36 LATERCERA Jueves 6 de febrero de 2014 ( Cultura&Entretención Vea los trailers de los estrenos de esta semana en: www.latercera.com ESTRENOS DE CINE Una tragedia fría y distante Daniel Villalobos U n gran momento -quizás el único gran momento- de Django sin Cadenas es el monólogo donde el dueño de la plantación de esclavos, interpretado por Leonardo DiCaprio, cuenta la historia de su padre y su “negro favorito”. El mismo esclavo que, sin fallar un día, afeitó el cuello de su amo por décadas. ¿Por qué nunca lo degolló? se pregunta DiCaprio, ¿por qué jamás se le ocurrió abrirle la yugular con la navaja? Tarantino daba una respuesta a esa duda histórica, aunque era una respuesta tan infantil y poco convincente como la misma película. 12 Años de esclavitud repite la misma pregunta. Desde que conocemos a Solomon Northup en 1841, cuando es capturado y acusado falsamente de ser un esclavo fugado, hasta que cae en manos de un dueño que lo trata con cierta decencia hasta otro que lo humilla y golpea como al peor animal, durante los 134 agotadores minutos de esta película, la interrogante de por qué los esclavos no se alzan contra sus opresores nunca deja la pantalla. Y la respuesta no es sencilla: como bien lo explica el mismo protagonista en un momento, sobrevivir es una cosa y vivir una existencia de hombre digno es otra y en el medio hay una larga, ensangrentada gama de grises. 12 Años de esclavitud llega RR Michael Fassbender y Chiwetel Ejiofor en Doce años de esclavitud. FOTO: OUTNOW precedida del aura que rodea a un “filme de Oscar”, con abundantes nominaciones y el respaldo de un gran estudio. Lo desconcertante es que no responde a los presupuestos asociados con ese tipo de cine. No es La Lista de Schindler, lo que significa que no evoca una horrible historia real para hacernos sentir buenos y morales por el sólo hecho de espantarnos frente a la pantalla. Tampoco es cine-ensayo con todas las respuestas en la mesa como lo hiciera La cinta blanca. Es una película fallida y extenuante a ratos, quizás porque su interés en una violación tan flagrante de los derechos humanos como fuera la esclavitud en Estados Unidos viene más de lo alegórico y la evocación visual que del relato basado en la empatía. Entendemos a su héroe, pero (al igual que al adicto de Shame, el filme anterior del director) lo conocemos en base a sus rasgos más externos. Lo que es coherente con esta película en general: una obra de arte de enorme belleza formal y escasa emoción. 12 AÑOS DE ESCLAVITUD Dir.: Seve McQueen. Con Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender y Brad Pitt. 134 min. Drama. EE.UU, 2013. Mayores de 14 años. LA CORRECCION FILMICA DE STEPHEN FREARS HUMOR INFANTIL EN BLOQUES PLASTICOS UNA PELICULA MCDONALD’S René Martín Pablo Marín René Martín C orrecta, compuesta, grata y amable sería la mejor forma de definir un película como Philomena, del director inglés Stephen Frears y protagonizada por Judi Dench y Steve Coogan. Basada en una historia real (un logo que desde hace un tiempo se ha hecho más y más común, y parece venir asociado a calidad), aquí conocemos a Martín Sixsmith (Coogan, quien oficia como uno de los guionistas), un periodista político pasando por un mal momento profesional. Pronto conoce a Philomena (Judi Dench), una mujer que en su juventud vivió y trabajó en un convento debido a que quedó embarazada a corta edad. Como la manutención no era gratis, las monjas tenían una segunda entrada económica, que consistía en vender a los niños de las mujeres que habitaban el lugar a ricas parejas ex- tranjeras. Por supuesto uno de los pequeños fue el de esta dulce señora, quien ahora solicita a Sixsmith su ayuda para ubicar a su retoño. Philomena no es una película de grandes tesis y está pensada en gustar a todo el mundo. Es el tipo de filme que deja al espectador con una gran sonrisa y demuestra que aún se puede tener esperanza en la vida y en el ser humano, que las cosas, por muy malas que sean, hay que tomarlas con calma, humildad, filosofía y humor. De una puesta en escena transparente y con personajes que por muy estereotipados, están vivos, este film cumple lo que promete, sin ser descollante y sin trascender. Que esté nominado al Oscar como mejor película, tampoco tendrá trascendencia. PHILOMENA Dir.: Stephen Frears. Con Judi Dench, Steve Coogan. 98 minutos. Drama. EE.UU., 2013. TE+7 L a compañía danesa Lego, sinónimo de creatividad lúdica, diseñó en 1949 unos bloques que pueden ensamblarse y conectarse de muchos modos para construir vehículos, edificios y tantas otras cosas. Y agregó con los años parques temáticos y trabajo mancomunado con franquicias como Star wars. Ahora tocó el largometraje, que para nuestra suerte no es otra película insufrible o rutinaria, sino una que saca inteligente partido a las posibilidades que su material le ofrece. En el pasado, un hechicero fue derrotado por un multimillonario que ahora es dueño del mundo, o casi: Presidente Negocios. El personaje tiene un plan maligno y el único que puede salvar la situación es Emmet, tipo promedio que canta la misma canción y se ríe de los mismos chistes que todo el mundo. Accidentalmente, sin embargo, se convierte en el mesías de los bloques plásticos y debe pasar mil pellejerías junto a la polola de Batman, aparte de transitar entre los distintos universos Lego disponibles. Animada computacionalmente con un look stop motion, la película es de los directores de Lluvia de hamburguesas y Comando especial. Y cumple, desde el arranque, con no tomarse a sí misma muy en serio lo que demanda método y consistencia-, con aplicar ocurrencia en el humor y con sacarle punta a lo que Lego tiene a mano para estos propósitos. Lo que resulta es una cinta fresca y despreocupada, que orquesta sus buenos momentos como quien no quiere la cosa. LA GRAN AVENTURA LEGO Dir.: P. Lord y C. Miller. 100 min. Animación. EE.UU.Dinamarca, 2014. Todo espectador. D espués de iniciar su carrera con celebradas adaptaciones de obras de Shakespeare, el actor y director inglés Kenneth Branagh entró al reino de Hollywood y con el tiempo fue a parar al mundo de las franquicias. Empezó hace un par de años con la adaptación del súper héroe Thor y ahora está tras la dirección del relanzamiento del espía Jack Ryan, creado por el desaparecido escritor Tom Clancy, y que ha pasado por cuatro reencarnaciones, incluida ésta. Ahora es el turno de Chris Pine, el de la franquicia de Star Trek, quien da vida a un Ryan más joven, en su primera aventura especialmente escrita para el cine. Esta es una historia de iniciación, en la que el joven analista debe detener un enrevesado complot soviético para desestabilizar la economía norteamericana y dejar al país en una segunda gran depresión. Con una primera mitad que transcurre construyendo la base del personaje, su patriotismo para enlistarse e ir a Afganistán post 11 de septiembre, un accidente que casi lo mata, conocer a quien será su esposa, conocer a quien lo llevará a ser un espía, la segunda mitad se ansía repleta de acción y sorpresas. Esto no ocurre. Con un guión genérico y que parecen retazos de antiguas películas de espías de la guerra fría, este filme nunca deja de parecer una de esas de media tarde en el cable que quieren “parecer”, pero nunca lo logran. En un mundo post Jason Bourne y Misión Imposible, no basta con repetir la fórmula, hay que romper las reglas, sino todo queda como una simple e indistinguible franquicia. Como un McDonalds. JACK RYAN Dir.: Kenneth Branagh. Con Chris Pine y Kenneth Branagh.105 min. Suspenso. EE.UU., 2014.