El Pabellón de las Voces Distantes TOMO I PRIMEROS ESCRITOS LECTURA DE LA ANTOLOGIA DE DIAO-ChUANG zhU-REN 吊床主人 «Señor de las Hamacas» TRADUCCIóN y COMENTARIOS DESATINADOS DE José María Galán Sisabianovenia Buenos Aires MMVII El Pabellón de las Voces Distantes El Pabellón de las Voces Distantes TOMO I PRIMEROS ESCRITOS LECTURA DE LA ANTOLOGIA DE DIAO-CHUANG ZHU-REN 吊床主人 «Seño de las Hamacas» TRADUCCIÓN Y COMENTARIOS DESATINADOS DE José María Galán Sisabianovenia Buenos Aires MMVII El Pabellón de las Voces Distantes acá va el cuadradito con el ISBN y esas cosas legales Advertencia: este libro puede sufrir mayores alteraciones en la ediciones futuras. Esta copia es única. El Pabellón de las Voces Distantes A la intención de Ezra y su Cathay Quién es el auto de esta compilación, no tiene mucha importancia, ni su nombre se conoce. Se sabe que se la pasaba tirado en la hamaca que colgaba bajo unos sauces junto al río, de ahí su apodo: “El seño de las Hamacas” 澹乎若深渊之静 泛乎若不系之舟 «Plácido como el agua de un estanque profundo, a la deriva despreocupado como un bote que soltó su amarra» Indice Introducción del Traductor, 17 Primeros Escritos, 35 Los huesos oraculares, 40 Las voces distantes, 49 El Libro de las Canciones, 51 Buen Mozo, 52 Un sombrero, 53 Viento norte, 54 Levántate ya!, 55 Se sacude el bote de ciprés, 56 Por encima el sol brillante, 58 Al salir el sol, 59 El bravo guerrero, 60 Las preguntas de Qu Yuan, introducción, 61 Las preguntas de Qu Yan, 62 El Libro de las Montañas y los Mares, 65 Los libros de historia, 69 Registro de los Estados Combatientes, 71 Zuo Chuan, 73 Li Ling, los testiculos de Si Ma Chien y el Shi Chi, 76 Entendiendo la Historia, 83 Shi Chi, Los cinco emperadores, 86 Lu Buwei, riqueza y poder, 88 El origen de la familia Zhou, 107 La historia del emperador Yao, 109 13 Anales de Bambú, 110 Código penal en la dinastía Qin, 113 Algunos delitos y sus penas, 114 Tratamiento a los penados, 116 El Corazón de la Literatura, 118 Del Lie Tzi, 119 Poseer el camino, 119 El modo de robar, 121 El señor de los monos, 124 Del Han Fei, 125 El observador del tocón, 125 Ceremonias nocturnas, 128 El viento del Soberano y el de la gente pobre, 133 Los Han, 137 La síntesis de los Han, 140 El Buen Mozo, 146 El control del tesoro, 148 Reeto a la autoridad, 149 La muerte del duque Jin, 150 La piedra que hala, 153 La paz de los dragones, 154 El Búho, introducción, 155 El Búho, 156 Cosas de la misma eecie, 161 Autobiografía de Ge Hong, 164 El debate de la Sal y el Hierro, introducción, 176 El debate, 177 Algunos poemas Han, 187 La canción es la misma, 189 14 El Huérfano, 190 Vieja Canción, 193 Combatieron al Sur de la Muralla, 194 Rocío sobre los crisantemos, 195 Una vida de deedidas, 196 El pasto y la rivera del río, 197 Transitoria, la vida humana, 198 No hay camino de vuelta, 200 Cantar triste, 201 Di de beber a mi caballo junto a la muralla, 202 Soportando el frío, 204 Abrevando los caballos frente a la Muralla, 206 Quiyue, 207 El Cantar de Mu-Lan, 208 ¡Pobres nosotras!, 213 ¡Pobre de mi!, 213 Horizonte perdido, 215 Canciones de la medianoche, 216 Un faisán voló hacia el sudeste, 221 15 Introducción del Traductor China es un concepto construido y sostenido por un puelo viejo. No hay tanto una China física como una China ideal, construida y delineada a lo largo de ¿5000 años? Nadie se anima a poner una cifra. Y la que suelen poner los mismos chinos, no es creíle. No porque los guíe un ánimo de engañar, sino porque esa insondale antigüedad forma parte de la idea que ellos construyeron, y en esa idea, China casi no tiene comienzos. Se desdibuja en un pasado tenue, primitivo, virgen, inocente y anterior a cualquier otra idea. Y a esta China ilimitada, eterna y en perpetua marcha es que nos referimos aquí. No a la geopolítica, con límites más o menos fijos, capital en Beijín, 1300 millones de habitantes declarados y conformada por varias minorías aglutinadas más o menos a los Han, esos que podríamos llamar los primeros chinos. Esta China ‘real’ o concreta es un subproducto de la China conceptual, de la que uno imagina cuando dice ‘China’ Luego tenemos el otro concepto poco claro: el chino. ¿El idioma que se hala en China? No. En China se halan diferentes idiomas. Hay lenguajes regionales mutuamente incomprensiles, pero la mayoría se comunica en lo que llamaron Putonhua o idioma común. También llamado Mandarín, y que lo hala el 70% de 17 la polación. A estos lenguajes regionales, para complicar más la cosa y porque tratándose de China nada es simple, podemos sumarle los dialectos halados en distintas ciudades o los idiomas no chinos halados por minorías como los tibetanos, uhigures y mogoles... Además, los textos que veremos en este libro fueron escritos en un tipo de idioma que podríamos llamar literario o clásico, un idioma diferente al halado cotidianamente, regido por leyes surgidas de la estética y gusto de quienes lo fueron trabajando. Pero antes de entrar en el terreno del chino literario, veamos un poco de lo más destacado de este idioma: sus caraeres. Originalmente fueron pictogramas, dibujos que representaban objetos. Pero luego, estos dibujos se fueron estilizando y cargando de otros sentidos, modificándose en nuevos que terminaban con otra significación separándose por completo de su origen pictórico. Las escrituras más antiguas encontradas son las que están hechas sobre huesos y caparazones de tortugas, y eran utilizadas con fines adivinatorios y provienen de la dinastía Shang de 2000 años antes de nuestra era. Estos son los signos precursores de la escritura, los más antiguos hallados hasta ahora, representan a animales: 18 Hay principios por los que podemos clasificar los tipos de caraeres según cómo se crearon o fueron evolucionando. El primero de ellos es el pictográfico, vemos la evolución del caraer para ‘ojo’: Luego el indicativo: 一 二 三 下 上 uno dos tres debajo arriba El tercero sería el indicativo compuesto, como en ‘amanecer’, compuesto por los caraeres ‘sol’ y salir’ unidos. 日出 El cuarto es el préstamo fonético: el caráer es utilizado porque su pronunciación es similar a la del objeto que se quiere representar y que carece de una, entonces se toma la del homófono. Es el caso del ideograma Lai, ‘llegar’ que es el que en la dinastía Shang se utilizaba para el mijo: 来 19 El quinto principio es el semántico-fonético, que es una extensión del anterior, según el cual, diferentes palabras homófonas y representadas por el mismo caráer, son diferenciadas por el agregado de un segundo elemento de tipo semántico. Como en el caso de la palabra ‘mercado ‘fang, que se formó uniendo el caráer ‘cuadrado’ más el caráer de’tierra’. 方 unido a 土 resulta: 坊 Como resumen, podríamos decir que los caraeres comenzaron siendo pictóricos pero luego a medida que se fue complejizando su uso fueron perdiendo esa cualidad primitiva, al punto que hoy en día, el menor porcentaje de los caraeres guarda una relación pictórica con lo que designa. Y ahora podemos entrar en el tema de la poesía. En China, como cabría esmerar, tiene una antiquísima tradición. Por ejemplo podemos mencionar que una compilación de poemas escritos antes del año 600 abarca tres volúmenes de unos 10 cm de eápesor cada uno. Durante la dinastía T ang se escribió muchísimo, se han conservado hasta nuestros días unos 50.000 poemas y se tienen datos de unos 2.000 poetas. Luego, bajo la dinastía Song, ya con la imprenta estos números se ven multiplicados. Se tienen registros de unos 4000 poetas, muchos de los cuales han escrito más de 10.000 poemas. Y durante la última dinastía los números se 20 vuelven inabarcales... miles y miles de poetas escribiendo miles y miles de poemas cada uno. En cuanto a las formas, las han clasificado en tres más representativas: Fu, o rapsodia, Tzu, poesía lírica, Shi, poesía común. El genero Fu corresponde a una eápecie de poema en prosa, una mezcla de prosa y poesía. Fueron escritos, principalmente para exhibir conocimientos, para impresionar a la gente. Toda poesía está compuesta por palabras, pero este género está centrado en el disfrute de ellas, en el placer de utilizarlas. La segunda de las categorías: Tzu, o poema canción que, al menos durante la primera época, se ha llamado boudoir: Nos dice T. Wixted de este estilo de poemas: “hermosas mujeres con el corazón roto, en elegantes habitaciones, yaciendo sobre frías y solitarias camas mientras sus amantes han partido o pronto partirán. Junto a una simple lámpara o un biombo, como exóticos pájaros en jaulas lujosas, son presentadas en el contexto del pasaje del tiempo. La primavera está plena o por terminar, las velas ya están gastadas, el reloj de agua continúa goteando, los gorriones o las oropéndolas están anunciando el amanecer o marcan el paso de la noche; rodeadas por símbolos de riquezas, están empobrecidas de amor. El mundo de la naturaleza, la primavera que recién ha pasado su cénit, juguetonas abejas entre las flores y el pasto esplendoroso, forman un entorno penosamente vivo al ser contrastado con 21 sus tristezas sombrías.” Con este contexto en mente es que tenemos que acercarnos a estos poemas. Ahora pasemos a la tercera de las categorías, el poema en forma que podríamos llamar ‘standard’, la más conocida de las formas poéticas chinas. De este estilo de poesía, la más comúnmente traducida en occidente, tenemos que comentar una dificultad que a veces los vuelve intraducibies: la alusión. Básicamente diremos que la mayor parte de la buena poesía china es muy difícil de leer porque en su mayoría, es alegórica. Y para completar la idea, debemos tener en cuenta que la poesía china emerge de un medio con bases estéticas radicalmente distintas a las occidentales. Su sintaxis es inseparale del terreno perceptivo. Y si imponemos lo medios lingüísticos Indoeuropeos para traducirla se la desvirtúa porque se alteran los procedimientos perceptuales-expresivos propios de la poética china. Subyaciendo a toda la estética clásica china está la idea fundamental de No-interferencia con el flujo de la naturaleza. Reflejada en el lenguaje poético, esta idea genera una cierta libertad que, en casi todos los idiomas Indoeuropeos, es casi imposile de reproducir. La sintaxis en el chino, aunque existente y muy precisa, cuando se lo requiere puede ser muy flexile y de esa posibilidad se valieron siempre sus poetas. Aunque 22 en chino existen artículos y pronombres personales, en general se descartan a la hora de escribir poesía. Así se logra la apertura de un espacio para que los lectores reincorporen múltiples percepciones en vez de quedar oligados a una visión definitiva o guiados en una sola dirección. Esta traducción está realizada desde textos en inglés de modo que es una traducción de una traducción, con innumerales interpretación predeciédolas. A los inconvenientes de las traducciones entre idiomas ‘parientes’ estamos mal que mal acostumbrados, pero en este caso se suma al tandem el prolema que significa traducir del chino. Las dificultades para traducir del chino son innumerales, comenzando con el significado. Por precisas que sean las imágenes, por clara que se tenga le emoción subyacente a que se hace referencia, qué fue lo que se intentó expresar puede ser muy difícil de dilucidar, al punto que, a veces, si de antemano no se sabe qué dice un texto es imposile de deducirlo. El lenguaje mismo está construido con ambigüedades. En general en los poemas no hay tiempo verbal, no hay género, no hay persona y para completar, los verbos son habitualmente omitidos. Algunos adverbios funcionan como verbos, los pronombres son raramente usados, y práicamente jamás en poesía. No hay un solo punto de vista a que atenerse, no hay unidades de tiempo ni de espacio. 23 La puntuación es un fenómeno moderno, ni soñar su existencia en los textos viejos, en donde ni siquiera se reetan los versos sino que se escribe de corrido. El final de algunas líneas, el paralelismo verbal, y algún que otro elemento estructural ayudan a descifrar el significado. Y dentro de los estilos, el Tzu tiene menos eecificaciones aún lo que ayuda a que sean más oscuros a nuestros ojos todavía. Una línea de tres caraeres, por ejemplo: 這 春 来 ´este´ ´primavera´ ´venir´ puede tener docenas de interpretaciones: ha llegado la primavera - la primavera está llegando - llega la primavera desde que llegó la primavera - cuando llegue la primaveracuando llegó la primavera - cuando llega la primavera si llegara la primavera - si hubiera llegado la primavera cuando esté po llega la primavera Y hasta puede que la primavera ni siquiera sea el tema en cuestión. No hay modo de saber si el poeta está halando de un cambio en el clima, o si se refiere a la posile visita de alguien. La línea puede tener tácito el pronombre, cualquier pronombre: 24 El llegó en primavera Si yo llegara en primavera Cuando ellos lleguen en primavera Cuando usted llegó en primavera Cuando ella llegó en primavera El tiempo verbal y el pronombre pueden variar en cada ejemplo. Quizá la línea que precede, o la que sigue aportan la pista para acertar el sentido o abren nuevas posibilidades. A veces el contexto ayuda. Otras, complica aún más en vez de solucionar las ambigüedades. Y dado que tomar prestadas líneas enteras de otros poemas no es visto como plagiarismo sino como signo de erudición y de elegancia, y no se utilizan comillas, toda la línea puede estar tomada de otro poema… Lo que puede abrir un nuevo eectro de posibilidades, siempre y cuando sea reconocida la sita y se sepa de quién proviene… Hasta la persona puede cambiar dentro del poema y a veces ora hala él, ora ella, sin que se lo aclare, por supuesto. La línea entre la sobreinterpretación y el mero balbuceo es muy delgada. Las ambigüedades que fueron intencionales muchas veces son difíciles de dejar tal cual, y otras, es imposile de aclarar las que no son intencionales. El chino es un idioma netamente tonal, cosa que no lo es el castellano y tampoco funcionan de igual modo en 25 ambos idiomas el tema de la rima, mucho menos sonora en chino, que es un idioma muy homófono, que en castellano que raramente lo es y en donde la rima suena muy intencional, marcada y hasta arcaica. La mayoría de las figuras a que se refieren los poemas, son históricas y harto conocidas por los lectores cultos chinos. Se entremezcla mucho la vida de las personas con lo que hicieron en ella. Se puede apelar a el sentido haciendo referencia a la vida de una persona y cuestiones biográficas se remiten al trabajo que realizó. Se ha llegado a decir que sólo puede leer un texto clásico quien ya sabe qué dice tal texto con anterioridad, y que es imposile encarar el estudio sin la guía de un maestro que enseñe qué leer en lo escrito. Y todos los esquemas varían de un estilo a otro, de una época a otra. La estética durante la d. Sung despreciaba lo superficial. Lo que se valoraba era algo más bien inefale, la esencia, y los intentos eran de transmitirla por todos los medios. El chi era lo esencial, lo que diferenciaba el arte de la artesanía. La realidad interior: Sin chi el poema es un mero conglomerado de palabras. Las alusiones fueron muy comunes dentro de la poesía. Y si sumamos la homogeneidad de la cultura china, que durante cientos de años se estudiaron y memorizaron el mismo grupo de poemas y se llevaron vidas muy 26 similares, con ideales similares, concluimos que en este contexto tan homogéneo, unas pocas palabras pueden representar mucho, desde actuar por similitud o por contraste y todo ello puede dar una nueva dimensión al poema. Cualquiera que no haya participado de esta cultura puede quedar ajeno a cantidad de estas alusiones que son quizá el alma de la obra. Durante la dinastía Sung la naturaleza estaba presente en la vida cotidiana. Los tiempos del día, los tiempos del año, plantas, animales, el sol, la luna, las estrellas, todo ello era importante. La mayoría de la simbología utilizada provenía de la naturaleza. Por ejemplo, flores y pimpollos, con su belleza efímera sugieren la feminidad y el paso del tiempo. Las flores del ciruelo, las primeras en aparecer, solas y en un paisaje todavía nevado, también implican soledad y reclusión. Un sauce solitario suele ser un símbolo frecuente de mujer, pero sus ramas sacudidas por el viento suelen representar una deedida. Tradicionalmente se plantaba a los sauces en las riveras de los ríos y alrededor de los muelles en dónde se deedía a quienes partían. Otro árbol del que se valían para expresar sentimientos es el banano, sobre cuyas hojas la lluvia hace un ruido caraerístico, y es utilizado para representar la pena. El wu t´ung, el último en perder las hojas representa al otoño, el paso del tiempo, el fin de la profusión, de la fragancia y a veces, de la juventud. La pareja de patos mandarines, imagen que las jóvenes 27 habitualmente bordan en seda, representan la felicidad conyugal. Las golondrinas, por su costumbre de mantener una pareja simbolizan fidelidad, y por su hábito migratorio, su ir y venir, lo mismo que el de los gansos silvestres, simbolizan el cambio de las estaciones, la llegada del otoño, el fin del verano, el paso del tiempo. Su libertad para volver contrasta con el lamento de quien no puede regresar a su tierra, con quien extraña y no puede regresar. Los gansos silvestres también son tomados como mensajeros recordando a Su Wu, del s. 1 a. de C. quien, prisionero por 19 años, envió un mensaje a su casa atado en la pata de un ganso silvestre. Un verso famoso, por ejemplo, hace referencia a este acontecimiento: “los gansos ya pasaron, me han quedado diez mil mensajes sin envia”. El cucú, el ruiseñor, el chotacabras, cantan en el final de la primavera y su canto es onomatopéyico para: “tu no puedes volver al hogar”. El canto del grillo y de la cigarra también son onomatopéyicos: para ´frío´ y para ´malo´. El p’eng es un pájaro que vuela a gran altura y migra al sur, es representativo de la longevidad, una historia que se remonta a Chuang Tzu. En cuanto a la luna, primero hemos de tener presente que el calendario chino es lunar. Las festividades consecuentemente se asocian a las fases de la luna. La luna 28 llena une a quienes, separados la miran. Estas separaciones son particularmente sentidas durante el festival de la luna llena en otoño, cuando es costumbre contemplarla y se recuerda a los ausentes, no necesariamente amantes. Otro festival relacionado con las fases de la luna es el de la primer luna del año, en donde la atmósfera es carnavalesca, plena de romances y juerga. Una de las pocas ocasiones en que las mujeres confinadas a sus habitaciones, las dejaban salir y se unían a toda la polación en las calles, en donde deambulaban durante tres días y tres noches en plena fiesta. Las calles estaban iluminadas por miles de linternas que llevaban los paseantes, con formas de peces, dragones y flores. En la cara de la luna los chinos ven un conejo, un sapo y un árbol de laurel. Y la diosa de la luna, Ch´ang O, voló a ella gracias a un elixir de la inmortalidad que le robó a su marido, y se quedó a vivir allí con una corte de seres etéreos. Entre las estrellas, las más mencionadas son Altair y Vega, El Cochero y La Joven Tejedora, una vez amantes ahora separados por la Vía Láea, que se encuentran una vez al año, el séptimo día del séptimo mes, día en que las jóvenes visten sus mejores ropas. El Festival de la Comida Fría, en que se conmemora un hecho desgraciado cuando un monarca mandó quemar injustamente a uno de sus servidores más sabios, y ese 29 día se apagaban todos los fuegos durante tres días en que se vuelven a encender. También se conmemora todos los muertos y se celebra la llegada de la primavera con la renovación de todos los fuegos. También se lo celebra con paseos al campo a disfrutar de la naturaleza. Los chinos tienen una eecial afección por las metonimias y las sinécdoques. Pequeños elementos pueden estar haciendo referencia a una historia por todos conocida. Como por ejemplo las referencias que puedan hacerse a la bella Wang Chao-chung, también conocida como Min-fei, cortesana bajo Han Yüan-ti 45 AD. Al parecer en esa época era común que el emperador eligiera sus concubinas luego de mirar los retratos que habían hecho de ellas. Era costumbre sobornar a los pintores para que disminuyan defectos o realcen bellezas y al parecer Chao-chung era demasiado pobre o demasiado orgullosa para hacerlo, de modo que nunca fue notada por el emperador quien un día la dio como trofeo a un jefazo de frontera para celebrar un tratado. Cuando se presentó frente al emperador para deedirse, éste se dio cuenta de la metida de pata pero ya era tarde. Así fue representada en innumerales pinturas haciendo el largo viaje a la frontera de china para vivir entre bárbaros. A partir del s. III una pintura muy común de ella es a caballo tocando el pi pa. También hay una leyenda que cuenta que su tumba en el desierto siempre tiene pasto verde encima. Representa la 30 quintaesencia de la vida en el exilio. Y debemos tener en cuenta que para cualquier poeta chino, todos los poetas son sus contemporáneos. Puede contestar a un poema escrito hace cientos de años tal como si le hubiera llegado hoy enviado por un amigo vecino. Y da por sentado que su respuesta es comprendida en ese tono, ya que para todos esto es así. En cuanto a mi trabajo, lo que pulico en estas páginas, no es algo terminado. Todo lo contrario, es un borrador que debería ser corregido tantas veces como veces encuentre el modo de mejorar lo escrito. No se aferren a las palabras, busquen lo que ellas están indicando, lo que señalan. Como el dedo que apunta a la luna no es la luna, estas palabras apuntan a una experiencia y tratan de guiar lo mejor posile. Pido disculpas por las carencias de mi traducción y por el júbilo que hace que la comparta sin la paciencia suficiente como para mejorarla. Yi, incertidumbre, duda 31 Primeros Escritos Primeros Escritos Los textos más antiguos que se han encontrado hasta el momento son de caraer oracular, preguntan Debe el rey hace una ciudad No debe el rey hace una ciudad Ataquemos a los Hunos No ataquemos a los Hunos Eran apenas notas muy acotadas y necesariamente sintéticas porque debían tallarlas en caparazones de tortuga, o en huesos, pero a veces se las ingeniaban para explayarse un poco más allá: El terce día el rey salío a caza rinocerontes. Un oficial manejaba su carroza. Los caballos golpearon una piedra La carroza se tumbó También el príncipe Yang cayó Pero en general, con esos tracitos como huellas de pájaros en la arena buscaban atajarse de lo que les deparase el mañana, o daban respuesta a grandes cuestiones como fundar o no una ciudad y a veces, simplemente pronosticaba cómo les iría en la cacería planeada para 35 el día siguiente, como en estos trazos que siguen: o estos otros con los que preguntan al oráculo si seguirá lloviendo… Después se esmeraron más y empezaron a escribir sobre bronce y los signos se estilizaron un poco, esta inscripción en una vasija en la que agradecen la seguramente buena intersección de los parientes muertos para conseguir algún favor: 36 ¿Y qué dice?: “Acompañado po mis ancestros ofrezco carne cruda, un poco de ino y granos” Y debemos tener presente que en China, los caraeres no eran meramente figuritas muertas sino elementos dotados del poder de generar la realidad que representaban o alterarla al menos. De ahí el gusto por los amuletos, como este utilizado para combatir los malos sueños: El reeto reverencial por la cultura siempre acompañó a los chinos y así como nosotros fuimos enseñados que el pan es sagrado y no debe tirarse, a los niños en China se les enseñaba que nada escrito era considerado indigno, cualquier texto representa a su cultura, así sea la lista de las compras. Desde sus comienzos los caraeres chinos no fueron un simple soporte para el hala, se desarrollaron en un constante esfuerzo por mantener una autonomía y 37 libertad de combinación. Siempre estuvieron ligados a la poesía. Ellos son poesía. A ver si con un ejemplo lo muestro más claramente. Leo un poema y buscando entender bien su sentido buceo un poco en sus caraeres. Estas búsquedas suelen traer un premio adjunto, resultan en un paseo que no se sabe a dónde nos lleva. En este caso, el carácter que me intrigó era: 默, MO, silencio, y al buscar en los diccionarios, descubro que está compuesto por HEI, 黑 , negro, oscuro, siniestro y QUAN, 犬, perro. Entonces tendríamos algo así como ‘perro caminando en la oscuridad’. ¿Un perro siniestro?, pienso. Ahora bien, 黑 HEI, es a su vez la suma de dos caraeres: CONG, 囪, ventana, en el que vemos claramente una ventana con celosías, más YAN, 炎 llama, que a su vez se escribe sumando dos veces el caráer HUO, 火, fuego y que es un pictograma que representa a unas llamas que surgen… De modo que HEI nos estaría diciendo que la ventana está tiznada por el fuego, ergo, tiznada, de color negro. ¿Y QUAN, perro, 犬?, Creo que también tiene su historia… En este caraer tenemos a 人, REN, persona, hombre, que se le agrega un trazo y tenemos a DA 大, grande, y luego se le suma otro trazo: un punto junto a él… Miren, ¿no es un perro quien anda siempre junto a un hombre grande que sale a cazar?, ahí lo tenemos: 38 犬. Pero también perro puede escribirse así: 狗, GOU 犭 y en este caráer tenemos: que no es otra cosa que un perrito echado descansando en el piso, y 句, GOU, boca, que se lo juntó a ‘perrito echado’ nada más que por su sonido: ‘Gou’, para mostrarnos cómo se pronuncia. Mo El silencio es una ventana con las celosías entornadas, un perro furtivo en la noche, lo que queda después de un incendio en la aldea, un perrito echado a mis pies, el modo en cómo se fue mi tade conmigo pedido dentro del diccionario. Ojos cansados, contento, y el agradecimiento po todos aquellos sonidos que ya no llegan junto a mi puerta. Carae Primitivo ‘Perro’ 39 Los Huesos Oraculares Como tales se descubrieron en 1899 y de una manera que podríamos describir como particularmente china. Un erudito mandó comprar a una botica huesos para moler y hacer con ellos un mejunje para curarse de alguna enfermedad. A esa terapia se la llamaba ‘la cura de los huesos de dragón’. Y era muy estimada por aquella época. Cuando el sirviente le acercó los huesos para moler, el erudito vio que en una escápula, probalemente de cordero, había unas marcas que no parecían naturales. Limpió el hueso y se dio cuenta de que, en realidad, eran marcas talladas, que era un texto. Al conocerse esto, se pusieron a buscar más huesos y lo que terminaron descubrieron al fin fue la hasta ese entonces perdida ciudad de Hanyang, la que fuera capital de los Shang. escápula de codero con inscripciones 40 Que un erudito del s. XX la haya reconocido como escritura implica que hacia la d. Shang (1200 antes de nuestra era) la escritura ya había adoptado un desarrollo bastante evolucionado, al punto que no es demasiado complicado saber qué decía. Esto nos hace pensar en que hubo un desarrollo previo, pero del que aún no sabemos nada. Luego de un tiempo de escribir sobre la superficie plana de algunos huesos, comenzaron a realizar tallas sobre objetos de bronce. Estos ya son típicos de la dinastía Zhou (1150-771) aunque también se han encontrado algunos de la dinastía anterior, la ya mencionada Shang. Claro que como estas inscripiciones quedaron en vasijas destinadas a ceremonias eecíficas, el contenido de sus textos quedó así determinado y nos halan de rituales, conmemoraciones. En cuanto al lenguaje y a su gramática, es muy similar al de los huesos oraculares. El comienzo de lo que podríamos llamar escritura moderna se daría en unos 500 años antes de nuestra era, en las inscripciones hechas en talillas de bambú. Se cortaban tiras del bambú sobre la que se escribía y luego se anudaban una junto a otra para formar el texto. Este nuevo medio permitía otro tipo de registros: administrativos, históricos, textos filosóficos y poemas. Además de las talillas de bambú, también se utilizaban talitas de otras maderas, y telas de seda. 41 Y para esta altura, el idioma utilizado ya era el que luego se concería como Chino Clásico, y que se mantuvo más o menos sin cambios hasta estos días. Y esto fue resultado de la estandarización que ordenó el primer emperador Shihuan Di en el s. II antes de nuestra era cuando ordenó por primera vez que se utilizase un sólo idioma para todo el territorio. El estilo caligráfico de este período, llamado clerical, todavía es legile en la actualidad. De estos primeros registros escritos veamos uno de alrededor del año 1200 antes de Cristo. Nos cuenta de un un rey que preguntó a su adivino acerca del nacimiento próximo de su hijo. Todo señalaba a la buena suerte: 42 Ch´üe adivinó: La dama Hao dará a luz y será bueno. El rey mismo leyó en los huesos y pronosticó: si nace en tal día, será buena suerte. Si nace en tal otro, será mejo, una suerte prolongada. Luego de 31 días, ella dio a luz. No fue buena suerte. Era una niña. Esa gente que preguntaba al cielo observando rajaduras en los huesos y caparazones de tortuga puestos al fuego. En las figuras resultantes, leían. Miles de estos huesos se han encontrado y nos podemos dar una idea de las preocupaciones que los movían. Fueron los que empezaron a contar China. Yo me quedo pensando, ¿qué habrá sido de aquella niña no deseada? Todavía está aquí a pesar de la ´mala suerte´. Lo mismo, para vergüenza de Ch´ue, su yerro. ¿Cuántas inscripciones se habrán perdido molidas en las boticas? Cuanto más antiguo, más venerale. Al punto que los historiadores chinos comenzaron a fabular y fabular sus origenes remontándolo cada vez más atrás y atrás hasta que perdieron toda referencia, de modo que inventaron dinastías completas, herederos, fechas de subida al trono y de caída del mismo, y terminaron ellos mismos creyéndolo. Hoy no sabemos cuándo comenzaron a ciencia cierta. Y en estas épocas no se llamaban 43 chinos sino Shang y como detalle, podemos contar que cada uno de los soberanos y los miembros de la clase dominante, llevaba adosado el nombre de uno de los días al suyo propio, como llamarse José Miércoles. Y leo de un tal T´ang que fundó una dinastía al derrocar a un soberano malvado y corrupto, pero ahí ya empieza la imaginación china a trabajar: tan afectos al órden son que del único modo en que se podían explicar las revueltas y tomas del poder era si el jerarca era un dechado de vicios y productor de desgracias para el puelo y de modo tal que perdía el favor del cielo, con lo que ‘debía’ se derrocado…, de ahí que cada dinastía se origine en uno de estos ´saneamientos´. Pero bueno, al parecer, este T´ang, fundador de la dinastía Shang, sí existió. Y se lo conoce como Ch´eng T´ang, o T´ang el Perfecto. Eran guerreros, conquistaban vecinos para procurarse esclavos para trabajar sus tierras y tenerlos de asistentes en sus hogares. Ya nacía la clase de burócratas encargados del gobierno y ceremonial. Me detengo un momento y trato de ponerme en la piel de aquellos Shang… Sus incertidumbres no serían muy diferentes de las mías. Sus apetitos, sus temores básicos. También deertarían algunas mañanas sin ganas de salir de la cama, también se juntarían alrededor de un fuego a escuchar historias, reirían, bromearían, beberían y sentirían el juego del vino en la sangre, cantarían, persiguirían mujeres y correrían carreras siendo niños. 44 Extrañarían a sus madres, a sus hermanos, tropezarían, correrían al baño y pedirían a su mujer ese buen plato que tan rico sale… Sentados a la sombra a atardecer en el verano soñarían y mirarían azorados el cielo una vez llegada la noche. Con frío se taparían de madrugada, se levantarían a hacer pis medio dormidos por la noche y se maravillarían ante la luz de la luna en el patio, sentirían celos, enojo, temerían a lo que la edad trae consigo. Por eso podemos leerlos y disfrutar de sus penas y alegrías. Son las mismas. La escritura era un proceso sagrado. Escribir era coparticipar de la gestación del universo. No escribían a la ligera, jamás. Los preparativos previos eran varios. Todo un ritual precedía el dibujo de los carateres mágicos: Limpieza, rigor, concentración, síntesis, armonía y a veces se requería de ayuno y abstinencia. Hasta no hace mucho, yo lo ví, se enseñaba a los niños a no tirar ni un papel que contuviera un caráer escrito. Con cuanta liviandad vivo, pienso yo. Se levantaba antes del amanece para sentarse junto a una dama de día y la acompañaba hasta que se marchitaba llegada la noche, conciente de cada uno de los procesos de la flo. Vivía impecalemente. No podría contarlo siquiera. Entiendo perfectamente que ya no he de temer el 45 sarampión en mi hijo, pero tampoco sabré como era aquella vida tan ajustada a la naturaleza. Quienes registraban eran letrados. Una minoría muy cultivada. Todo lo que podemos leer sobre aquellos días, está contado por ellos. Fueron el filtro, los que decidieron qué contarnos. Y había motivos para hacer una selección: Cualquiera que intentase describir las miserias con las que se topaban debían camuflarlas, las contaba como sucedidas, lejos de allí, en otro sitio y a veces hasta las ubicaban distantes en el tiempo porque temían la reacción de los poderosos... en aquellas épocas no se contenían a la hora de elegir castigo. A una mujer que se atrevió a usurpar el poder y ejercerlo cruelmente en contra de su hijo y natural heredero, cuando fue derrocada la colgaron de las tetas. Era común que cortaran por la mitad, empalasen, o degollasen a los reos luego de torturas insoportales. No estoy muy seguro de con qué ojos verían lo que veían. El tiempo que ha pasado es mucho, las culturas harto diferentes. De todos modos, lo que registraron me sirve para acercarme a aquellos días en que miles de desgraciados, apilaban piedra sobre piedra para construir lo que después los identificaría y separaría del resto del mundo, la primer muralla. Y lo peor de todo es que sabemos que, quienes ordenaban construirla sabían de lo inútil de su esfuerzo, que esa no era la medida adecuada para detener las hordas de salva- 46 jes... pero la idea les parecía justa quizá pro otra causa: Construían un imperio y ese era el límite entre la cultura y la barbarie que los rodeaba. Y así lo siguieron considerando. Hasta el día de hoy, ‘extranjero’ y ‘bárbaro’ se confunden. Antes de seguir adelante he de mencionar que dejo fuera de mis notas ex-profeso algunos temas: El I-Ching, Confucio, Lao Tze y el Budismo Chino. No por falta de interés, simplemente sigo el consejo del Tao Te Ching o el de Wittgenstein: de lo que no se puede halar… mejor callar. Además, ¡se ha dicho tanto disparate ya! No está en mi ánimo desasnar a nadie. Dejemos el ocultismo a los ocultistas. Por sus obras los reconoceréis. Sigamos con los atardeceres bajo las ramas de los sauces, miremos lo que el agua lleva, ¡tan poco el tiempo que tenemos! Gotas de rocío a la salida del sol, ¿cuánto dura una flor en su rama, la belleza de aquella jovencita airosa? Estemos atentos, eso es todo. 47 Las Voces Distantes El Libro de las Canciones Anónimo Nos cuenta Stephen Owen, en la Introducción de la traducción de Arthur Waley del Shi Chi (詩經),o Libro de Canciones, que sorprende en el mundo en que vivimos, en donde la complejidad de las causas hacen que todos los eventos no sean del todo claros, la lectura de un libro de la simplicidad mágica del Shih Chin (se pronuncia de manera similar, pero no se lo ha de confundir con el libro de historia de Si Ma Chien). Al leer estos poemas, recuperamos el contacto con la magia perdida de las palabras. La alegría que nos poseía de niños con los primeros cantos, la casi concretud de las palabras. En donde los deseos básicos son expresados sin vergüenzas ni culpas. En donde la alegría y pena de la vida es cantada directamente, desde el corazón. 51 Buen mozo Un caballero muy buen mozo me eera al costado del camino ¡tanto deseo poder estar con él! Vestida con mis mejores ropas, tan bonitas, tíos, jóvenes y viejos, ¡dejen que me vaya con él a su casa! 52 Un sombrero La mera visión de un sombrero me perturba con tanto deseo que ¡duele de sólo pensarlo! Que la simple visión de un sombrero me lastime así es demasiado: ¡llévame contigo! Qué la mera visión de unos pantalones pueda sacudir así mi corazón, ¡Basta! ¡Que los dos nos volvamos uno! 53 Viento Norte Sopla frío el viento norte, gruesa cae la nieve. Se buena conmigo, ¡ámame! Toma mi mano y ven conmigo. Todavía dudas y te demoras No hay tiempo que perder. Nada más rojo que un zorro, nada más negro que un cuervo. Se buena conmigo, ¡ámame! Toma mi mano y ven conmigo. Todavía dudas y te demoras No hay tiempo que perder. 54 Levántate ya! Reflejaban una vida en armonía con los deseos y la conformidad con ellos, una vida feliz y distendida entre hombres y mujeres. El marido puede remolonear un rato más en la cama y la mujer le canta para hacer que se levante con la promesa de más alegrías: La mujer dice: El gallo cantó, el hombre dice: Aún no amaneció Levántate igual, mira al cielo el lucero está brillando. Debes ir al bosque y cazar un pato. Cuando lo tengas, lo traes a casa yo voy a estar vestida para vos y cuando estés de vuelta, beberemos vino y seré tuya hasta que nos volvamos viejos. 55 Se sacude el bote de ciprés A veces no es tan alegre el sentimiento que impulsa a cantar, a veces es para expresar la pena, como en el caso de esta joven a quien su familia oliga a casarse con quien ella no quiere: Es sacudido el bote de ciprés, sacudido por las olas, flota. Mi corazón alterado, no puedo dormir, pero mi pena es un secreto. Tengo vino, tengo todo lo necesario para jugar. Mi corazón no es un eejo que refleje la voluntad de los demás. Hermanos también tengo, no puedo se echada fuera. Pero ¡ay!, cuando conté mis penas todos se volvieron contra mí. Mi corazón no es una piedrita que pueda ser rodada. Mi corazón no es una manta que pueda ser dolada. Me he conducido con corrección en más ritos que los que pueden contarse. 56 Mi corazón apenado se consume, y soy acosada por una sarta de hombres menores. He pasado por vejaciones de todo tipo, y no pocos insultos me llegaron. En la quietud de la noche los repaso, a la hora de levantarme no da más mi corazón. Ah, sol, ah, luna, ¿cómo es que se han vuelto tan tenues? La pena se pega a mí como un vestido sucio. En la quietud de la noche medito en ello y quiero alas y volar lejos de aquí. 57 Por encima el sol brillante Oh, por encima el sol brillante envía sus rayos a la tierra de aquí abajo. Nuestra marcha el oeste nos ha traído a este desierto. Desde los primeros días del segundo mes, hemos pasado hambre y frío, la tristeza de mi corazón su veneno es demasiado amargo. Pensar en quienes me criaron hace caer mis lágrimas como si lloviera. Claro que me quiero volver a casa, pero temo el brazo de la ley. Tiempo atrás, cuando partimos, los días estaban mejorando, ¿cuándo podré volver? El año está llegando a su fin, tanto que hacer y estoy solo, ay, ¡qué pena la de mi corazón! Es cierto, no puedo irme y pienso en aquellos que me criaron apenado miro a lo lejos... claro que quiero volver a casa pero temo a las consecuencias. 58 Al salir el sol Al salir el sol nos levantamos al ponerse nos vamos a descansar. Cavamos un pozo para tener agua que beber trabajamos los campos para comer, el emperador y su poderío, ¿qué son para nosotros? 59 El bravo guerrero El bravo guerrero yace su pecho atravesado de parte a parte, el caballo como ignorando todo pasta a su lado. Pienso en ustedes, buenos muchachos, salieron esta mañana rumbo al frente cayó la noche y no volvieron… Siempre fue y es la misma gente, en todo el mundo: chacareros, obreros y soldadesca sostienen la pirámide que los pisa y quienes buscan un cambio no es por amor a la justicia sino porque quieren su parte de la torta. 60 Las preguntas de Qu Yuan Introducción En un tiempo, al comienzo, el cielo lo era todo. Hoy, leo en el diario, apenas representa dos capas de barniz sobre una pelota de fútbol… (Y de una fragilidad y fugacidad apabullantes.) El cielo a punto de deteriorarse irreparalemente, con todo lo que nos ha significado… Ahí tenemos a Qu Yuan, el primero de los poetas conocido por su nombre. Formaba parte de la casa real de Chu y sirvió en la corte del rey Huai (329 - 299 a. de C) pero como a tantos le fue mal en ese nido de tejedurías y trampas, un celoso fue con cuentos y el rey lo echó de la corte, y como todo desterrado, Qu Yuan anduvo deambulando con grandísimas penas en su corazón, y de esa pena hizo un poema que es muy famoso, Encuentro con la tristeza, se llama y es demasiado largo como para transcribirlo en estas páginas mías. En él Qu Yuan relata la pena de verse separado del rey a quien servía con entera devoción. Cuentan que en su viaje al exilio exhausto del trajín del viaje llegó a un templo tiempo ha abandonado y se puso a contemplar las imágenes que algún otro viajero había dibujado en sus paredes: representaban los 61 misterios del cielo y la tierra. Y él, como un modo de aliviar la pena que sentía, escribió bajo los dibujos lo que sentía en su corazón. Murió cerca de allí poco después, se suicidó ahogándose en el río vecino y los habitantes del lugar conmovidos recopilaron sus preguntas y por eso es que a veces su orden está alterado… (esto nos lo cuenta Wang Yi, allá po el año 150) 62 Las Preguntas de Qu Yuan, del libro Cantos del Sur, Chu Chi ¿Quién nos transmitió la historia lejana, el antiquísimo comienzo de las cosas? ¿Cómo podemos saber cómo fueron las cosas antes de que el cielo y la tierra tomaran su forma? Y dado que nadie puede penetrar la opacidad de cuando oscuridad y luz aún no estaban divididas, ¿cómo es que podemos saber acerca del caos y las formas insubstanciales? ¿Qué tipo de cosas son luz y oscuridad? ¿Cómo fue que Yin y Yan se reunieron y ahora pueden originar todo tipo de cosas? ¿Hubo compás?, ¿de quién, quién fue el que dimensionó todas las cosas? ¿Y cómo fue que lo pudo realizar? ¿Dónde se afirman las nueve cuerdas que mantienen todo unido? ¿Dónde están los nueve campos celestes? ¿Cómo coordina sus movidas el cielo? ¿Cómo es que el sol y la luna mantienen su curso? Partiendo del Golfo Brillante y yendo hacia el Valle de lo Opaco, del amanecer al anochecer… ¿qué distancia recorreríamos? 63 Todo tiene un cuento, todo encierra una historia porque no podemos dejar de contar historias. Cada uno de nosotros atraviesa el mismo origen de todos los mitos. Somos un Edipo al que no fue necesario cegar y todos alguna vez nos plantamos delante de la efigie aunque más no sea para sufrir preguntas vanales. Todos habitamos el drama, no hay protagonista privilegiado. A nuestro modo, todos defendimos las Termópilas, todos volvimos a casa luego de destruir Troya y sufrir tamaña derrota por un cuello bien formado, unos ojos que nos miran fijos y una sonrisa que apenas se insinúa. ¡Nada nos es ajeno! Por eso es que podemos disfrutar de la lectura de las historias de todas las culturas. Porque estamos ahí, con ellos ahí. 64 El Libro de las Montañas y los Mares Introducción Y entre los textos primeros, me encanta este, en el que su autor, Liu Xin, unos 50 años antes de Cristo, recopila los cuentos de un tal Yu quién supuestamente viviera unos cuantos siglos antes que él, claro, y de quien se decía que gracias a todos sus viajes, por ejemplo, había reunido los conocimientos necesarios como para lograr atenuar el efecto de las inundaciones cíclicas que afectaban la zona. En esos viajes conoció gente, animales y dioses por completo diferentes a los de su tierra y los describió con sumo cuidado. Su diario fue recopilado luego por sus ayudantes en 34 secciones y editado mil años después por Lu Xin en la forma que tiene hoy día. Es el ancestro de todo libro que describa cosas extrañas, el abuelo de los famosos “cuentos chinos”. 65 El libro de las Montañas y los Mares Hay cantidad de lugares más al norte de donde anduve, la Tierra sin Vacas, por ejemplo, en la que no hay vacas. Allí habita el Espíritu Antorcha Oscura que cuando tiene los ojos abiertos, es de día, y cuando los cierra se hace de noche. Cuando exhala es invierno y cuando inspira llega el verano. Pero en realidad no come, ni bebe ni respira. Su cuerpo es enorme, más de mil lis y vive al este de la Tierra sin Vacas. Cuando se manifiesta corporalmente tiene la cara de un hombre pero el cuerpo de una serpiente. Un poco más al este, está la Tierra Suave y Simple, allí vive gente con una mano y un pie y su ministro Gon Gon se llama Sauce y tiene nueve cabezas y allí donde cava aparecen pantanos y bañados. Yu mató a Sauce y esto produjo tal inundación que no pudo cultivarse nada por muchos años. Tres veces lo intentó Yu, plantar cualquier cosa, 66 pero las tres veces brotó sangre del suelo. Entonces capturó a Ta Shie, quien padecía de tremenda sed y lo llevó a los pantanos y toda su agua no logró calmar la sed del monstruo, pero la tierra pudo ser cultivada y Ta Shie hubo de ser expulsado para que no ocasionara sequías. 67 Los Libros de Historia Zhanguoce Registro de los Estados Combatientes Con este nombre, Estados Combatientes, se conoce al período de la historia de China que fue desde el 400 al 221 a. de C. en que el estado de Chin conquistó al resto de los reinos a su alrededor. Estos documentos regristran el momento en que el estado de Zhou era el predominante y su rey el mandamás de turno. Veamos una de sus historias: Un hombre de Wen llegó a Zhou y los guardianes de la ciudad no lo dejaron entrar. Fue interrogado, ¿quién es usted? Un ciudadano de Zhou, pero no tenía parientes ni nadie quien lo conociese. ¿Usted nació aquí? No, en Wen, pero no soy un extranjero. Tanto porfió que llegó a oídos del rey el prolema y este quiso saber más. ¿Cómo es que no siendo de esta ciudad dices que no eres extranjero? Contestó el extranjero: «Cuando era chico estudié el Libro de los Poemas y uno de ellos decía: Bajo el inmenso cielo Toda la tierra pertenece al rey En todo el territorio que bodea el ma los habitantes son siervos del rey 71 Ahora es el estado del Zhou el que controla el mundo, de modo que yo soy un súbdito del rey de Zhou, no soy un extranjero, por eso afirmo que pertenezco a Zhou.» El rey mandó que lo dejasen pasar. 72 Zuo Chuan Los Comentarios de Zuo es el libro de historia más antiguo de China, atribuido a un tal Zuo Qiunming, y en él, según veo, se relatan cantidad de sucesos acaecidos entre el 722 y el 468 antes de Cristo. Que, como para ubicarnos, era cuando vivían Confucio y sus discípulos y el área Noroeste de China estaba dividida en algo así como 120 estados feudales, algunos del tamaño de una provincia pero la mayoría apenas comprdían dos o tres ciudades amuralladas, y los campos de labranza entre ellas. Todos estos estados reconocían la hegemonía del Rey Chou, Hijo del Cielo, con su corte en Luo Yang en el valle del Río Amarillo, quien fuera el que terminó con los Shang anteriores y estos a su vez con los Hsia, y ahí tenemos a las tres dinastías de la antigüedad China. En esa época, cruel por caraerizarla en una palabra, las intrigas y guerras entre los poderosos mantuvieron en vilo a toda la sociedad China. Y comprometían además con sus ambiciones cortas a toda su familia, como veo en una de las historias: Resulta que un tal Zhai Zhong se las había ingeniado para acumular el suficiente poder como para inquietar 73 al mismo monarca del reinado de Zheng. A éste se le ocurrió entonces complotar con un yerno de Zhai del que ya había escuchado algunas historias y encargarle su asesinato. Planearon llevar a cabo el crimen en una cena que celebrarían en los arrabales de la capital en un sitio poco decoroso donde gustaban divertirse. Pero la esposa de Young, el futuro asesino, se enteró de lo planeado y quedó atrapada con la duda ¿a quién serle fiel: a su padre o a su marido? Entonces fue y le preguntó a su madre: -Madre, ¿a quién debemos más fidelidad las mujeres, al padre o al marido? La madre, muy práica, no olvidemos que era china, le dijo: -Hija, maridos se consiguen en todos lados, padre tenés uno sólo. 74 Eso bastó. La chica fue y le contó todo a su padre. Zhai agradeció a su hija y concurrió al banquete pero atacó antes a su yerno lo liquidó y tiró su cadáver al lago del palacio. El rey al enterarse comentó: -¡Si el muy idiota cuenta todo a su esposa, no me maravilla que termine muerto! Esto ocurrió en el año 697 antes de Cristo. 75 Li Ling, los testículos de Si Ma Chien y el Shi Chi En algún momento de la dinastía Han (206 a. C. - 220 d. C.), exaamente en el año 125, crearon un Buró de Música que debía recopilar canciones populares antiguas ya que los intelectuales estaban preocupados porque se pudiera perder el legado del pasado. También se recuperaron los textos confucianos que la dinastía anterior había mandado quemar. Y comenzó a escribirse la propia historia luego de la unificación del imperio. De allí resultará el Shi Chi, por ejemplo, libro que recopila información de unos dos mil años atrás, y que sería el modelo para todos los escritos históricos venideros. La historia de este libro comenzó con una campaña que comenzaron los chinos contra unos vecinos molestos, unos turcos muy salvajes, lejísimos, más allá de Mongolia. El general Li Ling comandaba una fuerza de unos cinco mil soldados que arrasaron con los bandidos fronterizos. Pero cuando volvían a casa los alcanzó el invierno y, debilitados por las penurias del viaje y la falta de los refuerzos pedidos, los enemigos se volvieron cada vez más audaces y la ayer exitosa campaña terminó en una calamidad y Li Ling capturado. En la espléndida capital, el emperador se enojó sobre- 76 manera con las noticias y echaba furias contra Li Ling, «¡Oficialucho, inepto, más le valdría haber muerto peleando, cobarde de mierda,!», decía mientras se tiraba de los pelos y daba vueltas enloquecido alrededor de la clepsidra. Uno de los consejeros del emperador, conocedor del caráer bravo de Li Ling, sugirió a su majestad que quizá Li Ling se había dejado capturar vivo para poder elaborar una estrategia mejor para terminar con esos salvajes. Y en cuanto a la derrota, agregó con un tono más suave de voz, su majestad no debía olvidar el hecho de que los refuerzos que hubieran cambiado la historia fueron detenidos por su gracioso cuñado, hermano de la emperatriz, y muy celoso de Li Ling… El emperador, indignado ante la impertinencia del consejero lo castigó, no haciéndolo cortar por la mitad como era costumbre en aquellos días tan… ¿silvestres?, sino que, en reconocimiento por los servicios prestados a esa Corte que eran muchos, a la clemencia de su graciosa y compasiva Majestad, y dado que había tanta gente que lo apreciaba, mandó hacer el tajo poco más abajo: lo castraron. Algo más que vergonzante y que le aseguraba que su consejero, llamémoslo por su nombre, Si Ma Chien, tomaría la nobilísima decisión de suicidarse de inmediato, con lo cual se lo quitaba de en medio sin cargar con las culpas... Pero no fue así. Si Ma Chien había prometido a su padre terminar 77 con la desmesurada obra que éste había empezado: la compilación de la historia del reino. Así pues, Si Ma Chien tragó su orgullo, soportó miradas compasivas y risitas a sus espaldas, se arremangó, siguió trabajando y completó el trabajo que le encomendara su padre… Dejo de leer, doy otra vuelta por esta diminuta habitación y al mirar todos los libros abiertos a mi alrededor ¡cantidad de tareas empezadas y en veremos!, me pregunto ¿¡Hará falta que me capen para que me ponga a trabaja!? Volvamos al general cautivo, puedo imaginar lo que sentía, llegado el otoño, al ver los gansos volar a su patria. Y un día habrá levantado su cabeza como tantas veces y se le ha de haber ocurrido la idea, ¿y si uno de ellos llevara un mensaje? A partir de ahí tuvo una meta, cómo escribir concisamente todo lo que tenía que decir y cómo hacerlo para que, si el ganso caía en manos equivocadas, no develara el secreto. No se guardó registro de qué escribió Li Ling, ni de como logró atar a la pata del pajarraco su aviso, pero me place leer que llegó. Un cazador sorprendido vio el mensaje en el ganso abatido y lo llevó al principal 78 de su aldea y éste imaginó su importancia -casi nadie leía en aquellos días-, y despachó un jinete a la capital del distrito, en donde dudaron si llevarlo a la ciudad imperial o no. Eran tiempos muy turbulentos y los gobernantes eran crueles, de ahí las dudas, todo dependía de quienes detentasen el poder y qué gustasen o no de enterarse. Al fin, uno de los viejos se ofreció a llevar él el mensaje «Soy viejo, si me condenan no importa, si me premian, tendré algo para mostrar orgulloso a mi regreso.» No sabemos qué ocurrió con el viejo, sí que para cuando el mensaje de Li Ling fue leído en la corte, ya eran otros los intereses que por ahí movían las cuerdas. Quedó guardado como un importante documento, se registró su ingreso a la bilioteca del palacio, y eso fue todo. Li Ling nunca lo supo y hubiera muerto de pena de haber supuesto siquiera el destino que sufrió su mensaje… Murió en brazos de la joven huna que le asignaran sus captores, ya viejo, eerando siempre la llegada del ejército que lo rescataría. Y fue llorado por sus nuevos hijos, herederos de su extraño color de pelo y de cierto reeto y rechazo de sus vecinos. Y volvamos a su fiel amigo, Si Ma Chien; escribió una carta a un amigo, Ren An, en la que le cuenta el por qué de su decisión de seguir con su humillada vida a cuestas: 79 “El hombre muere una sola vez. Puede ser una muerte pesada como la montaña Tien Tai o tan liviana como la pluma de un ganso. Todo depende de cómo se la aproveche. Está en la naturaleza de todo hombre el amar la vida y temer a la muerte, pensar en sus parientes y cuidar a su familia, mujer e hijos. Sólo cuando lo que lo mueven son los más grandes principios no se conmueve por esto. A veces hay cosas que debemos hacer... Así todo no necesariamente tiene una muerte honorale el valiente y a veces hasta el cobarde tiene una muerte digna. Cada uno tiene un modo particular de actuar. Aunque puedo ser cobarde y débil y buscar sin ninguna vergüenza prolongar mi vida, se perfectamente bien las diferencias entre un curso que debería seguirse y uno que debería evitarse. ¿Cómo he podido caer a este pozo de vergüenza? Si incluso hasta el más bajo de los esclavos o de las damas de la cocina son capaces de, llegado el momento, terminar con su propia vida, ¿cómo es que no lo he hecho yo? Tengo motivos por los cuales decidí seguir con mi vergüenza a cuestas. El motivo que tengo en mi corazón y que no he expuesto a nadie es que temo que después de mi muerte, mis escritos no serán conservados. Fue antes de terminar con mi manuscrito que me encontré con esta dificultad en el camino. Y por eso 80 decidí no tomar la medida que hubiera querido tomar. Cuando haya completado este trabajo lo depositaré en el Archivo de la Montaña Famosa. Si luego alcanzara a llegar a los hombres que lo aprecien, si llegase a otras ciudades y países, entonces, así sufriera yo mil más de estas mutilaciones avergonzantes, ¿qué podría importarme?”. En el año 92, a los 56 años, dejó de escribir. No añadió más nada a sus textos. No se sabe cómo ni cuándo fue que murió. Hoy en día podríamos decir que en realidad no hay Historia sino historiadores, de todos modos, el libro que nos legara Si Ma Chien bien podría calificarse como un libro de historia. Un gran estudioso de él dijo: Es un libro de historia, es más que nada, un libro chino y para terminar: tiene dos mil años de antiguedad. Es un libro de historia porque nos cuenta la historia de China hasta el siglo segundo antes de nuestra era, es un libro chino en el sentido de que está estructurado de forma distinta a los libros de occidente: el decidió dividir su obra en cinco partes - doce anales -diez talas cronológicas, -ocho tratados, -treinta familias hereditarias, -setenta biografías 81 Lo cual suma un total de 130 artículos con unos 526.000 caraeres, y si bien no es el primero de los libros, su influencia fue muy importante al punto que hasta en la dinastía Tang se lo tenía como modelo de texto y se ha mantenido como un best seller hasta nuestros días. 82 Entendiendo la Historia Liu Shiji, 661 - 721, en honor a Si Ma Chien El hombre vive en su forma corporal entre cielo y tierra y su vida dura tanto como la de la mosca del verano, como el paso de una yegua lanca vista por una ranura en la pared. Así todo, durante esos pocos años vive apenado pensando que sus méritos no serán reconocidos y lamenta que luego de su muerte, su nombre pronto será olvidado. Por eso, desde los grandes emperadores, a los reyes menores y el más común de los mortales, 83 desde los cortesanos hasta los ermitaños en sus alejadas cuevas y chozas, todo el mundo de un modo u otro se preocupa por estas cuestiones. ¿Y por qué? Porque todos tienen robado su corazón por el ansia de la inmortalidad. ¿Y qué es, al fín, la inmortalidad? No es más que tener el propio nombre inscripto en un libro. Si el mundo no tuviera libros, si cada época no tuviera sus historiadores, entonces esos hombres sabios como Yao y Shun, o los tiranos como Jie o Zhou una vez muertos y perdida su forma, antes de que la tierra de sus tumbas vuelva a emparejarse, lo bueno y malo de ellos se habría mezclado, esfumado, y ambas, belleza y maldad, se habrían perdido para siempre. Pero, mientras exista la 84 Oficina de Historia, mientras los libros continúen existiendo, aunque los hombres mueran y entren en la noche y silencio eternos, sus actos permanecerán, brillarán como las estrellas de la vía láea. De modo que, cuando alguien quiera estudiar el pasado lo único que tendrá que hacer es quitar un libro de su estante y su espíritu entrará en contacto con el pasado. No necesitará salir de su casa y su vista alcanzará los mil años. Verá lo que hicieron los buenos y querrá emularlos, verá lo que hicieron los perversos y sus pensamientos se volverán introectivos. 85 Shi Chi Si Ma Chien Los Cinco Emperadores, Anales Básicos, I El Emperador Amarillo fue el hijo de Shao Tien. Su nombre era Kung-sun y se lo llamaba, Hsuan-yuan. Desde su nacimiento se destacó por su perspicacia. Aprendió a halar de muy pequeño, y ya de niño era muy rápido, de jóven industrioso y de adulto muy inteligente. Durante su reinado uno de los clanes, el Shen, venía en decadencia. Los clanes guerreaban entre sí y tiranizaban a las familias por dónde pasaban y los Shen no eran capaces ya de dominarlos, de modo que Hsuanyuan armó un ejército con lanzas y escudos para sojuzgarlos y que vuelvan todos bajo el dominio del clan Shen. Todos se subordinaron menos el irrefrenale Chi-yu. Luego de varias batallas, con la ayuda de otros señores venció y terminó con Chi-yu y los señores lo nombraron Hijo del Cielo y Hsuan-yuan atacó a los Shen y se hizo con todo el poder y fue el ‘Huan Ti’. Si había alguien en el mundo que no le obedecía, Huan Ti marchaba contra él con su ejercito. Una vez pacificada la zona, la dejaba. Construyó caminos a travez de las montañas y jamás descansaba. Viajaba sin cesar 86 y no tenía residencia fija. Nombró los Oficiales de Izquierda y Derecha para que se encargase de los asuntos del estado. Los estados bajo su dominio crecieron en paz y con abundancia hacían sacrificios agradeciendo a todos los espiritus la bonanza ypaz que gozaban. Adquirió un trípode precioso y mediante la manipulación de las talillas de contar ideó un calendario. Escogió personalmente quienes gobernarían los estados. Enseñó a la gente sobre la periodicidad de los moviemientos de los astros y sobre las alternancias entre luz y sombras. Fue quien hizo posile la siembra de cientos de granos, la crianza de cantidad de animales. Se valió de fuerzas espirituales para lograr todas estas maravillas. Y por eso fue llamado Huan Ti, el Emperador Amarillo. Tuvo 25 hijos y se estaleció al fin en las laderas de Hsuan-yuan y se casó con la hija del jefe del Clan Hsi y con ella tuvo a sus dos herederos quienes se repartieron el mundo. Cuando Huan Ti murió fue enterrado en la colina Chiao y su nieto Chang-yi subió al trono y fue conocido como el Emperador Chuan-hsu. 87 Lu Buwei, Riqueza y Poder Lu Buwei fue un mercader muy hábil de Yangdi quien, viajando de acá para allá, comprando barato y vendiendo caro, acumuló una buena fortuna. En el año cuarenta del reinado de Zhaoxiang de Qin (267 d. de Cristo), el príncipe heredero murió y dos años después, el rey designó como heredero a su segundo hijo, Anguo. Este príncipe tenía veinte hijos y una concubina de quien estaba muy enamorado y a la que había designado Princesa Consorte con el título de Señora Huayang, pero con ella no había tenido hijos. De otra de sus concubinas, una joven de la familia Xia, de la que ya se había distanciado tenía un hijo llamado Zichu; uno de los más jóvenes. 88 Este Zichu había sido enviado a un estado vecino, Zhao como rehén y garantía de que no serían invadidos, pero sin mucha coherencia en el gesto ya que Qin seguía haciendo de las suyas con los Zhao. De modo que los Zhao no tenían gran reeto por el pobre Zichu, al que trataban bastante mal y tenía que conformarse con lo poco que le daban para su sustento. Un día Lu Buwei visitó Handan, la capital de Zhao y se enteró de la suerte de Zichu y pensó: He aquí una rara mercancía que merece terminar en mis arcones. Buscó contaarse con él y una vez reunidos, y luego de beber unas copas, halar del tiempo y demás prolegómenos, fue al grano y le dijo: -Yo podría acrecentar tus puertas... Zichu se rió y contestó: -¿No sería más conveniente que te ocupes 89 de que crezcan la tuyas, amigo? -No entiendes lo que quise decir: puedo mejorar las mías si alargo las tuyas, le contestó Lu Buwei. Zichu entendió y le pidió silencio. Buscaron un lugar más seguro para seguir conversando y dijo Zichu: -Explicate bien. -El rey de Qin está ya muy viejo y su hijo Anguo es el heredero del trono. Sé que Anguo está muy enamorado de la señora Huayang y, como no tuvo hijos con ella, con ella decidirá quién será su sucesor. Tienes veinte hermanos y por una simple cuestión de orden en la sucesión difícilmente llegues a heredero. No tienes grandes simpatías en tu reino, te han enviado aquí de rehén, y ya se olvidaron de vos. No tienes ninguna chance, y menos estando tan lejos de la corte, de poder tramar algo en tu favor. -Es cierto, dijo Zichu, pero, ¿qué puedo hacer? 90 Lu Buwei le dijo: -Eres pobre y vivís en tierra extranjera. No tienes nada para enviar de presente a tu familia o para atraer seguidores de tu causa. También yo soy pobre, pero si me lo permites, te puedo ofrecer mil monedas de oro y viajar a Qin en tu nombre, en donde me presentaré ante el señor Anguo y la señora Huayang y les demostraré que eres un heredero apropiado. Zichu bajó su cabeza y le dijo: -Si llegara el día, tal como tu lo pronosticas, eero me permitas compartir el gobierno de Qin contigo. Entonces Lu Buwei tomó 500 monedas de oro y se las dio a Zichu para que las utilizace para ganar seguidores y con otras 500 compró objetos valiosos, regalitos y juguetes y marchó con ellos rumbo a Qin. Una vez allí sobornó a 91 unos sirvientes de la corte y logró tener una entrevista con la hermana mayor de la señora Huayang y a ella le dio los presentes para que sean entregados a la señora Huayang de parte de Zichu, del cual contó lo virtuoso, amale, bien preparado y educado que era, cómo había logrado cantidad de amigos entre los Señores de los otros estados y cómo lo había escuchado exclamar en cantidad de ocasiones la admiración por la Señora y cuánto extrañaba a su padre y al hermano heredero... La Señora Huayang quedó muy satisfecha. Luego Lu Buwei fue trabajando a la hermana mayor de modo que, como si fuera cosa de ella, le sugiriera algunas ideas a la Señora: “Todo el mundo sabe que cuando uno tiene solo su belleza como moneda de cambio, cuando la belleza se esfuma, 92 el amor que antes le tuvieron se enfría. Ahora puede que se sienta protegida por el príncipe, pero cuando el tiempo pase, más teniendo en cuenta que no le dio un heredero, el príncipe buscará a otra dama. Es ahora que debería buscar, la Señora, el apoyo de algún heredero entre los hijos del príncipe, pero uno que sea leal a ella. Alguien a quien proteger y cuidar como a un propio hijo. De modo tal que, mientras el príncipe siga vivo, sea honrada, pero cuando se terminen los cien años de vida a que ojalá llegue y el que la Señora llamaba ´hijo´ herede y sea Rey, no tendría que temer a la pérdida de favor en la corte. 93 Esto es lo que se llama ´Deci palabras que valen po mil años de ganancias´. Este es el momento de estalecer con firmeza las raíces para que cuando la belleza se esfume y el amor se enfríe, sólo sea necesario estar ahí con las palabras justas, y ser escuchada. Zichu es un hombre valioso y está en los últimos puestos, sabe que no tiene ninguna chance de acceder al trono por sucesión normal. Además, su madre no goza de ningún favor y ya fue olvidada, de modo que ofrecerá toda su devoción a vos. Si usas tu poder para quitarlo a él de la desgraciada situación en que está y convertirlo en heredero, entonces vos, hasta el fin de tus días, contarás con los favores del estado de Qin.” 94 La señora Huayang quedó convencida de inmediato y eeró a encontrarse a solas con su marido y, luego de un momento en silencio, casualmente comentó que Zichu, aquel hijo enviado como rehén a Zhao, había resultado ser un muchacho notale y que todos los que venían de aquel estado halaban muy bien de él. Entonces, ella estrechó su abrazo y con lágrimas en sus ojos, le dijo: “Yo tuve la inmensa fortuna de haber sido traída a tus habitaciones, pero no la suficiente como para haber podido darte un hijo. Te lo ruego, dame a Zichu como hijo y nombralo a él como heredero de modo que yo tenga a quién poder confiar mi vida!” Como era de eerar el señor Anguo, consintió y mandó tallar un sello de jade con su promesa, 95 lo dividió en dos como era costumbre y entregó una de las mitades a la Señora Huayang. Prometió que en su momento, nombraría a Zichu su heredero. Luego le enviaron presentes al exilio y pidieron a Lu Buwei que oficiase de tutor del joven quien de pronto se volvió muy famoso en el reino. Para ese entonces, Lu Buwei había conocido a una damita, la más bella de Handan, muy graciosa y experta bailarina, y la había llevado a su casa. Al tiempo quedó embarazada de él. Un día, durante una fiesta Zichu le echó el ojo a la joven y en un momento, bastante borracho, se puso de pie, propuso un brindis por Lu Buwei y pidió que se le concediese la compañía de la 96 encantadora señorita. A Lu Buwei no le gustó nada la idea, pero recordando que tenía invertido en Zichu todos sus recursos con la eeranza de una mejor cosecha, tuvo que hacer de tripas corazón y le presentó la dama a Zichu. La joven no habia dicho nada de su preñez y llegada la fecha tuvo un hijo que pasó por hijo de Zichu al que llamó Zheng. Al poco tiempo, Zichu la hizo su consorte. En el año 50 de su reinado (257 a. de C.) el rey Zhaoxiang de Qin atacó y mantuvo asediada la ciudad de Handan y, cuando la situación se volvió crítica, los hombres de Zhao amenazaron con matar a su rehén, Zichu. Zichu y Lu Buwei complotaron juntos distribuyendo 600 monedas de oro 97 entre los oficiales que los custodiaban y lograron escapar de la ciudad, llegar a las fuerzas de Qin y regresar a casa. Entonces los hombres de Zhao pensaron en matar a su esposa e hijo pero, como la joven era hija de una familia acomodada de Zhao, ambos, madre e hijo escaparon a la venganza. El rey Zhaoxiang de Qin murió en el año 56 de su reinado (251 a. de C.) y fue sucedido por el príncipe Anguo y la señora Huayang como reina y Zichu fue coronado como príncipe heredero. El estado de Zhao se vio oligado a enviar a la mujer de Zichu y su hijo al estado de Qin. El rey Anguo de Qin murió al año de subir al trono y fue sucedido por Zichu con el nombre de rey Zhuangxiang, quien de inmediato nombró a Lu Buwei su canciller 98 y a su madre adoptiva Reina Madre Huayang. Luego nombró a Lu Buwei marqués de Wenxin con el salario equivalente al de 100.000 hogares en Henan y Luoyang. Pero le duró poco el éxito a Zichu, murió misteriosamente a los tres años de su reinado y su hijo, el príncipe Zheng lo sucedió en el trono, quien nombró primer ministro a Lu Buwei y le dio el honroso nombre de Zhonchu Lu, ‘el tío Lu’. El nuevo rey era joven y su madre ahora la reina madre, volvió a ser amante, en secreto, de Lu Buwei, quien, para entonces ya contaba con 10.000 sirvientes bajo sus órdenes. Por esa época, 99 los otros reinos vecinos estaban en franca competencia por lograr la supremacía y acopiaban armas y ejércitos y a Lu Buwei le pareció una buena idea montarse en la competencia antes de que los otros los superasen en poderío. Para lo cual comenzó a reclutar aliados, llegando a tener unas 3.000 personas que vivían de lo que él les daba. También fue una época de florecimiento cultural, con varios sabios escribiendo libros y a Lu Buwei se le ocurrió que él también tenía que dejar uno para la posteridad, de modo que mandó transcribir todo lo que había aprendido en esos años de lucha y esfuerzo, en unos 20.000 caraeres y, como creía haber dejado sentado todo lo posile en su obra, la llamó “Los anales de la primavera y el otoño 100 del Señor Lu”, obra que, crean o no, ha llegado hasta nuestros días. Tan orgulloso de su obra estaba que mandó colgar un ejemplar en el mercado de la ciudad con un cartel en el que se ofrecían 1000 monedas de oro al letrado que encontrara que faltaba o sobraba algo. El tiempo pasó y el jovencito rey llegó a hombre y como hombre a Emperador de Qin, pero su madre, la Reina Madre, no dejó de actuar torcido. Al punto que Lu Buwei comenzó a temer que todos sus logros se fueran por la borda a causa de la conducta impropia de su amante cada vez más descarada. Así que buscó un modo de quitársela de encima. Se enteró de que había un muchacho, un tal Lao Ai, 101 que cargaba el cipote más grande de todo el imperio y se las ingenió para que el rumor del portento llegara a los oídos de la Reina Madre, muy seguro de cuál sería el efecto de tal conocimiento. Cuando ella se enteró de la demasía de Lao Ai, tal como supusiera Lu Buwei, empezó a exigir que le fuese llevado a sus habitaciones. Lu Buwei consintió, pero primero lo hizo acusar de traición o algo por el estilo y mandó que lo castracen y le dijo a la reina madre que la castración sería una estratagema para que después pudiese ser llevado al harén como un eunuco más, pero que no preocupara, que las pertenencias de Lao Ai quedarían intaas. Así entonces, la reina sobornó a los oficiales encargados del castigo y 102 el reo fue llevado enterito a su cuarto. Del que no salían en todo el día y, al poco tiempo, la reina madre ¡quedó embarazada! Temiendo se castigada, armó toda una historia por la cual ella tenía que ir, a causa de un oráculo, a una ciudad alejada por un tiempo para purificarse de unas malas influencias espirituales. Lao Ai, como miembro de su corte, iría con ella, por supuesto, y sus mil sirvientes. En el año noveno del reinado (238 a. de C.) alguien denunció al rey que Lao Ai no era realmente un eunuco, sino que era el amante de la Reina Madre, quien había ya tenido dos hijos de él, los cuales habían sido escondidos y, 103 que ya había sido acordado que, cuando mueriese el actual rey, uno de ellos sería nombrado su sucesor. El rey ordenó a sus oficiales que investigaran la verdad de la denuncia, incluso el rumor que indicaba que Lu Buwei estaba al tanto de todo. A los nueve meses Lao Ai y todos sus parientes fueron ejecutados, sus hijos fueron encontrados y también asesinados, todos los seguidores de Lao Ai que no fueron ejecutados fueron deportados y las propiedades de él y de la reina madre, confiscadas. También quería el rey (sin saber que en realidad era su propio padre) mandar a matar a Lu Buwei, pero como sus servicios habían sido ejemplares, y cantidad de gente importante intercedió por el perdón, no se atrevió a ordenarlo, 104 en cambio lo destituyó y le ordenó dejar la ciudad imperial y trasladarse a Henan. Un tiempo después el rey fue persuadido de que perdonara a la reina madre y le permitiese retornar a su residencia en Xianyang. Al año, más o menos, llegó a oídos del rey el rumor de que muchos seguidores y gente importante estaban viajando a Henan para reunirse con Lu Buwei. Temiendo que hubiera un complot en puertas, el rey le mandó una carta en la que le decía: “¿Qué es lo que has hecho por Qin que Qin deba pagarte con 100.000 sueldos en Henan? ¿Qué relación tienes con el rey de Qin como para que seas llamado Tío Lu? Sería bueno que tomaras a tus gentes y te trasladaras a Shu.” 105 Lu Buwei, temiendo que este fuera el comienzo de una serie de insultos y humillaciones, decidió acortar sus sufrimientos, bebió veneno y murió. Poco tiempo después murió la Reina Madre, quien fue enterrada junto a su esposo, el Rey Zhuanxiang en Zhiyang. 106 El origen de la familia Zhou (Fundadora de unos de los antiguos estados chinos) Se cuenta que el famoso duque de Zhou escribió una oda con el relato de sus andanzas. Cantaba el duque que una mujer llamada Jian Yuan oraba y pedía: “Desgraciada soy que no quedo preñada, ¡quiero un hijo!” y de pronto sintió algo extraño en el aire y vio que delante de ella se formaban unas huellas que se acercaban, «Seguramente es un dios», concluyó eeranzada. Siguieron acercándose las huellas del dios ‘y fue revuelta’, dice el texto. Y cuando llegó el tiempo tuvo a su hijo que vino: ‘como vienen los corderos, sin complicaciones, sin dolores ni molestias’ y ella pensó que era una mala señal de modo que dejó al bebé al costado del camino pero una vaca lo cuidó, y cuando pasó de vuelta por ahí lo vio rozagante, entonces lo tomó y lo abandonó en el bosque, pero unos leñadores lo encontraron y lo cuidaron. Ella se enteró y se los pidió de vuelta y lo tiró en el río helado, pero un pájaro lo recogió y abrigó con sus plumas y el niño le pidió a los gritos de quedarse con él. Cuando pudo gatear se vió que era el más inteligente y cuando creció lo suficiente para poder alimentarse sin ayuda, se puso a sembrar habas y también logró hileras de agradecido 107 arroz, también crió ganado que pacíficamente fue aumentando. Fue él quien enseñó a los granjeros: “Ayuden a la naturaleza en lo que puedan, y ella lo agradecerá con sus frutos”. Y nos cuenta Zhou que ese fue el primer ministro de Agricultura y Ganadería. 108 La historia del emperador Yao Era muy capaz e inteligente y había logrado paz y prosperidad para el imperio pero inevitalemente llegaron los días en que su vejez lo oligó a buscar un descendiente. Sus ministros le dijeron: -¡Excelencia, vuestro hijo ya demuestra cierta inteligencia! -¡Naaa!, es un inepto, peleador y poco sincero… Y como no encontraban entre los miembros de la corte un sucesor, Yao ordenó que también buscaran entre los comunes del puelo. Uno de sus consejeros le recomendó a Shum de Yu, que vivía solo, en un lugar apartado. -¿Y qué cualidades tiene?, preguntó el emperador. -Es hijo de un ciego, su padre, además, es estúpido, su madre una arpía y su hermano un pendenciero arrogante, pero Shum logró que vivan en armonía gracias a su piedad, paciencia e inteligencia, de modo que ellos fueron mejorando y vivieron cada vez más virtuosamente… -No necesito saber más, casaré a mis dos hijas con él y veré cómo se las arregla. Así mandó a sus hijas al norte y al deedirlas les dijo: -Chicas, tengan cuidado… 109 Anales de Bambú Otro libro muy antiguo -que encontraron en la tumba de un rey con la que se toparon de pura casualidad no hace mucho, haciendo un pozo para construir una carretera-, y que se llama Anales de Bambú, recopila la historia desde el mítico Emperador Amarillo hasta el año 300 antes de C., más o menos. Ahí se cuenta que la madre del que fuera el Emperador Amarillo vio en el cielo un resplandor que rodeó a la estrella Chu de la Constelación de la Osa Mayor que fue notoria por su enorme luz (hoy se cree que fue la explosión de una supernova) y en el instante quedó embarazada y luego de 25 meses dio a luz a El Emperador quien ya halaba al nacer y del que se enumeran cantidad de virtudes y hechos heroicos un tanto disparatados pero lo que me encanta de este libro es que junto a esas hazañas también registraron que el magnifico Emperador Amarillo durante su primer año de reinado inventó el sombrero con pendientes y una túnica que hacía juego con él… Y otra: cuando un día aparecieron en el cielo unas nubes portentosas y extraordinarias puso nombres a sus ayudantes de acuerdo con los colores de dichas nubes… 110 También encontramos a viejos conocidos: ‘En el primer año de su reinado encomendó cálculos sobre ciertas estrellas, en el quinto año salió de inección por las montañas, en el año 29 vino el jefe de unos pigmeos a presentar sus reetos, en el año 42 apareció una estrella brillantísima en el cielo en el año 50 viajó por placer, en el 52 exiló a su hijo Zhou, en el 70 ordenó que su sucesor fuera Shun el de las montañas, en el 71 ordenó a sus hijas casarse con Shun, en el 73 resignó su trono a Shun en el 74 Shun llevó a cabo su primer viaje de inección en el 89 Yao mandó construir un palacio en Tao donde se retiró a descansar y allí murió a los 100 años de su reinado.’ A ver, qué más nos cuenta esta libro... ‘El rey Mu, de la dinastía Zhou, decidió salir de paseo por el mundo “para marcar a todos los países con las huellas de su carro y las pisadas de sus caballos…” Llegados a Chu, 111 antes de cruzar el río y entrar en el puelo los recibió un anciano. El general Wang presentó al emperador y el anciano se encogió en el piso en señal de reeto. El emperador mandó preguntar si podían cruzar por allí rumbo a las montañas y el viejo respondió que tanto soldado asustaría a los poladores ¿no sería tan amale su majestad de cruzar el río un poco más lejos del puelo...? El general Wang lo increpó con fiereza -¡Cómo te atreves! -No es atrevimiento, Señor, respondo la pregunta del Emperador. El emperador sofrenó a su general y le dijo: -Vamos, general, bien podemos rodear el puelo ¡andando! y cruzaron el río un poco más allá. Cuando estaban a unos kilómetros del puelo, llamó el emperador a Wang, su general y le dijo: -Ahora vuelve, destruye el puelo, ¡y no dejes a uno con vida! 112 Código Penal en la dinastía Qin El estado de Qin, que unificó a China en el año 221 a. de C. fue recordado, sobre todo, por la extrema severidad de sus leyes y el uso indiscriminado del trabajo forzado. Se premiaba a quien denunciara a los que transgredían las leyes, y los transgresores eran severamente castigados, con su muerte, amputación o trabajo forzado, según su crimen. Muy poco se conocía de Qin hasta que se hallaron los Anales de Bambú. Por ellos conocemos algunos detalles: Había cuatro grados de trabajo forzado, de los cuales, el de ‘convicto deudor’ era el menos severo. Y se lo implementaba para castigar a deudores que no pagaban sus cuentas, o quienes eran multados. También podía elegirse este castigo en vez de ir a prisión por faltas menores. Los otros tres niveles de castigo eran mucho más severos y se los llamaba: ‘convicto siervo’, ‘convicto obrero’ y ‘convicto penado’. En esta última categoría se podía incluir la mutilación, que iba desde marcas en la cara, hasta el corte de algún miembro o ambos. Los hombres eran enviados a proseguir las obras en la muralla, algún canal o abrir caminos. Las mujeres eran enviadas a cosechar o moler grano. 113 Algunos delitos y sus penas ‘Aquellos que deban multas o tengan otras deudas con el Estado deberán pagar de inmediato. Aquellos que no lo puedan hacer, deberán trabajar hasta saldarla. Cada día de trabajo equivaldrá a ocho pesos, y seis si es que el Estado debe proveerle la comida.’ ‘Cuando se junten cinco personas y roben algo que valgo 1 peso o más, se les amputará el pie izquierdo, serán tatuados en su cara y trabajarán forzadamente. Si fueran menos de 5 los ladrones, pero robasen más de 600 pesos, serán tatuados, se les cortará la nariz y trabajarán forzadamente. Cuando lo que roben equivalga a una suma entre 200 y 600 pesos, serán tatuados y trabajarán forzados. Si es menos de 200, serán exiliados. Supongamos que un esclavo con su esposa roban un buey a su dueño y lo venden y escapan y son atrapados ¿cómo serán castigados? Se los hará trabajar forzadamente y tatuados en la cara. Y al término de su castigo serán devueltos a su dueño.’ ‘Supongamos que Fulano roba un buey cuando su altura llega a 1,40 m, pero luego de su detención crece hasta 1,60 (llega a adulto), ¿cómo será sentenciado Fulano? Se lo dejará intacto y hará trabajo forzado.’ ‘Cualquiera que mate a un niño sin autorización será condenado a trabajos forzados. No se aplicará 114 si se mató a un recién nacido subnormal o deforme. Supongamos que un niño es normal al nacer y lo matan porque ya son demasiados niños en ese hogar, ¿cómo será tomado este crimen? Como uno normal.’ ‘Supongamos que alguien, al arrestar a otro que era punile sólo de multa, lo lastima o hiere con una espada o cuchillo, ¿cómo será castigado? Si lo mata, será dejado intacto pero habrá de servir como convicto trabajador. Si sólo lo hiere, será afeitado y castigado a cumplir como siervo en la casa de otra persona.’ ‘Supongamos que Mengana huye de su esposo y se casa con Fulano que también huyó de su matrimonio y Mengana no le dice que anteriormente ella era casada, y se lo dice dos años después, cuando ya tienen un hijo y él no la repudia. Luego son apresados, ¿cómo se los castigará? Serán tatuados en la cara y trabajarán forzadamente.’ ‘Cuando alguna persona deba pagar una multa, o una deuda, podrán hacer que sus esclavos, o bueyes o caballos trabajen por ellos.’ ‘Los prisioneros de guerra serán siervos.’ 115 Tratamiento de los penados ‘Aquellos convictos sirvientes y trabajadores que no lleguen al metro y medio, varones, y las mujeres al metro cuarenta, serán considerados como ´menores´. Cuando los convictos alcancen el metro veinte, ya se pondrán a trabajar.’ ‘Los convictos trabajadores vestirán prendas rojas y pañuelos rojos en sus cabezas. Pueden ser esposados o encadenados. Serán supervisados por agentes y no por otros convictos. Si son enviados a trabajar a otra parte, no podrán entrar a los mercados y deberán mantenerse del lado de afuera de las murallas de la ciudad. En caso de que en su camino pasasen por un mercado, deberán rodearlo, no pueden entrar en él.’ ‘Cuando trabajen para el gobierno, el trabajo de los varones equivaldrá a dos bolsas de grano al mes. El trabajo de una mujer convicta equivaldrá a una bolsa y media. Si no trabajan no ganarán nada. Los menores ganarán una bolsa y media. Los menores que no tengan edad de trabajar ganarán el equivalente a una bolsa al mes. Los niños a cargo o no de una madre, recibirán media bolsa. Quien pague de más o asigne trabajos demasiado sencillos serán sancionados de acuerdo a las leyes.’ ‘Los convictos sirvientes, los convictos supervisores y 116 trabajadores deudores, no deberán ser cargados con el precio de su comida o sus ropas.’ ‘Los oficiales no necesitarán de un petitorio para valerse de convictos trabajadores para extender o reparar murallas, edificios gubernamentales o graneros.’ ‘Cuando los convictos rompan alguna herramienta de trabajo o partes de un carro serán castigados con 10 azotes por cada peso que cueste lo que ha roto. Un oficial que no aplique el castigo de inmediato, será multado con la mitad del precio.’ ‘Una persona común que tenga a su madre o esposa trabajando como convicta podrá comprar su libertad cumpliendo con 5 años en la frontera sin sueldo.’ ‘Si tiene algún cargo podrá comprar la libertad de un padre o madre bajando en dos el grado de su puesto de trabajo. Si un convicto sirviente permite la fuga de un convicto trabajador, él ocupará su puesto y toda su familia será confiscada.’ ‘Los trabajadores deudores podrán volver 10 días a sus hogares en época de trabajar la tierra o de cosechar.’ 117 El Corazón de la Literatura y el Tallado de Dragones Revisando un poco más mis papeles, me topo con un título que haría irresistile la compra del libro: El corazón de la literatura y el tallado de dragones. Lo escribió Liu Xie, en el año 500 a. de C., más o menos. Y leo en una de sus páginas: Si uno escribe de acuerdo a los Clásicos, tiene que estar inbuido de cinco caraerísticas: un profundo sentimiento no manchado por la artificiosidad, pureza de formas, verdad empírica, ideas moralmente correctas, estilo simple sin verbosidad y belleza literaria sin excesos. 118 Lie Tzi Así se conoce a este libro, por el nombre de su autor. Poco más se sabe, incluso se duda de su historicidad. Algunos lo ubican en el 600 a. de C. pero, historiadores más modernos creen que el libro comenzó a circular en el año 300 de nuestra era aunque esté referenciado a la antigüedad. Poseer el Camino Preguntaron al ministro: -¿Puede poseerse el Camino? -Si ni siquiera ese cuerpo es tu propiedad, ¿cómo habrías de poseer el Camino? -¡Cómo que no es mi cuerpo!, ¿de quién es entonces? -Es la forma que te fue dada por cielo y tierra. La vida que te anima no es algo que te pertenezca, es una armonía entre fuerzas, que seguirá su curso por un tiempo que es dado por el cielo y la tierra. Tu naturaleza y destino tampoco son tus posesiones, sino el curso trazado por cielo y tierra. Los hijos tampoco son tus posesiones, te los han cedido cielo y tierra, 119 sacándolos de tu cuerpo del mismo modo que un insecto se arranca su vieja piel. De modo que viajas sin saber a dónde vas, permaneces sin saber sostenido por qué y te alimentas sin saber cómo lo haces. Eres el aliento de cielo y tierra que va de aquí para allá, eres el poseído no el poseedor. 120 El modo de robar El señor Cuo era muy rico, el señor Chiang, muy pobre. Este último visitó a Cuó y le preguntó el método que había utilizado. -Soy muy bueno robando, le contestó, al año de empezar a robar, ya me podía mantener a mí mismo, después de tres años, tenía más que suficiente y empecé a ayudar a los vecinos... Chiang se fue muy contento con la respuesta pero no entendió el modo en que debía robarse y empezó a entrar en casas saltando tapiales, rompiendo puertas y ventanas y metía en una bolsa los objetos de valor que encontraba. Al poco tiempo fue descubierto y castigado. Cuando cumplió su pena fue a ver al señor Cuo y le contó lo mal que le había ido... -Es que no entendiste... Te voy a contar con más detalle: Escuché por ahí: El cielo tiene sus estaciones y la tierra sus beneficios. Esos beneficios que la tierra obtiene 121 de las estaciones del cielo es de lo que yo me apropio: Del beneficio de la lluvia sobre la tierra obtengo cosechas; levanto paredes y techos y encierro animales que crecen de la tierra, robo peces y tortugas al agua, pájaros al aire, todo lo cual es posesión del cielo, por eso digo que las robo, pero no son de otra gente ni mías, así, tomando lo que es del cielo no sufro represalias. En cambio joyas, objetos de oro, monedas y billetes, y las prendas de seda, todos son productos de los hombres, no son producto del cielo, y por tanto si los robas sufrirás las represalias de los hombres. Chiang no quedó muy conforme con la respuesta y consultó a Tonguó, quién le dijo: -¿Pero acaso no es ese cuerpo que usas un robo? 122 Si hasta cuando te nutres con corrección del yin y el yang que te mantienen vivo estás robando, ¿cómo no va a ser un robo el apropiarte de cosas tan ajenas a ti? En realidad, la miríada de cosas que puelan cielo y tierra no son sino una sola, de modo que reclamar cualquier cosa como propia, ¿no es una estupidez? El modo en que roba Cuo está en armonía con ese todo, de modo que no hay represalias para él, pero lo que vos robabas eran objetos privados y por eso fuiste castigado. Pero de todos modos, distingas o no entre común y privado, siempre estás robando. 123 El señor de los monos Un año la cosecha no fue muy buena y hubo que racionar un poco la comida. El hombre avisó a sus monos: -Monos, las cosas no van bien, a partir de mañana comeremos tres cazos de arroz por la mañana, pero sólo dos por la noche... Los monos protestaron mucho y el hombre les dijo entonces: -Bueno monos, tienen razón, vamos a aumentar la comida: por la mañana comeremos dos cazos pero por la noche ¡comeremos tres! Y todos los monos aplaudieron contentos. 124 El Han Fei Han Fei fue un estudioso, pensador, escritor y aspirante a funcionario que deertó la atención del rey de Qin, pero ni bien comenzó su carrera en el estado, fue víctima de los tejes y manejes de un adversario celoso, acusado de conducta impropia y oligado a cometer suicidio en el año 233 a. de C. Veamos un relato de su libro: El observador del tocón En la antiguedad, cuando los hombres eran unos pocos y las criaturas salvajes abundaban, apareció un sabio que con maderas armó unas construcciones que sirvieron a los hombres para guarecerse de los lobos, tigres y leones que los atormentaban. La gente estaba tan feliz que lo nombraron rey del mundo, llamandoló el Gran Constructor. Por aquella época la gente comía frutas, algunas verduras, mejillones y almejas. Pero los alimentos que almacenaban se pudrían, los enfermaban y muchos morían. 125 Entonces un sabio, frotando dos maderas, logró hacer fuego y cocinó los alimentos y a partir de ahí la gente no se enfermó más y el sabio fue reverenciado y se lo llamó El Hombre del Fuego. Ya en la edad media las inundaciones arrasaban con polaciones enteras pero Cun y Xia hicieron unos canales que desviaron el agua y así evitaron grandes calamidades. No hace mucho, hubo unos reyes sumamente crueles, pero fueron destituídos por Tang y Zhou. Ahora bien, si se hubieran construido chozas de paja o frotado palos para hacer fuego en la época de las inundaciones hubiera sido ridículo por completo. Y si alguien hubiera sugerido construir canales para evitar las atrocidades de los reyes violentos, también hubieran sido tenido por inútiles. Los sabios en realidad no toman los logros del pasado e intentan aplicarlos a la época actual, lo que hacen es analizar las necesidades actuales y actuar en concecuencia. 126 Había un granjero en Zhou quien araba la tierra y en su campo había quedado el tocón de un árbol. Un día, un conejo salió corriendo y chocó contra el tronco y se quebró el cuello. Al verlo, el granjero dejó el arado y se quedó sentado cerca del tocón eerando que otro conejo corriera la misma suerte. Pero no obtuvo más conejos, ese invierno no tuvo qué comer porque descuidó sus tareas y fue motivo de bromas de todos sus vecinos. Por eso les digo que todos aquellos que se valen de las normas del pasado para governar hoy en día, pueden se llamados con justeza Observadores del Tocón. Lástima que esta anécdota luego sirviera de refuerzo para la gran quema de libros y asesinato de letrados, «para que no se quede la gente observando el tocón», dijeron. 127 Ceremonias Nocturnas Es media noche. El Gran Salón de Ceremonias está iluminado por cantidad de faroles que proyectan largas sombras. Hace frío. En el centro del salón un cuadrado iluminado por cuatro faroles de madera laqueada y finísima seda, más grandes y brillantes que los demás. El cuadrado alfombrado de verde rodeado por una balaustrada de maderas en color bordó, contrasta con los dorados y rojos de las paredes. Está todo en silencio. En el sector norte están los músicos, tan inmóviles que podrían tomarse por estatuas. Resplandece el enorme gong dorado con el signo del Ying Yang en su centro. De pronto se percibe un susurro, unas puertas que se abren y entra el emperador y parte selecta de su corte. 128 Todos vestidos de gala, sus ropas son majestuosas, difíciles de llevar, impresionantes. Sus movimientos son suaves, estudiados. Caminan con la vista fija en un punto delante, cada uno absolutamente consciente del momento y de cada uno de sus movimientos. Parecieran respirar al unísono. Todos se ubican en silencio en sus sitios. Al sur el emperador, al este los ministros y al oeste el resto de los cortesanos invitados a la ceremonia. Vuelve la quietud a la inmensa sala. Suavemente se escucha como un lamento, pero es el sonido de una flauta. Se suman otros instrumentos de viento. El sonido hiela la sangre. Irrumpe un gong, acompasado, y luego un tambor un poco más quedo. Una impresionante sombra cubre de pronto el escenario: Se aproxima el shamán que llevará a cabo la ceremonia. 129 Su cara está cubierta por una máscara aterradora. Sus ropas son finísimas, con bordados complejos, en los que predominan los colores rojo y dorado. Se mueve lentamente, primero levanta un pie, baja suavemente, apoya el talón, y luego toda la planta siguiendo el rimo que marca el gong. Pareciera haber robado el alma de los presentes. Todos los ojos fijos en él. Todas las mentes fijas en él. La música y sus movimientos son lo único que sucede y allí se encuentra el corazón de cada uno de los eectadores. No es cualquier evento. Se representa la creación del universo luego de haber dado muerte a la serpiente que devoraba todos los intentos previos, el caos. 130 El Shamán rodeará a la serpiente, la encantará con su danza, se aproximará a ella en círculos y tomándola en sus manos, le cortará el cuello. Mostrará la serpiente decapitada, a las cuatro direcciones, la dejará en las sombras y se retirará de escena. Comienza el año apropiadamente. El ritual fue realizado. Tanto se ha dicho de esta danza, tanto se ha escrito. Tan solo el emperador, algunos miembros de la corte y los grandes ministros podían presenciarla luego de una purificación previa de varios días, en los que se llevaban a cabo ayunos y baños rituales. Se decía que si algún indeseale presenciara la escena, moriría en el acto. 131 Otros decían que nada vería, ni siquiera el sector sagrado sobre el que se la representaba. Hoy, empequeñecido el mundo, pude presenciar una parte de esa representación. Es cierto lo que decían. 132 El viento del Soberano y el de la gente pobre Estaba un día el emperador en su sala, bebiendo y escuchando música con algunas chicas del harén, y su espíritu se sintió tan ´alto´ que exclamó con un suspiro: “Ah, esta brisa, cuán magnánima es la tierra que nos cobija, esta brisa que nos trae consuelo a todos, sin importar el rango, ni el poder…” Uno de sus allegados no pudo contenerse y, con el debido reeto, contestó a su majestad el emperador: -No son el mismo el viento del Soberano y el de la gente pobre, para uno es una brisa que refresca, pasa entre flores y ramas de pino y con sus suave aroma, cruza el salón de jade y llega a la sala majestuosa, 133 disipa la borrachera aguza ojos y oídos, relaja el cuerpo y trae bienestar y por eso es llamado el viento de Su Excelencia. El otro llega silbando por corredores y callejones hediondos levanta polvo, golpea puertas y hiela la espalda, tartamudea y grita no sabiendo si está muerto o vivo... y por eso es el viento de los pobres. 134 Los Han Los Han La crueldad de los Qin, si bien permitió unir el imperio más allá de lo que pretendían los señores feudales, no fue buena receta para hacerlo perdurar. Los crueles Qin cayeron tan estrepitosamente como subieron. La historia China empieza mucho, mucho más atrás. Dado el estilo chino de contarla no podemos saber con certeza cuándo. Imaginan, luego sistematizan. Y una vez sistematizado, lo creen y reverencian. Podemos revisar su historia a partir de sus primeros registros escritos y ver allí cómo construyen esa maravillosa idea que aún hoy prosigue su camino: China. Veremos que ya se consideraban ‘chinos’ unos 1500 años antes de Cristo. Tenemos tres grandes dinastías: Hsia, Yan y Chou que llega hasta el año 200 antes de C. O sea, mil quinientos años, más o menos de estar ahí, peleando y construyendo, peleando y construyendo. Eran señores feudales sin mucha imaginería imperial hasta que llegaron los Qin, los primeros que, a fuerza de violencia y terror, lograron que todos esos señores combatientes quedaran bajo el poder de una sola familia. Ahí comenzó a rodar la idea de una China grande, de una China única, no dividida. No es que antes no haya habido épocas de gran desarrollo, claro, lo que decimos es que fue en esta etapa que se cristalizó el 137 concepto ´china´. Se podría decir que con los Quin comenzó la China Imperial. Fue una dinastía que duró muy poco tiempo pero marcó el terreno. Se unió todo el territorio por primera vez administrado por un mismo gobierno centralizado y con un poder hasta antes nunca reunido, controlando una enorme cantidad de recursos y desplegando una magnificencia hasta antes nunca vista, que inspiraba maravilla y pavura entre sus súbditos. Fue la primera vez que la suma de las partes resultaba en algo más que la mera reunión de todos ellos. Pero el empeño que pusieron sus fundadores a través de sangrientas campañas, el logro magnifico conseguido, no les sirvió de mucho. Así como surgió, cayó, violentamente, pero dejaron a sus sucesores, los Han, un importantísimo legado: la idea de un imperio y de una administración del mismo. Los cuatrocientos años que siguieron luego fueron de ejercicio y perfeccionamiento de esa idea que se manifestó en todos los aectos de la vida en China, no sólo en la esfera intelectual. Este proceso merece nuestra atención porque delineó gran parte de la tradición intelectual china (japonesa y coreana también) que ha llegado hasta nuestros días. Los primeros gobernantes Han dedicaron grandes esfuerzos en asentar el logro de los Qin: mantener al imperio unido. Los Qin habían abolido de un salazo al feudalismo, pero este intentó resurgir dentro de los 138 mismos integrantes de la familia Han gobernante y sus miembros debieron contentarse con los derechos que les correspondiesen a la hora de subir al trono y ceder a sus pretensiones como señores feudales en los territorios en donde eran poderosos. La red gubernamental de los Qin se había desintegrado y les llevó un buen tiempo a los Han volver a cimentarla y estandarizarla. Lo mismo en el terreno de las ideas, pero con sistemas muy distintos a los de sus anteriores gobernantes. Y no debemos pasar por alto que en esta revuelta que terminó con los Ch´in murió la mitad de la polación, por la guerra y el hambre que la guerra trajo. La reconstrucción del Imperio fue costosa y se debieron tomar una serie de medidas urgentes para revertir la situación. En uno de los edictos imperiales dicen: “... hemos de entender qué sucedió, si analizamos vemos que el terreno cultivale que poseemos es el mismo, y la gente disminuyó, ¿por qué hay hambre, por qué hay tanto sufrimiento? Algo hemos hecho mal.” 139 La síntesis de los Han En reflejo del horizonte que se expandía en el imperio se desarrollaron una serie de intereses intelectuales concernientes tanto a la cosmología como al orden natural. Han Tzu, cien años antes había escrito: “El Cielo opera con una regularidad constante. No prevalece con un sabio como Yao ni cesa de prevalecer con un tirano como Chieh. Si se actúa en consonancia con él, resulta un buen gobierno, si se actúa a contrapelo, la desgracia será el resultado.” Así, la necesidad de conocer las leyes naturales que rigen al universo era una necesidad no de la persona común, sino de los gobernantes. Las materias que ocupaban a los filósofos de aquella época comprendían, indudalemente, una cantidad de ideas absurdas, pero tomadas en su conjunto nos demuestran la urgencia que se sentía en aquellos días por organizar al conocimiento en un todo coherente, incluyendo meras conjeturas en donde hiciere falta. Eran unos convencidos de que el orden existe en todas las cosas, y de que ese órden de la naturaleza debía reflejarse en la sociedad. Sus esfuerzos constantes apuntaron a descubrir y clasificar en un orden jerárquico a todo el cosmos, “de modo que los hombres puedan entender a todo su entorno, actuar en consecuencia y no verse sorpendidos por lo ineerado.” 140 En el Chu Yu (El Sentido), de Tzu Su, leemos: “Únicamente aquel que se conduce con absoluta sinceridad puede desarrollar completamente su naturaleza. Y siendo que logra desarrollar su naturaleza, puede contribuir a que otros la desarrollen. Logrando que otros hombres se desarrollen, pueden hacer que todos los seres la desarrollen. De ese modo es que contribuyen a los poderes celestiales y terrenos. Y es así que puede, junto a Cielo y Tierra, formar un trío.” Este concepto de trinidad entre Hombre, Tierra y Cielo es básico en el pensamiento de los Han. Era un deber oligatorio de todo hombre conocer las leyes del Cielo y de la Tierra. Y el cielo debe tomarse tanto como lugar espiritual como material. Y así de fuerte también es la convicción de que el hombre, eecialmente aquellos que gobiernan, deben tener un acabado conocimiento de las leyes concernientes a la tierra, particularmente en cuestiones de regadío, inundaciones, distribución de la tierra, construcciones, etc. Los pensadores Han se esforzaron mucho en hacer entender que el bienestar económico es la base de la moral del puelo. Un estudioso o sabio, bien puede elegir ser pobre porque ya tiene un sentido de los valores y una formación que le impedirán hacer dinero por métodos no decentes. Pero a la gente común no se les puede exigir que tengan estos valores. Desean bienestar y riqueza, y si no los consiguen por medios apropiados, lo intentarán por todos los medios. Por eso el sabio, el hombre ilustrado, 141 el gobernante, deben ver que los medios que se utilice la gente sean los apropiados. La gente busca el provecho como el agua el nivel; pero lo virtud no se sigue por simple declive. Deben buscar que ambos sigan un mismo curso, el provecho y la virtud. Y por ello es que el gobernante, el Emperador mismo, es el responsale por la conducta moral de su puelo. Si un pobre roba es porque no puede vivir honestamente. No es su falta sino el resultado de un sistema económico y social errado y por tanto, el responsale es el Emperador que lo dirige. De ese modo, mejorando su conducta y dando el ejemplo, el Emperador mejora la de sus súbditos y a su Imperio. Los confucionistas siempre insistieron en que era un deber de los gobernantes el transformar la naturaleza del puelo; esto es, civilizarlo. Y el primer paso es brindar paz y proeridad. El segundo paso es la educación y ejercitación moral. Y esto se logra a través de los ritos (que incluye todo, desde las ceremonias religiosas a las simples cortesías diarias), la música (y danza) y la literatura. Rituales y música pueden ser aprendidos hasta cierto grado, por todo tipo de personas, pero la literatura es más difícil, un estudio que sólo puede ser emprendido por gente muy capaz y con tiempo libre. El resultado final de este proceso es el sabio, el hombre con una educación completa, aquel que por su educación a logrado desarrollar el sentido moral más agudo posile. Idealmente, él sería el más adecuado para 142 gobernar, pero dada la estructura imperante y el caos que implicaría cambiarla, lo que debe hacer el sabio es aconsejar al que gobierna. Ese es el lugar del estudioso, del sabio, el gobierno. No predica en el campo, no se retira al desierto a trabajar en su salvación personal (salvo que las condiciones de ingobernabilidad sean tales que le sea imposile hacer nada por mejorarlas). Su deber es trabajar a través de la maquinaria gubernamental estalecida para mejorar el orden económico, social y espiritual de su nación. Esta es la filosofía del sistema confuciano. Durante la dinastía Han este tipo de pensadores llegaron al máximo de dominio sobre el sistema social chino, remplazando por completo a la aristocracia feudal de antes. Aliados al sistema imperial, lograron declarar al confucionismo el sistema de pensamiento oficial del estado chino, con un sistema universitario y de exámenes de aptitud, que durante los tiempos de paz les aseguró una posición predominante en la burocracia gubernamental. El filósofo más renombrado de este período, Hsün Tzu, dijo: “El Cielo tiene sus estaciones, la tierra sus medios, el hombre tiene el gobierno. De ese modo es que el hombre forma parte de la tríada con el Cielo y la Tierra. Si el hombre descuida su tarea en la triada y deja todo en manos de Cielo y Tierra, está cometiendo un gravísimo error.” 143 La caída de los Qin, tan estrepitosa como sangrienta, dejó una profunda huella en los pensadores de aquellos días. Probó para su satisfacción que el poder absoluto y el terror no eran suficientes para llevar a buen puerto a un gobierno. La fuerza que terminó con los crueles Qin no fue la de señores feudales ambiciosos descontentos, sino la del puelo raso. Ch’en-She, quien lideró la mayor revuelta, era un peón de campo. Liu Chi, quien erigió la dinastía Han luego de destruir a los Qin y a las facciones rebeldes que peleaban por el poder, era de origen humilde, como la de todos sus camaradas que terminaron venciendo a la fuerzas imperiales y a la de los señores feudales. Y como gente común que eran, sabían perfectamente de los sufrimientos y necesidades de la gente común. Por eso actuaron rápidamente aboliendo las leyes más crueles y dejaron intacto el aparato burocrático. Y mediante su liderazgo el gobierno de los Han fue influenciado por la sinceridad y esfuerzo, simplicidad y frugalidad y el rechazo al mero legalismo que había predominado durante los Qin. Y algo más, que es interesante: Durante la dinastía Han se encontraron libros que permitieron recuperar varios textos de Confucio que no se conocían. ¿Y saben por qué no se los conocía? Porque en China ya había habido quema de libros. Ya se les había ocurrido una idea de esas que tanto gustan a los chinos: Borremos 144 todo el pasado y empecemos de cero. Y del único modo que lo lograremos es eliminando todo vestigio de cultura del pasado. Pero siempre que se les ocurrió semejante idea hubo quien, a riesgo de terriles torturas antes de ser muertos, escondieron todos los libros que encontraron. Jefe Mao, hubo unos cuantos intentos antes que el tuyo de borrar la cultura china del mapa y, gracias a dios ninguno tuvo éxito. Seguramente hemos perdido unos cuantos textos y autores gracias a los imbéciles de siempre. Pero la idea contraria está bien arraigada y siempre habrá quien guarde un papel escrito, aun sin saber muy bien qué dice en él, y arriesgando su vida y la de su familia con el gesto. Y ese amor por la cultura también es China. 145 El Buen mozo, el tesoro y el reeto por la autoridad, tres relatos de la d. Han El buen mozo Zon Ji era alto y elegante. Se vistió para concurrir a la corte y se miró al eejo. Preguntó a su esposa que lo ayudaba: -¿Soy tan buen mozo como el señor Tardy? -Mucho más, contestó su esposa. Zon Ji preguntó luego a una concubina y esta le dijo que era mucho más agraciado que el señor Tardy, por supuesto. Y luego preguntó a unos invitados que estaban en su casa, y estos también le respondieron que era mucho más buen mozo que el señor Tardy. Cuando Zon Ji se encontró con el señor Tardy vio con sus propios ojos que el señor Tardy era más buen mozo y elegante que él. Entonces pensó: “Mi mujer dijo que yo era más buen mozo porque es cercana a mí, 146 mi concubina, porque me teme, y los invitados porque me quieren pedir algo...”. Entonces en la siguiente audiencia con el rey, le contó la anécdota y le dijo: -En todo el reino las mujeres que el rey tiene y sus asistentes son muy cercanos a su majestad, en la corte no hay ministro, secretario o consejero que no le teman, y en todo el reino no hay quien no quiera pedirle algo: ¿no es eso peligroso para su majestad? 147 El control del Tesoro El señor Jin Guo quería para sí el puesto de controlador del tesoro, entonces se acercó al rey y le dijo: -Señor, es absolutamente necesario que vuestra majestad escuche el reporte de los cinco encargados del tesoro todas las mañanas y que tan frecuentemente como pueda usted mismo haga los controles. -Así se hará, le dijo el rey, pero cuando lo hizo una vez, lo llamó a Jin Guo y le dio el puesto. 148 Reeto a la autoridad La zorra para no ser comida por el tigre le dijo: ¡Alto!, yo soy el encargado del reino de los animales... ¡no puedes comerme! Ven conmigo y verás el reeto que todos me demuestran a pesar de mi tamaño. Efectivamente, en cuanto los animales veían al tigre, huían y el tigre creyó en la palabra de la zorra. 149 La muerte del duque Jing y la paz de los dragones Una noche el duque tuvo un sueño espantoso: se le aparecía un ogro con el pelo todo revuelto y largo hasta el suelo que, furioso, le gritaba: “¡mataste a mis nietos, y dios me ha prometido venganza!”. El ogro destruía los portones del palacio y el duque corría a esconderse en su habitación pero el ogro lo perseguía y tiraba la puerta abajo y se le iba encima. En el momento en que lo levantaba del cuello, el duque se deertó. Muerto de miedo por el sueño mandó a llamar al hechicero. El hechicero antes que el duque halase le contó el sueño tal como había sido... «¿Qué será de mí?», le preguntó el duque. «No vas a vivir para comer el grano de la próxima cosecha!», le contestó el shamán. 150 Luego de esto el duque se enfermó gravemente. Durante un acceso de fiebre soñó que la enfermedad se apersonaba bajo la forma de dos niñitos y uno le decía al otro: «El duque va a llamar a un médico excelente, ¿cómo hacemos para salvarnos?» El otro niño le contestó: «Escondámonos entre el pulmón y el corazón, nada podrán hacer contra nosotros ahí». Cuando deertó el duque mandó llamar a su médico. El médico lo examinó y le dijo: «No puedo hacer nada, su enfermedad está entre el pulmón y el corazón». La enfermedad, de todos modos, pareció aliviarse y llegó la época de la cosecha y el duque decidió enfrentar la profecía: se hizo cocinar un plato de cereales y lo comió con gusto. Al ver que no sucedía nada, mandó matar al hechicero por mentiroso. Pero al momento su estómago se dio vuelta y 151 comenzó a vomitar y corrió al baño porque se cagaba encima. Cuando llegó al baño, cayó muerto en agujero de la letrina. Uno de sus servidores haciéndose el importante, contó que había soñado, que el duque moría y que él lo llevaba cargado en sus espaldas. Entonces lo enviaron a la letrina y que cargara con el cuerpo para llevarlo a enterrar. Luego lo ahorcaron para que acompañara a su amo tal como lo había soñado. 152 La piedra que hala En la primavera del octavo año una piedra haló en Weiyu. El duque consultó y le dijeron que las piedras no halan, pero como lo vieron desilusionarse, completaron: «A no ser que un espíritu se encarne en ellas», y al duque se le iluminó la cara. No sabemos qué dijo o qué contaron que decía la piedra, pero el consejero del duque aprovechó la volada para censurar el comportamiento del duque: estaba construyéndose un nuevo palacio y los estados vecinos se frotaban las manos eerando que gaste todo lo que tenía para atacarlo después. Digamos que la piedra haló justo a tiempo. 153 La Paz de los Dragones Un día le fueron con el cuento a Zichan de que dos dragones se estaban peleando en el río Wei, cerca de la capital «y por eso seguramente que tal y tal y tal» y empezaron a sermonearlo pero Zichan los cortó de cuajo: «Si es que se están peleando dos dragones, déjenlos en paz, si nosotros dejamos en paz a los dragones, ellos nos dejarán en paz a nosotros». 154 El Búho Jia Yi (200 – 168 a. de C.) Es la obra más antigua que se conserva en formato de rapsodia, fu, cuyo autor y época de composición son más o menos fidedignos. El texto completo está recogido dentro de la biografía de su autor en Los Anales de la Historia, de Si Ma Chien, compilado alrededor del año 100 antes de Cristo. Jia Yi lo compuso siendo el consejero de un reyezuelo del sur, un puesto al que había sido ´desterrado´ por alguna metida de pata en la corte. Jian Yi lamentaba profundamente su suerte, no era fácil la vida lejos de la corte para quien se había habituado a ella. Y recurrió a todas las práicas del taoísmo para encontrar consuelo. Estaba convencido de que no viviría mucho tiempo más si seguía en esa zona pantanosa e insalubre. Y un día entró por la ventana de su habitación un búho y se posó sobre una de las sillas, un signo de mal agüero. El poema es un poco largo, a mi gusto, claro, pero refleja bien el estilo de las rapsodias, siendo esta del búho, la más agradale de todas las que pude leer, la mayoría de ellas un largo enumerar de objetos y lugares elegantes cuyo único fin pareciera ser el placer de largar al ruedo palabras bonitas. 155 El Búho En el año dan-e, el cuarto mes y el primero del verano, el día gu-zi, cuando el sol estaba bajo en el oeste, un búho entró en mi habitación y sin demostrar temor alguno se posó a un costado de donde yo estaba. Muy preocupado consulté en un libro para descubrir el significado de la inusitada visita. El oráculo dijo: «Pájaros salvajes que entran a un salón: el amo pronto partirá» Hubiera querido poder preguntar al búho «¿A dónde es que iré? ¿me traes buena suerte? Dime, ¿alguna desgracia? ¡Cuéntame lo que me sucederá! ¿Deberé partir de inmediato? Dímelo, ¡dímelo de inmediato!». El búho tomó aire y suspiró, levantó su cabeza y batió las alas pero de su pico no salió una palabra. Dejen que les cuente qué hubiera dicho de haber halado: 156 «Todas las cosas se alteran y cambian nunca hay un descanso, revolviéndose, girando, y rodando por ahí, yéndose y volviendo de lejos, forma y aliento se intercambian como las formas de una chicharra, profunda, sutil e ilimitadamente, ¿quién puede describirla acabadamente? La buena suerte es seguida por la mala, lo malo sigue a lo bueno, pena y alegría se alternan, proeridad y miseria se suceden en la misma tierra, Wu fue un gran estado pero bajo Fu Chia se hundió por completo, Yue fue aplastado en Kuaiji, pero Goujian lo convirtió en Regente, Li Shi, que buscó siempre la grandeza terminó descuartizado en cinco, Fu Yue fue enviado cautivo pero Wu Ting lo hizo su ayudante. De modo que fortuna y desgracia se entremezclan como las hebras de una cuerda. La suerte no puede predecirse ¿quién es capaz de conocer el fin de la historia? El agua, revuelta, corre salvaje, la flecha bien lanzada va directa. 157 Todas las cosas girando y corriendo empujando y forzándose unas a otras. Las nubes suben altas, la lluvia cae en confusión toda mezclada. La Gran Olla que produjo todas las criaturas es infinita, ilimitada, no hay cálculo posile que dé cuenta del Cielo, ni forma de precisar el Tao. El ciclo de la vida está jugado, el hombre no puede percibir su fin Cielo y Tierra son el horno, el obrero, el creador, sus carbones son el ying y el yang, su cobre todas las cosas creadas, uniéndose, partiéndose, fluyendo y expandiéndose, ¿dónde hay persistencia o límite? Miles, miríadas de mutaciones careciendo de un fin o comienzo de pronto forman al hombre: ¿cómo es que se logra esto? Y una vez más es transformado a su muerte: ¿acaso esto te deja perplejo? el obtuso siente orgullo de ser, se ríe de otros enamorado de sí. 158 El hombre sabio ve la vastedad y sabe que todas las cosas son impermanentes. El mísero corre tras riquezas el héroe por un buen nombre. El orgulloso se esfuerza por reunir poder, mientras que la gente común se aferra a su vida, buscando placer, empujados por la aversión, corren enloquecidos de este a oeste. El hombre grande no se comporta así, para él un millón de cambios son un mismo cambio. El estúpido está atado a las costumbres, sufre como un prisionero encadenado. El sabio abandona las cosas y sólo anhela la unión con el Tao mientras las masas vacilan arrastradas por el quiero-no quiero en sus corazones. Límpido e inamovile, el verdadero hombre sólo encuentra la paz en el Tao. Trascendiendo, destruyendo el ego, vasto y vacío, rápido y silvestre vuela en alas del Tao. Descarta la sabiduría, se olvida de las formas, 159 nacido en los rápidos navega y descansa entre los islotes, abandonado a su suerte, despreocupado de sí, su vida es un flotar, su muerte un descanso. Plácido como el agua de un estanque profundo, a la deriva despreocupado como un bote que soltó su amarra, no se complace en estar vivo y cultiva el vacío y la deriva. El hombre virtuoso vive desapegado, acepta el destino y no se preocupa, prolemas, yuyos y espinas ¿qué son para él?» No sabemos si Jia Yi siguió los consejos del búho. Como él temía, murió de disentería poco tiempo después. 160 Cosas de la misma eecie Dong Zhongshu (195 - 115 a. de C.) Cuando se vierte agua en el suelo, ésta evita las partes secas y va hacia las que están húmedas. Si dos troncos se colocan en el fuego, éste evita el mojado y enciende el seco. Todas las cosas rechazan lo que les es distinto y se unen a lo que es igual. Por eso, cuando dos «Chi» son similares, coalescen; cuando dos notas se corresponden, resuenan. La prueba empírica de esto es muy clara: prueba de afinar un chin. La nota Kong o la Shang de otros instrumentos de cuerda resonarán por si mismas. Del mismo modo, las cosas hermosas llaman a otras cosas en la clase de las hermosas, 161 las repulsivas llaman a otras en la clase de las cosas repulsivas. Esto proviene del modo complementario en que se corresponden las cosas de la misma clase. Las cosas se llaman unas a otras, lo igual con lo igual, un dragón trayendo lluvia, un abanico apartando el calor, el sitio donde ha estado un ejército, llenándose de zarzas. Las cosas hermosas o repulsivas, todas tienen un origen. Si se cree que construyen el destino es porque nadie conoce dónde esta su origen. No hay ningún suceso que no dependa para su inicio de algo anterior al que responde porque pertenece a la misma categoría y por eso se mueve. Como he dicho, cuando se toca la nota Kong en el chin, otras cuerdas Kong cercanas reverberan por si mismas en resonancia complementaria; es un caso de cosas comparales, afectadas de acuerdo 162 con la clase a que pertenecen. Son movidas por un sonido no provocado en ellos, y acompañando al movimiento y la acción, describen el fenómeno como un «sona espontáneo» y, dondequiera que hay reacción mutua sin nada visile para explicarlo, suelen describir el fenómeno como sucedido «espontáneamente así». Pero en verdad no hay nada «espontáneamente así.» Cada cosa en el universo está sintonizada con ciertas otras, y cambia cuando éstas cambian. Cambio Constante 163 Autobiografía Ge Hong En los siglos tercero y cuarto, la vida política en China era excepcionalmente turbulenta, marcada por la guerra entre distintos estados, golpes de estado internos, conspiraciones entre familias aristócratas y, como si fuera poco todo esto, la invasión desde el norte de distintas tribus no chinas. Dado este estado de las cosas varios estudiosos le dieron la espalda a la escuela Confuciana y a los intereses políticos, buscando un desarrollo intelectual y espiritual en otros entornos, poesía, taoísmo, misticismo y búsqueda de la longevidad a través de práicas gimnásticas y diversas alquimias. Ge Hong (283-343), de quien sigue un raconto autobiográfico, fue por varios motivos, una figura típica de este periodo. Provenía de una familia pudiente y cantidad de veces fue requerido para evaluar a familiares y conocidos antes de presentarse estos a los exámenes para ocupar un puesto oficial. También fue llamado en su momento a prestar sus servicios en la milicia. De todos modos, la vida de funcionario lo dejó insatisfecho, y aunque nunca renunció a las virtudes tradicionales del confucionismo, se fue interesando más y más en el taoísmo y en la búsqueda de elixires 164 que ayudasen en la adquisición de la libertad espiritual y la longevidad. El relato de su vida no fue pulicado como una obra separada, sino como apéndice a sus obras completas. Todavía no habían desarrollado los chinos la costumbre de escribir una autobiografía ni el comentario de los propios progresos en el desarrollo espiritual. Pero, desde que Sima Quian escribiera una breve autobiografía en el comienzo de su obra magna, algunos autores comenzaron a escribir de ellos mismos en tercera persona, como si lo hicieran acerca de un otro. Aquí, dado que sabemos que el autor es el propio Ge Hong, ha sido cambiado su texto a primera persona. *** Soy el tercero de los hijos de mi padre. Como nací tardíamente mis padres me consintieron demasiado y no me mandaron a estudiar. Cuando contaba con trece años mi padre murió, quedé sin guía y tuve que vérmelas con todo tipo de contratiempos, hasta pasar hambre y frío. Me dediqué yo mismo a las tareas de la granja. Al no haber heredado nada, tan solo tenía las estrellas para contemplar y el pasto para tirarme sobre él. Como la bilioteca familiar se había perdido durante las continuas guerras, no había nada que pudiese leer en mi tiempo libre y luego de trabajar la tierra me veía 165 oligado a cargar un hato sobre el hombro y caminar largas distancias para conseguir quien me prestase libros. Y como difícilmente podía conseguir un libro entero en una casa, esta aividad me consumía mucho tiempo. Más aun: tenía que procurar leña en un bosque y venderla como para tener el dinero suficiente como para comprar pinceles, papel y tinta para poder copiar textos a la luz de un fuego en el campo o en el jardín de alguna casa. Esta fue la razón por la que no accedí a la literatura en una edad temprana. Y como constantemente me quedaba sin papel, debía escribir en ambas carillas y nadie podía descifrar qué decía allí. Recién cumplidos mis dieciséis años pude leer Los Clásicos de la Piedad Filial, Las Analectas, el Libro de las Odas y el Libro de los Cambios. Y como era muy pobre para viajar buscando quién me instruyese, ya sean maestros o amigos más ilustrados, mi interpretación de lo que leía era muy rudimentaria. Y si bien no entendía muy cabalmente lo que leía, esa misma dificultad me mantenía ávido de más lectura. Recitaba en silencio los textos y cuidadosamente memorizaba los puntos clave. El rango de libros por los que fui pasando va desde los clásicos a las historias y cantidad de ensayos filosóficos y, juntando todo, sumarían unos diez mil capítulos. Como era lento y olvidadizo por naturaleza, y como tenía muy pocas ideas propias, mis conocimientos eran muy pobres y tenía dudas acerca de cantidad de puntos. No obstante esto, en mis 166 escritos he tenido la posibilidad de citar mis fuentes de lectura. De acuerdo con el catálogo de la bilioteca imperial y al Tratado Biliográfico, hay 13.299 libros en total (en la dinastía Han), y, desde la dinastía Wei se ha dolado tal número. Teniendo en cuenta esto, fui consciente de la cantidad de libros que hay y que jamás había visto. Como hay muy pocos de estos libros al sur del río Yang Tze, decidí marcharme a la capital en busca de libros raros y difíciles de conseguir. Pero, por aquel entonces se levantó una revuelta y muy a mi pesar tuve que regresar cuando ya estaba a mitad de camino. Ahora, que me aproximo a los cuarenta años, mis eeranzas de una vida larga se están desvaneciendo; tan solo pienso en ir disminuyendo aun más mis ambiciones y limitarme tan sólo a que los míos sean actos sin consecuencias (no-acción, Wu Wei). Todos mis esfuerzos están destinados a mantenerme con vida y cada día disminuyen más mis ansias de erudición. Soy una persona muy poco refinada, mi naturaleza es perezosa, mi charla muy pobre y mi apariencia poco agraciada. Nunca trato de ocultar mis falencias. Llevo un viejo sombrero, zapatos sucios y gastados y un traje raído pero no me avergüenzo por ello. Son muy frecuentes los cambios de moda. A veces veo a la gente llevar cinturones anchos y colgantes, y un tiempo después unas ropas muy sobrias con largas mangas y ajustadas 167 al cuerpo. A veces las túnicas son tan largas que arrastran por el suelo mientras que otras veces no alcanzan a cubrir los pies. Yo, de todos modos, me mantengo en un solo estilo y no sigo los caprichos del mundo. Cuando halo voy derecho a lo que tengo que decir y nunca soy sarcástico ni halo en broma. Si no estoy en la adecuada compañía, puedo mantenerme callado todo el día. Quizá por esto la gente me llame “El estudioso que gusta de la simplicidad”, un sobrenombre que yo adopté para firmar mis escritos. Nací con un físico débil y por tanto padecí cantidad de enfermedades. Y, además de ser demasiado pobre como para tener caballo o carruaje, mi debilidad me impide hacer largos viajes a pie. Pero los viajes, por suerte, no son algo que me atraiga sobremanera. La perversa costumbre de descartar lo fundamental en pos de mantener lo trivial, el poner tanto énfasis en mantener amigos y visitarlos a menudo no me interesa. Por estos motivos he vivido recluido y apartado en mi humilde choza y no me he esforzado en visitar a la gente. Incluso no me he relacionado con mis vecinos ricos e influyentes. Mis ropas no me protegen del frío, mi techo no me aísla de las lluvias, mi comida no alivia mi debilidad y soy desconocido fuera de mi casa. Y nada de esto me causa gran preocupación. Soy demasiado pobre como 168 para tener un sirviente, las cercas de bambú se han derruido, un yuyal crece en mi jardín y han cubierto de tal modo la puerta de salida que tengo que apartarlos para salir. Para llegar a mi habitación debo esquivar el pastizal. La gente critica mi atención por lo lejano y mi abandono de lo inmediato, cuando en realidad lo que sucede es que no tengo a nadie que se ocupe de estas tareas en la casa. Como ignoro las mínimas normas de etiqueta nunca visito a los altos funcionarios. Pero sí hago el esfuerzo de realizar visitas para dar el pésame a familias que han perdido a alguno de sus miembros o a visitar a quienes se enferman. Pero a pesar de mi intención, no siempre puedo llevar a cabo mis deseos debido a mis propias enfermedades. Es frecuente que se me critique por ello y admito mis faltas, pero no me preocupa demasiado. Siento mucho el que se hayan enfermado, pero mis propios males me impiden expresarlo debidamente según es mi intención. Y mientras no tenga cargos de conciencia, ¿por qué habría de discutir con aquellos que no me entienden? Aquellos con dos dedos de frente entienden mis limitaciones y saben que no lo hago por creerme superior y darme aires de persona elevada. (...) Honor, puestos elevados, poder y beneficios son como las visita de duelo, no hay modo de conservarlos con uno cuando han decidido marcharse. La proeridad y la gloria llegan a su fin, tal como les sucede a las flores 169 primaverales que tan pronto se marchitan. Cuando los he tenido nunca me he regocijado de los logros; tampoco me lamenté al perderlos. No valen la pena que causan, las preocupaciones y ansiedad que generan. Más aún, me creo por naturaleza un holgazán sin talentos. Con estas dos caraerísticas, por más que me esfuerce y preocupe en obtener tales mundanalidades, no lograría fama y cargos importantes, más allá de que jamás podría oligarme a hacerlo. Mucho mejor para mí es praicar el camino taoísta y depender tan solo de mí. Solo eero subir a una de las montañas afamadas y quedarme allí a regular mi dieta y cultivar mi naturaleza. No es que quiera abandonar los deberes mundanos, pero sin hacerlo, ¿cómo praicar la difícil y quieta vía? Además, comprender tales asuntos es cosa harto difícil, requiere de considerales esfuerzos. Por tal razón no visitaré ni mantendré correspondencia con poderosos gobernantes. De todos modos, aquellos estudiosos que buscan refugio nunca se ven libres de recibir visitantes que consultan sus dudas y dificultades, lo que es un obstáculo para mantener la concentración adecuada. No es que el Camino sólo se halle en montañas y bosques; el motivo por el cual los praicantes a lo largo de la historia se han dirigido a bosques y montañas, es para mantenerse alejados del ruido del mundo y así mantener en paz sus mentes. Ahora estoy cerca de lograr un viejo deseo; abandonaré mi ciudad natal y me dirigiré al monte Song para seguir los pasos de Fangping y del maestro Liang. 170 Afortunadamente he logrado centrar mi mente en esto y completado mis trabajos filosóficos, incluidos sus capítulos interiores y los exteriores y hoy tan solo necesito terminar de ordenar la disposición de los capítulos como para que los futuros lectores lo encuentren más sencillo. Fueron escritos durante una época de guerras y rebeliones. Y como deambulé de lugar en lugar sin un hogar fijo, cantidad de mis obras se perdieron. De todos modos, nunca abandoné mis pinceles. Esto continuó así por más de una década, hasta el año 304, en que finalmente pude terminar mis trabajos. Consisten en veinte capítulos de los Interiores, cincuenta de los Exteriores, cien de inscripciones en piedras, elegías, poesía y verso libre, treinta capítulos que versan en estrategias militares y proclamas memorales así como sus comentarios. También escribí diez capítulos con biografías de Inmortales, diez que tratan de aquellos que usualmente no se los recuerda y diez con biografías de reclusos famosos, aquellos con elevadas mentalidades que huyeron de los puestos oficiales. Como apéndice, agregué extractos de los Cinco Clásicos, algunas historias, tratados filosóficos y militares, habilidades esotéricas, misceláneas y sucesos extraños. Esto suma un total de 310 capítulos. También armé un índice aparte para mi antología. Los capítulos Interiores de mi obra versan sobre la escuela Taoísta y sus temas, inmortales, longevidad, medicina, fantasmas y demonios, transformaciones, la naturaleza y extensión de la vida humana y la aversión al mal y la mala suerte. 171 Los capítulos Exteriores tratan de los éxitos y caídas del hombre, lo bueno y malo que hay en el mundo, y pertenecen a la escuela Confucionista. Al final de sus notas autobiográficas, el emperador Wen de Wei (202-227), menciona artes tales como estrategias de ajedrez y esgrima. Esto me dio la idea de hacer algo similar. Pero, más que orgulloso de mis habilidades que son por cierto muy modestas, haré un raconto de lo que no sé. Soy físicamente débil y lento por naturaleza y tengo muy pocos pasatiempos y habilidades. De niño no podía lograr lo que otros niños en sus juegos. Durante toda mi vida jamás participé de peleas de gallos, carreras de perros o de caballos. Cuando veía gente abocada a juegos de azar trataba de evitarlos, pero si no me quedaba más remedio, no prestaba atención a lo que hacían. Así, hasta hoy en día ni sé cuantos cuadros hay en un talero de ajedrez o los nombres de las piezas. Otro de los motivos por los que me mantuve alejado de esto es por observar el modo en que estos juegos alteran la vida de las personas, como pierden el tiempo y disturban sus pensamientos, haciendo que los gobernantes dejen sus tareas pendientes, los estudiantes olviden sus estudios, granjeros pospongan sus trabajos, mercaderes pierdan sus negocios. Cuando se trenzan en un juego en la plaza, los jugadores están perturbados internamente y así se los ve de afuera. Pierden su sentido de lo que es correcto y la vergüenza y se transforman en enemigos. Se quitan 172 el dinero unos a otros creando resentimientos y deudas. Tiempo atrás, el duque Min de Song y el príncipe de Wu, tremendos jugadores, terminaron muertos de manera violenta en medio de una rebelión que derivó en guerra que estuvo a punto de arrasar con toda una dinastía. Ese ejemplo debería ser más que suficiente para la posteridad. Me he detenido a observar a los jugadores de ajedrez. Desbordados por la vergüenza y el odio, se empujan y patean, se gritan groserías y se maltratan de manera que terminan con su amistad. Y dado que el resentimiento puede comenzar en pequeñeces, no vale la pena una aividad que puede causar tantos arrepentimientos. Confucio nos prevenía acerca de lo malo que podía resultar de dormir durante el día, algo que no comparto totalmente. Si bien dormir durante el día no trae beneficios, tampoco trae males. Incluso los santos han debido estudiar tres veces los clásicos antes de verse familiarizados con ellos por completo. ¿Cuánto le llevaría entonces al común de la gente en nuestros días? Yo creo que dedicarse a jugar trae menos beneficios que leer un ensayo. Así, como no hallo ningún placer en el juego, no me dedico a ello. Solo la gente vulgar puede verse atraída por ellos. Cuando era joven aprendía arquería, pero no tenía la fuerza suficiente como para tensar el arco al estilo de Yan Gao. Lo praiqué porque la arquería es uno de los 173 seis artes de un caballero y permite a uno defenderse de malandras y ladrones además de poder cazar algún animal para comer. Estando en el campo de batalla le di al conductor del carro que me perseguía. Y al matar a dos rebeldes y a un caballo, escapé de la muerte. También recibí instrucción en el uso de la espada y el escudo. También aprendí palabras y habilidades necesarias como para vencer a un oponente y los métodos secretos, tan eficaces como la magia, que garantizan la victoria. También aprendí el arte de manejar el palo de dos metros que puede servir para peleas con hombres armados de puñales o lanzas. Pero, de todos modos, estas son artes triviales no muy necesarias, tan poco utilizales como el cuerno del unicornio. Además de lo antes mencionado, nada más sé. Debido a que carezco de talento y de conocimientos, por más que me esfuerzo, mis práicas están siempre a contramano de los tiempos, mis acciones se enfrentan a las de todo el mundo, mis palabras desentonan con las acostumbradas y mi paso va cambiado con el de la mayoría. En casa, no tengo las ventajas de ser rico, como lo eran Jin y Zhang; en el mundo no tengo amigos influyentes. Aunque los caminos que he recorrido son extensos, carezco de los miembros de un unicornio; aunque el universo es amplio, no tengo las alas del gran ave. De modo que no puedo elevarme a las alturas como lo hace un halcón y así ayudar en el gobierno del país, ni tampoco podré acarrear gloria a mis ancestros 174 o ser recordado por la posteridad. Mis cualidades no serán registradas por historiadores, mis palabras no se grabarán en campanas y paredes. Por todo ellos es que, al terminar mis escritos, compuse estas notas autobiográficas que, aunque no evitarán mis debilidades, son un intento de que algo quede en un futuro. 175 El Debate de la Sal y el Hierro Aunque las ideas de Confucio fueron tenidas en alta estima desde la época de los Han (200 a. de C.) en adelante, sus seguidores raramente estuvieron en acuerdo con el modo en que se implementaban. Sobre todo durante el gobierno del emperador Wu, cuyas medidas fueron muy criticadas por los Confucionistas. Para generar los medios para subvencionar sus campañas militares, este emperador manipuló la emisión de moneda, confiscó tierras a los noles, vendió puestos y títulos, y subió los impuestos. También estaleció el monopolio gubernamental sobre la sal, el hierro y los licores, empresas que anteriormente estaban en manos privadas. También el negocio de la comercialización de los granos fue fiscalizado buscando estalecer un sistema más equitativo y supuestamente, para evitar la eeculación con el grano, proveer un precio más constante y que la ganancia que brindaba su comercio quedase en manos del gobierno. Desde sus estalecimiento estas medidas fueron muy controvertidas. Los Confucionistas cuestionaron de entrada su moralidad y el efecto que acarrearía sobre la polación. Ellos pensaban que la agricultura era fundamental, la raíz de toda aividad y que las artesanías y el comercio no producían un beneficio real y por lo 176 tanto lo desalentaban. Aunque el gobierno proclamaba que las medidas habían sido tomadas para proteger al puelo de la explotación de los mercaderes, sus críticos argumentaban que enseñaba al puelo los trucos mercantiles para el propio estalecimiento en el negocio. En el año 81 antes de Cristo, luego de la muerte del emperador Wu, eruditos confucionistas que se oponían a la política fiscal estalecida por él, fueron invitados a debatir el caso con el primer ministro, el hombre que había instrumentado tales medidas. Un registro de 24 capítulos de tal debate se conserva, el primero de los cuales se presenta aquí. El Debate En al año 81 antes de C. por un mandato imperial, se encomendó al canciller y primer ministro que debatiese con un grupo de hombres sabios y preparados acerca de las dificultades por las que pasaba el puelo. Los estudiosos dijeron: —Entendemos que el modo de gobernar se basa en la prevención de la frivolidad al tiempo que se promueve la moralidad, en terminar con la búsqueda del beneficio a la vez que se deeja el camino a la benevolencia y al trabajo. Cuando no se enfatiza el beneficio, una civilización florece y mejoran las costumbres de los hombres. 177 Recientemente el monopolio de la sal y el hierro, el impuesto sobre los licores y el mercado equitativo fue estalecido en el país. Esto implica una competencia financiera con la gente lo cual mina su natural honestidad y corrompe el espíritu solidario. Como resultado, unos pocos se volcarán a lo fundamental (el cultivo de la tierra), y la mayoría hacia los secundario (el comercio y la industria). Cuando lo artificial proera la simplicidad declina; cuando lo que es secundario florece, lo básico decae. El acento en lo secundario hace a la gente decadente, el énfasis en lo básico mantiene a la gente sin sofisticaciones. Cuando la gente no es sofisticada la riqueza abunda; cuando son extravagantes, el frío y el hambre tienen lugar. Nosotros proponemos que los monopolios de la sal, el hierro y el licor, así como el mercado equitativo, sean abolidos. De este modo se revitalizará lo básico y la gente dejará de abocarse a lo secundario. De este modo la agricultura volverá a proerar. Esto es lo apropiado. El ministro: —Los rebeldes Xionghu continuamente atacan nuestra frontera. Para la defensa de nuestras fronteras se requiere del esfuerzo del ejercito de nuestra nación. Si no se toman medidas, estos ataques nunca terminarán. El anterior emperador tenía en cuenta las penurias de nuestros asentamientos fronterizos, gente que vive con el continuo temor de los 178 ataques bárbaros. Como medida defensiva, entonces, mandó construir fuertes y estalecer bases militares y cuando fueron escasos los medios para tal empresa fue que ordenó el estalecimiento de estas medidas, el monopolio de la sal y el hierro, los impuestos sobre las bebidas alcohólicas y la regulación del mercado. De ese modo se obtuvieron las ganancias para mantener los puestos fronterizos. Ahora nuestros críticos quieren abolir estas medidas. De este modo menguará el tesoro y los puestos fronterizos quedarán desatendidos. Expondrán a privaciones, hambre y frío a quienes defienden nuestras fronteras ya que no hay otro modo de mantenerlos. La abolición no es apropiada. Los estudiosos: —Confucio dijo: “Quien maneja un reino o encabeza una familia no ha de preocuparse por alejar la pobreza, sino más bien por una equitativa distribución de los bienes. No se preocupa porque sean humildes, sino porque no estén insatisfechos.” Por eso opinamos que el emperador no debe halar acerca de mucho o poco, ni los señores feudales de ventaja y desventaja, ni los ministros de pérdidas y ganancias. En cambio ellos deben estalecerse en ejemplos de benevolencia, trabajo y virtuoso cuidado de su gente, de tal modo, quienes están cerca los seguirá y aquellos de lejanos lugares se someterán con júbilo a su autoridad. Por cierto, quien es un maestro conquistador no nece- 179 sita pelear, el guerrero experto no precisa de soldados y el gran comandante no necesita ordenar sus tropas. Si se logra un alto nivel en templos y en la corte, solo se necesita demostrarlo y traer de vuelta a casa las tropas, ya que el rey que es benevolente no tiene enemigos en ningún sitio. ¿Qué necesidad habría de recaudar fondos entonces? El ministro: —Los Xionghu son salvajes y arteros. Cruzan las fronteras y atacan los puelos, matando gobernantes y oficiales militares fronterizos. Y mereciendo un castigo ejemplar, su majestad el emperador se compadeció de la carga financiera que ello representaría en su gente, así como tampoco quiso exponer a sus oficiales a semejante salvajismo. De todos modos insisto en que necesitamos del ejercito fronterizo, fortalecerlo y expulsar a los Xionghu de vuelta al norte. De nuevo afirmo que terminar con el monopolio, los impuestos y el control de mercado debilitaría nuestro ejército en la frontera y sería desconsiderado para con los poladores de fronterizos. Por ello esta propuesta es desapropiada. Los estudiosos: —Los antiguos honraban la práica de la virtud y desdeñaban el uso de las armas. Confucio dijo: “Si la gente de tierras lejanas no se somete, entonces el gobernante ha de atraerla aumentando su 180 refinamiento y virtud. Y una vez que son atraídos, les da la paz.” Ahora se desdeña la moralidad y la confianza está puesta en la superioridad militar. Se reclutan tropas para campañas y se estalecen bases defensivas. Son estas interminales campañas y el incesante transporte de provisiones, los que complican a nuestra gente en casa y la causa del sufrimiento de nuestros soldados en la frontera. El estalecimiento del monopolio de la sal y el hierro, y el decreto de que los funcionarios de finanzas sostengan al ejército fue una medida temporaria. Y ha llegado el momento de que estas medidas sean abolidas. El ministro: —Los antiguos fundadores de nuestro país sentaron las bases para ambas ocupaciones, primaria y secundaria. Facilitaron la circulación de bienes y crearon mercados y cortes para armonizar las demandas. Se juntó gente de todas las clases y bienes de todo tipo fueron reunidos de modo que granjeros, mercaderes y trabajadores pudieron obtener lo que necesitaban. Cuando el intercambio de productos se llevaba a cabo, cada uno volvía a su casa. El I Ching dice: “Facilitad el intercambio de modo que la gente no se vea sobrepasada en su trabajo.” Esto sucede cuando los granjeros no cuentan con herramientas y mercaderías, y no se logran las comodidades mínimas. Cuando los granjeros care- 181 cen de herramientas no se siembra, del mismo modo que cuando no hay mercaderías, decae la riqueza. El monopolio de la sal y el hierro, y el mercado equitativo, fueron estalecidos para mejorar el intercambio de la riqueza acumulada y para regular el consumo de acuerdo a las necesidades. Es desapropiado que sea abolido. Los estudiosos: —Si por medio de la virtud se dirige a la gente, el resultado será la honestidad, pero si es tentada por el afán de obtener ganancias, se tornará vulgar. Y la vulgaridad la alejará de sus deberes; y pronto se aglomerarán en caminos y mercados. Lao Tse dijo: “Un país pobre parecerá tener abundancia”. Pero no es que sus posesiones sean abundantes, sino que cuando se multiplican los deseos, la gente se torna inquieta. Por eso es que un buen gobernante promueve lo básico y desalienta lo secundario. Refrena los deseos de la gente mediante los principios del ritual y el trabajo, y arregla que el grano sea intercambiado por otras mercaderías. En sus mercados los comerciantes no trafican con mercaderías superfluas ni sus artesanos fabrican cosas inútiles. El propósito de los comerciantes es el intercambio y el de los artesanos la fabricación de útiles y herramientas. Esto no se transforma en algo de incumbencia para el gobierno. 182 El ministro: —Guanzi dijo: “Si un país tiene tierras fértiles y aún así su gente está mal alimentada, la razón es que no hay suficientes herramientas. Si tiene riquezas naturales en sus montañas y mares y aún así su gente es pobre, es que no hay los suficientes artesanos y mercaderes.” La laca escarlata y las plumas de los reinos de Long y Shu; los artículos de cuero, hueso y marfil de Jin y Yang; el cedro, bambú, teca y los juncos de jiangnan; el pescado, la sal y las pieles y fieltro de Yan y Qi; la seda, el lino y otras telas de Yan y You— todo esto es necesario para mantener nuestras vidas o ser utilizados en los rituales. Dependemos de los comerciantes y mercaderes para la distribución y de los artesanos para su elaboración. Por esto fue que los antiguos construyeron los barcos y puentes; domesticaron las vacas y los caballos para poder viajar a través de montañas y llanuras. Viajando a territorios remotos podían intercambiar todo tipo de mercaderías para el beneficio de la gente. Por esto es que el emperador encomendó a los funcionarios del hierro que suplan las necesidades de los campesinos y reguló el mercado para que los bienes sean distribuidos equitativamente. La mayoría de la gente toma al monopolio y al mercado equitativo como su fuente de recursos. Por eso sostengo que abolirlo es inapropiado. Los sabios: —Si un país tiene tierras fértiles y aún así su 183 gente está mal alimentada, es debido a que los comerciantes y obreros han proerado en detrimento de la agricultura. Del mismo modo si tiene riquezas naturales en sus montañas y mares y aún así su gente es pobre, es que las necesidades básicas han sido descuidadas al tiempo que los lujos se han multiplicado. Un arroyo jamás puede llenar una copa que esté agujereada; montañas y mares jamás pueden satisfacer ilimitados deseos. Por esto es que el antiguo emperador Pan Geng praicaba la vida comunitaria, el antiguo emperador Shun ocultó el oro y el fundador de la dinastía Han prohibió que mercaderes y comerciantes ocuparan cargos púlicos. El propósito fue desalentar los hábitos ambiciosos y aumentar la sencillez y sinceridad de espíritu. En la actualidad, aún con todas las trabas al comercio, la gente sigue actuando malamente. Cuanto peor sería si los mismos gobernantes buscasen obtener beneficios. En la Crónica Zhuo se lee: “Cuando el señor feudal se aficiona a sacar provecho, los funcionarios se vuelven desconsiderados y la gente se torna ambiciosa; cuando la gente es ambiciosa, el puelo llano roba.” De este modo, abrir las puertas a la búsqueda de beneficios es auspiciar que la gente se vuelva delincuente. El ministro: —Normalmente los señores feudales y reinos menores envían los productos de sus regiones como tributo. El transporte es prolemático y desor- 184 ganizado y muchas veces estos productos carecen de calidad y es más caro su transporte que el valor que ellos representan. De modo que funcionarios de transporte fueron empleados en todas las comandancias y reinos para que asistan al envío de impuestos y tributos desde las regiones más alejadas. A esto es lo que llamamos mercado equitativo. Una oficina de recepción fue creada en la capital para todos estos bienes. Y a causa de que se los compra cuando los precios bajan y se los vende cuando suben, el gobierno no tiene pérdidas y los mercaderes no pueden eecular buscando un mayor beneficio. A esto es a lo que llamamos un standard balanceado. Se protege a la gente del desempleo y el mercado equitativo distribuye el producto de su trabajo equitativamente. Ambas medidas fueron implementadas para la buena distribución y en beneficio de la gente. ¡Y no es lo que abre las puertas a la delincuencia! Los estudiosos: —Los antiguos estalecieron las levas e impuestos sobre lo que la gente estaba en condiciones de proveer. Así los campesinos contribuían con su cosecha y las mujeres tejedoras con el producto de su habilidad. En la actualidad el gobierno ignora qué tiene y de qué carece el puelo. De ese modo la gente se ve oligada a vender sus productos por muy poco dinero para poder satisfacer las demandas del gobierno. Hace muy poco algunas provincias y reinados ordenaron a su puelo que tejiesen ropas. Con este mandato los 185 gobernantes causaron enormes dificultades a los productores y luego negociaron con ellos. Requisaron no solo la seda de Qi y Tao y los bordados de Shu y Han, sino que confiscaron hasta las ropas más comunes que hace la gente. Y luego se los vendieron ‘a precios equitativos’. De ese modo los campesinos y tejedores sufrieron dolemente. ¿Dónde está la equidad del mercado? Los funcionarios gubernamentales se aplicaron a obtener un mayor control sobre el mercado y almacenaron productos. De ese modo faltó mercadería y los precios subieron y mediante la eeculación los funcionarios pudieron efectuar negocios en beneficio propio. Los funcionarios negociaron en secreto con los comerciantes las mercaderías almacenadas. Los gobernantes compran cuando la mercadería está barata, pero inescrupulosamente y movidos por la ambición de mayor riqueza. ¿Dónde está el standard balanceado? Si el mercado equitativo de la antigüedad ayudó y brindó una justa división del trabajo y facilitó la distribución de sus productos, con seguridad que no fue con funcionarios buscando beneficios personales ni comerciando con esos bienes. 186 Algunos poemas Han La canción es la misma Introducción El emperador Wu de los Han (140-87 a. de C.) ordenó que se constituyese la oficina Yue Fu, Oficina de Música, que debia encargarse de recopilar los viejos cantares a fin de que no se perdieran en el tiempo. Gracias a su decisión, nos han llegado algunos cantares de aquellas épocas lejanas y por ellas sabemos del huérfano, del encanecido veterano de guerra que vuelve al que fuera su puelo, del que no tuvo esa suerte y sus huesos quedaron esparcidos por el campo, de la mujer que se quedó eerando y del amor, claro, que correspondido o no, siempre estuvo presente en el cantar de la gente. 189 El Huérfano Anónima Cuando un niño queda huérfano está destinado a una vida miserale y solitaria. Mientras mi padre y madre vivían viajábamos en un carruaje tirado por cuatro caballos. Ahora que ya no están mi hermano mayor y su mujer me envían lejos a vender mercancías, de aldea en aldea y luego de tantos días y penas, cuando retorno a casa ni siquiera puedo lamentarmemi cara y ojos llenos de tierra, sucio y cansadotodo lo que me dicen es: -¡Ve a preparar la comida! -¡Ocúpate de los caballos! Corro de una habitación a otra, lágrimas cayendo como un torrente. Me hacen levantar al amanecer para buscar agua y al atardecer otra vez debo llenar los tanques. Mis manos están ajadas 190 mis pies sin calzado, duelen de caminar entre espinos y debo seguir aún con la helada, las pantorrillas me duelen tanto que no puedo contener los gemidos. Lagrimeo y lagrimeo, no puedo parar de llorar. En invierno no me dan abrigo ni en verano una ropa liviana. Vivo tan infeliz que no me preocupa la idea de morir. Apura la primavera, los brotes ya aparecen, en el tercer mes me ocupo de la morera y de los gusanos de seda; en el sexto cosecho melones y cuando vuelvo a casa empujando el carro cargado de melones. se me vuelca y nadie me ayuda a cargarlo; en vez de eso se aprovechan y me los roban, les pido me los devuelvan ya que mi hermano y cuñada son muy estrictos. Y he de apurarme por volver aun con las manos vacías para recibir un castigo... 191 Ya se escuchan los sonidos del puelo, tan solo quisiera mandar al otro mundo una carta para mis padres contándoles que a cargo de mi hermano y cuñada no voy a durar mucho entre los vivos. 192 Vieja Canción anónima, del s. V a. de C. Recién había cumplido mis 15 años cuando me reclutaron en el ejército. Ya viejo vuelvo al hogar. En el camino de entrada me encuentro con un paisano y le pregunto por los míos, mi casa... -¿Tu casa?, es aquella, la que está entre los yuyos y plantas silvestres... Conejos se han metido por las endiduras, faisanes vuelan desde las vigas del techo. En lo que fuera el jardín crecen algunos granos silvestres y en el estanque nadan unos pobres patos. Con ese grano me pongo a hacer una sopa y cazo uno de los patos para cocinarme un guiso... Sopa y guiso están listos, pero he de comerlos solo. Aparto los platos y salgo al patio. Miro al este y seco las lágrimas que humedecen mis mangas. 193 A los que combatieron al sur del castillo Anónimo, del s. II A. de C. Combatieron al sur del castillo, murieron del lado norte de la muralla, en el pantano, y no fueron enterrados. Su carne alimentó a los carroñeros. “Digan a los buitres que no les tememos, hemos muerto en el pantano y no fuimos enterrados, ¿cómo escaparían nuestros restos a sus picos?” Las aguas corren rápidas, los juncos son oscuros. Los jinetes dieron lo mejor de sí pero fueron abatidos y sus caballos aún deambulan relinchando. Más allá del puente había una granja. ¿Era al sur o al norte? No alcanzaron a cosechar el grano, no eeremos ofrendas. Sirvieron a su señor con valentía, pero todo fue en vano. Yo los recuerdo, soldados valientes vuestro servicio no será olvidado. Por la mañana salieron a dar batalla, ninguno de ustedes regresó esa noche. 194 Rocío sobre los crisantemos Sobre los crisantemos ¡qué rápido se seca el rocío! El rocío seco esta tarde, nuevamente aparecerá durante el crepúsculo. El hombre muerto... una vez ido, ¿retornará? 195 Una vida de deedidas (Anónimo) Una y otra vez, siempre, una y otra vez lejos tuyo, partido por una vida que se va en partidas. En viaje otra vez, ¡diez mil leguas!, esta vez a la otra punta del mundo. El camino que nos separa es largo y difícil, ¿cuándo volveremos a vernos, cara a cara? El caballo de los tártaros prefiere el viento norte, El pájaro Yue anida en las ramas que dan al sur. Tanto hace que nos deedimos, cada día que pasa más suelta queda mi ropa, nubes viajeras oscurecen el sol, el viajero casi ha olvidado lo que es el hogar y pensar en ti me vuelve un anciano. Meses y años corren rápidos a su fin, mis lamentos no disminuirán esta distancia, más vale que comas tu arroz y florezcas... 196 El pasto y la rivera del río (Anónimo) Verde, verde el pasto de la rivera frondoso, frondoso el sauce en el jardín. Triste, triste, la dama en la torre. Blanca, lanca, sentada en el marco de la ventana. Agradale, tan agradale su cara empolvada. Pequeña, pequeña saluda su mano pálida. Alguna vez fue una bailarina ahora es la esposa de un viajero. El viajero se marchó y no regresa, qué dolorosa es esta cama vacía, permanecer sola... 197 Transitoria, la vida humana (Anónimo) Conduje mi carro hasta la entrada del Este, de lejos contemplé el cementerio frente a la muralla norte, Murmuran, murmuran los olmos lancos, pinos y cipreses flanquean los senderos y bajo ellos tiempo ha yacen hombres muertos. Negra, negra es la noche extensa que los cobija. Hace miles de años que yacen quietos bajo la primavera que verdea. En una infinita sucesión de luz y sombras los años se desvanecen como el rocío de madrugada. La vida del hombre es transitoria, carece de la firmeza de la piedra o el hierro. Desde siempre y a su turno, sean santos o sabios, a todos les ha tocado lamentarse– todos estamos atrapados. Buscando la inmortalidad en pócimas al final terminan intoxicados, mientras se pueda es preferile darle a la botella de vino y cubrirse con ropas cómodas. 198 Siempre el miedo mordiéndonos los talones, sentados miramos las tumbas o el vacío que dejan seres queridos que mueren y no sabemos muy bien qué hacer... Buscamos algo firme pero corremos a los placeres inmediatos, traigan vino, comida, mujeres, música... Nada de eso nos engaña, nada nos consuela, las tumbas siguen con su canto mudo, eeran al Norte de la muralla. 199 No hay camino de vuelta (Anónimo) Los muertos partieron, ya no podemos conversar con ellos. Los vivos están aquí, a ellos debemos dar nuestro amor. Dejo las murallas de la ciudad, miro adelante y veo ante mí tan solo montículos y tumbas. Las más viejas fueron aradas y volvieron a ser campos de cultivo, sus cipreses y pinos derribados para hacer leña. El viento triste en las casuarinas canta su canción, su largo quejido estruja mi corazón, quiero volver a casa, correr a la puerta de mi hogar, quiero volver atrás, pero no hay camino de vuelta... 200 Cantar Triste (Anónimo) ¿Puede una canción tomar el lugar del llanto? ¿Puede el mirar a la distancia tomar el lugar del regreso a casa? Con gran pena recuerdo mi vieja aldea, mi ánimo decaído, maltratado, desolado. Quiero volver a casa pero allí no hay nadie, quiero cruzar el río, pero ya no hay botePensamientos para los que no tengo palabras ¡ruedas de carro ruedan dentro mío! 201 Di de beber a mi caballo junto a la muralla Ch´ien Lin (d. 217) Di de beber a mi caballo junto a la muralla. El agua está tan fría que hielan los huesos. Pedí halar con el Jefe: “Somos soldados de Tai Yuan, le dije, ¿nos tendrán aquí para siempre?” “El trabajo pulico se ejecuta según las órdenes, mueve tu maza, guarda tus palabras, ve con el resto de los trabajadores!”, fue su respuesta. Para un hombre es preferile morir en batalla que masticar su corazón junto a esta muralla. La Gran Muralla, curva tras curva, sigue y sigue, sube y baja colinas por miles de leguas. Aquí, en la frontera, cantidad de muchachos saludales, en sus casas, cantidad de mujeres solas y viudas. Le escribí en una carta a mi mujer: “Mujer, es mejor que me olvides y te vuelvas a casar, sirve con cariño a tu nueva familia y de vez en cuando recuerda al marido que alguna vez tuviste”. Llegó hasta la frontera una carta suya respondiendo “Que estupideces me escribes? ahora, cuando estás en tu peor momento ¡¿cómo podría buscar refugio junto a otro hombre?!” Contesto: 202 “Si parieras un varón, no lo alimentes, si fuera mujer sí, dale buena carne para que coma. ¡Si vieras junto a la muralla la pilas de huesos de los hombres que caen!” Me dice: “Cortaré mi pelo y me reuniré contigo, constante, constante es lo que siento en mi pecho. demasiado bien imagino tus prolemas en la frontera y yo... ¿crees que yo soportaré esto mucho más?” 203 Soportando el frío (Tsao Tsao, 155 -220) Rumbo al norte, cruzando las montañas T’ai Hang, ¡es lento el progreso por sus escapadas laderas! Los caminos son imposiles, los barrancos y zanjas rompen los ejes de los carros. Desolados, cubiertos de nieve los bosques, el viento norte tiene un tono tristísimo; osos pardos detrás de las ramas espían nuestro paso; leopardos y tigres aúllan un poco más allá de la senda. Estos montes escarpados y valles cubiertos de nieve están desiertos, nadie vive por aquí. Doy un largo quejido y estiro mi cuello, una campaña tan extensa da mucho en qué pensar. ¿Por qué mi corazón está tan entristecido? Todo lo que quiero es volver al este, pero las aguas son profundas y los puentes fueron derribados. A mitad de camino no sé si seguir adelante. Confundido y sin guías perdimos el camino, nos ha alcanzado la noche y no tenemos un lugar en que refugiarnos, seguimos y seguimos, cada día 204 nos alejamos un poco más, hombres y caballos hambreados, tal como yo. Cargando a nuestras espaldas leña que juntamos a nuestro paso, cortamos hielo para hervir nuestro potage. Aquella canción sobre Las Montañas del Este… es triste, un relato triste que me abruma de pena... 205 Abrevando los caballos frente a la Muralla Tsai Yung (133-192) Verde, verde el pasto de las orillas, madejas, madejas de memorias para el largo camino. Es largo camino, no puedo soportar la añoranza. Por la noche, acostada, lo veo en mis sueños, en sueños lo veo a él a mi lado. De repente me despierto en otra ciudad, una otra ciudad apartada de la mía, lo busco, doy vueltas y más vueltas, pero no lo vuelvo a ver. Las flores secas conocen lo que es el viento helado, las aguas del océano conocen la helada que baja del cielo. Entro en casa, todo el mundo ocupado en sus cosas, ¿quién querría halar conmigo? Un viajero llega de muy lejos y trae para mí un sobre. Llamo a los niños y abro el sobre, dentro hay un mensaje escrito sobre seda. Me arrodillo y leo los trazos sobre la seda lanca. ¿Y qué es lo que dice la carta, entonces? Al comienzo dice: “Esfuérzate y come!”, Al final: “Siempre te amaré!”. 206 Quiyue El hombre –-bicho miserale-cruza la puerta aterrado por la muerte, un cadáver tirado en el desfiladero, huesos lancos que nadie junta. Paciencia 207 El Cantar de Mu-Lan Anónimo El cantar de Mu-Lan es una balada norteña de Yue. Cuenta la historia de la joven guerrera que viviera en la dinastía Wei (386 – 534), cuando el norte de China estaba regido por los Toba. Dando un suspiro tras otro estaba Mu-Lan sentada tejiendo en la puerta. No se escuchaba el sonido del telar sino los gemidos de la joven. “Oh, jovencita, ¿te lamentas por tu amado?” “En realidad, no tengo amante en quién pensar, pero anoche escuché los preparativos por la guerra que se avecina. El Khan está llamando a sus hombres, han pulicado las listas y en todas figura en nombre de mi padre. Mi padre no ha tenido hijos varones, yo no tengo un hermano mayor. Compraré una espada y un caballo, yo tomaré el lugar de mi padre en esta campaña.” En el mercado del este compró un buen caballo, en el mercado del oeste compró una espada, en el mercado del norte compró riendas y aperos en el mercado del sur compró un buen látigo. Al amanecer abandonó a su padre y a su madre, 208 al atardecer había acampado a la vera del río Amarillo. No escuchó los gritos de sus padres llamándola, sólo escuchó el murmullo de las aguas del río corriendo. Al amanecer del día siguiente abandonó el río Amarillo, al anochecer estaba junto a las montañas Negras. No escuchó los gritos de sus padres llamándola, sólo escuchó el relincho de los caballos de los nómades de Yan. Diez mil leguas cabalgó en misión de guerra, pasos y colinas cruzó como un pájaro. Con el viento norte llegaron los sonidos de los tambores y el viento del invierno chocó contra su armadura. Luego de un centenar de batallas murió el general que los comandaba. Diez años pasaron antes de que los guerreros pudieran retornar a casa. A su regreso fue llamada a comparecer ante el Hijo del Cielo en el Palacio de la Luz. Por sus actos de valentía fue ascendida 12 rangos y le fue entregada una recompensa de 100 talegos de oro. El Khan le dijo: Puedes pedir lo que quieras. “Oh, no quiero ser un oficial de la corte, pero si me entregas un camello, 209 viajaré 1000 leguas por día para regresar a mi vieja casa!” Cuando el padre y la madre se enteraron que regresaba su hija abrazados el uno al otro fueron hasta la puerta de las afueras, Cuando la hermana mayor oyó que volvía su hermana pequeña corrió a ponerse rouge en su cara, Cuando la hermanita pequeña escuchó que la hermana mayor regresaba, tomó su cuchillo y comenzó a sacarle filo y corrió donde cabras y ovejas. “Abrí las puertas que dan a las habitaciones del este, me senté sobre la que fuera mi cama en las habitaciones del oeste, y luego me quité mis ropas de soldado y me puse el vestido que había soñado lucir. Me quedé junto a la ventana para arreglar mi pelo hecho un desastre, me acerqué al eejo y con cuidado me puse maquillaje, salí a la calle y me encontré con los viejos compañeros de guerra, y cómo se sorprendieron al verme!” “Oh, vivimos junto a ti durante 12 años, y jamás soechamos que eras una chica!” 210 El conejo macho dola sus pies hacia adentro cuando se sienta y la conejo hembra es reconocida por sus ojos más brillantes, pero cuando dos conejos corren uno junto al otro ¿cómo distinguir el macho de la hembra?!” 211 ¡Pobres nosotras! Introducción ¿Qué volvía tan malas y amargas a las madres en China? ¿Por qué eeraban que su hijo se casasen para maltratar casi sin excepción a sus nueras, al punto que algunas se suicidaban o volvían a sus casas paternas si allí eran recibidas...? ¿Por qué ese malhumor, ese odioso malhumor que las trastornaba, las volvía brujas, llenas de odio y celos, harpías y traicioneras? Son tantas las historias de su ruindad como los años que se vienen contando. Quizá el verse sometidas sin miramientos a una tiranía marital sin cuestionamientos, quizá saberse el último orejón del tarro. Quizá el desamor, la caída en desgracia, el desprecio o el simple olvido de sus maridos. No debería ser fácil ser mujer. Tan deseada en primavera como olvidada a comienzos del verano. Podemos escuchar sus razones: 212 ¡Pobre de mi! Fu Hsuan (217-278) Pobre de mí, mi cuerpo es el de una mujer, la consideración que me tienen es tan baja que es difícil de describir. Un niño baja a la tierra con el derecho natural a ser nacido. Su corazón masculino palpita con la fuerza de los cuatro mares y no teme a los vientos de diez mil leguas. Una niña nace y no hay celebración alguna, ella no es la joya preciada de la familia. Cuando crece es confinada a los cuartos internos, su cabeza gacha, demasiado tímida como para mirar a otros a la cara. Guardándose las lágrimas es casada en otra aldea, sin avisarle, como una tormenta lo cubre todo con lluvia. Con la cabeza gacha se dedica a sus tareas, dientes lancos apretados tras una línea de labios rojos. Se inclina tantas veces ante mucamas y concubinas como si fuera un invitado no deseado. El amor feliz es como una nube en el desierto, corazones en conflicto son peor que agua en el fuego, cien errores son achacados a la joven. 213 Su cara se arruga con el paso del tiempo, y el marido busca amores nuevos, y si alguna vez fueron forma y sombra hoy son hunos y chinos. Y si hunos y chinos se encuentran de vez en cuando, el amor una vez cortado, queda más separado que Orión de Antares. 214 Horizonte perdido Durante el reinado del emperador Wu, de la dinastía Han, durante los años 110 a 104 a. de C., el emperador mandó casar a la princesa Hsi-chun con el rey de una tribu Wusun como un modo de cimentar un poco la paz y mantener en calma a esos salvajes. Cuando la princesa llegó a las tierras de los Wusum, fue ubicada entre las pertenencias del rey, pero en todos los años que estuvo en tierra extranjera, tan solo una o dos veces fue visitada por su consorte y en esas ocasiones él ni siquiera le dirigió la palabra. Compuso una canción que dice así: Mi familia me unió a un horizonte perdido, fui enviada lejos, a las tierras del rey de los wusum. Una tienda es mi palacio, de cuero sus paredes, carne por comida, leche de cabra por bebida, extraño a mi hogar, mi corazón es una herida dentro de mí, ¡cómo quisiera ser uno de esos gansos silvestres que vuelven a su viejo hogar! 215 Canciones de la medianoche Anónimas 1 El sol cae, voy hasta la puerta de entrada, miro a lo lejos y allá te veo pasar. Bonita, tantos encantos¡ese pelo!y dejas un perfume suave que se huele en el camino... 2 ¿Mi perfume? ¡Sólo unas hojas de sándalo! ¿Bonita? ¿Realmente lo crees? Es el cielo que no nos libra de nuestros 216 deseos: por eso me envía pasar por aquí, por eso es que tu me miras. 3 ¡Noche tras noche! Ni siquiera arreglo mi cabello, Hebras como de seda caen por sobre mis hombros. Estiro mis piernas y rodeo con ellas la cadera de mi hombre. ¿Hay alguna parte de él que no desee? 7 Cuando comencé a anhelar algún día conocerlo, eeraba que nuestros corazones alguna vez se reunieran en uno. Hebras de seda, deseos tejidos sobre un telar roto- 217 quién hubiera pensado que tan pronto vendrían las penas? 9 ¡Tan pronto! Hoy, amor, nos separamos. Y nuestra reunión, ¿cuándo crees que será? Una lámpara brillante alumbra un lugar vacío, apenada y deseosa, no todavía, no todavía no todavía... 12 Por la puerta del frente mis pensamientos vuelan esta mañana... De unos islotes más allá vuelven a casa al anochecer. Charlas y risas, ¿con quién compartir? 218 En lo hondo de mí, oscuro y húmedo, sólo pienso en ti. 16 ¡No dejes pasar el momento! Mientras eres joven, si yerras tu oportunidad, un día, ¡y ya eres vieja! Si no crees mis palabras, mira ahí esos pastos marchitos por la helada. 28 La noche, ¡tan larga! No puedo dormir, me doy vuelta, y escucho el sonido de la clepsidra. Sin razón alguna, amor, 219 y así, ¡tan pronto! todos nos encontramos; deja un gusto amargo, abajo en mis tripas. 33 La noche, ¡tan larga! No puedo dormir. Brilla la luna ¡todo florece! Perdida en pensamientos escucho llamar, una voz llevada por el viento. Y el cielo, vacío, responde al vacío ¡Sí! 220 Un Faisán Voló al Sudeste Anónima Esto ocurrió a fines de la dinastía Han, durante los años 196 a 220 de nuestra era, en la prefectura de Luchiang. Un poeta de por aquellos días se sintió conmovido por la historia y compuso el poema que la cuenta. Estos faisanes son originarios de Asia. Su hábitat es el sur de China y probalemente llegaron a esa zona procedentes de la península malaya. Es el emlema de la belleza y de la dignidad. La condecoración con plumas de faisán era reservada para importantes servicios al estado hasta que en la dinastía Ming llegó a utilizarse para distinguir a los funcionarios del gobierno. Bueno, ahora que nos damos mejor una idea del significado del título veamos el poema: Una rara belleza, con gran dignidad, vuelve a su lugar de origen. Un faisán voló hacia el sudeste, luego de cinco leguas, vaciló. «A los 13 podía bordar seda lanca, a los 14 sabía cocer vestidos. A los 15 tocaba el chin, a los 16 recitaba el libro de poemas a los 17 me hicieron tu esposa y mi corazón estaba partido de pena y tristeza.» 221 «Fuiste nombrado funcionario, yo me mantuve casta, mi amor nunca se desvió. Cantaban los gallos y yo ya estaba junto al telar, día a día, noche a noche, sin descansar. En tres días tejía cinco cortes de tela. No era mi tejido que iba lento, sino que es difícil ser una esposa en tu hogar. No quiero ser echada, pero no hay modo en que pueda quedarme. De modo que, por favor, hala con tu madre para que pueda ser devuelta a mi hogar pronto.» Cuando el joven funcionario escuchó estas palabras se dirigió a las habitaciones de su madre y haló con ella. “De niño mi carta astral decía que sería desafortunado, pero tuve gran suerte en tener una esposa como ella. Nuestra cabellera se unió (nos casamos), compartimos almohada y cama, nos prometimos amor eterno hasta nuestro fin, ambos te servimos con esmero durante estos años. Desde que llegó aquí la conducta de esta mujer ha sido impecale, entonces, ¿por qué la tratas tan mal?» La madre dijo al joven funcionario: «Cómo puedes ser tan débil!, 222 ¡esa mujer no tiene el menor sentido del decoro!, todo pretende hacerlo a su manera, he contenido mi rabia por mucho tiempo, ¡y no la defiendas! Nuestro vecino del este tiene una hija buena, digna de vos, se llama Chin Lofu, ¡tan bonita, imposile de comparar! Yo te la conseguiré como esposa, mejor que nos deshagamos de esta bien pronto, repúdiala, no pienso dejar que se quede aquí!» El joven funcionario se inclinó ante su madre, «Sólo esto puedo decirte, madre, si tu echas a mi esposa, no me volveré a casar en mi vida!» La madre escuchó sus palabras, saltó de dónde estaba sentada y gritó «¡Mi hijo me falta el reeto! ¡Cómo te atreves a defender a tu esposa! He perdido todos mis sentimientos hacia ti, ¡no permitiré que me desobedezcas!» El joven funcionario guardó silencio, se inclinó dos veces y volvió a sus habitaciones. Tartamudeando, no pudiendo articular una frase, se dirigió a su esposa «Jamás te pediría que te vayas de mi lado, pero ahí está mi madre, resongando a los gritos, 223 será mejor que te vayas a tu casa por unos días, yo me tengo que ir por trabajo. No será por mucho tiempo, pronto estaré de vuelta, y en cuanto regrese mandaré por ti. Mejor tranquilizate, no te preocupes más, ten confianza en mí, todo se va a arreglar...!» Le dijo la joven esposa, «¡Basta con este disparate! Hace mucho, comenzada la primavera, dejé mi hogar para venir a tu lado. Todo lo que hice fue obedecer a tu madre, jamás hice las cosas como me parecían. Día y noche me esforcé en el trabajo de la casa, sin parar hasta que la fatiga me paralizaba, yo sé que no me comporté mal, hice todo lo que pude por pagar la deuda contraída con tu madre. Y ahora me echa de su casa¿cómo podés decirme que luego de un tiempo vuelva? Tengo un vestido bordado, tan precioso que brilla con su propia luz. Tengo cortinas doles para la cama matrimonial, con pequeñas bolsitas con esencias perfumadas, una para cada esquina, tengo cajas y cestas, sesenta o setenta de ellas, atadas con cintas de colores, cada una de una forma diferente, 224 y en ellas todo tipo de artículos útiles y preciosos. Pero si una persona no tiene valor alguno, seguramente sus cosas tampoco, no creo que le sirvan a quien venga a reemplazarme. De todos modos dejo todas mis cosas quizá puedan utilizarse como regalos. No volveremos a vernos, de vez en cuando míralos, si te place, y a lo largo de los años, por favor, ¡no me olvides!» Los gallos comenzaron a cantar, amanecía; la esposa se levantó, se vistió con cuidado, se puso su pollera bordada, realizando cada movimiento cuatro o cinco veces Calzó en sus pies los zapatos de seda sobre su cabeza la peineta de carey, sobre su cintura ató un lazo de seda, en sus orejas colocó aros de perlas. Sus dedos eran alargados, su boca como si fuera delineada por bermellón, graciosamente caminó con pasos cortos, con una gracia inigualale en el mundo. Subió al hall, se arrodilló frente a su suegra y la suegra dio el consentimiento a su partida, no la detuvo. «En el pasado, cuando yo era pequeña, habiendo nacido en el campo carecí de una instrucción y educación apropiada, 225 y se sumó a mi mala suerte el haber entrado a su familia. Recibí generosamente de usted cantidad de presentes y ropas pero nunca pude servirla como se merecía. Hoy vuelvo a mi antiguo hogar, y lamento si con mi partida quede usted escasa de ayuda.” Luego fue a deedirse de su pequeña cuñada, las lágrimas le caían como un rosario de perlas. “Cuando llegué aquí como una novia recién aprendías a ponerte de pie y te sostenías de la cama, y hoy, cuando me devuelven a mi antigua casa ¡estás tan alta como yo! Sé diligente, cuida de tu madre, y cuida de ti del mismo modo. Cuando lleguen los días festivos recuerda lo juegos que jugábamos juntas.” Luego salió por la puerta, subió al carruaje y partió, sus lágrimas cayendo como cien torrentes, o más. El funcionario ya había partido en su caballo, antes que la mujer en su carruaje, rumle rumle, traca traca las ruedas iban, y a la entrada de la ruta ambos se encontraron. El joven desmontó de su caballo y subió al carruaje, con la cabeza gacha así le haló al oído: «Juro que jamás te dejarésólo ve a casa por una temporada. 226 Tengo que ocuparme de asuntos del gobierno lejos de aquí, pero volveré pronto. Juro al Cielo que no seré desleal!» La joven esposa dijo al marido: «Estoy agradecida por tu preocupación. Si es así que tanto te intereso, puedo eerar que tu regreso sea pronto. Tienes que comportarte como una roca y yo ser ligera como un junco. Los juncos son fuertes por su capacidad de ceder, las rocas son inamoviles. Pero yo tengo a mi padre y un hermano mayor con temperamento violento como el trueno. Dudo que me dejen en paz, se sólo pensarlo mi corazón tiemla!» Y dejaron que sus manos se despidan con mil cariños, dos almas unidas por un solo deseo… A través del portón entra a su antigua casa la joven esposa, no sabiendo cómo enfrentar a su familia. Su madre juntó su manos al cielo y exclamó «De todos los hijos, ¡jamás creí que ella sería rechazada! a los 13 le enseñé a tejer, a los 14 ya sabías cómo coser un vestido, a los 15 tocabas muy bien el chin, a los 16 comprendías las normas de comportamiento 227 y decoro, a los 17 te envié como prometida, convencida de que jamás faltarías a tus votos. ¡¿Cómo, entonces, si no te has comportado mal, cómo es que te mandan de vuelta a casa?!» Lanzhi se avergonzó ante su madre y sólo alcanzó a contestar: «En verdad, madre, no he hecho nada malo», y su madre se apenó enormemente por ella. Cuando habían pasado unos diez días más o menos, el magistrado del lugar envió un casamentero: «Es por el tercer hijo del magistrado, dijo, un muchacho muy buen mozo, como pocos se han visto, recién cumplidos los dieciocho o diecinueve, brillante cuando hala, un chico con mucho talento!» La madre le dijo a su hija, «Mira, es una propuesta que merece contemplarse» Pero la hija, cubierta de lágrimas, respondió: «Cuando regresé a casa, mi esposo me lo pidió una y otra vez y juntos nos juramos que jamás nos separaríamos. Si hoy tuviera que faltar a tal juramento, qué podría eerarse de mi? Rompamos estas negociaciones, o digamos que necesitamos más tiempo para pensarlo.» La madre le dijo al casamentero: 228 «La chica de nuestra pobre y humilde casa recién ha sido devuelta de su primer matrimonio. Si no fue encontrada acorde para mujer de un funcionario menor, cómo va a ser ahora la esposa del hijo del magistrado? Les ruego que busquen alguien más apropiado, nosotros nunca podríamos consentir.» A los pocos días de que el casamentero pasara, tocó a la puerta un enviado del gobernador con la siguiente propuesta, ya que la familia de la joven Lanzhi había sido por varias generaciones miembros del gobierno, el gobernador había pensado en que su quinto hijo, el favorito, y todavía soltero, podría unirse a la joven y de ese modo las familias sumar poder y conveniencia, que por eso venía, «En la familia del gobernador está este joven caballero al que quieren casar con vuestra hija y por tal motivo he sido enviado a vuestra honorale casa.» La madre se disculpó ante el enviado: «Mi hija ya ha dado su palabra en otro lugar, qué puede decir ahora una vieja como yo?» Cuando el hermano mayor de Lanzhi se enteró, se enojó muchísimo y le dijo a su hermana menor: «Qué es esta insensatez por parte tuya, 229 qué manera de manejar tu futuro es esta! Estabas casada con un oficial menor y ahora puedes unirte a un caballero tan fino, ¿cómo se te ocurre rechazar esta oferta? Lanzhi levantó su cabeza y le contestó: «Lo que decís es razonale, hermano. Dejé a mi familia para servir a un marido, pero estoy acá devuelta a la casa de mi hermano. Tus deseos deberían ser ley en estas cuestiones, ¿cómo podría yo intentar imponer mis ideas? A pesar de que mi antiguo marido y yo hicimos promesas, es seguro que ya jamás volveré a verlo. Demos consentimiento a este pedido, entonces, y comencemos con los arreglos para el matrimonio.» El casamentero tuvo que sentarse ante la sorpresa y solo decía: «Muy bien, qué bien, sí, claro, sí, sí!» Y volvió con la respuesta afirmativa a casa del gobernador, «Vuestro sirviente ha cumplido con lo encomendado, la charla terminó en un espléndido arreglo!» Cuando escuchó el gobernador, su corazón se llenó de alegría y entusiasmo. Miró al calendario, consultó los libros, y llegó a la conclusión de que ese mismo mes era apropiado. «Todo dice que es una época propicia, el día 30 es muy apropiado, veamos, hoy es 27, 230 vuelve y arregla todo para la boda!» Se haló, los preparativos comenzaron, incesantes corridas, como ríos de nubes, gorriones y gansos corriendo en el viento, carros dorados con ruedas coronadas en jade, iban y venían mensajes y presentes, un regalo de bodas de tres millones en efectivo, todas las monedas doradas en cordones verdes, tres cientos rollos de tela en ropas de distintos colores, exóticos pescados comprados en las lejanas ciudades costeras sureñas de Jiao y Guang, sirvientes, cuatrocientos o quinientos de ellos, todo saliendo en tandas de las puertas del gobernador. La madre le dijo a su hija: «¡Has recibido una carta del gobernador. Mañana se acercará a saludartepor qué no vas preparando las ropas adecuadas? No vayas a estropearlo todo ahora!» La hija guardaba silencio, nada decía, con un pañuelo enjugaba sus lágrimas que rodaban como si fuera una cascada. Movió su precioso asiento junto a una ventana en sus manos una regla y una tijera y un rollo de tela satinada y gazas. Para la mañana ya había terminado su camisa, para la tarde la pollera, y al atardecer su chaqueta y al terminar el día y ocultarse el sol, 231 con pensamientos sombríos se dirigió a la puerta de entrada, llorando. Cuando llegó a oídos del joven funcionario pidió permiso para regresar por un tiempo a su hogar, y cuando aún estaba a dos o tres kilómetros su caballo comenzó a relinchar lastimeramente. La joven esposa reconoció de lejos al caballo, calzándose sus zapatos salió a recibirlo, mirando ansiosa a la distancia, y entonces lo supo: su marido había regresado! Levantó su mano y golpeó la montura, con lágrimas que brotaban de su corazón. «Desde que nos apartamos innumerales cosas han ocurrido! No pude sostener mi promesa, pero creo que vas a entender cómo sucedió. Tengo padres a los que obedecer, y mi hermano presionó también, y lograron que diera mi palabra a otro hombre¿cómo podía saber yo que volverías por mi?» El joven funcionario dijo a su esposa: «Debo felicitarte por tu modo de proerar en el mundo! La roca es sólida y permanentepuede permanecer inalterale por miles de años. Pero los juncos –su fuerza dura de la mañana al atardecer! Te volverás poderosa y muy reetada día a día- 232 yo viajaré solo al Otro Mundo!» Su esposa dijo al joven funcionario: «Qué estás queriendo decirme al halar así?! Ambos fuimos forzados contra nuestra voluntad, tanto vos como yo lo fuimos! Y si tiene que ser en el Otro Mundo en dónde nos vamos a encontrar… ¡pues que así sea!» Dieron por terminada la discusión y cada uno siguió volvió con su familia. Aún vivos estaban separados como lo hubieran estado muertos, con grandísimo dolor y resentimiento, tan solo pensando en cómo abandonar este mundo desgraciado, conscientes de que no podían seguir así mucho más. El joven funcionario regresó a su casa y subió a las habitaciones de su madre, se arrodilló frente a ella y le dijo: «Hoy los vientos soplan fieros y fríos, estos vientos lastiman los tres miembros y las orquídeas del jardín quedaron sepultadas por el hielo, (el nombre de su esposa, en chino significa orquídea) vuestro hijo hoy camina en las tinielas rumbo y quedarás sola ahora, y esto lo hago por propia voluntadno culpes a dioses o a espíritus. Ojalá los años que te quedan sean firmes como rocas en las montañas y 233 vuestros cuatro miembros se mantengan fuertes y firmes.» Cuando la madre escuchó estas palabras, con lágrimas en los ojos, le respondió: «Eres el hijo de una gran familia que ha servido en las oficinas gubernamentales desde siempre. No seas tonto, no mereces morir por esa mujer, cuando ella es tanto más inferior a ti! Nuestros vecinos del este tienen una hija preciosa, su belleza no tiene igual en toda la ciudad. Tu madre hará los arreglos para que sea tuya, y lo haré antes de que termine el día!» El joven se inclinó una vez ante su madre y dejó la habitación. Una vez solo, entre lamentos desgarradores, pensó en lo que haría, volvió su cabeza y miró a través de la puerta mientras el dolor le oprimía el pecho más que nunca. Ese día las vacas mugieron, los caballos relincharon cuando la novia entró al compartimiento nupcial. Y luego de que cayera la noche cuando todo estaba quieto y la gente descansaba ella dijo: «Mi vida termina hoy, mi alma se va, mi cuerpo quedará.» Levantó su pollera, se quitó los zapatos de seda, y se tiró al lago traslúcido. Cuando el joven funcionario se enteró comprendió que estarían separados para siempre. 234 Dio unos pasos alrededor del árbol, y se colgó de una rama que daba al sudeste. Las dos familias accedieron a enterrarlos juntos, los enterraron en la ladera de la Montaña de las Flores. Al este y oeste fueron plantados cipreses, izquierda y derecha plantaron otros árboles. Las ramas crecieron y se unieron formando un pabellón hojas tras hojas entremezcladas. Y en el medio de ellas, dos pájaros, dos patos mandarines, que levantaron sus cabezas y gritaron uno a otro durante toda la noche hasta que despuntó el día. Los viajeros detenían su marcha para escuchar, y esto les digo a ustedes, oyentes de tiempos futuros: recuerdenla, jamás olviden esta historia! 235 BIBLIOGRAFIA DEL TOMO I The Chinese Language, De Francis, University of Hawai The Languages of China, Ramsey, Princeton Chinese, Norman, Cambridge The Columbia Anthology of Traditional Chinese Literature, Victor Mair, Columbia The Columbia History of Chinese Literature, Victor Mair, Columbia The Columbia Book of Chinese Poetry, Burton Watson, Columbia An Anthology of Translations, Clasical Chinese Literature, Minford and Lau, Columbia The Indiana Companion to Traditional Chinese Literature, Nienhauser, Indiana Anthology of Chinese Literature, Cyril Birch, Grove The Book of Songs, Arthur Waley, Grove The Ancho Book of Chinese Poetry, Barnstone, Anchor Wen Han, Selections on Refined Literature, Xiao Tong, tr. Knechtges, Princeton A New Account of Tales of the World, tr. Mather, Michigan University Chinese Poetry, Yip, Duke University The Grand Scribe’s Recods, Ssu Ma Chien, tr. Nienhauser, Indiana Recods of the Grand Historian, Sima Quian, tr. Burton Watson, Columbia The Tso Chuan, tr. Burton Watson, Columbia 237 Dinastía Han, Maeth et alt, Colegio de México The First Empero of China, Clemens, Sutton The World of Thought in Ancient China, Schwartz, Harvard Sources of Chinese Tradition, De Bary et al, Columbia Early Chinese Literature, Burton Watson, Columbia A History of Chinese Philosophy, Yu-lan, Princeton A History of Chinese Civilization, Gernet, Cambridge Chinese Civilization, a Sourcebook, Buckley, Free Press Inscribed Landscapes, Strassberg, California Lieh-tzu, tr. Graham, Columbia Oracle Bones, Hessler, Harper Collins The Great Wall, Lovell, Grove 238 Perplejo ante las palabras de los antiguos, escuchándolos todos los días