Knouentro mundial de jóvenes trabajadores Del 15 de noviembre al 17 de diciembre pasado ic reunieron en Padre Hurtado jóvenes trabajadores de 25 países de los cinco continentes, integrantes de la Juventud Obrera Católica (1OC), un Movimiento Internacional con Bede en 108 países y cuya misión es la cvangelización del jo\en trabajador sin distingos de raza, color, o credo po!itico. Buscar e implantar la justicia social inspirada en la doctrina cristiana ha sido la tarea que desde 1912 ha perseguido este movimiento mundial impulsado por su fundador d canónigo —más larde cardenal— losé Cardijn Los objetivos del encuentro de Padre Hurtado pueden sintetizarse en cuatro puntos: — abrir a cada participante a una visión iniernaeional i.k la realidad del mundo y especialmente de la clase obrera y de la juventud trabajadora; — conocer las distintas experiencias de acción personal y del movimiento en cada país; intercambiar experiencias con los demás participantes en el encuentro; — reflexionar —a partir de todo lo anterior— sobre la atción dd movimiento en cada país y ver si responde o no a las exigencias actuales i — encontrar nuevas perspectivas para la acción Futura del movimiento de acuerdo a los avances del mundo de liov hacia una nueva ¡.tidedad. Por otra paite, esta lucha se libra no sólo a nivel nacional, sino a nivel internacional con un doble carácter; — de una clase oprimida que va descubriendo la dimensión de su lucha y que se du cuenta de que más allá de sus fronteras hay también otros que sufren igual o más que ellos; — de pueblos y regiones que debido al subdesarrollo que los ahoga, les es muy fácil distinguir su contraste frente a otros pueblos y regiones altamente desarrollados que los dominan y explotan. El tipo de sociedad actual Los precedentes objetivos fueron señalados luego de un análisis profundo de las características de nuestra sociedad: — vivimos en una sociedad de clases donde una minoría domina y explota a la mayor/a; — una sociedad de consumo, motivada por la propaganda para crear necesidades artificiales que no responden a las verdaderas exigencias del pueblo: — un sistema económico controlado por una minoría y que tiene como meta exclusiva el lucro: — la marginalidad de una clase social y de pueblos Luleros, eada vez más miserables, mientras los otros son cada vez más ricos; — la dominación y explotación total en iodos los aspectos justificad» con miles de sofismas y apoyada cada vez más en la fuerza y el autoritarismo. Por esta razón, hay en lodo el mundo, incluso en los países económicamente bien desarrollados, grandes masas marginadas en lo económico, político, cultural y religioso que no tienen posibilidad de una auténtica participación en las decisiones y en el desarrollo. Existe sin embargo una toma de conciencia cada vez mayor de esta situación por parte de estas masas. Ello estimula y encona ta lucha de clases como consecuencia de los intereses propios de cada una. Asimismo, esta lucha es cada día más extensa, organizada y con objetivos mejor definidos, y su intensidad crece en relación directa a la violencia con que va siendo reprimida. 52 Realidad de la ciase obrera Actualmente la clase obrera vive dos realidades, pero con las mismas consecuencias: — Por una parte, la clase obrera de las regiones desarrolladas vive situaciones materiales ventajosas en relación a la de las regiones subdesarroltadas. Es una clase que participa de cierto confort y de ciertas ventajas socio económicas y políticas como fruto de sus primeras luchas. Comprobamos, sin embargo, que es muy individualista, que ha perdido su carácter obrero y que está integrada muv cómodamente dentro del sistema económico imperante. — En cambio, la clase obrea de las regiones subdusurrolladas, sufre el desempleo, el bajo salario, la emigración interna y externa, largas jornadas de trabajo para ganar un poco más y poder sobrevivir con la familia, problemas de vivienda, salud, educación, etc., etc., Es decir, está some tida a una muy refinada y constante violencia por parte de la clase social dominante. Si reacciona, la violencia recrudece y se la priva hasia del derecho a ''sobrevivir'" en medio de la actual sociedad. Se la persigue, difama, y atropello arbitrariamente, etc. La juventud trabajadora sufre todas estas consecuencias con la misma intensidad que los adultos. Una gran mayoría aún no tiene conciencia del por qué de esta situación; por el contrario, es cada vez más objeto de atención por parle del sistema actual, que pretende ;¡?í "domesticarla" \ utilizarla para los oh jemos previamente establecidos por quienes dominan las estructuras di' la -ocicihuJ actual Quienes se dan cuenta de esta situación reaccionan, peru tales luchas son desvirtuadas en sus objetivos y meduis \ atribuidas a segundas o terceras personas, pretendiendo ton ello desconocer " ocultar los verdaderos v a l o r o Ljue las animan. Algunas causas de este situación — Una sociedad capitalista que se sobrepone a la dignidad de la persona considerándola como un instrumento de producción y valorándola más por lo que tiene que por lu que es. — Un imperialismo económico, político y cultural, que impone valores foráneos por encima de los característicos de cada persona, comunidad o región. — Una falta de solidaridad internacional más profunda y mí> concreta en la clase obrera que le permita tener mctlius de expresión y acción más representativos y eficaces, puet consideramos t[ue la división de la clase obrera no viene de nuestro seno, sino que ha sido impuesta desde arriba por consignas ajenas a la clase obrera. Acción del movimiento En todos los países el movimiento hace un esfuerzo por llegar a la mayoría de los jóvenes trabajadores. A aquellos que han sido alcanzados por el movimiento, los ha concientizado a partir de la situación concreta de cada joven trabajador y los ha ayudado a desarrollar su compromisu obrero de luchar en conjunto por una l i beración colectiva de su clase, a partir de sus propios medios y capacidad personal. Les ha revelado el sentido cristiano Je c^ij ILILlia paiti i¡nc el joven Irabaiador desarrolle su fe a través del compromiso concreto en su medio y con esta motivación ica libre interiormente para denunciar y combatir lodo lo que aprima al hombre. Perspectivas futuras • Seguir desarrollando en el joven trabajador un.i conciencia de clase obrera para ayudarle a descubrir las causas de la explotación y el subdesarrollo de su propia clase v despertarlo a una solidaridad internacional. • Ayudar al joven trabajador a que se comprometa en una lucha solidaria con lodos los hombres dentro de objetivos comunes. • Ayudarlo a descubrir nuevos criterios de reflexión que le permitan oplíir objetivamente frenle u la actual sociedad y la nueva que se avecina. • Seguir insistiendo ante la jerarquía eclesiástica sobre la necesidad de una mayor atención a la clase obrera y una pastoral verdaderamente representativa de los valores y aspiraciones de nuestra clase. • Hocer un esfuerzo para que la acción del movimiento llegue, dentro de un espíritu misionero, a todos aquellos jóvenes trabajadores marginados de la sociedad actual. A partir de todas las reflexiones analizadas durante los 40 días que duró el Encuentro, surgieron muchas interrogantes. Pero los de más transcendencia fueron: — ¿Cuál es el tipo de militante obrero cristiano que exi^e hoy la realidad del Tercer Mundo y muy especialmente América Latina? — ¿Cuál es hoy el papel del sacerdote dentro del movimiento? — ¿Qué se entiende hoy por "evangelizar" en América Latina? lorge Bernal Ochoa