 1) se queda Evo con su Constitución y
se van los prefectos, o 2) se quedan los prefectos
con sus Estatutos y se va Evo, en cuyo caso habría
que convocar a nuevas elecciones generales. De
otro modo, el referéndum revocatorio se limitará
a un torneo entre machos alfa, que no altera los
términos del “empate”.
Con la actual opción revocatoria en ciernes,
el diálogo propuesto por el Presidente se convertiría en un foro entre candidatos, para que el
público decida quién lo hace peor. Y en una de
esas, el soberano decide que se vayan todos. ¿Hay
maneras más efectivas de complicar el embrollo
boliviano?
Contrapuntos:
La aprobación simultánea de la
Constitución del mas y de los Estatutos
autonómicos –ambos viciados de
irregularidades– ha acentuado la fractura
territorial, social, política y étnica del
país. Sin un acuerdo que reconduzca
el proceso constituyente y el proceso
autonómico por los cauces de la legalidad
constitucional, esa fractura podría
derivar en una crisis política ampliada,
caracterizada por la ingobernabilidad,
la anomia, el descalabro económico
y la violencia. En ese contexto, la
electoralización de la escena política no
parece ser la vía más adecuada para
resolver unas controversias originadas
en conductas antidemocráticas de unos y
conspirativas de otros. ¿Hasta dónde se
pueden forzar las contradicciones antes
de que se quiebre la institucionalidad
republicana? Se avecina un 2008 cargado
de incertidumbres.
Entrevistas:
Roger Tuero, Franz X. Barrios,
Fernando Mayorga, pp. 4-5
“Se avecinan
acuerdos o rupturas
definitivas”
Crónica:
Carlos Hugo Molina. p. 6
Globalización e identidades p. 8
La Constitución del MAS pp. 10-11
Consenso sobre cambio climático pp. 12
Los límites del nacionalismo p. 14
Crezcan y multiplíquense p. 15
La democracia cosmopolita pp. 16-19
Poesía de Guillermo Bedregal p. 20
Itinerario de Gamaliel Churata pp. 21-22
“Liberales
proteccionistas y
mercantilistas“
Enrique Correa. p. 7
”Si no hay tinku, habrá t’inku”
Un vaticinio analítico de Javier Medina. p. 9
/
editorial
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Concertación: el mayor desafío de 2008
L
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Fernando Mayorga U.
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escribir al correo electrónico
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Las colaboraciones no solicitadas
serán sometidas a la consideración
del Consejo Editorial
a memoria colectiva retendrá
seguramente por mucho tiempo
las imágenes del 15 de diciembre
pasado. Durante varias horas se
pudo observar la transmisión televisiva
de dos eventos totalmente diferentes en
su carácter y escenografía. En La Paz, un
desfile de tipo militar-campesino con la
ausencia casi completa de los vecinos de
la ciudad. En Santa Cruz y otras ciudades
del oriente, la realización de una concentración de tipo cabildo. Las imágenes
han dejado plasmada la idea de un país
dividido, incapaz de ponerse de acuerdo
sobre sus normas fundamentales.
Es imprescindible encontrar fórmulas que permitan aproximar las posiciones extremas que ocupan el centro de
la escena política nacional.
El texto adoptado por la Asamblea
Constituyente adolece de serios vicios de
procedimiento, adicionales por supuesto
al hecho de que en Oruro sólo estuvieron
presentes algo menos de 170 asambleístas, pertenecientes en su
integridad a las tiendas del mas y de sus aliados.
Para no defraudar las expectativas cifradas en un pacto nacional que establezca las nuevas relaciones entre el Estado y la
sociedad, así como entre los diferentes grupos sociales, es imprescindible enderezar el proceso y volver a colocarlo sobre un
trayecto legítimo y legal.
Las disputas entre el Gobierno central y las Prefecturas opositoras han debilitado aún más las ya de por sí frágiles instituciones.
Las perspectivas para el próximo año son complejas. Se anticipa un período de intensa campaña proselitista en función de los diferentes referendos previstos, donde destaca el que ha propuesto el
Presidente para la revocatoria de mandatos del propio Presidente y
los nueve Prefectos. Hay que mencionar también los dos referendos inscritos en el curso de las reformas constitucionales, así como
los que se pretende convocar en los ámbitos departamentales.
Uno de los requisitos primordiales de las diversas consultas previstas consiste en la verificable independencia política de
la Corte Nacional Electoral. Es conocido que a comienzos de
enero se cumple el mandato de su actual presidente y que además se requiere el nombramiento de otro vocal. El oficialismo y
la oposición expresada en el Parlamento tendrían que mostrar
al país que están en condiciones de alcanzar acuerdos sobre la
renovación de la cne con personas idóneas para ejercer las responsabilidades correspondientes.
En paralelo la gestión económica
tendrá que lidiar con problemas antes
desconocidos en el país, tales como el
proceso de descontrol monetario que
alimenta el alza de los precios, con cambios en las expectativas de los agentes
económicos, así como las dificultades de
desabastecimiento de algunos productos
e insumos de alta sensibilidad en el consumo de los hogares y el funcionamiento
de las empresas.
Si se combinan las incertidumbres
de la política con las nuevas condiciones
de desempeño de la economía, se hace
tanto más evidente la necesidad de encontrar fórmulas de entendimiento cooperativo entre los actores estratégicos
de la economía con miras a superar las
difíciles circunstancias que se pueden
anticipar. El Gobierno por sí solo no
cuenta con todos los instrumentos para
mantener la situación macroeconómica
Arturo Borda: Águila y serpiente en lucha bajo control, en vista de que la informalización se ha extendido aún más en el período reciente.
Las empresas formales por su parte están a la espera de
que se despejen las incertidumbres que se originan en la esfera política. Un conjunto de señales apropiadas, acompañadas de
mecanismos de concertación, podrían contribuir a generar condiciones para evitar una reducción aún mayor de las inversiones
productivas. Bajo tal contexto, habría que examinar a su vez otros
instrumentos de política económica.
Las autoridades económicas y financieras tendrían que darse cuenta de que su misión primordial consiste en generar los
incentivos que orienten las decisiones de los agentes privados
hacia el aumento de la inversión reproductiva, con sus correspondientes efectos sobre el crecimiento, las exportaciones y la
creación de empleo decente.
Las fiestas de fin de año han colocado una tregua de facto
hasta los primeros días del próximo año. Mientras los ánimos de
la ciudadanía se concentran en la celebración de las fiestas, sería
conveniente que el liderazgo político aproveche la ocasión para
explorar fórmulas que permitan superar los riesgos que se ciernen sobre el país. Resulta además de la mayor importancia que
las partes acepten la mediación imprescindible.
Esperemos que el espíritu de reconciliación navideño y las
esperanzas en un mejor 2008 –que los periodistas y editores de
Nueva Crónica quieren compartir con sus lectores–, contribuyan a encontrar el camino de la imprescindible concertación.
Los límites de la disputa política y social
U
na vez más el país ha bordeado el umbral de una
confrontación violenta entre los extremos del espectro político, y nada garantiza que a comienzos
del próximo año no se haga presente de nuevo tal
riesgo, acompañado además esta vez por la movilización de asalariados y perceptores de ingresos fijos en pos de
compensación de la inflación. Lo que nos mueve a preocupación en esta oportunidad es que la forma en que se vienen
desplegando las luchas políticas y sociales está conduciendo a
un grave debilitamiento del andamiaje institucional del país,
poniendo además de manifiesto que el Estado está lejos de
garantizar el orden público en todo el territorio de la República, lo que trae aparejado que el vandalismo se convierta
en el acompañamiento sistemático de las manifestaciones callejeras de uno y otro bando. A tales conductas delictivas se
están sumando ahora prácticas igualmente condenables de
linchamiento civil de personas sobre las cuales se quiere
atraer la furia popular, como sucedió en Sucre y Santa Cruz
con los declarados “traidores”. El pedido de asilo del Prefecto
de Chuquisaca constituye un ejemplo claro de esta conducta inadmisible. Ante tales circunstancias, dejamos claramente
expresado que no admitimos que la política consista en una
guerra entre enemigos irreductibles, y repudiamos el uso de
la violencia en todas sus formas. No existe ninguna razón que
justifique poner en riesgo la integridad de nuestro territorio ni
la plena vigencia de las instituciones que garantizan el imperio
de la Constitución y las leyes. Reiteramos que las reglas democráticas proporcionan el mejor método de garantizar la convivencia civilizada sin limitar por ello la búsqueda de la justicia
social y la erradicación de la sociedad de privilegios.
/
contrapuntos
Puntos críticos de la agenda de 2008
Autonomía e inclusión
Roger Emilio Tuero V. *
“Las autonomías departamentales y la inclusión social son el
resultado de un proceso que, al margen de las irregularidades
que se hubieran presentado, expresan reivindicaciones legítimas
de pueblos y regiones que difícilmente pueden ser desatendidas”.
E
l escenario actual no ayuda mucho la discusión de si algo es legal o ilegal, estos
criterios funcionan mientras se está en una situación de normalidad y racionalidad democrática; pero cuando la legalidad es precisamente lo que está en
cuestión, se avanza más escuchando las razones de los otros, consensuando las
posiciones para construir un nuevo marco jurídico que exprese las aspiraciones de todos los sectores enfrentados.
Hasta ahora la discusión política tuvo como escenario la Asamblea Constituyente, y una vez concluido su trabajo central con la presentación del proyecto de
Constitución aprobado por la mayoría oficialista, el escenario se ha movido hacia los
actores principales del conflicto: el gobierno central y las regiones. Ambos actores
provistos de sus respectivas cartas; el proyecto de Constitución y los estatutos autonómicos deberán sentarse a negociar.
Despejado el camino, sin la intermediación de los asambleístas del oficialismo
y la oposición, quedan los actores sociales y políticos de fondo, las regiones con sus
gobiernos departamentales y el gobierno nacional que tendrán que encarar de manera directa el conflicto. Esta situación tendría la ventaja de facilitar la solución porque
involucra a los actores directos en la negociación del conflicto, pero de no existir una
decidida voluntad de diálogo por parte de ambos actores, tendría la desventaja de
incrementar los riesgos de la confrontación.
La propuesta de Constitución y los estatutos autonómicos constituyen el punto
de arribo de dos procesos paralelos anclados en la formación social del país, sustentado en sus particularidades de desarrollo, de su economía y cultura y que, como
producto de la elaboración de su vida material, se concreta en dos visiones, dos proyectos de país que, en una primera impresión, pueden aparecen como antagónicos
e irreductibles uno frente al otro porque se ubican en el vértice donde se define la
supervivencia de unos u otros actores.
Si se abandona la idea fundamentalista de suprimir al adversario, de aniquilarlo,
sólo queda la posibilidad de buscar una solución negociada. La incorporación de las
masas secularmente excluidas es una tarea fundamental y urgente que debe abordar
el país; igualmente lo son las aspiraciones de desarrollo y de un espacio de decisión
política propia para los departamentos. El respeto a la identidad cultural y formas de
organización política y social de los pueblos originarios es tan válido como el respecto a la identidad y cultura de las regiones y habitantes de las zonas urbanas, que nada
más y nada menos forman parte de la cultura universal.
La bifurcación, como procesos separados que corren paralelos, puede tener una
salida diferente a la unificación por imposición de unos sobre otros; es posible también la unificación por la convergencia si los actores son conscientes de la imposibilidad material y moral de suprimir las contradicciones suprimiendo al otro. Esta visión
“heroica” de la solución de las contradicciones sociales, en el contexto del mundo
actual, no deja de tener un alto contenido de utopía y de ensoñación propia de los
reformadores que ven al mundo a través de su propia subjetividad.
Al margen del diálogo no hay futuro para el país. Sin diálogo entraremos en un
círculo perverso de confrontación y violencia donde nadie podrá lograr sus objetivos.
Aquí no importa quiénes son “los buenos” y quiénes son “los malos”; en la confrontación ambos bloques lucharán por su sobrevivencia. Las “10 familias oligárquicas”
de que habla el vicepresidente y “los fundamentalistas” del gobierno a los que se
refieren los sectores de la oposición política, si bien influyen en el oscurecimiento y
la profundización del conflicto, persiguiendo cada uno sus propios intereses, no son
los que crean las contradicciones estructurales; éstas son reales y hay que empezar
por reconocerlas.
Los actores del diálogo deben ser todos los actores involucrados en el conflicto.
Pero de forma preponderante deben estar el gobierno central y las regiones con sus
representaciones legítimas en los gobiernos departamentales. Cualquier diálogo que
no contemple la participación de uno de estos actores o no aborde el tema de la compatibilización de las propuestas presentadas por el gobierno nacional y los gobiernos
departamentales es una simple simulación que busca eludir la solución pacífica del
conflicto. Sin estos actores no hay acuerdo válido ni posibilidad de cumplirlo.
* Politólogo uagrm.
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Del Liceo a la UTO y de la UTO a la Lotería
Autonomía: una trayectoria
espasmódica
Franz Xavier Barrios Suvelza*
“Comparado con las versiones de Sucre y Oruro, el texto final
de la cpe presentado al Presidente ha ajustado positivamente
uno de los temas más delicados de un futuro pacto territorial”.
E
l tema delicado que quiero referir es el de la facultad legislativa. Tenemos
que comenzar con el texto de Sucre que, en realidad, retrocedió frente a
los acuerdos de la suprapartidaria al borrar cualquier mención a la legislación subnacional. El texto masista de Sucre, consecuentemente, se regocijaba
al anunciar en el Art. 407 que los mismos decretos supremos se hallarían por
encima de la normativa departamental (como errónoneamente sostuvo el interesante acuerdo de la suprapartidaria que, por lo demás, era de avanzada en este
punto), mientras que en el mismo sentido se recordaba en el Art. 148 del texto
sucrense que la “Asamblea Legislativa Plurinacional” era la única “facultada de
aprobar y sancionar leyes en el territorio boliviano”.
Luego vino la aprobación en Oruro donde se hace un intento atropellado
por incorporar la cuestión legislativa sin borrar siempre lo de “normativa administrativa” (Art. 273) y beneficiando incluso a la región con la facultad de legislación. Además, vale la pena recordar que se confirmaría en el texto orureño
el que las entidades territoriales tienen igual rango constitucional (Art. 277).
Tanto en Sucre como en Oruro, el texto constitucional remacha el enfoque altamente centralista en la formulación de los catálogos competenciales.
No sorprende, entonces, que en Sucre y Oruro se declarara como “competencias privativas indelegables” del “Estado plurinacional”: la legislación (que
entonces no podría aparecer como facultad subnacional), la “codificación sustantiva… en todas las materias” y “políticas generales… en todos los ámbitos”
(Art. 298 de Sucre, Art. 299 de Oruro, cursiva del autor).
En medio de catálogos competenciales napoleónicos, la cláusula de jerarquía normativa, el recordatorio del monopolio de legislación de la Asamblea
Nacional y la igual jerarquía interniveles, quedaba claro que la legislación subnacional se había degradado a una ficción por la inexperiencia de los expertos
constitucionalistas del oficialismo.
Ahora contamos con el texto aprobado en la ciudad de La Paz. Sorpresivamente, se ha mejorado algo del desbarajuste. En primer lugar ya no se extiende la
legislación a la región, dejándole sólo a ella lo “normativo-administrativo” (Art.
282). En segundo lugar, se retoma uno de los acuerdos de la suprapartidaria:
funcionalizar el nacimiento y operación de la “autonomía regional” a la decisión
de 2/3 de votos del total de miembros del Consejo Departamental (Art. 281).
Estas dos cuestiones invalidan obviamente la insistencia del texto de La Paz
de que las entidades territoriales autónomas tendrán igual rango constitucional
(Art. 277), pues la región está con un peso constitucional menor que el departamento y el municipio. En efecto, el texto de La Paz le deja no sólo al departamento, sino al municipio, el término de legislación (Art. 284). Desde la forma, un
perfecto Estado triterritorial, si se recuerda que además el nivel nacional legisla.
Es más: el estatuto regional se declara un instrumento “normativo-administrativo” (Art. 283/III), mientras que los órganos deliberantes departamental y
municipal son tratados separadamente para explicar la promulgación de estatutos
o cartas orgánicas de las que ya no se dice son instrumentos “normativo-administrativos” (como curiosamente lo planteaba el hipercentralista texto de Sucre
en su Art. 275), sino que –también a diferencia de los estatutos regionales– se las
envía al control de constitucionalidad como requisito de su activación legal.
Cabría reparar a futuro entonces en el texto de La Paz la equívoca pirámide del Art. 410 y el monopolio de legislación del Art. 146. Ambos artículos son
absurdos de mantenerse las mejoras insinuadas en el nuevo texto paceño del
régimen territorial del proyecto de CPE masista, aunque también allí queden
mejoras pendientes, pues el catálogo del Art. 299 que enlista lo “privativo indelegable del Estado plurinacional” sigue arrancando con “legislación” (lo cual es
nuevamente contradictorio con la ruptura del monopolio de legislación), aunque suprimió la idea de que desde aquí se codifique en “todas” las materias y
se defina política general en “todos” los ámbitos. La siguiente gran corrección
pendiente es pues una reparación a fondo de los catálogos competenciales.
* Economista.
/
contrapuntos
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Desencuentros y encrucijadas
Fernando Mayorga*
“…el mas ha dejado de lado la posibilidad de desplegar una acción hegemónica y ha optado por usar su supremacía para controlar
el espacio político, reduciendo su complejidad, pero perdiendo bases de legitimidad”.
E
l presente –esta coyuntura de crisis política, polarización ideológica y fractura regional– está
signado por el 11 de enero de 2007, fecha que
marca un hito en la historia regional de Cochabamba y constituye un quiebre en el proceso político
del país. Los enfrentamientos entre sectores urbanos
de la ciudad y campesinos cocaleros y regantes pusieron en evidencia la complejidad de las transformaciones político-institucionales, pero también el “fondo
histórico” de nuestra sociedad, que se caracteriza por la
intolerancia y la discriminación, a pesar de los avances
en la construcción de la democracia. Precisamente, el
11 de enero se expresó la otra cara de la política, aquella contraria a la democracia.
En diciembre de 2005 y en julio de 2006 la ciudadanía apoyó los pactos políticos concurriendo masivamente a las urnas para elegir autoridades, dar su
veredicto sobre las autonomías departamentales y conformar la Asamblea Constituyente; y lo hizo en porcentajes superiores al 80%, una cifra que elimina cualquier duda sobre compromiso cívico. Sin embargo, los
acontecimientos del 11 de enero pusieron en evidencia
que si los líderes políticos optan por el enfrentamiento,
sus seguidores están dispuestos a salir a las calles para
resolver los conflictos por vías ajenas a la política. Así,
después de la llajta, ocurrió en Tarija y, luego, en Sucre
y Cobija, y tiende a convertirse en una manera habitual
de manifestación de una conflictividad que no es procesada por la política institucional; más bien es impulsada
desde la esfera política a partir de posiciones asumidas
por el mas y por los diversos sectores de oposición.
Posiciones asumidas y decisiones adoptadas porque los
dados han sido lanzados en los últimos tramos del 2007
con la aprobación preliminar de la nueva Constitución
Política, por parte del oficialismo, y de los flamantes
“estatutos autonómicos” en los cuatro departamentos
adversos al gobierno.
Lo acontecido en Cochabamba no se puede evaluar sólo tomando en cuenta los cálculos de los actores
relevantes. Precisamente en la llajta se produjeron los
resultados electorales más complejos: victoria de Evo
Morales con mayoría absoluta, pero derrota del mas
en la Prefectura; victoria departamental del No en el
referéndum, pero apoyo mayoritario al Sí en la ciudad.
Lógicamente, cuando la polarización se instaló en la
Asamblea Constituyente y el país se dividió, el conflicto
se manifestó de la manera más perversa en ese complejo escenario cochabambino, carente de mecanismos
y reglas para la mediación política, al extremo que la
“salida” al conflicto fue el planteamiento oficialista de
una propuesta de revocatoria de mandato, mediante referéndum, para dirimir la permanencia del Prefecto en
su cargo. El mas desechó la “renuncia” de Reyes Villa
por medio de la presión callejera y optó por una vía
institucional, aunque esa iniciativa durmió el sueño de
los justos en el Parlamento. Precisamente, y no por casualidad, este año culmina con una iniciativa presidencial similar, pero generalizada a las autoridades electas
en diciembre de 2005, como una de las respuestas a la
actual crisis política cuyos contornos intentamos descifrar dejando de lado los meros intereses y ardides de
oficialistas y opositores.
En el transcurso del año, el funcionamiento del
sistema político se dio en tres escenarios inéditos cuya
Arturo Borda: Atardece paisaje con capilla
confluencia explica en buena medida el actual entuerto
político. Primero, estamos ante una situación de “gobierno dividido” entre los poderes Ejecutivo y Legislativo puesto que, en enero, la oposición parlamentaria pasó a controlar el Senado, algo que no acontecía
desde la época de la udp. En segundo lugar, a partir
de la elección directa de prefectos existe, por primera
vez, una suerte de “división vertical” de poderes en la
parte ejecutiva, quedando pendiente el reconocimiento constitucional de atribuciones y competencias de
los gobiernos departamentales. Esta era tarea de otro
escenario inédito: la Asamblea Constituyente, con una
disposición de fuerzas favorable al mas, pero con una
regla (dos tercios) que otorgaba capacidad de veto a
podemos, situación que orilló en la parálisis de este
evento durante varios meses por efecto del conflicto
derivado de la demanda de “capitalidad plena”, conflicto que fue resultado de la irresolución del tema autonómico bajo una lógica concertadora.
La complejidad de la crisis era fruto de la existencia sincrónica de estos tres escenarios/procesos en los
cuales operan diversos actores y múltiples relaciones de
fuerzas que impedían la (re)producción de algún tipo
de “orden político”. Esta disparidad explica la dificultad del establecimiento de acuerdos o pactos entre actores estratégicos, porque no todos estos actores están
presentes en el sistema de partidos y éste no controla
las diversas variables del sistema político. Por ejemplo,
en la arena parlamentaria actúan cuatro fuerzas políticas; en las relaciones entre gobierno central y regiones,
la mayoría de los prefectos no responden a una línea
partidista y están bajo el influjo de sus presiones departamentales; y en la Asamblea Constituyente las fuerzas
políticas estuvieron sometidas a las presiones externas
de movimientos sociales de carácter campesino-indígena y cívico-regional. Esta compleja trama permite
explicar las razones por las cuales ningún acercamiento
entre oficialismo y oposición tuvo posibilidad o capa-
cidad de ser eficaz en los tres escenarios. Así aconteció
con el acuerdo partidista en el Congreso para ampliar
el proceso constituyente, mientras el Comité Cívico
pro Santa Cruz rechazaba esa decisión; y también ocurrió con los acuerdos en el “consejo suprapartidario”,
que fueron desechados por el Vicepresidente de la República ante la negativa del movimiento cívico chuquisaqueño.
Ante esta situación, en los últimos días actuó el
partido de gobierno porque, justamente, el mas es la
única fuerza con presencia decisiva en los tres escenarios, y ante la agudización de la conflictividad tomó
decisiones para incidir simultáneamente en los tres
frentes. En la arena parlamentaria decidió mitigar la
acción del Senado mediante la presión de organizaciones sociales y utilizando su mayoría en las sesiones
de Congreso pleno. En el clivaje regional apostó a la
convocatoria a referéndum revocatorio para menguar o
dilucidar la pugna con los prefectos opositores derivando este conflicto a una lógica plebiscitaria. Finalmente,
hizo uso de su mayoría en la Asamblea Constituyente
para concluir este evento y derivar la aprobación de la
nueva cpe a referéndum a pesar de las denuncias de
ilegalidad e ilegitimidad de las sesiones plenarias.
En otras palabras, el mas ha dejado de lado la
posibilidad de desplegar una acción hegemónica y ha
optado por usar su supremacía para controlar el espacio
político, reduciendo su complejidad, pero perdiendo
bases de legitimidad. Frente a esta decisión, la oposición debe responder en los tres escenarios: optando
entre asumir el desafío múltiple en las urnas (en los
sucesivos referendos) o continuar el camino del desconocimiento a la nueva cpe y el desacato a las decisiones
gubernamentales. De esta decisión dependerá, en buena medida, el decurso de la transición estatal y la propia
estabilidad democrática.
* Es director del cesu-umss.
/
plática
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
“Se avecinan acuerdos o rupturas definitivas”
El proyecto estatal que promueve la cpe derivada de la Asamblea Constituyente y los estatutos autonómicos de cuatro departamentos
del país fueron el marco del diálogo que Nueva Crónica estableció con Carlos Hugo Molina*, quien fuera Secretario Nacional
de Participación Popular y Prefecto de Santa Cruz.
L
a Asamblea Constituyente ha
quedado malograda porque el
texto aprobado por el mas está
muy lejos de propiciar un nue­
vo pacto social. ¿Cree usted que es
posible reconducir aún este proceso?
La posibilidad pasa por un proceso muy
complejo de reconocimientos y de aceptaciones por parte del Gobierno y de la
propia Asamblea Constituyente. La acumulación de situaciones que van desde
la falta de cumplimiento de acuerdos
políticos, de normas legales y procedimientos, y que han transgredido plazos,
condiciones y escenarios está demasiado
fresca para pasar inadvertido. La aceptación de esta situación tendría que admitir la posibilidad de una recomposición
del escenario y de los temas a ser planteados para recuperar el proceso de la
Constituyente.
Encuentro una dificultad adicional,
y es el carácter casi terminal del proceso de aprobación de la Constitución. El
Presidente ha planteado que la discusión
de cualquiera de los temas en debate debe
hacerse sobre la Constitución aprobada;
lógico, desde su visión, pero difícilmente aceptable por la conciencia ciudadana
democrática si asumimos que plantea,
precisamente, el desconocimien­to de la
legalidad del procedimiento aprobatorio.
Y cuando hablo de la conciencia
ciudadana no me estoy refiriendo solamente a una oposición inorgánica que
cedió sus responsabilidades y sus espacios al dejar sin valor el voto de los 2/3
para aprobar la Constitución, sino de un
conjunto humano que recién se está enterando, con la lectura del proyecto, de
lo que se ha aprobado.
La demanda autonómica ha dado un
paso importante con la aprobación de
los estatutos departamentales. ¿Cuál es
la trayectoria que debe seguir este pro­
ceso para culminar satisfactoriamente?
Hay una trayectoria formal, que pasa
por la recolección de firmas para convo­
car a un referéndum aprobatorio. Este
itinerario tiene varios puntos de encuentro y desencuentro con la nueva
Constitución. El primero es que las materias autonómicas no forman parte de
la Constitución en vigencia, y las materias aprobadas en la Constitución que se
debate no soportan, por mezquinas, las
demandas de los proyectos de estatuto.
Forma parte del itinerario, también, la aprobación del referéndum por
Carlos Hugo Molina.
parte del Parlamento y su posterior remisión a la Corte Nacional Electoral
para su aplicación. No está garantizada,
por lo tanto, la aprobación del referéndum demandado.
La pregunta lógica sería: ¿y qué
pasaría si los departamentos que han
votado por el Sí y que han recolectado
firmas para validar la propuesta encuentran obstáculos a la concreción de una
demanda legítima? Existen muchas respuestas probables, ninguna que aliente
esperanzas de paz y tranquilidad al asumirse la aprobación de los estatutos,
como la garantía para la profundización
de la democracia, la transparencia, la
descentralización y la participación ciudadana.
El Estado aparece fragmentado con
dos posiciones políticas y normati­
vas confrontadas: el gobierno con su
proyecto de cpe y la región autóno­
ma con sus estatutos. ¿Cómo podrían
converger?
En realidad el escenario es un poco más
complejo. Existen, cuanto menos, 11
eventos electorales potenciales, todos a
realizarse el año 2008, relativos a los referéndums de varias categorías, sumados
a los procesos electorales de Chuquisaca
por la renuncia formal del Prefecto y el
ingreso a un nuevo proceso electoral de
todos los cargos electivos.
Asumiremos que los dos eventos
más significativos son los de la Constitución y el de los estatutos autonómicos,
pero simultáneamente habrá que recordar el que corresponde al referéndum
dirimidor sobre la extensión
de la propiedad agropecuaria
y el revocatorio del mandato.
Cada uno de ellos necesita de
aprobación congresal para el
acuerdo de las preguntas. ¿Se
repetirá la ausencia de la oposición, se aplicará el “cerco”
para evitar que esté presente y
el rodillo de la mayoría se convertirá otra vez en 2/3?
Tengo la sensación de
que se están agotando las posibilidades de aprobar eventos
aislados y se hace necesario un
acuerdo de mayor calado. O la
aplicación de la vía autoritaria
por parte del gobierno, con todas las consecuencias que ello
traerá, previsiblemente.
El referéndum revocatorio se cruza
en el camino de los estatutos autonó­
micos, pero también en el trayecto de
la Asamblea Constituyente. ¿Cuál es
su opinión sobre esta iniciativa pre­
sidencial?
Precisamente, en ese contexto veo la necesidad de acuerdos o rupturas definitivas por la complejidad de la situación. Se
acortan los tiempos y las posibilidades de
actuar de manera irregular y autónoma
por parte de las fuerzas gubernamentales.
Y exige a la oposición, expresada en partidos políticos, movimientos cívicos y autoridades prefecturales arrastradas a actuar
en ese escenario, definir una acción más
allá de las coyunturas y las urgencias.
El 2008 se anuncia como un año elec­
toral en media gestión de gobierno y
en un clima de creciente confronta­
ción política, social y regional. ¿Cuál
es su vaticinio sobre lo que podría
depararnos el año venidero?
Así parece que será, por la sucesión de
eventos electorales que están siendo pro­
puestos.
Además de las dificultades naturales, el cambio de actores en la Corte
Nacional Electoral por finalizar la gestión de su actual Presidente incorpora
un matiz sobreviviente: un proceso de
actos electorales acelerados, sin la cne
integrada por los miembros que le son
imprescindibles.
No hay soluciones fáciles ni pronósticos tranquilos, salvo que se haga
un esfuerzo por parte de de los actores
políticos.
¿Cómo se prevé que será la relación
de las autonomías territoriales, si se
aprueba la Constitución propuesta
por la mayoría en la Asamblea?
Muy compleja. Y la siento de difícil
aplicación legal y técnica. El proyecto de Constitución genera una ruptura
del sistema de ordenamiento territorial
existente, y lo suple por otro de naturaleza horizontal y de vía directa de cada
una de las entidades territoriales con el
Poder Ejecutivo. No otra cosa significa
el artículo 277, que señala que “las entidades territoriales autónomas no estarán
subordinadas entre ellas y tendrán igual
rango constitucional”.
Recordemos las dificultades existentes en el escenario actual solamente con
dos entidades territoriales: prefecturas y
municipios. Al aumentarse dos entidades
más, sin niveles de ordenamiento territorial, generarán dificultades previsibles.
¿De qué manera, entonces, podrían
aplicarse los avances sociales, el reco­
nocimiento pleno de los derechos
indí­genas y la nueva institucionalidad
democrática, base necesaria de las de­
mandas sociales y políticas bolivianas?
El instrumento diseñado por los constituyentes no es el idóneo para lograr resultados, ejecución de políticas públicas
y consolidación de derechos sociales. La
dificultad no tiene que ver con una falta
de voluntad política, sino de un diseño
constitucional que entraba la aplicación
del principio de subsidiariedad; esta expresión técnica, que es un triunfo boliviano de la participación popular y que se
expresa en la transferencia de recursos y
competencias, y en la eficacia desde hace
13 años de una construcción institucional democrática; la propuesta plantea la
imposibilidad de establecer eficacia en
materia de planificación, inversión, programación y presupuestos entre las entidades territoriales. Una verdadera pena.
Y no existe algún procedimiento para
modificar esa situación?
En esa materia, la Constitución ya no
ingresará a debate. Quedará decir simplemente Sí o No. Y preveo frustraciones
prácticas cuando terminen los discursos.
Me queda insistir en la necesidad
de ratificar la ruta democrática para la
solución de estos intríngulis.
*Abogado, fue Secretario Nacional de Participación Popular y luego Prefecto de Santa Cruz.
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
/
foro latino
Tendencias políticas en América del Sur
Liberales, proteccionistas y mercantilistas
Nueva Crónica conversó con Enrique Correa*, analista político y ex ministro de Estado de Chile, sobre el panorama político
regional y las relaciones bilaterales.
¿
Cómo se presenta el panorama
sudamericano después de las elec­
ciones de Argentina y el referén­
dum de Venezuela?
Observo que está llegando a su fin un
ciclo de crisis del sistema político, que
no ha sido determinado por críticas al
modelo económico; lo que colapsó son
los sistemas políticos clásicos en muchos
países. Es el caso argentino, de Venezuela
y Ecuador. Este último vivió una larga inflexión de su sistema político y ha llegado
a una solución entregando el poder a un
líder carismático que encara una constituyente cuyo destino es una incógnita,
pero que es un proceso institucional.
En el caso chileno más bien se ha
consolidado su proceso democrático.
Brasil, por su parte, ha construido un
cuasisistema bipartidista, que le da una
estabilidad inimaginable hace 20 ó 30
años. Colombia, en cambio, vive una
paradoja brutal entre un sistema político
atenido a las reglas convencionales y la
mitad del territorio sometido a una violencia sin ley alguna.
En medio de toda esta disparidad
se puede afirmar sin embargo que se
está cerrando el ciclo de crisis políticas.
Un segundo punto es que nunca antes se
había hecho tanto esfuerzo para la integración sudamericana.
Los mecanismos de integración están
debilitados. La can ya no tiene rele­
vancia después del tlc del Perú con
los Estados Unidos, y tampoco sabe­
mos cómo funcionará el mercosur
ampliado. ¿Cómo pueden mitigarse
entonces las tensiones existentes en
casi todas las fronteras bilaterales,
excepto las del Brasil?
Brasil más bien ha limitado su poder.
Si la opción frente a foros contradictorios y controvertidos es que eliminemos dichos foros y pasemos a relaciones puramente bilaterales, creo
que sigue siendo preferible contar con
foros plurales, donde los presidentes
aprendan a confiar entre ellos, admitiendo los distintos pareceres, estilos y
puntos de vista.
Es cierto que la can tiene problemas, pero el mercosur no los tiene menos. Ambos son diversos en su
propio interior, eso es lo que quiero
decir. Estos foros no pueden reemplazar el necesario profesionalismo y
sentido de Estado para tratar los temas
bilaterales.
Chile tiene la obligación de llegar a
su bicentenario con su relación con Perú
totalmente estabilizada y las cosas que
quedan revisadas jurídicamente y, por
tanto, sin ningún tipo de controversia
pendiente. Y, además, con un acuerdo
estratégico con Bolivia que conduzca a
una salida soberana al mar. Aquí lo que
debería proponerse Chile es un gran objetivo de sinceridad. Es bilateral, es muy
difícil que los foros puedan reemplazar
¿Pero con fricciones entre las distin­
tas personalidades?
Sí, porque no hemos aprendido que el
esfuerzo va a tener frutos si entendemos
que la integración y los propósitos comunes tienen que avanzar
en medio de la heterogeChile tiene la obligación de llegar a su
neidad. La búsqueda de la
bicentenario con su relación con Perú
homogeneidad de un determinado color político totalmente estabilizada y sin ningún tipo de
no tiene sentido. Chile no
controversia pendiente. Y, además, con un
va a ser partícipe activo y
entusiasta del proceso si acuerdo estratégico con Bolivia que conduzca
no se respeta la diversidad
a una salida soberana al mar.
de caracteres y de política, así como la distinta
personalidad de cada uno.
ese dinamismo profesional para resolver
los problemas.
¿…lo cual nos limita indudablemente
a un proceso de cooperación e inter­ Un esquema de cooperación entre
cambios entre países, pero no da lugar Bolivia, Brasil y Chile debería incor­
a una presencia unificada de América porar las carreteras del eje bioceá­
del Sur en el contexto internacional?
nico y también el abastecimiento de
Es así, porque conviven países que tienen energía. ¿Cuáles son las expectativas
tratados de libre comercio con Estados de la inminente reunión de la presi­
Unidos junto con países que consideran denta Bachelet con los presidentes
que tener un tratado de libre comercio Lula y Morales?
es traicionar los objetivos más propios Si bien el tema más importante de la
de nuestros países.
cita no será el gas, creo que es muy sig-
nificativo que un país de la
influencia que Brasil tiene,
se reúne con Bolivia y Chile precisamente para buscar
una agenda propositiva, lo
que significa un buen incentivo para que Chile continúe
en su esfuerzo de normalización de sus relaciones
con Bolivia. Por otro lado,
Brasil también jugará todo
su papel en ayudar a Bolivia a transitar por el difícil
momento que pasa. Tengo
la impresión que la influencia de Brasil en el curso de
los acontecimientos en Bolivia puede ser positiva y
puede contrarrestar otras
influencias externas negativas, porque puede ser muy
proactivo en la búsqueda de
soluciones.
Chile ha cifrado una
gran esperanza en los corredores biocéanicos y ha observado con cierta
frustración la lentitud con la que se ha
terminado tratando el tema. El centro
brasileño tiene dificultad para llegar al
océano Pacifico. El interés que siempre
ha tenido Chile se ha tornado más urgente porque Chile es un país que tiene
hambre de crecer. En los próximos años
va a tener que jugarse por una línea de
integración o simplemente de independencia, y es mejor buscar una solución
cooperativa. Desde el punto de vista de
dos países tan importantes como lo son
Brasil y Bolivia, ésta es una reunión importante.
Para que Bolivia cumpla sus compro­
misos de abastecimiento energético
a los vecinos se requieren enormes
inversiones para el desarrollo de
campos y el tendido de ductos. ¿Hay
alguna idea de cuánto podría Chile
eventualmente ayudar?
Creo que Chile estaría dispuesto a favorecer inversiones que resolvieran las
posibilidades de Bolivia de exportar gas;
además hay muy buenos inversionistas
en Chile, que estarían disponibles para
una solución de este tipo. El problema
está en los compromisos de estabilidad
del abastecimiento.
Si Chile optara por su independencia, eso obviamente implica más seguridad pero a un mayor costo, y a lo mejor
decisiones complejas como la construcción de una central nuclear, que traería
repercusiones de largo plazo. Si Bolivia
Enrique Correa.
no resuelve su capacidad de atraer las
inversiones necesarias para abastecer la
potencialidad que tiene en los mercados
vecinos, puede quedar en cierto momento con sus reservas gasíferas sin mercado.
¿Nos vamos acercando un poco a una
solución cooperativa o no se visuali­
zan avances?
Tengo un gran respeto por Bolivia y
no me gusta meterme en sus asuntos
internos, pero no sé cuánta estabilidad
pueden tener los compromisos que el
Estado boliviano asuma ahora que está
inmerso en una pugna política interna.
Si la situación se estabiliza, estaremos
todos ante buenas posibilidades.
¿Cómo se pinta en resumen el pano­
rama regional para el próximo año?
Considero que van a consolidarse tres
líneas que tendrán que convivir en este
espacio. Por una parte, la línea de las
repúblicas liberales como la chilena,
peruana y colombiana. Hay otra línea
más que todo proteccionista con ejemplos como el ecuatoriano, venezolano y
boliviano.
Están, por último, los países fundadores del mercosur en una línea
mercantilista de superávit comercial sumado a un gran esfuerzo de desarrollo
humano. Eso caracteriza la fisonomía de
Brasil y de Argentina, aunque no le guste a Paraguay o Uruguay.
* La conversación se llevó a cabo en La Paz,
el 13 de diciembre de 2007.
/
prima internacional
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Globalización e identidades
Joan Prats*
“Mientras la credibilidad del proyecto neoliberal de desarrollo produjo resultados para el conjunto de la población, aunque fuera en
un contexto de gran desigualdad y corrupción, los Zedillo, Menem, Salinas, Sánchez de Lozada, Fujimori y hasta Cardoso ganaron
elecciones. Pero cuando se deterioraron las condiciones sociales se produjo no sólo una crisis económica, sino del sistema político,
de la identidad nacional y del propio Estado”, sostiene el autor.
L
as identidades han precedido sin duda a la globalización, pero sólo con ésta se ha producido su
eclosión a una escala previamente desconocida.
Identidad es el proceso por el cual los actores
sociales constituyen el sentido de su acción atendiendo
a un atributo o a un conjunto de atributos culturales a
los que se da prioridad sobre otras posibles fuentes de
sentido de la acción. Hoy, por doquier, las identidades
religiosas, nacionales, territoriales, étnicas y de género
resultan principios fundamentales de autodefinición
y principios básicos de organización social, seguridad
personal y movilización política (Barber).
Estado desacreditado
Vivimos en tiempos de un capitalismo informacional desregulado y competitivo que desborda las capacidades de
los Estados (Castells). Éstos se encuentran cada vez con
mayores dificultades para ofrecer a la gente proyectos
creíbles (en tanto que estén bajo el control de los propios
Estados) de convivencia y bienestar. La globalización ha
revalorizado también la dimensión local pues sólo en ella
se encuentra la respuesta a muchos de los desafíos del
empleo, la productividad y la lucha contra la pobreza.
Este proceso de pérdida de crédito del Estado
como agente principal del desarrollo se ha dado con
especial intensidad en América Latina. A lo largo del
siglo xx, el principio identitario dominante en todos
nuestros países fue la identidad nacional asimilada y
confundida con el proyecto de desarrollo protagonizado prioritaria sino exclusivamente por el Estado. En
América Latina la nación no preexistía al Estado, sino
que era éste el que tenía que construir a la nación mediante el éxito a largo plazo de sus proyectos desarrollistas. En Bolivia, la Revolución de 1952 encarnó a la
vez el proyecto de desarrollo y el de nacionalización.
De Estado nacional-popular a Estado neoliberal
El fracaso del modelo cepalino de desarrollo coincidió
históricamente con el inicio de la globalización. Para
enfrentar la crisis, los Estados latinoamericanos tuvieron que asumir el rol de modernizadores en un contexto de globalización. Desprestigiado el conocimiento
autóctono, de acuerdo con el saber convencional de las
instituciones financieras internacionales, se procedió a
disminuir al Estado y a traspasar al sector privado –ya
bajo hegemonía transnacional– gran parte de las responsabilidades públicas, sin que los Estados dispusieran de
las necesarias capacidades institucionales reguladoras y
de control. De este modo, el Estado nacional-popular se
fue convirtiendo en el Estado neoliberal. Paralelamente,
se fueron deshaciendo las alianzas históricas entre los
trabajadores organizados, las clases medias profesionales
y burocráticas, y los grupos económicos internos sobre
las que se habían apoyado los propios Estados y sus proyectos nacional-populares de desarrollo.
Mientras duró la credibilidad del proyecto de desarrollo del Estado nacional-popular, la identidad nacional fue el principio dominante de cohesión social.
Cuando, en respuesta a la crisis estructural de los 80,
algunos Estados latinoamericanos se hicieron neoliberales, la identidad nacional duró lo que la credibilidad
Arturo Borda: Alegoría a las artes
del proyecto neoliberal de desarrollo. Mientras éste
produjo resultados para el conjunto de la población,
aunque fuera en un contexto de gran desigualdad y
corrupción, los Zedillo, Menem, Salinas, Sánchez de
Lozada, Fujimori y hasta Cardoso ganaron elecciones.
Pero cuando se deterioraron las condiciones sociales se
produjo no sólo una crisis económica, sino del sistema
político, de la identidad nacional y del propio Estado.
Emergencia de identidades étnicas
y regionales
En otros países como Ecuador, Colombia o Venezuela, las resistencias sociales detuvieron las liberalizaciones, pero al precio de caotizar la economía, entrándose así en una espiral que ha conducido a sociedades
fragmentadas, polarizadas y bajo conducción de liderazgos populistas y cada vez más dudosamente democráticos. Pero tanto en unos casos como en otros, los
Estados han perdido su credibilidad como portadores
de un proyecto de desarrollo e identidad nacional. En
estas circunstancias, la gente ha tendido a encontrar
su autodefinición y la esperanza de su bienestar en
otras fuentes identitarias, más o menos compatibles
con una identidad nacional, que en todo caso se ha
debilitado. Las identidades regionales y étnicas se han
disparado.
Con todo, explicaciones estructurales como la
precedente no dan cuenta de toda la complejidad que
acompaña la emergencia de las identidades. La revalorización de las identidades se ha hecho también desde
la evolución del propio principio democrático. Hoy se
entiende, en efecto, que una democracia sólo puede ser
muy imperfecta si impone como único o hegemónico
un solo molde cultural, ya que esto supone tratar desigualmente a la diversidad de culturas existentes en la
comunidad política. Cuando las sociedades son pluriculturales el principio democrático exige reconocer el
pluralismo cultural y dar a cada comunidad cultural el
derecho y los recursos para su libre desarrollo.
Comunidades pluriculturales
Como consecuencia de las migraciones internas e internacionales, acompañadas del abaratamiento de los costes de
transporte y comunicación audiovisual, todas las comunidades políticas se están haciendo más o menos pluriculturales y todas las comunidades culturales inmigradas se
están haciendo más o menos transnacionales. El destino
de los migrantes ya no es el de asimilarse necesariamente a una identidad nacional exclusiva y excluyente. Las
identidades se están haciendo necesariamente complejas
y cambiantes. Hasta los Estados-nación históricamente
exitosos tienen que aprender a vivir el pluralismo cultural
y la complejidad identitaria, y a experimentar nuevos instrumentos de cohesión social y de legitimación política.
Por lo demás, esta explosión de identidades tiene las más diversas significaciones. Muchas identidades
están emergiendo como respuesta a una globalización
que les margina o excluye, son identidades resistencialistas y a veces fundamentalistas. Pero otras identidades
se afirman como un proyecto de inserción ventajosa en
una globalización en la que ven más oportunidades que
amenazas. En Bolivia estamos reviviendo un proyecto de
Estado popular que ya no aspira a ser nacional, sino plurinacional y que se apoya principalmente en identidades
nacionales originarias e indígenas que se autoconsideran
mayoritarias y se describen como excluidas de la globalización dominante o incluidas sólo por la puerta trasera de
las migraciones o los tráficos ilegales. Desde esta lógica se
pretende revalorizar la economía comunitaria erigida en
bastión a la vez de resistencia al capitalismo global y de
identidad plurinacional. Pero a esta visión se opone la que
emerge en regiones bolivianas portadoras de proyectos
de desarrollo capitalista, que se autoconsideran capaces
de aprovechar las oportunidades de la globalización, ampliar la base productiva y del empleo de calidad, ampliar
las clases medias y la base social de la democracia… y
para ello necesitan la fuerza de una identidad renovada.
¿Convivencia u odio?
¿En qué medida este juego de identidades puede convivir­
o puede colisionar? Según Amartya Sen, un enfoque
“singu­larista” de la identidad humana según el cual sólo
podríamos ser miembros de un grupo es una buena forma
de malinterpretar a casi todos los individuos del mundo.
Ver el mundo como una federación de religiones o civilizaciones en alianza o en conflicto resulta empobrecedor o falseador de la complejidad y riqueza con que las
personas nos vemos a nosotras mismas. Pero, además, es
sumamente peligroso porque los odios sectarios promovidos enérgicamente pueden extenderse como reguero de
pólvora. Ahí están Kosovo, Bosnia, Ruanda, Timor, Israel,
Palestina, Sudán o los negros nubarrones que se extienden
sobre nuestra Bolivia. No basta con proclamar el derecho
de las diversas identidades. Es necesario ir precisando en
qué condiciones puede organizarse su convivencia en una
gobernanza democrática nacional y global hacia la que es
preciso encaminarse. Las identidades no siempre son liberadoras, sino que a veces estúpida o criminalmente estimuladas, se vuelven asesinas. Volveremos sobre el tema.
* Académico y consultor internacional
plática
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
/
Si no hay tinku, habrá t’inku
Una conversación con el escritor Javier Medina*
“Diría que me hice la ilusión de otro tipo de texto constitucinal de corte más bien diárquico, según el modelo del ayllu,
que reconciliara las dos Bolivias: la Urin, occidental monoteísta y la Aran, amerindia animista, en un pacto de tipo federal:
complementariedad de opuestos”.
D
os años después de haber asumido la Pre­
sidencia, ¿cuáles son los principales logros
de la gestión de Evo Morales?
Ha elevado sustancialmente la renta gasífera.
Ha iniciado una redistribución del excedente más democrática. Ha hecho llegar recursos de cooperación
externa de modo directo a los municipios de todo el
país: objetivos básicos de cualquier política eficiente de
lucha contra la extrema pobreza y de cohesión social
mínima. Ha reiniciado relaciones diplomáticas con
Chile. Ha puesto en marcha el proyecto del Mutún
y proyectos de industrialización del gas. Ha sacado, a
pesar de la oposición, el nuevo texto constitucional.
Ha colocado a Bolivia en el mapa político global y
despertado gran expectación no sólo en el movimiento
altermundista e indígena. No es poco para dos años de
gobierno. Realmente.
Si hubo errores estratégicos grandes, ¿cuáles se­
rían sus causas?
Un proceso de cambio epocal lleva generaciones. A
dos años, no es serio especular sobre errores “estratégicos”. El tiempo transcurrido impide, sencillamente,
esa pregunta y, a fortiori, una respuesta. A juicio mío,
sin embargo, los acontecimientos que vemos siguen las
inercias previsibles: “Estado fallido”, “entidades caóticas ingobernables”, “economía nacional no viable”,
“no desarrollo”. Sólo me asombra y admira la gran
paciencia y tolerancia animista que muestra la mayoría indígena ante la intemperancia blanca y el racismo
católico urbano. Si todos hubiésemos pertenecido a la
civilización abrahámica, ya nos hubiéramos acuchillado
entre nosotros mismos, como en el Medio Oriente o
en las guerras civiles en países cristianos: España, los
Balcanes, etc.
¿En qué medida hubo un cambio de élites, esti­los y
objetivos en la gestión del Poder Ejecutivo?
No hay milagros de la noche a la mañana y menos
en política. La cultura política boliviana, basada en la
escolarización y formada en la universidad, es una y
abarca a todo el espectro: derecha, centro e izquierda.
Mientras tengamos este sistema educativo, tendremos
esta cultura política. Es ingenuo pensar lo contrario y
tonto darse por sorpendido porque todo sigue igual o
casi; algo, sin embargo, ha disminuido la corrupción
gubernamental; es preciso reconocerlo. Lo nuevo son
algunos apellidos aymaras, como el del Presidente, el
del Canciller y algunos más. El resto es la vieja élite de
izquierda: eleno-estalinista-oenegeísta. No hay cambio
de élites. Tampoco hay cambio de estilos: no puede
haber, a no ser que se crea en milagros. Los objetivos
siguen siendo los mismos: llegar a ser una sociedad industrial moderna y, a saber, mediante improvisación
burocrática.
¿Cómo se puede interpretar la creciente polariza­
ción del país?
Este espacio está polarizado desde la Conquista. Durante la Colonia se llamó a esta polarización “República de
los indios” y “República de los españoles”. Durante la
República continuó el apartheid, socapado por la ideo-
logía unitarista del Estado-nación, pero
sólo formalmente. Un país de apartheid
está polarizado a priori. Si no hubiéramos
estado polarizados, ya habríamos logrado
crear un Estado de Derecho real, seríamos una sociedad homogénea, la brecha
entre pobres y ricos no debería ser tan
abismal, etcétera. Lo que vemos, ahora, es simplemente la dramatización del
apartheid de facto que busca ser superado
a través de un nuevo Taqi Onkoy.
La Asamblea Constituyente no ha
sido finalmente lo que esperaban ni
unos ni otros. ¿Qué viene ahora? ¿Se
pueden conciliar en un solo trayec­
to los procesos de aprobación de la
Constitución Política del Estado y de
los estatutos autonómicos de los cua­
tro departamentos que votaron por el
Sí en el referéndum autonómico?
No tengo información para responder
la primera parte de la pregunta. Lo que
veo en la televisión es que el comiteísmo católico de las tierras bajas ha hecho
todo lo imaginable para que abortara la
Javier Medina.
Asamblea y los pueblos indígenas han
Los pueblos indígenas nos han ofertado la vía del
hecho, igualmente, todo lo posible para que ésta diera
a luz un texto constitucional que incluyera a todos, en tinku: encuentro pulsional para crear una comunidad
una lógica no adecuada, a juicio mío; pero ese, ahora, política, no la entendemos y por eso no la aceptamos.
es otro problema. En cuanto a mí, diría que me hice La violencia histórica que viene, empero, no será la de
la ilusión de otro tipo de texto constitucinal de corte una guerra civil clásica porque, entre otras cosas, no hay
más bien diárquico, según el modelo del ayllu, que sociedad civil en Bolivia; será, por iniciativa católica,
reconciliara a las dos Bolivias: la Urin, occidental mo- blanca y urbana, como ya han dejado ver Santa Cruz,
noteísta, y la Aran, amerindia animista, en un pacto de Cochabamba, Sucre y Cobija, un enfrentamiento racial
entre blancos e indígenas; un enfrentamiento entre potipo federal: complementariedad de opuestos.
La plagiada noción de “autonomía” es insuficien- bres y ricos: lucha de clases clásica; un enfrentamiento
te para hacer justicia al conato de las dos civilizaciones entre una mayoría rural y periurbana activa, y una miantagónicas que nos constituyen y que se coagulan he- noría urbana pasiva, salvo sus grupos de choque.
Es decir, llevamos todas las de perder, pero la cegemónicamente en la media luna, con grandes bolsones
guera es grande cuando
indígenas, y en el Qullanasuyo, con grandes
…me asombra y admira la gran paciencia y los dioses quieren perder
a alguien. Si en 200 años
bolsones blancos. No me
tolerancia animista que muestra la mayoría la Bolivia blanca no ha
baso sobre la piadosa y
logrado crear un Estafalsa creencia de que hay
indígena ante la intemperancia blanca y el
do-nación de Derecho,
una sola Bolivia, como
racismo católico urbano
ni industrializar el país,
desean los que piensan
tampoco lo va a poder a
desde un software monoteísta. Ahora bien, una vez que se conozcan los resul- nivel departamental. 200 años es tiempo por demás sutados del referéndum, yo aceptaré, respetaré, cumpliré y ficiente para validar a una casta dirigente. Los próximos
defenderé esa Constitución Política del Estado, refren- cinco años la entropía del sistema será máxima; luego, si
dada por la mayoría. Lo siento, soy demócrata e hijo de sobrevivimos, el sistema buscará un nuevo equilibrio homeostático en base a la nueva correlación de fuerzas que
la Ley de Moisés.
salga del t’inku: encuentro violento, sangriento que, sin
¿Cuáles son las perspectivas para el futuro inme­ embargo, no nos aniquilará (en lógica monoteísta), pero
nos forzará a un nuevo modus vivendi, basado en valores
diato?
Puesto que la Bolivia occidental, blanca, católica, ur- animistas, ecológicos y sistémicos. Nos acercamos a lo
bana no quiere aceptar de grado la vía democrática más oscuro de la noche, aquel que precede a un nuevo
y civilizada del cambio: la ley y las instituciones sólo amanecer. Nada nuevo bajo la galaxia.
valen cuando les conviene, vendrá un enfrentamiento
* Escritor, asesoró el proceso de Participación Popular
que dará la razón a los marxistas que sostenían que “la
y de desarrollo local con identidad.
violencia es la partera de la historia”.
DeAcuerdo
10 /
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
La propuesta de Constitución del mas
Jorge Asbún*
“…los resultados del referéndum por autonomías departamentales han sido incumplidos por el mas, mostrando así su falta de respeto
a la voluntad soberana del pueblo expresada en el referéndum”.
E
l procedimiento de aprobación del proyecto de Constitución
Antes de ingresar a realizar algunos aspectos del proyecto de Constitución aprobado por los asambleístas del
Movimiento al Socialismo (mas), en la
ciudad de Oruro, es importante observar que en un Estado de Derecho las reglas de creación de las leyes tienen una
importancia capital y su incumplimiento
vicia de nulidad el resultado.
El proyecto de Constitución del
mas incumplió la Ley de Convocatoria
a la Asamblea Constituyente, la Ley de
Ampliación de la misma y el propio reglamento de debates. Entre algunas de
las violaciones del procedimiento pueden citarse: el irregular retiro de los informes de minoría y de mayoría del tema
de la capitalía plena, que asambleístas de
Sucre habían logrado incorporar; luego
está el traslado de las sesiones del Teatro
Gran Mariscal al Liceo Militar, que se
hizo violentando la Ley Nº 3728, de 4 de
agosto de 2007, ya que la disposición final segunda únicamente permitía la suspensión temporal y no el traslado de las
sesiones. Esta irregularidad pretendió
ser corregida tres días después con una
ley aprobada por el Congreso, en la que
se autorizaba a la Presidenta de la Asamblea a trasladar las sesiones, pero como
la sesión en el Liceo Militar se realizó
antes, esta nueva ley no hacía más que
confirmar la arbitrariedad.
Finalmente, en Oruro, además del
cerco realizado por los seguidores del
mas intimidando e impidiendo el ingreso a los asambleístas de la oposición, no
se dio cumplimiento al inciso primero
del artículo 1 de la Ley Nº 3728, que
exige la aprobación por dos tercios del
total de miembros. Los asambleístas del
mas alegan que el inciso 2 del artículo
citado establece una vía sustitutiva y por
tanto anula el inciso primero; sin embargo, el inciso segundo no sustituye, sino
que complementa el inciso 1).
Además de los aspectos señalados,
hay que citar la falta de cumplimiento de
las previsiones del reglamento de debates de la propia Asamblea Constituyente, ya que las propuestas de contenido
fueron comunicadas a los asambleístas
sin cumplir el plazo previo de 24 horas
que exige el Reglamento.
A todo ello hay que añadir que
desde el propio proceso electoral para
la elección de miembros de la Asamblea
Constituyente e incluso luego de más de
un año de trabajo de la misma, el mas
*Abogado constitucionalista.
Arturo Borda: Arriba corazones
no presentó ningún proyecto de Constitución Política y jugó en el imaginario
popular con los sloganes de “cambio”,
“integración”, “recuperación de los recursos naturales”, para recién en los últimos días presentar su proyecto de Constitución y aprobarlo sin ningún análisis
ni debate de los asambleístas y menos de
la sociedad, aspecto que naturalmente
no concuerda con los principios de la
democracia, que exige un debate amplio, transparente y cierto de los temas
que involucren a los ciudadanos.
El referéndum por autonomías
departamentales y el proyecto de
Constitución
La Ley Nº 3365, de 6 de marzo de
2006 –aprobada en forma unánime por
los legisladores– fue la norma jurídica
nacional que reguló el referéndum por
autonomías departamentales y habilitó a
cada uno de los nueve departamentos a
decidir si querían autonomía o no. Esta
norma expresamente consignó en sus
artículos 2, 4 y 5 que el departamento
donde gane el Sí obligaría a la Asamblea
Constituyente a crear ese nivel de gobierno, convirtiéndose así este tema en
el único contenido de la nueva Constitución que había obtenido una manifestación directa del titular de la soberanía:
el pueblo.
Es importante añadir que en lo formal, el referéndum constituye un instituto de la democracia a través del cual la
ciudadanía se expresa en forma directa;
en razón de ello, la decisión así adoptada tiene un valor jurídico superior a la
de cualquier órgano representativo –incluyendo la Asamblea Constituyente–,
por lo que en los departamentos donde
ganó el Sí: Beni, Pando, Tarija y Santa
Cruz, la nueva Constitución debía inexcusablemente incorporar la autonomía
departamental como nivel intermedio
de gobierno; los otros niveles lo constituirían el nacional y el municipal.
Sin embargo, el proyecto de Constitución del Movimiento al Socialismo,
además del gobierno departamental,
incorpora a través del artículo 277 y
siguientes los gobiernos autónomos regionales y los gobiernos indígena-originarios, obviando así el referéndum.
En lo competencial, los gobiernos
regionales poseen un elenco de atribuciones muy superiores al departamento; por citar algunos ejemplos, a éste
se le atribuye deporte y turismo, entre
otras, y al gobierno regional, desarrollo
económico, rural y agropecuario, transporte, electricidad y otras competencias
(véanse los artículos 300 y 301).
En lo que concierne a la autonomía indígena originaria, según expresa
el artículo 303 del proyecto, ejercerán
atribuciones municipales y las asignadas
a la autonomía regional, por lo que este
nivel configurado así también resulta
una negación de la autonomía departamental.
En lo que concierne al espacio territorial sobre el cual se ejercerá el gobierno de cada una de las autonomías citadas, hay que observar que la definición
del espacio físico donde operarán los gobiernos regionales queda a merced de la
mayoría simple de la Asamblea Legislativa Plurinacional, si a ello se añade que
el reconocimiento de las autonomías indígenas supone el reconocimiento de sus
territorios ancestrales, los cuales necesariamente se ubican en los departamentos. El espacio territorial del gobierno
departamental –el departamento–, que
constituye la base definida para ese nivel
de gobierno en el referéndum, ha sido
sustancialmente mermado.
Pero además también se incumple
el referéndum por autonomías departamentales, cuando en el artículo 270 del
proyecto de Constitución se prevé que
una ley marco de autonomías y descentralización regulará las competencias,
estructura y atribuciones de las autonomías, obviando que en la pregunta del referéndum se consignó que la autonomía
departamental sería “aplicable inmediatamente después de la promulgación de
la nueva Constitución Política del Estado” y ello jurídicamente significaba que
las competencias del nivel departamental
de gobierno estarían contempladas en la
Constitución y, en consecuencia, no era
necesaria una ley marco.
Estos son algunos de los puntos
esenciales y acreditan que los resultados
del referéndum por autonomías departamentales han sido incumplidos por el
DeAcuerdo
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
mas, mostrando así su falta de respeto a
la voluntad soberana del pueblo expresada en el referéndum y, por tanto, su falta
de vocación democrática.
Visión general del proyecto
de Constitución del mas
El proyecto de Constitución presentado
por el Movimiento al Socialismo en el
inciso ii) del artículo 408 expresa: “La reforma parcial de la Constitución Política
del Estado podrá iniciarse por iniciativa
popular, con la firma de al menos el veinte
por ciento del electorado; o por la Asamblea Legislativa Plurinacional, mediante
ley de reforma constitucional aprobada
por mayoría absoluta. Cualquier reforma parcial necesitará ratificación popular
mediante referendo”. El primer aspecto
a observar es que la Constitución puede
ser reformada a través de una simple ley
y, en consecuencia, ésta carece de la rigidez que constituye uno de sus elementos
esenciales. Al respecto, Pedro de Vega,
en su obra La reforma constitucional y
la problemática del poder constituyente, ha expresado: “La Constitución sólo
podrá definirse jurídicamente como ley
suprema cuando para su modificación se
exija –conforme a la idea de rigidez– un
procedimiento distinto, más agravado y
complejo que el que se sigue para una
modificación o derogación de las leyes
ordinarias”. En realidad, el tema de la rigidez constitucional busca evitar que las
mayorías circunstanciales que lleguen al
gobierno puedan modificar la Constitución a su antojo, pues si una mayoría temporal modifica la Constitución cuantas
veces lo desee, entonces aquella no existe,
sino que únicamente existe la voluntad de
la mayoría.
Efectivamente, no se está omitiendo considerar que en la parte final del
artículo citado se expresa que “toda reforma parcial necesitará la ratificación
popular mediante referendo” y a partir
de ello podría afirmarse que, en realidad,
es la voluntad popular la que en última
instancia definirá si la reforma se aprueba o no. Sin embargo, los elementos que
se omiten analizar es que para una participación plena de la ciudadanía es necesaria e imprescindible una democracia
plena, es decir, la participación de todos
los ciudadanos con un valor igual de
cada uno; la existencia de pluralismo político, porque no es menos evidente que
en los estados socialistas como Cuba, la
ciudadanía vota periódicamente, pero lo
hace sin que existan opciones políticas
diferentes, sino un partido único que
posee un condición hegemónica de la
representación; luego se requiere plena
transparencia en la información, que las
preguntas a ser presentadas a los ciudadanos sean expresas y claras, que todos
los involucrados puedan hacer campaña
–así como el mas lo hizo por el No en el
referéndum de autonomías departamentales– porque de otra manera el debate
no es democrático. Sobre estos aspectos,
hay que señalar que los gobernantes, y
no sólo en Bolivia, sino en varios países,
llevan a los votantes a pronunciarse sobre preguntas complejas, con un contenido polivalente, y si a ello se añade que
en el caso boliviano la pregunta va a depender de la mayoría circunstancial del
Legislativo y tal como se explica a con-
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tinuación éste tiene una configuración
que tiende a favorecer al mas, el futuro
no es muy alentador y un elemento más
que hace a la realidad boliviana actual:
la Ley de Convocatoria de la Asamblea
Constituyente y su reforma, así como a
la decisión expresada en el referéndum
por autonomías departamentales, han
sido totalmente incumplidas por el mas,
tal como se explicó precedentemente. El
mas ha ignorado el resultado del referéndum por autonomías departamentales y, por tanto, ha negado la voluntad
ciudadana; resulta dudoso entonces creer
que en el futuro, cuando el resultado le
sea desfavorable, tendrá una conducta
diferente y entonces cabe preguntarse:
¿para qué consultar a los ciudadanos?
Si a los aspectos anteriores se añade
que la Asamblea Legislativa Plurinacional tiene una composición en la que para
parte de la población se aplica un criterio
de un representante por una cantidad determinada de ciudadanos y para circunscripciones indígenas originarias, como lo
establece el artículo 151, ese criterio no
se aplica, con ello se rompe el principio
de igualdad: un ciudadano un voto, un
voto igual valor, que constituye la esencia
de la democracia, más aún si los representantes de las circunscripciones indígenas originarias se elegirán según sus usos
y costumbres, que no siempre respetan
los principios democráticos. Añadido
a ello está el hecho de que según el gobierno existan 36 naciones originarias, es
evidente entonces que con sólo asignar
dos representantes a cada una de ellas,
éstas tendrán alrededor del cincuenta por
ciento de los miembros de la Asamblea
Legislativa Plurinacional –a pesar de que
no poseen el número de integrantes para
tener esa representación–.
Es importante también relacionar a
ello que el artículo 161 de la propuesta
de Constitución establece que la aprobación de leyes requiere de simple mayoría,
confirmando así que al final la voluntad
del partido político que obtenga mayoría
simple se impone y éste no necesitará consensuar ni llegar a ningún acuerdo con el
resto de las representaciones políticas. Es
decir que la voluntad de más de la mitad
del país no será tomada en cuenta.
Se ha acreditado precedentemente
que el mas únicamente cumple la voluntad ciudadana cuando ésta coincide con la
voluntad de sus dirigentes, en particular
con la voluntad de Evo Morales Ayma;
caso contrario apunta a descalificarla y
además acude a la infalibilidad de los movimientos sociales que resultan los portadores de la –verdad absoluta– y como
no existía posibilidad alguna de encontrar
una justificación seria para mantener ese
modelo de imposición, se instrumentalizó el tema indígena, la autonomía regional y otros temas conexos elaborándose
un proyecto de Constitución, con tal
cantidad de referencias circunstanciales,
complejos personales, expectativas, bonos y entre otras ventajas políticas, que
terminan por mostrar casi un programa
de un partido político, con la cual, como
lo señaló el asambleísta Román Loayza,
se pretende perpetuar a los actuales gobernantes por más de 500 años. Se entiende, por lo expuesto, que ello se producirá incluso a costa del bienestar de los
ciudadanos y del futuro del país.
El evangelio constitucional del mas
José Antonio Quiroga T.
E
n la doctrina jurídica y política, se entiende
que el Preámbulo de una Constitución debe
expresar la voluntad colectiva de vivir juntos
y la decisión política fundamental del poder
constituyente de conformar un Estado. Es una declaración de los fines y principios que regirán la vida nacional y del programa político del Estado al que se da
existencia. Por ello, más que una norma, el Preámbulo proclama el sentimiento de pertenencia a una comunidad, de la que derivan derechos y obligaciones
para los ciudadanos y ciudadanas que la conforman.
Nuestra primera Constitución no tuvo Preámbulo y
ésta era una buena ocasión para enmendar esa falta.
El Preámbulo de la Constitución elaborada por
el mas desconoce estos preceptos al introducir algunas consideraciones que, lejos de convertirlo en el
pórtico de un renovado contrato social, lo reduce a
un pronunciamiento de una asamblea partidaria, o al
prólogo de una “tesis sindical”, como la de Pulacayo,
sólo que con algunos aderezos sobrenaturales.
La primera parte tiene pretensiones poéticas y
emula al Génesis o a la cosmogonía del Popol Vuh: “En
tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonia,
nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y
valles se cubrieron de verdores y flores”.
Arturo Borda: Illimani
Una vez completada la Creación, los redactores del mas decidieron poblar “esta sagrada Madre
Tierra con rostros diferentes, y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y
nuestra diversidad como seres y culturas”.
El Preámbulo ofrece una reseña histórica, desde la proscripción colonial del Paraíso –en el que,
según se afirma, no había racismo– hasta la aprobación de la nueva Constitución. Menciona las
sublevaciones anticoloniales, la Independencia, las
marchas indígenas y las “guerras” del agua y del gas,
a las que el mas se acopló cuando la batalla ya estaba
resuelta a favor de las causas populares. No se mencionan, por ejemplo, ni la Revolución Nacional, ni
la recuperación de la democracia después de 18 años
de dictaduras militares.
El ajusticiamiento de la historia continúa con
esta sorprendente declaración: “Dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto histórico de construir colectivamente
el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario…”. La abolición del Estado republicano –que todavía somos– va acompañada de una descripción de los atributos del nuevo Estado, en la que
se comete un acto de picardía altoperuana: una deliberada omisión de las comas permite que el nuevo
Estado sea de “derecho plurinacional comunitario”
y no simplemente un “Estado de derecho”, como
aconseja la tradición constitucional republicana.
Finalmente, la “gesta constituyente” culmina con
la buena nueva de la “refundación de Bolivia […] con
la fortaleza de nuestra Pachamama y gracias a Dios”.
Los apresurados redactores de la Constitución del
mas decidieron reconciliarse con todas las divinidades. Verdaderamente, deben agradecerle a Dios que
ese texto haya llegado a aprobarse, cuando ya todo se
deba por perdido. Porque, como sentenció Schopenhauer, “al que todo lo pierde, le queda Dios todavía”.
12 /
casa común
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Mejor un acuerdo unánime imperfecto, que la ruptura
Consenso en Bali sobre cambio climático
La Cumbre del Clima reunida en Bali durante dos semanas se ha enfrentado a uno de los problemas de más calado para el futuro
de la humanidad: cómo combatir, en la medida en que sea posible.
L
a Cumbre del Clima reunida en
Bali durante dos semanas se ha
enfrentado a uno de los problemas de más calado para el futuro de la humanidad: cómo combatir, en
la medida en que sea todavía posible, y
cómo evitar las peores consecuencias del
cambio climático.
Quedan ya pocas dudas sobre el
proceso de transformación del clima
derivado del aumento de gases de efecto invernadero, en particular del dióxido
de carbono emitido en la combustión
del carbón, petróleo y gas natural. Más
específicamente se trataba de preparar la
sustitución de los acuerdos de Kioto, que
fueron un primer intento de comprometer a los países más contaminantes en la
reducción de sus emisiones. El efecto de
Kioto ha sido positivo, por lo que ha supuesto de esfuerzo concertado y porque
la opinión pública es hoy más consciente
de las consecuencias de un estilo de vida
derrochador de energía, pero escaso en la
práctica por el rechazo de eeuu a aceptar un acuerdo multilateral de esta índole
y por el rápido crecimiento económico
de los países en vías de desarrollo.
En Bali se ha intentado un consenso entre posiciones encontradas: la
europea, de fijar compromisos de reducción muy ambiciosos, de entre el 25%
y el 40% para el año 2020 respecto de
los niveles de 1990; la negativa de eeuu
y algunos otros países desarrollados a
aceptar obligaciones cuantificadas; la
resistencia de países con fuerte crecimiento económico, como China, India
o Brasil a compartir esfuerzos con los
que llevan más de un siglo contaminando la atmósfera y siguen haciéndolo hoy;
y la necesidad de ayudar a los países más
pobres a preservar una vegetación que
rinde servicios medioambientales esenciales al conjunto del planeta y a incorporar tecnologías limpias que no dañen
su desarrollo.
El resultado ha sido un acuerdo
que no satisface los requerimientos de
las propuestas más rigurosas, pero que
contiene algunos elementos positivos.
La necesidad de compensar a los países
más pobres por evitar la deforestación,
por ejemplo, aunque haya quedado oculta tras la discusión de las cifras de reducción, y la esperanza de un acercamiento
de eeuu a una disciplina multilateral
que quizá se consolide tras las próximas
elecciones presidenciales. Poco para lo
que está en juego. Quedan todavía dos
años de negociaciones para configurar
los acuerdos que han de reemplazar a
los de Kioto y cabe esperar que en ese
tiempo se concreten los compromisos y
las medidas, especialmente en política
energética, para que se cumplan.
Reducir emisiones de forma significativa supondrá cambios en nuestros
Debate sobre biocombustibles
estuvo ausente en la Cumbre
L
a Cumbre de Bali prestó apenas una atención marginal a los biocombustibles en las sesiones formales. No hubo discusión sobre el tema,
que sólo ingresó marginalmente en los debates referidos a la forestación
y el uso de la tierra. Semejante silencio favorece ciertamente a aquellos que
alientan la demanda de biocombustibles, no obstante sus graves consecuencias
respecto de los derechos sobre la tierra, la seguridad alimentaria, la biodiversidad e incluso el cambio climático.
La industria del biocombustibles es alimentada con maíz, trigo, caña de
azúcar y palma aceitera, entre otros cultivos. Cerca de 5.000 litros de biocombustible pueden extraerse de una hectárea de maíz, 6.000 litros de una hectárea
de caña de azúcar y 4.500 litros de una hectárea de palma.
La demanda internacional de biocombustibles aumentó aceleradamente
porque los países industriales se vieron obligados a reducir sus emisiones de
gases de efecto invernadero en el marco del Protocolo de Kyoto, la mayor
parte de los cuales se debe al uso de combustibles fósiles para hacer marchar las
industrias y el transporte de los países desarrollados. Siendo la principal zona
de demanda, la Unión Europea anunció que tomará en cuenta la competencia
entre cultivos destinados a la alimentación y al biocombustible, la protección
de la biodiversidad y el objetivo de impedir que se emitan más gases de efecto
invernadero como resultado de la tala forestal.
Arturo Borda: El edén
hábitos. Nadie puede pensar que es cosa
de otros, sean países, empresas o ciudadanos; afecta a todos. Y queda pendiente
un tratamiento equitativo de los países
en vías de desarrollo porque, aun con las
reducciones mencionadas, un ciudadano
de los países más ricos seguirá emitiendo
mucho más que uno de los países pobres.
‘Hoja de ruta’ para combatir
el cambio climático
firman 189 países
La presión mundial obliga a eeuu a
aceptar reducir las emisiones. China
e India controlarán los gases de forma
voluntaria. A cambio, la Unión Europea
aceptó rebajar el acuerdo y renunció a fijar objetivos de reducción de emisiones.
El pacto de Bali define cómo será el tratado que debe sustituir al Protocolo de
Kioto cuando venza su plazo de vigencia
en 2013. El próximo tratado, que debe
fijar nuevas reducciones de emisiones, se
tiene que negociar en los próximos dos
años e incorporará, gracias al acuerdo de
Estados Unidos.
En la madrugada del sábado un
grupo de 40 ministros selectos alcanzaron por fin un mínimo acuerdo, tras dos
semanas de enconadas disputas en Bali.
Al someter el texto al pleno por la mañana, se corría el riesgo de que cualquier
tropiezo diera al traste con la Hoja de
ruta de Bali, que diseña el tratado que
debe sustituir al de Kioto. En ese texto,
los países desarrollados aceptaron poner
“límites cuantificados a las emisiones y
objetivos de reducción de emisiones”.
Estados Unidos asumió esa redacción y,
a cambio, la Unión Europa renunció a
incluir un rango de reducción de emisiones (entre el 25% y el 40% en 2020
respecto a 1990). Sólo un pie de página
remite al informe del ipcc con esa recomendación para que la temperatura no
suba más de 2,4 grados, el umbral que se
considera admisible.
El otro punto delicado de la Hoja
de ruta era la referencia a los países en
desarrollo. Éstos estaban exentos de
cualquier compromiso en el Protocolo
de Kioto y ahora limitarán sus emisiones
de forma voluntaria y controlada por la
onu a cambio de ayudas y tecnología.
Los dos acuerdos pueden parecer
vagos, pero suponen un cambio histórico en la lucha internacional contra el
calentamiento global. El primero atrae a
eeuu y el segundo implica por primera
vez a gigantes como China, India, Brasil,
Indonesia y Pakistán, entre otros.
Bali no es un nuevo Kioto, pero
define cómo debe ser ese Kioto ii que se
debe pactar en 2009 y entrar en vigor en
2013. Queda lo más complicado: cómo
asignar cuánto podrá contaminar cada
país. Por eso al terminar el acto, Kimoon advirtió: “Esto no es el fin, sólo
el principio”.
La conferencia fue calificada como
de momento significativa en el marco de
los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático en el sistema
multilateral de la onu (Organización de
las Naciones Unidas).
Informes científicos divulgados
este año dieron la alarma acerca de que
el planeta se estaba recalentando a un
ritmo superior al previsto y llamaron a
reducir de forma significativa las emisiones de gases invernaderos.
El peso de la responsabilidad cayó
sobre las naciones industriales, las mayores emisoras de gases invernadero
como el dióxido de carbono, el metano
y el óxido nitroso, desde la Revolución
Industrial. Uno de los objetivos que las
organizaciones ambientalistas pretendían lograr en la conferencia de Bali era
que las naciones industriales redujeran
sus emisiones entre 25 y 40 por ciento
para 2020, respecto de las cifras registradas en 1990.
Finalmente, no hubo acuerdo en
cifras concretas de reducción de emisiones, pero el documento final sí incluye
un cronograma y una agenda de futuras
negociaciones que pueden llevar a que
las naciones ricas aporten fondos para
los países en desarrollo, y les transfieran
tecnología.
La ‘Ruta de Bali’
El texto reconoce la urgencia de afrontar el cambio climático y remite a un
estudio para rebajar las emisiones más
de un 25% en 2020. Los países ricos se
comprometen a reducir sus emisiones de
gases de efecto invernadero. Los países
en desarrollo aceptan controlar de for-
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
ma voluntaria sus emisiones a cambio de
tecnología y ayudas. La ‘Ruta de Bali’
sienta las bases para que en 2009 haya
un nuevo acuerdo que sustituya al de
Kioto.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha señalado,
tras el acuerdo alcanzado en la Cumbre
de la onu sobre Cambio Climático,
que sólo se ha dado el primer paso en
la negociación, pero resta lo más difícil:
alcanzar un acuerdo con cifras concretas
sobre la reducción de emisiones contaminantes.
EEUU derrotado
en los descuentos de Bali
Brasil, China, India y Sudáfrica, en representación de los países en desarrollo,
obligaron a Estados Unidos a asumir
compromisos clave en los últimos minutos de la conferencia internacional sobre
cambio climático en Bali, Indonesia,
este sábado.
El G-77 alienta “acciones” nacionales de los países del Sur para contener
las emisiones de gases invernadero, en
primer lugar en el marco de “un contexto del desarrollo sustentable, respaldado
por tecnología y facilitado por financiación y capacitación”. La postura de las
naciones en desarrollo, desde el principio de la conferencia, fue garantizar la
contribución de los países industriales a
la financiación y su aporte de tecnologías que no dañen el ambiente a fin de
combatir sus propias emisiones de gases
invernadero.
El bloque de países en desarrollo
acordó considerar tales expectativas en
programas nacionales que sean “mensurables, comunicables y verificables”
como prueba de los esfuerzos “nacionales apropiados de mitigación”.
Uno de los objetivos que las organizaciones ambientalistas pretendían
lograr en la conferencia de Bali era que
las naciones industriales redujeran sus
emisiones entre 25 y 40 por ciento para
2020, respecto de las cifras registradas
en 1990.
Eso no estuvo incluido en el texto
final, pese a las advertencias de los científicos acerca del caos ambiental que se
generaría en las naciones en desarrollo,
de seguirse elevando la temperatura.
Los párrafos vinculados a las emisiones específicas para después de 2012,
detallados en el borrador de la Hoja de
ruta de Bali que había circulado el jueves,
quedaron reducidos a una nota al pie.
Finalmente, no hubo acuerdo en
cifras concretas de reducción de emisiones, pero el documento final sí incluye
un cronograma y una agenda de futuras
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casa común
a predicar la necesidad de un cambio en
el mundo en desarrollo”, opinó Krishnaswamy Srinivas, conductor del equipo
de clima y energía en la filial india de
Greenpeace Internacional.
Pero lo más decepcionante para los
ambientalistas fue la posición extrema
de Arabia Saudita, que izó la bandera
roja en todas las grandes cuestiones de
la conferencia, con el argumento simple
de que necesita contaminar con petróleo
para sobrevivir.
Arturo Borda: Illimani amanecer
negociaciones que pueden llevar a que
las naciones ricas aporten fondos para
los países en desarrollo, y les transfieran
tecnología.
Aplausos de la sociedad civil para
China, Brasil y Sudáfrica
China, Brasil y Sudáfrica se consolidan
como líderes del mundo en desarrollo,
al cosechar aplausos de organizaciones
de la sociedad civil representadas en la
conferencia mundial sobre cambio climático en la isla indonesia de Bali.
Comentarios favorables hacia el gigante asiático surgieron en la ronda inicial de deliberaciones de la conferencia,
al conocerse medidas ya adoptadas por
sus autoridades.
China estuvo más activa que en
conferencias pasadas, mostrando una
destacable flexibilidad en todas las rondas
de negociaciones, lo cual se debe a que
China tomó conciencia de que el cambio climático la perjudicará y le impedirá
cumplir con sus objetivos de desarrollo.
En la primera semana de discusión,
“importantes economías emergentes,
como China, Sudáfrica y Brasil, mostraron claridad de visión al proponer una
plataforma de asociaciones público-privadas para la cooperación y la transferencia de tecnología”, dijo Hans Verlome, director del programa de cambio
climático en el Fondo Mundial para la
Naturaleza (wwf).
India, el otro gigante asiático activo
en la conferencia, no cosechó aplausos
similares de la sociedad civil. Junto con
China, India encabeza la lista de emisores de dióxido de carbono del mundo en
desarrollo.
Nueva Delhi considera que “los
países industrializados han sido los principales contaminantes del ambiente a
través de la historia y no tienen derecho
Conferencia de Bali acuerda
implementar Fondo
de Adaptación
Las deliberaciones en curso procuran
acordar mecanismos y plazos de negociación hacia nuevas metas de mitigación de las emisiones mundiales de gases
de efecto invernadero y de freno a la
deforestación. El Protocolo de Kyoto,
firmado en 1997 y vigente desde 2005,
ya estableció objetivos concretos para
el mundo industrializado, cuyo plazo
de implementación concluirá en 2012.
También se discute la asignación de fon-
dos de los países ricos para ayudar a los
más pobres a adaptarse al cambio climático y a lograr un crecimiento económico sustentable, así como la transferencia
de tecnología ambientalmente adecuada
del Norte al Sur.
Fuentes oficiales indicaron que
los países más vulnerables, incluidas las
pequeñas naciones insulares, pretenden
crear un fondo de adaptación que financie el costoso ajuste de sus estilos de
vida y de sus actividades económicas a
los estragos previstos por el cambio climático.
La Cumbre de Bali acordó implementar el “fondo de adaptación”, que
proporcionará ayuda a los países en vías
de desarrollo para que se adapten a los
efectos adversos del cambio climático,
como las sequías, las inundaciones y la
pérdida de cosechas.
Son los países en vías de desarrollo
los que más sufren las consecuencias del
cambio climático, mientras que las naciones industrializadas son responsables
de la mayor parte de las emisiones de
gases de efecto invernadero.
Las claves del acuerdo
E
l nuevo acuerdo sirve para encauzar las negociaciones que empezarán el
año próximo y que deben culminar con otro acuerdo más completo en
Copenhague en 2009. Los puntos acordados han sido los siguientes:
Ayuda a países emergentes
Se reconoce que los países pobres y en vías de desarrollo necesitan financiación
de las naciones ricas para afrontar los desastres naturales y efectos negativos del
calentamiento del planeta. Por eso, se ha garantizado que el Fondo de Adaptación establecido por el Protocolo de Kioto y que actualmente cuenta con
$us 37 millones comience a funcionar el año próximo. Se espera que el fondo
llegue a contar con al menos $us 207 millones.
Deforestación
Por vez primera, se concederá ayuda a las naciones en vías de desarrollo por la
conservación y protección de sus bosques y junglas. Además, se reconoce la necesidad urgente de actuar para reducir las emisiones de carbono provenientes
de la deforestación y que son responsables del 20% de los gases que provocan
el efecto invernadero.
Emisiones
Se admite que el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU representa el estudio científico más completo y el
documento de referencia sobre el calentamiento del planeta. La aceptación de
este principio implica que Estados Unidos reconoce la importancia de que las
emisiones de gases contaminantes de los países industrializados bajen entre un
25% y 40% respecto a los niveles de 1990 para el año 2020.
Reforestación
Se aprueba que los países dupliquen hasta 16 kilotones de dióxido de carbono
sus proyectos de reforestación.
14 /
vecindario
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Los límites históricos del nacionalismo
Cecilia Salazar de la Torre*
En el caso de 1952 esto devino, entre otras cosas, en la indemnización de los “barones del estaño”, forzada por los Estados Unidos,
a cambio de lo cual se produjo el reconocimiento de este país a la Revolución Nacional en tanto ésta, de su inicial ímpetu, pasó a
convertirse, además, en un “modelo” de transformación volcada hacia el anticomunismo.
E
n los últimos años, el modelo do­
minante de interpretación po­­lítica
en Bolivia ha tendido a reordenarse en pos de una nueva legitimación nacionalista inspirada en el Estado
de 1952. Casi sin oposición de izquierda,
esta perspectiva encubre los límites históricos que le fueron propios a este Estado,
en su relación con la clase obrera y, luego,
su natural derivación en el nacionalismo
étnico que se vio emulado durante el neoliberalismo. Veamos en qué sentido:
1. En un plano general, está claro que la opción por el nacionalismo ha
acarreado en nuestro país la paralización
de las fuerzas productivas. La relación es
simple: carecemos de los recursos materiales y humanos para un despliegue económico autónomo que, siendo legítimo,
se estanca en un insuficiente y unilateral
voluntarismo. Cuando esto es constatado,
la fiesta antiimperialista se convierte, rápidamente, en una capitulación sombría
y humillante frente al poder externo. En
el caso de 1952 esto devino, entre otras
cosas, en la indemnización de los barones del estaño, forzada por los Estados
Unidos, a cambio de lo cual se produjo
el reconocimiento de este país a la revolución nacional en tanto ésta, de su inicial
ímpetu, pasó a convertirse, además, en un
“modelo” de transformación volcada hacia el anticomunismo. Esa fue la raíz de lo
que posteriormente fue el nacionalismo
militar, umbilicalmente conectado con el
nacionalismo revolucionario.
2. Como el nacionalismo es incapaz
de enfrentar los desafíos de la productividad y, por ende, de la reorganización histórica de las relaciones sociales, apunta a
hacerlo “desde arriba”, desde el Estado.
El resultado es la creación de ciudadanos
que preservan sus derechos a partir de las
lealtades clientelares con el poder. Frente a un aparato productivo paralizado, la
clientela encuentra acogida en el empleo
estatal o en los grupos corporativos favorecidos por gobierno, lo que apunta a
que los beneficios de la nacionalización se
orienten al potenciamiento, no de la fuerza laboral, sino de clases improductivas,
volcadas al letargo de la administración
pública o a la facundia literaria. El 52,
este proceso devino en un Estado vertical
y autoritario que sucesivamente fue incrementando recursos para la burocracia,
mientras la fuerza laboral productiva era
condenada a sistemas cada vez más anacrónicos de explotación del mineral, por
lo tanto a su inutilización social y política. Ello trajo la acusación, bárbaramente
acuñada, de que los mineros fueron los
gestores del fracaso del modelo estatal.
Arturo Borda: El triunfo del arte
3. El nacionalismo confunde a los
trabajadores y posterga sus aspiraciones,
al constituirlos discursivamente en los
guardianes del Estado-nación como entidad abstracta, enajenándolos y sin discutir la naturaleza histórica de aquél. En
el Estado del 52, cuando los trabajadores
lo hicieron, en pos de su independencia
clasista, fueron condenados a la vertiente de la “anti-nación”. Para ello, el
nacionalismo se dotó de un imaginario
sustentado en el campesinado indígena,
masa disponible para la ciudadanización
“desde arriba” y por eso capaz de enfrentarse con cualquier medio a los “traidores” del proceso, bajo el mando de un
caciquismo sindical abusivo y expoliador
que no hizo otra cosa que conducir a sus
propias bases al engaño, la postergación
y el sufrimiento. Fue así como surgió el
pacto militar-campesino, como custodio
de los valores “propios”, activado en el
mismo contexto en el que se aniquilaba
un poderoso liderazgo socialista en las
minas y se daba inicio a la masacre como
la forma más feroz de disciplinamiento
político en el país. A partir de entonces,
la historia de los trabajadores fue un
desfiladero de derrotas que los condujo
a la relocalización de fines de los años
80, dramático corolario de la alegórica y
paralizante ritualidad nación/antinación
que la precedió.
El actual nacionalismo es muy parecido al de ayer, con el agravante de
que, en asociación con el neo-indigenismo, prescinde en su análisis de un
hecho fundamental: que la auto-identificación étnica es propia de sociedades
que no pueden reproducirse via salarial
y, por ende, no crean los entretejidos
del mercado interno que sostienen la
cohesión estatal-nacional. Por eso,
cuando hablamos de etnias, en realidad
estamos hablando de sujetos carentes
de referentes nacionales o, del mismo
modo, de trabajadores que sobreponen
a su identidad clasista los vínculos primordiales de la lengua y la raza. El ensimismamiento grupal y la apología de
los particularismos es consecuencia de
ese proceso, que ciertamente encalla en
la condena del Estado, pero por razones
conservadoras, en este caso sustentadas
en los procesos de desafiliación laboral
de las últimas décadas en las que neo-li-
berales y neo-indigenistas convivieron
poniendo en duda, ambos, los intereses
generales de la nación. Los primeros
venían de las antiguas filas nacionalistas
del 52; los segundos de la desintegración social que comenzó a darse en los
años 80, fruto del fracaso del modelo
estatal.
Si esto es así, la mentalidad del
neo-indigenismo es anacrónica, porque
constata la dificultad de sacar de nuestra
conciencia las condiciones materiales en
las que tuvo lugar y que están impidiendo visibilizar un horizonte post-neoliberal para el país, expectativa que sólo será
posible en la medida en que el liderazgo
político se dote de un carácter progresista, con sabiduría para confrontarse
con las transformaciones del capitalismo contemporáneo y para hacer suya, a
través de la reorganización del trabajo,
la fuente histórica de la integración nacional, la democracia y el socialismo del
siglo xxi, más allá de toda abstracción
fantasmagórica que se construye imaginariamente como “nación”.
* Socióloga, docente cides-umsa.
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
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aldea global
En busca de la humanidad perdida (IV)
Crezcan y multiplíquense (sensatamente)
Francesc Viçens*
“…hoy ya es suicida ignorar que la explosión demográfica es la principal causa de la miseria y el hambre en el mundo, así como del
creciente deterioro ecológico del planeta, además de estar detrás de diversas guerras civiles pasadas y futuras…”.
A
lgunos buenos teólogos nos dicen que el verdadero pecado es el “ensimismamiento”. Para
ellos el sentir que la vida comienza y termina en
nosotros mismos, nuestra tribu o momento, o
el vivir la religión sólo como algo valioso en la medida
que remedie nuestras aflicciones, o el creer que nuestra
nación, familia, partido o proyecto es lo único capaz de
dar sentido a nuestras vidas… todo esto –sea o no pecado– empobrece y pone en riesgo a nuestra humanidad.
Agitados por las urgencias diarias, excitados por
unos medios de comunicación sumidos en las pasiones
más cortoplacistas, bombardeados por imágenes consumistas que desordenan los deseos… parecemos sombras de nosotros mismos, imágenes deformadas de lo
que quisimos y pudimos ser, esforzándonos en tapar las
humedades de una casa de convivencia crecientemente problemática, sin querer ver el río que se está formando debajo de ella. Como en la parábola de la rana
hervida, nos vamos cociendo lentamente en nuestros
ensimismamientos, y cuando el río se hace innegable ya
no tenemos ni la energía ni la voluntad ni la honestidad
necesaria para reconocer y enfrentar los problemas.
¿Somos una plaga o el cáncer de la biosfera?
Tomemos el caso de la expansión
alarmante de la población humana. ¿Somos una plaga o, como dicen algunos, el cáncer de la biosfera? Un cáncer es un grupo de
células en expansión demográfica
incontrolada, que de no atajarse
a tiempo puede matar a todo el
organismo, incluido el propio
tejido canceroso. ¿En qué medida es responsable el consumo o
la proliferación de los humanos
del deterioro de los ecosistemas
y de la extinción actual de tantas especies? Toda advertencia
contra el consumo irresponsable
nos parecerá siempre poca. Pero
no tendría que impedirnos ver la magnitud de la otra
respuesta.
Hasta la revolución neolítica no fuimos más de
cinco millones esparcidos por el ancho mundo. Pero
La irresponsable lucha por el poder
desde que aprendimos a cultivar la tierra y los animaNo tendríamos que rezar por la Tierra, sino por la su- les, y nos hicimos sedentarios, fuimos creciendo hasta
pervivencia de los homínidos (nosotros) sobre ella. La llegar a una población en torno a los 300 millones, que
Tierra existió mucho antes que nosotros y, sin duda, ha sido el tamaño medio autorregulado naturalmente a
nos sobrevivirá. Los verdaderos grandes temas de lo largo de la mayoría de los últimos siglos. Pero todo
nuestro tiempo tienen poco que ver con los temas bajo cambió a partir de la Revolución Industrial y científilos que se oculta la irresponsable e inhumana lucha por co-técnica. En 1804 ya éramos 1.000 millones. Tomó
el poder. La gente sabe o intuye que para su bien vivir sólo 123 años añadir otros mil –en 1927–. Los 1.000
y el de sus hijos, temas tales como el cambio climático, siguientes se añadieron en 33 años –en 1960–. Catorla paz y la seguridad, el trabajo digno, la educación y ce años más tarde –en 1974– éramos 1.000 millones
la salud, el respeto a la diversidad y a la libertad, o el más. Trece años más tarde –en 1987– añadíamos otros
buen gobierno… son más importantes que la agenda de 1.000. Y doce años más tarde –en 1999– crecíamos con
pasiones envuelta en los nuevos mitos que hoy alien- otros 1.000. Está previsto que esto no cese y que para el
tan las luchas partidistas. Caído el mito del socialismo 2012 ya seamos 7.000 millones de homínidos.
“científico” que tantas vidas costó o del “neoliberalisEs como si nuestro objetivo actual como especie fuemo Consenso de Washington”, que tantas frustracio- ra la acumulación de la máxima cantidad de carne humana
nes ha generado, la manipulación mitológica no cesa: sobre el planeta, especialmente en los territorios con peoahora tocan los mitos de las “refundaciones” que, como res expectativas de vivir bien. Hoy sabemos que en 2015
la vieja letra de la Internacional, quieren hacer “tabla habrá 3.000 millones de personas con menos de 25 años y
rasa del pasado” y sólo generarán el mismo dolor que casi todas ellas en los países en desarrollo. También que en
sus antecesores irresponsables.
25 años la población mundial crecerá en unos 1.500 miDecía David Hume
llones, de los cuales sólo 50
que hay dos fuerzas que
millones corresponderán al
Los verdaderos grandes temas de nuestro
mantienen a la humanimundo desarrollado. Todo
dad en pie: el amor propio tiempo tienen poco que ver con los temas bajo esto a partir de un mundo
y la empatía o capacidad los que se oculta la irresponsable e inhumana actual de 6.000 millones
humana para ponernos en
en el que 1.000 millones
lucha por el poder
la mente y el corazón del
disfrutan del 80% del pib
otro, tratando de sentir con
global, mientras que otros
él. La vida humana sana requiere del cultivo de los dos 1.000 viven con menos de un dólar diario.
sentimientos. Sin amor propio nos perdemos el respeto
y nos hacemos objeto de los fines de otros o de nuestras Explosión demográfica = pobreza
propias pasiones. Sin compasión (del latín cum patere, que La mayor parte de las políticas que se están ensayando a
significa “sentir con”) ni empatía caemos en la aneste- nivel global (objetivos del milenio, liberalización de flujos
sia moral o hasta en estados psicópatas. Las fuerzas de comerciales, in­cre­mentos de fondos de cooperación, mala buena vida están en nuestros genes, pero su desarrollo yor estabilidad del sistema financiero, combate a los trárequiere ejercicios de conciencia, voluntad y sensibilidad. ficos ilegales y hasta la lucha contra el cambio climático)
Las mil formas de oración y meditación, y buena parte se hacen sobre el supuesto de que nuestros modos de prodel arte y la cultura humanas se han orientado a ese fin.
ducción y consumo no tienen límites demográficos y de
Arturo Borda: Mundo demonio y carne
que la globalización actual es sólo un problema de justicia.
Pero hoy ya es suicida ignorar que la explosión demográfica es la principal causa de la miseria y el hambre en el
mundo, así como del creciente deterioro ecológico del
planeta, además de estar detrás de diversas guerras civiles
pasadas y futuras. Resulta inevitable recordar a Malthus,
pero es más eficaz invocar a Norman Borlaug, el padre de
la “Revolución verde”, quien, al recibir el Premio Nobel,
insistió en que el problema de fondo de la pobreza era
la explosión demográfica y que había que aprovechar la
tregua de la “Revolución verde” para detenerla.
La burocracia vaticana, los presidentes conservadores norteamericanos, en buena parte dependientes del
voto de los fundamentalistas cristianos, y los Estados islámicos se han opuesto frontalmente a todos los esfuerzos de las Naciones Unidas para promover la planificación familiar como la más eficaz medida de lucha contra
la pobreza. Los cristianos del mundo desarrollado, en
su gran mayoría, no les hacen mucho caso. Las víctimas
son principalmente las mujeres del mundo en desarrollo,
que carecen de la información, la libertad y los medios
para evitar los embarazos. El Fondo de Población de las
Naciones Unidas tuvo que acusar formalmente a la Iglesia Católica de ejercer una influencia negativa que compromete el equilibrio demográfico mundial. El Consejo
Pontificio para la Familia replicó acusando a la onu de
practicar el “imperialismo anticonceptivo”.
Cada vez resulta menos razonable y humano
mantener que la reducción artificial de la natalidad
mediante la planificación familiar, los anticonceptivos
y el aborto es antinatural y debe prohibirse, y que, en
cambio, la reducción artificial de la mortalidad mediante la higiene, las vacunas y los antibióticos es natural
y debe autorizarse. Nos conmueve la abnegación de
tantos misioneros y misioneras comprometidos con la
causa de la nutrición y la conversión de los pobres del
mundo, pero impedidos de darles lo que más necesitan:
la planificación familiar que liberaría a las mujeres de
los embarazos no deseados y que causan más miserias
de las que es capaz de aliviar la santidad encomiable de
todas las Teresas de Calcuta (Mosterín).
* Humanista, historiador y poeta valenciano.
16 /
ensayo
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
La democracia cosmopolita: una respuesta a las críticas (III)
Las críticas a la democracia cosmopolita
Daniele Archibugi*
Más de una década después de su primera presentación, la idea de democracia cosmopolita sigue debatiéndose dentro del ámbito
de la teoría política. Es alentador ver a tantos pensadores, jóvenes inclusive, compartiendo y desarrollando estas ideas propuestas
originalmente por un reducido grupo de especialistas a las que no han faltado críticas.
C
ríticas realistas
Los realistas desencantados
nos recuerdan que los mecanismos del mundo son
muy diferentes de como los imaginan los soñadores de la democracia
cosmopolita. Argumentan que los
elementos principales que regulan
las relaciones internacionales son,
en última instancia, la fuerza y el interés. Por tanto, todo esfuerzo para
domar la política internacional por
medio de instituciones y la participación pública es pura utopía. No
discrepo en atribuir importancia a la
fuerza y al interés, pero es excesivo
no sólo considerar que son lo único que mueve la política, sino también que son inmutables. Incluso
desde una perspectiva realista sería
erróneo pensar que los intereses de
todos los actores implicados en la
política internacional se oponen a la
gestión democrática del proceso de toma de decisiones.
Es más exacto hablar de intereses opuestos en tensión.
Por tanto, de momento hay, por una parte, la influencia
que ejercen sobre el proceso de toma de decisiones algunos centros de poder (determinados gobiernos, grupos
militares y grandes empresas); y, por otra parte, las demandas de grupos de interés más amplios de aumentar
su papel en la toma de decisiones. Sean estos Estados
periféricos, movimientos mundiales o industrias nacionales, no necesariamente son puros de corazón. Siguen
una agenda que es antihegemónica de hecho porque sus
propios intereses son opuestos a los del poder centralizado. Apoyar estos intereses no es cuestión de teoría sino
de opción política.
Sin embargo, algunos realistas rechazan no sólo
la viabilidad del proyecto cosmopolita, sino también
su conveniencia. Estos críticos suelen estar confundidos porque se percibe el riesgo de que el proyecto
cosmopolita pudiera, en el marco de la realidad política contemporánea, ser utilizado en otras direcciones.
Sin duda, es significativo que Zolo, para construir su
crítica de la democracia cosmopolita, deba forzar continuamente la posición adoptada por sus antagonistas.
En Cosmopolis critica a menudo la perspectiva de un
gobierno mundial, pero ninguno de los autores a los
que cita –Bobbio, Falk, Habermas, Held– lo ha defendido nunca. Estos especialistas limitaban su apoyo a un
aumento del imperio de la ley y la integración dentro
de la política mundial; nunca argumentaron a favor
de la concentración de poder coercitivo mundial. No
* Especialista en economía y política del cambio tecnológico y en
teoría política de las relaciones internacionales. Los derechos de
publicación han sido cedidos a Nueva Crónica por el Centro de
Investigaciones para la Paz de España. Se ha dividido el ensayo
en cuatro partes y se han omitido las notas que aparecerán
en la edición completa que hará Plural editores.
senciaron proyectos audaces para la
reforma de la onu y la democratización de la gobernanza mundial fueron
también testigos de la significativa actividad militar de los Estados de Occidente. En su camino hacia el uso de la
fuerza, estos Estados emplearon una
retórica que recordaba peligrosamente los discursos que añoran un orden
mundial fundado en los valores de la
legalidad y la democracia. Ya he argumentado que la cantidad de poder
concentrado en las manos de eeuu es
excesiva, y que su democracia interna
no es garantía de la aplicación sensata
o legítima de ese poder. Sin embargo,
la clave es encontrar una estrategia
que pueda oponerse efectivamente a
este bloque hegemónico.
Contrariamente a Zolo, Go­
wen, Chandler y otros, cuestiono
Arturo Borda: Anochecer en el lago la capacidad del viejo dogma de la
soberanía para proporcionar una alhay que identificar la democracia cosmopolita con el ternativa satisfactoria a la hegemonía estadounidense o,
proyecto de un gobierno mundial –que se basa necesa- en realidad, a cualquier hegemonía. Hasta este momenriamente en la concentración de fuerzas en una única to, el llamamiento a la soberanía ha servido al propósito
institución–; por el contrario, es un proyecto que invo- de ayudar a los gobiernos a abusar de sus ciudadanos,
ca alianzas voluntarias y revocables entre instituciones en lugar de ofrecer a los Estados más débiles protección
gubernamentales y metagubernamentales, donde el frente a la codicia de los Estados más fuertes. El reforpoder coercitivo está compartido, en última instancia, zamiento de las instituciones internacionales, especialmente si está inspirado en los valores de la democracia,
entre los actores y sometido al control judicial.
Sería útil realizar un experimento para verificar con probablemente produciría el efecto deseado de obligar
qué frecuencia una crítica realista de la democracia cos- a eeuu y a sus aliados a llevar a cabo una política extemopolita podría aplicarse también a la democracia del Es- rior mucho más coherente con sus propias constituciotado. Si el enfoque realista se aplicara de forma coherente, nes. Atrincherarnos tras la noción de soberanía sólo por
la democracia no podría existir como sistema político. contrarrestar la hegemonía de eeuu podría hacernos
Pese a todas sus imperfecciones, la democracia sí existe, y olvidar a los millones de personas que están sometidas
esto es posible gracias, en parte, a los pensadores y movi- cada día a la opresión de sus propios gobiernos. El remientos –¡todos visionarios!– que han apoyado y luchado ciente conflicto en Irak parece reforzar este argumento.
Por una parte, la ausencia de consenso y de legitimidad
por su causa mucho antes de que pudiera ser posible.
internacional no disuadió a dos Estados democráticos,
eeuu y el Reino Unido, de hacer la guerra en contra del
La hegemonía estadounidense
El mundo actual está dominado por un bloque hege- derecho internacional.
Por otra parte, la comunidad internacional carecía
mónico en el que un solo Estado, eeuu, está dotado de
poderes extraordinarios y tiene el mandato de defender de instrumentos no coactivos para protestar contra la
unos intereses económicos muy limitados. Esta hege- violación de derechos humanos por parte del Gobierno
monía va tan lejos como para recurrir al poder militar iraquí, dado que representaba a un Estado “soberano”.
para penetrar en la actividad económica y política. Los La perspectiva cosmopolita habría instado, por el concríticos han descrito cómo muchas organizaciones in- trario, a la comunidad internacional a emprender otras
ternacionales –como el fmi, la omc y la otan– tam- acciones, como sanciones inteligentes, para oponerse al
bién sirven al propósito de mantener y preservar los Gobierno iraquí y acabar con él en última instancia.
intereses de este nuevo bloque hegemónico.
Basándose en la observación de las condiciones del La crítica marxista I (Karl)
mundo real, estos críticos alegan que un proyecto que Suele decirse que el poder hegemónico de eeuu y sus
tiene como objetivo dar poder a instituciones mundiales aliados más próximos es consecuencia del actual sistema
para coordinar y monitorizar las políticas nacionales lleva­ económico internacional. Como la democracia cosmode hecho a una reducción de la independencia de los di- polita se centra en los aspectos institucionales del orden
versos Estados y, en última instancia, refuerza la ideología internacional, en la superestructura, y no concede el ludel poder hegemónico actual. Autores como Zolo, Gowen gar de honor a las dinámicas económicas, se la critica por
y Chandler han señalado cómo los mismos años que pre- no tener en cuenta los centros cruciales de poder.
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Desde una perspectiva marxista, la democracia internacional, tomada únicamente como un proyecto institucional, sería imposible, pues la transformación de la
política mundial sólo puede realizarse con un nuevo régimen económico. Pero no es fácil establecer vínculos de
causa y efecto bien definidos entre política y economía.
Muchos intereses económicos están más que satisfechos
con los actuales mecanismos de control y no tienen ningún interés en aumentar la gestión democrática sobre
los flujos de capital o del comercio internacional.
Sin embargo, hay muchos otros intereses, quizá más
generalizados, que están presionando a favor de una mayor rendición de cuentas. La especulación financiera que
beneficia a algunos grupos es un obstáculo para otros, y
muchos poderes económicos esperan ahora poder alterar la estructura actual de las finanzas internacionales.
Algunas de las propuestas más interesantes sobre cómo
limitar los daños causados por la globalización financiera proceden del propio George Soros. Si no queremos
descartar esto como un caso de esquizofrenia, debemos
inferir que no existen los intereses unívocos.
Otros marxistas alegan que el proyecto de la democracia cosmopolita adolece del uso indebido del término
“cosmopolitismo”. Brennan mantiene que sería mucho
más adecuado hablar de “internacionalismo”. Naturalmente, lo que importa de verdad son los conceptos, no
las palabras. Sin embargo, mantengo que es más preciso
calificar este proyecto de “democracia cosmopolita” y no
de “democracia internacional”. El término “internacional”, acuñado por el abad de Saint-Pierre y Jeremy Bentham, recuerda un tipo de organización caracterizada por
dos niveles de representación: primero, la existencia de
gobiernos dentro de los Estados, y segundo, la creación
de una comunidad “internacional” basada en los gobiernos. En cambio, adoptar la noción de “cosmopolitismo”
ensayo
permite la introducción de un tercer nivel
de gobernanza, uno que exige una participación más activa de los individuos en los
asuntos políticos mundiales. Por tanto, los
ciudadanos deben desempeñar dos funciones: la de ciudadanos del Estado y la de ciudadanos del mundo.
No obstante, Gilbert y Brennan evocan el internacionalismo de otras tradiciones gloriosas –tradiciones que comparten
el espíritu de la democracia cosmopolita–:
las asociaciones internacionales de obreros y los congresos de la paz del siglo xix
y principios del xx. El famoso lema “proletarios del mundo, ¡uníos!” proclamaba
la esencia de este espíritu. Dentro de esta
perspectiva, el “internacionalismo” ya no
se usa para referirse a los representantes
del Estado. El internacionalismo se refiere a los actores políticos dentro del Estado
que están en conflicto con sus gobiernos
porque creen que éstos son la expresión
de la clase antagonista, la burguesía. La
visión marxista mantiene que la fuerza del
interés común que une a los proletarios de
diferentes Estados es tal que los conflictos
entre Estados proletarios se resolverían
con mucha más eficacia que los conflictos
entre Estados burgueses. La definición
marxista de “internacionalismo” se construyó sobre la creencia de que la derrota
de la clase dominante por el proletariado
resultaría en el cese de todos los conflictos entre grupos
organizados, ya que las comunidades proletarias nunca
alimentarían el deseo de sojuzgar a ninguna otra comu-
Los peligros de una tecnocracia mundial
S
iempre existe el temor de que un nivel de gobernanza que esté más allá del Estado pueda privar en
última instancia a los Estados de su contenido democrático, ganado con tanto esfuerzo, al concentrar
las competencias y el poder en lugares alejados del control público. Thaa, entre otros, expresa esta
preocupación: “La sociedad civil mundial no puede proporcionar un ámbito de igualdad política y
priva a la idea de ciudadanía de su contenido político”. Las comunidades pequeñas con altos niveles de participación –comunidades también tenaz y generosamente comprometidas con cuestiones mundiales– suelen
ser las que más se oponen a la pertenencia a organizaciones internacionales. Suiza, patria de Rousseau, país
de origen de la Cruz Roja, sede de la Liga de las Naciones y de muchos otros organismos de la onu, no se
convirtió en miembro formal de la organización hasta 2002, y sigue manteniendo su independencia de la
Unión Europea (ue) pese a estar totalmente rodeada por ella. Los noruegos han votado dos veces en contra
de su incorporación a la ue, mientras suecos y daneses se han negado a sustituir su moneda por el euro. Dado
que en cuestiones de democracia estas comunidades tienen más que enseñar que aprender, sus preferencias
deben tomarse en serio. La explicación más convincente es la de Wolf, cuando señala la propensión de los
gobiernos a utilizar sus obligaciones hacia las organizaciones internacionales para limitar la soberanía de sus
ciudadanos. Existe una preocupación generalizada de que las organizaciones internacionales puedan convertirse en el caballo de Troya que permita a los tecnócratas imponerse al control democrático.
En Europa, los parámetros de Maastricht se hanconvertido en la religión que ha obligado a los Estados
a recurrir a políticas económicas restrictivas.
Las directrices del fmi han forzado opciones políticas particulares a muchos países en desarrollo y en ocasiones han frustrado la posibilidad de profundizar la democratización. Comparto las preocupaciones relativas a la capacidad de las organizaciones internacionales incluso de limitar la autonomía política de un Estado, pero ¿sostiene
en un grado superior de autonomía a estas comunidades políticas la negativa de la integración internacional?
Tómense los ejemplos de tres Estados vecinos: Finlandia, Suecia y Noruega. El primero está totalmente
integrado en la ue; el segundo es miembro de la ue, aunque ha decidido no introducir el euro; y el tercero
ha escogido quedarse fuera. Por tanto, ¿podríamos concluir que Noruega se beneficia de un mayor grado de
autonomía que Finlandia? Finlandia tiene la capacidad de expresar sus preocupaciones dentro de instituciones
del ámbito europeo. Noruega, no. Por tanto, en la actualidad, la autonomía de Noruega parece correr más riesgos que la autonomía de Finlandia. Integrarse dentro de organizaciones democráticas supranacionales ayuda
mucho más a preservar la democracia de los Estados que a dificultarla. Negarse a ampliar la toma de decisiones
democrática más allá del territorio del Estado no sólo deja las decisiones en tierra de nadie, sino que también
pone en peligro la democracia dentro del Estado. Por tanto, podría ser preferible lo contrario y presionar a
favor de una mayor rendición de cuentas y transparencia dentro de las organizaciones internacionales, introduciendo dentro de cada una diferentes mecanismos de control y participación pública.
/ 17
Arturo Borda: Entrada a los Yungas
nidad (de trabajadores). En consecuencia, no existiría la
necesidad de organizar un sistema político internacional que pueda mediar en los conflictos, pues no habría
conflictos. La soberanía se disolvería sin más, junto con
su titular, el Estado burgués.
El análisis marxista mantiene la existencia de un
conflicto permanente de intereses entre clases sociales
rivales; intereses que –ahora más que en el pasado– están
en conflicto no sólo dentro de los Estados, sino también
entre Estados. La creación de una ciudadanía mundial no
pondrá fin a estos conflictos de interés, pero esa no es la
ambición que la inspira. Su meta es sencillamente encontrar loci institucionales donde estos conflictos de interés se
puedan abordar y gestionar. Si la prolongada guerra civil
en Sierra Leona estuviera de algún modo vinculada al comercio de diamantes, y se pensara que los comerciantes
de Amberes, Moscú y Nueva York desempeñan un papel
efectivo en promover la instigación de las hostilidades,
¿qué clase de cauces institucionales podrían ser efectivos
para resolver la cuestión? Las políticas que se deciden en
el seno de instituciones internacionales –como la certificación del origen de los diamantes– ofrecen la posibilidad
de mitigar el conflicto. En otras palabras, las instituciones mundiales deberían ofrecer cauces efectivos para solucionar conflictos.
Lo que hace falta revisar es el programa político
del internacionalismo proletario, no su espíritu.
La democracia cosmopolita sugiere la creación de
instituciones y cauces representativos que no se limiten
a una clase social específica, sino que estén abiertos a
todos los individuos. Su objetivo no es superar las clases
sociales, sino otro más modesto pero igualmente ambicioso: ofrecer cauces de representación directa a todas
las personas en el nivel mundial, con independencia de
su origen social. Esto implica basar la toma de decisiones
sobre cuestiones mundiales en las preferencias de la mayoría, y no en las de una única clase. En este sentido, Ulrich Beck invocaba: “Ciudadanos del mundo, ¡uníos!”.
Las campañas transnacionales ya han logrado influir en las opciones de los que toman las decisiones políticas: por ejemplo, la decisión del Gobierno británico de
seguir procedimientos inocuos para el medio ambiente
para eliminar el Brent Spar; la institución de la Corte
18 /
Penal Internacional; la decisión de algunas multinacionales de renunciar a sus beneficios y permitir la difusión gratuita del medicamento contra el sida; o incluso intervenciones militares para proteger los derechos
humanos. Hay una esfera pública internacional que está
dirigiéndose hacia la acción pública, y se han logrado algunos resultados parciales aunque significativos.
La crítica marxista II (Groucho)
Groucho Marx dijo una vez: “No quiero pertenecer a
ningún club que me acepte como miembro”.
Groucho anticipaba así lo que se ha convertido
en una de las críticas más frecuentes a la Unión Europea (ue): “Si la ue solicitara la entrada en la ue, no
cumpliría los requisitos por el contenido democrático
insuficiente de su constitución”.
Muchos especialistas se refieren a esta crítica para
argumentar la incapacidad de la ue para convertirse alguna vez en una institución democrática.
Puesto que la ue es de hecho la más democrática
de todas las organizaciones internacionales actuales, este
argumento apoya la postura de que es difícil, cuando no
imposible, ampliar la democracia más allá del
sistema estatal. Robert Dahl ha elaborado una
lista de criterios para la evaluación de la democracia dentro de un Estado. Aplicando estos criterios a la democracia mundial, muestra
que no se pueden cumplir y, por tanto, alega,
la democracia mundial es imposible.
Las organizaciones internacionales, incluida la ue, son bastante menos democráticas
que muchos de sus Estados miembros, pero no
creo que puedan ser juzgadas con los mismos
criterios que se aplican a los Estados. En mi
opinión, se trata más bien de evaluar la capacidad de diferentes mecanismos para aumentar
la participación democrática, especialmente
en un momento en el que tantos se quejan de
la falta de control sobre las decisiones adoptadas por el poder ejecutivo. Dahl no parece
mostrarse hostil a la idea de las organizaciones internacionales, ni niega la utilidad de aumentar su
transparencia y rendición de cuentas. Lo que considera
impropio es el uso de la palabra “democracia”.
Sin embargo, si se comparte la opinión de que las
decisiones sobre cuestiones que trascienden las fronteras nacionales deben adoptarse dentro de instituciones
adecuadas (es decir, instituciones internacionales), y
que éstas deben responder al menos a los criterios de
transparencia y rendición de cuentas, se observará que
las discrepancias entre posturas son sobre todo una cuestión de terminología. Quizá sería mucho más útil argumentar sobre posibles vías de acción, en lugar de sobre
la elección de palabras. Me pregunto hasta qué punto
un pensador como Dahl se opondría a una reforma sustancial de las diversas organizaciones internacionales,
como la creación de una asamblea parlamentaria dentro
de Naciones Unidas o una jurisdicción obligatoria del
Tribunal Internacional de Justicia. Por tanto, debemos
evitar encontrarnos en una situación en la que lo bueno
sea enemigo de lo mejor. Ante la dificultad de construir
un nivel de democracia internacional sobre un modelo
estatal, a menudo olvidamos la posibilidad de presionar
a favor de una mayor legitimidad del proceso de toma de
decisiones, incluso en las áreas en las que sería factible.
La objeción comunitaria y multiculturalista
Los pensadores comunitarios y multiculturalistas han
criticado la democracia cosmopolita por su incapacidad para respetar la identidad de las comunidades políticas. Estos autores han ido tan lejos como mantener
que un sistema político es democrático o cosmopolita,
argumentando que una democracia no puede ser cosmopolita y un sistema cosmopolita no puede ser democrático. Kymlicka anima a los Estados democráticos
ensayo
a asumir la responsabilidad también de asuntos como
la inmigración, los flujos financieros, las comunidades
multiétnicas y los derechos de las minorías. Al mismo
tiempo, insta a los Estados a hacer una contribución
positiva a la sociedad mundial, por ejemplo, reforzando
internacionalmente la protección de los derechos humanos y la ayuda al desarrollo. Exonerar, con un ojo
puesto en un orden mundial indefinido, al Estado de
estas responsabilidades podría resultar en un desligamiento de las responsabilidades entre el sistema político del Estado –que, aunque insuficiente, es sin embargo
extensible– y un sistema mundial que aún no existe. Las
preocupaciones de Kymlicka son comprensibles.
Aunque no niega la necesidad de la responsabilidad mundial, cree que esta clase de responsabilidad
podría gestionarse mejor con las instituciones estatales existentes y no con instituciones fundadas en una
ciudadanía mundial que aún está en pañales. Ya he explicado que el Estado es un componente importante
del proyecto de la democracia cosmopolita, y que los
Estados más avanzados podrían convertirse en experimentos importantes de cosmopolitismo. Sin embargo,
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
turo hablar de un demos mundial, y coincido en que se
ha exagerado a menudo la noción de una sociedad civil mundial; las minorías y las elites siguen siendo los
participantes principales de los debates sobre la política
mundial. También comparto la creencia de que la democracia no puede existir sin un demos. Sin embargo,
no existe un conjunto acordado de criterios sobre cómo
juzgar lo que convierte a una multitud de personas en
un demos. Calhoun ha señalado cómo la solidaridad
no respeta necesariamente las fronteras del Estado, y
esto nos obliga a intentar comprender qué elementos
unen a los individuos. Las personas pueden interpretarse como los habitantes de una aldea, de una ciudad,
de un condado; pero también como grupos étnicos,
miembros de movimientos religiosos e incluso hinchas
de un equipo de fútbol. En muchas áreas funcionales
también existen diferentes demoi que no siempre están
asociados con claridad a las fronteras de los Estados. Si
las comunidades de destino de hecho son parcialmente
coincidentes es regresivo anclar de forma estática una
comunidad política a una población delimitada geográficamente. No obstante, también creo que el demos no
es antecedente e independiente de las instituciones.
En algunos contextos institucionales,
compartir instituciones comunes ha dado
nacimiento a un demos. Tenemos un demos estadounidense único hoy porque hace más de
dos siglos hubo unos colonos que lucharon
por los eeuu de América pese a la diversidad
de creencias religiosas y antecedentes.
Si no hubiera existido esa opción subjetiva, la geografía política de eeuu podría ser
muy diferente, con un gran número de Estados,
cada uno de ellos orgulloso de su propia identidad, del mismo modo que hay identidades
muy diferentes en eeuu y Canadá. Creer que
el demos es independiente de las instituciones es
igual que creer que el demos podría ser alguna
Arturo Borda: Anochecer en el lago vez independiente de la historia. Otros, sin embargo, siguen considerando que el cosmopolicuando Kymlicka mantiene que “la política democrá- tismo es elitista. Según la definición del diccionario inglés
tica es política vernácula” parece olvidar el hecho de Collins Cobuild, “cosmopolita es alguien que tiene muque hay demasiados aspectos de nuestra vida cotidiana cho contacto con personas y cosas de numerosos países
que escapan a la dimensión vernácula, tanto en el ni- diferentes y, como resultado, está muy abierto a diferentes
vel estatal como en el mundial. ¿Cuál es la dimensión ideas y formas de hacer las cosas”. Esto parece describir
política vernácula de China o de la India? ¿O incluso mejor las elites que el demos. Sin embargo, ya en la filosode la pequeña Suiza? ¿Qué parte de la población está fía de la historia de la Ilustración (Kant, Herder, Condorexcluida de la política vernácula en países como eeuu cet, Paine) surgió una visión del cosmopolitismo que no
o Canadá? La ausencia de una dimensión vernácula en se entendía exclusivamente en términos de los privilegios
la política es una cuestión que no sólo se refiere a una de unos pocos, sino más bien como representación del
democracia mundial en desarrollo, sino también a la objetivo al que debería aspirar toda la humanidad. Unir
democracia dentro de los Estados.
el ideal cosmopolita con la noción de democracia permite
El argumento de Kymlicka es válido para cual- que este destino se haga explícito. Esto exige un sentido
quier forma de comunidad multicultural o democracia de la responsabilidad que requiere no sólo hacer ciudadamultilingüe. Por consiguiente, o la política democrá- nos del mundo, sino también para el mundo.
tica se reduce a una dimensión exclusivamente tribal,
dejando que las demás cuestiones sean abordadas de El imperio de la ley y la democracia
forma no democrática, o inventamos una dimensión Otros críticos, como Dahrendorf, Urbinati, Morgan y
política democrática que también sea metavernácula. Scheuerman, han subrayado la diferencia entre democraMuchos parlamentos estatales, en el momento de ser cia e imperio de la ley, recalcando que más allá del Estado,
institucionalizados, han sufrido los efectos de la ausen- lo que hay que buscar es un imperio de la ley generalizado
cia de una lengua común. Hoy la cuestión se ha des- más que democracia. La noción moderna de democracia
plazado a otros lugares, como la Asamblea General de incluye el imperio de la ley así como el principio de la
Naciones Unidas y el Parlamento Europeo. Sin duda, mayoría. Sin embargo, me agrada la sugerencia de consieste será un problema en el caso de la creación de insti- derar estos dos aspectos por separado en la transposición
tuciones mundiales. Pero, hasta la fecha, la democracia de la democracia desde el Estado hasta la escala mundial.
ha sido bastante dúctil al permitir que se produzcan es- Como ya ha argumentado Kelsen, el reforzamiento de la
tas transformaciones, y tengo fe en su capacidad para participación de los ciudadanos en la política mundial exiseguir siéndolo también en el futuro.
ge necesariamente una adhesión más estricta al imperio
de la ley que la que se practica actualmente. Sin embargo,
En busca del demos mundial
es sabido que el imperio de la ley sobre el Estado sólo
A menudo se argumenta que una democracia cosmo- se respeta cuando los propios Estados desean respetarlo,
polita no sería democrática debido a la ausencia de un y con demasiada frecuencia los Estados democráticos no
demos mundial. Comparto la opinión de que es prema- sienten ese deseo más que los Estados autocráticos.
A nadie sorprende que, ante la ausencia de sanciones, las normas internacionales se respeten menos que
las nacionales. Tampoco es difícil que los representantes
del Estado declaren que las normas internacionales carecen de legitimación democrática. Por tanto, es necesario
reforzar el imperio de la ley en sus aspectos legislativos
tanto como en sus componentes jurídicos. Las instituciones que lo promueven y aplican –sea la Asamblea
General de la onu o el Tribunal Internacional de Justicia– sólo pueden beneficiarse de una mayor legitimidad
democrática. En ausencia de dicha legitimidad, el imperio de la ley corre el riesgo de seguir siendo, como ocurre hoy con demasiada frecuencia, mera retórica moral.
A la inversa, los órganos judiciales no legitimados por un
mandato democrático corren el riesgo de convertirse en
una nueva aristocracia judicial.
No es una coincidencia que la crítica condenatoria
de Dahrendorf de la democracia mundial fuera seguida
rápidamente de una enérgica crítica de la democracia en
general, incluso en el nivel estatal. Dahrendorf sugiere
dar más peso a las instituciones en las que el demos ejerce
menos influencia, como las instituciones cuyos miembros
son perpetuos. Como ejemplos de órganos a los que se
debería dar mayor poder, ofrece el Tribunal Supremo de
eeuu y la Cámara de los Lores (nos perdona el Colegio
de Cardenales), donde se nombra a los miembros a perpetuidad y que, por tanto, están fuera del control popular.
Sin duda, el objeto de su polémica es la propia democracia
tanto como su posible dimensión mundial. La crítica de
Dahrendorf se remonta a los guardianes de Platón y por
tanto es antitética a las de Dahl y Kymlicka. Sin embargo, podemos tomar de las observaciones de Dahrendorf,
Morgan, Scheuerman y Urbinati la idea de que en el nivel
mundial, el imperio de la ley puede preceder a la democracia; después de todo, este era el espíritu de Kelsen y de
muchos proyectos en la corriente del pacifismo judicial.
Dentro del desarrollo de los Estados liberales, es
habitual que los tribunales hayan precedido la formación
del parlamento. Antes de una clara separación entre los
poderes ejecutivo, legislativo y judicial, los tribunales contribuyeron a generar unas normas compartidas por los
miembros de la comunidad. Los ejemplos que más nos
interesan son los relativos a tribunales que actuaban sin
poderes de ejecución, e incluso en contra del poder ejecutivo. Aunque las leyes y tribunales internacionales carecen
de poderes de ejecución, siguen cumpliendo la función
decisiva de obligar a los actores principales a asumir una
conducta más virtuosa. Cabría objetar que un imperio de
la ley mundial ganará mayor importancia cuantos más Estados respeten el imperio de la ley nacional.
No lo niego, pero no es suficiente por la razón
ya expuesta: eeuu y otros Estados occidentales, entre
los primeros promotores de Naciones Unidas, han infringido abiertamente en varias ocasiones los acuerdos
internacionales y obstruido el curso de la ley haciendo
uso de la fuerza. La violación de normas internacionales
probablemente resultaría más difícil si el imperio de la
ley mundial y las instituciones encargadas de ejecutarlo
tuvieran que ser ratificados por todos los ciudadanos
del mundo, incluidos los de los Estados occidentales.
Ética mundial y democracia cosmopolita
Otro debate que ha florecido recientemente, especialmente entre los filósofos, se centra en la ética de los
asuntos interestatales y mundiales. Estos textos tienen
el mérito de haberse ocupado de la desigualdad en la
distribución de recursos, ingresos y riqueza entre los
países. La agenda política que surgió de este debate tiene mucho en común con la idea de la democracia cosmopolita, aunque aún no se han explorado exhaustivamente las semejanzas y diferencias. Suponiendo que hay
razones para la redistribución internacional de ingresos
y recursos, ¿podría hacerse sin instituciones dedicadas y
comunes? Si estudiamos lo que ha ocurrido dentro de las
naciones observamos que el Estado de bienestar no se
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ensayo
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
desarrolló como resultado de la compasión de las clases
superiores, sino como consecuencia de las luchas sociales que resultaron en el reconocimiento de la igualdad de
los derechos políticos de los individuos. Sólo cuando los
trabajadores ganaron unos derechos políticos se pudieron negociar derechos sociales y económicos.
Hoy, una cuestión similar se abre paso en el ámbito
internacional: establecer la responsabilidad de los países
más ricos (y democráticos) hacia los países más pobres
(a menudo no democráticos) significa identificar unos
cauces institucionales (posiblemente democráticos) que
conecten ambos grupos. Mientras los Estados más ricos
puedan decidir unilateralmente qué parte de sus ingresos
nacionales conceden a la ayuda para el desarrollo, ésta
seguirá siendo limitada y sumamente contingente. De
hecho, resulta alarmante que, tras la caída del Muro de
Berlín, la ayuda para el desarrollo de los Estados democráticos haya experimentado una reducción sustancial,
mientras que las desigualdades en los ingresos dentro de
los países y entre ellos han aumentado.
Conclusiones
Un orden mundial a largo plazo
E
n este texto se exponen sólo algunos de los elementos planteados dentro del debate que rodea el proyecto
de democracia cosmopolita. Las cuestiones de la ciudadanía cosmopolita, de una sociedad civil mundial
emergente y de la soberanía sólo se han mencionado, aunque merecen una exposición mucho más exhaustiva. Urbinati ha señalado cómo la mayoría de los que proponen la democracia cosmopolita son europeos.
Esto no debería sorprendernos, teniendo en cuenta que en Europa experimentamos de primera mano la integración entre Estados basada en el consenso y, en contraste con muchas otras uniones de Estados, en ausencia de una
amenaza exterior. En su bien informado estudio sobre la democracia posnacional, Sbragia (2003) ha considerado
únicamente la dimensión europea. Sin embargo, la democracia cosmopolita también exhibe diferencias sustanciales del experimento europeo, y no se puede generalizar el caso europeo al resto del mundo. Muy claramente,
la homogeneidad interna de los miembros de la Unión Europea (ue), presentes y futuros, es mucho mayor que
entre los miembros de la onu. Además, la ambición de la democracia cosmopolita es también incluir Estados
no democráticos de transición, sobre el supuesto de que la integración actuará como un fuerte estímulo para su
democratización interna. Un número significativo de especialistas que han hecho aportaciones a la idea de la
democracia cosmopolita proceden de esos Estados que son en sí mismos ejemplos de cosmopolitismo, como los
países nórdicos, Canadá y Australia. Sin embargo, es significativa la escasez de autores estadounidenses, con la
excepción de Richard Falk y sus colaboradores. Hasta la fecha, los pensadores estadounidenses han dado más peso
a la cuestión de la gobernanza mundial que a la de la reforma institucional en el sentido democrático.
Las críticas a la idea de una democracia cosmopolita son hasta ahora demasiado benévolas y constructivas para un objetivo tan ambicioso. A menudo ha sido difícil separar las observaciones críticas de lo que
parecen bienvenidas aclaraciones, mejoras, desarrollos y ampliaciones de la idea original. Creo que el proyecto de la democracia cosmopolita está en sus inicios, y confío en que se seguirá desarrollando tanto en la
teoría como en la práctica. La primera cuestión que reconozco como crucial es replantearse el concepto de
democracia en todos los niveles, desde el local hasta el mundial.
Muchos de los supuestos habituales de la teoría democrática generalmente aceptada, y en concreto la
idea de que se puede individualizar una comunidad política distinta y autónoma, ya no se aplican al mundo
contemporáneo. Por tanto, hay que hacer una nueva versión de los valores, principios y procedimientos básicos de la democracia. La teoría democrática se basa en la igualdad de participación, aunque este concepto
básico se ha aplicado cada vez con mayor flexibilidad para equilibrar los derechos de los ciudadanos con los
de las partes interesadas. Una vez aceptado que los límites de las comunidades políticas ya no están asociados
exclusivamente a los Estados territoriales, el problema adquiere una relevancia cada vez mayor.
En segundo lugar, hay que investigar más directamente la importancia de las normas y reglas en los
asuntos internacionales. En general, se acepta que la sociedad “anárquica” no es tan “anárquica” y que obedece a algunas normas explícitas y tácitas.
Palos y zanahorias siguen siendo importantes, pero a menos que se tenga en cuenta también la reputación,
será imposible explicar el comportamiento de los actores internacionales. ¿Qué tipo de normas, o de leyes blandas, tienen más posibilidades de influir en las decisiones de los Estados y de las organizaciones internacionales?
En tercer lugar, hay que integrar la perspectiva teórica de la democracia cosmopolita de forma más
audaz en una transformación realista de la sociedad. Últimamente se ha desarrollado un número cada vez
mayor de campañas en torno a objetivos muy concretos y relevantes, como las organizadas por los nuevos
movimientos mundiales.
Existe un reconocimiento creciente del papel político de la opinión pública internacional, etiquetada con
optimismo por el pensador pacifista estadounidense William Ladd “la Reina del mundo”, y esto a su vez necesita
ser respaldado por una base teórica más sólida. Es de esperar que la próxima generación de estudios sobre la
perspectiva de una democracia cosmopolita intente combinar los asuntos teóricos con aspectos más prácticos.
En concreto, me gustaría que se organizasen campañas que persiguieran objetivos realistas y limitados, pero con
miras al deseable orden mundial a largo plazo.
No espero ver la creación de un sistema democrático mundial como resultado de una transformación única y masiva; más bien al contrario. Es más viable dar pequeños pasos hacia resultados tangibles. La democracia
cosmopolita –sus antepasados más ilustres representados por la filosofía de la historia de la Ilustración– sugiere
un viaje en el que la humanidad podría unirse más y cuyo destino final sólo podemos adivinar. Pero deseo señalar que cada paso hacia una democracia cosmopolita es en sí mismo un objetivo deseable. Por primera vez en la
historia, Estados con regímenes democráticos concentran una cantidad de recursos económicos, tecnológicos,
militares, ideológicos y políticos suficientes para garantizar el control del mundo entero. Pese a ello, la fuerza
militar rige una vez más la política internacional. La democracia cosmopolita no será más que un miserable
consuelo si no es capaz de limitar la consolidación de este poder cada vez más hegemónico.
pre-textos
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20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Empiezo a visitarme
Juan Carlos Orihuela*
Este es el prólogo a la edición póstuma de la poesía de Guillermo Bedregal García (1954-1974), preparada por Corina Barrero
y publicada por Plural editores junto a La palidez y Ciudad desde la altura.
Tu aliento invita a hundir la ciudad fuera del tiempo
para conocerte mejor en la basura
y percibir en el río un sentido de la muerte
que prevalezca en la vida.
I.
Agujas de arcilla, lejanía, asombro, agua corriendo por
entre las grietas de los escombros fundaron la vida fugaz de Guillermo Bedregal García.
Alejado tempranamente de Bolivia y de la ciudad
de La Paz, en la que había nacido en 1954, su obra poética es, sin embargo, uno de los testimonios más exaltados, complejos y penetrantes de la poesía boliviana de
fin de siglo.
Habiendo pasado parte de su niñez y adolescencia
fuera del país, regresó a Bolivia a comienzos de los años
70. Desde el mo­mento de su llegada se entregó a la
recomposición intuitiva y asombrada de aquel cristal
disperso que Bolivia aún era para él. Y ése fue también
el inicio del descubrimiento paulatino de una presencia
que, poco después, se transformaría en uno de los espacios centrales de su existencia: la ciudad de La Paz. Allí,
entre la fugacidad de sus pájaros urbanos, atento a sus
emanaciones más íntimas, a sus sonidos, a cada golpe
de luz, aprendería a percibir los referentes esenciales
que darían sentido a su vida y a su muerte.
Pocos tiempo después, Guillermo se alejaría nuevamente del país. Sin embargo, Bolivia había dejado ya
marcas indelebles en un espíritu como el suyo, poblado
de transformaciones, de piedras ocres, de grietas subterráneas, de los ya ineludibles sentidos de aquel río al
que le fue encomendado hacerse cargo de la inmundicia de la ciudad, como le gustaba decir, y a cuyas veras
solitarias solía sentarse a mirar y a callar.
A partir de entonces, Guillermo celebraba ceremonialmente sus llegadas a La Paz. Investido de un
espíritu ritual que conmovía, se dirigía, antes que nada,
al mirador del Montículo a saludar a su montaña primordial, a preguntar y a encomendarse.
Para entonces, había hecho honda amistad con el
poeta Jaime Saenz, lo que afirmaría en gran medida su
compromiso no solamente con la poesía sino con una
manera de vivir en el mundo. La poesía ya ocupaba su
actividad esencial y, para él, volver a Bolivia era volver
a vivir en poesía, a hablar en poesía, a ejercerla de cuanta manera fuera posible, aunque poco después hubiera
que marchar de nuevo y continuar evocando el país a
la distancia.
Guillermo volvió definitivamente a Bolivia hacia
fines de 1973, casi un año antes de su muerte. Si hasta
entonces su vida había sido una cifra de intensidades
dispares, fue durante ese su último año que recién
pudo conocer, febrilmente y a plenitud, los límites
de su ciudad, del amor, de su escritura, de su propia
existencia.
Sin concesiones, se impuso buscarse y encontrarse ya no en la evocación lejana de las cosas sino en el
interior mismo del tacto de las cosas, en la confrontación con las cosas: andar y desandar obsesivamente
los caminos de ida y vuelta a Llojeta, visitar perplejo
a los amigos, acechar los lenguajes de la ciudad, los
misterios de la ciudad, sus intersticios, los rincones,
el silencio.
A su intensa tarea poética se sumaron su ingreso
a la Universidad Mayor de San Andrés, para continuar
con sus estudios en la Carrera de Filosofía, y su trabajo
en la Radio Chuquisaca de entonces, en un programa
musical y de reflexión poética, conducido y producido
por él mismo, El Alcázar, que fue otra de sus solitarias
maneras de comunicar y proponer a los demás, en medio de la inclemencia, un mejor orden humano.
Deslumbrado por el amor y olvidado de toda
tregua, aquel sería su arraigo final y voluntario en su
ciudad natal. Acababa de terminar de corregir los borradores finales de La palidez, libro que no alcanzaría a
ver publicado. Había empezado a visitarse.
II.
Cuidadoso y ordenado como pocos, Guillermo atendía
y vi­gilaba escrupulosamente su poesía. Pocas semanas
antes de su muerte entregaría a su esposa Corina Barrero los originales de Empiezo a visitarme. Se trataba de
una especie de cartografía de la poesía que Guillermo
escribiera durante algo más de los dos últimos años de
su vida, es decir, entre mayo de 1972 y el momento de
su fallecimiento, acaecido en la ciudad de La Paz, el 26
de octubre de 1974.
Estableciendo nexos muy estrechos con ese proceso obsesivo e incesante del regreso, Empiezo a visitarme se presenta como testimonio de la conciencia de
un destierro que paulatinamente se alivia, se aquieta y
se acoge a la serenidad en la medida en que la vida del
poeta se aloja definitivamente en su ciudad de origen.
Cada una de sus tres partes, “Empiezo a visitarme”,
“Enormidad del frío” y “Para el recuerdo del olvido”,
está precedida por una página manuscrita en la que
el poeta no sólo había consignado las fechas en que
los poemas de esa sección habían sido escritos (mayo-
Guillermo Bedregal García
agosto de 1972; agosto de 1972-febrero de 1973; y
febrero de 1973 en adelante, respectivamente), sino
también los temas centrales a los que estaban referidos: Primer retorno a Bolivia, Empezar a visitarse, Conocimiento de Jaime, Beatriz, Verdadero descubrimiento de
La Paz, Segundo retorno a Bolivia, Llojeta, Exilio, entre
otros.
Esta conciencia de la distancia y el desarraigo se
pone de manifiesto en las permanentes alusiones a dos
de los que fueran lugares luminosos de encuentro del
poeta consigo mismo: la ciudad y la niñez: “Me he consumido lloviendo en la noche. / Me conocen las cosas
que amo: / las linternas rotas, ciertos perfiles y espe­
cialmente la ciudad; / la plenitud de tu ausencia, / desde
donde empiezo a mirar mi retorno, / desde donde el
aire y las paredes me conmueven / y me veo en ti respirando mi niñez” (...) “En las calles olvidadas, / en la
consistencia del ruido al observarte / militaré al abrigo
de los residuos de mi primer sueño, / esperando a que
retornes con el modo que te dejé para el silencio: modo
en el que lloveré, beberé / y consumiré mi piel hasta
encontrar mi niñez”.
Sometido a los viajes y a los permanentes desplazamientos, pero ante la urgencia de tomar, de una vez
por todas, posesión de las cosas deseadas, el poeta buscará imbricarse entre los objetos materiales de la ciudad
evocada: “Bajo tu forma / la tierra húmeda es el aullido
de un perro. / Cae la basura acumulando la tristeza de
los habitantes / y surge el eco que reitera la ausencia de
tu rostro, / la presencia de la noche en el perímetro de
la ciudad juntándonos / en el frío / dibujándose en los
árboles / como filtrando la sombra de una sombra en la
profundidad de los / muladares”, para inten­tar, luego,
el conocimiento de sí mismo: “Advierto mi desconocimiento / y sólo visito lo que entraña el olvido”.
pre-textos
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Una poesía de distancias se hace posible buscando e indagando en la memoria. Guillermo prefiguró su
ciudad en el recuerdo de una ciudad de antes conocida
hasta el punto de hacerse ciudad él mismo: “Desde las
cáscaras y los clarines de la ciudad, / desde la basura, los
perros y la maravilla de la luna fría, / desde el cansancio
adornado por el ruido del río, / desde la forma de mis
entrañas, / desde los amigos desconocidos de las calles
altas...”, y aprendió, así, a intuir desde ese recuerdo el
conocimiento de la vida y de la muerte: “Entro en la
memoria de las cavidades / recuperando el silencio de
los ríos, agradeciendo el transcurso de una muerte antigua, la vida; / creando la soledad de la basura, / nutriéndome de lo abandonado por el misterio en el frío”.
Grande es el desarraigo y grande la distancia; de
ahí que sea preciso evocarlos permanentemente a la espera de la consumación del regreso: “Quiero que el vivir te traslade a tu primera ciudad / y que amontones en
mí el sonido de tus huesos, / para que algunas noches,
cuando los valles surjan de mis ojos, / ya esté planteada
la partida: / con el olor diferente de tus adentros / recordándome lo que quede por retornar”.
Se trata, pienso, del período más desgarrado de
la poesía de Bedregal García, no solamente por aquel
tránsito rutinario y desganado del ir y venir, sino por la
resistencia a seguir habitando una existencia alejada del
único lugar desde el que podía empezar a frecuentarse
a sí mismo con entera libertad. En una comunicación
personal, en la primavera de 1972, me decía: “Una carta es la expresión más patética de lo que puede ser un
deseo trunco. Es la cristalización de un abrazo o una
palabra que te quisiera dar o hacerte oír una noche con
frío en la calle Buenos Aires, y que sin embargo tiene
que resignarse a quedar entre una hoja que no espera
nada de mí, las paredes de mi habitación sola y una canción girando con voces que intuyo y que hiere porque
su lejanía las hace más cercanas y comprometedoras».
Tenía, a la sazón, dieciocho años.
III.
Si en las dos primeras partes del libro se hacen recurrentes las evocaciones a la ciudad, la muerte y la niñez, es en la
última, “Para el recuerdo del olvido”, en que esos mismos
temas se tratan de otra manera: el poeta ha iniciado su
viaje final de retorno a La Paz, donde depurará su palabra
poética, ahora ya íntimamente asentada en su experiencia
de vida cotidiana, en el encuentro de lo entrañable: “ (...)
transitar las calles de la ciudad sabiendo que todo ha sido
dicho, / que tu silencio ha sido dicho, / que mi impotencia
me gobierna para el asombro, / que mi casa alberga una
broma que te hace llorar, / y un color para guardar tu rostro de niño en los días que no hay niñez”, de lo pacientemente aguardado: “Cualquier ventana te divisa junto con
el ruido del agua; / puedo decir que amo a mis amigos, / a
la vida y a la muerte; / puedo ausentarme por reconocerlos tal vez, / habiendo predicho cuanto hacen”.
Allí, en el espacio elegido, incondicionalmente
entregado a las percepciones más elementales de la experiencia vital, despojado de toda mezquindad pragmática, habría de dar inicio a su última estancia. Su círculo
había comenzado a estrecharse.
Con la noche de su muerte, de tantas maneras anticipada por él mismo, se completaba un acto poético
iniciado en el asombro cotidiano, el destino y los albures, pero también en los misterios de la celebración de
otras muertes, de otras memorias, quién sabe de otras
ciudades: “Estoy despertando y tengo rostro de morir;
/ flexiono el hueso que no pensé morar / y me duele
cada intento de elucidar mi calavera, / de entender un
río / o imitar el canto que retenga la lluvia en la paja
viva, / olvidando el cielo y recordando la tierra”.
* Crítico literario, Director del Instituto de Investigaciones
Bolivianas de la umsa.
/ 21
Itinerario de Gamaliel Churata
1
Aldo Medinaceli*
Creador del colectivo Gesta Bárbara, el escritor peruano Gamaliel Churata
es autor de El pez de oro. Retablos del Laykhakuy, compuesta durante su exilio
en Bolivia. La mayor parte de su obra permanece inédita.
“
Gamaliel Churata”, “Juan Cajal”, “P.”, “González Savedra”, “El hombre de la Calle”, de
cuántas formas te llamaste; sin embargo, todas
tenían una unidad: Arturo Pablo Peralta Miranda
(Arequipa, 19 de junio de 1897 - Lima, 9 de noviembre de 1967). A 38 años de tu muerte, el olvido sigue
rondando tu(s) persona(s), aun de aquellos con los
que colaboraste,2 y sólo algunos te recuerdan y otros
que son menos te conocen. No bastó ser sepultado
por la Academia Peruana por el simple objeto de ser
autodidacta y ser de la serranía. Lima te conserva
en el olvido y aún siguen hiriendo en su academia
algunas de tus diversas palabras: “El movimiento liberador intelectualmente, para nosotros, tiene que
partir de un repudio de la metrópoli […], una radical
y poderosa actitud aborigen, salvaje, cruda y ruda,
dionisíaca”.3
Intelectual, autodidacta y “antisistémico”
Te iniciaste en el periodismo de forma precoz, sobreponiéndote a la necesidad de empleo; emprendiste trabajar en las labores afines a la tipografía:
cajista, periodista, narrador, poeta, ensayista, pensador, político y militante. Ingresaste como aprendiz
de tipógrafo en los talleres del periódico puneño
El Siglo, El Inca y posteriormente en la tipografía
Fournier, donde junto con Eduardo Fournier y un
selecto grupo de jóvenes y obreros editaron La voz
del obrero (1915-19), periódico que denunciaba los
problemas socioeconómicos de Puno.
Caminaste en actividades culturales que te bordaron como un gran crítico y polemista ante la aún
conservadora sociedad puneña. La Tea (1917-20),
Pachacutejj (1919-20), La Voz del Pueblo (1930),
Kosko (1924-27), Amauta (1926-1930), Boletín Titikaka (1926-30) fueron algunos espacios en donde
presentaste tu obra, producto de la imagen de un
nuevo sujeto productor y desde donde manifestaste
las posiciones instituidas y tomadas dentro del campo cultural para difundir tu pensamiento político y
social, tu actitud siempre en favor del “indio”.
Intelectual, autodidacta, de forma y estilo “antiacadémico”, poseedor de una estética anarquista
asistemática, siempre bajo el carácter de formar
parte de una instancia colectiva, fuese en Bohemia
Andina o en el grupo Orkopata te transformaste en
un pilar al lado de Mariátegui, González Prada, etc.,
como una figura nueva, “la del intelectual de subversión profética con un inseparable propósito estético,
ético y político”;4 un protagonista liberador de conciencias y difusor de cuestiones político-sociales.
Pero el clima de persecución política en contra de tu persona por parte del gobierno de Luis
Sánchez Cerro te impulsó a partir y regresaste por
segunda vez a Bolivia. La primera vez, en Potosí al
lado del padre José A. Zampa, con quien trabajaste
en su diario La Propaganda como cajista, y donde
conociste a Carlos Medinaceli, Armando Alba, José
* Crítico literario y escritor. Prepara la edición de la obra de
Gamaliel Churata y Arturo Borda
Gamaliel Churata y Aida Castro. Fotografía publicada en la revista Apumarka
(cortesía de Pedro Pineda Aragón).
Enrique Viaña, Walter Dalence, y juntos, los “bárbaros” dieron nacimiento a la revista Gesta Bárbara
(16 de junio de 1918). La segunda ocasión en tierras
bolivianas fuiste recibido por tu compañero “bárbaro” C. Medinaceli y no pasaste desapercibido para el
mundo cultural y político de La Paz: “Churata llega
desterrado de Puno. […] Nuestro viejo amigo hoy es
un marxista convencido y militante y, literariamente,
un indigenista feliz”.5 En Chukiago Marka buscabas
la continuidad de tu actividad periodística, de los
proyectos editoriales que habías dejado en Puno y la
difusión de tu pensamiento político social. Iniciaste
un largo caminar de 32 años en Bolivia, participando
en La Semana Gráfica, La Gaceta de Bolivia, Revista Kollasuyo, Revista Nova; los diarios: La Calle,
Última Hora, La Nación, La Tarde, El Expreso de
la Tarde y El Expreso Matinal, haciendo prólogos
a textos de Gloria Serrano, de Carlos Medinaceli,
incluso te atreviste a hablar sobre comida boliviana6
y a tener un programa radial en radio Illimani.7
Fuiste partícipe en la erosión de la vieja cultura y de la envejecida política, al mismo tiempo que
cooperaste en la reconstrucción de las nuevas bases
de una cultura y una política alternativa y renovadora en el ámbito boliviano. Al lado de tu labor como
escritor, redactor y corrector, creció la labor de periodista como un nuevo sujeto creador, relacionado
con cambios en la sensibilidad y en las condiciones
de producción, como un hombre público que ejercía
una acción eficaz y rápida en el campo de las ideas
y de los hechos. Jamás abandonaste el pensamiento
indigenista, el cual percibiste no desde una perspectiva de una corriente de folklore, sino como un movimiento que traspasaba lo estético, que concurría a
la protesta ideológica por medio del discurso y de la
letra impresa para cambiar la fisonomía de una sociedad que autonegaba lo indígena. Un movimiento
que oscilaba de lo espiritual a lo político, que partía
Continúa en la pág. 22
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libros
Democracia y ciudadanía
en el mercosur
(Coord.) Mario Garcés y otros
Vocabulario de la lengua
aymara
Ludovico Bertornio
LOM ediciones
Librerías Plural
Ediciones El Lector (Perú)
Librerías Plural
Este estudio reconoce que los países del mercosur participan de
diversas experiencias y nociones
de ciudadanía y democracia así
como de una historia que, teniendo mucho en común, difiere en las
formas en que se fue constituyendo la relación entre el Estado y la
sociedad.
Los informes nacionales y el
análisis comparativo propuesto valoran el papel que han jugado las
organizaciones sociales de base, así
como los movimientos sociales, en
los procesos de democratización
que se verificaron en el Cono Sur
y Brasil durante el siglo xx. Se llama también la atención sobre los
efectos de la reforma del Estado y
las orientaciones neoliberales en la
región, así como los procesos de
resistencia que éstas han generado
y las reformulaciones que actualmente se verifican en el campo de
las políticas públicas.
Ésta es una transcripción del texto original publicado en 1612 por
el padre Ludovico Bertornio de la
Compañía de Jesús. El eclesiástico,
habiendo convivido por más de 20
años con los aymaras de Lupaca,
dice: “Este vocabulario servirá
[no] sólo servirá a los sacerdotes y
a otras personas que residen en la
provincia de Chucuito […] porque
sin duda ninguna servirá donde
quiera que se hable la lengua Aymara y en toda la nación de los
Aymaras; lo uno porque se ponen
muchos vocablos y sinónimos, y
cada uno podrá tomar el que se
usare más comúnmente en la provincia donde se hallare; lo otro,
porque cuando falten algunos, esos
no pueden ser muchos, porque la
nación Aymara aunque extendida en varias y diversas provincias
conforma mucho en el lenguaje y
modos de hablar generales”.
Fantasmas asesinos
Wilmer Urrelo Zárate
Alfaguara
Plural librerías
El asesinato de un niño en el colegio Irlandés despierta la torcida imaginación de un estudiante,
quien arma el rompecabezas de este
hecho mientras descubre la literatura de Mario Vargas Llosa.
Pero la historia del niño muerto
no termina ahí: se convertirá más
adelante en el fantasma asesino
que atraviesa el pasado y devela
el rostro sin piel de la muerte. La
maldición del asesinato arrastra sin
remedio a todos quienes se involucraron en el crimen. Un policía
que opta por el amor como redención, un grupo de fanáticos religiosos, un hombre con labio leporino
son algunos de los personajes que
de un modo u otro innovan en la
novela boliviana conteporánea.
Wilmer Urrelo, con Fantasmas
asesinos, ha sido galardonado con el
Premio Nacional de Novela 2006.
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
Quechumara
Rodolfo Cerrón-Palomino
Plural editores
Librerías Plural
Ni con Lima ni con Buenos
Aires
José Luis Roca
IFEA – Plural editores
Librerías Plural
Escritos como ensayos independien­
tes, los veinticuatro capítulos que
contiene esta obra cumbre de José
Luis Roca tuvieron la motivación
inicial de refutar la tesis de Charles
Arnade sobre la creación de la República de Bolivia. Provisto de una
rigurosa erudición y dueño de un
elegante estilo literario forjado en la
crónica periodística, José Luis Roca
responde en este libro a la siguiente interrogación: ¿cuál era la contradicción que, al resolverse, había
dado lugar al nacimiento de un Estado nacional? Y encontró que ese
antagonismo tenía nombres propios
y se llamaban Lima y Buenos Aires,
aquellas que compitieron por controlar la riqueza que salía de Potosí
y cuya expresión explica la cruenta y
larga guerra que actuó como partera de Bolivia. La pervivencia de esa
tensión geopolítica puede desentrañar la peculiar inserción en el espacio sudamericano actual.
Si le preguntáramos a un quechuahablante sobre su parecer respecto
del aimara o al hablante de esta lengua en relación con el quechua nos
dirá que ambos idiomas, al margen
de ciertos elementos comunes en
el léxico, son completamente diferentes entre sí. Acuñado hace ya
40 años, el término “quechumara”
nació a la sombra de la creencia
poco cuestionada del origen de las
dos lenguas: el quechua y el aimara. Posteriormente, la balanza se
ha ido inclinando más bien hacia
la hipótesis alternativa de la convergencia, según la cual se trata de
lenguas estructuralmente distintas pero con notables similitudes
debidas a tantos siglos de íntimo
contacto. Cerrón-Palomino, con
su rigor académico, emprende este
gran trabajo para mostrar todos los
ámbitos comunes y contrastes entre las dos lenguas.
Viene de la pág. 21
de la estética y sus fisonomías, sea la poesía, la narrativa, la pintura y la música para llegar a la cultura
política. Una expresión regional que al ser artística
se volvió una expresión universal del pensamiento
humano y una forma de hacer política. Es por ello
que apoyaste la lucha de la Escuela de Warisata, la
reforma agraria de 1952 y que te llevó a nuevos conflictos políticos: con el general Toro y un breve exilio
político en Chile (1937);8 una problemática situación
con el grupo nacional socialista boliviano “La estrella
de hierro”;9 una nueva aprehensión (1946)10 e inclusive una separación al ver la desilusión del mnr en el
gobierno posterior a 1952.
Volviste a Perú, primero a Puno, después a
Lima, en la cual andabas por primera vez; sólo para
aumentar tu desilusión y fallecer en el olvido de la
Lima colonial. Hoy no esperamos un réquiem o un
acto homenaje de tu persona, de tu obra, ya sea en
Lima, en Puno o en La Paz. No. Como lo manifestaste en el único tomo editado de tu vasta obra inédita: El pez de oro. Retablos del Laykhakuy (Cochabamba
- La Paz, 1957): “Los muertos viven con los vivos”, e
intentamos rasgar tu sempiterno olvido.
—¿Te conozco?
—Sí. Soy Juan Cajal, aquel que determinó salir
de la moda afrancesada.
—Eres semejante a mí: yo soy González Saavedra.
—¡Callen! El ocaso oculta nuestros nombres,
visibles sólo de noche.
—¿Por qué te atreves a interrumpirnos?
—¿Quién eres?
—El Dador. ¡Churata!
—Como vos, estoy en espera.
—¿En espera… de qué?
—Quizás ya no esperamos. Tal vez estemos
muertos.
—¡Ah!, otro convidado se nos une. Seguro eres
el citadino.
—Te aproximas. Soy, El hombre de la calle.
(Una voz apenas audible empieza a susurrar con
insistencia, hasta volverse un grito entre los murmullos
y las dialécticas. Es la voz de un niño quien habla):
—¡Silencio! Todos esperaremos. ¡Nadie feneció! ¡Recuerden! “En orkopata Nadie cree en la
muerte”.11
3
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6
7
8
9
Notas:
1 Arturo Vilchis Cedillo. De origen mexicano, quien está
finalizando una investigación sobre Arturo Pablo Peralta
Miranda.
2 Por citar un ejemplo: en un reportaje del diario Semana
al director de la revista Kollasuyo, Roberto Prudencio, se
le preguntó de toda la gama de escritores e intelectuales
nacionales y extranjeros, quiénes habían colaborado en
su revista. En su respuesta dos ausencias fueron notables;
10
11
Carlos Salazar Mostajo y Gamaliel Churata. Quizás los
años engañaron a Prudencio o tal vez el olvido se fusionó
al “no me acuerdo”. Véase la entrevista titulada “Historia
y proyecciones de nuestra revista”, transcrita en Kollasuyo 81, julio-agosto-septiembre, 1972, La Paz.
Gamaliel Churata, “Tendencia y filosofía de la Chujlla”, La
Semana Gráfica, II, 49, La Paz, 30 de septiembre de 1933.
Pierre Bourdieu, Las reglas del arte. Génesis y estructura del
campo literario, Anagrama, Barcelona, 1995, p. 197.
Carlos Medinaceli, carta dirigida a Armando Alba, fechada
el 7 de junio de 1932, en Mariano Baptista Gumucio, Atrevámonos a ser bolivianos. Vida y epistolario de Carlos Medinaceli,
Ediciones Amigos del Libro, La Paz, 1984, p. 263.
Véase el prólogo al texto de Luis Téllez Herrero, Lo que
se come en Bolivia, Sanabria, La Paz, 1946.
De 1952 a 1954 en radio Illimani apareció el programa
radial El hombre de la calle, los lunes, miércoles y viernes a
las 13.15.
Gamaliel Churata, “Sólo exijo garantías para permanecer
diez días más en Bolivia”, en La Calle, Diario Socialista de
la mañana, La Paz, 22 de julio de 1937, p. 5.
“La Estrella de Hierro incita al asesinato de un periodista”. Nota editorial en La Calle, La Paz, 12 de diciembre
de 1939, p. 4. La Estrella de Hierro fue una falange nacional-socialista dirigida por Roberto Bilbao la Vieja, que
tenía una página en el periódico Crónica.
Churata nuevamente es llevado a prisión el 21 de julio de
1946: Véase Gamaliel Churata “Periodismo y Barbarie”,
en Antología y valoración, Instituto Puneño de Cultura,
Lima, 1971, p. 332.
Verso de El Kollao de Alejandro Peralta.
20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
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20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008
La otra orilla
Artista invitado
El jefe despótico
y la horda primitiva
Arturo Borda
Sigmund Freud*
E
n 1912, adopté la hipótesis de Charles­
Darwin, según la cual,
la forma primitiva de
la sociedad humana habría
sido la horda sometida al
dominio absoluto de un poderoso macho. Intenté, por
entonces, demostrar, que los
destinos de dicha horda han
dejado huellas imborrables
en la historia hereditaria de la
humanidad, y sobre todo, que
la evolución del totemismo,
que engloba los comienzos
de la religión, la moral y la
diferenciación social, se halla
relacionada con la muerte violenta del jefe y con la transformación de la horda
paterna en una comunidad fraternal. Esto no es sino una nueva hipótesis que
agregar a las muchas construidas por los historiadores de la humanidad primitiva,
para intentar esclarecer las tinieblas de la prehistoria. (…)
Ahora bien, las masas humanas nos muestran nuevamente el cuadro, ya
conocido, del individuo dotado de un poder extraordinario y dominando a la
multitud de individuos iguales entre sí, cuadro que corresponde exactamente
a nuestra representación de la horda primitiva. La psicología de dichas masas, según nos es conocida por las descripciones repetidamente mencionadas
–la desaparición de la personalidad individual consciente, la orientación de los
pensamientos y los sentimientos en un mismo sentido, el predominio de la afectividad y de la vida psíquica inconsciente, la tendencia a la realización inmediata
de las intenciones que puedan surgir–, toda esta psicología, repetimos, corresponde a un estado de regresión a una actividad anímica primitiva, tal y como la
atribuiríamos a la horda prehistórica.
La masa se nos muestra, pues, como una resurrección de la horda primitiva.
Así como el hombre primitivo sobrevive virtualmente en cada individuo, también toda masa humana puede reconstituir la horda primitiva. Habremos, pues,
de deducir que la psicología colectiva es la psicología humana más antigua.
Los individuos de la masa se hallaban enlazados unos a otros en la misma
forma que hoy, mas el padre de la horda permanecía libre, y aun hallándose
aislado, eran enérgicos e independientes sus actos intelectuales. Su voluntad
no precisaba ser reforzada por la de otros. Deduciremos, pues, que su Yo no se
encontraba muy ligado por lazos libidinosos y que amándose sobre todo a sí
mismo, sólo amaba a los demás en tanto en cuanto le servían para la satisfacción de sus necesidades. Su Yo no daba a los objetos más que lo estrictamente
preciso.
En los albores de la historia humana, fue el padre de la horda primitiva el
superhombre cuyo advenimiento esperaba Nietzsche en un lejano futuro. Los
individuos componentes de una masa precisan todavía actualmente de la ilusión
de que el jefe les ama a todos con un amor justo y equitativo, mientras que el
jefe mismo no necesita amar a nadie, puede erigirse en dueño y señor, y aunque
absolutamente narcisista, se halla seguro de sí mismo y goza de completa independencia (…).
El carácter inquietante y coercitivo de las formaciones colectivas, que se
manifiesta en sus fenómenos de sugestión, puede ser atribuido, por lo tanto, a
la afinidad de la masa con la horda primitiva, de la cual desciende. El caudillo
es aún el temido padre primitivo. La masa quiere siempre ser dominada por un
poder ilimitado. Ávida de autoridad, tiene, según las palabras de Gustavo Le
Bon, una inagotable sed de sometimiento. El padre primitivo es el ideal de la
masa, y este ideal domina al individuo, sustituyéndose a su ideal del Yo.
*Médico y filósofo vienés, creador del psicoanálisis. Estos fragmentos han sido extractados
de su ensayo Psicología de las masas y análisis del yo (1921).
Realista, emocional, sensual y escrupuloso*
A
rturo Borda nació en la ciudad de La Paz el 14 de octubre de 1883 y murió el
17 de junio de 1953.
Su vida fue de una procelosa bohemia, capaz de anular todo intento de creación.
Sin embargo, dotado de excepcional temperamento artístico, se impuso primero como uno de los más notables pintores bolivianos y luego sorprende a la opinión
pública con una producción literaria de novedosa forma y extraño contenido.
Si bien algunos críticos habían hecho ya comentarios favorables sobre el libro
El loco, inédito aún, no se le conoció a Borda sino como a pintor, y como tal figuró
antes y después de su muerte, hasta que se efectuó el redescubrimiento de sus
escritos que cuidadosamente agrupados habían sido conservados por su hermano
Héctor.
Dijérase que la miseria del ambiente que buscó para escribir fecundizó su mente
y le enrieló inconscientemente a la corriente existencialista.
Su vívida filosofía repasa sueños o realidades capaces de interesar a los sicoanalistas. Hay estratos anímicos en su obra, pero domina la búsqueda del ser racional,
responsable por todo y de todo, y en medio de su propia miseria, el ansia indefinida
de la libertad.
Es realista, emocional, confuso, anhelante, sensual y escrupuloso; también quiere ser moralista y socialmente revolucionario, pero en seguida se sobrepone una
mística mansedumbre que le resigna a su
propia realidad, admitiendo el sufrimiento como algo inevitable.
El loco es un libro que quiere apartarse de la lógica y, sin embargo, es la obra
de una persona cuerda, con un relato de
costumbres, ideas y principios regionales
con tendencia a hacerse universales, dichos desordenadamente, como un anarquista de la forma literaria.
Todo ello valdrá descubrir en estas páginas que dejó Arturo Borda, las
mismas que, pese a que se pudo haber
seleccionado, se las presenta en toda su
extensión ya que constituyen toda su
obra literaria.
mact
Arturo Borda
* Extractado de El loco, H Municipalidad de La Paz, Bolivia, 1966.
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