integración de la competencia estratégica en el

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INTEGRACIÓN DE LA COMPETENCIA ESTRATÉGICA EN EL
APRENDIZAJE DE LA COMPRENSIÓN LECTORA EN ÁRABE
Fernando Ramos López y Cristina García Cecilia
Departamento de Filologías Integradas. Universidad de Alicante
fernando.ramos@ua.es, cristina.garcia@ua.es
RESUMEN
Las directrices sobre enseñaza de lenguas extranjeras sugieren la integración de la
competencia estratégica en el aprendizaje como medio para fomentar la autonomía del
estudiante y la eficacia en la comunicación. La inclusión efectiva de las estrategias de
aprendizaje y comunicación en la guía docente de lengua árabe puede contribuir a mejorar y
ampliar el desarrollo de la competencia comunicativa en árabe, superar problemas de
aprendizaje y alcanzar resultados óptimos con menos esfuerzo. Esta comunicación pretende
plantear las posibilidades y ventajas que ofrece la integración del componente estratégico en
el desarrollo de la competencia comunicativa en lengua árabe, concretamente en la
competencia lectora.
PALABRAS CLAVE: Estrategias de aprendizaje y comunicación. Lengua árabe.
Competencia lectora.
INTRODUCCIÓN
Desde finales de los años setenta, los investigadores en didáctica de lenguas y los
docentes de lenguas extranjeras vienen discutiendo en torno a las ventajas e inconvenientes de
incluir la competencia estratégica como uno de los componentes de la competencia
comunicativa. No todos los especialistas están de acuerdo en considerar el componente
estratégico parte integrante de la competencia comunicativa, y tampoco existe consenso sobre
la definición y delimitación del término “estrategia”.
Sin embargo, los sucesivos proyectos del Consejo de Europa sobre enseñanza y
aprendizaje de lenguas modernas enfatizan la necesidad de que el estudiante sea capaz de
desarrollar un aprendizaje consciente, poniendo en funcionamiento estrategias de aprendizaje
y comunicación, de modo que vaya ganando autonomía progresivamente en el estudio de la
lengua a lo largo de toda la vida. Así, según el MCER, la competencia comunicativa integra,
no sólo la dimensión estrictamente lingüística, sino también la dimensión estratégica, y
reconoce que el desarrollo del aprendizaje consciente como complemento a las actividades
prácticas mejora las competencias pragmáticas.
El objetivo de esta comunicación es poner de relieve la utilidad de integrar la
competencia estratégica en la guía docente de Lengua Árabe II (nivel A1) a través del
entrenamiento consciente de una serie de estrategias significativas. Las estrategias que
contemplamos en este trabajo tienen como finalidad primera el desarrollo eficaz de la
competencia lectora puesto que, en el caso del árabe, es probablemente la destreza que mayor
dificultad entraña. Y como fin último, pretenden contribuir a que el estudiante logre una
comunicación y un aprendizaje más eficaz que le conduzca progresivamente hacia la
adquisición de una mayor autonomía y motivación.
MARCO TEÓRICO Y OBJETIVOS: COMPETENCIA ESTRATÉGICA Y LENGUA
ÁRABE
El concepto de competencia estratégica es complejo en tanto que se refiere a un
proceso cognitivo. Desde finales de los años setenta, las investigaciones sobre las estrategias
de aprendizaje han dado como resultado distintas definiciones y clasificaciones sin que los
especialistas en didáctica de lenguas extranjeras hayan llegado a un consenso sobre su
aplicación didáctica en el aula.
No obstante, entendemos que sí existe acuerdo en torno a dos aspectos generales. El
primero es que pueden diferenciarse dos grandes grupos de estrategias: las cognitivas,
aquéllas que desarrollan la competencia comunicativa lingüística, y las metacognitivas, que
ayudan al estudiante en el hábito de la planificación y el control del aprendizaje. El segundo
aspecto sobre el que existe consenso es que el desarrollo de estos dos tipos de estrategias de
aprendizaje y comunicación contribuye positivamente a que el estudiante tome conciencia de
su proceso de aprendizaje, optimice su capacidad de comunicación y adquiera
progresivamente una mayor autonomía de actuación.
Por su parte, el MCER reconoce la validez del uso de estrategias para mejorar la
competencia comunicativa y considera las estrategias como “un medio que utiliza el usuario
de la lengua para movilizar y equilibrar sus recursos, poner en funcionamiento destrezas y
procedimientos con el fin de satisfacer las demandas de comunicación que hay en el contexto
y completar con éxito la tarea en cuestión de la forma más completa o más económica posible,
dependiendo de su finalidad concreta”.
Teniendo todo ello en cuenta, consideramos pertinente incluir en nuestra guía docente
de lengua árabe una serie de estrategias con las que conseguir que el estudiante realice un
aprendizaje consciente y efectivo de la lengua árabe. Integrar el componente estratégico
dentro del programa de curso podría considerarse que resta protagonismo a las actividades
propias de la práctica lingüística en términos de tiempo empleado en cada una de ellas; no
obstante, desde nuestra experiencia como docentes y usuarios de la lengua árabe pensamos
que merece la pena invertir un tiempo suficiente en practicar ciertas estrategias dadas las
ventajas que pueden ofrecer ante las dificultades del árabe.
El árabe pertenece a la familia de las lenguas semíticas, tradicionalmente consideradas
lenguas difíciles debido al sistema de escritura y a diversos aspectos gramaticales de orden
fonético, morfológico y sintáctico que la alejan de las lenguas latinas. No obstante, pensamos
que estas dificultades pueden atenuarse de modo significativo mediante la aplicación de
recursos didácticos adecuados. El objetivo de este trabajo es proponer el entrenamiento en una
serie de estrategias orientadas al desarrollo de la competencia lectora para el nivel A1,
basadas en el reconocimiento de los esquemas morfológicos del árabe.
La morfología árabe se caracteriza por la interdigitación del morfema raíz, compuesto
por la combinación de tres consonantes que aporta un carga semántica primaria, y el morfema
funcional o esquema morfológico, que imprime la categoría gramatical y los diferentes rasgos
lingüísticos. La formación de palabras se basa en la aplicación de los mecanismos de
infijación, prefijación, sufijación, prolongación, supresión y duplicación sobre la base de la
raíz a partir de un catálogo cerrado de patrones morfo-semánticos. Este sistema permite que la
escritura árabe pueda prescindir de anotar las vocales lo que supone para el estudiante de
árabe una dificultad añadida a la complejidad propia del proceso lector.
Sin embargo, consideramos que esta característica, que resulta ajena al sistema de las
lenguas occidentales, puede convertirse en objeto de aprendizaje estratégico mediante la
aplicación de estrategias adecuadas que faciliten de manera gradual la comprensión lectora y
la realización de la lectura correcta. Al igual que el hablante nativo árabe, que ha adquirido la
lengua de forma natural, tiene en mente, aun de manera inconsciente, este esquema de
interdigitación y puede hacer sus propias deducciones a partir de él, el estudiante que aprende
el árabe como lengua extranjera puede entrenarse conscientemente en el funcionamiento del
sistema lingüístico como estrategia de aprendizaje y comunicación.
La información lingüística que el aprendiz puede extraer del sistema morfo-semántico
descrito, basado en la combinación de una raíz consonántica y un paradigma morfológico,
correspondiente al nivel A1 del árabe, es la siguiente:
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la vocalización de la palabra.
el género de la palabra: masculino, femenino.
el número de la palabra: singular, dual y plural.
el tipo de plural: sano o fracto.
la categoría gramatical: nombre, verbo y partícula.
el nombre: información morfo-semántica: nombre de acción, nombre de lugar,
participio activo simple, adjetivo calificativo, nombre de intensidad (oficio).
el verbo: tiempo y persona.
Se trata de que el estudiante, a través de la puesta en funcionamiento de las estrategias
propuestas a continuación, vaya adquiriendo conciencia del sistema lingüístico del árabe
desde el inicio de su proceso de aprendizaje. El tratamiento de los datos lingüísticos de forma
planeada y el entrenamiento en la aplicación sistemática y la interiorización de estas
estrategias mediante procesos de práctica en el aula, puede contribuir positivamente y de
forma gradual a la comprensión lectora y la realización de la lectura correcta. Asimismo,
conduce al aprendiz al fortalecimiento de la seguridad a la hora de enfrentarse al texto escrito
y favorece su motivación y capacidad de aprendizaje autónomo.
MÉTODO Y PROCESO DE INVESTIGACIÓN: LAS ESTRATEGIAS DE
APRENDIZAJE DE LA COMPRENSIÓN LECTORA EN LA GUÍA DOCENTE DE
LENGUA ÁRABE II (NIVEL A1)
Como apuntábamos anteriormente, no existe consenso en la definición del término
estrategia ni tampoco en su clasificación. De hecho, son muchos los investigadores en este
ámbito que han aportado extensas taxonomías descriptivas de los diferentes tipos de
estrategias. Todas las estrategias seleccionadas para este trabajo pertenecen al grupo de
estrategias cognitivas, es decir, las que se relacionan directamente con las actividades
comunicativas de la lengua. Concretamente, hemos considerado las que mejor se ajustan a
nuestro objetivo de contribuir al desarrollo de la lectura y la comprensión lectora en árabe
mediante la asimilación consciente y progresiva del sistema morfo-semántico del árabe. Las
estrategias propuestas susceptibles de ser entrenadas desde el nivel A1 son las siguientes:
1. Atención selectiva: Se trata de adelantar los elementos lingüísticos sobre los que se
va a centrar la atención y de identificar semejanzas, diferencias, ausencias o repeticiones. Un
ejemplo de aplicación consistiría en centrar la atención en la terminación de la palabra para
detectar la presencia o ausencia de las distintas marcas de número (singular, dual o plural) o
género.
2. Razonamiento deductivo: se trata de deducir, de aplicar reglas generales a las
nuevas tareas que requieran el uso de la lengua o de construir de forma creativa. Ejemplos de
aplicación podrían ser: deducir que la presencia de la ta marbuta denota que el género de la
palabra es femenino. Añadir este morfema de género para formar el femenino de las nuevas
palabras. O utilizar el esquema de participio activo para construir una profesión a partir de
una raíz verbal que denota la acción relativa a la actividad.
3. Clasificación y agrupación del material lingüístico en unidades de significado: se
trata de agrupar unidades léxicas según el sistema de interdigitación. Esta estrategia puede
aplicarse agrupando unidades léxicas de distintos esquemas morfológicos pero pertenecientes
a una misma raíz, por ejemplo la raíz darasa (estudiar), y viceversa: agrupando unidades
léxicas de distinta raíz que comparten esquemas morfológicos, por ejemplo, nombres que
significan lugar.
4. Razonamiento inductivo: se trata de generalizar y formular reglas a partir de la
observación de fenómenos. Un ejemplo de aplicación puede ser identificar el aspecto-tiempo
verbal a partir de la presencia o ausencia de preformativas.
5. Inferencia: se trata de usar la información conocida para extraer o adivinar
significados en la lengua o prever resultados. Esta estrategia puede aplicarse para inferir el
significado de una palabra con un determinado esquema morfológico a partir de una palabra
conocida de la misma raíz.
6. Establecimiento de enlaces visuales y acústicos: se trata de relacionar una palabra
desconocida con otra del mismo esquema morfológico. Puede aplicarse para identificar tanto
visual como acústicamente “en bloque” la estructura que el esquema morfológico proporciona
a la palabra desconocida para restituir correctamente su vocalización o establecer una
conexión semántica.
Integrar estas estrategias en el aprendizaje supone seguir una serie de pasos ordenados
para ejercitar el uso de estrategias integradas en las actividades de aprendizaje. En primer
lugar, es necesaria una planificación previa, la presentación de la estrategia y presentación de
la actividad lingüística para la que vamos a ejercitar la estrategia; en segundo lugar, la
práctica controlada de la misma; y por último, la evaluación de la estrategia. Asimismo, las
estrategias han de ser coherentes con la información lingüística que se desea poner de relieve
en cada momento, y las tareas diseñadas para su realización en clase han de motivar al
estudiante de manera que avance de forma autónoma en sus capacidades.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES: CONCLUSIONES
A partir de las investigaciones realizadas sobre competencia estratégica y las
directrices del MCER sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje de lenguas extranjeras,
junto con nuestra experiencia como docentes y usuarios de la lengua árabe, consideramos que
la inclusión de la competencia estratégica como parte integrante de la competencia
comunicativa en la guía docente de Lengua árabe II (nivel A1), si bien supone una inversión
de tiempo en el aula, puede proporcionar un rendimiento importante en el desarrollo de la
comprensión lectora y la lectura en sí por parte del estudiante.
Integrar la competencia estratégica en el programa de lengua requiere la integración
del ejercicio de las estrategias entre las actividades de comunicación. Más que actividades
separadas, se trata de integrarlas en el proceso de aprendizaje y en el uso de la lengua.
El estudiante ha de ser consciente de los objetivos que se pretenden con el ejercicio de
las estrategias con el fin de incrementar progresivamente su autonomía y motivación en el
aprendizaje.
Las propuestas planteadas en este trabajo son resultado de nuestras investigaciones
iniciales en la integración del componente estratégico en la enseñanza y aprendizaje del árabe
como lengua extranjera y en estos momentos están siendo sometidas a una evaluación más
formal con el fin de valorar su aplicación en el aula y constatar la contribución de las
estrategias en el desarrollo de la capacidad comunicativa y el proceso de aprendizaje de
nuestros estudiantes.
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