CAPITAL COMPETENCIAL El síndrome de burn out RAMONA OLTRA, consultora de TEA-CEGOS El psiquiatra Herbert Freudenberger fue el primero en identificar, en 1974, lo que hoy conocemos como “Síndrome Burn Out” o síndrome de “estar quemado”: un conjunto de síntomas que aparecen en una situación de estrés crónico que se sufre en el ámbito laboral. Cuando se da una desproporción entre los esfuerzos realizados y los resultados obtenidos, el trabajador siente un agotamiento y cansancio no sólo físico sino, sobre todo, emocional, que aparece de forma repetida y crónica. El individuo se siente constantemente superado por lo que se le exige. 1. SÍNTOMAS Los efectos del síndrome aparecen en diversos planos, provocando cansancio mental, emocional y físico, que conllevan desmotivación, “baja energía”, ansiedad, depresión, agresividad, etc. En este sentido, podemos realizar una división en cuatro grandes grupos de los efectos nocivos de este síndrome: • En el campo psicosomático, el burn out provoca una sensación de fatiga crónica, dolores de cabeza, musculares, en el cuello, etc. También es habitual que aparezca insomnio e hipertensión. • En lo referente a la conducta, surgen dificultades para concentrarse y estados de evidente irritabilidad; las relaciones con los compañeros de trabajo se vuelven hostiles y conflictivas, resulta complicado conseguir una sensación de relajamiento, etc. • Los efectos emocionales son tal vez los más numerosos y también los más Capital Humano 14 CUADRO 1 > DEFINICIÓN DE BURN OUT Burn out Síndrome de “estar quemado” Es el cansancio emocional producido por la “desproporción” entre: Esfuerzos realizados Resultados obtenidos FUENTE > Tea-Cegos, 2004. evidentes. El “quemado” se vuelve rígido e inflexible, sufre depresiones, se aburre con su trabajo y eso hace que aparezca en él cinismo, impaciencia, distanciamiento, etc. Se siente, en fin, hastiado. • Finalmente, la relación del trabajador con el entorno también varía drásticamente: pierde casi por completo la capacidad de trabajo, la comunicación con sus compañeros es deficiente y las interacciones, en general, se tornan hostiles. 2. CAUSAS Siguiendo la misma pauta, podemos dividir las causas principales de este síntoma en cuatro grandes grupos, que van desde el entorno más cercano del trabajador hasta la sociedad en general: • En el ambiente laboral es, sin duda, donde se gesta el síndrome de Burn Out: si en el puesto de trabajo reina la competitividad y el indi- vidualismo, si las envidias, la rumorología y los amiguismos son características habituales del entorno, el trabajador tiene muchos puntos para acabar “quemado”. • El trabajo concreto, las tareas diarias también pueden resultar un problema. Todos los estudios sobre el tema demuestran que los profesionales que más sufren el síndrome de burn out pertenecen al sector médico: vivir cerca de la muerte, tener miedo al error y a lo que éste puede suponer en el paciente y en sus familias, tratar a diario con personas en estados de gran tensión,... son tareas poco gratificantes. Además, a eso le debemos añadir el exceso de trabajo que se suele sufrir en este sector. • Las organizaciones también pueden suponer una causa de este estrés crónico que lleva al trabajador a “quemarse”. El autoritarismo y exceso de control de la cúpula directiva, que a veces demuestra actitu- Nº 178 • Junio • 2004 des de distanciamiento y poca transparencia, o la marcada jerarquización, todo “quema”. • Finalmente, la propia s o c i e d a d afecta a menudo a los trabajadores. Concretamente, si hablamos del profesional de la sanidad, el gran nivel de exigencia que se le impone y, sobre todo, la insensibilidad y el desconocimiento de cuáles son sus verdaderas funciones, son importantes causas del síndrome. 3. ¿POR QUÉ AFECTA MÁS A LOS PROFESIONALES SANITARIOS? Existen profesiones marcadas por una naturaleza de servicio a la sociedad, que predisponen claramente al estrés crónico y al síndrome de burn out. En ese “saco” podemos colocar a profesores, asistentes sociales, fuerzas de seguridad y bomberos, médicos y enfermeras. En el campo de la sanidad el estrés es particularmente intenso, debido a una serie de factores con los que el profesional debe convivir: • La gran responsabilidad de cada una de sus decisiones. • El miedo permanente a las consecuencias que los errores pueden tener sobre los pacientes y también sobre uno mismo: cada vez son más frecuentes las acusaciones y los procesos por negligencias. • El cansancio físico en algunas funciones: por ejemplo, la enfermería en servicios como las UCI, Urgencias, Neurología, Medicina Interna, etc. • Y, tal vez, el factor más importante sea la f a l t a d e m e d i o s para afrontar las exigencias sociales de asistencia sanitaria. Ante estas situaciones el trabajador suele reaccionar volviéndose frío y distante respecto a los enfermos, adoptando una actitud impersonal, incluso dura y cínica; el compromiso profesional decae, puesto que la sensación es la de estar en un pues to de trabajo inadecuado para uno mismo: cuando la apatía, el hastío llegan al límite, el trabajador está completamente “quemado”. 4. POSIBLES SOLUCIONES Llegados a ese punto de desmotivación absoluta, no resulta fácil “apagar el fuego”, pero algunos cambios en los hábitos diarios pueden ir solventando el problema, poco a poco: • Ya hemos visto cómo el síndrome burn out surge, básicamente, por causas intrínsecas del entorno la- boral. Se debe intentar separar entonces el trabajo de la vida persodesengancharse ”: si en el tranal, “d bajo las cosas no marchan, al menos, fuera de él, que todo resulte más agradable. • Por eso mismo, es bueno tener un hábito agradable cada día. Las posibilidades, evidentemente, son infinitas: desde leer hasta practicar deporte o regalarse una buena comida. • Importantísimo resulta saber “parar el carro”, así como aprender a NO ”: todo el mundo tiene decir “N un límite. • Finalmente puede resultar positivo escapar de algún modo del mundo cotidiano, viviendo experiencias que resulten satisfactorias, cambiando el ambiente, cuidando la salud física, etc.! Información elaborada por: Nº 178 • Junio • 2004 15 Capital Humano