EL CIBERACOSO, UNA FORMA DE VIOLENCIA QUE MATA. El término cyberbullying designa una forma de violencia caracterizada por el acoso cibernético, electrónico y digital, llevado a cabo de manera repetida y constante a lo largo del tiempo, mediante el uso de formas de contacto electrónicas por parte de un grupo o de un individuo contra una víctima que no puede defenderse fácilmente. A pesar de ser una forma de matoneo relativamente nueva, existen estudios empíricos cuya naturaleza científica nos permite determinar a ciencia cierta las causas, consecuencias y la prevalencia de la misma. En los estudios abordados en diversos países de Europa y en proporción mínima en Latinoamérica, se ha demostrado que existe una relación fuerte y consistente entre cyberbullying estrés, ansiedad, síntomas depresivos, ideaciones suicidas, autolesiones e intentos de suicidio (Schneider, O’Donnell, Stueve y Coulter, 2012). En general, la mayoría de estudios ponen de manifiesto que el cyberbullying es una forma de violencia que no es específica de una cultura determinada debido a que esta forma de agresión no distingue etnia, espacio geográfico o escolaridad. Sin embargo, aunque existe un patrón de resultados consistentes, no deja de haber algunas discrepancias, como aquellos estudios que no encuentran relación entre género. Los estudios empíricos analizados no son unánimes en sus resultados, debido a que mientras que unos concluyen que no hay diferencia en el ciberacoso entre mujeres y varones adolescentes, otros exponen diferencias de género, indicando que las mujeres son más propensas a sufrir este tipo de agresión. De acuerdo con estudios realizados en diversos países, los jóvenes son los que más acosan virtualmente y tanto adolescentes varones como mujeres, sufren y usan el cyberbullying, en la misma proporción (Aricak y cols. 2008). Por otro lado, varios estudios llevados a cabo en Estados Unidos y el Reino Unido concluyeron que las adolescentes son más victimizadas, mientras que los adolescentes varones son los perpetradores en mayor medida (Dehue y cols., 2008; Smith y cols., 2008; Wang y cols., 2009). Los estudios hechos en Bélgica, concluyen que hay predominio de mujeres adolescentes victimizadas como varones perpetradores del ciberacoso (Vandebosch y cols. 2008). Otras investigaciones señalan que la prevalencia de acosados vía virtual es mayor entre mujeres que entre hombres mientras que otros estudios indican que las mujeres son víctimas en mayor escala que los hombres. En el contexto actual, cuando se habla de matoneo, es preciso hacer énfasis en los efectos del cyberbullying. Quienes son víctimas de este tipo de matoneo, reportan bajo desempeño a nivel académico, altos niveles de ansiedad y estrés, baja autoestima, cambios en intereses y depresión. Por otro lado, los resultados revelan que existen diferencias estadísticamente significativas de género debido a que las mujeres son más acosadas que los varones, en la mayoría de las agresiones a través del móvil y de Internet. A través del teléfono, la conducta de mayor victimización en las adolescentes corresponde a la agresión de violación de la intimidad representada en casos como me “han compartido mis secretos con otros” y en Internet a la agresión de hostigamiento “me han insultado o ridiculizado”. Por: Juan Jesús Durán, Profesor de Filosofía y Geopolítica