FRANCISCO DE QUEVEDO POESÍA BURLESCA I ROMANCES Estudio preliminar, edición y notas de IGNACIO ARELLANO FRANCISCO DE QUEVEDO POESÍA B U R L E S C A I ROMANCES Estudio preliminar, edición y notas de IGNACIO ARELLANO i ESTUDIO PRELIMINAR I. LA POESÍA SATÍRICO BURLESCA DE QUEVEDO EN SU OBRA Y EN LA LITERATURA BARROCA. ALGUNAS CUESTIONES PREVIAS Quevedo, que tantas burlonas caricaturas trazó de Mateo Pico, Pero Grullo, Chisgaravís o Arbalias, pasó a hacerles compañía en el folklore, adoptado por la mitología popular como protagonista y narrador de chistes y cuentecillos, en un significativo reconocimiento de su ingenio cómico. El grave problema de atribuciones que plantean muchos poemas de posible o probable autoría en este terreno literario, nace en parte de su enorme fama como poeta satírico y burlesco: con su nombre han corrido, por un lado, centenares de composiciones que no pueden ser suyas 1 ; por otro, muchos versos de su pluma pasaron a los pliegos de cordel y variadas colecciones, prohijados por otros ingenios más o menos conocidos 2 . 1. Vid. las observaciones textuales en Poesía erótica (ALZIEU, JAMMES, LISSORGUES) o ETREROS, La sátira política; una síntesis de estas cuestiones en JAURALDE, "La poesía de Quevedo" [véanse los datos completos de estudios citados en la Bibliografía]. 2. Algunos datos útiles para comprender este panorama: RODRÍGUEZ MOÑINO,Construcción crítica y realidad histórica, "Archivo de un jacarista"; prólogo de Blecua a PO y OP; DÍEZ BORQUE, "Manuscrito y marginalidad poética". 1 IGNACIO ARELLANO El mero dato cuantitativo muestra la importancia del grupo satírico burlesco, que forma un conjunto mayor que todo el resto de la poesía quevediana, sumados poemas metafísicos, morales, amorosos, religiosos y de circunstancias. Respecto a su calidad, pocos estudiosos suscribirían hoy juicios tan desviados como los de López de Mesa 3 , que califica estos versos de "saetillas de beata", "murmuración de comadres", trivialidades en las que malbarata su ingenio y querellas de costurero que abastardan su inspiración... Mejor podremos entender y valorar este excepcional corpus poético si recurrimos a más ponderadas estimaciones en las que coincide hoy la generalidad de la crítica. Sin intentar una recopilación exhaustiva del estado actual de la cuestión, valgan de índices algunos juicios de insignes quevedistas, como los de Dámaso Alonso, que resalta la extraordinaria importancia de estas piezas, donde "la lengua del escritor, sin trabas, llega a sus últimas posibilidades expresivas" 4 , o Emilio Carilla: "Quevedo escritor satírico no tiene paralelo en las letras de España, y cuesta encontrar otro nombre similar fuera de España" 5 . José Manuel Blecua, a quien se deben las mejores ediciones de la poesía de Quevedo 6 , insiste en el inmenso papel que desempeña esta clase de composiciones en la obra del poeta, y en su condición culminante: "Es aquí donde la imaginación poética española ha llegado a su cima". También para Crosby 7 el Canta sola a Lisi y la poesía 3. 4. 5. 6. 7. 2 "Don Francisco de Quevedo y el Renacimiento español", passim. "El desgarrón afectivo en la poesía de Quevedo", p. 539. "Quevedo y el Parnaso español", p. 407. Poesía original, Obra poética; cita en PO, CXIII. Poesía aria, p. 23. FRANCISCO DE QUEVEDO: POESÍA BURLESCA I: ROMANCES burlesca constituyen las cimas del arte de Quevedo "geniales por su agudeza, su ingenio y calidad sumamente alusiva". Y en esta concentración de agudeza radica precisamente la jerarquía cardinal que en la literatura aurisecular tiene la poesía satírico burlesca de Quevedo. Ningún otro poeta (salvo, mutatis mutandis, el Góngora burlesco) lleva a tan perfectos extremos la estética conceptista, cimiento y objetivo de toda la literatura barroca8. Dentro de este corpus, el romancero burlesco representa una zona nuclear, apta (en su extensión, mucho más dilatada que los catorce versos del soneto) para la acumulación de recursos, la parodia del romancero épico o lírico, la caricatura y burla de personajes y temas mitológicas, la descripción satírica costumbrista, y tantos otros temas, entre los que destacan con brillo particular los de la vida hampona de las jácaras: en una época "de inusitado brillo del romancero (...) el romance de Quevedo pone un sello propio, hecho juego, burla, ironía o sarcasmo" 9 . Pero antes de abordar la somera descripción de este universo expresivo parece conveniente intentar la delimitación de los conceptos básicos clasificatorios, esto es, lo satírico y lo burlesco. Astrana Marín separa en su edición 10 los poemas satíricos de los burlescos, de lo que inferimos un criterio delimitador de ambas zonas como especies distinguibles, 8. Vid., por jeemplo, Pilar PALOMO, La poesía de la edad barroca, p. 139; o el imprescindible trabajo de Lázaro Carreter, '"La dificultad conceptista", y los análisis de textos quevedianos que allí realiza. 9. CARILLA, "Quevedo y el Parnaso español", p. 380. 10. Obras completas. Verso, p. 1050. 3 IGNACIO ARELLANO criterio que Astrana no explicita. Blecua rotula el grupo a que pertenecen todos los poemas en cuestión "satíricos y burlescos", sin establecer apartados los poemas en cuestión "satíricos y burlescos", sin establecer apartados específicos. Ambos términos suelen aparecer relacionados. González de Salas, por ejemplo, describe el contenido de la Musa VI: "Canta poesías jocoserias, que llamó burlescas el autor, esto es, descripciones graciosas, sucesos de donaire y censuras satíricas de culpables costumbres, cuyo estilo es todo templado de burlas y veras" 11 . Si se revisan las poéticas de los siglos XVI y XVII (Rengifo, Pinciano, Villén de Biedma, Carballo, Cáscales) 12 se encuentra como rasgo constante de la sátira la intención correctiva de vicios mediante una censura moral que puede utilizar el medio instrumental de la graciosidad. El Pinciano, por ejemplo, no considera la risa necesaria para la sátira: incluye a esta en el área de la ética; su fin es eminentemente moral y su tono más severo que el de la comedia. Los estudios modernos (Frye, Highet, Hodgart, Scholberg, Pelorson, Kernan, Worcester, Pollard...) 1 3 11. En Obras completas. Verso, p. 1050. 12. RENGIFO, Arte poética española, cap. 99; PINCIANO, Filosofía antigua poética, epístola XII; VILLÉN DE BIEDMA en su edición de las obras de Horacio, Granada, 1599, cit. por PELORSON, "La politisation de la satire", p. 97, nota 1; CARBALLO, Cisne de Apolo, diálogo III; CÁSCALES, Tablas poéticas, pp. 180-184. 13. FRYE, Anatomía de la crítica, pp. 293-315; HIGHET, The Anatomy of Satire, pp. 12-3, 21-3,150; HODGART, La sátira, pp. 7-9; SCHOLBERG, Sátira e invectiva en la España medieval, pp. 9-13; PELORSON, "La politiosation de la satire",, p. 96; KERNAN, The Cankered Muse; WORCESTER, The Art of Satire; POLLARD, Satire (...) también O. H. GREEN, "A Hispanist's Toughts on The Anatomy of Satire". 4 Siguiente