LIBRO V LA REVUELTA JONIA INTRIGAS DE ARISTÁGORAS 30. 1. Ahora los de Paros se reconciliaron así con los Milesios, luego desde estas ciudades gobernó así a Jonia al acontecer la desgracia. Unos hombres poderosos huyeron desde Naxos hasta su pueblo y desterrados, estos llegaron a Mileto. 2. Aristágoras de Malpágoras era precisamente administrador de Mileto, yerno de Liságoras y pariente de Histiteo, Pario le retenía en Susa: Así pues, Histeto era tirano de Mileto y estaba casualmente durante este tiempo en Susa, cuando los de Naxos llegaron, los extranjeros ya estaban allí con Histeto. 3. Al llegar los de Naxos a Mileto, piden de Aristágoras que de algún modo les proporcione alguna ayuda para volver a su patria. El que pensaba que, en el caso que por el volviera a su ciudad, guiaría a Naxos procurando una amistad con Histeto como pretexto, le presento sus negociaciones: 4. “Yo no soy capaz de ofreceros tantos recursos como para que os haga devolver de forma obligada desde la conocida Naxos a vuestra ciudad; pues me pregunto si hay ocho mil hoplitas en Naxos y numerosas naves de guerra. Ideare hacerlo a toda prisa. Así lo tengo pensado. 5. Artafrenes me recibe como amigo. Artafrenes para vosotros es, por una parte, hijo de Hitaspeo, y, por otra parte, hermano del rey Darío y es el jefe de todos los que en Asia viven junto al mar, al tener muchos generales y muchas naves. Así pues, he decidido pedir al hombre lo que necesitamos”. 6. Escuchando esto, los de Naxos se arrimaron a Aristágoras para reclamarle que fuera posible los víveres y les ofreció regalos y medios para ejército para que ellos se reconcilien, teniendo muchas esperanzas de que cuando aparecieran en Naxos, ellos harían todo lo que les ordenasen los de Naxos, como los otros isleños. Pues, del resto de las islas cicladas, todavía ninguna estaba bajo el poder de Darío. 31.1. Al volver Aristágoras de Sardes, le dijo a Artafrenes que Naxos era una isla no muy extensa y, principalmente, la más hermosa además de fértil y cerca de Jonia, tenía riquezas y muchos prisioneros de guerra. “Estando tu presente dirige una expedición sobre esa región, devolviéndoles sus desterrados desde allí. 2. Y para ti, al hacer esto, por un lado tengo preparado conmigo grandes riquezas además de os gastos del ejército, pues es necesario que nosotros demos estos presentes a los que guían. Por otro lado, ganaras islas para el rey de la propia Naxos y las que dependen de ellas, Paros y Andros, y otras llamadas cicladas” 3. Al marcharse de allí, atracaron fácilmente a Eubea, isla grande además de prospera, no más pequeña que Chipe y muy fácil de ser atacada. “Son suficientes cien naces para someter todas estas” Él contestó con esto. 4. “Tú te has convertido en consejero de sus bienes en casa del rey, y aconsejas hábilmente a todos estos asuntos, excepto de las cantidad de las naves. En lugar de cien naves, te estarán preparadas dos-cientos con la llegada de la primavera. Es necesario que el propio rey, que está de acuerdo, lo lleve a cabo”. 32.Así pues, Aristágoras, cuando oyó esto, estando muy feliz regresó a Mileto y Artafrenes, de este modo a los que complacían a los enviados de Susa y a los que comunican lo que dijo Aristágoras, estando de acuerdo, llegando a comprarse con el mismo Darío, dispuso doscientos trirremes, una numerosa muchedumbre de persas, además de los otros aliados y estableció como su general a Megabates, un hombre persa de los Arquemenidas, primo de Daria además de suyo, el lacedemonio, hijo de Clembroto, tomó en matrimonio tiempo después de esto a la hija de Pausanias, si la historia es cierta, porque tenía el deseo de convertirse en tirano de la Hélade. Y cuando estableció a Megabates como general, Artafrenes envió el ejército contra Aristagoras. 33.1. Al haber tomado Megabates de Mileto a Aristágoras y al ejército y a los naxios, estuvo navegando aparentemente hacia el Helesponto cuando llegaron a Quío, dirigió las naves hacia Caucasas para desde allí con el viento Borras atravesar Naxos. 2. Pues como no era necesario que los naxios murieran en ese trayecto, sucedió que tales hecho llegaron a producirse. Al rodear Megabates las tropas en las naves, precisamente nadie estaba de guardia en la nave de Mirdos: él considerándolo indigno ordeno a los guardias, que habían encontrado al jefe de esa nave, el nombre del cual era Escílax, que lo ataran dividiéndolo mediante la puerta en la nave, poniendo de esta manera la cabeza hacia fuera y el cuerpo hacia dentro. 3. Estando amarrado Escílax, alguien le comunicó a Aristágoras que a su huésped mindio le maltrataba Megabates tras amarrarlo. Él al legar le suplico al persa y, como no obtenía nada de lo que pedía, al llegar, el mismo se desató. Al enterarse Megabates, lo llevó muy mal y se enfadó con Artafrenes, 4. él le dijo: “¿Y tú que tramas con estos asuntos? ¿No te envió Artafrenes para obedecerme y navegar a donde yo ordene? ¿Porque te metes en todo?” Esto dijo Aristágoras. Él irritado por esto, cuando llego la noche, envió a Naxos a unos hombres en una nave dándoles a conocer a los naxios todo lo que les ocurría. 34.1. Pues, en efecto, los naxios no admitían de ningún modo que contra ellos se dirigiese tal expedición. Pues cuando se enteraron, al momento se llevaron los productos del campo hacia la muralla, y se previnieron, al ser asediados, no solo de comida sino también de bebida, y fortificaron la muralla. 2. Y estos se prepararon para que estando allí se enemistaran con él. Después de que ellos hicieran pasar las naves desde Quio a Naxos, ellos se lanzaron sobre lo que se mostraba y la asediaron durante cuatro meses. 3. Pero cuando los persas llegaron teniendo las riquezas, las que han derrochado para ellos, y las muchas que han gastado además para él, la obsesión que pretendía la mayoría, y como era necesario un asedio más grande, entonces, cuando construyeron una muralla a los desterrados de Naxios, se alejaron a su tierra, ya que estaban en una mala situación. 35.1. Aristágoras no tenía que ejecutar su promesa con Artafrenes. Al mismo tiempo, el gasto reclamado del ejército nos atormenta, por un lado, tenía algo malo obtenido del ejército al ser acusado por Megabates, por otro lado parecía que el rey de Mileto seria destronado. 2. Temiendo esto, cada uno de ellos decidieron separarse. Así pues, caía y apoyando la cabeza llegaron a Susa, señalando firmemente de modo que los caminos eran vigilados, el marco al más leal de sus esclavos rapándole y espero a que el pelo creciera. 3. Tan rápido como le creció, lo envió fuera de Mileto sin encargarle nada más, tan pronto como volviese a Mileto, Aristágoras ordenaría cortarnos el pelo y examinarnos la cabeza. Señalo a distancia las marcas y me ato el primero. Histiteo hacia esto por casualidad realizando su gran detención en Susa. Habiendo distancia, estando presente, tenía muchas esperanzas de dejarlo en el mar, no muy temprano calculó que todavía nadie pasara tiempo, tan pronto de ningún modo al volver a ella desde Mileto. 36.1. Por una parte, al suponer ahora esto, Histiao envió al mensajero, por otra parte caía sobre Aristágoras durante todo este tiempo todas estas cosas conjuntamente. Decidió, estando en la sublevación al presentar su propia opinión y recurriendo al mensaje de Histiteo. 2. Todos los otros tenían la misma opinión sobre esto, ordenándoles irse. Pero Hecateo, el historiador, en primer lugar, prohibió emprender la guerra contra el rey de los persas, enumerando, además, todos los pueblos que Darío dominaba y la riqueza de este. Puesto que no convenció, en segundo lugar, aconsejo hacerlo para que fuesen los dueños del mar. 3. Dijo que, ahora, de ningún modo creía que eso sucedería, pues sabía que el poder de los milesios era débil. Pero si cogía las riquezas que están en el santuario de Bránquidas, las que el lidio Creso consiguió, tenía grandes esperanzas de hacerse dueño del mar, y que así ellos podrían utilizar el dinero y que los enemigos no se las arrebatarían. 4. Estas riquezas eran importantes, como fue mostrado por mí en el primero de los relatos. Ciertamente no prevalecía esta intención, pero parecía, sin embargo, que se rebelarían, que uno de ellos al navegas hasta Miunte, hacia el ejercito que se había de Naxos, que estaba allí, trataría de arrestar a los extranjeros que iban a bordo de las naves. 37. Para esta misión fue enviado Yatrágragoras, quién, mediante un engaño, cogió a Olíato de Milasa, hijo de Ibanolis, a Histieo de Termera, hijo de Timnes, a Coes, a quien Darío recompensara con Mitilene, hijo de Erxandro, a Aristágoras de Cime, hijo de Heraclides, y a otros mucho, con lo que, como es evidente, Aristágoras, que se disponía a tomar todo tipo de medidas para luchar contra Darío, se había declarado en rebeldía. Y en primer lugar, fingió abolir la tiranía y estableció en Mileto la isonomía para que los milesios desertaran de buena gana en la rebelión. Después, adoptó el mismo proceden en el resto de Jonia: depuso algunos tiranos y, con ánimos de congraciarse con las ciudades, puso disposición de estas mismas a los que había hecho prender a bordo de las naves que habían tomado parte en la expedición naval contra Naxos, enviando, sin compasión, a los diferentes tiranos a la ciudad de la que procedía cada uno. 38.1. Pues bien, cuando los mitileneos tuvieron en su poder a Coes, lo sacaron fuera y lo lapidaron. En cambio, los de Cime desterraron al que había sido su tirano e hicieron lo mismo, y la mayor parte de las demás comunidades hicieron lo mismo. Se produjo, por tanto, un derrocamiento de los tiranos en las ciudades. 2. Aristágoras de Mileto, por su parte, después del derrocamiento de los tiranos, confió a las distintas ciudades que designasen estrategas en cada una de ellas, y, seguidamente, se dirigió, a bordo de un trirreme, en persona a Lacedemonia en misión oficial. Pues, como es evidente, necesitaba procurarse algún aliado importante. 39. En Esparta ya no reinaba Anaxándridas, hijo de León, sino que había muerto y Cleómenes, hijo de Anaxándridas, era quien ocupaba el trono no por su valía personal, sino por ser el primogénito. ARISTÁGORAS TRATA DE CONVENCER A CLEOMENES PARA QUE AYUDE A LOS JONIOS 49. 1. Aristágoras, siendo tirando de Mileto llegó a Esparta cuando Cleómenes tenía el poder. En seguida hablo con él, como cuentas los lacedemonios, llevando un mapa de bronce en el que se había grabado en contorno de toda la tierra y todos los mares y todos los ríos. Habiendo conversado Aristágoras hablo con él de esta manera: “Cleómenes, no te extrañas con mi deseo de llagada aquí, pues es tal el deber que los hijos de los jonios son esclavos en lugar de libres, que es muy vergonzoso y doloroso para nosotros mismos, además para vosotros, por cuanto que protegéis la Hélade.” 3. “Ahora, por tanto, por los dioses de la Hélade, liberad de la esclavitud a los jonios, hombres de la misma sangre. Para vosotros esto es posible de cumplirse con facilidad, pues los extranjeros no son fuertes, y vosotros llegáis a la guerra más importante por vuestro valor; su lucha es tal. Van a la batalla con flechas y lanzas cortas, con pantalones y turbantes en sus cabezas.” 4. “Por tanto, son fácil de someter. Pero los que habitan aquella tierra tienen tantas cosas buenas que ni siquiera todos los demás juntos, comenzando por oro, también plata, bronce, vestidos bordados, bagajes y esclavos; esto lo podéis tener si lo deseáis con el corazón. 5. Y tocándose unos a otros, por orden, se asientan como yo indicaré; con los jonios aquí lindan los lidios ahí, que habitan una región fértil y tienen mucho dinero. Y citando esto iba señalándolos en el mapa de la tierra que llevaba grabado en una tablilla. Y con los lidios, sigue diciendo Aristágoras, lindan los frigios que se encuentran al este de aquí siendo de todos los que yo conozco, lo que más rebaños tienen y más fructíferos son. 6. Con los frigios lindan los capadocios a quienes nosotros llamamos sirios. Vecinos de estos son los cíclicos que se extienden hasta el mar que aquí ves, en el que se encuentra la isla de Chipre. Estos satisfacían al rey con quinientos talentos, un tributo anual. Con los citados cíclicos aquí lindan los armenios que, también, tienen mucho ganado, y con los armenios, los matienos que ocupan este territorio. 7. Con estos linda Cisia, esta tierra en la que a orillas del rio de ahí, el Coaspes, está la famosa Susa donde vive el gran rey y allí mismo están sus tesoros. Si tomáis esa ciudad, podéis hacer fuerte además a Zeus en lo que respecta a las riquezas. 8. Pero alrededor de una zona no muy grande ni tan aprovechable y por pequeñas zonas fronterizas, es necesario que vosotros aplacéis las luchas contra los mesenios, que está en igualdad de fuerzas, así como contra los arcadias y los argivos que no poseen nada de oro ni de plata, lo que impulsa a cualquiera a morir combatiendo por el deseo de tenerlos. Pudiendo mandar sobre toda Asia con facilidad, ¿vais a elegir otra?”. 9. Aristágoras dijo eso y Cleómenes respondió esto: 50. 1. “Oh extranjero milesio, aplazo responderte hasta el tercer día” Por el momento no pasará de ahí. Cuando llegó el día preciso para la respuesta y llegaron a donde habían convenido, Cleómenes preguntó a Aristágoras cuantos días había desde el mar de Jonia hasta la corte del rey. 2. Pero Aristágoras, siendo hábil y engañando a aquel con buena voluntad, queriendo llevarse a los lacedemonios a Asia, dijo que había tres meses de camino. 3. Entonces este dejó con la palabra en la boca a Aristágoras, cuando este se dispuso a hablar sobre el camino dijo: “Extranjero milesio, aléjate de Esparta antes de que el Sol se ponga. Pues el plan que propones es inadmisible para los lacedemonios, ya que quieres llevarlos tres meses de camino por el mar” 51.1. Dicho esto, Cleómenes se fue a su casa, y Aristágoras cogió un ramo de olivo y fue a casa de Cleómenes, y cuando entró dentro en calidad de suplicante, pidió a Cleómenes que le escuchara, enviando una niña. Pues Cleómenes se encontraba con su hija, cuyo nombre era Gorgo; era el único descendiente que tenía y contaba con ocho años de edad. Pero Cleómenes le dijo que permitía que dijera lo que quería aun teniendo enfrente a la niña. 2. Entonces, Aristágoras empezó por prometer diez talentos si accedía a satisfacer sus demandas. Y como Cleómenes rehusaba, Arsitágoras fue aumentando progresivamente la cantidad y prometiendo cincuenta talentos, y la niña exclamó: “Padre, el extranjero te sobornará sino te alejas”. Entonces Cleómenes agradado por lo que decía la niña, se fue a otra habitación y Aristágoras partió de Esparta y no le fue posible explicar, todavía, con más pormenor el camino que va hasta la corte del rey. ASESINATO DE HIPARCO 55. Aristágoras, expulsado de Esparta se fue a Atenas que se había librado de sus tiranos así: cuando Aristogitos y Harmodio, que pertenecían desde antiguo a una familia gefirea, asesinaron a Hiparco, hijo de Pisístrate y hermano del tirano Hipias, que había tenido una visión muy real en sueños sobre su desgracia; después de esto, los atenienses fueron gobernados con despotismo durante cuatro años no en menor medida, sino más que antes. 56.1. La visión de Hiparco en sueños era esta: en la noche anterior a las Panateneas, Hiparco creyó que había un hombre colocado a su lado, más grade y hermoso que le decía estos versos enigmáticos: Resígnate a sufrir, león, lo insufrible de las desgracias con ánimo: ninguno de los hombres injustos pagarán una pena. 2. Tan pronto como se hizo de día, era evidente esto, confió esto a los interpretes de sueño; pero después, rehusando la visión se celebró una procesión en la que murió. DERRIBO DE HIPIAS 62. 2. Siendo Hipias tirano y estando irritado con los atenienses por la muerte de Hiparco, los Alcmeónidas, siendo de origen atenienses y huyendo de los pisitrátidas, como no habían tenido éxito en la tentativa armada que habían llevado a cabo para regresar a su patria con los demás exiliados atenienses, después de haber fortificado Lipsidrio, situado al norte de Peonia, fueron derrocados al tratar de volver a Atenas, pero los Alcmeónidas recurrieron a todo para luchar contra los pisistrátidas, consiguieron ser contratados por lo Antifictiones para terminar las obras del templo de Delfos que antes no existía. 3. Y como estaban bien en los negocios y eran de una familia noble, hicieron construir el templo más lujoso que el modelo, aunque estaban convencidos de hacer el templo de piedra de toba, terminaron el frente con mármol pario. 63. Pues al decir los atenieses, aquellos hombres que permanecían en Delfos, persuadieron a la pitia para que cada vez que los espartanos acudiesen por misión privada o por misión pública a consultar el oráculo, les adujera a liberar Atenas. 64. 1. Entonces, los lacedemonios, preparándose, enviaron una expedición más grande contra Atenas, reconociendo al rey Cleómenes, al de Anaxándridas, como general del ejército y ya no lo enviaban por mar, sino por tierra. 2. Cuando se lanzaron con estos contra la región del ática, la caballería de los Tesalios, en primer lugar, entabló combate y, no mucho después, huyeron y cayeron más de cuarenta de sus hombres. Los supervivientes, tal y como estaban, regresaron a Esparta. Pues Cleómenes se presentó en la ciudad y con la ayuda de los atenienses que querían ser libres, sitió a los tiranos que se habían encerrado en una fortaleza pelásgica. 65. 1.Y los lacedemonios no pudieron reducir a los pisitrátidas. Pues no habían pensado establecer un asedio y, por otra parte, los pisitrátidas se habían aprovisionado de agua y comida; sino que, tras ser sitiados unos días, regresaron a Esparta. Aquí sucedió un incidente fatal para unos y decisivo para otros. Pues los hijos de los pisitrátidas fueron capturados mientras los llevaban en secreto a un lugar a salvo. 2. Ante este contratiempo, todos los planes de estos fueron destruidos y para ayudar a los niños cedieron ante las condiciones que los atenienses querían, es decir, abandonar el Ática en cinco días. 3. Después partieron hacia Sigeo, cerca de Escamandro, tras haber gobernado en Atenas durante treinta y seis años, siendo, también, de Pilos y descendientes de Neleo, ya que tenían los mismo antepasados que Codro y Melanto, quienes, pese a venir de fuera, habían sido reyes en Atenas. REFORMAS DEMORCRÁTICAS DE CLÍSTENES 66.1. Atenas, que ya era antes poderosa, entonces al liberarse de los tiranos llegó a tener más poder. En esta ciudad dos hombres ejercían el poder, Clístenes, el hombre de los Alcmeónidas, quien precisamente persuadió a pitia; e Iságoras, hijo de Lisandro que pertenecía a una familia noble, sin embargo, no se reconoce su origen. Y sus familiares hacen sacrificios al dios Cario. 2. Estos mismos hombres discutieron sobre el poder y Clístenes, siendo inferior se asoció con el pueblo. CONTRAREVOLUCIÓN DE ISÁGORAS AYUDADO POR EL REY CLEÓMENES 70.1. Por su parte, Iságoras, siendo inferior ideó esto: llevó al lacedemonio Cleómenes, que había resultado ser un amigo para él desde el asedio de los pisistrátidas. 2. Así pues, en primer lugar, Cleómenes que había enviado un heraldo a Atenas para expulsar a Clístenes y con él a muchos de los atenienses, llamándolos “los sacrílegos”. Pues Alcmeónida y sus cómplices sufrían la acusación de la muerte de este, pero este no participó en eso, ni sus amigos. 71.1. De los atenienses fueron nombrados “los sacrílegos” de esta manera; un hombre olímpico de Atenas, Cilón. Este mismo se encaprichó con la tiranía, y ganando amistades de la misma edad, intentó apoderarse de la acrópolis, pero como no consiguió dominarla, acudiendo como suplicante, se sentó al lado de la estatua. 2. A los que expulsaron los pritanos naucraros, que administraban entonces Atenas, que puede sufrir todas las penas menos la última. Los asesinaron y se acusa a los propios Alcmeónidas. Esto sucedió antes de la juventud de Pisístrato. 72.1. Cuando Cleómenes, al enviar un heraldo, expulsó a Clístenes y “los sacrílegos” Clístenes se retiró. Después de nada nuevo, estaba presente en Atenas Cleómenes no con muchas tropas, cuando llegó y expulsó como sacrílego a unas familias de atenienses, las que Iságoras le indicó. Al hacer eso, seguidamente, intentó disolver el consejo y confió las magistraturas a trescientos partidarios de Iságoras. 2. Como la bulé se resistía y no quería obedecer, Cleómenes, Iságoras y sus partidarios se apoderaron de la acrópolis. Los restantes atenienses teniendo los mismos sentimientos que la bulé los sitiaron durante dos días. Al tercer día, los lacedemonios, todos los que estaban entre ellos se marcharon del territorio mediante treguas. El augurio se cumplía por Cleómenes. 3. Pues cuando subió a la acrópolis con la intención de ocuparla, fue al templo de la diosa para dirigirle una plegaria. Para la sacerdotisa que se levantó de su trono antes que hubo atravesado las puertas, dijo: “Extranjero lacedemonio, vuélvete atrás y no entres en el santuario, pues por voluntad divina, no se deja a entrar a los dorios allí” 4. Y este dijo: “Pero, amiga, yo no soy dorio sino aqueo.” Así pues, no haciendo caso al presagio, lo asaltó y entonces fue expulsado juntamente con los lacedemonios. Y los atenienses encarcelaron a los otros para matarlos, entre ellos estaba también el delfio Timesiteo, de cuya fuerza y bravura podría contar grandiosas hazañas. INTRIGAS DE HIPIAS ANTE ARTAFRENES. ATENAS ROMPE LAS RELACIONES ABIERTAS CON LOS PERSAS 96.1. Hipias, después de llegar a Asia desde Lacedemonia, removía todos los recursos, acusando a los atenienses ante Artafrenes y haciendo todo para que Atenas fuera tomada por él mismo y, también, por Darío. 2. Hipias, ciertamente, tramaba esto y los atenienses sabiendo lo, enviaron emisarios a Sardes, impidiendo que los persas se dejaran persuadir por los desterrados de Atenas. Pero Artafrenes ordenó que acogieran más tarde a Hipias si querían estar a salvo. Así pues, los atenienses se negaban a aceptar el trato presentado y no aceptarlo parecía enemistarse abiertamente con los persas. ATENAS APOYA A LOS JONIOS SUBLEVADOS 97.1. Cuando se acostumbrara a esto, Aristágoras de Mileto, expulsado de Esparta por el lacedemonio Cleómenes, llegó a Atenas. Pues esta ciudad tenía la hegemonía, la que más entre los restantes. Presentándose ante el pueblo, Aristágoras dijo eso que también dijo en Esparta sobre las riquezas de Asia y de la guerra de los persas, sin usar escudos ni lanzas, siendo una presa fácil. 2. Dijo eso además de esto que los milesios eran colonos de los atenienses y la patria tenía que proteger a estos ya que era una gran potencia. No hubo nada que tuviera que suplicar a mucho consiguiendo persuadirlos. Parece, pues, que es más fácil engañar a muchas personas que a uno solo, si resulta que no engaño a una sola persona, el lacedemonio Cleómenes, pero lo hizo con treinta mil atenienses. 3. Los atenienses que se habían dejado persuadir decidieron por votación enviar veinte naves en auxilio de los jonios, estableciendo como su comandante a Melancio, que era un hombre de entre sus conciudadanos estimado por todos. Estas naves, desde el comienzo, fueron un sufrimiento para los griegos y también para los bárbaros. DERROTA DE LOS GRIEGOS EN ÉFESO 100. 1.Los jonios llegando a Éfeso con ese séquito, abandonaron las naves en Coreso, territorio de Éfeso, y se embarcaron con muchas tropas, procurándose guías efesios. Marcharon a lo largo del rio Caistrio y una vez que pasaron al Tmolo, llegaron allí, tomaron Sardes sin que nadie se les opusiera; y se apoderaron de toda la ciudad a excepción de la acrópolis. El propio Artafrenes protegía la acrópolis con una gran tropa de hombres. Así impidió que ellos, habiendo tomado la ciudad, la saquearan. En Sardes la mayoría de casas eran de caña y las que eran de piedra tenían el techo de caña. Y cando uno de los soldados le pegó fuego a una de estas, este se propagó rápidamente de casa en casa e invadió toda la ciudadela. 2. Mientras la ciudad se quemaba, los lidios y todos los persas que habían en la ciudad, aislados por todas partes porque el fuego se había extendido por los alrededores y sin tener salida en la ciudad amurallada, se juntaron en el ágora y en la orilla del rio Pactolo, el cual, suministrándoles arena de oro desde el Tmolo, fluye dentro del ágora; los lidios y los persas se vieron obligados a defenderse. 3. Los jonios, viendo que uno de los enemigos se defendían y que otros se iban agrupando en una gran multitud, se alejaron temerosas al monte denominado Tmolo, y desde allí, con la protección de la noche, se alejaron hacia las naves. DARÍO JURA ODIO ETERNO A LOS ATENIENSES 105. 1. Onésilo, ahora, asediaba Amatusta, mientras, cuando se comunicó al rey Darío que Sardes al ser tomado fue incendiado por atenienses y jonios, y que el jefe de la abolición, en cuanto que había tramado esto, era el milesio Aristágoras, se cuenta que este al principio, al saber esto, no razonaba nada de los jonios, pues sabía bien que ellos no se quedarían sin castigo al escaparse, preguntó quiénes eran los atenienses. Después de ser informado, pidió su arco, lo tomó y tras colocar la flecha, lo lanzó hacia arriba, hacia el cielo, y mientras el mismo lo disparaba al aire, dijo: 2. “Zeus, permíteme castigar a los atenienses”. Y después de decir esto, ordenó a uno de sus servidores que, cuando le ofreciera comer, le dijera en cada ocasión tres veces: “señor, acuérdese de los atenienses”.