C á t e d r a d e D i s e ñ o A r q u i t e c t ó n i c o . D e p a r t a m e n t o C o n s t r u c c i o n e s. Escuela de Ingeniería Civil. Facultad de Ciencias Exactas Ingeniería y Agrimensura. U N R . Obra: Cámara Argentina de la Construcción. Delegación Rosario. Autor: Constructor original: desconocido (firma ilegible); primera intervención (1943): desconocido (no se encontró documentación); segunda intervención (1989): Estudio D. Juraga Arquitectos, Seta Hidrovial SRL. Arqs. Drazen Juraga; Leonardo Gianolio; Sergio Bertozzi; Ings. civiles Francisco Dante Seta; María Lidia Baqué; Edgardo Rinaudo. Fechas de proyecto y construcción: ¿1915?-1943-1989 Localización: Córdoba 1951, Rosario, Pcia. de Santa Fe Descripción de la obra: la intervención proyectada y ejecutada en el período 1987-1989 consiste básicamente en unificar el espacio original de la casa “chorizo”, mediante la sustitución del sistema estructural, operación que permitió eliminar el muro de mampostería portante que dividía el espacio en habitaciones (espacio cerrado) y patio (espacio abierto). La obra terminada permitió llegar a 400 m2 de superficie cubierta. El punto clave de la intervención es el acto de “colgar el techo” mediante una estructura metálica con elementos pos tesados. Es posible que la respuesta parezca desmedida en relación a las necesidades espaciales que, entonces tenía la Cámara Argentina de la Construcción, pero si se la considera en el contexto institucional, la solución, claramente ostentosa de las posibilidades de la tecnología estructural, está cargada de valor simbólico. En la obra se combinaron técnicas tradicionales, como la construcción de bovedillas, con el postesado de los elementos estructurales principales. Esa combinación representa, aunados en un mismo espacio, dos momentos de la construcción. La solución es, por lo tanto, pasado y presente al mismo tiempo, tradición e innovación de la tecnología de la construcción, elementos representativos de una institución fundada en 1936. La casa original responde a la tipología de casas “chorizos” de una planta, tipología que hacia principios del siglo pasado predominaba en la cuadra. En 1987 la casa formaba parte de un grupo de cuatro sobrevivientes. Originalmente, la casa tenía una sola planta. En 1943 se le anexó una planta alta, una escalera y se modificó la posición del acceso, que pasó de la posición media a la lateral. Al igual que la mayoría de las casas del denominado Paseo del Siglo, originalmente de residencia para las familias de clase media alta y alta, fue vendida a instituciones que las adaptaron para usos comerciales o institucionales. Hacia la década de 1980 la casa comienza a dar cuenta de numerosos problemas técnicos, siendo la patología predominante el efecto de las filtraciones de agua por los techos. Y hacia 1987, cuando se decide encarar la reparación del techo y se requieren los servicios profesionales del estudio, los efectos de la humedad ya son irreversibles, dado que los perfiles IPN que soportan las bovedillas presentan un estado de oxidación muy avanzado. El alma del perfil parece de papel. Su reemplazo no es técnica ni económica viable, por lo tanto se opta por una solución alternativa que consiste en reforzarlos transfiriendo la carga a una estructura paralela de IPN, colocada debajo de los perfiles originales. En este proceso es donde la magnitud de la operación justifica las acciones posteriores. Colgar la estructura es apenas un grado mas, no excesivo, en la intervención, que nos da la posibilidad concreta de unificar el espacio. El comitente accede a una intervención mas amplia, que abarca toda la casa y comprende, además del auditorio como espacio de máxima representación institucional, posibilitante de actividades que congreguen cien o mas personas, la reubicación de la escalera, la reestructuración de los servicios y todas las instalaciones. Finalmente, lo único que no se modifica es la fachada, que no acusa ningún signo de lo que sucede en el interior. La observación atenta de las casas vecinas aportó datos esenciales: las claraboyas como elementos constitutivos de estas se conservaron, reconstruyéndolas con las técnicas originales. Debe tenerse en cuenta que en 1987 no existía el policarbonato y el vidrio laminado de seguridad resulta muy pesado, de modo que las claraboyas debían ser protegidas del granizo mediante tejidos de alambre. Por otra parte, hoy en día sería muy difícil construir una claraboya como pudo hacerse entonces, dado que esos perfiles de hierro L y T ya no están disponibles en el mercado. Para “colgar” el techo se apeló a un diseño estructural que transfiriera las cargas en horizontal y en vertical, es decir que la carga del techo, dividida entre la medianera oeste y la viga metálica (que reemplazó al muro de mampostería), debió ser llevada literalmente hacia arriba y hacia la medianera este, a través de dos puntos. Esta transferencia se logró mediante dos columnas con ménsulas inclinadas en su extremo superior. En el interior de estos elementos, se alojaron cables que fueron tensados mediante gatos hidráulicos in situ, compensando la carga que absorbieron una vez que se la transfirió con la demolición del muro de mampostería. A diferencia de lo que es usual, los cables una vez tensados no se cortaron, sino que se dejaron a la vista, evidenciando aún mas el recurso utilizado. Las dos piezas, cuya forma se asemejaba a la cabeza de un ave, acabaron siendo denominadas Pía y Pío. Para introducir las piezas en obra, se debió utilizar una grúa Liebherr -entonces una de las dos mas grandes disponibles en Rosario-. Pía y Pío no eran muy pesados, pero debían ser posicionados a aproximadamente 35 m. del eje de la grúa. La operación, realizada una tarde de sábado atrajo cientos de personas que observaron, desde la plaza San Martín, la insólita operación y la desproporción entre el elemento suspendido en el aire y la casa que le daría alojamiento. La carga del techo que “cuelga” es transferida desde los IPN a la viga reticulada, y desde esta a la medianera este por Pía y Pía. Referencias de los autores: Estudio D. Juraga Arquitectos. Avenida de la Libertad 182 PB, Rosario. Drazen Antonio Juraga (Zagreb, arquitecto UNL 1962) Leonardo Gianolio (Rosario, 1958, arquitecto UNR 1985) Sergio Bertozzi (Paraná, 1959, arquitecto UNR 1985) Seta Hidrovial SRL. Arquitectura y tecnología estructural. Laprida 1159, Rosario. Francisco Dante Seta (1928-2010, ingeniero civil UNL) María Lidia Baqué (Ingeniera civil UNR 1978) Edgardo Rinaudo (Ingeniero civil UNR) Fuentes: información provista por los autores. Fotografías: Arq. Sergio Bertozzi